Post on 21-Jul-2016
description
PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA
EN EL POBLADO DE PIEZA REDONDA (Lanciego / Lantziego, Álava)
MEMORIA DE LA INTERVENCIÓN
Directores: Jose Rodríguez Fernández
Ángel Martínez Montecelo
www.gaptalava.com
658 701 960 / 653 737 788
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
2
MEMORIA DE INTERVENCIÓN
0. INTRODUCCIÓN…….3
1. OBJETIVOS…….4
2. OBJETO DE ESTUDIO…….5
2.1. Contextualización geográfica del entorno…….5
2.2. El conocimiento previo del yacimiento…….6
2.3. Contextualización arqueológica…….8
3. METODOLOGÍA…….10
3.1. Sobre la prospección arqueológica…….10
3.2. Características de la intervención…….10
3.3. El registro de la información…….12
3.4. Tratamiento e inventariado de los materiales…….13
3.5. Arqueología y Sistemas de Información Geográfica…….14
4. RESULTADOS…….16
4.1. Visibilidad y dispersión de hallazgos…….16
4.2. Evolución de la ocupación y explotación de Pieza Redonda a partir de los hallazgos…….18
5. CONCLUSIONES…….34
5.1. Propuesta de delimitación del hábitat protohistórico…….34
5.2. Perspectivas de futuro y próximas actuaciones…….34
5.3. Propuesta de calificación del yacimiento…….37
BIBLIOGRAFÍA…….38
AGRADECIMIENTOS…….42
FICHA TÉCNICA…….43
ANEXOS
ANEXO-1: CARTOGRAFÍA Y PLANIMETRÍA.
ANEXO-2: REGISTRO GRÁFICO DE MATERIALES.
ANEXO-3: LISTADO DEL MATERIAL IDENTIFICADO (solo en CD).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
3
0. INTRODUCCIÓN. Durante el mes de julio de 2014 se ha realizado una prospección arqueológica intensiva en el
yacimiento protohistórico del Poblado de Pieza Redonda (Lanciego, Álava). Los resultados han
permitido delimitar de forma más exhaustiva y objetiva el hábitat del Bronce Final-Primera
Edad del Hierro, a partir de la cartografía de la zona con mayor densidad de material de esa
época. También se han documentado numerosos muros que pudieran formar parte de sus
estructuras defensivas, además de materiales de otros momentos.
Esta primera campaña el proyecto se ha enmarcado dentro del Programa de Campos de Trabajo
Internacionales de Gobierno Vasco, de modo que la intervención ha sido financiada tanto por el
gobierno autonómico como por el propio Ayuntamiento de Lanciego.
El presente trabajo está compuesto, además de por la Memoria de la Intervención, por otros
tres Anexos, el primero de cartografía, el segundo con dibujos y fotos del material y el tercero
con un listado con la descripción y algunas características de los elementos identificados. Estos
resultados se presentan en papel y en un DVD, salvo en el caso del tercer anexo que únicamente
se entrega en formato digital.
Localización del yacimiento de Pieza
Redonda dentro del municipio de
Lanciego/Lantziego (Álava) y
delimitación de la zona de estudio.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
4
1. OBJETIVOS. La intervención se justifica en base a los siguientes objetivos:
1. Reivindicar las potencialidades de la prospección arqueológica sistemática, tanto en sí
misma como actividad previa a la excavación. Tradicionalmente, la prospección arqueológica
ha estado en cierto modo sometida a las normas que dictaba la excavación y ha sido considerada
como una labor auxiliar de ésta.
2. Valorar de forma objetiva los resultados a partir del análisis espacial de los datos
obtenidos en campo. Concretamente:
Dispersión de los tipos de materiales.
Dispersión de la cronología de los materiales.
Dispersión y densidad de la cerámica protohistórica.
Cartografiar las estructuras construidas detectadas dentro de la delimitación del
yacimiento.
3. Finalmente, proporcionar herramientas para ayudar en la toma de decisiones. Si tenemos
en cuenta que en gran parte de los yacimientos arqueológicos de nuestro entorno la mayoría de
la información proviene de prospecciones extensivas y –casi siempre– no sistemáticas, puede
ser interesante generar un protocolo de actuación para casos similares.
Trabajos de prospección en Pieza Redonda.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
5
2. OBJETO DE ESTUDIO. El yacimiento de Pieza Redonda se sitúa a Sur del municipio de Lanciego, en la comarca de
Rioja Alavesa (Álava). Más en concreto, se emplaza en una alineación de pequeños cerros y
collados, orientados según el eje NNE-SSW, que quedan delimitados por los arroyos que
descienden de Lanciego y Viñaspre. Sin lugar a dudas, se trata de un enclave con interesantes
cualidades desde el punto de vista defensivo, estratégico y del control del territorio. Sus
coordenadas UTM (ETRS 89) son:
X: 539830;
Y: 4709275;
Z: 496 m.
Vista del paisaje típico del entorno de Pieza Redonda.
2.1. CONTEXTUALIZACIÓN GEOGRÁFICA DEL ENTORNO.
Desde el punto de vista geológico y geomorfológico nos encontramos en el contexto de la
Depresión del Ebro. Se trata de una sucesión de relieves estructurales con muy leve buzamiento
formados por paquetes de areniscas calcáreas y arcillas del Mioceno (Terciario), los cuales
articulan el piedemonte que conecta la vega del Ebro con las imponentes crestas de la Sierra de
Cantabria. Estos relieves alternan con los barrancos de los arroyos, de carácter semipermanente
y torrencial, que inciden profundamente el substrato.
En este entorno encontramos también numerosos y potentes depósitos cuaternarios, testigos de
las alternancias climáticas y ambientales acaecidas, sobre todo, durante el Pleistoceno.
Prácticamente al pie de la Sierra abundan depósitos de ladera de tipo coluvial. Más abajo
encontramos otros tipos de elementos, mucho más habituales en todo el valle del Ebro. Así,
mientras que en las laderas encontramos retazos de glacis detríticos, junto al cauce principal y
en sus proximidades se sitúan antiguas terrazas fluviales, muchas de ellas colgadas con su
característica morfología de cerro amesetado.
Desde el punto de vista climático se trata de un contexto plenamente mediterráneo, con una gran
diversidad de matices internos según la altitud y la exposición, de modo que en los apenas diez
kilómetros que median entre Assa y las cumbres de la Sierra encontramos una gran diversidad
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
6
de ambientes. En el entorno de Pieza Redonda el clima es el típico del Valle del Ebro, con una
temperatura media anual de unos 13ºC y unas precipitaciones en torno a 500 mm. Ante estas
condiciones la vegetación potencial estaría formada por encinares y carrascales que alternarían
con algunas manchas de quejigo en las zonas más elevadas y con unas galerías de vegetación de
ribera que ocuparía los valles más húmedos y con potentes suelos. Sin embargo, poco queda de
esa vegetación primigenia. En la actualidad son escasos los espacios de este entorno que no han
sufrido algún tipo de aprovechamiento, de modo que la mayor parte de la zona se encuentra
ocupada por parcelas dedicadas al viñedo y al olivar, con islotes residuales de matorral
mediterráneo muy deteriorado (coscojas, enebros, aulagas,…) en general bastante espinoso e
impenetrable. Incluso en algunos sectores la cobertura vegetal está tan deteriorada que el suelo
aparece muy erosionado y apenas se conserva regolito.
Elementos de Interés Arqueológico y Elementos Menores de Arquitectura Rural en el Municipio de Lanciego /
Lantziego.
2.2. EL CONOCIMIENTO PREVIO DEL YACIMIENTO.
Desde el punto de vista arqueológico, con anterioridad a la intervención de julio de 2014,
apenas teníamos información sobre el lugar (LLANOS, 1995). El yacimiento fue descubierto
por Armando Llanos en 1985 e inicialmente fue conocido como el Alto de la Paloma. Se
interpretó desde un principio como un poblado protohistórico, con una secuencia cultural que
abarcaba desde el Bronce Final a la Primera Edad del Hierro. Desde entonces casi no ha habido
actividad arqueológica en el lugar, salvo una prospección extensiva realizada por E. Gil e Idoia
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
7
Filloy en 1994, que sirvió para la redacción de una ficha que describe el poblado, consultable en
el Museo de Arqueología de la Diputación Foral de Álava (Bibat).
Según la tipología diseñada por A. Llanos respondería al tipo D2, esto es, ocupando una ladera
de un cerro (LLANOS, 1974). Todo apunta, a juzgar por sus características orográficas y los
restos de estructuras visibles, a que el poblamiento protohistórico se articularía mediante varios
cinturones concéntricos, con terrazas y/o defensas.
Nº DENOM. GV DFA CAA_1987 VISITA
2012/04/30 OBSERV.
CRONOL.
PREDOM.
1 Ermita de San José 1 - - - Sin estructuras
visibles Postmedieval
2 Iglesia de Nuestra
Señora de la
Asunción
2 - - - - Medieval
3 Ermita de San
Bartolomé Apóstol 3 - - -
Estructuras
visibles Indeterminado
4 Iglesia de San
Acisclo y Santa
Victoria
4 - - - - Postmedieval
5 Templo de Nuestra
Señora del Campo 5 - 314 -
Tumbas
alrededor Medieval
6 Ermita de San
Andrés 6 - - -
Sin estructuras
visibles -
7 Poblado de Pieza
Redonda 7 Sí - - Poblado Protohistórico
8 Conjunto Tejero de
El Encinal 8 No - - - Postmedieval
9 El Campillar - Sí 3168 - Abundante
sigillata Romano
10 El Arca - Sí 300 - Hallazgo aislado Prehistórico
11 Santa Eulalia - Sí - - - Medieval?
12 Plano Quemado - Sí 291 - Hallazgos muy
dispersos Prehistórico
13 Lagar del Larrachal - - - Sí - Postmedieval
14 Cementerio de
Viñaspre/
Ermita de San Millán
- - - Sí - Postmedieval
15 Dolmen (?) - - - Sí DESCARTADO Indeterminado
16 Ermita de San Ginés - - - Sí Igual a 3 Indeterminado
17 Ermita en ruínas - - - Sí - Medieval,
Postemedieval?
18 Hallazgos
prehistóricos - - - Sí - Prehistórico
Listado de elementos de interés arqueológico detectados en Lanciego.
Ya en el contexto de esta intervención, durante una inspección preliminar del yacimiento se
pudo constatar fácilmente la presencia material en superficie, sobre todo cerámica realizada a
mano con abundantes desgrasantes de gran tamaño. También destaca la cerámica postmedieval
y restos de cerámica constructiva actual o subactual. De forma puntual, entre los materiales
depositados en el Bibat a raíz de la intervención de 1994 hay un único fragmento de terra
sigillata, aunque en 2014 no se ha localizado ninguna evidencia de época romana. Del mismo
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
8
modo, gran parte del cerro se encuentra cubierto por muros y estructuras similares construidas
en seco de difícil datación, así como algunos chozos y cabañas tradicionales.
En la actualidad, desde el punto de vista patrimonial, el yacimiento carece de ninguna categoría
o grado de protección.
2.3. CONTEXTUALIZACIÓN ARQUEOLÓGICA.
Según el Centro de Patrimonio Cultural de Gobierno Vasco1, dentro del término municipal de
Lanciego encontramos oficialmente ocho yacimientos arqueológicos, a los que habrá que añadir
otras tantas entidades arqueológicas entre los yacimientos y hallazgos aislados incluidos en el
Museo Bibat y la Carta Arqueológica de Álava (LLANOS, 1987). Por otro lado, tras una visita
de campo realizada el 30 de abril de 2012 con la compañía de algunos vecinos de Viñaspre,
constatamos también la existencia de varios elementos más de interés arqueológico (tal como se
ha reflejado en la tabla anterior). La mayoría de ellos presenta la problemática de que apenas
han sido investigados y su conocimiento se debe a un hallazgo fortuito, a trabajos inspección del
terreno –más o menos sistemáticos– o bien a prospecciones arqueológicas.
Año Yacimiento. Tipo Referencia Observaciones
1985 Yacimientos por toda
Álava.
Prospección. Informes del IAA.
Arkeoikuska 1985,
pp. 82-85.
Descubrimiento de Pieza Redonda.
1994 Pieza Redonda. Lanciego. Prospección. Ficha en el Bibat.
No hay referencia
en Arkeoikuska.
Dentro de los trabajos de
inventariado de yacimientos por
parte de la DFA.
1998 Viña Assa. Lanciego Excavación. Arkeoikuska 1998,
pp. 208-211.
Entorno del Puente de Mantible.
2002 Varios yacimientos en
Lanciego y otros
municipios.
Prospección. Arkeoikuska 2002,
pp. 293-294.
Prospección dentro del contexto
del seguimiento de una red de
riego.
Varios yacimientos en
Lanciego y otros
municipios.
Control de
obras.
Arkeoikuska 2002,
pp. 308-311. -
2003 Iglesia de Viñaspre.
Lanciego.
Lectura de
alzados.
Arkeoikuska 2003,
pp. 257-259. -
2004 Tejera del El Encinal.
Lanciego.
Excavación. Arkeoikuska 2004,
pp. 184-195.
Intervención en un Elemento
Menor.
2012 Lagar de Larrachal.
Viñaspre, Lanciego.
Excavación. Arkeoikuska 2012,
pp. 92-93.
Intervención en un Elemento
Menor.
Listado las intervenciones arqueológicas realizadas en Lanciego en las últimas tres décadas.
En cuanto a la actividad arqueológica llevada cabo en el entorno de Pieza Redonda, las
primeras labores de las que se tiene constancia son los trabajos de prospección realizados de
forma sistemática por el Instituto Alavés de Arqueología durante las décadas de los 60, 70 y 80
del siglo pasado para la elaboración de la Carta Arqueológica. Más recientemente, durante los
últimos treinta años se ha realizado una media docena de intervenciones arqueológicas, la
mayoría de ellas recogidas en la revista Arkeoikuska.
1 Consulta realizada el 1 de julio de 2014.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
9
Por otro lado, hay que tener en cuenta los denominados Elementos Menores de Arquitectura
Rural –cuyo inventariado en esta Cuadrilla se realizó entre el año 2001 y 2002 (PALACIOS
MENDOZA, RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ: 2004)–, los cuales en más de un caso pueden
rebasar la fina línea que los separa del Patrimonio Arqueológico y acabar formando parte de él,
como por ejemplo el Conjunto Tejero de El Encinal.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
10
3. METODOLOGÍA.
3.1. SOBRE LA PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA.
La mayoría de los investigadores se lamentan de la ausencia de una metodología unificada en lo
que a la prospección se refiere (BURILLO, 2013: 16-17). En castellano la bibliografía es
abundante pero también dispersa, con numerosos artículos y unas pocas recopilaciones de
trabajos, pero sin que se publicara ningún manual específico hasta hace poco tiempo (GARCÍA
SANJUÁN, 2005).
Así, como comenta F. Burillo (2013: 17-21), las prospecciones se pueden diferenciar en base a
sus motivaciones y objetivos. Según estos criterios una prospección puede ser de tres tipos, en
función de si está vinculada a la (1) arqueología de urgencia, a los (2) inventarios de patrimonio
promovidos por las administraciones o a la (3) investigación, como es el caso de esta
intervención. Asimismo, una escala de trabajo ajustada a sus objetivos genera la intensidad del
análisis (prospección intensiva o prospección extensiva).
Por otro lado, uno de las grandes dudas a las que se enfrenta la prospección arqueológica es el
de qué registrar o qué entidades arqueológicas documentar. Lógicamente esta cuestión ha de
ser coherente con los objetivos y la escala del análisis. En el citado trabajo de L. García Sanjuán
encontramos una interesante síntesis de las diferentes propuestas que ofrecen varias
administraciones (2005: 169), las cuales –de mayor a menor escala de análisis– pueden ser:
a) Hallazgo aislado: Lugar de localización de artefactos y/o elementos arquitectónicos
carentes de asociación sistemática2.
b) Unidad. Parte de un yacimiento arqueológico que satisface al menos uno de una
serie de criterios legales, urbanísticos o funcionales.
c) Sitio. Conjunto de restos materiales derivados de la actividad humana y con una
continuidad espacial, que requieren el uso fundamental de la metodología arqueológica
para su estudio.
d) Área. Conjunto de yacimientos arqueológicos que aparecen integrados dentro de un
paisaje caracterizado por valores culturales específicos.
Dicho esto, cada vez está quedando más patente que el registro arqueológico es continuo, difuso
y de densidad variable sobre el territorio, por lo que la documentación y protección de entidades
arqueológicas que no se ajusten al término de yacimiento (registro off site) ofrece serios
problemas y grandes retos al gremio arqueológico. Volveremos al final de este capítulo sobre
esta cuestión.
3.2. CARÁCTERÍSTICAS DE LA INTERVENCIÓN.
La intervención realizada en Pieza Redonda es una prospección arqueológica sistemática. Sus
características se definen en función de los siguientes aspectos:
2 Como veremos un poco más adelante, este concepto de hallazgo aislado es el que más se aproxima a
nuestra Unidad de Prospección (UP).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
11
La intervención se ha ceñido estrictamente a una prospección visual, sin que se
contemplara –al menos en esta campaña– la realización de ninguna otra actividad, como
podrían ser catas, sondeos o prospección geofísica.
En cuanto a la cobertura del terreno, se trata de una prospección de cobertura total.
Teniendo en cuenta la extensión de la zona de estudio (14,2 Ha), el número de
prospectores (15-17 personas) y el tiempo disponible (20 jornadas de 5 horas), se
consideró que era objetivamente posible realizar una inspeccionar la práctica totalidad
del yacimiento.
Los recorridos de campo tienen forma de transectos rectangulares orientados según el
eje Norte-Sur, con una anchura de 20 m cada uno, los cuales han sido codificados de
Oeste a Este comenzando con el Transecto-A hasta el Transecto-Q. La longitud de los
transectos varía entre 160 m (Transecto-A) y 620 m (Transecto-E). La cuestión de si la
forma de los recorridos de campo y las unidades de muestreo deben tener una forma
regular o no ha sido objeto de debate entre diversas escuelas (BURILLO, 2013: 24). En
el caso de esta intervención se optó por transectos de forma regular con el fin de
parcelar de la misma forma todo el espacio estudiado, a pesar de que el territorio nunca
o casi nunca se ajusta esos límites3. Sin embargo, en este caso, esa regularidad es
fundamental para poder realizar una interpolación de las evidencias detectadas al
conjunto del yacimiento. Previamente a los recorridos de campo fue necesaria la
realización del replanteo del trazado de los transectos con estacas y cintas.
Repartidos en los 20 metros de anchura del transecto se colocaron en intervalos
regulares entre 5 y 7 prospectores, de modo que podemos considerar que se trata de una
prospección intensiva.
Los límites de la zona de estudio son, en esencia, los proporcionados por el Centro de
Patrimonio Cultural de Gobierno Vasco, adaptados a los objetivos del trabajo.
Labores de replanteo de los transectos, previas a los trabajos de prospección.
3 Para la realización de unidades de muestreo irregulares y en terreno abrupto véase MARTÍNEZ
MONTECELO A., RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ J. (2013): «Documentación sistemática del arbolado trasmocho: un caso práctico en los Montes Altos de Vitoria». En A. ARAGÓN RUANO, I. IRIARTE GOÑI, F.J. SILVA PANDO (eds.): Actas de la IV Reunión de Historia Forestal. Gestión forestal y sostenibilidad: Experiencias históricas. Vitoria-Gasteiz, 18-19 octubre 2012. Sociedad Española de Ciencias Forestales, pp. 149-158.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
12
CRITERIO TIPO DE PROSPECCIÓN PIEZA REDONDA,
2014
Según la
cobertura de
terreno.
Cobertura total. x
Muestreo.
Muestreo aleatorio.
Muestreo aleatorio
simple -
Muestreo aleatorio
estratificado -
Muestreo
sistemático.
Muestreo sistemático
alineado -
Muestreo sistemático
no alineado -
Muestreo estratificado. -
Según
la intensidad.
Intensiva. x
Extensiva. -
Según la forma
de las unidades
de muestreo.
Transectos. x
Cuadrados o cuadrículas. -
Circulares -
Irregulares. -
Según el
movimiento de
tierras.
Sin movimiento
de tierras
Prospección visual. x
Prospección geofísica. -
Con
movimiento de
tierras.
Prospección con catas. -
Prospección mecánica. -
Principales características de la prospección arqueológica realizada en Pieza Redonda, 2014.
3.3. EL REGISTRO DE LA INFORMACIÓN.
La unidad básica de registro arqueológico en esta intervención es la Unidad de Prospección (en
adelante, UP). Sin embargo, cada UP se encuentra constituida o subdividida por uno o varios
elementos homogéneos entre sí (en tipología y cronología), dispuestos en una concentración
delimitada o fácilmente delimitable (por ejemplo, una concentración de cerámicas vidriadas).
Una UP, en función de sus características geométricas y la escala de trabajo, puede ser puntual
(por ejemplo, un hallazgo aislado, un mojón antiguo,…), lineal (un muro, un viejo camino, un
canal,…) o bien zonal (una concentración de cerámica, un suelo, una cabaña,…). De este modo,
cada UP dispone de por lo menos un Punto Georreferenciado de la Unidad de Prospección
(PGUP) obtenido mediante navegador GPS. Los PGUP son, por tanto, las unidades básicas de
registro espacial en esta intervención. Son cada uno de los puntos documentados con unas
coordenadas concretas que sirven para definir la posición, la forma y la extensión de una UP. El
número de PGUP de una UP depende de varios factores, tales como la escala de trabajo, la
naturaleza geométrica (puntual, lineal o zonal) de la unidad, etc. La descomposición de las UP
en PGUP es fundamental para poder convertir la información puntual en información lineal o
zonal.
Cada uno de los hallazgos ha sido codificado con, por lo menos, un punto o PGUP, cuya sigla
comienza con la letra del transecto (A, B, C,…), después van tres dígitos que hacen referencia a
número de Unidad de Prospección dentro del transecto (A001, A002, A003,…) y, finalmente, se
anota el número concreto de punto (PGUP) dentro de la UP (A001-01, A001-02, A001-03,…).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
13
Unidad básica
de registro.
Denominación. Naturaleza geométrica. Ejemplo de código
Arqueológico. Unidad de Prospección (UP). Puntual, lineal o zonal. P027
Espacial. Punto Georreferenciado de la
Unidad de Prospección (PGUP).
Puntual. P027-01
P027-02
P027-03
…
Unidades de registro en la prospección.
En este trabajo, dado que lo que interesa fundamentalmente es mostrar la distribución de
densidades evidencias (hallazgos puntuales) de tipos de material, la cartografía elaborada
presenta los datos a nivel de PGUP. El análisis pormenorizado de las UP, consideramos más
adecuado posponerlo a próximas campañas ya que, como veremos en los resultados, hay cierto
tipo de Unidades de Prospección –fundamentalmente muros y regaderas– que requieren un
estudio más pormenorizado de carácter cronotipológico.
Ejemplo teórico de la descomposición de las Unidades de Prospección (UP)
en Puntos Georreferenciados de la Unidad de Prospección (PGUP).
3.4. TRATAMIENTO E INVENTARIADO DE LOS MATERIALES.
La tendencia actual en prospección considera que la mejor opción es conservar el material in
situ. Sin embargo, la naturaleza de la intervención (con una mayoría de personal ajeno a la
Arqueología) y el estado del material (de pequeñas dimensiones y bastante sucio) hacían difícil
su reconocimiento en campo. De modo que se decidió recoger la mayoría de las evidencias una
vez georreferenciadas, para su posterior análisis en laboratorio.
Los criterios seguidos para la ordenación y catalogación del material arqueológico procedente
de este yacimiento han estado impuestos por la propia naturaleza de los restos. Se han seguido
rigurosamente las pautas que al respecto ha establecido el Servicio de Patrimonio de la
Consejería de Educación, Política Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco, así como el
propio Museo de Arqueología de Álava, lugar de depósito de las evidencias recuperadas.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
14
La limpieza y catalogación se habían iniciado con anterioridad en el marco del trabajo de
campo. Tras la limpieza del material (mediante lavado con cepillo fino), éste fue introducido en
bolsas de plástico adecuadas a su tamaño para proceder al siglado. Previamente se realizó la
revisión del material para agruparlo por categorías tipológicas y por ejemplares (unión de los
fragmentos de una misma vasija, hueso, o pieza, etc. para poner las menos siglas posibles sobre
cada ejemplar)4.
La sigla se realiza de acuerdo a los criterios básicos, si bien la naturaleza de la intervención
(prospección arqueológica) impone alguna pequeña variación: la sigla utilizada ha sido PIE
(Pieza Redonda), proporcionada por el Centro de Patrimonio de Gobierno Vasco al no existir
previamente; a ello sigue el año y la Unidad de Prospección (compuesta por la letra de la banda
y un número consecutivo de hallazgo), para terminar con el número de inventario. Hay que
hacer notar que, frente a lo que ocurre con las Unidades Estratigráficas, es frecuente que una
Unidad de Prospección cuente con un único registro material. Por ejemplo:
Yacimiento Año Unidad Prospección Nº Inventario
PIE 2014 F014 1
PIE.14.F014.1
3.5. ARQUEOLOGÍA Y SISTEMAS DE INFORMACIÓN GEOGRÁFICA.
La relación entre los SIG y la Arqueología ha llegado fundamentalmente a través de los
trabajos de prospección, o trabajos similares a escala territorial (por ejemplo, en Inventarios de
Patrimonio Arqueológico) donde ha sido necesario gestionar una gran cantidad de información
espacial. Las publicaciones en castellano son numerosas y arrancan con un trabajo de síntesis
pionero titulado Los SIG y el Análisis Espacial en Arqueología (BAENA, BLASCO,
QUESADA, 1999) y continúan con algunas traducciones más recientes de autores anglosajones
(CONOLLY, LAKE, 2009). Aun así, a pesar de sus grandes potencialidades, no es tan habitual
utilizar este tipo de software a una escala de trabajo mayor, como en excavaciones y en lecturas
de alzados, donde están más presentes programas de diseño asistido por ordenador.
Aunque todavía el uso del SIG no está generalizado en Arqueología algunos investigadores
aventuran algunos inconvenientes y malentendidos que pueden sobrevenir de un tratamiento
inadecuado de la información (especialmente en el contexto de auditorias medioambientales,
ingenierías, etc), sin conocer las limitaciones de los datos. Hay que asumir que la información
arqueológica pocas veces es segura y definitiva (BURILLO, 2013: 23), y no ofrece datos que
tienen la misma certeza y definición que otras coberturas territoriales como los usos del suelo, la
vegetación o la geología. Esta patología de nuestra disciplina tiene su origen en la diferencia
entre Patrimonio Arqueológico y Registro Arqueológico. Si bien el primero tiene unos límites
4 El número de evidencias documentadas en campo (Anexo-3 de este informe) y el que aparecen en el
Inventario de Materiales realizado con la Subvención del Departamento de Educación, Política
Lingüística y Cultura del Gobierno Vasco, no coinciden exactamente por dos motivos: a) En el Anexo-3 se
respeta el número de hallazgos de campo (fragmentos), en el que cada fragmento se corresponde con
un PGUP, al margen de que luego acaben pegando varios, reduciéndose así el número total de piezas de
inventario; b) En campo también se han documentado otro tipo de elementos, estructuras
fundamentalmente, que no se incluyen en el Inventario de Materiales.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
15
claros y concisos, avalados por la administración, el segundo puede presentar unos límites
tenues y difusos, con cierta continuidad sobre el territorio.
Para paliar este problema y plasmar cartográficamente el registro arqueológico difuso, una de
las operaciones de gestión de datos más interesantes que permiten los SIG en los trabajos de
prospección es la generación de mapas de densidades. Mediante varios métodos de
interpolación se producen mapas de isolíneas y coropletas, que unen puntos con un mismo
valor en cuanto al número de hallazgos (o cualquier otro parámetro). En el anexo cartográfico
vemos varios ejemplos.
Para realizar esta labor, previamente hay un intenso trabajo de campo y de gabinete ordenando
los datos. En el caso de Pieza Redonda, la información recogida en campo se ha anotado en una
tabla con unos apartados predeterminados, posteriormente se ha digitalizado en una hoja de
cálculo y se ha volcado en una plataforma propia de los SIG, pasándose así a convertirse en la
tabla de atributos de un archivo shape (.shp). A partir de este punto la versatilidad de los datos
es muy amplia, ya que se pueden realizar mapas de todo tipo (dispersión, densidades,…)
mediante diferentes operaciones o geoprocesamientos en función del software SIG utilizado
(ArcMap, gvSIG, QGIS,..).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
16
4. RESULTADOS.
4.1. VISIBILIDAD Y DISPERSIÓN DE HALLAZGOS.
Uno de los precios que tiene la delimitación de las zonas de muestreo con formas regulares es el
registro diferencial, fruto de un grado de visibilidad desigual. Conscientes de esa limitación
hemos diferenciado seis tipos de coberturas del suelo que generan diversos rangos de visibilidad
en función del tipo de material y su tamaño, que nos ayudan a valorar y poder comparar en gran
medida la cantidad de hallazgos entre los diferentes cuadrantes.
Zonas intensamente erosionadas (1): Es la zona con mayor visibilidad para cualquier
tipo de evidencia. se trata de ciertos sectores del área cimera y laderas de los cerros,
especialmente en el septentrional. A pesar de esta densidad de hallazgos, como
contrapartida tenemos la seguridad de que no hay en absoluto concordancia entre los
restos en superficie y en el subsuelo, simplemente porque apenas se conserva regolito.
Zonas de cultivo de leñosas (2): Se trata de zonas ocupadas con olivar y, sobre todo,
viñedo. Se distribuyen por casi todo el perímetro de la zona de estudio y permiten una
alta visibilidad. Sin embargo, es realmente curiosa la ausencia de material
protohistórico en estos sectores donde en cambio abunda el material postmedieval. El
intenso laboreo, así como posibles aterrazamientos y movimientos de tierras quizás
expliquen estas ausencias.
Zonas con vegetación (3-6): Los residuos de vegetación natural están protagonizados
por coscojas, enebros y aulagas con una cobertura y densidad variable, además de
pastos xerófilos sellando los huecos. En función de la densidad y la cobertura los
materiales muebles de pequeño tamaño con cada vez menos visibles. Es el tipo de
cobertura más extendido dentro de la zona de estudio y se corresponde con zonas antes
explotadas, pero cuya dificultad hoy día para su mecanización y escasa rentabilidad han
propiciado su abandono.
USO DEL SUELO VISIBILIDAD DE MATERIALES
Cerámica Pulimentos Muros, chozos,… Regaderas
1. Zonas intensamente erosionadas. 5 5 5 5
2. Zonas de cultivo de leñosas. 4 4 5 4
3. Zonas de matorral disperso. 3 3 4 3
4. Zonas de hierba y matorral disperso. 3 3 3 2
5. Zonas de hierba y matorral abundante. 1 1 2 1
6. Zonas muy densas en hierba y matorral. 0 0 1 0
Rangos de visibilidad en la zona de estudio en función la cobertura del suelo.
Visibilidad: 5 = Muy buena; 4 = Buena; 3 = Media; 2 = Mala; 1=Muy mala; 0=Nula.
Los tipos de materiales han sido muy variados, con una preponderancia clara de la cerámica,
con un total de registros puntuales (PGUP) que supera el millar. Las características
morfológicas y tipológicas de todos estos materiales quedan sintetizadas en la tabla adjunta.
Podemos diferenciar por un lado el material mueble –que se ha recogido físicamente–, esto
es, material cerámico doméstico y constructivo, material lítico, material metálico y material
óseo o paleontológico. Por otro lado, tenemos un gran número de elementos de material
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
17
inmueble, que genéricamente hemos diferenciado entre estructuras (muros, chozos,
regaderas con obra,…) y cortes en el terreno, que se corresponden básicamente con
regaderas excavadas.
TIPO SUBTIPO DENTRO FUERA TOTAL
Cerámica doméstica C. Br. Final-Hierro I 565 7 572
Cerámica doméstica C. Celtibérica 1 0 1
Cerámica doméstica C. Romana 0 0 0
Cerámica doméstica C. Medieval 5 0 5
Cerámica doméstica C. Moderna 34 9 43
Cerámica doméstica C. Contemporánea 266 35 301
Cerámica doméstica C. Indeterminada 24 1 25
TOTAL CERÁMICA DOMÉSTICA 895 52 947
Cerámica constructiva Teja Moderna 3 0 3
Cerámica constructiva Teja Contemporánea 15 5 20
Cerámica constructiva Ladrillo Moderno 0 0 0
Cerámica constructiva Ladrillo Contemporáneo 1 0 1
Cerámica constructiva C. Constr. Indeterminada 2 0 2
Cerámica constructiva Azulejos 2 0 2
TOTAL CERÁMICA CONSTRUCTIVA 23 5 28
Lítico Molinos de mano 6 0 6
Lítico Pulimientos 7 0 7
Lítico Alisadores 3 0 3
Lítico Lítico otros 5 0 5
TOTAL LÍTICO 21 0 21
Metal Clavo 1 0 1
Metal Proyectil 1 0 1
Metal Reja de arado 1 0 1
TOTAL METAL 3 0 3
Óseo Óseo animal 4 0 4
TOTAL ÓSEO 4 0 4
Estructuras y cortes Muros 176 8 184
Estructuras y cortes Chozos 11 0 11
Estructuras y cortes Regaderas 66 2 68
Estructuras y cortes Estruct. Indeterminadas 6 0 6
TOTAL ESTRUCTURAS Y CORTES 259 10 269
TOTAL 1205 67 1272 Hallazgos documentados en la prospección, diferenciando el tipo de material, su cronología y si se encuentra
dentro o fuera de la zona de estudio (aunque próximo a sus límites, en cualquier caso).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
18
4.2. EVOLUCIÓN DE LA OCUPACIÓN Y EXPLOTACIÓN DE PIEZA REDONDA A
PARTIR DE LOS HALLAZGOS.
Una vez mostrado el material documentado en la prospección en bruto, se presenta una pequeña
síntesis de los hallazgos por épocas, contextualizados en el registro arqueológico más próximo.
Ocupación protohistórica.
Como hemos comentado, se ha documentado más de un millar de evidencias de carácter
puntual. Un 90% de ellas han sido fragmentos de cerámica, de las cuales más de la mitad son de
época protohistórica.
La inmensa mayoría de la cerámica modelada del Bronce Final-Primera Edad de Hierro se sitúa
en un sector muy concreto del área de estudio. Salvo algunos casos aislados y dispersos por
otras zonas del yacimiento, la mayoría se sitúa en la mitad oriental del cerro principal,
especialmente en su ladera sudoriental, entre la cota 470 y los 498 m de la cima. Este espacio
coincide con una zona intensamente erosionada y aparentemente con escasas posibilidades de
albergar evidencias en el subsuelo.
Dispersión de hallazgos. Cerámica de la Primera Edad del Hierro y Cerámica Medieval y Postmedieval.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
19
Por otro lado, en el resto de la mitad oriental del cerro principal la presencia de cerámica
protohistórica es muy limitada, aunque en este caso se trata de una zona con una vegetación más
densa y, lógicamente, con una menor visibilidad. Como contrapartida, se ha constatado en
varios perfiles de los caminos que en esta zona hay un mayor espesor del regolito por lo que la
potencialidad arqueológica del subsuelo aumenta de forma considerable.
Asimismo, dentro de este tipo de evidencias hemos diferenciado cerámica lisa, bruñida y
decorada, aunque no las hemos separado cartográficamente ya que un mismo fragmento podría
corresponderse con más de un tipo (por ejemplo, si una cerámica está decorada por una parte y
el resto es lisa).
Toda esta cerámica del Bronce Final-Primera Edad de Hierro ha sido fabricada a mano y
podemos observar sin dificultad abundantes desgrasantes minerales, concretamente calcita
(carbonato cálcico), de tamaños medios y grandes. En algunos casos existe decoración,
especialmente digitaciones (8 ejemplares), pero también ungulaciones (3 ejemplares), incisiones
(1 ejemplar) y relieve (1 ejemplar).
Entre el material de esta época también destaca la presencia de 6 fragmentos dispersos de
molinos de mano barquiformes, que se localizan igualmente en la mitad Este del cerro. Dada la
naturaleza y tamaño de estas últimas evidencias es de suponer que no deberían haberse
desplazado demasiado de posición desde su abandono. La proximidad de todos ellos –se
localizan en dos grupos de tres fragmentos, con una distancia extrema entre las piezas de unos
170 metros– da consistencia a esta sospecha. De este modo, mediante el solapamiento
cartográfico de la distribución de la cerámica del Bronce Final-Primera Edad del Hierro con la
de los molinos de mano, proponemos que seguramente el hábitat de esta época debió ceñirse
estrictamente a este sector oriental del cerro septentrional.
El resto del material lítico lo constituyen otra docena de piezas muy fragmentadas entre
pulimentos, alisadores y otros elementos indeterminados, cuya cronología puede ser más dudosa
y diversa. En cualquier caso la ausencia de industria lítica se debe, probablemente, a nuestra
insuficiente familiarización con este tipo de material.
Todos estos hallazgos debemos enmarcarlos dentro de la red de yacimientos protohistóricos –
especialmente del Hierro I o Hierro Antiguo– en esta zona del Valle Medio del Ebro. Se trata de
una densa malla y muy bien articulada, en la que la mayoría de los poblados apenas se separan
por cuatro o cinco kilómetros. En un radio de apenas 10 kilómetros desde Pieza Redonda
encontramos los siguientes asentamientos, muchos de ellos poblados. En sentido horario, serían:
8,600 km al N, Covacho de Balanciego (Laguardia).
6,100 km al NNE, Poblado de Esquide (Yécora).
7,800 km al ENE, Poblado Fortificado de Alarices (Oyón).
9,200 km al ESE, Poblado San Cristóbal (Moreda).
10,900 km al SE, Poblado de La Custodia (Viana).
9,900 km al SSE, Poblado de Monte Cantabria (Logroño).
5,700 km al OSO, Poblado del Cerro de La Horca (Laguardia).
9,100 km al NO, Alto de Castejón (Navaridas).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
20
6,600 km al ONO, Poblado de La Hoya (Laguardia).
7,300 km al NO, Abrigo bajo roca de Los Molinos II (Laguardia).
7,900 km al NNO, Abrigo de Los Husos I (Laguardia).
Principales yacimientos de la Primera Edad del Hierro localizados en el entorno del Poblado de Pieza
Redonda. En este mapa se ha otorgado el mismo peso a todos los asentamientos aunque, lógicamente, debió
haber una jerarquía interna entre ellos.
La razón por la que el conocimiento del poblamiento de esta época en este sector de Álava es
bastante completo se debe fundamentalmente a las campañas de prospecciones sistemáticas
llevadas a cabo por el Instituto Alavés de Arqueología durante décadas. Algunos de estos
yacimientos han sido excavados parcialmente, entre los que destacan La Hoya, La Custodia
(Viana, Navarra), el Covacho de Balanciego y el Alto de Castejón. De hecho, es con este último
poblado con el que Pieza Redonda presenta más paralelismos, tanto en el tipo de emplazamiento
como en cronología (MARTÍNEZ TORRECILLA et al., 2012: 115-121; MARTÍNEZ
TORRECILLA, 2014: 110 112).
Abandono del Poblado y escasez de restos de época romana y medieval.
Teniendo en cuenta la cronología de los hallazgos, a partir de la segunda mitad del I Milenio
a.C., no parece que el Poblado siguiera ocupado, al menos permanentemente. Así lo atestigua la
escasísima representación de cerámica de época celtibérica, con un solo fragmento. Parece que
durante la Segunda Edad del Hierro hay una reestructuración del poblamiento en la zona, con
menos poblados pero con un urbanismo más organizado.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
21
Todavía es más llamativa la ausencia total de material de época romana, a pesar del citado único
fragmento de terra sigillata recogido en la prospección de 1994. Teniendo en cuenta las
evidencias del poblamiento de época romana en la comarca (FILLOY, GIL, 2000: 37-58)
encontramos cierta densidad de asentamientos en las proximidades de Laguardia (La
Iglesia/Las Pilas, El Cerrado, Corral de Tabiques,…) que realmente forman parte de un eje que
se distribuye en dirección OSO-ENE, desde Baños de Ebro hacia El Pago de Esquide. Por otro
lado, es lógico suponer que esta ruta se comunicaría transversalmente con el Ebro y con otras
vías mucho más importantes situadas en su margen derecha, que unían Gracchurris, Calagurris,
Vareia y Tritium. A menos de dos kilómetros del emplazamiento de Pieza Redonda se localiza,
en el entorno del meandro de Assa, una zona de alta densidad de evidencias romanas (El
Campillar, Assa II, Viña Assa, Puente de Mantible,…) la cual puede darnos indicios de dónde
pudo situarse un importante nodo de comunicaciones.
Tampoco los restos de época medieval son muchos, con apenas cinco fragmentos de cerámica
común de pasta micácea, de lo que ha venido a denominarse Grupo V (SOLAUN, 2005).
La reaparición de la cerámica en época postmedieval.
Es sin embargo a partir de la Edad Moderna cuando el número de evidencias vuelve a
dispararse, con más 400 fragmentos entre cerámica doméstica y cerámica constructiva. El
patrón de distribución es sensiblemente diferente al detectado en las evidencias protohistóricas,
con una vinculación muy clara con las pistas y caminos que delimitan y rodean el yacimiento
por todo su perímetro, entre las cotas 450 y 470 m.
En la cerámica de la Edad Moderna las formas y tipos se complejizan, hallando cerámica común
oxidante, Loza Popular Vasca y, sobre todo, cerámica vidriada. Otro tanto en la Edad
Contemporánea (con un 28% sobre el total de la cerámica documentada), con la aparición de la
porcelana además de los tipos anteriores.
También se localizan varios fragmentos de cerámica constructiva que asociamos a este período,
sobre todo de época contemporánea. La mayoría se sitúa en la mitad occidental de la zona de
estudio, en cotas bajas. Quizás haya que relacionar su presencia con escombreras en las cunetas,
rellenado de fincas, etc. Se ha comprobado si la presencia de tejas está asociada con las
regaderas como elemento accesible y versátil, que facilitaría la propagación del riego, pero esta
correlación ciertamente no se produce.
Las estructuras e infraestructuras.
Además de la cerámica, se localizan otras evidencias con una mayor impronta en el paisaje,
pero con unas dificultades propias en cuanto a su interpretación, que incluimos cautelarmente y
de forma genérica muy al final de la Edad Media o ya en época postmedieval aunque bien,
desde el punto de vista cronológico, pudieran hundir sus raíces más profundamente. En el
contexto de nuestra zona de estudio, el área comprendida entre las localidades de Cripán,
Viñaspre y Lanciego ha sido tradicionalmente lugar de regadío, como tantas otras zonas de
Rioja Alavesa, basado en la captación artificial de aguas en los arroyos que descienden en
sentido Norte-Sur desde los nacederos de la Sierra de Cantabria hacia el Ebro. En la jurisdicción
de Lanciego podemos documentar desde la Baja Edad Media y Edad Moderna los sistemas
hídricos de Ardachal, Vallarmén-Valvariga o Alcalde, siempre sobre el arroyo Vallarmén, y la
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
22
regadera de Vadillo sobre el curso del mismo nombre, especialmente interesante en su relación
con el yacimiento de Pieza Redonda que nos ocupa.
Regadíos sobre el territorio municipal de Lanciego, según T. AGUAYO CAMPO (1999).
En este último caso, la toma de agua se ubica muy cerca del núcleo de Cripán (a unos 100
metros aguas arriba de la carretera de Cripán a Lanciego), dentro de su jurisdicción, tomando el
agua actualmente sin presa que cruce el arroyo Vadillo de lado a lado, sólo con un canal
paralelo al curso con una cerraja. Las aguas canalizadas se dirigían al núcleo de Lanciego y,
después de atravesarlo, siguen discurriendo en dirección sur hasta los términos de El Alto de la
Paloma, Pieza Redonda, El Somo o El Horcajo. Es importante resaltar por tanto que además de
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
23
su función en la agricultura irrigada de la zona, esta regadera sirvió también para el
abastecimiento de los vecinos de Lanciego. Es un aprovechamiento intenso ya documentado en
otras localidades de la actual Rioja alavesa y que requiere de una potente gestión concejil de
cara tanto a la defensa del bien común frente a otros intereses (por ejemplo, las pugnas con
Cripán por la cantidad de agua) como en la propia vigilancia y distribución “interna” del caudal
que llegaba a las diferentes heredades y casas.
La primera referencia documental (recogida en AGUAYO CAMPO, 1999: 199) nos traslada a
1452, dentro todavía de la influencia política del Reino de Navarra, con el sistema ya
funcionando con normalidad desde hace tiempo. Realmente, se trata de una consulta que realiza
el Ayuntamiento de Lanciego al abogado de Logroño Julio Farías en 1891. En el proceso,
Lanciego muestra una Real Provisión de 9 febrero de 1798 que, a su vez, lleva inserta una
Sentencia Arbitral de 8 de mayo de 1452 procedente de la Real Chancillería de Navarra:
…por la cual se resolvio que ante todas las cosas el agua del rio Vadillo había de ir por la
regadera antigua a la entonces aldea de Lanciego, cuando el concejo de esta lo tuviere a bien, lo
mismo de dia que de noche, sin que nadie pudiera romper la presa ni la regadera, so pena de
cincuenta sueldos fuertes de moneda corriente en el Reino de Navarra por cada dia o por cada
vez que se quebrantase la espresada regadera; con obligación de limpiarla bien por parte del
concejo de Lanciego en todo el tiempo, desde la fiesta de Todos los Santos a la de San Emeterio y
san Celedonio, so pena de cincuenta sueldos fuertes de la moneda espresada… y por ultimo, para
fijar el caudal de agua que había de salir, se consiguió que pasaran por una piedra horadada, con
el círculo de la mano de una compas que equivalía a dos manos5.
Lo que nos indica el texto es que Lanciego posee el dominio total y la gestión de las aguas de la
regadera, pese a “nacer” fuera de su territorio gracias a una presa derivación que hoy día no se
conserva. El caudal que circula por el canal está determinado por lo que se denomina ojal, es
decir, una abertura de diámetro determinado y pactado entre las poblaciones de Lanciego y
Cripán, y oficializado a través de la sanción de la Chancillería Real, esto es, el principal
instrumento jurídico de la monarquía navarra. El resto del caudal circula por el cauce natural del
arroyo Vadillo para, entre otras cosas, alimentar el molino de Barrera. A cambio, el concejo de
Lanciego se compromete a cuidar la estructura de regadío y abastecimiento para aprovechar al
máximo el agua.
Regadera Excavada Cajeada en Piedra Cemento
Unidad Prospección D015 E056; F022; H012; I003;
I013; L081; M041;
O008; Q003; Q019?
E034; F005; G001;
G011; H011; I010; J016;
K016; L093; M053;
N037; O032; P004;
P017; Q012; Q020;
Q025
Relación de Unidades de Prospección según su tipología constructiva. La Q019 presenta, en principio, cajeado
de piedra, pero su identificación está dificultada por la amortización tras su abandono.
Como ya hemos avanzado, las canalizaciones hídricas en general y las regaderas en particular,
suelen presentar una enorme profundidad histórica que se ve acompañada no obstante de
continuos cambios morfotecnológicos. Curiosamente, la razón principal para explicar tan larga
5 AMLC, caja 79, num. 8.6, año 1798.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
24
duración consiste en su sencillez técnica: el agua corre por gravedad, y precisamente este hecho
origina un eje estable entre el punto de origen, el espacio intermedio (área de uso) y el final. Los
aprovechamientos hídricos se ubican en el propio recorrido del agua o a una cota menor, pero
por encima del canal el aprovechamiento es prácticamente inexistente. De esta forma se
generaliza el uso continuado (ante la complejidad de crear nuevos espacios) a través de
sucesivos paisajes y contextos históricos. Haciendo nuestras las palabras de Miquel Barceló,
“cualquier sistema hidráulico ha sido concebido y diseñado en su estructura fundamental desde
un principio, estando delimitado para su eventual crecimiento por la línea de rigidez trazada por
la acequia principal, ya que, al basarse todo el funcionamiento del sistema en la circulación por
gravedad del agua, no es posible regar por encima de la acequia principal sin la apertura de un
nuevo punto de captación. Y es esta estabilidad de los sistemas hidráulicos lo que permite
identificar su pervivencia total o parcial en el paisaje actual e intentar la reconstrucción de su
diseño original”6.
Ejemplo de las tipologías mostradas anteriormente: tramos excavados, delimitados en mampostería y cajeados
en cemento.
En el yacimiento de Pieza Redonda se conservan numerosos restos materiales de estas prácticas
históricas de regadío. Contamos con tramos de canales artificiales excavados en el terreno,
cajeados en piedra o con encofrado de cemento contemporáneo (a veces coexistiendo), lo que da
muestra de una enorme profundidad histórica hasta su uso reciente, pero también existen otros
elementos característicos como puntos de distribución y reparto, chozos o guardaviñas
relacionados con el depósito de aperos de labranza, vigilancia del sistema hídrico y resguardo de
personas, e innumerables muretes de terraza que delimitan heredades agrícolas.
Documentamos dos líneas principales de agua directamente conectadas con el regadío de
Vadillo; una primera que discurre por el lado oriental del yacimiento, siguiendo la isolínea de
cota 460 metros y creando un área de riego por gravedad hacia el sur y este. Se asocia a cultivos
(actuales) de olivo y viñedo. La presencia de una caja de cemento en todo el recorrido denuncia
6 BARCELÓ M. (1989): «El diseño de espacios irrigados en Al-Andalus: un enunciado de principios
generales». En L. CARA BARRIONUEVO, El agua en las zonas áridas: Arqueología e Historia. I coloquio de Historia y Medio Físico. Instituto de Estudios Almerienses. Almería, pp. 15-40.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
25
un uso muy reciente, pero existen restos más antiguos de paredes de mampostería e incluso un
punto de distribución en mampostería (H012 – I013) abandonado que nos remiten a tiempos
anteriores. En este sentido, también es destacable la presencia de chozos o guardaviñas (F011 y
H010) junto a la canalización artificial, ligeramente elevados sobre ella para no entorpecer la
irrigación. Creemos que estas arquitecturas responderían a necesidades más relacionadas con el
refugio ante las inclemencias del tiempo y el depósito de aperos de labranza, sin olvidar un
cierto control sobre el cauce de riego.
Elementos que acompañan a la regadera oriental de Pieza Redonda.
La segunda gran línea de agua que relacionamos con el regadío histórico de Vadillo recorre el
sector occidental del yacimiento estudiado, también a una cota bastante baja, muy parecida a la
anteriormente descrita para el lado este (unos 457 metros de altura), creando un área de riego
por gravedad hacia el oeste y suroeste. Se asocia a cultivos (actuales) de olivo y viñedo. En este
caso también la presencia de cajas de cemento nos indican un uso continuado hasta fechas
recientes, pero son numerosos los tramos conservados excavados en el terreno y limitados por
muretes de mampostería. También existen restos de un chozo (C008); frente a lo que ocurría
con H010 y F011, C008 presenta una planta redondeada, pero coinciden en la fábrica de
mampostería regularizada en hiladas y aparejada en seco –con tierra en vez de mortero– cuya
cubierta se soluciona en una cúpula por aproximación de hiladas.
Por encima de la curva de nivel de los 460 metros también existen indicios de agricultura
irrigada, por ejemplo viñedos cultivados hoy día gracias al actual sistema de regadío soterrado
que, por cierto, coincide en ocasiones con la regadera de Vadillo tradicional. Sin embargo,
queremos llamar la atención sobre una nueva línea de agua detectada en varios puntos de un
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
26
corto tramo del lado sudoriental del cerro, a una altura aproximada de 470 metros, que aparece
delimitada por muretes de mampostería e incluso trabajando la roca natural en desarrollo
vertical, y sin presentar una evolución reciente hacia el cemento. El abandono de este circuito se
produjo por tanto antes que las regaderas inferiores, pero no sabemos cuánto antes ni durante
cuánto tiempo funcionó esta canalización; no sin realizar una intervención arqueológica sobre
los rellenos de amortización del elemento.
Chozo en las inmediaciones de la regadera occidental y vista general del recorrido de la misma, en zona de
cultivo actualmente abandonada.
Finalmente, queremos hacer referencia a una extraña estructura (I003) que se identificó sobre el
terreno como una posible regadera, al presentar un lado rehundido en la roca natural y otro
delimitado con murete de mampostería. Sin embargo, la falta de continuidad en los restos y su
elevada cota (unos 482 metros) nos hacen dudar de su adscripción como canalización continua
de regadío. Sólo una intervención específica sobre el elemento podría aclarar la naturaleza y
funcionalidad de este interesante hallazgo.
La regadera presenta tramos cajeados en mampostería, sin ningún tipo de argamasa, y otros tramos de difícil
identificación que requieren ciertas labores de desbroce y limpieza para su correcta documentación.
Parte de los muros localizados en la prospección superficial están obviamente relacionados con
los sistemas de regadío, conformando muretes de delimitación y aterrazamiento para heredades
de cultivo. Pero también hay que tener en cuenta terrenos de secano, pastizales propios de
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
27
actividades ganaderas y, por supuesto, la posibilidad de identificación de restos asignables a la
población protohistórica. En contra contábamos con un elevado número de hallazgos (184
registros o puntos georreferenciados correspondientes a 76 Unidades de Prospección distintas) y
la, en principio, semejanza constructiva: piedra local aparejada en bloques de mampostería
apenas desbastados en seco, es decir, sin morteros de cal.
Puntos Geográficos de control (PGUPs) de las distintas Unidades de Prospección (UPs) referidas a estructuras
de regadío documentadas durante la prospección.
Reconstrucción de las diferentes canalizaciones de regadío en el área prospectada.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
28
A B C D E F G H
A001
A005
A012
B006
B007
B008
C003
C004
C005
C019
C021
D003
D004
D005
D007
D008
D012
D014
D056
E036
E047
E051
E052
E054
F007
F009
F012
G004
G005
G007
G008
G012
G014
H001
H004
H006
H009
H013
H014
I J K M N O P Q
I001
I002
I006
I007
I008
I011
J001
J003
J005
J014
J015
J037
K014
K028
M004
M005
M006
N018
N026
N029
N030
O019
O023
O025
P001
P005
P012
P015
Q001
Q002
Q004
Q010
Q011
Q013
Q014
Q017
Q018
Listado de Unidades de Prospección, distribuidas por transectos, referidos a estructuras murarias
identificadas en el yacimiento.
En resumen, la mayoría de las estructuras son muretes de aterrazamiento, restos de regaderas y
varios chozos o guardaviñas (algunos no documentados en el Inventario de Elementos Menores
de la Cuadrilla de Laguardia, en PALACIOS MENDOZA, RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ:
2004). Dada la naturaleza de esta intervención, sin remoción de tierra, resulta complicado
asignar una cronología a las estructuras de contención de las terrazas basándose únicamente en
criterios tipológicos. Si bien se observa cierta coherencia interna y algunas estructuras presentan
características que denotan cierta antigüedad, se hace necesario realizar algunos sondeos de
control y limpieza de los paramentos en algunos puntos para dar consistencia a un estudio
cronotipológico.
La impronta de las Guerras Carlistas.
A pesar de que esta impronta se reduce a un pequeño fragmento de proyectil, la peculiaridad
del hallazgo merece una contextualización del mismo. En concreto, se trata de una pieza de
artillería que se vincula al contexto bélico de la Tercera guerra Carlista (1872-1876). Su
datación queda reflejada por medio de la fecha de producción fijado en su cara exterior, 1874.
Así, teniendo como punto de partida el momento cronológico y su situación geográfica, su
aparición se debe relacionar con los hechos de armas producidos en las inmediaciones de
Laguardia durante ese mismo año.
Anteriormente, el 29 de noviembre de 1873 el núcleo de Laguardia había sido ocupado por
tropas carlistas, ya que el control del lugar era totalmente estratégico en vistas a dominar Rioja
Alavesa. Los liberales, sabiendo que este pueblo fuertemente defendido por sus murallas se
había convertido en el centro de operaciones carlistas de la comarca, consideraron que era
preciso conquistarlo. No únicamente por lo que moralmente significaba, sino también para
poder asegurar la vertiente derecha del Ebro entre las posiciones que ya controlaban de Miranda
del Ebro y las poblaciones del paso del Ebro por Navarra.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
29
Los intereses de ambos bandos por lo que suponía el dominio de Laguardia, trajo durante el año
1874, unos cambios de mano en un corto lapso de tiempo, que culminarían con su total control
por el ejército liberal.
Ya el primer enfrentamiento se dio entre los días 30 de enero y 4 de febrero por las tropas
liberales al mando del general Domingo Moriones, que tras sitiar Laguardia, emprendieron
durante esos días continuos bombardeos para abrir brechas en la muralla medieval. Entre la
artillería empleada para tal fin, las fuentes nos hablan de diferentes baterías compuestas de
cañones modelo Krupp de 8 y 10 cm, y de otras piezas de 10, 16 cm. Las tropas carlistas del
interior de la población, unos 800 hombres al mando de Llorente, claudicaron el 4 de febrero
ante la espera de una ayuda, que a pesar de estar en camino por los generales Antonio
Dorregaray y Nicolás Ollo (procedentes de Treviño y Navarra), no llegaron a tiempo.
Rendición de Laguardia. Fuente: La Ilustración Española y Americana. Edición del día 15 de febrero de 1874
(tomado de http://www.zumalakarregimuseoa.eus).
El siguiente intento de tomar el municipio, esta vez por los carlistas, se discurrió entre la noche
del 4 y el día del 5 de agosto. En este caso fue un ataque sorpresa planeado por el jefe carlista
Álvarez, quien ordeno al comandante Urbina con tres compañías esconderse en las ruinas de dos
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
30
casas abandonadas de la población hasta que amaneciera. Para luego una vez abiertas al alba los
portones de la muralla, se apoderasen de la puerta del castillo.
A continuación Álvarez atacaría para auxiliar y tomar la posición. Definitivamente en plan no
resultó tal cual se planeó. Fueron vistos y las tres compañías se vieron en un fuego cruzado del
que resultó herido el comandante Urbina. Pero finalmente las tropas de Álvarez socorriendo a
los suyos consiguieron que los defensores definitivamente claudicasen.
Toma de Laguardia por los carlistas. Fuente: Lamothe, A. de (1875): Fille du bandit: scénes et moeurs de
l'Espagne contemporaine (tomado de http://www.zumalakarregimuseoa.eus).
El general en jefe Domingo Moriones no vio la necesidad inmediata de volver a tomar
Laguardia, puesto que los carlistas en ese momento se encontraban fuertes en la plaza y porque
atacar le llevaría hacer un sitio que podría durar semanas.
La espera del nuevo y último ataque no se hizo hasta el 8 de octubre. Momento en el que el
general Manuel de la Serna, jefe del segundo cuerpo del ejército del norte, decidió atacar. Para
entonces los carlistas habían demolido gran parte de la muralla medieval de Laguardia, que en
su lugar edificaron unas trincheras en la cresta de la población, protegidos por ásperas
pendientes (contraescarpas). Además de atrincherarse fuertemente en el desfiladero y las
posiciones de Assa.
La Serna decidió presentar batalla, y para ello reunió a todo su ejército en Logroño. Al mismo
tiempo, los carlistas sabiendo de tal concentración de tropas, empezaron a movilizase entorno
Peñacerrada y la Solana.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
31
Llegada del ejército a Laguardia. Vista tomada desde la carretera de Logroño. Fuente: La Ilustración
Española y Americana. Edición del día 15 de octubre de 1874 (tomado de http://www.zumalakarregimuseoa.eus).
El día 8, el ejército marchó a las posiciones de Assa, en donde se encontraban los carlistas. Ahí,
diversas compañías abrieron fuego con sus cañones, logrando finalmente la huida de estos. Una
vez tomada la posición, se supo que la guarnición de Laguardia había abandonado la población
y escapado por la sierra de Toloño. De manera que se logró recuperar la plaza definitivamente,
ya que los carlistas no decidieron volver a intentarlo.
El análisis del contexto histórico de los acontecimientos nos ha demostrado en primer lugar el
grado de actividad que hubo durante 1874 en las cercanías de Laguardia, por lo que el proyectil
en sí pertenece a alguno de esos sucesos bélicos. La mayor parte de ellos se concentraron
alrededor del municipio, distancia de unos 6 km en línea recta al punto de aparición del
fragmento. Dato a tener en cuenta, ya que esta distancia resulta algo excesiva para pensar que
pudiese proceder de la población o cercanías. Pero puesto que las posiciones de Assa fueron
atacadas por artillería al final de este capítulo, nos hace pensar con más certeza que el proyectil
esté en relación a este último hecho de armas, ya que aun no sabiendo con exactitud la ubicación
de ambos bandos en el espacio geográfico, la distancia al punto de aparición se reduce hasta un
recorrido de trayectoria mucho más asequible, en torno a 1 km de distancia.
Volviendo sobre el fragmento en sí, tenemos una pieza de unos 8 cm de largo, por unos 5 cm de
ancho. Tamaño pequeño para poder llegar a saber algunos datos interesantes del proyectil. No
obstante sabemos que el objeto en cuestión está situado en el cuello del mismo. Entre el inicio
de la cabeza cilíndrico-ojival y el cuerpo. El material, al ser de hierro fundido, guarda en su cara
interior las marcas en donde un día estaba colocado el bote de metralla, que bien sería de zinc o
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
32
plancha de hierro, conteniendo en su interior las balas de plomo esféricas unidas con azufre
fundido. Continuando en la cara interna, tenemos el inicio del hueco de un tubo, que viene a ser
el lugar donde se colocaba la espoleta por la cual se accionaría la carga.
La inscripción “F de T” que se puede llegar a leer en la cara exterior, es la seña del lugar de
fabricación. Teniendo en cuenta las fábricas que por entonces se encontraban operativas en el
estado, esta viene a proceder lo más posible de la Fábrica de Trubia (Asturias). Establecimiento
a cargo del Cuerpo de Artillería junto a la de Sevilla. La fundición de Trubia era la más
importante de todas, lugar en el que se dedicaban a la fabricación de piezas de artillería y
municiones de hierro fundido y acero. Por lo que podemos concluir que esta pieza pertenece al
ejército liberal. Todavía más, cuando sabemos por fuentes escritas que en estos enfrentamientos
los únicos cañones carlistas descritos pertenecían al modelo de cañón whitworth, cuyas
granadas eran hexagonales.
Fotografías del fragmento de proyectil recuperado, con el detalle de la inscripción que indica su cronología.
Últimas transformaciones.
Por último, concluiremos recordando que este cerro y sus alrededores han sufrido durante el
último siglo importantes transformaciones en los usos del suelo y del paisaje, fundamentalmente
debidos al abandono de aprovechamientos tradicionales, cierta reestructuración del parcelario
rústico y, sobre todo, por el cambio de la explotación tradicional del olivar por el casi
F[ábrica] DE T[rubia]
1874
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
33
monocultivo intensivo del viñedo. Durante esta metamorfosis es de suponer que muchas de
estas estructuras fueron afectadas en mayor o menor medida, así como el registro arqueológico
del subsuelo (muchas de las piezas cerámicas presentan profundas incisiones del arado). Entre
los hallazgos de esta época destaca un fragmento de arado mecánico actual que delata la
intensidad de este impacto.
La zona de estudio en dos momentos. Comparación entre una fotografía aérea de 1932 (DFA) y una ortofoto
actual (GV).
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
34
5. CONCLUSIONES. A pesar de que nos encontramos en un cerro parcialmente arrasado y sin apenas regolito, donde
las zonas con mayor presencia de hallazgos son estratigráficamente estériles, consideramos que
a partir de la intervención se ha conseguido ampliar el conocimiento del Poblado de Pieza
Redonda. A continuación destacamos algunas conclusiones.
5.1. PROPUESTA DE DELIMITACIÓN DEL HÁBITAT PROTOHISTÓRICO.
Consideramos este tipo intervención interesante en sí misma, como una actuación previa
imprescindible antes de cualquier otra labor más destructiva, invasiva y cara, sobre un
yacimiento arqueológico. En definitiva, como hemos visto en el apartado de resultados,
disponemos de una serie de argumentos objetivos y sólidos que nos ayuda a definir más
claramente hábitat protohistórico.
Propuesta de delimitación del hábitat del Bronce Final-Primera Edad del Hierro
a partir de la densidad de evidencias de esa época.
A juzgar por la dispersión del material protohistórico, el poblado debió estar durante este
período situado en el cuadrante sudoriental del cerro, aunque puede que el recinto amurallado o
las estructuras defensivas –si las hubiera– rodearan toda la mitad oriental del altozano, con
espacios vacios intercalados, no necesariamente ocupados por viviendas. En este sentido, por el
momento no hay datos concluyentes.
5.2. PERSPECTIVAS DE FUTURO Y PRÓXIMAS ACTUACIONES.
Los esfuerzos en próximas campañas deberían estar encaminados a resolver varias cuestiones
pendientes.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
35
Cronotipología de las estructuras.
Una vez localizadas las estructuras (muros y regaderas, fundamentalmente) se cree necesario
realizar un estudio pormenorizado de los mismos en base a diversos rasgos morfotécnicos y
métricos que permitan adscribirlos cronológicamente. Sin embargo, para ello es necesario partir
de algunos casos concretos datados, que en cierto modo sirvan de fósiles directores.
Para la datación de las estructuras hay que basarse en datos de tipo arqueométrico (por ejemplo,
una datación de C14) o de tipo estratigráfico (es decir, que podamos integrar los elementos
estudiados en una secuencia relativa). La forma de obtener esta información no es otra que la
realización de sondeos junto a las estructuras.
Trincheras de valoración.
También es necesario comprobar el estado general del registro arqueológico bajo cota cero. Para
ello, además de los sondeos citados, sería interesante realizar una o varias trincheras dentro de la
zona del hábitat protohistórico, cortando perpendicularmente las curvas de nivel, de forma
similar a como se ha realizado en el Alto de Castejón en la campaña de 2013 (MARTÍNEZ
TORRECILLA, 2014: 110-112).
Bloque diagrama de categorías de yacimientos arqueológicos, en función de la calidad del registro (BURILLO
et al., 1993: fig. 6).
Para valorar la calidad potencial del registro del subsuelo a partir de los datos en superficie,
hemos seguido una vez más las apreciaciones de F. Burillo, el cual según el tipo de evidencias
propone cuatro categorías de yacimientos arqueológicos (2013: 28-29; también en BURILLO et
al., 1993: fig. 6):
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
36
1. Yacimiento arqueológico cuyo contexto interno no ha sido alterado.
2. Yacimiento arqueológico en el que se han producido importantes variaciones de su
contexto interno, pero sin que se modifique su situación.
3. Yacimiento arqueológico formado por materiales desplazados de su ubicación primitiva,
pero con indicios suficientes como para determinar su ubicación original (a).
4. Hallazgo suelto o aislado formado por materiales carentes de todo contexto
arqueológico con los que se pueda relacionar.
Según este esquema, nos encontraríamos –en el peor de los casos– ante la tercera opción,
aunque tenemos indicios suficientes como pensar que pudieran conservarse parte del yacimiento
no excesivamente alterado (primera y segunda opciones) en algunos sectores.
De este modo, si se cumplen estas expectativas, se podrían definir algunas características del
emplazamiento y su estructuración interna, así como comprobar la concordancia con los datos
de otros poblados de cronología similar estudiados por A. Castiella en Navarra y La Rioja
(CASTIELLA, 1977: 13-14):
Cerros a poca altura sobre el entorno más o menos llano inmediato.
Cerca de manantiales o en la unión de dos cursos de agua.
El perfil de los cerros presenta uno o más escalones.
La ordenación interna se adapta a la topografía local.
Predominan las viviendas rectangulares con una compartimentación tripartita: vestíbulo,
hogar despensa.
También se reconocen viviendas de planta circular aunque son menos frecuentes y se
asocian a un horizonte cultural anterior.
Prospección extensiva dirigida a la búsqueda de los espacios funerarios.
Por otro lado, es lógico pensar que en el entorno del Poblado se localizara la necrópolis, aunque
nada se ha encontrado al respecto. Según lo documentado en otros asentamientos de la época
(en el entorno de la Ribera Navarra), los espacios funerarios deben situarse probablemente a
menos de un kilómetro de distancia y visible desde el Poblado. Sin embargo, el registro
arqueológico se muestra especialmente silencioso en este sentido, en un espacio tan
intensamente investigado como es esta comarca.
Prospección extensiva dirigida a la búsqueda de vías de comunicación terrestres.
Como hemos comentado, la red de poblamiento protohistórico en Rioja Alavesa es
especialmente densa y equilibrada. Esta cuestión plantea inmediatamente la siguiente cuestión:
¿Hasta qué punto las zonas de más densidad de material protohistórico –fuera del contexto de
los poblados conocidos– nos está marcando las rutas de comunicación terrestres? Sería
interesante comprobarlo. Lo cierto es que las opciones son pocas:
Material asociado a poblados o hábitats todavía sin descubrir.
Material asociado a antiguas rutas entre los núcleos.
Hallazgos fortuitos, debidos básicamente a procesos postdeposicionales.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
37
5.3. PROPUESTA DE CALIFICACIÓN DEL YACIMIENTO.
Finalmente, en nuestra opinión creemos que la intervención ha aportado información suficiente
como para que el yacimiento cuente con un régimen de protección más restrictivo, algo de lo
que en la actualidad carece totalmente.
J. R. F. y A.M.M.
En Vitoria-Gasteiz. Lunes, 30 de marzo de 2015.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
38
BIBLIOGRAFÍA.
AGUAYO CAMPO T. (1999): El regadío tradicional en Rioja Alavesa: su contexto
socioeconómico. Diputación Foral de Álava. Vitoria-Gasteiz.
BAENA J., BLASCO C., QUESADA F. (Eds.) (1999): Los SIG y el Análisis Espacial en
Arqueología. Servicio de Publicaciones de la UAM. Madrid.
BALDEÓN IÑIGO A., SÁNCHEZ SIERRA M.J. (2006): Depósitos en hoyo de la Edad del
Bronce en Álava. Santa María de Estarrona (Estarrona, Vitoria-Gasteiz), Peracho y
Alto Viñaspre (Kripan). Diputación Foral de Álava. Vitoria-Gasteiz.
BANNING E.B. (2002): Archaeological survey. Kluwer Academic / Plenum Publishers. New
York.
BARCELÓ M. (1989): «El diseño de espacios irrigados en Al-Andalus: un enunciado de
principios generales». En L. CARA BARRIONUEVO, El agua en las zonas áridas:
Arqueología e Historia. I coloquio de Historia y Medio Físico. Instituto de Estudios
Almerienses. Almería, pp. 15-40.
BINFORD L.R. (1998): En busca del pasado. Ed. Crítica. Barcelona.
BORJA SIMÓN J.A. (1993): «Identificación y análisis de procesos postdeposicionales en
yacimientos del primer milenio a.C. en la Cuenca de Pamplona». Arqueología Espacial
16-17. Teruel, pp. 191-205.
BURILLO MOZOTA F. (2013): «La prospección de superficie». En M. GARCÍA DÍEZ y L.
ZAPATA PEÑA (Coords.), Métodos y técnicas de análisis y estudio en Arqueología
Prehistórica. De lo técnico a la reconstrucción de los grupos humanos. Servicio de
Publicaciones de la Universidad del País Vasco. Bilbao, pp. 15-38.
BUTZER K.W. (1989): Arqueología. Una ecología del hombre. Ed. Bellaterra. Barcelona.
CAMBI F. (2001): “Prospección arqueológica”, en FRANCOVICH R., MANACORCA D.:
Diccionario de Arqueología. Ed. Crítica. Barcelona, pp. 301-308.
CAMBI F., TERRENATO N. (1994): Introduzione all´archeologia dei paesaggi. Roma.
CARANDINI A. (1997): Historias en la tierra. Manual de excavación arqueológica. Ed.
Crítica. Barcelona.
CASTIELLA RODRÍGUEZ A. (1977): La Edad del Hierro en Navarra y Rioja. Institución
Príncipe de Viana. CSIC. Pamplona.
CASTIELLA RODRÍGUEZ A. (1986): «Nuevos yacimientos protohistóricos en Navarra».
Trabajos de Arqueología Navarra 5, pp. 133-173. Pamplona.
CASTIELLA RODRÍGUEZ A. et al. (1999): «Poblamiento y territorialidad en la Cuenca de
Pamplona: una visión arqueológica». Cuadernos de Arqueología de la Universidad de
Navarra 7, vol. I y II. Pamplona.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
39
CONOLLY J., LAKE M. (2009): Sistemas de información geográfica aplicados a la
arqueología. Ed. Bellaterra. Barcelona.
CRIADO BOADO F. (1993): «Límites y posibilidades de la arqueología del paisaje». SPAL 2,
pp. 9-55.
CUERPO DEL ESTADO MAYOR DEL EJÉRCITO (1880): Narración Militar de la Guerra
Carlista de 1869 a 1876. Imprenta y litografía del depósito de la Guerra. Madrid.
DE LATORRE Y LEÓN M. (1875): Tratado Elemental de Fortificación de Campaña, con
Nociones de la Permanente y del Material de Guerra. Valladolid.
DIEZ MARTÍN F. (2013): «La arqueología del paisaje: Análisis macro y meso-espacial». En L.
ZAPATA PEÑA, M. GARCÍA DIEZ (coords.), Métodos y técnicas de análisis y
estudio en Arqueología Prehistórica. De lo técnico a la reconstrucción de los grupos
humanos. Servicio de Publicaciones de la Universidad del País Vasco. Bilbao, pp. 219-
243.
DOMINGO I., BURKE H., SMITH C. (2007): Manual de campo del arqueólogo. Ed. Ariel.
Barcelona.
ENCISO VIANA E., CANTERA ORIVE J. (1967): Catálogo Monumental de la Diócesis de
Vitoria. Tomo I: Rioja Alavesa. Diputación Foral de Álava. Vitoria.
EVE (1993): Mapa Geológico del País Vasco, a escala 1:25.000. Hoja 170-IV/203-II,
Laguardia. Bilbao.
FERNÁNDEZ CACHO S. (2008): Patrimonio Arqueológico y Planificación Territorial.
Estrategias de Gestión para Andalucía. Universidad de Sevilla.
FERNÁNDEZ MARTÍNEZ V.M. (1989): Teoría y método de la arqueología. Editorial
Síntesis. Madrid, pp. 46 ss.
GARCÍA SANJUÁN L. (2005): Introducción al reconocimiento y análisis arqueológico del
territorio. Editorial Ariel. Barcelona.
GIL ZUBILLAGA E., FILLOY NIEVA I. (1988): «Estudio arqueológico de los precedentes del
poblamiento en torno a Vitoria-Gasteiz (Bronce Final-Edad del Hierro-Romanización)».
Estudios de Arqueología Alavesa 16, pp. 445-530.
GOBIERNO VASCO (1992): Ley 7/1990, de 3 de julio, de Patrimonio Cultural Vasco. Vitoria-
Gasteiz.
GONZÁLEZ SALAZAR J.A. (1986): Cuadernos de Toponimia Alavesa 3. Rioja Alavesa.
Diputación Foral de Álava. Vitoria-Gasteiz.
HERNÁNDEZ VERA J.A. (1982): Las ruinas de Inestrillas. Estudio arqueológico. Aguilar del
Río Alhama, La Rioja. Instituto de Estudios Riojanos. Logroño.
HODDER I., ORTON C. (1990): Análisis espacial en arqueología. Ed. Crítica. Barcelona.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
40
IÑIGUEZ HERRERO J. et alii (1980): Mapa de suelos de Álava. Escala 1:200.000. Diputación
Foral de Álava. Vitoria.
LLANOS ORTIZ DE LANDALUZE A. (1974): «Urbanismo y Arquitectura en poblados
alaveses de la Edad del Hierro». EAA 6, pp. 101-146. Vitoria.
LLANOS ORTIZ DE LANDALUZE A. (1975): «Algunas consideraciones para la localización
de establecimientos pre y protohistóricos». Kobie 6, pp. 127-130. Bilbao.
LLANOS ORTIZ DE LANDALUZE A. (Coord.) (1987): Carta Arqueológica de Álava.
Diputación Foral de Álava. Vitoria-Gasteiz.
LLANOS ORTIZ DE LANDALUZE A. (1995): «El poblamiento celtibérico en el Alto Valle
del Ebro». III Simposio sobre los celtíberos. Institución Fernando el Católico. Zaragoza,
pp. 289-328.
LÓPEZ DE GUEREÑU GALARRAGA G. (1962): Álava, Solar de Arte y de Fe. Caja de
Ahorros Municipal de Vitoria. Vitoria.
LÓPEZ DE GUEREÑU GALARRAGA G. (1989): Toponimia Alavesa seguido de mortuorios
o despoblados y pueblos alaveses. Euskaltzaindia. Bilbao.
LÓPEZ DE GUEREÑU GALARRAGA G. (1998): Voces alavesas. Ayuntamiento de Vitoria-
Gasteiz. Euskaltzaindia. Bilbao.
MADOZ P. (2000): Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España y sus posesiones
de Ultramar. Álava. Vitoria-Gasteiz. (Facsímil, 1845-59).
MALUQUER DE MOTES (1954): «El yacimiento hallstático de Cortes de Navarra. Estudio
Crítico II». Excavaciones en Navarra VI. Príncipe de Viana. Pamplona.
MANNONI T., GIANNICHEDDA E. (2007): Arqueología. Materias, objetos y producciones.
Editorial Ariel. Barcelona.
MARTÍNEZ MONTECELO A., RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ J. (2013): «Documentación
sistemática del arbolado trasmocho: un caso práctico en los Montes Altos de Vitoria».
En A. ARAGÓN RUANO, I. IRIARTE GOÑI, F.J. SILVA PANDO (eds.): Actas de la
IV Reunión de Historia Forestal. Gestión forestal y sostenibilidad: Experiencias
históricas. Vitoria-Gasteiz, 18-19 octubre 2012. Sociedad Española de Ciencias
Forestales, pp. 149-158.
MARTÍNEZ TORRECILLA J.M. (2014): «Alto de Castejón». Arkeoikuska 2013, pp. 110-112.
MARTÍNEZ TORRECILLA J.M., SÁNCHEZ ZUFIAURRE L., RODRÍGUEZ COSTAS A.
(2012): «Alto de Castejón». Arkeoikuska 2011, pp. 115-121. Vitoria-Gasteiz.
MENÉNDEZ M., JIMENO A., FERNÁNDEZ V.M. (2007): Diccionario de Prehistoria.
Alianza Editorial. Madrid.
OLAETXEA ELOSEGI C. (2000): «La tecnología cerámica en la Prehistoria Vasca». Munibe,
Suplemento nº12. Sociedad de Ciencias Aranzadi. Donostia-San Sebastián.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
41
OREJAS SACO DEL VALLE A. (1991): «Arqueología del paisaje: historia, problemas y
perspectivas». AEspA 64, pp. 191-230.
OREJAS SACO DEL VALLE A. (1995): Del “marco geográfico” a la arqueología del
paisaje. La aportación de la fotografía aérea. CSIC. Madrid.
OREJAS SACO DEL VALLE A. (2006): «Arqueología de los paisajes agrarios e historia
rural». Arqueología Espacial 26, pp. 7-19.
OREJAS SACO DEL VALLE A., RUIZ DEL ÁRBOL MORO M., LÓPEZ JIMÉNEZ O.
(2002): «Los registros del paisaje en la investigación arqueológica”. AEspA 75, pp. 287-
311.
PALACIOS MENDOZA V., BARRIO LOZA J.A. (1985): Inventario de arquitectura rural
alavesa. II. Rioja alavesa. 2 vols., DFA. Vitoria-Gasteiz.
PALACIOS MENDOZA V., RODRÍGUEZ FERNÁNDEZ J. (2004): Patrimonio
Arquitectónico de la Cuadrilla de Laguardia-Rioja Alavesa. Elementos Menores.
Diputación Foral de Álava. Vitoria-Gasteiz.
PALOL P. de (1974): «Álava y la Meseta superior durante el Bronce Final y Primer Hierro».
Estudios de Arqueología Alavesa 6, pp. 91-100.
PEÑALVER IRIBARREN X. (2008): La Edad del Hierro. Los vascones y sus vecinos. El
último milenio anterior a nuestra Era. Editorial Txertoa. Donostia-San Sebastián.
QUEROL M.A. (2010): Manual de gestión del Patrimonio Cultural. Ed. Akal. Madrid.
RENFREW C., BAHN P. (1993): Arqueología. Métodos, teorías y práctica. Ed. Akal. Madrid,
pp. 65 ss.
SÁNCHEZ GÓMEZ F. (1991): El Arma de Artillería en el Reinado de Alfonso XII. Ministerio
de Defensa. Madrid.
SOLAUN BUSTINZA J.L. (2005): La cerámica medieval en el País Vasco (ss. VIII-XIII). Serie
EKOB 2. Gobierno Vasco. Vitoria-Gasteiz.
UGARTECHEA J.M. (1966): «Notas sobre el bronce final en el País Vasco». Estudios de
Arqueología Alavesa 1, pp. 139-148.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
42
AGRADECIMIENTOS. Este trabajo no hubiera sido posible sin la financiación económica de Gobierno Vasco y del
Ayuntamiento de Lanciego. Del mismo modo, agradecemos enormemente su ayuda y
colaboración a los Estudiantes Internacionales del Campo de Trabajo así como a los monitores y
monitoras de la Fundación Ítaca. Finalmente, dedicamos una especial mención a los vecinos de
Lanciego por su dedicación incondicional, a Alfonso González –alcalde de Lanciego–, y sobre
todo a Wity, a Gorka Mauleón y al estudiante Ivan Roldan.
Prospección en Pieza Redonda, 2014. Memoria de la Intervención.
43
FICHA TÉCNICA.
Dirección:
Jose Rodríguez Fernández.
Ángel Martínez Montecelo.
Trabajo de campo:
Jose Rodríguez Fernández.
Ángel Martínez Montecelo.
Ivan Roldan Vergarachea.
Monitores de la Fundación Ítaca y
voluntarios del Campo de Trabajo Internacional
de Pieza Redonda.
Inventario de materiales:
Jose Rodríguez Fernández.
Ángel Martínez Montecelo.
Paquita Sáenz de Urturi Rodríguez.
Redacción de informe:
Jose Rodríguez Fernández.
Ángel Martínez Montecelo.
Ivan Roldan Vergarachea.