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Ter Man. 2009; 7(32):250-251
Alteraciones neuromusculares: la enfermedad en movimiento
Artigo original
Alteraciones neuromusculares: la enfermedad en movimiento
Camilo A. Turriago
El desarrollo y crecimiento
del aparato locomotor depende
de factores genéticos, mecáni-
cos y ambientales. Salvo algunas
excepciones y desde el punto de
vista ortopédico el niño con tras-
tornos neurológicos nace sano:
la alineación angular y torsional
de sus extremidades es normal,
los músculos tienen una longitud
normal y las articulaciones tienen
una movilidad normal. El niño con
trastornos neurológicos desarrolla
problemas ortopédicos en los seg-
mentos óseos, en las articulaciones
y en los músculos.
El crecimiento musculo-es-
quelético depende de un desarrollo
motor normal. La remodelación an-
gular y torsional de los miembros
inferiores depende de factores ge-
néticos, de la actividad física y de
las cargas. Por ejemplo: al nacer
existe torsión interna del fémur
que disminuye cuando el niño ini-
cia la bipedestación y marcha. Esto
ocurre gracias a las fuerzas que
ejercen el psoas, la cápsula ante-
rior de la cadera y ligamentos ilio-
femorales sobre el aspecto anterior
del cuello femoral. Si la marcha se
retarda, y por el contrario el cuello
femoral es sometido a cargas anor-
males, la torsión no cambiará o por
el contrario aumentará, y el ángulo
cérvico-diafi siario también se mo-
difi cará anormalmente.
La falta de movimiento gene-
ra fi brosis (ley del colágeno) y esto
puede ocurrir en las articulaciones
de niños con trastornos neuropáticos
cuando sus articulaciones permane-
cen siempre en la misma posición.
A diferencia del sistema óseo
que crece especialmente gracias
a estímulos hormonales y su rata
de crecimiento es mayor durante
el sueño, los músculos crecen por
que se estiran durante el juego
habitual y diario de los niños. Se
estima que los niños requieren al
menos dos horas de actividad físi-
ca para que sus músculos crezcan
apropiadamente. Si un músculo no
se estira se queda corto con res-
pecto al esqueleto (contracturas o
retracciones musculares). Existen
alteraciones neurológicas que au-
mentan el tono muscular, lo que
difi culta el estiramiento muscular y
estos niños frecuentemente desa-
rrollan contracturas musculares e
incluso articulares.
De tal manera que todos los
componentes del sistema musculo
esquelético: los huesos, articula-
ciones, cápsulas y ligamentos, y
los músculos pueden sufrir cambios
anormales si no tienen un adecua-
do balance muscular y un nivel de
actividad normal.
Pero el problema para los or-
topedistas no termina aquí: sucede
además que la función del apara-
to locomotor depende de una es-
trecha integración con el sistema
neurológico. Unos músculos deben
contraerse mientras que otros se
relajan. Mientras unos músculos se
contraen concéntricamente otros
lo hacen excéntricamente o isomé-
tricamente. Por ejemplo: si no-
sotros deseamos beber un poco de
agua servida en un vaso frente a
nosotros, nuestra corteza cerebral
junto con los núcleos de la base
debe planear los movimientos, en-
viar esta información al cerebelo,
posteriormente a los núcleos vesti-
bulares y reticulares del tallo cere-
bral que se encargan de estabilizar
músculos necesarios para contro-
lar la postura y las articulaciones
proximales para que fi nalmente los
músculos agonistas y antagonis-
tas puedan realizar el movimiento
preciso para sostener el peso del
vaso y llevarlo con precisión a la
boca. Pero además nuestro siste-
ma sensitivo utiliza los receptores
de movimiento y posición infor-
mando permanentemente al cere-
belo para que este verifi que si el
movimiento se realiza de acuerdo
a lo planeado y si no es así, envíe
las señales necesarias a la corteza
cerebral para realizar las correccio-
nes pertinentes.
Entonces podemos imaginar
cómo se puede alterar la capaci-
dad del movimiento de un niño con
trastorno neurológico: su aparato
locomotor se ha alterado y además
el control neurológico del mismo
no funciona bien. Por otra parte el
niño crece y se va a convertir en
un adulto.
Un niño sano a la edad de 7
años es una especie de Hércules,
difícilmente un adulto puede sos-
tener el mismo nivel de actividad
física. Pero sucede que el adoles-
cente ya no tiene esta capacidad
y el adulto mucho menos. Lo que
sucede es que la proporción en-
tre la potencia muscular y la masa
corporal favorece al niño. Si bien el
adulto tiene mayor potencia mus-
cular que un niño, también tiene
* Artigo recebido em 5 de junho de 2009 e aprovado em 8 de julho de 2009.
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