18º Domingo Tiempo Ordinario - Guardaos de la avaricia

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Guardaos de la avariciaNo depende la vida de la abundancia

de bienes…

Guardaos de la avaricia, que no depende la vida del hombre de la abundancia de bienes que posee. Y les propuso una parábola: Un hombre rico tuvo una gran cosecha y empezó a echar cálculos…

Lucas 11, 13-21.

Vaciedad Vaciedad de vaciedades, dice el Eclesiastés, todo es

vaciedad. También en nuestro mundo, tan abundante y saturado de bienes, de palabras y de tecnología, existe

esta vaciedad. Podemos percibirla en la desorientación y la falta de valores que sufren tantas personas…

Planificar el futuroEl hombre rico de la parábola parece muy razonable: todos

consideramos que es un derecho vivir con dignidad y disfrutar de nuestros bienes. Pero Jesús nos recuerda que no podemos centrar nuestra vida exclusivamente en el placer o

los bienes materiales…

Los ídolos:Dinero Sexo Poder

Cuánto tiempo dedicamos a conseguirlos. ¡Y nunca tendremos bastante!

Al final, nuestra vida quedará llena de vacío.Estas riquezas jamás podrán llenarnos.

Mercadear con DiosLa filosofía mercantilista ha contaminado incluso nuestra fe: creemos que haciendo muchas cosas, acumulando méritos, ganaremos el cielo, como si la vida eterna fuera una paga a

nuestro esfuerzo. Hemos de trabajar por el Reino de Dios, pero

desinteresadamente.

Vivir bienVivir bien significa vivir amando. Nos aferramos a las cosas efímeras del mundo, queremos poseerlas y, en

cambio, no nos dejamos poseer por Dios.Y él nos ama. Somos su tesoro.

Él es quien hace eterna nuestra vida.

Una gran pobrezaMuchas personas viven centradas en sí mismas.

Su tesoro son ellas mismas: giran alrededor de su narcisismo. Esto es

una enorme pobreza.Nuestro ego hinchado y

nuestras posesiones nos acaban generando

problemas y separándonos de los

demás.

Nuestra riquezaHay una riqueza inagotable que viene de Dios. Nos llega a través de la Iglesia y nos hace sentirnos bien con nosotros

mismos y con los demás. Todo cuanto poseemos viene de Dios, desde nuestros logros

hasta el aire que respiramos y el sol que nos ilumina…

El mayor tesoroDios nos da la existencia, y nos da a los padres, los hijos, los amigos, las fuerzas y los medios para hacer fructificar nuestro trabajo. Cada día nos regala cosas inmerecidas.

Pero el mayor tesoro es el mismo Dios.

Dar nos enriquece¿Cómo corresponder a un regalo tan grande? Haciendo

cosas por los demás. Demos amor, demos tiempo, participemos en la eucaristía, ayudemos a los demás.

Dar nuestra vida es el don más espléndido que podemos ofrecer. Esta será la riqueza que se acumulará en el cielo.

18º Domingo Tiempo Ordinario – Ciclo CTextos: Joaquín Iglesias Aranda.