Post on 28-Sep-2018
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Créditos
Moderación & Traducción
Rodoni
Recopilación & Corrección
Aciditax
Revisión Final
Maia8
Diseño
Kyara_park
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Índice
Sinopsis
1- Tom
2 - Talia
3 - Talia
4 - Tom
5 - Talia
6 - Tom
7 - Talia
8 - Tom
9 - Talia
10 - Tom
11 - Talia
12 - Tom
13 - Talia
14 - Tom
15 - Talia
16 - Tom
17 - Talia
18 - Tom
19 - Talia
Out of My Element
Sobre la autora
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Sinopsis
o siempre necesitas una oportunidad para un nuevo comienzo.
Algunas veces sólo necesitas la oportunidad de un final
diferente.
Tom y Talia no eran extraños. Ellos estaban caminando por una
cuerda atracción desde que se conocieron, pero después de que
un accidente irrumpe en el mundo de Tom y lo cambié para siempre, él
cae en una espiral de emociones. No es más el chico relajado, feliz, ahora
se preocupa de que nunca sea suficiente para Talia. Después de todo,
¿quién posiblemente podría amar a un hombre destrozado?
Talia es una tenaz enfermera de emergencias de día y una amiga amante
de la diversión y chica fiestera de noche. Sus crecientes sentimientos por
Tom son puestos a prueba después de su accidente, mientras ella pelea
para romper sus muros y demostrarle a él lo mucho que le importa,
incluso cuando continua reconstruyéndolos, determinado a mantenerla
fuera.
Mientras Talia trata de cuidar de Tom, fuertes sentimientos emergen de
ambos, y ninguno de ellos saldrá sin ser tocado. Todo lo que ellos
pensaron que conocían de ellos mismos y de cada uno será puesto a
prueba hasta que finalmente se den cuenta que no es importante cuantas
veces caigas, sino cuantas veces llegues a levantarte.
Philadelphia Series # 2
N
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1
Tom
a enseñanza puede ser agotadora para empezar, pero enseñarles
salud a los de noveno grado, bueno eso podría hacerte ir
directamente al suicidio.
Echaba de menos los primeros días de explicar los grupos
alimenticios y nutrición desde el inicio del año. A pesar que las lecciones
de alcohol, tabaco y drogas era un fácil caminar en comparación con el
sistema reproductivo, que estaría cubriendo hasta el final del año. Había
algo en las palabras pene y vagina que hacía que los chicos de quince
años divagaran completamente.
Seis clases diferentes y sentía como si acabara de pasar el día entero
hablando con clases llenas con mi amigo Nick. Estaba empezando a
pensar que él nunca superaría la novedad de esta lección tampoco. Tres
semanas más de esto. Realmente no estaba seguro de que yo pudiera
superarlo también.
Empaqué mis cosas para el día y me dirigí a través del estacionamiento al
campo para la práctica. Mi equipo JV1 de fútbol era increíble este año.
Teníamos un montón de talento en bruto, y si continuaban jugando con la
pasión que tenían hasta ese momento, casi podría asegurar que la
mayoría de ellos se moverían hasta Varsity2 el próximo año.
1Junior Varsity: son los miembros de un equipo deportivo que no son los jugadores
principales en una competencia, por lo general de escuelas secundarias. 2Varsity: miembros principales de los equipos de las principales disciplinas deportivas
L
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El fútbol siempre ha sido mi salida. Me encantaba la emoción sin fin y el
juego siempre cambiante. Era emocionante e impredecible, y me daba una
emoción como ninguna otra cosa. Tanto Nick y yo habíamos jugado en la
universidad, mientras que Trevor se centró en las artes marciales. Ahora
Trevor parecía centrarse principalmente en Ava. Era genial verlo tan feliz.
Nick y él eran como hermanos para mí, y Ava era una combinación
perfecta para Trevor, ella no oponía con su mierda. Todos necesitábamos
una chica así.
Conocer a Trevor y Nick en mi primer año en la universidad fue un regalo
del cielo. Mis padres habían muerto en la mitad de mi primer año en la
universidad en un accidente aéreo. Mi papá había estado pilotando aviones
pequeños desde que tengo memoria. Él era bueno, siempre cauteloso. Al
final, no fue suficiente. No se puede controlar los fallos mecánicos, sólo se
puede tratar de superarlos. Perdí a toda mi familia cuando el avión cayó
al suelo. Yo era el único niño de esos dos hijos únicos. Trevor y Nick
eran la única familia que tenía ahora. El día que su avión cayó, estaba
pasando el rato en el apartamento con Trevor y Nick. No sé lo que habría
hecho si no hubiera estado allí cuando recibí la llamada. Yo estaba en
shock, y ellos dos se encargaron, haciendo lo que se tenía que hacer y
asegurándose de que tenía lo que necesitaba. Los días siguientes fueron
como caminar por un túnel oscuro y frío que no parecía terminar nunca.
Cuando mis padres murieron, rápidamente me di cuenta de que la amistad
no era sobre cuánto tiempo has conocido a alguien, sino sobre quien
entró en tu vida y nunca te dejó de lado.
Dejé caer la bolsa de pelotas en el banco de madera astillado y empecé
a patearlas al equipo para repartirlas. Era viernes, así que planeaba darles
un día más ligero, teniendo en cuenta que ganaron el juego ayer. El día
era hermoso ahora. El sol brillaba a través de las nubes dispersas,
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bañando el campo con el calor de la primavera. Los árboles estaban en
flor y el olor de la hierba recién cortada flotaba a través del aire. Iba a
ser como tirar de los dientes para conseguir que estos chicos se
concentraran hoy.
Hice sonar fuerte el silbato.
—Hagan los ejercicios, al sonido del silbato. —Los chicos se repartieron
por todo el campo como hormigas en busca de comida, y me dio un
sentido de orgullo mientras los observaba.
Las vibraciones que irradiaban desde mi teléfono en el lado de mi cadera
me sorprendieron con una llamada entrante. Levanté el teléfono a mi
oreja, haciendo una pausa para dar la alarma.
—Hey Nick. ¿Qué pasa?
—¿Vas a venir al club esta noche con nosotros?
—No estoy seguro. ¿Vamos a ser sólo nosotros cinco? —Trevor y Ava
siempre nos incluían tanto Nick como a mí, así como a su mejor amiga
Talia. Nos habíamos convertido en buenos amigos y todo, me lo pasaba
muy bien con ellos, pero me sentía como si hubiera sido arrastrado por el
fango hoy. Tenía la mitad de la mente para ir a casa y descansar.
—Sólo cuatro. Talia va a trabajar esta noche en ER3 —explicó, casi
solidificando mi decisión. Me encantaba ir a los clubes, para empezar, pero
cuando Talia estaba allí, tomaba la diversión a un nivel completamente
nuevo. Ella era tan ingeniosa y sarcástica y ponía a Nick en su lugar cada
vez. ¡Era increíble! Tenía un cuerpo al que no renunciaría y moverse con
ella en la pista de baile era como volver a casa. Casi podía sentirla contra
mí de sólo de pensarlo. Si ella no iba a estar allí, probablemente sería
3 ER. Emergency Room: sala de emergencias médicas.
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mejor ir a casa y relajarme por la noche.
—Creo que me quedaré en casa esta noche. Pasé el día enseñándole el
sistema reproductivo femenino a un grupo de chicos de catorce y quince
años. Mi mente no está realmente funcionando en niveles adultos en el
momento. —Me reí.
—¡Bien! —Nick se rió—. Estoy en el campo equivocado. El tema más
emocionante hoy para mí ha sido pasivos y gastos —gimió—. Está bien, no
salgas mañana por la noche sin embargo. Vete a casa y ten algo de
descanso Bella Durmiente. —Colgó antes de que pudiera responder. ¡Idiota!
Después de sólo una hora de práctica le permití al equipo irse. Las nubes
se habían venido alrededor y parecía que se podría llover en cualquier
momento. Me sorprendió lo rápido que el tiempo puede cambiar en el
Medio Atlántico.
Efectivamente, apenas había llegado al auto antes de que el cielo se
abriera y me atacara con una fuerte lluvia de primavera. Riendo, me
zambullí en el asiento del conductor, deslizándome peligrosamente sobre el
cuero mientras sacudí la fría agua fuera de mi cabeza, dejando pequeñas
salpicaduras de agua sobre la ventana y timón.
El tráfico era ligero, pero aún así todo el mundo se movía como si fueran
ganado. Nunca fallaba cuando los caminos estaban mojados, la gente en
Philly4 automáticamente ralentizaba un mínimo de veinticuatro kilómetros
por hora. La irritación llenó mi estado de ánimo previamente feliz. Si iba a
tener que ir lento de todos modos, bien podría tomar la parte de atrás de
las carreteras. Me desvié en la rampa de salida y me fusioné a la
carretera de dos carriles, inmediatamente disfrutando del paisaje mucho
más. Los árboles estaban en flor con diferentes colores y formas. Todo
4 Philly: Forma de abreviar el nombre de la ciudad de Philadelphia.
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casi brillaba bajo el flujo constante de la lluvia. Sería agradable estar justo
dentro esta noche y escuchar la lluvia golpear rítmicamente contra el
techo y las ventanas.
—¡Mierda! —Mi brazo golpeó una vieja botella de refresco mientras ajustaba
la radio, enviándola volando, donde explotó rápidamente en el asiento del
pasajero. Ahogué un respiro antes que se vaciara todo el contenido,
moviendo la cabeza en el lío húmedo y pegajoso color caramelo que
rápidamente estaba empapando mis asientos de tela gris. Buen trabajo
Tom.
Alcé la vista y contuve un gran aliento. Era casi como moverse en cámara
lenta. La camioneta blanca pareció salir de la nada. Me desvié a la
derecha, mientras chocaba con la parte de atrás de mi auto, enviándome
a un giro incontrolable en la parte superior negra. La sacudida de la
camioneta y el impacto de la bolsa de aire sacudieron mi cuerpo hasta la
médula. El sonido del metal contra el metal, haciendo crujir y se hizo eco
a través del auto. Los neumáticos chirriando ruidosamente llenaron mi
cabeza y de repente estaba tranquilo y me sentí ligero, flotando. El
siguiente impacto aplastó mi puerta del lado del conductor con un golpe
ensordecedor mientras la ventana destrozada enviaba pequeños fragmentos
de vidrio a lo largo de mi auto y todo mi cuerpo. El auto rodó al lado del
pasajero, llegando finalmente a parar.
La lluvia me golpeaba, sonando tan fuerte como un tren de carga que
pasa justo al lado de la ventana. Débiles voces sonaban a lo lejos.
—¿Señor? Quédese conmigo, la ayuda está en camino. —Cerré mis ojos. El
dolor en mi lado izquierdo de mi cuerpo era insoportable. Traté de
cambiar para aliviar un poco la presión, pero me di cuenta de que podía
moverme en absoluto. Estaba aplastado contra la puerta, casi
convirtiéndome en uno con el metal destrozado que una vez fue mi
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vehículo. Mi cabeza se sentía oscura y borrosa, casi como si estuviera
flotando en un bosque oscuro. No era capaz de concentrarse en otra cosa
que el frío y el dolor. Un fluido caliente goteaba en mis ojos. Podía oler el
aceite y la suciedad, y me encontré entrando y saliendo, oyendo voces y
otros sonidos pero no entendiéndolos del todo. Las sirenas y los gritos. El
fuerte motor y el crujir de metal, el hedor y sabor metálico de algo y
luego... nada.
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2
Talia
abía luna llena, y eso siempre sacaba a los lunáticos. ER había
estado lleno por mayoría de lesiones leves y enfermos hasta el
momento. Si mi turno entero se fuera a quedar así, sería una
noche miserable. Si me entero quien conduce el autobús que
deja a todos esos pasajeros en mi lugar de trabajo, ¡le voy a
patear el culo! Me senté con mi primera de lo que sería probablemente
muchas tazas de café.
—Hey Talia, tenemos un PennSTAR Medi Vac5 que viene con una víctima
de accidente de tráfico. La segunda víctima llega en ambulancia. ¿Puedes
reunirte con el del helicóptero y llevarlo a Trauma? —preguntó mi
enfermera a cargo Sara mientras estaba escribiendo la información en la
recepción. Tomé otro sorbo de mi café tibio.
—Claro, ¿cuál es la ETA6? —le pregunté mientras me levantaba y me ponía
mi bata de laboratorio.
—Cinco minutos. ¿Por qué no te diriges hacia arriba y esperas? Voy a
tener a Sheila preparando la habitación. —No levantó la vista del
computador. No tenía que hacerlo. Sabía que yo iba a hacer lo que tenía
que hacer. Me encantaba mi trabajo y era muy buena en eso.
Quise ser enfermera durante todo el tiempo que puedo recordar. Mi
pequeño hermano Ethan fue diagnosticado con neuroblastoma7 cuando él
5 PennSTAR Medi Vac: helicóptero médico que hace las veces de ambulancia aérea. 6 ETA: Estimated time of arrival. Tiempo estimado de llegada
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tenía tres años. Yo sólo tenía cinco años, pero recordaba lo amable que
las enfermeras eran con él. Se preocupaban por él y lo querían cuando
era su paciente. También lloraron y lamentaron la pérdida después de su
muerte. Eran buenas personas con mucho que dar. Quería ser como ellas.
Quería hacer una diferencia. Me encantaba la adrenalina. La energía y el
reto era lo que me mantenía regresando. El sentimiento que viene con
saber que éramos una línea de vida para nuestros pacientes, en última
instancia, que estábamos haciendo una diferencia valida a cada segundo.
—Talia, ¿estás trabajando en Trauma conmigo? —El Dr. Angelo entró en el
ascensor conmigo. Me alegraba verlo. Era, sin duda, uno de mis médicos
de urgencias favoritos. Tenía la cabeza fría y rara vez perdía nada. Su
técnica era buena y trataba a las enfermeras con respeto.
—Lo estoy. ¿Tiene alguna idea de lo que viene dentro? —le pregunté
mientras las puertas se cerraban. El ascensor gimió y cerró llevándonos a
la azotea para el helipuerto.
—Un problema bastante serio otra vez. Dos vehículos. El nuestro estaba
atrapado y necesitaron las quijadas de la vida8 para hacer palanca y
poder sacarlo. Estaba inconsciente en la escena. Varias lesiones
ortopédicas y lesiones en la cabeza. —Asentí. No sonaba bien.
Podíamos ver el helicóptero PennSTAR en la distancia. La lluvia se había
calmado a una llovizna constante. Me froté las manos y esperé. Me
pondría mis guantes cuando aterrizaran de lo contrario sería demasiado
sudoroso con el material de neopreno. Trabajé con los nervios en mi
cabeza como lo hacía en cualquier emergencia, lo que los laboratorios
necesitaban, que pruebas y equipos, pasando a través de todo lo que se
me ocurría hasta que el helicóptero aterrizó.
7 Neuroblastoma: es una forma de cáncer infantil que se forma en el tejido nervioso y
que por lo general suele comenzar con mayor frecuencia en las glándulas suprarrenales
que se ubican en la parte superior de los riñones 8 Jaws of life: Son pinzas hidráulicas que se usan para rescates, generalmente en
accidentes automovilísticos.
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El Dr. Angelo y yo nos encontramos con el equipo de vuelo médico y nos
movimos como una unidad con la camilla hacia el ascensor, escuchando a
medida que se actualizaban los signos vitales y condiciones actuales
mientras corríamos. Antes de que nos diéramos cuenta nos empujamos a
través de las puertas de la sala uno de Trauma.
Me puse una bata y guantes nuevos, tomando líquidos y materiales
mientras el Dr. Angelo gritaba órdenes. Corté el resto de la ropa lejos del
cuerpo de nuestro paciente, evaluando sus lesiones mientras me alejaba.
Su brazo izquierdo tenía una fractura abierta y parte del hueso era visible.
Trabajamos para estabilizarlo mientras el Dr. Angelo y otra enfermera
estabilizaba su cuello e insertó un tubo de respiración.
—Necesitamos una tomografía computarizada y una radiografía de tórax
STAT —gritó el doctor Angelo. Llamé a Radiología para hacerles saber que
estábamos en nuestro camino momentáneamente para la exploración
mientras la máquina portátil de rayos X fue colocada sobre el pecho de
nuestro paciente.
—¡Necesitamos una consulta de trauma ortopédico, posiblemente vascular
también! —le grité cuando vi la condición de su pierna izquierda. Estaba
destrozada más allá del reconocimiento por debajo de la rodilla. El tejido
y hueso aplastados juntos, apenas aguantando. Apliqué un torniquete en el
muslo superior para controlar el sangrado. Estaría sorprendida si ellos
pudieran salvarlo.
—Talia, necesito un tubo en el pecho. —Tomé el tubo en el pecho y el
bisturí, entregándoselo al Dr. Angelo. Una vez que lo habíamos colocado y
la sangre drenó, fuimos capaces de inflar el pulmón nuevo. Su presión
arterial bajó por la pérdida excesiva de sangre. Empujamos los fluidos,
pero necesitábamos conseguirle sangre.
—Necesitamos tres unidades de O-negativo. Tómalo directamente del
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quirófano. Vamos a trasladarlo a la TC9 —gritó el Dr. Angelo cuando
terminamos y lo preparó para su transferencia.
Lo cubrí con una manta caliente a medida que avanzábamos hacia el
ascensor.
—El OR10 está preparado y listo —le dije al Dr. Angelo cuando se abrieron
las puertas y nos empujamos a través de Radiología. Fuimos hasta la
máquina y nos pusimos detrás de la barrera, mientras que la exploración
estaba en curso.
El Dr. Sem, el cirujano de trauma, llegó a través para mirar por encima de
la exploración.
—Tenemos algo activo sangrado. Vamos a hacer una laparotomía
exploratoria. Tenemos que ver lo que hay ahí dentro, se ve como el bazo.
Lo veré allá arriba. —Dio media vuelta y se fue la dirección opuesta.
—Vamos a pasar. —El Dr. Angelo y yo lo empujamos por el pasillo y por
las puertas dobles al núcleo interno de la OR. El equipo de trauma
quirúrgico llegó y se hacía cargo mientras el Dr. Angelo les daba los
reportes. Tan pronto como se lo llevaron a la sala de cirugía, nos fuimos,
haciendo nuestro camino de vuelta a la sala de emergencia para terminar
el papeleo. Me temblaban las manos por la adrenalina, un efecto común
después de un traumatismo.
—¿Conseguimos una identificación ya? —le pregunté mientras caminábamos
por los pasillos blancos crudos.
—Sí, Sara llamó. Thomas Crawford. —Me detuve, aferrándome a la pared
para apoyarme. Me sentí como si había sido golpeada en el estómago
mientras el aire en mis pulmones se esfumaba momentáneamente.
9 Tomografía Computarizada (TC): también denominada escáner, es una técnica de imagen
médica que utiliza radiación X para obtener cortes o secciones de objetos anatómicos
con fines diagnósticos. 10Operating Room: Sala de operaciones.
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—¿Talia? ¿Estás bien? —El Dr. Angelo dio un paso hacia mí.
Me sentía como si no pudiera respirar.
—¿Dijo Thomas Crawford? —¿Cuáles eran las posibilidades? Mierda. No
había manera. Él estaba con los demás esta noche.
—Sí. ¿Lo conoces?
—No lo sé, tal vez. Necesito ver su identificación —grité por encima del
hombro mientras corría, dejando al Dr. Angelo detrás de mí. Cuando el
ascensor no se abrió inmediatamente, tomé las escaleras, golpeando a
través de la puerta y atravesando la sala de emergencia en un tiempo
récord.
—Sara, necesito la identificación de mi paciente. —Estaba sin aliento,
jadeando. Sara me miraba como si hubiera enloquecido completamente—.
Por favor —supliqué mientras me apoyaba en la parte superior de la mesa.
Me entregó la billetera marrón de cuero suave que estaba en la fase de
incorporación al inventario. Mis manos temblaban cuando la abrí. Miré
hacia abajo a la sonriente cara que conocía tan bien.
—Oh. Mi Dios. —Me ahogué antes de que pudiera deslizarme hasta el
suelo de baldosas frías. En un instante mi vida había dado un giro hacia
abajo en un camino impensable. Podía oír a alguien haciendo un sonido
como un animal herido, y casi muero al darme cuenta de que era yo. Me
acurruqué contra el costado de la estación de enfermeras y lloré como un
bebé.
***
—Gracias. —Sonreí débilmente al Dr. Angelo cuando me entregó un vaso
de plástico caliente con té.
16
—¿Puedes ponerte en contacto con su familia? —preguntó en voz baja. Me
deslicé hasta el borde de la camilla en la que estaba sentada. Estaba
avergonzada por mi reacción frente a mis compañeros de trabajo. Fui
entrenada para manejar situaciones traumáticas como esta, pero creo que
nunca me había tocado tan cerca antes.
—No lo sé. Tengo que llamar a sus mejores amigos. No lo saben. —Agarré
mi celular y marqué el número de Ava.
—¡Hola chica! —respondió ella, obviamente sabiendo que era yo. Podía
escuchar música sonando en el fondo y me di cuenta que debían estar en
el club nocturno ya.
—Ava.... Ava, es Tom. Necesitan venir aquí ahora. —No pude contener mis
lágrimas. Maldita sea, realmente necesitaba controlarme.
—¿De qué diablos estás hablando? —dijo con voz alarmada al instante.
Podía oír su murmuro para Trevor directamente antes de escuchar su voz.
—Talia, ¿qué es eso de Tom? ¿Dónde estás? —preguntó él.
—Trevor, fue un accidente. Es malo. Vengan aquí tan pronto como sea
posible. —El teléfono murió sin una respuesta, pero sabía que estaban en
camino.
—Talia, ve a cambiar tu bata quirúrgica y espera a tus amigos. —Sara
puso su mano en mi hombro. Yo asentí con la cabeza y me dirigí a los
vestuarios. Me paré frente al espejo, mirando fijamente al relejo frente a
mí. Estaba cubierta de la sangre de Tom. Rompí y mi bata sobre mí,
tratando de alejarme de las imágenes de él tendido en la mesa.
Momentos después estaba en una bata fresca y en la entrada de la sala
de urgencias esperando a mis amigos. El momento en el que vi corriendo
a Ava con Nick y Trevor me puse a llorar de nuevo.
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—Vamos. —Me tomó de la mano, tirando de ella mientras todos nos
dirigimos a la sala de espera quirúrgica.
—Talia, ¿qué pasó? —preguntó Trevor mientras entramos en la zona de
espera vacía. Levanté mi mano durante un minuto y caminé hacía la mesa
de voluntarios para hacerles saber que la familia de Tom estaba aquí.
Tomé una respiración profunda mientras me sentaba, tres pares de ojos
fijos en mí, esperando.
—Él estuvo en un accidente de auto. Estaba mal, está en mal estado.
Me estremecí, haciendo una pausa antes de seguir, no segura de cuanto
compartir con ellos.
—¿Qué tan mal Talia? —preguntó Nick, su voz tensa.
—Mal. Él está en cirugía. Su brazo izquierdo está roto mal. Tuvo una
hemorragia interna, y la pierna izquierda estaba destrozada por lo que casi
no la reconocí como una pierna. —Me estremecí de nuevo, envolviendo mis
brazos alrededor de mí.
—¡Oh Dios! —Ava puso sus manos sobre su rostro y lloró mientras Trevor
le frotaba la espalda, en claro shock.
—¿Estaba consciente? ¿Él te vio? —preguntó Trevor finalmente.
—No. —Cerré mis ojos—. Ni siquiera sabía que era él todo el tiempo que
trabajé en él. No hasta que vi su identificación cuando volví a bajar.
—¿Cómo no pudiste reconocerlo Talia? —preguntó Nick en tono acusador.
¡Oh infierno no!
Me puse de pie rápidamente, mirándolo.
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—No empieces conmigo Nick —le advertí—. No estabas allí, no lo viste. —
Sacudí mi cabeza—. Ni siquiera lo reconocí —susurré mientras me sentaba
de nuevo en el frio asiento. ¿Cómo iba a empezar a explicar cómo lucía?
No había manera de que pudiera. No podía hacerles eso a ellos. Ya era
bastante malo que no pudiera sacarlo de mi propia cabeza.
—Mierda. —Nick negó con la cabeza—. ¿En serio? —No podía hacer más
que asentir.
—¿Saben cómo ponerse en contacto con su familia? —Giré hacía Trevor.
—Él no tiene familia —respondió simplemente.
—¿Qué quieres decir? —¿Cómo no sabía eso?
—Sus padres murieron hace unos años. Es hijo único. Sus padres eran
hijos únicos también. No hay familia. Sus abuelos se han ido también —
explicó.
—Nosotros somos su familia —dijo Nick, señalando entre él y Trevor.
Asentí con la cabeza.
—Está bien. Podemos hacerles saber. Mierda chicos, odio preguntar esto,
pero ¿alguno de ustedes tiene poder notarial sobre él? —Miré a los dos
hombres que estaban tratando tan duro de mantenerse calmados.
—Trevor lo tiene. En realidad, fue algo que discutimos inmediatamente
después de la graduación. —Nick asintió con la cabeza.
Dejé escapar un suspiro audible.
—Bien —dije, agradecida de que estos chicos fueran lo suficientemente
inteligentes como para hablar de algo así. No son muchos los hombres
19
veinteañeros que quisieran abordar ese tema.
***
—¿Familia Crawford? —Un médico más viejo estaba en la puerta de la sala
de espera con aspecto cansado y desaliñado. Todos saltamos al oír el
sonido de su voz. Habían pasado varias horas y había pasado mucho
tiempo desde que dejamos de hablar, tratando de pasar a través de la
espera.
—Sí. Nosotros somos su familia. —Trevor y Nick caminaron adelante y Ava
y yo nos quedamos detrás de ellos tomadas de la mano. El médico se dio
cuenta de mis batas con el logo del hospital en ellos y asintió brevemente
hacia mí.
—El Sr. Crawford está fuera de la cirugía, pero todavía sigue regresando y
yendo. Echamos un vistazo más de cerca a la tomografía de su cabeza y
afortunadamente no hay actualmente ningún sangrado activo. —Hizo una
pausa para asegurarse de que no hubiera alguna pregunta—. Vamos a
sentarnos. —Le hizo un gesto a las sillas y todos nos arrastramos a
ellas—. Hemos curado su bazo y fuimos capaces de controlar el sangrado.
Tenía una ruptura muy significativa en su brazo izquierdo que fuimos
capaces de reducir y fijar con placas y tornillos, tanto internos como
externos. —Asentí con la cabeza, recordando la fractura que había
observado en ER—. Tenía un daño severo en su pierna izquierda. No
pudimos salvarla.
—¿Qué significa eso? —preguntó Nick, con los ojos muy abiertos.
—Hemos tenido que amputarle la pierna derecha por debajo de la rodilla
—declaró el doctor cuidadosamente.
—¿Le cortaron la pierna? —Nick se levantó furioso, golpeando la silla
contra la pared con la fuerza.
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Ava se apoderó de su brazo y le susurró algo al oído y ellos caminaron a
la fuente de agua.
—Lo siento, hicimos lo que pudimos, pero fue un desastre. —Miró a Trevor
y a mí.
—Lo sé. Lo vi cuando entró. —Asentí con la cabeza en la comprensión.
Trevor me miró por confirmación—. Fue malo Trevor, te dije que ni siquiera
se parecía a una pierna. —Él asintió con la cabeza.
—¿Podemos verlo? —preguntó Trevor.
—Vamos a conseguir que lo lleven a la UCI11 y entonces serán capaces de
verlo, uno a la vez. Dennos una hora y vendremos a buscarles. —Él se
paró.
—Gracias doctor. —Trevor le estrechó la mano y se dirigió de vuelta a Ava
y Nick.
—¿Trabajas en la sala de emergencia? —me preguntó el doctor.
Asentí con la cabeza.
—Ni siquiera lo reconocí. Todo el tiempo que nos encontramos en trauma.
No hasta que vi su identificación.
Él asintió, entendiendo lo que quería decir. Tom no había lucido como él
cuando lo trajeron. Estaba hinchado y cubierto de sangre. Estaba tan
concentrada en hacer mi trabajo que ni siquiera realmente miré su cara.
Era mejor que no lo reconociera de todos modos. No estaba segura de
que pudiera haber hecho mi trabajo si hubiera sabido que era él.
11 UCI: unidad de cuidados intensivos
21
—Gracias por todo —le dije y giré para unirme a mis amigos.
22
3
Talia
revor fue el primero en entrar a ver a Tom. Traté de prepararlos
para lo que pudieran ver cuando entraran, estaba segura de que
sería bastante malo, y no quería que se asustaran.
Ava, Nick y yo nos sentamos en la sala de espera de la Unidad
de Cuidados Intensivos Quirúrgicos. Nos dijeron que Tom estaba en un
coma inducido por drogas y se mantendría así durante un par de días por
lo menos. Les aseguré que esto era normal mientras nos sentábamos en
la fría y estéril sala de espera. Nunca se me ocurrió cómo de incomodas
eran nuestras habitaciones de espera en los hospitales hasta que estaba
sentada en el otro lado.
Las paredes de color verde claro hacían que la habitación pareciera fría y
poco atractiva. La alfombra era industrial y los asientos eran duros e
incómodos. El olor de los productos de limpieza también se presentaba en
el estancamiento de aire. La gente pasaba sin ni siquiera mirarnos en todo
el día. Mataría por un toque de normalidad ahora.
—Tenemos que decidir quién se va a quedar con él —habló en voz alta
Nick, tratando de envolver su mente alrededor de todo.
—Podemos tomar turnos —dijo suavemente Ava, apretando su mano.
—Estoy trabajando por las noches durante las próximas dos semanas.
Puedo estar aquí durante el día, mientras todos ustedes están en el
trabajo —sugerí.
—Talia, no puedes hacer eso. ¿Cuándo vas a dormir? —me preguntó Ava.
T
23
—Voy a ver si nos pueden preparar una cama en su habitación. No estoy
segura de que lo harán, pero vale la pena probar. —Me encogí de
hombros.
Trevor dio la vuelta a la esquina luciendo un poco pálido.
—Tu turno hombre —dijo a Nick mientras se sentaba entre él y Ava—. Es
bastante malo Nick. Ni siquiera se parece a él en estos momentos —
advirtió Trevor. Nick asintió con la cabeza y dio la vuelta de la esquina.
—¿Estás bien Trevor? —Coloqué mi mano sobre su hombro mientras él
enterraba el rostro entre las manos.
—Mierda Talia. No podía entender por qué no sabías que era él el
momento en que lo viste en ER, pero mierda... —Él disminuyó mientras Ava
frotaba su espalda—. ¡Él es un maldito desastre!
—Lo sé. —No sabía qué más decir. Me había estado pegando por no saber
quién era, pero en el fondo sabía que no era mi culpa. Vemos a la gente
en su peor momento en la sala de emergencias. Ellos están maltratados y
golpeados y en general un desastre. Hicimos todo bien por Tom. Su
trauma pasó mejor de lo que pudimos haber esperado.
—Trevor, me alegro de no haber sabido que era él. No habría sido de
tanta ayuda si me hubiera apartado de mi equipo. —Me encogí de
hombros.
—Lo sé Talia. Gracias por estar ahí —Trevor me dio una pequeña sonrisa y
apoyó la cabeza en el hombro de Ava.
***
24
Me situé en la pequeña cama enrollable y me caminé hacia Tom que
estaba aún inconsciente. Los únicos sonidos de la habitación eran el pitido
de los monitores y el sonido del ventilador que continuaba presionando
aire en los pulmones de Tom.
Su hermoso rostro estaba hinchado y amoratado. Días de barba le cubrían
la barbilla. Había cortes manchados por sus mejillas y cuello, donde el
cristal lo había golpeado. Su cabeza tenía un vendaje en el lado izquierdo
donde se cosió una gran herida. Su cabello oscuro se asomaba por
debajo de las vendas blancas. Su brazo izquierdo en un yeso desde justo
debajo de su codo con un dispositivo de fijación externa para estabilizar
los huesos.
Gentilmente levanté la manta que le cubría las piernas y tome aire cuando
vi el muñón de su pierna izquierda. Se le había quitado la parte
destrozada por debajo de la articulación de la rodilla. Se envolvió y limpió.
Sabía que estaban preocupados por la infección. Era otra razón por la que
no quería dejarlo. Confiaba en el personal de enfermeras y médicos
inmensamente, pero todavía me sentía como que tenía que velar por él
por mí.
Tom y yo nos habíamos hecho buenos amigos en las últimas semanas.
Realmente disfrutaba pasar tiempo con él, tanto así, que no podía recordar
la última cita en la que había estado. Cada vez que salimos todos, Tom y
yo nos emparejamos para bailar. Estaba tan a gusto con él. En realidad
más que eso. Me gustaba... y mucho.
Tom no era como los chicos que por lo general salía. Físicamente, era
increíble, pero era quien era como una persona que era diferente. Él era
muy amable y atento. Siempre haciendo pequeñas cosas para los que lo
rodean. Él siempre se aseguró de que tuviera una bebida o que estuviera
cómoda. Apreciaba mi sarcasmo, y siempre parecía estar cuidando de mí.
Maldición, incluso golpeó al ex novio de Ava, Kyle por llamarme perra.
Tengo que admitir, que fue increíble. Pero al final, éramos sólo amigos.
25
Nunca lo había tomado más allá y aunque estaba interesada en él, no
quería arruinar la amistad que había desarrollado.
—Oh, Tom. —Corrí mi mano sobre su pierna antes de cubrirla—. Tienes
que pasar a través de esto, ¿de acuerdo? —Levanté su mano fría y la
besé antes de ponerla de nuevo bajo la manta. Miré por encima de las
lecturas de las máquinas antes de establecerme en la cama y tratar de
dormir un poco. Iba a trabajar medio turno en la mañana y luego tomar
una siesta antes de sacar un turno de noche. Quería estar cerca, y
trabajando, estaría disponible para hacer algo aquí si algo cambiaba. Ava y
los chicos estaban viniendo después del trabajo y quedándose por la
noche. Seguramente sería la única aquí durmiendo durante el día, pero era
justo donde necesitaba estar.
—Buenas noches, Tom —susurré antes de darme vuelta y dejar que el
sueño me consumiera.
26
4
Tom
odía oír los sonidos amortiguados, como si llevara orejeras.
¿Había un extraño olor a limpiador tal vez? Mis ojos estaban tan
pesados. Muy pesados, parecía que no podía abrirlos. Traté de
girar la cabeza, pero se sentía como que pesaba una tonelada.
Dolor. Guau, me dolía tan mal. Era casi como un ardor por mis piernas,
como si estuvieran en llamas.
No podía levantar los brazos ni las piernas, y estaba tan malditamente
cansado. Finalmente, sólo dejé que la neblina me consumiera.
*** Voces. Las oía, pero no parecía que estuvieran hablándome a mí. Moví los
dedos. Intenté tragar saliva, pero se sentía como si mi garganta estuviera
en llamas. Parpadeé los ojos abiertos. Las luces eran tan brillantes. Mis
ojos casi se dañan por la luz.
Giré la cabeza hacia la derecha, sin dejar de parpadear, tratando de
enfocar. Cabello rubio reflejaba la luz del sol que entraba por la ventana.
¿Talia? Ella se veía hermosa de pie junto a la ventana. Ella parecía un
ángel. Quería llamarla, pero no pude encontrar mi voz, así que la alcancé
en su lugar. Al segundo se dio la vuelta y fijó los ojos en mí, sentí una
paz venir sobre mí. Sus ojos azules de cristal me cautivaron, enviando
calor a través de mi cuerpo. La oí jadear.
P
27
—¿Tom? —Ella corrió otra vez, tomando mi mano en la de ella—. Tom,
tienes un tubo de respiración en tu garganta. Sé que probablemente te
sientas adolorido, pero sólo trata de relajarte, ¿de acuerdo? —Ella llegó a
mí y agarró el control remoto de la cama.
—¿Sí? —Sonó una voz a través de él.
—Tom está despierto —respondió Talia antes de colocarlo de nuevo y
correr sus dedos sobre mi frente. Me concentré en sus ojos, tratando de
darle sentido a lo que estaba pasando.
Era casi como si leyera mi mente.
—Tom, estás en el hospital. Tuviste un accidente de auto. No tengas
miedo. Todo va a estar bien. —Su voz era como un bálsamo para mis
heridas. No estaba seguro si esto era un sueño, pero de cualquier manera,
ella era mi ángel ahora mismo. La única cosa que me mantenía en calma.
Su toque cálido. Su tranquila voz. Toda ella.
Sabía que había otras personas en la habitación, pero no quería apartar la
mirada de Talia. Agarré su mano con tanta fuerza, con miedo de que me
hiciera soltarla.
—Tom, mi nombre es Dr. Burk. Voy a hacerte un examen. Trata de
relajarte, ¿de acuerdo?
—Voy a soltarte la mano para llamar a Trevor y Nick, ¿de acuerdo? —
Asentí de nuevo y la observé caminar hacia la ventana. No quería que me
dejara, pero hice mi mejor esfuerzo para centrarme en el médico, sabiendo
que no iba a estar lejos.
—Está despierto. —Le oí decir en el teléfono y luego colgar, volver
caminando a mi lado, mientras el médico me seguía.
28
—¿Tom? ¿Sabes dónde estás? —preguntó el Dr. Burk.
Asentí con la cabeza.
—Hospital. —Me las arreglé para croar a través de mi garganta ardiente.
—Bien. ¿Te acuerdas de lo que pasó? —preguntó, mirándome atentamente
mientras sacaba su pluma ligera, brillando en mis ojos.
¿Me acuerdo? Recordé dejar la práctica de fútbol para ir a casa. Las
cosas estaban tan borrosas. Cerré los ojos, tratando de dar sentido a
todo. ¡Mierda! Una camioneta me golpeó.
—¿Accidente? —Sonaba más como una pregunta que una respuesta.
—Bueno. —Sonrió—. ¿Te acuerdas de esta mujer? —Señaló a Talia. Se
puso de pie sobre mí en silencio esperando mi respuesta. Por supuesto
que la recordaba. Se había convertido en alguien en la que realmente me
preocupaba en el poco tiempo que la había conocido. No sé exactamente
lo que me pasó, pero la idea de que estuviera aquí hizo que mi corazón
se hinchaba. Me sonrió débilmente.
—Ella es mi ángel, Talia.
Ella se rió y me di cuenta que limpió una lágrima del rabillo del ojo.
—Guau Tom, tal vez te golpeaste la cabeza más fuerte de lo que
pensábamos. No creo que nunca haya sido algo como un ángel. —Sonreí.
Ella era realmente hermosa.
El médico terminó sus comprobaciones y nos dijo que volvería. Antes de
que pudiera decir nada a Talia, Trevor, Ava y Nick vinieron disparados a
través de la puerta.
29
—¿Va a estar bien? —le preguntó Trevor a Talia mientras permanecía de
pie ante mí, todavía sin mirarme.
—Él está despierto ya sabes —dije en mi voz ronca. Trevor me miró
durante unos segundos antes de explotar en una sonrisa enorme.
—¡Santa mierda Tom! Nos asustaste bastardo. Por favor, por el amor de
Dios, no vuelvas a hacer esta mierda otra vez. —Trevor me miró, y yo
podía ver el alivio en sus ojos. Miré a Nick que estaba sonriendo también.
Los dos parecían muy cansados. Tenían círculos oscuros debajo de sus
ojos y sus caras estaban pálidas.
—No lo digo para lastimar, pero todos lucen como una mierda —dije con
toda seriedad. Todos ellos me miraron boquiabiertos por un momento
antes de estallar en carcajadas. Me eché a reír también, pero rápidamente
me di cuenta de que dolía como un loco. ¿Qué diablos le pasó a mi
estómago?
—¿Tienes dolor Tom? —Talia se acercó más, viendo mi cara con
preocupación.
—Sí, un poco. —Traté de sonreír, pero se sentía casi obligado. Me eché un
vistazo por primera vez. ¡Mierda! Mi brazo izquierdo estaba enyesado y
tenía algún tipo de artefacto de metal unido a él a través del yeso.
Extendí la mano y me toqué la cabeza donde me dolía, notando el
vendaje de gasa que cubría un lado de mi cabeza. No estaba seguro de
lo que estaba mal con mi estómago, pero sentía como mis entrañas se
estiraban cada vez que respiraba hondo.
—¿Qué me pasó? —le pregunté, buscando a mis amigos por respuestas.
30
—Tom, estuviste en un accidente de auto. Fue muy malo hombre. —Trevor
acercó una silla al lado de la cama—. Talia estaba en la sala de
emergencias cuando te trajeron.
Miré a Talia y me rompió el corazón cuando vi su cara. Lo que había
sucedido no había sido fácil para ella. Era obvio.
—Estabas mal Tom. Ni siquiera te parecías a ti. Yo no pude reconocerte.
—Ella miró lejos.
—Mierda —murmuré, tomando su mano y metiéndola en mí. No sabía qué
decir a eso.
—Tuvieron que remover piel en tu bazo, ya que estaba lacerado y
sangrando, por lo que tienes una incisión en tu estómago —continuó
Trevor—. Obviamente, tu brazo está roto. Tuviste un colapso pulmonar, y
Tom... —Hizo una pausa y miró a cada uno en la habitación antes de
mirar de nuevo a mí. Todos ellos caminaron al lado de la cama, y de
inmediato me puse nervioso—. Tom, tu pierna izquierda estaba muy mal
herida. Me mata decir esto amigo, pero no pudieron salvarla.
Yo no entendía. Podía sentir mis piernas. Ellas estaban allí. Ellas estaban
ardiendo.
—No te entiendo. Las siento.
Talia me tomó la mano.
—Tom, no es inusual. Mucha gente tiene lo que se llama miembro
fantasma. Puedes sentir picor, dolor o ardor. No sé por qué, sólo sé que
pasa.
Negué con la cabeza. Esto era tan extraño.
31
—Se siente como que está ahí. ¿Mi pierna entera se ha ido? —le pregunté,
tratando de ver el contorno de las piernas debajo de las sábanas.
—No, justo debajo de la rodilla de tu pierna izquierda. —Talia apretó mi
mano.
—Está bien. —No estaba seguro de qué más que decir al respecto—. ¿De
quiénes son los globos y flores? —Miré alrededor de la habitación a todas
las tarjetas, flores y globos.
Nick sonrió.
—Parece que realmente les gustabas en esa escuela tuya. Ve tú a saber.
Aunque, creo que es probable que tenga algo que ver con el hecho de
que enseñas educación sexual. —Guiñó un ojo.
Le devolví la sonrisa, sacudiendo la cabeza.
—¿Son todos de la escuela? —Guau, me quedé sorprendido por la
cantidad de tarjetas y flores que estaban allí.
—Sí, profesores, estudiantes, tu equipo de fútbol. A todos les encantas y
te extrañan. —Ava frotó mi hombro.
—¿Me extrañan? ¿Cuánto tiempo he estado aquí? —No me podía imaginar
que había pasado demasiado tiempo.
—Seis días Tom —contestó Trevor.
—¿En serio? —le pregunté, tenía problemas para creer eso.
—Sí, de verdad. Francamente Tom, nos tenía a todos subiéndonos por las
paredes. —Trevor negó con la cabeza. No recordaba haberlo visto de mal
humor. Parecía como si hubiera envejecido diez años.
—Lo siento chicos —susurré.
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—Tom, estamos felices de que estés bien. —Talia agarró mi mano y la
apreté. Su toque sirvió para calentarme—. Lo siento, por irme, pero tengo
que ir abajo para mi turno.
—¿No hay tiempo para un baño de esponja Talia? —Nick movió sus cejas
hacia ella.
—Tienes que ser agradable conmigo Nick, puedo ser tu enfermera un día.
¡Las agujas y catéteres vienen en tamaños para elegir! —contrarrestó Talia.
La mandíbula de Nick cayó ante el pensamiento. Si no supiera que me
haría daño, me habría reído.
—Tom, necesitas descansar un poco. Presiona el botón rojo a la derecha
de aquí para tu medicamento para el dolor. Te ves como si lo necesitaras.
—Ella me tendió un pequeño control con un botón en él.
Hice exactamente eso, sintiéndose casi inmediatamente el calor de la
medicación corriendo por mis venas.
Mis ojos empezaban a cerrarse.
—Gracias mi ángel —susurré antes de dejar que el medicamento me
dominara.
33
5
Talia
os semanas. Ese fue el tiempo que Tom estuvo en el hospital
después de su accidente. Estaba completamente sorprendida por
lo bien que lo estaba haciendo. Todavía tenía dolor, pero estaba
haciéndolo cada día mejor.
Habíamos llegado justo a instalarlo en su apartamento y estaba
durmiendo. Tenía los puntos de su cabeza y las grapas de su estómago
removidas antes de dejar el hospital. Hasta ahora había sido capaz de
evitar cualquier tipo de infección, y trataba sorprendentemente bien con el
hecho de que tenía una parte de su pierna amputada. Tan bien que me
preocupaba, casi como si estuviera en negación.
Trevor, Nick, Ava y yo estábamos sentados en la sala de Tom tratando de
averiguar cómo íbamos a cuidar de él. Con nuestros horarios, iba a ser
difícil tener a alguien todo el tiempo.
Tom parecía pensar que estaría bien, pero no creo que ninguno de
nosotros quisiera correr ese riesgo.
Ava trajo un plato de galletas que alguien había dejado, y nos decidimos
a tener una subida de azúcar para recomponernos.
—¡Santa mierda! No hay nada más decepcionante que cuando la galleta
no cabe en tu vaso de leche. —Nick negó con la cabeza mientras trataba
de meter la galleta en su vaso.
—¿En serio, Nick? Aquí estamos otra vez, abres la boca y dejas que algo
estúpido salga. —Sacudí mi cabeza y me reí de su expresión de dolor. A
D
34
veces realmente me sorprendía por él. Si el sentido común fuera dinero,
Nick no podía permitirse un almuerzo gratis.
Cuando estaba recogiendo una galleta para mí, oímos un gran estruendo
viniendo de la habitación. Cada uno de nosotros saltó y corrió hacia el
ruido.
Al entrar en la habitación de Tom, lo vimos tirado en el suelo al lado de
su cama, tratando de levantarse usando su única pierna buena.
—¿Qué demonios pasó? —Trevor y Nick se acercaron y le tendieron una
mano, tirando de él con suavidad y llevándolo de vuelta en la cama. La
cara de Tom se puso roja, obviamente avergonzado porque todos nosotros
estuviéramos allí sobre él.
—Fue muy raro. Podría haber jurado que todavía estaba allí. ¡Mierda! —Tom
negó con la cabeza—. ¿Qué demonios está mal conmigo?
—Está bien Tom. Has pasado por un montón de mierda en un corto
período de tiempo. No hay nada malo contigo —le tranquilizó Nick.
—Lo que sea. —Tom hizo un gesto con la mano—. Tengo que ir al maldito
cuarto de baño —ladró. Estaba molesto y avergonzado.
Ava me hizo señas para que la siguiera. Entramos de nuevo en la sala,
dejando a los chicos manejar la situación.
—Santa mierda Talia, ¿es esto normal? —susurró Ava cuando llegábamos
lo suficientemente lejos.
—Mierda Ava, no lo sé. —Tenía que hacer algo. Me había hecho a la idea
y tenía que ver si podría conseguir que las cosas funcionen—. Tengo que
hacer un par de recados. Infórmales a los chicos que vuelvo en cuanto
pueda. —Le di un abrazo y me fui.
35
***
—¿Estás segura de que quieres hacer esto? —Mi directora de enfermería
me miró desde el otro lado de la mesa.
—Positivo —dije, mirándola a los ojos.
Ella asintió con la cabeza.
—Está bien Talia, hazme saber si necesitas algo. —Sonreí y le agradecí al
salir de su oficina. Eso había ido mejor de lo que esperaba. Tenía que
hacer otra parada antes de salir del hospital.
Llamé suavemente a la puerta del despacho del doctor Conner.
—Adelante —gritó.
—Siento molestarlo Dr. Conner, pero me vendría bien algo de ayuda — dije
mientras entraba, el Dr. Conner era uno de los psicólogos del hospital.
Estaba en sus treinta y tantos años y era muy agradable. Trabajé con él
varias veces durante las situaciones con los pacientes en la sala de
emergencias. Realmente necesitaba obtener una idea con respecto a Tom.
Estaba tan fuera de mi nivel de comodidad con todo esto.
—Entra Talia. ¿En qué puedo ayudarte? —Sonrió y al instante me sentí bien
con mi decisión de buscar su consejo.
Me senté y le conté todo acerca de Tom y el accidente. No dejé nada
fuera y me sorprendió encontrarme limpiándome las lágrimas para cuando
terminé. No creo que realmente me diera cuenta de cuánto había tomado
de mí hasta que lo dejé salir todo.
—Bueno Talia, admiro tu decisión de ayudar en esta situación. Ya conoces
las etapas del duelo, ¿correcto? —preguntó. Sin duda las conocía, tanto en
mi propia vida cuando perdí a mi hermano, como por lo que había
36
aprendido en la escuela de enfermería y con mis pacientes. Le dije
exactamente eso.
—Bueno, las personas que han perdido una extremidad, sobre todo de una
manera traumática, tienden a pasar por el mismo tipo de etapas del duelo.
Esto puede manifestarse en la negación, ira, depresión, etc. Además de
eso, no es inusual tener dolor o la sensación fantasma de donde la pierna
solía estar. —Asentí. No estaba segura de si eso fue lo que causó que
Tom cayera hoy o no, pero no podía explicarlo. El Dr. Conner me dijo que
lo contactara si lo necesitara mientras me paraba para marcharme.
Agradecí al Dr. Conner y regresé a mi casa a recoger algunas cosas antes
de volver donde Tom.
Entré por la puerta y dejé caer mi bolso. Me sorprendió gratamente ver a
Tom sentado en el sillón reclinable. Todos los ojos estaban puestos en mí
mientras me dirigía a través de la habitación.
—¿Todo está bien? —preguntó Ava alzando las cejas.
—Sí. —Sonreí y me senté a su lado.
—Estábamos hablando con Tom acerca de cómo podríamos estar aquí
para ayudarlo —ofreció Trevor, trayéndome al día con la conversación.
—No creo que vaya a ser un problema. Mi agenda se ha abierto por
completo y me voy a quedar aquí —dije, riéndome de las miradas
sorprendidas antes de encontrarme con la cara enojada de Tom.
37
6
Tom
l infierno mujer! —grité más fuerte de lo que pretendía. Todo el
mundo se volvió y me miró con la misma expresión sorprendida
y Talia retrocedió, casi como si hubiera sido golpeada. Mierda.
¡Soy un idiota!
—Guau, y el premio para el idiota es para… —dijo Nick mientras negaba
con la cabeza hacia mí.
—Talia, lo siento. Eso sonó mal. No quiero que dejes tu vida para estar
aquí conmigo, eso es todo. —Cerré mis ojos, traté de calmarme. La idea
de tenerla aquí conmigo enviaba muchas emociones a través de mi cabeza
y mi cuerpo. La quería aquí, Dios sabe que lo hacía, pero no quería ser
una carga. No podía dejar que ella hiciera esto.
—¿Puedo tener un minuto con Tom, por favor? —preguntó Talia a todos. Si
la tensión no fuera tan espesa en la habitación, me habría reído de la
rapidez con la que todos se levantaron, esparciéndose como cucarachas
cuando la luz se enciende.
—Vamos a ir a recoger una pizza —dijo Trevor mientras hizo pasar a Ava
y Nick por la puerta, dejándonos a Talia y a mí solos.
Vi como ella se levantó y se acercó a mí, de rodillas al lado de mi silla y
apoyando los brazos sobre el brazo de la silla. No podía evitar cerrar los
ojos y bañar mis sentidos en su dulce olor entre frambuesa y vainilla.
—Tom, hace un par de semanas fui a trabajar como cualquier otro día. Me
encontré con una emergencia como todas las veces, pero mi paciente se
¡E
38
encontraba en muy mal estado. —Hizo una pausa y respiró hondo—. No se
veía bien, y no me habría sorprendido si no lo conseguía. Lo llevamos a la
sala antes de que yo escuchara su nombre. Ese hombre eras tú Tom. —Su
respiración era entrecortada y cuando finalmente me miró, me di cuenta
que estaba llorando.
—Mierda Talia, no llores —rogué, agarrando su mano.
—Tom, pensé que te había perdido. Estaba tan asustada porque en el
poco tiempo que te he conocido, te has convertido en alguien muy
especial para mí. Estoy tomando las próximas tres semanas fuera del
trabajo para estar aquí para ti porque quiero. Si realmente no me quieres
aquí, no voy a quedarme, pero sólo sé que yo no estaría aquí si no
quisiera. —Ella trató de retirar la mano de mis manos, pero no la dejaría
ir.
—Gracias —logré sacar. Me sentí abrumado. No había tenido a nadie que
no fueran Trevor y Nick desde que mis padres murieron. Calentó mi
corazón el saber que ella se preocupaba lo suficiente para ponerse por
ahí de esta forma.
No voy a mentir. Talia era alguien en la que había pasado mucho tiempo
pensando. La chica era un sueño húmedo andante. Las noches que había
pasado bailando con ella eran a la vez sorprendentes y una tortura. La
sensación de su cálida piel más suave que la seda, presionando contra mí,
mientras se movía junto a la música. Confía en mí cuando digo que he
tenido muchas duchas de agua fría en el mes pasado a causa de esta
mujer.
Supongo que era algo del pasado. No podía bailar más a falta de mi puta
pierna. Mierda, ni siquiera podía conseguir mi propio culo para el baño. Yo,
obviamente, necesitaba un poco de ayuda, pero me mataba pensar que
Talia me iba a ver en mi peor momento.
—¿Así que me puedo quedar? —Ella me trajo de mi fiesta solitaria de
autocompasión.
39
—Si quieres. —Traté de actuar indiferente. Se puso de pie luciendo un
poco herida y se encogió de hombros.
—Bien. —Ella agarró su bolso y se dirigió por el pasillo hasta el dormitorio
de visitas sin decir palabra.
Los chicos y Ava regresaron con la pizza después de un rato y se
quedaron entusiasmados de que aceptara que Talia se quedase y ayudara.
Pude ver que quitaba un peso importante de sus mentes. Iba a tener que
tragármelo simplemente.
*** —¿Necesitas algo Tom? —preguntó Talia después de que todos se habían
ido. Trevor y Nick me habían llevado al baño y a la cama. No sabía lo
que iba a hacer la próxima vez que tuviera que ir al cuarto de baño. La
idea de Talia ayudándome a llegar allí fue suficiente para enviarme a un
ataque de ansiedad.
—Estoy bien —mentí, viendo mientras ella salía de la habitación. Momentos
después, volvió en con un vaso de agua y mis pastillas para el dolor.
—Aquí tienes. —Me las entregó y luego el vaso de agua, mirándome
mientras me las tragaba. Cuando terminé, dejó el vaso sobre la mesita de
noche y se levantó, mirándome. No podía leer su expresión mientras me
miraba fijamente. Sus ojos azules llegaron directo a mi corazón enviando
un sentido de tristeza y vulnerabilidad corriendo a través de mí, como un
niño pequeño que perdió su juguete favorito, como si ella pudiera ver justo
en mi alma. Antes de que pudiera pensar en algo que decir, ella se inclinó
y me besó muy suavemente en los labios. No fue un beso sensual, pero
aún así, envió la sensación de su cálido aliento y la suavidad de sus
labios y todo tipo de sentimientos erráticos corriendo por mi cuerpo.
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—Buenas noches, Tom —susurró ella antes de girarse y salir por la puerta.
¡Santa Mierda! Estaba atrapado en esta cama donde desde luego no
podría aliviar la creciente presión súbita en los pantalones, y no podía
llevarme al baño para una ducha fría. ¿Cómo diablos puede un pequeño
beso plumoso tener tal efecto sobre mí? Parecía dominar incluso sobre el
dolor persistente en la pierna.
—Oh Tom, estás en tantos problemas —gemí.
***
Me desperté con un sobresalto. El sudor se reunió a lo largo de la frente
y el labio superior. Traté de incorporarme, haciendo un esfuerzo consciente
para respirar por el dolor del calambre en mi pierna. Me dolía todo el
camino hasta el pie, el pie que ya no estaba allí. Por fin conseguí
sentarme, gimiendo de dolor por mi abdomen.
—¡Mierda! —suspiré en voz alta. Esta mierda dolía.
—¿Tom? —Se encendió la luz del pasillo y pude ver de pie en el umbral a
Talia. Mi ángel.
Su cabello estaba iluminado por la luz que caía en cascada sobre sus
hombros. Llevaba una camiseta blanca superior que abrazaba sus curvas
como un guante, y pantalones cortos a rayas. Sus piernas parecían no
terminar nunca. Su piel parecía suave y cálida a la luz. Ella era, en todos
los sentidos, mi ángel.
La alcancé y ella se movió rápidamente hacia mí.
—Me duele la pierna —grazné, ni siquiera sintiéndome mal por lo débil que
sonaba.
—¿Dónde? —preguntó ella tirando de la sabana hacia abajo para ver.
41
—Me estoy enloqueciendo Talia. —Sacudí mi cabeza. Ella iba a pensar que
había perdido la cabeza.
—¿Dónde te duele Tom? —Me miró, esperando pacientemente mi respuesta.
—Mi pie —susurré—. ¡El pie de mierda que ni siquiera existe! —Yo veía su
rostro, esperando ver su reacción ante mi loca admisión. Ella sólo asintió
con la cabeza y comenzó a frotar mi pierna, lentamente bajando hacia mi
rodilla.
—Cierra los ojos Tom. Quiero que me escuches y visualices todo lo que
estoy haciendo. —Ladeé la cabeza hacia atrás y cerré los ojos—. Voy a
frotar la rodilla y hacia abajo. Quiero que visualices la pierna sana, como
era antes, y a mí masajeándola. Estoy bajando por la pantorrilla ahora, al
igual que en el lado derecho. —Sentí su otra mano, cálida y suave, en mi
pierna derecha frotando los mismos movimientos por encima de mi rodilla
y hacia abajo. Ella continuó moviendo las manos hacia abajo hasta que
estuvo en mi tobillo, sin dejar de hablar acerca de mis dos piernas. Era
tan extraño, pero en algún lugar de mi mente casi podía sentir su roce en
ambas. Se mudó a mi pie y poco a poco me empecé a sentir mejor. El
dolor se sentía como si estaba gradualmente desapareciendo.
—¿Cómo hiciste eso? —le pregunté, ralentizando mi respiración hacia abajo.
—No lo sé. Sólo lo hice con la esperanza de que funcionaría. Hoy fui a
hablar acerca de todo con uno de los médicos con los que trabajo, y
mencionó que no era inusual tener algún tipo de sensación como esa,
sobre todo cuando lo último que sentiste en esa pierna fue dolor. —Ella
se encogió de hombros—. Sólo esperaba que pudiera funcionar. Parece que
es algo que hace el cerebro. No te estás volviendo loco Tom. Sucede. Esto
es nuevo para mí también. Sólo tenemos que encontrar algo que funcione.
—Ella se puso de pie y me hizo tomar otra pastilla para el dolor—.
¿Necesitas ir al baño? —Ella me levantó una ceja.
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—No, estoy bien. —Sacudí mi cabeza. Probablemente podría haber ido,
pero no tanto como para hacerle frente a más humillación.
—¿Quieres que me quede hasta que te duermas? —preguntó en voz baja.
¡Demonios no! Si se quedaba, podría garantizar que no iba a poder
conciliar el sueño. Podía olerla y eso estaba haciendo cosas raras a mis
sentidos.
—Realmente, estoy mejor ahora. Muchas gracias. —Me apretó la mano. Ella
sonrió mientras se levantaba.
—Grita si me necesitas. —La vi salir de la habitación, finalmente exhalando
cuando la luz del pasillo se apagó. ¡Ella iba a ser mi muerte!
43
7
Talia
staba tan fuera de mi elemento aquí. Estaba en medio de una
lucha entre la Talia enfermera y la Talia mujer. Aquí estaba Tom
tendido en una cama tratando de recuperarse de un terrible
accidente y todo en lo que podía pensar era en besarlo.
Fue lo que hice anoche. Gracias a Dios me las arreglé para retirarme
antes de enloquecer. El hombre era hermoso. Incluso después de pasar
dos semanas en la cama, todavía se mantenían los fuertes y musculosos
planos de su pecho. Su estómago ahora tenía una larga cicatriz en el
medio, por encima de su ombligo, pero sin embargo, todavía tenía la
delgadez corrugando su plano abdomen. Sus piernas eran una vista
hermosa por ellas solas. Incluso después de la amputación, tenía las
piernas largas, los muslos poderosos duros y musculosos como cualquier
atleta profesional. Estoy seguro de que era por todos los años jugando al
fútbol.
¡Estaba en un gran problema!
Tenía que salir de la cama y ver cómo estaba Tom. Ayer por la noche
después de que él se había ido a dormir, mi amiga Sheila llegó por un
par de cosas que le pedí. Una de ellas era un asiento de ducha. Iba a
tener que convencer a Tom de que me permitiera ayudarlo en la ducha.
¿Estaba mal de mi parte conseguir un poco de emoción por la idea?
La otra cosa iba a ser muy útil. Había pedido un andador de rodilla para
que Tom pudiera descansar su rodilla izquierda y utilizar su pierna derecha
para desplazarse. Era demasiado difícil para él maniobrar con muletas por
E
44
el yeso en su brazo izquierdo, así que esto era lo único en lo que podía
pensar para ayudarle a ganar algo de movilidad. No había dicho nada,
pero sabía que lo estaba matando depender de mí, aunque no estaba
mintiendo cuando dije que quería hacerlo. No me podía imaginar en
cualquier otro lugar en que preferiría estar.
Abrí la puerta de la habitación y me sorprendí al verlo despierto y sentado
en la cama.
—Hey, buenos días. —Sonreí, su cabello oscuro estaba sucio y se veía
desaliñado, pero maldita sea si todavía era caliente.
—Tengo algo para ti. —Levanté mi dedo y regresé a la sala para conseguir
el andador. Reí ante su sorpresa cuando volví.
—¿De dónde sacaste eso? —preguntó mientras lo miraba.
—Tengo contactos, ¿recuerdas? —Me hizo tan feliz ver un atisbo de
emoción—. ¿Preparado para intentarlo? Puede doler un poco con el peso
en la pierna, así que hazme saber si es demasiado.
Lo estacioné en frente de él y puse el freno, ayudando a que se pusiera
de pie sobre su pierna buena. Lo observé mientras cuidadosamente colocó
su rodilla izquierda en el acolchado, probándola poniendo un poco de
peso en ella.
—Me duele un poco, pero creo que va a funcionar. —Sonrió—. Primera
parada... Cuarto de baño.
—Voy a esperar aquí. Por favor, pide si necesitas ayuda Tom —insté. Él
asintió con la cabeza y se deslizó lentamente hacia el cuarto de baño.
Cuando la puerta finalmente se abrió con un sonriente Tom, le pregunté si
estaba listo para una ducha. La mirada en su rostro me hizo reír.
45
—Vamos Tom. Soy una enfermera. He visto todo eso antes. —Levanté mis
cejas, sabiendo muy bien que yo estaba pensando en ponernos trajes de
baño, pero fue muy divertido ver su incomodidad por un minuto—. Cariño,
no te preocupes. Vamos a usar traje de baño. Señálame en qué dirección
está el tuyo y lo traeré para ti. —Le guiñé un ojo y me di cuenta de la
inundación de alivio inmediato en su rostro. Después de que le traje su
ropa de baño, me dirigí por el pasillo para ponerme mi traje de baño.
Agarré la silla de ducha y una bolsa de plástico con cinta para el muñón
para mantener el vendaje seco y suave. Tomé otra para el brazo.
—¿Listo? —Golpeé la puerta.
—Mierda Talia, no veo cómo va a funcionar —dijo a través de la puerta
cerrada.
—Tom, ¿tienes tu traje de baño? —le pregunté.
—Sí, pero...
Abrí la puerta para verlo de pie con la ayuda del andador. Él llevaba su
traje de baño, y me congelé. ¡El hombre era exquisito! Los músculos que
ondulaban bajo sus brazos, su vientre plano y piernas fuertes. ¡Santo
infierno!
—Um, esto debería ayudar. —Señalé el asiento de la ducha.
—Déjame adivinar... ¿conexiones cierto? —Sonrió brevemente.
Puse la silla en medio de la gran ducha y lo moví hacia ella. Después que
se sentó me arrodillé y envolví el plástico alrededor de su pierna.
—¿Listo? —Me levanté y esperé a su aprobación. Después que él asintió,
giré, dejé caer la bata fuera de la puerta y abrí el grifo. Sostuve la
desmontable cabeza de ducha lejos de nosotros hasta que el agua
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caliente llegó y luego me giré hacia Tom—. ¿Estás bien? —le pregunté,
notando su mandíbula apretada y que él estaba agarrando los mangos de
la silla—. ¿Te duele? —Cerró sus ojos y negó con la cabeza—. ¿Quieres
continuar? —le pregunté.
Cuando él asintió con la cabeza, tomé el aerosol caliente lentamente
sobre sus hombros y me puse detrás de él.
—Echa tu cabeza hacia atrás. —Le rocié su cabello y le entregué la
cabeza de la ducha para que la sostuviera mientras le lavaba el cabello,
teniendo especial cuidado alrededor de la curación de su corte en la
cabeza. Suavemente masajeé el champú en su cuero cabelludo, frotando
círculos suaves alrededor de la base del cuello. Le oí gemir y mi cuerpo
respondió todo el camino hasta mi núcleo. Tomé la cabeza de la ducha
de nuevo de él y le enjuagué el cabello.
Le mojé la espalda, tomando el gel de baño y frotando entre las manos.
Con movimientos cuidadosos, froté sobre sus hombros y espalda.
Adicionando más en mis manos, me trasladé a la parte delantera de él.
Hice una pausa para tomar su hermoso rostro. Tenía los ojos cerrados y
sus labios carnosos estaban ligeramente abiertos. Tuve que controlarme
para volver a inclinarme y capturarlos con los míos. ¿Por qué nunca lo
había besado antes? Todos esos momentos que pasamos envueltos en los
brazos del otro bailando. Hubiera sido muy natural.
Tomé mis manos y comencé a frotar el gel de baño sobre el pecho. Me
estremecí con el sentimiento de su piel caliente y húmeda. Sus ojos se
abrieron con una carrera dura de su aliento. Nos miramos a los ojos
mientras yo me acercaba más a él, frotando y lavando su torso,
arrastrando mi mano suavemente sobre su incisión, viendo su fuerte
respiración. Mi cara estaba tan cerca de la suya que podía sentir su cálido
aliento en mi piel y no podía pensar en otra cosa que besarlo. Me puse
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de rodillas y froté el jabón en sus piernas, finalmente rompiendo el
contacto visual para que yo pudiera ver lo que estaba haciendo.
No estaba preparada para la prueba evidente de su erección presionando
contra sus pantalones cortos. Me envió un tirón desde el estómago hasta
llegar a los pies. Traté de concentrarme en las piernas, créeme que lo
intente, pero santa mierda él estaba ocultando algo muy, muy
impresionante detrás de esos pantalones cortos y se dejaba muy poco a
la imaginación.
—¿Talia? —Su voz era baja y suave. Miré hacia arriba y pude ver el deseo,
reflejo del mío, en los ojos de Tom.
Me levanté y me incliné hacia él, mi cuerpo de manera muy cercana para
traicionarme.
—¿Sí, Tom?
Podía ver una obvia lucha interna en él sucediendo delante de mí. Un
momento me miraba como si me hubiera devorado y al minuto siguiente
me estaba pidiendo que lo sacara.
Terminé el enjuague sin tocarlo otra vez, sabiendo que todo lo que
teníamos de energía eléctrica entre nosotros se había ido por ahora.
Después de cerrar el agua saqué una toalla y le ayudé a secarse,
retirando con cuidado las bolsas de plástico de su muñón y brazo, antes
de regresar a su habitación por algo de ropa. Me di cuenta de que no
quería que me quedara y le ayudara a vestirse y quería poner un poco de
distancia tan necesaria entre nosotros, así que me disculpé y me dirigí de
nuevo a la habitación de invitados para vestirme.
Sentada en la cama, puse mi cabeza en mis manos y gemí. ¿Qué
demonios estoy haciendo? Estoy aquí para ayudar a Tom a mejorar y lo
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único en lo que podía pensar era en escalar por el viaje de mi vida.
Obviamente había sido mucho tiempo desde que había tenido el tacto de
un hombre.
Mi vida amorosa nunca había sido aburrida. De alguna manera se había
tomado un descanso en las últimas semanas. Por primera vez en mucho
tiempo que estaba teniendo un buen momento con un sólo hombre. Lo
triste fue que no estaba incluso teniendo relaciones sexuales con él. A
este ritmo tenía que cambiar mi estado en Facebook a "batería muerta”
por uso excesivo.
¡Estas iban a ser unas largas tres semanas!
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8
Tom
ierda.
Me esforcé en mis pantalones y una camiseta. Agarré mi
andador y me dirigí hacia la sala de estar.
—¿Estás bien? —Miré y vi a Talia pie en la cocina, mirándome con cautela.
Ella se mordía el labio inferior con nerviosismo. Lo que yo daría por
morder ese labio.
—Sí. Estoy bien. No quiero sentarme en la cama todo el día, sin embargo.
—Sonreí. Había tensión en el aire y me sentí mal por hacerlo de esa
manera. Quería a Talia con cada parte de mí, pero no estaba dispuesto a
atraparla en algo en lo que ella no tenía por qué estar. Pude ver el deseo
en sus ojos, y me mató no actuar sobre ella, pero estaba roto en muchos
aspectos en estos momentos. Ella se merecía algo mejor que esto.
Me senté en el sofá mientras ella me trajo un vaso de jugo y mis
medicinas, tomado un minuto para meter la parte colgando de mis
pantalones en torno a mi muñón.
—Gracias. —Giré, mientras ella se alejaba.
—¿Talia? Yo... um... —Antes de que pudiera decir nada, sonó el timbre.
—¡Hey! Mira quien arrastró a su lamentable culo de la cama. —Nick entró
con un brazo lleno de cerveza y vino—. Nada dice "es de negocios” como
M
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usar un carrito de compras en la tienda de licores. —Puso el alcohol en la
nevera y se dirigió al sofá, con una enorme sonrisa.
—¿Qué pasa con esa sonrisa de mierda Nick? —le pregunté, sacudiendo la
cabeza.
—Oh, vamos, ¡dime que esta cara no te hace sonreír! —Se rió, haciendo
un gesto en su rostro.
—Tu cara está muy bien, pero tendrás que ponerle una bolsa a tu
personalidad —dijo Talia mientras se acercaba y se sentó con nosotros,
guiñándome un ojo.
—Bien. —Sonreí y asentí. Me encantaba su sarcasmo, sobre todo cuando
su objetivo era Nick.
Trevor y yo habíamos pasado años tratando con su comportamiento
desagradable, y era muy agradable ver a alguien en su nivel. Creo que
secretamente le gustaban las bromas entre él y Talia.
—¿En qué han estado esta mañana? —Miró entre nosotros dos.
Miré a Talia y sonreí. Nick se hubiera cagado en sí mismo si le decía que
habíamos tomado una ducha juntos, incluso con trajes de baño.
—No mucho. —Me encogí de hombros.
—¡Bonitas ruedas Tom! —Nick apuntó a mi andador—. Apuesto que estarás
recogiendo a todas las chicas con esas.
Me eché a reír.
—Sí, no seas celoso, son todas mías. ¿Qué estás haciendo aquí, en medio
del día?
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—No estaba muy ocupado, así que llevé un poco de trabajo a casa. Pensé
en venir aquí para pasar el rato un poco, asegurarme de que Talia estaba
cuidando bien de ti. —Él sonrió y por un momento pensé que podría haber
visto a través de mí.
—Oye, si vas a estar aquí por un tiempo, tengo que hacer un par de
recados. —Talia se paró y se deslizó por el corredor. Unos minutos más
tarde salió con el cabello húmedo que detuvo en una coleta y un par de
jeans que abrazaban su culo como un guante. Nick estaba abiertamente
viéndola. Ella se despidió y se marchó, dejándonos a ambos mirándola.
—¿Podrías tratar de no comértela con los ojos idiota? —le susurré,
sintiéndome como un idiota cuando me miró con una expresión de
sorpresa.
—Bueno, primero que nada, he estado comiendo con los ojos a Talia
desde la primera vez que la conocí. En segundo lugar, ¿cuándo te pusiste
tan posesivo con ella? ¿Hay algo que deba saber? —Él se puso de pie y
caminó hacia el refrigerador, sacándonos a cada uno una botella de agua.
—No. No hombre, sólo estoy un poco nervioso —solté, esperando que lo
comprara por ahora. No podía explicarle lo que estaba sucediendo cuando
ni siquiera yo lo sabía.
Pasamos las siguientes horas viendo la televisión, hablando y dormitando.
Era agradable tener a Nick aquí para disparar sólo la mierda y no tener
que preocuparme de nada. Nick y Trevor fueron los mejores amigos que
pude haber pedido. Nosotros simplemente congeniamos, como si nos
hubiéramos conocido unos a otros nuestra vida entera.
Cuando mis padres murieron, ellos se quedaron cuando muchos otros se
apartaron. Me llevaron a sus familias sin pensarlo dos veces, y habían
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estado a mi lado en todos los aspectos de mi vida. No debería ser una
sorpresa que esta situación no sea diferente.
—¡Toc, toc! —Nos dimos la vuelta para ver a Trevor y Ava entrar por la
puerta con las manos llenas de comida del restaurante italiano en la calle
que a todos nos gusta tanto.
—¡Gracias a Dios que están aquí! ¡Me muero de hambre! —Nick se levantó
y se apresuró a ayudarles a poner la mesa mientras Talia entraba.
—¡Hey! ¡Esto es genial! Tom nunca se sentirá mejor si tuviera que
sobrevivir a mi cocina. —Ella saltó y ayudó a preparar todo mientras
estaba sentado ahí sin hacer nada. Me levanté y usé mi andador para
rodar a la mesa, claramente impresionando a todos. Era patético.
*** La semana había transcurrido sin grandes problemas. Talia me organizó
para iniciar la terapia física para fortalecer las piernas y los brazos a fin
de prepararme para mi prótesis con el tiempo. Los ejercicios fueron duros
y habían hecho que mis músculos dolieran. Traté de no quejarme, sobre
todo porque estaba enfermo de que Talia me tratase como si yo fuera un
niño. Toda la situación me había castrado.
Me las había arreglado para no parecer demasiado necesitado hasta la
noche del domingo, cuando me desperté con un dolor insoportable en mi
pie ausente de nuevo. Estaba tan harto de oír hablar de dolor fantasma.
Estaba jodidamente enloqueciéndome, ¡y sólo me molestaba!
Cuando Talia vino a mi habitación, había sudor cayendo por mi cara de
dolor.
—¡Mierda Tom! ¿Por qué no me llamaste? —Ella se subió en la cama,
mirándome.
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—Estoy bien, sólo está doliendo un poco —mentí a través de mis dientes
apretados.
—¡Cállate! No soy estúpida Tom. Puedo ver cuánto dolor tienes sólo
mirándote. —Ella fue al baño y volvió con un paño húmedo. Suavemente lo
pasó por encima de mi frente y luego a través de la parte de atrás de mi
cuello.
—Recuéstate —ordenó. No discutí, estaba en demasiadas molestias para
hacerlo—. Cierra los ojos Tom. —Ella empezó a frotar mis piernas como lo
había hecho antes, hablándome mientras ella arrastraba sus manos sobre
ellas, masajeando y apretando mientras se movía más abajo. Hice lo mejor
que pude para visualizar la pierna sana como antes, pero el dolor no
desapareció del todo este tiempo.
—Mierda Talia. Todavía me duele, no tan mal, pero aun así. —Apreté los
dientes. Sentí su alejamiento del lado de mis piernas brevemente antes de
sentirla a horcajadas sobre mis caderas. Abrí los ojos para verla
mirándome hacia abajo—. Mierda, ¿qué estás haciendo? —gemí—. ¿Es esta
una nueva técnica? —Al instante sentí endurecerme bajo sus caderas. Yo
sabía que ella podía darse cuenta también. No estaba escondiéndolo en
esta posición.
—No me dejas otra opción —susurró mientras bajaba su cara a la mía,
haciendo una pausa a centímetros por encima de mi cara, mirándome a
los ojos cuando bajó su boca a la mía, besándome con agridulce fervor.
Me tomó un segundo perderme en ella, alimentándome de la dulzura de
su boca. Me pasé la lengua por los labios, barriendo el interior mientras
sus labios suaves y húmedos se abrían. Nuestras lenguas bailaron y se
acurrucaron alrededor de la otra, perdidas en el largo beso como una
droga.
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Ella presionó sus caderas hacia abajo, rectificándose contra mi excitación,
provocando que un gemido involuntario escapara de mi boca. Podía sentir
su sonrisa contra mis labios antes de que ella me chupara el labio inferior
en su boca, mordiéndolo con sus dientes antes de soltarlo y tirar hacia
atrás.
—¿Cómo está tu pierna? —susurró, mirándome. Sus hermosos labios
hinchados fijos en una ligera sonrisa.
—¿Qué pierna? —murmuré. Ella echó la cabeza hacia atrás y se rió antes
de inclinarse y colocar otro beso en mis labios.
—Dios, he querido hacer eso toda la semana Tom. —Ella presionó su
frente contra la mía.
—Gracias. Eso fue lo más increíble, pero ahora te las has arreglado para
transferir el dolor de una área de mi cuerpo a otra —bromeé,
presionándome para que ella pudiera darse cuenta exactamente a lo que
me refería.
Ella se rió cuando salió de mi regazo y se acurrucó junto a mí.
—¿Quieres que frote eso también? —Ella levantó sus cejas hacia mí,
haciendo que mi dureza se presionara contra mis pantalones cortos.
¡Mierda! ¿Era en serio? Decidí llamar a su farol.
—¿Te importaría? —le pregunté en mi voz más dulce.
Ella contestó mi reto alcanzándome debajo de la sábana, sin romper el
contacto visual, apoderándose por completo de mi palpitante erección. Me
sacudió en una respiración rápida, saboreando el cálido contacto de su
mano suave.
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—¡Maldita sea Talia! —raspé, cerrando los ojos—. Tú... Mierda... no tienes
que hacer esto.
—Sé que no tengo que hacer esto, pero ¿quieres que yo haga esto? —
susurró en mi oído. Su cálido aliento enviando escalofríos por todo mi
cuerpo. A este ritmo, no tomaría mucho tiempo. Ella me haría venir
completamente despegado.
—Oh, Dios, sí, Talia. Por favor —gemí mientras me apretaba firmemente
antes de que ella comenzara a acariciarme con movimientos finos, sutiles,
dando vueltas. No pude quedarme inmóvil. Mi respiración era fuerte y
desigual. Empecé a empujar, balancearme en su agarre—. ¡Mierda! ¡Mierda!
—gemí mientras me arqueé y gritaba su nombre, derramándome en su
mano. Me quedé allí temblando en alientos de terminación jadeando
mientras ella salía de la cama y se fue al cuarto de baño.
Oí correr el agua y momentos después regresó con una toalla caliente.
Con mucho cuidado, me limpió meticulosamente antes de tomar el paño
de la colada de nuevo al cuarto de baño. Apagó la luz y se metió de
nuevo en la cama junto a mí.
—¿Estás bien Tom? —preguntó en voz baja.
—No tienes ni idea. —La atraje hacia mí y la besé suavemente en la
cabeza.
—¿Cómo está tu dolor? —preguntó ella mientras se acurrucaba en el
hueco de mi brazo derecho.
—Estoy perfecto Talia. Gracias. La próxima vez te toca a ti, ¿de acuerdo?
—¿Cómo demonios hemos llegado hasta aquí? ¿Podría esta mujer ser más
perfecta? Los pensamientos que había tenido de ella ni siquiera se
comparaban con la realidad.
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Bajé la vista para mirar su cara iluminada sólo por la pequeña cantidad
de luz de la luna que entraba por la ventana. Su cabello rubio caía en
cascada sobre el pecho. Todavía olía a frambuesa y vainilla. ¡Asombroso!
Su respiración era lenta y mesurada. Sus labios estaban ligeramente
abiertos. Ella era increíble, todo lo que podría haber esperado. Ella era
como un ángel. Mi ángel.
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9
Talia
e desperté con la sensación del brazo caliente de Tom envuelto
alrededor de mí, y por un momento no quise moverme nunca,
pero mi vejiga estaba gritándome, así que no tenía otra opción.
Con mucho cuidado me deslicé de debajo de su brazo, con
cuidado extra para no despertarlo. Eché un vistazo mi reflejo en el espejo.
Pantalones cortos, camiseta, sin maquillaje, el cabello un lío... Sí, así es
como voy.
Cerré los ojos por un momento, recordando la sensación de Tom
presionando contra mí anoche. Oh. Mi Dios, ¡hacía calor! ¡Él estaba
caliente! Tuve que mantenerme en serio quieta desde el corredor y evitar
saltar sobre él.
Oí mi teléfono sonando en la otra habitación. Corrí en silencio de la
habitación de Tom a la habitación de invitados, dándome cuenta de la
llamada perdida de Ava. Golpeando el botón de llamada, me senté en el
borde de la cama.
—Hey, ¿qué pasa? —saludé a Ava mientras contestaba el teléfono.
—¿Por qué no contestaste antes? ¿Interrumpo algo? —preguntó Ava.
—Por supuesto que no. Tenía que correr desde el otro lado de la casa.
—¿Tom está bien? —Ella sonaba preocupada.
M
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—Él está bien. Duerme todavía. —Sonreí para mis adentros, pensando en
su caliente ser extendiéndose a lo largo de su cama.
—¿Me has oído Talia? —preguntó en voz alta Ava, trayéndome de regreso
de mis eróticos pensamientos.
—¿Qué? No, lo siento. Estaba pensando en algo —me reí.
—¿Algo o alguien? —rió Ava en el otro extremo del teléfono.
—Vamos Ava. Yo estoy aquí en calidad totalmente profesional. —Me mordí
el labio, esperando que ella se lo creyera.
—¿Qué? Lo siento, no pude oír más de la pequeña voz en mi cabeza
gritando ¡pura mierda! —La voz de Ava estaba llena de sarcasmo.
Me eché a reír.
—¡Quieta! Mi patio de recreo, mis reglas.
Charlamos un poco más, pensando en que ella y Trevor pasarían e
intentando figurar cómo podríamos convencer a los chicos de ayudarnos a
sacar a Tom pronto. Pensaba que tenía que salir de la vivienda por algo
más que terapia física.
Colgué con Ava y salté en la ducha. Para el momento en que me había
vestido y salido a la cocina, Tom ya estaba allí.
—Buenos días rayo de sol —lo saludé mientras me servía una taza de
café. Él estaba tranquilo. Estudié su cara durante un minuto, tratando de
averiguar cuál era su problema.
—¿Estás adolorido Tom? —le pregunté, inclinándome hacia adelante.
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—No. —Su respuesta fue corta. Algo le estaba molestando. Mi corazón
cayó un poco, sabiendo que podría ser lo que lo que pasó anoche lo
tenía liquidado. Tal vez me había aprovechado de la situación.
—Oye, lo de anoche... —empecé, pero él levantó la mano y me detuvo.
—Está bien Talia, no es gran cosa. Podemos olvidar lo que pasó. —Él se
encogió de hombros.
Bueno, mierda. No quería olvidarlo. Había disfrutado cada segundo de
ello. No sólo lo que hice, sino lo que significo hacerlo. Me gustaría hacerlo
de nuevo, y lo haría con una sonrisa. Me gustaba saber que yo podía
ayudarlo a sentirse mejor, y anoche pude haber jurado que él estaba sólo
emocionado. Tal vez me equivoqué. Tal vez estaba leyendo las señales
equivocadas.
Yo, obviamente, estaba perdiendo mi toque. Solía ser capaz de leer los
chicos sin ningún problema. Ahora, con el hombre que quería llevar las
cosas un paso más allá, no podía decir si él estaba en la misma página.
Podría preguntarle, pero ya le había hecho sentirse incómodo. No quería
empeorar las cosas.
Me encogí de hombros.
—Está bien. Podemos fingir que nunca sucedió. —Me di la vuelta para que
no pudiera ver el dolor mi cara—. Así que, Ava y los chicos pasarán más
tarde esta noche para tomar una copa y pasar el rato —cambié el tema.
—¿No crees que sería agradable si me preguntaras antes de invitar a las
personas a venir? —espetó Tom, tomándome completamente por sorpresa.
—Lo siento. Supongo que debería haber preguntado primero. No es como
si invitara a un grupo de desconocidos Tom, son tus amigos. —¿Qué
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demonios? Lo miré fijamente, tratando de averiguar de dónde venía el mal
humor—. ¿Estás seguro de que no tienes dolor? —le pregunté de nuevo.
—¡No! Por el amor de mierda, Talia, ¡deja de tratarme como a un bebé! —
Él golpeó el mostrador con su mano derecha antes de levantarse y
alejarse con su andador
Lo vi mientras caminaba de regreso a su habitación y cerró la puerta.
¿Qué demonios pasó? Estaba enojado por algo, pero para ser honesta, no
tenía ni idea de lo que hice. Tenía que resolver esto.
El resto del día fue tranquilo. Tom salió de su habitación un par de veces,
pero no hicimos conversación y no lo presioné.
Trevor llamó por la tarde para hacernos saber que él y Ava vendrían
después de que cenaran fuera. Nick estaba pensando en llevar pizza para
nosotros tres. Tom salió de su habitación alrededor de las seis y parecía
recién duchado. Parecía estar sobrellevándolo sin ninguna ayuda hoy, y tan
grande como era, no pude evitar sentirme un poco triste. Esta era nuestra
última semana juntos antes de que yo tuviera que volver a mi casa y
volver al trabajo.
Me senté de nuevo y miré al magnífico hombre delante de mí. Tom me
había intrigado desde el momento en que lo conocí. Era muy agradable y
amable, pero aún así sabía cómo divertirse. No había duda de que era
todo un hombre, pero no tenía necesidad de demostrar nada. Era fuerte y
varonil, sin esfuerzo.
Tendía a ser abordada por hombres que eran creídos como el infierno. Era
divertido por un tiempo pero no era como alguien que quería tener
alrededor todo el tiempo. Hombres como esos buscaban que sus egos
aumenten, y no tenía tiempo ni energía para eso.
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Tom era diferente. Él era alguien con quien me veía involucrada, alguien
con que quería estar. Las últimas semanas no habían hecho otra cosa que
aumentar esos sentimientos en mí. Anoche, en sus brazos, ¡fue increíble!
Lo quería como no había querido a nadie.
—¿Tom? —Necesitaba aclarar las cosas, saber lo que estaba pasando. Él
me miró y pude ver la mirada torturada en su rostro—. Lo siento si hice
algo que te molestara. Yo quiero...
—¡Hey ustedes dos! —La puerta se abrió y Nick entró a grandes zancadas.
Cerré los ojos y tomé un profundo aliento. Supongo que esta conversación
iba a tener que esperar.
Me di la vuelta y sonreí.
—Hey Nick —Me miró con una mirada confusa en su rostro.
—¿Qué, sin insultos? Talia, ¿te sientes bien? —Su boca se curvó en una
media sonrisa mientras puso la caja de pizza en el mostrador.
—Dame tiempo, la noche aún es joven. —Le guiñé un ojo mientras tomaba
algunos platos desde el gabinete y los llevaba a la mesa.
Tom estaba en silencio mirándome. No podía estar enfadada con él. Había
sido un día de mierda, sin ser capaz de hablar con él o ser la beneficiaria
de una de sus sonrisas deslumbrantes. Se veía tan triste hoy, y yo quería
nada más que abrazarlo, sentir el calor de sus brazos alrededor de mí
como anoche. Estaba bien si tenía remordimientos por lo que había
pasado entre nosotros, sólo quería a mi amigo de vuelta. Me hacía sentir
cosas que nunca había sentido antes, sólo por estar cerca de él.
—¿Puede Tom a tomar una cerveza? —me preguntó Nick y yo sentí mis
hombros tensarse. No quería estar a cargo de esa respuesta. Tom ya
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había dejado en claro que él no quería que yo lo tratase como a un
bebé.
—Esa no es mi decisión Nick, Tom es un niño grande y puede tomar sus
propias decisiones —le respondí mientras miraba a Tom. Dejó caer la
cabeza ligeramente y cerró los ojos. Me sentí culpable casi inmediatamente
después de decirlo. No quise sonar tan sarcástica, pero había salido así y
sé que Tom estaba reproduciendo sus palabras de antes en su cabeza.
Nick nos miró a ambos, no estaba seguro de lo que estaba ocurriendo.
—¿Tom? ¿Cerveza?
Tom negó con la cabeza.
—No, sólo voy a tomar agua esta noche. —Nick asintió y tomó dos aguas
y una cerveza y las llevó a la mesa, sentándose y yendo directamente a
la pizza.
—¿Hablaste con Trevor hoy? —preguntó Nick alrededor de un bocado de
comida.
—No, ¿por qué? —Tom negó con la cabeza antes de tomar su propio
bocado de pizza.
—Él estaba actuando todo loco esta mañana. No tengo ni idea de lo que
estaba pensando. Me preguntaba si habías oído hablar de él. —Nick se
encogió de hombros.
Me senté de nuevo y me limité a escuchar, sin sentir al igual que
contribuía a la conversación. Ava parecía estar muy bien esta mañana
cuando hablamos, así que lo que le molestaba a Trevor probablemente no
tenía nada que ver con ellos o lo habría mencionado. Confía en mí, nunca
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había tenido un problema hablando conmigo sobre sus problemas con Tom
antes.
La relación de Ava y Trevor había comenzado con malos entendidos, y
luego se convirtió en un gran amistad, más malentendidos, luego se
convirtió en amor, y ahora eran una pareja repugnante que no podía
mantener sus manos fuera de sí. Era maravilloso verla tan feliz. Se lo
merecía.
—¿No tienes hambre? —La voz de Tom me sacó de mis pensamientos.
Parecía preocupado, y por primera vez hoy, no miró hacia otro lado
cuando nuestros ojos se encontraron.
—Supongo que no. —Le sonreí y me encogí de hombros—. No te
preocupes, probablemente voy a estar aquí a la medianoche para asaltar
la cocina. —Guiñé un ojo y él me sonrió. Ahí está. Mi corazón se sintió tan
ligero de repente. Es increíble lo que una sonrisa honesta podía hacerte,
especialmente de Tom. Me sentí como si hubiera caminado por el desierto
todo el día y él acababa de darme un vaso de agua. Me asustó que se
estuviera convirtiendo en una condición necesaria en mi vida, como si
fuera tan importante como mi próximo aliento.
Terminamos de comer y limpiar antes de instalarnos en el sofá.
—Así que Nick, ¿todavía saliendo con cirujanas plásticas en busca de
citas? —Le sonreí inocentemente. No era ningún secreto que a Nick le
gustaba las mujeres con senos grandes, y le había tomado el pelo un par
de veces por si eran reales o no.
—Divertido. —Él se rió entre dientes—. No te estarías riendo si supieras
que casi tuve a tres la última noche. —Él levantó sus cejas hacia mí.
Me senté.
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—¡Cállate! ¿En serio? ¿Qué te detuvo?
—La falta de otras dos personas. —Él sonrió y guiñó un ojo a Tom y me
eché a reír. Así es como Trevor y Ava nos encontraron, rodando de risa a
costa de Nick.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Ava mientras se acercaba a nosotros
y se sentó.
—Hey señorita sexy, ¿dónde has estado? —Ella lucía hermosa con su
cabello largo y oscuro en cascada por su espalda y un vestido de cóctel
rojo que acentuaba sus increíbles piernas. Trevor se acercó y se sentó
junto a ella, agarrando su mano, y entonces me di cuenta.
—¡Cierra la puerta principal! —Agarré la mano izquierda en busca del
hermoso anillo con un solitario diamante corte de princesa.
Ava se rió.
—¡Trevor me pidió que me casara con él! —gritó y me levanté de un salto,
tirando de ella hacia mis brazos. Estaba tan feliz por ella, y ella se veía
tan feliz. Tiré hacia atrás para ver las lágrimas no derramadas en los ojos,
sabiendo que yo tenía el mismo aspecto. Tiré de ella en mis brazos y le
susurré al oído.
—Tú mereces tu felices para siempre. —La dejé ir y abracé a Trevor
después—. ¡Eres un cabrón con suerte! —Lo apreté.
La siguiente media hora transcurrió con felicitaciones, risas y lágrimas.
Tuvimos postre y café y pronto Trevor y Ava tuvieron ganas de irse. Nick
se despidió primero, y después abrazamos a Trevor y Ava de nuevo, Tom
y yo estábamos por fin solos.
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10
Tom
i a Talia cerrar la puerta detrás de Ava y Trevor, pero ella no
se dio vuelta. Puso su mano contra la puerta y la dejó caer la
cabeza por un momento, pero no me vio. Sabía que tenía que
dar algunas explicaciones, pero para ser honesto, no sabía por
qué había actuado de la manera que lo hice.
Talia había sido más que perfecta desde mi accidente. Más que perfecta.
No era nada de lo que estaba haciendo, estaba estresado y enojado.
Cada vez que miraba hacia abajo y veía el patético muñón sentía como si
necesitara golpear algo. ¡Estaba tan jodidamente enojado! Si no hubiera
tomado las carreteras secundarias ese día o sacado mis ojos de la
carretera, no estaría en este lío. Todavía tendría mi pierna, así ser capaz
de caminar y correr, aún ser un hombre completo.
—¿Talia? —Giró alrededor y me miró con vacilación, y se me rompió el
corazón—. Lo siento, fui un idiota antes. —Le sonreí, esperando como el
infierno que ella me perdonara.
Ella inclinó la cabeza hacia un lado.
—Oh, Tom. —Cerró la brecha entre nosotros y envolvió sus brazos
alrededor de mí, enterrando su cara en mi cuello—. No quiero que te
sientas como un bebé. Sólo quiero cuidar de ti, para ayudarte, ¿sabes? —
Pasó la mano por mi rostro mientras momentáneamente me perdí en sus
increíbles ojos azules.
V
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La besé en la cabeza y la apreté contra mí, deseando como el infierno no
tener este estúpido cabestrillo en mi brazo izquierdo para que pudiera
sostenerla correctamente.
—Estás cuidando de mí, mejor que nadie pudiera o quisiera. No sé por
qué lo estás haciendo, pero me alegro.
Ella suspiró.
—Puedo ser una enfermera, pero la fijación estúpida no es mi
especialidad. —Me alejé de nuevo para que pudiera ver su rostro. Ella tenía
una sonrisa estampada en ella.
—¿Qué se supone que significa eso? —Levanté mis cejas.
—Si no te das cuenta por qué estoy aquí Tom, entonces no estoy segura
de que pueda ayudarte después de todo. Supongo que se debe haber
sacudido algo cuando te golpeaste la cabeza. —Ella se rió y luego su
rostro se puso serio—. Tom. —Ella tomó mi cara entre sus manos y me
miró a los ojos—. Me preocupo por ti, pero más que eso, me gustas...
mucho. Estar contigo me hace feliz. —Cerró los ojos y dejó caer las
manos—. Cuando pensé que te había perdido, estaba tan asustada —
susurró y me sentí que parte de mí se derretía. ¡Le gusto!
Antes de que pudiera cambiar de opinión, deslicé mi mano detrás de su
cuello y tiré de ella hacia mí, capturando sus labios con tanta fuerza que
estaba seguro de que se caerían. Ella se quedó sin aliento y me
aproveché, deslicé mi lengua entre sus labios, saboreando y explorando su
boca brevemente antes de chupar sus labios en mi boca y luego colocar
un par de suaves besos en sus labios hinchados.
—Mierda Talia —gemí, tirando hacia atrás presionando mi frente a la
suya—. Normalmente, aquí es donde yo te barro hacía mis brazos y te
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llevo a la cama y hago el amor contigo, pero ya que no puedo hacer eso,
y pedirte que montes en mi andador no es muy romántico, ¿te importaría
caminar tu culo sexy allí por tu cuenta?
—Muéstrame el camino Tom. —Ella sonrió antes de seguirme a mi
habitación.
Me senté en el borde de la cama y sonreí torpemente mientras Talia
llegaba a estar entre mis piernas, envolviendo sus brazos alrededor de mí.
Saqué su camisa fuera de sus pantalones e intenté torpemente levantarla
por encima de su cabeza con mi mano buena. Yo estaba cada vez más
frustrado, así que estaba agradecido cuando llegó hacia abajo y se la
quitó ella misma.
Absorbí una respiración rápida. Se puso de pie delante de mí en sus jeans
y un tentador sujetador de encaje rosa que celebraba sus pechos bien
formados. ¡Ella era increíble! Tenía la piel pálida con la suavidad de la
crema. Tenía curvas en los lugares correctos. ¡Exquisita!
Ella agarró una manga de mi camisa y la levantó con cuidado por encima
de mi cabeza, prestando atención a la tracción de la manga sobre mi
yeso. Se dejó caer de rodillas y besó suavemente un rastro de mi ombligo
hasta el pecho sobre la cicatriz de la curación. Su aliento era cálido y
húmedo y envió un escalofrío por mi cabeza todo el camino a mis dedos
de los pies.
Ella me empujó sobre la cama y se sentó a horcajadas sobre mis caderas
mientras ella pasaba las manos sobre mi estómago entonces hasta mi
pecho, rozando mis pezones duros y luego sobre mis hombros.
—Hermoso —suspiró antes de agacharse y colocar ligeros besos sobre mi
cuello.
68
Yo estaba muy duro debajo de ella. No podía recordar alguna vez querer
a nada ni a nadie más que a ella en este mismo momento. Ella se deslizó
hacia atrás y hacia adelante, rectificándose contra mi excitación.
—Te deseo Tom —ella gimió cuando se sentó y se quitó el sujetador.
—¡Magnífico! —jadeé mientras extendía la mano hacia ella.
—¡Ay!
—¡Mierda Talia, lo siento mucho! —Ella frotó su cintura donde yo acababa
de golpear mi yeso pesado en ella. ¡Maldita sea!
—Está bien, Tom. —Ella se rió, inclinándose hacia abajo cuando me besó
con urgencia. Hice un esfuerzo consciente para no usar mi brazo izquierdo,
que fue más difícil de lo que parecía ya que no quería nada más que
tener las manos llenas de ella.
Busqué el botón de sus jeans con mi sola mano, necesitando tocarla
mientras me retorcía debajo de ella. Me empujé y tiré del maldito botón,
pero no se movió.
—¡Hijo-de-perra! —Me tiré de espaldas, exasperado y frustrado.
—Está bien, Tom, ya lo tengo —Talia sonrió mientras se desabrochó los
pantalones y se puso de rodillas para que pudiera deslizarlo hacia abajo.
Extendí la mano y la deslicé contra la parte delantera de su tanga,
sintiendo la humedad manchándola con anticipación.
—Maldita sea Talia. Estás tan mojada —pronuncié mi aprobación. Tiré de
su tanga, tratando de eliminarla, pero maldita sea si yo no podía hacer
eso.
69
Odiaba no poder abrazarla, cuidarla, hacerla sentir bien. ¡Yo era un
hombre roto de mierda que ni siquiera podía sacar la ropa de una mujer
de su cuerpo! ¿Cómo podría hacer esto? Odiaba sentirme tan débil e
indefenso.
Sentí una sensación de pesadez en la boca del estómago. No podía
hacerle esto a ella. Se merecía tener a un hombre que estuviera completo
que pudiera amarla y abrazarla y demostrarle placer que nunca había visto
antes. Yo no era ese hombre. Ya no.
—Para —hablé en voz tan baja que ni siquiera me escuchó. Ella continuó
moviéndose contra mí, llevándome a un lugar que era casi incapaz de
alejarme, pero tenía que hacerlo—. Talia, no puedo —gemí, viendo caer su
rostro. ¿Qué podía decir? "No eres tú, ¿soy yo?". Ella merecía más que
eso, y no podía dejarla con la sensación de como si fuera su culpa. Todo
era mía.
—¿Qué? ¿Por qué? —susurró mientras se congelaba encima de mi regazo,
luciendo aplastada.
¡Mierda! Hice lo único que podía pensar. Mentí.
—Me duele bastante mal. Mi pierna —murmuré, viendo mientras se deslizó
fuera de mí y puso su mano sobre mi vientre desnudo.
—Oh, Tom, lo siento mucho. —Ella se puso arriba y agarró su camisa del
suelo, tirando de ella por encima de su cabeza antes de entrar a la
cocina. Momentos después regresó cargando una botella de agua y mis
pastillas para el dolor. Se sentó a mi lado y abrió la botella, sacudiendo
una píldora para mí antes de abrir el agua.
—¿Puedes sentarte? —preguntó ella mientras me entregaba la píldora.
Asentí con la cabeza, empujándome contra la cabecera.
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Me sentí como un idiota. Posó el agua en la mesa de al lado.
—¿Quieres que frote tu pierna? —Sus labios estaban hinchados y
magullados por los besos y su largo cabello rubio estaba despeinado, pero
nunca pareció más hermosa. Tomé una respiración lenta, tratando de
recuperar el control. Estaba adolorido, pero no tenía nada que ver con mi
pierna.
—No, pero ¿te puedes sentar conmigo? —Era un idiota egoísta, que no
merecía tenerla conmigo, no después de mentirle, pero necesitaba una
última noche con ella, porque mañana iba a dejarla ir.
71
11
Talia
or supuesto, dame un segundo. —Me levanté y me dirigí a mi
habitación para ponerme un pijama y lavarme la cara, tal vez
tomar el asunto en mis propias manos. ¡Santo cielo!
¿Eso realmente ocurrió? Pensé que iba a arder espontáneamente.
Estoy empezando a creer que el sexo es mucho como el oxígeno... No es
realmente un gran problema hasta que no lo tienes ya. ¡Me estoy
sofocando!
Debo decir que yo también estoy muy impresionada conmigo por apagarlo
así. Tal vez si le deslizo otra píldora, no se dará cuenta de si trepara en
su pierna mientras duerme.
Me lavé los dientes y el cabello, me puse un par de pantalones cortos y
un top y volví a sentarme con Tom. Él me necesitaba más que yo lo
necesitaba en estos momentos.
—Aguántate princesa, este no es tu castillo —murmuré antes de regresar a
la habitación de Tom.
*** Tomé una respiración profunda mientras acariciaba el pecho desnudo de
Tom, bañando mis sentidos en su almizclado aroma limpio que era todo
Tom. Pasé la mano por encima de sus músculos ondulantes, amando la
sensación de su piel caliente. Su rostro estaba tan tranquilo mientras
P
72
dormía. Esto hizo que mi corazón roto ardiera en su dolor. Haría lo que
fuera para sacar eso de él.
Me aparté de él para que pudiera tener una mejor visión de él. Mi corazón
latía nerviosamente sabiendo que iba a salir de aquí a finales de la
semana para volver al trabajo y a mi propio lugar. No quería desarrollar
tendencias acosadoras, pero no sabía cómo iba a permanecer lejos de él.
Bueno, mi primera prueba en la separación fue el desayuno. La frustración
sexual puede hacer una chica famélica.
Preparé unas tortitas y llamé a Ava.
—¡Buenos días rayo de sol! —Me di cuenta de que la desperté.
—Buenos días, y ¿qué demonios estás haciendo despierta ya? —se quejó.
—Bueno, creo que ya es hora de poner en marcha la operación Tom
Fuera del Apartamento esta noche. —Solté una risita.
—¡Suena bien! ¿Por qué no nos reunimos en torno a las seis? Vamos a
empezar lento con sólo una cena. Voy a tener a Trevor llamando a Nick
para que le diga que aparezca alrededor de las cinco para ayudarte. —Ella
parecía tan emocionada como yo. Extrañaba salir con todo el mundo, y
realmente pensaba que iba a hacer algún bien a Tom salir.
—Hey. —Su voz profunda envió escalofríos por mi espina dorsal. Me di
vuelta y le sonreí a su desordenado y sólo laminado por la cama cabello
y la cara soñolienta.
—Hey, ¿cómo te sientes? —le pregunté mientras le servía una taza de café
y se la llevaba a la mesa antes de volver a hacerle un plato de tortitas.
73
—Estoy bien. —Su voz sonaba tensa, y esperaba como el infierno no
estuviera adolorido. Traje mi plato y me senté, mirándolo mientras se
servía jarabe sobre sus panqueques. Decidí cambiar de tema.
—Hey, tengo una manga nueva. —Sonreí. Tom había estado usando una
manga sobre el muñón para ayudar a curar y darle forma para una futura
prótesis. La nueva era más fuerte, y estábamos esperando que ayudara
con el dolor también—. ¿Quieres que te ayude a ponértela?
—No. —Él me dio una mirada molesta antes de volver su atención a su
plato.
—Está bieeen. —¿Cuál demonios era su problema? En serio, estaba tan
caliente y frío en estos días que yo apenas podía mantener el ritmo. Me
estaba dando un latigazo.
Ni siquiera supe qué decir en este momento, por lo que acabé mi
desayuno y limpiar, decidí que tenía que salir de allí por un rato. Fui a mi
habitación y me puse algo de ropa de ejercicio y le dije a Tom que
regresaba pronto. Tenía que deshacerme de una parte de energía
reprimida antes de que me perdiera.
Salí del edificio, girando a la izquierda y comenzando a encender mi iPod
antes de romper en un trote continuo. Había gente pululando alrededor,
comenzando su día mientras la ciudad volvía a la vida. Me concentré en
respirar profundamente, sintiendo el viento en mi piel y perdiéndome en la
música.
Me encantaba la zona de Philly. No me podía imaginar vivir en otro lugar.
Me encantaba la emoción de una gran ciudad, y me encantaba trabajar en
la gran ciudad aún más. Mi trabajo nunca era aburrido, y cada día era
diferente. Una parte de mí no podía esperar a volver a ello.
74
Había sido bueno tener este tiempo libre, y ser capaz de pasar todo con
Tom. Incluso durante este difícil momento, me sentía más cerca de él de
lo que jamás había estado por ningún hombre. Tuve varias relaciones por
años, pero después de demasiadas rupturas difíciles, di un paso atrás y
me permití la libertad de tener sólo diversión.
No dormía con cualquiera. Caray, duramente hacía más que salir con los
otros chicos ahora. Había sido feliz divirtiéndome hasta ahora. Me asustó
lo duro y rápido que me había enamorado de Tom, incluso antes de su
accidente.
Doblé la esquina, con lo que di vuelta a la calle de Tom y al final de mi
carrera. Me sentí mucho mejor mientras caminaba de vuelta al edificio y al
apartamento de Tom.
No había ni rastro de él cuando entré por la puerta, así que supuse que
debía estar en su habitación. Grité que estaba de vuelta antes de agarrar
mis cosas y saltar en la ducha.
El resto del día fue tranquilo. Me quedé en mi habitación hasta la tarde, al
darme cuenta de que no había incluso mencionado la salida de esta
noche a Tom. Llamé suavemente a la puerta antes de abrirla.
Tom estaba sentado en el borde de la cama, mirando fijamente con una
extraña mirada en su rostro.
—¿Tom? —Él se giró hacia mí, pero su cara era ilegible—. ¿Estás bien? —Él
asintió con la cabeza y suspiró.
Me acerqué a él, colocando mi mano sobre su hombro, pero la tiré hacia
atrás rápidamente cuando se estremeció.
75
—Um, todo el mundo va a ir a cenar esta noche, y estábamos esperando
que vinieras con nosotros. —Sonreí, tratando de levantar el torpe estado
de ánimo.
Sus ojos eran fríos cuando me miró.
—No quiero salir. De hecho, sería bueno tener un poco de intimidad por
una vez. —Él miró hacia abajo.
Me sentí como si me hubieran dado una bofetada.
—¿Perdón? ¿Hay algún problema Tom? —solté, incapaz de controlar mi
shock—. ¿Seriamente?
—Sí, seriamente. Simplemente sería bueno tener mi propio espacio sin que
te ciernas sobre mí constantemente. —Ni siquiera me miró mientras
hablaba, y eso me molestó.
—Sabes, no tenía que quedarme aquí contigo Tom, pero lo hice porque
me importas, porque yo quería y necesitaba estar cerca de ti. —Mi voz
temblaba mientras hablaba.
—Lo siento mucho... ¿está es la parte donde se supone que debo besarte
el culo? Porque estoy totalmente perdido —me gruñó de nuevo, y yo
literalmente di un paso atrás.
Tomé una respiración profunda.
—Ten cuidado con tus palabras... ellas no vienen con una “política de
retorno” Tom. No estoy segura de cuál es tu problema, pero... —Él me
interrumpió.
—¡Mi problema es que ya no te quiero aquí! —gritó, finalmente, mirándome.
76
Un sollozo involuntario escapó de mi garganta. No podía hablar. Sólo di la
vuelta y salí de la habitación, dirigiéndome directamente a la habitación en
la que había estado quedándome, agarré mi bolso, arrojándolo al azar en
la cama, y empecé a tirar mis cosas en el. Cuando tuve toda mi ropa, me
fui al baño y tomé todos mis artículos de tocador.
Cuando tenía todo con lo que llegué, volví a salir y me dirigí a la puerta.
Lo intenté, pero no pude obligarme a irme sin tratar de llegar a él. Entré
de nuevo en su habitación.
—¿Tom?
—¿Por qué no lo dejas ir? ¿Por qué siempre tienes que presionar todo?
¿No puedes entender que perdí una parte de mí en ese accidente? —Su
voz se elevó, pero controlado.
¡Qué egoísta idiota! Yo estaba hecha. No podía creer que estaba actuando
de esta manera.
—¿Se perdió una parte de ti? —Caminé hasta él—. ¡Mírame, maldita sea!
Todos perdimos una parte de ti en ese accidente Tom, pero ¡confía en mí
cuando digo que no tenía nada que ver con tu maldita pierna! —Giré y
salí mientras las lágrimas comenzaban a arder los ojos. Quería salir de allí
antes de que me perdiera completamente.
Agarré mis cosas y abrí la puerta, corriendo directamente a Nick.
—Guau Talia, ¿dónde está el fuego? —Él se rió entre dientes antes de ver
mi cara—. ¿Qué diablos? ¿Qué está mal? —Él agarró mis brazos y me
atrajo hacia su pecho—. ¿Qué pasó?
Lo rechacé sacudiendo la cabeza.
77
—No puedo hacer esto Nick. Ya he terminado. —Giré a su alrededor y
caminé por el pasillo, no dejándome mirar hacia atrás.
78
12
Tom
e sentía enfermo. No creo que nunca conseguiría sacar su
mirada atormentada de mi mente. Sabía que hice lo que
pensaba que era correcto, pero no podía creer lo lejos que lo
llevé.
—¿Qué carajo hiciste Tom? —Nick estaba en la puerta, mirándome.
—Déjalo Nick —le advertí.
—¡A la mierda eso! ¿La viste Tom? ¿Hiciste eso? —Señaló hacia la puerta—.
Porque si lo hiciste, tengo la mitad de la mente en patear tu arrepentido
culo. —Yo rara vez vi a Nick enojado. En general, era fuera de la cancha
de fútbol cuando había una mala decisión o no jugó en su mejor
momento, pero nunca fue dirigida a mí y francamente, no estaba seguro
de qué hacer con ello.
—Hice lo que tenía que hacer Nick, y no quiero hablar de eso —suspiré—.
Sólo estoy tratando de seguir adelante.
—No puedes volver sobre tus pies hasta que primero levantes tu trasero.
—Nick negó con la cabeza hacia mí.
—Pie.
—¿Qué? —Él inclinó la cabeza hacia un lado.
—Pie. No puedo volver a mis pies Nick, no tengo dos pies más. Sólo un
puto pie. —Me froté la mano derecha por el cabello.
M
79
—¿Me estás tomando el pelo ahora? La vida pasa. Las cosas malas les
suceden a todos, no sólo a ti Tom. ¡Suficiente con la fiesta de
autocompasión! —Nick se sentó a mi lado—. Esa chica te ha dado todo lo
que tenía y sólo acabas de cagarte en ella hombre. ¿Sabes que nunca
salió del hospital en todos los días que estuviste inconsciente? Se duchó,
comía, dormía y trabajaba en ese hospital para que pudiera estar ahí
cuando te despertaras. —Yo sabía que ella había estado allí mucho, pero
no sabía el alcance del mismo. Lo miré, triste por la decepción que vi en
su cara, y casi aplastado por el hueco vacío que sentía en mi pecho—. Tú
eres mi familia Tom, y nunca te daría la espalda, pero no te entiendo bien
ahora. —Él se puso de pie y salió de la habitación. Yo podía oírlo al
teléfono con Trevor diciéndole lo que había visto, y mientras lo escuchaba
describir su interacción con Talia cuando entró, puse mi cabeza hacia
abajo y luché por controlar mis propias lágrimas.
Mi corazón estaba roto, pero todavía tenía que creer que hice lo correcto
al dejarla ir. Yo sé que ella estaba herida y enojada, pero tal vez eso le
ayudaría a conseguir pasar por esto. Tal vez si me odiaba tanto como me
odiaba a mí mismo, podría pasar más rápido. Si ella daba la vuelta, si
continuaba cuidando de mí, finalmente ella se hubiera arrepentido. Yo no
podía darle lo que necesitaba: lo que se merecía.
*** Habían pasado dos días desde que lancé a Talia básicamente fuera de mi
vida, y yo no estaba seguro de si alguna vez iba a sentir de nuevo.
Trevor y Nick habían estado por aquí para pasar el rato conmigo y
después de dejar muy claro que no quería hablar de eso, habían
finalmente dejado caer el tema, pero me di cuenta de que no estaban
contentos con ello.
80
Ava no había venido, pero realmente no la esperaba, después de que
había sido un completo idiota con su mejor amiga. Una parte de mí
deseaba que alguien la mencionara, para poder saber si se encontraba
bien, pero todo el mundo estaba callado y no daban nada a la distancia,
y no me atreví a preguntar.
En sólo dos días, había conseguido colarme en una depresión mayor que
no era capaz de reponerme. Si yo pensaba que estaba roto antes, no
tenía ni idea. No sólo estaba roto, estaba completamente destruido.
Borrado, sin nada más que una cáscara vacía.
¿Quién era esta persona en que me había convertido? Ni siquiera estaba
seguro de que me reconociera. Cada vez que miraba mi reflejo en el
espejo, sólo quería golpear el vidrio.
Algunos de los chicos del equipo de fútbol se detuvieron para visitarme,
pero después de sentarse conmigo a través de una muy tensa y difícil
conversación, se fueron.
No había estado durmiendo bien, y tuve un problema con el dolor
fantasma de nuevo ayer por la noche y me senté rechinando los dientes y
balanceándome hasta que finalmente volví a dormirme. Yo era un desastre
total y absoluto.
Nick me había llevado al médico hoy para un seguimiento y me pusieron
un antidepresivo.
Aparentemente parecía deprimido. También dijo que podría ayudar con el
dolor fantasma en mi pierna, y a este punto estaba dispuesto a intentar
cualquier cosa.
Afortunadamente con la escuela fuera ahora, tenía los próximos tres meses
para conseguir juntar mi mierda antes de regresar a la escuela. A este
81
punto, ni siquiera podía imaginármelo. Odiaba incluso salir de la casa para
las citas médicas. Odiaba sentir que la gente estuviera mirándome a
donde quiera que fuera. Lucía patético conduciendo alrededor con este
estúpido andador de rodilla, y odiaba cada segundo de ello.
—Hey. —Trevor entró a la sala y se sentó a mi lado en el sofá.
—Hey. —Traté de sonreír, pero no llegó a mis ojos.
—Vi a Nick en la salida. Dijo que la cita con el médico salió bien.
Me encogí de hombros.
—Supongo.
—Um, Talia llamó a Ava y le preguntó si uno de nosotros sabía que tenías
una cita el lunes para que te quiten el yeso. —Mi corazón saltó ante el
sonido de su nombre y luego me sentí como una mierda sabiendo que
ella seguía cuidándome.
—Me olvidé de eso. No puedo esperar a tenerlo fuera. —Sonreí ligeramente
ante la idea.
—Bueno, Nick y yo no podemos llevarte. Ninguno de nosotros puede
escapar el lunes, así que le pregunté a Ava y ella dijo que no hay
problema. —Me di cuenta de que estaba estudiando mi respuesta. Yo no
quería que él pensara que tenía un problema con Ava. De hecho, yo
realmente no tengo un problema con Talia tampoco. Mi problema era
conmigo.
—Está bien. Gracias Trevor. Dile a Ava gracias. —Sonreí de nuevo, pero se
sentía tan forzado.
—Lo haré. ¿Hey Tom? —Miré a Trevor, su cara tan seria—. ¿Sabes que
eres más fuerte que cualquiera que conozca? —Sacudí mi cabeza.
82
—No. —Él levanto su mano.
—Has pasado por muchas cosas, en primer lugar con la pérdida de tus
padres y ahora el accidente, pero aun con todo eso, nunca he pensado
en ti como alguien que sólo se rinde. Eres mejor que eso. El valor no sólo
significa que posees la fuerza para seguir adelante, significa que vas a
continuar aún cuando sientes que ya no tienes la fuerza.
Acarició mi pierna y se levantó. Oí la puerta abrirse y cerrarse mientras
me dejó allí sólo para pensar en lo que acababa de decir.
¿Cómo mis amigos siempre sabían qué decirme?
83
13
Talia
ra mi primer día libre después estar de regreso al trabajo y
estaba exhausta. Estaba trabajando tres días doce horas al día
ahora y aunque eran días largos, era agradable tener cuatro
días de descanso, incluso si tenía que tomar unos cambios de
turno aquí y allá.
Había llamado y pedido regresar tan pronto como había dejado a Tom. No
había sentido en estar sentada sin hacer nada y usando el poco tiempo
de vacaciones que me quedaba.
Apenas me había deslizado mis zapatos cuando mi teléfono sonó.
—Hey —respondí cuando vi el número de Ava.
—Por curiosidad, introduje la palabra perra sexy en mi GPS sólo para ver
lo que pasaba y ¿adivina qué? Saca el vino princesa, porque estoy fuera
de tu casa.
Me reí de ella.
—Estás loca. Ven arriba. —Colgué el teléfono y fui a abrir la puerta.
Ava llegó con comida china y pude haberla besado.
—Ves es por eso que te mantengo cerca. —Tomé unos platos y los llevé a
la mesa, así como una botella de vino y dos copas.
E
84
—Guau Talia, te ves como la mierda. —Ava me miró con horror. Sabía que
me veía como una mierda. Me sentía aún peor. Tenía círculos oscuros bajo
los ojos. No me había sentido con ganas de incluso ponerme maquillaje,
así que lucía demacrada y pálida.
—Estoy bien Ava, de verdad —traté de convencerla, pero ella no se lo
creyó. Me conocía demasiado bien.
Ella levantó las cejas.
—Mírate. ¿No estás linda con toda esa felicidad, ¡cayendo justo a un lado
de ti!? Oh, espera... tienes un poco de mierda por la boca, es posible que
desees limpiar eso.
Ella alargó la mano hacia mi cara mientras le palmeé la mano.
No podía dejar de sonreír.
—Oh, pobre alma ingenua... No puedes sacar-la-perra de la Reina Perra —
la desafié y nos reímos. Se sentía bien reír.
Ava me sirvió una copa de vino.
—Entonces, ¿estás lista para decirme lo que pasó?
Suspiré, sabiendo que no podía ocultarlo para siempre. Le hablé de los
dolores de Tom y cómo lo ayudé la primera vez. Le conté todo, no con
tantos detalles, cómo cuide de él la siguiente semana y no pude evitar
reírme al ver su cara con los ojos abiertos.
—Es extraño Ava, un momento nos estamos besando y al minuto siguiente
está enojado conmigo. Yo no podía mantener el ritmo. —Me encogí de
hombros.
85
—¿Lo llamaste después? Nunca fuiste la que deja que la traten como una
basura Talia. —Recogió un poco de arroz frito en su plato.
—Sé que no lo soy, pero era diferente con él. Importaba. No quería
lavarme las manos sólo porque se sentía frustrado, ¿sabes? —No sabía
cómo explicarlo.
—Oh mierda. Estás enamorada de él, ¿verdad? —susurró Ava y no pude
calmarme más. Puse la cabeza entre las manos y lloré.
Sentí sus brazos a mí alrededor y me atrajo hacia ella, dejando que
sacara todo. Yo lo amaba, y estaba tan enojada conmigo por permitirme
bajar mi guardia. Yo le había permitido hacerme daño.
—¿Sabe él cómo te sientes Talia? —Ava se sentó de nuevo en su asiento
cuando estaba bajo control.
Negué con la cabeza.
—No, y no importa. Él no siente lo mismo Ava. Lo deberías haber visto ese
día. Él fue un idiota. —Me sequé las lágrimas de mis ojos y tomé un largo
trago de mi vino—. Nunca dejé que nadie me hablara de esa manera, me
quedé allí y lo aguanté. Él no se limitó a lastimar mis sentimientos Ava,
los malditamente destruyó.
—Lo siento mucho Talia. —Ava apretó mi mano, y volvió a sentarse. Se dio
cuenta de que había terminado de hablar de ello.
—Entonces, ¿tú y Trevor fijaron una fecha para la boda? —Me sonrió
mientras tomaba un bocado de mi agridulce pollo.
—De hecho sí lo hicimos. ¡31 de agosto!
—¿Qué? Eso está como a sólo tres meses de distancia Ava. —Me quedé
muy sorprendida—. ¿Estás embarazada? —acusé.
86
—Uh no —dijo sin expresión—. Simplemente no quería esperar más. Vamos
a tener una pequeña ceremonia con la familia y amigos, y una recepción
después. —Ella sonrió—. Además, realmente quería casarme en la Posada
de Valle Verde, y da la casualidad de que hubo una cancelación ese día,
sólo está libre el sábado de lo que queda de este año, por lo que Trevor
puso un depósito de inmediato. —Ella estaba tan emocionada que en
realidad aplaudió.
—¡Eso es genial Ava! —Estaba tan feliz por ella. Ava era mi mejor amiga y
yo la quería como si fuera mi hermana. Se merecía ser feliz y sabía que
Trevor la amaba inmensamente.
—Así que, dicho esto, ¿crees que puedas asistir ese día siendo mi Dama
de Honor?
Esta vez de hecho aplaudí.
—¡Por supuesto! ¡Tenemos mucho que hacer! ¡Tenemos que ir a comprar el
vestido!
Se sentía bien estar emocionada por algo.
Ella me dijo que ella iba a preguntar a Chelsea de su trabajo para ser una
dama de honor y que Trevor iba a tener a Tom y Nick de pie con él. Mi
corazón se detuvo por un momento con la idea de tener que pasar
tiempo con Tom durante todo el proceso de la boda. No había duda de
que íbamos a estar juntos, y yo sólo iba a tener que ponerme mis bragas
de chica grande y tragármelo todo. Por Ava, podría hacer eso.
*** Yo acabé tomando turnos extras en el trabajo. Me resultaba difícil estar
sentada alrededor. Mi mente no paraba y me dolía el corazón. Cuando
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estaba trabajando, por lo menos estaba muy ocupada y no tenía tiempo
para sentarse alrededor y pensar en Tom.
El único problema era que estaba siendo una perra total.
—Talia, ¿puedo hablar contigo un minuto? —Sara me sonrió, y sabía que
estaba haciendo de interlocutor.
Lo había perdido por completo con una de las enfermeras antes por algo
que realmente no era un gran problema, pero me sentía muy mal, y
últimamente parecía arrastrarse en forma de ira. Mi interruptor de perra
estaba alternando regularmente estos días.
—Escucha. Sé que tienes mucho lidiando con tu vida personal ahora
mismo y todos estamos tratando de ser comprensivos con eso, pero te
fuiste directamente sobre Meg por algo que le podría haber pasado a
cualquiera.
Sabía que ella tenía razón, pero no era capaz de manejarlo.
A veces me preguntaba cuánto tiempo de cárcel conseguiría por sacar la
estupidez de alguien. Negué con la cabeza.
—Bien Sara, pero si estoy obligada a manejar mi ira, entonces la gente
estúpida debería estar obligada a controlar su estupidez. O eso, o
deberían permitir margaritas en el trabajo.
Sara suspiró y negó con la cabeza hacia mí.
—Talia, tal vez deberías hablar con alguien. Estás tan cortante y
francamente, asustas a la gente que no te conoce bien.
Gemí.
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—Tienes razón. Lo controlaré. —Ella sonrió y me puso una mano en mi
hombro, apretándolo antes de marcharse, dejándome revolcándome en mi
autocompasión por unos momentos antes de que un trauma entrante fuera
anunciado.
89
14
Tom
garré el mango por encima de la puerta, mientras Ava cambió
de carril repentinamente. Ella sonrió y me miró por el rabillo del
ojo.
—De todas las cosas de mí que podrían asustarte, ¿te preocupas
sobre mi forma de conducir? —se rió.
—Estoy al borde. En realidad no eres tú. —Me encogí de hombros mientras
solté el mango y puse mis manos en mi regazo. Había conseguido sacar
mi yeso hace unas semanas y poco a poco mi brazo se estaba sintiendo
algo normal. Estaba haciendo terapia física para ello, pero me habían
liberado para seguir por mi cuenta.
Ava me había llevado a otra de las citas de mi médico de hoy, y yo
estaba feliz de ser finalmente capaz de pasar de usar el estúpido andador
por un par de muletas ahora que podía usar las dos manos.
—Tom, vamos al club esta noche ya creo que es hora de que salgas —
habló suavemente Ava, en realidad no me miraba.
—No sé Ava. —Sacudí mi cabeza.
—Tom, no has estado con nosotros desde el accidente. Tienes mucha
movilidad ahora con las muletas, así que realmente no tienes excusa. No
es como si te estuviéramos pidiendo que irrumpas en la pista de baile.
Ven pasar el rato con nosotros.
A
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Suspiré, sabiendo que no podía evitarlo para siempre.
—Está bien.
Ava se detuvo delante de mi edificio.
—¡Genial! ¿Necesitas ayuda para entrar? —preguntó.
Negué con la cabeza y sonreí.
—No, yo me encargo. —Salí del auto usando el asa y metí la mano en el
asiento de atrás para agarrar mis muletas. No pude evitar sonreírle a Ava
mientras las puse debajo de los brazos y cerré la puerta. Me sentí bien al
ser capaz de moverme con mayor libertad por una vez.
*** —No estoy seguro de estar a la altura Nick. —Me senté en el sofá. Me
había vestido para salir a las siete, Nick se había presentado a buscarme,
pero cambié de opinión cuando se le escapó que Talia estaría allí.
—¡Mierda Tom, no seas ridículo! ¡Tienes razón, por qué no tomar un par
de bragas, cambia tu maxi-pad12, tomate un Midol13, y mueve tu flojo
trasero cobarde y crece! —Su frustración estaba al máximo, y sabía que él
estaba cansado de mimarme.
—Está bien. Vamos a hacer esto. —Me puse de pie, agarrando mis muletas
y me trasladé a la puerta. Nick se puso de pie sacudiendo la cabeza. Él
me dio una palmada en la espalda mientras caminaba por la puerta y
esperó a que yo entrara al auto.
12 Maxi-pad: Nombre de producto de higiene femenino empleado durante la mestruación. 13 Midol: Medicamento para ayudar en los malestares que se sufren durante la
menstruación.
91
*** Nick se ofreció a dejarme en la puerta y eso simplemente me irritó.
—Esto no es Driving Miss Daisy14 Nick. Estaciona el maldito auto. —Él se
echó a reír.
Nos abrimos paso en el club y noté a Trevor y Ava en la esquina trasera
en una mesa. Nosotros maniobramos nuestro camino a través de la
creciente multitud, que no era muy fácil con muletas. Atrapaba una mirada
de vez en cuando, pero en su mayor parte en realidad nadie me prestó
mucha atención. Me sentí aliviado.
El club estaba oscuro y la música en su apogeo. Me deslicé en la cabina
donde nuestros amigos estaban esperando y eran todo sonrisas, me hacía
sentir mucho mejor acerca de mi decisión de finalmente hacer una
aparición.
No podía dejar de mirar alrededor por Talia. Mi corazón latía tan rápido
ante la idea de verla de nuevo. No necesitaba hablar con ella, sólo quería
verla. Ella era todo lo que pensaba. Estaba completamente e
irremediablemente obsesionado. Seguía pensando que hice lo correcto con
ella al darle una salida, sólo hubiera deseado no haber sido tan cruel,
pero en ese momento estaba desesperado, y sabía que no me dejaría de
lo contrario.
Nick miró a su alrededor y sonrió.
—El objetivo de esta noche: hacer que al menos una persona arrepentida
me dé su número de teléfono. —Él sonrió y todos sacudimos nuestras
cabezas. Algunas cosas nunca cambian.
14 También conocida como El chófer de la señora Daisy y Paseando a Miss Daisy es una
película estadounidense de 1989,
92
—Voy a ir a traernos las bebidas. —Nick se puso de pie y caminó hacia la
barra.
—Estoy tan contenta de que vinieras Tom. —Ava me alcanzó y me apretó
la mano. Trevor asintió con la cabeza y sonrió. Al menos ellos estaban
felices, incluso si yo era un manojo de nervios.
—Voy a golpear el baño rápido. Ya vuelvo. —Me levanté con mis muletas
mientras Trevor comenzó a ponerse de pie.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó y me reí.
—Trevor, mierda, he sido entrenado para la bacinilla desde que tenía tres
años. Creo que puedo manejarlo. —Lució avergonzado antes de reírse
también y volviendo a sentarse.
Me moví precariamente entre la multitud, tratando de evitar algunos ebrios
locos. Cuando llegué al baño, estaba agradecido de que estaba
prácticamente vacío. Hice mi asunto y me lavé las manos antes de salpicar
un poco de agua fría en la cara. Mierda Tom, no te desmorones.
Salí cojeando del baño, dejando a un lado a una pareja besándose en la
pared y me giré en la esquina, parando en seco cuando oí un grito
ahogado.
Allí estaba ella, y maldita sea si todavía no se veía increíble. Su largo
cabello rubio colgaba en suaves rizos por la espalda y no podía dejar de
centrarme en sus labios carnosos de color rosa que colgaban ligeramente
abiertos. Ella parecía que había perdido el peso que no tenía que perder, y
no pude dejar de notar las ojeras bajo sus ojos que había tratado de
cubrir con maquillaje.
—¿Tom? —Cerró los ojos y sacudió la cabeza—. No sabía que ibas a venir
hoy.
93
No sabía qué decir. La forma en que me miraba me rompió. Podía ver el
dolor en su rostro, y no sabía cómo hacer las cosas bien sin tirarme
sobre ella y pedirle perdón.
Ella interpretó mal mi silencio y asintió con la cabeza.
—Bueno, fue bueno verte. —Caminó a mi alrededor y al cuarto de baño
antes de dejar escapar un suspiro que no fui consciente de que había
estado conteniendo.
Sentí el impulso increíble de llorar y no podía permitírmelo, no aquí, no
así. Caminé a través de la multitud hasta la mesa y me senté. Tomé un
trago de mi cerveza y agradecí a Nick por conseguirla.
—¿Estás bien? —preguntó Trevor, luciendo preocupado. Ves, ese es el
problema de tener cerca a las personas que te conocen muy bien. No
puedes ocultar nada de ellos, nunca.
—Talia está aquí. —Traté de sonreír, pero por la expresión en la cara de
todos, debieron notar que debió haber sido un patético buen intento.
—¿Hablaste con ella? —preguntó Nick, sentándose y tomando un trago de
su cerveza.
—Uh, no. Traté y sólo me quedé mirándola como un idiota. —Me encogí
de hombros.
—No lo entiendo Tom. Si los dos son tan miserables el uno sin el otro,
¿por qué haces esto? —preguntó Ava.
—¿Ella es miserable? —Me sentí como una mierda. Se suponía que tenía
que seguir adelante.
—¿Seriamente? ¿La viste? Me refiero a realmente mirarla Tom. Ella es un
completo desastre. —Ava sonó exasperada.
94
—Tom, ¿vas a decirnos por qué fuiste tan cruel con ella? —preguntó
Trevor y luego puso sus manos en señal de rendición cuando me miró. No
quería ir allí ahora mismo. Hice lo que tenía que hacer. La amaba más
que a mi próximo aliento. No quería nada más que Talia fuera feliz,
incluso si su felicidad no me incluía.
Tomé otro trago y miré hacia la pista de baile, parando inmediatamente
cuando vi a Talia bailando con un chico alto rubio con sus malditas
manos en sus caderas.
—¿Qué diablos? —Estaba instantáneamente molesto.
Los ojos de Ava siguieron a los míos.
—No deberías estar así Tom. No deberías estar enojado. Tú la dejaste ir.
Gemí.
—Mierda Ava, ¿no crees que lo sé? —Sacudiendo mi cabeza—. No tiene
importancia. Ella me odia.
—¿Te odia? ¡Ella está enamorada de ti! —espetó Ava—. Seriamente, Tom,
tienes toda tu vida para ser un imbécil, ¿estás tratando de usarlo todo en
un día? —Ella se disculpó y se detuvo para ir al cuarto de baño.
Espera. ¿Dijo que Talia estaba enamorada de mí? No pude contener mi
sonrisa y luego me sentí como una mierda por ser feliz por eso. Se
merecía algo más que un hombre roto que no podía darle todo que
necesitaba.
—Sí imbécil, enamorada de ti —asintió Trevor, leyendo mis pensamientos.
¿Cómo rayos me perdí todo esto? Me puse de pie. Tenía que tratar de
hablar con Talia. No quería hacerle más daño. Tal vez si pudiera
convencerle de que no era el hombre adecuado para ella. Me moví al
95
borde de la pista de baile, allí de pie hasta que llamé su atención. Ella le
dijo algo al chico que estaba sacando todo de ella y dio un paso hacia
mí.
—¿Necesitas algo? —Su postura era determinada, pero su voz vaciló,
traicionándola.
—Escucha Talia, no me gusta como terminaron las cosas. No era mi
intención molestarte, pero simplemente no creo que debas perder más tu
tiempo conmigo. Estoy tratando de tener todo resuelto y no puedo tener
ningún tipo de distracciones. —Mierda. Eso no salió nada bien.
Ella se burló.
—¿Distracciones? Bueno Tom. No hay problema. Lo dejaste bien en claro la
última vez que te vi. ¿Por qué la necesidad de una repetición pública? —
Ella puso sus manos en sus caderas. No podía evitar de sonreír un poco.
Ella era demasiado condenadamente linda cuando estaba enfadada.
—Por favor no te enojes Talia. No sé cómo hacer esto y estoy metiendo
la pata cada vez que te veo. —Pasé mi mano por el cabello.
—Esta es una pista para ti Tom, cuando tratas a la gente como mierda,
tienden a enfadarse. Sorprendente ¿eh? —Giró y comenzó a alejarse de mí.
—Talia espera —supliqué. Ella se detuvo, pero no regresó—. Estoy jodido —
susurré. Finalmente giró y me miró, reblandeciendo sus características.
—¿Por qué? —Su voz sonaba tan pequeña—. ¿Por qué no te das cuenta de
que me preocupo por ti? ¿Por qué estás haciendo esto? —Ella caminó
hacia mí, deteniéndose justo en frente de mí, tan cerca que podía oler su
aroma a frambuesa y champú a vainilla. Sentí el calor de su aliento en mi
cara y le hacía cosas extrañas a mis entrañas.
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Levantó la mano, sosteniendo mi rostro entre las manos, y yo no podía
apartar la mirada, incluso si quisiera.
—Sé que te preocupas por mí, Tom. Lo sentía cada vez que nos tocamos.
Cada vez que nos besamos. ¿Por qué me estás empujando lejos? —Pude
ver las lágrimas en sus ojos y antes de que pudiera pensar más, extendí
la mano y la envolví en mis brazos, lo mejor que pude mientras estaba
apoyado en mis muletas. Ella apretó su cara contra mi pecho y yo podía
sentir la humedad de sus lágrimas.
Besé la parte superior de su cabeza.
—Lo siento Talia. Sí me importas, más de lo que sabes, pero no puedo
hacer esto. —Sentí su duda en mis brazos antes de que ella se apartara y
me mirara a los ojos. Sus ojos azules se veían oscuros y atormentados
mirando directamente a través de mi alma. Ella tragó saliva y asintió.
—Adiós Tom. —Y así como así, ella salió de mi vida de nuevo, sólo que
esta vez me dolió mucho más de lo que podría haber imaginado.
97
15
Talia
uedes creer que la boda está a menos de un mes? —Miré a Ava
al lado de la mesa donde estábamos teniendo una comida ligera
después de recoger el vestido. Ava había optado por un
esquema de color de plata y verde. La plata era algo que ella
siempre había imaginado y el verde, bueno ese fue motivado por
razones puramente físicas. Su razonamiento fue que era del mismo color
que los ojos de Trevor. ¡Dios mío!
¡Mi vestido era precioso! Era de seda chifón plata y tenía un corpiño
estraples de barrido lateral que se adecuaba a mis curvas como una
segunda piel. La falda era más corta en la parte frontal y larga en la
parte posterior y simplemente fluía. Me encantó y no podría haber elegido
un vestido mejor para mí. Iba a lucir muy bien en Chelsea también con su
cabello rojo muy bonito.
Ava y Trevor eran el epítome de una pareja dulce. Podría jurar que iba a
conseguir una caries cada vez que estaba cerca de ellos, eran así de
dulces.
Habían pasado casi dos meses desde que mi huida con Tom, pero todavía
sentía el agujero en mi corazón cada vez que pensaba en él. No sabía
qué hacer. La última vez que hablamos en el club, me había parecido tan
perdido. Sabía que si lo presionaba, lo haría retroceder, y no quería
hacerle eso a él. Después de que todo estaba dicho y hecho, yo todavía
¿P
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estaba enamorada del hombre, y más bien le haría daño a añadirle algo
al suyo.
Nunca le preguntaba a Ava, Trevor Nick o sobre él, pero sabía que todos
lo veían con regularidad. Habían estado muy bien con que nos
mantuviéramos separados, a sabiendas de que era demasiado doloroso en
este momento estar cerca uno del otro.
Yo sabía que no iba a durar con la boda acercándose. No sólo los dos
estábamos en la boda, pero Tom y yo éramos una pareja. Ava se
disculpó, pero dijo que a todos nos emparejó de la mejor manera porque
Chelsea era alta y Nick era más alto que Tom, pero no por mucho. Lo
que sea. Era su boda y yo no iba a moverle el bote por más detalles. Le
dije a Ava que sólo me dijera que hacer y lo haría.
—Lo sé. Casi no puedo esperar para convertirme en la señora de Trevor
Dawson. —Ava puso la barbilla en las manos e hizo una mueca de
ensueño como la tonta enferma de amor que era.
Terminamos con nuestro almuerzo y nos dirigimos de vuelta. Estaba
pasando por un turno esta noche y necesitaba tomar una siesta antes de
que me fuera. Ava se detuvo delante de mi edificio y me dio un rápido
abrazo antes de volver al trabajo. Las nubes rodaban y el cielo estaba
cada vez más oscuro. Miré hacia arriba y un escalofrío me recorrió la
espina dorsal.
El día era una reminiscencia del día que Tom tuvo su accidente. Parecía
como si hubiera sido hace mucho tiempo en lugar de sólo unos pocos
meses. Todavía tenía recuerdos de cómo se veía cuando lo trajeron.
Todavía pasaba a través del trauma completo, casi criticándonos cada
movimiento. Todavía me golpeaba por no reconocerlo, y últimamente,
todavía estaba teniendo un difícil momento al vivir sin él en mi vida.
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Los pensamientos de Tom seguían trayendo un dolor físico en mi pecho.
Yo lo extrañaba.
Sacudí los pensamientos de mi cabeza y entré en mi edificio para un
descanso muy necesario.
*** —¿Talia? —Giré alrededor y vi al Dr. Conner allí con su bandeja y una
sonrisa. Yo estaba en la línea de la cafetería tomando un sándwich rápido
mientras estábamos un poco lentos. Cuando se trabaja en el campo de la
medicina, puedes comer o no comer en absoluto.
—Hola Dr. Conner. ¿Cómo está? —Di un paso para pagar por mi comida y
luego me acerqué a donde se detuvo.
—Estoy bien Talia. ¿Tienes tiempo para sentarse? —Su sonrisa era tan
auténtica y acogedora que siempre me sentía tan a gusto con él.
—Por supuesto. —Lo seguí hasta una mesa cuadrada y coloqué mi
bandeja. Me estaba estudiando y al final levanté las cejas.
—¿Quieres hablar de ello? —preguntó y me pregunté cómo podía saber
que algo estaba mal. ¿Era tan transparente?
—¿Qué quiere decir? —cuestioné y él sólo sonrió amablemente al mirarme.
—Bueno, te he conocido por un tiempo Talia, y el fuego que estaba
siempre en ti parece haber desaparecido en estos días. ¿Cómo está tu
amigo? —preguntó y no pude mirarlo. Sabía que mi cara me traicionó.
—No lo sé —susurré y me encogí de hombros, luchando contra las
lágrimas.
100
—¿Qué pasó? —Él estaba siendo tan amable conmigo, casi como se me
rompería en cualquier momento. Demonios, probablemente lo haría.
Le hablé de mi tiempo con Tom antes del accidente y lo divertido que
éramos juntos. Le expliqué la culpa y la tristeza que sentí de cuando lo
trajeron, y luego le hablé del tiempo que pasamos mientras yo estaba
cuidando de él. Incluso le hablé de besarlo, dejando de lado los sórdidos
detalles, pero cuando llegué al último día, en el que yo me había ido, no
pude controlar mis lágrimas más.
—Realmente lo siento Dr. Conner. Soy un desastre en este momento —le
conté lo que Tom me había dicho ese día y cómo dolía y que me sentía
destruida. En su insistencia, finalmente le dije la última vez que lo había
visto en el club, y lo triste y roto que parecía. Estaba tan perdida, como
una parte de mí que había sido arrancada de mi corazón, y no sabía
cómo crear una copia de seguridad.
—Talia, siento que estés sufriendo en estos momentos. A veces no hay
una salida fácil a un problema, pero de todo lo que has compartido
conmigo ahora mismo, creo que es bastante seguro decir que amas a este
hombre, incluso después de todo —asentí. Yo amaba a Tom—. El amor es
irracional, pero también lo es el dolor. Me imagino que Tom está afectado
tanto como tú ahora mismo. A veces, las personas que tomarían por
alguien una bala son los que tiran del gatillo. —Él suspiró y luego me
devolvió la sonrisa—. A veces alejamos a los que amamos y necesitamos
más porque creemos que es mejor para ellos. Tal vez Tom siente que es
una carga y no quiere atarte. —Guau, no lo había pensado de esa manera.
—¿Por qué no le dices lo que sientes? Sólo déjalo salir. Si no corresponde
a tus sentimientos, entonces tendrás que terminar y ser capaz de seguir
adelante. —El Dr. Conner se acercó y me apretó la mano antes de
excusarse.
101
Me senté allí con mi sándwich sin comer durante los siguientes quince
minutos, hasta que mi localizador sonó. No tenía idea de qué hacer a
continuación. Tal vez el doctor Conner tenía razón. Tal vez tenía que
decirle a Tom cómo me sentía. Creo que no me di cuenta que nunca lo
dejé salir.
Siempre dicen que las acciones hablan más que las palabras, pero creo
que a veces las palabras son necesarias. Me puse de pie y empujé la
silla antes de botar la bandeja en el cubo de basura. Envolví mi sándwich
en la envoltura de plástico y lo traje conmigo. Tendría que guardarlo para
más tarde. Mi vida parecía llena de oportunidades perdidas recientemente.
102
16
Tom
ómo se siente? —preguntó James mientras me observaba el pie.
James era un protésico con el que había estado trabajando las
últimas semanas para montar mi nueva prótesis. Había estado
usando una prótesis provisional siempre que estaba solo para
acostumbrarme a ella, pero continuaba usando las muletas en
público. No estaba muy cómodo usándola todavía. Quería asegurarme de
que se sentía perfecta antes de...—. ¿Tom? —James me estaba esperando
para probarlo.
—Oh, lo siento. —Tomé varios pasos, maravillado por la diferencia con la
temporal. Esta se sentía tan robusta y el ajuste era mucho más cómodo—.
Está bien. —Sonreí.
—¡Genial! Si decides que necesitas algunos ajustes o algo después de
usarla un rato, simplemente llámame.
James empacó sus cosas antes de volver a mirarme a la cara.
—Tom, estos son sólo los primeros pasos y salir de tu zona de confort no
es fácil, pero es uno de los pasos más importantes que puedas tomar. No
siempre necesitas la oportunidad de un nuevo comienzo. A veces sólo
necesitas la oportunidad de un final diferente.
Él me dio una palmada en la espalda y me guiñó un ojo, mientras salía.
Tuve mucho tiempo para pensar en las últimas semanas. El uso de la
prótesis había hecho algo por mi confianza. Por primera vez desde el
¿C
103
accidente, me sentí como si había un futuro para mí. James me ayudó a
conseguir una prótesis de alta tecnología que me permitiría correr y
moverme como un atleta.
Estaba tan seguro de que iba a tener que renunciar como entrenador de
fútbol. Quiero decir, ¿qué podría ofrecerle a esos chicos ahora? Pero eso
pronto fue demostrado como equivocado cuando James me había
presentado a varios amputados en la clínica. Conocí a hombres y mujeres
que habían tenido éxito más allá de mi imaginación, después de perder
una extremidad o incluso dos. Ellos eran atletas en todos los ámbitos
desde corredores hasta ciclistas, pero la inspiración final fue una chica de
dieciséis años que jugaba en su equipo varsity de fútbol con una prótesis
de pierna. Fue increíble de ver y calentó mi corazón. Sentí como poco a
poco estaba componiéndome de nuevo, así que cuando mi director llamó
para ver cómo estaba y preguntar cuáles eran mis planes para el próximo
año escolar, le dije gustosamente que estaría de vuelta a la enseñanza y
al entrenamiento.
La boda era el sábado, y había varias cosas de última hora con las que
teníamos que tener cuidado como padrinos de la boda de Trevor.
Usé mi prótesis durante varias horas, pero me la quité antes de salir para
reunirme en la casa de Nick. Estaba conduciendo de nuevo, otro gran
paso para mi libertad. Agarré mis muletas y mis llaves y cerré la puerta
tras de mí con más confianza que la había tenido en años.
*** Para mi alivio, el ensayo de la boda fue todo un resumen verbal de la
ceremonia y no un paseo completo.
Estaba apoyado en el marco de la puerta de la habitación privada en
Maggiano, el lugar donde la cena de ensayo estaba siendo celebrada.
104
Varios de los miembros de la familia de Ava y Trevor se movían alrededor,
preparándose para tomar sus asientos.
Estaba conteniéndome, esperando para escoger mi asiento hasta que vi
cuando Talia llegó. No quería sentarme directamente a su lado, todavía no,
pero quería ser capaz de verla, oírla, y sólo sentir su presencia.
Estaba impresionante como siempre con un vestido halter que cubría su
cuerpo como un exquisito regalo que había sido envuelto con cuidado.
Todavía sentía el vacío y la profunda pérdida en mi pecho mientras la
miraba.
Ella fue educada, asintiendo con la cabeza hacia mí en un saludo con una
sonrisa durante el ensayo. Quería tanto sólo poder abrazarla, decirle lo
equivocado que había estado. Quería explicarle que estaba herido y roto
antes. Que no podía ver pasar mi propia angustia para notar el amor
incondicional que me ofrecía. Por encima de todo, quería que ella supiera
cuánto lo sentía por hacerle daño.
Sentí una mano tocar suavemente el brazo.
—¿Estás listo para sentarte Tom? —Ava me miraba con una conocedora
sonrisa. Había sido capturado, y no tenía ningún deseo de negarlo. Le
sonreí a Ava. La hermosa mujer que había capturado el corazón de mi
mejor amigo. No sólo había sido lo mejor que le pudo suceder alguna vez
a Trevor, ella se había convertido en una parte tan importante en nuestras
vidas. Nos convertimos en una familia, todos nosotros. Sabía en mi
corazón que tenía que arreglar las cosas con Talia. Sólo tenía que esperar
el momento adecuado.
—Por supuesto. —Le guiñé un ojo y ella me apretó el brazo antes de
regresar al lado de Trevor y tomar un asiento. Hice mi camino hacia la
mesa, sentándome unos cuantos asientos más abajo y cruzados de Talia.
105
Ella levantó la vista cuando me senté y puse las muletas a un lado.
Nuestros ojos se encontraron, y por un momento me sentí como si todo
tuviera sentido. La bondad que vi en sus ojos me calentaba como un día
caluroso de verano, y casi podía sentir la forma en que sus labios se
habían sentido en mi piel. La forma en que su toque envió corrientes
eléctricas a través de mi cuerpo roto. La manera en que sus palabras de
amor aliviaron mi alma.
Me gustaría hacer las cosas bien. Tenía que hacerlo.
*** Por mucho que esperaba tener la oportunidad de hablar con Talia anoche,
la oportunidad nunca se presentó. La había sorprendido robando muchas
miradas mientras ella me había capturado mirándola. Estaba decidido a
hablar con ella esta noche, contra viento y marea.
Llamé a la puerta de la habitación donde Trevor y Nick estaban pasando
el rato hasta que llegara el momento de la ceremonia. Les había pedido
encontrarnos allí para que pudiera prepararme en casa.
—¡Adelante! —La voz de Trevor salió dentro de los confines de la
habitación. Abrí la puerta lentamente y caminé a través. Giré para cerrar la
puerta y sonreí para mis adentros al oír sus jadeos.
—¿Qué diablos? —Nick se puso arriba, mirándome con asombro completo,
mientras que la cara de Trevor se extendió a una completa sonrisa.
No había usado la prótesis a su alrededor. Ellos sabían que yo iba a
terapia física, pero nunca me preguntaron sobre mis planes para futuros
accesorios. No podía culparlos. No había sido exactamente accesible en los
últimos meses.
106
Cuadrando mis hombros y acercándome a donde estaban, incapaz de
controlar mi sonrisa mientras me veían moverme casi perfectamente. Mi
corazón se llenó de orgullo al ver lo felices que eran, y yo sabía que
entendían lo lejos que había llegado.
—¡Bueno, mierda! Tenía la esperanza de jugar con el hombre discapacitado
que era mi mejor amigo esta noche para atraer a mujeres. Supongo que
eliminaré esa idea. —Nick sacudió la cabeza con disgusto fingido, aunque
su sonrisa nunca vaciló.
—¿Por qué no dijiste algo Tom? —Trevor dio un paso adelante y me dio
una cerveza. Me moví a la silla junto al sofá y me senté.
—Quería asegurarme de que podía hacerlo primero, y cuando había
conseguido todo resuelto, decidí sorprenderlos a todos ustedes al caminar
con la frente en alto y estar a tu lado en el mejor día de tu vida. —
Sonreí.
—Bienvenido de nuevo hombre. Te extrañamos —dijo Trevor con lágrimas
llenando sus ojos por un momento antes de ponerlas bajo control.
—Es bueno estar de vuelta. —Tomé un trago largo de mi cerveza mientras
me sentaba atrás y crucé la pierna derecha sobre mi izquierda. Nos
sentamos allí casi un estado de euforia hasta que la oficiante de la boda
llegó a hacernos saber que era el momento.
Nos pusimos de pie y lo seguimos hasta el lugar donde la ceremonia se
llevaría a cabo. A medida que entramos en el frente, escuché varios gritos
de asombro de amigos y seres queridos al darse cuenta de que estaba
caminando. La sorpresa en cada suspiro se solidificó en mí, me mantenía
de pie mientras tomaba cada paso, listo para tomar mi oportunidad de un
final diferente.
107
17
Talia
lla era la novia más hermosa que jamás había visto. Estaba
delante de mí en un magnifico vestido de seda sin tirante.
Colgaba de sus curvas en los lugares correctos. El blanco inicial
contrastaba con su largo cabello oscuro que se detenía en un
desordenado moño para arriba, con largos rizos que caían en
cascadas al azar alrededor de su cara y espalda.
Su maquillaje era más oscuro que de costumbre con los ojos ligeramente
ahumados que le hacían destellar los delicados rasgos. Trevor se correría
en los pantalones cuando la viera.
—¡Ava, estás impresionante! —La abracé, con cuidado de no desarreglarla.
—Gracias Talia. No sé lo que habría hecho sin ti y Chelsea. Esta boda se
realiza sin inconvenientes gracias a las dos. —Sus ojos se humedecieron y
sacudí la cabeza.
—¡Oh no, no lo hagas! Te desarreglarás y luego Trevor correrá en la
dirección contraria. —Me reí, a sabiendas de que estaría más que
dispuesto a correr con ella.
—Bien chicas, tiempo para una copa de vino. —Chelsea nos pasó una
copa de vino blanco. Nos sentamos, tratando de relajarnos antes de fuera
la hora para la ceremonia comenzara. Ava y Chelsea empezaron a hablar
de alguien en el trabajo, y me dio el tiempo que necesitaba para
perderme en mis propios pensamientos.
E
108
La noche anterior había sido una prueba de mi paciencia. Tantas veces
había querido hablar con Tom, para hacer lo que el Dr. Conner había
sugerido y ponerlo todo sobre la mesa, pero el tiempo no había tenido
razón. Nunca se acercaba lo suficiente para que realmente incluso lo
saludara.
Yo, sin embargo, tuve muchas oportunidades de verlo, y mi corazón se
derritió como hielo en un día caluroso de verano al ver el cambio en él.
Sus ojos parecían más vivos. Él estaba alto y fuerte, al igual que el Tom
que conocía antes. El Tom antes del accidente. No podía dejar de amarlo.
Mi corazón estaba vacío sin él. Me sentí atraída hacia él como una abeja
a la miel. Tenía que encontrar una manera de demostrarle lo mucho que
significaba para mí.
El golpe en la puerta me hizo volver de mis pensamientos. La oficiante de
la boda, Danielle Blake, entró su amable sonrisa estableciendo el ambiente
de la habitación.
—Ava, es sólo cuestión de tiempo. Quería pasar antes de ir a recoger a
los chicos para asegurarme de que no necesitaban nada.
Ava se había enamorado de Danielle en el momento en que la había
conocido. Tenía tal acercamiento personal con todos y cada uno en la
boda, tomándose el tiempo para conocer a la novia y el novio así la
ceremonia sería todo sobre ellos y no sólo una bonita y dulce boda,
podía ver por qué a Ava le gustaba. Sería igualmente lo que yo hubiera
buscado si se tratara de mi boda. Por un momento me imaginé mi propia
boda, caminar por el pasillo hacia los brazos del hombre que amo. La
cara de Tom pasó por mi mente y mi corazón se aceleró y el calor fluía
por mi cuerpo. Una chica puede soñar, ¿no?
Mientras estábamos allí esperando el momento cuando caminaríamos por
el pasillo, miré a Ava, notando el nerviosismo estampado en sus rasgos.
109
—Hey, ya basta con los nervios. Has estado esperando este día durante el
tiempo que te he conocido. No te asustes ahora que finalmente añades
una cara a la fantasía. —Le guiñé un ojo, sabiendo que sus nervios no se
debían a las dudas, sino a la anticipación y la emoción.
Chelsea se asomó por la puerta, vigilando la señal de que ya era hora de
que dejar los límites de esta sala y pasar por el pasillo, fuera de las
puertas francesas y llevar a Ava a su futuro.
—Bueno, hagamos esto. —Chelsea hizo un guiño y sonrió mientras abría la
puerta y salía lentamente delante de nosotros. Era mi turno después.
Lancé un beso a Ava y comencé mi propio camino. Ava estaría caminando
por el pasillo sola, sabiendo que el recuerdo de su padre estaría con ella
todo el camino. Ella era increíble.
Chelsea estaba a unos tres metros delante de mí, con su vestido de plata
que fluía y que se agitaba a la perfección con cada paso. Yo no podía
borrar la sonrisa de mierda de mi cara. Yo estaba tan feliz por mis
amigos. Giré en la esquina, llevándome hasta el final de la alfombra
blanca. Mirando hacia arriba vi a Trevor de pie allí, tan orgulloso y feliz
que hizo calentarse mi corazón. Tomé precisos y medidos pasos, mirando
hacia arriba mientras estaba a medio camino por el pasillo.
Mi sonrisa se convirtió en una boca abierta el momento en que mis ojos
se posaron en Tom, de pie sobre dos piernas sin la ayuda de muletas.
Contuve las lágrimas que sentí instantáneamente llenar mis ojos. Él era
todo sonrisa mientras yo lo miraba, incapaz de apartar mis lágrimas. Sus
hombros estaban cuadrados y de pie más alto de lo que yo había visto
desde el accidente, tal vez incluso que antes. Él irradiaba fuerza y orgullo,
y me tomó todo mi poder, no correr y arrojarme a sus brazos y derramar
mi corazón y alma a él.
110
Cuando llegué a la parte delantera y tomé mi lugar, estaba tan cargada
de emociones que apenas podía detenerlas. Le sonreí a Trevor, Tom y
Nick antes de llevar mi atención a Danielle mientras decía
—Todos de pie. —Las puertas se abrieron y allí estaba ella.
Ella era aún más impresionante, con el rubor brillante que inundaba su
rostro el momento en que puso los ojos sobre su futuro esposo. Mi
corazón se llenó con la enormidad del amor que compartían. Era
realmente hermoso.
Trevor caminó varios metros para alcanzar a Ava, tomando sus manos y la
llevó con él en frente a Danielle.
—Por favor, tomen asiento —comenzó Danielle—. Buenas noches. Hoy, me
han invitado a estar con ustedes para participar en la celebración de su
matrimonio. Nos reunimos no para marcar el comienzo de una relación,
sino para reconocer un vínculo que ya existe. —Mis ojos se llenaron de
lágrimas—. Ava y Trevor, en su devoción, respeto y amor por el otro,
desean unirse en el sagrado vínculo del matrimonio. Vinieron juntos para
dedicarse mutuamente a su felicidad y bienestar como mejores amigos,
compañeros de vida y socios. —Hizo una pausa—. Por favor, mírense a los
ojos mientras se prometen su intención y dicen sus votos el uno al otro.
No hay otros vínculos más tiernos, otros votos más sagrados que los que
ahora se prometen.
No podía dejar de mirar a Tom mientras decían sus votos, sintiendo el
intenso amor que compartían. Estuve a punto de sentir como algunas de
las palabras eran mías, sacando a la luz los inmensos sentimientos que
tenía tenía por Tom, con la esperanza de que de alguna manera los
retribuyera.
111
—Ava y Trevor, en su viaje por la vida juntos, recuérdense mutuamente
siempre la amistad, lealtad y el amor que los unió. Denle la más alta
prioridad a estas cosas. —Miré hacia arriba para ver a Tom mirándome
directamente—. Cuando los retos lleguen, recuerden que deben centrarse
en lo que es adecuado para ustedes. De esta manera, pueden despejar las
tormentas. Cuando las nubes oculten el sol en su vida, recuerden, incluso
si lo pierden de vista por un momento... el sol siempre está ahí, como está
su amor. —Tom y yo no podíamos apartar la mirada de nosotros. Las
cosas de repente parecían tan claras y yo no podía esperar para hablar
con él—. Y ahora, a medida que comienza el viaje más grande de su vida:
En todo lo que han acordado celebrar la relación matrimonial, habiendo
intercambiado votos y habiendo dado y recibido los anillos, ahora, por la
autoridad investida en mí, los declaro marido y mujer. Puede besar a la
novia.
Estaba llorando abiertamente ahora, viendo como mi mejor amiga
caminaba por el pasillo, por primera vez como la Sra. de Trevor Dawson.
Antes de que me diera cuenta, mi brazo estaba enrollado a través del de
Tom mientras caminábamos, santa mierda... él estaba caminando, juntos
seguimos detrás de Ava y Trevor.
Las emociones de sólo tocarlo eran abrumadoras, haciendo que mi
corazón latiera más rápido y mi palma empezara a sudar. Olía increíble.
Especias y almizcle se infiltraron en mis sentidos me hacían casi delirar.
¡Lo había extrañado tanto!
La siguiente hora pasó volando entre la toma de fotografías y
preparándonos para nuestra entrada en la recepción. Ava y Trevor estaban
fuera de sí por la emoción del día, y el alivio que tenían de estar
finalmente casados. Era contagioso.
112
Por mucho que yo deseaba tirar a Tom afuera por un momento para
hablar, el momento no era el adecuado. Nuestro enfoque estaba en
nuestros amigos y su día.
Antes de darme cuenta estábamos entrando en la sala de la recepción y
sentándonos a cenar. Chelsea y yo junto a Ava y Tom y Nick al otro lado
de Trevor.
—¡Ey bebé! —Giré a ver una sonrisa hermosa y cabello rubio dorado en
frente de mí.
—¡Austin! No sabía que ibas a estar aquí. Pensé que no podrías lograrlo —
exclamé mientras me levantaba a saludarlo, arrojándome a sus brazos.
—Sí, bueno, no estaba seguro de que sería capaz de escapar. —Él se rió
me abrazaba de nuevo.
—¡Bueno, es oficial! Todos mis seres queridos están aquí ahora. —Le di un
beso en la mejilla, sonriendo de oreja a oreja.
113
18
Tom
o que sea que pensé que estaba pasando entre Talia y yo
desapareció el momento en que la vi lanzarse en los brazos de
otro hombre. Por la conversación que había oído, era evidente
que se conocían y era obvio que se conocían bien.
La forma familiar en que lo tocaba y veía, había enviado a mis músculos
espasmos de cólera y celos por completo. ¿Qué esperaba? Le dije que se
fuera. Le dije que no podía estar con ella, que no la quería. ¿Realmente
esperaba que ella me esperara mientras conseguía toda mi mierda junta?
Por la forma en que estaba actuado en los últimos meses, probablemente
no parecía que pudiera ponerla junta.
—¿Estás bien? —susurró Nick, mirando a Talia y al otro hombre.
Me encogí de hombros.
—Sí. ¿Sabes quién es? —Asentí con la barbilla en dirección a ellos, con la
esperanza de que Nick pudiera haber estado privando a la información.
—No tengo idea. —Él negó con la cabeza mientras me miraba de cerca.
Después de escuchar al hombre decirle a Talia que le guarde un baile,
podía difícilmente controlar mis celos. Si hacía mi camino, ningún otro
hombre jamás la tocaría de nuevo.
Empujé mi comida, perdiendo el apetito.
L
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—Ahora vuelvo, necesito un poco de aire fresco. —Me paré, deteniéndome
brevemente para que Trevor supiera que no tenía que preocuparse, antes
de que hiciera mi camino a las puertas del patio.
El momento en que salí, levanté mi cara y respiré profundamente, cerrando
los ojos y dejando que el aire de la noche más fría se arrastrara sobre
mí, aliviando parte de la tensión que había estado sosteniendo.
¿Qué demonios iba a hacer? Había jodido las cosas tan mal. El accidente
había cambiado todo. No sólo físicamente, sino que me había llevado a
lugares que emocionalmente nunca pensé que fuera capaz de llegar. Había
tratado a las personas que más quería con tanto desdén. Me dejé caer en
un patético abismo de autocompasión. Mirando hacia atrás, estaba
mortificado. Eso no era quien soy yo. Incluso después de que había
perdido a mis padres, nunca había descendido a ese nivel.
—¿Tom? —Sentí mis hombros tensarse, pero mi corazón me traicionó
latiendo erráticamente con el sólo sonido de su voz.
Giré para hacer frente a la mujer más hermosa que jamás había visto. Si
antes había pensado que era un ángel, al verla frente a mí con ese
vestido plateado, con el cabello rubio largo apilado en la parte superior de
la cabeza con rizos colgando alrededor de su cara. Sus ojos azules y
cristalinos y la piel pálida cremosa. Suaves labios rosados. Ella estaba
impresionante, despampanante, impecable. Un ángel.
—Hola. —Mi voz sonó más ronca de lo que me proponía, y pude ver un
momento de dolor cubrir su rostro antes de que ella levantara su barbilla.
—¿Estás caminando? —Ella sonrió y agitó mi corazón. Por supuesto, ella
estaba feliz por mí. Era el tipo de mujer que era. Le importaba, pero era
demasiado tarde, había seguido adelante.
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—Lo estoy. —Sonreí de vuelta. El silencio era incómodo y lleno de tensión
e incertidumbre. Finalmente decidí excusarme—. Voy a regresar adentro.
Fue genial verte Talia. —Caminé a través de la puerta, dirigiéndome
directamente a la barra. Tenía que trabajar en adormecerme un poco si
iba a pasar a través de esta noche.
—¿Puedo conseguir un Jack con Coca-Cola, por favor? —Me apoyé en la
barra y miré mientras Talia regresaba a través de la puerta. El hombre de
antes la detuvo, sosteniendo su rostro entre las manos mientras hablaba
con ella. Ella finalmente sonrió antes de volver a la mesa del frente y
sentarse junto a Ava.
—¿Puedo conseguir dos copas de Chardonnay? —Giré hacia el hombre
rubio a mi lado, mientras pedía su orden.
A medida que el camarero trabajó en nuestras bebidas, decidí torturarme
un poco.
—Hola, soy Tom. —Le tendí la mano.
—Austin. —Él sacudió mi mano y asintió.
—¿Amigo de la novia o el novio? —le pregunté, sabiendo muy bien cual
sería su respuesta.
—La novia. Conocí a Ava por Talia —explicó.
—Oh, ¿has conocido Talia por un tiempo? —Yo era un canalla.
—Se podría decir eso. —Él se rió entre dientes, y tuve la tentación de
borrar esa sonrisa de un derechazo.
El camarero me entregó mi copa y tomé un sorbo, dejando que el frío
líquido enviara un cálido quemar en mi garganta antes de continuar.
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—¿Por cuánto tiempo has estado saliendo con Talia?
—¿Saliendo? No, no estoy saliendo con Talia. —Parecía sorprendido e hizo
que cada vez más se incrementara mi cólera ya que ahora estaba
despidiéndola tan rápidamente—. Puedo garantizar que nuestras familias no
estarían de acuerdo con eso. —Él se echó a reír.
—¿Sus familias? —Estaba tan confundido.
—Talia es mi prima. —Austin sonrió y al instante me sentí como un
idiota—. ¿Espera, dijiste que tu nombre es Tom? —Él inclinó la cabeza
hacia un lado antes de que sus ojos vagaran hasta mi pierna. Vi como
sus cejas se juntaron. Antes de que pudiera mirar hacia otro lado, levanté
mi pierna del pantalón ligeramente, mostrándole mi prótesis—. ¡Bueno,
mierda! ¿Así que eres tú? —Austin sonrió mientras el camarero ponía las
dos copas en frente de él.
—¿Qué quieres decir?
—Eres el que capturó su corazón. —Mi mandíbula cayó abierta y Austin
echó la cabeza hacia atrás y se echó a reír—. Mi prima está locamente
enamorada de ti Tom, y por lo que puedo garantizar por tu interrogatorio,
me atrevería a decir que sientes lo mismo.
Sonreí ligeramente, incapaz de negarlo.
—Más de lo que puedes imaginar.
—Bueno, en ese caso, ¿podrías entregarle esta copa de vino a ella por
mí? —Él guiñó un ojo antes de pararse y caminar fuera.
¡Mierda! ¿Cuántas veces iba a arruinar esto con ella? Tomé la copa de
vino y me eché a andar en dirección a la mesa principal, justo mientras
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anunciaban el primer baile. Le sonreí a Trevor y Ava mientras se
abrazaron, moviéndose suavemente con la música.
Tiré de la silla junto a Talia, asustándola.
—Lo siento, no fue mi intención asustarte. —Me senté, deslizando su copa
de Chardonnay en frente de ella—. Tu primo me pidió que te entregara
esto. —Sonreí, sintiéndose mal por la incertidumbre que vi en sus ojos.
—Gracias Tom. —Ella tomó un sorbo de vino, nunca perdiendo el contacto
visual conmigo. Oí la música parar mientras el DJ pedía a los asistentes
unirse a Ava y Trevor para el próximo baile.
Me levanté y tendí la mano hacia ella.
—¿Bailas conmigo Talia?
Tomó mi mano sin contestar y me permitió llevarla a cabo hasta la pista.
Me sentí casi mareado mientras la tomaba en los brazos, tirando de ella
contra mí. El suave jadeo que escapó de sus labios mientras pasaba la
mano a descansar en su espalda hizo que el dulce deseo se extendiera a
través de mi cuerpo, me calentaba desde la cabeza a los pies.
Tomé una respiración profunda.
—Soy un idiota, y estoy tan asustado Talia. —Le acaricié el cuello, amando
la manera en que se sentía en mis brazos—. Nunca he querido estar con
alguien tanto como quiero estar contigo, no quiero perderte. No puedo
perderte. Posiblemente no puedas saber cuánto de mi corazón te
pertenece, sólo no puedo dejarte ir. —La tiré hacia atrás así podía ver su
rostro—. Te amo. —Ella cerró sus ojos y miré como una pequeña lágrima
solitaria escapaba rodando por su mejilla. Me agaché, y la besé.
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—No puedes hacerme eso Tom. Por favor no digas que me amas, a menos
que sea verdad. No digas que quieres estar conmigo, a menos que lo
hagas. No puedo permitirme caer por ti, a menos que sepa que vas a
atraparme. —Ella se sinceró conmigo y mi corazón se rompió por lo que le
hice pasar.
—Talia, lo siento mucho. Estaba tan mal por un tiempo. Te aparté porque
no creí merecerte. No quería que tú tuvieras que cuidar de mí. Yo quería
cuidar de ti y estaba tan roto en ese entonces, que sólo te dejé marchar.
—Presioné mí frente a la de ella—. Ese fue el error más grande de mi
vida. No sólo era un completo desastre, sino que te lastimé, y no puedo
comenzar a decirle cuánto lo siento por eso.
—Si todo esto es verdad, ¿por qué estabas tan frío conmigo cuando te vi
afuera? —Se veía adorable cuando sus cejas se juntaron.
—Estaba celoso.
—¿Celoso? ¿De quién?
—Austin. —Me sentí como un idiota.
—¿Mi primo? ¿Por qué? —Me miró con los ojos muy abiertos.
—No sabía que era tu primo, y no me gustó que te tocara. —Le sonreí,
tratando de ocultar mi vergüenza.
—Oh Tom. ¿Qué voy a hacer contigo? —suspiró.
—Bueno, estoy esperando que puedas darme un beso. —Le guiñé un ojo,
amando la manera en que ella se mordió el labio inferior y me devolvió la
sonrisa.
—Con una condición. —Ella se echó a reír.
119
—Cualquier cosa por ti mi ángel.
—Tienes que prometer que vas a amarme pasada la noche. —No entendía
su declaración, pero sabía que no sería un problema.
—Hecho —le dije justo antes de que capturara su boca con más urgencia
que nunca había sentido antes. Ella tenía una manera de desatar un
hambre en mí que no podía controlar. Estaba tan perdido a su tacto, su
sabor, su olor, completamente ajeno a lo que nos rodeaba hasta que sentí
un golpecito en mi hombro.
Miré y vi a Nick sonriéndonos.
—Amigo, la canción terminó como hace dos minutos.
Miramos a nuestro alrededor y vi que éramos, de hecho, las únicas dos
personas bailando todavía. Trevor y Ava sonreían de oreja a oreja. Talia
enterró su cara en mi pecho mientras se reía de la situación, levantando
la cabeza por fin.
—Está bien, creo que nosotros estamos en seria necesidad de alcohol y
muchos idiotas bailando... ¿quién está adentro? —Ella miró a nosotros
cuatro y Chelsea.
—¡Maldita sea! —Nick rió mientras una canción optimista comenzaba y
todo se desataba.
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19
Talia
odavía no podía entender cómo terminamos aquí. Miré a Tom
mientras estacionaba el auto en el garaje de su edificio. Esta
noche había sido perfecta. Mi mejor amiga se casó con el amor
de su vida, y sentí como si por fin había encontrado al mío.
Era difícil no pensar demasiado acerca de todo lo que habíamos pasado
para llegar a este punto, y no pude evitar sentirme un poco tímida. No
quería bajar la guardia, pero si eso significaba que podía estar con Tom,
aunque fuera sólo temporal, estaba dispuesta a correr ese riesgo.
Dio la vuelta al auto y me miró.
—¿Lista?
Olvídate de las mariposas, se sentía como un maldito moscardón en el
estómago.
—Sí. —Sonreí mientras me salía del auto, encontrándome con él por la
parte trasera, mientras tomaba mi mano.
Me quedé sorprendida por lo fluido que se trasladaba con su prótesis.
Parecía tan cómodo con ella.
—¿Cuánto tiempo has tenido tu prótesis? Nadie lo mencionó antes.
T
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Entramos en el ascensor.
—No se los dije exactamente a alguien. La he estado usando de vez en
cuando durante el último mes, pero quería que fuera una sorpresa. Quería
ser capaz de caminar hoy, un poco como una manera de demostrarles a
todos lo mucho que su apoyo ha significado para mí. —Se encogió de
hombros con una sonrisa.
—No he sido precisamente un gran apoyo Tom —le dije con pesar,
odiando que lo hubiera extrañado tanto. Salimos del ascensor y nos
detuvimos frente a la puerta de Tom.
Me tomó la cara entre las manos, obligándome a mirarlo.
—Talia, hiciste más por mí de lo que yo podría haber pedido y si alguien
debe sentirse mal por no estar cerca, soy yo. Te traté como una mierda,
y no te merecía después de eso. —Abrió la puerta y la mantuvo abierta
para mí.
—Fuiste todo un idiota —acordé y luego me reí en su cara sorprendida.
—Bueno, mi ángel, ¿me perdonas? —preguntó, su voz sonó ronca mientras
me detenía en sus brazos.
—Te lo dejaré saber. —Me encogí de hombros mientras le sonreía.
Él dejó escapar lo que sonaba casi como un gruñido y me barrió en sus
brazos. Grité y reí mientras me llevaba por el pasillo y a la habitación. Él
me colocó suavemente sobre mis pies mientras me miraba con tanto
122
deseo en sus ojos que al instante estaba lista para él.
Metió la mano detrás de mí y tiró de la cremallera de mi vestido hacia
abajo en un movimiento fluido, por lo que jadeé con el toque de sus
dedos frotando mi espalda. Deslizó el vestido hacia abajo, lo que le
permitió caer en una piscina alrededor de mis pies. Él gimió cuando me
miró de pie delante de él con sólo el sujetador sin tirantes y una tanga a
combinación.
Llegó atrás y desabrochó mi sujetador, dejándolo caer lejos, liberando mis
pesados pechos.
—¡Oh dios Talia! Tú eres un hermoso ángel. —Él tomó mis dos pechos con
las manos, frotando sus pulgares sobre mis sensibles pezones. Tiré mi
cabeza hacia atrás, la sensación era casi más de lo que podía manejar.
Se inclinó hacia abajo, teniendo el primero en su boca caliente, lamiendo
y chupando y luego llevando la misma atención al otro.
—Oh, Tom, por favor —gemí.
—¿Qué quieres Talia? Dime. —Colocó suaves besos por mi estómago,
abriéndose camino al sur hasta que sentí su aliento caliente contra la tela
de mi tanga. Contuve el aliento, deseando que continuara, pero no era
capaz de encontrar las palabras para preguntar.
Como si pudiera leer mi mente, él metió los dedos bajo mi tanga y los
deslizó por mis piernas. Cayó de rodillas, besando mis caderas antes de
levantar mi pierna derecha por encima del hombro y apoyándose, besando
y chupando. Mis piernas comenzaron a temblar y estaba segura de que no
podría mantenerme en pie. Me agarré del cabello de Tom, tanto
sosteniéndolo en su lugar y estabilizándome. Sentí la familiar adrenalina
123
construirse en mi estómago, enviando contracciones incontrolables de
estremecimientos. Tom deslizó un dedo dentro, mientras oleadas de éxtasis
fluían a través de mí.
—¡Tom! —grité su nombre y me desplomé sobre la cama, jadeando y
temblando por la exquisita liberación.
Sentí a Tom yacer a mi lado, pasando los dedos suavemente sobre mis
hombros.
—¿Estás bien ángel?
—Estoy muy bien. —Sonreí débilmente en él—. Espera, ¿por qué todavía
estas completamente vestido? —Me apoyé en un codo.
—Estaba ocupado. —Él se rió entre dientes.
—Bueno, vamos a cambiar eso. —Estiré la mano y desabroché la camisa
de Tom, deslizándola por los hombros y arrojándola al suelo mientras
pasaba las manos por los planos musculosos de su espalda. Le di unos
suaves besos en sus hombros hasta su cuello, mordisqueando su
mandíbula antes de finalizar mis besos al otro lado de su cuello.
Me aparté, riendo mientras él gemía.
—Espera, no he terminado. —Pasé los dedos por encima de su duro
pecho, arrastrándome hacia abajo a su cicatriz, cerrando los ojos por un
momento al recordar lo frágil que había estado.
—No lo hagas. —Él me agarró de las muñecas y tiró de mis manos a la
124
boca, dándole un beso en cada una de mis palmas—. Estas manos me
ayudaron a sanar. No recuerdo el resto.
Asentí con la cabeza, mi corazón hinchándose ante el entendimiento de lo
lejos que había llegado.
—Está bien.
Tom se levantó y se desabrochó los pantalones, dejándolos caer. Se sentó
en el borde de la cama y los puso fuera de sus pies, seguido de su
calcetín. Él me miró mientras desabrochaba su prótesis, estableciéndola al
lado de la cama. Me trasladé en mis rodillas detrás de él, poniendo mis
brazos alrededor de sus hombros y susurrando en su oído.
—Te amo demasiado Tom.
Cuando se hubo quitado todo, él se dio la vuelta, empujándome
suavemente hacia atrás hasta que yo estaba yaciendo hacia abajo. Se
subió encima de mí, presionando su cuerpo entero en mi contra.
—Oh dios Tom, te quiero tan mal ahora —jadeé ante la sensación de su
piel en la mía. Sentí como cada terminación nerviosa había cobrado vida.
—Eres tan hermosa Talia. Perfecta. —Él se inclinó encima y metió la mano
en su mesita de noche, rasgando el paquete de aluminio mientras rodaba
el condón por su esforzado eje—. ¿Estás segura? —preguntó, se inclinó y
me besó suavemente, luciendo tan preocupado de que yo pudiera cambiar
de opinión.
—Tom, estoy segura de esto más de lo que lo he estado por nada. —Lo
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tiré hacía mí, salvajemente reclamando su boca, hundiendo mi lengua
dentro, gimiendo mientras nuestras lenguas bailaban y se acurrucaban
contra sí.
Sentí su erección palpitante completamente pulsando en la inauguración de
mi sexo.
—Por favor —jadeé mientras se abrió en toda su longitud en un
movimiento rápido, llenándome perfectamente. Me movía bajo él, con
caliente humedad abandonando, encontrándose con él empuje tras empuje.
—Dios Talia, te sientes tan increíble. Te amo tanto. —Incrusté mis uñas por
su espalda causándole gemir y aumentar su ritmo. Sentí de nuevo la
construcción, arqueándome para satisfacer cada uno de sus potentes
empujes hasta que sentí que caía por el precipicio, apretando y temblando,
al mismo tiempo, sintiéndolo pulsar dentro de mí en su momento final de
éxtasis.
Se desplomó sobre mí, mientras ambos tratábamos de recuperar el aliento,
jadeando con respiros desiguales.
—Guau.
Tom rodó fuera y me tiró contra él, envolviéndome con fuerza entre sus
brazos.
—Te amo Talia.
—También te amo. —Me apreté más contra él, queriendo estar lo más
cerca posible—. ¿Puedo preguntarte algo?
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—Cualquier cosa. —Él besó mi cuello.
—¿Por qué me llamas ángel? —Rodó más allá para que estuviera frente a
él.
—¿Te acuerdas cuando me desperté después del accidente? —Asentí—.
Bueno, cuando abrí los ojos por primera vez, estabas de pie junto a la
ventana. El sol brillaba iluminándote y a tu cabello. Tu piel se veía tan
hermosa, tus ojos tan azules. Estabas en una bata blanca larga, y no
podía evitar sentirme en paz. Te veías como un ángel, y de alguna manera
sabía que cuidarías de mí.
No me di cuenta que estaba llorando hasta que sentí la humedad de mis
lágrimas cayendo sobre mi hombro.
—No llores. —Su voz era tan relajante, mientras acariciaba mi costado y
sabía sin ninguna duda que yo nunca amaría a alguien tanto como amaba
a este hombre.
***
No estoy segura de lo que me despertó al principio, pero mientras estaba
allí, no podía evitar la sensación de pesadez en la boca de mi estómago.
Gentilmente me retiré de los brazos de Tom, con cuidado de no
molestarlo. Me senté y lo miré mientras dormía. Su rostro estaba tan
tranquilo. Sus labios estaban ligeramente abiertos, su respiración lenta y
constante. Lo había extrañado tanto.
Tiré mis piernas por el borde de la cama y me senté. El reloj marcaba las
cuatro y media, pero estaba completamente despierta. Tenía tanto miedo
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de perderlo de nuevo. Sólo la idea trajo lágrimas a mis ojos. ¿Cuándo
demonios me había convertido en un maldito bebé?
—¿Talia? ¿Qué está mal?
—Estoy bien cariño, vuelve a dormir. —Al parecer, no se lo creyó. Lo sentí
envolverme en sus brazos, tirando de mí hacia abajo en su contra.
—¿Por qué lloras? —Él parecía tan preocupado, y yo necesitaba respuestas.
Si no acaba de hablar con él, iba a seguir sólo preocupándome.
—¿Alguna vez has querido algo tan desesperadamente, que cuando
finalmente lo consigues, te das cuenta de que es aún más de lo que
nunca has imaginado? —Me acurruqué junto a él, disfrutando de la calidez
de su piel contra la mía.
—Estoy bastante seguro de que sé exactamente cómo te sientes, pero no
entiendo por qué estás alterada. —Él corrió su mano suavemente por mi
cabello.
—Supongo que nunca quería despertar. No después de anoche. Esto va a
doler mucho más cuando cambies de opinión otra vez —hablé en voz tan
baja que no estaba segura de que podía oírme, no hasta que él agarró
mis hombros y me dio la vuelta, así que estaba frente a él.
—¿Por qué iba a cambiar de opinión? —preguntó, con voz cada vez más
preocupada.
—Tom, cada vez que hemos tenido relaciones íntimas en el pasado, al día
siguiente me empujabas lejos. Me dolió entonces, pero estoy bastante
128
segura de que podría destruirme ahora. —Vi sus ojos ancharse.
—¿Es eso lo que piensas Talia? ¿Qué voy a cambiar de opinión en la
mañana? Espera, ¿es por eso que me pediste que prometería amarte
pasada la noche, cuando estábamos bailando?
No confíe en mi voz así que me limité a asentir. Dejó escapar un suspiro
de exasperación y se incorporó, tirando de mí hacia arriba también
—Lo siento mucho. No creo que puedas entender lo mucho que lamento
la forma en la que te traté. Lo hago. No sé qué más que decir, excepto
que estaba en un muy mal lugar después del accidente. Todo cambió en
un abrir y cerrar de ojos, y era demasiado para que lo manejara. Tú eras
la única cosa presionándome, y te amé incluso entonces, pero te aparté
porque pensaba que estaba haciendo lo mejor para ti. No quería depender
de ti y te he resentido por ello.
—Tom, nunca me sentí así. Quería cuidar de ti, porque eso es lo que hace
la gente cuando ama a alguien. Nunca hice nada de eso por lástima ni
obligación —argumenté.
Tomó mis manos entre las suyas.
—Lo sé ahora Talia. Era yo el que tenía que superarse para ver eso. Si
algo bueno salió de nosotros estar separados, fue cuando empecé a hacer
mi camino de regreso. Te amo más de lo que nunca lo sabrás. Sólo
tenemos que recordar hablarnos cuando las cosas estén en nuestra mente,
¿de acuerdo? —Él me tomó en sus brazos y me abrazó contra su pecho,
balanceándose lentamente mientras colocaba besos en la parte superior de
mi cabeza.
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—Te lo dije una vez que perdí una parte de mí en ese accidente, pero
tenías razón, mi pierna nunca fue esa parte. La parte de mí que se perdió
fue mi corazón cuando te rechacé. Puedo vivir sin mi pierna Talia, pero no
puedo vivir sin ti.
Lo miré y sonreí.
—Bueno, supongo que si eso es cierto, es muy posible que puedas vivir
para siempre, porque estás atrapado conmigo ahora.
Se inclinó y me besó.
—Dios, espero eso tanto ángel.
Fin
130
Out of my Element
stamos jugando un juego totalmente
diferente, Nick. Mientras otras chicas pueden
esperar pacientemente hasta que rompas
con tus muchas amigas, yo no puedo.
Verás, he estado esperando toda mi vida por algo
real. Y si esto no es real, de ninguna manera
gastaré otra hora esperando".
Nick nunca se ha permitido quedar atado a una
mujer. Mientras que sus amigos estaban asentando,
fue el mejor momento de su vida, un mujeriego con
un corazón de oro. Justo hasta Chelsea entró en su vida. Él se sintió
atraído por Chelsea de la primera vez que la vio ... bueno, en realidad
podría haber sido la segundo vez, pero no pasó mucho tiempo para que
Nick notara que podría estar por encima de su cabeza y completamente
fuera de su elemento.
Chelsea le escribió Nick después de su primer encuentro, pero pronto se
da cuenta de que ha encontrado un buen amigo en él. Enamorarse de
Nick nunca fue la intención de Chelsea, pero a veces hasta las mejores
intenciones llegan a estar fuera de control.
Cuanto más cerca esten Chelsea y Nick, más impulsan a que las cosas
parezcan un desastre. Nick debe de encontrar la manera de tener una
relación saludable antes de que pierda Chelsea siempre.
Philadelphia Series #3
“E
131
Sobre la autora
aryn vive en Maryland con su marido y sus dos hijas. Ella
es madre, esposa, defensora del autismo, soñadora,
escritora y editora.
A pesar de que es una ávida lectora de libros de muchos
géneros diferentes, Taryn siempre está dispuesta para un buen
romance.
T
132
Traducido, corregido,
revisado y diseñado en:
Disclaimer Realizado sin fines de lucro para promover la lectura. Apoyemos a los
autores y editoriales comprando el original.