Post on 19-Jan-2021
1 sO R A C I O N P A N E G I R I C A . I
A JESUS SACRAMENTADOQ U E
EN L A SOLEMNE FUNCION D EL COffPC/S, CELEBRADA EN L A IGLESIA PARROQUIAL
DE SANTA CATALINA MARTIR DE ESTA
CIUDAD DIA 30. DE MAYO DEL
PRESENTE AÑO 1826.
P R O N U N C I Ó
£ X Dr. D . B E N IT O F O N S V BOÍG U ES,
Cura de la Parroquial de Campanar.
e n f a l e N C U :
E N L A O F I C I N A D E M I G U E L E S T E V A N ,
Bajada de San Francisco. Año 1826.
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S I C U T M I S I T M E V I V E N S P A T E R ,
€t ego vivo propter Patrem , et qui man^
ducat me , et ipse vivet propter me, J o a n n ,
ca p . 6 , vers. j 8 ,
Asi como viviendo me envió mi Padre,
y yo vivo por nú Padre; asi el que me co
me á m í , el mismo vive por mí.
IVTisterios inefables de nuestra augusta y sacrosanta Religión , abismos y profundides de las grandezas d¿ nuestro Dios ; ¡y cuán admirable os presentáis á nuestro limitado entendimiento! ¡cómo j Diüs mio , nos podriamos elevar los débiles mortales hasta el excelso trono de vuestra divina Esencia , y contemplar vuestros divinos atributos , si Vos mismo por un rasgo de vuestra divina bondad y dignación no los hubieses manifestado , y nos guiase la antorcha luminosa de vuestra fé por el camino seguro de la divina revelación! Verdaderamente seriáis Vos limitado , Dios mio , si nuestro entendimiento apease toda la inmensidad de tos grand zas y perfecciones infinitas ; mas no podrá jamás Ja razón humana
4 ). , sondear y conocer la extensión de vuestra Omnipotencia.
N o os deberá sorprender , oyentes mios , que en este solemne dia en e l que la piedad cristiana transportada de alborozo y gratitud , solemniza el intensísimo amor y triunfo de su divino Salvador sacramentado ; os hablo por incidencia de otros divinos Misterios de nuestra única y verdadera Religión ; como también de los fundamentos sólidos de nuestra santa fé , y de otras muchas grandiosas cualidades del Unigénito y Eterno Hijo de Dios hecho hombre , sacramentado y muerto por nuestro amor. Porque á ia verdad 5 oyentes , es cosa lamentable , que en on siglo de tanta ilustración (n o sé si diría mejor de tanta superficialidad y apariencia) puesto que apenas se conoce la ciencia divina , sin la que todo es vanidid ; y aun los cristianos adictos á la piedad , que tamo se esmeran de repetir la série de las virtudes , y que están impuestos en las vidas y hechos egemplares de los Santos y Héroes de la Religión ; apenas conocen al que es único y supremo Autor de toda virtud y de toda santidad ; y tienen escasas noticias de nuestro Salvador , que superabundantemente ñas mereció toda gracia ; ni menos al eterno y consubstancial Espirito , por quien se nos comunican todas las divinas influencias ; porque aunque es c ierto , que la maravillosa estructura de los cielos , el constante y magestuoso curso de los astros , el orden perfecto , conservación y forma-
. s )d o n de tcdis las criaturas del universo anuncian de continuo la existencia del Criador , y cantan sa grandeza , y la magnificencia de su diestra , al paso que corroboran y afianzan nuestra fé. Pero jamás , repito , podrémos extendernos con estas pruebas esteriores hasta la inmensidad del mismo Dios , que no conoce espacio, ni límites en sus infinitas perfecciones. Solamente animados por la fé divina , y guiados por la revelación pueden ser ilustrados nuestros entendimientos 5 y conversar aun con el mismo Dios, presentandole el sacrificio de sumisión y vasalla- ge que le debemos ¡ adorando reverentes , y esperando humildes en sus verdades y promesas, las que faltarán los cíelos y la tierra , pero ellas jamás dejarán de verificarse y cumplirse en toda su extensión.
Si 5 carísimos oyentes , nosotros los que v ivimos en esta divina fé , somos en algún modo tabernáculos vivos , en que deposita el mismo Dios sus maravillosos secretos , y mas sabios que los Filosófos profanos conocemos con una evidencia 5 de que sale fiador el mismo Dios , las eternas y sublimes verdades. Tenemos , á mas de esto , per convicción de dichas verdades el testimonio de los Apóstoles y Discípulos del Salvador , y muchísimos Mártires que murieron en d fensa de nuestra santa fé. Tenemos la prueba incontrastable de tantos Padres , Doctores , C onfesores y Virgines santísimos , que predicaron y defendieron constantemente las mismas verdades.
( 6 )Tenemos por mas sòlido apoyo los Indestructibles y eternos fundamentos de la Iglesia santa, que ilustrada por el Espíritu Santo ensefía , tiene y confiesa estas idénticas verdades. Tenemos, finalmente , por el mas seguro é indefectible testimonio de nuestra creencia al mismo Jesucristo; Hijo unigénito y muy querido del Todopoderoso , á quien está engendrando desde la eternidad, v iva imágen de su divina substancia , y de cu y o eterno , mutuo y substancial amor procede el Espíritu Santo.
Este divino Salvador es quien poseyó siempre el conocimiento perfectísimo de todos los Misterios profundísimos de la Divinidad , y nos los anu n ció , no con aquella sorpresa , admiración é Ímpetu agitado con que los descifraban los santos Profetas , inspirados y movidos por el espíritu de Dios ; sino con aquella grandeza serici- i la , aquella afabilidad augusta , aquel sosiego magestuoso y lenguage divino , propios de una persona , à quien era familiar la Divinidad , pues era juntamente Dios , aunque por su amor , y nuestro bien ocultaba cuasi siempre los rayos y esplendor de su divino carácter. Este divino Verbo humanado nos declaró expresamente la unidad de Dios en tres Personas , su propia misión y Encarnación necesaria para la gloiia de Dios, y salud del género humano ; y que ésia fue dispuesta por su Eterno Padre , aceptada libremente por sí mismo que era su Hijo , y cbrada poi concurso del Espíritu Santo. Este divino Salva^
( 7 )dor es el que Heno de inefable bondid y dulzur a , y no satisfecho su ardentísimo amor de haber encarnado por los hombres y de haberse de entregar á la Pasión y Muerte mas amarga ds Cruz : antes de la fiesta de P ascu a, sabiendo que habia de pasar de este mundo al Padre , conmovido el cielo de su gloria , é impaciente porque iba á separarse de sus escogidos , por quienes habia venido ; trazó la invención mas admirable y divina que jamás vieron las generaciones de Jos hombres , y que sirve de pasmo á los mismos Ángeles. Instituyó movido por su indecible caridad el Santísimo Sacramento de su Cuerpo y Sangre , por medio del cual pudiésemos percibir todos los méritos de su Vida , Pasión y Muerte , y unirnos á este Sumo Bien con lazo indestructible de inestimable amor. Quiso este Padre amorosísimo fortalecer con el alimento de su carne divina y vivificante á sus huérfanos hijos , y comunicar por este medio maravilloso con ellos , uniéndose secreta y amorosamente , y dejindoles antes de su muerte en nuevo y eterno testamento un remedio seguro y universal para curar sus dolencias, y borrar los pecados que habian de cometer. Q u l so en fin enriquecerlos con todos los tesoros , gracias y bendiciones que les habia de merecer por su pasión y muerte , para que viviesen seguros en el proceloso mar de esta vida , hasta que después en la otra les mostrase toda la extensión de su gloria , poder , sabiduría y a m o r, é inundase SUS almas en los torrentes de eternas delicias.
( 8 )Y á vista de tan inefable bondad ¿no po
dríamos exclamar 5 transportados de gratitud jdi* chosos nosotros los pecadores , que hemos merecido tan divino Redentor! el cual no solamente nos elevó á hijos de Dios , hermanos suyos y compañeros de los mismos Angeles , sino que for* mó de nosotros un vivo templo del Espíritu Santo , un santuario del misoio Dios , hasta divinizarnos en algbn modi) con la participación y üso de ese Divino minjar , asegurándonos él mismo de la indefectible verdad de tan augusto Misterio. Si 5 oyentes mios 5 ya existia la sabiduría increada en el seno de su eterno Padre ; y aun no había cielo , no habia tierra , no había mares 3 no habían sido hechos los Angeles , ni el resto de las criaturas. Y Juego que él mismo lo dijo fueron hechas todas ; luego que él lo mandó fueron criadas ttdas de la nada. Pues el mis- sno que lo hizo tcdo , y por quien todo se hizo , ese mismo Verbo cíivino con una voz omnipotente activa , y obradora de toda maravìlla, dijo : Es^e es mi Cuerfo : y quedó convertido el pan en su propio Cuerpo : el mismo, dijo ; E ste es el Cáliz de mi Sangre : y fue convertido el vino en su propia Sangre , uniJos por concomitancia á entrambos los divim^s aiiibutos , resultando vivo en ese augusto Sacramento todo Jesucristo Dios y Hombre verdadero.
¡O poder inefable y divino! ¿Qué nos resta ya j fieles oyentes 3 mas que esperar , creer y amar con toda nuestra alma , cuando la misma
( 9 )rerdad eterna nos asegura de la realidad de tandivino M isterio, y de todos sus maravillosos y celestiales efectos ; y que entrega su ilimitado poder á los ministros suyos los Apóstoles , Discípulos s y demás Sacerdotes , mandándoles que renueven este mismo Sacrificio en su nombre y meiTioria , pues de este modo estará con ellos hasta ]a consumación de los s ig los? ¿ Y podremos dejar de corresponder á nuestro Redentor^ cuando para atraernos con dulzura á la frecuencia de este Manjar divino, nos protesta y asegura repetidas veces , tener sus delicias en estar con los hijos d2 los hombres ; que lleguemos confiadamente á comerio , pues es pan vivo que bajó del cielo , pan de vida , de cuyo pan los que comieren vivirán eternamente , y jamás morirán, como los que comieron el Maná figurativo en el desierto. A ñ id e este divino Salvador la p ro mesa de que permanecerá en aquellos , que c o mieren y bebieren dignamente su Cuerpo y Sangre ; amenazando dulcemente á ios que se apartan de tan celestial convite de que seisn privados de la vida de ia gracia. Omitiendo por último Jos inumerables testimonios con que nuestro divino Salvador nos asegura de Ja verdad y efectos de este excelso Misterio de am or, nos dice compendiosamente Jo que propuse en el prin- ci}-io 5 á Sdber ; que asi como viviendo el Padre envió á su Hijo 5 y e-te Señor vive por su Padre : asi el que come A este divino Señor , e¿ mhmo vive fo r éL De todo lo cual sacaré una
( IO )evidente consolatoria , y necesaria consecuencia jproposicion q u e vais á oír : J e s u c r i s t o e n l a i n s
t i t u c i ó n DEL S a n t í s i m o S a c r a m e n t o o f r e c i ó a l
E t e r n o P a d r e u n a v i c t i m a e t e r n a y d i g n a d e
L A SUPREMA M a G E S T A D DE DiOS , V DE PERPETUO
AMOR , SA LU D y PROPICIACION PA RA LOS HOMBRES.
Quiera el Cielo santo resulte cuanto diga en g lo ria del Altísimo y provecho de vuestras almas. A y s M a r í a .
En el principio de los tiempos crió Dios el universo con la sabiduría j órden y magnificenT d a 5 tan propias de su grandeza y poder infinitos , manifestando por este medio los inmensos tesoros de su bondad al hombre , que se dignó formar á su imágen y semejanza. Gravó por consiguiente en su alma la suma de toda la R e ligión , revelándole sus divinos atributos , y comunicandole las obligaciones sagradas , que habla conirahido para con su Autor. L e prescribió igualmente el culto , homenage y sacrificios que le habia de tributar para gloria y santificación de su Nombre sacrosanto , y reconocimiento del supremo dominio que tenia sobre él y las criaturas todas ; imponiéndole al mismo tiempo en los castigos y premios eternos que habían de seguirse á la observancia ó abandono de sus divinos Preceptos. Mas como deslumbrados nuestros primeros padres por la ambición y soberbia de ser independiente , y asemejarse al mismo Dios, dieron crédito á la infernal serpiente , y comieron la fatal y desdichada fruta del árbol del bien
( ” )y del mal ; quedaron entregados al poder del demonio , á quien habian obedecido ciegam ente, y convertidos en vasos de ira y abominación , incapaces de aplacar y complacer al Eterno consus victimas , sacrificios y oblaciones ; n¡ dar el cu lto y honor debidos á la suprema Magestad.
Vanos y a y de ningún mérito hubiesen sido desde entonces los sacrificios , oblaciones y v íctimas ofrecidas por los Patriarcas , Justos y Profetas de todas Jas edades , y de los Ministros de la L e y . N i los mismos Angeles podían ofrecer v íctima y sacrificio proporcionados á Ja divina Justicia 5 por ser bj i que perfectas criaturas , pero finitas y de limitado mérito. Solamente el Hijo de Dios hecho hombre por amor al hombre , ofreciéndose á sí mismo , pudo presentar holocausto digno del honor y culto á la Magestad divina , y de propiciación y salud eterna para los hombres. E l cual con el sacrificio que habia de ofrecer debía atraer todas las cosas á sí mismo. Por Jo que dispuso el Altísimo con sabia y maravillosa economía , que todas las cosas previniesen de antemano el advenimiento, obras y calidades asombrosas de aquel divino mediador , que ofreciendose por Sacerdote y víctima á un mismo tiempo 3 hermanase el cielo con Ja tierra y reconciliase el género humano con el mismo Dios.
Bajo estos sublimes caracteres vereis anunciado á nuestro divino Redentor por ios oráculos y profecías , representado por los Justos que
(vivieron hasta sa nacicniento , preparado por las revoluciones de los siglos y acontecimientos po- liticos ; y simbolizado con muchísima extensioa y claridad por las figuras , victimas y sacrificios egecutados en la L e y natural y escrita , los cuales solo tuvieron representación , y fueron meritorios en la aceptación divina por la relación que tenian con el verdadero sacrificio que había de ofrecer el divino Reparador. Con promesas reiteradas 3 y Juramentos renovados por su misma b o c a , prometió el Todopoderoso á los Patriarcas ds la L e y natural enviar al Primogénito de los predestinados , que le había de ofrecer digna hostia de alabanza , é invocar debidamente el nombre del Señor , y bendecir al mismo tiempo to das las generaciones , obrando su redención. De la misma manera fue anunciado en la L e y escrita por toda la serie de los Profetas bajo imágenes diferentes , tanto roas expresivas cuanto se acercaba la plenitud de los tiempos , en tanto que el santo D a n ie l , moderno entre los Profetas y llamado por el Angel varón de deseos j llegó á prefijar el tiempo del Nacimiento 5 y todas las circunstancias que acompañarían al R e parador.
y hablando ya de los Justos que precedieron á su venida , y que ofrecieron sacrificios y holocaustos con Ja viva fé y esperanza del verdadero Mesías : vemos en Adán representado á Cristo Adán divino , que con su obediencia hasta la muerte de C ruz , compensa la rebelión del
( 13 )prim ero, y egecuta en el árbol de !a Cruz la reparación de los hombres , que el otro habla perdido ; y que con el manjar de &u Cuerpo y Sangre da luz 5 vida y gracia abundantísima á los que por haber comido de la fruta prohibida estaban rodeados de muerte, tinieblas y horror. E l justo Abel ofreciendo víctimas puras al Eterno, y muerto por la envidia de su hermano , representa á nuestro Salvador que habia de ser la misma inocencia , y ofrecer un sacrificio aceptable y de propiciación á Dios Padre. En Noé fabricando el Arca j y ofreciendo el sacrificio de pacto y confederación con Dios , se representa al mismo Salvador , quien habia de formar la nueva arca de la Iglesia , dentro de la cual únicamente se habian de salvar los electos que entrasen en ella , y por quienes se habia de ofrecer el grande sacrificio que firmase la paz entre el cielo y la tierra. En Melchisedech Sacerdote por excelencia , que ofrecía á Dios vìvo él pan y vino en sacrificio , y bendecía á Abrahan COn su posteridad , se vé delineado nuestro sumo y eterno Sacerdote Jesús , que despues se habia de ofrecer á sí mismo en sacrificio bajo las especies de pan y vino , íiibutando en el digno culto á la Magestad de D i o s , y mereciendo la salud y bendición eterna para los que habia de redimir hijos y descendientes de Abrahan. Figura iguaK mente expresiva de Jesucristo nuestro bien había sido el mismo Patriarca , Padre y G tfe de todoi los creyentes , preparando en su Tabernáculo
( 14 )aquel figurativo convite en que los Angeles le aDunciaron la milagrosa fecundidad de Sara 9 y nacimiento de Isaac. Este le figuró llevando sobre sus hombros la leña en que había de consumir el voluntario sacrificio de sí mismo. Josef vendido y sentenciado á muerte por sus mismos hermanos , preso por calumnia entre los delincuentes , pero hecho despues salvador de Egipto y árbitro del mismo Soberano , dando con abundancia alimentos , perdonando y colmando de gracias á los mismos que le habian ultrajado, lúe un bello retrato de nuestro amantisimo Salvador, Moysés humillado y perseguido en su cu* na , pero despues nombrado Caudillo por Dios y mediador para libertar ai pueblo de Israel, dictando leyes , ofreciendo sacrificios y conduciéndole con seguridad á la tierra de Promision ; era figura de nuestro divino mediador. D avid ::: ¿Pero para qué os canso en el detai de tantos Jus* tos de la antigua ley , que seria cuasi infinito é interminable? B iste aseguraros que cada uno de los Justos de aquellas edades llevaba algún rasg o que representase á nuestro divino Salvador. Tampoco os molestaré en referir por extenso el curso alternativo y al parecer casual de todos los siglos , reynados é imperios , de su elevación y subversión progresiva , pues todas estas edades y acontecimientos únicamente sirvieron para comprobar los designios eternos del Todopoderoso , y anunciar la venida , reynado poderoso y verdadero sacrificio del Hijo de Dios.
( »5 )En cuanto á las antiguas figuras , omitiendo
otras muchas , conoceréis representar vivamente á nuestro S a lv a d o r, aquella misteriosa piedra herida por mandato de Dios , y que seguia al pueblo de Isra e l, dando aguas copiosas y saludables, pues él con mas razón es la viva piedra y manantial eterno de todas nuestras dichas , en cuya fuente divina bebemos las celestiales aguas que conducen á la vida eterna. L a Serpiente de metal 5 que levantada sobre el palo era para los Hebreos señal de victoria contra los enemigos 9 y de salud para los enfermos , representa al vivo la salud y victoria que nos había de asegurar nuestro Reparador sobre el mundo , sobre el demonio, sobre las pasiones y sobre la misma muerte.
Mas con muchísima particularidad y mayor expresión se halla representado nuestro Salvador, Sumo Sacerdote , ofreciéndose en el Santísimo Sacramento del Altar por todos aquellos sacrificios que en el antiguo Testamento los Justos y Patriarcas inmolaban sobre los montes , y los Sacerdotes en los Templos y Tabernáculos , erigidos al Ser Supremo. A ese divino é inmaculado Co:d¿ro , cuy a presencia y magestad estamos adorando j se referia el Cordero Pascual comido con todo el aparato de ceremonias prevenidas por la L e y : i él figuraba el otro Cordero misterioso , siempre tendido sobre el Altar : al mismo aquel inocente Chivo quemado fuera de la Ciudad : el otro C a brío emisario , que se enviaba al desierto , des pues de haberle cargado, con los pecados del pueblo.
( )Fígürabale también la Baca roja , sacrificada altenor del ceremonial : aquellos Panes de proposicion expuestos de continuo á la presencia del Se* ñor : la sangre de la víctima sin ia cual no podía entrar el Sumo Sacerdote en el Sancta Sanv^ tomín , só pena de muerte fulminada por el mis- mu Dios. Y resumidamente figuraban á esa d ivina victima de nuestro adorable Salvador la sangre , que se echaba siete veces sobre el velo del Tem plo : aquella con que se rociaba el Pueblo, el Tabernáculo , el L ibro que contenia ia L e y y todas las demás victimas , que se cfrecian para a lcanzar-el perdón , cuya remisión no se podía lograr según la L e y , sin ia efusión de esta sangre figurativa. Mas os quiero prevenidos , carísimos oyentes , que todos los oráculos, las profecías todas , oraciones y sacrificios de los Justos j víctimas , ceremonias , tabernáculos , templo , el mismo sacerdocio supremo , y cuanto se contiene en la ley natura! y escrita, todo era una conti- nuada figura , alegoría y representación que la sabiduría de Dios habia declarado , mandado y diil- gido para que anunciasen el verdadero sacrincío, que en su adorable persona habia de ofrecer el H ijo del mismo Dics , sumo , único y verdadero Sacerdote , preparado desde la eternidad para piedra angular sobre que se «rigiese el Templo de Dios vivo.
Por tanto el Eterno , cuya sabiduría se extiende entre lo infinito del uno al otio extremo , y que dispone con suavidad y fortaleza todas las cosas^
( 17 ■)celoso de sus glorias y de reparar los soberanos derechos de Ja Divinidad tan olvidados j y su j u s ticia 5 culto y honor torpemente ultrajados por Jos hombres ; quiso preparar por si mismo Ja obra maravillosa de nuestra redención , trazando todas Jas cosas con admirable economía , á fin de que Jos miseros mortales pudiesen conocer la necesidad del médico soberano que habia de curar tan 'inveteradas dolencias ; fijasen ya sus ansias y deseos 9 creyesen sus divinas promesas y esperasen 'únicamente la vida , salud y propiciación perpetua en el sacrificio y victima de su Unigénito que habia de enviar , y cuyo Sacerdocio eterno estaba firmado con juramento irrevocable.
Y este es dilectisimos oyentes, aquel divino Salvador , que movido por su inefable misericordia por Jos hombres se vistió de nuestra carne , á fin de enseñarnos persi mismo el camino de la pru- •dencia. Este es nuestro Legislador j nuestra única esperanza y aquella interminable luz divina que íe dignó ilustrar á Jos hombres , salvándolos del abismo de tantas miserias, y haciéndonos hijos del mismo Dios. Este es el que fijó en el mundo un reynado perpetuo de fortaleza , de justicia y de todas las virtudes tan olvidadas por los hombres hasta entonces ; y estableció una Religión sacrosanta 5 é instituyó amoroso un Sacrificio real, perpetuo y divino , que convirtiese las antiguas sombras en verdadera luz ; en la realidad las figuras 5 y en luminosa verdad los oráculos y pro^ íecias que habían precedido.
( i8 )S í , cristianos oyentes j el celo de la gloria de
su Padre , y su ardentísimo amor hácia los hombres, que hizo á nuestro Salvador divino en su nacimiento nuestro hermano , en la predicación nuestro médico y maestro , nuestra redención en su muerte, en la Resurrección nuestra gloria , en su Ascensión nuestro abogado , en la venida del Espíritu Santo nuestro consuelo y fortaleza , en e l cielo nuestro término nuestra dicha y recompensa , y en todos los estados de su vida y muerte las delicias y gloria de su Padre 3 y santificación de lo s hombres ; le obligó antes de partir de este mundo á instituir el augusto Sacramento y soberano sacrificio de la Eucaristía , constituyéndose á sí nusmo víctima inmaculada y Sacerdote diviao , y perpetuando así el eterno sacrificio de su Cuerpo y Sangre , en que se diese digno culto al Ser suprem o, y sirviese al mismo tiempo de perpetua santificación , amor y vida para los hombres , á fin de que alimentándonos con su propia Carne y Sangre viviésemos una misma vida con él , al modo que él vive con su eterno Padre
¡Qué institución tan admirable y d iv in a , ca- rísin^os oyentes! jqué misterio tan asombroso! Verdaderamente no pueden menos de admirarse los cielos á su v is ta , conmoverse de alegría la tierra y abrasarse de fé , amor y gratitud los hombres viéndose elevados á tan sublime gerarquia , y unidos tan íntimamente á su mismo Dios. A sí es, hermanos mtos , que aquel augusto y divino Sa- crificador hubiera tenido por víctima impropor-
. ( 19 )clonada y poco digna de su Padre j impropia de sus manos , y nada correspondiente al celo y amor que le consumían , otra que su propia C arne y Sangre , y á sí mismo. Era preciso y conforme á su Magestad j y al empeño que había contrahido de mediador entre Dios y los hombres 9 que el sacrificio fuese perpetuo , augusto y divino en todas sus partes , y por lo mismo en la institución de la santísima Eucaristia el mismo seno del Padre debía servir de templo, J e sucristo bien nuestro habia de ser su Altar ¿ su Sacerdote y su victima , y el Espíritu Santo el fuego divino que abrasase y consumiese la Hostia divina : en una palabra , en aquel sacrificio del Dios hombre todo habia ds ser D io s , y para su gloria y culto debidos , y todo a m o r , propia- ciacíon y salud perpetua para los hombres Y este es el mismo Sicrificador á quien constituyéndole Sacerdote su Eterno P a d re , y derramando sobre él el aceyte de a ’egria que sirviese de bálsamo vital á todos los escogidos, le dijo : Tú eres Sacerdote por una eternidad , según el orden de Melchisedech. Este es el Pontífice supremo de los bienes futuros , levantado sobre los c ie lo s, y colocado para siempre a la diestra del poder de su Padre ; Poíitífice en toda verdad inocente que no necesita como los demás ofrecer el sacrificio por sus pecados , pues es la sanidad misma ; sino por los pecados de su caro pueblo , de los que voluntariamente se habia cargado ; y por consiguiente si ruega á su P a d r e , si expía y si pide.
C 2 0 . ^si satisface' nadà hace por si mismo , sino para nosotros , por nuestros delitos , y para nuestra salud y propiciación.
Y tal debía ser e l Sacerdote para el grande sacrificio de la ley de gracia ; esto es , Santo, Inocente , segregado de los pecadores , mas alto que los cielos , tierno y compasivo con nuestra flaqueza , y siempre árbitro y poderoso para los que piden su gracia y mediación. Por último, este divino Sacerdote no había de tener necesidad de entrar á menudo en el Santuario como ios demás Sacerdotes á ofrecer víctimas imperfectas, esto es , incruentas, y como el Sumo Sacerdote, de la antigua ley entrar en el Tabernáculo hecho por manos de los hombres , llevando cada vez la sangre de una nueva víctima , porque su Tabernáculo y Santuario lo tiene este divino Sacerdote en el c ie lo , en donde solo ha entrado una vez para afianzar su eterno Sacerdocio , dejando al mismo tiempo sobre la tierra Ministros suyos, que en su nombre y poder exercitasen tan santo y formidable IMinisterio , renovando por este medio todos los dias la memoria de su Pasión y Muerte , y de esta divina Institución , por la cual se digno permanecer con nosotros hasta la consuma- clon de los siglos.
N o menos grande , amoroso y divino se ostenta nuestro Salvador , ofreciéndose víctima en este adorable Sacramento. Porque él es á quien vió en espíritu el Real Profeta elevado sobre el monte santo de Sion , cxerciendo su dominio de
C a i )uno á otro mar , desde el oriente al occidente, desde el septentrión al mediodía , recibiendo ho-r menages de todos los Soberanos, de todos los pueblos y de las naciones todas. E l es el mismo á quien vió Isaías nacer de Madre Virgen , destinado á ocupar un trono celestial. E l es á quien vió D a niel acercándose al mas anciano de los dias , y recibir de su mano un reyno inmutable y eterno 5 compuesto de todas las naciones del mundo, sobre cuyo vestido y persona divisó San Juaft el glorioso é incomunicable título de R e y de reyes y Señor da los imperios. En pocas palabras, esa víctima sacrosanta que adorais en el Samísi- nio Sacramento , es el Verbo eterno humanado, Jesucristo, Hijo de Dios , igual al Padre según la D ivin id ad , engendrado desde la eternidad en el esplendor de los Santos, y en cuanto hombre nacido en la plenitud de los tiempos de María Santísima, la mas pura y bendita entre todas las mugeres.
De esta víctima y Pan divino se alimentaroa los Apóstoles y Discípulos del S eñ o r, y recibieroa los dones celestiales de ciencia y vida , que despues sembraron maravillosamente por todo el mundo pa* ra salud de las almas y gloría de su Nombre sacrosanto. En este divino manantial bebieron el celo heroyco y valor invencible un número infinito de Mártires , que hermosearon sus Estolas en la San* gre del Cordero , y sellaron con sus vidas las incontrastables verdades del Evangelio. Este divina Manjar comunicó ciencia , luz y consuelo á todos los Doctores Santos , Anacoretas , Solitarios fer-
( s a )vorosos y eminentes Confesores, que ensalzaron ydieron testimonio glorioso de nuestra santa Fé. De esta celestial Mesa sacaron la invencible fortaleza tantas inmaculadas Vírgenes , que elevándose sobre si mismas y su débil sexo acompañaron triun* fantes al celestidi Esposo con Jas antorchas de caridad encendida y palmas del maniiío. Per el mérito de esta sacrosanta victima y participación de su espíritu pudieron los hijos de ia primitiva Iglesia destruir por todas partes Ja idolatria » derribar sus altares sacrilegos , arrasar los templos abom inables, hollar sus ídolos y falsas deidades; abolir Jas infames supersticiones , y elevar sobre tan horribles monstruos el reyno del Evangelio, que es el de todas las virtudes ; formándose de nuevo un pueblo santo , una nación escogida , un Sacerdocio real. En suma , una Iglesia pura , sin m ancha, ni a rru g a , digna del a fe c to , grandeza y sabiduría de sü divino Esposo Jesucristo , de Jas complacencias é inmenso poder del Padre Eterno, y de las caricias del divino Espíritu.
Finalmente , en este augusto Sacramento está la víctima divina , que también nosotros podemos ofrecer con igual fruto lodos Jos días al Eterno , y a en el incruento sacrificio de la Misa, y a asistiendo ante Ja Magestad de ese divino Señor expuesto y sacramentado , como también recibiéndole dignamente en la comunion. En todos tiem pos, sí amados oyentes , pero especialmente en el presente en que por un efecto de Ja benignidad del Pastor universal de todos los fíeles nucs-
( 23 )tro Santísimo Padre Papa Leon Duodecimo se halla abierto el preciosísimo tesoro de los inñnttos méritos de ese divino Salvador ; y en todas estas ocasiones presentarémos una oblacíon digna de la Magestad y aceptación divina , y una ofrenda superabundantísima para quedar nosotros santifì- cados y limpios de todas nuestras iniquidades, librarnos de la muerte , comer con abundancia la vida , y aun con la participación de su Espíritu y unión á su voluntad ser también nosotros ofrenda aceptable del mismo D io s , darle verdadero honor y culto ; y lo que es mas , tener una vida con Jesucristo a l modo que este divino Señor vive con su Eterno Padre.
¡O Salvador y bien mio , sacramentado por nuestro amor ! ¡y qué agradecimiento tan indecible no me inspira vuestra inmensa bondad! ¡y cuán liberal y amóroso os mostráis en esa viva y perpetua Hostia , en la que os ofreceis para enriquecer á los hombres , que tan misericordiosamente habéis rescatado con Ja efusión de vuestra Sangre divina l Vos , dueño mio , encubriendo los rayos de tu divina grandeza en ese Sacramento de amor os hacéis mas apreciable á nuestrcs ojos , mas estimado de nuestro corazon que era ya todo vuestro , y mas digno de rey- nar sobre nosotros tus queridos hijos. V o s , Jesús y dulce Padre mio , habéis sido á toda prueba el mas tierno y amoroso Padre , pues no solamente quisisteis dar tu preciosa vida para que viviesen tus compungidos hijos ; sí que nos alimea-
tais de continuo con vuestra Carne y Sangre , uniéndonos á Vos mismo para que nuestra vida no sea otra que la que Vos teneis con vuestro Padre. ¡O admirable unión ! ¡ó misterio de sublime grande- Zd! Sin düda j Salvador m io , habéis consumado en la institución de! Santísimo Sacramento la ma- y<ir obra y prodigio de la Omnipotencia.
Por tanto , permitidnos ¡ supremo R e y de la gloria 5 q ’je postradas todos ante vuestra Magestad excelsa , y penetrados da la mas profonda veneración , ternura y amor j uniendo nuestros conciertos á los de la Santa Iglesia y de toda la Corte celestial , entonemos transportados de imponderable gozo 5 obsequio , gratitud , honra y gloria vuestra aquel soberano y triunfil cántico, que quisiéramos fuera eterno en nuestras lengua^: Santo 5 Santo , Santo , Señor D h s Omnipotente: hendicion y gloria sean dadas al Criador y al que esih sobre el Trono ; porque es digno aquel C ordero que ha sido inmolado por nosotros , y que nos ha rescatado con su Sangre , de recibir el poder 3 la sabiduría , la divinidad , la honra , la gloria y las bendiciones de todas las criaruras que hay en el cielo y en la tierra por infinitos siglos de los siglos. Asi sea , y á todos vosotros BU gracia y gloria. F 1 N.
Puede imprimirse: Imtirímase:J3r. Toranzo G. V , G . Heredia.
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