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ADAPTACIÓNADAPTACIÓNADAPTACIÓNADAPTACIÓNADAPTACIÓN
Enayos, políticas y propuestas alternativas
De manera muy general, la salud se define y comprende como la
ausencia de síntomas de alguna enfermedad aguda. Pero también es
posible pensar en una salud humana en la cual, los síntomas de la
enfermedad tienen cada vez un papel menor. El crecimiento y desarrollo
del hombre puede ser considerado como un proceso compuesto por
envolturas y protecciones para lograr un equilibrio entre las tensiones
y las protecciones, entre la privación y la saciedad. A continuación,
trataremos de hacer un análisis, más o menos corto, de la relación
entre las diferentes condiciones y determinantes de la salud, aunado a
los procesos de adaptación; con el fin de ubicar a la salud como el
resultado en un momento histórico.
El primer ejemplo que viene a la imaginación se refiere a los
animales salvajes. ¿Cómo podríamos evaluar la salud entre los leones,
elefantes, caballos o las cebras? La primera evaluación individual de
la salud de una cebra, sin duda es en comparación con las
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características físicas y las capacidades de los otros miembros del
grupo. Así que una cebra con algún miembro fracturado, con solo un
ojo, o ciega; otra de carrera muy lenta o con defectos en su olfato,
entre muchos más, es sin duda una cebra con menos capacidades
para hacer frente a las presiones y agresiones del medio. Por lo tanto
no podría ser una cebra con buena salud cualquiera que tuviera
disminución en sus capacidades. ¿Por qué? Bueno, la razón más
importante es que cualquier disminución de sus capacidades aumenta
el riesgo de ser la siguiente presa de los depredadores.
Las cebras, son muy buen ejemplo. ¿Cuántas cebras enfermas,
con algún daño o con capacidades disminuidas pueden observarse
fácilmente entre la manada? Ante la mirada de un inexperto, difícilmente
podría identificar alguna cebra con menos salud. Pero sin duda dentro
de la manada hay cebras con excelentes capacidades para hacer frente
a las amenazas del medio, otras tendrán muy buenas capacidades y
finalmente algunas tendrán buenas capacidades. Aquellas cebras que
tenían pocas capacidades ya están muertas. En este punto es muy
importante subrayar que en un medio sumamente agresivo, o extremo
no pueden sobrevivir por mucho tiempo los individuos con capacidades
disminuidas.
El análisis puede continuar si pensamos en los individuos más
vulnerables de la manada. Las cebras de mayor edad, las cebras
enfermas, aquellas que pronto tendrán una cría y por supuesto, la cebra
recién nacida. Esto empieza ser más interesante, pues la salud de una
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cría recién nacida está en estrecha relación con las capacidades de la
madre. Si la cebra puede alimentar a su cría, si puede cuidarla y
protegerla y si además la cría nace con las capacidades comunes al
resto de las crías, va heredar las capacidades de su madre. Pero no
sólo eso, si la manada cuenta con un número importante de miembros
–machos y hembras– podrán hacer un mejor frente común contra los
depredadores, lo cual seguramente permitirá una mayor sobrevivencia
de las crías. Por último, si la manda desarrolla algunas estrategias de
defensa contra sus depredadores, las cebras viejas o enfermas podrán
sobre vivir un poco más.
De esta manera queda explícito que la salud es una condición
del individuo en relación con su grupo. Por lo cual resulta consecuente
pensar en una análisis de salud al interior de un grupo y entre los
grupos. Seguramente encontraremos manadas con mejores
capacidades y en ambientes abundantes, en donde el tamaño de la
población y sus necesidades no representan una amenaza al
ecosistema y de alguna manera mantienen un equilibrio. Pero también
es posible encontrar manadas en franco riesgo de extinción y en
ambientes deteriorados, agotados o con muy pocos recursos para la
supervivencia.
Una breve historia de la salud del hombre
Resulta más o menos fácil reconstruir la historia de la salud del hombre
si pensamos que comparte, con otras especies, algunos patrones de
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relación con los ecosistemas. En primer lugar, no es difícil de aceptar
que la salud es el resultado de un proceso adaptativo, en relación con
la sustentabilidad del ecosistema. Así que el hombre, sin lugar a duda
, ha vivido un proceso similar a las cebras; pero no sólo eso.
Las primeras evidencias que tenemos del hombre nos indican
que al igual que otras especies, dedicaba buena parte de su tiempo a
la búsqueda de alimentos. Las hordas o bandas, un grupo de machos,
hembras y crías se desplazaban por los valles, montañas, a las orillas
de los ríos y de los mares y hasta en los desiertos; el impulso principal
era la búsqueda de alimentos. La dinámica más o menos sería caminar
hasta encontrar alguna fuente de alimentos frutos, raíces, plantas o
animales; asentamiento temporal del grupo en ese lugar hasta agotar
sus recursos o bien permanecer ahí, mientras las inclemencias del
tiempo o el ataque de los enemigos, o depredadores no fueran de alto
riesgo.
Mientras permaneciera esta dinámica de migración, sin duda
dentro del grupo sólo habría crías, machos y hembras jóvenes,
extremadamente sanos. Los enfermos y los heridos serían aislados o
abandonados y el riesgo de morir sería muy alto. Si miramos a la
migración de las hordas, como un punto de inicio de la formación social,
entonces pueden identificarse tres elementos en estrecha relación que
condicionan este proceso : el tamaño de la población, el desarrollo de
tecnologías y la capacidad del ecosistema. Indudablemente el proceso
de formación social no es unilineal, al contrario, tiene una variedad de
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posibilidades. Hay evidencias de que muchos grupos fueron
poblaciones nómadas de cazadores y recolectores. Entre ellos, algunos
avanzaron en una dirección sin regreso alguno. Otros grupos de
nómadas establecieron círculos migratorios en los cuales recorrían
distintos ecosistemas. Podemos imaginar que en las temporadas de
calor, estos cazadores buscarían sus presas en las montañas altas,
en el invierno bajarían hasta el nivel del mar y entre estos dos extremos
fácilmente encontrarían otros recursos alimentarios. De esta manera
los nómadas con recorridos circulares podrían hacer uso, una y otra
vez de los recursos y espacios localizados y utilizados en sus recorridos
anteriores. Seguramente otros grupos iniciaron recorridos lineales hasta
que fue imposible continuar y de esa manera iniciaron su regreso, por
los mismos sitios por los cuales ya habían pasado o por algún otro.
Hay muchas otras posibilidades de migración pero lo importante
ahora es mencionar el resultado. Sin duda, algunos grupos continuaron
migrando hasta que se extinguieron. Unos encontraron ecosistemas
de gran capacidad y ahí se convirtieron en poblaciones sedentarias.
Otros utilizaron de manera cíclica diversos ecosistemas. Algunos más
fueron exterminados, perseguidos o expulsados, por los grupos
sedentarios, hasta lugares cada vez menos accesibles, de escasa
variedad y cantidad de recursos alimentarios. La relación básica
conduce a pensar que aquellas hordas que encontraron nichos
ecológicos abundantes, pudieron permanecer más tiempo en ese lugar
y ello propició un aumento de la población, la división del trabajo y el
desarrollo de mejores y más variadas tecnologías. Como consecuencia
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se produjo una mayor probabilidad de vivir durante más tiempo y los
adultos podían llegar a viejos. Ante este panorama no es difícil entender
el surgimiento de instituciones como la familia, el grupo, la comunidad,
el clan, la tribu, la confederación, el intercambio, el comercio, el ejército:
en pocas palabras, la organización social, política y económica de los
grupos humanos.
Podemos ahora imaginar que la salud como una capacidad
condicionada del sujeto y de su grupo, es distinta en cada etapa del
desarrollo de la formación social. De los primeros hombres que
aparecen en el norte de África sabemos que difícilmente llegaban a
vivir más de 30 años. Los restos óseos encontrados muestran que
fueron presas de animales como el tigre de dientes de sable, pero no
hay muchas evidencias sobre las enfermedades. Sin embargo
suponemos que el hombre primitivo, enfermo o herido, adoptaba la
misma actitud de los otros animales: se ocultaba y segregaba para
escapar de la agresión de los miembros de la horda o del ataque de
sus depredadores. Los Neandertales, la más famosa población
humana, vivieron en Europa, y Asia occidental hace 127 mil años y
hasta hace 30 mil años. Eran extremadamente musculosos y robustos:
piernas gruesas, articulaciones grandes, inserciones musculares más
extensas y el tórax grande y redondeado. Existen muchas evidencias
de que los neandertales eran cazadores de grandes presas. Utilizaban
cuevas o sitios protegidos como campamentos semi-permanentes
desde los cuales salían a cazar y recolectar. Los neandertales
probablemente enterraban a sus muertos como los sugiere los restos
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óseos de La Chapelle-aux-Saints, Le Moustier, y La Terrassie en el sur
de Francia. Los estudios también sugieren que estos grupos tuvieron
vidas cortas y difíciles, y que ninguno vivió más allá de 45 años. Los
más viejos sufrían enfermedades y lesiones. Los esqueletos muestran
síntomas de artritis grave en la mandíbula, espalda y caderas; pérdida
de la mayoría de los dientes y fracturas óseas, heridas, extremidades
atrofiadas, lesiones y deformidades. Todo esto muestra que los
neandertales podían sobrevivir durante largos períodos después de
padecer alguna herida o enfermedad y que posiblemente recibieron
algún tipo de apoyo o cuidado dentro de una organización social.
Hace cerca de 100 mil años apareció un nuevo tipo de humano,
el homo sapiens que parece haber coexistido con los neandertales
durante miles de años y por lo tanto con una vida similar. En algún
momento hace unos 30 o 45 mil años ocurrió un cambio importante en
la tecnología de las herramientas, los patrones de subsistencia y la
expresión simbólica a lo largo del norte de África, Europa Asia y
Australia. Los primeros fósiles humanos modernos, fueron encontrados
en el sudoeste de Francia en un yacimiento conocido como el abrigo
del Cro-Magnon, con más de 30 mil años de antigüedad.
Los pueblos del paleolítico superior (40 mil años) eran eficientes
cazadores de grandes presas como el reno en Francia y el ciervo rojo
en España. Tenían elevadas densidades de población y vivían más
tiempo que los neandertales. Los hombres llegaron algunas veces a
vivir hasta 60 años de edad, pero las mujeres apenas alcanzaban a los
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40 debido a la alta mortalidad por partos. Era menos probable que
sufrieran heridas graves y los esqueletos muestran poca evidencia de
violencia o enfermedades. Las gentes del paleolítico desarrollaron
formas de refugio y abrigo más complejas y por ello algunos
antropólogos sugieren que durante este periodo empezaron las
diferencias étnicas. En resumen, los individuos vivían en bandas de
tamaño pequeño o mediano, con base en relaciones de parentesco,
con progenitores, hermanos, primos y parientes cercanos. Existe en
ellos una práctica de dar y recibir especialmente con la comida. Hay
una división del trabajo por sexo y por grupos de edad. La organización
social es incipiente aunque puede haber liderazgo con base en las
habilidades.
Un aspecto muy importante del hombre de Cro-Magnon, se
localiza en la cueva Trois Freres, al sur de Francia. En ese sitio se ha
conservado, lo que quizá sea, la primera representación de un curador
o hechicero, vestido con pieles y máscaras. El hechicero parece
ejecutar un rito con el fin de alejar los malos espíritus, curar
enfermedades y propiciar una buena cacería. El hechicero del Cro-
Magnon pareciera ser una de las primeras representaciones de
enfermedad como una invasión de espíritus dañinos en el cuerpo, es
la interpretación mágica de la enfermedad. La salud estaba en relación
con tener o no las capacidades comunes a todos los otros miembros
del grupo. El acceso a los recursos que podían ser un beneficio para la
salud podría ser más o menos homogéneo, entre ellos, los alimentos y
la ayuda del hechicero.
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Entre los cazadores recolectores, la salud y el acceso a los
recursos corresponde a las características de cada grupo, según el
tipo de prácticas, representaciones y organización. Así, suponemos
que debe existir una representación distinta de la salud entre los
cazadores-recolectores que migraban constantemente y aquellos que
de manera cíclica salen a cazar. Sin duda el individuo sano es aquel
que puede satisfacer las expectativas propias y las del grupo en el que
se encuentra. Esta definición, evaluación y análisis son similares a los
que suponemos entre otros animales. Es decir, las diferencias se
manifiestan entre los individuos de un grupo y entre los grupos, en
relación con la organización y estratificación social. A partir del momento
en que existen relaciones entre distintos grupos de cazadores
recolectores, la salud de un grupo no solo depende del tamaño de la
población, su tecnología y su entorno sino también del tipo y calidad
de las relaciones que se establecen.
Entre los grupos de cazadores y recolectores se han identificado
algunos de sus aspectos característicos. Podemos considerar que en
estos grupos existe con mucha frecuencia periodos de escasez y
abundancia de alimentos. El objetivo de la migración es la búsqueda
de alimentos en otro lugar distinto, porque los recursos alimenticios se
han agotado. Así, la migración representa un esfuerzo mayor por lo
que es también una situación de estrés o presión. Este fenómeno de
escasez, presión y migración reduce las posibilidades de llevar en el
grupo a los individuos heridos, enfermos o viejos. Esta situación de
presión o estrés, también va reduciendo las reservas nutricionales que
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habían conseguido almacenar por medio de grasa o músculo de sus
cuerpos. Una de las alteraciones fisiológicas debido al estrés por
periodos de escasez alimentaria y por la migración es la amenorrea.
Es decir que la mujer no puede tener periodos de fertilidad regulares.
Con base en esta información se ha tratado de demostrar que uno de
los nuevos fenómenos fisiológicos en la mujer es la menstruación,
debido al cambio entre población nómada o población sedentaria.
La regulación de la obulación -menstruación- es una
característica de las poblaciones sedentarias y como consecuencia
hay un aumento de la densidad de población y con ello se modifican
nuevamente las relaciones con la tecnología, el uso y sustentabilidad
del ecosistema. Sin embargo dentro de las poblaciones sedentarias
existe diversidad en el modo de producción y apropiación de los
recursos. Así algunos grupos practican como actividad básica la
agricultura, otros la ganadería, algunos más la pesca, pero seguramente
cada uno de ellos tiene prácticas temporales que aumentan la variedad
de los recursos y en especial la variedad de la dieta.
Si bien podemos suponer que todos los grupos tienen
necesidades básicas comunes, sin duda también entre ellos existen
diferentes necesidades, expectativas, prácticas y representaciones
generadas por o de acuerdo al modo de producción y apropiación de
los recursos. De la misma manera que el modo de producción genera
distintas expectativas y prácticas, también es posible que genere
distintas formas de organización social y política. En este conjunto de
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relaciones basadas en un modo de producción, en el desarrollo de
tecnologías y en la capacidad de sustentabilidad de los ecosistemas,
se genera una representación y construcción social de la salud.
Para concluir este ensayo resulta interesante pensar en los
sistemas macro económicos y dentro de una perspectiva histórica.
Además de la formación social el fenómeno de mayor impacto en la
transformación de la organización social es sin lugar a duda el
surgimiento del Estado. La grandes civilización en África, Europa, Asia
y América sólo fueron posibles con base en la organización social y
política del Estado. Algunos ejemplos de estados, identificados en la
historia antigua son los egipcios, los griegos, los romanos, los chinos,
los aztecas y los incas. Aún cuando puede haber grandes similitudes
de la organización entre ellos (por ejemplo la práctica de agricultura, el
riego y control del agua, la esclavitud y el sistema tributario de los
pueblos, los sistemas de encomiendas, la apropiación y la colonización
de nuevos territorios), sin duda el análisis de la salud puede tener
como principal determinante el estado y la forma en que los diversos
grupos e individuos de la estructura social se relacionan con el sistema.
Al llegar el final del siglo xx, pareciera que los sistemas han desbordado
y sobre pasado al estado. Nos encontramos bajo un sistema de libre
mercado, en el cual, el capital económico impone las condiciones a los
grupos de productores, a los mercados locales, a los sistemas de
distribución y al uso y explotación de los diversos ecosistemas. De
esta manera los estados deben adecuarse a las nuevas demandas
del sistema económico mundial. Por lo tanto, la salud no puede ser un
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fenómeno independiente de este sistema. Así que el análisis requiere
de definir los grupos sociales, el lugar que ocupan en la estructura
social y las relaciones que establecen de manera vertical y jerárquica
con otros grupos y de manera horizontal con grupos similares.
Creemos que con estos antecedentes queda más explicito que
la salud es una construcción social y cultural, estrechamente
relacionada con el entorno y las condiciones que generan las relaciones
entre los diversos grupos sociales en un momento histórico
determinado. Difícilmente podemos imaginar que las capacidades
genéticas del hombre puedan expresarse de tal manera que ignoren o
se sobrepongan a las condiciones mencionadas. Los principales
indicadores de salud que nos permiten evaluar a estas poblaciones
son: la proporción de la población que logra una expresión de las
características física del grupo y que le permiten lograr una reproducción
exitosa, un mejor aprovechamiento de los recursos que brinda el
entorno. El éxito de la reproducción está con relación al crecimiento y
desarrollo de los individuos y sus capacidades, pero también a la
proporción de individuos que logran sobrevivir a las etapas de mayor
vulnerabilidad. El análisis de la salud se hace cada vez más difícil. Así,
una mujer que tiene dos o más hijos tendrá una reproducción exitosa
si todos sobreviven y si además alcanzan el crecimiento y desarrollo
promedio de su grupo. Además los individuos deben tener acceso a la
tecnología que exista en su momento, para lograr el aprovechamiento
de los recursos de un entrono que se sostiene dentro de un equilibrio
entre el consumo y la producción de energía.
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En este punto es importante señalar que podemos hacer una
evaluación y análisis de la salud de un individuo, al comparar sus
características con las del promedio de su grupo. El siguiente nivel de
análisis es conocer la proporción de individuos que alcanzan a cubrir
las expectativas. Finalmente, pero no menos importante es conocer la
situación de salud de los diferentes grupos, con lo cual podemos tener
una buena imagen de la situación de la población que actualmente
habita en un entorno determinado.
La Organización Mundial de la Salud
Durante muchos años la forma de evaluar la situación de salud fue a
través de indicadores que refieren a la morbilidad, incapacidad,
mortalidad. Para 1946 la OMS acuñó la actual definición de salud como
“La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social
siendo, no solamente la ausencia de enfermedad o un estado no
saludable”. Lo importante de esta definición es que considera que la
ausencia de enfermedad no es necesariamente un estado saludable.
También establece que hay diferentes tipos de salud: social, física y
mental. Esta definición ha sido cuestionada en diferentes aspectos,
como ¿qué quiere decir completo bienestar?; ¿qué es la salud social?
A partir de entonces, los organismos internacionales y las
instituciones de gobiernos de los diferentes países del mundo, han
tratado de estandarizar los indicadores de salud. Así, cada año se reúne
la información sobre la mortalidad infantil, la desnutrición, la mortalidad
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materna, la esperanza de vida, la prevalencia de enfermedades
infecciosas como las gastrointestinales y respiratorias. En años más
recientes se han incluido, los años de vida potencialmente perdidos,
las enfermedades crónicas y degenerativas como los diversos tipos
de cáncer, infartos cardiacos, hipertensión, diabetes y obesidad, entre
muchos otros. Así que la evaluación de la salud es a través de índices,
prevalencias, tasas, razones y proporciones de los daños a la salud.
Algunos indicadores nuevos de salud son: la cobertura de vacunación
y el acceso a los servicios médicos. Pero en general la salud se continúa
evaluando a través de indicadores de enfermedad. Sin embargo existen
algunas otras perspectivas sobre la salud, su clasificación y evaluación.
Salud y enfermedad
Según algunos autores, posiblemente el mayor obstáculo para
comprender la salud es la tendencia para observar la salud y la
enfermedad como un continuo, dos caras de una misma moneda. Sin
embargo, cada vez más el tema de la salud abarca nuevos aspectos.
En las últimas décadas del siglo xx, los gobiernos e instituciones
interesados en la salud han señalado que a pesar de los adelantos y
las grandes cantidades de dinero gastadas en atención médica, la
mayoría de las personas no son realmente sanas. Nuestra mala salud
proviene de nuestras malas costumbres: comer mucho, vida sedentaria,
ritmo de vida acelerado. Aunque también hay algunos fenómenos
sociológicos nuevos, como la revolución por la aptitud física –físico
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culturismo, los ejercicios aeróbicos– que se han extendido por muchos
países.
La salud y enfermedad son dos conceptos que pueden significar
diferentes cosas, para diferentes personas y ambos estados son
relativos. Sin embargo pueden considerarse como un continuo que
varía desde una salud extremadamente mala, cuando la muerte es
inminente, hasta un bienestar máximo o de alto nivel. De esta manera,
ni la salud, ni la enfermedad son constantes o absolutos, más bien,
son estados que cambian continuamente. Pero la salud es un estado
positivo de bienestar que incluye aptitud física, estabilidad mental y
tranquilidad social. A medida que la salud asume un significado más
positivo, la enfermedad toma una connotación más negativa. Desde
esta perspectiva, hoy en día nos inclinamos a comentar que una
persona tiene un déficit de salud en lugar de decir que está enferma.
Así la enfermedad se considera como una interrupción del proceso
continuo de la salud que se manifiesta por anormalidades o alteraciones
de la función.
Para comprender la salud se proponen dos conceptos básicos:
salud óptima y holismo. La salud óptima o función plena se basa en
que toda persona tiene un nivel óptimo de funcionamiento, que
representa su mejor bienestar posible. Lo anterior es cierto, ya que la
mayoría de las personas tiene algún tipo de déficit de salud menor, por
lo que rara vez logran la perfección en todos los aspectos de su salud
-física, mental y social- y aunque no lo consigue siempre, o en todo
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momento, cada individuo tiene su óptimo único que le es alcanzable.
Por su parte, el holismo debe considerarse en términos de su
funcionamiento total. El hombre debe entenderse como un todo. No
es posible separar los componentes físico social o mental. Es fácil
comprender que la incapacidad física interfiere con el bienestar
emocional y el social. En consecuencia, cuando se considera la salud
de una persona es necesario pensar en ella como un todo (Wilter1988).
Para completar estas ideas es importante comprender las necesidades
básicas del hombre. Si bien la salud es la capacidad para funcionar al
más alto nivel, es apropiado preguntar, ¿qué se necesita para alcanzar
el nivel óptimo de bienestar? Sin duda hay necesidades básicas,
comunes a todos los miembros de la especie humana. Así se llega a la
conclusión de que hay necesidades internas y externas. La teoría de
A Maslow hace una jerarquía de las necesidades del hombre y sugiere
que pueden ordenarse por prioridad en cuanto a su satisfacción. En
primer lugar están las necesidades fisiológicas, después las de
protección y seguridad, amor, pertenencia, estimación y realización
personal.
Otro elemento de gran importancia en esta perspectiva de salud
es la conservación del equilibrio. El individuo debe satisfacer sus
necesidades básicas y también conservar el equilibrio en un mundo
cambiante. Por lo tanto, durante su vida el individuo debe adaptarse
continuamente a los cambios que ocurren dentro de él y en sus
relaciones con el mundo que lo rodea. Para lograr esta adaptación y
satisfacción de necesidades, el hombre requiere lograr una homeostasis
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fisiológica y un equilibrio ambiental. Mientras el hombre conserva cierta
constancia en su ambiente interno, también debe lograr un equilibrio
psicosocial al interactuar con su familia, amigos, vecinos. De alguna
manera la mayoría hemos aprendido a lograr un equilibrio en las
relaciones con otros humanos de tal forma que nuestro equilibrio
psicosocial permanece adecuado.
El último aspecto que requiere esta perspectiva es poder
reconocer al estrés y a los factores causantes, como otro de los
elementos centrales de la salud. El estrés puede trasformar el equilibrio
humano, alterando ciertas estructuras, procesos o conductas. Estrés
es todo factor que altere el equilibrio del organismo. Se ha identificado
y clasificado el estrés por: privación, exceso, cambios, intolerancia.
Además hay que considerar que la reacción del cuerpo al estrés es un
mecanismo de adaptación, algunos de éstos son respuestas de alarma,
de resistencia y del agotamiento. Otros síntomas de adaptación ocurren
en sólo una parte del cuerpo. Pero en general puede haber diferencias
individuales en la respuesta al estrés y diferentes niveles de respuesta
como en los mecanismos psicológicos de defensa (Freeman, 1977).
Definiciones alternativas de la salud
La salud del individuo es un conjunto de sistemas y subsistemas
interconectados de la condición interna, las propiedades continuas, la
capacitación de mejoramiento, entrenamiento y recuperación de las
funciones y mecanismos eficientes, para sortear las tensiones químicas,
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físicas, infecciosas, psicológicas o sociales, durante las diferentes
etapas del crecimiento y del desarrollo, en la vida cotidiana, así como
en momentos extraordinarios.
La salud puede clasificarse dentro de cuatro tipos
complementarios: A) La salud fisiológica, como un mecanismo
neurosecretor para manejar el estrés. B) La salud inmunológica, que
corresponde a la capacidad para responder específicamente. C) La
salud mental, psicológica y social, en retroalimentación con su grupo y
con otras especies. D) La salud social del individuo es concebible solo
dentro del contexto de su comunidad y su cultura.
La cultura también es un contexto o marco general compuesto
de creencias, prácticas y representaciones que se transmiten
paulatinamente de manera incompleta de generación en generación,
de padres a hijos y se relaciona horizontalmente con otras culturas y
sub-culturas. Dentro del contexto cultural y físico en que viven – o han
vivido– cada uno de los grupos humanos, se construye la salud por
medio de sistemas y subsistemas de salud, a través de las condiciones,
capacidades y mecanismos de protección, mantenimiento, soporte,
nutrición y respuesta del útero materno, el abrigo, el hogar, la madre,
la familia y el grupo social, las tradiciones y prácticas así como la
pertenencia y adscripción.
Si bien todos los organismos están genéticamente adaptados a
un ambiente específico, la mayor adaptación del hombre es
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sociocultural ya que el propio ambiente es construido a alta velocidad
y con poca guía y tendencia futura. Por lo tanto constantemente el
hombre intenta adaptarse a las nuevas condiciones generadas. Bajo
estas situaciones combinadas, es posible identificar cierta tolerancia o
plasticidad constante, que se va desarrollando por las tensiones que
provienen o penetran mediante nuestro mecanismo de protección,
mantenimiento, soporte y respuesta. Es decir , la salud es un proceso
plenamente adaptativo de los individuos, los grupos y sus mecanismos,
éstos últimos son comparados con los capullos.
Es importante comprender el sentido que tienen los capullos en
esta perspectiva. El autor menciona que el capullo es un entorno
adaptativo de ambientes y micro-ambientes interrelacionados de
protección, nutrición y capacitación. Los capullos son elementos que
condicionan el ambiente y entorno de los individuos en diferentes etapas
de la vida. El primer capullo es el útero que protege y nutre al feto.
Otros capullos son también, el vestido, el hogar, el grupo, las
instituciones y de manera más importante, la cultura. Los capullos son
procesos socioculturales que permiten la adaptación genética. Los
capullos son procesos socioculturales de amplio rango en su dinámica,
que propician un entorno para la adaptación lenta y paulatina de la
expresión genética. (Audy 1971)
Uno puede prever que ninguno de los capullos goza de total
confianza, debido a que es posible que se convierta de un mecanismo
protector, a una vía de entrada para las agresiones y tensiones. Por
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ejemplo, el capullo maternal puede ser un círculo protector o un
determinante del deterioro y muerte del recién nacido. Así, estas esferas
o capullos pueden quedar sujetos a cambios que causan un deterioro
y desgaste de la salud. (Ver esquema 1)
Con esta perspectiva, la salud es medible por el grado de
protección necesitado para conservar constantemente un estado físico.
Los tres centros de observación y evaluación de la salud son: A) La
exposición de los grupos a la adversidad, desafíos o tensiones
temporales como son el abandono, la escasez, sequías, contaminación,
epidemias y preñez, entre otros. B) La distribución diferencial de la
enfermedad en grupos específicos en los cuales se presentan menos
periodos de enfermedad. C) La tolerancia o resistencia a una prueba o
tensiones específicas, en la cual las observaciones pueden evaluar la
capacidad de recuperación después de una exposición determinada.
Así quedan en observación, los cambios de los niveles de salud de un
individuo en momentos diferentes.
La persona sana puede revisarse y evaluarse según a) el grado
de compensación para cualquiera de las fallas existentes, b) por las
cantidades de reserva física y mental del individuo, c) por la
predisposición del individuo a un problema futuro. Nuevamente, el
resultado puede quedar dentro de las siguientes cuatro posibilidades:
1) Individuos cuyo estado de salud cuenta con reservas para satisfacer
sus preferencias y deseos. 2) Individuos cuyo estado de salud es un
umbral y sus reservas son reducidas. 3) Individuos cuyo estado es
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saludable debido a la compensación, para un defecto que puede ser
interno o externo, por ejemplo con anemia, desnutrición o sin familia.
4) Los individuos saludables pero que tienen alguna predisposición al
deterioro, de forma paulatina o repentina, por ejemplo por su tipo de
personalidad, estilo de vida, somatotipo y comportamientos de alto
riesgo.
Nos parece que esta perspectiva tiene muchos elementos
valiosos, por lo que vale la pena subrayar algunos aspectos, por
ejemplo: la salud como propiedad continua, es también una función de
la eficiencia de los mecanismos del sistema homeostático. La salud
permanece durante y después de la enfermedad. La salud hace un
proceso de adaptación para las tensiones; estas pueden ser positivas
o negativas y su origen puede ser endógeno o exógeno.
El organismo individual también es parte de un sistema o
ecosistema mayor, como en el caso del embrión y el feto. De esta
manera la salud incluye a los procesos protectores, o capullos, tales
como el útero y la capacidad y recursos de la madre para adaptarse a
los peligros y circunstancias ambientales.
A manera de conclusión y como propuesta, consideramos que
es posible entender y estudiar a la salud como el resultado de un
proceso de adaptación entre las prácticas y representaciones
socioculturales, las condiciones económicas y políticas, el desarrollo
tecnológico y la capacidad de sustentabilidad de los ecosistemas.
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Visto de esta manera, la salud no es un proceso terminado, por el
contrario está cambiando y modificándose de acuerdo al entorno, en
un momento histórico determinado.
(Nota)
* Audy J. R. 1971. Define la salud en términos de “envolturas, protecciones, equilibrio,
tensiones, privación y saciedad.
Referencias
Audy J. R. 1971. Measurement and diagnosis of health. In: Shapartd, Paul and mckinley,
Daniel. Environ/mental; essays on the planet as a home. Boston, Houghton-Mifflin.
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