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8/19/2019 Aprendiendo a Ser Sumisa
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Aprendiendo a
ser sumisaUn regalo para mi AmoPor Dhanko - www.juegosbdsm.com
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Aprendiendo a
ser sumisaPor Dhanko - www.juegosbdsm.com
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Índice
Presentación 07
Tabús y miedos 10
Los roles 12
El rol de Amo/a 12
El rol de sumiso/a 13
El rol switch 15
Bases para la práctica 16
Consenso y Metaconsenso 16
Contratos 17
SSC 18
Palabra de seguridad 19
Los nombres en el juego 21
Tipos de relaciones 22
Relación estable de pareja 22
Relaciones profesionales 23
Relaciones de amistad 23
Relaciones virtuales 24
Relaciones 24/7 25
Relaciones sexuales BDSM 26
Sesiones eróticas de poder 27
Rituales Y S ímbolos 28
El collar 28
Marcas y tatuales 28
Ceremonia de iniciación 29
Ceremonia de iniciación de luna 30
Vivir y sentir la sumisión 44
Sumisa Vs esclava 45
No tengo Amo ¿Cómo encontrarlo? 46
¿Qué debo conocer de mi Amo? 47
Conocerme como sumisa 48
El test 50Muestra de un test o cuestionario 51
¿Qué es el dolor? 63
Conocer los límites del dolor 64
Jugando con mi Amo 66
Definición de roles 66
Límites, gustos y fantasías 67
Búsqueda de nombres 68
Palabra de inicio y seguridad 69
Protocolos básicos 72
Posiciones de una sumisa 76Qué espera una sumisa, qué ofreceun dominante 77
Cómo aceptar una orden 78
Entrada, salida y permanendia en el
rol 79
Formas de comunicación 80
Los preambulos del juego 82
Los inicios de sesión 84
Un pequeño resumen 89
Practicas BDSM 90
Privación de la visión 93
Pinzas 95
Azotes 100
Azotes con la mano 104
Ataduras 107
Cera 110
Humillación 113
Despedida 117
El autor 118
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Presentación
Querida amiga, hoy tienes entre tus manos un pequeño manual basado en
mi taller “Aprendiendo a ser sumisa” que tanto éxito tiene entre las seguidoras
de mi web.
Aunque existen muchos “amos” que critican mis enseñanzas, soy consciente
(porque conozco los resultados) que pequeñas ayudas, vistas desde el matiz
dominante, hacen que ese acercamiento a la llamada “sumisa perfecta” sea
buscado por muchísimas mujeres para ofrecer a sus parejas de juego eseapreciado regalo.
Bajo mi humilde experiencia, no debe existir un patrón o protocolo estable-
cido que deba ejecutarse en todos los casos por igual, pero sí que existen
unas normas muy sencillas que siguiéndolas, daremos a nuestro Amo las
armas necesarias para que también sepa acoplarse a vosotras de forma fácil
y siempre bajo el prisma del juego BDSM.
Este pequeño manual lo dividiré en t res partes, en la primera par te te hablaré
de todo lo que considero como base fundamental del BDSM, visto desde un
punto de vista conjunto de Amo y sumisa. En la segunda parte entraremos en
materia más concreta tocando todos aquellos puntos que considero funda-
mentales para “Aprender a ser sumisa” basados en mi taller. Y en la tercera
parte hablaremos de algunos juegos básicos y prácticas, viendo, bajo mi pris-ma, cómo puedes hacer que la conexión con tu Amo sea perfecta.
Bien, mi querida amiga, espero que sepa comunicarte por escrito lo que se
me da bien oralmente, aun así ya sabes que puedes comunicarte conmigo
para cualquier cosa a través de mi web ww w.juegosbdsm.com.
Un afectuoso saludo.
Dhanko.
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Fundamentosdel
BDSM
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Tabúes y miedos
Los miedos y tabúes son los puntos más importantes que debo abordar cuan-
do me encuentro por primera vez con una mujer que se siente sumisa y que
nunca ha experimentado el juego BDSM. El nerviosismo se palpa, ha visto,
leído, pero nunca ha practicado, le atrae, le excita pero no sabe qué se encon-
trará si se entrega a algún dominante que no conoce a la perfección.
Cuando vienen a mis talleres me han llegado a decir incluso “pero si eres nor-
mal y encantador” sí, para reír la verdad, pero te aseguro que lo he tenido que
oír. Y todo ello es porque desde el exterior, el mundo BDSM se ve como algosucio, algo hecho solamente para enfermos de mente, seguro que has oído
eso alguna vez, o incluso si has visto alguna práctica extrema lo has pensado,
o quizá, sin que sea algo extremo, el hecho de considerarte sumisa ya te hace
pensar que no eres normal. No temas, eres mucho más normal de lo que
parece, eres más normal que muchos de esos que solo aparentan y critican,
que lo sienten pero que no son capaces de dar un paso para descubrirse
realmente por miedo a saber que hay algo escondido, que no aceptarán nun-
ca, que es suyo.
Llevo mucho tiempo intentando desmitificar este mundo y de ahí que me vean
como persona “normal”, los que no están dentro y, en cambio, que me vean
como “mal Amo” muchos de los que dicen serlo. De hecho, me cuesta mu-
cho más trabajo dar explicaciones y convencer de que aquello que se ha leídopoco tiene que ver con lo que se vive y en cómo se siente, que en enseñar las
bases e iniciar a cualquier persona en este mundo.
Ha hecho mucho daño tanta información, pero hasta ahora se ha hecho con
un fin, que no todo el mundo pudiese conocerlo, que no se convirtiese en
algo común. Siempre se ha querido salvaguardar el BDSM y apartarlo para
poder seguir siendo algo tremendamente misterioso al alcance de muy pocos
y sectario.
Es interesante ver las cosas así, por supuesto, pero no está nada mal dejar
que la gente conozca otras formas de disfrutar de los juegos que se apartan
del sexo vainilla (se llama sexo vainilla en argot “bedesemero” al sexo conven-
cional) y además que lo hagan a su ritmo, a su medida, sin metas ni grandes
logros. Por eso estoy aquí, para ayudarte a conocer y a partir de ahí lo puedas
vivir libremente y a tu manera.
El mundo BDSM es tan amplio o tan sencillo como tú quieras que sea. Te lo
voy a comparar con el denominado “sexo vainilla”. En el sexo, puedes simple-
mente dedicarte a hacer el misionero o puedes llegar a tener una vida sexualliberal. Todo cabe si la pareja lo admite, tríos, intercambios de pareja, orgías...,
cada uno decide, y el BDSM es lo mismo. Tú marcas tus propios juegos y lle-
gas hasta donde quieras llegar, es así de simple.
Por ello, no hay que tener miedo, hay que tener la mente abierta, por supuesto,
pero no busques el reflejo de nuestro juego en las cosas más extremas.
En los últimos tiempos, hemos tenido la gran suerte de que libros de éxito
mundial han acercado nuestro juego quizás más a la normalidad, enmasca-
rado con historias de amor, pero que han hecho que ya no se vea tan com-
plicado, perverso o sucio. Yo lo veo en mis talleres y sesiones, se me acerca
mucha más gente, están algo más abiertos a aprender qué es esto del BDSM
y cuando ven lo que es, ven el cielo abierto. En muchos casos, incluso, ven la
salvación a una relación al borde de la ruptura, ven nuevas ilusiones que bien
conducidas volverán a crear el vínculo necesario para que todo funcione casi
a la perfección.
Recordemos que para jugar es importante la comunicación, la con-
fianza, la entrega, la libertad de expresar fantasías, el amor y la sin-
ceridad absoluta con la pareja de juego.
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Los Roles
Vamos a hablar de los roles, de su importancia y de cómo llegamos a esta-
blecerlos.
Existen básicamente dos tipos de roles: dominante y sumiso. Sobre este res-
pecto debemos aclarar que hay quienes se encuentran cómodos desem-
peñando tanto un rol como el otro y a este tipo de personas, en el lenguaje
BDSM, se les considera switch (ambivalente).
No olvidemos nunca que hablamos en todo momento de un juego, tampoco
olvidemos que la finalidad es disfrutar y que todo lo que te haga sentir bien,
tanto a ti como al compañero de juego, está permitido.
El rol de Amo/a.
No es más que el rol dominante en una relación BDSM, nunca hay que con-
fundirse con el denominado “puto amo”, de hecho es el rol más complicado
de ejercer si se quiere hacer bien. El Amo debe denotar fuerza e inspirar res-
peto a la parte sumisa. Del mismo modo, el Amo, siempre debe velar por la
seguridad del sumiso o sumisa, pero nunca dejando de lado su papel. En los
talleres que imparto de formación de Amos, siempre intento que entiendan
la enorme responsabilidad que en ellos recae. Un Amo puede ser la perso-
na más sensible y amorosa del mundo, pero llegado el momento del juego
BDSM tiene que notarse su fuerza y seguridad. Una caricia y un azote no es-
tán reñidos.
Muchas veces me he encontrado con el “master” que llega al taller de forma-ción de Amos, diciendo que lo sabe todo, que lo que quiere es experimentar
con una sumisa, que tampoco es tan difícil hacer un poco de spanking y echar
cera, entre otras prácticas, así que le digo, ¡adelante! ¡enséñame lo que sabes
hacer!... Entonces es cuando se les cae todo encima, no saben cómo empezar,
cómo proceder, qué hacer ante una sumisa a la que no conocen, no hablan,
simplemente piensan en ejecutar sin importarles, ante todo, la parte sumisa y
sabiendo que ese hecho no va a aportar lo que debe a ninguna de las par-
tes.
La facilidad con la que los dominantes, ya sean ellas o ellos, que no están for-
mados, cogen un juguete, látigo, por ejemplo, es impresionante. Un arma que
denota quién manda aquí, pero no todo es tan elemental ni tan fácil. Cuando
un llamado Amo sea obedecido por alguien casi desconocido (sumis@) por
solo un simple gesto, por una palabra, por una mirada, entonces podrá ser
llamado AMO, así en mayúsculas y merecedor de su significado.
Otro apunte muy personal sobre los que se llaman “amos” sin serlo: bajo mi
prisma, un Amo solamente puede llamarse así cuando tiene una posesión y
esa posesión sin duda debe ser una sumisa, en caso contrario simplemente
es un dominante, concepto que no entienden y que tiene una explicación tan
sencilla como la que acabo de darte.
Sí, mi querida amiga, como puedes ver, este es el rol más complicado, es el
rol que hace que todo funcione a la perfección y que se disfrute al 100% del
BDSM o por el contrario que sea un verdadero desastre y un cúmulo de malas
experiencias para ambas partes. Por todo esto insisto en su correcta forma-
ción, en que hay que formarse, hay que ser consciente de que nadie nace
enseñado ni con las capacidades desarrolladas, hay que tener paciencia y
sobre todo ser conocedor de quién está en nuestras manos.
El rol de sumiso/a.
Mi primera frase debe ser clara, este rol siempre tienen el mando del juego,
ya irás entendiendo el porqué. El sumiso, debe ser el bien más preciado del
dominante y, por ello, hay que cuidarlo como si fuera el juguete favorito, enten-
diendo que si se rompe ya no se podrá jugar más con él.
Parecerá una contradicción la frase con la que hemos empezado a descubrir
el rol sumiso, ¿verdad? ¿Cómo puede ser que un sumiso lleve el mando?
Pues es muy sencillo, el sumiso es el que indica al dominante a qué intensi-
dad, forma o nivel es capaz de jugar.
Imaginemos que estamos en un nivel de inicio, si el dominante no es capaz de
ir a este nivel y hacer que el sumiso vaya descubriendo y ampliando el margen
del juego, no se puede seguir adelante porque las experiencias van a ser ne-
fatas para ambas partes y mucho perores para la parte sumisa. Teniendo en
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cuenta todo lo dicho y para evitarnos males peores, vamos a empaparnos de
información, vamos a ir despacio y a conocer antes de actuar.
Muchas veces me encuentro con sumisas que lo son porque necesitan buscar
el equilibrio perfecto en sus vidas. Esto es así, quizá podríamos decir que el
BDSM es una buena terapia que hace que las personas se sientan equilibra-
das y que gracias al juego se mejoren muchas vidas y, sobre todo, muchas
mentes (aunque por el desconocimiento global pueda parecer todo lo contra-
rio).
La mayoría de sumisas que vienen al taller de “Aprendiendo a ser sumisa” o
simplemente a una sesión, me comentan que en casa son ellas las que tienen
que llevar la voz cantante, que en el trabajo tienen puestos de responsabilidad
que les hace estar todo el día en tensión y vienen porque necesitan buscar
ese yin o yang que les equilibre emocionalmente.
Quiero trasladar también esta búsqueda del equilibrio a cualquiera de los roles
del juego, tanto dominantes como sumisos. La necesidad de encontrar el equi-
librio puede ser muy válido, no es quizás el que más valoro personalmente,
ya que para mí, la pureza sumisa está en el alma sumisa por excelencia, pero
esto es una opinión muy personal.
Resumiendo, cualquier decisión que te haga sentir bien es totalmente acepta-
ble y si te ayuda a mejorar no sólo es aceptable sino que es aplaudible.
¿Qué he querido decir con “alma sumisa”?. No creas que es fácil de expli-
car, quizás parezca un tanto lioso entenderlo por la sencillez de lo que es. Un
alma sumisa es aquella que pertenece a quien siente lo que es, quien vive su
papel, quien ama la sumisión y siente orgullo de ser quien es, nada le influye
para tomar ese rol; es la persona que no busca un mero disfrute en un juego
donde el Amo es quien lleva la voz cantante sin más, sino que prácticamente
otorga todo el poder a la parte dominante para el placer mental, físico y sexual
de ambos.
El rol de Switch.
Al inicio de este capítulo ya hemos hecho una pequeña referencia a este tipo
de rol pero para ser organizados vamos a darle su espacio.
Switch se define como el rol cambiante, aquel que algunas personas pueden
aplicarse y que les aporta igual placer siendo dominantes o sumisos. Hay pa-
rejas que me han venido a los talleres y aplican el “hoy mandas tú, mañana
mando yo” y se lo pasan “teta”, es otra opción. Es quizás algo más superficial,
no tan profundo pero sin duda eficaz. Tengamos claro que si algo ayuda a
mejorar y enriquece nuestra relación sea del tipo que sea, debemos darlo por
bueno.
Existen grandes Dominas que en sus principios han sido sumisas, ellas entien-
den perfectamente ese sentimiento sumiso y por ello son buenas en lo que
hacen, entienden el dolor, entienden la entrega y, por ello, pueden hacer vivir
de forma extraordinaria la sumisión.
Del mismo modo ocurre con dominantes que se han convertido en sumisos.
Tengo un amigo que ha pasado de ser un gran Amo, muy bueno como tal,
a ser sumiso. Cuando se descubrió como sumiso me lo hizo saber y me dijo
“ahora que me he visto el culo ya sé lo que soy”, bueno, supuse que quería
decir “me gusta ser sumiso y no lo cambio”, o algo así, porque nunca más
me ha explicado nada como dominante. Este caso no se puede considerar
como switch ya que juega con un único rol pero sí lo era durante el proceso
del cambio.
También me vienen sumisos que en realidad son dominantes, pero que ante
la falta de poder practicar como Amos, quieren vivir tanto este mundo que lo
hacen como sumisos, y lo disfrutan enormemente. Todo ello nos demuestra
que este juego, no es más que eso, un juego que podemos disfrutarlo desde
cualquiera de sus vertientes.
Lógicamente, puedo ser criticados por “puristas del BDSM” pero como siempre
digo, me da exactamente igual. Si somos capaces de hacer entender a las
personas que hay muchas formas y maneras de disfrutar al máximo y con
normalidad del sexo no convencional, me es suficiente.
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Bases para la práctica
En este apartado vamos a hablar de varias cosas a tener en cuenta, pero no
vamos a profundizar en muchas de ellas porque, recordemos, estamos en un
manual para aprender a ser sumisa y lo importante es saber que hay unas
normas que seguir para que el juego sea seguro y sano. Irás viendo que este
mundo puede ser tan complejo como quieras pero también verás que tenien-
do unas bases sólidas y bien asimiladas el resto es añadir y completar.
Durante este capítulo veremos conceptos como los que conocerás a continua-
ción, que es el consenso y el metaconsenso, hablaremos de contratos y nor-mas que harán que el juego adquiera una mayor seriedad y por supuesto
mayor morbo y, dicho sea de paso, seguridad. Hablando de seguridad, cono-
ceremos qué significan las siglas SSC y la importancia de la palabra de segu-
ridad o interruptor de apagado. Otro apartado considerado primordial, sobre
todo si quieres vivir este mundo como un mundo paralelo en el que tú eres
otra persona y no quieres ni confundirte ni identificarte con quien realmente
eres, es la importancia del nombre.
Teniendo en cuenta todo lo anteriormente expuesto vamos a conocer un poco
más sobre ello.
Consenso y Metaconsenso
Hay dos formas principales para el buen funcionamiento en un juego BDSM
lo que se denomina bajo “consenso” y bajo “metaconsenso”. ¿Qué es? y
¿cuál es la diferencia entre ambos conceptos?. Bien, jugar bajo consenso,
nos implica seguir unos parámetros marcados por un contrato (que veremos
a continuación) y una negociación de los límites establecidos donde, tanto la
parte dominante como la parte sumisa, tienen potestad para parar el juego en
cualquier momento, con la llamada palabra de seguridad que más adelante
descubrirás. El metaconsenso va un poco mas allá. Es un concepto al que yo
llamo confianza absoluta de la parte sumisa hacia la dominante. Aunque se
respeten los límites pactados, solamente la parte dominante tiene potestad
para parar el juego. Este tipo de funcionamiento solamente debe realizarse
con el conocimiento absoluto del sumiso y lógicamente, repito una y mil veces,
sobre los límites pactados. Si no se conoce ni se confía absolutamente en la
parte dominante siempre se debe consensuar la sesión o el juego.
Contratos
Hay mucha literatura sobre este punto. Las parejas preguntan, ¿Por qué tengo
que firmar un contrato con mi mujer, novia, amante? En realidad aunque lo pa-
rezca no es nada absurdo ni ridículo, es parte del juego. Es tan simple como lo
quieras ver o tan complicado como lo interpretes. No deja de ser una simbolo-
gía que recoge pactos y límites, es quizás una forma de respeto superior a la
palabra dada en un momento concreto. Un contrato BDSM puede ser revisado
las veces que haga falta y su redacción puede ser tan abierta como ambas
partes consideren oportuna.
Sobre este punto marizaré para ayudarte a entender o responder a esa pre-
gunta que hacíamos anteriormente y verás que aquello a lo que no damos
importancia tiene mucha más de lo que parece. Recordemos que las cosas
entre la pareja a veces se tuercen.
Hace cosa de un par de años, un amigo (muy buena persona te lo puedo
asegurar), recibió una demanda de malos tratos de su pareja. Ambos eran
practicantes de juegos BDSM y con eso de que es un juego y que no hace
falta porque hay confianza nunca firmaron ningún contrato. Durante la sepa-
ración, para presionar y poderse quedar la vivienda, ella le interpuso la de-
manda. Por suerte él tenía correos, fotografías de los juegos y argumentos
que podía aportar, en el caso de llegar a juicio, para demostrar su inocencia
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y explicar que lo que practicaban juntos era BDSM y no malos tratos. Aunque
la cosa parecía complicada, ella entró en razón, quizá el exponer un juego así
delante de desconocidos y poder llegar a quedar retratada la hizo entrar en
razón y retirar la demanda.
Quiero dejar claro con esta explicación que el maltrato me causa nauseas,
pero también es injusto que por darle a tu pareja aquello que ella te pide,
puedas terminar en prisión, ya sabes aquello que se dice “del amor al odio se
pasa con muchísima facilidad”.
Evidentemente el hecho de firmar un contrato no nos da libertad para nada
que no esté reflejado en él, tampoco nos puede exculpar de delito ya que notiene validez legal pero sí moral y puede ayudar en casos como el que he
expuesto anteriormente.
El contrato solamente es una forma digamos de seguridad y rigor en beneficio
de las dos partes.
Mi consejo... redactarlo y firmarlo siempre. Para darle más elegancia e impor-
tancia hazlo bajo una ceremonia de iniciación (más adelante te hablare de su
importancia).
Un último consejo, no cuesta nada hacer las cosas bien.
SSC: Seguro, sensato y consensuado
Una vez desvelado el secreto de las siglas poco más puede decirse. Es de
libro que siempre debemos hacer las cosas con sensatez y de forma segura,
si algo no lo ves claro no lo hagas. Se dice que el juego BDSM debe ser SSC,
siempre.
Hay personas a las que les atrae tener orgasmos en un grado de asfixia
alto, a mí como Amo, en sesiones, me lo han pedido y sin embargo nunca lo
he hecho, creo que no es sensato; pones al límite la vida de la otra persona
y esa responsabilidad no la quiero para mí. Ni hagas nada que no te haga
sentir segura ni dejes que nadie lo haga contigo. Y por supuesto, todo juego
debe ser consensuado de inicio. Cuando te digo consensuado es bajo los dos
participantes, si algo no está lo suficientemente claro debe hablarse y llegar a
un acuerdo intermedio, si es necesario, a eso le llamaremos pactar y consen-
suar.
Palabra de seguridad
Ya comentamos en la entrada del capítulo que esto era muy, muy, importante.
La palabra de seguridad es aquella palabra, inventada por alguna de las par-
tes y dada a conocer por ambas, que nos hace tener el control absoluto deljuego.
En el momento que una de las partes la diga (siempre que estemos bajo
consenso) el juego deberá parar, de inmediato, y por supuesto nunca hay que
recriminar que se haya dicho y que por ello se haya dado fin al juego, no hay
que enojarse por ello.
Es aconsejable, por no decir necesario, que el que haya dicho la palabra de
seguridad y haya parado el juego dé explicaciones del porqué se ha dicho.
Conocer los motivos nos ayudará a entender, rectificar y mejorar.
También debes tener muy claro que la palabra está en poder de los jugadores
y quizás creas que no se dice por miedo o algo parecido, no te preocupes si
llega el momento que se tenga que decir se dirá.
Cuando empezamos a jugar mi sumisa y yo, ella pillaba unos cabreos increí-
bles, porque yo, ante su actitud o sus gestos de dolor, cortaba el juego y ella
simplemente me decía ¿pero he dicho la palabra de seguridad? A lo que yo
le respondía que no, lógicamente. Así aprendí a respetar que la palabra de
seguridad está para el momento en el que alguna parte cree que se debe
decir, mientras no se diga, el juego puede continuar.
Debo decir, así por lo bajo, que mi sumisa nunca la ha pronunciado en juegos
entre los dos solos y sólo una vez con terceras personas. Quizás nos conoce-
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mos tanto que nunca nos haga falta esa palabra de seguridad, pero sé, sin
duda, que si algún día por cualquier circunstancia quiere decirla, la dirá y eso
me da total tranquilidad y confianza.
La palabra de seguridad debe ser algo sencillo y fácil de recordar, como rojo,
fuego, sangre, etc., da igual la que elijas pero que sea sencilla de recordar
para las dos partes.
Hay un detalle que vamos a remarcar. Imagina que estás en medio de la se-
sión, la parte sumisa lleva una máscara, una bola en la boca, una mordaza,
etc., algún elemento que impide hablar y por supuesto vocalizar la palabra deseguridad, entonces ¿qué podemos hacer?. Como hablamos de que este
juego es SSC, pues vamos a prever cualquier detalle y subsanar posibles pro-
blemas. Vamos a pactar una señal o vamos a ir preguntando, quitando ese
elemento que nos impide vocalizar y emitir palabras, de forma que vamos a
asegurarnos de que todo está bien y que podemos seguir disfrutando, am-
bos.
Recuerda:
El dominante siempre debe velar por la parte sumisa y tenerlo todo
controlado, ES SU RESPONSABILIDAD.
Como ves, ya vamos conociendo muchas cosas y sentando las bases para
que pronto empieces a disfrutar como sumisa del juego BDSM.
Hasta este punto, entendemos más o menos qué es el BDSM, ya podemos
tener definido nuestro rol, ya hemos visto las bases más sencillas para la
práctica, ahora vamos a otro punto fundamental como son los nombres para
el juego.
Los nombres
Importantísimo también es definir un nombres que nos aporte fuerza, que nos
defina, que nos haga entrar en el juego y que nos separe de la monotonía. Es
un elemento clave para nuestra relación BDSM, pero quizás lo más importan-
te es poder separarnos del mundo real, alejarnos de alguna forma clara de
nuestra vida cotidiana.
En el juego yo tengo potestad de castigar a mi sumisa (siempre bajo los lími-
tes establecidos y marcados por ella), pero bajo ningún concepto sería capaz
de hacerle daño a mi mujer, mi mente no me lo permitiría y aún menos micorazón. El hecho de tener unos nombres diferentes a los reales nos hace po-
der separar realidad y ficción, el juego es el juego y nuestra vida de pareja es
totalmente diferente a ello.
Supongo que no pensabas que luna se llamaba luna y yo Dhanko en la vida
real... ¿o sí?.
Y para culminar este capítulo, un consejo para ti, si con quien juegas es con tu
pareja. No tiene que ver con el nombre, consenso SSC, palabra de seguridad,
etc., sino que es un consejo basado en la experiencia, que puede ser una de
las bases para el juego pero de lo que no se habla en los libros:
Nunca juegues si estás enfadado con la pareja en tu vida real. Si noeres capaz de apartarlo de tu mente, si hay algún problema entre la
pareja, si hay rencor o temas sin aclarar es desaconsejable iniciar el
juego. Siempre hay que solucionar cualquier atisbo de enfado antes
de iniciar el juego, de lo contrario se volverá en tu contra.
Resumiendo, si tu mente no está bien, no juegues al BDSM. Es mejor esperar
que no poder volver a jugar, es mejor no jugar a que exista cualquier detalle
que pueda destrozar tu vida de pareja.
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Tipos de relaciones
En este apartado no vamos a descubrir la panacea para la felicidad ni para
un estado idílico y perfecto sino que revisaremos los tipos de relaciones que
existen y la forma en cómo se viven dentro del BDSM.
Si ya somos complicados individualmente cómo no va a serlo aún más si vivi-
mos con una pareja estable. Evidentemente cada pareja es un mundo distinto
así como cada individuo, si hacemos un subgrupo dentro de la propia pareja,
por ello, si nos encontramos en este estado tenemos tres opciones o tipos de
relaciones posibles:
• Con la pareja: Haciendo partícipe a la pareja y jugar con ella.
• Con Profesionales: Andando el camino en solitario haciendo uso de
profesionales como puedo ser yo, como Amo.
• Con amigos: También podemos encontrar amigos o amigas con quie
nes poner en práctica este juego ya sea de forma física o de forma
virtual.
Dentro de estos tres grandes grupos existen subgrupos o tipos de juegos bá-
sicos que suelen practicarse.
Vamos a analizar estas relaciones y ver cómo funcionan o cómo pueden fun-
cionar de forma general. La importancia de este capítulo se basa en quepuedas descubrir cómo o con quién poner en práctica el juego BDSM, dónde
buscar y qué hacer cuando encuentres a tu pareja de juego.
Relación estable de pareja
Sin duda, y como te comentaba anteriormente, para mí la relación con pareja
estable es la ideal. En esa relación puedes considerar que lo tienes todo, no
hay nada mejor que jugar con nuestra pareja, ya que este tipo de juego une
de forma increíble. La relación es algo más que perfecta porque no hay se-
cretos, no hay fantasías ocultas, cualquier juego se puede proponer, no hay
mentiras y la sensación de tenerlo todo existe. Lo único imprescindible es te-
ner ganas de hacer partícipe a tu pareja y que los roles encajen, pero aún no
siendo así, hay sistemas para que las parejas puedan disfrutar del BDSM sin
tenerlo que hacer por separado.
Relaciones profesionales
Como su nombre indica no es más que buscar a un/a profesional para poder
vivir el BDSM. Muchas sumisas que me visitan tienen claro que sus parejas
no quieren jugar, aman a su pareja por encima de todo, pero necesitan esos
momentos para sentirse realizadas, que por otro lado es totalmente lícito y
respetable. Opino que si no tuvieran esa válvula de escape, la relación de pa-
reja se rompería. También me visitan sumisas sin pareja que desean vivir este
mundo, les atrae pero no tienen con quien practicarlo, así que intento que lo
vivan en su máxima plenitud. Todo es permisible si entra dentro de nuestros
límites. Intento realizar esas fantasías que sé que nunca podrán llevar a cabo
y... ¿por qué no realizarlas si se puede?, por cierto, ¿tienes alguna? Piensa...
Relaciones de amistad
Muchas veces he juntado a gente con intereses afines que no se habían en-
contrado, sobre todo en mis talleres o fiestas multitudinarias, que hago un par
de veces al año. Allí se conocen todo tipo de personas y siempre encuentran
con quién jugar. Me visitan amantes que no se atreven a insinuar a su pareja
estable este tipo de juegos y prefieren buscar a quien le ocurre lo mismo, jue-
gan entre ellos, con sus parejas estables solo viven el sexo de forma vainilla.
En muchas ocasiones me cuentan que no son capaces de hacer entender a
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su pareja que quieren ser sumisas, por ejemplo, sienten el miedo a que ese
rol les invada para siempre y pierdan su parte igualitaria de pareja o, para
más rizar el rizo, perder la falsa personalidad. Hay quien entiende que esto no
es así y finalmente consigo que hablando con su pareja lleguen a jugar entre
ellos. También hay quien se niega a hablar con la pareja de forma rotunda y
con total seguridad, porque saben que no hay nada que hacer, a ni tan si-
quiera plantearlo y por ello directamente buscan a esos llamados “amigos de
juego”.
Como ya te he comentado, este juego es adictivo. Conocer a alguien con quien
disfrutar plenamente del BDSM resulta peligrosísimo porque une, engancha,libera y completa. Cuando tienes a quien te puede aportar todo lo anterior-
mente te he dicho, si no hay una unión fuerte y especial con tu pareja estable,
puede hacer que se desestabilice esa relación y te plantees un cambio.
Por todo esto no voy a cansarme de decir que debemos intentar hablar de
todo con la pareja, sin miedo, con tacto, con cariño y respeto y si aún así no
se consigue entonces decide, pero nunca antes de haberlo intentado, porque
ahora ya estás avisada del posible riesgo de ruptura.
Relaciones virtuales
Este es un tema complejo, muy complejo, y por ello voy a dejar patente mi
punto de vista desde la parte dominante. Una relación virtual no es pensar
que tengo una sumisa, le doy una orden, la ejecuta y me quedo tan ancho.
Una relación virtual necesita mucho más esfuerzo que una física, necesita
que nuestra dominación llegue con tal fuerza que produzca placer por sí sola.
Si nunca lo has vivido, quizás no puedas entenderme pero voy a intentar ex-
plicarme de forma muy clara.
En este tipo de relación, y quizá más que en cualquiera de las otras que ya he-
mos visto, necesitas conocer tan bien a tu compañera de juegos que te verás
involucrado de tal manera que te producirá un enganche increíble.
Debemos pensar que las relaciones virtuales “puras” no de divertimento, in-
tensifican, sin duda alguna, los sentimientos.
Si tienes una sumisa virtual, piensa en su soledad, piensa en que debes
llenarle de tal forma que esa soledad se traduzca en adicción hacia ambos
y, por supuesto, piensa que tendrás un enganche hacia ella que quizás te
supere.
Mi consejo es que si tienes pareja y la amas no juegues a esto, siempre que
lo sientas y lo hagas intenso, porque el final puede volverse en tu contra, no
siendo en absoluto lo que andabas buscando.
Piensa que te entregarás en cuerpo y alma, te dará todo lo que anhelas y eso,querida amiga, conlleva un gran peligro.
Para mí es la relación más compleja, he tenido varias experiencias y excepto
una que encontró en su pareja al Amo perfecto, todas han sido muy compli-
cadas y finalmente cesaron por motivos ajenos al BDSM.
Relación 24/7
Se denomina así a este tipo de relación porque significa que vivimos el BDSM
24 horas, los 7 días a la semana.
Imagínate estar metida siempre en tu rol, piensa en si podrías disfrutar de to-
dos esos pequeños momentos “únicos e irrepetibles” que muy poco a nada
tiene que ver con el BDSM, con tu nuevo papel, piensa en esos pequeños
matices que nos hacen vivir plenamente cada minuto de nuestros días...
No critico una relación 24/7, porque en una época de mi vida quería vivirla
así, eran mis principios y todo era nuevo para mí, por ello buscaba poder con-
seguirla. Pero me di cuenta (en uno de mis viajes en el que me acompañó
mi sumisa de aquel entonces), que me dejaba vacío, sí, tenía aquello que
había buscado, pero me faltaba la persona, me faltaba poder reír, hablar,
sentir, dejarme llevar también... Ese viaje me hizo analizar las cosas buenas y
las cosas malas que tiene considerar el 24/7 como una forma de vida (en su
2524
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más estricto significado). Me ayudó a entender que, si no quieres aborrecer el
marisco, no debes alimentarte solamente de él; si tienes variedad en tu dieta
podrás disfrutar de todos los platos como si los comieras por primera vez y sin
que pueda repercutir negativamente en tu salud.
Si no quieres que el BDSM se vuelva contra ti, si quieres disfrutarlo, que no te
haga daño, saboréalo y deséalo, practícalo a pequeñas dosis y de vez en
cuando intensamente, aunque sea de forma breve...
Parejas de juegos, Am@s, sumis@s, han fracasado en el BDSM justo por que-rer vivirlo así. Cuando algo se vuelve monótono y una forma de vida puede
llegar a aburrirte, pero es algo muy personal y la decisión, al final, siempre
es tuya. Cuando me insisten mucho, aconsejo hacerlo por días, pero no más
que eso, en un día puedes experimentar muchas cosas y sabes que al día
siguiente tendrás de nuevo a tu pareja para reír, hablar y disfrutar juntos de la
convivencia y ser tú por completo.
Relaciones sexuales BDSM
Aunque parezca mentira, hay personas que entienden el BDSM como “follar
con dureza”, respetable sí, pero es un error confundir el sexo duro con lo que
estamos hablando.
Lógicamente el juego BDSM yo lo considero, en base, un juego sexual cuan-
do lo realizamos en pareja, pero tiene todos los ingredientes de juego BDSM,
¿que puede terminar en sexo puramente? sí, por supuesto, pero después de
disfrutar plenamente de un montón de prácticas. Por ello defiendo que no es
un criterio adecuado decir que se practica BDSM cuando lo que se practica
es simplemente sexo duro.
Los juego sexuales BDSM son muy placenteros, la mezcla del dolor con el pla-
cer puede hacerte llegar al éxtasis. Mi sumisa se vuelve loca cuando, con las
pinzas puestas en sus pezones y en su vagina, la penetro y mientras azoto sus
nalgas, disfruta de ese placer del dolor y del propio placer del coito.
Se pueden realizar infinidad de juegos, ya sean previos o durante el acto
sexual, pero eso es otra historia que debe ser siempre pactado con tu pareja
de juegos.
Sesiones eróticas de poder
Una sesión erótica de poder es muy simple, en mis fiestas y talleres siemprelo pongo en práctica.
Cada uno acude con su rol definido y, sin realizar ningún tipo de práctica, se
desarrolla el juego. No es más que hacer bien patentes y diferenciados los
roles. Es impresionante ver como los Amos o Dominas, vestidos con sus ro-
pas protocolarias en la mayoría de los casos de color negro, sienten el poder
sobre los sumis@s sin tocarlos, eso se palpa, se huele y se crea un ambiente
intenso.
En otras ocasiones organizo cenas con amigos y establecemos ese tipo de
sesiones, l@s sumis@s nos sirven y están en todo momento pendientes de los
dominantes, digno de película. Si nunca lo has vivido te lo recomiendo, cuando
sepas que eres capaz de jugar y no juzgar, acude a alguna de estas fiestas o
cenas que seguro existen en tu círculo BeDeSeMero.
Vistos los tipos de relación en los que nos podemos mover ahora analizaremos
un poco los símbolos, rituales y la simbología BDSM. Te relataré la ceremonia
de iniciación de mi sumisa y lo importante que fue para nosotros, algo que
siempre recomiendo a todas las parejas, sean estables o no, que quieran que
su relación sea tan emblemática como una boda tradicional.
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Rituales y símbolos
El BDSM nos permite poder recrearnos en el uso de elementos que nos apor-
tan mayor morbosidad y seriedad a nuestro juego, elementos como el collar,
la ropa, las marcas y los tatuajes nos introducen de forma casi instantánea en
este maravilloso juego. Hablemos un poco sobre ellos.
El Collar
Es quizás el símbolo por excelencia en el juego BDSM, el collar puesto a laparte sumisa nos introduce en el juego de forma inmediata. Particularmente
lo consideramos esencial y algo muy personal, es como regalar un anillo de
prometida. Siempre recomiendo que sea la parte dominante quien lo regale.
El collar de mi sumisa es algo único y muy personal, ese fue mi regalo para
nuestra ceremonia de iniciación, que en este capítulo podrás conocer. El collar
debe ser algo muy valioso, por lo que representa, no por lo que cuesta. Más
que un elemento de juego, lo considero una ofrenda de la sumisa al domi-
nante al llevarlo puesto, marcando una pertenencia absoluta al Amo. En años
atrás, en los que he tenido sumisas virtuales, mi deseo ha sido que ellas mis-
mas lo realizaran con sus manos para empezar nuestros juegos y cuando nos
hemos visto en persona yo les he regalado su collar, elegido por mí y que han
llevado siempre que hemos jugado, sea de forma virtual o real.
Marcas y tatuajes
Este tipo de símbolos es algo muy personal, hay dominantes que desean
que sus sumisas queden marcadas con un tatuaje muy especial. Yo, parti-
cularmente, no comparto esa opinión, considero que aún siendo Amo de mi
sumisa no tengo ningún derecho a marcarla para siempre, o... quizás sí, todo
el derecho pero no quiero y te explicaré el porqué.
Creo que el tatuaje tiene que ser algo muy personal y que nunca se te pueda
volver en contra, hoy puede ser tu sumisa, ¿pero mañana?, quién sabe. Por
ello mi consejo es no obligar y dejar pleno derecho a decidir si desean reali-
zarte ese regalo o no.
Un tatuaje o una marca evidentemente puede ser no vinculante al BDSM,
en mi caso, sí que tenemos decidido uno para mi sumisa, no es un símbolo
BDSM, es algo que nos aporta a los dos, que tiene un gran significado que,
por otra parte, si algún día dejáramos de ser pareja o de jugar entre nosotros,
pasará totalmente desapercibido como símbolo BDSM y siempre aportará ungrato recuerdo.
Cabe decir, que supone un morbo muy especial saber que tu sumisa está
marcada, que te pertenece en cuerpo y alma, pero debemos valorar siempre
a la persona y en los cambios que nos puede traer la vida, por ello considero
que como te decía antes, ha de ser una decisión muy personal, pensada,
meditada y muy deseada por la parte sumisa. Aún hoy mi sumisa me suplica
hacérselo... seguiré pensándomelo y dejar que suplique un poquito más.
Ceremonia de iniciación o rituales
Un punto importantísimo en una relación BDSM, y sin duda muy poco valo-
rado, es la ceremonia de iniciación.
Es un r itual clave para sentir esa unión irrompible que se puede llegar a crear.
Es como una boda, llena de ilusión, de buenos deseos y que te marca para
siempre. Una ceremonia de iniciación bien elaborada se recuerda gratamente
y se convierte en el punto de partida de una unión difícil de romper.
Ahora sí que quiero compartir contigo, querida amiga, nuestra ceremonia de
iniciación, relatada por mi sumisa y que seguro que hará que valores igual que
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nosotros ese día que fue tan especial. Espero que la disfrutes.
Ceremonia de Iniciación de luna como sumisa (por luna)
Esa noche sería el momento, mi gran momento... Dhanko, (que hasta más
tarde no podía ser llamado “Mi Señor”) me citó a las doce de la noche en lu-
gar especial. Un hotel que no se puede considerar típico ni “normal”, porque
ni se encuentra en la gran ciudad, ni tan solo en sus cercanías, ni es una
edicación, digámosle actual o moderna, tampoco es un lugar fácil de en -
contrar en cualquier población. Se encuentra a 100 kilómetros de nuestras
respectivas residencias, bueno, de la mía estaba un poquito más cerca. Yo
ya había oído hablar de él y visitado sus alrededores, aunque nunca antes
había estado en su interior.
Desde la cima de una pequeña montaña, desde su trono, resta vigilante el
paso de los años, envejeciendo silenciosamente y alimentándose de nue-
vas historias que siempre deberán ser calladas y que guardará por siempre
en su interior. Un castillo propiedad a lo largo de su historia de Señores,
Duques, Vizcondes y Condes; reformado y transformado; castillo, fortaleza,
casamata, residencia de nobles y poderosos...; edicio de Patrimonio Histó -
rico Español conocido con el nombre de una de las familias que lo habitaron
y que con igual nombre se bautizó al pueblo que besa sus pies...
Sus piedras, muchas de ellas pertenecientes al inicio de su historia que data
en el siglo VIII, aún desprenden ese aroma a misterio por todo lo que han
vivido durante la Edad Media y períodos posteriores. De entre las paredes,
asoman los espíritus que dejaron risas, gritos, llantos, música, sonidos que
recuerdan torturas y luchas. Se pueden llegar a sentir las emociones que
recuerdan su larga historia que cuenta exuberantes estas señoriales re-
pletas de lujo y lujuria, amor, felicidad...; que cuenta batallas, odio, sangre,
dolor y muerte...; que cuenta el inicio del poder y de la sumisión entre amos
y esclavos; historia que cuenta en silencio mil historias.
Empecé, a modo de ritual, a prepararme para mi gran noche. Las 21’30 de
un 19 de octubre del mejor de mis años. Me sentía realmente nerviosa, ex-
citada, capaz de notar cada uno de los latidos de mi corazón. No sabía qué
me esperaba, solo sabía que lo que fuese, lo deseaba intensamente. Hoy
era el día de mi coronación, del inicio de mi reinado como sumisa y sierva
del mejor de los Amos, el hombre con más poder sobre mí, el hombre con
el que toda sumisa seguro que ha soñado en algún momento, el hombre al
que amaba y sigo amando por encima de todo.
Me sentía fuerte y poderosa, deseada y amada, bella y frágil, orgullosa y en-
vidiada, eufórica y feliz. El espejo reejaba un rostro de mujer serena, pero
mi cuerpo temblaba y con más intensidad a medida que iban pasando los
minutos e iba acercándose la hora.
Necesitaba relajarme así que me preparé una tila, me senté en el sillón de
la sala cómodamente y me puse Chill Out, mientras me tomaba la infusión.
Estuve sentada durante algo más de media hora hasta que me sentí más
tranquila. Ya anteriormente había intentado cenar pero me fue imposible
comer nada, los nervios no me dejaron llenar el estómago, por lo que ahora,
aunque me sentía mucho más calmada, no insistí.
Eran las diez, así que creí oportuno empezar a prepararme con mimo para
el evento. Cada movimiento debería ser pensando en él por lo que cada
paso debía ser efectuado para poder ser entregado en su honor.
Me preparé un fabuloso baño muy caliente, con sales aromáticas y me intro-
duje en el agua; permanecí sumergida mientras disfrutaba de un cigarrillo y
una copa de vino tinto, un Ribera de Duero, me encanta. Acto seguido, me
dediqué caricias por todo el cuerpo enjabonándolo con una suave esponja
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natural. Cuando salí de la bañera me sequé y volví a adorarme con una
crema hidratante que contiene ese aroma que me hace ser reconocida por
quien ha estado cerca de mí, mi propia esencia, mezcla de aromas que me
identican.
Me lavé la cabeza, los dientes y me puse hidratante en la cara. Me maquillé
del mismo modo que en el resto de mi preparación, con gran cuidado, in-
tentando no enmascarar la naturalidad, intentando ser yo, pero remarcando
aquello que tiene mayor fuerza en mí, mis ojos. Lo conseguí, me sentía más
bella que nunca, me sentía una mujer especial, pero sé que no era por el
maquillaje sino por la felicidad que transmitía todo mi ser, lo cual se podía
ver reejado en mi rostro.
Sequé mi pelo y no lo peiné, dejé que él mismo decidiese cómo quería estar
y su decisión me pareció algo más que perfecta, lo cual agradecí, ya que en
ocasiones es rebelde, haciendo honor a la característica personal de quien
lo posee.
Empecé a vestirme. Él me había pedido asistir vestida de negro, mejor de
una pieza, con vestido sin grandes cuellos, simple, sencillo y práctico para
poder ser quitado con facilidad; con ropa interior del mismo color, medias y
zapatos de altos tacones. Las medias las dejé para el último momento, ya
que me conozco y siempre salen heridas de entre mis manos. Pensé que
hoy las debería colocar con guantes y con más cuidado que nunca.
Lo logré, todo estaba perfecto y yo lista para salir de casa...unas gotas de
mi perfume, una última respiración profunda a la que le acompañó el sonido
de un suspiro y, bolso en mano, cerré la puerta del apartamento y me dirigí
hacia el parking. Eran las once y veinte, tiempo suciente para llegar al hotel
sin tener que pisar demasiado el acelerador.
Durante el viaje mil pensamientos bombardeaban mi mente, mil emociones
inundaban mi alma, pero no dejé que nada de ello me poseyera como para
romper la magia que desde todo el día me había acompañado. Las mari-
posas revoloteaban en mi interior, el nerviosismo se hacía cada vez más
evidente, temblaban mis manos y se aceleraba mi corazón...
Llegué a la puerta del castillo y paré el motor. Pensé que él estaría allí para
recibirme e indicarme qué hacer, pero no fue así. Dos hombres vestidos con
traje oscuro y camisa negra se acercaron hasta el coche. Eran enormes, con
semblante serio, uno de ellos con perilla, con pelo corto y negro, el otro pa-
recía más joven aunque llevaba la cabeza totalmente rasurada y era difícil
denir su edad. Dos hombres que desde luego imponían, reejaban misterio
y causaban respeto. Uno de ellos, sin preguntarme ni el nombre, simple-
mente diciéndome que Dhanko le había pedido que viniera a recogerme,
me acercó su mano como invitación para que le acompañase. Así lo hice. El
otro se sentó en el vehículo y se lo llevó para aparcarlo a lo que no puse nin-
guna objeción, claro está, habían nombrado la palabra mágica “Dhanko”.
Acompañé al que me lo pidió, hasta una sala del hotel y me hizo sentar en
uno de los dos majestuosos sillones que la amueblaban. Al cabo de unos
minutos apareció su compañero y se unió a nosotros. Se quedaron de pie,
a mi lado, uno a la derecha y el otro a la izquierda, quietos, serios, como
esperando al “Gran Señor” del reino mientras protegían a su amada...
Yo me sentía contrariada, no sabía si podía preguntar y tenía un montón de
preguntas por plantearles. Toda esa situación alimentaba mi nerviosismo,
así que decidí observar y esperar el siguiente paso. Mientras tanto, dedi-
qué el tiempo en intentar sentir la historia de lo que se podía haber vivido
en esa sala. Imaginé a honorables hombres tratando asuntos importantes.
Imaginé posesiones de señores a esclavas, historias de amantes, imaginé
que podría haber sido un lugar para que los “locos bajitos” jugasen y no
correteasen libres por el castillo molestando a toda la corte, imaginé... Mien-
tras imaginaba, observaba la sala... sus paredes de piedra, las cortinas de
terciopelo y color granate, los muebles que dejaban escuchar el sonido de la
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carcoma royendo sus entrañas. No se oía nada más, solo el silencio.
Habrían pasado unos diez minutos, desde que mi mente volaba y mis ojos
observaban para poder volar con más libertad, hasta que apareció él.
Entonces desperté con un sobresalto para situarme de nuevo en el lugar y
en la historia real. Mi corazón dio un vuelco y sin que nadie me lo pidiese,
me puse de pie, fue un acto reejo, no pude dominarlo. Los dos “gigantes”
me pidieron sentar y se adelantaron para saludar a su amigo. Una vez se
saludaron él se acercó hasta mí y acariciándome la mejilla, me besó con
gran dulzura en los labios.
Dhanko me ofreció su mano para incorporarme y me puse de pie. Me con -
templó durante unos segundos y me dijo: “bien... todo está perfecto”.
Cogiéndome de la mano me hizo acompañarle hasta una habitación, nos
seguían los “hombres de negro”.
Recorrimos varios pasillos, algunas de sus paredes eran de piedra, otras
pintadas de granate intenso, pero todas ellas adornadas de cuadros, puer-
tas de madera oscura. Pasamos por alguna sala en la que podía contemplar
su interior; en alguna de ellas se veían estanterías con libros, ornamentos
de bronce y plata, sillas y sillones con telas e imágenes de estilo gótico.
Subimos un par de pisos con lo cual llegamos al último de los que disponía
el castillo. Una vez llegamos a la puerta de la nueva habitación, se me soli-
citó esperar fuera. Ellos desaparecieron dentro, yo mientras seguía obser -
vando, nerviosa, excitada, expectante, esperando el siguiente paso. Todo
esto era nuevo para mí, no para el resto del grupo, o al menos, realizaban
cada movimiento como si hubiesen estudiado hasta el último detalle de lo
que debía ser todo el ritual.
Se abrió la puerta y salieron mis dos “amigos”. Me invitaron a entrar...
La habitación era perfecta, algunas de las paredes eran de piedra, otras
pintadas. Una cama con dosel era la protagonista de la estancia. El resto de
la decoración, era de estilo medieval, acorde con el entorno y el lugar. A un
lado de la habitación habían dos señoriales sillones rodeando una pequeña
mesa de hierro forjado y de forma ovalada. Me esperaba sentado con un
papel entre sus manos. Rápidamente deduje que era el documento que
contenía los pactos redactados días antes, por los dos, pactos meditados y
consensuados, los cuales hoy íbamos a jurar cumplir.
Pasó el papel a uno de sus amigos, al de mayor edad, entonces entendí
quiénes eran, representarían a los testigos, las personas que darían testi-
monio del juramento. Desde luego que era un ritual efectuado en toda regla,
con el máximo de respeto, seriedad y gran protocolo.
Después de un frío silencio se prosiguió a dictar los pactos que fueron escu-
chados con total atención por las cuatro partes. Una vez leídos y aprobados,
seguidos por una tímida y dulce sonrisa por mi parte y por una mayor serie-
dad pero brillo de felicidad absoluta en sus ojos, por la suya, me ordenaron
incorporarme para su rma. Me colocaron en medio de la sala, ante la gran
cama y frente a un espejo en el que podía verme reejada de cuerpo entero.
Los dos testigos me quitaron la ropa, lenta y cuidadosamente, dejándome
totalmente desnuda. Cuando acabaron, uno de ellos, y supongo que sabien-
do mi ignorancia ante tal ritual, me dijo:
- En cuanto Tu Señor se sitúe ante ti, se te prohíbe mirarle a los ojos. ¡re-
cuérdalo sumisa!-
¿Recuérdalo sumisa? ¡Para él mi nombre debía ser luna! Eso fue lo que en
un primer momento pasó por mi mente e hizo que mi rostro dejase de ser
dulce, pero pensé “luna, tranquila... no rompas la magia, por hoy compórta-
te, guarda tu ego, encierra a esa mujer que habita en ti, vuelve a ser quien
debes ser, juega y disfruta del momento...”
Entonces volví a entrar en mi rol y ello hizo que me volviese a sentir feliz,
dichosa... se me iba a colocar mi deseado collar, iba a culminar mi “puesta
de largo”, sin ropa y con un cuerpo desnudo. Iba a empezar a vivir “mi nueva
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vida dentro de un maravilloso juego”, una vida que compartiría con la vida
real, monótona, aburrida y que daría la luz que necesitaba desde hacía mu-
cho tiempo.
Recogieron mi pelo y lo apartaron de forma que a Mi Señor no le costase
colocar mi precioso collar. Se situó frente a mí y me miró dedicándome una
casi inapreciable sonrisa, aparté mi vista de él y bajé la mirada, asintiendo
con ello a su colocación. Una vez colocado alrededor de mi cuello me bau-
tizó con mi nombre, luna, sumisa luna (luna, a partir de entonces, sería el
nombre con el que se conocería a la el amante y servidora de su Amo y
Señor Dhanko, pero debo confesar que luna se entregó muchos días antes,
sin rituales, sin collar, sin ceremonia, sin testigos. Ya le pertenecía por com-
pleto meses atrás).
Recuerdo que mi excitación era máxima, sentía la humedad resbalar de en-
tre mis piernas... lo cual me hacía sentir incómoda por creer que igual nadie
lo podría entender. Supongo que inuía todo, el lugar, el ritual, el sentirme
desnuda y observada minuciosamente por los tres hombres imponentes y
misteriosos, el sentir mi total entrega, el no saber qué iba a ocurrir.... Con lo
cual esa excitación se hizo más que evidente.
Una vez colocado el collar, el semblante de Mi Amo cambió, se tornó más
serio y autoritario, vi perfectamente cómo se introdujo de lleno en su papel...
me apetecía seguir observándole y poder vivir y nutrirme de su felicidad,
pero no debía hacerlo, él ya no era, digámosle...”normal”, así que yo debía
meterme en el mío y hacer lo correcto, que en esos momentos era reejar
mi sumisión, tal y como me habían recordado anteriormente.
Para sellar mi total entrega, a modo de compromiso por todo lo pactado,
mi Señor me tenía preparadas varias pruebas... Recuerdo que temía el si-
guiente paso, aunque sí, lo esperaba, pero temerosa ya que pensé que
serían una pruebas difíciles de soportar en una sesión. Sabía que pondría
a prueba mucho de lo pactado y que algunos puntos aún no los habíamos
puesto en práctica. Sería una nueva prueba quizá tanto para él como para
mí, un acto que signicaría rubricar el juramento por ambas partes.
Mi Señor pidió a sus amigos que procediesen...
Me acompañaron hasta los pies la cama y me dejaron de pie, delante de
ella. Me ordenaron abrir mis piernas, las cuales ataron con cuerdas a las pa-
tas del lecho, cogieron mis manos y me ataron por las muñecas por encima
de las barras del dosel. Cuando se aseguraron de mi inmovilidad y perfecta
atadura se retiraron. Un silencio absoluto invadió la sala... nadie se acerca-
ba, nadie se movía, me parecía estar sola aunque notaba la miradas de los
tres clavadas en mí, expectantes, como lobos contemplando y estudiando a
su presa antes de atacar.
Sentía el corazón en mi sexo, lo sentía bombear, con lo cual sabía que es-
taba haciendo de las suyas...que estaba dejando salir, para ver la luz, hilos
de seda tejidos desde mi interior, húmedos sólidos y transparentes, hilos de
seda que evidenciaban mi gran excitación.
La espera no se hizo larga, un latigazo en mi espalda me hizo retorcer por lo
inesperado y repentino ya que el dolor no fue intenso. No pude saber quién
de ellos tres había sido el ejecutor. Le siguió un segundo más intenso, un
tercero..., en ese instante levante la cabeza y vi a mi señor delante de mí,
con los ojos clavados en los míos. Vi aquellos ojos que estaba deseando ver
toda aquella noche, llenos de poder, de aquel negro intenso que es difícil ex -
plicar si no los tienes delante de ti, eso me excitaba aún más. Clavé mis ojos
en los suyos y así seguí, sabiendo que no podía hacerlo, sabía que, mien-
tras le mirara, él no diría que parasen, así que dejé de contar para poder
centrarme y aguantar el dolor sin gritar...No recuerdo los que fueron, pero
llegó un momento en el que no pude aguantar más y le pedí que parasen.
Dhanko se acercó, me besó. Al instante y posterior a ese beso, su rostro se
tornó enfurecido y me recordó que yo no podía pedir, que sólo podía pronun-
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ciar una palabra, la palabra de seguridad, nada más.
Lo entendí, lo mismo que entendí que me había metido de lleno y que si
quería seguir, debía cumplir con mi juramento o simplemente revocarlo, no
había más opción. Las medias tintas se habían acabado a partir de ese mo-
mento. Así que asentí con la cabeza y baje mi mirada sin mediar palabra.
Me desataron las manos y los pies y me ayudaron a tumbarme en la cama,
mi espal- da estaba totalmente marcada y eso me hacia estremecer; era una
mezcla extraña, sentía dolor, me sentía llena de rabia, de deseo, de querer
terminarlo todo, de pedir que siguiera y no terminara nunca, aquel descon-
cierto me daba vida y me descolocaba por tanta contrariedad.
Miraba la estancia, podía oler el poder que de ella manaba, poder de tantos
siglos siendo testigo de amores, oídos, pasiones, dolor, y todo aquel conjun-
to me excitaba más aún. Uno de los hombres se acercó a mí con una venda
de seda negra entre sus manos y tapó los ojos. Aquella sensación no me
gustaba, necesitaba ver qué ocurría a mi alrededor, pero nuevamente cerré
los ojos y esperé..., sentí cómo acariciaban mi sexo, con mucha dulzura,
cómo secaban los restos de mi excitación pasada. Aquel instante fue dife -
rente y me ayudó a olvidarme del dolor de mi espalda marcada. No pensé
qué podía venir a continuación.
Alguien agarró los labios de mi vagina y iba colocando pinzas en ellos, pinzas
que me mordían con fuerza. Mientras, mis pezones también eran castigados
por unos alados dientes, supuse que me acariciaban con una alada es-
puela. No podía ver quién tomaba mi cuerpo y esa incertidumbre hacia que
me dejara ir todavía más. De pronto se acercaron a mi oído, era Dhanko,
que con dulces palabras me dijo:
-luna, mi niña, ya me perteneces en este mundo, eres mía para siempre, te
quiero y sé que sabrás hacerme tan feliz como yo a ti .
Aquellas palabras entraron tan dentro de mí que la seda negra, que hacía
mis ojos prisioneros, secó las pequeñas lágrimas que brotaron. Ya no me
importaba quién, ni qué me estaban haciendo o iban a hacer, mi Señor es-
taba conmigo, feliz por tenerme, eso era lo único que me importaba en ese
momento.
Pasó un rato, no pude saber cuánto porque perdí la noción del tiempo. Me
levantaron la cabeza con cuidado y quitaron la venda de mis ojos, al abrirlos
nuevamente vi a mi Señor mirándome jamente a los ojos, me besó muy
dulcemente en los labios y se retiró.
Ordenó a sus dos amigos que me levantaran y me ataran nuevamente, como
cuando me azotaron, mi Señor estaba sentado delante de mí jugando con un
cuchillo que llevaba entre sus manos; sus ojos desprendían poder, recuerdo
que sentí miedo, nunca antes habíamos jugado a ello y esa incertidumbre
no me gustaba nada, así que no baje la mirada y mi Señor se enfureció. Se
levanto del sillón y ordenó que me azotaran nuevamente, advirtiéndome que
si no bajaba la mirada seguirían azotándome hasta que lo hiciera. Así que
noté el cuero, de nuevo, en mi espalda, parecía que habían adquirido más
fuerza que las anteriores, pero era debido a las marcas del primer castigo.
Sentía rabia por la poca piedad de mi Señor, sentía tanta ira que ella misma
me daba fuerzas, mi rebeldía era más fuerte que el propio dolor. Las gotas
de sudor surcaban mi cara y acariciaban mi pelo. Mi Señor colocó pinzas en
mis pezones; eran unas pinzas un tanto especiales, ya que tienen dientes y
si tiras de la cadena que las une causan más dolor si cabe y que se añade
a la propia presión. Era una verdadera tortura, el dolor ya era insoportable,
pero aún y así mi Señor tiró de la cadena hacia abajo, así que nalmente
dejé de retarle con la mirada.
En ese instante, me levantó la barbilla, me besó nuevamente y me miró a los
ojos ofreciéndome una suave sonrisa de complicidad y satisfacción.
Me sentía extasiada y me dejé hacer, cerré los ojos y noté el frio metal del
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cuchillo recorriendo mi cuerpo... mi cuello, mi pecho, lo que quedaba libre
de mis pezones porque aún llevaba las pinzas puestas, mi abdomen, mi
sexo, todo fue recorrido lentamente por aquella hoja alada que marcó toda
mi piel. Después de estar un rato jugando con el cuchillo, se dirigió a sus
amigos y les pidió una vela negra, la encendió y fue derramando gotas en mi
pecho, aquello me enfureció por segunda vez durante la noche, no sopor -
taba aquel calor concentrado y... levanté la cabeza con mirada desaante
hacia mi Señor. Me agarró del pelo por detrás y me dijo que no le mirara, de
nuevo mi rebeldía se apodero de mí y sin mostrarle temor alguno le dije que
NO, cosa que le enfureció aún más. Pidió a sus amigos que me desataran y
me colocaran en el lateral de la cama, me ataron las manos con cuerdas que
salían del otro lateral y mis pies a los pies a la patas laterales, quedando con
las piernas abiertas, con mi espalda y mi culo a merced de ellos.
Sabía que por tercera vez sería azotada, o... algo mucho peor, pero me
equivoqué, mi Señor estaba muy rabioso con mi actitud así que me dejó allí
un rato, yo no sabía qué iba a sucederme, me desconcertó. No sé el tiem-
po que pasó, ellos desaparecieron de la estancia un buen rato, mi mente
lloraba, lloraba de rabia, de miedo, de temor, no podía hacer otra cosa que
esperar.
Al rato entró uno de los testigos y simplemente me preguntó si había pensa-
do en mi error, si había recapacitado, le dije que sí y le pedí que le transmi-
tiese que no volvería a pasar. Dhanko entró en la habitación seguido de su
otro amigo, me levantó la cabeza por el pelo y ordenó que me desatasen.
En aquel instante no entendía nada, me tenían nuevamente a su merced,
podían castigarme pero eso no ocurrió.
Me condujeron al baño y me introdujeron en la bañera. Aquellos dos hom-
bres de los cuales nunca hemos vuelto a hablar, bañaron mi cuerpo con
dulzura, primero pasaron sus manos, luego me recorrieron con una esponja
suave e impregnada de un jabón con un aroma que nunca olvidaré. Me se-
caron con sumo cuidado y me dieron una especie de bata muy transparente
de color negro, me ordenaron maquillarme y que cuando estuviera lista,
saliese del baño.
Así lo hice, me maquille aún con manos temblorosas y cuando terminé, me
dirigí a la habitación. En ella solamente estaba Dhanko, una botella de vino
tinto y dos copas.
- Ven mi niña, todo ha terminado,- me dijo tendiéndome su mano para que
me acercara.
Me senté en sus rodillas, me quitó lentamente el collar y me ofreció una
copa. Brindamos sonrientes felices por nuestra nueva unión, nos besamos
excitados y empezamos a hacer el amor con más pasión que nunca.
El nal nunca es predecible.
luna {Dk}
¿Increíble verdad?, algo que siempre recordamos como muy especial y que
sin duda valoras cuando los problemas se acercan a ti.
Es como mirar tu anillo de boda y saber que aquella mujer te pertenece para
siempre, que todo fue maravilloso y que aún perdura.
Creo que ahora entiendes por qué insisto tanto en la importancia de la cere-
monia, es una experiencia inolvidable, solemne y que cada vez que la leo se
me pone el vello de punta.
Es sencillo, deja volar tu mente, créala a tu manera, piensa en ambos y hazla
especial, con eso es suficiente, intenta vivirla porque seguro que nada tiene
que ver con leerlo.
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Conceptosbásicosde la
sumisión
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Vivir y sentir la sumisión en el juego BDSM
Bien mi querida amiga, si estamos aquí es porque realmente te sientes sumi-
sa, necesitas aprender a serlo y tu sueño es poder entregarte a tu Amo y que
él se sienta orgulloso de ti .
No temas no es complicado, el primer paso ya lo tienes realizado y es el de
saber que lo eres y que realmente quieres aprender.
A lo largo de mis años de experiencia se me han presentado sumisas que
me han dicho “Señor vengo ante usted porque no sé si soy sumisa y quiero
iniciarme para saber si es lo que quiero”, te aseguro que es perfectamente
normal. Muchas sumisas idealizan sus roles porque han leído, visto o imagina-
do la sumisión per fecta, aquella que hemos visto por ejemplo en la tr ilogía de
Grey, pero esa literatura, mi querida amiga, poco tiene que ver con la vida real.
Por ello existe ese miedo o temor a entregarse sin saber que experimentaré y
con quién. Quizás es mucho más sencillo, como me dicen, hacerlo con alguien
que sabe lo que toca y así no tener malas experiencias. El planteárselo a sus
parejas, hacerse ilusiones y recibir una negativa como respuesta es demasia-
do frustrante.
Si tu caso es de total convencimiento ya tenemos mucho ganado, por lo cual
avanzaremos de forma más sencilla hacia lo que es para mí “la sumisa per-
fecta”.
No debes nunca mezclar tu sentimiento sumiso con tu personalidad. En mi
opinión, querer ser sumisa debe ayudarte a completarte como persona pero
nunca marcarte en tu día a día. Te puedo asegurar que las mejores sumisas
son las que consiguen equilibrar su parte dominante con su sentir sumiso.
Lo más importante es que vivas y sientas tu sumisión cuando consideres que
estás jugando, eso es lo que te hará saborear las mieles de tu rol, y te hará
disfrutar plenamente de esos momentos, “siente tu sumisión cuando ne-
cesites sentirla, vívela cuando realmente necesites equilibrarte”.
Sumisa Vs esclava
Muchos dominantes confunden esos términos y son claves para que sepas
distinguir entre uno y otro.
Bajo mi prisma, el valor de la sumisa (cuando debemos diferenciar estas dos
palabras), es que ella decide qué quiere, en qué forma y a qué intensidad, y
realmente para el Amo que ama a su sumisa, le hará plenamente feliz saber
que todo lo que él está realizando, de una forma u otra, está causando placer
a su compañera de juegos. Si planteamos a la sumisa como esclava mera-
mente, sus deseos quedan apagados, dejando potestad absoluta al Amo.
Es cierto que todos los dominantes y todas las sumisas podemos tener fanta-
sías sobre juego con esclavas. Seguramente hemos visto series en televisión
tipo Spartacus que nos han hecho soñar con momentos así. Pero como te de-
cía en el capítulo anterior, eso no es la vida real, y dejar nuestra vida en manos
de terceros es tremendamente peligroso si no los conocemos plenamente o
confiamos ciegamente en ellos.
Hace cosa de un año realizamos una fiesta con la temática Spartacus, fue
con amigos habituales y, créeme, fue increíblemente morbosa. Aún así, antes
de la fiesta, todos los dominantes nos reunimos para hablar de los límites de
nuestras sumisas para que todo se desarrollase bajo consenso absoluto. Por
esa noche sí que nuestras sumisas se convirtieron en esclavas pero fue la
mera interpretación de un papel en un marco espectacular y excitante.Debo decir también que muchas veces he tenido discusiones con sumisas
porque me argumentan que para ellas la magia de la sumisión está en entre-
garse de forma absoluta a su Amo. Ni siquiera quieren oír hablar del test (del
cual te hablaré más adelante), y ellas sí que quieren entregarse como escla-
vas, pero en el 99’9 % de estos casos su entrega está pensada por ellas en
la parte exclusivamente sexual (deducción mía), y eso, mi querida amiga, no
es ser sumisa ni esclava con un sentir BDSM.
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No tengo Amo, ¿Cómo puedo encontrarlo?
Recibo multitud de correos de sumisas haciéndome esta pregunta, así como
muchísimos correos de dominantes, pidiéndome que les ponga en contacto
con sumisas y mi respuesta siempre es la misma, NO DEBO HACERLO.
Para empezar, debes entender que yo no puedo asumir esa responsabilidad,
lo hice en una ocasión y toda la vida me perseguirá el sentimiento de culpa
por poner en juego la vida de una sumisa amiga mía en manos de un “tarao”
que se creía cuerdo. Por suerte me di cuenta, gracias a que ella me explicaba
las vivencias con él y yo veía detalles que no me gustaban para nada e intuía,
por sus palabras, que si iba a más acabaría mal, así que le aconsejé apartar-
se. Le costó, porque su sentimiento sumiso y su enganche con él era intenso,
pero lo hizo. La experiencia fue altamente desagradable y decidí nunca más
hacerlo con nadie. Creo que existen los suficientes canales y redes sociales
para que cada persona, ya sea sumisa o dominante, encuentre a su pareja
de juego, sea real o virtual.
Mi consejo hacia ti como sumisa es que busques a “personas” y cuando
realmente encuentres la que te llene, le compartas tus inquietudes, le hables
de tus sentimientos sumisos. Seguro que esa persona, que ha empezado a
sentir algo por ti, te ayudará a poder disfrutar del BDSM de forma plena y entre
los dos descubriréis un mundo lleno de sensaciones que seguro que os unen
más todavía.
Para ello, tu estás dando este primer paso y podrás guiarle, podrás hacer que
disfrute desde el primer momento del juego porque realmente se sentirá có-modo a tu lado.
En la mayoría de los casos de relaciones D/s iniciadas por las redes sociales
son de forma virtual, no las critico, pero ya sabes lo que pienso de ellas, son
muy complejas y pueden hacerte mucho daño si no las controlas bien. Puede
que valores más tener una relación virtual que ninguna, pero piensa en todo lo
que te argumentaba en el capítulo de las relaciones y en los riesgos que ese
tipo de relación conlleva.
Para finalizar recuerda, “no desesperes y nunca desistas en tu búsqueda”.
¿Qué debo conocer de mi Amo?
De forma rotunda te diré que lo más importante para conocer a un buen Amo
es conocerlo como persona.
Hace pocos días realicé un taller de formación de Amos, la idea de quien
quería recibirlo no era otra que aprender a ser un buen Amo, porque había
conocido a una sumisa en un chat e iban a verse. No se conocían en abso-
luto porque siempre estaban en sus roles cuando chateaban. Finalmente ha-
bían quedado para aquel mismo fin de semana y necesitaba imperiosamente
aprender mínimamente las cosas fundamentales para no defraudarla. Lógica-
mente yo me quedé a cuadros porque no lograba entender que (poniéndomeen la piel de la sumisa) una sumisa quisiera quedar con un Amo sin conocerlo
como persona. Su explicación fue que así lo habían convenido para no romper
la magia. Le advert í que se estaba equivocando pero pasó de mis consejos.
El lunes siguiente me llamó diciéndome que había sido un desastre, que no
conocerla había hecho que hubiera una falta de conexión absoluta, jugaron,
si, follaron... también, pero todo se quedó en un “polvo mal echado”.
Por ello, el conocimiento de la persona es la base de cualquier relación, es
normal que te sientas excitada pensando en que vas a estar con un descono-
cido, pero estos juegos, aunque teóricamente son consensuados, son peligro-
sos y nunca debes entregarte a nadie sin un conocimiento de su personalidad
real.
Quizás estás pensado que a las sumisas que vienen a mí por primera vez
les ocurre lo mismo, que no me conocen y en parte es cierto, solo en parte.Yo, antes de una sesión, taller o simplemente encuentro para un café, creo
un mínimo de acercamiento entre ambos. Hablo sinceramente con la sumisa,
pregunto y contesto, la dirijo hacia mi web para que conozcan más de mí, mi
rostro, mis libros, mi forma de ser como Amo y como persona, eso fomenta la
imprescindible confianza. Mis escritos dicen mucho de mí, en casi todos hay
mucho de mi interior… y esas cosas, mi querida amiga, son las que hacen ver
la transparencia de un buen Amo. Nunca te entregues a quien no conoces, tu
miedo hará que no lo disfrutes.
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Conocerme como sumisa
El 100 % de las sumisas que he formado, han roto sus límites incluso en la
primera sesión que he realizado con ellas, algo que debo decir es muy normal
y, desde luego, gratificante para mí como persona y no solo como Amo.
Cuando acuden a mí, desconocen qué pueden sentir con determinados jue-
gos o prácticas y eso hace que, a la hora de cumplimentar el test (del que
te hablare en el siguiente capitulo), todo sean preguntas y temores hacia ella
misma.
Solamente tú puedes conocerte a la perfección, solamente tú puedes ir rom-piendo esos límites que, aunque sea mentales, se establecen cuando se pien-
sa en el concepto “sumisa”.
Es de vital importancia que sepas hasta dónde llegar inicialmente, porque ese
conocimiento otorgará a tu Amo la potestad para desarrollar el juego siempre
bajo tu control absoluto, que no significa que debas guionarlo.
Tu mente debe estar abierta a aprender y dejar que tu cuerpo pueda ir sintien-
do cómo caen esos límites. No solamente te hablo de dolor, sino de cualquier
práctica que esté relacionada con tu rol.
Para que entiendas de lo que te hablo, pongamos un ejemplo: hablemos de
la cera. Muchas sumisas me lo marcan como límite, que no quieren experi-mentar esa práctica. Su mente inicialmente les dice que no, aún sabiendo que
su cuerpo la aceptará sin ningún problema, en este caso yo me encargo de
hacerles entender que realizando esta práctica de forma controlada y bajo mi
forma de hacer, sentirán placer. Fomento la confianza, que es la base para la
práctica. Les pido que confíen, les explico el proceso para que esa confianza
ofrecida sea aceptada. Les detallo cómo se va a desarrollar para que no te-
man al dolor ni a inexistentes marcas. No me importa emplear tiempo en con-
vencer porque estoy seguro de mí y quiero que se transmita ese gran detalle,
sé lo que hago y sé lo que puedo hacer sentir, así que para una primera vez,
para que puedan vivir la experiencia y luego decidir si la van a querer repetir y
ampliar o ponerle un fin definitivo, les cuento: “No temas, no habrán marcas,
no habrá un gran dolor, no voy a dañar tu piel, no hay nada intenso a excep-
ción de la experiencia, confía en mí y deja que la sensación que ahora tienes,
de incertidumbre, te excite y te llene. Voy a cubrir parte de tu cuerpo con film
transparente para no dañarte. Las velas tienen una gran parte de parafina,
que es lo que hace que la cera se caliente más o menos. La que tengo tiene
gran cantidad de parafina, con lo cual quema menos, además la distancia enla que verteré la cera es de un metro. Esta primera vez no voy a acercarme
más, esperaremos a la próxima y tú misma me pedirás que reduzca la distan-
cia o que no te coloque el film, vas a querer más y mejor, pero si no pruebas
nunca vas a tener esa opción”. Todo esto tranquiliza y finalmente consigo mi
objetivo que es, ni más ni menos, el crecimiento de mi sumisa.
Debo decir también que en la gran mayoría de ocasiones la experiencia in-
creíblemente excitante y placentera.
En este ejemplo has visto que la mente ha cedido el poder a su cuerpo y eso
ha hecho que pueda disfrutar de algo inicialmente prohibido.
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El test o cuestionario BDSMPara mí, conocer a la perfección a mi sumisa me da una enorme tranquilidad.
Aún sabiendo que hay prácticas que estando vetadas, con la confianza, irán
siendo permitidas, mi función como dominante es que la entrega de mi su-
misa sea tal que esa confianza sea plena y pueda ir rompiendo sus propios
límites, como veíamos en el ejemplo de la cera.
El test es de vital importancia, quizás lo consideres un documento frío, un cues-
tionario de preguntas y prácticas que leído así, sin más, en algunos apartados
pienses “¡sí hombre, yo eso ni loca!”, pero te aseguro que muchas prácticas
en plena sesión y bajo tu excitación se hacen totalmente admisibles.
Siempre poniendo el mismo ejemplo (porque lo veo muy ilustrativo), el BDSM
es como hacer una paella, el test son los ingredientes que tú permites que
incluya esa paella y tu Amo, el Chef que debe hacer que esa suculenta paella
te guste tanto que quieras repetir su degustación en cualquier momento.
Normalmente las prácticas admitidas son muchas y eso hace que rara vez
ese plato se parezca y te aburra.
En mi web tienes el cuestionario que puedes bajarte gratuitamente, es auto
editable y te permitirá rellenarlo y guardarlo para que puedas modificarlo en
función a esos límites que tú misma iras rompiendo.
El link para la descarga es este: http://juegosbdsm.com/aprendiendo-
bdsm/la-importancia-de-realizar-un-test-a-nuestra-sumisa/ (a conti-
nuación tienes el que suelo utilizar en mis sesiones profesionales) .No creas que, si tu Amo es tu pareja estable, esos límites siempre estarán
anclados, sino que verás cómo poco a poco iras modificando cosas en ese
cuestionario que ni podías imaginar. Te recomiendo que siempre que realices
una sesión y notes que has avanzado un poquito lo revises concienzudamen-
te, te sorprenderás.
Y para terminar, animarte a que lo rellenes, sin prisas, que se lo des a tu Amo,
te hará una paella de cine.
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Cuestionario B D S M
Cuestionario de prácticas BDSMTu nombre de sumisa en el juego:Edad:Fecha de Nacimiento:Lugar de residencia:
PREGUNTAS GENERALES ¿Cuál es tu nivel de experiencia?1. Muy experimentado2. Experimentado3. Experiencia limitada4. Principiante
¿Desde cuándo te interesa el BDSM?1. Desde siempre2. 5 años o más3. De 1 a 4 años4. Menos de 1 año
¿Cuál es tu orientación sexual?1. Heterosexual2. Bisexual3. Lesbiana4. Bi Curiosa
¿Qué tipo de relación personal prefieres?1. 24/72. Real, con encuentros frecuentes3. Real, con encuentros ocasionales4. Sumisión virtual5. No estoy segura
El Interés principal del juego BDSM para ti es...1. Sexual2. Físico3. Psicológico4. Todos en la misma forma
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Te consideras... (puntúa cada uno de 1 a 10)______Sádic@______Masoquista
Tienes Interés por el bondage / Shibari1. Me gusta2. Bondage / Shibari light 3. No está entre mis prácticas favoritas4. No lo adminto bajo ningún concepto5. Estoy interesad@ pero nunca lo he probado
Tipos de dolor que soportarias1. Dolor extremo2. Latigazos, Vara, azotes3. Latigazos, Vara, azotes suaves, sin señales4. Dolor como castigo solo cuando sea necesario5. Bajo ningún concepto6. Nunca lo he probado las prácticas con dolor
En una sesión ¿de qué o cómo calificarías el dolor?
1. Como recompensa2. Como castigo3. Como correctivo4. Como mi Amo/a decida
Humillación mental1. Humillación extrema2. Humillación suave3. No me interesa ni me excita pero lo haría por mi Amo/a4. No me interesa en absoluto. Es uno de mis límites
En una sesión, el sexo para mí es...
1. Una absoluta y total necesidad2. Deseable, salvo que esté siendo castigad@3. Mejora la sesión notablemente4. No lo considero necesario5. Está fuera de lugar
¿En qué escenarios o de que forma te sientes cómodo “jugando”?1. En público2. En fiestas BDSM privadas3. Grupos pequeños de 1 a 3 parejas4. Tríos5. Pareja
¿Quién o quiénes conocen tu interés por el BDSM?1. Nadie2. Mis amigos íntimos3. Personas del “mundo BDSM”4. No me escondo
INTERESES Y PREFERENCIAS
En la siguiente lista te relaciono una serie de personajes que pueden ser represen-tados por ti.
Señala aquellos que te gustaría representar sin limitaciones y aquellos que te gus-taría probar con ciertos pactos.
PERSONAJE SIN LIMITACIONES BAJO PACTOS Adolescente
Animal
Bebe
Colegial/a
Cowboy
Cowgirl
Cura
Dios
Diosa
Doctor
Enfermera
Esclavo
Femme fatale
GuerreroHéroe
Heroína
Indio
Jefe
Mama
Mentor
Muñeca
Objeto
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Objeto sexual
Pirata
Policía
Ponyboy
Cowboy
Ponygirl
Princesa
Príncipe
Diosa
Profesor
Puta
Salvaje
Secretaria
Torturador
Víctima de un secuestro
Violador
Enumera algún tipo de fetichismo específico como adoración de pies, etc.:
Enumera cualquier preocupación médica, física o emocional (enfermedadescrónicas, fobias, etc.):
Relaciona aquí los límites que realmente tengas claros:
Relaciona tus preocupaciones o inquietudes en cuanto a la seriedad deuna relación BDSM:
¿Usas métodos anticonceptivos? Relacionalos a continuación:
PRÁCTICAS BDSM - LIMITES
En la columna REALIZACIÓN pon SI o No y LIM como límite.En la columna EXPERIENCIA señala si lo has hecho o no.
ACTIVIDAD REALIZACIÓN EXPERIENCIA
Aceite caliente (en los genitales)
Adoración con la lengua (no en los genitales)
Adoración de botas Adoración en los testiculos
Adoración de los pies
Adoración del pene
Adoración tacones
Afeitado (cabello)
Afeitado (vello corporal)
Afeitado (vello genital)
Anillos para pezones (Piercing)
Arneses (cuero)
Arrodillarse
Asfixia
Ataduras (en público, bajo la ropa)
Ataduras (fuerte)
Ataduras (suave)
Ataduras de cuero
Ataduras de senos
Aumento de peso (forzado)
Baile erótico (con público)
Bajada de peso (f