“AÑO DEL CENTENARIO DE MACHU PICCHU PARA EL MUNDO”

UNIVERSIDAD NACIONAL DE CAJAMARCA

FACTULAD DE CIENCIAS ECONÒMICAS, CONTABLES Y ADMINISTRATIVAS

ESCUELA ACADÉMICO PROFESIONAL DE ECONOMíA

CURSO:

MÉTODOS Y TÉCNICAS DE ESTUDIO

TEMA:

ARTÍCULO DE QUÉ NOS CARACTERIZA

PROFESOR:

ALEX HERNÁNDEZ TORRES

ESTUDIANTE:

MARTÍNEZ DÍAZ, NAYGHET JHAZMÍN

CICLO:

PRIMERO

GRUPO:

“A”

Alegría Sin Fin

“Una sonrisa significa mucho. Enriquece a quien la recibe; sin empobrecer a quien la ofrece. Dura un segundo pero su recuerdo, es un mundo”.

Soy Nayghet Jhazmín Martínez Díaz. La vida me enseñó a reír para superar la tristeza. Si algunas veces nos sentimos tristes, podemos escapar de ese estado, tan sólo recibiendo una sonrisa y a la vez dándola. Riendo de las cosas pequeñas, que al final se convierten en las alegrías más grandes, superamos todo lo pasado y sólo importa el presente y lo que estamos viviendo, lo que estamos disfrutando.

Eso es lo que me define y me particulariza, ver las cosas de una manera positiva y siempre riendo y haciendo reír a las personas que tengo a mi lado. Encuentro esa risa en las cosas más sencillas de la vida, y disfrutando en todo momento de cada inocencia que se presenta y hallando en las cosas más abatidas la manera de hacer menos dura el pesar del momento.

Soy una persona que cree que está donde debe estar, y que cada circunstancia trae consigo algo, que, invariablemente tiene un significado, una razón, ya que todo sucede por algo mejor. Y he aprendido que cada vez que sientes que le mundo no está a tu favor; se debe estar seguro de que, posteriormente vendrán las cosas más, y que con esta esperanza de la alegría futura es lo que me hace estar alegre y feliz y segura de mi misma; ya que, ante cualquier circunstancia, momento o lugar, yo sabré salir adelante.

La forma en cómo interactuamos y damos esa alegría, es definitivamente retribuida de una u otra manera. Y la alegría que emanas hacia las otras personas, contagia y complementan su armonía, haciendo que cada vez haya más personas alegres, que, pese a las dificultades, vean lo positivo en lo adverso que les sucede. Lo cual se convierte en un círculo de alegría que nunca tiene fin, porque siempre hay una sonrisa entre las más grandes tristezas.

Cada persona en todo el mundo es única, y yo por ende también lo soy, y la alegría sin fin que poseo estará siempre en mí, y si bien, algún día es menor, allí estarán las personas que les enseñé a reír y me devolverán la alegría que les proporcioné en algún momento, por eso a las personas que conozco y las que aún me faltan por conocer, mil gracias por la retribución de alegría que siempre llegará a nosotros de una u otra forma.

No queda más que decir, que todo lo que demos debe ser dado con alegría y tratando de hacer reír a las personas que nos rodean, esa es mi meta de todos los días de mi vida, ver a las personas sonreír juntos conmigo y que se conviertan poco a poco en la razón de mi sonreír.