Aspectos Deontologicos Del Universitario 1 - Jluna

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ASPECTOS DEONTOLÓGICOS DEL

UNIVERSITARIO

Deontología

INTRODUCCIONLos años de actividad intelectual y de convivencia humana transcurridos durante los estudios de una carrera, el modo de ser del ambiente y de la vida entera de una Universidad, dejan un pozo que se manifiesta en rasgos difíciles de describir, que configuran en conjunto lo que se ha dado en llamar estilo, talante o espíritu universitario, algo no bien definible, pero fácilmente apreciable, que permite descubrir a quien ha cursado estudios superiores. Son rasgos de carácter intelectual y cultural en amplio sentido, que contribuyen a configurar la propia personalidad y que deben reflejarse en la conducta, poseen trascendencia ética.

RASGOS DEL UNIVERSITARI

O

Cultivo del espíritu,

interés por los valores culturalesEl universitario posee una amplia capacidad de

interés libre de utilitarismos, una gran "curiosidad" intelectual, que es suyo prácticamente universal, sólo limitada por la imposibilidad humana de satisfacerla, que obliga a seleccionar determinadas áreas para cultivarlas más a fondo.

Con todo, este hábito intelectual le lleva a la adquisición de cierto grado de conocimiento de muchos aspectos del saber humano, a contemplar las diversas manifestaciones de la creación artística, a interesarse por la historia del hombre, por su modo de pensar, por su significación, por su futuro.

Los múltiples años universitarios generan el hábito de querer conocer a fondo los temas acerca de los que se ha de formar opinión. La metodología

propia de la Universidad se basa en estudiar los datos de un problema, reflexionar sobre sus distintos aspectos, analizar con ponderación los pros y los contras de las posibles soluciones.

El universitario es además consciente de que no suele resultar fácil descubrir la verdad desde el primer intento; sabe que ésta le rehuye: se la atisba un momento y luego desaparece, como si la verdad se quisiera escabullir; conoce que ha de insistir una y otra vez, dar vueltas a las cuestiones, hasta hacerse con la verdad.

La actitud crítica, la capacidad de discernimiento, el hábito de análisis, es otra cualidad indudable del universitario, quizá una de las más destacadas. Le lleva a discriminar entre la verdad y el error con apariencia de verdad; entre la afirmación bien fundamentada y la gratuita o no avalada suficientemente. Descubre con agudeza la falsedad y el engaño.

Ciertamente, el hábito de rigor crítico, de análisis personal de las cuestiones que se acaba de referir, puede llevar al universitario a una desviación fácil: a la valoración desmesurada del propio criterio, a no admitir nada que él no puede comprender, a menospreciar campos del saber lejanos al suyo; en breve, a la autosuficiencia intelectual o aun, si se quiere, a la soberbia intelectual.

Ser hombre de criterio -de recto criterio- es poseer un enfoque y una respuesta acertada ante las situaciones y problemas de mayor trascendencia, es ser capaz de encuadrar los hechos y las argumentaciones en unas coordenadas justas, es tener de las cosas una visión serena, ponderada, real.

Las cualidades hasta ahora referidas hacen que el universitario no adopte de ordinario postura sin cierta maduración del tema, que no sea fácil de convencer sin suficientes argumentos, que no se entregue a un razonamiento superficial ni admita a la ligera la autoridad de otro. Con frecuencia, los temperamentos impulsivos tienen la impresión de encontrarse ante alguien excesivamente lento, demasiado vacilante y dubitativo, lo que les desespera un tanto.

No se puede ser consecuente con las propias ideas, si no se tienen ideas sobre las cosas. Pero quien es de verdad universitario ha ido adquiriendo criterio sobre muchas cuestiones, más firme en unas, menos seguro en otras. Y, sobre todo, no cambia de manera de pensar ante la lisonja, la simple amistad, ni la presión o amenaza exterior, no se deja comprar por ventajas ni halagos. Solamente cambia porque los datos y las razones que reciba, con la garantía que le merecen, le llevan a comprender que estaba equivocado, adquiriendo de este modo una nueva y más firme convicción.

El gran valor que se da al modo personal de entender las cuestiones, a la necesidad de adquirir personalmente convicciones, y el rechazo de cualquier acción que pretenda imponerse por la violencia, también impide la pretensión de forzar a los demás a que piensen como uno mismo. Se exige respeto para sí y se guarda también el respeto a los demás.Como antes ya se decía, el universitario se siente seguro de muy pocas cosas, es consciente de la debilidad de muchas de sus apreciaciones y no sólo no le importa, sino que gusta contrastar sus pareceres con los de otros para lograr un mayor enriquecimiento y aproximación a la verdad.

Sentido de la

dignidad de la

persona y de la

convivencia

social

El universitario que ha adquirido los hábitos intelectuales que se vienen considerando, se encuentra en excelentes condiciones para profundizar en el carácter personal del hombre y para actuar en consecuencia. De este modo se convierte en poderoso y tenaz defensor de la dignidad humana ante las fuertes tendencias que amenazan anegar al hombre, dejándolo sometido a impulsos ciegos que le superan por todas partes y le despersonalizan (ambición, avaricia, deslealtad, etc)

Mentalida

d de

servicio

Una consecuencia de poseer un sentido suficientemente elevado de la dignidad de la persona humana es encontrar satisfacción en ayudar a los demás, sentir la alegría de servirles, descubrir esta nueva dimensión de la actividad humana que puede definirse, como "mentalidad de servicio".

a) En primer término -como algo que resulta básico y que puede servir muchas veces de contraste de autenticidad-, esmerarse en realizar el propio trabajo profesional, la función que cada uno desempeña dentro de la sociedad, de la manera más acabada que se pueda, lo mejor que sea posible.

b) Otro servicio, muy propio del universitario, y más si se dedica profesionalmente al cultivo de una Ciencia, es hacer a los demás partícipes de su saber personal, de sus hallazgos científicos, o aun de los interrogantes que se plantea ante determinadas cuestiones.

c) Se ha de mencionar también el servicio a la sociedad que se deriva de la posesión de sensibilidad social, del vivo sentido de la responsabilidad ante los asuntos de interés común, de la conciencia clara de que al universitario le atañen mayores deberes sociales justamente por tener mayores conocimientos y cultura, por haber podido adquirir más hondo sentido de la justicia.

d) El universitario ha de ser también sensible para prestar ayuda espiritual y material a los demás, para hacerles llegar los beneficios de la cultura, para que descubran en mayor grado su propia dignidad y sepan actuar en consecuencia.

RESPONSABILIDADE

S DEL

UNIVERSITARIO

ANTE LA SOCIEDAD

Todas estas características éticas que contribuyen a configurar el talante universitario deben estar presentes, con naturalidad, en la vida de cualquier profesional procedentes de una Universidad, a modo de hábitos intelectuales que informan las más diversas manifestaciones de su quehacer diario: en los diferentes aspectos de su dedicación profesional, en su comportamiento como ciudadano, en todas sus relaciones en la sociedad y en su propia vida personal y familiar.