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8/12/2019 Barberis Alicia - Cruzar La Noche.doc
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CRUZAR LA NOCHE
A las Madres y Abuelas
De Plaza de Mayo.
A todas las vctimas del
Terrorismo de Estado.
A la verdad y a
la memoria.
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Para vivir con un pedazo basta:
en un rincn de carne cabe un hombre.
Un dedo slo,
Un trozo slo de ala
Alza el vuelo total de
Todo un cuerpo.
Silencio.
Detened ese tren
Agonizante
Que nunca acaba de
ruzar la noche!
Miguel Hernndez
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La maana en que Mnica lleg con Mariana a la quinta, Pablo no tuvo ninguna premonicin de que
iba a conocer a la persona que modificara para siempre su vida.
l haba salido en su ciclomotor, con el canasto colmado de plantines, que despedan el olor intenso de
las flores de septiembre.
La arena reseca frenaba las ruedas y haca casi imposible que pudiera mantener el equilibrio. l llegar
a la esquina de los pinos se encontr de frente con el automvil.
La moto se le fue de las manos y su cabe!a fue a estrellarse contra el tronco de uno de los "rboles,
mientras los colores de las plantas se me!claban con la arena revuelta.
#uando ba$aron del coche, Pablo ya estaba sentado, frot"ndose la frente dolorida y mirando el canasto
vaco.
% oo' ()e has lastimado* %le pregunt la mu$er con un marcado acento espaol.
Pablo neg con la cabe!a mientras las miraba desde el suelo. La que habl le recordaba a una hippie
del festival de +oodstoc, con su t-nica de colores indefinidos, sus colgantes etravagantes y su ore$a
bordeada de aros diminutos, que quedaban al descubierto cada ve! que ella acomodaba su largo
cabello ondulado. La m"s chica pareca salida de una foto publicitaria/ !apatos inadecuados para las
calles de arena, piernas largas y elegantes que asomaban deba$o de una falda diminuta y un rostro
hermoso en el que resaltaban sus o$os, enormes y grises, que parecan mirarlo con desaprobacin. l
hi!o un gesto de bronca y se levant de un salto.
0e mir y sinti cmo suba la sangre a su cara. 1a$ la vista y comen! a sacudirse %avergon!ado%
la arena que se le haba pegado al cuerpo, a la ropa, a los cabellos. 0e senta torpe y sucio, ante la
sonrisa burlona de la chica.
Mnica se puso a $untar los plantines y los fue metiendo en una ca$a que sac del auto. #uando
termin le dio unos billetes y le di$o/%2spero que alcance.
2ntonces se oy por primera ve! la vo! de Mariana, que habl con un tono deliberadamente
despectivo/
% (Por qu3 se los vas a pagar si no ten3s la culpa* 0i 3l estaba mirando la luna, lo lamento, (qu3
quer3s*
Mnica continu como si no la hubiese odo/
%4osotras venimos a vivir a la quinta que est" ac" a la vuelta, 5Palma sola5, la que tiene re$as verdes.0i llegaras a pasar por ah y tienes m"s flores, te vamos a comprar. 0eguro que t- est"s bien, (no*
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Pablo afirm con su cabe!a porque la vo!, si le sala, delatara lo ridculo que se senta en ese
momento. Mir con odio a Mariana y despu3s se puso a endere!ar la patente. Le dio marcha a la moto
y se ale$ por el c3sped de la orilla, camino a su casa, deseando con todas sus fuer!as doblar en la
prima esquina para que lo perdieran de vista.
Mnica observaba todo tratando de recuperar las im"genes, algo distorsionadas por la nostalgia, pero
que a-n sobrevivan despu3s de tantos aos de eilio voluntario.
2l lugar no haba cambiado demasiado. Las casas de fin de semana, de lneas puras y simples,
emergan en medio de $ardines enormes y bien cuidados, separadas unas de otras por vallas de troncos
secos, que apenas podan distinguirse deba$o de las frondosas enredaderas. La villa se etenda
apacible, contenida por las aguas de la laguna en uno de sus lmites, y separada del ro por la -nica
ruta pavimentada que la conectaba con el mundo/ hacia el sur con la ciudad, y hacia el norte con el
pueblo %casi una aldea%, que pareca detenido en el tiempo desde haca m"s de cuatro siglos. 0i bien
el lugar estaba notablemente m"s poblado, segua emanando la misma pure!a, la misma magia, que
Mnica percibiera la -ltima 6e! que estuvo all, casi veinte aos atr"s.
Mariana ba$ del automvil y se reencontr %con algunas diferencias entre las proporciones reales y
las que guardaba su memoria% con la imagen de la casa de su abuela, que preservaba entre los
recuerdos m"s le$anos de su infancia, tal ve! un poco enve$ecida, pero conservando el mismo olor a
lea de pino, a eucaliptos y a madreselvas.
7n parque alfombrado de c3sped verde y salpicado por matas de flores, delataba el cuidado de 8uan, el
$ardinero. Pl"tanos enormes anunciaban su sombra fresca sobre la galera de arcadas blancas con
baldosas coloradas y ruidosas, que le tra$eron a la mente las rayuelas de ti!a que saltaba en las
vacaciones de sus primeros aos, cuando se quedaban algunas semanas, en los veranos calientes y
perfumados.
P3rgolas cubiertas de $a!mines endul!aban el aire y deba$o de la galera asomaban cacharros toscos de
barro, de los que salan los bra!os verdes de los helechos.
2l viento sacuda las ramas de los "rboles y a Mariana le pareci, por un momento, que le traa la vo!de su abuela llam"ndola para la hora de la leche.
2n el centro del parque se ergua %elegante% la palma que le valiera el nombre a la casa.
Mnica vio la mirada de Mariana y acarici"ndole el cabello le di$o con dul!ura/
%#uando yo tena m"s o menos tu edad, tu abuelo compr la quinta. lcanc3 a venir muy pocas
veces, pero siempre me atra$o la palma, que ya estaba grande. #uando la vi por primera ve!, me vino a
la memoria un poema de 9uillen/ Palma sola. :o me senta tan sola como ella, as que algunos
atardeceres vena a recitarle y a recitarme esos versos...
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Pese al tono, todava altivo y duro, Mnica sinti que por primera ve! su sobrina demostraba inter3s en
algo que ella deca. Pero no le dio demasiada importancia y trat de que sus palabras sonaran casi
indiferentes/
%Podra ser. 0upongo que ya tendremos tiempo para eso, pero ahora... (
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poda de$ar de comparar sus recuerdos con el paisa$e que la rodeaba, tan diferente, tan h-medo, tan
llano, que lograba producirle un gran aburrimiento.
>ba tan abstrada, que le pareci escuchar el ruido del colectivo y comen! a correr para no perderlo.
Pablo la reconoci desde le$os, pese a que con el uniforme pareca m"s nena. 2lla vena agitada y con
los cabellos revueltos y cuando estaba por llegar hasta ellos, uno de los !apatos le qued atascado en la
arena. Pablo sinti un placer especial ante la posibilidad de vengarse, no slo del primer encuentro,
sino de todos los das en que ella simulaba no verlo.
La esper tranquilo, sinti3ndose amparado por la compaa de 4ano. La mir burln, y le di$o/ %
?ola, nos conocemos, (no*
Mariana apenas le respondi con un 5?ola5, que casi no se oy, mientras trataba de cal!arse el !apato.
Pablo se larg una carca$ada mientras agregaba/ % (2n tu colegio usan medias decoradas* 2lla mir
sus piernas y se dio cuenta de que las medias estaban cubiertas de abro$os. 0e agach y se los fue
quitando mientras le contestaba sin mirarlo/
%Parece que ac" la estupide! es crnica. Por lo que veo, todava no te curaste.
%4o se puede creer lo forra que es %le di$o Pablo a 4ano tratando de conseguir un aliado; pero,
cuando lo mir, se dio cuenta de que ni siquiera debi de haber odo las primeras palabras.
0u amigo estaba absorto en la contemplacin de las piernas de Mariana, que asomaban deba$o de la
falda color vino, plisada, que apenas le cubra la mitad de los muslos. 4ano la miraba tren!arse el
largo cabello rubio hacia un costado y cuando ella levant la vista y lo mir con sus enormes o$os
grises, 3l le sonri, fascinado. 2lla a$ust el cordn de sus !apatos y termin de arreglar su uniforme de
colegiala. @espu3s lo volvi a mirar a 4ano devolvi3ndole la sonrisa y, al sonrer, se marcaron los dos
hoyuelos que se formaban a un costado de su boca y su cara pareci llenarse de lu!.
%0ub, boludo %le di$o Pablo a 4ano, d"ndole un empu$n, cuando par el colectivo y se dio cuenta
de que su amigo segua como hipnoti!ado mirando a Mariana, que ascenda al coche con deliberada
lentitud.
Mnica pintaba una sntesis de escaraba$os que formaban una guarda geom3trica alrededor de un platode cer"mica, cuando sinti que su sobrina la observaba por arriba de su hombro.
?i!o como que no la haba visto. 2ncendi un cigarrillo y aspir el humo lentamente. @espu3s se puso
a tararear una meloda.
@io los -ltimos retoques a sus escaraba$os alineados y di$o/
%?ay una carta para ti sobre el escritorio. La he trado esta tarde del pueblo.
Mariana se sinti descubierta y, como disculp"ndose, susurr/ 5Me gusta lo que pintaste5. @espu3s se
fue a dormir, pasando antes a retirar la carta, para leerla tranquila en su cama.
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6ashington, septiembre de 7++ Querida ariana:
8ace apenas unas horas #ue llegamos & &a te escribimos para contarte las /ltimas novedades.
2stamos instalados en este hospital #ue m$s se parece a un hotel de lu'o. Pap$ est$ dormido,
seguramente agotado por el via'e, as* #ue aprovecho a garabatear unos renglones antes de #ue se
despierte, por#ue despu-s tengo #ue atenderlo continuamente.
9eci-n ma)ana lo ver$n los m-dicos, pero &a estuve hablando con Poell, un militar #ue es nuestro
contacto ac$, & me asegura #ue los m-dicos intentar$n una operacin con altas posibilidades de
-0ito.
S- #ue no te debe resultar ($cil estar tan le'os nuestro, mi amor, pero esto& segura de #ue entend-s
#ue ahora la salud de pap$ es lo m$s importante.
4osotros te e0tra)amos mucho. 2s la primera vez #ue tenemos #ue separarnos & no puedo de'ar de
pensarte en todo momento. e pregunto si estar$s bien, si te sentar$ el clima tan h/medo, si te
resultar$ mu& di(*cil adaptarte al nuevo colegio... 2n (in, me gustar*a #ue me contaras todo eso en
una carta.
2spero #ue puedas llevarte bien con nica. 2n verdad estos dieciocho a)os sin vernos han
marcado grandes di(erencias entre nosotras, pero de cual#uier manera es tu t*a, & en eso coincido
totalmente con tu padre: no #uisiera #ue tuvieras #ue vivir con alguien #ue no sea de la (amilia. e
acuerdo de tu cara de (astidio cuando la conociste... 4o puedo pedirte #ue trates de #uererla, pero s*
#ue intentes al menos una buena convivencia. 2n ella podr$s con(iar como en nosotros, de eso esto&
completamente segura.
Apenas tengamos noticias de la (echa de operacin volveremos a escribirte. 2studia mucho & no te
olvides de tu promesa, no slo debes ser buena, sino #ue tambi-n lo debes parecer. Trata de evitar
cual#uier murmuracin de la gente, &a sabes #ue ese lugar es mu& chico & los chismes corren r$pido.
8acelo sobre todo por papi, #ue est$ tan mal & te #uiere tanto.
ont-stanos cont$ndonos todo lo #ue puedas. Si te aburr*s podes pedirle a tu t*a #ue te d- algunas
clases de cer$mica.Un abrazo mu& mu& grande. Dale muchos cari)os a nica & acord$te #ue te #ueremos mucho & #ue
para nosotros sos lo m$s importante del mundo.
ami
Mariana dobl la carta despu3s de haberla ledo varias veces y se fue a dormir abra!ada a un oso panda
de peluche, que haba rescatado de un ba-l en el departamento de su abuela, antes de que se mudaran.
La imagen de ese oso la llev a una de las vacaciones de su nie! y se durmi soando que corra por
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el campo, al encuentro de su padre, con las rodillas perfumadas de tr3boles y los cabellos adornados
con retamas.
3
@espu3s del encuentro del colectivo Pablo haba vuelto a ver a Mariana todos los das, pero ella seguasin saludarlo. 4ano %que durante el ao viva en la ciudad%, lo volva loco dici3ndole que quera
instalarse en la quinta, por el slo hecho de poder encontrarla lodos los das en el mnibus.
Pablo y 4ano asistan a un colegio estatal mito, $unto con Loli, 9astn y #ris. Los acercaba el hecho
de que los cinco pasaban los fines de semana en la 6illa o en el pueblo, algunos porque vivan en
forma permanente, otros porque tenan casas quintas y #ris, porque siempre estaba invitada a lo de
1etiana rce, que tambi3n formaba parte del grupo.
1etiana rce cursaba cuarto ao en un colegio religioso, en el mismo colegio y en el mismo cursodonde haba comen!ado Mariana, cuando se mudara, a fines de $ulio. @3bora iba con ellas, pero en
quinto y, por ser prima de 1etiana, se una al grupo los fines de semana y durante las vacaciones. 2l
-ltimo domingo 4ano vio alas chicas saludarse en la pla!a del pueblo y as pudo averiguar que la rubia
de o$os grises que lo deslumbrara en el colectivo se llamaba Mariana.
-n quedaban flotando entre Pablo y #ris los resabios de una historia de amor casi secreta que
comen!ara durante el via$e de estudios, a mediados de agosto, pero que pareca ir diluy3ndose en el
olvido, ahora que la magia desaforada del via$e haba terminado.#ris trataba de reavivar el fuego en todo momento y Pablo pareca corresponderle. 0in embargo, desde
haca varios das el rostro de Mariana se le apareca en medio de las eplicaciones sobre la utilidad de
la merceologa o entreme!clado con frmulas de fracciones y ra! cuadrada, e incluso cuando se pona
a traba$ar en el invernadero. 2ntonces %de acuerdo a las circunstancias en que esto ocurriera%
sacuda la cabe!a tratando de regresar al aula, o se pona a remover compulsivamente la turba h-meda,
hasta que el cansancio se llevaba las im"genes.
2l domingo iran con todo el grupo al ro. 2sta ve! el plan era un almuer!o compartido y un via$e hasta
la isla en piragua.
4ano le haba dicho que ira Mariana, 5la mina que me dio vuelta el mate, la amiga de 1etiana5 y 3l ya
no pudo quit"rsela de la mente.
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%nda a llevar estos plantines a Palma 0ola, me llamaron reci3n por tel3fono, hay que llevarlos
urgente.
%@3$ate de $oder... si siempre lleva 8uan las plantas para esa
quinta...
%0, pero despu3s que muri doa Angela, vino a vivir una de las hi$as con una sobrina, la chica debe
de tener m"s o menos tu edad, seg-n me di$eron, y parece que la ta es un poco estrafalaria. : como se
encarga ella del $ardn, a 8uan lo despidieron. %4o me etraa, deben ser bastante rayadas... % (
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demoraba, prob a tocar un tro!o de barro reci3n amasado, $ugando a de$ar la marca de la punta de sus
dedos en 3l. La vo! de ella lo asust.
%c" tienes lo tuyo. :a nos conocamos, (no* %0, s... Perdneme... yo.
%2st" bien. (4unca has amasado barro* %4o.
% (
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%4o soy evasora, ac" tiene su boleta.
#omo el hombre no se iba, ella le indic cort3smente la puerta.
l volvi a mirarla de arriba a aba$o, torci nuevamente el bigote como si sonriera y se fue, de$ando
una sensacin de inquietud en na.
La tarde pas lenta para Pablo. =eci3n era $ueves.
Mientras la profesora de matem"tica llenaba el pi!arrn de frmulas, 3l se imaginaba que era domingo.
#asi poda sentir el sol ardiendo sobre su espalda y el viento que le traa el olor del ro. 0e vea a s
mismo nadando en las aguas barrosas y se imaginaba a las chicas, en tra$e de bao, tumbadas en la
arena de espaldas al cielo, con el corpio desabrochado.
%&@elcont3' &@elconte' ()erminaste tu e$ercicio*
Pablo pareci recordar que @elconte era su apellido y regres al aula.
%(terri!aste*
%Perdn, profesora, estaba distrado y... %4o hace falta que lo digas. )enes un uno. %Pero no,
esc-cheme si yo...
%2s la -ltima que te perdono, @elconte. Pnete las pilas. Por suerte el timbre anunci la hora de
salida. 4ano lo aturdi habl"ndole del grupo de roc y de Mariana, mientras 3l asenta sin discutirle
absolutamente nada.
%(0e puede saber qu3 te pasa, loco* %le pregunt su amigo. %4ada, que estoy cansado y no veo la
hora de que terminen las
clases.
2l via$e en colectivo lo de$ a solas con su pensamiento. 0ospechaba que los $ueves Mariana deba
salir m"s tarde porque nunca la encontraba. esa hora siempre via$aba de pie, sacudido por las
frenadas bruscas y apretu$ado entre la gente que luchaba por ganar
un asiento vaco.
#uando lleg a la parada, el sol era un disco ro$o que se marcaba en el hori!onte tormentoso. Pablo sedescal! y camin las cuadras que lo separaban de su casa, sintiendo que, la arena tibia entre los dedos
de sus pies, lo ayudaba a descargar un poco la tensin que lo agobiaba.
4
%Mariana, el domingo ir3 hasta la ciudad, al departamento de la abuela a buscar unos papeles porque
el lunes tengo que pagar unos impuestos sin falta. 0i quieres puedes venir conmigo.
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%Me parece que ya tienes la edad $usta para aprender. :o tena apenas un par de aos m"s que t-
cuando me fui a vivir a 2spaa. : ah no tena a nadie que cocinara por m.
% ( los dieciocho ya sabas cocinar*
%1ueno, cocinar cocinar... para ser sincera, voy a confesarte que no todas las comidas se me
quemaban. : de las que sobrevivan al siniestro, cuando no me haba propasado con la sal o las
especias, o estaban crudas o demasiado sosas, pero ya sabes... 5Para el hambre no hay pan duro5.
La convivencia iba suavi!ando la relacin lentamente. 0i bien Mariana todava miraba a su ta como si
fuese etraterrestre, en algunos momentos se senta atrada por esa mu$er etraa, de polleras
desflecadas y costumbres etravagantes, tan distinta a todas las mu$eres adultas que conoca. ?asta su
acento espaol, que al principio le chocara, contribua a darle una cuota de encanto que le sumaba
magia a la personalidad fuerte y misteriosa de su ta. Mnica puso un tro!o de barro sobre la mesa y le
di$o/ % (
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%Me gusta la onda que tiene, medio fol, (no*
%Lo que pasa es que es artesana y se viste de una forma algo estrafalaria...
%Me encantara conocerla, nunca vi a ninguna artesana. (Me la vas a presentar el domingo cuando te
busquemos* %di$o 1etiana. %1ueno, pero todava no s3 si voy, (eh*
Mnica estacion el auto frente al correo como todos los viernes. =etir la correspondencia y decidi
caminar un poco por las calles m"gicas de ese pueblo perdido.
Mir las farolas antiguas, los frentes de las casas cubiertos por una p"tina gris"cea y verde, las re$as
artsticas cargadas del misterio de otra 3poca. 2ra como si el tiempo no hubiese pasado.
@esde alguna ventana abierta le llegaba el sonido de un piano, que fue apag"ndose mientras ella
caminaba, de$ando sus huellas silenciosas sobre el camino de arena.
2ntr en una callecita que descenda en suave pendiente. lgunos rayos de sol se filtraban a trav3s del
techo que formaban las ramas de las acacias, al unirse en una glorieta natural y salva$e.
#ontinu caminando, mientras acariciaba la carta de >smael en su bolsillo, dilatando el go!oso
momento de leerla. 0in prisa se dirigi hacia el ro.
7n par de canoas descascaradas se hamacaban con el viento sobre las aguas barrosas. Los sauces
remo$aban sus ramas en la orilla y m"s all" del ro, todo era un hori!onte verde que se recortaba contra
el cielo, y se refle$aba sobre las Bndulaciones del agua, con matices y tonalidades diferentes.
7nos pasos a sus espaldas la sobresaltaron. l darse vuelta se encontr con un hombre que intentaba
%infructuosamente% pasar
inadvertido.
?aba algo en 3l que no le gust. 4o poda precisar qu3 era, pero su aspecto de indiferencia estudiada,
simulando un inter3s en el paisa$e, que no concordaba con su imagen, qued flotando en la mente de
Mnica.
2l viento comen! a soplar m"s fuerte, levantando remolinos de arena. 2l instante de magia haba
terminado.
5
2l domingo se present nublado y fro. @e a ratos llovi!naba. Mariana estaba lista desde haca m"s de
media hora cuando vio que llegaban las chicas, cantando a los gritos.
%@esafinamos como loros %di$o @3bora a modo de saludo. % (
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%Pero vamos igual, loco %las interrumpi 1etiana%, ya tenemos todo preparado.
%Para variar no penses, (no* mo vamos a ir con el fro que
hace' %le di$o @3bora.
%Mariana, (y tu ta, la artesana* %le pregunt 1eli.
%2lla no tiene horarios muy normales... 9eneralmente duerme hasta las tres de la tarde %le contest
Mariana%. Me parece que la vas a tener que conocer otro da...
na se puso a regar las plantas, mientras escuchaba 5#oncierto para dos mandolinasCC, de 6ivaldi.
0e senta sola y, como todas las veces en que Pablo sala, se preguntaba si la vida tena alg-n sentido
para ella cuando su hi$o no estaba.
0us amigas compartan los fines de semana con su familia y ella con su soledad.
0e daba cuenta de que sera muy difcil que su cora!n se despertara otra ve!. 2staba amorda!ado,
bien cubierto y a salvo de cualquier eperiencia que la hiriera.
0in embargo, muchas veces pensaba en 0ergio. Lo conoca desde haca poco tiempo, pero haba algo
en esa mirada tierna que la seduca. l haba ido varias veces a comprar plantas, en las dos -ltimas
semanas, o simplemente a conversar con ella, y se enfrascaban en interminables charlas.
Por eso se alegr cuando atendi el tel3fono y escuch su vo! invit"ndola para que almor!aran $untos.
0e sorprendi cantando frente al espe$o, mientras se arreglaba para el encuentro.
Mariana apenas haba respondido un 5:a nos conocemos5, cuando los presentaron, enfati!ando el tono
duro de sus palabras con una mirada cargada de desprecio.
Pablo la mir con indiferencia y le di$o despacio a Loli/
%2s una forra, pero te $uro que no voy a pasarle bola.
9astn, estirado sobre un banco, propuso/
% @ale, decidan... 6amos a alguna parte que esto es un embole.
%0i quieren damos una vuelta en 5La =ana5 %di$o Pablo.
5La =ana5 era una camioneta Dord muy antigua. ?aba pertenecido al abuelo de Pablo, y na,cansada de escuchar las s-plicas ile su hi$o, decidi regal"rsela para el -ltimo cumpleaos, previa
promesa de que conducira con cuidado. @espu3s de traba$ar durante varias semanas la haban
transformado en una especie de auto deportivo, quit"ndole la capota, retapi!"ndole el asiento,
fileteando las llantas, coloc"ndole una bocina vie$a que sonaba como el grito de un animal prehistrico
y lustrando a fuer!a de puo, la capa de pintura verde oscuro que le dieron con soplete, y los herra$es
met"licos. ?aba quedado soberbia, pero le faltaba un toque de 5personalidad5. s que decidieron
de$ar las huellas de sus manos y sus pies, en un tono de verde m"s claro. @espu3s de esto, y debido alparecido con los batracios, por votacin un"nime, la bauti!aron con el nombre de 5La =ana5.
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%0, dale, que hace mucho que no paseamos en 5La =ana5 %di$o 1eti.
%(2n esa catramina* %le pregunt Mariana mir"ndolo directamente a Pablo, con sonrisa burlona.
%1ueno, si no te gusta puedo buscar el Mercedes de Pa %le contest 3l, aflautando la vo!.
%&4o seas mala onda, nene' %grit @3bora. % La mala onda es ella, no yo. 1ueno el que quiere
venir que suba y el que no...
%@ale, chicas, d3$ense de $oder y vamos. 2st" feo para ir al ro %di$o 4ano%. :o cono!co un lugar
que est" buensimo. 2s un rancho abandonado. Podemos acampar ah que si llueve no pasa nada.
%&:a s3 cual es' %grit 1etiana%. 2s el que est" en el camino real. 2st" rebueno, vamos.
Mariana no le qued otra cosa que subir a la 5catramina5. )uvo que sentarse en la parte trasera,
sobre un almohadn descolorido, $usto detr"s de Pablo. @e tanto en tanto sus o$os se encontraban en el
retrovisor enmohecido.
Mnica se despert despu3s del medioda. 2ncendi el grabador y mientras Etaro la arrullaba con su
m-sica, estir su cuerpo lentamente.
@orma siempre con la ventana abierta para poder ver el cielo apenas se despertaba. ?oy estaba
amena!ante. bri la carta de >smael que esperaba desde el viernes en su bolsillo.
)ermin de leerla y sonri. Lo etraaba, pero no tena ganas de volver.
@espu3s de almor!ar se puso a quemar unas vasi$as de la nueva serie que haba comen!ado y sinti,
como siempre, que la magia del fuego se confabulaba con la tierra y el agua para darle vida a sus
vasos, pero el alma se la daba ella.
2ran m"s de las seis de la tarde cuando termin y sali hacia la ciudad en su coche.
2l camino real era un sendero tortuoso de arena que iba bordeando el ro. )ena profundas estras que
le de$aba la lluvia y algunos iremos estaban tan poceados que por muy despacio que fueran, no pararon
de saltar en todo el trayecto.
Mariana se su$etaba como poda a las barandas de la camioneta y, cuando llegaron, se dio cuenta deque su cabello estaba enmaraado y cubierto de arena.
%2stoy hecha un desastre %di$o al ba$ar%. &4o podas ir un poco m"s despacio' (0abes cmo me
golpe3 en el piso de esa catramina*
Pablo tom entre sus dedos la me$illa de Mariana y, acercando su rostro al de ella, puso la me$or de
sus sonrisas mientras la miraba a los o$os, dici3ndole, como si le hablase a una nena chiquita/
%Pobrecita... 0e le golpe la colita... Por eso ahora es un poquito culo roto, la nena.
Mariana se puso ro$a de furia, pero, al mismo tiempo, al sentir la mano de Pablo en su piel y ver suso$os tan cerca, no pudo evitar una oleada de sentimientos confusos que no quiso tratar de aclararse.
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%@3$ala tranquila, loco %le di$o 1etiana a Pablo.
2ntraron al rancho y se pusieron a improvisar asientos con ladrillos huecos y los almohadones del
auto. @espu3s abrieron una cerve!a y los "nimos fueron calm"ndose.
Pablo haba llevado la guitarra y %aunque no lo reconoci p-blicamente% Mariana se emocion al
escuchar su vo! entonada y profunda. #antaba con los o$os cerrados y cuando los abra, su mirada
pareca regresar de un sueo. Las miraba a todas, menos a ella. lmor!aron adentro del rancho porque
la llovi!na caa intermitente y soplaba un viento fuerte desde el ro. Mariana tiritaba, sin abrigo, con
las r"fagas de aire fro que se colaban por las grietas de las paredes. La pa$a del techo estaba perforada
en varias partes, permitiendo que el viento y la llovi!na tambi3n penetrasen por ah. %)enes fro %le
di$o @3bora%. #hicos, (qui3n le presta una campera a Mariana*
4ano se quit la remera, qued"ndose con el torso desnudo y se acerc para coloc"rsela en la espalda.
%4o %le di$o ella%. 4o te vas a quedar sin remera...
%Por vos soy capa! de cru!ar el concagua desnudo %le di$o
4ano.
Los chicos se largaron a rer y Mariana le agradeci con una de sus sonrisas de hoyuelos marcados,
que tanto seducan a 4ano.
Pablo se levant, se quit la campera y se par dirigi3ndose hacia Mariana, pero despu3s sigui un par
de pasos m"s adelante y le di$o a #ris, mientras le colocaba el abrigo sobre los hombros/
%6os tambi3n est"s temblando. Me parece que a esta casa le hara falla calefaccin...
2l grito de Mariana los asust a todos.
%&0aquen ese bicho monstruoso de mi pie' %gritaba.
@3bora tom con su mano al 5bicho monstruoso5, que no era otra cosa que una ranita verde min-scula,
casi transparente, y con enormes o$os saltones que le daban una apariencia muy cmica.
)odos se rean, pero Mariana estaba furiosa.
@espu3s del almuer!o 0ergio acompa a na hasta su casa. 0e sent en una hamaca paraguaya y node$ de mirarla mientras ella serva el caf3.
#uando na le alcan! la ta!a, 3l se la quit de las manos y la apoy sobre una mesa. @espu3s la tom
por la cintura y la acerc despacio. Le ro! el cabello con los labios y cuando iba a besarla ella se
apart.
%0e va enfriar el caf3 %le di$o.
%(
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2lla no contest nada. 0onri y se qued con la mirada perdida, pensando.
La tarde pas demasiado r"pido, entre charlas y caminatas. #uando 0ergio se fue, anocheca.
Prepararon el mate, despu3s de dos horas de cantar, de $ugar a las cartas y contar chistes. Mariana se
senta incapa! de soportar un minuto m"s. Le venan a la mente las im"genes de los encuentros con sus
amigos del sur, los paseos con el auto importado del padre de fede; las pistas de esques, donde se
encontraban con sus equipos fosforescentes; las tardes de nevadas en las confiteras del centro,
compartiendo fondue de chocolate, y no poda evitar el malestar que la invada, mientras contemplaba
el ro manso y barroso, desdibu$ado con la llovi!na, a trav3s de un agu$ero de la pared del rancho.
#uando al fin decidieron regresar, y ya estaban subiendo a La Eana, Mariana resbal en un charco y se
golpe con el estribo de la camioneta. l levantarse alcan! a ver su ropa sucia y mo$ada y reaccion
con furia ante las risas de Pablo. Primero tom barro arenoso con sus dos manos y comen! a tir"rselo,
pero despu3s, y al ver que 3l segua ri3ndose, le quit la guitarra y corri hacia el ro. 4ano quiso
alcan!arla pero ya era tarde.
Pablo logr rescatar el instrumento, despu3s de die! minutos de nado, porque la corriente era bastante
r"pida y lo -nico que le di$o cuando sali del agua fue/ 5Pende$a boluda5.
6#uando Mariana lleg a la quinta ya era de noche. 1etiana le haba prestado ropa seca que le quedaba
bastante a$ustada y para aumentar la ingratitud de la tarde, haba tenido que aceptar que Pablo la
tra$era, porque le avergon!aba m"s confesar que no haba llevado dinero para el colectivo y no se
senta con ganas de caminar los dos ilmetros que separaban a Palma 0ola de la casa de 1etiana, que
estaba en las afueras del pueblo.
4ano era casi tan corpulento como Pablo, pero a diferencia de 3ste, tena el cabello largo y rubio, hasta
casi la mitad de la espalda. )ambi3n su piel, demasiado clara, contrastaba con la de su amigo. 0usrasgos eran armoniosos y poda decirse que era lindo; pero Pablo, pese a que sus facciones eran
imperfectas, tena una fuer!a que cautivaba las miradas. ?aba a su alrededor como un halo de
misterio y su risa concordaba con una vo! tan seductora, que era f"cil entender por qu3 casi todas las
chicas estaban enamoradas de 3l.
@urante el trayecto 4ano le hablaba a Mariana, tratando de seducirla, y le propuso pasar a buscarla el
lunes a la salida del colegio para ir a tomar algo. >ncluso se rehus a ba$ar en su casa antes de de$arla a
ella. Mientras 4ano hablaba, Mariana miraba de reo$o a Pablo y le pareca que se pona molesto conlas invitaciones del amigo. 0iguiendo un impulso acept que 4ano pasara por ella el lunes y le dio un
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beso en la me$illa al ba$ar, mientras a Pablo apenas le de$ un saludo entre dientes y no alcan! a
escuchar si tuvo respuesta, debido al ruido del acelerador.
hora, al leer la nota que estaba pegada en la puerta, termin de sentir que no era un buen da. 2l
mensa$e de Mnica deca que se haba ido a buscar los papeles al departamento de la abuela, que si se
le haca demasiado tarde, dormira en la ciudad, y que ella poda quedarse en la quinta, si as lo
deseaba.
La idea de pasar toda la noche sola en esa casa enorme, en medio del campo, la aterraba, as que no
tuvo que meditar demasiado la decisin.
Mariana de$ que la ducha caliente le terminara de quitar el fro, se cambi y se fue a esperar el
colectivo a la ruta.
%Me vuelve loco, hermano %di$o 4ano%. (6iste los o$os que tiene* (: los pocitos que se le hacen
cuando se re* : ni hablar de las gomas... 4o puede ser m"s linda.
%4i m"s forra %le respondi Pablo%. @ebe ser una nena de mam", es insoportable.
%Lo que pasa es que ustedes se cayeron mal de entrada. 2s dulce...
%: agrandada. (4o viste la cara de asco que tena en el rancho* : me$or ni hablemos de cuando me
tir la guitarra. La hubiera cagado a pinas.
%Lo que pasa es que no est" acostumbrada a estar ac" %sigui defendi3ndola 4ano%. 2stuve
investigando a 1etiana y me cont toda la historia. 2s muy $odido lo que le pasa. Dueron muchos
cambios, por eso por ah se pira un poco, pero eso la hace m"s linda, loco. 2s una mina con polenta.
Btra no se hubiera animado a tirarte la guitarra al ro.
%8ustifcala porque est"s caliente %le di$o Pablo%. 4o s3 si estar" buena, pero que es forra, es forra.
%Maana me la transo, loco, y despu3s te cuento.
Pablo se fue furioso, invadido por sentimientos contradictorios, sin poder borrar el rostro de Mariana,
que ahora se le apareca, repitiendo las im"genes de la tarde. )rat de pensar en otra cosa para no tener
que buscar eplicaciones a los deseos de insultarla y de besarla al mismo tiempo que lo estabanacosando.
Mnica oprimi el botn del portero para que su sobrina pasara. %Me parece que no te has divertido
mucho, (me equivoco* %Due un ba$n... %7n ba$n vendra a ser algo as como muy malo, (no*
%Peor, malsimo.
%1ien, pero... (a qu3 se debi el ba$n, al lugar o a la gente*
%7n poco a las dos cosas. 2l lugar era deprimente y la gente me$or no hablar. 1ueno, en realidadalgunos !afan, pero uno especialmente, logr arruinarme el da.
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%@ebe haber sido un chaval muy malo para que quiera hacerte eso, (no*
%2s el tarado ese del vivero, el que se cay de la moto, (te acord"s*
%0. 0i la memoria no me falla, me parece que se llama Pablo.
%0. 2s un agrandado que se la cree porque hay un montn de minitas muertas por 3l. Las chicas me
contaron que tuvo mil historias y el muy tarado debe pensar que todas somos iguales. #omo yo no le
pas3 bola se la agarr todo el tiempo conmigo, gast"ndome por cualquier cosa. Pero te aseguro que
termin peor que yo... y, pero hablemos de otra cosa. (2ncontraste los papeles que buscabas*
%4o. ?ace horas que los busco. 0i quieres ayudarme, de pronto los encontramos temprano y
podemos regresar a la 6illa...
%1ueno. @ecime por dnde busco y qu3 papeles son.
%0on los recibos de impuestos inmobiliarios de la quinta. :o continuare revisando el escritorio y t-,
si quieres, puedes buscar en el dormitorio de la abuela, en la cmoda, en las mesas de noche, en fin,
donde se te ocurra.
Mnica canturreaba en catal"n, mientras iba abriendo biblioFratos y sobres. Mariana comen! a abrir
ca$ones y puertas en la otra habitacin. =evis minuciosamente hasta que encontr una cadena de plata
con una llavecita min-scula. 2n el fondo del ropero haba visto un cofre antiguo, no muy grande, y
supuso que 3sa era la llave para abrirlo.
Lo sac con cuidado y lo abri.
2ran cartas. Las fue sacando de a poco, mientras senta el olor a papel vie$o que sala del cofre.
7na letra apretada, con may-sculas recargadas de adornos, se dibu$aba en las ho$as m"s amarillentas.
Mariana se puso a leer/
lusellas, ; de septiembre de 7+te acuerdas?
uando nos casemos, amada m*a, tendremos a nuestros hi'os: 8-ctor & ercedes, tal como lo hemos
elegido & seremos por siempre una (amilia (eliz.
i amor, no s- si te ha ocurrido lo mismo #ue a m*, pero la /ltima vez #ue estuvimos 'untos, cuando
nos despedimos, sent* #ue el beso #ue nos dimos (ue di(erente. 2ntonces comprend* #ue &a no
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podemos esperar demasiado para casarnos. Quiero #ue seas mi esposa para poder amarte el resto de
mis d*as & #ue...
Las risas de Mariana atra$eron a Mnica que se acerc a su sobrina y se puso a leer con ella/
...& #ue ninguna caricia nos sea prohibida.
Te amo desde el (ondo de mi corazn & s- #ue nada podr$ separarnos. 9ecibe con esta carta un
milln de besos & el deseo de #ue sigas esper$ndome & so)ando conmigo.
2ternamente tu&o,
Armando
Mnica y Mariana se rieron $untas.
%Pero mir"lo al abuelo... Lo apasionado que era, qui3n hubiera dicho... @espu3s continuaron
hurgando en el cofre, siguiendo la historia de amor.
%#laro que ?3ctor nunca lleg. : aparec yo. Por suerte me pusieron Mnica y no ?3ctora.
Mariana rea con ganas.
@espu3s siguieron revolviendo en el cofre y fueron desfilando fotos amarillentas, estampitas de
bauti!o, mechones de cabello atados con cintas manchadas de ido...
%Mira, la participacin del casamiento de mis vie$os.
%: aqu est" la primera carta que le mand3 a mam" desde 2spaa...
Leyeron cartas durante casi una hora, reviviendo momentos que Mnica crea olvidados, recuperando
instantes que Mariana desconoca.
%1ueno basta, despu3s la seguimos, (quieres* %di$o Mnica%. @ebemos encontrar los papeles que
necesito para maana.
%y, dale la -ltima, s3 buena, despu3s te ayudo. &Mira' 2sta es de antes que yo naciera. 0e la
mandaba mami a la abuela. ver quele deca...
@uenos Aires, diciembre de 7+B
Querida mam$:
4o #uiero cargarte de angustia por#ue s- lo mucho #ue debes estar su(riendo con la en(ermedad de
pap$. 4o hace (alta tampoco #ue te e0cuses Ccomo lo haces en tu /ltima cartaC por no haber
podido estar a mi lado en estos momentos di(*ciles. 2ntiendo per(ectamente #ue pap$ te necesita m$s#ue &o. Adem$s auricio se ha portado mu& bien. "e concedieron una licencia & estuvo cuid$ndome
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todo el tiempo, durante la semana en #ue me internaron para los estudios, despu-s en los d*as previos
a la cirug*a & ahora, en la convalecencia, m$s #ue nunca. Por momentos lo desconozco, &a #ue nunca
(ue demasiado tierno, & ahora est$ pendiente de m* todo el tiempo. Supongo #ue &a te habr$ llegado
la carta anterior, en la #ue te contaba #ue me ir*an a operar. 3a han pasado veinte d*as & reci-n la
semana pasada, en la consulta con mi gineclogo me enter- de la verdad. 4o pude escribirte en ese
momento por#ue entr- en estado de shoc1. Pero ahora necesito decirte lo #ue me est$ pasando
por#ue tengo miedo de volverme loca.
2l m-dico me e0plic #ue cuando me abrieron se encontraron con rami(icaciones inesperadas & #ue
tuvieron #ue e0tirpar absolutamente todo, para asegurarse de #ue no #uedara ni si#uiera un indicio
de la en(ermedad. 2so signi(ica Ccomo &a podr$s imaginarteC #ue nunca podr- ser madre.
auricio (irm la autorizacin & ahora se siente culpable.
A m* tuvieron #ue in&ectarme un calmante por#ue me dio un ata#ue de nervios cuando me lo di'eron.
4o puedo entender por #u- no me consultaron. 2l hecho de tener #ue someterme a la tortura de los
ra&os, no me angustia tanto como la certeza de saber #ue nunca vo& a poder tener hi'os. 2sto&
destruida & no puedo ocult$rtelo.
Mariana estaba p"lida, mir por un momento a Mnica y despu3s continu leyendo.
"a semana pr0ima comenzar- con el tratamiento. auricio consigui #ue le prolongasen la licencia
& podr$ acompa)arme para hacerme la aplicacin de ra&os. 2l m-dico dice #ue slo es preventivo,
#ue con la operacin se ha hecho una limpieza pro(unda, pero tengo miedo.
auricio trata de consolarme dici-ndome #ue podemos adoptar, #ue no ha& di(erencias, #ue si lo
adoptamos de reci-n nacido ser$ igual, pero &o siento #ue nunca ser$ lo mismo.
Te pido por (avor #ue me respondas, por#ue te necesito m$s #ue nunca &...
%0iempre lo supe... siempre lo supe %balbuceaba Mariana, con la cara desenca$ada.Mnica no hablaba, slo atin a tomarle una mano, pero estaba segura de que Mariana no la senta.
)ena la piel helada y pareca que hablaba para s misma.
%@e verdad que siempre lo supe. 4unca me contaban nada de cuando era chiquita, ni me eplicaban
por qu3 no tena hermanos, ni a qui3n haba salido tan rubia, ni por qu3 ellos tenan los o$os tan
marrones y yo los tena tan grises.
Mariana se quedaba mirando el vaco durante un rato y despu3s continuaba/
% veces con Luca embrom"bamos con eso de que 3ramos adoptadas y ahora me acuerdo del retoeagerado que me dieron cuando nos escucharon. :o no entenda por qu3 haban reaccionado tan
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mal... si era una broma. #uando yo le preguntaba a mi mam" si estaba muy gorda antes de que naciera,
ella me contestaba, pero se pona rara y enseguida cambiaba de tema. hora entiendo... (Por qu3 no
me lo di$eron* (Por qu3 en todos estos aos nadie me di$o nada*
Mnica no poda evitar que los o$os se le llenaran de l"grimas al ver a Mariana, tan desvalida, tan
triste. Bprimi m"s fuerte su mano y ella pareci reaccionar.
% &6os lo sabas'%comen! a gritar Mariana%. &Lo sabas' &Lo sabas y no me lo di$iste'
%)e $uro que no, chiquita, te $uro que no saba nada. % (Por qu3, por qu3 me mintieron* &(Por qu3*'
Mariana comen! a tirar todo lo que encontraba, presa de un ataque de nervios. Las cartas volaron por
el aire ante la patada que le dio al cofre. 0igui con los portarretratos que adornaban la cmoda, con
los floreros y despu3s se encerr en el bao y no respondi a los llamados de Mnica durante toda la
noche.
7
?aban transcurrido dos semanas desde la noche en que Mariana se haba enterado de que no era hi$a
de Mauricio y Mercedes.
quella terrible maana, despu3s de abrir la puerta del bao, Mariana ley hasta el -ltimo papel que
encontr en el cofre.
2l -nico indicio que hall sobre la adopcin fue una carta que deca con mucha vaguedad/
... 2spero #ue ha&as destruido la carta anterior. "a beba #ue nos entregaron es hermosa, como
podr$s ver en la (oto #ue te enviamos. 2l /nico problema #ue tuvo es una ine0plicable in(eccin en su
ore'a derecha, a eso se debe el venda'e #ue tiene. Tuvieron #ue hacerle una pe#ue)a intervencin &
ha perdido el lbulo, pero los m-dicos nos aseguran #ue tienen todo ba'o control & #ue el o*do no se
ha visto a(ectado...
2l mes pr0imo nos iremos al sur, &a #ue auricio ha pedido #ue lo trasladasen all$ &...
Mariana siempre haba tratado de ocultar su ore$a con el cabello. Mauricio y Mercedes le haban dicho
que se le haba encarnado un arito de oro siendo muy beba, y que el orificio de la otra ore$a se le haba
tapado. Por eso nunca haba usado aros.
: ahora, al leer esto, Mariana comprendi que ellos desconocan lo ocurrido y que por eso siempre
haba sido tan vago el relato que le hicieran sobre el hecho.
2ntre todas las cartas que ley, encontr una que Mnica le enviaba a ngela desde 2spaa/
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...4o puedo creer lo cambiada #ue est$ ercedes en las (otos #ue me mandaste. Su panza est$ tan
enorme #ue me hace pensar #ue tal vez. va&a a tener mellizos. >8a& antecedentes de partos m/ltiples
en la (amilia de auricio? Dile de mi parte #ue...
2so le sirvi a Mariana para convencerse de que Mnica realmente no saba nada de la mentira que
haban urdido. Pero esto pareci no importarle demasiado y, desde aquella noche, no volvi a dirigirle
la palabra.
Permaneca tardes enteras encerrada en su cuarto y cuando sala caminaba sola por el parque o se
hamacaba sobre su propio cuerpo, en silencio, mirando hacia la pared.
@urante esos das pareca que ella haba de$ado de pertenecer al mundo. 0e haba olvidado de todo, del
colegio, de su aspecto personal, hasta de la comida, ya que slo tomaba algo de leche o alguna fruta.
0e la vea demacrada y o$erosa en los pocos momentos en que sala de su dormitorio.
?aba una carta de +ashington que permaneca cerrada sobre su cmoda desde haca m"s de una
semana.
2se s"bado, se levant cerca del medioda y estaba deambulando en camisn, con los cabellos
revueltos, mordisqueando una man!ana, cuando escuch las voces que provenan desde el taller.
%2st" muy mal, y por eso me toca todo a m. 4o lo entiendo. 4unca cre que fuera a reaccionar de esa
manera.
%Pues a m me parece muy lgico. @ebe ser muy difcil tener que aceptarlo. dem"s imagnate que
los chavales, cuando son adolescentes, no reaccionan nunca en forma previsible. %Pero es inteligente.
4o puedo entenderlo. Mariana agudi! el odo tratando de escuchar me$or. La conversacin le llegaba
en forma parcial y supuso que estaban hablando de ella.
na ya haba ido varias veces a entregar personalmente pedidos de flores o plantas a Palma 0ola y
haba aceptado los mates y lacharla que le ofreciera Mnica. hora, haca un largo rato que estaban
conversando y una ve! agotados los temas m"s triviales se haba atrevido a hacerle algunas
confidencias.%1ueno, puedes venir cuando quieras. Por ah te hace bien que hablemos. :o tambi3n a veces me
siento sola y no he encontrado muchas personas con las cuales comunicarme de verdad en este lugar.
Mnica acompa a na hasta la puerta y alcan! a ver cmo se corra la cortina del cuarto.
2l domingo por la maana Mariana se despert por los fuertes golpes que daban en su ventana. Las
risas de las chicas eran inconfundibles.
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%)enes un minuto para abrirnos y cinco para vestirte y venir con nosotras. ?oy no te lo perdonamos...
%grit 1etiana.
Mariana sali a la galera con cara de dormida.
%4o nos vengas otra ve! con que est"s depre, como nos di$iste el otro da, que vas a de$ar de estudiar
y todas esas pavadas, (eh*
%)e va a hacer bien venir con nosotras. 6amos hasta el ro con los chicos, llevamos el mate y no nos
vamos si no nos acompaas % le di$o #ris mientras le acariciaba el pelo%. dem"s te prometemos no
llevarte al =ancho =eal y protegerte de todas las ranas transparentes y monstruosas que se crucen en tu
camino.
2l mayor logro fue arrancarle una sonrisa a medias despu3s de mucho esfuer!o. 2stuvieron sentadas
con ella por m"s de media hora y al ver que todo era in-til y que no podran convencerla, se fueron
hacia la pla!a para encontrarse con el resto del grupo.
%(4o vas a abrir la carta* %le pregunt Mnica.
Mariana le respondi levantando los hombros.
Mnica estaba pas"ndose miel por la cara, envuelta en una bata, reci3n salida de la ducha.
%Por lo que parece hoy tampoco vas a dirigirme la palabra. Mira, yo estoy tan mal como t-. @escubro
despu3s de tantos aos que mi madre y mi hermana son dos desconocidas, que mintieron
alevosamente, hasta el punto de fingir un embara!o para perpetuarlo en fotografas, sin importarles
nada...
Mariana segua muda, mientras se hamacaba, sentada sobre el piso, de cara a la pared.
%Lo -nico que s3 es que eres una inmadura y una egosta, que has vivido toda tu vida entre algodones
%sigui Mnica%, y ahora, ante el primer problemita te derrumbas. 2res una cobarde, una nena de
mam" que no puede sobreponerse.
Mariana no aguant m"s. 0e levant de un salto tumbando una silla.
%&0os una hi$a de puta' mo podes hablarme as' &Pequeo problemita decs, hi$a de mil puta' %legrit, mientras se abalan!aba sobre Mnica agarr"ndola de los cabellos.
#ayeron las dos al suelo. Mariana le peg y la insult. Mnica slo trataba de esquivar los golpes.
#uando se calm un poco la abra! con fuer!a y comen! a acariciarla, mientras la calmaba con
palabras dulces y la acunaba como si fuese un beb3, cant"ndole canciones de cuna en catal"n. Mariana
comen! a sacudirse con fuertes sollo!os, y sigui llorando durante m"s de inedia hora, mientras
preguntaba a los gritos, algo que Mnica no poda responderle/ 5Por qu3. decime por qu3 nunca me lo
di$eron5.
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Pablo escuchaba a las chicas en silencio, mientras ellas le contaban lo etraa que estaba Mariana.
%2s un poco rara la minita esa, (noC.C %di$o Loli.
4ano sali a defenderla/
%Primero no la llames minita. : antes de sacar conclusiones pens" en todo lo que le loca vivir, que no
es nada f"cil. Los vie$os est"n en 2stados 7nidos y qui3n sabe cuando vuelven...
%#allate, 4ano, si vas a $ustificar hasta el plantn que le comiste hace quince das, cuando le
prometi que iban a salir y no apareci %le di$o Loli.
%4o apareci, pero me avis con las chicas que estaba mal % se defendi 4ano.
%0, le avis, a los die! das... pero te avis.
%1ueno, despu3s de todo hablan por envidia, loco %sigui 4ano%. :o s3 los problemas graves que
tiene. l vie$o lo van a tener que operar y...
%0, y para completarla la la 3sa, que la est" cuidando, me parece m"s rayada que una cebra... %
agreg 9astn.
%: encima toda la mala onda que le tir el tarado 3ste, la primera ve! que vino con nosotros %di$o
@3bora dirigi3ndose a Pablo. :o estoy segura de que por tu culpa reaccion as.
%0iempre hacen lo mismo... %le respondi Pablo%. #uando aparece alguien de afuera, aunque sea
un forro, lo convierten en rey... : ahora me vienen a cargar mierda a m. :a se olvidaron, por
supuesto, de todas las pavadas que ella di$o, y tambi3n de las que hi!o, porque parece que no tiene
ninguna importancia que me haya lirado la guitarra al ro, (no*
Por primera ve! #ris no lo defendi, y mir"ndolo con cara de reprobacin le di$o/
%Lo que pasa es que no quer3s entender, Pablo. 0i ella reaccion asiese da, fue porque trataba de
defenderse, pero como todo hombre sos bastante bruto para entender a una mu$er. 0e siente sola, tuvo
un montn de cambios, necesita un poco de comprensin. dem"s no es tan forra como vos decs. :o
estuve charlando mucho con ella y es b"stante pensante.
%: adem"s es un sol %agreg 4ano poniendo cara de tonto.
%1ueno crtenla, loco %di$o 1etiana%. )enemos que pensar en algo para ayudarla. @ebe serre$odido estar tan sola.
% veces uno puede tener ganas de estar solo, (no* %les contest Pablo, levant"ndose.
2l tampoco aguantaba a los chicos, hoy. 2n realidad no se aguantaba ni a s mismo. )odava no poda
creer que fuese cierto lo que le estaba pasando.
0e puso a correr hasta la playa y cuando lleg, se quit la ropa y se puso a nadar hasta que sinti que el
cansancio lo rela$aba. 0e tumb de espaldas y de$ que la corriente lo arrastrara.
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Por la noche Mariana ley la carta de su madre y despu3s la rompi en peda!os. 4o le importaba
absolutamente nada. 4i el retraso de la operacin, ni sus preocupaciones, ni sus eigencias idiotas,
pidi3ndole que se portara bien, que fuese buena, que...
%(4o vas a pegarme de nuevo, no* %le pregunt Mnica con una sonrisa, mientras le acercaba una
ta!a de leche tibia.
%(0abes* %le respondi Mariana con la mirada ausente%. Lo que m"s me duele es sentir que no s3
qui3n soy, que todo lo que yo cre que era mi familia no eiste, no es nada.
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32/131
#aminaron un rato en silencio, escuchando el sonido del viento que se enredaba entre las agu$as de los
pinos y el canto de los p"$aros.
Los "rboles iban oscureci3ndose en el hori!onte y las cosas m"s cercanas se cubran con una lu!
naran$a y c"lida. 0e haban descal!ado y hundan sus pies en la arena, que todava conservaba la
tibie!a de la tarde. esa hora el aire ola a eucaliptos.
#uando pasaron frente al vivero na estaba descargando unas plantas. Mnica se detuvo a saludarla y
se quedaron unos minutos hablando.
Mariana se dio cuenta de que la mu$er la miraba con insistencia y, cuando llegaron a la esquina, not
%al darse vuelta% que na continuaba mir"ndola.
Pablo haba salido a caminar solo, sin rumbo fi$o. 2ra un fin de semana largo, sin clases, pero no haba
hecho planes porque no tena ganas de ver a nadie.
2ra temprano y por ser da no laborable las calles de la 6illa estaban casi desiertas.
#uando cru! la ruta la vio. La reconoci desde le$os por su forma de caminar. 2ntonces comen! a
apurar la marcha.
La alcan! antes de llegar a la estacin de servicios.
%4o te haba visto %le di$o%. (Para dnde vas*
Mariana lo mir con cara de fastidio y levant los hombros a manera de respuesta.
%()e molesta si caminamos $untos* %insisti el.
%2n realidad no tengo ganas de estar con nadie.
Pablo sigui como si no la hubiese odo/ %4o viniste m"s a la pla!a. Me di$eron que tambi3n de$aste
de ir al col3.
%6olv a empe!ar esta semana. %2l domingo vamos al ro, (no quer3s venir* %4o... no creo...
%6amos a ir con 5La =ana5, pero yo por las dudas... no llevo m"s la guitarra.
Mariana sonri y 3l se sinti un poco m"s seguro. %( que no te animas a entrar* %pregunt 3l
cuando pasaron frente al cementerio. %(Para que*%h, sos maricona, como todas las mu$eres. %)u abuela es maricona, nene. 6amos...
)uvieron que saltar por una tapia ba$a, porque el portn todava estaba cerrado. @espu3s se pusieron a
caminar entre las cruces, leyendo los epitafios m"s etraos y comentando entre ellos los nombres de
los muertos.
Mariana haba recobrado su tono burln.
%2n el sur los cementerios son mucho m"s... elegantes. c" te deprimen todas esas cruces en el suelo.
%#laro, lo que pasa es que ac" los muertos no hacen desfiles de moda, son m"s sencillitos.
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%1ueno crtala, no es para que me gastes tampoco. dem"s lo deca en serio. 2n los cementerios de
all" hay grandes panteones. Les colocan m"rmoles y vitrales en las ventanas y estatuas de "ngeles en
los ingresos. 4o te interesa nada, nene, siempre est"s hablando pavadas.
%Lo que pasa es que para m es una pavada lo que est"s diciendo vos. 4o creo que sea necesario tanto
lu$o para morirte. @espu3s de todo all" no creo que necesites nada.
0iguieron un rato sin hablar hasta que Pablo se detuvo frente a una l"pida enmohecida, en una hilera
de nichos de una de las paredes que daban al sur. 0e puso a quitar las telaraas de una fotografa
amarillenta, rodeada por un marco barroco y semioidado.
%1ueno y llegamos a la !ona urbana %di$o Mariana con irona%. nuestra derecha podemos
distinguir el ala sur del edificio en propiedad hori!ontal m"s importante de esta ciudad. : nos
encontramos con el portero, que tiene a su cargo la limpie!a de este sitio.
2n ese momento ella se acerc a la fotografa y lan! una carca$ada diciendo/
%: esta debe ser una de las pocas fotografas del :eti, el eslabn perdido entre el mono y el hombre,
es indudable, ya que sus rasgos conservan a-n una cierta seme$an!a con los simios.
Parece muy abandonado el pobre... ni una flor, slo una margarita de pl"stico despintada. Parece que
las -nicas que lo visitan son las araas...
%)e est"s riendo de mi vie$o, tarada.
Mariana se puso seria de golpe. Pablo levant la vista y ella se dio cuenta de que tena los o$os llenos
de l"grimas.
%Perdname, yo no saba... )e $uro que lo de simio lo di$e en broma y...
Pero Pablo no la escuch porque ya estaba ale$"ndose a grandes pasos hacia uno de los bancos que
haba en los caminos empedrados y grises.
2lla lo sigui y se sent a su lado en silencio. @espu3s de un rato, sin mirarlo y con vo! muy ba$a,
di$o/
%Perdname, Pablo... (Me crees que te lo di$e en broma*
: despu3s, al ver que 3l no le contestaba, agreg/%6os al menos sabes adonde est". 2n cambio yo...
2l la mir asombrado y le contest/
%(
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%(Lo decs en serio*
Pablo no necesit la respuesta de Mariana para estar seguro de que no bromeaba; le bast mirar su cara
que se haba entristecido de golpe, al no verse en la obligacin de seguir simulando una falsa alegra.
%2ntonces era por eso que de$aste el col3 y no apareciste m"s en la pla!a...
2lla asinti con un movimiento de su cabe!a y Pablo alcan! a ver que lloraba en silencio. 0in decirle
nada le tom una mano y permanecieron as un largo rato, cada uno metido en sus pensamientos.
na haba ido a ver a Mnica. 4ecesitaba poder desahogarse con alguien y esa mu$er, que tena
cdigos tan distintos a la gente del lugar, le inspiraba confian!a.
%Mira, yo s3 que es muy delicado lo que quiero pedirte, y est"s en todo tu derecho de decirme que no.
@espu3s de todo hace muy poco que nos conocemos y...
%@3$ate de tonteras, na. (
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Pablo y Mariana permanecieron un largo rato en silencio. 2lla retir su mano despacio y le di$o/
%Pablo, yo no saba lo de tu vie$o... Por eso $odia con toda esa pavada del :eti...
2l le gui un o$o y le sonri, mientras le contestaba/
%:a s3. :o no me puse mal por tu broma, sino por otras cosas. 2n realidad es m"s por mi vie$a que
por mi vie$o. 4o es nada f"cil tener una madre viuda que intenta consolarse. Pero ahora hablemos de
otra cosa. :a cambiamos suficientes secretos.
@espu3s agreg con un gesto cmico/
%: no me hagas acordar de la guitarra flotando en el ro si no quer3s despertar mis deseos de
estrangularte.
Los dos se rieron. l rato ella pregunt/
%(
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#uando ella le avis, respir hondo luchando contra sus ganas de seguir abra!"ndola y la solt.
@espu3s volvi a trepar, hasta llegar a asirse del borde y se pusieron a husmear los dos, con las
cabe!as muy $untas, por el agu$ero hediondo del osario.
7n olor acre sala desde el fondo y alcan!aron a distinguir alg-n f3mur y restos de huesos apilados.
%& ver la cara del hombre no lo dudaron. 0e
ba$aron r"pido y salieron corriendo con las !apatillas en la mano.
%&Para, que me pincho toda' %gritaba Mariana. Pero Pablo sigui corriendo a toda velocidad
mientras la arrastraba de la mano, hasta que estuvo seguro de haber puesto suficiente distancia.
0e escondieron detr"s del tronco de un timb enorme, ecitados y risueos.
% (Por qu3 no paraste* %le di$o ella sent"ndose%. Me pinch3 toda...
Pablo tom entre sus manos los pies de Mariana y fue quit"ndole las espinas con mucho cuidado.
@espu3s se demor un poco, revisando si no quedaba alguna, pasando sus manos con suavidad, en un
gesto que se aseme$aba mucho a una caricia.
9
Pablo se recost sobre el pasto fresco, reci3n cortado y se qued un rato mirando el "rbol desde aba$o.
7n camino de hormigas suba y otro ba$aba por la corte!a rugosa. 2n lo alto, estallaban amarillas las
flores del :bir"FPuit". Pablo se acordaba de lo que le deca su mam" cuando era chico y se sentaban
ba$o la sombra del "rbol. 5Lo plant tu pap" el da en que naciste. #ada ve! que lo miremos ser" como
si lo vi3ramos a 3l5.
2ntre las ho$as m"s altas se recortaba el celeste intenso del cielo, y las nubes, arrastradas por el viento,
parecan querer llev"rselo con ellas.
%Pablo...
La vo! de na le lleg con claridad pero 3l no le respondi. @espu3s de llamarlo varias veces ella se
acerc y se sent a su lado.
%#reo que tenemos que hablar %le di$o%. 2ntiendo lo que debes estar sintiendo, pero...
Pablo se levant y se dirigi al invernadero sin responderle.
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@espu3s abri el grifo y comen! a regar las plantas. Bprimi el etremo de la manguera y
permaneci un largo rato haciendo que el agua golpeara con furia las flores y las ho$as m"s d3biles.
2ra casi el medioda y el sol ya se haca sentir en esos -ltimos das de octubre.
Mariana estaba descansando sobre una reposera desvenci$ada de lona, a la sombra de los pl"tanos.
%0eguro que te despert el canto del gallo %le di$o a Mnica, al ver que estaba acerc"ndose.
%:o no tengo horarios. 4o lo soportara.
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%(: te parece que si mintieron tanto antes, ahora nos van a decir la verdad*
%0inceramente, no creo.
%(: entonces*
%:o no te digo que averigGes la verdad a trav3s de ellos, lo -nico que intento decirte, es que si los
etraas, si los sigues queriendo pese a todo, no te niegues ese sentimiento.
%Lo que pasa es que me resulta muy difcil hablarles sin tocar el tema. : no puedo hablar de todo
esto a trav3s de una carta o de un tel3fono...
%)e entiendo... #reo que por el momento, lo -nico que podemos hacer es intentar descubrir alguna
pista, algo que nos lleve a la verdad por otro camino.
Mariana no agreg una palabra, pero su mirada refle$aba todo el desamparo y la angustia que senta.
Mnica le acarici con ternura la cabe!a, y despu3s se quedaron un largo rato en silencio.
4ano haba ido a pasar unos das a su quinta y, mientras aguardaba el micro, intentaba sobrepasar la
ruta arro$ando piedritas.
%#rtala, loco, que le vas a pegar a un auto %le di$o Pablo. %(0e puede saber qu3 te pasa* @esde
hace un tiempo est"s m"s aburrido que la profesora de geografa. 4o hablas, y ahora encima me $od3s.
()e agarr un ataque de vie$itis* %4o seas pesado.
%Mira, Pablo, somos amigos desde hace rato, (no* Podras contarme lo que te pasa.
%)engo problemas con mi vie$a, pero no quiero hablar de eso. %2l domingo nos vamos al ro. %
(
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A veces vo& caminando por la calle & me pregunto si alguna de las mu'eres #ue cruzo no ser$ mi
mam$.
Mariana guard su diario y se acost llorando, abra!ada a su almohada.
1
#uando Pablo lleg a Palma 0ola, Mnica ya estaba levantada. ?aba preparado una mesa en el patio,
ba$o la sombra de los "rboles. La maana se presentaba tibia, sin brisa y los p"$aros estaban
alborotados.
%Mariana todava est" durmiendo %le di$o Mnica%. 6amos a sentarnos.
?ablaron de mil cosas/ de la primavera, de las plantas, del vivero, del colegio...
%1ueno %le di$o ella al rato%, hoy comien!an las clases que te promet. 2l barro nos espera.
: tom"ndolo de la mano lo arrastr hasta el taller.
Le arremang la camisa, ri3ndose porque 3l era mucho m"s alto. Pablo, sigui3ndole la broma,
levantaba los bra!os a propsito para que a ella le costase llegar.
Mariana los miraba a trav3s de la ventana, sin entender demasiado dnde estaba la gracia, cuando la
vieron.
%Mira la que me deca 1ella @urmiente... %le di$o Mnica%, qu3 madrugn que ha dado.
%?ola... %respondi ella entrando.
%@ale, Mariana %le di$o Pablo%. )u t... eh... Mnica nos va a ensear a traba$ar el barro.
%s es. )e aclaro que Mariana te lleva venta$a porque ya reali! su primera escultura.
%0, pero se me rompi. Me parece que no me llevo bien con los "ngeles...
Los chicos se acomodaron en unas sillas pesadas, de asientos de cuero tren!ado. Mnica les entreg
dos tro!os grandes de barro y les di$o/
%Lo primero que hay que hacer es olerlo... : tambi3n les voy a decir algo muy importante, el barro essacado de la orilla del ro y est" enriquecido con la vida. #on la vida de las plantas que han quedado
sepultadas en ella, con la vida de los animales, escaraba$os, hormigas y vaya a saber uno, cu"ntos
bichos m"s, que no han muerto, sino que se han transformado, abonando la tierra, me!cl"ndose con el
agua, para dar como resultado esta arcilla, que tienen que aprender a respetar y a amar, para poder
darle despu3s, lo me$or de ustedes mismos/ el alma.
Mariana y Pablo, cautivados por las palabras de Mnica, se de$aron llevar por las sensaciones que les
transmita el barro h-medo entre los dedos. 2staban muy cerca uno del otro. 0us bra!os se ro!aban
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mientras amasaban la arcilla, y ninguno de los dos de$ de percibir el cosquilleo que les recorra la
piel, cada ve! que se tocaban.
Mnica puso una m-sica suave de fondo y el tiempo se fue esfumando sin que ninguno de los tres lo
notara.
na estaba hablando por tel3fono con 0ergio y no sinti que golpeaban las manos. #uando colg, al
darse vuelta, se encontr frente al hombre de los bigotes recortados y la cabe!a rapada.
%Me recuerda, (no*
)rat de mostrarse calma, pero cierto temblor de sus manos al intentar acomodar unas facturas, la
delataba.
%6engo a hacerle un reclamo, seora... %le di$o 3l mientras iba deteniendo su mirada, con descaro,
en el cuerpo de ella.
%()uvo alg-n problema con los espinos de fuego*
%4o, est"n fogosos y agresivos, como debe ser %le contest el destacando eageradamente las
-ltimas palabras.
%(2ntonces*
%0e trata de su hi$o. 2l pibe del ciclomotor, (es su hi$o, no*
%0, Pablo es mi hi$o, (por qu3*
%Porque ya es la tercera ve! que pasa por mi propiedad, sin permiso, invadi3ndome con su moto,
nada m"s que por acortar camino.
%Perdn, pero usted vive en La urora, (no*
%s es.
%0i yo no recuerdo mal, La urora siempre ha estado dividida por una calle p-blica. 0i usted se
refiere a que Pablo lo invade al atravesar esa calle...
%0, eso era calle antes de que yo la comprara. 0epa que yo he cerrado esa entrada con un portn y no
voy a permitir que nadie viole mi propiedad.%Mire, seor, hay una reglamentacin municipal que usted no puede desconocer...
%6oy a darle un conse$o que espero sepa aceptar, por su bien y sobre todo por el de su hi$o, mi
estimada seora %continu mientras segua mir"ndola con descaro%. 2n mi casa, las leyes las pongo
yo y no me gusta que me desobede!can. 2spero que no lo olviden. 1uenos das.
: sin esperar respuesta, hi!o una inclinacin burlona de cabe!a y se fue, de$ando a na angustiada y
furiosa.
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Pablo y Mariana se recostaron sobre las baldosas frescas de la galena, acalorados, despu3s de $ugar
durante m"s de una hora al tenis.
%(: tu... y Mnica*
%@ebe estar reponi3ndose del madrugn de esta maana. @e paso me hiciste acordar... 4o seas
tarado. :a hoy, cortaste la palabra ta por la mitad y encima adelante de ella...
%(2lla no sabe nada*
Mariana suspir. )ena ganas de desahogarse, as que en un rato le cont cmo se haba enterado de
todo y lo mal que estaba sinti3ndose.
%:o en realidad, no le di$e a ella que te haba contado, qu3 s3 yo... es como que no me dan ganas de
hablar de eso y al mismo tiempo necesito hacerlo. 1ueno, pero ahora le voy a decir que te cont3...
%Mira, yo quisiera ayudarte, pero...
%(Me ayudaras de verdad*
%0. @ecme, y yo hago lo que sea...
%:o quiero descubrir qui3n soy.
Los o$os claros de Mariana se ensombrecieron.
%:o necesito saber cmo me llamo de verdad, adonde est" mi mam", qui3n fue mi pap", por qu3 no
me quisieron...
Pablo le tom la mano.
%4o te pongas mal. :o te voy a ayudar. :a vas a ver... )e $uro que vamos a averiguar todo sobre tu
verdadera familia...
Mariana de$ un rato su mano en la de 3l y despu3s, un poco turbada, la quit.
%: vos %le pregunt%, (segus mal por lo que me di$iste el otro da sobre tu mam"*
%0, hace rato que no nos damos bola, pero ahora no tengo ganas de hablar de eso. lo me$or otro
da te cuento todo. hora no. hora te invito a dar una vuelta en moto...
%)oma %di$o Pablo con gesto hosco%. @e$aron esta carta para vos en el mercadito.%9racias, mi amor... %le respondi na%. 6en, quiero que hablemos...
%M"s tarde, me voy a baar.
na abri el sobre y se puso a leer la carta. @espu3s se fue al invernadero y comen! las tareas de la
tarde. =evis los plantines reci3n trasplantados, removi la turba que formaba una montaa despare$a,
cerr los grifos del riego y sali al patio.
0e sent un rato a contemplar el sol, que ya estaba desapareciendo detr"s de los eucaliptos. 2l
atardecer se iba llenando de sonidos. La tierra h-meda despeda su olor tibio y dul!n de primavera.Pablo, reci3n salido de la ducha se sent a su lado y al rato le di$o/
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%)ambi3n te escribe cartas.
na sonri.
%4o era de 3l la carta. 2s una invitacin para una cena, para un reencuentro. 4os vamos a volver a
ver despu3s de veinte aos, los egresados del bachillerato. 1ueno, en realidad con algunos nos
seguimos viendo...
%(#u"ndo es la cena*
%Daltan dos meses. Lo que pasa es que me escriben con tiempo para que los ayude a organi!ar, sobre
todo para que averigGe algunas direcciones y consiga fotos de aquellos aos y todo lo que se me
ocurra...
%(6as a ir con 3l*
%: con vos.
%:o no voy si va ese tipo.
%Pablo, de eso quiero que hablemos...
%:o no tengo nada m"s que decirte.
: diciendo eso fue a encerrarse en su dormitorio.
11
%Mira, Pablo, yo no tengo por qu3 inmiscuirme y odio dar conse$os, pero me puedo poner en lugar de
tu madre y puedo asegurarte que no es muy lindo estar sola. : menos en este lugar.
%Mi vie$a nunca tuvo miedo...
%4o me refiero a eso. 2ste lugar es tan euberante, tan m"gico, tan maravilloso que no puedes de$ar
de compartirlo con alguien.
%0in embargo vos est"s sola...
%2s distinto.
%(Por qu3*%:o estoy sola por eleccin. Porque la persona con la que quisiera estar se encuentra demasiado
le$os.
%: cu"l es la diferencia. 0eg-n lo que ella di$o siempre, con la -nica persona que ella hubiese podido
estar era con mi vie$o. 1ueno, que haga como vos, que piense que est" le$os y listo.
Pablo %molesto% se quit la remera y la tir sobre una silla. 2l calor ya comen!aba a sentirse.
%4o es lo mismo, Pablo. )u padre no puede volver. :o s. dem"s si estoy sola no es -nicamente por
eso. )ambi3n es porque aqu no conoc a nadie que lograra conmoverme.
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%:o no lo soporto. 0i fuese otro tipo no me importara, pero no puedo entender que mi vie$a est3
saliendo con ese tarado.
%Me parece que est"s eagerando... > menos intenta conocerlo un poco y despu3s...
%4o hace falta conocerlo demasiado. 0i mi vie$a te lo presenta, vas a ver que no eagero.
%( ver cmo alisaste los bordes* 4o, as no. ver si lo puedes hacer me$or...
2lla le tom los dedos y humedeci3ndoselos en el agua, comen! a mov3rselos con suavidad sobre el
barro.
%2l barro es muy sensual y la sensualidad es parte de la vida, (no* %le di$o ella.
Los dos se sobresaltaron al or el porta!o y al darse vuelta vieron a Mariana que se ale$aba.
%(
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%1ueno, se usaba ese peinado.
%Mira los pantalones... &qu3 feos'
%2ran horribles, realmente, pero estaban de moda... y, mira, ac" est". sta estaba buscando, la del
J, cuando nos recibimos.
% ver, mostr"mela... &
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%(Mariana no est"* %pregunt Pablo.
%2st" estudiando en la casa de una amiga.
%(4o te di$o nada de por qu3 ayer no quiso verme*
%4o. )ampoco se lo pregunt3.
%?ace desde el domingo que no me da bola. 03 que es muy duro lo que le pasa, pero me parece que
Mariana es bastante chiquilina.
%4o es para nada f"cil lo que ella est" viviendo, Pablo, debes tenerle un poco de paciencia. )oma la
fotografa, devu3lvesela a tu madre. )endramos que saber qui3n puede darnos alg-n dato sobre esta
mu$er.
%lgo me cont mi vie$a, pero tendras que hablar vos con ella, para que te d3 bien todos los detalles.
#reo que est" desaparecida o se fue del pas, algo as. :o ahora no voy para casa. )enela un da m"s y
despu3s, cuando se la llevas le preguntas %le respondi 3l.
Mnica se qued pensativa, mirando a Pablo que se ale$aba en el ciclomotor levantando una nube
tenue de arena.
Mariana encendi el grabador y mientras la m-sica la aislaba de los ruidos de la noche, que penetraban
a trav3s de la ventana abierta, se puso a escribir en su diario/
Ectubre del +
ada d*a #ue pasa me siento m$s sola. 8ace m$s de una semana #ue no hablo con Pablo. 2l domingo
no le di bola, pero &o slo s- cu$nto me cost.
uando nos (uimos a caminar por la pla&a con las chicas, ris me llam aparte & me con(i toda la
historia #ue tuvo con Pablo. A m* me parece medio est/pido lo #ue me pidi, pero vo& a tratar de
cumplir por#ue se lo promet*.
4o s- lo #ue me pasa. 2n el momento en #ue ella me lo hizo prometer me pareci #ue me ser*a ($cil,
#ue Pablo realmente no me importaba, & hasta estaba segura de #ue si &o no le daba bola, -l volver*a
a salir con ella & todo estar*a bien. Pero ahora siento #ue (ue est/pido prometerle algo as*. 3o #uieroser amiga de -l & ahora creo #ue arruin- todo, por#ue ho&, cuando intent- hablarle ni si#uiera me
mir. 2l domingo vamos a ir otra vez al r*o, pero lo vo& a pasar horrible. Seguramente ris & Pablo
van a volver a arreglarse.
A&er les contest- a... a ellos. "es puse mu& poco, #ue estaba bien, #ue no ten*a tiempo para
escribirles por#ue me iba mu& mal en el colegio, #ue no ten*a ganas de estudiar & #ue era mu& posible
#ue me llevara varias materias. 2n realidad creo #ue no vo& a llevarme ninguna por#ue levant- casi
todas las #ue ten*a ba'as, pero tengo #ue des#uitarme con algo. "es puse #ue los e0tra)aba por#ue es
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Mariana sinti que se pona colorada. 0e puso de pie para ba$ar y, sobre todo, para evitar que 3l
siguiera mir"ndola. 2ntonces fue cuando ocurri lo peor. La piragua toc la arena del fondo y ella
perdi el equilibrio cayendo sobre Pablo, que la tom con suavidad, para impedir que se golpeara.
0e quedaron unos segundos en silencio, turbados. @espu3s 3l balbuce una disculpa y se ba$ de un
salto.
media tarde Mnica decidi ir hasta el vivero. @espu3s de conversar durante un rato sobre temas
superficiales, se pusieron a hablar de Pablo.
%Mira na, con respecto a lo que me habas pedido, no creo que sea f"cil convencer a tu hi$o, pero
estoy segura de que cuando 3l tenga su propia pare$a %y me parece que no falta demasiado para esto
%, lo va a aceptar con m"s naturalidad.
%:o no entiendo por qu3 hace tanto esc"ndalo.
%@ale tiempo. 2st" sufriendo, siente que alguien desconocido va a ocupar un lugar que 3l haba
heredado.
%2spero que sea as. 4o estoy dispuesta a cortar con 0ergio.
%4o creo que sea necesario, ya vas a ver... ?ablando de otra cosa... )e devuelvo esta foto. La verdad
es que no s3 cmo empe!ar, o tal ve! me sienta culpable por traicionar a Mariana, pero tengo que
contarte una historia.
?abl durante largo rato. na comen!aba a buscar en su memoria cuando lleg 0ergio y tuvieron que
interrumpir la charla. @espu3s de las presentaciones y de una conversacin afable alternada con mates
y risas, Mnica tom la guitarra de Pablo y se pusieron a cantar durante el resto de la tarde, con tanto
entusiasmo, que ninguno de los tres advirti lo oscuro que se estaba poniendo el cielo.
#uando se desat la tormenta estaban cru!ando el ro. La lluvia caa como una cortina y no podan ver
nada. 2ran apenas las ocho, pero pareca noche cerrada. @e tanto en tanto los rel"mpagos iluminaban
los contornos desdibu$ados de las cosas.
%&2s una locura cru!ar, volvamos'La vo! de Pablo se perda con el viento, que comen!aba a soplar cada ve! m"s fuerte.
#uando llegaron a un remolino, el ro sacudi la piragua peligrosamente.
=emaban con desesperacin pero no podan llegar a la orilla porque la corriente los arrastraba hacia
adentro.
4o vieron el tronco que se acercaba flotando y cuando se dieron cuenta de lo que pasaba, la
embarcacin gir bruscamente y se dio vuelta. @3bora y 4ano alcan!aron a aferrarse de los flotadores
del costado.
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Pablo miraba como la piragua se iba ale$ando. La hubiera alcan!ado en dos bra!adas, pero vio que
Mariana se estaba hundiendo y nad hasta ella.
La tom como pudo y despu3s se aferr al tronco que los fue llevando a la deriva. 7n rel"mpago cort
la oscuridad por un momento y Pablo pudo ver que estaban muy cerca de la isla. 2ntonces se anim a
soltar el tronco y nadando con muchsimo esfuer!o, logr aferrarse a unos $uncos de la orilla y salir
fuera del agua con Mariana.
La tormenta no amainaba. 0e refugiaron deba$o de unas enredaderas. Los truenos sacudan la tierra y
el agua se filtraba entre las plantas. Mariana temblaba y no paraba de llorar. Pablo comen! a hablarle
al odo, con dul!ura, como si ella fuese una nena, pero no logr calmarla. 2ntonces empe! a
acariciarla. Primero con suavidad, como con miedo de que ella lo recha!ara. @espu3s la abra! con
fuer!a, para quitarle el fro y el miedo.
2lla se de$ envolver por el cuerpo tibio de Pablo y poco a poco se fue calmando. @espu3s apoy la
cabe!a en el pecho de 3l y m"s tarde lo rode con sus bra!os.
La tormenta se iba ale$ando. La lluvia era apenas una llovi!na tenue y sin embargo ellos todava
seguan abra!ados. : as, los sorprendi la luna unas horas m"s tarde, cuando las nubes se disiparon.
La prefectura los encontr pasada la medianoche.
Mnica y na haban hecho la denuncia cuando vieron que se desataba la tormenta y los chicos no
volvan. 0ergio se puso a organi!ar la b-squeda y con la ayuda del resto del grupo que ya estaba a
salvo en tierra, pudieron encontrarlos.
hora estaban reunidos en Palma 0ola, tomando un caf3, m"s distendidos, mientras Pablo y Mariana
les contaban todo lo ocurrido.
na no poda de$ar de mirar a Mariana. @espu3s de lo que Mnica le haba contado, su memoria era
un torbellino tratando de rescatar alguna pista que pudiera ayudarlos.
%4o quiero pensar qu3 pasara si tus vie$os se llegaran a enterar de lo que pas esta noche %di$o
0ergio dirigi3ndose a Mariana.%4o creo que 3se sea un tema que te interese a vos %le contest Pablo.
na iba a hablar, pero un gesto de Mnica hi!o que callara.
La lluvia haba cesado haca largo rato. Las ranas los aturdan con sus c"nticos que penetraban por las
ventanas abiertas.
?aban cortado la lu! y encendieron una l"mpara antigua que funcionaba con aceite. Permanecieron un
rato en silencio, mientras, las sombras amarillentas y fantasmagricas de sus cuerpos, que se
proyectaban sobre las paredes blancas y el olor del aceite que se iba quemando, los envolva en unaatmsfera irreal, como rescatada del pasado.
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@espu3s conversaron durante varias horas hasta que na se dio cuenta de que los chicos se haban
quedado dormidos. @espertaron a Pablo. Mnica cubri a Mariana con una manta para que siguiera
durmiendo, hecha un ovillo sobre el silln, y los acompa hasta la puerta. #asi amaneca cuando se
despidieron.
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%)iene que haber alguna forma de saber qu3 pas con 4ora, na.
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pero mi vie$a me di$o que estaba loca, que estaba soando y qu3 s3 yo cu"ntas cosas m"s... =ealmente
lo tena borrado de la memoria. Pero es un recuerdo muy vago, no creo que sirva para nada. dem"s,
aunque me cueste reconocerlo, yo estaba tan entusiasmada con los preparativos de mi casamiento y
con los sntomas de mi embara!o, que todo lo dem"s me era totalmente a$eno, careca de importancia.
%(: tu madre* (4o me di$iste que tu madre est" viva, todava*
%0, pero es como si no lo estuviera. Mi vie$a es una mu$er bastante mayor. 4o era tan $oven cuando
nac yo, y para peor hace ya unos aos que sufre mal de Parinson. )iene unas lagunas muy grandes.
#uando resolv internarla debido a su senilidad tan avan!ada, confunda las 3pocas y las nombres, y en
estos -ltimos meses su memoria se ha ido deteriorando tanto que supongo que no debe recordar ni
como se llama.
%Lo podemos intentar, al menos. (Me acompaaras a verla*
%0, claro.
0oplaba un viento sur, fro para la 3poca y se levantaban remolinos de arena que golpeaban las piernas
de Mnica mientras regresaba a la quinta, haciendo con$eturas sobre los datos que le diera na durante
la charla.
%@ale, cont" Mariana. 2staban abra!ados cuando los encontraron, lo di$o uno de los tipos de
prefectura medio en $oda, diciendo que tan mal no estaban. (4o me vas a decir que no pas nada* %le
preguntaba @3bora.
%@3$ala tranquila, no seas pesada. 4o le des bola, es una envidiosa.
%1eti no te metas. 0i ella quiere contar, que cuente. ()e bes*
Mariana sonri. 2l hecho de que #ris no estuviera haca que se sintiera a salvo de toda culpa.
%Lo que pasa es que haca fro y yo estaba aterrada, por eso me abra!, no por otra cosa...
%0, para que te creo %la interrumpi @3bora%, eso es una ecusa, nena. 0i lo sabr3 yo. #uando el
vago es un poco tmido o no te da bola, decir que tenes fro no falla, siempre te termina abra!ando.
%0, a veces. :o a 4ano una ve! le di$e que tena fro y...%(: te abra!*
%4o, me prest la campera %di$o 1etiana haciendo una mueca.
)odas se largaron a rer. 2staban en recreo, en las galeras frescas del primer piso, sentadas en bancos
de madera y protegidas de los rayos del sol de la tarde por las frondosas ramas del gomero aoso que
se levantaba desde el patio.
%)ira ese pucho que si viene la hermana nos pone amonestaciones a todas %di$o 1etiana%. 2st"s
cada da m"s loca, @3bora...%Pero no digas pavadas, si las hermanas no vienen nunca a esta hora, es la hora sagrada del t3...
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%Pero Pablo te convenci, como hace con todas y vos te la creste.
%4o tuvo que convencerme de nada %le respondi Mariana furiosa%, lo de la isla fue casual, como
te di$e, pero hay algo que no sabes y voy a cont"rtelo. yer estuvimos $untos y Pablo me bes, y yo
tambi3n lo bes3. Porque quise, porque lo sent. Lo -nico que quiero decirte es que Pablo me di$o que
era tonto que de$"ramos de vernos, porque 3l no senta nada por vos, y por m"s que yo no le diera bola,
lo de ustedes nunca iba a volver a ser. :o no quiero lastimarte, pero tampoco voy a permitir que me
ataques, si no lo mere!co.
%Pablo senta cosas por m, te lo aseguro. Pero vos te metiste entre los dos y eso no voy a
perdon"rtelo.
%:o ya te epliqu3 cmo son las cosas. 0i 3l no te quiere, por m"s que lo presiones no vas a ganar
nada. Pero si crees que vas a enamorar a alguien con amena!as, all" vos.
%Por favor te lo pido %volvi a insistir #ris%. 6oy a darte otra oportunidad. 4o me hagas esto,
entend3 que lo quiero...
Mariana de$ el dinero sobre la mesa y, sin responderle, se fue a tomar el colectivo para regresar a su
casa.
Mnica busc su mochila y dirigi3ndose a Leontina le di$o con dul!ura/
%hora vamos a hacer un $uego, (quieres* 4o vale mirar, slo puedes tocar y oler.
Le vend los o$os y comen! a sacar cosas que le diera Pablo y que antes haban pertenecido a la
madre de na/ un perfumero vie$o con restos de aroma antiguo, un sobre de raso negro, labrado, con
un botn grande de n"car, un sombrero con velo de tul y un !apatito amarillento de badana.
l sentir el perfume, Leontina pareci recobrar la lucide! por un momento. Due adivinando entre risas
cada ob$eto. Lo -nico que no logr descubrir fue el !apatito.
Mnica le quit el pauelo de los o$os y se lo mostr.
%2s de nita. (#on qui3n se qued* 2s muy chiquita para de$arla sola.
%nita ya no es tan chiquita. 2st" en la escuela ahora.%h, en la escuela.
%0, est" con driana y con 4ora y...
%4o, con 4ora no tiene que estar. 2sa chica est" metida en algo raro. @ecile a ?ilario que la eche.
%4o, cmo la va a echar, pobrecita, (adonde va a ir*
%&?ay que echarla'
%Pero na se va a eno$ar si la echamos, es su amiga...
%4o hay que decirle nada a nita. &@ecile que se vaya' &@ecile que se vaya'Mnica no insisti al ver que se alteraba y Leontina volvi a su mundo de sueos.
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%6amos %le di$o na%. Me hace mucho mal verla as. 4o puede decirnos nada importante.
%2st" bien, vamos %le di$o Mnica. Pero antes de irse le puso una bolsita entre las manos
temblorosas y le di$o/
%nita me di$o que te gustan mucho las moras. #melas todas antes de que venga alguien y despu3s
te limpias las manchas con esta mora verde.
%Pero cmo le vas a dar moras, Moni. Le van a hacer mal.
%4o pueden hacerle mal, mira la alegra que tiene.
%&Moras' &
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na y Mnica se miraron y se hicieron una sea imperceptible. 2ra el momento de aclarar algunas
cosas.
%Lo que pasa %di$o na%, es que si realmente fuese 4ora tu mam", ya no viva ac" cuando te tuvo.
%Mira, Mariana %di$o Mnica%. :o creo que t- ignoras muchas cosas de las que han pasado en este
pas por la 3poca de tu nacimiento. 0eg-n lo que na recuerda, a 4ora la dieron por desaparecida casi
un ao antes de que t- nacieras.
%(#mo por desaparecida*
%(4unca has odo hablar del eterminio de los $udos en la segunda guerra mundial* %le pregunt
Mnica.
%0 %di$o