Bilbainos

Post on 06-Jul-2015

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Entra Patxi en una tienda de deportes a comprar una camiseta del Athletic.

El tío entra totalmente desnudo salvo que vestía un hermoso par de zapatillas.

La vendedora, con mucha vergüenza, le pregunta qué quiere, y Patxi le pide la camiseta del Athletic con el número de Julen Guerrero.

A la hora de cobrarle, la vendedora le dice que son 10.000 pelas, y el chico, en bolas, le da solo 5.000.

Sorprendida la vendedora le pregunta:

- ¿Por qué me da la mitad del dinero?

Y Patxi le contesta:

-¡Aivalaostia, pues!, si en el escaparate hay un cartel que dice:

¡¡¡"En pelotas y en zapatillas: 50% de descuento"!!!

Se encuentra Iñaki a Aitor, que va rodando por la calle un enorme barril:

- ¡Hostias, Iñaki!, ¿donde vas con ese barrilón?

- ¡Ahí va, Aitor!, ¿pues dónde voy a ir? ...al doctor.

- Joder, ¿y por qué vas con el barril ese?

- Pues que me dijo que volviera con la orina al cabo de seis meses, ¡oye!

Un madrileño entra en la farmacia del Iñaki en Bilbao...

- Hola buenos días. Me da una aspirina...

- Que leche aspirinita chaval. Aquí una Aspirinota y te la llevas rodando, pues...

- Bueno, vale. Y me da también un jarabe...

- Pero, qué dices. En la farmacia del Iñaki un Jarabote en garrafa y al trago, pues...

-...

- ¿Quieres algo más...?

- ¡¡NO!! ¡¡Los supositorios ya los compraré en Madrid!!

Dos vascos:

- Oye Iñaki, ¿y cómo es que ya no vamos a bañarnos desnudos al río a las 7:00 de la mañana?

- Es que, Aitor, después me empalmo y me daño la polla contra las piedras del río.

- Anda, ¿y por qué no nadas a espalda, oyes?

- ¿Y qué hago con el puente de Deusto, pues?

¿Cómo le llaman al "Metro" en Bilbao?

Kilómetro.

- ¡Yo estoy muy orgulloso de ser vasco, pues!

- ¿Tu vasco? ¡Pero si naciste en Burgos!

- Los vascos nacemos donde nos sale de los huevos, ¡hostia!

En una noche tranquila en un caserío cerca de Bilbao, se oye un enorme pedo.

El hijo pregunta:

- Aíta, ¿has sido tú?

- Sí, hijo mío, he sido yo.

- Ya decía yo, ¡¡¡me parecía mucho pa' la mula!!!

Iba Iñaki, de Bilbao, paseando por Madrid, cuando al pasar por la Torre Picasso ve un incendio enorme en el piso 42.

Los ascensores bloqueados, las escaleras también, y la gente en la azotea chillando

- ¡Vamos a morir!

Iñaki les grita:

- ¡EEEEH! ¡Venga, tiraros que yo os cojo, pues!

Y los de arriba:

-Ese tío esta loco, ¿cómo nos va a coger?

Y uno de ellos dice:

-Pues yo me tiro, me da igual morir quemado que estampado contra el suelo.

Le hace una seña a Iñaki y se tira. Iñaki, por supuesto, lo coge y lo deja en el suelo intacto. La gente lo ve y se empieza a tirar, e Iñaki los va cogiendo. De pronto se tira un negro e Iñaki se queda mirando y no lo coge. El negro se queda convertido en un sello de Correos contra la acera, e Iñaki dice:

- ¡Oye, que digo yo que, si dejáis de tirarme los quemaos, pues que acabaremos antes, hostia!

- ¿Tú sabes como meter a 20 bilbaínos en un seiscientos...?

- Diciéndoles que no caben.

Un vasco:

- Oiga, me dijo que esta motosierra que he comprado cortaba cien árboles a la hora. La he probado, ¡¡¡y como mucho corta ochenta!!!

- Pues no se preocupe que ahora la probamos.

VRRRRRRRRROOOOOMMMMM ...VROOOOOOMMM

- ¡¡¡Ahí va, la hostia!!!... ¿y ese ruido...?

Se encuentran dos amigos por la calle y uno le dice al otro: - Te voy a contar un chiste de bilbaínos.

- ¡Eh, que yo soy de Bilbao!

- No importa, ya te lo cuento más despacio.

Este era un vasco que estaba en un bar y le dice a un amigo que entra:

- Hola Iñaki, que, ¿te compraste un 600?

- Sí, pero hace poco, ¿y tú como lo sabes?

- Porque lo llevas de mochila.

- ¡¡¡Hostia, otra vez el cinturón de seguridad!!!

Una cuadrilla de bilbaínos que van de txiquitos pasan por delante de un concesionario de Mercedes. Empiezan a señalar coches de forma apreciativa:

- ¡Aiva, la hostia!, mira aquel, oyes, ése ya me gusta. Mira, le voy a comprar ese a mi sobrino.

- ¡Pues yo esos dos a mis hermanos...!

- ¡Pues yo ese a mi Edurne!

Así que entran todos echando mano de sus carteras, cuando de pronto uno de ellos mira a todos haciéndoles un gesto y espeta:

- ¡¡¡Eh, quietos paraos, que esta ronda es mía!!!

-Patxi, me han contao que te han tocao cien millones a la lotería...

- ¡Bah!, ¡¡¡lo que jugaba, oye!!!

Se encuentran dos amigos vascos, y uno de ellos camina con las piernas abiertas... como escocido.

El otro le pregunta:

- ¿Qué te pasa pues, Iñaki?

- Pues que vengo del medico y me ha dicho que tengo colesterol.

- Y, ¿por qué andas así, pues?

- ¡¡¡Porque me ha dicho que los huevos ni tocarlos!!!

Se encuentran dos bilbaínos por la calle:

- ¿De dónde vienes, Patxi?

- Pues nada, que he ido a comprar 300 vacas, 300 bueyes, 400 ovejas y 30 toneladas de Madera.

- ¡Ostia, Patxi! sí que montas pronto el belén este año.

Dos vascos a la salida de un examen de matemáticas:

- Oye, Iñaki, ¿a ti qué te dio el segundo problema?

- ¿A mí? Infinito.

- ¿Solo?

Están tres bebes en la maternidad y empiezan a hablar:

- Yo debo de ser un niño, tengo los patucos azules.

- Pues yo debo ser una niña, tengo los patucos rosas.

Y dice el tercero:

- Entonces yo debo ser de Bilbao porque tengo unos huevos tan grandes que no me veo los patucos.

Dos bilbaínos buscando caracoles:

- Mira, Patxi, ¡un Rolex!

- ¡Pero bueno, Iñaki!, ¿hemos venido a buscar Rolex o caracoles?

Van dos hombres en el Orient Express, en el mismo vagón, solos. Pasa toda la mañana... toda la tarde... pasa la noche... y cuando llega el amanecer le dice uno:

-Oiga... ¿y usted de dónde es?...

-Coño! Yo soy de Bilbao, ¡ostia!

-¡Ay va la Virgen!... ¡que casualidad...! ¡yo soy de Santander!

-¡Ostia, la tía! ¡los dos del Norte...!

-¿Y usted, a qué se dedica?

-¿Yo? ¡Soy violinista...!

-¡Me cago en la puta!... Qué puñetera casualidad... ¡¡yo también!!

-¡No puede ser, cojones! ¿También violinista...? Pues yo toco el violín de cojones, te lo advierto...

-Pa’ buen violinista yo, tío, ¡soy el mejor de España!

-¿El mejor de España?... ¡Vamos hombre! ¡¡¡Si yo soy el mejor de Europa!!!

-Mira tío... fíjate si yo tocare la hostia de bien, que cuando toco el violín en la iglesia de mi pueblo, en Santander, ¡¡la Virgen de madera llora!!

- Pues yo, el otro día toqué el violín en la Catedral de Bilbao y de lo bien que lo hice, bajo el Cristo de la cruz, me dio un abrazo y me dijo: "¡Eso sí es tocar, y no lo que hace el hijoputa de Santander que hace llorar a mi madre!"