Post on 28-Jul-2015
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Con la meta de evitar
que se pierdan vidas en las
carreteras por causa del
alcohol durante las JUSTAS
2014, el Programa FIESTA II
les presenta esta edición de
su boletín mensual.
Tenemos que ser conscientes de que
cuando tomamos el volante de un vehículo al
estar bajo los efectos del alcohol nos
convertimos en un arma mortal.
Estos esfuerzos van dirigidos a los
jóvenes, ya que este es el grupo de la
población que más asiste a estas
competencias deportivas. Es por esto que
FIESTA II quiere llevar el mensaje de
prevención de alcohol en las carreteras para
evitar que las celebraciones de las JUSTAS se
empañen por una tragedia que se puede
evitar.
Exhortamos a que cada uno de los
jóvenes que se den cita en Ponce, nombren a
un conductor designado que los lleve de
regreso a casa luego de que culminen las
actividades.
La ingesta excesiva de alcohol en forma ocasional, en el que la
concentración de alcohol en la sangre es mayor o igual de
0.08gramos/porciento, es un patrón de consumo excesivo de bebida en
los Estados Unidos.
Un nivel de 0.08gramos/porciento de alcohol en sangre equivale a
cuando un hombre consume aproximadamente cinco o más
tragos o cuando una mujer consume cuatro o más tragos en un periodo
de dos horas.
La ingesta excesiva de alcohol en forma ocasional ha sido asociada a
diferentes problemas de salud como el envenenamiento con alcohol, enfermedades del hígado, daños neurológicos, enfermedades de
transmisión sexual, enfermedades cardiovasculares, entre otras.
La ingesta excesiva de alcohol en forma ocasional ha sido asociada a
diferentes lesiones como los accidentes de automóviles, asaltos
sexuales, violencia doméstica, caídas, quemaduras, entre otras.
En términos del género, las mujeres reportan prevalencias menores de
consumo excesivo de alcohol que los hombres.
Las edades en donde se observa la prevalencia mayor de consumo
excesivo de alcohol en forma ocasional fluctúan entre los 20-34
años.
A mayor educación e ingreso mayor la prevalencia de consumo excesivo
de alcohol en forma ocasional.
Los divorciados, viudos o solteros tienen mayor prevalencia de
consumo excesivo de alcohol en forma ocasional.
A mayor educación e ingreso mayor la prevalencia de consumo excesivo
de alcohol en forma ocasional.
Un borracho se queda mirando aterrado a dos muchachos que
vienen por la calle. - ¿Por qué nos mira así? Es que
nosotros somos gemelos. - ¿Los cuatro?
Viajaba aquel hombre a través de los valles y montañas durante mucho tiempo, llevando bendiciones a las familias nómadas y a las tribus a cambio de comida y hospedaje por una noche. Estando ya cerca del anochecer le llamó la atención aquel solitario cuarto rodeado de algún ganado. Al tocar a la puerta salió una joven, la única que vivía allí.
Cuando el viajero solicitó su hospitalidad, ella solo puso una condición. Este debía elegir hacer una de tres cosas. Tendría que escoger entre beber alcohol, dormir con ella o sacrificar una cabra. Esto último era un tabú para su tribu, ya que solo su dios podía sacrificar una cabra. Como las tres opciones le parecían a cierto punto, una falta, fue una decisión difícil. Finalmente, después de mucho pensar y agotado con deseo de descansar decidió que tomar alcohol sería la decisión menos dañina. Bebió, bebió y bebió. En pleno entusiasmo de alcohol mató la cabra. Cuando despertó a la mañana siguiente compartía la cama con la joven semidesnudos.
Entonces aprendió que beber alcohol puede ser una falta menor, pero puede fácilmente, conducir a un hombre a hacer cosas que bajo buen juicio no haría.
Referencia: [La fábula del Alcohol]
Le dice un borracho a su amigo: - ¿Sabes qué?, le hice una broma al
del autobús. - ¿Por qué?
- Porque le pagué y no me subí.
Un borracho llama a su novia:
- Mi amor, acabo de chocar,
ven rápido que hay muchos
muertos.
- ¡Ay Dios mío! ¿Chocaste con
un autobús?
- No, con la pared del
cementerio y tengo mucho
miedo.
En la sociedad actual, el alcohol es uno de los grandes
protagonistas del mercado. Así mismo, la crisis económica no
afecta el negocio de la venta de alcohol, pues los precios cada
vez son accesibles y más baratos que un balón de cualquier
deporte. El hecho principal reside en que por más que muchos
atletas lo nieguen, las bebidas alcohólicas están presentes en
la rutina de muchos de ellos. Para aquellos que se pasan de la
cuenta con el pretexto de que al día siguiente no tienen
entrenamiento, he aquí un consejo de los especialistas: el
consumo excesivo de alcohol siempre es nocivo. Es evidente
que un deportista que somete su cuerpo a una actividad física
muy por encima de la media, los efectos del alcohol pueden
interferir de forma negativa sobre todo si el consumo no es
responsable. Pero ¿cómo afecta el alcohol a los deportistas?
Interfiere en las terapias que se
aplican para tratar lesiones.
Afecta negativamente en la
recuperación de los músculos
lesionados.
Obstaculiza el desarrollo muscular
posterior al entrenamiento.
Limita la hidratación.
Potencia la deshidratación.
El uso excesivo modifica el
comportamiento, produce
alteraciones sensoriales e
interfiere en la nutrición del
deportista.
Por otra parte, se realizaron distintos estudios en relación con
los efectos del alcohol y el rendimiento físico en humanos. Por
lo expuesto, se desprende la siguiente posición del American
College of Sports Medicine:
El consumo excesivo de alcohol ejerce un efecto
negativo sobre la psicomotricidad, como tiempo de
reacción, coordinación de ojos y manos, la precisión, el
balance y la coordinación.
Puede alterar la regulación de la temperatura del
cuerpo durante el ejercicio prolongado en ambiente
frío.
El alcohol puede disminuir la fuerza, la potencia, la
tolerancia muscular local, la velocidad y la tolerancia
cardiovascular.
El consumo prolongado y excesivo produce cambios
patológicos en hígado, cerebro, músculo, corazón y
puede llevar a la incapacidad y la muerte.
Está demostrado que el etanol
afecta el sistema nervioso central,
provocando euforia, desinhibición,
mareos, disminuyendo la
respuesta a los reflejos,
somnolencia, alucinaciones,
confusión etc. Cuando la dosis de
alcohol es más alta, aparece
enlentecimiento de los
movimientos, impide la
coordinación de los miembros, y
pérdida temporal de la visión, etc.
No existe ningún beneficio para el deportista relacionado a la
ingesta de alcohol y se observan efectos indeseables a corto y
a largo plazo. En todo caso, se recomienda siempre la ingesta
moderada y/o abstención durante los períodos anteriores y
posteriores al ejercicio. Y para obtener los beneficios de
algunos componentes de bebidas determinadas como el vino
o la cerveza, o simplemente por el gusto de disfrutarlas, es
aconsejable recurrir a las de bajo o nulo contenido alcohólico.
En Puerto Rico hay muchos medios educativos disponibles en los cuales jóvenes
Universitarios impactan a sus semejantes con mensajes positivos de prevención para evitar
eventos lamentables. Con todo y campañas de prevención los jóvenes incurren cada vez más en
el consumo de alcohol. Estos programas preventivos son de gran importancia, ya que sirven para
mantener un balance entre los problemas que aquejan la salud de nuestra juventud y responder
de acuerdo a sus necesidades. En adición los jóvenes conducen bajo la influencia del alcohol y
otras sustancias poniendo en riesgo su vida y la de otros inocentes.
El alcohol se ha incrustado en nuestro entorno sociocultural desde muy temprano
exponiéndonos a un ambiente en el cual su consumo es aceptado y positivamente reforzado
mediante el bombardeo constante de propagandas en los medios de comunicación, estos llaman
la atención de aquellos individuos que desconozcan sobre las precauciones que se deben tomar a
la hora de ingerir alcohol. En muchas ocasiones los jóvenes han recibido las precauciones
mediante adiestramientos y otros medios informativos pero su encuadre social y familiar los
hace más susceptibles a consumir alcohol de manera desmedida a largo plazo, “La Curiosidad
Mató al Gato.” Todo es malo si no se hace en moderación. Luego de probar el alcohol por primera
vez muchos experimentan y convierten su consumo en una actividad social como por ejemplo el
“Binge Drinking” que se define como el consumo excesivo de bebidas alcohólicas en una ocasión,
usualmente de 5 o más bebidas alcohólicas en la población entre los 18 y 24 años, cuyas
consecuencias incluyen dificultades académicas, agresiones sexuales, peleas, problemas con la
policía o conducción temeraria.
El problema se intensifica cuando comenzamos a asociar el estar borrachos con
sentimientos positivos creando una codependencia de la sustancia para brindarles un escape de
lo cotidiano. Recalco, el problema no es consumir, sino hacerlo de manera responsable y
moderada. Los padres deben de tomar la iniciativa educando a sus hijos sobre estrategias de
manejar la presión de grupo y cómo manejarse en ciertos escenarios en vez de prohibirles el
alcohol, ya que así no tendrán que buscar las bebidas sin el conocimiento de sus padres
mejorando la comunicación familiar que sirve como pilar estratégico al manejar este tipo de
problemática.
Te diré lo que ocurre al tercer día
En esta ocasión, más que escribirles sobre un súper Trágame Tierra, les contaré
algo que he notado últimamente y que además se ha convertido en una de mis teorías a la
hora del ‘hangover’. Se trata del síndrome del tercer día. Luego de que mi súper amiga
“resucitara” luego de dos días, me preguntó qué había pasado. Pues la primera noche fue
todo alegría y fiesta, al otro día fue la pura cruda y al tercer día se interesó por saber qué
nuevas locuras había cometido, claro está que no recordaba ni ‘papa’. Luego de contarle
todas las locuras cometidas, terminé concluyendo dos cosas: la primera, es que mi amiga
está loca de remate! La segunda es que –definitivamente- el síndrome del tercer día
puede ser el mejor o el peor día de tu vida. Ya que Lola (nombre ficticio), se pasó de la
raya al querer besar a la fuerza al DJ, sabrán que más que abochorná’ no podía estar. ¡De
esto trata el síndrome! Después de la cruda te preocupas por saber que rayos pasó esa
noche y por ello puede ser que prefieras seguir en la cruda y no preguntar qué hiciste. Así
que, mis queridos lectores, les recomiendo que piensen en el oso que pueden vivir y
eviten pasar el peor síndrome de la vida. ¡Eso sí es un TRÁGAME TIERRA!