8/8/2019 Canto Del Adulto Municipal

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Canto del adulto municipal

Esteban Schmidt

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Estn los que luchan un da y bla: son unos buenos paranada. Unos vagos. Que todos los otros das de todos los aosque no luchan se hacen sus escapadas al Havanna de Avenidade Mayo a hacer la amistad toda la tarde. Estn, tambin, losque luchan muchos das, treinta das sobre trescientos dashbiles anuales, y se van al Harmony, en la esquina deChacabuco, a quitarse presin, y se piden un alfajor demaizena para empantanarse la garganta mientras maduran laidea de que el final de la leccin de cada da, de cualquiera delos das, es regresar a la casa, darle un beso a los hijos y eneso beso decirles: mam renov el contrato. Y est, comosiempre est, esa minora demente de los que luchan todoslos das, fanticos de la responsabilidad, y que cuando lescortan la locacin de servicios a los tres meses, por pasarsede rosca, se despiden del nico amigo que los comprendatomando una coca en Los Cabildos, sobre Per, quizs en unamesa de la vereda, al caer la tarde, al caer todo, mirando elro de cabezas aplastantes que marcha genuflexa hacia laboca de los subtes.

La vida del funcionario rentado municipal, su sobrevida,est atada a su comprensin acelerada de que hay un mundoque lo preexiste, con reglas recontra jodidas que regulan lavida de los adultos municipales con una intencionalidad muyclara: No pretenders que el da de maana sea muy distintoal da de hoy . La enseanza es que no se te va a ocurrir , nipor puta, hacer que la mquina funcione bien. Te van odiar, tevan a macartear, te van a confundir y te van a rajar. Los

empleados municipales de largo aliento, los histricos, losamparados por un sindicato mafioso que clav su reloj en1900 y desinteresado de mirar la subjetividad de sustrabajadores afiliados son los primeros en marcarles elpermetro. No se mover un papel , les advierten. Cuandoestos veteranos no funcionen de contrapeso, la criptonita laponen los jefes que impedirn el desempeo del empleado

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calificado que ellos nombraron, ponindole alrededor a trestipos de una luca y media que le encajaron desde las bandasque sostienen al director general, al subsecretario. Es as: tedoy, pero no te doy el marco de trabajo . Entonces, el adultomunicipal rentado y politizado se divide en dos categoras: elque podra vivir de otra cosa y opta por hacer esa experienciaporque cree en algo, aunque sea en s mismo, en que sufuerza moral y tcnica puede provocar el desnivel quecanalice sus ideas o las buenas ideas de otro; y el que nopuede vivir de ninguna otra cosa. El que se acostumbr a lateta del estado, el que descubri el maravilloso mundo devivir sin laburar y que hace de ese espacio tambin,simblicamente, una gran playa de estacionamiento paratodas sus aspiraciones. Se sabe, compaeros, que el adultoque se acostumbr a vivir sin trabajar, ya no lo va a hacernunca.

En el conjunto de los que no hacen nada pero con rentatenemos dos batallones, pongamosl caballera e infantera. Elms plaidero, el ms lumpen, es la caballera, los que sondemasiado gordos como para remontar una colina a pata. Sonlos que no tienen expectativas ni ambiciones personales deningn tipo, supervivientes cortos y tristes que tienen en la

casa muchos potus y cortinas hechas con caracoles recogidosen la playa. La infantera, en cambio, es la que tieneaspiraciones, son los que buscan la manera de pasar decontratado a contratante. Los que no quieren que les regulenel ingreso sino regular los sueldos de los dems. Ah es, ms omenos, cuando estos tipos se vuelven diputados, ministros,hacen terapia, yoga, comen galletas de arroz, toman caf enEterna Cadencia los sbados a la tarde que es muy lindo.Entre ellos tambin se pueden hacer dos clasificaciones. Loszarpados o gurkas que tienen una conciencia muy pegada alos tiempos previos a la organizacin nacional, donde podasser cazador o cazado en cuestin de aos (Dorrego, Lavalle,compaeros as), una tendencia nacional que no se cortnunca, y entonces tienen que recaudar pronto por lo que, paraempezar a hablar, les comen los sueldos a los empleados,nombran a la domstica en el Senado y en uno o dos aitos se

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compran la camioneta y desarrollan un hobby con el queparticipan a los hijos y tienen una hermosa y cmoda vida enfamilia. Ya no hay potus, hay huerta en el Country Abril. Elotro subgrupo es el de los rentados municipales vagos peroambiciosos que no se zarpan. Digamos los que pudieronsuperar mentalmente la batalla de Pavn. No son muchos. Elsistema funciona. El mircoles se parece al martes, con ellos,el futuro al pasado. Por lo tanto, no funciona porque estn enel Havanna, a las tres y media de la tarde, hora picomunicipal, cuarenta burcratas municipales cafeteando, yentran dos, tres, veinte nenes, muchos de guardapolvoblanco, a dejar stickers, biromes, sobre las mesas, nenes queestn trabajando para seores de las profundidades que lescolectan luego las monedas y esa escena se repiteperfectamente igual cada da. Tan perfectamente que danganas de prender fuego la ciudad, de organizar una guerra, dedescuartizar moglicos muncipales, de tomar el infierno porasalto y reclutar sicarios que apoyen una cruzada redentora.El estado, que debe regular la vida comunitaria, que debeimpedir delitos contra la humanidad, no lo impide a cienmetros del despacho del Intendente y con cuarenta tipos queson, ya no testigos, sino cmplices porque el verso que lessostiene la existencia supone la pretensin de enmendar los

problemas de los compaeros cados en desgracia.Los que transpiran de los nervios cuando ven la

injusticia, el desmadre de los pibes, por poner el ejemplo msvisible y ms jorobado, son los believers , los creyentes, de losque ya hablamos. Del hecho de que alguno sobreviva sin quelo echen, sin que se vuelva fofo, depende la suerte de lacomunidad, de la felicidad total de todos los compaeros ycompaeras vivos. Ojo, una tendencia nueva, una forma deencarar y obtener la supervivencia crece entre los jvenescreyentes, y es tratar de luchar todos los das pero irse a lacasa antes de ponerse a putear porque no pueden lograr unsolo objetivo y comprometer as su recontratacin. Se trata deuna forma de miniturismo estatal que consiste en voy, veo, sime dejan hago, sino me la como, vuelvo a casa, hago unamaestra, espero. Una forma que tampoco les sirve a los pibes

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que entran al Havanna al horario pico municipal porque sibien a los creyentes les mantiene la renta, a los chicos losmantiene entregando lapicitos con los que ni siquieraaprenden a escribir.-