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“El comienzo
De
Una mente obscura”
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Chavo Guetta
Por:
Chavo Guetta
Segunda Edición
Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas
en las leyes, queda rigurosamente prohibida, sin autorización
escrita de los titulares del Copyright la reproducción total o
parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento,
comprendidos la reprografía y el tratamiento informativo así
como la distribución de ejemplares mediante alquiler o
préstamos públicos.
Chavo Ghetta
AGRADECIMIENTO
Primeramente, agradezco a Dios Todopoderoso
por darme la capacidad y la sabiduría para hacer este pro-
yecto una realidad y cumplir uno de mis sueños. Gracias
por hacerme entender lo maravillosa que es la vida.
Agradezco a mi esposa, Lourdes Quintana Cruz,
por cada día luchar como una buena guerrera. Por poner
su mirada y capacidad en este proyecto. Gracias por decir
presente cuando te necesito.
Agradezco también a los que no creyeron en mí.
Que, con sus miradas y comentarios, pensaban que esto
era tan solo una imaginación imposible de alcanzar. Así
que, gracias por sus acciones porque me ayudaron a abrir
una puerta oculta en mi vida con un camino lleno de
bendiciones y cosas maravillosas.
Gracias…
CAP 1
El día estaba caluroso y resplandeciente. A las
cinco de la tarde, en la ciudad de San Lucas, México, se
encontraba un padre dirigiéndose a su hogar en una gua-
gua Escalade. El padre, llamado Manuel, se baja de la
guagua y activa la alarma. En la distancia, se encuentra
su hijo Manny con sus hermanos menores jugando ba-
lompié. Manny observa que su padre llega y le avisa a los
demás. El niño corre emocionado hacia el padre para
darle un abrazo mientras le dice:
−Bendición papi.
−Que Dios te bendiga, hijo. ¿Comiste algo o has
estado jugando todo el día?
−Sí, ya comí. Mami fue la que no comió esperando
por ti.
El padre, cansado por su día de trabajo, le acaricia
la cabeza a su hijo y entra a la casa. Decide buscar a su
esposa para comer su cena con ella. Manuel comienza a
llamarla.
−¡Margarita!
−Dime, estoy en el cuarto. −Manuel se dirige a la
habitación, besa y abraza a su mujer que le ha dado tres
hijos y veinte años de matrimonio.
−Margarita, te amo más de lo que tú te puedes
imaginar.
−Yo lo sé mi amor, lo sé. Lo sé que me amas mu-
cho. −La pareja se da otro beso y Manuel saca de su
bolsillo un diamante lujoso, tradición vieja entre el ma-
trimonio dado al trabajo extraordinario e ilegal que hace
Manuel. Pero, Margarita decide callar y le da las gracias
con otro beso y abrazo. Ella ya estaba acostumbrada a no
decir nada y actuar como si todos los lujos a su alrededor
fueran parte de la vida cotidiana.
Al pasar unos minutos, Margarita camina con Ma-
nuel hacia el comedor para darle su cena. Juntos comen
mientras que Manny y sus hermanos entran a la residen-
cia. Los dos hermanos menores prosiguen a bañarse mi-
entras que Manny se detiene un momento para conversar
con su padre.
−Papi, ¿habrá llegado el juego nuevo?
−¿Cuál juego nuevo? −pregunta Manuel terminan-
do su cena.
−¡El que se llama La Venganza! −le responde Ma-
nny emocionado.
Margarita, estando consciente de la conversación, res-
ponde:
−Yo como que les he dicho a ustedes que esos
juegos son muy violentos.
Manuel, para tranquilizarla, decide hablar:
−Tranquila bebé, que yo tengo todo bajo control.
Hablando de juegos Manny, me llamó el dirigente del
equipo de balompié de tu escuela. El señor me preguntó
que si esta temporada vas a jugar. Yo le dije que iba a
hablar contigo porque es decisión tuya pero que sí podía
contar contigo.
Manny se quedó reflexionando unos segundos y
quería hacer un trato con su padre. Él estaba dispuesto a
hacer lo que fuera para adquirir ese juego.
−Pues papi, yo voy a hacer algo contigo. −Al Ma-
nny decir esto, Margarita y Manuel intercambiaron mi-
radas mientras que Manny seguía con su propuesta:
−Si tú me compras el juego, yo me haré parte del
equipo de nuevo.
−Trato hecho, Manny. −A Manuel le agradaba que
sus hijos se sintieran cómodos y contentos. Al ver que
Manny se dirigía a bañarse con gran emoción, Manuel
habla con Margarita.
−Yo tengo fe que no importa lo que haga Manny,
él va a triunfar en lo que sea. Él siempre ha sido más va-
liente y luchador que sus hermanos.
−Sí, porque aquellos dos siempre están pendiente
más que al juego. Añade Margarita mientras ambos se
van levantando de las sillas del comedor.
Margarita comienza a recoger y Manuel recibe una
llamada. Durante esa llamada recibe noticias de Orta que
llegará un cargamento al aeropuerto de Tijuana y que él
debe estar allí a las una de la madrugada para recogerlo.
Al Manuel entender las órdenes, engancha el teléfono y,
mintiéndole a su esposa, le dice que tiene una emergencia
en el trabajo y ella le cuestiona:
−¿Se puede saber de qué es la emergencia?
Manuel le dice cariñosamente que es cosa de negocios
pero debe irse a la medianoche. Le promete que va a lle-
gar antes del amanecer.
−Está bien, yo confío en ti mi amor. Pero, por fa-
vor, ten cuidado.
−Siempre lo tengo, amor.
Manuel, ya vestido, se retira y se dirige hacia la
casa de su mano derecha, Goico. Se estaciona en la mar-
quesina de Goico, la cual queda al aire libre, y lo llama
por el celular.
−Dímelo.
−Sal brother que tenemos trabajo.
−¿Cómo va a hacer? Estoy con la familia. ¿Tiene
que ser ahora?
−Tú sabes cómo es esto, papá. Primero los nego-
cios y después la familia. Dale, muévete que ya son las
doce y no tenemos mucho tiempo para llegar; ya vamos
tarde.
Goico, sin tener otro remedio y sabiendo las con-
secuencias de negar el trabajo, se viste, busca sus armas y
sale sin decirle nada a su familia, ya que era tarde y
estaban durmiendo. Se monta en la guagua con Manuel y
ambos se dan la mano. Luego, se dirigen al aeropuerto.
Durante el camino, una de las gangas enemigas, llamada
2.5 Dardo, atacan a la guagua de Manuel ya que la habían
reconocido. Goico sale por la ventana de la guagua y
comienza a disparar, mientras que Manuel intenta des-
viarse para escapar. Al ver que no se pueden apartar de
los enemigos, Manuel le ordena a Goico que se dirija a la
parte posterior de la guagua para utilizar el arma pode-
rosa, llamada Minigun…Lográndose escapar de sus
enemigos, Manuel y Goico por fin llegan al aeropuerto, y
Manuel, observando su reloj, se percata de que están bien
retrasados.
−Tenemos un problema, Goico.
−¿Cuál es el problema ahora?
−Que teníamos una hora específica para estar aquí
y estamos una hora tarde. Así que, ¿estás preparado para
lo que pueda acontecer?
Goico, medio ansioso, responde:
−Seguro Manuel, que no se hable más del tema,
vamos para allá.
Bajándose de la guagua, se dirigen hacia donde
está el contacto de Orta, quien es un policía corrupto.
Éste le dice a Manuel:
−¡Al fin llegas! Como siempre tarde. ¿Sabías que
Orta estaba aquí?
−No me importa si Orta haya estado aquí. Orta y tú
van a ser historia si agotan mi paciencia.
Riéndose, el guardia le contesta:
−Tranquilo, solamente te recordaba que a Orta no
le gustan las tardanzas, pero como tú eres guapo, arré-
glatelas tú solo. Te recordaba unos mandamientos de la
calle. −Riéndose, le entrega las llaves del camión y se
marcha.
Manuel, frustrado, le comenta a Goico:
−Dame un minuto que voy a matar a ese pedazo de
basura. Le voy a hacer tragar sus mandamientos.
−Aquí no, lo cogemos otro día que no sea hoy
porque yo también le quiero dar lo mío. −Goico se ríe y
continúa diciendo:
−Tranquilo, Manuel. Tenemos un encargo que ha-
cer.
−Ok, será otro día entonces, para esa sabandija de
porquería.
Diciendo esto, ambos se dirigen al camión para
trasladar el cargamento hacia el muelle de San Quintin.
Manuel sabía que tenían que avanzar, ya que todos los
atrasos habían causado que estuvieran dos horas tarde.
Los dos se mantenían callados durante el viaje, hasta que
por fin llegaron al muelle. Una vez allí, Manuel estacio-
na el camión al lado de otro trabajador de Orta que se
veía que llevaba tiempo esperando. Ambos se bajan del
camión y caminan hacia él.
−Eh, Manuel, Manuel, Manuel. Tienes un gran
problema, llegas como dos horas tarde y el barco que iba
a trasladar el cargamento se marchó.
−Oye, no me interesa si el barco se largó. Tuve
muchos tropiezos en el camino. La ganga 2.5 Dardo me
atacó y me destrozaron la guagua a tiros y ahora tengo
que buscarla en el aeropuerto. Entonces uno de los
guardias que trabaja para Orta se atreve a decirme que
estoy violando los mandamientos de la calle. Así, que me
da lo mismo lo que piense Orta y los demás.
−Manuel, cógelo suave. Yo hablaré con Orta y le
explicaré lo que sucedió. Estoy seguro que todo va a estar
bien, ¿ok?
Manuel, todavía molesto, le entrega las llaves del
camión al señor y se retira con Goico. Al haber dado
unos pasos lejos del muelle, Manuel decide llamar a un
taxi. Saca su celular y le marca a un taxista conocido.
−¿Se encuentra José?
−Sí, con él mismo habla. ¿Quién es?
−Soy yo, Manuel.
−Eh, papá, ¿todo bien? ¿En qué te puedo ayudar,
Manuel?
−Sé que es tarde pero necesito un gran favor tuyo.
¿Puedes o no?
−Bueno, pero dime cuál es el favor.
−¿Me puedes venir a buscar en el muelle de San
Quintin?
−¡Órale tipo, mira la hora que es! −Suspira y luego
le dice: −Bueno, por la amistad que tenemos, voy para
allá.
Manuel espera pacientemente con Goico. Luego de
un largo rato, llega el taxi y ambos hombres se montan y
el señor le pregunta:
−¿Para dónde los llevo, Manuel?
−Llévame al aeropuerto de Tijuana.
Durante el camino, el señor le habla a Manuel so-
bre su trabajo como taxista y las largas horas que trabaja.
Manuel solo le dice que debe estar agradecido de tener
un empleo honrado. Después de un tiempo, llegan al
aeropuerto y el taxista le comenta:
−Bueno, aquí llegamos Manuel. Oye, te voy a ha-
cer una pregunta, ¿Tendrás trabajo para mí?
Ansioso por llegar a su casa, le responde:
−Sí, llama después.
−Ok Manuel, cuenta con eso.
−¿Cuánto te debo?
−No me debes nada; bregamos después.
Pero al abrir la puerta para bajarse del taxi, explota
la guagua y comenta Goico riéndose:
−¡Wow!, eso sí que se vio de show, Manuel. Si hu-
biésemos llegado cinco minutos antes, hubiésemos ex-
plotado en cantos. Hubiésemos salido en primera plana
mañana.
El taxista, atónito, le pregunta a Manuel:
−¿Qué vas a hacer?
Perdido en sus pensamientos, responde:
−Llévame a casa que mañana será otro día intere-
sante.
Durante el transcurso del camino, Manuel le dice
a Goico que con esa explosión él entendía que era
hombre muerto. Resultaba que a Orta no le agradaban
los errores y siempre descartaba al que le quedaba mal,
así se tardara años en hacerlo…
*** ***
Ya al pasar varios años, Manny, el hijo mayor de
Manuel, se encuentra en sus estudios universitarios. Un
día, al regresar del colegio, encuentra a sus hermanos y
madre muertos en la sala. Desesperado, comienza a lla-
mar a su padre y como no responde, sale corriendo al
cuarto de sus padres. Ahí lo encuentra, todo ensangrenta-
do, y se le echa a llorar encima. Le pregunta, llorando:
−¿Quién te hizo esto, papá?
Su padre, moribundo, le replica:
−Manny, perdóname si te he fallado en algo. Per-
dóname.
Muriendo el padre, grita con rabia:
−¡Juro que vengaré la muerte de ustedes! Se queda
llorando encima del padre mientras que en la distancia se
escucha la policía…
Después de varios años de la muerte de la familia
de Manny, él se encuentra estudiando su último año en la
universidad. Lleva los últimos años con rencor y furia
queriendo vengar la muerte de su familia, pero nunca se
desvió de los estudios ya que era algo que su padre quería
que él terminara. Desafortunadamente, siempre guardaba
una carta que había encontrado en el cuarto de sus pa-
dres. Esta carta él la llevaba dentro de su bulto como
recordatorio de la venganza, ya que para Manny la carta
representaba las personas que mataron a su familia. Lo
que Manny no sabía es que esa carta era un problema
viejo que Manuel logró resolver antes de su muerte, pero
Manny no pensaba en nada más que matar a Los Fron-
teras, las figuras principales de esa carta. Esto era el
resultado de no estar bien informado.
Un día, al salir de la universidad, se dirige a Pie-
dras Negras para visitar a un viejo amigo que se había
mudado para allá. Pasa por un restaurante y ve a dos
miembros de la ganga Los Fronteras. La ferocidad le
sube y ve la oportunidad de por fin comenzar su
venganza. Por esto, decide estacionar su vehículo para
bajarse del auto. Sin pensarlo dos veces, entra al
restaurante y le dispara continuamente a los de la ganga
Los Fronteras. En medio de los gritos de la gente, sale
corriendo y se tropieza con otros miembros de la ganga
Los Fronteras, que ya estaban afuera en el carro
esperando a sus colegas. De repente, los de la ganga
opuesta, al ver que Manny tenía en sus manos unas
armas, comienzan a dispararle. En ese mismo momento,
llegan al restaurante cinco guaguas repletas de la ganga
Los Fronteras y dos carros de policía, quienes entre ellos
forman un tiroteo. Los de la ganga terminan liquidando a
la policía. Al ver que no podía con ellos solo, sale
corriendo herido hacia su carro, lo prende y se marcha
con los de la ganga siguiéndolo.Va a toda velocidad
tratando de evadir a Los Fronteras. Al llegar a su
territorio en Tijuana, Los Fronteras se detienen ya que no
pueden entrar a esa área por respeto a la palabra que
tienen por medios ambos líderes: Goico y Alonso Fron-
tera. Dado a esto, llega a casa de Goico, quien se encuen-
tra jugando tallado. Se baja del carro herido y se desplo-
ma en el piso. Goico corre hacia él y le dice:
−Manny, ¿qué te pasó? ¡Alejandro, llama una am-
bulancia!
−Lo hice, lo hice.
−¿Qué fue lo que hiciste?
−Maté a dos sujetos de la ganga Frontera. Estoy
seguro que ellos fueron los que mataron a mi familia.
−Has cometido el error más grande de tu vida,
Manny. Esa gente no tiene nada que ver con la muerte de
tu familia.
−¿Cómo va a hacer? Si yo encontré esta carta en la
chaqueta de papá. Entregándole la carta en las manos,
Goico la lee y comenta:
−Manny, no. Esto era del pasado cuando tu padre
tenía guerra con Los Fronteras. Ya esa deuda estaba
salda, Manny. Ahora tú has causado que se levante una
guerra. −Al Goico decir esto, llega una ambulancia,
recogen a Manny, y Goico reclama:
−Prepárense que hay guerra. Avísenles a los
demás.
Mientras Goico se dirige al hospital para ver a
Manny, el líder de Los Fronteras permite que su ganga
entre al territorio de Goico ya que Manny había co-
menzado la guerra. Los Fronteras invaden a Tijuana y se
dirigen a casa de Goico. En el camino prenden fuego a
varias casas de los tiradores. Hay muchos daños y
pérdidas ya que Los Fronteras causan que muera mucha
gente inocente a causa de la guerra.
Al llegar a casa de Goico, la ganga de Goico co-
mienza a abrir fuego contra Los Fronteras. Ambos lados
se defienden, pero la ganga de Goico, Los Cobras,
obtienen la victoria y el respeto, ya que lograron eliminar
la mayoría de los enemigos y los restantes regresaron a
su territorio para discutir lo que había sucedido, para
poder recapacitarse…
Varios meses después…
Mientras la guerra transcurría, Goico iba en busca
de Manny al hospital. Al llegar, Goico se dirige a la
habitación de Manny y se alegra al verlo parado vistién-
dose.
−Manny, ¿cómo sigues?
−Llegaste a buen momento porque ya me van a dar
de alta. ¿Qué ha sucedido?
−Bueno Manny, acabamos de perder a mucha
gente inocente en el barrio, pero obtuvimos la victoria.
Acabamos de derrotar a Los Fronteras, aunque no tenían
nada que ver con la muerte de tu familia.
−Y, ¿sabes tú quién tiene que ver con la muerte de
mi familia?
−Sí, sé quien estuvo involucrado. Te voy a contar
algo que tú no sabes. Tu padre y yo teníamos muchos
negocios con un hombre llamado Orta. En el último
negocio que tu padre hizo con él, todo salió mal. Manuel
hizo muchos errores y Orta se molestó y envió gente de
su ganga, 2.5 Dardo, para matar a tu familia, ya que las
cosas de la calle se bregan así. Ahora tú cometes el error
de tu vida matando a dos sujetos de Los Fronteras que no
tienen que ver nada con la muerte de tu familia. Así que
prepárate porque esta guerra durará más tiempo de lo que
tú te imaginas, pero tengo un plan que te va a gustar.
Vamos a ver a un viejo amigo que tengo.
Al Goico decir esto, el doctor entra y le da de alta
a Manny. Goico dirige a Manny a su carro y juntos se
dirigen al territorio del viejo amigo de Goico, Buzo. Al
llegar a la casa de Buzo, ambos se bajan del carro y
caminan hacia la entrada donde se encuentra un guarda
espaldas. A este, Goico le pregunta:
−¿Dónde está Buzo?
−Buzo no se encuentra.
Manny, alterado y furioso, saca una pistola y se la coloca
en la cabeza diciéndole:
−No tengo tiempo para tus bobadas. Así que dime,
¿dónde está Buzo?
−Si yo fuera tú, bajaría esa pistola niño ignorante.
Si me matas no vas a ganar nada más que la muerte.
Estoy seguro que te están velando por cada esquina. Así
que estoy siendo muy amable contigo.
−Baja esa pistola. No cometas otro error, Manny.
−Dijo Goico preocupado. En esos instantes, suena el ce-
lular del guarda espaldas y Manny le dice:
−Contesta esa porquería de celular.
−¿Cuál es tu nombre niño?
−Manny.
−¿Yel tuyo?
−Goico.
Terminando la llamada, se ríe y les comenta:
−Síganme. Parece que hoy es su día de suerte.
−Parece que sí, que hoy es tú día de suerte. Le afir-
mó Manny.
El guarda espaldas los dirige a la oficina de Buzo,
donde él hace todas las negociaciones. Allí, Manny y
Goico son registrados por dos guarda espaldas y le
entregan las armas. Buzo toma asiento y engancha las
piernas en su escritorio para encender un tabaco y les
pregunta:
−¿A qué se debe esta visita? Que yo sepa, no tengo
nada que hablar con ustedes.
−Pero yo sí tengo algo que discutir muy personal
contigo. Hace pocos años atrás, mi familia fue masacrada
y juré que vengaría la muerte de ellos a precio de sangre.
Como no tengo más remedio, vengo a proponerte un
trato. Tú me entregas cada uno de los que tuvieron que
ver con la muerte de mi familia, y mis Cobras y yo
trabajaremos para ti. ¿Qué opinas?
−Suena bastante bien. −pausó, fumó de su tabaco y
continuó: −Trato hecho muchacho. Bienvenido a la fa-
milia. Pero, tengo un pequeño problema. Hace unas se-
manas, salió un barco lleno de droga y armas del sur de
África. Este barco va camino a Florida donde los hom-
bres de Orta van a estar esperando ese cargamento. Así
que no podemos dejar que ese cargamento llegue a las
manos de Orta. ¿Estamos?
−Una vez que me apodere del barco, ¿a dónde me
dirijo?
−Te diriges al muelle de Tampico.
−Ok, si le hace daño a Orta, sería un placer ha-
cerlo. Antes que se cumpla el mes, tendrás ese barco en
tus manos. −Despidiéndose, Goico y Manny se retiran…
Al pasar dos semanas, Buzo se comunica con
Manny para hacerle el recordatorio del trabajo que tenía
pendiente con él. El contacto de Buzo en África le había
confirmado que ya el cargamento había salido. Buzo le
avisa a Manny que ya esa misma noche tenía que salir, ya
que el viaje tomaría varios días y de una vez, le da los
datos del barco para que supiera cuál era el que iba
atacar.
Manny se dirige a casa de Goico y al ver que su
carro no está, decide llamarlo por el celular. Al lograr
comunicarse con Goico, le da unas órdenes para que
consiga dos lanchas y bastante miembros de su ganga y
de una vez le recuerda que pase por la armería y compre
armas largas con suficiente amuniciones.
−Manny, ¿ya sabes cómo atacaremos?
−Sí, Goico. En lo que tú compras las armas, yo me
dirijo a comprar los uniformes de buceo. Ya el contacto
de Buzo tiene todo preparado, así que tú no te preocupes
que todo va a salir bien.
−Está todo hablado. Chequeamos horita.
Manny engancha y sigue su camino hacia la tienda
de buceo. Varias horas más tarde, se encuentra con Goico
y los demás miembros en el muelle de Tampico y se
montan en sus lanchas. Le dice a Goico que lo siga…
Varios días más tarde, confrontan un mal tiempo y
una de las lanchas tiene problemas mecánicos. Esto crea
un atraso en el viaje, porque el tiempo que tomó para
arreglar la lancha, pudo darle ventaja al barco con el
cargamento de Orta. Una vez terminaron de arreglar el
defecto mecánico, pudieron seguir su camino. Sin em-
bargo, al anochecer proseguía el mal tiempo y Manny, un
poco ansioso, pensaba en las consecuencias que podían
acontecerle si fallaba.
A cierta distancia, pudieron ver las luces del barco.
Le ordena a Goico y a los demás hombres que se pongan
los uniformes. Ya acercándose, apagan las luces. Manny
le da ciertas órdenes a los dos choferes de las lanchas. El
trabajo de ellos era activar una bomba en una de las
lanchas para que ésta explote y así crear una distracción.
Esto se haría cuando Manny enviara la señal por radio.
Manny, Goico y los demás hombres comienzan a
bucear hacia el barco. Al llegar Manny al barco, envía la
señal. Pasan varios segundos y escuchan la explosión
dando la oportunidad para apoderarse del barco, mientras
los sujetos de arriba están distraídos por el ruido de la
explosión.
Al estar adentro del barco, comienzan a disparar,
dándole la oportunidad a los demás Cobras para que
puedan entrar al barco. Ya todos adentro, comienzan a
matarse unos a otros mientras Manny se dirige en busca
del contacto de Buzo para juntos llevar el barco hacia
México. Durante el transcurso, Goico decide llamar a
Manny para informarle que se encontraba herido y que
muchos Cobras habían caído.
−Resiste, que esto es de nosotros. No te muevas
que voy a ayudarte.
−Manny, date prisa que no puedo con ellos.−dijo
Goico desesperado.
Después de una larga batalla logran obtener la victoria.
Manny, junto a Goico y los Cobras que sobrevivieron, se
apoderan del barco y lo transportan a donde Buzo, quien
se encuentra esperando en el muelle de Tampico. Manny
coloca el barco en el muelle y se baja para entregarle las
llaves a Buzo. Buzo, satisfecho y complacido, le entrega
a Manny un maletín con trescientos mil dólares y le deja
saber que le hará precio en cualquier negocio que ne-
cesite hacer con él. Manny quedó complacido ya que su
nivel de respeto y poder se había elevado.
Buzo se despide y se marcha, dejándole saber a
Manny que se mantendrá en comunicación. Goico tam-
bién se despide, le dice a Manny que lo llamará más tarde
y Manny decide ir a La Paz a la casa de uno de los
miembros de su ganga, que se llama Judas, uno de los
que controlaba uno de los puntos de Manny. Manny
quería verificar cómo estaba Judas y así mantener la
vigilancia de su ganga bajo control. A Manny le agra-
daba estar al tanto de las vidas de los miembros de su
ganga.
Al pasar varias horas, llega a La Paz. Estaciona su
carro y entra a la casa de Judas. Judas lo saluda:
−Vaya Manny, ¿todo bien?
−Pues, ya tú sabes. Aquí dándome la vuelta para
ver lo que hay. ¿Tienes algo para mí?
−No mucho, pero algo es algo. La semana que
viene cuadramos completo
−Sí, porque me llegó algo bien bueno. Esto va a
debilitar la competencia, ya que en poco tiempo nos va-
mos a hacer millonarios.
Judas se ríe y pregunta:
−¿Qué vas a hacer esta noche?
−Nada, ¿por qué? ¿Qué hay pendiente?
−Manny, esta noche van a hacer una competencia
de rap en Monterrey.
−¿De veras? Y, ¿cuáles van a ser los premios?
−El premio que yo escuché fue un contrato para
grabar un demo y mucho dinero. Además de eso Manny,
lo más importante aquí es que tú pongas el nombre de
Los Cobras en la cima. Sobre todo, que todo el mundo
sepa quién es el líder de Los Cobras. ¿Me entiendes?
¿Qué opinas?
−¿Quién sería mi oponente?
−Tommy el Duro.
−Ok. Esta noche nos veremos allá. −Dándose un
abrazo, Manny se marcha de la casa de Judas…