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Capítulo II

Fundamentos Teóricos

Antecedentes

Guedez y Parra (2003), en su Trabajo de Grado “Diseño e implementación de

un plan de mantenimiento empleando al Análisis de Criticidad de la

Metodología de Confiabilidad Operacional en los equipos de Corrugadora

Latina”, basaron su estudio en la aplicación de la metodología de Análisis de

Criticidad de los equipos dentro del proceso productivo, jerarquizándolos y

desarrollando un plan de mantenimiento basado en confiabilidad operacional,

emitiendo acciones preventivas y correctivas, este trabajo aportó información

para desarrollar la toma de decisiones basadas en los parámetros de

confiabilidad requeridos por los equipos para la definición de los planes de

mantenimiento.

Silva y Torres (2008), en su Trabajo Especial de Grado titulado “Diseño e

Implementación de un Plan de Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad

para la empresa Progetto Moda C.A.”, emplearon la metodología del

Mantenimiento Centrado en la Confiabilidad (MCC), para mejorar la

confiabilidad, disponibilidad y productividad de la unidad de procesos de la

empresa, a través de la optimización del esfuerzo y los costos, disminuyendo

las tareas de mantenimiento por avería y aumentando las tareas de

mantenimiento preventivo y predictivo. Los aportes generados por el anterior

trabajo fueron de gran importancia, debido a que permitieron reforzar la

importancia del Mantenimiento Centrado en Confiabilidad como herramienta

de mejora, y proporcionó un caso práctico para detallar su proceso de

implementación.

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Sarrias (2008), en su Trabajo Especial de Grado titulado “Diseño de un Plan de

Mantenimiento para los Equipos de Producción en la Empresa

AGROINDUSTRIAS PLÁSTICAS C.A.”, elaboró un plan de mantenimiento

basado en la norma COVENIN 3049-93, a través de la cual realizó el registro,

codificación y recopilación de información técnica de los objetos de

mantenimiento asociados al proceso productivo de la empresa, aplicó el

Análisis de Criticidad para jerarquizar los equipos y máquinas de acuerdo a su

impacto global, y a través del Análisis de Modos y Efectos de Falla (AMEF)

estableció las actividades de mantenimiento para los equipos críticos,

planteando luego las instrucciones técnicas y sus procedimiento de ejecución;

este trabajo sirvió como referencia para observar la aplicación de las

herramientas de confiabilidad como en Análisis de Criticidad y Análisis de

Modos y Efectos de Falla.

Bases Teóricas

Gas

Según Seese & Daub (1989), “Es el estado de agregación de la materia que no

tiene forma ni volumen propio. Su principal composición son moléculas no unidas,

expandidas y con poca fuerza de atracción”. (Pág. 221).

Principales propiedades del gas

Según Seese & Daub (1989), las propiedades de la materia en estado gaseoso

son:

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� Se adaptan a la forma y el volumen del recipiente que los contiene. Un gas, al

cambiar de recipiente, se expande o se comprime, de manera que ocupa todo

el volumen y toma la forma de su nuevo recipiente.

� Se dejan comprimir fácilmente. Al existir espacios intermoleculares, las

moléculas se pueden acercar unas a otras reduciendo su volumen, cuando

aplicamos una presión.

� Se difunden fácilmente. Al no existir fuerza de atracción intermolecular entre

sus partículas, los gases se esparcen en forma espontánea.

� Se dilatan. La energía cinética promedio de sus moléculas es directamente

proporcional a la temperatura aplicada.

Variables que afectan el comportamiento de los gases

Según Seese & Daub (1989), las variables de la materia en estado gaseoso

son:

� Presión: es la fuerza ejercida por unidad de área. En los gases esta fuerza actúa

en forma uniforme sobre todas las partes del recipiente. La presión

atmosférica es la fuerza ejercida por la atmósfera sobre los cuerpos que están

en la superficie terrestre. Se origina del peso del aire que la forma. Mientras

más alto se halle un cuerpo menos aire hay por encima de él, por consiguiente

la presión sobre él será menor.

� Temperatura: es una medida de la intensidad del calor, y el calor a su vez es

una forma de energía que se puede medir en unidades de calorías. Cuando un

cuerpo caliente se coloca en contacto con uno frío, el calor fluye del cuerpo

caliente al cuerpo frío. La temperatura de un gas es proporcional a la energía

cinética media de las moléculas del gas. A mayor energía cinética mayor

temperatura y viceversa.

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� Cantidad: la cantidad de un gas se puede medir en unidades de masa,

usualmente en gramos. De acuerdo con el sistema de unidades SI, la cantidad

también se expresa mediante el número de moles de sustancia, esta puede

calcularse dividiendo el peso del gas por su peso molecular.

� Volumen: es el espacio ocupado por un cuerpo.

� Densidad: es la relación que se establece entre el peso molecular en gramos de

un gas y su volumen molar en litros.

Gas Metano

Según Ruddiman (1983) “El gas metano, es el hidrocarburo alcano más

sencillo, cuya fórmula química es CH4. Es una sustancia no polar que se presenta en

forma de gas a temperaturas y presiones ordinarias”. (Pág. 48).

Principales propiedades del Gas Metano

La Tabla1 muestra las principales propiedades del Gas Metano:

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Tabla 1. Propiedades del Gas Metano

Principales propiedades del gas metano.

Nombre Metano

Fórmula química CH4

Peso atómico 16,043 uma

Densidad 0.717 kg/m3 (gas)

Otras denominaciones Gas del pantano; hidruro de metilo

Cambios de fase

Punto de fusión 90,6 K (-182,5 °C)

Punto de ebullición 111,55 K (-161,6 °C)

Punto triple 90,67 K (-182,48 °C); 0,117 bar

Punto crítico 190,6 K (-82,6 °C); 46 bar Fuente: Manual de operación y mantenimiento de estaciones de válvulas PDVSA Gas (2006)

Sistemas de distribución del Gas Metano de PDVSA Gas

Según la página de consulta pdvsa.com (www.pdvsa.com/index.php) (2010

Marzo 26) “El gas natural constituye uno de los recursos más importantes para el

desarrollo endógeno del país, es materia prima fundamental de la industria

petroquímica y siderúrgica, y uno de los pilares de la seguridad y defensa del Estado.”

(Pág. 6).

La misma fuente indica que la producción total de gas en Venezuela está en el

orden de los 6.300 millones de pies cúbicos diarios (MMPCD), y parte de él se utiliza

en reinyección para mantener el factor de recobro de los yacimientos, el resto va al

mercado interno y consumos propios de la industria petrolera.

El consumo de gas del mercado interno (2.200 MMPCD) se concentra en

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cinco grandes sectores: electricidad, petroquímica, siderurgia, mejoramiento de crudo

y refinación que representan el 77%.

La infraestructura de transporte y sistemas de distribución de gas metano está

formada por:

� 5.000 km de gasoductos y ramales.

� Cuatro Sistemas de Transmisión: Anaco-Puerto Ordaz, Anaco-Puerto La Cruz,

Anaco-Barquisimeto y Ulé-Amuay. Estos sistemas se dividen a su vez en dos

grandes sistemas que son el sistema Occidental y el Sistema Oriente – Centro.

La figura 1 muestra los sistemas de distribución pertenecientes a la red

nacional de gasoductos del país.

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Figura 1. Sistemas de Transporte de Gas Metano

Fuente: Despacho la Campiña PDVSA Gas (2004)

Equipos que componen los sistemas de distribución y transporte de Gas Metano

Entre los principales equipos pertenecientes a las estaciones de válvulas se

tiene: actuadores de válvulas, válvulas de alivio, de tapón, de esfera, check, de

compuerta, de aguja, reguladores y transmisores de presión, trampas de envió y recibo

de herramienta de mantenimiento y limpieza interna de tuberías, transmisores de

temperatura, entre otros.

Actuadores

Según Chiquito (2008), “Son equipos que permiten la apertura y cierre de las

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válvulas al momento de presentarse cualquier eventualidad al realizar labores de

mantenimiento o emergencia a lo largo de la tubería por desperfecto de la misma”. (Pág.

14).

En PDVSA Gas específicamente en las estaciones de válvulas se encuentran

dos tipos de actuadores que son los Shafer, que actúan por medio de aspas rotativas, y

los Limitorque, que trabajan mediante una válvula de pistón. Ambos actuadores,

permiten el movimiento de apertura y cierre por medio de presión hidráulica, la cual

mueve el aspa en el caso del Shafer y el pistón para el Limitorque. Esta presión es

suministrada por gas de operación proveniente de la línea, esto genera un movimiento

que se transmite por medio del vástago de la válvula para cumplir con la función antes

nombrada.

En la figura 2 y 3 se puede observar los dos tipos de actuadores instalados en

campo.

Figura 2. Actuador Shafer Figura 3. Actuador Limitorque

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Válvulas

Según Chiquito (2008) “Una válvula es un dispositivo mecánico con el cual se

puede iniciar, detener o regular la circulación (paso) de líquidos o gases mediante una

pieza movible que abre, cierra u obstruye en forma parcial uno o más orificios o

conductos” (Pág. 30).

Válvulas de alivio

Según Chiquito (2008) “es un dispositivo de protección diseñado para abrirse

automáticamente durante una emergencia o condición anormal, evitando de esta

manera un incremento de presión de un sistema por encima del valor preestablecido”.

(Pág. 34).

Clasificación de las válvulas de alivio

Según Chiquito (2008), las válvulas de alivio se clasifican en:

� Tipo de operación: convencionales acción directa y pilotadas

� Tipo de apertura: seguridad y alivio

� Tipo de conexión: roscadas y bridadas

Tipo de operación

Válvulas convencionales: son cargadas axialmente por la acción de un resorte

y abren automáticamente al alcanzar la presión de ajuste. En la figura 4 se puede

observar una válvula de alivio convencional y sus partes.

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Figura 4. Partes de la válvula de alivio convencional

Fuente: Manual de operación y mantenimiento de estaciones de válvulas PDVSA Gas (2006)

Válvulas pilotadas: son válvulas de alivio operadas por pilotos el cual controla

la apertura y cierre de la misma.

Tipo de Apertura

Válvulas de seguridad: es aquella que se caracteriza por realizar una acción

rápida de apertura completa y violenta.

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Figura 5. Partes de la válvula de alivio-seguridad

Fuente: Manual de operación y mantenimiento de estaciones de válvulas PDVSA Gas (2006)

Tipo de conexión

Válvulas roscadas: son válvulas de alivio donde sus conexiones de entrada y

salida son roscadas. Este tipo de válvula se consigue en el mercado en tamaño hasta de

2” a la entrada ya que para diámetros mayores una rosca no es suficiente base para

soportar los esfuerzos a los que son sometidas las válvulas en servicio

Válvulas de alivio con conexiones bridadas: son válvulas en la que la

conexión a la entrada y la salida es por medio de bridas. Su principal característica es

que viene diseñada para soportar mayores esfuerzos que la de conexión roscada.

Reguladores de Presión

Según Chiquito (2008), “Son aparatos de control de flujo diseñados para

mantener una presión constante aguas abajo de los mismos. Este debe ser capaz de

mantener la presión, sin afectarse por cambios en las condiciones operativas del

proceso para el cual trabaja”. (Pág. 4).

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Tipos de Reguladores de presión

Según Chiquito (2008), algunos de los reguladores de presión más

importantes para la distribución de gas metano son:

Reguladores de acción directa: es aquel el cual la combinación de cuerpo de

válvula y actuador utiliza la presión del propio fluido para promover alteraciones en el

flujo, en respuesta a variaciones en el caudal, sin necesitar energía externa para realizar

esta tarea. En la figura 6 se puede observar un regulador de acción directa.

Figura 6. Regulador de acción directa

Fuente: Manual de operación y mantenimiento de estaciones de válvulas PDVSA Gas (2006)

Reguladores pilotados: es un equipo compuesto por dos reguladores

independientes conectados entre si. Donde generalmente el más pequeño es el piloto.

En la figura 7 se muestra el regulador pilotado marca Fisher310-32A.

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Figura 7. Regulador pilotado

Fuente: Manual de operación y mantenimiento de estaciones de válvulas PDVSA Gas (2006)

Mantenimiento

Es toda acción, trabajo o energía encaminada a garantizar los programas de

producción, de manera confiable y a un mínimo costo; ejecutada sobre líneas y

máquinas para restituir su condición operativa o disminuir las probabilidades de

averías o fallas. (Instructivo Mantenimiento Selectivo I-020.001, 2003)

Mantenimiento Preventivo

Son intervenciones previamente establecidas con el objetivo de evitar la

ocurrencia de fallas. Se realiza en intervalos de tiempo predeterminados, ya sea: Ciclos

de operación u horas de trabajo, es decir, bajo criterios predefinidos y que se

perfeccionan con la experiencia. (Instructivo Mantenimiento Selectivo I-020.001 de

PDVSA, 2003)

Mantenimiento Programado

Corresponde al Mantenimiento Preventivo efectuado independientemente de

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la condición de la máquina o equipo. Por ejemplo: limpieza y servicios (lubricación,

aseos, ajustes). Busca garantizar en todo momento el buen funcionamiento de las líneas

de producción y buena performance. (Instructivo Mantenimiento Selectivo I-020.001

de PDVSA, 2003)

Mantenimiento Predictivo

Según el Instructivo Mantenimiento Selectivo I-020.001 de PDVSA:

Es el diagnóstico de fallas y defectos a través del análisis instrumental o

sensorial para evaluar el estado de conservación y la condición de operación

de la máquina, para definir luego cuando sería necesaria la actividad de

mantenimiento. Con esta modalidad de trabajo se busca evitar las actividades

de mantenimiento innecesarias, y una más acertada programación del mismo.

(Pág. 28).

Mantenimiento basado en la condición (CDM)

Son reparaciones, revisiones y/o modificaciones planeadas en respuesta a la

condición de la máquina, evidenciadas por signos o señales de defectos sin que aún una

falla haya ocurrido. (Instructivo Mantenimiento Selectivo I-020.001 de PDVSA, 2003)

Mantenimiento Por Avería

Se basa en la eliminación de una falla ya declarada, se espera a que se presente

la condición de ruptura (falla), para proceder entonces a su intervención. (Instructivo

Mantenimiento Selectivo I-020.001 de PDVSA, 2003).

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Condicionado a la Falla

Es un mantenimiento puramente correctivo, el cual actúa sobre equipos o

máquinas en donde ya ha ocurrido la falla.

Es un sistema de Mantenimiento en el cual se evalúa y cuantifica las

consecuencias de una falla y parada de un equipo o línea de producción, para luego

determinar que máquinas requieren un mayor grado de atención, esfuerzos y recursos,

dado su importancia y su nivel de criticidad. Además, dependiendo de cada caso

podrá definirse si el Mantenimiento a ejecutar será preventivo y/o correctivo.

(Instructivo de Mantenimiento Selectivo I-020.001 de PDVSA, 2003)

C.D.M. (Mantenimiento dirigido por las Consecuencias)

Según el Instructivo Mantenimiento Selectivo I-020.001 de PDVSA:

Con la conocida herramienta CDM (Consecuence Driven Maintenance), se

pretende lograr un óptimo nivel de mantenimiento para cada línea de

producción, basados en las necesidades del negocio, asegurando el más

efectivo uso de los recursos, balanceando el Mantenimiento Correctivo y el

Preventivo y descentralizando el trabajo para liberar el potencial de toda la

gente que en él participen. También optimiza la vida útil de los activos por

supresión de las fallas, con una adecuada y oportuna atención de su estado de

conservación. (Pág. 42).

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Confiabilidad Operacional

Según Amendola (2002), “Se define como una serie de procesos de mejora

continua, que incorporan en forma sistemática, avanzadas herramientas de diagnóstico,

metodologías de análisis y nuevas tecnologías, para optimizar la gestión, planeación,

ejecución y control, de la producción industrial”. (Pág. 62).

La filosofía de la Confiabilidad Operacional, forma parte de las diez mejores

prácticas de las organizaciones de Clase Mundial, que son:

� Trabajo en Equipo

� Contratistas Enfocados a la Productividad

� Integración con Proveedores

� Apoyo y Visión Gerencial

� Planificación y Programación Proactiva

� Mejoramiento Continuo

� Gestión Disciplinada de Materiales

� Integración de los Sistemas

� Gerencia de Paradas de Plantas

� Producción Basada en Confiabilidad.

Un sistema de mantenimiento eficiente implica la planificación y ejecución de

actividades dirigidas a maximizar la vida útil de los equipos y conservar sus

condiciones de operación para evitar las fallas imprevistas y la desviación en los

estándares de cumplimiento de sus funciones.

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La Confiabilidad de un sistema o un equipo, es la probabilidad de que dicha

entidad pueda operar durante un determinado periodo de tiempo sin pérdida de su

función. El fin último del Análisis de Confiabilidad de los activos físicos es cambiar las

actividades reactivas y correctivas, no programadas y altamente costosas, por acciones

preventivas planeadas que dependan de análisis objetivos, situación actual, e historial

de equipos, y permitan un adecuado control de costos.

La Confiabilidad Operacional lleva implícita la capacidad de una instalación

(procesos, tecnología, gente), para cumplir su función o el propósito que se espera de

ella, dentro de sus límites de diseño y bajo un específico contexto operacional.

Según Durán (2000), es importante puntualizar que en un sistema de

Confiabilidad Operacional es necesario el análisis de sus cuatro parámetros operativos:

Confiabilidad Humana, Confiabilidad de los Procesos, Mantenibilidad y Confiabilidad

de los equipos; sobre los cuales se debe actuar si se quiere un mejoramiento continuo y

de largo plazo. Estos cuatro elementos básicos, se muestran en la Figura 8.

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Figura 8. Elementos de la Confiabilidad

Aplicación de la Confiabilidad Operacional

Según Huerta (2004), la confiabilidad operacional tiene aplicación amplia en

los casos relacionados con:

� Elaboración de los planes y programas de mantenimiento e inspección de

equipos estáticos y dinámicos.

� Solución de los problemas recurrentes en equipos e instalaciones que afectan

los costos y la efectividad de las operaciones.

� Determinación de las tareas que permiten minimizar riesgos en los procesos,

equipos e instalaciones, y medio ambiente.

� Establecer el alcance y frecuencia óptima de paradas de plantas.

� Establecer procedimientos operacionales y prácticas de trabajo seguro.

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Mantenimiento Centrado en Confiabilidad (MCC)

Según Mario Pérez (2003), “El Mantenimiento Centrado en Confiabilidad es

una metodología que busca aumentar la productividad de la empresa, a través de la

identificación de los requerimientos óptimos de mantenimiento de los elementos

físicos en su contexto operacional, a fin de garantizar el cumplimiento de los estándares

requeridos por los procesos.” (Pág. 22).

El MCC es un proceso que se usa para determinar lo que debe hacerse para

aseguras que el equipo o línea continúe desempeñando las funciones deseadazas en su

contexto presente.

El MCC se centra en la relación entre la organización y los elementos que la

componen. Para explorar la relación, es necesario saber que tipo de elementos existen

en la empresa, y decidir cuales de estos están sujetos al proceso de revisión del MCC.

Para ello se realiza un registro completo de los equipos o líneas existentes en la

compañía.

“Antiguamente el mantenimiento se ocupaba de preservar el activo físico, hoy

en día se ocupa de preservar la función del activo” John Moubray (2002)

Herramientas Básicas del MCC

Análisis de Criticidad

Permite evaluar la criticidad relativa de cada línea en la instalación. El

análisis de criticidad clasifica a las líneas de acuerdo a la probabilidad del modo de

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falla que tenga y el impacto potencial más alto en las metas de la empresa. (Norma

PDVSA MR 02-15-03 Clasificación de la Criticidad de Equipos, 2004)

La clasificación de la criticidad se utiliza para determinar el alcance y la

frecuencia de las actividades de mantenimiento del equipo o línea, adicionalmente

provee una guía que ayuda a priorizar las ordenes de trabajo que son requeridas para

mantener la integridad y disponibilidad del activo.

El Análisis de Criticidad permite entender mejor las características

operacionales de los equipos antes de ocurra la falla e implementar estrategias

proactivas de confiabilidad para las líneas, a fin de eliminar las probabilidades y

consecuencias de las fallas siendo efectivo en los costos. (Norma PDVSA MR

02-15-03 Clasificación de la Criticidad de Equipos, 2004)

Según Huertas (2004), el Análisis de Criticidad se define como:

Una metodología que permite establecer la jerarquía o prioridades de

procesos, sistemas y equipos, que facilita la toma de decisiones acertadas y

efectivas, direccionando el esfuerzo y los recursos en áreas donde sea más

importante y/o necesario mejorar la confiabilidad operacional, basado en la

realidad actual. Para realizar un análisis de criticidad se debe: definir un

alcance y propósito para el análisis, establecer los criterios de evaluación y

seleccionar un método de evaluación para jerarquizar la selección de los

sistemas objeto del análisis. (Pág. 65).

La figura 9 se muestra un diagrama de flujo donde se describe mejor el modelo

básico de criticidad.

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Figura 9. Diagrama de Flujo: modelo básico de criticidad

Fuente: Huertas (2004)

El Análisis de Criticidad se basa en la estimación del impacto global del equipo

sobre la operatividad del proceso, con este análisis se logra una lista ponderada desde el

elemento más crítico hasta el menos crítico, diferenciando tres zonas de clasificación:

alta criticidad, mediana criticidad y baja criticidad. Una vez identificadas estas zonas,

es mucho más fácil diseñar una estrategia, para realizar estudios o proyectos que

mejoren la confiabilidad operacional, iniciando las aplicaciones en el conjunto de

procesos ó elementos que formen parte de la zona de alta criticidad.

Los criterios para hacer un análisis de criticidad están asociados con:

seguridad, ambiente, producción, costos de operación y mantenimiento, rata de fallas y

tiempo de reparación principalmente, entre otros.

Análisis de Modos y Efectos de Falla (AMEF)

Según Helman (1995), “el Análisis de Modos y Efectos de Fallas (AMEF), es

un proceso sistemático para la identificación de las fallas funcionales de un proceso

antes de que éstas ocurran, con el propósito de eliminarlas o de minimizar el riesgo

asociado a las mismas”. (Pág. 59).

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Según Hurtado (2005), la definición del Análisis de Modo y Efecto de la Falla

se presenta a continuación:

Es una Metodología orientada a hacer un análisis profundo de las

fallas (riesgos) existentes o potenciales de un producto o proceso, en

que se determina la severidad, recurrencia y capacidad de los controles

establecidos de detectarlas, generando actividades y planes de acción a

corto y mediano plazo para la corrección de las fallas actuales y

prevención de las potenciales a las que está expuesto el producto o

proceso, y así garantizar primordialmente la integridad física de los

usuarios, al igual que el desempeño del producto o proceso una vez

librado. (Pág. 43).

Según Hidalgo (2005), para hacer un AMEF se requiere lo siguiente:

� Un equipo de personas con el compromiso de mejorar la capacidad de diseño

para satisfacer las necesidades del cliente

� Diagramas esquemáticos y de bloque de cada nivel del sistema, desde

subensambles hasta el sistema completo

� Especificaciones de los componentes, lista de piezas y datos del diseño

� Especificaciones funcionales de módulos, subensambles, etc

� Requerimientos de manufactura y detalles de los procesos que se van a utilizar

� Formas de AMEF (en papel o electrónicas) y una lista de consideraciones

especiales que se apliquen al producto

Según Hidalgo (2005), los objetivos principales del AMEF son:

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� Reconocer y evaluar los modos de fallas potenciales y las causas asociadas

con el diseño y manufactura de un producto

� Determinar los efectos de las fallas potenciales en el desempeño del sistema

� Identificar las acciones que podrán eliminar o reducir la oportunidad de que

ocurra la falla potencial

� Analizar la confiabilidad del sistema

� Documentar el proceso

Según Hidalgo (2005), los beneficios de la AMEF:

La eliminación de los modos de fallas potenciales tiene beneficios tanto a corto

como a largo plazo. A corto plazo, representa ahorros de los costos de reparaciones, las

pruebas repetitivas y el tiempo de paro. El beneficio a largo plazo es mucho más difícil

medir puesto que se relaciona con la satisfacción del cliente, con el producto y con su

percepción de la calidad; esta percepción afecta las futuras compras de los productos y

es decisiva para crear una buena imagen de los mismos.

Modo de falla

Según la norma SAE JA1012 (1999):

Las listas de los modos de falla deben incluir cualquier evento o proceso que

probablemente pueda causar una falla funcional, incluyendo deterioro, defectos

de diseño, y errores humanos que pueden ser causados por operadores o

mantenedores (a menos que el error humano esté siendo activamente dirigido

por un proceso analítico aparte del MCC). (Pág. 19).

Entre los principales modos de falla se tiene:

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Deterioro: Según la norma SAE JA1012 (1999) el deterioro ocurre cuando la

capacidad de un activo está por encima del desempeño deseado para comenzar a operar,

pero entonces cae por debajo del desempeño deseado después que el activo entra en

servicio. Esto cubre todas las formas de “desgaste o rotura”. Tales como fatiga,

corrosión, abrasión, erosión, evaporación, degradación (especialmente de aislantes,

lubricantes, etc.)

Diseño: Según norma SAE JA1012 (1999), el diseño de un activo o la

configuración de un sistema pueden proporcionarlo de modo que sea incapaz de

cumplir el rango completo de los requerimientos funcionales en el contexto en el cual

se espera que opere.

Muchas fallas funcionales son causadas cuando el esfuerzo aplicado a un

activo se incrementa por encima de su habilidad para resistir el esfuerzo. En la práctica

estos incrementos del esfuerzo son aplicados frecuentemente por seres humanos. La

literatura en esta materia clasifica tales errores humanos en una amplia variedad de

maneras. Sin embargo; en el mundo de los activos físicos estos errores usualmente

entran en las siguientes categorías:

� Operación incorrecta. Esto usualmente toma dos formas la primera es

sobrecarga sostenida, frecuentemente deliberada (por ejemplo, si una

máquina es operada a niveles de desempeño que alcancen o excedan su

capacidad inicial, tal como un motor de automóvil que es operado

persistentemente a unas RPM excesivas, causando su falla prematura). La

segunda es sobrecarga repentina, usualmente no intencional, (por ejemplo, si

un activo es simplemente operado incorrectamente, tal como un vehículo que

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es puesto en retroceso mientras se está moviendo hacia delante, dañando la

caja).

� Ensamblaje incorrecto (por ejemplo, si un mecánico deja una herramienta en

una caja de engranajes o un electricista cablea un interruptor

incorrectamente).

� Daño externo (por ejemplo, si la carcaza de una bomba es golpeada por un

camión montacargas)

Si tales incrementos en el esfuerzo aplicado se piensan probables en el

contexto en consideración (y si ellos no se han tratado por un proceso analítico

separado), también se deben incorporar en la lista de los modos de falla, de modo que

se puedan identificar las políticas de manejo de fallas adecuadas.

Por otra parte se puede acotar que Según Hidalgo (2005), un modo de falla se

define como la manera en que una parte o ensamble puede potencialmente fallar en

cumplir con los requerimientos de liberación de ingeniería o con requerimiento

específicos del proceso.

Efecto de falla.

Según norma SAE JA1012 (1999), un proceso MCC debe preguntarse “¿Qué

pasa cuando ocurre cada falla funcional (efectos de falla)?”, esta sección discute los

dos conceptos claves siguientes concernientes a los efectos de falla que son

suposiciones básicas e información necesaria.

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Suposiciones Básicas

Según norma SAE JA1012 (1999), “Los efectos de falla deben describir lo que

puede pasar si no se realiza ninguna tarea especifica para anticipar, prevenir o detectar

la falla.” (Pág. 20).

Según norma SAE JA1012 (1999):

Una definición de efecto de falla describe lo que puede pasar si ocurre el modo

de falla. Nótese que el MCC hace una distinción clara entre un efecto de falla

(que pasa) y una consecuencia de falla (como, y cuanto, afecta el modo de falla).

Las definiciones de los efectos de falla son utilizadas para evaluar las

consecuencias de cada modo de falla. Estas también proveen la información

básica necesaria para decidir que políticas de manejo de fallas se deben

implementar para evitar, eliminar o minimizar estas consecuencias para la

satisfacción de los dueños/usuarios del activo. Las principales opciones de las

políticas de manejo de fallas incluyen tareas de mantenimiento proactivas (de

monitoreo de condición, programadas, restauración, y desincorporación

programada), junto con las frecuencias respectivas. Si nosotros deseamos

identificar estas tareas correctamente, es esencial asumir que no se este

llevando a cabo ningún mantenimiento proactivo cuando se están identificando

los modos de falla y los efectos asociados. En otras palabras, para comenzar

desde una verdadera base cero, es esencial asumir que el modo de falla causa de

hecho, la falla funcional asociada. Se necesitan describir los modos de falla, y

escribir las definiciones de los efectos de fallas, respectivamente. (Pág. 22).

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Información Necesaria

Los efectos de falla deben incluir toda la información necesaria para sustentar

la evaluación de las consecuencias de la falla. (Norma SAE JA1012, 1999).

� ¿Qué evidencia (si existe alguna) que la falla ha ocurrido (en el caso de

funciones ocultas, que podría pasar si ocurre una falla múltiple)?

� ¿Qué hace (si ocurre algo) para matar o dañar a alguien, o para tener efectos

adversos en el ambiente?

� ¿Qué hace (si ocurre algo) para tener un efecto adverso en la producción o en

las operaciones?

� ¿Qué daño físico (si existe alguno) causa la falla?

� ¿Qué (si existe algo) se debe hacer para restaurar la función del sistema

después de la falla?”

Evidencia de que ha ocurrido la falla

Según la norma SAE JA1012 (1999):

Una definición de efecto de falla debe describir si hay alguna evidencia de que

el modo de falla en consideración ha ocurrido. Si es así, la misma debe describir

que forma toma esta evidencia. Por ejemplo, debe mencionar si el

comportamiento del equipo cambia notablemente como resultado del modo de

falla (luces de alarma, cambio en los niveles de ruido y velocidad, etc.).

También debe describir si el modo de falla está acompañado (o precedido) por

efectos físicos obvios, tales como, ruidos altos, fuego, humo, escapes de vapor,

olores inusuales, o charcos de líquido en el piso. (Pág. 24).

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Amenazas a la seguridad y al ambiente

“Si hay una posibilidad que alguien pueda ser herido o muerto como resultado

directo del modo de falla, o se viola una norma o regulación ambiental, el efecto de

falla debe describir como podría pasar esto”. (Norma SAE JA1012, 1999).

Efecto en la producción o en las operaciones

� Tiempo fuera de servicio: cuanto tiempo el activo podría estar fuera de

servicio debido a ese modo de falla, desde el momento que falla hasta el

momento que entra de nuevo completamente en operación.

� Velocidad de operación: Si el equipo ha bajado su velocidad como resultado

del modo de falla, y si es así, que tanto la ha bajado.

� Calidad: Si el modo de falla afecta la calidad para la cual está configurada la

función, tales como la guía de precisión o los sistemas de control, los

parámetros de calidad del producto, e inclusive los asuntos de servicio al

consumidor (operación a tiempo, etc.). La definición del efecto de falla debe

indicar también si el modo de falla incrementa los desechos o los trozos de

desperdicios, causa un aborto de la misión, o incurre en penalidades

financieras contractuales significativas.

� Otros sistemas: Si otro equipo o proceso se ha detenido, bajado su velocidad o

está afectado de cualquier otra manera por el modo de falla.

� Costos de operación globales: Si el modo de falla causa cualquier otro

incremento en los costos operacionales, tales como incremento del consumo

de energía o desgaste excesivo de los materiales del proceso.

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Daño secundario

Si el modo de falla en consideración causa daños significativos a otros

componentes o sistemas, los efectos de este daño secundario también se deben registrar.

(Norma SAE JA 1012, 1999).

Clasificación de fallas

Según Varela (2009) la clasificación de las fallas se distribuye de la siguiente

manera:

Según su frecuencia: periódicas y aleatorias

� Fallas periódicas: son aquellas que se repiten en un equipo cada cierto tiempo

de trabajo, están asociadas a un deterioro por uso debido principalmente a

desgaste, desajuste, descalibración y otros.

� Fallas aleatorias: son fallas que no siguen un patrón predecible, por lo que es

muy difícil estimar en qué momento se van a presentar, por ejemplo fallas de

componentes eléctricos o electrónicos, golpe del equipo con objeto externo,

entre otros.

Las fallas periódicas a su vez pueden clasificarse según su facilidad de

detección en:

� Fallas de fácil detección: son aquellas fallas que se pueden ubicar

rápidamente, es decir, es fácil conocer el momento en que se presentan.

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� Fallas de difícil detección: por las condiciones de operación y montaje del

equipo la identificación de la falla es de alta complejidad.

Este punto es básico para la selección del tipo o los tipos de mantenimiento a

efectuar, al clasificar las fallas en tres grupos:

� Periódicas de fácil detección (PFD).

� Periódicas de difícil detección (PDD).

� Aleatorias (AL).

Los dos primeros casos están relacionados con patrones de falla caracterizados por

un desgaste progresivo en el uso, el tercero corresponde a fallas no relacionadas con la

edad o el uso del equipo.

Análisis de Causa Raíz

Fagerhaug (2000) describe el Análisis de Causa Raíz como “una

investigación estructurada que ayuda a identificar la verdadera causa de un problema,

y las acciones necesarias para eliminarlas”

Es una herramienta que trabaja a partir de un árbol lógico, permitiendo la

representación gráfica de las relaciones de causa y efecto que conduzcan a descubrir

el evento indeseable y cuál fue la causa raíz del problema. (Ver figura 10).

El objetivo del Análisis de Causa Raíz es identificar la secuencia de eventos

que han conducido a las fallas y crear un plan que permita prevenir su recurrencia en

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el futuro. Este análisis ayuda a profundizar en los procesos contribuyendo a

desarrollar mayores habilidades en los departamentos encargados del mantenimiento.

Según Jim Fitch (2008):

El análisis de la causa–raíz de una falla es un proceso mediante el cual se

trabaja hacia atrás, a través de una secuencia de eventos o pasos que llevaron

a una falla funcional de la máquina. Este proceso se conoce frecuentemente

como ‘preguntar varias veces porqué’ o ‘los cinco porqués’. El objetivo del

primer ‘porqué’ es revelar la causa obvia y más inmediata, que en ocasiones

se conoce como la causa directa. Es el sospechoso a quien se culpa primero y

con mayor frecuencia. Sin embargo, al continuar con una serie de

indagaciones pronto podemos exponer otras causas ocultas que incluyen a

las causas contribuyentes (los socios del crimen) y los agentes causales

intermedios. Con algo de suerte, el interrogatorio le llevará a la causa–raíz.

Pero hay que considerar que puede haber varias. (Pág. 95).

Los diagramas de espina de pescado (también conocidos como diagramas de

Ishikawa) se diseñaron para orientar en el proceso de eliminación a partir de una lista

en evolución de las posibles causas que responden a las reiterados ‘porqué’. Para

tener éxito se necesita no sólo el conocimiento para identificar todas las posibles

causas raíz, también contar con la agudeza para eliminar los que no se deben

considerar.

La figura 10, muestra el árbol lógico de decisión que se realizó momentos

después de que una bomba perdiera su operatividad. Se observa que, luego de realizar

las averiguaciones asociadas a la falla de la bomba, se determina tres posibles

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causa-raíz de la falla. Cabe destacar que la información recolectada en el árbol lógico

de decisión también puede ser recolectada en un diagrama de espina de pescado, se

puede usar cualquiera de las dos representaciones gráficas, lo importante es llevar la

secuencia lógica en la ocurrencia de los hechos.

Figura 10. Árbol Lógico de Decisión Aplicado a la Falla de una Bomba

Si un ACR no descubre la causa–raíz, por lo general saca a relucir nuevos

conocimientos sobre los factores de riesgo de fiabilidad del equipo, los cuales son

usados en estudios de criticidad (AMEF), contribuyendo a una mejora importante en

la realidad de la máquina.

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Norma PDVSA MR-02-02-07: Estructura de activos, Jerarquización de sistemas y

Equipos en PDVSA

La Norma MR-02-02-07 establece los requerimientos necesarios para

estructurar los activos de PDVSA de acuerdo a la jerarquización de los sistemas y sus

equipos, sobre la base de factores comunes a varios de los ítems dentro de un activo,

tales como: ubicación, uso del equipo y la subdivisión del mismo, entre otros. La

clasificación de los ítems viene dada por una jerarquía especificada que abarca nueve

niveles.

Según la Norma PDVSA MR-02-02-07: Estructura de Activos,

Jerarquización de Sistemas y Equipos en PDVSA (2009):

Los niveles del uno al cinco representan un alto nivel de categorización,

clasificados por uso y ubicación independiente de las unidades de equipos que

formen parte de los negocios e instalaciones, se puede tener clasificación

hasta ‘sub-secciones / sub-sistemas o lazo’ en estos casos se aplica un nivel

5.1. La información Jerárquica de estos niveles, debe ser incluida en la base de

datos de cada unidad de equipos o ficha técnica del equipo.

Los niveles del seis al nueve se refieren al sistema productivo (subdivisión de

equipos), es decir, a la unidad de equipo con la subdivisión en niveles más

bajos correspondientes a una estructura jerárquica de datos maestros, se centra

en la unidad del equipo (nivel seis) para la recolección de datos de

mantenimiento y confiabilidad e indirectamente en los niveles inferiores; tales

como, ‘sub-unidades de equipo’ (nivel siete), ‘elementos mantenibles / partes’

(nivel ocho) ‘piezas y consumibles’ (nivel nueve). (Pág. 8).

La Figura 11 especifica de manera gráfica lo expuesto en los párrafos

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anteriores, logrando con ello, una mejor demostración de la jerarquización aplicada a

los equipos de las estaciones de válvulas pertenecientes al área Altagracia.

A- Datos de ubicación técnica / uso (contexto operacional) B- Activos (Subdivisión de Equipos)

Uso / Localización Equipo / Sub-Equipo Componentes / Partes * Depende del contexto operacional

Figura 11. Pirámide de niveles de Jerarquización: Norma PDVSA (2009)