Post on 11-Jul-2015
MATERIAL DE APOYO PARA LAS
CATEQUESIS DE PREPARACION PARA
RECIBIR EL SACRAMENTO DE LA
CONFIRMACIÓN.
Tercer Curso.USAR EL RATÓN
LA VOCACIÓN
La vocación es un don que
hay que discernir en todos los
momentos de nuestra vida
para ser fieles a ella.
La vocación es una inspiración
interior por la que Dios llama a
una persona para una misión.
Supone siempre la absoluta:
• libertad de Dios que llama
• y la libertad humana que
reacciona ante esta llamada..
En toda vocación se encierra la
historia de un diálogo entre:
• Dios, que llama con amor,
• y la libertad del hombre, que
responde en fe y amor.
La vocación, en sentido pleno, es, a
la vez, llamada y respuesta. Para
que la vocación pueda hacerse
realidad en la vida personal ha de
incluir ambos elementos.
Al ser acogida y asumida libremente,
la persona hace una opción
fundamental que compromete toda
su vida y condiciona, a la vez, las
decisiones importantes futuras.
La llamada se manifiesta a través
de los signos vocacionales de dos
maneras:
la segunda está constituida por los dones que Dios otorga a
la persona para la realización del proyecto vocacional que le
ha manifestado. Ambas han de darse simultáneamente.
•La primera es la comunicación
que Dios hace de su proyecto a la
persona elegida mediante
acontecimientos vocacionales.
•La segunda está constituida por
los dones que Dios otorga a la
persona para la realización del
proyecto vocacional que le ha
manifestado.
La respuesta se manifiesta así
mismo de dos maneras:
•La primera es la aceptación de la
llamada manifestada en la
conciencia vocacional por la que la
persona percibe que Dios la llama:
es el sí de la persona al proyecto
de Dios.
Gramado
•La segunda es el desarrollo de los
dones, dotes y cualidades que la
persona ha recibido del Señor: es la
entrega total y permanente a la
realización de dicho proyecto.
La llamada del Señor se ha de
entender y distinguir a través de
los signos vocacionales que
manifiestan la voluntad de Dios al
llamado.
Son de dos tipos:
•acontecimientos
•y dones de Dios a la persona.
Los signos vocacionales son
acontecimientos de la historia
personal del joven creyente en los
que el Señor se hace presente
invitándole a seguirle.
Normalmente, no hay que pensar
que la llamada llegue a la persona de
forma extraordinaria. La voz de Dios
llega a través de muchos signos
vocacionales que van manifestando
la voluntad de Dios.
Los momentos de fuerte experiencia
vocacional acontecen en tiempos
históricos y situaciones reales a
través de los cuales hay que
descubrir la voluntad.
En el “diálogo-llamada”, Dios se
acomoda al hombre y utiliza una sabia
pedagogía usando señales para hacerse
entender. Dios manifiesta al hombre
su voluntad por medio de experiencias
concretas que configuran su propia
historia.
Cualquier experiencia humana,
cualquier lugar, cualquier
acontecimiento, cualquier
circunstancia, puede convertirse en
vehículo, ocasión y contexto para el
encuentro del hombre con Dios.
Entre las señales de llamada más
frecuentes suelen estar éstas:
• Encuentros significativos con
el Señor en momentos de la
historia personal.
• Las llamadas personales. Las que
ha recibido directamente el
individuo concreto y le han dejado
con inquietudes, con dudas, con
miedos...
•Las casualidades de la vida:
aquellas circunstancias que, sin
pretenderlo, han abocado al
llamado a enfrentarse con la
posibilidad de una llamada.
•Las cualidades personales
especiales y significativas. Para
Dios llamar equivale a dar. Dios no
llama a nadie para algo sin antes
haberle dotado de lo necesario para
llevarlo a cabo.
•La Palabra de Dios y la oración
personal. En ellas el Señor va
despertando una libertad y una
disponibilidad enormes en el
orante.
Los modelos de
identificación,
esto es,
aquellas
personas con
nombre y
rostro, que han
prendado al
candidato
La sensibilidad hacia los problemas
de los hombres. Hay necesidades que
en sí mismas son un reclamo, que
despiertan un apremiante sentido de
compasión y disponibilidad.
Resumiendo
La vocación
sólo se
explica por
el amor
gratuito,
personal y
único que
Dios muestra
hacia quien
llama.
La vocación es siempre un misterio
de fe y de amor que se despierta en
el hombre poco a poco.
Sin amor de amistad, que genere
confianza y disponibilidad, no
puede haber respuesta positiva ante
la llamada, como tampoco la hay
sin libertad exterior e interior.
Toda llamada
procede en
primer
término de
Dios, que en
la fuerza del
Espíritu, lleva
la iniciativa.
La respuesta a esa llamada de Dios
afecta a toda la vida de la persona.
En la vida
hay
diferentes
formas de
responder al
que llama y
al eguimiento
de Jesucristo
Es un miembro del Pueblo de Dios
llamado a integrar todas las
actividades humanas en Jesucristo.
LAICO:
Con su trabajo el laico consagra, el
mundo a Dios y hace que la
creación cumpla sus fines; en su
vida familiar y especialmente a
través del matrimonio, transforma
el hogar en primera célula vital de
la gran comunidad de los hijos de
Dios.
Es aquel cristiano que recibe una vocación
especial para edificar la comunidad de los
creyentes mediante la proclamación y la
explicación de la Palabra de Dios, para santificarla
mediante la administración de los sacramentos.
SACERDOTE:
RELIGIOSO:
Es aquel bautizado que se compromete a
hacer un seguimiento radical de Jesucristo
observando el Evangelio según una específica
forma de vida, denominada ordinariamente
"Regla", y la profesión de los consejos
evangélicos o votos.
Algunos hombres y mujeres viven esa
forma de vida siguiendo la
espiritualidad nacida de Francisco de
Asís.
“Teniendo un sólo corazón y
una sola alma dirigida a
Dios”
La vocación
franciscana es
una llamada de
Dios a vivir la
vocación
cristiana en un
determinado
modo de vida y
seguimiento de
Jesucristo.
Pantanal
Ese determinado modo de vida y
seguimiento a Jesús, el franciscano
o franciscana lo quiere hacer visible
por medio de:
•Fidelidad al amor de Dios para que
resplandezca y se transparente en un
mundo necesitado del amor de Dios,
de un modo muy especial, en quienes
sigue estando velado.
Gratuidad,
como respuesta al
amor de Dios que me
llama para una
misión, y capacidad
de riesgo y osadía
para emprender ese
nuevo camino sin
tener asegurado el
futuro.
Profecía
para conectar con
las ansia profunda
de las personas y
responder a sus
deseos hondos de
libertad, relación,
de transcendencia ..,
escuchando y
solidarizándose con
los excluidos.
El modo de vida y seguimiento a Jesús,
el religioso franciscano lo hace visible
por su consagración a Dios por medio
de tres votos:
Castidad:
como respuesta al “Dios-Amor” para:
• Dedicarse de todo a ÉL.
• Comprometerse por Él.
• Dejarse amar por Él.
Pobreza:
como renuncia a las seguridades
humanas para optar radicalmente por
Dios.
Obediencia: como respuesta a la
llamada de Dios para que Él disponga
de mi vida.
¿Te gustaría
emprender
este camino?