CIFRA

A las mismas personas que encontré hoy

encontré ayer, y antes.

El gentío me fue indiferente, enajenado y veraniego.

Fueron perfiles altivos que anduvieron sobre grises trámites

esos muchos nombres hablantes,

presos de la equiparación física y mutua.

Esquivé sus pasos y sus bolsas;

evadí todo enfrentamiento transeúnte

y visual que se me apareció;

caí en una desolación atestiguada por muchos

y sufrí los pensamientos apartados

de mi independencia caminante.

Fui un buscador que surcó el estropicio continuo

de la rutina pasante;

fui el peatón inadvertido y común

a quien nadie pudo malograrle el hechizo de la soledad.

Fui integrante de esas masas ambulantes,

fútiles y libres.

Traté de no tropezar con nada ni nadie,

navegando en el desorden de un ámbito que nunca fue mío,

con un tiempo distinto,

ajeno a todo apremio;

desatento de la charlatanería reinante,

desapercibido en el estruendo.

Fui un resultado de aparición,

un espectador de espectadores.

A las mismas personas que encontré hoy

encontré ayer, y antes

pero a vos no pude encontrarte

y no sé hasta cuándo seré, por eso,

una cifra humana entre todas las demás.

(2005)

Jorge Mansilla