Post on 08-Dec-2015
description
Comadreja no tiene personalidadAutor:Dana
N° Participantes: 3
Ambientación (Escenarios): El patio de un colegio
Personajes: Comadreja, Paloma, Zorrito y sus amigos.
Comadreja y Paloma están charlando en el patio a solas y mirando a Zorrito
mientras juega con sus amigos.
Comadreja: (extasiada)
– ¡Es que me gusta tanto Paloma! ¿No ves lo mono que está cuando pierde la
pelota y se queda un poco triste y enfadado?
Paloma: (mirando con incredulidad)
– Sí que te ha dado fuerte con Zorrito, Comadreja. Deberías pensar de vez en
cuando en otra cosa, por ejemplo los deberes que tenemos para mañana. Hoy no
los has traído hechos y la profesora te ha puesto un punto negativo.
Comadreja: (soñadora)
– ¡Pero qué poco romántica eres Paloma! Cuando una chica está pensando en su
príncipe el tiempo vuela. Es por eso que no me dio tiempo a hacer los deberes. –
vuelve su mirada de nuevo a Zorrito – ¡Ay! ¿Tú crees que le gustaré?
Paloma: (cansada de volver siempre al mismo tema)
– No lo sé, quizá deberías preguntarle tu misma y acabar con este rollo.
Comadreja: (mira fijamente a Paloma y su mirada se vuelve muy decidida)
– Es lo que voy a hacer ahora mismo. ¡Ayayayay! ¡Deseame suerte Palo! – lo dice
de repente aterrada con los posibles desenlaces de su confesión.
Paloma: (levantando el puño y con tono para infundir ánimo)
– Venga Comadreja, sólo sé tu misma y di lo que sientes y todo irá bien.
Narrador:
Comadreja se dirige despacio y tímidamente al grupo de Zorrito y sus amigos que
siguen jugando a la pelota, ajenos a la atención que suscitan en Comadreja y
Paloma. Paloma llega casi al lado de Zorrito y le hace señales para que se
acerque a dónde está ella, pero él parece no darse cuenta. Entonces Comadreja
decide acercarse ella, con tan mala suerte que el balón pasa por allí y hace que
se resbale abriendo las piernas y rompiéndose el pantalón.
Zorrito y sus amigos empiezan a reírse a carcajadas de la cómica situación y
Paloma lo ve y se levanta rápido a socorrerla.
Amigos de Zorrito:
– Qué te pasa Comadreja, ¿has engordado un poco y la ropa ya no te da sí?
– todos se ríen de buena gana hasta que ven el rostro desolado de Comadreja y
el enfado de Paloma. – Comadreja es broma, de verdad. Chica no te enfades.
Paloma:
– Vamos Comadreja, yo te ayudo y lo arreglamos en seguida. – se lleva a
Comadreja del brazo mientras esta aguanta las lágrimas como puede.
Narrador:
Los jóvenes en seguida siguen con sus juegos, aunque Zorrito se queda mirando
un rato más a Comadreja y Paloma mientras se marchan con el rostro algo
preocupado.
Escena 2:
Narrador:
Comadreja y Paloma están en otra parte del patio más alejada. Paloma intenta
atarle un jersey en la cintura a Comadreja para que no se vea el roto mientras
esta solloza.
Comadreja:
– Pero ¿has oído lo que han dicho? Me han llamado gorda y Zorrito se ha reído
con ellos.
Paloma: (con el ceño fruncido)
– Han dicho que era una broma. Seguramente no era con mala intención, es solo
que son idiotas.
Comadreja: (con desesperanza)
– Zorrito piensa que estoy gorda.
Paloma: (a punto de perder la paciencia)
– Zorrito no ha dicho nada de eso, además no estás gorda Comadreja.
Narrador:
Pero Comadreja no está escuchando lo que dice, se encuentra sumida en sus
pensamientos. Entonces, suena la alarma que envía a la gente para clase y
ambas se van.
Escena 3:
Narrador:
Han pasado unas semanas y Comadreja está flaca y desmejorada. De nuevo se
encuentran en el patio todos los personajes anteriores, esta vez Zorrito y sus
amigos jugando a las canicas y ellas a la comba. Comadreja apenas puede saltar,
está sin fuerzas.
Paloma: (enfadada y preocupada)
– Comadreja tienes muy mal aspecto, nunca llevas nada para comer en el recreo y
estás muy delgada.
Comadreja:
– Hago dieta para gustarle a Zorrito.
Paloma:
– Antes estabas muy contenta con cómo eres, antes de que esos tontos te
hiciesen esa broma. – hace una pausa mientras la mira negando con la cabeza
– ¿No te das cuenta de que esto no está bien? Pareces una baba de lo débil que
estás.
Comadreja: (de nuevo muy decidida)
– Solo importa que Zorrito me quiera y que nadie se vuelva a reír de mi y llamarme
gorda. Mañana le pediré salir a Zorrito otra vez, ya no soy gorda así que espero
que me diga que sí.
Narrador:
Paloma la mira sin poderse creer qué ha sido de su amiga.
Escena 4:
Narrador:
La misma escena de siempre, el recreo y ambos grupos jugando por su cuenta
pero no demasiado separados. Comadreja se encuentra de pie mirando a Zorrito
mientras Paloma la mira a ella.
Comadreja:
– Bien, allá voy. – Paloma no contesta solo la mira con un gesto reprobador y gira
la cabeza hacia un lado enfadada.
Narrador:
Comadreja se acerca a Zorrito y le llama para que se acerque a ella. Él la ve y
ambos se van a un aparte.
Comadreja:
– Escucha Zorrito… – se pone muy roja – verás yo querría saber si… si saldrías
conmigo.
Zorrito: (tambien azorado)
– Lo siento Comadreja, pero no.
Comadreja: (le mira sorprendida)
– Pero, ¿porqué?
Zorrito:
– Estás tan flaca y con esa mirada cansada, siempre triste… no eres la misma de
antes. Solo mirarte me causa tristeza. Me gustabas cuando eras tu misma y no
parabas de reírte, hacer bromas y jugar con Paloma.
Narrador:
Comadreja mientras escucha sus palabras anonadada, dándose cuenta e su error
y de que lo mejor es comportarse como uno es de verdad.
Comadreja: (intentando recomponerse)
– No pasa nada Zorrito, lo entiendo… – sin más se da la vuelta se va, triste pero
de alguna manera más fuerte. Zorrito por su parte sale de escena y entonces
Comadreja afirma como hablando sola – ¡Qué poca personalidad he tenido! Y por
eso ya no le gusto a Zorrito ¡Nunca volveré a cambiar una opinión o broma tonta
de los demás!
Manu conoce a Papá Noel
Autor:Dana
N° Participantes: 4
Ambientación (Escenarios): Escena 1: Un salón hogareño, con una decoración
muy simple. Encontramos un gran árbol de navidad decorado con bolas viejas y
descoloridas. Hay una vieja alfombra raída y tan solo una tenue luz de lampara ilumina la
escena. Escena 2: Nos encontramos en este mismo salón, ahora un poco más decorado
para la cena de nochebuena. En la mesa encontramos restos de la cena, vasos y platos
sucios.
Personajes: Manu, Narcisa, Árbol de Navidad, Papa Noel
Introducción:
Manu es un niño pobre que sueña con conocer personalmente a Papa Noel. Como su
familia es pobre, nunca le ha podido comprar un regalo por Navidad, pero a pesar de ello,
Manu no pierde la esperanza de que en la próxima Nochebuena Papa Noel vaya a su
casa a entregarle los regalos.Sin embargo, su hermana Narcisa, con malas intenciones,
quiere desilusionar a Manu diciendole que Papa Noel no existe y que por eso no ha
venido nunca a traerle regalos.
ESCENA 1
(Manu se encuentra delante del árbol de Navidad, solo)
MANU: Ya se acerca la Nochebuena, espero que este año Papa Noel por fin se
acuerde de venir a casa. Me gustaría tanto conocerlo personalmente….
ÁRBOL DE NAVIDAD: Este año puedes contar con él… (Para sí) Ay, es tan triste
que un niño no reciba su regalo en Nochebuena.
MANU: Eso me dijiste la Navidad pasada, y me quedé esperando…
ÁRBOL DE NAVIDAD: ¿Seguro que fuiste un niño bueno? A lo mejor no vino
porque no fuiste lo suficientemente bueno.
MANU: He sido más bueno que el arroz con leche.
ÁRBOL DE NAVIDAD: ¿Que el arroz con leche?
MANU: Sí, que el arroz con leche: he ayudado a la abuela a cruzar la calle, me he
terminado todo lo del plato incluso los días que habían lentejas y una vez ayude a
mi padre a limpiar el coche.
ÁRBOL DE NAVIDAD: Y el día que le tiraste de la cola al gato lo hemos
olvidado….
MANU: ¡Este año no le he tirado de la cola ni una sola vez al gato! Todo por ver si
por fin viene Papa Noel a mi casa.
ÁRBOL DE NAVIDAD: (Para si) Pobre, si no hay dinero ni para comprarme bolas
nuevas, este año el pobre Manu se quedará sin regalos y sin conocer a su querido
Papá Noel.
(Entra NARCISA en la habitación)
NARCISA: ¿Qué haces ahí plantado mirando al árbol?
MANU: Estoy esperando a Papa Noel… Estoy seguro de que este año sí… tengo
un presentimiento muy fuerte.
NARCISA: (Con desdén) Como el año pasado…
MANU: Pero este año es un presentimiento de verdad, de verdad de la buena.
Papa Noel va a venir cuando menos te lo esperes y entonces tendrás que cerrar
la boca.
NARCISA: A ver si te enteras de una vez, bobo. Papa Noel no va a venir porque
no existe. A los niños ricos les compran los regalos sus padres.
MANU: ¡Cállate, cállate! Eres una mentirosa…
NARCISA: Veremos quién miente cuando acabe la Nochebuena…
ESCENA 2
(Después de la cena de Nochebuena, Manu vuelve al lado del Árbol, a la espera
de Papa Noel)
MANU: Papa Noel, yo se que existes, y que este año por fin vendrás a mi casa.
ÁRBOL DE NAVIDAD: Es ya muy tarde y debes irte a la cama. Papa Noel ya no
va a venir.
MANU: Cállate, dije que iba a venir, y va a venir. Le he preparado un vaso de
leche con galletas.
ÁRBOL DE NAVIDAD: Se te cierran los ojos del sueño… No te preocupes, la
Navidad que viene seguro que…
MANU: No quiero esperar a la Navidad que viene otra vez…. Papá Noel va a venir
y yo estaré aquí para conocerlo.
ÁRBOL DE NAVIDAD: Esta bien, Manu…. Pues entonces vendrá…
(Pasan las horas y no pasa nada. De repente, entra PAPA NOEL, que se acerca a
MANU y lo despierta)
PAPA NOEL: Manu… ¿me esperabas?
MANU: PAPA NOEEEEL!!!!! Sabía que vendrías!! Lo sabía!!
PAPA NOEL: ¡Cálmate, chico! Hay tantas casas en el mundo que no puedo
pasarme por todas todos los años. Pero ya era hora de que me acercara por aquí.
MANU: Sí, ya era hora… Pensaba que nunca vendrías porque soy pobre.
PAPA NOEL: Los niños pobres también tienen derecho a recibir la visita de Papa
Noel.
MANU: ¿Me has traído regalo?
PAPA NOEL: No.
MANU: Vaya, pero yo pensé….
PAPA NOEL: Muchachito, muchachito, no querrás que piense que querías
conocerme solo por los regalos, verdad?
MANU: No, pero…
PAPA NOEL: Tu regalo es haberme conocido.
MANU: Entonces es un buen regalo. Estoy feliz.
PAPA NOEL: Ahora debo irme a ver a otros niños que también me esperan junto
a su árbol de Navidad. ¡JO JO JO!
(PAPA NOEL se marcha y deja a MANU lleno de gozo.)
ÁRBOL DE NAVIDAD: Menos mal que no se ha dado cuenta de que era su padre
disfrazado… Se habría llevado una desilusión y se merece soñar un poco.
El problema del rey
Autor:Dana
N° Participantes: 4
Ambientación (Escenarios): Escena 1: Salón del Trono, una habitación grande y
espaciosa decorada con estandartes y recuerdos de guerra. Escena 2: Dependencias de
Faisal, un dormitorio de tamaño mediano, de decoración sencilla, en la que destaca una
gran libreria repleta de viejos pergaminos y frascos de cristal que almacenan todo tipo de
líquidos. Escena 3: Salón de baile del Rey. Una estancia muy amplia y despejada, con
una iluminación ténue e íntima.
Personajes: El Rey, Manolita, Faisal y Tomás
Introducción:
El rey Jofré II no entiende por qué la joven y bella Manolita no quiere casarse con él,
siendo el rey más poderoso de todos los reinos y cualquiera desearía ser su reina.
Además, durante los últimos días ha advertido que sus súbditos no quieren estar cerca de
él. Desesperado, busca consejo en su válido y mejor amigo Tomás. Tomás sabe que la
joven Manolita no quiere casarsease con el rey porque éste ha descuidado su higiene
personal para atender a la guerra con el reino vecino, pero no se atreve a decírselo por si
desata su ira. Huele tan mal que todos sus consejeros se esconden de él y nadie le dice
nada para no enfurecerlo. Jofré II acude a Faisal, el sabio de su castillo, en busca de
alguna pócima que arregle su situación.
ESCENA 1
(Salón del trono. Está el REY junto a TOMÁS)
REY: No entiendo porque Manolita no quiso bailar el minué conmigo durante la
celebración del solsticio de invierno.
TOMÁS: Sin duda vuestra regia presencia la impresiona tanto que no se atreve a
acercarse a vos.
REY: No, no es eso. Siento que me rehuye, y no solo ella: mis súbditos salen
corriendo de la cámara cubriendo su nariz cuando llego.
TOMÁS: Vos merecéis algo mas que un par de súbditos cobardes y una mujer
que no lo ama.
REY: Siempre he querido casarme con Manolita y un rey debería poder casarse
con quién quisiera
TOMÁS: Hasta un rey debe asumir el desdén de una mujer. Sin duda lady
Mercedes será una esposa y una reina más adecuada para vos.
REY: ¡No os tolero que me habléis con ese tono, súbdito!
TOMÁS: (A parte) Si le digo que Manolita no quiere casarse con él por ese
apestoso olor que le acompaña por no lavarse nunca seguro que se siente
humillado y hace clavar mi cabeza en una pica.
REY: Iré a ver al sabio Faisal para que me de un filtro de amor con el que Manolita
caiga rendida a mis regios brazos.
ESCENA 2
(Dependencias de Faisal. (FAISAL y EL REY)
REY: Sabio Faisal, como ya sabréis, hace semanas que pretendo el amor de la
joven Manolita, pero ella siempre me rehuye y no quiere bailar el minué conmigo.
FAISAL: Entiendo lo triste de vuestra situación, majestad…
REY: Vengo a que me deis un filtro de amor con el que cautivar el corazón de la
joven Manolita.
FAISAL: Mucho me temo que no podré ayudaros en esta empresa, majestad… No
dispongo de ninguna pócima capaz de crear un amor tan fuerte como para pasar
por alto vuestro… (se detiene en seco)
REY: ¿Mi qué, sabio?
FAISAL: Vuestro digno porte, majestad… Tenéis una presencia tan regia que
todas las muchachas del reino se sienten intimidadas.
REY: Entonces, ¿qué remedio proponéis?
FAISAL: Un momento, majestad….
(FAISAL se pone a rebuscar entre sus estanterías repletas de frascos con líquidos
resplandecientes. Tras tomar dos frascos, se los tiende al rey)
REY: ¿Qué es esto?
FAISAL: Es una pócima mágica, procedente de los hombres antiguos, alteza….
Su nombre es, Agua y Jabón… Esto es el Agua… y esto el Jabón.
REY: Si es una fórmula de los hombres antiguos, no me cabe duda que surtirá un
efecto óptimo y lograré al fin mis regios propósitos.
FAISAL: Debéis recordar aplicarlo en vuestro regio cuerpo cada noche, haya luna
llena o luna nueva… Es importante que seas constante en su uso, cuando se os
acabe, venid a por más.
REY: Gracias, mi leal sabio… Haré que recibáis un regalo como señal de
recompensa.
FAISAL: Majestad, me honráis con vuestra generosidad…
ESCENA 3
(Salón de baile del rey. MANOLITA y EL REY)
EL REY: Lady Manolita, os suplico una vez más que esta noche bailéis el minué
conmigo
(MANOLITA se siente extrañada ante el buen olor del monarca.)
MANOLITA: Veo que os habéis librado de ese desagradable olor…
EL REY: Sin duda mis enemigos me lanzaron un maleficio para que mis súbditos
me rehuyeran, pero el sabio Faisal me ha dado una fórmula ancestral, a base de
agua y jabón, para librarme del maleficio. He aplicado esas sustancias en mi
cuerpo y ahora soy libre de la maldición.
MANOLITA: Eso me llena de alegría, mi joven rey. Con gusto bailaré el minué con
vos esta noche y todas las noches de mi vida como vuestra esposa y reina.
EL REY: Vuestra decisión ha llenado de dicha mi corazón. Bendita la hora que en
que apliqué la ancestral fórmula de agua y jabón sobre mi cuerpo.
(Aparece el sabio FAISAL y se dirige al público)
FAISAL: Y vosotros no debéis descuidar vuestra higiene personal recurriendo al
agua y al jabón cada día. Aunque la verdadera belleza se encuentra en el interior,
como ocurre con este bondadoso rey, es importante tener un cuerpo limpio, ir
peinados, arreglados y perfumados para causar buena impresión.
El secreto en el baúl
Autor:Dana
N° Participantes: 2
Ambientación (Escenarios): Una habitación típica infantil con un bello y grande
baúl en el medio. Alrededor hay diferentes cajas y estanterías con juguetes y objetos de
todo tipo.
Personajes: Pato, Erizo.
En esta obra de teatro corta los protagonistas son Pato y Erizo, dos hermanos que
duermen en la misma habitación. Pato se encuentra solo en la habitación,
manipulando unos papeles de colores envolviendo una caja de aspecto misterioso
cerca de unbaúl muy emocionado, de espadas al público. De repente, entra Erizo
al escenario por delante, sin ver lo que está haciendo Pato exactamente.
Erizo: (intrigado)
– Hola hermano… Pero, ¿qué estas haciendo con eso? ¡Enséñamelo!
Narrador:
Erizo se abalanza sobre Pato para ver de qué se trata. Pero Pato se apresura a
guardar lo que estaba manipulando en el baúl, echa la llave y se la guarda en el
bolsillo, ante la impotencia de Erizo.
Pato: (circunspecto y a la defensiva)
– Lo siento hermano, pero no puedes verlo, es cosa mía.
Erizo: (entrecierra los ojos con desconfianza)
– ¿Acaso Mamá te ha comprado algún juguete y no quieres compartirlo?
Pato: (un poco ofendido)
– No digas tonterías Pato, siempre hemos compartido todos nuestros juguetes.
Erizo:
– Por eso creo que debe de ser un juguete especial, algo que no quieres compartir
conmigo.
Pato: (cada vez más enfadado)
– Pero, ¡cómo puedes decir eso! No es justo, y no te voy a enseñar lo que hay en
el baúl, así que ya te puedes ir olvidando.
Narrador:
Pato deja la habitación serio y a paso vivo por el enfado llevándose consigo la
llave y deja a Erizo solo. Nada más salir su hermano, Erizo se dedica a
inspeccionar minuciosamente el baúl, buscando una manera de abrirlo. Mientras
se encuentra haciendo esto, Pato entra de repente y Erizo de sienta deprisa sobre
él pretendiendo ser casual.
Pato: (mirando a Erizo fría y fijamente)
– ¿Qué estás haciendo? No estarás intentando abrir el baúl, ¿verdad…?
Erizo: (con fingido desinterés)
– Por si no lo sabías, ya no me interesa en absoluto lo que sea que escondes ahí.
Seguro que no me lo quieres enseñar porque es algo que te avergüenza y no
quieres que me ría de ti.
Pato: (resopla con hastío)
– Erizo, no tienes remedio, a veces me pregunto cómo es que somos hermanos.
Narrador:
Pato se va de la estancia de nuevo, algo decepcionado y herido. En cuanto sale,
Erizo continúa con sus pesquisas fabrilmente. Como no encuentra ningún
mecanismo que abra el baúl, se sienta a pensar qué es lo que puede hacer
mientras mira alrededor de la habitación. Tras unos segundos se anima, se le ha
ocurrido una idea.
Buscando entre las estanterías y demás cajones de la habitación, va sacando
artilugios y juguetes cada vez más extraños, tirándolos detrás de sí para
descartarlos. Encuentra por fin un objeto alargado con el que hacer palanca.
De nuevo, Pato entra de repente y Erizo suelta inmediatamente lo que tiene en la
mano. Pato observa el desastre de objetos por el suelo mientras mueve la cabeza.
Pato: (con tono frío y distante)
– Menuda has liado.
(Coge un libro y se va hacia la puerta)
– Como no lo recojas todo después, se lo diré a Mamá.- dice antes de cerrar la
puerta tras de sí.
Narrador:
Erizo ha permanecido callado e ignora a su hermano y vuelve a su búsqueda.
Está demasiado concentrado en su objetivo como para que le moleste. Sin más
tardar se pone a intentar abrir el baúl con la palanca. Lo intenta de muchas
maneras distintas, descansa un poco, lo vuelve a intentar, se da un golpe, sigue
con ello… y por fin consigue romper la cerradura y abrirlo.
Erizo:
– !Ajá! ¡Por fin! – mientras hace un breve baile de victoria y sonríe con maldad.
Narrador:
En seguida, saca aquello que Pato había guardado. Poco a poco va quitando los
papeles de colores que envuelven la caja. Mientras observa la caja ve algo escrito.
Erizo: (extrañado)
– Aquí pone “Erizo”, ¿acaso es algo mío?
Narrador:
Erizo abre la caja lentamente y extrae una botella de esas que llevan un barco
dentro, la observa con admiración y la deja a un lado. Entonces descubre una
nota que hay en el fondo de la caja, que al darle la vuelta a la misma ha caído al
suelo.
Erizo: (lee la carta)
– “Para mi hermano Erizo, por su décimo cumpleaños” – en seguida se le cambia
la cara, al darse cuenta de que se ha comportado mal. – Oh, soy tonto, tonto,
¡tonto!
Narrador:
Pato entra en la estancia y coge a Erizo con las manos en la masa. Erizo se pega
un susto y se da la vuelta con expresión de culpabilidad. Entonces Pato, furioso,
se aproxima a Erizo como para pegarle y Erizo se encoge, pero se arrepiente en
el último momento, recoge del suelo la cerradura rota y se dirige de nuevo a la
puerta para irse.
Erizo: (arrepentido)
– Pato, perdóname por favor. Yo pensaba… creía que tú… – se queda callado, sin
palabras.
Narrador:
Pato había permanecido de espaldas a Erizo y apretando en su mano la
cerradura, quieto mientras Erizo hablaba. Cuando acaba vuelve a dirigirse a la
puerta.
Erizo: (alarga la mano hacia Pato y le pone la mano sobre el hombro)
– Pato escucha, hermano. He sido un tonto, debí respetar tu intimidad y no ser tan
malpensado. He aprendido la lección y nunca volverá a pasar. Te lo prometo.- las
palabras de Erizo suenan sinceras y de verdadero arrepentimiento.
Pato: (se relaja y su rostro comienza a sonreír un poco)
– Ya ves que has malogrado mi baúl, lo vas a tener que arreglar zoquete – afirma
mientras le da un golpe flojo, perdonando a su hermano. – Ven, vamos a jugar con
tu regalo, ya que lo has abierto antes de tiempo.
Narrador:
Ambos hermanos hacen las paces dándose la mano y se ponen a jugar
animadamente.
El monstruo de la basura Autor:Dana
N° Participantes: 4
Ambientación (Escenarios): La habitación de un niño, muy desordenada y llena de
trastos / Una cocina con una mesa y sillas para comer.
Personajes: Pierre, su hermano Darío, su madre y el monstruo.
Introducción:El niño Pierre se encuentra jugando alegremente en una habitación llena de
juguetes por el suelo, la cama sin hacer, los libros por todas partes, ropa fuera de
su sitio, etc. De repente, su madre entra en la habitación y se pone a mirar
alrededor enfadada.
Guión:Escena 1
Madre: (con tono enfadado)
– Pero Pierre, ¿has visto cómo tienes esto? Más te vale recogerlo hijo, un día te
va a comer tanto desorden.
Pierre:
– ¿Qué dices mamá? Tampoco pasa nada… es mi habitación y yo estoy así a
gusto – su madre le echa una mirada asesina que le hace ver que está yendo
demasiado lejos.– De acuerdo, luego la recogeré.
Madre: (amenazante)
– Que no tenga que verla así de nuevo Pierre. Te aviso de que vamos a comer en
5 minutos.
Pierre:
-Sí, mamá.
Narrador:
La madre de Pierre sale de la habitación y Pierre se ríe un poco de que su madre
piense que va a recoger. Se levanta dejándolo todo tal cual y sale también de la
habitación.
Escena 2
Narrador:
Pierre, su madre y su hermano mayor adolescente Darío se encuentran en la
cocina comiendo.
Darío: (con todo un tanto malvado)
– Me ha dicho mamá que tienes la habitación como una leonera. – Pierre hace
como que no oye lo que dice su hermano – Sí, ignórame pero te voy a decir una
cosa. Cuando un niño empieza a descuidar mucho su habitación dejando todas las
cosas desordenadas acaba formándose un monstruo. Le llaman el monstruo de la
basura y cuando es muy poderoso acaba comiéndose al niño que duerme en esa
habitación.
Narrador:
Mientras su hermano dice esto, Pierre ha estado haciendo que le ignoraba sin
mirarle, pero su cara se ha teñido con algo de miedo sin poder evitarlo.
Madre:
– ¡Darío no asustes a tu hermano! – ahora continua dirigiéndose a Pierre – Hijo, lo
que dice tu hermano es solo una broma, no existen tales monstruos. Pero como
no recojas ese desastre, te prometo que tendrás un buen castigo.
Pierre:
– ¡No tengo ningún miedo! – pero su rostro traiciona sus palabras. – Ya he
acabado mamá, me voy a la habitación. – sin más Pierre salta de la mesa y se
dirige fuera de escena.
Madre:
– ¡Pierre! …Este niño nunca recoge, ni siquiera su propio plato. ¡Pierre te has ido
sin recoger tu plato! – no obtiene respuesta y se queda mirando al lugar por el que
se ha ido Pierre enfadada mientras Darío la mira con expresión algo divertida.
Escena 3
Narrador:
Pierre se encuentra de nuevo en su habitación jugando, la habitación en el mismo
estado desastroso. De repente, oye un ruido y se dirige asustado a mirar qué
puede ser. Levanta unos juguetes y ve que no es nada. Sigue jugando, pero al
poco tiempo vuelve a detectar algo y se da la vuelta despacio pensando que va a
encontrar algo detrás de sí. Una vez más, no hay nada.
Pierre: (enfadado y para sí)
– Ese idiota Darío, metiéndome miedo con sus cuentos.
Narrador:
Pierre busca entre uno de los montones y saca unos cascos, se los pone y sigue
jugando despreocupadamente. Mientras detrás de el se puede ver como unos
montones se ropa y otras cosas se van moviendo lentamente y uniéndose sin que
Pierre se de cuenta de nada.
Escena 4
Narrador:
De nuevo en la cocina se encuentran Pierre, Darío y su madre comiendo de
nuevo.
Madre:
– Pierre, ¿has hecho lo que te dije ayer?
Pierre: (nervioso, mira hacia todas partes intentando encontrar palabras con las
que librarse del enfado de su madre)
– Ehh… pues… estoy en ello mamá.
Madre: (mira a Pierre fijamente y con el ceño fruncido)
– Después iré a ver si lo has hecho Pierre… será mejor que hayas recogido todo.
Darío: (mientras mira divertido la escena, le divierte que su madre regañe a
Pierre)
– Eso será si no se lo come antes el monstruo de la basura. – mira fijamente a
Pierre fingiendo estar muy serio – En cualquier momento saltará sobre ti y… ¡ham!
– dice mientras con la mano hace como si fueran unas fauces atrapando algo.
Narrador:
Pierre se queda mirando esa mano que simula unas fauces con cara aterrorizada
por un momento, pero en seguida gira la cabeza haciéndose el digno y
cruzándose de brazos.
Pierre:
– ¡No soy un bebé para que me asustes con esa tontería!
Madre:
– Darío, hijo, te he dicho que no le digas esas cosas a tu hermano.
Darío: (falsamente arrepentido)
– Está bien mamá.
Narrador:
Pierre mientras mira a su hermano con el ceño fruncido, come rápidamente y se
va tal como hizo la primera vez, sin recoger nada.
Madre:
– ¡Pie…! – recapacita – En fin, da igual, este chico no tiene remedio.
– dirigiéndose de nuevo a Darío – No vuelvas a decirle esas cosas, que lo estás
aterrorizando.
Darío: (riendo)
– Si estuviera aterrorizado ya habría recogido sus cosas, ¿no?
Narrador:
Su madre no contesta pero le echa una mirada fulminante que le hace saber que
no está de acuerdo con eso.
Escena 5
Narrador:
Pierre vuelve a su habitación, el montón que antes había empezado a formarse ya
es bastante grande, pero no se da cuenta debido a cómo está todo de
desordenado. Sigue jugando despreocupadamente con los cascos sin ver que la
forma ha empezado a levantarse y acercarse a el poco a poco. Es una especie de
monstruo formado por mucha ropa y algunas cosas, de unos 2 metros de altura.
Se acerca por detrás de Pierre, lentamente. De repente Pierre se gira y ve la
inmensa mole de desorden y se pone las manos sobre la boca aterrorizado
mientras da unos pasos hacia a atrás.
Pierre:
– Pero, pero, pe… tú no existes.
Monstruo: (riendo)
– Ja ja ja ja… No existía, pero tú me has creado, porque tenías miedo de mí. Poco
a poco gracias a eso he ido cogiendo forma… gracias a tu miedo o tu desorden.
Uno me da dado el cuerpo y el otro la vida.
Pierre: (completamente aterrorizado, mirando con los ojos como platos al
monstruo y retrocediendo hasta que ya no puede más)
– ¡Por favor, no me comas! Prometo que recogeré todo, ¡lo juro!
Monstruo:
– Ya es demasiado tarde, niño.
Narrador:
El monstruo se abalanza sobre el niño y lo cubre con todas esas cosas que Pierre
tenía tiradas de cualquier manera por la habitación. Se cierra el telón.