Post on 09-Feb-2022
Comisión de Expertos
en Administración Pública
Tema B
Sudáfrica: políticas públicas respecto a la
prevención de conflictos dado un escenario de
diversidad cultural.
Presidente: Luis Daniel Reyes
Moderador: Edgar Vázquez
Oficial de Conferencias: Emmanuel González
Oficial de Crisis: Pavel Vicente Alonso
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Sudáfrica: políticas públicas respecto a la prevención de conflictos dado
un escenario de diversidad cultural.
Descripción de la Comisión
El Comité de Expertos en Administración Pública ayuda a los países a crear y
fortalecer sus instituciones, colaborando con los gobiernos en la promoción de
reformas en el sector público y en la mejora de la calidad de los servicios
públicos. A través de su contribución al fomento de las capacidades, la
diseminación de conocimientos y la aportación de herramientas de formación y
de operativa online, la comisión aboga por unos servicios públicos eficientes,
efectivos, orientados al ciudadano y basados en los principios de
transparencia, rendición de cuentas y participación cívica. Para ello enfatiza la
aplicación a la gestión pública de enfoques innovadores, especialmente
mediante el desarrollo de la capacidad de las administraciones públicas para
prestar servicios por medio de Internet. (DAES, 2013)
La Administración Pública se entiende como la acción del gobierno de dictar y
aplicar las disposiciones necesarias para el cumplimiento de las leyes,
conservación y fomento de los intereses públicos. En tanto estructura orgánica,
es una creación del Estado regulada por el derecho positivo. Es la organización
que tiene a su cargo la dirección y gestión de los negocios estatales ordinarios
dentro del marco del derecho, las exigencias de la técnica y orientación
política.
Es compleja e integral pues requiere de la retroalimentación entre elementos
generales que abordan la toma de decisiones desde distintos enfoques; incluye
la acción humana planificada para la obtención de fines, la actividad continua
en el desarrollo de dicha acción y la jerarquización de valores y prioridades
conforma los cuales alinea un propósito determinado. Para estos propósitos se
sirve de tres herramientas: la técnica, la política y la jurídica.
Técnico
s
Político
Jurídicos
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Aspectos Técnicos de la Administración Pública
Este elemento es indispensable para los fines de la administración pues incluye
los sistemas, mecanismos y procedimientos para administrar los recursos. Se
encuentra directamente ligada con niveles de eficiencia y apunta al diseño
institucional implícito en el proceso. Compete a su análisis el régimen político
que tiene lugar en cada país y a partir de éste, de la distribución poblacional,
de las relaciones con otros países, de su cultura y religión, hacer los arreglos
institucionales pertinentes para un buen desempeño. Es la parte originaria de
la administración pues la elección de ciertas instituciones por encima de otras,
de ciertos mecanismos por encima de otros, implica un acuerdo tácito por el fin
que se persigue.
Aspectos Políticos de la Administración Pública
Este segundo elemento refiere a la aplicación de políticas gubernamentales. El
diseño institucional cimienta y da dirección a las acciones que se ejecutarán en
este nivel, sin embargo, su aplicación requiere de un cálculo entre los actores
relevantes. Debemos tomar en cuenta el contexto de cada país para analizar la
viabilidad del proyecto de administración, así como resolver posibles conflictos
mediante los incentivos correctos y un notable poder de negociación. Esta
parte depende más de hombres que de naciones pues es el espacio del arte de
la negociación.
Aspectos Jurídicos de la Administración Pública
Es menester un órgano que se encargue de regular las interacciones y
acciones de los dos elementos anteriores. Hace referencia al derecho positivo
regulador de la organización y funcionamiento de la administración pública. La
necesidad de establecer y limitar el rango de acción de los sistemas y actores
queda cubierta por su relación con un marco jurídico necesario.
El desglose anterior permite integrar los elementos que requiere la
administración pública para ser funcional. En cada aspecto de su ejercicio
requiere de la intervención de instituciones que garanticen la observancia del
proceso. Tener un marco institucional es condición necesaria para establecer
un gobierno adecuado. Además, el tipo de instituciones que se tengan,
relativas a las condiciones propias de cada país, tendrán distintos resultados
en el corto y largo plazo.
Las instituciones son las reglas del juego en una sociedad, los impedimentos
diseñados para dar forma a la interacción humana. En consecuencia,
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estructuran incentivos para el intercambio político, social o económico. El rol
más importante de las instituciones en una sociedad es reducir la incertidumbre
estableciendo una estructura estable, aunque no necesariamente eficiente a la
interacción humana. Su estabilidad no niega que se encuentren en constante
cambio y alteren las opciones disponibles para nuestra posterior elección.
(North, 1993)
Tipos de Instituciones Gubernamentales
Nos referiremos ahora a las instituciones que dependen de la acción
gubernamental y sobre las cuales se delinea el curso de los demás aspectos
económicos y sociales en un país.
Aspecto Institucional Posibilidades
Sistema de Partidos Partido único, bipartidismo o multipartidismo.
Sistema Electoral Proporcional, mayoritario, no existente.
Asamblea Legislativa Unicameral, Bicameral o no existente.
Estructura Gubernamental Federal, unitaria.
Autoridad Central Parlamentarismo o presidencialismo.
Sistema Judicial Tribunal constitucional o revisión previa.
Gobierno Local Poca autonomía o mucha autonomía.
Funcionariado Clientelismo o meritocracia.
Fuerzas Armadas Profesionales o servicio militar obligatorio
Relación Estado-Economía Liberal, neoliberal, corporativista
Tabla obtenida del Manual de Ciencia Política, Oxford University Press, 1996.
Razones para Discutir este Tema
Hoy día, conforme el mundo se integra y se diversifica simultáneamente, la
principal tarea que se plantea en el terreno político es sin duda alguna la del
pluralismo cultural, esto es, la doble tarea de alcanzar la unidad en la
diversidad, de alimentar la "diversidad creativa" que es la mayor riqueza de la
especie humana, al tiempo que se organiza esta diversidad de manera que
ayude a los pueblos del mundo a convivir mejor. La Comisión Mundial de
Cultura y Desarrollo analizó estas cuestiones, así entre los países como dentro
de los países, y consideró que, por un lado, la diversidad es un elemento
esencial de nuestra naciente "cultura cívica" mundial que exige una ética y
unos valores de ámbito mundial, una nueva convivencia cultural. Por otro lado,
consideramos que la diversidad es una fuente capital de energía social para los
distintos países y, por consiguiente, insistimos a que se estableciesen políticas
culturales en las que se contemple la diversidad étnica, así como la pluralidad
de idiomas, ideologías y modos de vida. Aunque la Comisión reconoce que
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puede haber muchas formas distintas de tomar ese camino, también
convenimos que "el modo más duradero de hacerlo es crear un sentido de
nación como comunidad cívica, arraigada en valores" compartidos por todos
los elementos de la sociedad nacional.
Contexto Histórico
Sudáfrica es uno de los países en los que más diversidad cultural y racial que
podemos encontrar. Geográficamente limita con Namibia, Botswana,
Zimbabue, Mozambique y Suazilandia, mientras que Lesoto es un enclave
rodeado por el territorio sudafricano. Su capitalidad está formada por tres
ciudades: Pretoria, sede del poder ejecutivo; Bloemfontein, sede del poder
judicial y Ciudad del Cabo, sede del poder legislativo.
Sudáfrica es conocido por su diversidad de culturas, idiomas y creencias
religiosas, por lo que se le conoce como la nación del arco iris. Tiene once
idiomas reconocidos como oficiales por la Constitución de Sudáfrica. Dos de
ellos son de origen europeo: el afrikáans, que proviene directamente del
neerlandés y es hablado por la mayoría de la población blanca y mestiza, y el
inglés. Los otros idiomas oficiales son ndebele, sesotho septentrional, tswana,
swazi, tsonga, venda, xhosa y zulú. Y están presentes en el todas las grandes
religiones del mundo, así como creencias locales.
El país tiene una población estimada de 47.850.000, en donde el 79% de los
sudafricanos son negros de 10 grupos étnicos africanos distintos. La población
de raza blanca es casi un 10%, descendientes de colonos holandeses,
franceses, británicos y alemanes con una minoría portuguesa. Hay un 9% de
población mestiza y un 2% asiático.
Los primeros en pisar territorio sudafricano fueron los portugueses, en 1487,
cuando Bartolomé Días dio la vuelta al Cabo de Buena Esperanza, y en 1498,
cuando Vasco de Gama navegó por la misma ruta, pero se adentró más hacia
el oriente.
En 1647, una tripulación holandesa
naufragó en la bahía de la ciudad del
Cabo y se establecieron ahí hasta
que la Compañía Holandesa de la
India Oriental decidió establecerse
ahí permanentemente, intentando
tener una base segura para suplir a
los barcos en su ruta hacia Oriente.
En su estancia ahí se vieron obligados a comerciar con los Khoikhois, quienes
en el siglo XVIII se armaron y provocaron el surgimiento de los primeros Boers.
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A finales del siglo XVIII, los británicos sustituyeron a los holandeses en el
dominio del Cabo. Peleas contantes con los Boers trajo la conquista británica
definitiva en 1806, ratificada en 1814 tras el fin de las Guerras Napoleónicas.
Su única intención fue la de mantener el puerto estratégicamente situado del
Cabo. Fundaron Grahamstown y Port Elizabeth con una segregación de Boers,
que, mientras los ingleses iban dominando la política, el comercio, las
finanzas, la minería y la industria, los Boers, con muy inferior educación, fueron
relegados a la agricultura y ganadería.
En 1836, varios grupos de Boers y un gran número de Khoikhoi decidieron
emprender una marcha hacia el interior de Sudáfrica en busca de una mayor
independencia. En las llanuras que se forman al norte y este del río Orange, en
la frontera de la Colonia del Cabo se establecieron y aniquilaron a los
habitantes previos, que eran los habitantes desplazados por el difaqane, que
es la migración forzada, causado por el clan Zulú en el siglo XIX.
Los Boers se establecieron en Transvaal y en
el Estado Libre de Orange, donde no eran
muy numerosos, no tenían ninguna industria y
tenían escasa agricultura. En 1869 se
descubren yacimientos de diamantes en
Kimberley en tierras pertenecientes a los
Griqua, las cuales reclamaban como propias
los estados de Transvaal y Orange. La Gran
Bretaña rápidamente se anexo esas tierras y
provoco que los Boers se rebelaran en el
Transvaal y comenzó la primera guerra Anglo-
Bóer, conocida como Guerra de la
Independencia por los Afrikaaners, en 1880.
Fue una guerra muy corta con la victoria decisiva de los Boers en Majuha Hill a
principios de 1881. La república ganó su independencia bajo el nombre de
República de Sudáfrica, siendo el primer presidente Paul Kruger.
En 1879 el Zululand cayó bajo el dominio de los británicos. En 1886, se
descubrieron yacimientos de oro en Witwatersrand acelerando el proceso de
federación británico. La población de Johannesburgo en los años 1890 ya
alcanzaba a más de 100.000 personas y la República de Sudáfrica se vio
invadida por millares de pobladores blancos y negros.
En 1895 el capitán Leander Starr Jameson invadió la República de Sudáfrica,
con la intención de crear un levantamiento en Witwatersrand e instalar un
gobierno británico. Esto fracaso pero el presidente Kruger aprovecho para
forjar una alianza con el Estado Libre de Orange, también gobernado por
Boers.
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Los británicos exigieron el derecho al voto a 60.000 habitantes blancos en la
República de Sudáfrica. Kruger no aceptó las demandas de los británicos y
exigió el retiro de las tropas británicas acantonadas en la frontera con la
República de Sudáfrica. Cuando los británicos rechazaron la demanda, Kruger
declaró la guerra, pero los británicos estaban mejor preparados, y salieron
victoriosos de la contienda. Por dos años más hubo guerra de guerrillas, que
causo un total de 26.000 Boers muertos por enfrentamientos, enfermedades o
en el genocidio que se dio en los campos de concentración, donde los ingleses
recluyeron a casi toda la población Boer en lamentables condiciones. El 31 de
mayo de 1902 se logra una paz
superficial mediante el Tratado de
Vereeniging, en el cual los Boers
reconocieron la soberanía británica y
estos a su vez se comprometieron a
reconstruir el país destrozado por los
estragos de la guerra.
Los Afrikaners quedaron como
agricultores pobres en una nación que
les excluía de la explotación de los
yacimientos de oro. Fueron sometidos a
intentos fallidos de los británicos de
imponer sus costumbres e idioma. Y el idioma Afrikaan se vio como símbolo de
la nación Afrikaan y se extendió una ola de nacionalismo.
La población negra y colorada se encontraba marginalizada. Pagaban altos
impuestos con salarios bajos y la administración británica incentivó la
inmigración de millares de chinos a la región para silenciar las protestas de los
trabajadores negros. En 1906 se produjo la Rebelión de Bambatha en la cual
4.000 Zulús murieron.
Después de varios años de negociaciones, en 1910 la Ley de la Unión fue
aprobada, uniendo a la Colonia del Cabo, Natal, Transvaal y el Estado Libre de
Orange en un solo estado llamado Unión Sudafricana, que contemplaba que
todo el territorio estaría bajo la administración británica, concediéndose cierta
autonomía a los Afrikaaners. Los territorios de Basotholand (actualmente
Lesoto), Bechuanaland (actualmente Botsuana), Suazilandia y Rhodesia
(actualmente Zimbabue) continuaron bajo el dominio de los británicos. El inglés
y el holandés se establecieron como idiomas oficiales -el idioma Afrikaan fue
reconocido como oficial hasta 1925- y el derecho de voto se mantuvo solo
para los blancos y únicamente los blancos podían ser miembros del parlamento
Si bien, los negros constituían el 75% de la población, se les negaba el voto en
el Transvaal y el Estado Libre de Orange y bajo ciertas condiciones, con base
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en las propiedades que tenían, se les concedían derecho al voto en la Colonia
del Cabo. En 1939 se promulgó una ley que reservaba el ocho por ciento del
territorio de Sudáfrica a los negros.
Los blancos, que apenas constituían el 20%
de la población, se les daban el dominio
sobre el 92% del territorio restante. Millares
de negros fueron sacados de granjas y
forzados a emigrar a estas zonas asignadas
a ellos, cada vez más superpobladas y
empobrecidas.
El sistema de segregación racial existente
en Sudáfrica por muchos años fue instituido
en leyes desde 1948, que seguía marcando
la diferencia económica y de derechos por el color de la piel
Johannes Gerhardus Strijdom, que sucedió a Malan como primer ministro,
instauró las siguientes leyes:
Los negros no podían ocupar posiciones en el gobierno y no podían votar
excepto en algunas aisladas elecciones para instituciones segregadas.
Los negros no podían habilitar negocios o ejercer prácticas profesionales en
las áreas asignadas específicamente para los blancos.
El transporte público era totalmente segregado.
A los negros no les estaba permitido entrar en zonas asignadas para
población blanca, a menos que tuvieran un pase. Los blancos también
tenían que portar un pase para entrar en las zonas asignadas a los negros.
Edificios públicos tales como juzgados u oficinas de correos, disponían de
accesos diferentes para blancos y negros.
Las áreas asignadas a los negros raramente tenían electricidad o agua. Los
hospitales también eran segregados: los hospitales para los blancos tenían
la calidad de cualquier nación desarrollada, mientras que los asignados a
los negros estaban pobremente equipados, faltos de personal y eran muy
pocos en relación a la población que servían.
En 1970 la educación de un niño negro costaba el 10% de la
correspondiente a un blanco. La educación superior era prohibitiva para los
negros.
El ingreso mínimo para el pago de impuestos era de 360 rand para los
negros y mucho más alto para los blancos, unos 750 rand.
En 1960 después de la Masacre de Sharpeville, Verwoerd llevó a cabo un
referéndum pidiendo al pueblo blanco que se pronunciara a favor o en contra
de la unión con el Reino Unido. El 52% votaron en contra. Sudáfrica se
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independizó del Reino Unido, pero permaneció en la Commonwealth del que
finalmente se retiró el 31 de mayo de 1961, fecha en que se proclamó como
una república independiente.
Al año siguiente dio comienzo la Guerra de la frontera de Sudáfrica, entre la
policía primero y después las Fuerzas de Defensa de Sudáfrica, contra la
SWAPO, la guerrilla independentista de Namibia, que actuaba desde Zambia y,
a partir de 1975, desde Angola. El Ejército sudafricano era el más poderoso del
área, sin embargo, el masivo apoyo enviado por la URSS, Cuba (y en menor
medida Etiopía) frenó el avance sudafricano y comenzó una de las guerras
más largas del continente negro, muy unida a
la Guerra civil de Angola.
La política del Apartheid promovió el
aislamiento de Sudáfrica en el plano
internacional que fue incrementándose con el
tiempo, el cual afectó severamente la
economía y la estabilidad del país. Sudáfrica
invirtió grandes recursos en la guerra y llegó a
librar la mayor batalla de la historia del África
Subsahariana. Muchas naciones prohibieron
a sus compañías hacer negocios con el país y
hasta a los equipos deportivos del país les
era prohibido participar en campeonatos internacionales. En razón de su
aislamiento Sudáfrica se vio obligada a buscar alianzas con países en situación
de aislamiento, así fue como en la década de 1970 y 1980 con Brasil, Chile e
Israel quienes debido a sus políticas internas, formaron el triángulo Santiago-
Brasilia-Jerusalén-Pretoria.
En 1993, Sudáfrica era el único país del África negra gobernado por una
minoría blanca. Pero desde muchos sectores las reformas se veían necesarias,
aunque acarrearan la pérdida de privilegios.
El sistema duró hasta el periodo de 1990 a 1994, fechas en las que la presión
internacional, el aislamiento y el desgaste sufrido en la contienda contra los
países del preagónico bloque comunista empujaron paulatinamente el
desmantelado del sistema. En 1994 se llevaron a cabo las primeras elecciones
pluriraciales, siendo elegido el Congreso Nacional Africano y su líder, Nelson
Mandela.
Situación Actual
La segregación histórica de los grupos raciales y étnicos en Sudáfrica ha
promovido un desarrollo cultural desigual. Dentro de la población blanca, la
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cultura inglesa ha emergido de nuevo como la dominante, especialmente tras
la desintegración del sistema de segregación racial impuesto por los afrikáners
y el fin del aislamiento internacional que este provocó. La distinción histórica
entre los afrikáners, más nacionalistas y religiosos, y los hablantes de lengua
inglesa, más cosmopolitas, está disminuyendo entre los más jóvenes. La
cultura negra urbana es multiétnica y ejerce cada vez mayor influencia en el
ámbito internacional, como por ejemplo entre los afroamericanos. Estas
influencias han aumentado, en particular, desde el final de las sanciones
internacionales contra Sudáfrica que no permitían la entrada de artistas
extranjeros en el país. En la mayoría de las zonas urbanas el fin del apartheid
ha contribuido a crear una cultura interracial.
En las zonas rurales de mayoría negra se tiende a reafirmar las tradiciones de
algunos grupos étnicos. La cultura tradicional afrikáner está también más
afianzada en estas áreas. En los últimos años, la comunidad formada por la
población mestiza ha experimentado un nuevo sentimiento de autovaloración,
que ha encontrado su máxima expresión en la literatura, el teatro y la música.
La pobreza y la desigualdad son aspectos que también unen e identifica a las
regiones sudafricanas. La situación de desigualdad que reina en la región es
terrible. Los 18 países con mayor desigualdad a nivel mundial son todos
africanos con la excepción de Afganistán (PNUD 2013).
A pesar de que la historia de los países de África sea completamente distinta,
la mayoría, incluyendo Sudáfrica, sufrieron del colonialismo y esto ha
impactado de manera importante a todo el continente que ha seguido luchando
para salir adelante. Lamentablemente, esta es una lucha complicada y las
desigualdades y la pobreza siguen presentes. Lo que se debe recordar es que
los retos a los que se enfrentan la mayoría de los países son similares y de
igual manera la solución puede encontrarse en conjunto. No obstante, las
diferencias culturales que reinan dentro de todo el continente, África no se ha
visto desmotivada a la hora de buscar una unión continental representada por
la Unión Africana (UA). Esta Unión se plantea varias metas que se basan en
las necesidades de la sociedad, una de las más importantes es poner a África
por delante de los nacionalismos. Como reflejo de este valor, no es raro ver
camisas o sudaderas con la insignia “Made in Africa” o souvernirs con el
nombre del país y abajo el nombre del continente.
Actuación del Gobierno y la Comunidad Internacional
Además de las acciones que distintos organismos internacionales han podido
proveer, Sudáfrica, como el Estado dominante dentro de la región de África del
sur, tiene un rol muy importante que jugar: es capaz de proyectar poder militar,
domina la región económicamente y, siguiendo un proceso de democratización
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destacablemente pacífico, tiene una gran experiencia en la resolución de
conflictos y transición democrática
Aunque los organismos no gubernamentales tienen menos poder de acción,
también han jugado un rol importante en la resolución de conflictos. Por dar
algunos ejemplos, la “African Centre for the Constructive Resolution of
Disputes” (ACCORD) se especializa en la resolución de conflictos y trabaja en
Sudáfrica conjuntamente con Burundi. El “Centre for Conflict Resolution” (CCR)
ha intervenido, asimismo, en el conflicto de Los Grandes Lagos. El “Institute for
Security Studies” (ISS), aunque no se compromete directamente con la
resolución de conflictos, realiza una labor intensa en investigación en estudios
de paz y conflictos. Y, finalmente, el “Southern African Defence and Security
Management Network” (SADSEM) ha capacitado alrededor de 3000 oficiales
de milicia y policía y algunos altos representantes de gobernación en el sector
gobierno y seguridad
La Unión Africana ha jugado un papel muy importante que se ha hecho
conjunto con el de las Naciones Unidas. En el nivel regional, ha actuado bajo la
autoridad de la ONU para autorizar intervenciones en zonas de conflicto y
mantener los acuerdos de paz. La Comunidad para el Desarrollo de África del
Sur (CDAS) no es sólo una organización con objetivos meramente económicos,
sino también juega un papel muy importante para promover valores políticos
comunes, sistemas, instituciones, paz y seguridad. La CDAS es legalmente
capaz de hacerse cargo de esas funciones de seguridad dado el
reconocimiento como una comunidad regional para el desarrollo económico por
parte de la UA. En efecto, la UA da esta función bajo el capítulo VIII de la Carta
de las Naciones Unidad en la que se establecen los límites para este tipo de
comunidades. Las capacidades que la Carta de la ONU otorga a la CDAS
permiten que promueva la cooperación mutua para mejorar las condiciones de
seguridad y la intervención de misiones de paz en aras de la autoprotección
mutua.
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Preguntas
¿Cómo forjar sociedades que sean realmente pluralistas y al mismo tiempo
compartan un sentimiento de pertenencia?
¿Qué pueden hacer los Estados para ayudar a las distintas comunidades
culturales a convivir como una comunidad nacional?
¿Son eficaces las políticas y prácticas actuales para preservar la diversidad
cultural al tiempo que promueven actitudes y valores que alientan el respeto
mutuo?
¿Cómo deben evolucionar las políticas y las instituciones para ajustarse
más a las necesidades de las distintas sociedades?
¿Cabe definir la identidad nacional de manera que todas las comunidades
pueden identificarse con el país y con su autodefinición?
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Bibliografía
Rowe Michele, Joëlle Chesselet, Alexandre Dolgorouky, Apartheid
[videograbación], Capetown : La Sept : Point du Jour : Doxa Productions, c1992.
LinkPage, Robert J.D., La Guerre des Boers et l’imperialisme canadien / Robert
Page ; tr. de Yvon de Repentigny. Ottawa : Société Historique du Canada, 1987.
Van den Berghe, Pierre L., Race and racism: a comparative perspective.,
New York : John Wiley & Sons, 1967.
Cawthra, Gavin, “Southern Africa: Threats and Capabilities”, Africa Program
Working Paper Series, International Peace Institute, noviembre 2008: 11.
http://www.ciaonet.org/wps/ipi/0016375/f_0016375_14173.pdf
Cawthra, Gavin, “Threats and Capabilities”: 12.
Cawthra, Gavin, “Threats and Capabilities”: 13.