Textos de F. Palau

El ser humano es una obra propia de las tres personas

divinas:

procede del Padre como principio

que le da el ser;

el Hijo, como verdad eterna, le descubre su último fin que es Dios;

…y el Espíritu Santo, con la infusión de su gracia, de sus dones y de las virtudes, le da el vuelo y le pone en marcha hacia el objeto de su felicidad.

(Páginas periodísticas II, 1444)

El hombre es tanto más perfecto cuanto que

participa de Dios,

y participa de Dios,

según que está más o menos estrechamente unido

con El. ¡El espíritu de Dios!

¡El espíritu del hombre!

¡el Creador! ¡la criatura!

¿quién une estos dos extremos?

Esto es obra de la tercera Persona

de la Sma. Trinidad:

El Espíritu, que procede del Padre y del Hijo, dispone y prepara el alma

para recibir a su Dios;

estas disposiciones son los dones

del Espíritu Santo…

Los dones del Espíritu Santo preparan todas sus potencias y

facultades para marchar hacia su Dios y unirse con El con los

vínculos sagrados de la Caridad. (Páginas Periodísticas II, 1442)

“Sois el Espíritu que con gemidos inenarrables pedís en nuestros corazones

el remedio de las necesidades de la Iglesia”.

“Tu Espíritu, siendo Dios Creador, Dios Salvador, Dios Vivificador, tu Espíritu, después de haberme dado el

ser y la existencia, me ha dado el ser y la vida de gracia por el bautismo”.

MRel 971, 23.

El Espíritu Santo,

aplica todos los miembros sanos de la Iglesia en alivio y remedio de los enfermos y heridos. (Lucha42)

Aplica todas aquellas almas, que están

poseídas de él y se rigen por sus mociones,

en salvar a todo el cuerpo y a cada uno de

sus miembros.

A unos los mueve a escribir; otros a predicar; otros a administrar sacramentos;

otros a buscar medicinas y aprender el modo de aplicarlas, o en preparar a otros; a todos, en fin, los aplica según es su disposición. (Lucha, 42)

Sólo la bondad del Espíritu Santo puede con su omnipotente gracia comunicarle las fuerzas que necesita para que no desfallezca.

(Lucha 104,12)

La virtud nos la da el Espíritu Santo por los caños de los santos sacramentos y en la oración.

Escuela, 402, 3.

… Y tal puede ser la eficacia que dé el Espíritu Santo a su oración que alcance lo que pretende.

(Lucha 114, 31)

Cada página de la Escritura Sagrada es una lección que nos da sobre

la caridad

el Espíritu Santo. (Catecismo 273, 2)

El Espíritu Santo es el que vivifica la Iglesia, el que aúna todos sus miembros para que no

formen más que un solo cuerpo

(Lucha, 276)

El Espíritu Santo es el que vivifica la Iglesia, el que aúna todos sus miembros para que no

formen más que un solo cuerpo

(Lucha, 276)

En el jardín de la Iglesia el Espíritu Santo es la lluvia que la

empapa con sus dones haciéndola fructificar.

MM 512, 4.

Los misioneros en la Iglesia son las lenguas de fuego bajo cuya figura y por cuyo órgano desciende el Espíritu Santo sobre la tierra para encender en ella el fuego del amor divino.

Escuela 394, 10.

Si la Pascua de Pentecostés es solemne, y muy solemne para los hijos de la Iglesia de Dios, lo es de modo muy especial para los alumnos de la Escuela de la Virtud. Todas las virtudes divinas y humanas están unidas y enlazadas con la caridad. Para poseer esta nobilísima virtud es necesario que el Espíritu Santo nos la infunda. (Pper.)

Venid, pues, oh santo Espíritu, y vivificad

mi corazón. Dirigid

Vos mi voluntad y deseos.

Desplegad Vos los labios de mi alma y enseñadla a hablar con su Dios.

Hablad y pedid Vos en mí para que salga con mi pretensión... Sed Vos el

que pidáis en mí al Hijo. (Lucha, 137-138)

(Pper II, 1441)

Dios, cumpliendo sus promesas, nos enviará, lo que esperamos; su Espíritu,

nos infundirá su gracia, sus donesy la caridad…

¡¡ FELIZ

PENTECOSTÉS!!

Me uno a ti en la espera del Espíritu y te deseo

todos sus dones. Un abrazo.

Lola