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ENDOPARASITISMO Y DIETA EN DOS POBLACIONES ATACAMEÑAS: ANÁLISIS DE COPROLITOS DE LOS SITIOS MINA LAS TURQUESAS Y
CEMENTERIO REGIMIENTO CHORRILLOS1
Carmen Castells2, Carlos González
3 y Catherine Westfall
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RESUMEN
Se presentan los resultados del análisis de muestras de coprolitos y de sedimento para la
determinación de endoparasitismo y dieta en dos poblaciones prehispánicas de las regiones
de Antofagasta y Atacama en Chile. No obstante la funcionalidad y conservación
diferenciales de cada sitio, se logró determinar la presencia de enfermedades parasitarias y
especificar aspectos de la dieta de sus ocupantes.
Palabras Claves: Paleopatología, Dieta, Coprolitos, Sedimento, Norte de Chile
ABSTRACT
The results of coprolite and sediment analysis for the definition of endoparasitism and diet
in two pre-Hispanic groups from the Antofagasta and Atacama regions of Chile, are
presented. In spite of the diverse functionality and differential conservation characterizing
each site, the analyses carried out confirmed the presence of parasitic illnesses and
specified dietary aspects of their ancient inhabitants.
Key Words: Paleopathology, Diet, Coprolites, Sediment, Northern Chile
Introducción
Esta investigación paleopatológica (sensu Lombardi 2001) expone dos casos de análisis de
materia fecal con conservación diferencial, uno de coprolitos del sitio Mina Las Turquesas
(en adelante MLT), El Salvador, Región de Atacama (Castells 2004), y otro de sedimento
y/o coprolitos, asociados a restos óseos humanos del sitio Cementerio Regimiento
Chorrillos (en adelante Chorrillos), Calama, Región de Antofagasta (Castells 2005).
Destacamos que el análisis de coprolitos del sitio MLT, corresponde al primero de su tipo
efectuado en la Región de Atacama, constituyendo, en el caso de Chorrillos, una primicia
para la localidad en cuestión. Ambos análisis entregaron valiosa información sobre dieta y
endoparasitismo de estas poblaciones atacameñas, ya que las heces contienen evidencias
indiscutibles sobre el consumo humano de alimentos (Renfrew y Bahn 1998: 276). En esta
dirección, es importante recordar que si el parasitismo corresponde a “...una asociación
entre animales de distinta especie, en la que uno de ellos (el parásito) se aprovecha del
otro (el hospedador), inflingiéndole un daño, aunque normalmente no llega a matarlo, ya
que esto supone una desventaja para el parásito” (Parasitología 2004); entonces, el
endoparasitismo se refiere a las enfermedades parasitarias presentes al interior de los
1 Investigaciones auspiciadas y patrocinadas por las Divisiones Salvador y Codelco Norte, respectivamente.
2 Conservador de Materiales Arqueológicos; e-mail: carmen_castells@yahoo.com
3 Arqueólogo-Taguatagua Consultores; e-mail: inkacarlitos@yahoo.es
4 Arqueóloga-Taguatagua Consultores; e-mail: catiwestfall@yahoo.es
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huéspedes humanos5. Los parásitos producen una infección o infestación en el hospedador,
entendiendo por infección el proceso de colonización de un hospedador por parte de
microorganismos unicelulares, como bacterias o protozoos; siendo infestación cuando se
produce una colonización por animales pluricelulares. Por ello, y considerando que la
transmisión de enfermedades parasitarias puede producirse por heces, el análisis de
coprolitos6 humanos de sitios arqueológicos, permite estudiar condiciones de salud y dieta
de poblaciones del pasado. Respecto a estas condiciones, debe señalarse que los contagios
de parásitos normalmente ocurren por consumo de alimentos infectados7, agua y por el
ciclo “ano-mano-boca, lo que facilita que una persona se contagie a si mismo” (Geosalud
2004); como también a su grupo, sin requerir otros vectores. Asimismo, aspectos culturales
como el proceso de agriculturización y su concomitante sedentarismo (Larsen 1995: 198)
produjo significativas modificaciones en los hábitos alimenticios (Sagua et al. 2000, 2001),
sanitarios (Morales et al 1999) y de higiene (Ibíd.) de las poblaciones prehispánicas, que
facilitaron el desarrollo de las enfermedades parasitarias.
En términos de dieta, suelen emplearse otras técnicas para recabar información
arqueobotánica de los sitios arqueológicos, como los estudios carpológicos y de fitolitos,
permitiendo adquirir datos sobre alimentación y especies vegetales empleadas como
combustibles, entre otros. Sin embargo, sólo los coprolitos proporcionan pruebas directas
sobre la ingestión de alimentos, complementando los estudios anteriores.
Para efectuar este análisis, resulta indispensable considerar la conservación del sitio
arqueológico, integrando el sustrato pedológico y los materiales culturales insertos en dicha
matriz (Castells et al 2006); porque una adecuada conservación es condición importante,
aunque no excluyente, para realizarlos. Esto se explica porque los huevos de parásitos son
resistentes una vez depositados en el sustrato, asegurando su propagación hacia otros
huéspedes, permaneciendo largos períodos en estado inerte hasta que se dan las condiciones
necesarias para su desarrollo (Parasitología op. cit.). Incluso, es factible aislar indicios de
parásitos por medio del análisis de sedimento, por ejemplo de contextos funerarios con
cuerpos esqueletizados; específicamente de la zona del vientre, donde se ubicaban los
intestinos y las fecas del individuo, ahora descompuestas y que forman parte de la matriz,
pudiendo contener huevos de parásitos (Fugaza y Guichón 2005). También se han
estudiado depósitos para especificar determinadas dietas, como lo demuestra el análisis de
letrinas de un fuerte romano de Bearsden, Escocia (Renfrew y Bahn op. cit.: 277). Una
prueba del uso de sedimentos lo representa Chorrillos, con fechados C14 AMS en un rango
entre 850-190 AC, dentro del Período Formativo del Loa Medio (González y Westfall
2006b), que presenta una conservación deficiente producto de una combinación de factores
naturales y antrópicos (Castells et al. op. cit.), recuperándose sólo osamentas humanas y
exiguas muestras orgánicas, ocupándose mayoritariamente depósitos del vientre de los
individuos. Al contrario, el sitio MLT proporcionó coprolitos propiamente tales.
5 El parasitismo se divide en endo y ectoparasitismo. En este último caso los parásitos colonizan la superficie
externa de otro animal. Un clásico ejemplo de ectoparasitismo son los piojos. 6 El término coprolito se define como “cálculos intestinales formados de concreción fecal endurecida” (RAE
2000: 567), de origen humano o animal. 7 Especialmente significativos son los alimentos de origen animal, consumidos crudos o insuficientemente
cocidos, debido a que el parásito sólo muere bajo condiciones y exposición prolongada de calor.
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Metodología
Para el análisis paleoparasitológico de Chorrillos se recuperaron 179 muestras, consistentes
en: a) sedimento sin evidencias de materia orgánica; b) sedimento con gran cantidad de
materia orgánica; c) materia orgánica indiferenciada y; d) coprolitos humanos. Por el
contrario, el sitio mino lapidario MLT de El Salvador, ocupado aproximadamente entre 500
AC hasta 1650 DC (Westfall y González 2006), presenta condiciones de salinidad y
sequedad extremadamente favorables para la conservación de los restos orgánicos (Bouchet
et al. 2003: 49). Esta situación concuerda con el hallazgo de cuerpos momificado en el
cercano Cementerio Las Turquesas (en adelante CLT) (González y Westfall 2006a). Por
consiguiente, un total de 14 muestras de coprolitos conservaban intactas sus características
morfológicas, siendo recuperadas desde distintas cuadrículas de la terraza 2.
Luego de obtener las muestras, en los laboratorios de terreno de ambos sitios se aplicó: a)
pesaje de la porción de la muestra a hidratarse; b) registro fotográfico en seco; y c) examen
macroscópico y microscópico binocular8 en seco. Posteriormente, las muestras se
rehidrataron, proceso denominado revitalización (sensu Pamo 2003), consistente en
sumergir las muestras en fosfato trisódico al 0,5 % y agua destilada (sensu Rivera 1980),
aproximadamente por 24 a 48 horas, dependiendo de la rapidez de los resultados de
hidratación. Además, se efectuó la prueba de tinción con azul de metileno, para pesquisar la
presencia de leucocitos fecales y restos de bacterias. De este modo, las muestras fueron
identificadas en origen, de acuerdo a sus características morfológicas (sensu Chame 2003)
y a la coloración que presentaron una vez hidratadas (sensu Rivera 1980). A contar de este
punto, se observaron bajo el microscopio binocular, con aumento entre 5x hasta 40x.
También se efectuó una observación en aceite de inmersión (100x). A continuación, las
muestras fueron tamizadas y separadas por flotación y filtración, de acuerdo al Método de
Sedimentación Rápida (TSR), que es un protocolo plausible de ser usado en terreno por su
simplicidad. Todos los materiales se analizaron y fotografiaron microscópicamente. Por
último, se compararon las imágenes obtenidas con colecciones fotográficas de referencia
médica, para verificar las hipótesis propuestas (Geosalud 2004, Merck 2004).
Resultados
El sitio minero lapidario MLT.
Los resultados obtenidos del análisis paleoparasitológico de las muestras de coprolitos
provenientes de este sitio, permitieron recuperar restos alimenticios y especificar las
algunas enfermedades parasitarias padecidas por sus habitantes durante épocas
prehispánicas (fundamentalmente del Intermedio Tardío atacameño) e históricas (ver
Tablas 1 y 2 y Figura 1). Respecto a la dieta, en las muestras 1, 3 y 4, se observó la
inclusión de alimentos definitivamente históricos, producto de los laboreos efectuados por
pirquineros en la década de 1950 del siglo XX, de acuerdo al hallazgo de una letrina y otras
evidencias en las unidades D10, D11 y E11 de la terraza 1. Específicamente, se registró
hollejo de Phaseolus sp. (poroto tipo tórtola y coscorrón), Lens culinaris (lentejas), Vitis
vinífera (uva), semillas de Citrullus vulgaris (sandía) y Vitis vinífera (uva), granos de Zea
mays (maíz) y un carbohidrato no identificado, posiblemente alguna clase de harina.
8 Marca Carl Zeiss, modelo Axiostar Plus, con medidor de tamaño en micrones en uno de los lentes.
4
Endoparasitismo se registró sólo en uno de los individuos del período histórico, con huevos
de Ascaris lumbricoides y un segmento del cuerpo de un parásito compuesto de
proglotides, al parecer de una taeniasis (Taenia sp.). Finalmente, la muestra 7, una bosta de
Bos taurus, fue generada también por las ocupaciones históricas del sitio en la terraza 2.
En términos de dieta prehispánica, la totalidad de las especies fueron trasladadas al lugar,
de ámbito desértico, desde oasis y focos lacustres distantes. Como se observa en la Tabla 1,
se registraron semillas de Prosopis sp. (algarrobo) en las muestras 2, 5, 6 y 9 además de
carporestos de Geoffrea decorticans (chañar) en las muestras 5 y 6; y cucurbitáceas en las
muestras 5 y 9, no pudiendo distinguirse su correspondencia botánica. Por otra parte, las
muestras 10 y 11 arrojaron evidencias vegetales posiblemente masticadas, aunque no
digeridas, de origen desconocido, que se suma a otros tejidos morfológicos vegetales,
específicamente colénquima, esclerénquima y/o parénquima, en estado digerido, también
sin identificación concreta (muestras 8, 12, 13 y 14). Finalmente, las muestras 2, 6 y 8
(Foto 2) dan cuenta de astillas de huesos de hasta 0,3 mm de largo, similares a las
registradas por Rivera (1980: 140, Apéndice 2, Muestra 7-B) en AZ-83. Posiblemente, estas
astillas sean producto de la fracturación de huesos de camélidos para extraer la médula.
Mientras, el Prosopis sp. de la MLT, es equivalente a los registros en coprolitos de
Ramaditas (Scott et al. 2005).
Con relación al endoparasitismo, se registró la presencia de Ascaris lumbricoides en las
muestras 2, 4, 8 y 13; Girardia sp. en las muestras 2 y 5; Taenia sp. en las muestras 4, 5, 9
y 14; Diphyllobotrium pacificum en las muestras 9 y 13 (Foto 3); y Trichuris trichiura en
las muestras 12 y 13. En el caso de Ascariasis, existen antecedentes arqueológicos de este
parásito en contextos arcaicos, datados entre 2850-2700 AC, en el sitio Los Gavilanes en
Perú (Reinhard 2003). Respecto del flagelado intestinal Girardia, es probable que la
muestra 2 corresponda al desarrollo del parásito y concretamente a “Girardia cysts”, siendo
la muestra 5 huevos, sin que sea posible por el momento alcanzar definiciones a nivel de
especie. Sin embargo, Carvalho y colaboradores (2003) identificaron para el período
comprendido entre 3000 y 500 AP, la infección por Giardia duodenalis en una momia
andina. En consecuencia, planteamos que es perfectamente plausible la ocurrencia de
Giardia sp. en la MLT, puesto que este tipo de parasitismo suele presentarse en roedores
entre ellos la chinchilla (Chinchilla lanigera) (Grau 1990), la cual fue identificada en el
sitio por medio del análisis textil (hilado de pelo) y arqueofaunístico (Cases y Velásquez,
citados en Westfall y González 2004). El contagio de este parásito se produce durante el
faenamiento, por el contacto manual con el excremento y/o los intestinos del animal.
Por otra parte, ya señalamos la presencia de Taenia sp. en un individuo de tiempos
históricos (muestra 4), estando presente, además, en poblaciones prehispánicas atacameñas
a partir del año 900 DC en adelante (muestras 5, 9 y 14). Postulamos que la Taeniasis
observada podría corresponder al parásito de la Hymenolopis sp., porque las Taenia solium
y Taenia saginata se contagian por consumo de cerdo y vacuno, animales inexistentes en el
mundo prehispánico. La Hymenolopis sp. se contagia por roedores, existiendo para el área
de estudio el Lauchón orejudo (Phyllotis xanthopygus) (CIMM 2000) y la chinchilla
(Chinchilla lanigera); esta última registrada en la MLT, como se señaló anteriormente. Este
parásito ha sido descrito para épocas preincaicas en el valle de Lluta (Santoro et al. 2003),
identificando huevos de Hymenolopis nana en coprolitos. Asimismo, detectaron el parásito
5
Diphyllobotrium pacificum en ocupaciones incaicas del mismo valle (Ibíd.), presente ya en
grupos Chinchorro (Reinhard y Urban 2003), como en otros contextos arcaicos del norte de
Chile (Núñez et al. 1984, Ferreira et al. 1984., Aráujo et al. 1983); sumándose ahora los
dos registros de huevos de la MLT. Debe indicarse que el hospedador de este parásito son
peces de agua salada, transmitiéndose la enfermedad por la ingesta de pescado crudo,
ahumado o insuficientemente cocido. Algunos datos indican el traslado de pescados desde
la costa hacia la MLT, en la precordillera, probablemente desecados, siendo depositados al
interior del pique minero (Iribarren 1975: 115). Esto coincide con la recuperación de restos
óseos de peces marinos (eg. corvina, jurel, pejesapo, etc.) desde la terraza 2, confirmando
su consumo y como fuente de contagio (González y Westfall 2005, Westfall y González
2004). Por último, la presencia de Trichuris trichiura en las muestras 12 y 13 (Foto 4),
reafirma los hallazgos arqueológicos de este parásito por Carvalho y colaboradores (op.
cit.) para muestras fecales arcaicas de Tulán en San Pedro de Atacama (1080-950 AC) y
por los análisis de coprolitos de la momia incaica del Cerro El Plomo; este parásito se
contagia directamente entre seres humanos a través de las heces.
Muestra Restos de alimentos presentes Parásitos encontrados
1 Phaseolus sp.
2 Prosopis sp., astillas hueso Ascaris lumbricoides, Giardia sp.
3 Phaseolus sp., Vitis vinífera, Citrullus vulgaris
4 Zea mays, Lens culinaris, Vitis vinífera Ascaris lumbricoides, Taenia sp.
5
Prosopis sp., Cucurbitaceae sp., Geoffrea
decorticans Taenia sp., Giardia sp.
6 Prosopis sp., Geoffrea decorticans, astillas hueso
7 Bosta animal; restos vegetales no reconocibles
8 restos vegetales no reconocibles, astillas hueso exoesqueleto Acaridia
9 Prosopis sp., Cucurbitaceae sp. Taenia sp., Diphyllobotrium pacificum
10 Bolo vegetal
11 Bolo vegetal
12 restos vegetales no reconocibles Trichuris trichiura
13 restos vegetales no reconocibles, polen
Trichuris trichiura, Ascaris lumbricoides,
Diphyllobotrium pacificum
14 restos vegetales no reconocibles Taenia sp.
Tabla 1. Elementos alimenticios y Parasitismo en muestras de la MLT.
Período N° Cuadrícula Nivel
Histórico 1 D 10 5 (40-50 cm)
Histórico 3 E 11 7 (60-70 cm)
Histórico 4 Pasarela Superficie (0-5 cm)
Histórico 7 M 6 5 (40-50 cm)
PIT-A9 2 M 2 10 (90-100 cm)
PIT-A 5 K 3 8 (70-80 cm)
PIT-A 6 K 3 6 (50-60 cm)
PIT-A 8 K 3 6 (50-60 cm)
9 Período Intermedio Tardío – Atacameño (PIT-A), para diferenciarlo del PIT local (eg. Cultura Copiapó). Es
la ocupación más representativa y claramente estudiada en el sitio, encontrándose en toda la secuencia
ocupacional de la MLT.
6
PIT-A 9 M 1 15 (140-150 cm)
PIT-A 10 M 1 18 (170-180 cm)
PIT-A 11 K 4 10 (90-100 cm)
PIT-A 12 Pasarela Superficie (0-5 cm)
PIT-A 13 K 2 5 (40-50 cm)
PIT-A 14 K 6 7 (60-70 cm)
Tabla 2: Localización y periodificación de muestras en sitio Mina Las Turquesas (MLT).
Cementerio Regimiento Chorrillos.
Se obtuvieron escasos resultados respecto del número de muestras tomadas (179), lo que
equivale al 3.4 % del total. Sin embargo, fue posible constatar evidencias de
Diphyllobotriosis sp., específicamente huevos de Diphyllobotrium latum en 6 fosas
funerarias, ubicadas mediante 5 cuadrículas de excavación, pertenecientes a individuos
adultos femeninos y niños entre 3 y 9 años de edad (ver Tabla 3 y Foto 1). En la unidad
L12 se obtuvo más del 50 % (22) de la muestra total de huevos (40) (ver Tabla 3).
Recuento de huevos de D. latum por cada 0.1 gr.
E12 NO F1 E3 fecas pelvis 3
L12 SE F1 E1 fecas pelvis 11
L12 SE/SO F2 E1 materia orgánica pelvis 11
M14 SE F6 E1 fecas pelvis 10
O11 NO F2 E1 fecas pelvis 3
Q10 NE/SE F3 E1 sedimento pelvis 2
Tabla 3: Unidades, origen y recuperación unitaria de huevos de D. latum
El Diphyllobotrium latum también corresponde a un tipo de parasitismo producido por el
consumo de peces crudos, insuficientemente cocinados o ahumados, pero de agua dulce,
siendo probablemente uno de los peces del río Loa, a más de 300 metros de Chorrillos, el
portador de este parásito. Una especie de pejerrey de los ríos Loa, Codpa y Camarones,
Basilichthys semotilus (Dyer 2000: 100), podría haber provocado tal infestación. No
obstante, la única especie ictiológica identificada en Chorrillos corresponde a Cilus gilberto
(corvina) (Velásquez, citado en Westfall y González 2005), la cual actuaría como eventual
vector de Diphyllobotrium pacificum, parásito exclusivo de peces de agua salada. Por el
momento, no hemos establecido una forma de transmisión de Diphyllobotrium latum, al no
identificarse peces de agua dulce en el sitio, aunque consideramos acertado el
reconocimiento del referido parásito, de acuerdo a las características estructurales,
morfológicas y de tamaño de los huevos observados microscópicamente (ver Anexo Fotos
1, 3 y 4). Un antecedentes a favor del consumo de peces de agua dulce, lo constituyen las
ofrendas de Cauque (Odontesthes brevianalis) (Dyer com. pers. 2005) del cementerio
formativo de Topater, contemporáneo a Chorrillos y ubicado también en Calama. Esta
especie no es endémica del río Loa, registrándose actualmente en el río Elqui, al tiempo que
presenta registros históricos en el río Huasco, debiéndose su presencia en este sitio por
obtención directa o mediante intercambio. Evidentemente, al corresponder a una especie de
agua dulce, podría actuar de huésped de Diphyllobotrium latum, pero Topater adolece de
análisis paleoparasitológicos que certifiquen este tipo de zoonosis. Por lo tanto, la
identificación de huevos del citado parásito en Chorrillos no puede desestimarse,
7
considerando su presencia en la aldea formativa de Ramaditas (Rivera 2002, Scott et al. op.
cit.) y en el sitio arcaico de Tiliviche (4110 y 1950 AC) (Núñez et al. op. cit., Carvalho et
al. op. cit.: 112).
Finalmente, el objetivo de reconocer aspectos de las dietas de los individuos muestreados
tuvo escasos aunque interesantes resultados. No se observaron paredes parenquimales, u
otros elementos indicativos de consumo de fibra vegetal, aún cuando no sabemos si dicha
ausencia obedece a pautas alimenticias o a problemas de conservación del sitio. Sin
embargo, nos inclinamos por la segunda opción, debido a la presencia en el sitio sólo de
Chenopodium quinoa y cucurbitácea (Belmar y Quiroz, citadas en González y Westfall
2006b). Por otra parte, en un solo caso – (unidad M14 SE-SW Fosa 5 Esqueleto 1)- se
registró macroscópicamente una alta presencia de microastillas óseas, que pesaban 4 gr.,
equivalente al 50% del peso total de la muestra, similar a nuestros registros en la MLT y los
realizados por Rivera (1980) en AZ-83 y Núñez y Hall en Tiliviche (1982: 102).
Conclusiones
Consideramos que la metodología analítica ocupada para la determinación de zoonosis y
dieta en los sitios señalados, abre nuevas posibilidades de investigación paleopatológica de
las poblaciones prehispánicas en espacios carentes de estos estudios, como la Región de
Atacama y el Loa Medio. En el caso de Chorrillos, posibilitó identificar un parásito que nos
remite a un consumo de peces de agua dulce, no determinado en los contextos del sitio, por
corresponder a un sitio funerario o debido a su deficiente conservación, probando además
que el empleo de sedimentos tras la búsqueda de materia fecal también es útil para esta
clase de estudios. Por otro lado, en la MLT los resultados fueron más amplios por la
conservación íntegra de los coprolitos, pudiendo reconocerse tanto componentes de dieta
prehispánica como histórica, junto con un parásito distintivo de peces de aguas marinas,
reafirmado por las evidencias arqueofaunísticas del sitio. En la MLT dan cuenta de una
dieta mixta que integra elementos cárneos (astillas de huesos en coprolitos), productos
agrícolas, recolecciones especializadas e ingesta de peces marinos, indicando una
movilidad característica de estos grupos mineros-caravaneros atacameños del Período
Intermedio Tardío. Mientras que en Chorrillos, la presencia del referido parásito ratifica
una ingesta de peces de agua dulce, absolutamente complementaria a la especificación
hortícola-pastoralista de esta población formativa.
Asimismo, en la MLT se observaron comportamientos disímiles respecto de la higiene
colectiva durante distintos períodos de ocupación del sitio, constatándose un uso focalizado
en el espacio de las prácticas defecatorias en tiempos históricas recientes, en contrastación a
la época prehispánica, donde esta conducta se extendió por toda la terraza 2, incidiendo
seguramente en la propagación de las enfermedades parasitarias entre los individuos. De
esta forma, este estudio proporcionó información sobre concretas conductas humanas del
pasado en dos sitios funcionalmente diferentes y con distinta conservación, abordables sólo
por medio de estos particulares análisis.
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Foto 1. D. L., Chorrillos 011 NO F2 E1. Foto 2. Astilla hueso, Muestra 8 MLT.
Foto 3. D. P., Muestra 9 MLT.
Foto 4. Trichuris trichiura, Muestra 12 MLT.