Post on 08-Oct-2020
CORPORACIÓN EDUCATIVA COMBOS
PROYECTO SOÑANDO ALTO
SISTEMATIZACIÓN
APOYO EMOCIONAL A MUJERES AFECTADAS POR EL CONFLICTO
ARMADO Y EL DESPLAZAMIENTO FORZADO
COMUNA 13
DANZA – CUERPO - Y ESCRITURA
FUERZAS SANADORAS DEL DOLOR EMOCIONAL
2013 - 2015
ANA SOFIA RESTREPO SALDARRIAGA
Medellín
2015
“En el fondo, es acaso posible curarse de la vida?
Aunque el arte bien puede ser remedio
para algunos de nuestros males inconfesable…” Luisa Valenzuela. Escritura y Secreto.
CONTENIDO
Presentación: creación, narrativa y memoria
1. DANZANDO MI HISTORIA: Me robaron el alma!
Des-cubriéndome en movimiento con mi cuerpo.
DanzAndo con otras los caminos recorridos
2. ESCRIBO MIS AN-DANZAS EN EL TIEMPO: Por lo menos no nos vamos a
morir sin sentirnos!
Mis cambios subjetivos
Mi cuerpo, mi sostén y mi soporte
3. CUERPO Y MEMORIA: Cuando danzo vuelvo a crear historias!
Las huellas, una danza pintada en el cuerpo.
Una nueva danza, un nuevo significado para mi historia.
PRESENTACIÓN: CREACIÓN, NARRATIVA Y MEMORIA
“Hoy soy movimiento...
soy libertad?
Ayer fui esclavitud... fui miedo?” Ana Sofía Restrepo
Facilitadora del proceso.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015
La Corporación Educativa Combos es una organización social y democrática
comprometida en la inclusión política, económica y cultural con y para las niñas, los
niños, jóvenes y mujeres adultas de sectores empobrecidos, a través de procesos
integrales de educación, protección, investigación, organización y participación política.
En cumplimiento de esta misión, la Corporación decide desde el 2006, desarrollar el
proyecto de Apoyo Emocional “Soñando Alto”, en el Asentamiento “Altos de la
Virgen”, con el fin de acompañar emocionalmente a niños, niñas, jóvenes y personas
adultas afectadas por el conflicto armado y en situación de desplazamiento forzado, en
el barrio San Javier, comuna 13 de la ciudad de Medellín.
El proyecto Soñando Alto, brinda acompañamiento emocional a las mujeres adultas,
desde el 2007, inicialmente se vincularon, madres de los y las niñas participantes del
proceso, la mayoría, afectadas por la violencia armada, desplazadas del campo, de
distintas regiones del departamento de Antioquia y de Colombia. Todas las participantes
habitaban en “Altos de la Virgen”1, asentamiento con grandes carencias en los ámbitos
de vivienda, salud, educación y recreación y problemas de seguridad debido al conflicto
1 Altos de la Virgen, sector correspondiente al corregimiento de San Cristobal, comuna 60.
armado entre bandas del asentamiento y sectores aledaños, que afectaban
emocionalmente su salud y bienestar. En el 2010, después de un incendio en el
asentamiento, relacionado con el conflicto entre los armados, muchas de las familias
salieron desplazadas y fueron reubicadas en otros sectores y barrios de la comuna 13,
desde ese momento se amplió la convocatoria a otras mujeres de la comuna.
Los encuentros de Acompañamiento Emocional les ha posibilitado a las mujeres adultas
la comprensión y re-significación de los hechos y acontecimientos violentos que han
vivido, producto del conflicto armado; este proceso está mediado por la expresión,
comprensión y análisis de las violencias que han sufrido y se desarrolla a través de
dispositivos artísticos, tales como la plástica, el teatro y la danza, posibilitando la
rememoración de historias y la construcción de narrativas en torno a sus vivencias. Al
mismo tiempo, las mujeres, encuentran un espacio para reencontrarse con ellas mismas,
con su palabra, su cuerpo, sus derechos y las fuerzas internas que tienen y les ha
posibilitado el afrontamiento de las situaciones de violencia sufridas.
Las historias de las mujeres, relacionadas con el desplazamiento, las pérdidas, el
maltrato y el dolor, por la violencia vivida en los distintos ámbitos por los que han
transcurrido, están plasmadas en cortas, pero “profundas” historias que han ido
rememorando en el transcurso de los encuentros; paso a paso, se han ido dejando
permear por otras propuestas, como la danza, dispositivo que ha permitido que
comiencen a reconocer su cuerpo, su gestualidad, sus movimientos, sus huellas y
marcas y especialmente ha posibilitado hacer vínculo entre las historias narradas y su
cuerpo como receptor de las vivencias, como lo plantea Husserl, “sólo a través del
propio cuerpo podemos ser realmente humanos, y sólo con él tenemos la oportunidad
de estar y ser en el espacio y en el tiempo, y sentirnos a nosotros mismos, de tal forma
que nuestro cuerpo sea el vehículo, el instrumento de nuestra conciencia y sobre todo
de nuestra experiencia”2.
Este ejercicio de sistematización, enmarcado entre 2013 y 2015, está transversalizado
por dos lecturas, una primera relacionada con los dispositivos empleados, su potencia
para alcanzar los objetivos del proceso y para ayudar a las mujeres participantes a
comprender esa verdad interna, “velada”, que las habita y que se encarna en su cuerpo y
en su psique y una segunda lectura de orden hermenéutico, acerca de las narrativas,
historias y frases expresadas alrededor de la conciencia del cuerpo de las mujeres,
cuando danzan y se enuncian a través del movimiento, propiciando un saber sobre la
manera como tramitan y subjetivizan las experiencias de sufrimiento y dolor que les ha
acompañado por mucho tiempo; no obstante, se trata de un proceso singular a cada
mujer, el cual dependerá de la capacidad de auto reflexión que cada una tiene o va
adquiriendo con las prácticas desarrolladas, las experiencias personales vividas y
las subjetivaciones derivadas de las mismas.
De acuerdo a lo expresado, el proceso de Acompañamiento Emocional con mujeres
adultas, ha tenido como centro, el encuentro de cada participante consigo misma, a
través de dispositivos pedagógicos tales como la creación, las narrativas y la
memoria y dispositivos artísticos, como la danza, la pintura y la escritura,
entrecruzándose y llevando a las participantes a que evoquen sus historias de vida,
acontecimientos y escenarios de violencia, que les ha marcado y les ha dejado huellas
físicas y emocionales, con el fin de examinar y contemplar lo rememorado, en un
espacio y tiempo distinto, con una mirada analítica frente al conflicto armado
colombiano y del contexto en el que habitan y en compañía de otras mujeres,
compañeras del proceso, que también han vivido historias similares.
2 Sierra Zamorano Miguel Ángel. La Expresión Corporal en el siglo XX. https://mefuc.files.wordpress.com/2010/02/2-9.pdf.
El texto está organizado en tres capítulos, cada uno con sus propios apartados, en el
primero, denominado “Danzando con mi historia”, se relata cómo las mujeres se van
adentrando en sus vivencias y a través de las mismas van “descubriendo-se”
interiormente, con el apoyo de los dispositivos artísticos antes nombrados; el segundo,
“Escribo mis andanzas en el tiempo”, trata de la observación del cuerpo como sostén
y soporte de las tensiones, producto de las violencias sufridas, al tiempo que se hace
lectura hermenéutica de los cambios subjetivos de las mujeres, a medida que avanza el
proceso y el tercer y último apartado “Cuerpo y Memoria”, hace énfasis, en las
emociones y sentimientos de las mujeres frente a lo vivido y las reflexiones que hacen
de los cambios significativos que han experimentado en sí mismas y les ha permitido
afrontar otras situaciones conflictivas y de violencias a las que se han visto enfrentadas.
Cada capítulo a su vez, inicia con un pequeño relato3, escritos en el marco de la
sistematización, basado en las distintas historias de las mujeres participantes, en éstos se
retoman asuntos generales en torno a sus sentimientos y expresiones y se hace una
lectura interpretativa de sus cuerpos, movimientos, gestos, manera de llevarlo, de
ubicarlo en el espacio, mientras danzan y están en interacción con las compañeras del
grupo.
Para finalizar la presentación de este texto, cabe resaltar los Momentos
Pedagógicos por los que transcurren los encuentros semanales con las mujeres en
el proceso, cada sesión está precedida por evocaciones vinculadas a los sentimientos,
los recuerdos, las sensibilidades y las emociones que generan las historias y momentos
significativos de sus vidas.
3 Restrepo S. Ana Sofía. Textos originales.
El encuentro se inicia con un saludo afectuoso, con conversaciones
espontáneas, abiertas y amigables, en las que nos vamos adentrando, desde las
vivencias de la mañana, hasta los asuntos y hechos ocurridos durante la semana al
interior de sus familias y en el barrio donde habitan.
Luego, las mujeres se disponen para “caldearse”, es decir prepararse
psíquica y físicamente, para realizar las actividades centrales del encuentro, tales
como danzar, pintar o escribir con un “sentido” determinado, el cual se ha ido
produciendo, paulatinamente durante el proceso.
Después de los momentos iniciales, se invita a las mujeres para que se
sumerjan actividades de acompañamiento emocional; actividades y dispositivos -
danza, dibujos, pintura, escritura -, que las remite a las historias de sus vidas, con el fin
de encontrarle significado a hechos y vivencias, presentes y pasadas, que tienen a su
interior momentos enigmáticos, inexplicables y complicados y a partir de nuevos
sentires y reflexiones, posibilitarles su comprensión, lo cual puede llevar a nuevos
sentido y significaciones, facilitando el camino y la reconciliación con sus vidas.
El encuentro continúa con la socialización y/o reflexiones colectivas en torno
a los ejercicios realizados, favoreciendo la escucha entre ellas mismas, para que
retomen aprendizajes y nuevos significados, a partir de lo expresado por las
compañeras, mujeres que ha vivido una historia similar a la suya, por estar enmarcada,
en un mismo contexto cultural, económico, religioso y político.
Al finalizar cada sesión, se invita a las mujeres a conformar el “círculo de
las mujeres” y muy recogidas, compartir un alimento, el cual puede estar
acompañado de palabras, canciones o silencios. El alimento cierra un encuentro de vida,
de significados, de solidaridad y sentidos.
1. DANZANDO MÍ HISTORIA
¡Me robaron el alma!
“Soy negra, mi piel huele a monte, a río, a oro, a esa tierra madre que me parió. En ese
rincón del alma dejé a mi hijo, allá se me clavó este dolor. Cambié de tierra, pero no de
color, me alejé de mi hijo, pero lo llevo adentro, como llevo mi alma, mi origen y mis
recuerdos.
Me fui de mi Chocó, no porque quise, me fui porque amo la vida, porque tuve miedo de
morir, sí, tuve miedo…, me petrifique..., salí sin mirar atrás..., si hubiera mirado, yo sé,
que hubiera regresado y no estaría contando esta historia. Hoy la tierra me sabría a
tierra, ellos me hubieran asesinado. “Salí de aquí negra, o te matamos, te vas, o te
morís”. Sí, eso fue lo que dijeron y sin mirar atrás, dejándolo todo, “a mi hijo”, me fui.
Recuerdo esa noche oscura y llena de lágrimas, porque la noche lloraba conmigo;
comenzó a lloviznar desde muy tempranito, no paraba de llover y yo no cesaba de
llorar. Mi niño me miraba con sus ojos negros y me hacía preguntas sin palabras, sabía
que algo malo estaba pasando, que nos rondaba una tristeza. Mi negrito paso de un día
para otro a ser adulto, comprendió que aquí se viene a sufrir, que había que crecer. Se
había acabado el tiempo de su niñez.
Me fui, lo dejé, tenía que dejarlo; sé que él, hoy lo entiende, pero me pregunto si su
alma también; llegué a esta ciudad indolente, a una ciudad que no se conduele,
caminando despacio y vacía por dentro; con el correr de los días, me fui adaptando,
comencé a trabajar, me emparejé y tuve otros hijos.
Sigo siendo negra, “huelo a mi tierra”, pero no es lo mismo que ayer. Adentro de mi,
está acurrucadita la mujer que salió a escondidas esa noche, en medio de la lluvia,
oyendo el lamento de mi sangre y su voz que gritaba ¡maaaa…,maaaa…! Lamento que
me recuerda, que ellos me arrancaron mis entrañas, me robaron el alma…si, me robaron
el alma”.
Descubriéndome en movimiento con mi cuerpo
“…la Mujer regresará a ese cuerpo que, como mínimo, le confiscaron;
ese cuerpo que convirtieron en el inquietante extraño del lugar,
el enfermo o el muerto, y que, con tanta frecuencia, es el mal amigo,
causa y lugar de las inhibiciones.
Censurar el cuerpo es censurar, de paso, el aliento, la palabra”.
Helene Cixous. La Risa de la Medusa.
Las mujeres hacen lectura de sí mismas, narrándose, a través de distintos lenguajes, con
sus palabras, escritura, dibujos y su movimiento corporal, van adentrándose en su
historia, una historia que dice de ellas y les dice a ellas, cómo la han vivido y cómo la
están viviendo hoy. “…Escríbete es necesario que tu cuerpo se deje oír. Caudales de
energía brotarán del inconsciente…Es necesario que la mujer se escriba porque es la
invención, de una escritura nueva, insurrecta lo que, cuando llegue el momento de su
liberación, le permitirá llevar a cabo la rupturas y las transformaciones indispensables
en su historia”4.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015
4 Cixous H. (1995). La risa de la medusa. Barcelona, España: Anthropos, (Pág. 62). Recuperado de http://kolectivoporoto.cl/wp-content/uploads/2015/11/Cixous-Helene-La-Risa-de-La-Medusa.-Ensayos-sobre-la-escritura.pdf
DanzAndo descubren que han estado oprimidas, no sólo por la violencia armada,
que las hace sufrir cotidianamente, sino por una historia de vida, que está anclada en
ellas desde que eran unas niñas. Una mujer dice de sí: “me sentí muy libre bailando, me
sentía extraña pero muy contenta… y ver la diferencia con los años, cuando era joven,
mi papá no me dejaba ni salir, siempre tuve miedo”.
Después de danzar las mujeres conversan, se miran, se quejan por lo cansadas que
quedan, se ríen y ponen en palabras o dibujos eso que les dice el cuerpo en movimiento;
ante la pregunta, qué me dice mi cuerpo?, expresan: “…sé que me siento cansada, pero
no sé, si es porque estábamos bailando o porque estoy triste y tengo problemas”. “me
siento más relajada, cansada, pero más tranquila…”. Al observar a una de las mujeres
bailando al lado de sus compañeras, se me abren preguntas “Esta mujer lleva su cuerpo
o éste, la empuja a ella?. Qué arrastra?, danza o transita la pesadez de su historia? “
La danza como lenguaje de expresión les permite, tomar conciencia de las tensiones del
cuerpo y su relación con las dificultades o problemas que las tiene preocupadas.
Igualmente les abre una puerta hacía la toma de conciencia de lo que ha ocurrido con
sus vidas, con su cuerpo y con su sexualidad, ello, si además se adentran y comienzan a
generar preguntas en torno a sí mismas, una práctica de autorreflexión, que algunas
comienzan hacer, iniciándose un proceso de “resistencia”, frente a los discursos
dominantes, como por ejemplo, frente a los roles que las mujeres tienen que desempeñar
en sus hogares con sus parejas y con sus hijos e hijas. Una de las mujeres expresó,
después del ejercicio “me sentí con un peso en la parte superior de la espalda; bueno
yo me di cuenta de este peso, desde antes, cuando hicimos la relajación, antes de
iniciar la danza; es que tengo un problema con mi hijo, tengo miedo, que se involucre
con los armados, me habló como nunca lo había hecho”. A mí, dijo otra de las mujeres,
“el ejercicio de relajación y la danza me hicieron recordar mi casita en el campo, vi
mis matas. Quería tomar una, sentía que era mía. Luego vi un color violeta y se cerró
la puerta”. Aunque en ese momento no dijo más, por su historia sabemos que fue
desplazada, tuvo que dejar todas sus cosas y nunca ha podido regresar a su pueblo.
“…El cuerpo se concibe como lugar simbólico de comunicación y de escritura, en
donde se registran representaciones, imágenes y metáforas que evocan más de lo que
en realidad se dice. La narración sobre los cuerpos puede revelar las historias
colectivas que constituyen las prácticas del existir humano”5.
Para adentrar a las mujeres en el movimiento corporal, realizamos algunos ejercicios
previos de relajación, se les pide, que cierren los ojos, si consideran que pueden hacerlo;
la mayoría los cierra, dicen que se sienten seguras en el espacio y confían en la
facilitadora, sin embargo, el recuerdo de vivencias pasadas, hace que teman o sientan
desconfianza y esto imposibilita que puedan relajarse completamente. Una mujer, al
finalizar la relajación y conversar de lo sentido en el mismo, expresó, “tuve miedo,
cuando cerré los ojos...recordé cuando fui desplazada, también recordé a mi mamá, no
puedo verla cuando quiero. Es que no puedo ir al barrio donde está ella. Me hace
mucha falta, yo no puedo ir y ella, no puede venir seguido a verme al barrio donde yo
vivo”.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
5 Castañeda H. Ma. del C. El cuerpo grita lo que la boca calla. Razón y Palabra. Recuperado de Revista electrónica. www.razonypalabra.org.mx.
Luego de la relajación se les invita para que poco a poco, comiencen a mover su cuerpo
rítmicamente al son de la música, danzando y permitiendo que sus pensamientos fluyan,
sin detenerse en ninguno de éstos; el dispositivo artístico de la danza, está orientado
hacía el movimiento libre, sencillo, sin reglas, sin cohibiciones, en el que pueden
moverse individualmente, seguirse unas a otras, organizarse en parejas o en
pequeños grupos, pero siempre atentas a lo que el cuerpo les manifiesta; mientras
se mueven por el espacio, se les estimula al silencio, a la escucha, al encuentro con ellas
mismas; una danza que les permita fluir, oír sus pensamientos, rememorar su
historia, darse cuenta de su ´sentir´ y del estar´ de su cuerpo.
La potencia de la danza como experiencia vivencial, es la toma de conciencia sobre el
cuerpo, en movimiento, las mujeres pueden captar la fragilidad, la soltura, las tensiones
y la rigidez del cuerpo y lo más importante, como se trata de un proceso con sentido,
comenzar a leer estas sensaciones corporales a la luz de las emociones y sentimientos
que les acompaña. Esto les implica voluntad, conciencia y reflexión. Una de las mujeres
expresa, “sentí facilidad al girar la cabeza y al mover los pies con diferentes
ritmos…sin embargo, hoy estoy desconcentrada como si algo me angustiara o me
preocupara, pero, no lo tengo claro, no me gusta cómo me encuentro en este
momento…”
El dispositivo de la danza utilizado en el proceso de acompañamiento a las mujeres de
Soñando Alto, utiliza algunos elementos de la “danza terapia”, la cual invita, en el
momento de la danza, a comunicar lo que nos bloquea en la vida cotidiana, “bailando
podemos expresar nuestros miedos, la rabia, la angustia, el dolor; en el momento en
que reconocemos estos sentimientos dentro de nosotros, podemos exorcizarlo
trayéndolos al exterior a través de nuestro mismo cuerpo, para que, una vez
visualizados, podamos comprenderlos y eliminarlos o cambiarlos…lo que se busca es
la exteriorización de las emociones a través del despertar del cuerpo”.6
Uno de los ejercicios que les permite a las mujeres cuando danzan, abrirse a las
sensaciones que emiten las distintas partes de sus cuerpos, es seguir atentamente
algunas frases que se entrecruzan con la música, “mi cabeza, cómo la muevo, cómo se
mueve, cómo la siento…, mis hombros, mi pecho, mis brazos, cintura, caderas, piernas
y pies…”; después de unos minutos, se les invita para que circulen entre las demás
mujeres, caminen lentamente y dancen; es el sonido de la música el que las mueve, las
invita y las convoca a danzar. Ellas, se ríen, se miran con timidez, algunas bajan la
cabeza y es necesario hacerles un llamado para que miren a sus compañeras, al hacerlo,
creen que es necesario hablar, comentar algo de lo que sienten o reírse de lo que están
haciendo, por ello, se les convoca de nuevo al silencio, a la mirada y al centramiento de
sí mismas y de su cuerpo. Para Gabriel Marcel, dramaturgo y filósofo francés “…hay
que partir de que la información inicial del conocimiento es la existencia propia, y el
cuerpo es el punto de referencia de todo. Su intervención es imprescindible y prioritaria
para cualquier conocimiento, ya que sin su intercesión éste no sería posible. El cuerpo
propio se transforma así en el cuerpo vivido, y es a la vez corpóreo y pensante”7.
Algunas de las expresiones de las mujeres con relación a su cuerpo y al descubrimiento
que hacen del mismo, en el proceso de la práctica misma: “…mi cuerpo es algo
sagrado, lo valoro y lo respeto, recuerdo todo lo que he vivido, he pasado por etapas
duras, pero también maravillosas”; “hoy me doy cuenta que estoy cansada, he
maltratado mucho mi cuerpo, porque he tenido que trabajar mucho”; “la historia y mi
6 Artemisabcn De E. T. Danza terapia. Art. Recuperado de: http://www.saludterapia.com/glosario/d/18-
danzoterapia.html#axzz3u3a42zuc
7 Sierra Z. M. Á. Historia de la expresión corporal. La Expresión Corporal en el siglo XX. Recuperado de https://mefuc.files.wordpress.com/2010/02/2-9.pdf
cuerpo, son baúles de recuerdos y cada día que pasa valoro lo que siento”. “Al escribir
con el cuerpo también se trabaja con palabras, a veces formuladas mentalmente, otras
apenas sugeridas. Es un estar comprometida de lleno en un acto que es en esencia un
acto literario”8
Danzando con otras mujeres los caminos recorridos
Carta a una mujer
Querida, hoy en la mañana me levanté pensando en ti, cuando me estaba tomando la
primera taza de café, me dije y hoy en este momento qué estará haciendo ME?, tal vez,
estará preparando el desayuno, para sus hijos y su marido, puede que te parezca
gracioso, pero también me dije, quizás vea como las arepas se le queman en el fogón y
trata de rescatarlas en medio de la mirada oscura de su marido. Este pensamiento se
me vino a la cabeza porque te imaginé ensimismada, recordando uno de los últimos
encuentros en el que danzamos y te veías abriendo tus brazos, cuando la melodía
sonaba y tu cuerpo se iba armonizando en cada movimiento, luego oíste los aplausos y
te viste sola en un teatro, lleno de público, que aplaudía y te decía con la mirada, tu
puedes, lo has hecho bien…
Si, estos pensamientos se me vinieron a la cabeza, debido a la última conversación que
tuvimos, relacionada con nuestro cuerpo y nuestro sentir frente al mismo, fue muy
impactante escuchar lo que sentías, especialmente cuando nos dijiste como has ido
reconociéndote en la danza, porque siempre soñaste con bailar.
Los encuentros te han proporcionado este descubrimiento de sí misma, aunque ahí en
la cocina aparezcas como si fueras la misma, la mujer de rostro serio y triste, de
cabeza baja y cuerpo un poco encorvado, como escondiéndolo, para que nadie te vea,
hay algo dentro de ti que comienza a despertar y te mueve para que rompas con el
pasado…Si eso veo yo, cuando me miras y me dices, gracias por este rato, gracias por
llamarme y no dejarme permanecer en mi casa… , cuando me escribes, creo que me voy
a ir muy lejos de casa, o tal vez me quede pero quiero hablar con mi marido y decirle lo
que siento y lo que quiero.
8 Ibid.
Sabes, tu como otras de las mujeres me han hecho “conmover” cuando veo lo que pasa
en los encuentros con la danza, las transformaciones que ocurren, la conciencia que se
adquiere; voy a contarte un secreto, yo misma danzo, antes de los encuentros, para
sentir y descubrir eso que quiero que ustedes encuentren, una posibilidad de
transformación, una nueva vivencia con el cuerpo y con ésta, un nuevo encuentro con
la vida…También como tú, he hallado nuevos significados, nuevas expresiones que me
ayudan a comprender-me.
Bueno después de este corto saludo, se despide de ti, con mucho amor una facilitadora
que se transforma a partir del encuentro con ustedes todos los jueves.
Carta enviada a una mujer, que
“Abre sus brazos cuando danza y al hacerlo expande la conciencia de su ser de mujer”.
Ana Sofía Restrepo S.
Facilitadora del proceso.
“Vamos a danzar, libremente por el espacio, comunicándonos con nuestro cuerpo a
partir de la música y el movimiento, vamos a mirar a nuestras compañeras mientras
danzamos y si vemos que algún movimiento o expresión de ellas, se vincula con
nuestros sentires, lo acogemos libremente y lo seguimos, hasta que volvamos a
encontrar nuestro propio lenguaje corporal”9.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
9 Consigna dada por la facilitadora al iniciar una de las actividades centrales del encuentro.
Las mujeres del grupo, comienzan a danzar, los cuerpos se mueven lentamente, con
dificultad y pocas encuentran el ritmo. Escuchan una voz que les dice, “mientras
danzan miren a sus compañeras”. Se miran con timidez, rápidamente pasan la mirada
donde la compañera, no se detienen. La voz insiste…”sostengan la mirada por unos
segundos…, vamos a intentarlo…”, después de un rato danzando, se tranquilizan y
comienzan a mirarse, parecen decir…“ella puedo ser yo”. Las miradas se confunden,
danzando se reconocen. “Todas somos una: grito, dolor y esperanza”. La historia les
pesa, las melodías y el movimiento, resucitan los recuerdos.
“Danza espejo”, danzar grupalmente conlleva que cada mujer se vea reflejada en las
compañeras, en la que rememoran la problemática que las convoca a los encuentros de
Soñando Alto, - las violencias en el marco del conflicto armado-, es por ello que cuando
danzan muchas de las mujeres “esconden” la mirada, la bajan cuando están frente a otra
mujer, temen que esa mirada les prolongue sus miedos, sus preocupaciones, les
rememore quiénes son y por qué hacen parte de este grupo. No obstante estos temores y
resistencias, la danza compartida, “la danza espejo” en un entorno amigable y de
confianza, les posibilita un encuentro consigo mismas, “desvelando” la conciencia sobre
sí y ello puede abrirles preguntas en torno a su corporalidad y la relación con su historia.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Este ejercicio en espejo permite que las mujeres se miren así mismas, capturen y
hagan suyos los movimientos de las compañeras y “donen” sencillamente sus
propios movimientos, porque ellas también son sujetas de la mirada de las otras; se
trata de una “conversación - danza”, donde se sigue el verso de la otra, de las otras,
se comunican, más allá del verbo, con la mirada, el gesto, escuchando-se a través del
movimiento y del lenguaje del cuerpo. “En la escritura, como en todo diálogo, como en
todos nuestros intercambios, hay una gran parte de comunidad, de comunicación, y una
parte incomunicable misteriosa, producida por el individuo y que no todo el mundo
percibe por igual10
.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Algunas de las mujeres expresaron después de una de las danzas,”…me siento con más
energía y más liviana”; “llegué muy desbordada y preocupada, ahora me siento mejor,
me he sentido apoyada por el grupo”; ”…yo me sentí como liberada, me relajé, y vi
como las compañeras estaban todas en lo suyo...yo creo que estar juntas nos ayuda
mucho”; “yo seguí a M, por mucho rato, era como si estuviera hipnotizada, creo que
me decía como hacer…me sentí bien, pero al mismo tiempo me siento rara”. Margarita
Baz en el artículo, “los desfiladeros del cuerpo danzante, plantea algo comparable con
lo que expresa esta última mujer, “Si el mirar, que no es "ver", aclara el psicoanálisis,
10 Segarra M.(2010). Entrevistas a Helene Cixous: No escribimos sin cuerpo. (Pag 62).Barcelona, España: Ed. Centre Dona i Literatura
es un circuito interno en nosotros, los tres momentos freudianos del mirarse-mirar - ser
mirado, se resumen en el "hacerse mirada"11
.
Otro aspecto importante que se resalta en esta práctica de danza grupal es la escucha,
una escucha, que necesariamente no está atravesada por las palabras, sino por las
identidades compartidas, trasmitiendo un “saber” sobre las otras mujeres que están ahí,
en ese espacio, narrándose y representando sus vivencias y aconteceres. Las mujeres se
escuchan entre sí, sienten sus padecimientos, porque lo que les ha pasado a sus
compañeras, también lo han vivido ellas, por ello se hace posible que puedan danzar
siguiendo el movimiento, gesto y/o lenguaje corporal de alguna de las mujeres como si
fueran espejos. Son frases de las mujeres que se han escuchado reiterativamente: “Eso
también me pasó a mí...”, “yo recuerdo que mi compañero también me hacía eso”, “a
nosotros también nos sacaron de la finca y también nos mataron un familiar”.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
2. ESCRIBO MIS AN-DANZAS EN EL TIEMPO
Por lo menos no nos vamos a morir sin sentirnos!
“Usted recuerda el cuento de la cenicienta? yo era una niña que siempre estaba sucia.
Si..., sucia y ajada. ¡Tenía tanto que hacer!, nunca tenía tiempo para mí, yo no sabía
que existía. Siempre tenía que cuidar a mis hermanitos y a mi hermanita, mi mamá,
11 Baz M. Los desfiladeros del cuerpo danzante. Recuperado de http://148.206.107.15/biblioteca_digital/articulos/6-119-1572bjh.pdf
como la madrastra en el cuento, no estaba para mí o era como sino estuviera, porque
siempre estaba alicorada y triste, ella se tragaba las lágrimas, se bebía su historia, una
historia que le sabía a venganza, le sabía a resentimiento. A mi mamá le habían matado
el amor, asesinaron a mi padre, ella lo amaba, desde ese momento tuvo una existencia
vacía. Una mujer sin existencia, ella?, yo?, ahora que lo hablo con usted, se me viene
esta pregunta y otras a la cabeza, cómo he podido vivir sin vida?, cómo me la he
jugado?, mi madre y yo, un mismo cuerpo, una misma existencia?.. Ella alicorada, yo
anestesiada...Vea mi cuerpo señora, a usted que le dice?..., pues, yo sí sé que he
cargado con un ‘no-cuerpo’, una masa que me lleva y me trae...amorfa...carne...,
eso...carne. Le cuento que he empezado a sentirlo después de una vida entera y he
sentido escalofrío, me he estremecido, pues este cuerpo ha sido un desconocido para
mí, me da miedo, será que me reconocerá, nos aceptaremos?, pero sabe, al mismo
tiempo, siento alivio...ah, ¡que cosas he dicho!. Sabe, cuando danzo y comienzo a
moverme, este no-cuerpo, me ha hablado. Si, sentí que me habló, sentí que este cuerpo,
éste que también soy yo, me dijo, ¡por lo menos no nos vamos a morir sin sentirnos!...
y danzando, le respondí, sí, por lo menos!
Mis cambios subjetivos
“La danza…movimiento, vuelo.
Una historia que se, danza.
Una mujer que se libera”.
Ana Sofía Restrepo
Facilitadora del proceso.
Las transformaciones de las mujeres se van dando paso a paso, a medida que se van
adentrando en el proceso y se van generando preguntas que tocan su subjetividad. Son
cambios que se visibilizan en los comportamientos, en las actitudes, en sus acciones, en
la manera como afrontan situaciones diarias, en sus posiciones frente a lo que piensan y
como van evolucionando las relaciones que tienen con las demás personas, éstas, se
develan fundamentalmente en la narración que hace cada mujer de sí misma; cuando al
relatar o representar la vivencia, la van transformando en experiencia, cargada de
nuevos significados y emociones, vislumbrando la historia desde una nueva perspectiva.
Como lo plantea Lucy Irigaray, 1988: 30 - 31“…Más allá del color de los ojos, del
tono de la voz, de la textura de la piel, realidades sensibles a mí y para mí, subsiste, en
el otro, una subjetividad que no puedo ver, ni mediante los sentidos, ni mediante el
espíritu…la palabra como mediación para compartir el misterio del otro…”12
“Erase una vez una bella durmiente, todo era maravilloso, su imaginación era
agradable, vivía en un grupo familiar muy armonioso, ella creció se maduró, se
encontró con su vida, una vida llena de esperanza, felicidad y muchas ganas de vivir.
Un tiempo después se enamoró, tuvo un hijo, vivió momentos felices, pero también
llegaron momentos tristes a su vida, porque un día tuvo que salir corriendo con su
familia, desplazada y con miedo, su mente se bloqueó, se desesperó, pensó muchos
disparates, se angustió, pero un día, su mente que era más sabia le ayudó a pensar
más allá y comenzó a reflexionar y analizar que aunque lo que había pasado era
malo, esto se podía superar y llegarían nuevos episodios a su vida. Pasó de la
oscuridad a la luz, su madre de la que se tuvo que alejar, le da esperanza para seguir
y reencontrarse con ella y el proceso de Soñando Alto, le ayuda a revisar y encontrar
salidas a otros obstáculos que se le van presentando”. (D.V. mujer participante del proceso de
acompañamiento emocional. Soñando Alto 2015).
El proceso de reflexión, invita a las participantes a que ahonden en las sensaciones, al
tiempo que revisan la realidad en la que están inmersas; este proceso se apoya en
dispositivos artísticos como los mándalas y la escritura, que permiten y facilitan el
adentramiento y la salida de sí mismas, encontrando nuevas posibilidades para leerse y
descifrar el afuera.
12 Vivero M. C E. El cuerpo como paradigma teórico en literatura. Recuperado de:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1405-94362008000200005&script=sci_arttext
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Las mujeres escriben pequeñas historias, de su infancia y adolescencia, juventud y
adultez, narran acerca de esos primeros años al lado de sus padres, los primeros
encuentros con la escuela y con el trabajo, las fiestas, las picardías e incluso, comentan
acerca de los castigos y miedos que las acompañaban en esos primeros años,
rememorando y tal vez muchas, formulándose preguntas frente a su pasado.
La escritura del recuerdo, abre la puerta a las mujeres participantes al interior de sí
mismas, es un práctica que las interroga, les solicita o les permite hacer reclamos frente
a lo sucedido en el pasado, las insta a dar respuestas, como dice María Zambrano: “la
palabra saca las cosas del silencio y nos revela los secretos que aparecen, cuando nos
sentamos a pensar en soledad”13
.
La escritura de sus recuerdos ha sido un dispositivo, espinoso para unas y llano para
otras, si bien algunas mujeres rememoran, describiendo el pasado sin detenerse, sin
interrogar - se, y/o se han quedado “confundidas” en momentos anecdóticos o picardías,
dificultándoseles narrar algunas de sus vivencias en el tiempo; otras en cambio, no
obstante su escaso nivel escolar, transitan por la escritura, sea a través de la narrativa de
los recuerdos o en el ejercicio epistolar de una manera mucho más versátil, abriéndose
13 Zambrano M. La luz de la mirada. Recuperado de YouTube. https://youtu.be/WDc8zwVIrYQ
camino frente a los enigmas y los silencios que les ha dejado el pasado. Una de las
mujeres cuenta, “…cuando tenía diez años, un día cualquiera, mi mamá me dejó como
acostumbraba encadenada cuidando los hermanitos. Una amiga me soltó y me escapé
dejándolos solos. Deje una nota y me fui a pie limpio, me cambié de nombre y
apellidos; empecé a trabajar en los buses vendiendo dulces, pasó el tiempo y todavía
estaba en la calle cuando tenía 15 años, a los 18 años de edad me encontraron”. Otra
mujer recuerda y escenifica con sus gestos la siguiente historia, “entre los cinco y los
ocho años de edad, tenía que coger leña y yerba para los caballos, moler guarapo,
coger café y despulparlo, coger tomates y cargar agua antes de irme para la escuela,
nos teníamos que ir en ayunas y caminar por tres horas bajo el sol. Cuando llegábamos
tarde, la profesora nos castigaba arrodillándonos en granos de maíz o nos ponía a
barrer el patio, bajo el sol y con hambre, después nos devolvía para la casa, esto
ocurría muy seguido y cuando llegábamos mi papá nos pegaba con lo que encontraba.
Después de devolvernos varias veces, mi papá nos sacó de la escuela, no recuerdo bien,
pero creo que no me dio tristeza, porque allí, como en mi casa, también sufríamos
maltratos de la profesora y de los mismos compañeros de la clase”.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Para adentrarnos en este mundo de recuerdos, las mujeres han buscado en el “baúl de
los disfraces”, prendas de vestir, aquellas que les rememora o representa el tiempo
pasado o alguna historia que llega a su memoria y que quieren compartir con el grupo;
las prendas de vestir sin especificaciones de dueño/a, rol o uso determinado,
permiten jugar, teatralizar, rememorar, representar, son un dispositivo
importante en términos de facilitarles el “dejarse ver” de otras; las mujeres se
“ocultan” en las ropas que escogen, pero al mismo tiempo “descubren” quiénes fueron,
o quisieran ser.
En otros momentos han “hurgado” en su mente recuerdos y a través de canciones han
compartido “viejas” historias de amor que hoy llega a ellas como una evocación dulce, a
pesar de que para muchas, fueron momentos dolorosos por las separaciones o rupturas;
otras canciones les recuerdan sus historias familiares o eventos relacionados con el
conflicto armado. “la canción “Tumbas sin doliente” del dueto Gamela, me recuerda
mis familiares muertos en Cañas Gordas, mi papá, mi mamá y mi hermanito que
apenas tenía 18 años, lo mataron, porque era un colaborador”. “La canción
“Historia” de los Diablitos, me recuerda mis primitos y sobrinos, los papás se han ido,
los dejaron; la canción dice cosas que les cae a los papás, por lo que hicieron con los
hijos y los sobrinos me duelen mucho”.
Traer el recuerdo de las canciones más significativas como dispositivo en los
encuentros de acompañamiento emocional, tiene como base el recuerdo, una manera
de volver al pasado y encontrarse con aquellos contextos, personas, situaciones,
circunstancias o instantes y ahondar en lo que éstos les significan, en términos de un
pasado que deja añoranzas, pesadumbres, sentimientos, arrepentimientos y huellas que
muchas veces es importante resignificar. Igualmente, este dispositivo se trabaja con
la finalidad de reconocer los lugares de origen, las costumbres, las rutinas,
celebraciones y ritos de las mujeres en la cotidianidad de los años pasados. Todo
esto, porque la mayoría vive hoy en la ciudad debido a los desplazamientos forzados o
en la búsqueda de mejores oportunidades y han dejado atrás el mundo de su infancia,
adolescencia y primera juventud.
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Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
La observación de imágenes ha sido un dispositivo de gran relevancia, se les han
presentado láminas de mujeres campesinas, mujeres afro, niñas trabajando o en la
escuela, paisajes, casas de campo y animales y con éstas, han rememorado y leído desde
el presente, ese pasado que ha dejado en ellas estelas de recuerdos muy queridos,
huellas de dolor y/o marcas que aún hoy, muchas no han podido sanar. Una de las
participantes, después de elegir algunas imágenes recordó “a su hermana ‘la carelisa’,
a su tía, a su madre y a la abuela materna. La imagen le hizo recordar a la mujer que
la crió, porque según expresó, su madre nunca la quiso; trajo a su memoria, cuando le
enseñaba a sembrar una planta para curar las lombrices en su cuerpo, sanar la picadura
de culebras y “estancar” bien la sangre. Luego de quedarse un rato mirando la imagen
dijo, “si no fuera por esta mamá de crianza yo no existiría”. Otra de las mujeres
compartió en el grupo, “…La imagen me llevó a ese tiempo en Necoclí, yo me crie con
la raza negra. Fue un tiempo muy triste, cuando tenía cinco años, mi mamá me dejó
al cuidado de una tía hasta los nueve. Aprendí a hablar con el mar, tenía la noción de
que el mar me escuchaba y me respondía. Me acompañaba con el mar”.
A medida que van recordando, narrando, representando, pintando o danzando sus
historias, van tomando conciencia de aquello que vivieron y como hoy, esas historias las
contiene y les ayuda a comprenderse a sí mismas. Una de las mujeres expresó,
“empezamos a danzar y de pronto me encuentro conmigo, cuando era niña y estaba
estudiando, me gustaban mucho todos los programas de la escuela, pero mi papá
confundía la danza, con el baile y decía, que ninguna mujer decente baila; con esta
danza me doy cuenta, que mi vida y mi cuerpo, nunca fue libre y que mi historia me
ha tenido atada”. Otra dijo, “todo el tiempo estamos ocupadas con los hijos o el
trabajo…y no tenemos en cuenta que nuestro cuerpo tiene que recibir cariño, amor,
tratarlo bien… cuando danzamos, nos damos cuenta de cómo nos estamos
sintiendo…”.
Estos ejercicios que invitan al recuerdo les permite además volver a “amasar” y
comprender algunos hechos que todavía no tenían una explicación clara y que tal vez no
habían retomado desde el tiempo en que lo vivieron, paralelamente, toman distancia de
las situaciones o hechos ocurridos, sintiendo que hoy, pueden valorarlos de una manera
distinta. Una de las mujeres escribió una carta a su madre, ejercicio epistolar, de cada
mujer consigo misma, se trata de “escribir a una persona significativa para ellas y
responderse a sí mismas, como si fueran otros/as”, dispositivo utilizado para
encontrar respuestas a preguntas que se hacen con relación a su propia existencia,
vivencias y/o sentires cotidianos; este dispositivo y la manera como ha sido usado,
hace que la mujer que escribe, se narre en presente, hable de su vida, de aquello que
asume en la cotidianidad, cuente hechos pasados y lo que le significan hoy, explicite sus
dichas y tristezas y luego al recibir la carta y responderla, tenga la “fortuna” o la
“incomodidad” de poner en cuestión o de reconfirmar lo escrito en el papel. “Escribir
es por tanto, ‘mostrarse’, hacerse ver, hacer aparecer el propio rostro ante el otro”14
,
en este caso, de la manera como se utiliza el dispositivo, es “un encuentro en espejo”, de
las mujeres consigo mismas. Emocionalmente les favorece porque, se reencuentran en
el tiempo con las vivencias, pero desde una postura distinta, por estar en otro momento,
en otro espacio y con personas que también se están preguntando por sus sentires;
permitiéndose ir hacía la experiencia15
de lo vivido, desde sus propios relatos, en los
cuales muchas veces encuentran significados y sentidos.
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Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Una mujer escribió una carta a su madre y en ésta expresó, como el tiempo y lo vivido
la hicieron reflexionar y tomar posición con respecto a su relación de pareja; un párrafo
de la misma nos muestra, lo que plantea “Querida mamá, la presente carta es para
contarte como me siento, recuerdo mucho cuando me decías que no querías verme
sufrir, que no querías que yo me fuera a vivir con ese señor y yo no te hice caso, pero
ahora que estoy viviendo un infierno y que ha pasado el tiempo, me doy cuenta de lo
14
Foucault M. La Escritura de sí. Recuperado de: 1vccwbbqlpjtr9pdpweo.phttp://d.scribd.com/docs/1vccwbbqlpjtr9pddf
pweo.pdf 15 (Del latín experiri, "comprobar"), es una forma de conocimiento o habilidad derivados de la observación, de la participación y de la vivencia de un evento o proveniente de las cosas que suceden en la vida, es un conocimiento que se elabora colectivamente. Retomado de: https://es.wikipedia.org/wiki/Experiencia
que me querías decir: ‘Es un hombre que no te va a valorar, no es una buena persona’.
Podías ver, lo que yo no; este señor me encierra con llave, me amenaza con un revólver
y cuando salgo a la calle no puedo mirar a nadie. Me trae mujeres a la casa y yo me
tengo que encerrar mientras él se vuelve a ir con su vieja. Quisiera irme otra vez para
donde usted pero me da pena de papá, porque ya no llegaré sola sino con mis dos hijos
y no sé qué pueda decir acerca de eso. Solo sé que me siento sola y muy triste y quisiera
estar nuevamente contigo mamá”.
Esta misma mujer cuando se responde, reconfirma la decisión que tiene con relación a
su pareja, poniéndose límites, a través de la voz de su madre y de su padre a quienes un
día no pudo escuchar, “Buenos días querida hija, en esta corta carta quiero decirte que
me duele inmensamente saber que estas sufriendo, pero también quiero recordarte lo
que hace algún tiempo te advertí y te dije de mil maneras, que por favor no te fueras de
la casa, pero aun así en medio de mi insistencia decidiste dejarme y dejar tus estudios,
es por eso que ahora estas en esta situación. Pero bueno hija respecto a tu papá quiero
que sepas que está de acuerdo que te vengas a vivir nuevamente a la casa y que por los
niños no te preocupes, de alguna manera te vamos a colaborar y por mi parte sabes que
me haces mucha falta y estaría más que feliz que volvieras a casa con nosotros, sólo me
queda advertirte que no estoy dispuesta a aceptar que te vuelvas a ir con ese señor si
viene a buscarte, recuerda todo lo malo que te ha hecho, para que no te vuelvas a dejar
enredar de él. Recuerda que te estoy esperando con los brazos abiertos. Te amo hija”.
Paul Ricoeur en Tiempo y Narración (1995), plantea que, “el método reflexivo consiste
en una descripción fenomenológica, en cuanto pretende extraer de la experiencia vivida
los significados y estructuras esenciales de la intención, del proyecto, del motivo, del
deseo”.16
.
Mi cuerpo mi sostén y mi soporte
“Darle ´cuerpo’, al cuerpo olvidado.
Es y ha sido mi intención”. Ana Sofia Restrepo S.
Facilitadora del proceso.
Las siguientes son expresiones de las mujeres después de haber danzado un rato y
haberse permitido el movimiento al son de la música: “Me moví, siguiendo la música,
escuché una voz, no supe que decía, estaba metida en mí…”; ”…Sentí miedo, de mis
recuerdos, creo que me da temor volver de nuevo a mi pasado. Duele.”; “Al danzar, me
acordé que un día no pude tomar lo que era mío. Sentí que mis brazos no se movían”.
A través de la danza y el movimiento de su cuerpo, las mujeres se lamentan del ayer, su
cuerpo les habla, algunas lo escuchan a través de sus propias voces, otras lo sienten
cuando sus miembros se paralizan y no pueden seguir el movimiento, temen recordar su
pasado. Fusionan recuerdo, sensación y toma de conciencia, activándose nuevas
emociones que pueden llevar a la emergencia de nuevos significados frente a las
vivencias. Cixous, lo plantea en su texto la risa de la medusa: ”Texto, mi cuerpo: cruce
de corrientes cantarinas, escúchame, no es una madre pegajosa, afectuosa; es la
esquivoz que, al tocarte, te conmueve, te empuja a recorrer el camino que va desde tu
corazón al lenguaje, te revela tu fuerza; es el ritmo que ríe en ti; el íntimo destinatario
que hace posible y deseables todas las metáforas17
16 Ricoeur P. Tiempo y Narración: Configuración del Tiempo en el relato histórico. Siglo XXI, Ed. 1995 Recuperado de: http://mastor.cl/blog/wp-content/uploads/2015/08/tiempo-y-narracic3b3n-i.pdf 17 Cixous H. (1995). La risa de la medusa. Barcelona, España: Anthropos, (Pág. 56). Recuperado de http://kolectivoporoto.cl/wp-content/uploads/2015/11/Cixous-Helene-La-Risa-de-La-Medusa.-Ensayos-sobre-la-escritura.pdf
Decir del cuerpo de las mujeres, como sostén y soporte, implica hacer una lectura
interpretativa de sus expresiones y narrativas, frente a las percepciones que tienen de
ellas hoy, como cuerpo “vivo”, que está aquí y ahora y de sus cuerpos en el pasado, en
momentos críticos, como las violaciones, abusos de poder, desplazamientos forzados,
entre otros; lectura de sus cuerpos en tiempos y momentos distintos, a la luz de sus
vivencias, sentimientos y transformaciones.
La historia se hace cuerpo, por ello se les transforma en pesadez, en lentitud, en dolor,
en queja. No pueden moverlo, lo sufren, lo llevan consigo, las cuestiona y las confronta
con su pasado, con su presente futuro. Una de ellas expresó después de danza que sentía
su cuerpo como una envoltura que no le permite salir volando, podría decirse que la
danza habla por ella y dice: “Soy aire y espuma. Cómo mantener este peso, si me siento
mariposa?”. Otra mujer le escribió una carta a una prima, después de danzar y en ella
decía, “te cuento que hoy en el encuentro en Soñando Alto, danzamos y mientras lo
hacía recordé cuando estábamos en segundo de primaria y ponían la música para salir
al recreo, nos poníamos a bailar estando en el salón todavía y la profe Ángela nos
castigaba, porque todavía no había terminado la clase; ahora bailar me es muy difícil
porque sabes el problema de columna y rodillas que tengo, sin embargo, al ver a mis
compañeras danzando, me reanimé y fui capaz de seguirles el paso, porque estábamos
haciendo un ejercicio en espejo y debía seguir a aquellos movimientos con las que me
sintiera identificada…”. Esta mujer narra una pasado llenos de picardía, fluidez y
complacencia, rememora niñez, amistad, recreo, música, cuerpo – movimiento, norma y
castigo y hace una lectura comparativa, mostrando como hoy no puede danzar porque su
cuerpo ya no le responde como ayer, su cuerpo - soporte, la detiene, haciendo que se
mueva lentamente y con dificultad. Ella como otras de las mujeres que hacen parte del
grupo ha sufrido y carga con una historia de violencia que ha “fracturado” su columna y
sus rodillas, puntos de apoyo fundamentales del cuerpo humano.
La danza, los dibujos, la escritura y las conversaciones grupales en torno a su
cuerpo, les permite a las mujeres, como lo plantea Luce Irigaray, “Sacar del silencio un
sufrimiento masivo de las mujeres que con demasiada frecuencia se mantiene
escondido”18
. Son dispositivos que se mezclan, se siguen, se acompañan, ninguno
transita de manera solitaria por el proceso, ni se hace protagonista, sobre los
demás, cada uno, en algún momento y cuando se requiere, se activa, mueve y
facilita el encuentro. No obstante, se le ha dado realce a la danza, aspirando movilizar
no sólo el cuerpo, por ser quien recibe y carga con el sufrimiento, somatizando y
expresándose a través de dolores, especialmente en la cabeza, la columna, las rodillas, la
presión alta y problemas en el estómago, sino también las sensaciones, emociones y
sentimientos arraigados interiormente, en el tiempo.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
El cuerpo es nombrado por las mujeres del grupo, cuando recuerdan lo que fue,
como fuente de oportunidades, de creación, de energía, osadía y de fuerza. Una de
18 Irigaray lucy. El cuerpo a cuerpo con la madre. Pág. 32. Recuperado de: http://www.debatefeminista.com/PDF/Articulos/elcuer1193.pdf
las mujeres escribe, “me sentí como cuando era niña, que me subía a los árboles a
coger frutas, corría con los animales, me metía en las quebradas y nos aporriábamos,
ni siquiera sentíamos dolor, nos montábamos en esos toros bravos, corríamos con ellos
hasta que nos tumbaban, después nos perseguían para embestirnos y nosotras
corríamos como alma que se lleva el chucho…”. Sin embargo, cuando enuncian su
sentir con relación al cuerpo presente, aparecen un conjunto de expresiones
cargadas de pesadez, malestar, fatigas y molestias. La misma mujer dice de su
cuerpo hoy, “…en cambio ahora tengo más dolores, siento más rigidez y tensiones,
creo que es por los golpes de la vida y los problema con los hijos, el marido, los
vecinos, toda esta violencia. Todo se va al cuerpo, porque el dolor de los otros también
se le pasa a uno”. Otras mujeres al hablar de su cuerpo “ayer…hoy”, dicen “cuando
era niña, jugaba con las muñecas, corría y soñaba, quisiera volver a esa época, cuando
era feliz, era otra persona, más alegre, había tenido menos experiencias malas, menos
tristezas”. “…yo me sentí pesada,…aunque le doy a mi cuerpo mucho ejercicio y lo
masajeo, también lo atormento con mis represiones, mantengo muchas ganas de
morirme,…como de acabar con esto tan horrible, que a veces siento”.
En esta última frase puede sentirse el dolor de esta mujer, la tensión está puesta en el
cuerpo, “territorio” donde se instalan las angustias y heridas emocionales. Las mujeres
narran de su existencia, cuando comparan en el tiempo, las experiencias de bienestar y
malestar. El propio Merleau-Ponty, plantea que “el cuerpo expresa a cada momento la
existencia, la existencia total, no porque sea su acompañamiento exterior, sino porque
ésta se realiza en él19
19 Ponty M. Fenomenología de la percepción. España, 1994. Recuperado de: https://filosinsentido.files.wordpress.com/2013/07/merleau-ponty-maurice-fenomenologia-de-la-percepcion.pdf.
3. CUERPO Y MEMORIA
“El olvido conduce al exilio,
mientras que la memoria es el secreto de la redención”
Baal Shem Tov
Monumento a las víctimas del holocausto en Jerusalén.20
Cuando danzo vuelvo a crear historias!
“Me encontraba sentada, descansando bajo la sombra de un árbol de naranjo, cuando
lo vi por primera vez, en ese momento, me enamoré del padre de mis hijos o creí
enamorarme.
Éramos muy pobres y mi papá recogía café en una vereda cercana de donde vivíamos,
a mí me tocaba, a pesar de que éramos muchos, llevarle el almuerzo, era un trayecto
largo y aburrido, sin embargo por el camino yo me la pasaba soñando, así acortaba la
distancia, creaba historias en mi cabeza y casi siempre, antes de terminarlas, ya estaba
en el sembrado de café, despertaba con un grito de mi padre que me llamaba,
¡Maríaaaaaa!.
Un día, me di cuenta que aquel muchacho que me miró y me sonrió tierna y
dulcemente, bajo aquel naranjal, trabajaba también, recogiendo café en el mismo lugar
que mi papá. Desde ese momento no tuvieron que volver a rogarme o regañarme para
que fuera hasta el cafetal; antes de que mi mamá me llamara, yo estaba lista y
arreglada para llevarle el almuerzo a mi papá.
A los cuatro meses de haber conocido aquel muchacho, llegaron aquellos hombres,
nunca supe a qué grupo pertenecían, o tal vez, me daba lo mismo, para mi todos eran
iguales, nunca he entendido esta guerra; nos amenazaron, mataron a mi hermano
porque trató de enfrentarlos y se llevaron a mi primo, a nosotros nos dio tanto miedo
que mi papá dijo, ‘nos tenemos que ir. Ese día me escapé de mi casa.
Este joven y yo, sin conocernos y casi sin hablar, comenzamos a vivir y a sufrir nuestra
propia historia, también nos tuvimos que ir de otras fincas donde trabajábamos, porque
olía a miedo y a zozobra; ya no éramos dos, éramos tres y así de un lado para otro
llegamos a ser seis.
No ha sido fácil para mí; de la niña que se enamoró no queda nada, ahora soy una
mujer mayor, siempre cuidando de otros, de un hombre borracho y de unos hijos que no
20 Valenzuela L. Escritura y Secreto. pag. 59. Recuperado de: http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v09/gliemmo.html
me respetan. Soy una mujer que no levanta la cabeza y que sonríe con temor. Ninguna
de mis historias, fueron mi historia, la mía no se quien se la inventó.
Cuando danzo, vuelven a mi memoria esas caminadas por el campo hasta donde mi
papá trabajaba, siento el viento y escucho el susurro de los árboles y de los animales
recuerdo los olores de las fincas y mis historias. Cuando danzo, de pronto levanto mi
cabeza y creo ver el cielo azul, me siento mareada, como si mi cuerpo no fuera mío,
salgo de mí. Cuando danzo vuelvo a crear historias y tal vez, en algún momento, me
atreva a crear una historia para mí”.
La huellas una danza pintada en el cuerpo
“Danzando, escucho a mis negros, siento su ritmo.
Revivo mi historia. Vuelvo a mi tierra”
Mujer. Proyecto Soñando Alto. 2014
”Las huellas del cuerpo y del alma…”, así dijo una mujer cuando se les pidió que
dibujaran la silueta de su cuerpo y en ella pintaran, del color que sintieran, las huellas
visibles o invisibles que han quedado en el transitar por sus vidas, necesariamente éstas
no tenían que coincidir con una marca en el cuerpo “real”.
Este ejercicio tuvo como base, la conciencia de su cuerpo, “cuerpo olvidado”, por darle
vida a otros cuerpos, sus hijos-as, sus maridos y compañeros, nietos-as y otros
familiares de los que se hacen cargo. Se hace necesario, por la vía del arte, adentrarlas
en sí mismas, para que puedan reencontrarse con “su cuerpo y su alma”, por ello
iniciamos con la danza, las palabras que guían, el silencio y la música, luego los trazos,
el dibujo, las risas al ver sus siluetas y de nuevo el silencio, al aprestarse para
rememorar historias que dejan marcas. “Escuchar el silencio de las palabras. El
silencio de mi cuerpo antes de escribir. Del silencio surgen palabras, imágenes que
crean el mundo; que para mí crean un mundo, diferente del mundo de otra persona”21
.
Una mujer expresó: “En mi silueta puedo pintar muchas cicatrices, en la cabeza, en los
brazos, en los muslos, en las piernas, por ejemplo, en mi estómago, por el accidente que
tuvo mi niño en los ojos, como me dolió, y también ubico en este lugar la cirugía
umbilical que tuve que hacerme. Una marca en mi cuerpo que veo a diario, la otra, la
ubico aquí en mi estómago, porque aunque no la veo, la siento en mis entrañas, cada
que miro a mi hijo”.
“DanzAndo”, van rememorando emociones y sentimientos, desandan caminos,
espacios, lugares y tiempos; se les invita para que tengan un nuevo encuentro con ese
pasado/presente y puedan resignificarlo, desde el cuerpo, el cual ha sido depositario de
“penas” y dolores acaecidos y prisionero de las vivencias sociales, culturales,
económicas y políticas. Adrienne Rich plantea en su texto, Apuntes para una política de
la ubicación: ”el cuerpo se encuentra atravesado por toda una carga identitaría de
etnia, religión, geopolítica, lengua, sexo, género y edad. Por lo tanto, el cuerpo o,
mejor dicho, el trato que dicho cuerpo recibe, determina su relación con el mundo y
condiciona la manera en la que se ve al mundo”22
. Una de las mujeres dice, “En mi
corazón guardo un recuerdo que me dejó una huella, mi mamá me mandó a lavarle la
ropa a mi sobrina pero como yo estudiaba a mañana y tarde no lo hice, cuando llegué
de la escuela en la mañana ella me mandó de nuevo y le dije que no podía porque tenía
muchas tareas, además tenía que regresar a la escuela, pero ella me pegó, a mí me dio
mucha rabia y le contesté ´que venga su mamá y la lave, yo no tengo esa obligación´,
entonces mi mamá me echó una maldición y me dijo, ´te he de ver cargada hasta la
21 Kasser S. El cuerpo femenino en la danza: escritura de mujer. DUODA: Estudis de la Diferència Sexual, núm 36. Recuperado de: file:///D:/Downloads/139154-326530-1-PB%20(2).pdf 22 Vivero M C. El cuerpo como paradigma teórico en literatura. La ventana vol.3 no.28 Guadalajara dic. 2008. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1405-94362008000200005&script=sci_arttext
muela cordal y llena de ropa sucia´, eso me dolió mucho y no lo he podido olvidar”. Se
dictaminan con “maldiciones” como ésta, ideologías determinantes en torno a la
identidad femenina, para la cual el cuerpo es depositario y encarna discursos,
haciéndolos propios y reproduciéndolos en otros/as posteriormente.
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Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Es por lo anteriormente anotado, que luego de la danza se les invita para que plasmen en
las siluetas de su cuerpo, la memoria de esas sensaciones, con colores y formas, en un
tiempo distinto, con la posibilidad, de revisar las huellas que plasmadas en su cuerpo y
en su alma y la manera como afrontaron y resistieron esos momentos y danzando,
pintando, conversando y escuchando las narrativas de otras mujeres, reinventen y/o
descubran un nuevo encuentro con su vida, con su cuerpo y con la historia que las
habita.
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Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
“Estoy escribiendo con mi cuerpo, grabando en el espacio y en el tiempo una
trayectoria, dejando unas huellas, efímeras, pero ciertas”23
. La idea de escribir o
narrar lo sentido después de danzar, es una manera de “darle voz al cuerpo y
escucharle” porque ha sido acallado, el cuerpo habla, grita, se expresa, a través de las
tensiones, la rigidez, el dolor; ruega porque se le nombre, se le devele y se hagan visibles
la memoria y las huellas que le han marcado.
Cuando las mujeres danzan puedo ver y leer un gran esfuerzo en ellas, porque no son
bailarinas, cuando escriben se les dificulta porque no están preparadas para este oficio,
no son escritoras, cuando reflexionan en torno a lo que les dice su cuerpo, se inquietan y
confunden, porque no son pensadoras, ni teóricas del cuerpo, pero ellas, dicen de sí,
porque son las historias de sus vidas, son testimonio vivo de la violencia, son
fragmentos de la historia de Colombia, son memoria y la llevan encarnada en su
cuerpo y en su psique.
La danza para las mujeres también es pensada como un ejercicio de resistencia, de
liberación y de expresión de fuerzas internas; se trata de un dispositivo que propicia
la expresión de sus sentires a través de los movimientos y gestos corporales,
posibilitando una nueva perspectiva de afrontar los conflictos, de denunciar los hechos y
vivencias y de decir lo que sienten a través del cuerpo. Es importante anotar que al
iniciar o finalizar una danza, generalmente, se propicia una conversación o reflexión en
torno a lo que les generan dichos movimientos, en un espacio distinto a los que habitan
cotidianamente. Una mujer lo expresa en una carta que escribe a su hermana Teresa,
“hoy nos hicieron una danza y me sentí bien, estaba maluca, pero al empezar el
23 Kasser S. El cuerpo femenino en la danza: escritura de mujer. DUODA: Estudis de la Diferència Sexual, núm 36. Recuperado de: file:///D:/Downloads/139154-326530-1-PB%20(2).pdf
movimiento fui soltando mi cuerpo y fueron aflojando los dolores y comencé a sentirme
más alegre, como cuando era pequeña y todo era distinto”
Una nueva danza, un nuevo significado para mi historia
“Mi verdad no es igual a la de ellos.
Mi verdad es que me quitaron un pedazo de vida.
Camino a tientas... Mi hijo la luz de mis ojos”.
Mujer. Proyecto Soñando Alto.
Los recuerdos y/o la memoria, son material clave, para que se conciban otros
significados, frente a hechos de violencia vividos, las mujeres se adentran, reviven los
hechos y le dan distintas interpretaciones, de acuerdo al nuevo momento que viven y las
reflexiones que hayan hecho y/o se produzcan en los encuentros grupales de
acompañamiento emocional. Una mujer, recuerda, “Estaban asesinando mucho gente y
nos notificaron que debíamos desalojar por los enfrentamientos que se presentaban en
la zona entre los grupos armados, nos vinimos todos, estando aquí, mi hijo se fue a
prestar servicio militar, se lo llevaron para Tumaco, después para Nariño, allí en el
2005 murió en un combate. El dolor es muy grande, pero he tenido que seguir para
adelante, esto de hablar me duele pero me ayuda, ahora pienso en sacar adelante a mis
nietos”. Ella vislumbra un nuevo momento, al lado de su nieto y su nieta, con ellos
construye una relación en la que se apoya, para continuar su camino y a través del
proceso y en compañía de las demás mujeres del grupo, encuentra otros sentidos para su
vida, a pesar de la historia del desarraigo de su tierra y el asesinato de su hijo. “porque
no solamente resulta crucial recordar aquello que se pretende hacernos olvidar,
aquello que nos obligaron a olvidar, sino también –en lo posible- conviene importar a
la memoria todo lo obliterado por necesidad de supervivencia o por miedo”24
.
24 Valenzuela L. Escritura y Secreto. Pág. 59. Recuperado de: http://www.lehman.cuny.edu/ciberletras/v09/gliemmo.html
Cerrar los ojos, relajarse, danzar, moverse, seguir a sus compañeras mientras se
desplazan por el espacio, guardar silencio y tomar conciencia de lo que sienten y
experimentan en su cuerpo, abrir despacio los ojos y verse en un lugar tranquilo y
seguro, mirar-se y saber-se que tienen historias de vida con entramados comunes,
facilita una nueva danza para su vida, un nuevo significado para su historia. La danza
es llevada al grupo como un dispositivo de creatividad, en el que el movimiento es
centro, para que las mujeres, experimenten la conciencia de su cuerpo, a través de la
información que éste les brinda, con cada gesto, movimiento, creación y o expresión del
mismo; al mismo tiempo comunica y se da a conocer a las personas que están
compartiendo la actividad y por tanto puede hacerse lectura de los sentires por estar
ligadas a las historias de vida que han compartido en los distintos encuentros.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
La danza, aunque sea “lenta, suave e intuitiva”, de acuerdo con sus posibilidades
físicas, les abre la posibilidad de “liberarse” de sus ataduras, porque al moverse
escriben, trazan una trayectoria propia, muy suya, construyendo una nueva mirada de sí
mismas. Una de las mujeres expresó, “…me siento relajada, tranquila y despejada, me
siento como una mariposa libre, en este momento no me siento presionada, es como si
pudiera caminar sin obstáculos”. Otra la acompañó en su verso diciendo, ”…Yo me
siento bien al danzar, a veces me siento como un árbol que danza con el viento que lo
mueve, a veces me llegan los recuerdos y me duelen y al son que danzo, se me va
olvidando todo”. Una última dijo, “me siento como triste, porque aún no logro
liberarme de aquel momento que marcó mi vida para siempre, aunque ha pasado
mucho tiempo aún recuerdo aquel episodio y no lo he podido superar, espero que
algún dia seré libre como las gaviotas”.
Esta lectura hecha por tres mujeres en un mismo momento, en donde aparecen inmersas
expresiones de bienestar, desestrés, melancolía y reclamo, muestra las singularidades en
términos de lo subjetivo, para sobreponerse a las afectaciones y marcas producto de la
historia vivida.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
El proceso de resignificación, viabiliza en las mujeres, nuevos saberes sobre sí mismas,
relacionados con sus potencialidades, fuerzas internas, capacidades y cualidades, entre
otros, percibiéndose a sí mismas mucho más autónomas, empoderadas y conscientes de
lo que quieren y pueden hacer con sus vidas; ello hace que emocionalmente se sientan
más seguras y menos vulnerables, sobreponiéndose a las afectaciones inherentes al
conflicto armado y a los de sus entornos familiares.
Este proceso se torna terapéutico en la medida en que implica un proceso de reflexión
sobre las propias sensaciones, sentimientos y emociones que evoca el movimiento y la
creación mientras las mujeres danzan y comparten con otras la intimidad de su ser; las
mujeres perciben en el movimiento de su cuerpo, los ecos de vivencias muy sentidas y
posteriormente reflexionar en torno a las mismas, por medio de la conversación, la palabra
escrita y el dibujo entre otros dispositivos utilizados.
Proceso de Acompañamiento Emocional
Grupo Mujeres adultas. Soñando Alto 2013- 2015.
Puede decirse que el proceso de acompañamiento emocional a las mujeres ha sido
viabilizado por la palabra y la escritura, los dibujos, la pinturas y la danza, en búsqueda
de nuevos sentidos y significados para esas historias que han marcado sus vidas,
haciéndose huella en el cuerpo y por ende en el ser; el mismo proceso fue mostrando
que se requería de un dispositivo que movilizara “el cuerpo – ser”, en lo “real” y
en lo “simbólico”, por ello se ha estimulado, mucho más la danza, para que las
mujeres en movimiento y al son de la música, pudieran percibir, el cruce entre
vivencia, cuerpo y emocionalidad, lo cual puede abrir y/o develar nuevos sentidos o
significados para lo vivido, tornándose experiencia y generando otra mirada y
posición frente a la vida.