Post on 13-Mar-2016
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CUENTOS DE
NAVIDAD
Pez Noel Marta Solé
PEZ NOEL Érase una vez en el fondo del mar…Un pez llamado Trin-cas.Trincas como era muy fuerte, grande y como tenía una enorme boca podía comerse a los otros peces. Un día tres peces se reunieron para discutir este asunto . Uno se llamaba Porcas, otro Dueño y el último Colorado. Ellos eran muy buenos amigos. Pasaron horas y horas y horas y no tenían ninguna idea. Colorado como era el más listo se fue a dar un paseo porque él pensaba que podría oir algo que les ayudase. De repente… : ¿Que le vas a pedir a Papá Noel ? - eran dos huma-
nos. Mmm…¿Qué es Papá Noel, papá? Papá Noel es….
Colorado se quedó oyendo hasta el final y después dijo:
- ¡Tengo una idea! Le contaré la história del… ¡Pez Noel! Cuando fue a explicársela a sus mejores amigos la pusie-ron en práctica. Entonces fueron a hablar con Trincas. Llegaron. Trincas rápidamente los vio y les dijo: - ¿Qué queréis de mi. ¿Por qué venís a molestarme? ¿Venís a juzgarme? No, no te venimos a juzgar. -dijo Colorado- Venimos a preguntar si sabes lo que es el Pez Noel. - No,no lo sé. ¿Qué es el pez Noel? - El pez Noel es un pez que te está siempre espiando y que si ve que te portas mal te pone en la lista de los ma-los. Si te portas bien te pone en la lista de los buenos y el día 24 de diciembre te trae regalos. -¿Eso es verdad? - Sí, es verdad -Bueno, pues entonces me portaré muy bien. -!Viva! -gritaron al mismo tiempo. El día siguiente hicieron una fiesta con mucha música para celebrarlo y todos se quedaron felices para siempre.
Rafael y la Navidad Julia Castiblanques
Rafael y la Navidad
Érase una vez un niño que se llamaba Rafael. Su sueño era que
algún día pudiese ver y conocer a papá Noel. Él tenía solamente
ocho años y lo que más quería y deseaba era eso. ¡Le encantaba la
navidad! Rafael vivió en España hasta los cinco años, pero sus pa-
dres tuvieron unos problemas con el trabajo y se tuvieron que
trasladar a Lisboa. Compraron una casa y pasado un año Carla y
Rodrigo tuvieron un hijo. Lo llamaron Carlos. Su casa estaba cer-
ca del Río Tajo pero como Luís solamente tenía un año gritaba:
-¡Mar!, ¡mar!
Y sus padres:
-Que no es el mar, es el ¡río!
Rafael se reía pero no paraba de pensar en cómo sería su vida si
conociera a papá Noel, él estaba de mal humor…A Rafael también
le gustaba mucho la música, era una de las cosas de las que más
disfrutaba.
La noche de navidad por fin había llegado. Como Rodrigo sabía
que a Rafael le encantaba papá Noel y que le encantaría conocer-
lo decidió disfrazarse y fingir que lo era. Rafael pensaba que esta-
ba soñando porque miró a la ventana, la que estaba en su cuarto,
y ¡estaba papá Noel dejándole un regalo! Rafael bajó las escaleras
de su casa y le dijo a su madre:
-¡Mamá, mamá! ¡He visto a papá Noel!
-¿Ah sí? Respondió su madre. ¡Ve a contárselo a papá!
Cuando se lo contó, ambos se quedaron felices. Como Carla no se
había enterado de nada, Rodrigo le dijo:
.Mira, Carla, es que Rafael quería mucho conocer a papá Noel y….
-No te preocupes, no te voy a juzgar, ¡me encantó tu idea!
Esa misma noche el humor de Rafael había cambiado por comple-
to ya que su deseo se había hecho realidad… Toda la familia, has-
ta la de España, vinieron a conocer Lisboa, a cenar y hacer una
fiesta en su casa para celebrar la navidad todos juntos. Se lo pasa-
ron muy bien esa noche y con suerte Rafael aún podría conocer el
verdadero papá Noel…¿Quién sabe si algún día pudiese pasar eso?
Esther Padín
NOCHEBUENA
Era Nochebuena y mi familia y yo íbamos a
hacer una fiesta navideña. Desde la casa de mi
abuela se veía el mar. Mi madre tuvo la idea de
poner música navideña de los discos de vinilo
porque suenan mejor. De repente entro papá
Noel. No parecía estar de muy buen humor.
Pero no lo podíamos juzgar. Algo le habría pa-
sado. Yo me acerqué a el y le pregunté:
- ¿Qué te pasa?
- Que uno de mis juguetes para los niños se
me ha caído del trineo.
Yo le respondí:
- No te preocupes, no hace falta que me des
ningún regalo, puedes darle a ese niño mi rega-
lo.
Papá Noel me lo agradeció y se fue muy
contento. Me quedé sin regalo pero sé que lo
he usado como debía. No me arrepentí.