Post on 13-Jul-2020
Rubén Levenberg - Julio Moyano - Alejandra Ojeda
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave
del diario argentino La Nación
Rubén Levenberg – Julio Moyano - Alejandra Ojeda
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave
del diario argentino La Nación
Rubén Levenberg – Julio Moyano - Alejandra Ojeda
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación.
1° ed. – Libro digital, PDF
Ciudad Autónoma de Buenos Aires: IEALC-Instituto de Estudios de América Latina y el
Caribe, 2020.
ISBN: 978-987-86-3676-4
Facultad de Ciencias Sociales
Decana: Dra. Carolina MERA
Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe
Directora: Dra. Mabel THWAITES REY
Equipo de Gestión: Lucila de Marinis – Leonardo Altamiranda
Diseño y armado: Alejandra Ojeda y equipo (Jesica Miño, Laura Tarasiuk)
Edición y corrección: Julio Moyano
Fotografías: Alejandra Ojeda, Serena Moyano y Julio Moyano (primera parte); Rubén
Levenberg y Diego Martín López (segunda parte)
La edición digital de esta obra contó con el financiamiento del IEALC a través del Subsidio
2018 asignado por la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires.
© IEALC, 2019
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Libro de Edición Argentina
(Printed in Argentina)
Mayo de 2019, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución –
No Comercial – Sin Obra Derivada 4.0 Internacional. Para ver una copia
de esta licencia, visite http://creativecommons.org/licenses/by-nc-
nd/4.0/. La atribución debe incluir los autores y el Instituto de Estudios de América Latina y el
Caribe (IEALC – UBA), así como su dirección Web http://iealc.sociales.uba.ar/.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
1
PRÓLOGO
Alejandra Ojeda y Julio Moyano
Este libro es, en primer lugar, un homenaje a nuestro colega y compañero docente Rubén
Levenberg (1959 – 2017), con quien compartimos doce años de trabajo en la cátedra de Historia
General de los Medios y Sistemas de Comunicación, y seis en el Instituto de Estudios de América
Latina y el Caribe (IEALC), ambos en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de
Buenos Aires.
Su partida, tanto más dolorosa por temprana e inesperada, dejó inconclusos proyectos
intelectuales y personales, entre ellas la celebración de su graduación doctoral en Ciencias
Sociales por la Universidad de Buenos Aires, con la impecable dirección del Dr. José Luis
Fernández, de esta casa de estudios.
Es precisamente su tesis el aporte principal de esta publicación, realizada en el generoso marco
de la convocatoria abierta editorial 2018 del IEALC.
El tema de tesis elegido por el Dr. Levenberg fue el trabajo del periodista en la redacción de un
diario de circulación nacional típico y paradigmático como La Nación en un período (1995-2013)
de profundos, variados y veloces cambios en prácticamente todas las dimensiones de la actividad
y en el contexto de los tópicos de los cuales el periodismo se ocupa.
La Nación es un diario argentino que -como en otras épocas de la historia nacional- se halla a la
vanguardia de exploraciones y cambios tecnológicos, de gestión comercial, de apropiación de
géneros periodísticos, de innovaciones visuales y de relaciones laborales no exentas de las
contradicciones y conflictos propios de la lógica de mercado. El período elegido por Levenberg
para su tesis es, por ello, no sólo uno de los más asombrosos en la velocidad y volumen de
cambios contextuales, sino también un rico espacio de análisis de un dispositivo empresarial
que se ha caracterizado por su reiterada capacidad de adaptación, asimilación de cambios y
reformulación de sus procesos tecnológicos, de gestión comercial, de articulación entre rol del
periodismo y política, de selección y organización de contenidos, de relación con públicos
crecientemente masivos y a su vez, crecientemente segmentados.
En relación con ello, el punto de recorte temporal de la tesis de Levenberg se inicia en el año en
que se consolidan las reformas de gestión y diseño iniciadas en 1994 en los dos diarios argentinos
de mayor circulación (Clarín y La Nación) al mismo tiempo que comienzan a trazarse los
servicios de acceso generalizado a Internet, y concluye con la generalización de las plataformas
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
2
interactivas multimedia, las redes sociales, la telefonía móvil inteligente y la crisis terminal del
soporte papel para el periodismo diario.
Para delimitar su objeto, Levenberg priorizó una pregunta propia de quien vivió toda esta
secuencia de cambios desde el oficio periodístico: ¿qué sucede en la redacción, con las prácticas
cotidianas que componen lo que llamamos “oficio de periodista” mientras estos bruscos,
múltiples y caóticos cambios desestructuran hábitos construidos a lo largo de muchas décadas,
asumidos como prácticas posibles, deseables y constitutivas de una tradición identitaria entre
pares? ¿Cómo se actualizan las estrategias de supervivencia en el oficio cuando a semejante
mutación de todas sus dimensiones se agrega un marco histórico que, desde la década de 1990
en adelante, ha estado signado por una creciente precarización laboral, la concentración
empresarial y, paradójicamente, una profunda crisis del negocio periodístico? A partir de estas
preguntas y desde un abordaje cualitativo, se sumerge en la vida de una redacción, observa, toma
nota en su cuaderno de bitácora, inicia otro cuaderno que -vigilancia epistemológica y
metodológica mediante- registra su propia experiencia como periodista y su recorrido personal
frente a los cambios en el sector, y entrevista en profundidad a un completo listado de
informantes clave que vivieron las redacciones en transformación desde distintas funciones del
periodismo.
Como en otras etapas de la historia de las industrias comunicacionales, Levenberg halla un
escenario complejo, difícilmente reductible a una u otra tendencia. Por un lado, existe un notorio
proceso de adaptación a las nuevas condiciones de la industria, en la que el nuevo periodista
trabaja en una redacción y publica, en forma continua, anulando la noción de “periodicidad”, lo
cual pone en crisis el concepto mismo de “periodismo” y, por otro lado, convive con fronteras
desdibujadas entre soportes, lenguajes, géneros y contenidos. Los dispositivos tecnológicos del
siglo XXI, desde los teléfonos inteligentes hasta las redes, desde las Intranet hasta los espacios
de circulación universal e interactiva, son apropiados, reciclados, resignificados por los
periodistas del nuevo mundo digital.
El interés específico por La Nación surgió en el equipo de cátedra de Historia General de los
Medios y Sistemas de Comunicación a su cargo desde comienzos de la década de 2010, como
una forma de hacer converger inquietudes investigativas de integrantes del equipo sobre
dispositivos cuyo devenir histórico pudiera rastrearse en períodos largos y favoreciesen, además,
estudios comparados con otros países de Latinoamérica. La misma idea se consideró al plasmar
el Grupo de Estudios Historia de la Comunicación en América Latina y el Caribe (HISCOMALC)
en el marco del Instituto de Estudios de América latina y el Caribe (IEALC). Como los integrantes
proveníamos de experiencias y tópicos de investigación disímiles, pero nos hallábamos en
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
3
instancias de posgrado con perspectiva de producción de tesis, acordamos mantener y compartir
líneas precedentes de investigación, pero aprovechar las instancias de tesis para incluir en la
medida de lo posible el caso La Nación como parte del objeto, cosa que sucedió con tres tesis
doctorales completadas en los años subsiguientes.
En investigación se acordó mantener una línea temática inicial afín al programa de trabajo
precedente, abordando en tres sucesivos proyectos UBACyT distintos aspectos de la
configuración de la prensa periódica argentina en el siglo XIX, en particular su inserción en los
esfuerzos de construcción del Estado y sus instituciones, el modo en que se produce la transición
hacia un anclaje en el negocio empresarial bajo el predominio de reglas de mercado, y el modo
en que la industria absorbe prácticas precedentes y las reinventa desde su propia lógica, desde
los recursos propios del sensacionalismo hasta los oficios gráficos de reproducción de la imagen
visual que habían mutado en el siglo XIX. Una segunda línea, propuesta al sistema de
reconocimiento institucional de la Facultad de Ciencias Sociales, abordó el marco inicial de la
mutación de la prensa argentina desde el soporte papel hacia el digital, indagando las primeras
experiencias en la segunda mitad de la década de 1990.
De las tesis de doctorado y maestría que se plantearon en el equipo, tres doctorales concluidas
en los últimos dos años (Ojeda, 2017, Levenberg, 2017, Moyano, 2018) consideraron en todo o
en parte el abordaje del diario La Nación desde distintas perspectivas individuales como paso
previo a la conformación de nuevos proyectos compartidos. De este modo, se abordó,
respectivamente, la forja de un sistema de diarios en Buenos Aires entre la época de predominio
del Estado y las facciones, y los comienzos del predominio de la lógica empresarial sostenida por
el mercado de bienes comunicacionales (Moyano, 2018), la génesis de los lenguajes visuales de
la prensa diaria de circulación nacional en el país junto a la conformación de sus oficios
específicos y sus primeros géneros (Ojeda, 2017) y la transformación de las prácticas de trabajo
en la redacción entre fines del siglo XX y comienzos del XXI (Levenberg, 2017). Sobre esta base
se avanzó con proyectos que comparasen dos momentos decisivos de reconversión técnica y de
oficios: el que coloca a La Nación entre los más exitosos de Hispanoamérica entre fines del siglo
XIX y primeras décadas del XX, y el que la reconvierte en la nueva era de mutación digital entre
fines del siglo XX y comienzos del XXI. Los resultados, incipientes al momento de fallecimiento
de nuestro compañero, incluyeron la reorientación de nuestro UBACyT hacia los oficio gráfico-
visuales en la prensa diaria, un Proyecto de Reconocimiento Institucional (PRI) orientado a
rastrear los primeros pasos de la migración al formato digital por diarios argentinos, y
publicaciones referidas al modo en que La Nación nace con Mitre en el cenit de su poder político,
y evoluciona hacia una empresa moderna entre la segunda mitad del siglo XIX y el primer cuarto
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
4
del siglo XX, sus relaciones con el naciente mercado de las revistas de circulación masiva, su rol
en los procesos de profesionalización de los escritores y de los oficios gráfico-visuales, su modo
de abordar el primer auge del sensacionalismo industrializado, etc.1
De allí que el presente libro cuente con dos secciones diferenciadas. En la primera, elaborada
por Ojeda y Moyano, se presentan aspectos de los procesos de innovación y adaptación que La
Nación llevó a cabo en las primeras décadas de su existencia: la importancia de la experiencia
chilena de Bartolomé Mitre, los ensayos periodísticos aunados a la acción política en la década
de 1850 en Buenos Aires, la decisiva experiencia de La Nación Argentina (1862-1869) y su
reconversión en La Nación en 1870, la compleja transición entre un periodismo atado a las
prioridades políticas de su fundador y propietario, y otro que prioriza el rendimiento
empresarial y una compleja distribución de contenidos donde la acción política permanece pero
se subordina a nuevas lógicas y funciones de la actividad. Complementariamente, trabajos
firmados por Ojeda indagan en el rol pionero del periódico en la conformación del campo de
oficios ligados a la incorporación sistemática de la imagen visual a la prensa diaria argentina.
Originalmente, esta sección se proponía incluir también la exploración de los modos de
asimilación del sensacionalismo como estrategia y recurso, de la segmentación y la
diversificación empresarial que muestra la industria periodística en las primeras dos décadas
del siglo XX, y el rol de las revistas y suplementos dominicales en este proceso, tópicos que
hemos indagado bajo la dirección del equipo que con sede en la Universidad de Valencia,
condujo el estudio comparado de la irrupción del sensacionalismo en España y en tres países
hispanoamericanos. Sin embargo, la dificultad para condensar el trabajo de Levenberg y el
carácter póstumo de su publicación lleva a sus compañeros de equipos a optar por la publicación
del cuerpo principal de su tesis en forma completa, y a reducir correlativamente la cantidad de
páginas de la primera parte, suprimiendo las secciones referidas a las estrategias de
diversificación y segmentación editorial, y a la asimilación del sensacionalismo2. En la segunda
sección, elaborada por Levenberg para su graduación doctoral, se presentan los notables y
diversos problemas articulados en las grandes transformaciones económicas, técnicas, sociales
1 Una parte significativa de estos desarrollos fue incubada, promovida y acompañada por el marco de referencia que
nos han brindado la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica y la Asociación de
Historiadores de la Comunicación, espacios en los que obtuvimos orientación, bibliografías, diálogos, lecturas
críticas, recomendaciones y ámbitos de publicación y circulación. También de la Red TRANSFOPRESS Brasil,
donde pudimos compartir y reflexionar aspectos de la presencia francófona en el periodismo rioplatense en la época
de la transición a su modernidad. 2 Sobre estos últimos tópicos, Cfr. Laguna Platero, Antonio, Martínez Gallego, Francesc-Andreu y Equipo (2019):
Orígenes y consolidación del sensacionalismo periodístico en Iberoamérica: México, Argentina y Costa Rica.
Madrid: Fragua. Moyano, Julio; Ojeda, Alejandra; Sujatovich, Luis (2016) “La Revolución del Magazine: la forja
de las empresas editoriales en Argentina (1904-1916)”. En: Revista Avatares de la Comunicación y la Cultura.
Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
5
y culturales producidas entre la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI, desde la
perspectiva de las prácticas laborales desplegadas al interior de la redacción de un diario de
circulación nacional.
Por razones de extensión hemos optado por no incluir el cuerpo de anexos y entrevistas de la
tesis ni las formalidades de presentación académica que acompañan el ejemplar de su trabajo,
pero mantuvimos inalterado el trabajo original a excepción de pequeñas correcciones
tipográficas y de estilo para adecuar el trabajo al formato y cantidad de páginas adecuadas al
formato libro. Se incluyen también fragmentos del trabajo de tesis de Moyano en el que se revisa
en los primeros pasos de Mitre en el periodismo, y el rol decisivo en su formación cumplido por
la breve experiencia chilena. Se desarrolla a continuación, a partir de la tesis de Ojeda, aspectos
del momento de transición hacia la lógica empresarial, y el modo en que esto impacta en la
configuración de oficios y prácticas en el diario, sobre todo en la articulación del campo visual.
Por último, tras la tesis de Levenberg y antes del posfacio que cierra el libro, se anexa la última
entrevista realizada por él, en este caso a José Claudio Escribano, figura decisiva en medio siglo
de redacción del diario La Nación, y publicada en el número 3 de Perspectivas en Historia de
los Medios, revista que dirigió Rubén hasta su fallecimiento.
Agradecemos a la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica, a su
equipo directivo y a su presidenta, la Dra. Adriana Pineda Soto, por el constante apoyo y
estímulo, las oportunidades de diálogo fecundo y de publicación de resultados de investigación,
por el emotivo homenaje –en boca del Dr. Martínez Gallego– a Rubén Levenberg durante la
presentación del libro El negocio de la prensa en su historia iberoamericana3 editado por la
Red, durante el XI Encuentro Internacional de la Red de Historiadores de la Prensa y el
Periodismo en Iberoamérica, realizado en Oaxaca (México) en diciembre de 2018, así como por
la autorización para reproducir parcialmente un trabajo publicado en su marco en 20174.
También a la Asociación de Historiadores de la Comunicación, en cuyo marco siempre hallamos
oportunidades de aprendizaje e intercambio en un ámbito que es resultado de casi tres décadas
de construcción sistemática, y al Dr. Antonio Laguna Platero, de la Universidad de Valencia,
3 Laguna Platero, Antonio y Martínez Gallego, Francesc-Andreu (Ed.) (2018) El negocio de la prensa en su historia
iberoamericana. Editorial Fragua: Madrid. 4 Ojeda, Alejandra (2017) “Dibujantes, grabadores y orladores en el diario La Nación: consolidación del oficio entre
el campo artístico y los trabajos para la industria (Buenos Aires, 1894-1900)”. En: Laguna Platero, Antonio y
Martínez Gallego, Francesc-Andreu (Ed.) (2018) El negocio de la prensa en su historia iberoamericana. Editorial
Fragua: Madrid. Con autorización, se publica aquí en la sección 2.4. “La Nación en la forja de los oficios gráfico-
visuales de la prensa industrializada de fines del siglo XIX” con modificaciones menores que la adecuan a la
estructura de este libro.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
6
quien en sucesivos y diferentes roles ha impactado en profundidad en el crecimiento y
producción académica de cada uno de los tres autores de este libro.
Cerramos este prólogo agradeciendo especialmente la amable colaboración de los Prof. Pablo
Maas y Carlos Campolongo, ambos profesionales de amplio reconocimiento y colegas -por
muchos años- de Levenberg en el periodismo y en la docencia universitaria, quienes redactaron,
respectivamente, el prefacio y el posfacio de esta obra. También la de los Dres. Mabel Thwaites
Rey, directora del IEALC y José Luis Fernández, director de la tesis de Rubén Levenberg, por
sus recomendaciones y orientaciones con vistas a este trabajo.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
7
ÍNDICE
Prólogo (Alejandra Ojeda y Julio Moyano) …………………………………………………..........…..…. 01
Primera parte: Amor al oficio gráfico en tiempos de reconversión ...................................... 08
Introducción a la primera parte (Alejandra Ojeda y Julio Moyano) …….…………………… 09
1. En la forja de un diario moderno (Alejandra Ojeda y Julio Moyano) ……………………. 11
1. La forja del periodista empresario ……………………....……………………………………………..... 11
2. Del seno del Partido Nacional a la forja de dos grandes empresas .………………………..…. 26
3. La pérdida del poder político y las nuevas oportunidades para el periodismo …………... 28
4. La construcción simbólica del diario moderno ……………………….…………………………...… 35
5. De la derrota total a la reinvención empresarial (1875-1898) ………………………..………… 48
6. La diversificación y el fin de la prensa mitrista de partido (1898-1909) …………….……… 58
2. Construyendo la visualidad de un diario moderno (Alejandra Ojeda) ……….……… 71
1. Del reclame a la publicidad: hacia la modernidad publicitaria (1862-1885) …….……….. 71
2. Las portadas: entre la obra del Estado y las mieles del mercado (1862-1902) ……..……. 84
3. Quilmes y la innovación publicitaria en el diario La Nación ……………………………………. 90
4. La Nación y la forja de los oficios gráfico-visuales en la prensa de fines del siglo XIX… 99
Bibliografía de la primera parte ……….……………………………………………………………..…..… 128
Segunda parte: Caminos de letras ………………………………..………..……………………………..…. 133
Prefacio a la segunda parte (Pablo Maas) ……………………………………………..…………….…… 134
Los periodistas en la transición desde la máquina de escribir al trabajo digital. El caso del diario La Nación (1995-2013) (Rubén Levenberg) ……………..……….…………
140
1. Introducción ……………………………………………………………..…….……….……………………..……. 140
2. Metodologías ……………………………………………………………………….………………..….…..…….. 143
3. Fundamentación ………….………………………………………………………..……..…..………….………. 150
4. Marco teórico y Estado del arte ……………………………………..…………..……….………..……….. 155
5. Un sistema en transición: aproximaciones bibliográficas y documentales ..……..………….. 204
6. Un sistema en transición: aproximaciones observacionales y entrevistas …….…..…………. 231
7. Conclusiones ………………………………………………………………………………….……….….………… 308
Bibliografía de la segunda parte ………………..……………………………….…….…...…….……….. 320
Entrevista a José Claudio Escribano (Rubén Levenberg) ……………………...……………..… 329
Posfacio (Carlos Campolongo) ……………………………………………………..………………….…...…… 335
Los autores ………………………………………………………………...…………………………….…….…..….. 339
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
8
PRIMERA PARTE
Amor al oficio gráfico en tiempos de reconversión
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
9
INTRODUCCIÓN A LA PRIMERA PARTE
Alejandra Ojeda y Julio Moyano
El 4 de enero de 2020 el diario La Nación cumplió 150 años desde su creación formal, en 1870.
A lo largo de este siglo y medio de historia nacional, el periódico iniciado por Mitre atravesó
momentos decisivos de la vida política, económica, social y cultural del país, adecuando líneas
editoriales, tecnologías, estrategias empresariales y contenidos a los profundos -a veces
abruptos- cambios que debió protagonizar. Ello supuso transformaciones en su composición
accionaria, sus dispositivos tecnológicos, sus estrategias comerciales, sus posicionamientos
políticos o su arco de contenidos en secciones, suplementos, y aún su oferta de productos
diversificados, tanto aquellos directamente dependientes del diario, como otros generados por
iniciativa del grupo familiar propietario, como han sido los casos de revistas magazine,
estaciones de radiodifusión o periódicos vespertinos, en distintos tramos de su existencia.
Tales cambios se dieron, a su vez, en un contexto de profundas transformaciones del país, de las
tecnologías gráficas, de las condiciones del sector empresarial -que ha tendido a una creciente
diversificación- de las características de los oficios gráficos, las relaciones gremiales entre capital
y trabajo y las características de los lectores. Se trata, pues, de un diario que atestigua la historia
de la conformación de las industrias periodísticas, recorriendo gran parte de su historia como
uno de los diarios de habla castellana más prestigiosos y conocidos, uno de los más vendidos en
su país, y uno de los más antiguos.
Más aún, si se considera la evidente continuidad de entre La Nación Argentina -creada en
septiembre de 1862- y su sucesor La Nación, el diario pasa a ser el decano de la prensa argentina,
por encima de La Capital de Rosario, fundado en 1867.
Este antiguo diario fue, pues, creado cuando una buena imprenta plana y una buena caja de tipos
eran soportes técnicos más que suficientes para intentar competir en el estrecho mercado de
periódicos local, en tanto que hacia la época del fallecimiento de su fundador, en 1906, los diarios
que buscasen competir en el mercado nacional ya requerían papel continuo, se tiraban por
gigantescas rotativas, incluían fotograbados en sus ediciones diarias, incorporaban suplementos
a varias tintas, contaban con servicios telegráficos y corresponsalías diversas, tipiaban en
máquinas linotipos que dejaron obsoleto el dispositivo heredado desde Gutenberg, y eran
capaces de tantear nuevas oportunidades en el mercado en forma continua, acrecentando una
competencia presionada por las continuas novedades que llegaban desde los países más
industrializados.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
10
Por ello, incluso en sus primeras décadas, el diario de Bartolomé Mitre debió lidiar con tiempos
de veloz reconversión de las reglas de juego (como también sucedió en la política), y es,
probablemente, esta temprana necesidad de veloces adaptaciones y comprensión de las
tendencias, uno de los factores que dio al diario la posibilidad de alcanzar el éxito en un ciclo de
tiempo tan largo como el que ha logrado.
Cuando se creó La Nación Argentina, en 1862, se buscó que la casa de imprenta con la que se
habría de imprimir fuese superavitaria, y que el diario también lo fuese. Pero la prioridad de su
creador fue política, por encima de las preocupaciones empresariales. Su sucesor, La Nación,
pagaría con clausura de muchos meses su adscripción al levantamiento militar liderado por su
director, en 1874-75. Las décadas siguientes mostraron la paradoja de una creciente pérdida de
poder político por parte de las fuerzas políticas mitristas, a la par de una creciente mejora del
éxito empresarial del diario. Con el tiempo, nuevas generaciones de los Mitre -Bartolito, Emilio,
Emilio (h)- buscarán cada vez más priorizar la capacidad de crecimiento empresarial por sobre
las inquietudes de disputas por el poder político, en tanto que el propio general se retirará
formalmente de la política en 1901, al cumplir 80 años.
Es una época de gran innovación en la que se cometen errores y aciertos, y en la que los
procedimientos tecnológicos, de gestión y de ventas se transforman radicalmente. En tal marco,
uno de los espacios de mayor transformación es el de la inclusión de procedimientos de
comunicación visual -bajo la forma de un proto-diseño de las páginas- y la incorporación
sistemática de la imagen visual. Tal como sucede con la impresión tipográfica, en la que el
armador de tipos móvil es desplazado por el linotipista, o con la producción de contenidos -cuya
velocidad muta al ritmo de la expansión del telégrafo- en el campo de las imágenes visuales se
produce primero una revolución de los grabados para la impresión que permiten a la imagen
dejar de ser excepcional, y poco después, la creciente presión de las revistas, con sus pliegos a
todo color elaborados en plancha litográfica, y sus novedosos fotograbados, exigen un esfuerzo
de actualización técnica en los periódicos argentinos, resuelto en los primeros años del siglo XX.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
11
1. En la forja de un diario moderno
Alejandra Ojeda y Julio Moyano
1.1. La forja del periodista empresario
Entre la Revolución de Mayo y la formación de un mercado de periódicos empresariales en la
segunda mitad del siglo, el periodismo, tanto en Buenos Aires como en las 8 provincias en que
éste había surgido antes de 1856, estuvo signado por el uso predominantemente estatal, y dentro
de éste, militar. La aparición de periódicos no controlados por el Estado fue un proceso paulatino
y sinuoso, enmarcado por un lado en esfuerzos estatales sui generes por forjar una esfera de lo
público local, y por otro en la construcción de un sistema de facciones políticas en pugna por el
control del aparato estatal en su conjunto. Los vaivenes de las guerras civiles decimonónicas
volcaron el predominio de estos esfuerzos hacia su parlamentarización o hacia el enfrentamiento
militar total según el momento. Sólo la relativa estabilidad institucional generada bajo el
régimen rosista y, sobre todo, bajo los dos proyectos en pugna por la hegemonía en la
construcción del Estado-Nación a partir de 1852, habilitaron la consolidación de proyectos de
imprentas orientadas a la edición de periódicos con fines predominantemente de lucro. Pero
tales proyectos, debieron acomodarse a las condiciones de una transición compleja. De allí que,
por lo general, los impresores interesados en un proyecto empresarial buscaron contar con
servicios “particulares” de producción de impresos, generalmente para el comercio y otros usos
particulares, generaron periódicos de interés mercantil o sectorial, y negociaron con el Estado
contratos de impresión -incluso de redacción- de periódicos en los que el contenido político a
fijar no corría por su cuenta, limitándose a darles forma según las reglas de juego, de género y
de armado propias de su tiempo (Halperín Donghi, 1985; Moyano, 1996, Moyano y Ojeda, 1999).
Es en el marco de estas complejas transiciones que transcurre la juventud de Bartolomé Mitre.
Entre las múltiples actividades que lo tornaron una figura clave de la Historia Argentina, el
periodismo fue, junto a la política, una de las pasiones que lo acompañó a lo largo de toda su
vida adulta, adquiriendo una experiencia decisiva en sus años de exilio en Uruguay, Bolivia y
Chile, reforzando la misma en la década de 1850 en contacto con políticos y empresarios del
sector, aprendiendo la lógica de relación con la prensa desde la gestión pública, ya como
gobernador de Buenos Aires y finalmente, creando y acompañando su mayor éxito, el diario La
Nación Argentina / La Nación.
Había comenzado sus prácticas en el exilio montevideano, continuando luego su experiencia en
el nuevo exilio en Bolivia, donde redactó un periódico oficial. Más tarde, en un nuevo destierro,
administró imprenta y diario en Chile y, aunque debió sufrir un breve exilio nuevamente por
unos meses, retornó a Santiago y concluyó este último destierro voluntariamente apenas
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
12
enterado del Pronunciamiento de Urquiza, en 1851. Tras la caída de Rosas (febrero de 1852),
tomó contacto en Buenos Aires con el empresario tipográfico español Benito Hortelano, con
quien llega a un ventajoso acuerdo para redactar el efímero diario Los Debates. Su rol en la
defensa de la ciudad de Buenos Aires frente al sitio de Lagos en el primer semestre de 1853 lo
catapultó a su mayor prestigio público, espacio que le sirvió para acceder a la redacción del
reconocido diario El Nacional. Más adelante, durante la campaña que lo llevaría al cargo de
Gobernador, fundaría un nuevo Los Debates, de existencia breve y de su propiedad, ya sin
Hortelano, así como publicaciones menores de tono mordaz, y finalmente, el diario La Nación
Argentina, nacido al impulso de su histórica presidencia en 1862, reconvertida en sociedad
anónima con el nombre de La Nación desde el 4 de enero de 1870.
Primeros pasos
Los primeros pasos de Mitre en el periodismo abarcan poco más de una década y se realizan en
el destierro, primero en Montevideo, más adelante en La Paz (Bolivia) y finalmente en
Valparaíso y Santiago de Chile. En esas tres escalas de su aprendizaje, se manifiestan
acercamientos crecientes a la comprensión de la lógica comercial del arte de la impresión y a la
potencial dimensión lucrativa de una práctica tan asociada a las luchas políticas y facciosas como
es el periodismo. En Montevideo, sus colaboraciones periodísticas se asocian a su inscripción en
el grupo de emigrados argentinos más ligado a la confrontación anti rosista, y en el pico de la
guerra, al antioribismo. Su participación en el periódico El Iniciador, luego en el diario El
Nacional y finalmente en La Nueva Era, poco antes de su destierro hacia Bolivia, se enmarca en
su pertenencia al campo anti rosista, y aunque sus aportes también incluyen elementos no
directamente militantes, tampoco busca espacios distintos al que lo encuadra en los
enfrentamientos de su tiempo. La experiencia boliviana es ya una adscripción contractual con el
Estado, en cuyo marco hace uso del poco margen de autonomía disponible, hasta que los
resultados de los enfrentamientos políticos lo dejan fuera del bando vencedor, y debe exiliarse
nuevamente. En su etapa chilena, en cambio, si bien nuevamente paga las consecuencias de
participar en la prensa militante, no es menor su inmersión en una sociedad en la que las
imprentas son ya un negocio lucrativo para cuyo buen funcionamiento, sobre todo en el campo
periodístico, es tan importante el apoyo de un sector del gobierno, como un buen aporte de
capital y una adecuada gestión comercial.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
13
Montevideo
Como parte de una generación atravesada por facciones políticas irreconciliables y enfrentadas
en una cruel guerra civil, Mitre -cuya familia adhería a la facción anti rosista- comenzó su vida
adulta en el exilio montevideano.
Allí llegó desterrada su familia5 en 1831 siendo él un niño -había nacido en 1821- y allí se formó,
en la Escuela Militar de Montevideo, como artillero militar. Allí también comenzó su formación
periodística, en un contexto en el que los periódicos e imprentas dependían fundamentalmente
del aparato estatal, se hallaban sujetos al sostén de suscriptores y subsidios de la propia facción,
y contenían materiales en que predominaba la confrontación político-militar. Pero también
funcionaban los periódicos como articuladores de ámbitos de intercambio intelectual, artístico
y literario, así como circuladores de información de interés mercantil, movimiento de barcos y
transporte de pasajeros, etc.
Las imprentas, predominantemente estatales, también existían en manos particulares, y
comenzaba a notarse que su buen funcionamiento en la provisión de servicios a particulares
podía ser una excelente fuente de ingresos que amortiguase los complejos costos de un
periódico. Para Mitre, pues, su formación juvenil en el periodismo fue temprana en términos de
habilidades de redacción y administración de las tareas de impresión de un periódico, pero fue
en cambio un proceso más largo la comprensión de los modos de hacer que un periódico fuese,
además de un vehículo intelectual y político, una empresa lucrativa en términos modernos. Lo
haría por medio de una larga y variada experiencia realizada en cuatro países, de un amplio
contacto con figuras empresariales extranjeras con las que interactuó, y de la profunda
transformación del país y de la propia prensa en los años de su protagonismo.
Mitre comenzó sus contribuciones periodísticas en 1838, en el periódico El Iniciador de
Montevideo, un quincenario intelectual que continuaba la experiencia de su similar La Moda
publicado en Buenos Aires, y como tal, voz enmarcable en los avances y problemas abordados
por la generación romántica de 1837. El periódico, dirigido por Andrés Lamas y Miguel Cané,
logró sostenerse un semestre (el término de una suscripción), pero cesó en el contexto del
agravamiento de la guerra que afectaba tanto las facciones uruguayas como las argentinas6.
5 Su padre, funcionario con formación contable, halló refugio en Uruguay y llegó a ser tesorero del gobierno nacional. 6 No se trataba de dificultades impuestas por los controles o censuras estatales pues, al contrario, los editores militaban en el bando vencedor. Pero ambos debieron hacerse cargo de la segunda época del diario El Nacional, y Lamas debió aportar su manejo de la pluma como Auditor de Guerra del Ejército, tarea que suponía partir al frente y redactar periódicos, boletines, panfletos, proclamas y otros textos
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
14
Lamas y Cané, embanderados en el bando riverista, quedaron a cargo de la segunda época del
diario El Nacional, y Lamas, de hecho, debió partir al frente durante los combates al ser
designado auditor de guerra del ejército nacional. Apenas dos semanas después de que el
presidente constitucional Oribe entregase bajo protesta la plaza de Montevideo abriendo el
acceso al poder a Fructuoso Rivera, el 11 de noviembre de 1838 se iniciaba la segunda época de
este diario riverista cuyo rol político sería clave en la década siguiente, como periódico oficialista
y con amplios recursos provistos por el Estado. Los dos directores sellaban la alianza de
riveristas uruguayos y antirrosistas argentinos, aunque el argentino habría de retirarse, junto a
Juan Bautista Alberdi, en desacuerdo con el tono militarizado del periódico. Allí continuó
entrenando Mitre sus habilidades como colaborador periodístico e incluso como redactor, hasta
que las circunstancias militares y políticas llevaron a Rivera al exilio, y ante el intento de éste de
retornar con una fuerza armada desde Brasil, a un conflicto que dividió tanto a uruguayos como
argentinos en la Montevideo que desde 1843 estaba sitiada por las fuerzas de Oribe. El punto de
vista del grupo de argentinos al que adscribía Mitre, favorable a continuar la lucha contra Rosas
pero a la vez reacio a un retorno de Rivera desde Brasil, no podía sostenerse desde El Nacional,
medio conocido como voz del riverismo, por lo que, desde la misma imprenta, se inició la
publicación del diario La Nueva Era, con su dirección y redacción a cargo de Mitre.
Si Mitre demostró ser muy eficiente en la conducción tipográfica y periodística de un periódico,
su rol político, ante el efímero triunfo de la facción riverista que tomó control de la ciudad, lo
obligó al exilio ese mismo año.
La Paz (Bolivia)
Partió a Bolivia, pues fue contratado por el gobierno como militar (dada su experiencia, y sobre
todo, su formación como artillero), en carácter de asesor. Allí se encontró con varios exiliados
argentinos con experiencia militar (como Wenceslao Paunero) o de escritura (como Domingo de
Oro, Félix Frías, el mismo Paunero o Facundo de Zuviría). Paunero tenía lazos de familia (por
vía del matrimonio) con el presidente de Bolivia, José Ballivián. Colaboraba regularmente en el
periódico oficial La Época7, en tanto que el riesgo de guerra con Perú y los rescoldos del conflicto
con la Confederación Argentina habilitaron la participación de Mitre, Paunero y Oro en la
fundación de una Sociedad Patriótica -Oro poseía experiencia en este tipo de sociedad- que los
7 Zuviría redactaba El Restaurador en la ciudad de Sucre, periódico orientado al combate anti rosista, con la colaboración del ex secretario de Lavalle (cuyos restos acompañó hasta Bolivia) Dr. Félix Frías, quien también colaboró con El Filántropo, de la misma ciudad, periódico de asuntos bolivianos pero que en su sección extranjera atacaba a Rosas.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
15
puso en estrecho contacto con la elite política, económica y militar del país, en apoyo al
presidente Ballivián y con la explícita intención de uniformar la opinión pública en su apoyo y
en la actitud a tomar frente a Perú en la paz o en la guerra. La Sociedad firmó su acta constitutiva
el 25 de mayo de 1847, y estos reacomodos habilitan que Mitre pase ser redactor del periódico.
A pesar de hallarse contratado para un periódico político-militar de Estado y verse en la
necesidad de escribir materiales por mandato, Mitre presenta ya en La Época las
preocupaciones típicas de quien desea no sólo mostrar señales de modernización periodística y
cumplimiento de las reglas de la libertad de expresión, sino buscar el aprendizaje de los oficios
conexos -tipografía, literatura, periodismo- con la intención de aplicarlos en el futuro como
empresario particular. Pero dado que su contrato también era como militar artillero -y como
instructor, llegando a ser director del Colegio Militar de Bolivia- debió dejar la redacción para
continuar como parte del ejército con destino a Oruro y Potosí, sin dejar de enviar materiales
como corresponsal al diario. El 7 de noviembre de 1847 participó en la batalla de Vitichi a cargo
de la infantería, siendo muy elogiado por la facción oficialista (Ordóñez López y Crespo, 1912:
278). La situación política, sin embargo, siguió siendo inestable8, y hacia fines de 1847 Ballivián
dio por perdida -al menos por el momento- su situación, y aceptó el cargo de Encargado de
Negocios en Chile. La caída de Ballivián dejó a Mitre y sus compañeros argentinos sin trabajo y
en situación amenazante. Fue escoltado hasta la frontera peruana, de allí se dirigió a la costa y a
Valparaíso, donde hizo tierra el 24 de abril de 1848, encontrándose con la comunidad de
exiliados argentinos, con algunos de los cuales había compartido en algunos casos (como Juan
María Gutiérrez y Juan Bautista Alberdi) la experiencia montevideana. En Santiago fue recibido
y ayudado por Domingo Faustino Sarmiento.
Santiago de Chile
En esta tercera estación de su exilio, Mitre encuentra una sociedad más desarrollada en la
estabilidad de su régimen constitucional y sus instituciones, así como un ambiente de negocios
en expansión. En el ambiente periodístico le precedían varios argentinos (Sarmiento, Alberdi,
Tejedor, entre otros). Allí, a diferencia de las naciones del Plata y de Bolivia, el periodismo, sin
llegar a ser plenamente independiente, habilitaba algunas prácticas enmarcadas en la sociedad
civil, aunque sin posibilidad, aún de imaginar una iniciativa periodística alejada de la
dependencia de los aparatos ministeriales y las facciones políticas.
8 Belzú atacaba a Ballivián desde el norte, conspiraciones y tensiones atravesaban el ejército y las capas sociales, al punto de notarse el armamento general de las clases acomodadas en La Paz.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
16
Alberdi, por ejemplo, se hallaba en Chile desde abril de 1844. Allí había logrado ocupar cargos
públicos y colaborar con periódicos. Según comentarios de él mismo, buscó habilitar allí su
matrícula de abogado para, ejerciendo esta profesión, lograr mayor autonomía como escritor.
En 1844 fue folletinista de El Progreso y poco después, en junio, pasó a ser redactor de El
Mercurio. Tras su estancia como funcionario municipal en Concepción, en 1846 el ministro del
Interior Manuel Montt le encargó una biografía de Bulnes como propaganda para las próximas
elecciones presidenciales. Esta tarea, realizada anónimamente, le granjeó todavía más confianza
en el gobierno. Tras concluir la biografía, Alberdi tomó nuevamente la dirección de El Mercurio,
mientras que Tejedor ocupaba la de El Progreso. Que la pluma de Alberdi poseía gran influencia
lo muestran no sólo de la circulación de sus publicaciones, sino el hecho de que los pocos
periódicos que circularon en el centro y oeste argentino en este período se ocuparon ex profeso
de combatir sus opiniones referidas a los asuntos internos de la Confederación, y que en 1847 le
llegó, por la vía del coronel argentino Mur, la invitación para ocupar tareas periodísticas
favorables a Rosas en Buenos Aires, propuesta que resolvió negarse a contestar. Mientras tanto,
Montt se retiraba del Ministerio y del gobierno, dejando a Alberdi en situación comprometida,
que se saldó cuando José Santos Tornero, formando una sociedad con Javier Rodríguez y
Pascual Ezquerra, formó con participación de Alberdi la Imprenta Europea (o Europa), desde
la que se lanzó, con apoyo del nuevo ministro del Interior Manuel Camilo Vial, (gabinete de la
segunda presidencia de Bulnes), El Comercio de Valparaíso, a partir del 20 de noviembre de
1847. Alberdi colaboró con contenidos para el periódico, pero declinó redactarlo por el éxito que
estaba teniendo en su profesión de abogado, recomendando a Mitre, quien sería contratado el 2
de mayo de mayo de 18489.
Sarmiento, detenido y desterrado de San Juan (Argentina) a fines de 1840, se halló desde
comienzos de 1841 en Chile. Allí logró trabar relación con Manuel Montt, importante dirigente
conservador, gracias a sus crecientes contactos con la elite intelectual y política, colaborando en
El Mercurio, recibiendo además el empleo de director de la Escuela Normal de Preceptores. En
El Mercurio conoció numerosos avances en la prensa, pues su propietario, Manuel de
Rivadeneyra, era un empresario español al tanto de las novedades de la industria impresora,
logrando hacer fortuna con la comercialización de libros por entregas en Chile, además del
diario. Incorporado Sarmiento a las filas conservadores sin romper con los exiliados argentinos
9 Puede observarse aquí una novedad significativa en comparación con la experiencia boliviana, e incluso, con la de Montevideo: la gestión de periódicos requiere, por un lado, el acuerdo explícito con autoridades gubernativas, y por otro, de una gestión administrativa en la que ya juega un creciente rol el manejo comercial orientado al mercado. José Santos Tornero es, en ese momento, una referencia clave: próspero librero, con amplios conocimientos de edición de libros. Cuando Mitre regrese del destierro a Buenos Aires, sus procedimientos de inserción en el campo periodístico tomarán muy en cuenta esa experiencia. No casualmente, su primer ingreso a la actividad se hará en el marco del contrato con el impresor, editor y librero español Benito Hortelano.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
17
simpatizantes del partido liberal (encabezados por el prestigioso general Las Heras), Montt lo
puso a cargo de la dirección del periódico El Nacional, órgano del gobierno. Terminada la
campaña presidencial (y cerrado por ello el periódico), se lo contrató como redactor de El
Mercurio (que en ese momento se hallaba todavía en Valparaíso). Cuando el diario cambió de
propietarios en septiembre de 1842 (comprado por José Vicente Sánchez y Santos Tornero),
Sarmiento optó por retirarse en noviembre de ese año, siendo remplazado por el también
emigrado -y futuro periodista de la prensa católica argentina- Félix Frías.
De regreso en Santiago, logró fundar El Progreso, primer diario de la capital chilena, desde
donde mantuvo polémicas intelectuales y literarias con medios conservadores. Aunque el
periódico cerró y Sarmiento debió afrontar un juicio por injurias de una particular, logró salir
absuelto y retomar la actividad. No así la publicación de los emigrados anti rosistas (El Heraldo
Argentino), tras la derrota completa de los anti rosistas en los combates en Cuyo, el Noroeste y
finalmente Entre Ríos. En El Progreso publicó Sarmiento numerosos materiales sobre
educación, literatura, gramática y otros temas de interés sobre progreso económico e
institucional, y en formato folletín, publicó su Facundo en 1845. Poco después fue enviado a
Europa y Estados Unidos a estudiar sus sistemas educativos. A su regreso, su matrimonio con la
rica viuda Benita Agustina Martínez Pastoriza le brindó una muy superior libertad de escritura,
además de la oportunidad de adquisición de una imprenta propia.
El 28 de enero de 1848 inició el periódico La Crónica en Santiago, desde el cual abordó gran
cantidad de tópicos nacionales e internacionales, políticos, económicos, educacionales,
geográficos, inmigración, vías de transporte, etc. Como antes en El Progreso, la sección de
folletín contó con obras propias, cuya primera publicación fue por esta vía: Argirópolis,
Recuerdos de Provincia. Sus opiniones fueron combatidas desde La Gaceta Mercantil en
Buenos Aires y desde La Ilustración Argentina, publicada en Mendoza en 1849, por Bernardo
de Irigoyen10 y Juan Llerena.
Además de Alberdi y Sarmiento se encontraban en Chile otros emigrados argentinos que
ejercían la pluma periodística, como Luis L. Domínguez y Carlos Tejedor, entre otros. Había,
pues, un clima de camaradería de desterrados y a su vez un ambiente ampliamente vinculado al
mundo del periodismo, donde todos ellos pudieron experimentar las ventajas de la coexistencia
de periódicos, opuestos políticamente, pero con cierta estabilidad y capacidad de alternarse en
sus simpatías por el partido oficialista y opositor. En esos periódicos la administración exitosa
10 Irigoyen, joven abogado, fue enviado a fines de 1844 como Oficial de la Legación Argentina en Santiago de Chile. En
septiembre de 1843 Chile había instalado una colonia penitenciaria en la zona del Estrecho de Magallanes, en tanto que la prédica
de Sarmiento y el grupo de emigrados ya se hacía notar en la prensa trasandina. Retirado Sarmiento a Europa y alejados los
riesgos de nuevas invasiones unitarias, la legación fue levantada en 1846, pero Rosas encargó a Irigoyen permanecer en Mendoza.
Allí lo encontró el retorno de Sarmiento y la tarea de redactar La Ilustración Argentina (Herrera Vegas, 2002).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
18
tenía un componente político inevitable, y el paso por el Ministerio del Interior era una estación
necesaria en el lanzamiento de un periódico, su sostén financiero y su capacidad de circular.
Pero también tenía un componente económico más desarrollado que el que había conocido
Mitre hasta entonces. Las imprentas particulares tenían un mercado importante de servicios de
impresos para uso particular, comercial o familiar, que les permitía amortizar buena parte de
sus costos, habilitando entonces la impresión de papeles periódicos con buena expectativa de
resultados económicos positivos, incluso cuando el apoyo del aparato estatal no fuese óptimo.
La producción de fascículos para libros comprados por entregas, o la inclusión de folletines en
diarios y periódicos semanales se tornó habitual, y empresarios como el español Rivadeneyra,
propietario a comienzos de la década de 1840 del diario El Mercurio, encontraron una veta
importante de lucro en el rubro.
De este modo, obtener recursos o en su defecto un capitalista propietario de la imprenta fue
parte decisiva de la actividad, aún si el objetivo último de la actividad periodística fuese político
o educacional. Todavía la carrera funcionarial u otros puestos públicos (como el de maestro,
profesor o bibliotecario, entre otros) podían ser un anclaje para dedicarse al periodismo, pero
en gran medida, la clave pasaba por el resultado contable superavitario de la actividad impresora
en manos de inversores con experiencia empresarial en el rubro o capaces de actuar como
inversores de riesgo dejando la operación en manos de hombres con oficio. Ejemplo de lo
primero fueron los casos de los españoles Manuel de Rivadeneyra y José Santos Tornero,
decisivos en la adquisición y expansión de la imprenta que editó El Mercurio de Valparaíso en
la década de 1840 -periódico que compró Rivadeneyra ya en funcionamiento- y fue la piedra de
toque de la expansión como grandes editores y libreros de Rivadeneyra -ya de regreso en
España- y Santos Tornero (con su cadena de librerías en Chile). Sarmiento, por su parte, lograría
los recursos decisivos para su actividad periodística independiente por la vía de la fortuna que
le llegó al casarse, asociándose más tarde con el impresor francés Julio Belín -quien además será
su yerno-para fundar el periódico La Crónica en 1849. Mitre lograría, ese mismo año, el apoyo
del empresario tucumano Tezanos Pinto para adquirir su propia imprenta.
Esta situación, decisiva en la formación de Mitre en el rubro, no implica que el periodismo
chileno estuviese en ese momento exento de la dependencia del Ministerio del Interior ni de
asonadas que pudieran concluir en arrestos o destierros o intentos de ahogo de periódicos para
forzar su cierre, pero la diferencia con los países vecinos era notable. Por regla general, el éxito
de los periódicos requería ya una adecuada inversión de capital en imprenta, los periódicos
conservaban su nombre a lo largo de varios años, aun cambiando redactores, y se emulaban los
mejores avances en contenidos y en estrategia comercial que se conocían de Europa. La imprenta
de Belín, por ejemplo, no sólo promocionaba la calidad y belleza de los sus trabajos en la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
19
impresión del periódico, de eventuales libros y en servicios a particulares (comercio, uso
familiar, material para correspondencia, estampas), aspectos en los que, si bien la imprenta se
hallaba a la vanguardia en Chile, eran ya utilizados en la promoción de los servicios de imprenta
en Hispanoamérica. Avanzando más allá de esta forma tradicional de reclame de servicios, La
Crónica -en pluma de Sarmiento- volcaba en sus páginas no sólo reclames propiamente dichos
sino también notas con titulación.
“Desde Rivadeneira hasta acá, el arte tipográfico ha hecho en Chile grandes progresos, sin
que pueda decirse que como industria haya ganado mucho. Este último progreso está a
punto de hacerse, y D. Julio Belin será el que lo lleve a cabo” (La Crónica, 28 de enero de
1849).
A lo largo del año, nuevas promociones de la propia imprenta se hacen presentes en el periódico.
A los modos clásicos de la primera mitad del siglo (apelación al cliente prometiendo el mejor
resultado a lo pedido, al mejor costo y con la mejor belleza), se agrega explícitas referencias a la
capacidad de producción en cantidad de unidades sin perder belleza -problema crónico en la
búsqueda del equilibrio entre las posibilidades de la elaboración artesana y la industrial, la
capacidad de bajar el costo de producción con la velocidad y continuidad de proceso de las
prensas, y a los procesos de terminación que permitan imaginar libros de calidad con tiradas
superiores a los dos mil ejemplares por edición.
Por otra parte, al no ser chilenos, ni Mitre ni sus compañeros de destierro podían participar
directamente en los conflictos políticos, ni candidatearse, y sí ocuparse de la prosperidad de sus
periódicos, manteniendo viva la llama de las arengas contra Rosas, principio que Mitre forzaría
en 1849, para molestia de Alberdi, en una serie de eventos que los distanciaría para siempre.
Tanto Mitre como Alberdi hicieron aportes al periódico, aprovechando, además, las simpatías
progresistas del ministro, un estilo moderno, con traducciones propias de calidad tanto de
artículos de periódicos extranjeros como fragmentos literarios. Se incluyó una sección de folletín
(la novela Soledad, Memorias de un botón de rosa, de Mitre y producciones europeas), una
completa sección de periódicos extranjeros, una sección nacional, otra de temas históricos y
literarios, y otros materiales misceláneos con fines educativos y de entretenimientos, además de
la defensa de los puntos de vista políticos de su mandante, cuestión que lo llevó a confrontar con
El Mercurio, en enero de 1849, en torno a la posibilidad de que periodistas extranjeros ejercieran
el periodismo político en el país (él defendió la postura de una “ciudadanía americana”), y en
torno a las inminentes elecciones presidenciales (optó por demorar la explicitación del nombre
que se apoyaba). El periódico tenía, por acuerdo de Alberdi con el ministro, el compromiso de
apoyarlo en el siguiente turno electoral, a pesar de que la tendencia favorecía notoriamente a los
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
20
conservadores y su candidato Montt. En estas circunstancias, la relación de Mitre con Alberdi
se deterioró, colaborando en ello motivos diversos (ambos darán razones distintas en el futuro),
y optando Mitre por buscar otras opciones laborales en Santiago, a comienzos de 1849. Alberdi,
que había logrado una importante clientela como abogado -representaba al empresario naviero
y ferrocarrilero William Wheelwright y al diario El Mercurio-, ejerció simultáneamente la
redacción de en El Comercio de Valparaíso tras la salida de Mitre hacia Santiago, situación que
agravaría el alejamiento entre ellos.
De este modo, cuando en mayo de 1849 Mitre asumía el cargo de redactor de El Progreso, tres
grandes medios chilenos eran redactados por emigrados argentinos opositores a Rosas, y los tres
hallaban en la actividad no sólo un sustento sino las características de una prensa moderna algo
más consolidada que en cualquiera de las dos riberas del Plata. Sarmiento dirigía La Crónica,
Alberdi redactaba El Comercio de Valparaíso, y Mitre El Progreso, otrora fundado por
Sarmiento, en el marco de convenientes acuerdos comerciales que potenciaban una mayor
autonomía que la de un mero redactor contratado o de un buscador de suscripciones, aunque la
posición de Mitre es menos autónoma, pues no ha recibido todavía el aporte de capital de Pintos.
En 1850 el clima preelectoral se tensa y deriva en conatos de violencia y motines. La Crónica
deja de publicarse en enero, y Sarmiento pasa a colaborar activamente con los órganos
conservadores La Tribuna de Santiago y El Mercurio de Valparaíso, junto al uruguayo Juan
Carlos Gómez, en defensa de Montt, mientras al mismo tiempo edita por su cuenta el
quincenario Sudamérica, cuya vida se extiende de enero a octubre. Mitre logra los recursos de
capital gestionados, y logra comprar El Comercio de Valparaíso, incorporándole una prensa
completamente nueva. Como era normal en esa época, los tonos más satíricos y mordaces se
reservaron a periódicos más pequeños, anónimos, pero de los cuales todos sabían su origen. Los
conservadores editaron El Corsario, y los liberales El Timón, en el cual colaboró Mitre. Esta
táctica de desdoblamiento de la prensa política dejando para el anónimo satírico las
afirmaciones que por razones de reglas de juego en el periodismo “serio” no podían decirse en
los periódicos importantes y con editor responsable visible, sería aplicada por Mitre a partir de
la década de 1850 en forma reiterada, una vez retornado del destierro en 1852.
Los motines chilenos de noviembre de 1850 y de abril de 1851 pusieron a Mitre en el ojo de la
tormenta. Benjamín Vicuña Mackena estaba efectivamente ligado a los alzados y en contacto
regular con El Comercio de Valparaíso. El diario fue clausurado, y Mitre desterrado a Perú,
aunque una amnistía le permitió volver en breve.
En ese devenir los sorprendió el Pronunciamiento de Urquiza (mayo de 1851), y el inicio de la
campaña del Uruguay que culminaría con el fin del sitio a Montevideo. En octubre, junto a otros
argentinos, partían Mitre y Sarmiento hacia Montevideo. Mientras viajaban, el sitio a
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
21
Montevideo se derrumbó, Oribe rindió la plaza a las fuerzas de Urquiza y tanto Mitre como
Sarmiento, al igual que muchos otros emigrados, partieron desde Montevideo a Entre Ríos para
incorporarse al Ejército Grande, Mitre como oficial de artillería, y Sarmiento como “Boletinero”,
esto es, redactor del Boletín del Ejército en Operaciones, un cargo notoriamente inferior al de
Auditor de Guerra -quien normalmente se encargaba de dichos boletines- en un roce que
anticipaba la rispidez de vínculos entre Urquiza y Sarmiento. Mitre, apenas cuatro meses
después de su partida, estaría redactando en Buenos Aires Los Debates, propiedad del
empresario español Benito Hortelano, e imbricándose en la política porteña en forma definitiva.
La completa territorialización del combate periodístico -periódicos sólo de la facción en el poder
en un territorio- que caracterizó a Argentina y Uruguay a partir de 1835 llevó a toda una
generación porteña a forjarse en el periodismo en el destierro. Montevideo fue el principal
centro de sus actividades, y lugar de algunos de los periódicos decisivos como El Nacional o el
Comercio del Plata. Pero en Chile se forjaron el periodismo algunas de las figuras clave de la
segunda mitad del siglo: dos presidentes -Mitre y Sarmiento- así como también Alberdi, Tejedor,
Luis L. Domínguez, entre otros que corrieron con ventaja en la reestructuración del espacio
periodístico de Buenos Aires después de Caseros y, sobre todo, después de la unificación
definitiva del Estado nacional a partir de 1862.
Buenos Aires
Tras participar en la batalla de Monte Caseros (3 de febrero de 1852) como oficial de artillería,
Mitre se instaló en la ciudad de Buenos Aires, donde rápidamente se vinculó con el empresario
e impresor español Benito Hortelano.
Hortelano había llegado a Buenos Aires poco más de dos años antes, en el año nuevo de 1850.
Emigrado de España por razones políticas, durante su destierro en Francia se entusiasmó con
los relatos de oportunidades económicas en el Río de la Plata y viajó de inmediato,
permaneciendo una década en la ciudad, hasta su repatriación a España en 1860. Poseía amplia
experiencia como propietario de imprenta y como agente distribuidor de libros. Llegado a la
ciudad junto a su compatriota Manuel Toro y Pareja, no halla dificultad para dedicarse al oficio
en la medida que no se ocupe de cuestiones políticas ni -mucho menos- se vincule a la oposición
dentro o fuera del país. Pero aún si -dispuesto a adular sucesivos gobiernos y atacar a sus
adversarios- participa en política cuando la guerra requiere prensa ardorosamente militante,
esta puede resultar, al menos en el corto plazo, lucrativa. Por ello la experiencia de Hortelano y
Pareja en el tramo final del rosismo incluye hitos importantes de periódicos apolíticos y de
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
22
pasquines gubernistas. Entre los primeros, el Diario de Avisos y El Agente Comercial del Plata;
entre los segundos, el pasquín rosista y antiurquicista El Infierno. Además, se dedicó a la venta
por suscripción de libros por entregas11.
El campo periodístico posterior a Caseros y a lo largo de la década siguiente no estuvo exento
de los límites y excesos impuestos por una lógica facciosa, donde quienes tuvieron control del
Estado opacaron e incluso silenciaron voces opositoras, pero surgieron diarios y periódicos que
lograron sostener voces políticas múltiples en simultáneo, e interactuar con los grandes debates
políticos en la legislatura. Es cierto que en los primeros meses de 1852 el gobierno intentó
estabilizar un diario oficial y buscó controlar aquellos periódicos en manos particulares.
También es cierto que en el primer semestre de ese año el gobierno llegó a cerrar periódicos y
perseguir editores y redactores, Mitre entre ellos, pero en los años subsiguientes, mientras el
Estado de Buenos Aires se mantuvo separado del resto de las provincias, en su seno coexistieron
periódicos de distintas tendencias favorables a la postura porteña, e incluso, durante tramos
extensos de la década, favorables al urquicismo.
En ese contexto, cuando Urquiza toma control de Buenos Aires en febrero de 1852, favorece
cierta continuidad del sistema de diarios preexistente, aunque con cambios en las redacciones y
-más aún- las tendencias políticas defendidas. Así, de las cenizas del Diario de la Tarde surgió, a
cargo de Dalmacio Vélez Sarsfield, El Nacional, que también fue, por varios años, vespertino, hasta
que los rigores de la competencia con La Tribuna lo hagan pasar a la mañana. Este último nombre,
La Tribuna, se conformará, el 7 de agosto de 1853, con los restos del aparato de gestión de El
Progreso, pero en lugar de alquilar la imprenta del Estado, utilizará la imprenta que perdieron los
sitiadores federales en julio de ese año cuando debieron retirarse derrotados, tras la traición de la
flota de Coe. El espacio matutino fue ocupado por El Progreso, pero al tratarse de un diario
formalmente oficial, bajo órdenes de Urquiza, la transición de lectores no se produjo del mismo
modo desde la Gaceta Mercantil como sí estaba sucediendo con el Diario de la Tarde. Este hiato
11 Hortelano ha dejado en su autobiografía pinceladas de su recorrido y el de Toro y Pareja. En su caso, una amplia experiencia
como impresor, editor y librero se ve truncada por razones tanto políticas (persecuciones) como económicas (la quiebra del banco
prestamista de su capital). Esto lo obliga a emigrar a Francia, y desde allí, poco después, opta por probar suerte en Buenos Aires,
donde llega en el año nuevo de 1850. Consigue empleo de inmediato, recomendado por el Capitán del puerto en el momento
mismo de su ingreso, en la imprenta de Arzac (él en su autobiografía escribe Arzal), donde trabaja en el Diario de Avisos, cuya
tirada -según su relato- contribuyó a triplicar (de 600 a casi 2000) al incluir la entrega gratuita en fascículos del Semanario
Pintoresco Español. Malquistado con Arzac, forma Sociedad con Toro y Pareja y otros cuatro socios (tres de ellos propietarios
de la Imprenta Americana) para dar nacimiento a El Agente Comercial del Plata, con éxito suficiente como para hacer languidecer
al Diario de Avisos. Tras Caseros, El Agente se transformará en Los Debates, redactado por Mitre, y tras las jornadas de junio de
ese año (y la clausura), continuará con menor suerte como El Comercio. Mientras desarrollan este lucrativo negocio, en forma
anónima publican, durante la campaña de Caseros, el pasquín anónimo El Infierno, desde el que descargan brulotes contra el
entrerriano y su ejército, experiencia que cesa con Caseros, pero renace, con otros destinatarios, como La Avispa. Mientras tanto,
Hortelano avanza en el negocio de la suscripción de libros por entregas y libros completos en colecciones, también por entregas.
Durante la década siguiente continuará marcando hitos comerciales y asociativos (Hortelano, 1936: 192 y s.s.).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
23
fue inmediatamente aprovechado por la continuidad de El Agente Comercial del Plata12. Tras
Caseros y a pesar del tono fuertemente rosista de esta publicación -y de un pasquín emitido
anónimamente por el mismo equipo, El Infierno- el periódico tardó unos pocos días en salir
nuevamente a la calle eliminando toda huella rosista, siendo por dos semanas el único en
circulación, lo que lo fortaleció. Un acuerdo con el recién llegado Bartolomé Mitre derivó en su
incorporación como redactor y -a sugerencia de éste- al cambio de nombre por Los Debates a partir
del 1° de abril. Benito Hortelano lo recuerda así en sus memorias:
“Desde el día primero de febrero nuestro diario, El Agente Comercial, no había vuelto a
aparecer; tampoco el Diario de Avisos ni el Diario de la Tarde. El día cinco propuse a los
socios que debíamos continuar, en lo que encontré resistencia por algunos; pero al fin,
mis razones los decidieron y dimos por la tarde una hoja suelta, que fue leída con avidez
y entusiasmo por el nuevo lenguaje que en ella empleábamos. Al siguiente día salió el
número completo, iniciando una política arreglada a la nueva situación, anatematizando
lo que cuatro días antes habíamos santificado. ¡Así es y será en todos tiempos y en todas
las naciones la prensa! Hacer bueno hoy lo que ayer era malo. Como era consiguiente, y
como yo esperaba al aconsejar la continuación del diario, éste tomó una popularidad
extraordinaria. Era el único diario y, por consiguiente, las muchas disposiciones
gubernativas de aquellos días interesaban a todos, por lo que se hizo necesario a la
población.
Había venido en el ejército un joven precedido de alguna fama como periodista y hombre
de esperanzas; este joven era el comandante don Bartolomé Mitre, quien pronto se puso
en relaciones con nosotros y a quien encomendamos la dirección del diario con la
asignación de cuatro mil pesos papel mensuales. Propuso al hacerse cargo de la redacción,
el cambio del nombre de El Agente por el de Los Debates, para que no tuviese punto de
relación ninguna con las doctrinas que el Agente había sostenido. El primero de marzo se
hizo cargo con tan brillante éxito que el público corrió a suscribirse al diario de moda, y a
fe que lo merecía, porque fue un diario como no había habido otro ni después ninguno lo
había igualado. Dos mil trescientos suscriptores llegamos a contar en nuestros libros, cosa
sin ejemplos en estos países. Los Debates ha dejado nombre, pero lo que nosotros
trabajamos en aquella época es incalculable, y a ello, más que a otra cosa, se debió un
magnífico éxito” (Hortelano, 1936: 212).
Los Debates poseía ya una adecuada tensión entre la ubicación en el espacio político,
participando activamente en los debates parlamentarios de abril y mayo -de allí lo atinado de la
propuesta de cambio de nombre de Mitre- y la adecuada estrategia comercial: un producto
tipográficamente excelente para su tiempo, con avisos abundantes, contenidos variados y, como
había hecho su antecesor, la inclusión gratuita de material bibliográfico por entregas. La tirada
12 Este periódico, dirigido por un grupo de seis socios entre los que sobresalían los españoles Benito Hortelano y Manuel Toro y Pareja junto a los tres propietarios de la Imprenta Americana, había alcanzado gran crecimiento merced no sólo a su calidad general, sino a la inclusión de fascículos del Semanario Pintoresco Español, entre otros beneficios comerciales que Hortelano propuso a partir de su experiencia comercial en Madrid y París (Hortelano, 1936).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
24
alcanzó los 2300 ejemplares, y cerca del 20 por ciento de la facturación se alcanzó por cobro de
avisos pagos, siempre según Hortelano, lo que constituye una novedad para la época. Mitre
obtenía un excelente salario -cuatro mil pesos papel- que muestra hasta qué punto el periódico
era un buen negocio para Hortelano. De este modo el periódico mostró a Mitre el potencial
económico de una empresa periodística en Buenos Aires si las condiciones políticas fueran otras,
y mostró también, el poder político de interpelación a la opinión pública en el Buenos Aires que
entraba en la segunda mitad del siglo.
El cambio de nombre se produce pocos días antes del inicio de los debates más intensos, tanto
en la legislatura como en la prensa. Incorporado a la nueva legislatura provincial como diputado,
Mitre utiliza su oratoria y su participación en el diario en forma coordinada. El historiador de la
prensa Néstor T. Auza destaca esta participación al referirse al diario oficial El Progreso:
"...fue blanco del lenguaje punzante, agresivo y socarrón del diario Los Debates, que
redactaban Bartolomé Mitre, Juan Carlos Gómez, Pantaleón Huergo y Luis L.
Domínguez, entre otros". Atacaban fundamentalmente el carácter oficial del periódico”
(Auza, 1978: 41).
En efecto, ambos periódicos se trenzaron en numerosas acusaciones cruzadas, y a su vez, en los
días de los debates de junio13 El Progreso recibe acusaciones de la sala de representantes, de ser
periódico oficial (y por ende de que el gobierno es parcial en el fomento de la prensa). Los Debates
llega al extremo de sugerir el derrocamiento del gobernador provisorio: ‘Que la caída de López sea
la señal que inicie la de los demás poderes formados por Rosas, y que con él contribuyeron a la
esclavitud y la miseria nacional’" (cit. por Auza, 1978: 45).Como consecuencia del consiguiente
rechazo al acuerdo por la legislatura porteña, se produjo el golpe de Estado de Urquiza del 23 y 24
de junio, quien disuelve la legislatura, clausura periódicos y deporta opositores, entre ellos al
director de Los Debates, Bartolomé Mitre. Pero tanto Hortelano como Mitre continúan a lo largo
de la década realizando negocios el primero, y experiencias políticas y periodísticas el segundo.
Mitre acrecienta su prestigio político y militar en el partido porteñista en los años
siguientes. Participa en la revolución del 11 de septiembre de 1852 que derroca al gobernador
delegado por Urquiza y habilita la reasunción del poder por el partido porteño antiurquicista, el
cual boicotea el congreso nacional constituyente reunido en Santa Fe a partir de noviembre. El
alzamiento del general Hilario Lagos, orientado a devolver a Buenos Aires a la aceptación del
gobierno nacional presidido por Urquiza y aceptar la convención constituyente, le permite
controlar prácticamente toda la provincia hacia fines de año, poniendo sitio a la ciudad de
13 Se denomina así a los debates en la legislatura porteña en la que la oposición liberal se opone frontalmente al Acuerdo de San
Nicolás con amplio apoyo de la prensa afín que generan un clima político adverso al gobierno de Buenos Aires y una crisis que
deriva en el golpe de Estado de Urquiza el 24 de junio de 1852.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
25
Buenos Aires. Es entonces cuando Mitre se torna un héroe de la ciudad, tanto por su
participación militar en la defensa de la ciudad, como por sus dotes de orador y organizador
político. Hortelano recuerda en sus memorias el peso simbólico de Mitre en el sacudido
ambiente de la ciudad. Según Hortelano, el entonces coronel Mitre, percibió desde el comienzo la
debilidad de los atacantes en unidad de su alto mando político-militar y en habilidad táctica y
estratégica, y aprovechando las ventajas derivadas de saberlo, organizó una muy exitosa defensa.
Hasta una herida en la frente cuando tomó la conducción de la defensa en diciembre, impactó
positivamente en su prestigio y en los elogios de la prensa de los defensores. Así lo recordaría
Hortelano en 1860:
"...Mitre comprendió que la revolución carecía de dirección, y, reuniendo algunos
guardias nacionales, se fue a hostilizar a los sublevados (...) Siete meses duró el asedio, al
cabo de los cuales el ejército sitiador se disolvió por sí, sin que nadie le atacase, estando
vencedor sobre la plaza, pues cuantas veces las tropas sitiadas salieron fueron derrotadas,
como así mismo un ejército que al Sur levantó el Gobierno, a las órdenes del general
Acosta y D. Pedro Rosas y Belgrano(...) Los de Lagos también cometieron una
inconsecuencia, que después la han pagado y la están pagando con usura. Me refiero a la
felonía cometida con el general Urquiza, a quien llamaron en su auxilio y a quien después
vendieron, poniéndole en el caso de tener que embarcarse precipitadamente, y gracias a
los ministros extranjeros no cayó en poder de sus enemigos de la plaza entregado por sus
amigos los sitiadores. Urquiza se ha vengado perfectamente de todos, humillando a unos
y dejando impotentes a los otros" (Hortelano, 1936: 218-219).
Mitre tomó la iniciativa de no negociar con el enemigo y luchar por tornar inexpugnable la
ciudad:
"Poco se necesitó para poner la plaza en un estado inexpugnable de defensa: unas zanjas
en algunas calles, empalizadas en las otras, fue lo suficiente para que durante siete meses
no pudiesen penetrar 14.000 hombres que la sitiaban. El coronel, hoy general, Mitre
resolvió un problema (...), Desde entonces ya nadie duda de que los gauchos de Buenos
Aires son vencidos siempre que haya una débil tapia o zanja por la que el caballo no pueda
saltar" (Hortelano, 1936: 218-219).
La exitosa defensa, concluida con un pleno triunfo porteño sobre los sitiadores a mediados de 1853,
habilita el amplio ascenso de Mitre en la carrera militar y en la política. Llegará a general y a
Gobernador. Mientras tanto, continúa ejerciendo el periodismo, primero como redactor junto a
Palemón Huergo de El Nacional, y luego, en 1857, durante su propia campaña para la gobernación,
con un diario de su propiedad, que retoma el exitoso nombre precedente, Los Debates, iniciado en
mayo de ese año, momento de agitación política previa a la elección de Valentín Alsina como
gobernador. Este diario, que logra un nivel de contenidos, secciones, calidad tipográfica y formato
de los más altos de la ciudad, dura hasta mediados de 1858, cuando Mitre se incorpore al gabinete
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
26
de Alsina como ministro de Gobierno y Relaciones Exteriores. Los Debates insiste en la cuestión de
la centralidad de los avisos, tema en el que Mitre, conduciendo este diario, es pionero en la
Argentina:
“Hasta entonces los periódicos se habían sostenido casi exclusivamente del importe de sus suscripciones (pues la venta callejera aún no existe), y de los ochenta mil pesos de entradas mensuales de “Los Debates” de 1852, sólo la octava parte provenía de los avisos. Mitre es el primer hombre en concebir en nuestro país a éstos como primordial fuente de ingresos (...) no vacila en publicar con sus iniciales, un llamado a los comerciantes para que se acostumbren a la publicidad de sus artículos, expresando que ‘es un hecho demostrado que el anuncio es el medio más poderoso de multiplicar las transacciones, y que todo dinero empleado en anuncios es como un capital puesto a interés que reditúa cuatro veces el interés corriente...’ termina elogiando la sección avisos de los diarios, pues equivale ‘a un bazar de feria, en que todo se encuentra, cruzándose la oferta y la demanda’” (Mitre, 1943: 131-132).
Con todos estos ensayos periodísticos entre las primeras colaboraciones montevideanas y la
experiencia de Los Debates de 1857, Mitre había ganado suficiente experiencia como para
comprender la necesidad de una estrategia empresarial que, sin negar la todavía imprescindible
o inevitable relación con el aparato estatal, asegurase espacios de rentabilidad a través de una
adecuada gestión de los servicios de imprenta, de un cuidadoso régimen de cobro de las
suscripciones y de la promoción del anuncio publicitario como servicio útil para el comercio y la
industria.
1.2. Del seno del Partido Nacional mitrista a la forja de dos grandes empresas: La
Nación y La Prensa.
El diario La Nación es en la actualidad uno de los dos diarios argentinos más importantes del
país (junto con el diario Clarín) en tirada, volumen de contenidos, articulación con complejas
redes empresariales multimedios e influencia política y cultural. Fue impulsado por Bartolomé
Mitre durante su mandato presidencial, primero bajo el nombre de La Nación Argentina (1862-
1869) y luego –desde el 4 de enero de 1870- con su nombre actual. Excepto tras la derrota
mitrista de 1874, cuando permaneció casi un año sin publicarse, y dos breves suspensiones más,
el diario ha tenido circulación ininterrumpida que se aproxima a la celebración de su
sequicentenario bajo su nominación actual.
El hito de fundar un diario que ha de superar el siglo y medio de existencia y ocupar un puesto
clave en volumen y prestigio en todo el mundo hispanoamericano tras haber surgido en
competencia con diarios más consolidados en su tiempo, se suma a otros logros que muestran a
los Mitre como la primera familia política capaz de comprender simultáneamente la centralidad
política de la prensa en la democracia moderna, y la necesidad de desplegar la actividad como
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
27
un negocio empresarial capaz de readecuarse a las cambiantes circunstancias del mercado, la
competencia y las tecnologías. De allí que a la irrupción de La Nación deba agregarse la del
diario La Prensa, otro de los grandes diarios del siglo XX, con una duración superior a un siglo,
surgido de otra familia empresarial, pero del riñón de la facción política mitrista y en simultáneo
con La Nación. También la extremadamente exitosa revista Caras y Caretas (1898-1937),
iniciativa personal de Bartolomé Mitre y Vedia, la tercera época del diario El Nacional, a cargo
de Pedro Bourel, hombre muy cercano a Mitre, a partir de 1898, y el apoyo más o menos explícito
a numerosas publicaciones especializadas, sectoriales, locales y anónimas.
El diario La Prensa nació en 1869, casi al mismo tiempo que La Nación, sobre la base de la
experiencia periodística adquirida por José C. Paz, joven miembro del partido mitrista, durante
la presidencia de su líder. La Prensa sufrió también la clausura en 1874, pero una vez levantada
ésta se convirtió, junto a La Nación, en uno de los dos diarios más importantes del país, durante
las últimas décadas del siglo XIX y la primera mitad del XX. En 1951 fue expropiado por el
gobierno de Perón y transferido a la Confederación General del Trabajo, y luego devuelto a sus
dueños tras el golpe de 1955. Este período de cuatro años en otras manos golpeó duramente el
vínculo del diario con su público, el cual nunca logró recuperar en su totalidad. En las décadas
de 1970 y 1980 entró en crisis por pérdida de lectores y avisos, llegando a cerrar a comienzos de
la década siguiente. Su relanzamiento con otro formato y estrategia fue producto de la venta de
la marca y empresa, aunque puede afirmarse que la actual La Prensa es, en alguna medida,
continuidad de aquella.
Se trata, pues, de dos diarios nacidos del “núcleo duro” del partido mitrista durante la
presidencia de éste, que debieron afrontar las dificultades del paulatino paso primero al llano,
luego a la oposición y finalmente a la proscripción, para luego de levantada ésta, hallar en el
progreso empresarial basado en el crecimiento de ventas de avisos y ejemplares, una fuente de
negocio de gran alcance. Si en 1875, tras la proscripción, se supera por primera vez la barrera de
diez mil ejemplares en un día para ambos diarios, en los años siguientes, sucesivos esfuerzos
modernizadores permiten aprovechar las ventajas de la organización institucional del país y del
pujante desarrollo agroexportador. En las décadas de 1880 y 1890 estos avances permiten a
ambos diarios ubicarse a la vanguardia de la prensa periódica argentina en términos
empresariales, tecnológicos y de actualización de contenidos, secciones y recursos. Entre ellos,
el de la incorporación sistemática de imágenes entre la última década del siglo XIX y la primera
del siglo XX.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
28
La pérdida del poder político y las nuevas oportunidades para el periodismo
A lo largo de una vida longeva (1821-1906) en comparación con la media de su generación, el
periodismo aparece como una de las prácticas en las que Mitre obtuvo mayor éxito, dato
significativo considerando una figura con participación militar y política en cuatro países, que
ha ejercido la presidencia de la nación, la gobernación de su provincia más grande, ha sido
historiador, literato, etc. tanto en la época de las guerras civiles como en la de consolidación
institucional del Estado nacional. El periodismo fue una actividad en la que pudo replegarse en
tiempos de derrota y/o destierro, pero también en la que pudo apoyarse en sus momentos de
mayor auge político. Tras sus experiencias montevideana, boliviana y chilena, y su rutilante
ingreso en la escena política e intelectual de Buenos Aires a partir de 1852, Mitre ingresa en la
década de 1850 en su etapa de mayor prestigio militar y político. Tras la victoria de Caseros,
encuentra rápidamente un lugar en la política que lo llevará al parlamento bonaerense. Pero
también un rápido ingreso a la escena periodística porteña, participando en el diario Los
Debates del español Benito Hortelano, desde el que intentó tanto influir en la tribuna política,
como lograr un rendimiento empresarial positivo14.
Su inteligente uso de la prensa en forma simultánea a su intervención parlamentaria le permite
llegar a la revolución del 11 de septiembre de 1852 (por medio de la cual el partido porteñista
expulsa a las fuerzas de Urquiza y del Partido Federal de esa provincia) en condiciones
ventajosas tanto en prestigio como en la posición ocupada. Pero es su rol frente a la respuesta
del presidente Urquiza y sus partidarios en los meses siguientes el que le permite acceder a un
altísimo grado de prestigio en la ciudad-puerto: Las fuerzas federales ponen sitio a la ciudad
durante muchos meses (6 de diciembre de 1852 a 13 de julio de 1853) hasta que el mismo es
derrotado por varias vías15. Mientras tanto, las 13 provincias interiores sancionan la
14 Esta primera experiencia de Los Debates ha sido narrada en primera persona por Benito Hortelano en sus
Memorias (Hortelano, 1936: 212-213 y 215-216)) su editor y empresario. Muestra tanto los avances como los límites
de las posibilidades de una prensa empresarial privada en la Buenos Aires post-Caseros: una imprenta bien
administrada puede obtener ganancias con la edición de un diario en la ciudad apenas comenzado este, aunque
requiere de un contrato estatal por cierta cantidad de ejemplares para asegurarlo. Sin embargo, la inestabilidad
política, que resulta en clausuras a todos los periódicos o suspensiones a algunos en particular arruina su negocio en
ese momento. Los Debates en realidad no era un periódico nuevo, sino la reformulación de El Agente Comercial del
Plata fundado por Hortelano y Pareja en 1851. Pero Mitre propone, al hacerse cargo a cambio de un sueldo, que se
cambie el nombre, e incorpora innovaciones aprendidas en su experiencia del exilio chileno. El diario pronto supera los 2300 ejemplares, cifra muy alta para la época, aunque insuficiente para un gran despegue empresarial, dado que
los avisos no constituían aún un ingreso clave. Adolfo Mitre (1943: 131) recapitula: "Hasta entonces los periódicos se
habían sostenido casi exclusivamente de sus suscripciones (pues la venta callejera aún no existe) y de los 80.000
pesos de entradas mensuales de "Los Debates" de 1852, sólo la octava parte provenía de los avisos”. 15 Como se hace notar en –entre otros trabajos- el clásico estudio de Scobie (1964), el sitio es batido fundamentalmente
por la compra mercenaria de la flota de la Confederación (a cargo del estadounidense Coe) por parte del Estado de
Buenos Aires. Esta victoria decisiva que desbloqueó el acceso por la vía fluvial, anticipaba la indescontable
superioridad de la capacidad de emisión de moneda por Buenos Aires sobre la Confederación. Complementariamente,
la superioridad militar de las caballerías federales en las llanuras de la región pampeana chocaba con la superioridad
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
29
Constitución Nacional, constituyen el gobierno federal en la ciudad de Paraná, apoyan el sitio y
conforman una prensa favorable al gobierno. En la ciudad sitiada, Mitre se revela como un gran
organizador, buen militar y hábil político, además de prolífico periodista de barricada. Es herido
durante una escaramuza, y emerge del enfrentamiento como un promisorio político que en todo
momento ejerce el periodismo. Tras haber sido redactor principal de Los Debates en 1852,
aparece como redactor principal del diario El Nacional –el más importante y prestigioso de la
ciudad- en 1854, e intenta en 1857 el lanzamiento de su propio diario cuyo nombre evoca el de
1852: Los Debates. Allí Mitre busca denodadamente convocar a empresarios y comerciantes a
colocar avisos en su diario, favoreciendo al mismo tiempo el sostén independiente del periódico,
el progreso del anunciante y los servicios a los lectores. Aunque el periódico no logra subsistir
mucho tiempo, cumple su función política: Mitre emerge como ministro de Guerra del nuevo
gobierno de Buenos Aires y acrecienta su importancia en la estructura militar. Desde ella dirige
las operaciones militares contra la Confederación en 1859 y es electo gobernador en 1860, cargo
desde el cual dirige nuevamente las operaciones militares en la batalla de Pavón (septiembre de
1861), cuyo resultado le abre las puertas del triunfo en todo el territorio nacional16.
En febrero de 1862 obtiene el reconocimiento de todas las provincias para erigirse en presidente
de facto, y tras los comicios de ese mismo año, asume como presidente constitucional con
mandato por seis años. Es en ejercicio de la presidencia que logra la consolidación de un
periódico oficialista, La Nación Argentina, una fuerte red de subsidios y apoyos a la prensa local
en las provincias interiores, así como de colectividades específicas en la ciudad de Buenos
Aires17.
defensiva de las infanterías y artillerías porteñas parapetadas en los bordes de la ciudad. Cfr. Moyano, 2008a; Scobie,
1964; Hortelano, 1936. El propio Hortelano recuerda en sus Memorias: "Lagos cometió la estupidez de no apoderarse
de la ciudad, contentándose con tomar el parque y algunos cuarteles que después abandonó. El coronel Mitre
comprendió que la revolución carecía de dirección, y, reuniendo algunos guardias nacionales, se fue a hostilizar a los
sublevados, que bien pronto se retiraron sin hacer resistencia, abandonando el parque y todos los puntos que
ocupaban. Poco se necesitó para poner la plaza en un estado inexpugnable de defensa: unas zanjas en algunas calles,
empalizadas en otras, fue lo suficiente para que durante siete meses no pudiesen penetrar 14.000 hombres que la
sitiaban. El coronel, hoy general, Mitre resolvió un problema para con él dominar a los numerosos y ágiles gauchos.
Desde entonces ya nadie duda que los gauchos de Buenos Aires son vencidos siempre que haya una débil tapia o zanja
por la que un caballo no pueda saltar” (Hortelano, 1936). 16 Si bien su triunfo militar en Pavón no anula las decisivas fuerzas entrerrianas de Urquiza, al pactar con este último
que no invadirá la provincia de Entre Ríos (Ruiz Moreno, 1981; Scobie, 1964), logra vencer y derrocar todos los gobiernos federales del interior del país (con excepción de la mencionada Entre Ríos), instalar gobiernos favorables
(De Marco, 1998) y paralelamente, tras anular la prensa favorable al Partido Federal sostenida hasta entonces por los
Estados provinciales, instalar una prensa afín en cada capital (De Marco, 2006; Moyano, 2008a; De Marco, 1969;
García Soriano, 1971). 17 La importancia de los diarios La Nación Argentina (1862-1869) y La Nación (1870-actual) en los combates políticos
de Mitre fue decisiva, pero Mitre también ejercía el padrinazgo o apoyo a numerosas otras publicaciones, en una
actividad (generosa, pero no exenta de beneficios políticos) de subsidios tanto estatales como particulares, para
publicaciones locales y sectoriales, como lo fueron todos los diarios porteños favorables a la política de confrontación
con la Confederación entre 1853 y 1861, el apoyo al periódico “de color” El Proletario en 1857 –práctica de apoyo a
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
30
Mitre poseía larga y amplia experiencia en las sinuosas articulaciones entre Estado y prensa
periódica en las nacientes repúblicas sudamericanas: En muchas ciudades –capitales de
provincias, ciudades medianas del interior- los primeros periódicos eran estrictamente
estatales, y quien buscaba hallar en el periodismo una fuente de ingresos comercial, sólo podía
imaginarla desde un contrato con el Estado para emitir el contenido político que éste decida. En
ciudades portuarias de mayor desarrollo empresarial –Valparaíso, Lima, Buenos Aires- o de
plena ligazón con él –Santiago de Chile- los mecanismos eran mixtos: florecían imprentas en
manos particulares, pero la edición de periódicos continuaba ampliamente apropiada o al menos
controlada por el aparato estatal. En el Buenos Aires de la década de 1850, separado
institucionalmente del resto de las provincias argentinas (nucleadas en el gobierno de la
Confederación Argentina), este control procedía por medio de subsidios directos que se
otorgaban y quitaban, compra garantizada de cierta cantidad de ejemplares por tirada, provisión
gratuita o subsidiada de insumos, acceso a las redes de transporte del Estado para distribución,
permiso formal o informal a empleados públicos –en especial oficiales primeros y segundos de
gobierno- para ocuparse del periodismo a tiempo parcial, etc. (Moyano,1996, 2015).
El 3 de mayo de 1860 Mitre alcanza el cargo de gobernador del Estado de Buenos Aires, que
mantendrá hasta el 11 de octubre de 1862, cuando inicia su presidencia constitucional (que había
ejercido de facto desde febrero). En su rol de gobernador, Mitre continuó ejerciendo la pluma,
pero también ejerció el control de la prensa. Durante su primer año de mandato gubernativo,
por ejemplo, hizo suspender los subsidios otorgados a El Nacional y La Tribuna, los dos diarios
de mayor antigüedad y prestigio político en Buenos Aires, a fin de obligar a las facciones porteñas
a moderar sus arengas favorables a la guerra con la Confederación, mientras el gobernador
intentaba avanzar en sus tratativas diplomáticas con los líderes de esta última, el presidente
Derqui y el general Urquiza.
Cuando inicia su mandato constitucional, Mitre toma rápidas medidas para contar con un
poderoso diario afín durante su presidencia. El 13 de septiembre de 1862 se imprime el primer
número de La Nación Argentina, predecesor directo de La Nación. Cuenta con todo el apoyo
estatal, incluida la dirección a cargo del secretario del presidente, don José María Gutiérrez. Es
un momento políticamente crítico: se acercan el aniversario de la batalla de Pavón (17 de
septiembre de 1861) y la asunción del mandato constitucional del presidente de facto, ahora
esta colectividad que continuará todavía en la década de 1870, o el apoyo a periódicos liberales del interior del país
(Moyano, 1996; Moyano y Ojeda 1999). La inmigración española o italiana, las colectividades de color de Montserrat
y San Telmo, las asociaciones literarias o científicas o los grupos políticos locales encuentran en Mitre un generoso
mecenazgo para sus publicaciones, aunque al costo de verse exigidos a participar en defensa de su facción política.
Cfr. De Marco, 2006; Moyano, 1996, 2008a; Mitre, 1943.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
31
electo (asumirá el 12 de octubre de 1862). Si bien su director afirma en el número 1 que el diario
ha surgido de la opinión (“ha nacido espontáneamente de ella”), todas sus características
muestran que, sin contradecir esta posibilidad, el diario surge de las entrañas del aparato estatal
nacional, recientemente reunificado (Cfr. Mitre, 1943; De Marco, 2006).
El diario apuntala sus pretensiones electorales, pues las elecciones argentinas, según el mandato
de su Constitución, eran de tipo indirecto: los electores de las provincias elegían representantes
al Colegio Electoral, y eran estos los que, tras complejas negociaciones y alianzas, podían elegir
al nuevo presidente.
Las elecciones habían sido en agosto, y si bien Mitre contaba con el previsible apoyo de la
mayoría de los representantes, era en septiembre cuando las deliberaciones lo definirían (De
Marco, 1998, 2006; Ruiz Moreno, 1981). El Colegio, en efecto, proclamaría a Mitre presidente
por seis años el día 5 de octubre, iniciándose el mandato una semana después: el 12 de octubre
Mitre dejaba de ser presidente de facto y gobernador de Buenos Aires, para ser presidente
constitucional.
La década signada por este apogeo del Partido Nacional conducido por Mitre se caracteriza, en
numerosos aspectos, por recorridos transicionales: aún no se conforma el modelo
agroexportador, pero se va en esa dirección: del apogeo del cuero y la lana se pasará en las
siguientes dos décadas al boom granífero; aún no es pleno el control territorial del Estado
nacional, pero se avanza en esa dirección y el mitrismo aplasta las resistencias civiles o armadas
del partido federal. La guerra contra el Paraguay, por su parte, expande enormemente el aparato
militar nacional; la prensa periódica aún se muestra ampliamente signado por los vaivenes del
Estado, pero comienza a perfilarse un espacio de pluralidad más estable, asociado a ciclos
electorales y a la expansión del negocio de lectores y avisos (De Marco, 2006; Moyano, 1996;
Moyano y Ojeda 2015). Esta situación se expresa en un diario como La Nación Argentina: por
un lado, su duración de varios años se halla notoriamente asociada a los beneficios de ser el
diario oficial; por otro, la expansión económica y la consolidación política del Estado de Buenos
Aires, que con el gobierno de Mitre pretendía extenderse a todo el país, presentaba la novedad
de una expansión del mercado capaz de permitir la existencia simultánea de numerosos diarios
y periódicos, y que en su mayor parte pudiesen sostenerse aún sin contar con el apoyo estatal
directo (bastaba con no sufrir el acoso), resultando viables para quienes los financiaban por
razones políticas aún sin hallarse en el gobierno, y en los casos más exitosos, poder
autosostenerse económicamente o incluso rendir ganancias.
De allí que La Nación Argentina fue reconocida por propios y ajenos (partidarios y adversarios)
e incluso por ella misma, como el diario oficial, característica que garantizaría su supervivencia
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
32
correlativa al tiempo que durase el gobierno (Moyano, 1996). Pero el grupo mitrista,
aprovechando una correcta comprensión de estos cambios, logró asegurar la supervivencia del
diario tras la vuelta al llano, y su remplazo por La Nación, llevando la empresa hasta una época
en la que el mercado resultaba un motor –y un aliciente para el propietario del diario- mucho
mayor que la lucha por el poder estatal.
De momento, respecto a los primeros años ’60, Adolfo Mitre (1943) comenta: " El diario oficial
se caracteriza por la mesura, y antes de defender explica, y antes de combatir defiende". Pero lo
cierto es que el diario vive al ritmo de cambiantes escenarios políticos en los que la mesura se
reduce o recupera. El propio presidente Mitre participa en debates desde el diario oficial; entre
otros temas, para intentar incidir en su propia sucesión a la presidencia (Cfr. Mitre, A., 1943; De
Marco, 2006, 1998; Moyano, 1996). Los otros diarios importantes, El Nacional y La Tribuna, le
asignan el rol de oficialista. El rol es asumido y reconocido, aunque en la tradición retórica de la
época, es preciso delimitar constantemente que se defiende el rol oficial desde un lugar de
independencia. Es lo que hará José María Gutiérrez, el único director que tuvo La Nación
Argentina, cuando aproximándose el cambio de razón social (el 4 de enero de 1870 el diario
saldrá como Sociedad Anónima y con el nombre recortado a La Nación), debe hacer un recuento.
Allí dirá que el diario no tuvo “la triste misión de defender los actos de gobierno”, sino que
defendió dogmas y doctrinas políticas “en el gobierno y fuera de él”, aunque no puede evitar
reconocer la heredada indiferenciación entre las esferas del combate periodístico, electoral o aún
militar: “… batiéndose en la prensa como en los comicios, como en el tumulto, como en el campo
de batalla, para conseguir el triunfo definitivo" (La Nación Argentina, 29 de diciembre de 1869).
Pero las reglas de juego del periodismo político bajo un Estado parlamentario y del periodismo
con expectativas de lucro bajo una notoria expansión y consolidación de las reglas de libre
mercado comenzaban a hacerse notar, y a mostrarse crecientemente estables. Ya desde la
consolidación posterior a Caseros y la revolución septembrina (1852), Buenos Aires había
atravesado una etapa económica y demográfica de notable expansión, aún en el contexto de
cíclicas amenazas de guerra.
Aún a pesar de que esas amenazas acercaban peligrosamente prácticas de anulación estatal de
las libertades de prensa –el gobierno hostigó, formal e informalmente, a todo intento de prensa
favorable al partido federal- Buenos Aires conservó a lo largo de la década de su separación de
la Confederación una notable estabilidad de su aparato parlamentario y de sus elecciones
regulares de legisladores y gobiernos. En su marco, florecieron periódicos que –sin salirse de la
defensa de los intereses de Buenos Aires contra la Confederación- apoyaban una u otra fracción
parlamentaria, fijaban posiciones propias, intentaban incidir en la opinión pública, debatían
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
33
entre sí, etc. (Moyano, 1996, De Marco, 2006, Moyano, 2015). Desde la breve gobernación
Urquiza en los primeros meses de 1852, Buenos Aires no tuvo ya un periódico emitido
directamente por el Estado, dando paso a otros que contaban con el apoyo mayor o menor del
gobierno de turno, pero en manos privadas, aun cuando esta privacidad tuviese su origen en la
venta a precio ínfimo de una imprenta estatal o confiscada a los federales (De Marco, 1969;
Moyano, 2008a). Los dos diarios más importantes, de mayor duración y estabilidad, fueron El
Nacional (1852-1893) y La Tribuna (1853-1884). Ambos fueron, pues, importantes diarios que
formaban la principal competencia comercial –y eventualmente política- con Mitre, al iniciarse
su presidencia y su nuevo diario. Éstos le llevaban una década de ventaja en una época de
prosperidad económica. Aún no dejaban de depender del Estado, realizando constantes
gestiones para lograr la compra de ejemplares a cambio de la publicación de los documentos
oficiales (leyes, decretos, proclamas, avisos de licitación, etc.). Eran diarios que habían
duplicado sus nóminas de suscripción (que ahora superaban los dos mil ejemplares por número)
y ampliado notoriamente las secciones de avisos: si en 1852 los avisos se repetían hasta el
hartazgo para evitar la reducción de la superficie reservada a ellos, ahora ocupaban un tercio, y
en ocasiones hasta la mitad de la superficie impresa total. Por ello desde 1862 en adelante los
tres diarios –El Nacional, La Tribuna y La Nación Argentina- fueron mutuamente sus
interlocutores periodísticos y su competencia. A ellos se agregaría, en diciembre de 1867, el
diario La República18, que también sobreviviría un período muy largo en comparación con la
etapa anterior, hasta 188119.
18 La República, sostenida por el dirigente alsinista Nicaso Oroño y redactada por Manuel Bilbao, apareció en
diciembre de 1867 y logró sostenerse hasta junio de 1881. Apareció para sostener la candidatura de Alsina, y luego
apoyó a Sarmiento cuando el alsinismo hizo lo propio. 19 Otros diarios habían logrado relativo éxito en la década anterior, aunque con duraciones promedio muy menores:
La Reforma Pacífica, de Nicolás Calvo, había aparecido el 1° de diciembre de 1856, pocos meses antes de los comicios
de renovación de autoridades provinciales, y se sostuvo hasta junio de 1859 (y reapareciendo en 1860-61) a pesar del
acoso oficialista que incluyó multas leoninas, amenazas e intentos de atentar contra la imprenta, hasta los dos ceses
del periódico. El Orden, de Félix Frías y Luis L. Domínguez había sobrevivido tres años (1855-58) alcanzando
prestigio por su estilo sobrio y poco orientado a las palabras agresivas y mordacidades, y expresando una corriente
católica conservadora moderada en la provincia; La Prensa, dirigida por Monguillot y financiada por Urquiza logra
subsistir entre julio de 1857 y marzo de 1858. En la década de 1860 también convivieron con El Nacional, La Tribuna y La Nación Argentina otros diarios de significación: El Siglo, de Federico de la Barra y José Cantilo (1862-63), El
Pueblo, de Juan Chassaing, afín al grupo en que activaban Nicolás Avellaneda y Ovidio Lagos (1864-68). En la década
de 1860 la cantidad de diarios con duración mayor a un año fue menor, pues la consolidación de los principales ocupó
lo espacios posibles desde la política y desde los prolegómenos de un mercado capaz de sostenerlos por suscripciones
o avisos. Pero fue notoria la aparición de numerosas revistas –intelectuales, especializadas, ilustradas, de caricaturas-
y periódicos que, como The Standard and Argentine News, mantuvieron vivo el sector de prensa en lenguas
extranjeras, alcanzando la periodicidad diaria durante varios períodos y realizando innovaciones de vanguardia en
varias oportunidades (por ejemplo, la adquisición de las primeras máquinas linotipo en el país. Desde su aparición
en mayo de 1861, tuvo continuidad semanal o diaria hasta 1959.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
34
En forma paralela, las primeras revistas ilustradas habían aparecido en las décadas de 1830 y
185020 y, con mejor resultado, durante la presidencia Mitre. Las más famosas y exitosas fueron
El Mosquito, que aborda la caricatura política y la sátira como recurso central, y El Correo de
Ultramar, que en 1863 anuncia una suscripción que incluye “mil grabados finos”:
Diario La Nación Argentina, 8 de agosto de 1863, pág. 3.
Otras revistas completan el panorama que testimonia la expansión. Aunque sin imágenes, la
Revista de Buenos Aires inicia su publicación en 1863 y extiende su continuidad hasta la década
siguiente, orientada a un público y contenidos intelectuales en torno a jurisprudencia, historia,
geografía, literatura y economía.
20 La experiencia en la primera mitad de la década de 1830, a cargo de Bâcle en la Litografía del Estado, incluye las
colecciones periódicas de Trajes y Costumbres de la provincia de Buenos Aires (colección de estampas) y el Diario
de Anuncios y publicaciones oficiales de Buenos Aires, con inclusión de litografías. Es decir, no son aún periódicos
ilustrados propiamente dichos, uno por no incluir contenido periodístico, el otro por no incluir imágenes como
elemento principal ni constante.
Distinta es la Revista del Plata (1853-55) cuyo objetivo es emular a las exitosas revistas ilustradas europeas surgidas
en la década anterior, a cargo de Carlos (Charles Henri) Pellegrini. Pellegrini era ingeniero y dibujante, graduado en
la Escuela Politécnica de París. Llegó a Buenos Aires a los 28 años (en 1828) contratado por el gobierno argentino en la especialidad de ingeniería hidráulica. Suprimido su puesto durante el gobierno de Viamonte, fue contratado por el
taller de Bâcle y se ganó la vida como litógrafo y retratista, alcanzando gran prestigio en el oficio, realizando cientos
de retratos a pedido y logrando ahorros que invirtió en la compra de campos. En 1841 fundó la Litografía de las Artes,
desde la cual publicó dos álbumes de estampas. En 1853 emprende una revista ilustrada, la Revista del Plata que
busca emular las exitosas revistas ilustradas de Londres, París y Madrid: con grabados propios y de intercambio con
otras publicaciones, presenta imágenes de maquinaria agrícola, especímenes botánicos, estampas de paisajes y
edificios, personajes célebres, etc. siguiendo la línea de las revistas que emula. Logró sostenerla durante dos años,
pero abandonó la publicación cuando fue contratado en 1855 para dirigir la construcción del edificio del Teatro Colón.
Todavía el negocio distaba mucho de competir con un buen contrato de ingeniería civil.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
35
Tras el triunfo porteño sobre el sitio de Hilario Lagos (1853) en el que había tenido un rol
protagónico, Mitre había retomado su actividad periodística, llegando a ser redactor principal
de El Nacional en 1854, y enviando colaboraciones también a La Tribuna. Es decir, se trata de
diarios que forman parte del mismo amplio espacio que Mitre. Sólo durante su presidencia, y
especialmente a partir de la finalización de ésta, se notarán diferencias más profundas. El
Nacional apoyaría la candidatura de Sarmiento que habría de derrotar a Elizalde, el candidato
propuesto por Mitre para su sucesión. Apoyará la presidencia de Sarmiento y recibirá
colaboraciones de éste hasta poco antes de su fallecimiento en 1888.
La Tribuna, propiedad de los hermanos Varela (Héctor y Rufino) era el diario de la facción
alsinista, distanciada del mitrismo desde el comienzo mismo de la presidencia. Mitre sostuvo el
proyecto de federalizar la ciudad de Buenos Aires (convertirla en Distrito Federal). El nombre
de Partido Autonomista que adopta la fracción Alsina simboliza esa oposición a la pérdida de la
ciudad puerto por la provincia de Buenos Aires.
Los tres diarios mantuvieron, a lo largo de la década de 1860, sus posiciones políticas, pero a su
vez, buscaron formas de maximizar beneficios en los términos que el mercado local podía
brindar. Entre otros factores, contaron con la gran ventaja de tener imprenta propia, lo cual no
sólo reducía los costos de producción del propio diario, sino que los amortizaba al dedicar la
imprenta a otras actividades, como la venta de imágenes impresas, los trabajos a pedido de
particulares, o el servicio de elaboración de originales para los avisos a publicar.
1.4. La construcción simbólica del diario moderno
En las décadas anteriores –y en esta- cualquier periódico sostenido con recursos oficiales, aún
si estos fuesen explícitos, legales y transparentes, como ocurrió con numerosos periódicos
oficiales de provincias en Argentina y en otros países (Moyano, 1996; Pineda y Gantús, 2013;
Pineda Et Al., 2016), el reactor siembre utilizó amplios recursos retóricos para asegurar, una y
otra vez, que aun dependiendo del erario y siendo un periódico defensor de la política del
gobierno, su voz no era “ministerial” sino independiente. El diario del gobierno de Mitre no fue
la excepción, pero, además, Mitre hizo significativos esfuerzos para alejar el periódico de tal
imagen. A diferencia de otros líderes que hicieron uso sistemático de periódicos (como Rosas y
Urquiza), Mitre era hábil con la redacción periodística, y era además un escritor con mayores o
menores éxitos en temas variados como la historiografía, la traducción o la novela. En tal rol,
adoptó la notoria conducta de no escribir él en el diario, y al hacerlo, dejar claro que participaba
en algún debate desde un rol distinto del de presidente. Por ejemplo, en su rol de general cuando
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
36
defendió la estrategia militar argentina en la guerra del Paraguay. En tal sentido, como veremos
en el capítulo siguiente, resultaba importante que el diario demostrase una creciente variedad
temática, que incorporase adelantos técnicos –como la reproducción ocasional de grabados de
Meyer y de Stein- que mostrase una importante cantidad de avisos, etc. A su vez, que hiciese
notar este esfuerzo de distanciamiento de la lógica faccional, aun cuando esta notoriamente
persistía. De hecho, Gutiérrez podrá asegurar que Mitre escribió muy poco en el diario al
redactar el artículo de despedida de La Nación Argentina en el fin de año de 1869, pero
inevitablemente se hacía presente la comparación con el gobierno de Sarmiento en curso. En la
edición aniversario La Nación, un siglo en sus columnas (1970: 14) se dice:
"Con esto, trata sin duda de sugerir la distinta posición de Sarmiento, que no ha vacilado
en ocupar las columnas de "El Nacional" con sus tres explícitas iniciales para censurar la
política de su antecesor e intervenir activa, apasionadamente, en la polémica política. Ya
la constitución de su ministerio marca una posición combatiente, sobre todo si se anota
que va a buscar en el equipo de "La Tribuna" a su ministro de Relaciones Exteriores" (La
Nación, un siglo en sus columnas, 1970: 14).
Sin embargo, Adolfo Mitre (1943: 163-167), nos recuerda las numerosas participaciones del
general presidente en el diario: envía cartas en las que aclara asuntos y posiciones, o responde
críticas. También participa en debates historiográficos: en junio de 1864 comienza a publicarse
los artículos que bajo el título marco de “Rectificaciones históricas” se publicarán después como
libro. Allí firma “"El autor de la 'Historia de Belgrano'", y son, en palabras de Adolfo Mitre:
“… la contestación a dos comentarios bibliográficos sobre esa obra, publicados en "El
Nacional" por Dalmacio Vélez Sársfield [Ministro de Hacienda de Mitre N de la A] (...)”.
Pero cuando el listado de intervenciones registradas por Adolfo Mitre es extiende a toda la gama
de temas del diario, su significación, sin dudas, cambia:
El pueblo también atribuye a Mitre los editoriales sobre política internacional, en esa
hora en que el conflicto entre el Perú y España obliga a la solidaridad americana, leal y
desprendida, pero sin peligrosos arrestos. (...) Desde el Paraguay [donde comanda el
Ejército en guerra N de la A] llegan así a "La Nación Argentina" artículos del prócer. Suyo
es uno memorable tendiente a restablecer la fe en el ejército en momentos en que prendía
en muchos corazones la desconfianza acerca del desenvolvimiento de la guerra. Suyos son
los editoriales acerca de los siempre espinosos asuntos de San Juan. El presidente de la
República y generalísimo de la Triple Alianza, desciende también a la arena de las lides
periodísticas para combatir el proyecto de concesión a una empresa extranjera del puerto
de Buenos Aires, aún en ciernes. También desde el Paraguay, desde el campamento de
Tuyú Cué, llega al director de "La Nación Argentina" la carta célebre sobre la sucesión
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
37
presidencial que la historia conoce como "testamento político" de Mitre" (Mitre, 1943:
163-167)
Como puede notarse, el trabajo apologético de Adolfo Mitre busca mostrar un gran esfuerzo del
Presidente por subordinar su rol al de periodista separable de la función presidencial: firma en
roles diferentes como historiador, como ciudadano que envía una carta, como polemista político,
como general del Ejército en guerra, etc. Esto es, conoce y aplica todos los pasos esperables en
dirección a una prensa anclada en la sociedad civil a partir de una iniciativa privada. Pero las
condiciones aún no lo permiten, y el resultado es un “diario de Mitre” en el que, en última
instancia, el Presidente sostiene con su pluma interpretaciones políticas de su gobierno, defensa
de decisiones tomadas, reclamo de apoyo, oposición a acciones y por último, la promoción de su
propio sucesor. Mitre no sólo escribió: lo hizo cuantas veces lo consideró necesario, a todo lo
largo de su mandato. Al despedirse negando este hecho evidente, La Nación Argentina rendía
su último culto al lenguaje faccional y formulario de la prensa de su tiempo (Cfr. Moyano, 1996;
Halperín Donghi, 1985).
Pero a su vez, mientras La Nación Argentina se parece y comparte características típicas de la
prensa de su tiempo, se encuentra a la vanguardia de los esfuerzos por anclar las primeras
señales de nuestra modernidad: Si en 1852 crear un diario oficial fue una de las primeras
medidas de Urquiza tras Caseros, en la década de 1860 no hay espacio que legitime la noción de
diario oficial como útil o válida. Ser el presidente, escribir en la prensa y firmar como ciudadano,
o dejando la nota sin firma, era todo un mojón en la construcción del Estado moderno, pues se
señalaba el camino de diferenciación de campos respecto de la unidad del poder (Cfr. Moyano,
1996; Habermas, 1986; Halperín Donghi, 1985): el presidente y un ministro debaten en la prensa
por cuestiones historiográficas, y la relación jerárquica en el Estado queda aparte, para construir
dos contendientes iguales en el periódico; el general defiende su rol militar desde el frente,
firmando como general, no como presidente; en cuestiones políticas, una carta firmada como
ciudadano.
Del mismo modo, el diario retoma una práctica que Mitre conocía desde su experiencia chilena:
la publicitación de los avances tecnológicos y su capacidad de ofrecer servicios de alta calidad,
veloces y de gran volumen, tanto al considerar la impresión del periódico, como de prestar
servicios particulares e incluso elaborar libros, complemento necesario, a su vez, de la oferta de
espacios publicitarios para dirigir avisos al gran público atraído por tales adelantos y ventajas.
La tecnología utilizada por La Nación Argentina (septiembre de 1862 a diciembre de 1869) era
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
38
avanzada para su época en relación con el equipamiento disponible en el país, pero aún estaba
muy lejos de lo que hoy conocemos como equipamiento "moderno". Decía el diario:
"Contando la imprenta por la que se publica La Nación Argentina, con una poderosa
máquina á vapor. y con la variedad más completa de tipos que posea establecimiento
alguno en la ciudad, podemos asegurar á los Sres. que se dirijan á hacer uso de nuestras
columnas, que publicaremos los avisos en la forma, tamaño y gusto que pidan los
interesados. Advirtirndoal [Sic] mismo tiempo, que, poseyendo el establecimiento un
sistema nuevamente inventado para grabar sin buril, se pueden dotar á los avisos de las
láminas o indicaciones que quisiesen agregarse, mediante una pequeña retribución sobre
el precio del aviso sencillo, pudiendo después disponer el dueño de la plancha.
Como la publicidad es una gran palanca para hacer fortuna, llamamos la atención del
público sobre las ventajas que ofrece La Nación Argentina sobre los otrosdiarios [Sic], y
esperamos que los amigos nos favorezcan con sus trabajos.
Quedarán satisfechos tanto por la modacidad de los precios, como por la perfección y la
forma en que se hará la publicidad de los avisos" (La Nación Argentina, N° 4, 17 de
septiembre de 1862).
Como ha hecho notar Halperín Donghi (1985), la década de 1860 ha sido decisiva en la
construcción del Estado nacional, sobre todo, en el despliegue de una fuerza armada nacional
que deja rápidamente obsoletos los viejos ejércitos provinciales que fueron la clave de las guerras
civiles en las décadas anteriores. En 1868, Mitre concluye su sexenio presidencial en un contexto
en el que el Estado Paraguayo ha sido derrotado y las resistencias militares del interior han sido
derrotadas; sólo Entre Ríos conserva una potente caballería que será pronto vencida también,
con protagonismo del joven oficial –y futuro presidente- Julio A. Roca. El Estado nacional no
volvería a perder su supremacía: separación de poderes, monopolio de la fuerza legítima,
libertades (incluida la de prensa), comenzaban a afianzarse como esferas autónomas y
mutuamente acotadas en su poder. La prensa periódica amplía los espacios a salvo de la lucha
entre fracciones (Halperín Donghi, 1985; Moyano, 1996; Moyano y Ojeda, 2003): artículos
doctrinales generales (economía, transportes, inmigración, educación, jurisprudencia
republicana, etc.), difusión de actos de gobierno, información mercantil y estadística, literatura,
comercio, re-vista de periódicos extranjeros, son ya ámbitos suficientemente despegados de la
lucha faccional, al punto tal que una revista que se dedique sólo a estos temas puede ser
redactada y leída por integrantes de diversas facciones (Moyano y Ojeda, 2003).
Así, el miércoles 29 de diciembre de 1869 (N°292), cuando se anunciaba en el editorial la
próxima salida del diario La Nación, se anunciaba toda una decisión simbólica que suponía
asumir el paso a la oposición de los cuadros del gobierno Mitre, la conversión del diario en una
Sociedad Anónima, y la renovación de la promesa de cesar en el uso de la prensa como
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
39
herramienta de combate (promesa que incumpliría todavía de modo flagrante en los años
subsiguientes).
Como periódico oficialista, La Nación Argentina tuvo amplia difusión, se distribuía entre
funcionarios, impactaba en la opinión pública, se tomaba como referencia por todos los demás
diarios. Pero la consolidación institucional, política y militar del Estado nacional lograda
durante las primeras “presidencias históricas” (Mitre, 1862-68 y Sarmiento, 1868-74) no sólo
garantizó la continuidad de la publicación durante un período largo y de expansión económica,
sino que facilitó la extensión de su circulación hacia el interior del territorio nacional. Tras la
batalla de Pavón (1861), las sucesivas intervenciones del Estado nacional sobre doce de las trece
provincias permitieron liquidar la prensa favorable al partido federal, por varios años (De
Marco, 2006). En algunas de ellas existían periódicos favorables al partido mitrista (Partido
Nacional), y en otras se instalaron por cuenta del gobierno nacional, o aún más, se instalaron
sobre los talleres confiscados a los derrotados. La prensa de Entre Ríos, no intervenida, sufriría
clausuras en 1867 a pedido del Ministerio del Interior, en el marco de la guerra de la Triple
Alianza (Vázquez, 1970), en tanto que el periodista José Hernández cesaría su prédica en
Corrientes, en 1868, tras el derrocamiento de Evaristo López, derrotado por fuerzas nacionales
que dirigía Emilio Mitre, hermano del presidente (Halperin Donghi, 1985). A esta nueva red se
la fortaleció con el apoyo sistemático del funcionariado, con el permiso para reproducir
materiales de La Nación Argentina, y con ventajas en los dispositivos de comunicación
telegráfica y ferroviaria recientemente instalados, así como, poco después, con un poderoso
sistema de corresponsalías en el interior que cumplirían funciones de agentes comerciales y a su
vez, de corresponsales en sentido estricto, haciendo imbatible en las décadas siguientes el
alcance nacional de los diarios nacidos del mitrismo.
Estas ventajas, sumadas al enriquecimiento de los líderes partidarios21 y una notable ampliación
tanto del público dispuesto a abonar suscripciones como de anunciantes de avisos pagos,
21 En la época existieron numerosos casos de corrupción estatal, y todas las facciones acusaron a las demás de
corruptas, denunciando casos, aunque los mismos quedaron por lo general impunes. Debe tomarse en cuenta, sin
embargo, que la acusación de corrupción es un recurso retórico habitual en la prensa faccional, y que cada acusación
puede ser acertada, errada, basada en meras sospechas o aún falsa. Por otra parte, existen muchos casos de
enriquecimiento abrupto basados en la rápida valorización de las tierras a medida que se consolidó el control del
Estado sobre sus fronteras agrícolas, así como en la importación de tecnologías y criterios de gestión empresarial capaces de aprovechar el naciente mercado a medida que aumentaban la población y los recursos económicos
circulantes. En cualquier caso, durante la década de 1860 las señales de corrupción son escandalosas y las denuncias
son constantes, y han quedado plasmadas en escritos públicos y cartas privadas. El entorno de Mitre ha sido señalado
una y otra vez, y las acusaciones en torno a la guerra del Paraguay son especialmente dolorosas, con referencias a
alimentos, vituallas, equipamiento sanitario que se compraba varias veces, etc. Los rumores y comentarios sobre
enriquecimiento ilícito habían arreciado a lo largo de la década de 1860, y han quedado plasmados en numerosas
denuncias, escritos públicos y cartas privadas. Algunos de ellos, apuntan a la corrupción estatal en el sistema de
proveedores del Estado para la guerra del Paraguay, incluyendo aspectos especialmente escandalosos como el robo
de instrumental médico y sanitario. Los hombres del entorno más íntimo de Mitre son sistemáticamente señalados.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
40
permitieron a Mitre y su núcleo afín dar continuidad al diario una vez perdida la presidencia, no
sólo durante los dos años siguientes, sino a largo plazo, pues si bien la irrupción de La Nación
el 4 de enero de 1870 fue presentada como el nacimiento de un nuevo diario por sus propios
directivos, existe una clara continuidad: el nombre es sólo una abreviación del anterior, el
folletín que se publicaba continuó en el número 1 de La Nación, la línea editorial, la dirección
real, el formato, los contenidos habituales y el estilo continuaron iguales. Sólo cambió la razón
social (ahora Sociedad Anónima, la primera propietaria de un diario en Buenos Aires). De allí
que es válido considerar como unidad La Nación Argentina y La Nación, lo cual convierte a este
diario en el más antiguo de la Argentina con continuidad hasta la actualidad, junto con La
Capital de Rosario (1867) y La Prensa (1869).
El plan original de Mitre era que su sucesor fuese una persona de su círculo de máxima
confianza. Rufino de Elizalde era su Ministro de Relaciones Exteriores y su socio en numerosos
negocios. El plan fracasó, y la carta que hizo publicar en La Nación Argentina (noviembre de
1867) recomendando explícitamente esta candidatura pasó a recordarse como su “testamento
político”. El 12 de abril de 1868 el proceso político comenzaba a mutar: una fórmula impensable,
encabezada por un candidato independiente del riñón de cada facción (Domingo F. Sarmiento),
ganaba las elecciones, con apoyo de una contingente alianza ente gobernadores, líderes
partidarios y la oficialidad de un ejército nacional que había crecido enormemente en volumen
y rol con la guerra del Paraguay (Cfr. Halperín Donghi, 1985). Mitre comprende de inmediato
que pasará a la oposición. Si bien la elección se efectivizará el 16 de agosto (pues era indirecta, y
debía reunirse el Colegio Electoral), los datos de abril mostraban que la abrumadora mayor parte
de los electores apoyaría a Sarmiento.
El núcleo mitrista se abocó entonces a preparar lo mejor posible su descenso al llano político.
Era toda una novedad: no se trataba ahora de la clásica resolución por levantamientos, golpes,
asonadas o intrigas en el aparato estatal. Ahora había un mínimo marco de acuerdos para el
funcionamiento civil de las facciones políticas. Se preparó entonces el refuerzo de la prensa afín
la disposición de recursos para la etapa del llano, y la preservación de un amplio arco de
legisladores, funcionarios, jueces y empleados afines. En cuanto a los diarios, los dos más
importantes y tradicionales, El Nacional y La Tribuna daban claras señales de que serían
defensores del gobierno de Sarmiento, por lo que asegurar la continuidad de una prensa propia
sería fundamental. Los meses siguientes a la elección de abril darán cuenta de ello.
En mayo de 1868 Mitre –todavía presidente- inaugura el Hospicio de Inválidos construido con
donaciones impulsadas por la Asociación creada por José Paz para asistir a los soldados lisiados
de la guerra del Paraguay. El vehículo más exitoso para colectar recursos y difundir la iniciativa
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
41
fue el semanario El Inválido Argentino, creado el año anterior con amplio apoyo del subsidio
estatal. Inaugurado el Hospicio, el semanario declara cumplidas las razones de su existencia22,
y Paz se aboca a reciclar la experiencia periodística como un diario, al que llamará La Prensa.
El 12 de octubre se produce la asunción presidencial de Sarmiento, y de inmediato el mitrismo
acelera su reorganización periodística: un grupo de amigos organiza una colecta y compra una
casa que es donada al presidente saliente, según escritura realizada el 23 de enero de 1869. Dos
meses más tarde escribía Sarmiento sobre tal donación en tono sarcástico en una carta
particular:
“...su casa fue negociada por agentes y obtenida la suscripción de los proveedores que
mediante despilfarro de la renta han ganado millones, como Lezica, Lanús, Galván, que
al fin costearon casi en su totalidad (…) Mitre sabe que con un poco de insistencia con
amaños conocidos, con muchos hombres que le deben o la impunidad o la fortuna mal
adquirida todo se puede conseguir23.
Sarmiento se escandalizaba por estos negociados. Los apellidos que menciona son efectivamente
del entorno mitrista, y ampliamente denunciados por las fuerzas que se habían opuesto al
gobierno de Mitre como parte de un entorno íntimo sospechado de corrupción24.
Menos de un año después de la donación se constituía como Sociedad Anónima el grupo que
heredaría La Nación Argentina, relanzándola como La Nación, con diez socios integrantes:
* Bartolomé Mitre, había concluido su presidencia el 12 de octubre de 1868, y asumido
como senador por la Provincia de Buenos Aires.
22 Por otra parte, el grueso de las fuerzas argentinas de combate de habían retirado ya del frente, quedando a cargo de Brasil la persecución de los restos de las fuerzas paraguayas. 23 Carta de Sarmiento a Mariano E. de Sarratea Buenos Aires 17 de marzo de 1869. Archivo de la familia Sarratea
Prats. Citado por F. Nieto del Río: “Cómo recordaba Sarmiento a Chile”, en El Mercurio. Artículo en la edición especial
del centenario. Valparaíso. 12 de septiembre de 1927. Citado también por García Mellid, Atilio (1964, tomo II, pág.
283). 24 Si bien existen documentados numerosos comentarios y rumores sobre corrupción a lo largo de la década de apogeo mitrista, y muy especialmente durante la guerra del Paraguay, debe tomarse en cuenta que este tipo de problema –y sus denuncias- afecta también a otros gobiernos del mismo período histórico -anteriores y posteriores- y que el periodismo exponía al máximo flaquezas del oponente -reales, sospechadas o aún inventadas- en el contexto de una lógica de facciones fuertemente polarizadas que se cruzaron mutuamente acusaciones de este tipo en forma constante. Pero también es cierto que muchas de estas acusaciones –al menos en cartas privadas- fueron hechas por miembros de la propia facción, y que el entorno íntimo de Mitre fue especialmente objeto de sospechas durante el período de la guerra del Paraguay. Este momento histórico habilita una “acumulación originaria” de recursos obtenidos en el Estado y que permiten luego la supervivencia en el llano hasta tanto el mercado pueda sostener la actividad por sí solo, y en ese momento, asegurará una ventaja de acumulación difícil de descontar por cualquier competencia. Debe tomarse en cuenta, por otro lado, que los crecimientos abruptos de fortuna en el período no necesariamente se relacionan con las sospechadas corrupciones estatales. Los bruscos ascensos del valor de la propiedad de la tierra, la expansión de la economía exportadora, la incorporación de tecnología novedosa y los nuevos negocios y comercios generaron fortunas en numerosas ocasiones.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
42
* José María Gutiérrez, había sido secretario de Mitre durante la presidencia y director
de La Nación Argentina hasta su remplazo por La Nación.
* Rufino de Elizalde fue Ministro de Relaciones Exteriores de Mitre durante todo el
mandato presidencial de Mitre, con excepción del breve interregno entre septiembre de
1867 y enero de 1868, cuando viajó al frente de guerra para entrevistarse con la
oficialidad con vistas a su candidatura presidencial, realizando al mismo tiempo negocios
particulares.
* Francisco de Elizalde era hermano de Rufino.
* Juan Agustín García era Juez y llegaría a ministro en el gobierno de Juárez Celman.
* Delfín B. Huergo había sido Subsecretario de Relaciones Exteriores y embajador en
Bélgica del presidente Mitre. Tendrá un rol importante en la Conciliación posterior con
Avellaneda y Roca, y más adelante nuevamente embajador.
* Adriano E. Rossi fue Comisario General del Ejército durante la guerra del Paraguay, y
como tal, firmante de los contratos de compra con los particulares.
* Anacarsis Lanús era el titular de Lanús Hermanos, empresa que había multiplicado
abruptamente su fortuna durante los años de la guerra del Paraguay. Era además, según
denunciaba Natalicio Talavera25 socio de Mitre en numerosos negocios y proveedor
general del ejército durante una guerra en la que Mitre era presidente y general en jefe.
Banquero, comerciante, terrateniente, ex jefe de policía, futuro diputado. Como
proveedor del ejército, firmante por la parte privada de los contratos que su ahora socio
Rossi firmaba por la parte estatal.
* Ambrosio Lezica, también mencionado en la carta de Sarmiento, era socio comercial
de Lanús, terrateniente y comerciante, también proveedor del ejército en sociedad con
Lanús. Fue considerado el hombre más rico de la Argentina. Accionista principal de la
Sociedad Ferrocarril Oeste de Buenos Aires desde su constitución en 1854, bajo la
presidencia de Mitre en 1862 y en ejercicio del cargo de senador provincial por la
provincia de Buenos Aires, le vendió el ferrocarril a esta provincia, manteniendo a su vez
el cargo de Administrador.
* Cándido Galván, socio de Lanús y Lezica.
25 Talavera, Natalicio: “Crónica de la guerra”. Campamento de Paso Pucú, octubre 27 de 1866. Cartas publicadas en El Semanario (Asunción) N° 653. Citado por García Mellid (1964) en su tomo segundo, página 281 (La mención a Paso Pacú es una errata tipográfica, N. de la A.).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
43
Por su parte José C. Paz, había dado continuidad –equipos, contratos, logística, suscripción,
anunciantes- a El Inválido Argentino, pero ahora como un diario de interés general (La Prensa),
cuyo primer número se tiró el 18 de octubre de 1869, al cumplirse un año de la salida del
gobierno. Replicando también la estrategia e intereses demostrados en el semanario, genera en
el edificio del diario numerosos servicios y ayudas sociales (enseñanza, atención médica,
asesoría jurídica), práctica que continuará y profundizará en las décadas siguientes.
José C. Paz es parte del círculo de confianza de Mitre y tanto su patrimonio como sus contactos
sociales han crecido mucho en el sexenio de su jefe. Se le abren, además, las puertas de las redes
semi-secretas que bajo la forma de clubes y logias hacen lobbies, multiplican contactos y alianzas
y protegen secretos26.
El relanzamiento de La Nación Argentina como La Nación se produce el 4 de enero de 1870,
fecha en la que aún hoy este diario festeja el aniversario
de su fundación (considerándose distinta del nombre
anterior). Bajo este nombre, el periódico ha superado los
cincuenta mil números editados.
La nota editorial del primer número de La Nación
expresa el nivel de continuidad, tanto como las
expectativas de ruptura entre un título y el siguiente: lo
escribe José María Gutiérrez, con el título "Nuevos
horizontes":
"El nombre de este diario es sustitución del que le ha precedido. 'La Nación' reemplazando a 'La Nación Argentina' basta para marcar una transición, para cerrar una época y para señalar los nuevos horizontes del futuro. 'La Nación Argentina' era un puesto de combate. 'La Nación' será una tribuna de doctrina (...)
26 Tanto El Inválido Argentino como La Prensa fueron impresos en la Imprenta Buenos Aires, cuyo propietario era el poeta Estanislao del Campo, miembro activo del elitista Club del Progreso y de la Logia de Libres y Aceptados Masones de la ciudad de Buenos Aires, espacios de sociabilidad y contactos en los que Paz abreva gustoso, forjando futuros logros comerciales y políticos, entre ellos alcanzar los cargos de secretario y de vicepresidente de dicho Club. Como editor responsable de La Prensa figura Jorge E. Cook, y como primer director, Cosme Mariño. La Imprenta de Jorge E. Cook tiene a cargo el contrato de impresión de la Memoria Municipal de 1872 en la ciudad de Buenos Aires; Cosme Mariño era amigo personal íntimo de Paz, con quien comparte bienes (como una casa de fin de semana en las cercanías del Delta del Paraná, e inversiones. Más adelante, habiendo adherido al espiritismo kardekciano, mantuvo estrecha relación con Pedro Bourel, quien provenía del funcionariado mitrista y sería más adelante una figura decisiva de la red periodística afín y en la incorporación de la imagen a la prensa periódica nacional. Entre Ambos –Mariño y Bourel- lograron la incorporación de Rafael Hernández, figura del autonomismo bonaerense (y hermano del autor de Martín Fierro) a su corriente espiritista. Los primeros versos de Estanislao Del Campo se publicaron en Los Debates en 1857, actuando luego en el ejército al mando de Mitre, y fue secretario de Valentín Alsina, así como secretario de la Cámara de Diputados de la Provincia de Buenos Aires, función que cumplía cuando se fundaron ambos diarios y le contrataron para imprimirlos. Por otra parte, Ataliva Roca, hermano de Julio Argentino, aportó capital para la creación de La Prensa. Se trata de una compleja red de contactos cuyo valor se multiplicará cuando tras la Conciliación, la guerra de facciones comience a quedar atrás.
La Nación, N° 1, 4 de enero de 1870
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
44
Hoy el combate ha terminado (...) La discusión por la prensa cambia pues de combate y de medios (...) La Nación Argentina fue una lucha. La Nación será una propaganda (...) La pluma del escritor no será ya, porque no es necesario, la espada del combatiente..." (La Nación, N° 1, 4 de enero de 1870).
De este modo, menos de un año y medio después de haber dejado el poder, frete a El Nacional
y La Tribuna, se alzan La Prensa y La Nación, con una suscripción de casi tres mil números
entre ambos, una cantidad elevada para los estándares de inicio de un diario en la ciudad en
aquella época. El expresidente había publicado en su diario el 18 de diciembre de 1869:
"Voy a hacerme impresor (...) hijo del trabajo cuelgo mi espada que no necesita mi patria
y empuño el componedor de Franklin. Invito a Ud. a venir a mi imprenta, comprada (...)
por una sociedad anónima de la que seré accionista y gerente. Allí, en medio de los tipos
y de las prensas me encontraré en el punto de partida..." (Mitre y Gómez, 1897: 134-135).
Es cierto que el momento simbolizaba un gran avance, al existir condiciones para la entrega
pacífica del poder ejecutivo, la renovación de cámaras y el cambio de mayorías, pero también
que esto ya había sucedido tanto en Buenos Aires como en la Confederación (cuando Urquiza
entregó el mando a Derqui), e incluso cuando el mencionado Urquiza facilitó la pacificación
otorgando el poder a Mitre a comienzos de 1862. Y que si bien había notables señales de
disminución de la violencia y los conatos de guerra, aún estaban presentes los combates en el
Paraguay, en menor medida en el noroeste argentino, y crecía la tensión en Entre Ríos. Lo mismo
puede decirse de la consolidación institucional, económica y social: una creciente amalgama de
intereses parecía mostrar una clara tendencia hacia la estabilidad y el progreso, pero éste no
estaba exento de graves tensiones. De allí que, si en el momento simbólico de cambio de nombre
del diario todas las palabras promovían el sentimiento de un cambio de época hacia debates,
elecciones y opinión pública relevando el lugar ocupado por guerras, asonadas y divisiones
territoriales, a la luz de lo que sucedería en el lustro siguiente queda claro que tal cambio estaba
lejos de haberse consolidado. A fines de 1869 "La nacionalidad está afirmada", dice Gutiérrez en
la nota editorial del 31 de diciembre de 1869 en La Nación Argentina, agregando que este diario
"se retira con la satisfacción de decir que la bandera que levantamos en nuestras manos no ha
sido arriada mientras se mantuvo en ellas". Ahora no hacen sino "pasarla a manos
experimentadas" y "en pos de 'La Nación Argentina', completada la obra del afianzamiento de
nuestras instituciones, viene 'La Nación' a defenderlas y a velar por ellas". La Nación dio
continuidad a esta línea:
"Propendámonos todos, a que se destierren de las columnas del diarismo los insultos brutales,
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
45
los desahogos torpes e indignos, adoptando por regla la responsabilidad moral de todo lo que se
publique bajo el título de un diario..." (Editorial de La Nación, 27 de febrero de 1870).
Puede afirmarse que los problemas que hallaron los sucesivos gobiernos de este período histórico
para completar y dar por concluida la construcción del Estado y la sociedad modernos, son
equivalentes a los problemas que tuvo el diarismo para constituir una prensa anclada en la sociedad
civil y el mercado, capaz de cumplir la función de contrapeso del poder político, y de ser vehículo
de la pluralidad de ideas e intereses. De allí que los compromisos de arranque de La Nación se
pareciesen a las de la mayor parte de los periódicos en su prospecto y/o número 1 en aquella época:
todos los manifiestos eran muy parecidos, y en todos los casos, cubrían retóricamente una
expectativa que no cristalizaba institucionalmente (Moyano, 1996, Halperín Donghi, 1985).
La Nación fue presentada como una empresa. Se destacó su carácter de Sociedad Anónima, se
prometió independencia del poder político y una gestión empresarial. Si aún era preciso un
constante esfuerzo retórico por mostrar independencia de la lógica faccional y del paso por el
poder político como condición necesaria27, también era cada vez más notoria la insistencia en la
nueva lógica comercial:
"Me permito adjuntar a usted el nuevo diario que bajo el título de La Nación empieza a
publicar esta sociedad desde esta fecha, esperando que usted le prestará su protección
suscribiéndose a él y favoreciendo el establecimiento con la remisión de sus avisos"28.
La defensa de la función estratégica del aviso publicitario venía siendo asumida por Mitre desde
los tiempos del exilio chileno. Cuando en 1857 busca sostener su participación en las lides
político-electorales de su provincia reincide con el título Los Debates (como el periódico del
primer semestre de 1852, en el que trabajó contratado por el español Hortelano hasta la clausura
urquicista) y allí convocaba a los anunciantes a comprender el periódico como “un bazar” en el
que oferta y demanda se cruzan, asegurando excelentes rendimientos a la inversión. El tema fue,
lógicamente, retomado apenas se inició el diario La Nación, en 1870:
"El aviso no es otra cosa que la publicidad aplicada a la oferta y la demanda. Por medio de él se ofrece a millares de personas lo que en meses enteros no se podría verbalmente ofrecer, y se encuentra en un minuto lo que costaría días de prolija investigación encontrar. Ofrecer por medio del aviso es poner de manifiesto a la vista de miles de ojos el almacén que sólo ven los que pasan por su frente y que sólo saben lo que contiene los pocos que entran en él. Buscar por medio del aviso lo que se necesita es traer a sí la oferta o tener constantemente a la vista las innumerables casas de negocios de todo el mundo.
27 Entre las numerosas marcas de tales recursos, Mitre insiste en una carta publicada en el diario, en que su participación en la Sociedad Anónima es de sólo un diez por ciento (de ochocientos mil totales de composición del capital inicial), obtenidos por medio del remate de sus bienes personales. 28 Mitre, Carta circular, Buenos Aires, 1° de enero de 1870, transcripta en: Mayochi, 1977: 318.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
46
Considerada bajo este aspecto, la sección de avisos de un diario equivale a un bazar o una feria en que todo se encuentra, cruzándose la oferta y la demanda"29.
Casi tres años más tarde, el tema continuaba en primera línea y se contaba con los primeros
auspiciosos resultados. El 19 de septiembre de 1872 se informaba:
"la gran cantidad de avisos, cada vez más crecientes, nos hace retirar del diario y pasar a
una hoja suelta los materiales siguientes: documentos del Ministro de Justicia, Culto e
Instrucción Pública, sobre la Biblioteca de San Juan. Otro sobre estudios científicos del
doctor Stelzner, de la historia natural en Mendoza y San Juan, y un acuse de recibo del
Enviado Extraordinario de Chile sobre canje de libros de ambas repúblicas. Noticias del
Rosario, Córdoba, Perú, Estado Oriental, y otras extranjeras, y la "condenación" de Aben
Xoar (…) dando así más espacio a este diario para dar cabida en parte a la inmensa
cantidad de avisos que no podemos insertar tanto por abundancia de estos como de otros
materiales"(La Nación, 19 de septiembre de 1872: 1).
Si bien Mitre prometió una oposición “no radical”, evitando "…programas negativos y por lo
tanto infecundos…”30, ya en 1869 las relaciones con la presidencia Sarmiento eran muy malas y
tensas. La alianza del sanjuanino con el autonomismo bonaerense que lideraba el vicepresidente
Alsina dejaba al mitrismo políticamente aislado y en extrema minoría. Debido a ello, bastó
aguardar al número 5 de La Nación para hallar un enfrentamiento a mandobles discursivos
típicamente faccionales: acusaciones cruzadas de corrupción, cobardía, defección, despilfarro
en los gastos en el gobierno, etc. De este modo, la prometida imparcialidad crítica del diario
debería esperar no algunos números sino años. En 1874, la repetición del aislamiento político
mitrista en el colegio electoral llevó a sus fuerzas a optar por el levantamiento armado con
jefatura militar de Mitre. Atrás queda la expresión "la peor de las votaciones legales vale más
que la revolución"31. Si bien en estos años el conjunto de la prensa porteña va hallando en su
agenda temática el espacio para secciones a salvo de la lógica faccional32, el núcleo principal del
29 La cita proviene de La Nación, un siglo en sus columnas, (1970: 232), editado por el propio diario en homenaje a
su historia. Se indica que la cita es de 1870, pero no especifica número ni fecha de publicación. Adolfo Mitre había
citado un fragmento muy similar publicado en 1857 en Los Debates: "Es un hecho demostrado que el anuncio es el
medio más poderoso de multiplicar las transacciones, y que todo dinero empleado en anuncios es como un capital
puesto a interés que reditúa cuatro veces el interés corriente (…) la sección de avisos de un diario equivale a un bazar
o una feria en que todo se encuentra, cruzándose la oferta y la demanda" (Mitre, 1943: 132). 30 Agregaba: “(…) En tal sentido estaremos siempre de lado de los que profesan y defienden nuestros principios, sean gobierno o pueblo, y estaremos en contra de los que los violen o comprometan sean gobierno o pueblo" (Nota editorial de La Nación, 4 de enero de 1870). 31 "Es natural; está dentro de la lógica de los acontecimientos que el diario del jefe de los ‘nacionalistas’ se convierta en el órgano de su partido. Insensiblemente, involuntariamente, 'la tribuna de doctrina' vuelve a la lid" (Mitre, A., 1943). 32 Ya en décadas anteriores se habían separado como secciones “objetivas” las de documentos oficiales (publicidad de
los actos de gobierno), los avisos y la información estadística comercial, demográfica y de transportes. Más
recientemente comenzaba a notarse un alejamiento de la lógica faccional para la revista de periódicos extranjeros
(aunque se mantendrían debates sobre posiciones argentinas respectos de algunos tópicos como la guerra de Cuba,
la invasión a México por Francia, etc.), la sección de literatura, y las notas actualmente agrupadas como “sociales”, en
las que se ponía aspectos de la participación de familias en espacios públicos de la ciudad, pero se consideraba muy
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
47
contenido del diario sigue siendo sus artículos editoriales y polémicos -de posición, opinión y
argumentación política-, y en este sentido La Nación de 1874 no "vuelve a la Lid", como expresa
el comentario apologético de Adolfo Mitre (1943): aún no la ha dejado atrás.
Hacia noviembre de 1874 la derrota del mitrismo es completa: se rinden sus últimas fuerzas,
quedando sin oficialidad afín en mar y en tierra; sus periódicos afines, clausurados; sus
partidarios, expulsados de cargos en el Estado; sus locales, cerrados; sus militantes, muertos,
desterrados, proscriptos de la política, dificultadas sus actividades económicas. Mitre es
condenado al pelotón de fusilamiento, luego se le conmuta la pena, finalmente se lo indulta. A
comienzos de 1875 se descomprime la situación permitiendo a los diarios mitristas volver a
circular. Finalmente, la política de Conciliación de los Partidos promovida por el presidente
Avellaneda da frutos en 1877, abriendo las puertas de la recuperación del camino de la
institucionalidad, aunque no faltarán estallidos violentos de impacto nacional (1880, 1890,
1893), provincial y local en los años siguientes.
Como signo de los tiempos, desde entonces y hasta el retiro de Mitre de la política (en 1901), sus
esperanzas de recuperación del poder se vieron frustradas, su influencia política decreció y sus
combates electorales arrojaron derrotas. Y a la inversa, su diario fue aumentando tiradas,
contrataciones de avisos y prestigio en la sociedad civil33.
Las décadas anteriores habían quedado regadas de eventos traumáticos: fusilamiento de
Dorrego, asesinato de prisioneros, el terror de 1840, la ejecución de antirrosistas con métodos
crueles, el asesinato de rosistas luego de Caseros, la captura y ejecución en masa de los alzados
al mando en Jerónimo Costa en 1856, la masacre de Cañada de Gómez en noviembre de 1861,
etc. Todavía en 1873, los últimos restos de las fuerzas federales de López Jordán son destrozados
en Entre Ríos. Pero el alzamiento de 1874 no concluye en el fusilamiento de prisioneros ni el
aniquilamiento de los alzados, ni la destrucción de su retaguardia social. Por el contrario, Mitre
está en prisión unos meses y recupera su libertad. Se está abriendo una nueva etapa en la que se
impropio hacer uso de asuntos íntimos como parte de los combates políticos, al menos en la prensa “seria” (los
pasquines anónimos, en ocasiones seudónimo de algún diario serio, continuaron con sus insultos, denuncias de
infidelidades matrimoniales y otras bajezas). También se va configurando la diferenciación de artículos doctrinarios
muy generales referidos a las grandes líneas de construcción del Estado (educación, ferrocarril, inmigración, etc.). a historia y geografía, jurisprudencia y legislación, y divulgación científica (Cfr. Halperín Donghi, 1985; Moyano, 1996;
Moyano y Ojeda, 1999, 2003). 33 Existen antecedentes históricos en los que, durante la amalgama histórica de las sociedades civiles, los actores políticos derrotados y subordinados a un heterogéneo esquema de hegemonía son los que primero consolidan sus prácticas y medios de prensa estables, como lo demuestran, por ejemplo, las innovaciones y logros periodísticos de las fracciones conservadoras del parlamento británico tras la victoria de los Whigs luego de la Gloriosa Revolución de 1688. También puede observarse en la consolidación de cuatro empresarios periodísticos principales que lograron equilibrar sus acuerdos y subordinaciones a Napoleón con su capacidad de crecimiento y eliminación del exceso de competencia heredado de la Revolución, lo que les permite hacia 1810 ser dueños del espacio periodístico parisino. Lo mismo puede decirse del empresariado periodístico francés tras los hechos revolucionarios de 1830 y 1848, etc.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
48
busca dirimir la primacía política en el marco de un mismo bloque histórico de poder cuya
identidad se forja en estos tiempos34. Los derrotados son imprescindibles en ese nuevo orden
hegemónico; lo que se dirime es su rol en el bloque dominante, y ese rol, de participación
subordinada, queda claro en noviembre de 1874, abriéndoseles las puertas de un rol decisivo en
el periodismo moderno constituido a la par de la forja del Estado moderno y de la nacionalidad.
Apenas 25 años después La Tribuna y El Nacional, los dos grandes diarios surgidos de Caseros,
voz de las fuerzas triunfantes del Partido Nacional y del Partido Autonomista Nacional, habrán
desaparecido. Los dos diarios nacionales de mayor tirada, prestigio, infraestructura e ingresos
serán para ese entonces La Prensa y La Nación, órganos de los derrotados de 1874.
1.5. De la derrota total a la reinvención empresarial (1875-1898)
Al estallar la revolución de 1874 todos los cuadros periodísticos del mitrismo van a combate. Sus
medios cesan, por decisión propia o clausura. En ellos actúan todos los grandes protagonistas
de la modernización periodística de fin de siglo asentada en el mercado. Si todavía la prensa es
–a pesar del manifiesto fundacional de La Nación- de combate, la ciudad cuenta con práctica
periodística y público lector de varias décadas. La Nación, de hecho, lleva continuidad de
publicación por casi quince años. De allí la posibilidad de plantear innovaciones discursivas
basadas en la plataforma de dicha experiencia lectora, incluso en aspectos de la incipiente
comunicación visual del diario: al dejar en blanco un amplio segmento de columna en la sección
política donde debería haber texto, apela al carácter llamativo de esa diferencia donde era ya
esperable continuidad35.
34 Las guerras civiles rioplatenses ocurridas entre la revolución de independencia y la Organización Nacional consolidada en la década de 1880 tuvieron uno de sus ejes principales en el dominio de la única aduana significativa para el comercio de ultramar por parte de la ciudad y provincia de Buenos Aires. De allí que comerciantes de la ciudad-puerto como ganaderos de la pampa húmeda más inmediata contaron con la enorme ventaja no sólo de tal manejo sino de una región económicamente privilegiada por su fertilidad y por su cercanía al puerto, y esta comunidad de intereses mantuvo unidas sus expresiones políticas, llevándolas al triunfo y hegemonía sobre el resto de las provincias. Pero las elecciones de 1868 y 1874 mostraron una creciente cercanía de los intereses agrarios bonaerenses (expresados fundamentalmente en el autonomismo) y los intereses agrarios que crecían en riqueza y poder en el resto de las provincias, dejando a los comerciantes del puerto por primera vez en radical minoría. El resultado del levantamiento e 1874 confirmó que tal condición de minoría no se podría romper ni electoral ni militarmente. De controlar la aduana y el único aparato estatal capaz de emitir regularmente papel moneda –y con ello, de asegurar una inversión en transporte, armamento e infraestructura muy superior al conjunto de las provincias- la burguesía comercial que representaba el mitrismo pasó a conformar una fracción minoritaria en la consolidación del régimen parlamentario de gobierno. La burguesía agraria comenzó a identificarse política, social y culturalmente como una clase nacional a pesar de su heterogeneidad, y se encolumnó en la modernización hegemonizada por el Partido Autonomista Nacional. 35 En el quinquenio siguiente (el diario reaparece en 1875, concluido el conflicto con la completa derrota mitrista), el cambio del tamaño del tipo, la colocación de renglones en posición vertical, el uso de espacio en blanco en avisos por palabras, comenzarán a explorarse, primero en forma excepcional, luego en forma más regular, tanto en avisos como –poco después- en contenido periodístico.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
49
A pesar de lo abrumador de la derrota (militar, política, de pérdida de libertad de sus dirigentes,
destierros, pérdida de publicación de sus medios, pérdida de casi todos los cargos públicos
ocupados, etc.), entre 1875 y 1878 el mitrismo logra detener su sangría: La Nación y La Prensa
son autorizados a retomar su publicación; Mitre recibe el indulto que lo salva primero del
pelotón de fusilamiento y luego de la cárcel; grupos en el destierro dentro y fuera del país se
reconstituyen; las negociaciones comienzan, dando lugar a la política de Conciliación36 con el
Partido Autonomista Nacional que sostiene al gobierno de Avellaneda. Los staffs de La Nación
y La Prensa se recomponen, participan en la negociación y facilitan el retorno de desterrados.
Entre ellos, por ejemplo, protagonistas de la siguiente etapa de La Prensa, como Estanislao
Zeballos, Adolfo E. Ávila y Cosme Mariño; de la Revista Criminal, como Pedro Bourel; de La
Nación, como Antonio Ojeda, los Mitre o José María Gutiérrez.
Zeballos había pasado de colaborador de confianza de Paz37 en los primeros años ’70 a preso en
1874. De allí, a empleado en el sector privado. Con la Conciliación pudo reingresar a la actividad
política y a La Prensa, donde alcanzó los cargos de redactor jefe y de director, y donde publicó
en 1878 –apenas iniciada la Conciliación y a pedido del ministro de Guerra Julio A. Roca- La
Conquista de Quince Mil Leguas, cuyo rol fue decisivo en el apoyo parlamentario a la Campaña
del Desierto38. Llegado Roca a la presidencia, Zeballos consolidó su rol intelectual, periodístico
y de funcionario, llegando a publicar una de las revistas intelectuales más importantes de
comienzos del siglo XX (Revista de derecho, historia y letras, 1898-1923).
Cosme Mariño, primer director de La Prensa, radicó en el sur bonaerense, en Dolores. Allí aloja
a desterrados de la revolución de 1874. Entre ellos a Pedro Bourel, que será su contacto con Paz
y el mitrismo en esos años. Con Bourel Mariño hará negocios, incluso un periódico local, e
iniciarán una larga relación de vinculación con el espiritismo kardeciano.
Adolfo E. Dávila, amigo personal de José C. Paz y miembro de otra familia tradicional del interior
completa sus estudios de derecho y se incorpora a La Prensa, realizando una carrera periodística
36 La Conciliación fue el conjunto de medidas del gobierno de Avellaneda orientado a concluir el conflicto de 1874, por medio de la amnistía a los alzados, la incorporación de figuras mitristas a listas de unidad para la cámara de diputados y para el propio gabinete de ministros, etc. 37 Tuvo un rol aplaudido como colaborador de Paz durante la epidemia de 1871 y fue un importante líder estudiantil; ingresó a La Prensa poco antes del catastrófico alzamiento. 38 La campaña promovía dejar atrás la estrategia de contención defensiva desplegada por Alsina, optando en cambio por avanzar hasta los puntos clave de comunicaciones y abastecimientos de las tribus dedicadas al saqueo en las regiones pampeanas. La campaña se desarrolló es su tramo principal durante 1879 y 1880, asegurando el control de los grandes ríos y valles del norte patagónico, anulando así la retaguardia de los malones y llevando al control pleno del Estado argentino de toda la Patagonia, proceso que se completaría en 1884 con la creación de la Prefectura de Ushuaia y la toma de las últimas regiones cordilleranas en manos de núcleos mapuches al mando de Calfucurá. La jura de lealtad a la bandera por este último y su aceptación del rango de coronel en el ejército nacional en 1884 cerró el ciclo de combates en el sur.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
50
que lo llevará en el futuro a la dirección, y luego, bajo la dirección de Ezequiel Paz, al cargo de
Jefe de Redacción.
Bourel había iniciado su experiencia periodística en la policía. En 1871 colaboraba con la Revista
de Policía, dirigida por Daniel Flores Belfort (1871-72). En 1873 funda la Revista Criminal.
Además de su interés por las nuevas teorías criminalísticas y por el relato de información sobre
actividades criminales, de policía y judicial, Bourel se interesó rápidamente por la técnica del
retrato criminal, tanto dibujado como fotográfico, por sus implicancias criminalísticas. De este
interés nacería su aplicación en la revista, y más adelante en emprendimientos periodísticos con
temas civiles. La fotografía policial, pionera en la presencia de la técnica en el mundo gráfico,
apareció primero por medio de su inserción (pegado) en un espacio en blanco asignado
expresamente en una página impresa, para su pegado manual, una por una. Luego se
incorporaron litografía y grabados, y este carácter pionero se mantuvo incluso con la irrupción
del fotograbado.
Tras el ostracismo político vivido en Dolores, apenas asentada la Conciliación, Bourel retorna a
buenos Aires. Pero ahora ya no pertenece al ámbito policial, y su interés pionero por la técnica
de reproducción gráfica de retratos se traslada a otro ámbito en el que pone esperanzas –certeras
por cierto- de éxito: la publicación de una revista especializada en reproducción de imágenes,
semejante a las que han mostrado tanto éxito en Europa y los Estados Unidos. La llamará La
Ilustración Argentina y su primer número se publicará en 1881. En la década siguiente, ya
superada la crisis del ’90, Bourel se encontrará con Adolfo Dávila para participar en un segundo
proyecto: La Ilustración Sudamericana, que alcanzaría nuevas cotas de innovación.
Paz se exilió en Montevideo, Mitre permaneció preso casi un año, por lo que, al concluir la
suspensión de los diarios, la dirección debía ser asignada a figuras suplentes de los verdaderos
jefes de cada diario. La Nación designó a Antonio Ojeda, quien cumplió funciones entre 1875 y
1882, con supervisión de José María Gutiérrez y el propio Bartolomé Mitre. Ojeda era una figura
del interior (Salta) que no convocaba los rencores faccionales en la escala que sí lo hacían los
apellidos del liderazgo del alzamiento. En la nota necrológica que le dedicaría La Nación tras su
fallecimiento, se explicita su rol: “…tratábase de una representación y no de una sustitución de
persona"39. La Prensa designó a Adolfo Dávila, hombre de confianza de Paz, cuya duración en el
cargo fue, también, más extensa que el período de mayor proscripción política. Fue entonces
cuando ambos diarios buscaron consolidar su estrategia de anclaje en la empresa privada
39 Cfr. La Nación, un siglo en sus columnas, 1970: 23.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
51
sostenible y rentable con suscripciones y avisos40. La Nación dio por concluida la etapa de
Sociedad Anónima y se explicitó que el diario pertenecía en exclusividad a Mitre. Así, en 1879,
la Sociedad publica en el diario:
"…aun cuando no ha expirado el término en la escritura antes referida, los accionistas han
resuelto dar por terminada la Sociedad desde esta fecha, como lo establecen por la
presente escritura; que en esta fecha y por este acto enajenan todas las acciones al
Brigadier General Bartolomé Mitre, (...) debiendo hacerse cargo (...) de todo el Activo y
Pasivo de la Sociedad, quedando desligados los demás accionistas de toda
responsabilidad por razón de los negocios que en adelante se practiquen".
Mientras tanto, las innovaciones empresariales completaban este perfil: en 1873 se inaugura el
servicio sistemático de corresponsalía desde Europa, con una oficina en Lisboa y otra en
Montevideo (Cfr. Mitre, 1943)41. En 1877:
"… La Nación contrata un servicio especial de la agencia Havas-Reuter, y el 17 de julio de
ese año el pueblo de Buenos Aires goza por primera vez de la emoción, alborozada, de
saber a ciencia cierta lo que ha ocurrido veinticuatro horas antes en Europa..." (Mitre,
1943).
A fines de esta década Mitre había logrado reingresar legalmente a la política, reintentando de
inmediato una estrategia para el retorno a la presidencia, pero a su vez se ocupó de orientar su
diario hacia una fuerte modernización empresarial, a cuyo cargo pondría a sus hijos. José C. Paz
contaba desde los inicios de La Prensa con un apoyo económico cuyo impacto político sería
elevado: Ataliva Roca, hermano del futuro presidente, ministro de guerra en 1879 cuando
comandó la campaña del desierto. Gracias a este contacto y al gran impacto del libro de Zeballos,
pudo ascender al parlamento en 1879, y en la década de 1880, a la diplomacia que lo llevaría a
Europa, donde extremó sus contactos comerciales y negocios particulares, a la par de su rol de
funcionario.
Julio Argentino Roca obtuvo una arrolladora victoria en las elecciones presidenciales de 1880.
Una vez más, el triunfo electoral llegó atravesado por un levantamiento, pero de magnitud
40 En las semanas previas al alzamiento de 1874, ambos diarios rondaban los 2500 ejemplares por número, cifra sumamente exitosa para la época. Cuando La Nación abrió sus puertas tras la clausura, en marzo de 1874, superó los diez mil ejemplares en su primer día. Complementariamente, a lo largo del lustro 1871-1876, cuando la parte administrativa estuvo a cargo de José María Buyo y Emilio Mitre, se promovió la instalación de agencias en el interior del país y el gran Buenos Aires, asegurando captación de avisos en forma complementaria a las funciones de corresponsalía y distribución de ejemplares. En 1876 se tuvo que agregar en varias ocasiones una página adicional exclusiva para publicidad comercial. 41 La recolección europea era por cartas. También lo era el envío a Montevideo, donde el corresponsal transmitía por telégrafo a Buenos Aires.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
52
menor que el de 1874. Roca portaba una brillante carrera militar: había derrotado y
prácticamente aniquilado a las caballerías de López Jordán en la batalla de Ñaembé, en 1871,
había cumplido un rol clave en la derrota militar de Mitre en 1874, y había entretejido alianzas
políticas que lo llevaron al ministerio de guerra en la presidencia Avellaneda. Desde allí planeó,
promovió y logró poner en marcha la expedición al desierto de 1879, duplicando la superficie
controlada por el Estado, y dejando al mismo a un paso del control completo del territorio
patagónico, objetivo que se lograría durante su presidencia. Con tales logros en su haber, su
candidatura se tornó imparable, y con su triunfo, los negocios de los Mitre y los Paz alcanzarían
un nuevo record, pero al costo, para el mitrismo, de postergar una vez más sus aspiraciones,
para descubrirlas definitivamente perdidas en los años ’90. Así, con “el 80”, la asunción de Roca,
la federalización de Buenos Aires y la apertura de un ciclo roquista de un cuarto de siglo, los
destinos políticos y empresariales de Mitre comienzan a tomar rumbos distintos, si bien Mitre
hasta su muerte -y aún después-, nunca dejó de ser uno de los referentes políticos más
importantes del país y La Nación, nunca dejó definitivamente de expresar la línea política de su
partido. Pero su éxito como empresario al amparo de la consolidación de un Estado nacional
que él ayudó a formar, dependía de un ámbito de legitimación ya separado del que podía
devolverlo a la cúspide del poder. Para Paz y La Prensa la situación no era diferente, pero Paz
tenía mucho más asumidos, dados sus antecedentes políticos, sus límites en ese campo,
plenamente satisfechos con una vida de embajador y empresario.
Apenas iniciado el ciclo roquista, La Nación reconoce en su notable mejora empresarial los
cambios en curso:
"Hemos tenido que doblar el tamaño del suplemento que cotidianamente acompañara a
nuestro diario, para poder dar salida a la gran cantidad de avisos recibidos y a diversos
materiales de interesante lectura(...) La Nación de hoy lleva 32 columnas de avisos,
ejemplo único en los diarios del Río de la Plata. Con sólo avisos habría para llenar
completamente este diario (...) lleva a la vez Variedades, Literatura y Biografías, etc., etc.,
aparte de los escritos sobre política, de la crónica parlamentaria y de las noticias locales y
del resto del mundo" (La Nación, 29 de agosto de 1880).
Con estos resultados, el lugar de La Nación y La Prensa comienza a perfilarse: las más grandes
empresas periodísticas del país. La República, de Manuel Bilbao, desaparece en 1881 después
de más de una década de continuidad. La Tribuna y El Nacional comienzan su decadencia.
A la inversa, nuevos diarios surgidos en la década, como El Diario, de Laínez, basarán su éxito
en la copia sistemática de los avances comerciales, periodísticos y estéticos de “los dos grandes
diarios porteños” ahora La Nación y La Prensa, y ya no El Nacional y La Tribuna.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
53
Tanto la búsqueda de ampliación de públicos más allá de la política como la imitación de
modelos comerciales exitosos en países más avanzados industrialmente, hacen que en torno al
’80 se generalicen nuevos subgéneros periodísticos y propuestas de prensa con ilustraciones,
fenómeno que a su vez habilita cambios en las prácticas del oficio periodístico, y en los
públicos42.
Estos cambios también afectan la cotidianeidad del trabajo de preparación de artículos, y de
armado. En las décadas anteriores, uno de los problemas era la insuficiencia de material que
pudiera poner en riesgo al periódico de tener que imprimirse con alguna parte en blanco. La
solución a ello solía ser la extensión de último momento de un artículo, y más aún, la previsión
de algunos materiales de reserva para la ocasión. En la década de 1880, en cambio, el problema
comienza a invertirse, y no es raro que una nota o un capítulo de folletín se corte por falta de
espacio, o posponga la publicación de un episodio, pues se multiplicaba la cantidad de avisos43.
Por ello en este período la división temática es mucho más completa que en los anteriores. La
sección editorial está mejor delimitada y separada taxativamente del resto, y se identifica ya así
"El editorial". Los telegramas ya conforman una sección aparte. Y se estabiliza una sección
específica –“Campo neutral”- para la opinión libre, en que se publica cartas de diverso origen,
artículos de debate, etc. Su título expresa con mucha claridad el grado de disolución del
42 Jorge Rivera (1968, 1998, 1990) se ocupa de este particular momento en el que se constituye lo que él denomina “profesionalización” de los periodistas, esto es, el surgimiento de nuevos actores sociales formados en el joven sistema de educación formal argentino –alcanzando el actual nivel de escuela secundaria- cuyas aspiraciones en el oficio de la pluma son fundamentalmente “vivir del oficio” asalariado o pago por tarea puntual, en contraposición a los escritores de elite cuyas motivaciones excluían la necesidad de ganarse el pan con ello, sino que priorizaban su función política, religiosa, moral o de prestigio social y cultural. Este nuevo tipo de escritor se adapta a las rutinas industrializas: "…Un escritor asalariado y que trabaja bajo las presiones de la 'Literatura industrial', como Eduardo Gutiérrez, responde de manera cabal a la nueva configuración de la sociedad argentina y a las no menos novedosas exigencias de una industria cultural que ya posee un público perfectamente definido y devoto”. El mismo cambio se observa en el polo receptor: "El impacto demográfico de la inmigración y los primeros resultados de la política de alfabetización impulsada por el liberalismo dan origen a un público con apetitos y necesidades hasta entonces desconocidos. Los lectores de los folletines de Gutiérrez, Llanos y Barreda no son los mismos, por cierto, que consumían unas décadas atrás los novelones de Montepin y Soulié, ni son tampoco los jóvenes intelectuales del Ateneo, que discuten Baudelaire, a Zola y a Darío”. Comienzan a coexistir, redimensionando el circuito hasta entonces clásico de la lectura, un público con tradición literaria (especialmente francesa) que se nutre con los surtidos catálogos de las grandes librerías porteñas de Joly, Espiasse, Jacobsen, Brédhal, Moen y Lajouanne y un nuevo público que devora los folletines de La Patria Argentina y más tarde los novelones de centavos y los cuadernillos gauchescos que editan Tomassi, Rollieri, Matera y otros pioneros de la edición popular". Gutiérrez había alcanzado un éxito formidable con su publicación de “Juan Moreira” como folletín en el diario La Patria Argentina, entre 1879 y 1880.
43 En 1882, según registra Galván Moreno (1944:234) se registran 103 altas de periódicos. Si bien muchas de ellas son publicaciones menores y/o efímeras, a las que se agregan las crecientes publicaciones sectoriales
especializadas, la lista de diarios, periódicos y revistas “serios” es enorme, y esto no obsta para que, en un marco de
fuerte competencia, el mercado continúe su tendencia expansiva, y los ritmos político-electorales la potencien. La
cantidad total de diarios que duran más que un ciclo electoral ya es el doble que en la época de Rosas (6), y ya ninguno
de ellos pertenece o recibe la totalidad de su ingreso del Estado. Los avisos aumentan en tamaño y ocupación de ancho
de columna, lo que aumenta su precio, y el promedio de ocupación de la superficie impresa pasa de un cuarto a cerca
del 40 por ciento en los diarios más exitosos, aunque en muchos números esta proporción sube aún más, en un
contexto de aumento de la cantidad de pliegos por número, y de aumento del precio de los avisos, tanto los basados
en texto como los que contienen imágenes.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
54
faccionalismo en prensa. A su vez la totalidad de nuevas secciones se encuentra a salvo de los
vaivenes de la política de enfrentamiento e incluso va conformando sub-géneros.
En tal contexto, la innovación tecnológica apuntaba al aumento de la superficie de impresión
(La Nación, por ejemplo, adquiere nueva maquinaria en abril de 1881). Pero las búsquedas de
estos grandes diarios se orientaban, por ahora, no al aumento de la cantidad de páginas, sino al
de la superficie por pliego, llevando la hoja al gigantismo. No se preveía, aún, el enorme poder
de las rotativas que harían obsoletos tales formatos.
También se adquirían materiales norteamericanos. Si bien Mitre tenía negocios con Hachette,
hizo en más de una ocasión negocios de compra de material estadounidenses. Paz, en cambio,
priorizó material europeo, no por falta de contacto, como le demostrará, hacia fin de siglo, la
compra del ascensor del nuevo edificio del diario directamente a una compañía estadounidense.
El 17 de enero de 1880, La Nación dio a publicidad una de sus tantas renovaciones:
" El establecimiento de la empresa ha enriquecido el departamento de obras con todo
género de materiales y útiles de imprenta, en una variedad y profusión que lo colocan en
primera línea entre los existentes, habiendo adquirido sus tipos, máquinas, papeles, tinta,
etc., directamente en las mejores fábricas de Europa y los Estados Unidos."
Se puede apreciar cómo Estados Unidos había comenzado a ser un referente a nivel tecnología,
puesto reservado durante el anterior período y en forma exclusiva a Europa. De todas formas,
cuando de grandes maquinarias se trataba, el foco de referencia continuaba siendo París.
" Por fin recibimos ayer el aviso que con tanto interés esperábamos (..) La nueva máquina
pedida para este diario a la casa Alauzet, de París, estará en nuestro puerto en tres o cuatro
días (...) Podemos, pues, anunciar, desde ahora, que antes de un mes La Nación
comenzará a imprimirse por esa nueva máquina, que reúne todos los perfeccionamientos
que el arte tipográfico ha alcanzado, y cuyo tiraje le permitirá responder debidamente a
su circulación actual y a la creciente protección popular"(La Nación, 9 de abril de 1881).
Las maquinarias parisinas, a partir de la década del '70 y con la incorporación del papel
continuo, habían alcanzado la capacidad de tirada de las norteamericanas. Pero el mercado, las
técnicas y la competencia crecían en forma ininterrumpida. El espacio impreso, hacia los '80,
era tomado en cuenta de manera diferente que en el período anterior. Ya no daba lo mismo la
cantidad de superficie empleada: cada centímetro tenía su precio44. También el tiempo había
comenzado a ser mercancía, y de una manera muy veloz. Lo oneroso no era tanto el costo del
44 En la edición aniversario La Nación, un siglo en sus columnas (1970) se reproduce los precios publicados en la
edición del 9 de abril de 1881: Cartel ¼ de Oficio: 170$. Recibos: 8 de oficio (quinientos): 60$; millar: 100$; tarjetas
de visita: 100: 30$; tarjetas de comercio, 100: 40$, memorándum 500: 70$.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
55
tiempo empleado en la elaboración del periódico, sino el posible atraso relativo respecto a los
otros diarios, en la salida y en las limitaciones para incorporar material más cerca de la hora del
cierre. En función de este horizonte, se tornó imprescindible incorporar la tecnología que en
Europa y Estados Unidos ya había alcanzado amplia difusión: la rotativa.
Por ello La Nación preparó, apenas recibidas las nuevas máquinas, un nuevo esfuerzo de
actualización. Cuatro años más tarde, el diario traslada su sede a calle San Martín, el 16 de abril
de 1885. Inauguró allí su primera máquina rotativa, con la que el rendimiento llegaba a los ocho
mil ejemplares por hora. Poco después, en el segundo semestre, se instaló una segunda rotativa
de similares características, una Marinoni, importada de París. Se instalaron también talleres de
estereotipia, y el clisé de La Nación pasó a ser el más grande del mundo utilizado hasta ese
momento en la impresión cotidiana: 94 cm de alto por 62 de ancho, a nueve columnas de seis
cm cada una. El tamaño de la caja -superficie impresa- era de 85 cm de alto 57 de ancho. El
nuevo clisé fue presentado al público lector y a los anunciantes a comienzos de 1886 –se
acostumbraba presentar los cambios en la primera edición de enero- y su utilización habría de
durar hasta 1893, a pesar de las no pocas quejas de los lectores por la dificultad para leerlo con
comodidad. Así como en 1886 La Nación mostraba orgullosa su monumental tamaño, desde
enero de 1894 reduciría el pliego exactamente a la mitad –pero con más páginas- como signo de
los tiempos45. Las nuevas máquinas Marinoni cuadruplicaron la capacidad de impresión,
dejando definitivamente atrás las máquinas “de reacción”.
La Prensa alcanza esta punta tecnológica poco después, cuando inaugura su nuevo edificio en
1898, sobre la recién inaugurada Avenida de Mayo, con una rotativa Hoe capaz de imprimir
hasta 210.000 ejemplares de 24 páginas por hora, previendo –certeramente- que la expansión
sería aún mayor en la década siguiente.
45 Este tamaño –94 por 62 cm- fue, en efecto, el más amplio del mundo en impresión de diarios a lo largo de un
período largo de publicación regular, en este caso, ocho años (1886-1893). Existieron, sin embargo, números
extraordinarios y publicaciones por períodos breves que alcanzaron y aún superaron este enorme tamaño. Tal fue el
caso del curioso número único del estadounidense Illuminated Quadruple Constellation, de 1859, cuyas hojas
alcanzaron... ¡118cm de ancho por 126 cm de alto! (Cfr. Hudson, 1873). Estos pliegos megalómanos correspondieron
al momento final de una tecnología de impresión que permitía más contenidos y avisos por medio de la ampliación
de la superficie del pliego. La revolución tecnológica de las rotativas permitió pronto aumentar la cantidad de pliegos en las tiradas diarias sin atrasar la salida del diario, lo cual pronto permitió volver a tamaños más amigables para la
lectura, manipulación y guardado de los diarios. Este lugar de “único en el mundo” fue reivindicado por La Nación
como probable. Al despedir el gran pliego en un artículo titulado del “La Nación Grande”, se indicaba: "Pero la gran
página de La Nación, atípica en el periodismo argentino y tal vez en el universal, incorporada a la historia de un
importantísimo período de nuestra vida nacional, tenía necesariamente que desaparecer, más temprano o más tarde,
por grandes que fuesen sus títulos... (...) La mata, pues, a la gran página, su propio progreso, y surge en su lugar la
que hoy sale a circulación y lleva estas líneas a los lectores (…) ganándose algún espacio sobre las cuatro páginas
antiguas, en las ocho que las reemplazan, y pudiéndose agregar cuantas sean necesarias para atender debidamente
las diarias exigencias de la publicidad" (La Nación, 1° de enero de 1894).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
56
La composición se continuó realizando a partir del arte tipográfico tradicional (las linotipos
serían incorporadas 1901). Las imágenes, aun cuando se incorporó artistas brillantes y expertos,
siguieron presentando problemas. Como se verán en capítulo siguiente, la resolución definitiva
llegaría recién hacia 1903. Si bien se había podido mejorar la definición a partir de la utilización
de materiales más resistentes en los clisés y el ajuste de los procesos químicos de grabado. De
todas formas, la construcción de la ilustración continuaba siendo manual por completo. La
confección de la matriz se realizaba a través de un proceso fotoquímico, pero también con una
intervención manual determinante. La mayor independencia -aunque no total- de la mano
humana se daba en la etapa de impresión, que se efectuaba mecánicamente.
En La Prensa se consolida la dirección de Dávila, quien sigue al pie de la letra las indicaciones
de Paz. En La Nación, Ojeda es remplazado en 1883 por Bartolomé Mitre y Vedia ("Bartolito",
hijo del general), mientras comenzaba a foguearse también en las artes de dirección Emilio, su
hermano y también futuro director (desde 1894). Es Bartolito quien innova emulando los
avances empresariales de la prensa europea y estadounidense, buscando una relación con el
público a partir de contenidos amenos y accesibles para un amplio público no preocupado sólo
por los grandes contenidos político-doctrinarios (Rivera, 1968, 1998).
Este proceso no estuvo exento de nuevas conflictividades políticas. El candidato oficialista para
suceder a Roca en 1886 (dado que no había posibilidad de reelección presidencial según la
Constitución Nacional de 1853) fue Miguel Juárez Celman, cuñado del presidente saliente. Su
triunfo, rodeado de acusaciones de fraude y nepotismo, fue contundente. Si bien Paz posee una
relación más cercana al roquismo en comparación con Mitre, no pierde sus simpatías por Mitre
y su disposición a combatir con la pluma a quienes le combatían. De allí que ambos deberían
posponer otros seis años sus aspiraciones. La relación con el roquismo en términos de discurso
de prensa fue ambivalente: se lo criticaba en numerosos puntos, pero se le reconocía pertenencia
a un marco común, y en particular, se le agradeció su rol en las gestiones a favor de la
Conciliación en la década de 1870 y el reingreso de los mitristas a la política y al funcionariado,
aprovechando sus vínculos sociales, incluido su paso por el Colegio Histórico del Uruguay donde
había trabado relaciones de afecto con notorios federales, incluidos los López Jordán a los que
debió combatir. La relación con Juárez Celman, en cambio, estuvo signada por el deterioro
político y económico del gobierno a fines de la década, y que estallaría en 1890. Mitre estaría
nuevamente del lado de la revolución, pero simultáneamente, La Nación se había consolidado
como rica empresa familiar.
En la edición de fin de año de 1889 (número 5865), por ejemplo, La Nación anunciaba haber
tirado 20.400 ejemplares, batiendo su propio récord. Al año siguiente, el 1° de junio, se
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
57
inauguraban las nuevas máquinas impresoras dobles. Como sucedía también con La Prensa, la
capacidad de las máquinas era aún muy superior a los requerimientos de impresión, pero en
pocos años se verían desbordadas. En este caso, las máquinas poseían capacidad de adaptarse a
tamaños distintos de papel, y eran capaces de imprimir 13.000 ejemplares de 16 a 32 páginas
(aunque La Nación iniciaba el año con ocho páginas):
"Estas nuevas máquinas han sido, puede decirse, inventadas por La Nación, a fin de
responder a las necesidades crecientes de espacio y rapidez de impresión. Era un
desiderátum buscado con afán y con tesón por nuestra administración desde hacía
muchísimo tiempo…" (La Nación, 1° de junio 1890).
Pronto el pliego gigante pasaría de ser un factor de prestigio –y de practicidad económica- a un
anacronismo. La Nación se jactaba de poseer el pliego de circulación regular más grande del
mundo, pero la tendencia mundial era hacia la reducción de tamaños en beneficio del aumento
del número de pliegos, mejorando así la comodidad del lector, la belleza del armado de página y
la adaptación a las nuevas maquinarias. La edición de La Nación del 1° de enero de 1894, de
gran significación simbólica porque es el momento de aplicación de las reformas, así como del
remplazo de Bartolito Mitre por Emilio como director, se presentó con una contundente
modificación en este sentido: el pliego se había reducido a la mitad, las páginas se duplicaban.
Los avisos por palabras se trasladan a la primera página (en forma definitiva desde el 1° de
septiembre), donde se mantienen por muchos años en ambos diarios (y por lo general, ocupan
la siguiente y aún más).
La edición especial de esta fecha incluyó un suplemento. De allí que totalizó 32 páginas (8 de la
edición normal, 24 de suplemento, bajo el título "La república, La América y La Europa en el
año 1893". Otras señales se acumulan: la tarifa publicitaria debe consultarse, ya no se publica
diariamente. El aspecto visual de cada página también comienza a cambiar, aunque no en forma
sistemática ni regular. El 22 de julio, la nota a página completa sobre la construcción del
cementerio de la Chacarita aparece bellamente ilustrada con grabados en los cuales el espacio
en blanco hace parte del sentido visual total de la página. La nota era especial y estaba
directamente relacionada con los intereses de Mitre –ingeniero civil y oferente de este tipo de
obra- pero surge en el contexto de las preocupaciones por modernizar el aspecto del diario.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
58
A partir de ese mes la presencia de grabados continuó creciendo, y esto, como se verá en el
capítulo siguiente, se relaciona directamente con la decisión empresarial de contar con un
cuerpo regular de dibujantes46.
1.6. La diversificación y el fin de la prensa mitrista de partido (1898-1909)
En 1896, la política de acuerdo entre Carlos Pellegrini y Emilio Mitre permite el acceso al
parlamento del segundo, habilita acuerdos electorales a escala provincial –sobre todo en la
estratégica provincia de Buenos Aires- y promueve diversas líneas de colaboración que llevan al
mitrismo a recuperar una añeja expectativa: una nueva candidatura de Bartolomé Mitre –esta
vez exitosa- a la presidencia de la Nación.
A diferencia de la década anterior –cuando La Nación disparó acres reproches a La Prensa y a
los Paz por sus acuerdos con el roquismo logrados por fuera de la organicidad partidaria de la
cual Paz provenía- ahora es La Nación la que aplaude entusiasta el acuerdo, y es La Prensa la
que –aun apoyando- manifiesta reservas que en 1898 y 1898 le serán recordadas al mitrismo
desde sus páginas, con el mismo tono acre recibido en el pasado.
En cualquier caso, la victoria del roquismo sobre cualquier esfuerzo de agrupamiento opositor
es contundente: 85,16 contra 14,84 por ciento en las elecciones presidenciales de 1898, último
intento del director de La Nación por volver a la presidencia, contando ya con 77 años de edad.
Roca, “el zorro” por apodo y por acumulación de bromas en la representación realizada por los
caricaturistas de su tiempo, contaba con abrumadora ventaja en alianzas electorales, capacidad
de realizar maniobras fraudulentas cuando el electorado no acompañaba su pretensión de
mayoría (y ampliamente utilizada, según sus opositores y según el grueso de la historiografía
posterior), amplia red de medios en manos de partidarios y/o con amplio subsidio del Estado
que reduce tentaciones críticas.
46 Este tipo de página diseñada con un criterio visual de conjunto comenzó, a partir de esta nota, a hacerse presente en el diario con motivo de acontecimientos especiales para los cuales se contaba con abundante tiempo para la elaboración de los dibujos, grabado y diseño de la página. En los años siguientes este tipo de presentación siguió estando lejos de ser habitual. Pero la cantidad de grabados a lo largo de cada año creció rápidamente y la cantidad de veces que aparecía este tipo de puesta en página también creció. Su presencia en la portada siguió siendo sumamente excepcional, pues la reserva de ésta para los avisos clasificados por palabras se mantendría por los siguientes veinte años. De momento, este tipo de composición se caracterizaba por cubrir un tema de gran interés político para el director del diario, preparado con mucha anticipación para contar con los tiempos de dibujo, grabado y armado de página adecuados a las circunstancias. En la portada del 4 de agosto de 1894 se presentó un informe sobre el puerto de buenos Aires. El ya director del diario, Emilio Mitre, cuya profesión era de ingeniero, había promovido sistemáticamente el desarrollo del puerto. La apertura de un canal para alcanzar la canal del Río Paraná fue también un proyecto elaborado por él. Una nota semejante aparece –aunque no en portada- el 15 de agosto de 1894, en torno al proyecto y puesta en obra de la ampliación del Parque 3 de febrero.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
59
La acusación de fraude estará a la orden del día en la prensa no roquista desde el momento
mismo de la elección y, sobre todo, tras conocerse las abultadas diferencias en votos. El Diario
(de Laínez) dice al día siguiente de cerrados los comicios: “Se ha confirmado el triunfo del
candidato de la indiferencia pública…” (Página 2, 11 de abril de 1898, año 17, N° 6092). La
Prensa dice poco después:
“Pudiéramos relatar algunos incidentes cómicos que se han producido durante el acto
electoral con aquellas personas a depositar su voto en la urna, y se encontraron con que
en los registros aparecían ya entre los que había votado (…)” (La Prensa, 11 de abril de
1898, N° 10.026. pág. 4-5).
Al día siguiente, La Nación suma su protesta:
“No nos detendremos a citar, ni a echar responsabilidades precisas sobre tal o cual
agrupación, a todas alcanzan nuestras censuras de esta elección a destajo, en que las urnas
se han convertido en cubiletes de escamoteo, y han vomitado millares de votantes
nominales (La Nación, 12 de abril de 1898, N° 8757).
El mecanismo, que en esta elección daña el último intento presidencialista de Mitre, continuará
siendo condenado por la red de periódicos impulsada por los Mitre. Ya Mitre había anunciado su
retiro de la política activa, pero su nieto Emilio continuaba manteniendo sus aspiraciones y
militancia. Pero el contenido de la condena era ya otro, de orden sistémico-social:
“La capital de la República ha sido teatro, una vez más, de la enternecedora farsa electoral,
que por quitas y atenuantes que quiera oponérsele, resultará siempre condenada por la
opinión imparcial del país. Es un hecho el franco abandono de los atrios por la mayoría
de los ciudadanos conscientes; y en su lugar, capitaneados por caudillejos de barrio, a
cuyo lado debería ser inexplicable la presencia de algunas personas de significación, han
figurado tandas de elementos, verdaderos profesionales del voto, transformistas sin
habilidad, a quienes supo a gloria atribuirse media docena de individualidades” (Caras y
Caretas, 15 de marzo de 1902, año V, N° 180).
Pero el fracaso electoral del acuerdo no arroja al mitrismo a una oposición frontal y
revolucionaria, que sí busca la Unión Cívica Radical, cuyo abstencionismo electoral y su
disposición al alzamiento revolucionario se harán notar en 1903 y 1905. El mitrismo busca una
vez más la construcción de un discurso opositor organizado desde la acción política partidaria y
el periodismo, capaz de lograr mejores condiciones de participación en el régimen parlamentario
y de futuros triunfos que lleven al ansiado Poder Ejecutivo. El mitrismo no desea volver al
catastrófico camino de 1874. Opta, en cambio, por la rica experiencia de 1868-70, 1880-83 o
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
60
1890-94; aquella que permite ampliar el alcance de su prensa periódica aprovechando las
nuevas posibilidades de articulación entre relaciones políticas y relaciones de mercado: El
empresario resulta más eficaz políticamente que el líder político tradicional. Y muchísimo más
que el líder militar.
El resultado, una vez más, es sorprendente: los Mitre y los Paz, aun en competencia por el
mercado entre sus diarios y con intereses divergentes en cuestiones nodales de la vida política,
logran mantener acuerdos en la oposición al roquismo. A ellos se suma la reaparición del diario
El Nacional, ahora propiedad de Pedro Bourel, quien inicia la tercera época del medio en
sintonía con la línea política del mitrismo, pero agregando también novedades en sus contenidos
orientados por el mercado: una sección destinada a mujeres, “La columna del hogar”, a cargo de
Catalina Allen, y una amplia cobertura de temas policiales y judiciales. Junto a ellos, aparece un
medio completamente nuevo, orientado a cumplir la misma finalidad: una oposición de largo
plazo a un sexenio a punto de iniciarse. Se trata de la revista Caras y Caretas, la primera en
formato magazine semanal dirigida a público amplio, que cuenta con contenidos variados
orientados tanto a la acción político como al entretenimiento, buscando maximizar avisos y
cantidades de lectores.
El número “circular” de la revista (equivalente a lo que hoy se denomina “número cero”, y
semejante a una versión ampliada de un “prospecto” de un diario decimonónico), se publicó en
el mes de julio de 1898, es decir, cuando ya se había definido que Roca era el nuevo presidente
electo: nacía previendo un rol opositor por varios años, aunque también con la concepción
empresarial que “Bartolito” (Bartolomé Mitre y Vedia, hijo del general) había impreso ya al
diario La Nación. De hecho, Bartolito figuró como fundador de la publicación, pero evitó ser
identificado como director a pedido de su padre, debido al tono jocoso y satírico de muchos
contenidos políticos –comenzando por las portadas- y el contenido misceláneo orientado a la
captura de amplios públicos no necesariamente intelectuales o letrados.
En coincidencia con esta línea, el número 1 de Caras y Caretas se publicó el 8 de octubre de
1898, esto es, durante la semana de toma de posesión del cargo por el general Roca (lo haría el
día 12 de octubre).
La innovación que supuso Caras y Caretas fue muy grande: una radical innovación en la
capacidad de reproducir imágenes visuales de calidad –incluidos fotograbados- tanto en blanco
y negro como –en el caso de la caricatura- a color, signo distintivo de sus portadas, que contenían
una única caricatura relativa –durante los primeros años de la publicación- a la actualidad
política. En el contenido misceláneo, orientado tanto a la información como a la provisión de
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
61
conocimientos útiles para la vida cotidiana en el hogar, así como de material de entretenimiento,
se cruzaron fotografías de casamientos y movimientos de personas de la “alta sociedad” en el
espacio público de la ciudad, eventos llamativos, noticias internacionales, divulgaciones de
innovaciones técnicas, modas, juegos, chistes, noticias policiales sangrientas, actividades
deportivas, etc.47 En cada página, las columnas de texto se articularon estéticamente en
coordinación con las imágenes, y ambas con los avisos publicitarios. La captación de avisos y
lectores se sistematizó con agentes, promociones y servicios conexos (como la elaboración de
clisés). Se profesionalizó la tanto la escritura (Caras y Caretas fue la primera publicación que
pagó sistemáticamente por las colaboraciones), como el dibujo y luego la fotografía. El modelo
de Caras y Caretas sorprendió al mercado gráfico local y a sus propios creadores, superando en
pocos años la barrera de los cien mil ejemplares por número y transformándose en un negocio
muy superior a lo previsto inicialmente. En la segunda mitad de la década de 1900 sería
ampliamente copiado por nuevos competidores pero, aun así, la revista habría de sostenerse con
amplio éxito hasta fines de la década de 1930, convirtiéndose así en pionera y punta de lanza de
la introducción del formato magazine al mercado argentino48,
El equipo fundador estaba compuesto por el grabador español Eustaquio Pellicer, quien tras
experiencias en su país había fundado en Montevideo la revista Caras y Caretas, en 1890.
Bartolomé Mitre y Vedia (recuérdese que la familia Mitre poseía intereses económicos,
periodísticos y políticos en Montevideo) aportó su visión empresarial. Fue él quien incitó a
Pellicer a trasladar el emprendimiento a Buenos Aires y refundarlo allí comenzando desde el
número 1 nuevamente. La versión montevideana poseía un exitoso manejo del humor y la sátira,
logrando un equilibrio que pocos periódicos alcanzaron: ser “chacotón” sin resultar grosero, de
47 Su oferta de contenidos se alimentaba en el notorio interés del público por la imagen visual en la prensa periódica. No sólo habían tenido éxito las revistas especializadas en imagen; el propio diario La Nación lograba un interesante negocio adicional vendiendo al público en su sede copias de los grabados publicados, así como tarjetas postales. Los magazines de interés general de mayor éxito en los Estados Unidos –y rápidamente emulados en Europa- combinaban la diversificación de contenidos con la orientación hacia un público amplio, masivo, formado por las crecientes capas medias urbanas, sin renunciar con ello al público proveniente de las elites que, criticando la calidad de este tipo de publicaciones, no dejaba de leerla en forma constante, ni de disfrutar las fotografías “de sociedad”. 48 Las revistas “magazine” (nombre utilizado en inglés, donde surgieron como dispositivo y estrategia de mercado) habían mostrado un enorme éxito comercial y de prestigio. Primero mensuales, luego, en la década de 1890, semanales, eran el vehículo de muy diversas posibilidades periodísticas que incluían la novela por entregas, la divulgación científica, la información, los conocimientos útiles, los materiales de colección (como las imágenes visuales de calidad) o las misceláneas de entretenimiento. “Su enorme proliferación durante la década de 1890, había obligado a los periódicos a considerarlas con verdadera alarma, como fuertes competidoras en el interés de lectores y anunciantes. El éxito de revistas como Munsey´s (1889), McClure´s (1893), Cosmopolitan (1886), Harpers Weeklly, Leslie´s, Puck, Life, Judge, The Veredict (1898), se debía a su combinación de contenido misceláneo e ilustraciones y al bajo costo para el lector” (Rogers, 2005). Rogers refiere también un artículo publicado por Rubén Darío en La Nación en 1899: “Los Estados Unidos han enseñado al mundo la manera como se hace un magazine (…) los adelantos de la fotografía y el ansia de información (…) ponen a los ojos del público, junto al texto que los instruye, la visión de lo sucedido (…)” (La Nación, 20 de junio de 1899).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
62
gusto dudoso o visto como divertimento para sectores populares o iletrados49. A ello se agregaba
una calidad visual en sus caricaturas que superaba claramente al promedio. Mitre y Vedia
comprendió el potencial comercial de estas ventajas, y aportó su rol para superar las dificultades
financieras que amenazaban truncar la publicación. Consideró que no se trataba sólo de falta de
capital, sino de insuficiencia del mercado local. De allí que su propuesta de traslado a Buenos
Aires y de refundación ampliando los contenidos generales desde un planteo empresarial
innovador, tomando lo mejor del modelo del magazine, tuviese la múltiple intención de
aprovechar el emprendimiento por el potencial político de sus caricaturas humorísticas,
asegurar un mercado lector y de anunciantes mucho más amplio, y aprovechar la moderna
infraestructura tanto técnica como de recursos humanos, además de edilicia, que disponían los
Mitre en Buenos Aires. De allí que Caras y Caretas salió a la calle con un amplio respaldo de
anuncios publicitarios, la participación de prestigiosos periodistas vinculados a La Nación y,
sobre todo, la participación de los más afamados dibujantes y grabadores ligados al diario.
Desde el comienzo el volumen impreso fue ambicioso: 36 páginas en el primer número. Temas
variados pero relativamente organizados en secciones, tema único en portada (siempre el
nombre de la publicación, y casi toda la página ocupada por una caricatura política multicolor,
y en la parte inferior, con guiones, los diálogos o explicaciones, en ocasiones rimados. Aunque
Caras y Caretas se transformó rápidamente en un dispositivo empresarial en sí mismo capaz de
genera beneficio desde su relación con el mercado de lectores y de avisos, lo cierto es que todavía
la función política del medio se mantuvo, y le permitió potenciar su rendimiento en ventas: hasta
el retiro de Mitre de la política activa en 1901, el cien por ciento de las portadas de Caras y
Caretas estuvo compuesto por caricaturas de críticas al gobierno roquista. La tensión entre la
función política y la económica del emprendimiento fue haciéndose notar: mientras que los
contenidos informativos y editoriales continuaron priorizando intereses partidarios, resultaba
notorio que gran parte del crecimiento en público se debió a la creciente presencia de temas
menos vinculados a tales cuestiones. Incluso las portadas constituían un enorme éxito: se
hablaba de ellas, se coleccionaban, pero nada en los primeros tres años de la revista hace suponer
que tuvieran efecto directo en una mejor situación político electoral de Mitre y sus allegados.
El mitrismo en ningún momento ocultó la relación entre los distintos medios de su constelación
periodística. El 24 de junio de 1899 Caras y Caretas publicaba:
“Un núcleo de importantes miembros del foro porteño y de personalidades sociales de
alto valer, ha hecho una demostración de aprecio y de adhesión al Dr. Pedro Bourel,
director de El Nacional, que tan valientemente ha emprendido una campaña
49 Un par de años más tarde la revista inscribiría la expresión “ni demasiado serio, ni demasiado chacotón” como síntesis de la fórmula de éxito que el público había premiado (Cfr. Rivera, 1998: 67).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
63
moralizadora contra los malos elementos de la administración pública. La verdad es que
la conducta del Dr. Bourel, cuyo retrato presentamos, es digna de aplauso, y que la ingrata
tarea que se ha impuesto es noble y patriótica” (Caras y Caretas, año II, N° 38, 24 de
junio de 1899).
En la misma página, bajo el título “La enfermedad de Bartolito”, decía del ex director de La Nación:
“Para Caras y Caretas esta no era la perspectiva de una desgracia así como se quiera, sino
la amenaza de un verdadero golpe físico; porque fue el bizarro espíritu de Bartolito quien
dio a esta empresa el más brillante impulso inicial – fue el prestigio de su nombre el
primer traje de gala que vistió este periódico”.
La Prensa, por su parte, es ahora un fuerte competidor empresarial de La Nación. La
monumental modernización edilicia, técnica y organizacional de La Prensa, cuya nueva sede
frente a la Plaza de Mayo (sobre Avenida de Mayo), inaugurada 1898, testimonia el cambio50,
muestra que los Paz-Gainza son ya una de las familias más ricas del país. Su diario vende más
ejemplares que La Nación (lo hará la mayor parte del medio siglo siguiente) y los intereses
políticos familiares no son plenamente ensamblables en la acción mitrista. Pero el diario
mantiene tanto su perfil opositor al roquismo como su marco de pertenencia al espacio mitrista
originario. Adquiere un tono opositor frontal más notable y bastante antes que La Nación,
criticando a esta última por no acelerar la ruptura de los acuerdos con Pellegrini, que éste habría
incumplido al incorporarse al gobierno de Roca, entre otras acciones. El mitrismo, por su parte,
conserva dichos acuerdo en los niveles provincial y local, y –aunque no lo explicita- aguarda con
expectativa la toma de distancia entre Pellegrini y Roca. José C. Paz, en cambio, ya
definitivamente radicado en el país, se ocupa de confrontar con el roquismo en cuanto tema
brinda oportunidad, y de presionar en defensa de intereses propios. A ello se suma un deseo
político-familiar largamente acariciado: la candidatura presidencial de su hijo Ezequiel en 1904.
Este deseo quedará incumplido y La Prensa habrá de reorientarse, como La Nación, hacia una
50 El cambio incluye máquinas de última generación, colocadas en un piso del edificio construido ad hoc, con salida a Avenida de Mayo, también recientemente inaugurada y no exenta de escándalos y sospechas de corrupción. La avenida, símbolo de la modernización de la ciudad, con su traza ancha que permite al mirar hacia sus extremos la vista de los edificios del Poder Ejecutivo (Casa Rosada, en el extremo Este), y del Legislativo (Palacio del Congreso, en el extremo opuesto), había requerido expropiaciones y remates de terrenos remanentes que La Prensa aprovechó. El autor del proyecto de traza de esta simbólica avenida fue el entonces intendente Cané, colaborador regular de La Prensa. Los conflictos ligados a este proceso urbanístico e inmobiliario debieron llegar hasta la Corte Suprema de Justicia. Finalmente, la sede quedó firmemente instalada, coronada con un enorme cartel y una estatua alegórica, a pasos de la histórica Plaza de Mayo, en el epicentro político y económico del país. Fue, además, un punto clave del espacio público de la ciudad, por su arquitectura, sus servicios gratuitos al público (consultorios jurídicos y médicos, centros de enseñanza, una enorme biblioteca de libre acceso). Poco después de la inauguración de la nueva sede se produjo el definitivo traspaso generacional de la empresa, asumiendo Ezequiel Paz (hijo del fundador) la dirección. José C. Paz intentó promover la candidatura presidencial de su hijo para las elecciones de1904, proyecto rápidamente frustrado. Desde entonces, La Prensa se orientaría definitivamente hacia su orientación empresarial, transformándose en el más vendido y uno de los más prestigiosos en idioma castellano durante la primera mitad del siglo XX, alejándose definitivamente de la participación directa en las lides políticas.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
64
perspectiva más empresarial que política, apuntalando en el siglo XX el rol de un diario con
posiciones propias, pero independiente de partidos, candidaturas y tendencias, y manteniendo
una línea regular en torno a valores y tópicos que la enmarcaron desde su fundación: el
nacionalismo y la preparación militar, desde el respaldo incondicional al rol de Mitre en la
Guerra del Paraguay (1865-70) hasta el tratamiento del conflicto de límites con Chile durante la
segunda presidencia de Roca (en la que La Prensa mantuvo una posición mucho más
beligerante); la conquista plena de las fronteras agrícolas para poner todo el territorio en
producción, el apoyo a la radicación de inmigrantes, a la incorporación de tecnologías y la
consolidación de instituciones. También la incorporación de sectores postergados, tanto étnicos
(indios) como sociales (obreros, mujeres) a los beneficios de la educación, del progreso
económico, de los derechos y obligaciones del ciudadano, etc.51
La Nación mantiene su tono opositor en forma regular, siguiendo la línea trazada desde la
derrota de 1898, pero semestre tras semestre se nota el acrecentamiento del espacio dedicado a
temas menos vinculados a la confrontación política y más a los variados asuntos que compone
la búsqueda del interés del mercado de lectores y anunciantes, en una aún mayor aceleración de
esta tendencia iniciada definitivamente con la dirección y gerencia de Emilio Mite y Vedia
iniciada a comienzos de 1894.
La nota sobre “la enfermedad de Bartolito” citada en la página anterior de esta tesis (Caras y
Caretas, año II, N° 38, 24 de junio de 1899) da una idea del golpe que significó al grupo en lo
empresarial y profesional la enfermedad de Bartolo Mitre y Vedia, quien finalmente falleció en
abril de 1900: su rol en la modernización, primero en su rol en La Nación y luego en Caras y
Caretas había sido decisivo. Su pérdida aceleró la modernización del diario, que rápidamente
emuló los aspectos más exitosos del magazine, especialmente por medio de la creación de
suplementos especiales de año nuevo, con gran despliegue artístico y diseño articulando muchos
grabados y fotograbados, que dos años más tarde (1902) se hicieron permanentes. En ellos se
amplió la presencia de contenidos científicos y literarios de primer orden, acompañados por
artículos de costumbres, humor, ensayos y breves misceláneas, y de ellos se desprendería poco
después el Suplemento Ilustrado, que sumó definitivamente los avances de Caras y Caretas
validados en el éxito de mercado: tapa multicolor artística, presencia de los mismos artistas
grabadores e ilustradores que en la revista, diseño de las páginas muy semejante a ella,
contenidos misceláneos probados en los años previos como valiosos.
51 Por ejemplo, el 26 de abril de 1901, La Prensa critica la campaña militar en la región del Chaco, que buscaba
capturar y someter a los últimos indios armados, debido a los recientes conatos de malón y a homicidios individuales
cometidos por indios en la región. El título de la nota decía: “La barbarie en el Chaco- Guerra de exterminio. Las
tolderías chaqueñas-escenas de horror. Cacería de seres humanos- El fracaso de la campaña”.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
65
En 1901 se suma otro exitoso emprendimiento: la oferta de libros económicos en un formato
especial para su colección: iguales tamaños y encuadernaciones, y salida a venta en intervalos
regulares. Se llamó “Biblioteca de La Nación” y obtuvo excelentes resultados en ventas y
continuidad. Mientras tanto, en ese mismo año y el siguiente, el espacio impreso con avisos
supera casi todo el año el tercio de la totalidad de la superficie del periódico. Pero este aumento
no es sólo relativo al total, sino absoluto: las páginas pasan de 8 a 16 en promedio, a lo largo del
segundo mandato roquista. Como sucede con los suplementos, el cuerpo principal también
diversifica contenidos: abundantes notas extranjeras, creciente presencia de contenidos con
fotografías o dibujos, notas divulgativas sobre ciencia, técnica, geografía, política internacional
o historia, información inmediata (por medio de la reproducción de telegramas de noticias),
información relativa a actividades sociales (espectáculos, homenajes, fiestas, etc.), folletines de
muy diversa extensión (de un solo día hasta meses), y en casi todas ellas, se incluía firmas
prestigiosas de colaboradores nacionales y extranjeros.
En Caras y Caretas, las pérdidas de fundadores continuaron: en 1903 fallece Sixto Álvarez (Fray
Mocho), con lo que la revista quedaba con uno solo de los tres fundadores del proyecto. Y esta
supervivencia generó un nuevo conflicto: Ya en 1898 Pellicer había expresado su intención se
ser el director de la revista, pero Mitre y Vedia era quien transformó el proyecto, le aportó capital
y le asignó la estrategia que lo llevaría al éxito masivo. Por ello él sería el director. Pero el pedido
expreso de la familia Mitre lo hizo retirar del puesto, para no comprometer el apellido en una
publicación de humor satírico político y contendidos que pudiesen ser criticados como “poco
serios”.
Frente a este veto familiar, Pellicer aspiró una vez más a la dirección, pero Mitre optó por colocar
en esa función a Sixto Álvarez, periodista –y expolicía- de muy probada lealtad política, escritor
prolífico y muy conocedor de la realidad nacional y local, y cuyos escritos resultaron muy
atractivos a al público, que los reclamaba, comentaba, y compraba también materiales
publicados en libro.
Cuando el fallecimiento de Álvarez puso nuevamente en cuestión la dirección de la revista, la
decisión empresarial fue nombrar a Carlos Correa Luna, de fuertes lazos con en mitrismo y una
de las figuras clave en la consolidación de la Academia Nacional de la Historia, incorporado a la
misma (cuando aún portaba el nombre de Junta de Historia y Numismática Americana) como
miembro de número en 1901. Correa Luna tomó la dirección y la conservó por muchos años. Y
esta decisión fracturó el plantel de la revista, mostrando una vez más la veloz ampliación del
mercado en curso. Pellicer, con buena parte del equipo, se retiró para fundar en 1904 una fuerte
competencia: P.B.T., revista que aparecería con un formato de la mitad de tamaño que Caras y
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
66
Caretas, ideal para portar en portafolios y aún bolsillos, para una lectura adaptada a los ritmos
urbanos del siglo XX. El éxito de P.B.T., que logró captar público y anuncios sin inconvenientes
(llegó a superar el 40 por ciento de la superficie impresa en avisos pagos en 1906 y 1907) no
significó una reducción de tirada ni captación de avisos para Caras y Caretas. Había nacido la
competencia regular entre revistas magazine de gran tirada y larga duración52, a los que se
agregaba la competencia generada por los grandes diarios a través de los suplementos
semanales.
Este gran crecimiento del mercado permitía ahora no sólo ampliar el espacio de competencia de
diarios y semanarios; también habilitó la industrialización de otros productos gráficos basados
en los ensayos de segmentación que se habían iniciado en la década de 1890: publicaciones
destinadas a mujeres, a niños y a otros públicos especializados. La mayor parte de esas
experiencias habían sido relativamente breves (entre pocos meses y cuatro años), y por lo
general, no pasaron de asegurar una fuente de trabajo a sus organizadores, y un muy tenue
resultado empresarial. Pero desde 1904 algunas iniciativas de este tipo lograron ascender al
nivel de industria, protagonizados por nuevos actores menos ligados a objetivos políticos, y más
a la realización de ganancias.
Pedro Bourel dejó de publicar El Nacional tras el fallecimiento de Bartolomé Mitre y Vedia, pero
continuó la publicación de La Columna del Hogar como revista independiente (a cargo de su
esposa, Catalina Allen, redactora de la misma sección en El Nacional), primero en forma
semanal y luego en lujosa edición trimestral, y ensayando –junto a Francisco, hermano de Pedro
Bourel con el que realizara las exitosas revistas visuales de las décadas precedentes- nuevas
experiencias para el segmento infantil, mejorando experiencias propias precedentes y emulando
exitosas fórmulas extranjeras.
Pero en 1904 aparece un nuevo actor interesado en el público “de hogar” predominantemente –
pero no exclusivamente- femenino. Alberto M. Haynes lanza El consejero del Hogar, que poco
después se transforma en la revista magazine El Hogar. Esta revista se suma exitosamente a la
competencia, y será la base del imperio periodístico de Editorial Haynes. El nacimiento del
diario La Razón, en 1905, muestra que el mercado de diarios puede sostener varios grandes
competidores con éxito empresarial, tanto el en segmento de diarios matutinos como de
vespertinos. Pocos años más tarde, en 1911, Constancio C. Vigil ensaya una publicación –
Pulgarcito- orientada al público infantil, que será la punta de lanza de su propio imperio
52 En 1912, un conflicto de orden sindical (reclamos por derechos de los trabajadores de la revista) origina una fractura aún mayor: gran parte de la planta de periodistas, dibujantes y fotógrafos funda la revista Fray Mocho, que se sumará a la competencia por el mismo tipo de público.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
67
editorial, que en el rubro revistas contaría con Para Ti (fundada en 1922 y orientada a mujeres),
El Gráfico (fundada en 1919 y orientada al espectáculo deportivo) y Billiken (fundada en 1919
como magazine de interés general y pronto reorientada al público infantil).
Así, las familias Mitre, Bourel y Paz testimonian la paradoja del desdibujamiento de sus
expectativas de poder político al mismo tiempo que sus respectivas empresas ingresaban en una
época de máximo esplendor económico, y también de prestigio social que les permitía,
inesperadamente, el respeto del ambiente político también. La Nación y La Prensa son grandes
empresas líderes en el periodismo hispanoamericano.
La sostenibilidad económica de los medios del grupo afín a Mitre en esta etapa es notable, por
ejemplo, en comparación con el diario El País, del vicepresidente Pellegrini. Producida la
ruptura de Pellegrini con Roca en 1901, la crisis económica del diario fue inmediata:
“Los sueldos de los periodistas comenzaron a atrasarse o a pagarse parcialmente si la
recaudación por publicidad lo permitía. Hubo que dejar el amplio edificio de la calle
Florida y pasar de un lugar a otro (…) la suma de avisos estaba muy lejos de los primeros
tiempos (…) el diario de Pellegrini se vio obligado a reducir la planta de personal
permanente y diferir los pagos a los proveedores” (Mayochi, 2007: 33).
En las principales publicaciones afines a los Mitre y los Paz el fenómeno es inverso: El diario La
Nación había pasado de mil ejemplares diarios en sus comienzos a más dos mil a fines de la
década de 1860. En 1875, tras el levantamiento de la clausura, logra el récord de 10.700
ejemplares (1° de marzo de 1875). En la década de 1880 logra alcanzar un promedio de 18.000
ejemplares diarios. El 31 de diciembre 1889, superaba ya los veinte mil, según informaba el
propio diario. Vuelve a duplicar su tirada en los quince años que le siguieron, para llegar al
asombroso volumen de cien mil ejemplares diarios tras la consolidación empresarial de 1909 y
la reforma electoral de 1912, según informa La Guía Periodística Argentina de 1913. La prensa
presenta un recorrido semejante, pero en 1913 alcanza los 160.000 ejemplares diarios, por
encima de La Nación. Más contundente aún es el ascenso de Caras y Caretas. Los 15.000
ejemplares de su primera tirada mostraban una notable expectativa empresarial, que fue
cumplida y desbordada. A mitad de mandato de Roca, en 1901, este volumen superaba ya los
60.000 ejemplares. En 1904 ya pasaba los 80.000 ejemplares por número, y al año siguiente del
fallecimiento de Mitre, en 1907, llegaba a su tirada máxima de 106.000 ejemplares,
manteniéndose luego por encima de los 100.000 a todo lo largo de la década de 1910.
En forma correlativa a semejante aumento de tiradas –e ingresos brutos por venta de ejemplares
y avisos- la organización profesional cambia a gran velocidad. Los magazines (El Hogar, Caras
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
68
y Caretas, PBT, etc.) profesionalizan el régimen de colaboraciones, tanto escritas como visuales,
y entre estas últimas, tanto dibujadas como fotografiadas. Aparece el diseño de página como
tarea, y dentro de ella, la cotidianeidad de la armonización de publicidades y textos en cada
página. El público al que se dirigen se muestra segmentado. Esto se nota tanto en la construcción
de materiales para lectura común entre públicos heterogéneos, y especialmente en la producción
de secciones específicas en diarios y revistas, a los que se agregan los suplementos semanales,
que habrán de llevar a los diarios, como veremos en el capítulo siguiente, las características e
innovaciones visuales de los magazines. En la década siguiente (la de 1910), habrán de surgir
revistas de circulación masivas orientadas a públicos específicos: lectores de deportes, mujeres,
niños, etc. y se completará la profesionalización de todas las prácticas laborales y de gestión
empresarial asociadas a los contenidos gráficos de la prensa.
En muy poco tiempo los avisos publicitarios se hacen parte de la puesta en página de revistas y
diarios, y en un par de décadas esta práctica se integrará en un diseño único de la página. El
precio de los avisos se acrecienta a la par del ascenso de las tiradas, y con ello crece la presión
sobre los grabadores de avisos y sobre los armadores de páginas para que ahorren espacio. Entre
1898 y 1904 numerosas empresas se suman –por conveniencia propia de costos- a este esfuerzo
de aprovechamiento del espacio. Pequeños avisos concentran llamativos contrastes, tipografías
únicas, breves mensajes de gran creatividad y fácil recordación, imágenes llamativas. Este
ascenso en el aprovechamiento económico y la creatividad comunicacional se nota también en
la presencia de las primeras campañas seriadas (secuencia de avisos en sucesivas páginas y
números, cuyo contenido posee significación propia pero además cumple la función de fortalecer
un significado de conjunto a lo largo de toda la campaña), así como las que complementan
recursos aplicados a distintos medios gráficos y callejeros, actividad muy extendida en la Buenos
Aires de comienzos del siglo XX. Si bien este tipo de campaña ya está presente en Buenos Aires
desde décadas previas53. Las principales marcas de cerveza, de medicamentos y tónicos de venta
libre, de productos para la higiene de manos, cara, cuerpo o dientes, los productos importados
como el té, licores y whiskies, las armas o los artefactos de hogar y oficina, los cigarrillos, la
indumentaria y el calzado se hallan entre los rubros pioneros que ocupan grandes espacios
publicitarios, casi todos incluyendo series. La marca (como veremos en detalle en el capítulo 4)
es ya un factor decisivo en la estructuración del negocio de una empresa. De este modo, el
53 La propaganda política ya hacía presente la coordinación de carteles y prensa en la década de 1830. Pero el primer gran salto lo producen las campañas del norteamericano Bagley, quien primero con su Hesperidina y luego con marcas de galletitas de producción industrial, logra llamar poderosamente la atención utilizando incógnitas que se revelan en mensajes subsiguientes, combinación del uso de publicidad en los cordones de las ochavas de la ciudad con cartelerías, desfiles, panfletos, carteles y publicidad en los principales diarios. Su primer gran campaña sucede en el año 1867, y contrató, entre otros, los espacios de La Nación Argentina.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
69
mercado gráfico local emula la transformación copernicana de la prensa vivida en Europa desde
la década de 1830 en adelante, poniéndose a tono de estrategias en muy poco tiempo, aunque
manteniéndose una desventaja tecnológica que hace depender a las empresas locales de bienes
de capital importados en forma permanente. Este nuevo rol de la publicidad en la estrategia
empresarial marca el inicio de una etapa radicalmente nueva en las relaciones entre medios,
política y mercado. La renovación política que supondrá la reforma electoral de 1912 (la Ley
Sáenz Peña), completará este panorama54.
El crecimiento del número de avisos ha logrado, en este punto, un salto cualitativo: mientras
Los Debates de 1852, propiedad de Benito Hortelano y con participación decisiva de Mitre,
lograba que Hortelano anotase en sus Memorias que el mismo había resultado un gran
negocio55, con una facturación por reclames que sostenía el 13 por ciento de la facturación total
del periódico (considerando suscripción, venta de sueltos y avisos), en 1913 La Prensa ingresa
un promedio de cuatro mil avisos por día, facturados en función de un público que supera
largamente las doscientas mil personas por número, convirtiéndose así en una gran industria
basada en la publicidad (Cfr. Hortelano, 1936; Ojeda 2010). Buenos Aires ve modificado su
paisaje, con la irrupción de grandes carteles gigantográficos, espacios para afiches, pinturas en
paredes y cordones de veredas, promociones callejeras y prometidas por los diarios y revistas,
carrozas durante carnavales, pero también en el resto del año, sorteos que incluyen lotes
inmobiliarios, uso del empaque para publicitar (muy notable en las marquillas de cigarrillos),
etc. Dice, desde la experiencia de este último rubro en el que es empresario, Manuel Malagrida:
“La reclame es todo (…) La publicidad ha de servir para avisar al público de una manera risueña,
artística y original de los méritos de una marca” (Butera, 2012: 22). El diseño de página
característico del siglo XX abreva en fuentes diversas, de orden estético, tecnológico o de
experiencia del oficio gráfico, pero fundamentalmente debido a la presión de los avisos, que son
elaborados con criterios de visibilidad y diferenciación por grabadores que responden ya sea al
diario, ya a otro medio gráfico donde se contrató originalmente, ya al grabador especializado en
su taller de imprenta, ya al agente de avisos que comenzaba a existir como antecedente directo
de las agencias típicas del siglo XX.
Así, cuando en 1901 coinciden los ochenta años de Mitre y su retiro de la política activa con la
mitad del segundo mandato de Roca, atravesado por conflictos que anticipan profundos
54 La reforma instaura el voto universal (masculino), obligatorio y secreto, a partir del uso del padrón de enrolamiento del recientemente instaurado servicio militar obligatorio. Con ello, se desdibuja el rol del diario faccional orientado a movilizar fuerzas propias, y crece el rol del periódico político orientado a ganar simpatías que se plasmarán en el cuarto oscuro electoral. 55 Si bien es evidente la exageración de Hortelano, que busca resaltar lo inconveniente que le resultó la clausura general de periódicos ordenada por Urquiza ese año, publica datos concretos de ventas y avisos que aseguran una lectura mínimamente objetiva (Cfr. Hortelano, 1936; Moyano, 1996).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
70
cambios, se produce en escala ampliada la paradoja que acompaña los combates de Bartolomé
Mitre desde la década de 1870: mientras sus estrategias políticas y militares fracasan, el
beneficio empresarial de una red periodística construida desde y al servicio de la política resulta
ser abrumadoramente ventajoso, y constituye a la familia Mitre, en primer lugar, en empresaria
del periodismo, por sobre cualquier otra actividad. Lo mismo sucede con los Paz, que ven ante
sus ojos la frustración de las aspiraciones presidenciales familiares al mismo tiempo que su
diario se transforma en el más modernamente equipado, ediliciamente mejor situado y por
sobre todo, el más vendido y con mayor capacidad de captación de avisos de la Argentina.
Si bien los Mitre continuarán en la política activa un tiempo más, en 1909 el diario queda
definitivamente constituido como Sociedad Anónima, tras el fallecimiento de Emilio Mitre, el
último dedicado directamente a las lides políticas del clan familiar. Emilio había conducido la
modernización en el ciclo más acelerado: a partir de 1894. El reconocimiento de ese rol y el
alejamiento definitivo de las lides partidarias sería comunicado al público poco después de
anunciarse la noticia de la pérdida y realizadas las notas necrológicas propias del periodismo del
momento (Cfr. Sidicaro, 1993).
Como había sucedido a partir de la década de 1830 en Europa occidental y en Estados Unidos,
la prensa periódica había pasado de una función principal centrada en la acción política y sostén
de la esfera pública burguesa, a una función principal que –sin negar lo anterior- se abre a
estrategias múltiples subordinadas a una operación comercial distinta: obtener ganancias con
las ventas a amplios públicos, pero fundamentalmente, asignar valor a esas cantidades de
público para elevar la necesidad y el costo de los reclames publicitarios, giro copernicano
imprescindible no sólo para el nacimiento de la prensa industrializada contemporánea, sino del
conjunto de las industrias culturales desplegadas en el siglo XX.
La imagen visual sería parte importante de estas transformaciones y el giro copernicano que las
sostuvo e impulsó. La Nación, La Prensa y Caras y Caretas continuarán, en las primeras
décadas del siglo XX, a la vanguardia de las innovaciones visuales, consolidándose como los dos
diarios y la revista más importantes, estables y duraderos del país.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
71
2. Construyendo la visualidad de un diario moderno
Alejandra Ojeda
2.1. Del reclame a la publicidad. La transición hacia la modernidad publicitaria
(1862-1885)56
Si bien la publicidad, como forma de comunicación orientada a la persuasión puede rastrearse en
los inicios de la historia humana, es hacia la segunda mitad del siglo XIX donde se estructura como
un sistema de relaciones y prácticas económicas y sociales con un rol decisivo en la economía, la
sociedad, la política y la cultura.
La publicidad actual presupone la existencia de diversas prácticas y condiciones de producción sin
las cuales su desarrollo no sería posible, a saber: el surgimiento y desarrollo de los medios técnicos
de comunicación social, comenzando con la imprenta (mediados del siglo XV) y los periódicos
(desde mediados del siglo XVII), el nuevo rol de los mismos a partir de las revoluciones burguesas,
la consolidación del capitalismo industrial hacia mediados del siglo XIX, las transformaciones
sociales de comienzos del siglo XX (crecimiento demográfico, aumento de la población urbana,
acceso de las masas populares al ocio y al consumo en Occidente) y los efectos de la segunda
revolución industrial sobre las comunicaciones sociales (nacimiento del cine, la radio, la industria
discográfica, los magazines de masas) a comienzos del siglo XX.
En relación con estos cambios, dos momentos históricos son decisivos en la configuración de la
relación de necesidad mutua entre medios de comunicación, empresas y publicidad propia del
sistema capitalista: la incorporación definitiva a la prensa periódica de los anuncios57 ya no como
elemento secundario sino –por el contrario- como fuente principal de financiamiento y lucro,
fenómeno que se asienta en Europa entre las décadas de 1830 y 1860, y la formación de un
sistema de medios masivos de comunicación en las décadas entre 1910 y 1930. En el primer
período es clave la década de 1830: en 1836 la fórmula de bajar el precio del ejemplar para
aumentar bruscamente el volumen de las tiradas y con ello aumentar correlativamente los
precios de los avisos publicitarios tan necesarios para las empresas que ingresaban en la era de
56 Versión modificada del artículo publicado originalmente en: Revista Pensar la Publicidad. Revista internacional de Investigaciones Publicitarias, Publicaciones Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Valladolid. N° 2, 2010, ISSN: 1887-8598. 57 En numerosos países latinoamericanos, y en particular en la región rioplatense, se utiliza desde el siglo XIX hasta la actualidad el vocablo «aviso» (del francés avis) para referirse a los espacios publicitarios en prensa. Los periódicos aquí analizados, de fuerte influencia francesa hasta la década de 1890, utilizaban exclusivamente este término una vez caído en desuso otro nombre usual de influencia francesa, «reclame». El término «anuncio», sin embargo, era también conocido. Se opta en este artículo por el uso exclusivo de «anuncio» por ser el vocablo más extendido actualmente en el mundo hispanoparlante.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
72
la producción industrial para cubrir grandes mercados en poco tiempo y amortizar los costos
fijos de maquinaria, fue aplicada casi simultáneamente por Emile de Girardin, director de La
Presse, y Armand Dutacq (de Le Siecle) al realizar una primera gran reducción del precio de
portada a la mitad (de veinte a diez céntimos de franco). El auspicioso resultado fue emulado de
inmediato en Gran Bretaña y los Estados Unidos, transformando de conjunto a una prensa
periódica que, además, conquistaba derechos y libertades tras el fin de la Restauración en 1830.
La búsqueda constante de más público presionó sobre los planes de instrucción pública, sobre
las libertades de expresión y circulación, sobre los contenidos (que diversificaron noticias,
aceleraron plazos de envío de información e incorporaron en gran escala contenidos de
entretenimiento literario y lúdico), sobre las estrategias de captación y retención de lectores, y
sobre las tecnologías de elaboración de papel, tintas, transmisión de información, reproducción
visual de contenidos, tipiado e impresión. Surgen entonces las bases de la industria del
entretenimiento, el concepto de «marca» como decisivo en la idea de publicidad y de identidad de
un producto o servicio, las primeras agencias de noticias y los rudimentos de las futuras agencias
de publicidad.
En el caso de Argentina, tras las guerras de independencia se producen crisis y guerras civiles que
demoran su conexión plena con la nueva realidad del mercado mundial capitalista en su etapa
industrial. Lo logra más tempranamente la provincia de Buenos Aires, ya desde la década de 1820,
por medio de su economía periportuaria basada en la exportación de cuero, tasajo y sebo, y más
adelante de lanas. Pero el fenómeno alcanza rango nacional con el proceso de unificación del Estado
realizado entre 1860 y 1880 y la expansión de la economía agroexportadora a todo el país,
complementando el desarrollo ganadero con la revolución cerealera. No casualmente, estos
procesos de vinculación al mercado mundial se ven acompañados por sucesivos avances en el
desarrollo de la prensa periódica y del uso de anuncios en ella (Moyano, 1996).
En esta sección revisitamos una etapa crucial en la evolución de la publicidad en Argentina, por
medio del diario La Nación como caso paradigmático a lo largo de veintitrés años decisivos: 1862-
1885. Se toma como caso paradigmático y como unidad continua el diario La Nación Argentina
fundado por Bartolomé Mitre en 1862 y su inmediato sucesor, La Nación, hasta el año 1885 (año
en que La Nación incorpora las rotativas, iniciándose con ello una etapa diferente de su evolución),
porque es junto con La Prensa uno de los dos más importantes del período, el más innovador en
términos tecnológicos y comerciales, y con continuidad hasta la actualidad siendo por ello uno de
los más antiguos entre los actualmente existentes58. Los anuncios, tal como aparecen en los
58 El diario La Nación puede ser considerado el más antiguo de los hoy existentes en Argentina si se obvia el cambio de nombre y estructura societaria en 1870 y se toma como fecha de inicio septiembre de 1862.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
73
periódicos argentinos en la primera mitad del siglo XIX, corresponden a la etapa previa a la
configuración de la publicidad en su sentido actual: oferta de servicios personales (clases
particulares, modistas, fotógrafos, etc.) o de comercios minoristas (casas de telas, papelería,
cigarrería, etc.), o de compra y venta de bienes muebles e inmuebles. Pero en la época de la
Organización Nacional (1860-1880) vemos una veloz adecuación a los novedosos patrones
publicitarios establecidos en Europa y Estados Unidos. Será precisamente el diario La Nación
Argentina / La Nación, la experiencia periodística paradigmática de esta nueva etapa: arranca con
todos los atributos de la prensa política porteña de la década de 1850, y logra adecuarse a los
grandes cambios vividos por el país, no sólo sobreviviendo a los mismos, cosa que muy pocos
diarios de esta época pudieron hacer, sino fortaleciéndose y creciendo hasta el punto de destacarse
en todo el mundo de habla hispana como un diario importante y a la vanguardia de las innovaciones
tecnológicas, formales, culturales y estilísticas.
Definición del punto de partida
Las variaciones más significativas que se pueden notar en la publicidad de prensa argentina
entre 1862 y 1885 afectan, en primer lugar, a la definición misma de mercancía. En los primeros
años del período estudiado nos encontramos con una estructura de productos y de formas de
comercialización diferentes a la actual, donde la marca del producto publicitado, aunque
presente en muchos casos, no cumplía un rol estratégico. El valor agregado que después dará la
identificación del fabricante en cuanto a confiabilidad u originalidad del producto era otorgado
en ese momento por el punto de venta personalizado, donde la mercancía era fraccionada,
empaquetada y entregada por el dueño del local a manos directas del cliente. El almacén y la
casa de ramos generales eran las formas más habituales de comercialización de productos.
Hacia 1885, en cambio, como consecuencia de la creciente industrialización y la expansión de
bienes industriales hacia las periferias, la fabricación de mercancías había extendido su función
hacia la elaboración y estampación del envase, incorporando en él la marca que identificaba a la
empresa productora y trasladando la garantía de confianza del vendedor al fabricante,
potenciando canales de distribución impersonales y muchas veces a distancia. Este proceso se
tradujo en la presencia cada vez más abundante de anuncios donde se refería al envase y la marca
del producto como elementos que garantizaban la autenticidad de su procedencia, la identidad
del fabricante a la par de la del distribuidor o por encima de ella. Entonces, necesariamente, el
anuncio que listaba una gran variedad de productos de diferentes usos y orígenes, fue tendiendo
a ser reemplazado por anuncios sobre un producto único, dando lugar a búsquedas de estilo
tanto gráfico como argumental.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
74
Procesos de diferenciación Al abordar el corpus con el objeto de intentar una tipología de anuncios, nos hemos encontrado
ante la dificultad no sólo de clasificar, sino de identificar qué era y qué no era publicidad, debido
a que el momento estudiado corresponde a una etapa arcaica de su evolución. En este sentido, a
lo largo de los veintitrés años analizados, se pudo ver un doble movimiento: por un lado, se
fueron distinguiendo los anuncios clasificados de la información de servicios públicos y de las
publicidades, y por otro lado al interior de cada categoría, las piezas se fueron agrupando por
afinidad. Este movimiento de agrupación se dio prácticamente de manera simultánea en la
publicidad y en el resto del periódico, donde se regularizaron las secciones, distinguiéndose más
claramente los espacios de información «objetiva» del material de opinión o de ficción, como
eran la editorial y el folletín59.
Los primeros formatos que se estabilizaron y consolidaron fueron el anuncio breve por palabras
(actual «clasificado», precisamente porque la base de su despliegue visual es la preclasificación
por afinidades), la información de transporte, los anuncios fúnebres y las publicidades de
medicamentos. También prevalecían al comienzo las publicidades de casas de ramos generales
y de ropa blanca.
A comienzos de nuestro período, tres tipos de mensajes con intención publicitaria aparecen
indiferenciados en la categoría de anuncios:
• Lo que hoy entendemos como «clasificados»: anuncian el producto sin desarrollar
ninguna argumentación particular, están agrupados por afinidad temática y suelen ser
de particulares, aunque también lo utilizan las casas comerciales.
• Anuncios publicitarios: aquellos que describen el producto y sus cualidades, sean éstas
reales o ficticias, sin desarrollar argumentaciones adicionales.
• Anuncios publicitarios: agregan un argumento de venta no necesariamente vinculado a
la descripción del producto sino ligado a valores sociales exitosos mediante operaciones
retóricas tanto a nivel del texto como de la imagen.
Durante las décadas estudiadas comenzó a diferenciarse, configurarse y ordenarse el anuncio
«clasificado», organizado por palabras en una sección específica y con las características
59 El folletín era un espacio literario generalmente de ficción, recortable y encuadernable como libro, donde se solían
publicar materiales más ligados al entretenimiento que el resto del material del periódico, como novelas por entregas,
poesía, relatos históricos, geográficos, ensayos y biografías. El cambio de financiamiento antes mencionado para la
prensa europea desde la década de 1830 acrecentó la importancia de la novela por entregas, que se tornó de lectura
masiva, y disminuyó correlativamente la de otros géneros, así como la importancia del carácter recortable y
encuadernable del material (Cfr. RIVERA, J. (1998): El escritor y la industria cultural. Buenos Aires, Atuel, 2000).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
75
actuales del género: información más alguna argumentación sobre sus ventajas, distinguiéndose
de los anuncios más complejos, utilizados por las empresas. Se presentan cada vez más
agrupados y comenzaron a utilizar regularmente la primera letra en mayúscula y la primera
palabra en un cuerpo mayor al resto, que ocupaba entre dos y cuatro renglones.
Los clasificados se desplazaron a la primera página hacia 1885, junto con los anuncios fúnebres
y consolidaron el aspecto característico de su diagramación a principios del siglo XX.
Permanecieron allí durante más de treinta años, hasta después de terminada la primera guerra
mundial, momento en que la tapa de las publicaciones se convierte en un instrumento de
competencia por la venta callejera por canillitas60 o en kioscos, los clasificados desaparecieron
de las tapas y se desplazaron al interior del periódico.
Por el otro, tendería a desaparecer el viejo «reclame» descriptivo y de invitación en beneficio
del moderno «anuncio» que asocia características del producto y valores sociales, operación
típica de la publicidad en el siglo XX. Así se pasó de la descripción del tipo de producto a la
argumentación que giraba en torno de las posibles (o imposibles) retribuciones que brindaba el
producto, ya no en términos de tipo, sino de producto concreto con una identificación específica.
La elaboración de ese argumento se iría desvinculando poco a poco de las cualidades reales del
producto y comenzaría a construirse retóricamente, mediante estrategias textuales y –cada vez
más- visuales.
Se comenzó a buscar una identidad visual diferente para distinguir la difusión de información
de servicio público, los servicios de índole privada, tanto de empresas como de particulares, las
mercancías industriales y las casas de ramos generales. Asimismo, una incipiente diferenciación
visual por rubros de productos comenzó a lograrse precisamente porque cada rubro daba
continuidad a ciertos elementos de identidad visual (el estilo del texto, la imagen genérica
elegida, etc.). Así, hacia fines del período un lector bien podría reconocer a primera vista los
anuncios de remedios, ropa, bebidas, billares, fotos, productos para mantener los dientes sanos,
etc. considerando la presencia cada vez más regular y activa de recursos visuales, sean estos
recuadros, ilustraciones o tipografía actuando como ilustración.
Hacia el Art Nouveau
Anticipando en algunos casos al Art Nouveau, la utilización de ornamentos y líneas decoradas
en publicidad constituyó un punto de interés en la década de 1860 cuando la ilustración en la
60 Nombre coloquial de los vendedores ambulantes de periódicos en la región rioplatense.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
76
prensa aún no había hecho más que una tímida aparición. Años después, y utilizadas en
ocasiones para unir el título a la nota o para separar secciones, su uso se extendió al resto del
periódico. Estos recursos ya habían sido empleados en libros y revistas con una función y estilo
muy similares.
Era común encontrar publicidades con recuadros afiligranados, similares a los marcos
decorados y barrocos de algunos cuadros. Si bien esto no se trasladó inmediatamente al
periódico, sí fue un antecedente para los trabajos de encuadre de las fotografías de algunas notas
ilustradas de principios de siglo XX y del suplemento ilustrado (1902), donde se unían las
distintas fotografías mediante el dibujo ornamental. Fuera del período analizado, ya hacia
principios del siglo XX se pueden encontrar las primeras piezas publicitarias donde queda clara
la influencia de Art Nouveau61.
El rol central de la tipografía
Durante el período en que se publicó La Nación Argentina (1862-70), la producción y
reproducción de la imagen ofrecía un alto grado de dificultad, tanto a nivel tecnológico como
conceptual, por lo que era poco habitual que encontráramos alguna en el periódico. En ese
contexto, las variaciones tipográficas se constituían en un punto de pregnancia visual dentro de
la página, siendo utilizadas prioritariamente en los espacios publicitarios.
Podemos encontrar desde 1862 (y antes también en otros periódicos) el uso de diferentes
familias tipográficas, con y sin serifas, y de diferentes tamaños, actuando como texto, pero
también como imagen. En este sentido, una de las primeras funciones ha sido la de captar la
atención a partir de la variación de la textura visual, empleando tipos de la familia de las egipcias
o de las sans serif en cuerpo 72 o más. Una variación muy interesante es la repetición de la misma
frase que generaba interés a partir de lograr un ritmo particular. También se puede encontrar
variaciones de dirección y densidad y, en algunos pocos casos, la formación de figuras a partir
de letras.
En las unidades redaccionales, la variación tipográfica estaba ligada a la falta de sistematicidad
en la titulación o a la falta de tipos de gran tamaño, que obligaban a construir líneas con
tipografías diferentes. Los bloques tipográficos, aún en las publicidades, se presentaban
desarticulados, teniendo que esperar hasta las dos últimas décadas del siglo XIX para una mayor
integración. En los espacios de redacción no vamos a encontrar la utilización intencional de la
61 Confróntese, a modo de ejemplo, el anuncio de la Tienda San Juan, publicado en el ejemplar del 23 de noviembre de 1902, página 7.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
77
tipografía como recurso gráfico hasta que el periodismo norteamericano expanda su impronta
hacia principios del siglo XX. La Nación, fiel a los modelos gráficos europeos que en Argentina
han sido los tradicionalmente asociados a la seriedad, incorporará este recurso de manera tardía
y discreta62.
En algunas secciones que convendremos en denominar «hibridas», aparecen los titulares con
fuerte impacto visual, aun cuando se trate de la difusión de información. Llamamos espacios
«híbridos» justamente a estas piezas cuya función es dar información que a su vez es una
mercancía. Tal es el caso de la oferta de servicios de transportes privados.
Estos espacios son los primeros en romper con la verticalidad de la diagramación de la página,
prevaleciente en el siglo XIX, pues se solían armar anuncios tipográficos que ocupaban desde
dos a ocho columnas sin separaciones entre ellas, generando un rectángulo de saturación
horizontal. En otros casos trabajaban en un formato de grilla diferentes (por ejemplo, si la
página se diseñaba a seis columnas, el anuncio podía estar organizado en cinco o siete), lo que
hacía que se constituyeran como una unidad diferenciada.
La concepción de página como una totalidad no se hará presente en este período,
constituyéndose recién hacia mediados de la década de 1890, pero sí se podrán empezar a
vislumbrar criterios de orden, agrupamiento y clasificación en el diseño del periódico que
afectarán a las piezas publicitarias. Esto se traducirá en una mayor identidad de los anuncios a
nivel visual y textual. Lentamente, con la publicidad como punta de lanza, se transitará del
diseño vertical al horizontal, alcanzando ésta a las unidades redaccionales recién hacia las
primeras décadas del siglo XX.
La innovación de Bagley Un caso pionero que vale la pena analizar el de la bebida Hesperidina, primer producto que
registró su marca en Argentina, en el año 1876. El norteamericano Melville Sewel Bagley, su
fabricante, había llegado al país en 1861 y su apellido es muy conocido aún hoy por ser una marca
de galletitas dulces muy consumidas en el Cono Sur, además de haber creado esta bebida y marca
que permanece actualmente en el mercado, y a la cual se le han atribuido innumerables
propiedades benéficas. En octubre de 1864 lanza la primera campaña «multimedia”,
recurriendo a pintadas callejeras que se extendieron por dos meses nombrando la marca, pero
62 Un ejemplo muy interesante de alteración de la textura tipográfica en una unidad redaccional puede verse en el ejemplar aparecido el 25 de septiembre de 1874, donde el espacio del «Editorial» aparece ocupado por veinte líneas de punto a una columna, en alusión al alzamiento contra el gobierno nacional que se iniciaba ese mismo día.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
78
sin identificar el producto, hasta que en la víspera de navidad develó
el misterio: en un diario porteño llamado La Tribuna, hizo publicar
un anuncio donde se mencionaba los puntos de venta de esta
bebida.
Al ser la primera marca registrada, también fue una de las primeras
en entrar en litigio por la autenticidad del producto. Bagley se
esmeraba en garantizar a través de toda su estrategia publicitaria,
que el cliente conociera las características no sólo del producto, sino
también de su envase y de su etiqueta. En 1867 manda a imprimir
en Estados Unidos una etiqueta realizada especialmente por una
compañía que se encargaba de la
impresión de billetes de banco y
valores. Dicha etiqueta será
colocada en una botella
denominada «barril» cuya forma
característica individualizará a
este producto hasta la actualidad.
Tanto en las etiquetas como en las
publicidades del periódico podía
encontrarse la firma de Bagley,
como una muestra más de
autenticidad.
Bagley será el primero en el país en utilizar la imagen para
referir a un producto concreto y no a un tipo de producto. Las
publicidades que encontramos en el periódico trabajan con
una imagen con alto grado de figuración, muy detallada, sobre
todo si consideramos que el grabado aún no tiene la
competencia de la fotografía. En el primer anuncio se presenta
un dibujo fiel de la botella en gran tamaño, que nos permite ver claramente el texto principal y la
imagen incluidos en la etiqueta, y debajo. La imagen empieza a cumplir una función informativa,
según lo manifiesta M. Bagley al manifestar que la intención de su anuncio es «garantir al público
contra las falsificaciones e imitaciones». La cualidad de remitir al objeto «verdaderamente» es,
como se puede ver, anterior a la fotografía, al menos en la publicidad de prensa. En el siguiente
párrafo agrega: «Véase que cada rótulo y cápsula lleva mi firma. Las direcciones para su uso se
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
79
hallarán envueltas en cada botella». Es notable cómo el dueño de esta fábrica se dirige en un tono
personal a los lectores ya que, si bien era habitual encontrar textos apelativos, no era común en los
anuncios las oraciones en primera persona, y mucho menos a consultar el anuncio en comparación
con el producto real. El grabado, entonces, anticipa ese valor de verdad que después se le asignará
a la fotografía de prensa. En el segundo anuncio, se utilizan prácticamente la totalidad de los
recursos existentes en la época: abundantes espacios en blanco, inclusión de grabado, texto
apelativo, repetición, ubicación vertical de textos, directivas para preparar el refresco y, al igual que
el anterior, texto curvado que resulta muy llamativo en un contexto estético donde para encontrar
curvas habitualmente habrá que esperar por lo menos cuatro décadas con la llegada del Art
Nouveau. Por último, es de destacar la utilización de argumentos de diferentes orígenes, desde los
más perceptivos («El delicioso refrescante») pasando por argumentos climáticos («en los climas
cálidos», «en verano») hasta los más «médicos» («reguladora del calórico vital»).
La ilustración La ilustración estuvo presente en las publicidades desde el principio del período, con diferente
intensidad, y se producía mediante la técnica de grabado. Apareció primero en publicidades de
productos importados, o de empresas cuyas casas matrices estaban en el exterior, sin que haya
producción local de grabado publicitario. Sí había en aquel momento una incipiente producción
a nivel de grabado artístico, cuyos autores establecieron poco contacto con la prensa. Se cree que
las primeras imágenes publicitarias locales podrían provenir de los dibujantes ligados a las
caricaturas, como Enrique Stein, por ejemplo, que era responsable de numerosas imágenes en
la prensa, sobre todo en las revistas satíricas, pero no se ha
podido encontrar ningún registro en relación con este tema.
La forma de la imagen de referir al objeto era genérica en la
mayoría de los anuncios hasta la década de 1880 tanto a nivel
del producto como de la marca. Es decir, se encontraban
íconos que referían al tipo de producto y no al producto
particular, como vemos en este ejemplo del «Madras».
La utilización de la marca como muestra de legitimidad y la
aparición de grabados que remitían directamente al objeto
publicitado coincidieron en su aparición, ambos hacia fines de la década de 1870, aunque de
manera muy incipiente aún. Los pocos dibujos que se pueden encontrar cumpliendo esta
función referencial son figurativos y permitían reconocer más que genéricamente los objetos
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
80
publicitados. Esta tendencia hacia el realismo se consolida hacia la década de 1880 y alcanzará
su máxima expresión cuando se
pueda recurrir a la fotografía.
Cabe preguntarse en este punto,
cuáles eran las formas posibles de
producción de imágenes en la
prensa gráfica. Recordemos que el
daguerrotipo63 había llegado a la
Argentina en 1843 pero, aunque ya
se podían realizar las primeras
imágenes cuasi-fotográficas,
faltaban numerosos pasos para
que éstas pudieran compatibilizarse con el sistema tipográfico de impresión. Por lo tanto, durante
las primeras décadas, la historia de la fotografía y la de la
prensa seguirán desarrollos tecnológicos que se influirán
mutuamente, pero transitando caminos independientes.
La reproducción de la imagen fotográfica, sólo posible a
partir del descubrimiento del clisé de trama, apareció
casi simultáneamente en todas las secciones del
periódico. Por razones técnicas y de organización, tras la
invención del fotograbado half tone en 1880, las revistas
ilustradas lo incorporaron rápidamente, sobre todo a
partir de 1894, cuando las resoluciones técnicas tornaron viable su uso habitual, pero en el
diarismo el proceso fue algo más lento, en la medida que pudiera resolverse problemas de costo
y tecnología para incluirlos en la prensa rotativa. Tal avance se logra en el diarismo argentino
entre 1902 y 190364 (Ojeda, 2008: 114). Por lo tanto, a lo largo de los años estudiados, la única
forma de producción de imágenes era el grabado.
En el inicio de la etapa se pueden encontrar publicidades que poseen algunos dibujos
destacables, donde se recurre al sombreado por superposición de líneas para lograr la ilusión de
63 Patentado por Daguerre en Francia en el año 1839. 64 Salvo esta excepción –que corresponde a un período posterior en casi veinte años al que aquí analizamos-, es en la
publicidad donde se inicia la utilización de nuevas técnicas y criterios estéticos, como por ejemplo las líneas ornamentales
y orlas en general, las ilustraciones como eje de una pieza de comunicación gráfica, la ruptura del eje vertical central como
articulador de líneas de texto, etc.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
81
tridimensionalidad. Una de ellas, muy temprana, es la de la «Fábrica y depósito de billares de
Pedro Verdier», publicada en diciembre de 1862, cuya cuidada ilustración se destacaba por
sobre el resto. Desconocemos el origen de esta ilustración y hemos encontrado en el periódico
otras muy similares, pero de menor calidad, como la del anuncio publicado en el mismo mes y
año de otra fábrica de billares, sin nombre, de la cual sólo se da la dirección. La diferencia entre
ambos casos no es sólo de calidad del grabado, sino de la función que este cumple: en el primer
caso, el grabado está actuando como elemento pregnante, que convoca a la lectura de la
información brindada en el anuncio. En el segundo caso, la ilustración parece estar cumpliendo
el rol de identificar el tipo de producto, al igual que los íconos prediseñados con los que contaba
el tipógrafo y que se utilizaban para identificar las diferentes secciones (por ejemplo:
«marítimas», o «diligencias»).
Estos casos y el de Hesperidina, mencionado en páginas anteriores, son intentos locales, pero
en general las publicidades que podían incorporar este tipo de grabados eran extranjeras o de
sucursales o productos extranjeros. Cuando el clisé era enviado desde una casa extranjera,
muchas veces traía texto en el idioma del país de origen, y para poder aprovecharlo, se le
realizaba una especie de «edición» casera que permitía retirar la parte del texto y reemplazarla
por uno en castellano. Tal es el caso de la publicidad de maquinarias agrícolas publicada en
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
82
noviembre de 1880, donde se ha conservado el grabado original, y se le ha agregado texto en
castellano arriba y abajo del mismo.
Si bien hasta principios del siglo XX sólo vamos a encontrar dibujos, se puede observar una
transformación en la forma de producirlo, donde se notará cada vez más la influencia que la
fotografía está provocando sobre la codificación de la imagen visual.
La publicidad como terreno de innovación Para finalizar, se ha podido observar cómo la publicidad funcionaba como un laboratorio donde
se experimentaban recursos gráficos que luego se extenderían al resto del periódico.
Entre los ejemplos podemos mencionar:
• Utilización de líneas y ornamentos: como ya dijimos, en la publicidad se incluyeron
recuadros y líneas ornamentales que algunas décadas después se comenzarían a utilizar
en el diario como recurso gráfico, especialmente hacia principios de siglo con la irrupción
del Art Nouveau.
• Función organizativa de la imagen: el ícono y el índice visuales para fijar puntos de
acceso al texto, de dirección y de interés.
• Función informativa en la imagen: la imagen ya no como decorativa sino como
elemento que permite conocer y/o reconocer un objeto concreto.
• Articulación integral entre texto e ilustración: esta posibilidad que será explotada en
este y otros formatos gráficos, demoró muchísimo tiempo en ingresar al periódico, y lo
hizo en casos muy excepcionales. Actualmente, si bien la imagen es un elemento central
en la composición de la noticia, en prácticamente la totalidad de los casos se mantiene
claramente separada del texto, aunque en diálogo con él.
• Utilización de la diagonal: la ruptura de la ortogonalidad recién se pudo encontrar en la
prensa, y de manera sumamente escasa, hacia la década de 1980, pues la composición
digital habilitó juegos de diseño totalmente independientes de la grilla.
• Diagramación horizontal: en la publicidad se configuraron los primeros elementos que
superaron el ancho de columna y que en un par de décadas se hicieron extensivos a los
formatos de bloques de texto.
• Utilización de tipografía sin serifa: los anuncios se adelantarían a los periódicos en la
utilización de esta familia tipográfica al menos en tres décadas.
• Utilización de la tipografía como imagen: Este recurso, que podemos encontrar en
nuestros periódicos desde el momento de su fundación se incorporó al cuerpo del
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
83
periódico bajo la forma de grandes titulares, recién hacia principios del siglo XX. Podría
considerarse como empleo de este recurso al titulado de secciones, que se empezó a
evidenciar con más fuerza hacia la década del ochenta.
Queda como excepción la fotografía, que se utilizó en primer lugar en el periódico y luego en la
publicidad, como mencionamos en párrafos anteriores. Se trata, sin embargo, de otro período
histórico (primera década del siglo XX) cuando la noción del periódico como empresa cuyo
interés prioritario es el lucro empresario y en permanente competencia por el mercado ya se
encuentra consolidada, y la idea de innovación aparece como fundamental para el
posicionamiento ventajoso del diario frente a la competencia y el mercado, con lo que las
búsquedas innovadoras generaban cambios novedosos ya en el contenido del medio, ya en los
anuncios. Aun así, nótese que desde el surgimiento de la fotografía en la prensa y durante
muchos años, las prácticas de utilización de la misma continuaron siendo idénticas al uso
configurado en las dos décadas anteriores por el dibujo basado en el fotograbado, cuyo campo
de ensayo casi excluyente fue la publicidad. Una hipótesis posible es que quienes realizaban las
publicidades necesitaron un tiempo largo de adaptación a la nueva técnica, para superar las
ventajas conceptuales que otorgaba el dibujo. De hecho, hasta el advenimiento de la imagen
digital, un amplio sector del diseño publicitario prefirió seguir utilizando el dibujo en vez de la
fotografía.
La primacía de la publicidad en numerosas innovaciones continuará a lo largo del siglo XX, lo
cual resulta coherente con su rol clave en la vida del diario y de los nuevos medios surgidos tras
la segunda revolución industrial. Pero el período que estudiamos, testigo del momento de
transformación del periódico político de facción hacia la empresa orientada al mercado, vivió un
acelerado y concentrado esfuerzo por lograr que la publicidad reemplace a la suscripción como
fuente principal de ingresos. Por tal motivo, la publicidad fue el motor innovador incomparable
en la búsqueda de recursos que fortalezcan la percepción, la información y la persuasión de los
receptores, ya no sólo para los anuncios, sino para todo el diario en tanto pieza de comunicación
frente a la competencia y el mercado lector. El diario mismo se adaptó de inmediato a esta nueva
lógica: las bases de su propio mito de origen, misión y destino, así como de la autodescripción
de su posición relativa en el mercado, fueron asentándose en amplios y continuos anuncios
publicitarios institucionales publicados en sus páginas.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
84
2.2. Las portadas de La Nación: entre la obra del Estado y las mieles del mercado
(1862-1902)65.
La primera plana de un periódico es tanto la puerta de entrada como su presentación.
Construida para para atraer la mayor cantidad de público a primer golpe de vista, se juegan en
ella los recursos más impactantes, dentro del estilo editorial de cada publicación.
Esta función de la primera plana se configuró en Argentina a fines del siglo XIX, cuando los
periódicos comenzaron a venderse en los escaparates de los kioscos y a competir con
publicaciones ilustradas. En las décadas siguientes la prensa norteamericana fijó su impronta
inaugurando una tapa cruzada por grandes e impactantes titulares, ilustraciones y recuadros.
Los cambios tecnológicos acumulados en la segunda mitad del siglo impactaron en la prensa
diaria, cuadruplicando la cantidad de páginas por número, reduciendo el tiempo de impresión
y ampliando exponencialmente la cantidad de ejemplares por tirada, con destino a un nuevo
mercado lector ávido y en condiciones de consumir.
El aviso comercial, puesto en el centro de la escena como medio principal de financiamiento
durante este mismo período, irrumpe en el sistema visual del diario, cuya configuración
histórica provenía hasta entonces de la lógica letrada. Así, las publicidades cambian el aspecto
de la página generando puntos de atención, rompiendo el formato columna, fortaleciendo las
dinámicas de materiales seriados (que había inaugurado el folletín) a partir de la irrupción de
las primeras campañas publicitarias.
Durante siglos una página de periódico se parecía mucho a la de un libro. El formato sábana con
columnas de texto iniciado en el mundo anglosajón fue la norma en el siglo XIX, habilitando
caminos divergentes entre el libro y el diario en cuanto a la organización visual de sus páginas.
En Argentina, el paso hacia las tres columnas –que se lleva a cabo entre 1820 y 1850, fue un
momento clave de ese distanciamiento, que se da simultáneamente en la tapa y en el interior de
las publicaciones, las cuales no siempre tenían en sus portadas un diseño demasiado diferente
al resto de la publicación. La primera página contenía información cuya importancia en relación
con el conjunto era relativa: en algunos casos había información comercial, en otros la
publicación de actos de gobierno, en otros, los avisos por palabras. En su base, no era extraña la
65 Este capítulo reelabora un artículo publicado originalmente en Perspectivas en Historia de los Medios N° 2,
Facultad de Ciencias Sociales, UBA, 2016.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
85
presencia del folletín, pero también podía este último hallarse en la parte inferior de otras hojas,
sobre todo cuando cada número contenía más de un pliego de contenidos.
Los dos diarios más importantes de la Argentina durante el modelo agroexportador (y aún
después, a lo largo del siglo XX), fueron sin dudas La Nación y La Prensa. Ambos se incubaron
al amparo del gobierno de Mitre y reconvirtieron nombre, estructura societaria y
financiamientos entre 1869 y 1870, fechas reconocidas de fundación. Nacían empresas
periodísticas cuya clave principal no sería el presupuesto estatal sino las grandes suscripciones
y los avisos. En este contexto de transición y cambios, las tapas de La Nación experimentaron
un proceso de definición tanto a nivel de forma como de contenido.
El antecesor de La Nación
fue La Nación Argentina,
fundado en 1862, voz no
oficial de su gobierno,
dirigida por su secretario.
El paso hacia La Nación ha
sido anunciado como un
cambio radical en la
función del periódico,
describiendo a este
momento como
fundacional de una nueva
forma de hacer prensa,
ajustada a los principios
del estado y la prensa modernos. La fecha simbólica, el 4 de enero de 1870. En términos
concretos, no habrá grandes modificaciones en el diario y su imagen, más allá del cambio del
nombre del periódico. Por lo demás, continuaron los mismos redactores e impresores, incluso
se mantuvo la correlación de números en el folletín, que permaneció a pesar del cambio.
Desde el punto de vista de su visualidad, desde 1870 y hasta mediados de la década de 1890, los
principales elementos gráficos estaban dados por formas tipográficas, fundamentalmente el
La Nación Argentina
31 de diciembre de 1869
La Nación
4 de enero de 1870, n°1
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
86
nombre del periódico, algunos títulos de secciones y
unas pocas líneas que terminaban de organizar el
espacio. La tapa seguía siendo pensada desde una lógica
letrada, donde la información inicial era leída en primer
lugar, y el resto de los elementos se leía en un orden
sucesivo, siguiendo el recorrido lineal de cada columna,
en orden de lectura (derecha a izquierda). En tal
sentido, los títulos de las secciones, que empiezan a
consolidarse y regularizarse hacia 1880 son una marca
visual que comienza a organizar el material textual con
una lógica distinta a la sucesión continua, y permite que
el lector “ingrese” a la lectura de la tapa desde distintos
lugares.
Uno de los primeros géneros que se destaca dentro de
la primera página, por su estabilidad y ubicación es el
Editorial, que durante muchas décadas del siglo XIX fue
colocado en el inicio del recorrido de lectura (arriba a la
izquierda, primera columna), y con la identificación de
sección en la misma letra del nombre del periódico. En
la medida en que, tras la derrota mistrista y la conciliación de 1878 el discurso político faccional
comienza a ser desplazado por otro basado en el consenso para facilitar la venta de público a los
anunciantes, el editorial pasa a la segunda página, y ocupan la página 1 diversos avisos sobre
espectáculos, fúnebres y clasificados. Eventualmente volverá a la primera plana en fechas patrias
y otras fechas especiales.
Un segundo género que mantuvo su lugar destacado en la primera plana hasta finales del siglo XIX
fue el Folletín, espacio de divulgación literaria que se ubicaba en el último cuarto de la página,
separado claramente del resto por una línea que cruzaba la totalidad de la página. Este espacio fue
uno de los primeros en incluir ilustraciones, y en muchos periódicos europeos estaba diseñado para
ser cortado y encuadernado. En el caso de los folletines de La Nación, esta función de “libro por
entregas” no estaba plenamente organizada, publicándose en muchas ocasiones dos folletines
diferentes impresos uno en anverso y el otro en reverso, con lo que se perdía la posibilidad de
encuadernarlos, o se perdía la regularidad de publicación continua.
9 de julio de 1894
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
87
“Hacia el Polo”. Folletín ilustrado publicado en 1897.
“Lourdes” de Emilio Zolá. Folletín publicado en Junio de 1994
El logotipo con el nombre del periódico ocupa un lugar estable y destacado. Este elemento
recién adquiere su configuración gráfica definitiva en 1873; hasta entonces se modificaba cada
vez que la imprenta del diario cambiaba su repertorio de tipos. Recién en esa fecha empezó a
considerarse importante mantener el encabezado estable en términos de forma, no sólo de
contenido.
N° 1, 1862
1° semestre 1863
2° semestre 1863
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
88
N° 530,1864
N° 628, 1864
N° 720, 1864
N°1, 4 de enero de 1870
Desde 1874 en adelante
Actual
El 1 de septiembre de 1894, año de muchos
cambios técnicos, de gestión y dirección para el
periódico, La Nación modificó radicalmente el
orden de aparición de sus secciones, artículos y
avisos: la primera página pasó a estar ocupada por
la cartelera de espectáculos, los avisos fúnebres y
clasificados, criterio que se mantuvo hasta las
primeras décadas del siglo XX.
Estas secciones no poseían ilustraciones,
presentando un diseño monótono que se
mantendrá hasta principios del siglo XX.
Excepcionalmente, la primera plana se poblará de
imágenes en aquellas ocasiones en que la familia
Mitre quería impulsar algún proyecto o tema
particular, como es el caso de la construcción del
cementerio de la Chacarita
La Nación
2 de agosto de 1894
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
89
Esta inclusión de imágenes estaría
determinada no solamente por la voluntad
editorial, sino porque su elaboración fuese
posible. En 1894 encontramos muchos
grabados en el periódico, debido al paso
efímero de un artista plástico llamado
Malharro, quien unos meses después partía
a Francia a completar sus estudios. Para este
tipo de notas, además, era posible encontrar
fotografías de archivo desde las cuales
elaborar las imágenes dibujadas, pues era
habitual que el Estado documentara
fotográficamente las obras públicas que se
iban realizando en la ciudad. Aún no había
fotograbados en los diarios, y sólo
comenzaban a verse en las revistas.
Esta práctica de elaboración de ilustraciones a
partir de la copia de fotografías, que por
incompatibilidades técnicas no se incorporaron a
los diarios hasta 1901, generará la irrupción de la
perspectiva fotográfica, preparando el terreno
para el cambio visual que tendrá lugar en el primer
cuarto del siglo XX. Desde comienzos del nuevo
siglo ilustración llegaba para quedarse
definitivamente.
La Nación
4 de agosto de 1894
La Nación
4 de Septiembre de 1902
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
90
2.3. Quilmes y la innovación publicitaria en el diario La Nación
La década de 1880 fue decisiva en los avances de la industria gráfica argentina, como lo fue
también, en gran cantidad de ramas de la economía de productos y servicios en una sociedad
en expansión, consolidada estatal y nacionalmente. Del mismo modo que el éxito masivo del
folletín Juan Moreira, de Eduardo Gutiérrez, en 1879-80, simboliza el momento de madurez del
folletín nacional y su mercado masivo, la importancia asignada a las láminas que ilustran la tapa
y las páginas de La vuelta de Martín Fierro (1879) simboliza el creciente rol asignado a la imagen
en los medios gráficos. “El ‘80”, aseguraba la conexión plena y definitiva con el mercado mundial
en torno al modelo agroexportador, administrado por un régimen político cerrado, excluyente,
cuyo núcleo principal protagonizaba los negocios con las potencias industriales europeas. El
auge económico del ’80, aun mediando la crisis de 1890, significó una enorme expansión de las
posibilidades del negocio gráfico: Se acumulaban capitales, se importaba bienes de consumo y
máquinas, crecía exponencialmente la población, crecía correlativamente el alfabetismo,
aumentaba el número de la población urbana y –dentro de ella- las capas medias. En este
contexto, el aviso publicitario –gráfico o callejero- ve elevarse su importancia como dinamizador
del consumo, y como sostén económico principal de los periódicos.
La adecuación de revistas y diarios a la idea de un público como masa heterogénea de
consumidores completará el cuadro, al llevar los avisos desde una zona específica o sección del
periódico, hacia una relación visualmente armónica con el texto en todas o casi todas sus
páginas. La imagen visual, y especialmente su versión técnica más moderna, el fotograbado,
cobran así una importancia suprema, sin que esto menoscabe la importancia visual del
tratamiento del texto (tamaños, formas, tanto de la superficie del plano como de la tipografía)
que también comienza una veloz transformación.
Las primeras cervecerías industriales
Las primeras cervecerías industriales habían comenzado a instalarse en Argentina hacia
mediados del siglo XIX, aunque la costumbre de tirar cerveza hundía sus raíces en el siglo XVIII.
Una de las primeras –en Buenos Aires- fue la cervecería Santa Rosa y posteriormente, hacia la
década de 1860, la cervecería Bieckert –también en Buenos Aires- y la cervecería San Carlos,
fundada por el alemán Francisco Neumeyer en la ciudad santafesina de San Carlos Sud, en 1884.
El consumo de cerveza creció a la par de la llegada de los inmigrantes europeos, principales
consumidores de esta bebida, y hacia la década de 1880 ya existía un mercado consolidado de
dicho producto.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
91
En ese contexto, el alemán Otto Peter Friedrich Bemberg creó la Sociedad Anónima Brasserie
Argentine en 1888. Paralelamente, comienza a construir la Cervecería Argentina, en la ciudad
de Quilmes, Buenos Aires, e iniciaría su producción hacia 1890. Desde ese momento, y hasta
nuestros días, se fabrica la cerveza Quilmes, una de las más consumidas en nuestro país66. Si
bien en Argentina ya se experimentaba con formas modernas de publicidad gráfica, a partir de
técnicas importadas desde Estados Unidos, Francia y España para la publicitación de productos
de esos mismos orígenes o fabricados en el país por empresarios extranjeros –como es el ejemplo
paradigmático de Hesperidina, del empresario estadounidense Bagley- Bemberg trajo de
Alemania, junto con las maquinarias y técnicas industriales, diversas estrategias publicitarias
innovadoras, aplicadas tanto en medios gráficos como en la vía pública.
Al recorrer las páginas de La Nación, La Prensa o El Diario, por nombrar los algunas de las
principales publicaciones periódicas de la época, es imposible obviar los avisos publicitarios,
muchos de los cuales ocupan todo el ancho de página que, ya sean tipográficos o con
ilustraciones, ocupan un lugar de la página visualmente privilegiado.
Una de las principales características tempranas de los avisos de Quilmes fue utilizar como
tópicos eventos comunes a la mayoría de la población, fuesen nativos o inmigrantes, de distintos
credos, nacionaidades y adhesiones políticas, tal como podemos ver en este aviso del 1° de enero
de 1900, donde Quilmes saludaba a su clientela con motivo del Año Nuevo:
66 Según el diario La Nación del 31 de agosto de 2015, en Argentina se consumen por año, actualmente, 17 millones de hectolitros de cerveza, de los cuales la Cervecería y Maltería Quilmes concentra el 76,5 % de su producción (Cfr. http://www.lanacion.com.ar/1823233-el-boom-de-la-cerveza).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
92
En tal sentido, la celebración de los diferentes acontecimientos se daba en las calles, en un
escenario urbano novedoso para muchos de sus habitantes, y que es el espacio de reunión, de
confraternidad, tan anunciado.
Si bien los avisos se caracterizan por la economía de recursos visuales y usos semánticos, emplea
habitualente ilustraciones figurativas de diversos grados de complejidad. Estos grabados fueron
elaborados ad hoc para la empresa, y para su uso en publicidad, presentándose como una de los
pocos anunciantes locales que incorporan, hacia comienzos del siglo XX, este recurso visual.
Pero aun así es posible encontrar el uso del mismo grabado para diferentes publicidades, debido
a la necesidad de aprovechar al máximo los escasos y costosos clisés de ilustración, modificando
el texto que lo acompañaba y generando una nueva publicidad con esa modificación, cuando se
consideraba necesario.
También fueron motivo de festejo las fechas patrias como recurso argumental, instalando
tempranamente la asociación entre festejo y cerveza Quilmes. Pero por otro lado, los eventos
escogidos para ilustrar las publicidades se enmarcan en el discurso integrador hacia los
inmigrantes, sus principales destinatarios. Así se evidencia en el aviso publicado para el festejo
del 25 de mayo de 1900 y enalteciendo la confraternidad hispano-argentina, re-utilizando el clisé
de la publicidad antes mencionada.
El aviso, en un mismo acto, informa la fecha patria, invita a la celebración y, fundamentalmente,
propone a la cerveza como parte del festejo.
En la ilustración se incluyen figuras alegóricas, tales como la Patria, representada por una mujer
joven con gorro frigio, la cual realiza un brindis con un variado grupo de festejantes. Entre ellos
pueden verse representados dos mujeres, vestidas una con atuendo festivo y la otra con traje de
calle. Por otro lado, en el grupo de hombres, vemos un uniformado, un caballero con levita y
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
93
otro con delantal de trabajo, en un esfuerzo por representar a la diversidad de potenciales
consumidores. Como fondo, los clásicos barriles.
El edificio de la fábrica, motivo de orgullo, también ocupa un lugar central en muchos de los
avisos, tal como se ve en el que se presentó el 1° de enero de 1902
(encima de este párrafo), en el cual puede observarse la fábrica
como fondo de la imagen alegórica del típico carro de
distribución y del vendedor de a pie. Vemos a la derecha una
fotografía –tomada en 1910- del edificio de la fábrica, que
reproduce el mencionado aviso.
Consolidando la imagen de marca
En varias ocasiones, podemos encontrar avisos estrictamente
tipográficos, donde el nombre de la marca aparece cada vez con una
tipografía diferente, sin establecerse una regularidad aún en períodos
breves. En algunos casos se incluyen ornamentos y eventualmente el
lisologotipo de la empresa.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
94
En estos avisos, la función principal es la publicidad institucional, sin destacar uno u otro
producto en particular, salvo algunas ocasiones en las que se mencionan un par de ellos. La
cervecería es presentada como “la más grande de Ámérica del Sud”, sin mayores argumentos al
respecto.
Se destaca su nacionalidad, tanto con el término “Argentina” como con la bandera que sirve de
fondo a algunas versiones del isologotipo. En un período de transición entre la venta de
productos a granel en casas de “Ramos
generales” a la venta minorista desde la fábrica
a los consumidores, resultaba imprescindible
asegurar el conocimiento de los productores,
así como asegurar su prestigio y legitimidad.
Es por ello que la cervecería dedica una buena
parte de sus avisos a mostrar la empresa y sus cualidades (reales o ficticias).
Argumentos incipientes
Los carnavales son un tópico muy habitual, al que se le dedican avisos de gran tamaño. En este
anuncio podemos ver un grupo de personas en lo que parece ser un desfile, con pancartas donde
puede leerse “viva Quilmes!” u otras frases similares.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
95
Esta “procesión pagana” va a poner en el centro de la celebración la marcha colectiva, guiada
por el camión distribuidor de la Cervecería.
El carnaval aparece también a través del antifaz y el arlequín, como figuras asociadas a lo festivo.
En los dos ejemplos siguientes podemos observar, nuevamente, la utilización de la misma
ilustración para dos publicidades diferentes. En el centro de la primera puede observarse al
duende irlandés, dentro del cajón con cervezas de Quilmes, “La más grande e importante de la
América del Sud”.
Se incorporan , además, argumentos que ya fueron utilizados anteriormente por otras bebidas
alcohólicas, destacando sus aspectos saludables en detrimento de bebidas “mal preparadas y de
difícil digestión”.
Poniendo como protagonísta de la acción a “Pierrot” y su secreta compañera, la empresa
sostiene que “Si los pueblos hicieran uso solamente de la “Cerveza Quilmes” y “Cerveza Cristal”,
en vez de viciar el estómago mediante bebidas mal preparadas y de difícil digestión, la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
96
prolongación de la vida humana sería un hecho, pues nada abrevia tanto los días, como esos
líquidos antihigiénicos que, lejos de ser un alimento sano, son los verdaderos destructores de
la salud y de las energías físicas y morales del hombre”. Enmarca
así su discurso en la idea de bien común y beneficio para el pueblo.
Diversificación del producto
Cuando la empresa publicita las variedades de sus productos,
Cristal y Bock, utliliza argumentos diferenciados, específicos para
cada tipo.
La cerveza Quilmes Cristal va a destacar como uno de sus rasgos
centrales su sabor y pureza. Aunque señala que es “para el verano” también aclara que puede
beberse en “toda estación”.
La Quilmes Bock que se presentará, en cambio, como ideal para consumir en invierno, como
podemos ver es estos avisos “equivalentes”, realizados a dos columnas.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
97
Cabe destacar en esta serie, el uso de la apelación, invitándose al lector a probar el producto.
La Quilmes Bock va a utilizar, tanto en la etiqueta como en algunos
avisos, la figura de una cabra,
que es la traducción del alemán
del vocablo que le da nombre a
esta variedad.
Estos primeros avisos, algunos de ellos organizados como proto-campañas, se ven desde el
presente, como una suerte de piezas organizadas por ensayo y error, donde podemos ver muchos
recursos que con las décadas la empresa ha rescatado, sistematizado y expandido. Desde el
festejo compartido hasta el brindis solitario, la cerveza aparece asociada a valores como el
encuentro, la pureza, la argentinidad, la celebración.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
98
Cuando en la década de 1960 la revolución técnica de las impresoras offset -adecuadas para
grandes tiradas y trabajo constante de publicación sobre papeles de alta calidad y policromía-
produjo un boom de semanarios multicolor masivos y segmentados, en forma simultánea a la
aparición de los primeros canales de televisión privados en el país, la industria publicitaria dio
un nuevo salto en volumen, creatividad, diversificación e ingresos (Varela, 2005; Moyano,
2008b). Fue entonces que las agencias alcanzaron nuevas cotas de sustento en investigación
social de base y en requerimientos de creatividad para promover y sostener imágenes e
identidades marcarias que a su vez articulasen sus
sistemas de comunicación y sucesivas campañas.
Como relatara en diversas ocasiones el publicitario
y escritor Rodolfo Fogwill, en tiempos de slogans
que buscaban adherir identidades, deseos
colectivos y marcas, “When The Flavor Is”,
identificador de numerosas campañas
internacionales de la marca Marlboro sería la
inspiración para otro semejante imaginado por
David Ratto para la marca Viceroy, y para el mismo
Fogwill como “El placer del encuentro”, que
finalmente cuajaría en el hoy muy conocido “El
Sabor del Encuentro” que acompaña desde hace
décadas a la marca Quilmes. Si bien la inversión
publicitaria aplicada en simultáneo a numerosos
medios, con avisos de distinto volumen y tópico, y
a su vez con la presencia calendarizada de grandes
y muy notables avisos marcarios puede hallarse
esbozada en las estrategias de avisos impresos de
comienzos del siglo XX, en comparación con el
volumen contemporáneo de inversión
comunicacional de una marca, aquellos inicios
pioneros fueron poco más que un esbozo de lo que
habría de venir. Pero vistas aquellas piezas en su
contexto, destacaban por lejos por sobre el resto,
desde la importancia de su tamaño, la calidad de las
ilustraciones y la continuidad de sus apariciones.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
99
2.4. La Nación en la forja de los oficios gráfico-visuales de la prensa
industrializada de fines del siglo XIX67.
Recuperada la actividad económica tras los duros efectos de la crisis de 1890, La Nación
presenta, con su edición del 1° de enero de 1894, una gran cantidad de innovaciones en
contenido, tecnología, gestión empresarial y dirección, seguidas por la renovación en el diario
La Prensa en 1898, que incluyó su mudanza al que sería su emblemático edificio de Avenida de
Mayo. Si bien las direcciones familiares de La Nación y La Prensa mantienen interés en la
intervención política directa con el periodismo como una de sus herramientas, la lógica de
mercado comienza a prevalecer notoriamente en las prioridades de ambas organizaciones
periodísticas, fenómeno que se consolidará en la primera década del siglo XX, entre el retiro del
general Mitre de la política activa al cumplir sus ochenta años (1901), el fin del segundo mandato
de Roca y el alejamiento de las aspiraciones presidenciales tanto de miembros de la familia Mitre
como de Ezequiel Paz, cuyo padre, todavía a cargo del diario, había impulsado, y el explícito
alejamiento de las lides políticas planteado desde las páginas editoriales del diario La Nación
por el nieto del general, Emilio Mitre, en 1909.
Es un momento de enormes desafíos no sólo por la rápida transformación del país, sino por la
evolución del negocio a escala mundial, a partir de la cual la empresa periodística debe innovarse
en términos técnicos y de gestión empresarial, acrecentándose la presión sobre las empresas
asentadas en países periféricos al mundo industrializado. El desafío -que lleva, entre otros
resultados, a la instalación de La Nación y La Prensa como los dos diarios principales del país a
todo lo largo de la primera mitad del siglo XX68- es superado por los grandes diarios de
67 La versión original de esta sección 2.4. fue publicada por la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica en: En: Laguna Platero, Antonio y Martínez Gallego, Francesc-Andreu (Ed.) (2018) El negocio de la prensa en su historia iberoamericana. Editorial Fragua, Madrid, bajo el título “Dibujantes, grabadores y orladores en el diario La Nación: consolidación del oficio entre el campo artístico y los trabajos para la industria (Buenos Aires, 1894-1900)”. Por razones de coordinación en el presente libro se ha modificado toda la primera parte y se ha realizado algunas modificaciones y quitas menores en las siguientes. Se publica con autorización de los compiladores y de la Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica, cuya gentileza agradecemos especialmente aquí. La idea para el artículo se originó en los intercambios realizados en el marco del X Encuentro de la Red, realizado en Valencia, España, en 2016, último encuentro en el que contamos con la participación activa de Rubén Levenberg, tanto en las mesas temáticas como en el grupo Nodo Sur de investigadores argentinos. 68 Cfr. De Marco, 2006; Valenzuela, 2002; Mitre, 1943; Sidicaro, 1993. Los aumentos de tirada son notables: el diario La Nación pasó de mil ejemplares diarios en sus comienzos a más dos mil a fines de la década de 1860. En 1875, tras el levantamiento de la clausura, logra el récord de 10.700 ejemplares (1° de marzo de 1875). En la década de 1880 logra alcanzar un promedio de 18.000 ejemplares diarios, dato corroborado por el Censo Municipal de 1887. El 31 de diciembre 1889, superaba ya los veinte mil, según informa el propio diario en la edición de ese día. Vuelve a duplicar su tirada en los quince años que le siguieron, para llegar al asombroso volumen de cien mil ejemplares diarios tras la consolidación empresarial de 1909 y de la reforma electoral de 1912, según informa La Guía Periodística Argentina de 1913. La Prensa presenta un recorrido semejante, con 1.000 ejemplares en su primera edición, pasando a 2.000 antes de la clausura; supera los 10.000 a comienzos de la década de 1880, pero en veloz ascenso llega a los 55.000 ejemplares en 1895, según informa el Anuario de la Prensa Argentina editado por Navarro Viola (1897). Para 1913 alcanza ya los 160.000 ejemplares, según el la Guía Periodística Argentina (Lerose y Montmasson, 1913), cifra
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
100
circulación nacional, apalancados en el aumento del público lector, de la cantidad y tarifas de
avisos publicitarios y de la relativa estabilidad institucional lograda en el país69. Ambos diarios
avanzan y se presentan a la vanguardia del mercado nacional en equipamiento tecnológico,
amplitud geográfica de su distribución, red de corresponsales, tirada, cantidad de páginas por
número, organización de su puesta en página, disposición de colaboradores extranjeros,
prestigio en la prensa de otros países, influencia política y cultural, volumen de avisos captados,
servicios al lector y público en general, etc. Entre estas innovaciones, también se hace notar el
esfuerzo de incorporación sistemática de la imagen al diarismo nacional, fenómeno que hubo de
requerir, a lo largo de la década que transcurre entre la innovación de 1894 y aproximadamente
1904, numerosos ensayos de solución técnica (para incluir cotidianamente imágenes en pliegos
impresos en rotativa, elemento resuelto entre 1902 y 1903), disposición de un cuerpo de artistas
que manejase las principales técnicas vigentes en el campo del dibujo y el grabado para prensa
periódica, el orlado, la litografía (ya excepcional en el diarismo y orientada a las revistas
multicolor, pero presente sobre todo en los suplementos semanales) y la fotografía. Los géneros
y subgéneros en los que interviene la imagen en el periodismo se conforman en sus pasos
iniciales en esta década decisiva, cumpliendo La Nación un rol pionero en la mayor parte de sus
dimensiones.
que lo ubica como el diario más vendido del país, por encima de La Nación, que editaba aproximadamente 100.000 ejemplares, y ocupando la suma de ambos diarios el 50 % de la tirada diaria promedio total de diarios editados en Buenos Aires. En esta etapa ambos diarios despliegan suplementos, cuentan con colaboradores prestigiosos provenientes de una docena de países, edificios e imprentas propios de tecnología avanzada, servicios diversos a la población, corresponsalías, conexión a amplios servicios de telegrafía de agencias de noticias, etc. (De Marco, 2006; Saitta, 2013; Mitre, 1943). 69 Las empresas periodísticas más poderosas –y poco después, capitales provenientes de otros rubros (Saitta, 2013)- realizan grandes esfuerzos de actualización tecnológica industrial, de innovación en gestión comercial y de recursos humanos, con la vista puesta tanto en las oportunidades como en la competencia (De Marco, 2006; Moyano, 1996, 2015; Moyano y Ojeda, 2015). La Nación actualiza maquinarias de última generación y criterios gerenciales en 1893, reformulando el aspecto del periódico a partir de su edición del 1° de enero de 1894, cuando Emilio Mitre remplaza a Bartolomé Mitre y Vedia en la dirección. La Prensa hace lo propio en 1898, en coincidencia con la inauguración de su monumental edificio de Avenida de Mayo, a metros de la histórica Plaza de Mayo. Bartolomé Mitre había defendido la importancia del negocio de avisos ya desde 1857 (Mitre, 1943; Moyano, 1996). Una y otra vez, La Nación dio cuenta del aumento del volumen de avisos en sus propias páginas como señal de su éxito, al punto de tener que postergar notas periodísticas y reducir márgenes del pliego a fin de contar con todos ellos en sucesivas ediciones en las que, en promedio, los espacios pagos ocupaban un tercio de la superficie total (Ojeda, 2010; Moyano y Ojeda, 2015). En cuanto al aumento del público lector, nótese que la población alfabetizada pasa de 310.259 según el Censo Nacional de 1869, a 1.479.704 según el censo de 1895, y a 3.915.949 según el de 1914. Si bien la estabilidad institucional no está exenta de violentos conflictos (entre 1895 y 1905 se producen la renuncia de un presidente, intervenciones a provincias, alzamientos radicales, atentados y huelgas, denuncias de fraude electoral) la continuidad de ciclos electorales, del parlamento y de los periódicos es notable en comparación con la época de las guerras civiles del siglo que se cerraba. En tal contexto, el horizonte de lo que ya sucedía con el negocio de prensa en París, Londres, Nueva York o incluso Madrid era auspicioso y emulable en Argentina y otros países hispanoamericanos. En Chile, por ejemplo, decía Joaquín Díaz Garcés en carta al empresario chileno Agustín Edwards Mac Clure “Santiago ha alcanzado ya una población de 300.000 almas, y gracias a una penosa lucha realizada por la prensa, el público por fin se ha despertado, de tal manera que se puede decir, sin exageración alguna, que dentro de diez años las minas de oro del país serán los grandes diarios. El porvenir que tenemos por delante es verdaderamente enorme. En el primer momento creímos que se trataba de un pequeño valle, y ahora divisamos una llanura ilimitada. Es menester abarcarla antes de que pueda hacerlo otro”. (Díaz Garcés a Edwards, 12 de noviembre de 1901, citado por Bernedo Pinto y Arriagada, 2002: 2).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
101
Esta incorporación sistemática fue inicialmente intrusa en el contenido y armado cotidiano. La
imagen era la excepción y no la regla, mientras que los avisos publicitarios, elaborados con
menos urgencia y con vistas a su uso reiterado y generalmente en muchos diarios, la
constituyeron en presencia constante, incluso en los avisos de bajo costos limitados a texto,
donde la experimentación con el espacio blanco o negro, la forma y tamaño de las tipografías o
dibujos simplificados y pequeños tenían protagonismo decisivo. De allí el concepto de
“intrusión”70 que describe una práctica crecientemente constante, pero sujeta a una lógica de
elaboración diferente a la que correspondía al armado tradicional del diario, y con la que debía
armonizarse sin posible elusión -por el peso del aviso en el negocio periodístico- y que a su vez
generaba un creciente acostumbramiento del público lector a mensajes en los que se articulaba
texto e imagen. Esta incorporación sistemática al diarismo había comenzado a notarse en la
década de 1880, pero madura en esta década decisiva (1894-1904), cuando se busca
explícitamente sistematizar la armonía comunicacional y estética entre contenidos
redaccionales y avisos, y se comienza a emular, a su vez, los notorios avances en armado de
página logrados por las exitosas revistas magazine, se encuentran y adoptan soluciones técnicas
acordes al nuevo volumen y velocidad del negocio, se profesionalizan los oficios -tanto en el
campo de la escritura como en el de la imagen- así como su capacidad ocupar todas las funciones
comunicacionales específicas propias del diarismo, tales como mostrar, informar y
argumentar71.
Si bien se nota la presencia de estilos propios forjados por los dibujantes artistas que participan
en la prensa diaria en estos años, el grueso de las incorporaciones en el campo visual ya había
sido ensayado en otros ámbitos. Por un lado, en los países industrializados, donde las revistas
ilustradas habían forjado desde la década de 1840 los adelantos técnicos, comerciales, de
profesionalización, de géneros y de aplicaciones comunicacionales de las imágenes que se
incorporarían al diarismo en esta decisiva década72. Por otro, hubo en Argentina una evolución
70 Se utiliza este término en referencia al hecho de que el armado del aviso se realiza en un ámbito distinto que el del diario, por lo que, cuando se lleva el clisé a este último para publicar, el mismo afecta el armado tradicional de columnas verticales. Muchos clisés rompen el límite horizontal de la columna: los hay a dos, tres o más. Y se presentan en diversas alturas, desde un centímetro hasta todo el alto de la página. En pocas décadas, las innovaciones en el campo del aviso impactan tanto en el armado general de la página como en la adopción de sus recursos por el resto de los contenidos del periódico. 71 Para el estudio de procesos de pre configuración del diseño de página en los grandes diarios argentinos de la segunda mitad del siglo XIX, Cfr. Ojeda, 1999. Para el paso del aviso tradicional preindustrial hacia el aviso marcario industrial en la prensa argentina, Cfr. Ojeda, 2010. 72 Un rol especial cupo al Correo de Ultramar, que contó con abundante suscripción en Argentina y expresó estos adelantos, incluyendo en sus páginas no solo producción propia sino aquella tomada –por intercambio- de todas las principales revistas ilustradas del mundo, así como, en la década siguiente, la revista El Americano, editada y dirigida por Héctor Varela desde París (1872-1874), y distribuida por suscripción en numerosos países hispanoamericanos. Pero no sólo éstas sino todas las revistas ilustradas –incluida la pionera Illustrated London News- estuvieron a disposición de la elite social local, por medio de suscripciones particulares y por clubes como el Club Progreso.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
102
de las revistas ilustradas locales que permitió probar técnicas, géneros, estrategias y ámbitos de
oficio (Szir, 2009a, 2009b; Romano, 2004; Tell, 2009). Casi todas ellas se hallaron ligadas
directa o indirectamente (por lazos políticos o comerciales), a las familias mitristas fundadoras
de los dos diarios que son objeto de este trabajo (Moyano, 2015).
Es cierto que la presencia de grabadores para la ilustración de impresos puede rastrearse incluso
hasta la época de las misiones jesuíticas del nordeste argentino a comienzos del siglo XVIII, pero
tales prácticas fueron excepcionales y concentradas en la edición de libros, en tanto el escaso
material visual impreso en los inicios de la prensa periódica se limitó a los grabados
preelaborados e incluidos en las cajas tipográficas adquiridas con las imprentas. La gran
expansión de las técnicas de comunicación visual abierta en el segundo cuarto del siglo XIX -
fundamentalmente por el primer auge de la litografía- se reforzó en la década de 1850 con la
llegada de impresores con formación más sistemática en la gestión del grabado (Coni, Bernheim,
etc.). Pero es a partir de la década de 1860 cuando se produce un verdadero boom del grabado,
con la irrupción de inmigrantes formados en dibujo adecuado para el trabajo del grabador y con
conocimiento de las nuevas técnicas en auge en Europa. Es en esta década, cuando irrumpen
figuras como Meyer y Stein, los periódicos satíricos impresos con semipliegos ilustrados, los
primeros periódicos dominicales ilustrados sistemáticamente y las primeras revistas que hacen
de la ilustración un objeto central -artística y comunicacionalmente- comienzan a desplegarse
en toda su magnitud hasta alcanzar madurez, escala empresarial y masividad entre fines del
siglo y los primeros años del siglo XX (Ojeda, 2017; Laguna Platero, 2018; Moyano y Ojeda
2015).
El Mosquito, Correo del Domingo, La Presidencia, La Cotorra, El Quijote, La Ilustración
Argentina, La Ilustración Sudamericana, Buenos Aires Ilustrado, El Cascabel, los diversos
Almanaques, Caras y Caretas, son exponentes de las nuevas exploraciones, tanto en el campo
de la caricatura satírico-política de enorme éxito en la opinión pública, como en el de las revistas
ilustradas clásicas o las especializadas en reproducción artística que emulan formatos europeos,
o, en una expansión brusca y notable, los magazines de interés general cuyo ciclo abre Caras y
Caretas en 1898, experiencias en las que se forjaron todos los protagonistas del proceso de
profesionalización ya claramente notable en la década de 1890 (Szir, 2009a, 2013; Romano,
2004; Auza, 1980; Matallana, 1999, 2010; Román, 2011, 2013)73, y en las que se ensayaron las
73 El fotograbado de medio tono, logrado por The Daily Graphic en 1880 no llega a aplicarse a la revista La Ilustración Argentina, cuyas grandes innovaciones visuales se concentrarán en la reproducción de dibujos por medio de las más modernas técnicas del grabado y la litografía, así como ensayos con la fototipia. Las técnicas mejoradas por Max Levy en 1890, en cambio, tuvieron impacto inmediato, primero en la prensa ilustrada europea (desde 1891) y poco más tarde en Argentina, sobre todo a través de la revista La Ilustración Sudamericana. La técnica mejorada, conocida en Argentina, en su uso coloquial, con los términos sinónimos de fotograbado de medio tono, halftone, heliografía o
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
103
innovaciones en términos de gestión empresarial asimiladas tanto por el diarismo de circulación
nacional como en la proliferación de magazines masivos en la primera década del siglo XX
(Ojeda, Moyano y Sujatovich, 2016).
La década de 1890 marca una edad de oro del dibujo, el grabado y el orlado para la prensa,
manteniendo, además, en el espacio de las revistas y suplementos, un rol clave para la técnica
litográfica. Su sistematización, diversificación y presencia cotidiana habilitó y anticipó el boom
de la fotografía de prensa que -soluciones técnicas mediante- dejó de ser un relativo lujo posible
en revistas para constituirse en material cotidiano impreso en rotativa junto al cuerpo de texto
en el mismo momento (Tell, 2009; Ojeda, Moyano y equipo, 2019). El impacto comunicacional
de estas transformaciones trasciende largamente su interés como novedad o agregado a los
contenidos habituales. Por el contrario, la imagen pasó a integrar secciones permanentes, con
funciones específicas (mostrar, ilustrar, sintetizar, ejemplificar, informar, enseñar, describir,
argumentar), ocupando espacios crecientemente importantes en la puesta en página de los
contenidos. En pocos años, la puesta en página reduce el formato columna vertical tradicional a
elemento subsidiario de un diseño que yuxtapone planos de distinta superficie, y torna la imagen
en elemento esencial en la disposición de cada página frente al lector; consolida relaciones
sistemáticas entre imagen y texto (relevo y anclaje); asimila la tabla estadística, el infograma, el
croquis y el mapa entre otros recursos. Los dibujos, basados en las modernas técnicas del
grabado y la litografía, viven un esplendor hacia fines del siglo XIX (1894 a 1902) para ser luego
subrogados por la fotografía como principal insumo del lenguaje visual (Ojeda, 1999, 2010; Szir,
2013; Malosetti y Costa Et Al., 2009).
En tal contexto, la profesionalización de los ilustradores, al igual que la de los escritores, fue
aprovechada y promovida por los principales diarios de circulación nacional, destacándose entre
ellos La Nación, La Prensa y El Diario, lo cual los tornó protagonistas tanto del asentamiento
de tendencias estéticas y géneros preexistentes, como de cualquier innovación ensayada en el
país. La articulación entre tradiciones periodísticas, prácticas de oficio y los géneros que éstas
autotipia, es propagandizada por litógrafos y grabadores -como Ortega- en el nombre de los negocios y en la oferta principal de los anuncios de sus talleres, así como en el estímulo a su publicación en revistas ilustradas. El primer fotograbado con esta técnica se publica en La Ilustración Sudamericana en junio de 1894, aunque Félix Ugarteche (1929) hace notar que el primer fotograbado corresponde a La Voz del Arte en 1893. En La Nación, con motivo del segundo Salón Anual de El Ateneo de artistas, el 3 de noviembre de 1894, presenta
reproducciones de siete cuadros, seis en concurso y el cuadro “Sin pan y sin trabajo” de De la Cárcova (que no había
competido por ser su autor jurado. Allí, el comentario indica:
“Los dibujos que presentamos ilustrando este artículo, son ejecutados por los mismos pintores de los cuadros, como garantía de exactitud, pero es natural que no alcancen sino a dar apenas una idea de lo que las obras son realmente (…) La sequedad de la pluma en comparación con el pincel, de un lado, y la sobriedad que exige a los grabados la impresión en máquina rotativa, por otro, alejan mucho las copias del original (…)”. Diez años más tarde, en el mismo diario, cuando la fotografía se extiende y se constituye en protagonista, se dice: “...Hoy en día, la impresión de fotograbado con máquina rotativa, que hace algo más de dos años era un problema más difícil, es un punto resuelto" (La Nación, 1° de enero de 1904).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
104
produjeron, reforzó tanto el oficio como el vínculo entre empresa y lectores en base a códigos de
reconocimiento adoptados en el marco de las reglas de mercado (Baldasarre, 2009; Romano,
2004).
Si, como hemos mencionado más arriba, una historia de la visualidad en prensa hunde sus raíces
hasta inicios del siglo XVIII y muestra hitos fundantes como un semanario ilustrado
litográficamente en pliegos específicos en la década de 1830 (dirigido por el suizo francés C. H.
Bâcle) o con grabados en la de 1850 (por el ingeniero, pintor y miniaturista Carlos Pellegrini).
En el diarismo aparece alguna imagen esporádicamente a partir del repertorio de grabados
disponible en la caja de tipos, o de alguna adquisición especial, o de algún aviso contratado,
sobre todo si se trata de algún producto importado.
Pero la generalización y sistematización de esta presencia en la prensa periódica (y en particular,
en la diaria) puede rastrearse en su rápida expansión y consolidación a partir de 1862, cuando
tras la unificación del Estado nacional se extiende la corriente inmigratoria, se estabiliza la
construcción institucional que incluye la expansión del sistema de instrucción pública, en el
marco del boom agroexportador que aporta crecimiento económico y promueve, a su vez, el
crecimiento del flujo inmigratorio.
Es posible considerar en este proceso, cuatro diferentes momentos o períodos en la
incorporación: intrusión (1862-69), aceptación (1870-83), transición (1883-93) e incorporación
sistemática (1894-1904). El primero comienza con la unificación del Estado nacional y se
completa con la conversión de los futuros principales diarios argentinos La Nación y La Prensa
en sociedades anónimas (Mitre, 1943; Sidicaro, 1993; De Marco, 2006). En su transcurso la
imagen no es un componente significativo ni innovador en ninguno de los diarios locales,
excepto por la mencionada intrusión -por la vía de los reclames publicitarios elaborados por
fuera del periódico- y que tendieron a eliminar tanto la separación entre texto escrito e imagen
(articulándolos en un mismo mensaje) como los límites del clásico formato columna vertical
propio del armado del diarismo decimonónico. Parte de estos avisos provenía directamente del
exterior. Complementariamente, la llegada de jóvenes dibujantes franceses (Henri Meyer y
Henri Stein) impacta en la prensa diaria por la vía, primero, de publicaciones semanales
ilustradas tanto de interés científico-cultural como satírico-políticas, como lo ejemplifican el
Correo del Domingo y El Mosquito, respectivamente74. Los dibujos de estos autores son
incorporados a la prensa diaria excepcionalmente por medio de grabados para ocasiones
74 Más adelante, desde 1885, la veta española de la caricatura y el humorismo sería reimpulsada por Sojo a través del a publicación Don Quijote. Para un estudio completo del Correo del Domingo, Cfr. Auza, 1980; para El Mosquito y Don Quijote, Cfr. Matallana, 1999, 2010; Laguna Platero, 2015; Román, 2005, 2013).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
105
especiales, mientras continúa el tradicional uso de pequeñas imágenes disponible en la caja de
tipos.
El segundo período se inicia en dicho parteaguas y se completa durante el auge económico del
gobierno de Roca, cuando Bartolomé Mitre y Vedia inicia la modernización empresarial del
diario La Nación (Alonso, 2010; Moyano y Ojeda, 2015). En él ya se ha aceptado las novedades
visuales que aportan los avisos, pero su lógica no se traslada todavía al formato del conjunto de
unidades redaccionales. Si bien hay presencia menos excepcional de elementos visuales –mapas,
croquis, cuadros, gráficos, dibujos- la colocación de los mismos muestra la falta de un criterio
integrado de visualidad: mapas y croquis en separatas, dibujos colocados cuando aparecen
disponibles por trabajo de un dibujante en relación con algún tópico al que se dedica
habitualmente (por ejemplo, un edificio), que generalmente se asocia a la acción política de los
propietarios.
El tercero se inicia en 1883 con la dirección de Bartolomé Mitre y Vedia en el diario La Nación
y se completa una década más tarde cuando el mismo diario realiza una importante reconversión
tecnológica y de estrategia comercial, ahora a cargo de Emilio Mitre (Moyano y Ojeda, 2015). Es
en este período cuando se produce una notable exploración del uso de la imagen para ilustrar
secciones, en tanto se agrupa los avisos con un criterio que normaliza la ruptura del límite de la
columna. Si bien el uso no es aún sistemático, se nota un esfuerzo constante por incorporar
novedades y emular el uso exitoso tanto en otros países como en otros formatos (las novedosas
revistas ilustradas). Los grandes diarios comienzan a incorporar, discretamente, en ocasiones
un armado de página que incluye una o varias imágenes buscando formar un todo armónico y
estéticamente agradable, y éstas habilitan nuevos tópicos que son cubiertos por imágenes:
figurines de modas, dibujos de artistas de ópera, retratos de figuras célebres de distintos
ámbitos, dibujos científicos naturalistas, dibujos arquitectónicos o maquinarias, a los cuales el
público letrado se había acostumbrado por medio de los avisos y de las revistas ilustradas
extranjeras y nacionales, las cuales, además, viven en este período nuevos avances técnicos y
estilísticos.
Es, por lo tanto, la incorporación sistemática (que caracteriza el cuarto momento) y no la
presencia de la imagen como tal –excepto el fotograbado halftone- la principal novedad de la
decisiva década de 1894-1904, y es ella la que impacta en (y a su vez se alimenta de) la
consolidación de una masa crítica de artistas dibujantes, ilustradores, orladores, grabadores y
litógrafos en un mercado de bienes y trabajo. Es entonces cuando observamos las mayores
innovaciones en la estrategia de los diarios, los oficios ligados a la imagen, la incorporación
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
106
tecnológica y la emulación de éxitos gráficos provenientes de otros formatos como el magazine
semanal.
Concluida la crisis económica hacia mediados de 1893, y derrotada la revolución radical en julio-
agosto de ese mismo año (Botana, 2012; Gerchunoff Et Al., 2008), las familias propietarias de
La Nación y La Prensa se abocaron rápidamente tanto a la inversión tecnológica y la
reconversión gerencial como a la reconfiguración de las alianzas políticas con el roquismo que
los llevarían a la participación en el gobierno de la provincia de Buenos Aires en 1894 (Alonso,
1997, 2010; Ruiz de Luque, 1942). En enero de este último año se iniciaba una nueva etapa
gerencial en el diario La Nación que marcaba un notorio cambio de época, en tanto La Prensa
preparaba ya la gran reinauguración de sede que se concretaría en 1898.
Una generación de artistas dibujantes y grabadores se hallaba disponible, entre las urgencias
producto de la crisis y las oportunidades de la expansión posterior. Muchos de ellos, como
Martín Malharro, Francisco Fortuny, José Maria Cao, José Stalleng, etc. buscaban vivir del oficio
gráfico en combinación con salarios y honorarios provenientes de trabajos particulares a pedido,
labores docentes o empleos públicos ministeriales, pero a su vez intentaban abrirse paso –y
forjarse nombre- como artistas visuales entre las bellas artes consagradas, y también aquellas
artes miradas con sospecha por las anteriores, como el afiche, la filatelia y numismática o el
diseño de tapas de libros, o lisa y llanamente con condena, como el reclame publicitario, las
marquillas de cigarrillos (Butera, 2012) y otros empaques comerciales75.
La Nación establece un vínculo de trabajo con algunos de los artistas que se habían agrupado en
uno de los primeros núcleos de referencia e identidad intelectual –El Ateneo- en el cual
combinaban la defensa de intereses comunes, la búsqueda de contactos sociales y laborales, y
un ámbito de discusión, aprendizaje y promoción. Destacan –entre los primeros incorporados a
La Nación- Martín Malharro y Augusto Ballerini. Pero además apela a casas litográficas y
grabadores profesionales de altísima calidad, y ensaya el fotograbado de medio tono ya en el año
190076. Esta apertura a nuevos espacios de oficio estuvo signada por la influencia de los cambios
75 La publicidad no sólo ha crecido enormemente en variedad y volumen, sino que está cambiando su propia naturaleza en tanto se pasa del aviso genérico al aviso de marca comercial, sistemático y permanente. Pero su importancia para los grabadores en términos de ingresos siguió contrastando con la falta de prestigio de la actividad: mientras los grabados relativos a temas informativos, históricos, periodísticos, arquitectónicos, policiales o artísticos llevaban firma en la mayor parte de los casos, los avisos publicitarios no la llevaban casi nunca, excepto cuando se trató de avisos de gran importancia, como los institucionales de página entera que solían publicarse en coincidencia con festividades de ciclo anual. 76 La presencia de fotograbados arranca en 1900 –esporádicamente- en La Prensa, sobre todo de fotografía policial, como la del filicida Ampuero, en la edición del 5 de agosto de 1900, pero aún no logran siquiera empatar la legibilidad y calidad visual de los dibujos, que continúan siendo más frecuentes incluso en el retrato policial. Al principio, el diario La Prensa incorpora el fotograbado para registrar retratos de delincuentes y de policías heridos en cumplimiento del deber, en imágenes que ocupan el ancho de una columna. El 5 de agosto de 1900, al registrar “el filicida Ampuero”, incorpora el plano americano. La Nación, mientras tanto, incorpora su primer fotograbado el 24
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
107
en los formatos novedosos de revistas, primero las “ilustradas”, luego las de interés general
(Caras y Caretas, PBT, El Hogar). Las primeras fueron pioneras en la prueba de técnicas y
géneros visuales; las segundas incorporaron la presencia cotidiana de la imagen y el diseño de
página que combinaba texto, imagen y publicidad en un todo coherente y atractivo.
También por la consolidación de géneros visuales: el retrato (individual, grupal, arquetípico), el
dibujo científico y técnico, el dibujo de paisajes, edificios y monumentos, el dibujo naval y
militar, el registro de tablas, gráficos, croquis y mapas, la reproducción facsimilar, los nuevos
formatos con creciente articulación texto-imagen, o fotografía-dibujo-orlado-tipografía
estilizada, todos con sus respectivas derivaciones y especialidades que se configuran en una
intersección entre prácticas de oficio, intereses comerciales, políticas estatales, adopción de
tradiciones preexistentes, reciclamiento de otras y aprovechamiento de oportunidades técnicas.
En todos los casos, los primeros años de esta década muestran exclusivamente grabados y
litografías, hasta que desde el segundo semestre de 1900 comienzan a aparecer los primeros
retratos fotográficos en fotograbado: imágenes de dignatarios extranjeros, policiales, y
fotografías de caballos campeones en competencias. Hacia mediados de 1903, la fotografía
claramente desplaza al dibujo como principal formato de representación de la imagen visual, al
menos en la función informativa (pues la imagen publicitaria, dado el requerimiento de síntesis
visual que supone, todavía puede hacer del dibujo su principal herramienta), tornándose la
técnica hegemónica de reproducción visual y poniendo en decadencia el momento dorado de los
artistas grabadores que reforzaban su buena fama firmando sus trabajos para los diarios y
revistas.
Entre otros factores, pesa en esta fecha el retiro de Bartolomé Mitre de la actividad política (en
1901), que habilita una mayor concentración del grupo familiar en los aspectos empresariales y
culturales del emprenimiento, y el notable éxito de la fotografía de prensa en Caras y Caretas,
lo que lleva a adoptarla con mayor sistematicidad en el diario, notándose prontamente los
resultados. Como el propio diario La Nación indica, entre 1901 y 1903 se logra, además, una
gran mejora en la calidad de la reproducción de imagen sobre plancha (Tell, 2009; Ojeda,
Moyano y equipo, 2019).
de octubre de 1900, cuando se publica en la portada el retrato fotograbado del presidente del Brasil Dr. Manuel Ferraz de Campos Salles. En 1901 se tornan, mes a mes, más regulares. Es notable que al principio no hay comentario alguno de ambos diarios sobre la innovación, en un contexto de fuerte interés por informar noticias científicas y tecnológicas, más aún del propio diario. Probablemente la aún baja calidad de imagen en comparación con el dibujo e incluso con las fotografías en general, el atraso en incorporar la innovación respecto de diarios europeos o la constante experimentación para lograr una mejora definitiva en la impresión de imagen por rotativa (que se lograría en 1903) influyesen en esta decisión.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
108
Durante este período, finalmente, la imagen es integrada –hasta donde sea posible- en la puesta
en página, buscando los armadores formar un conjunto visualmente armónico en cada página,
aunque no siempre con éxito. Su uso sistemático ya no es patrimonio del reclame, sino que todos
los géneros periodísticos tienden a hacer uso al menos mínimo de la presencia de las imágenes:
noticias, notas científicas, crónicas de viajes y descubrimientos, notas pedagógicas, notas de
teatro y ópera, policiales, relativas a los novedosos “sports”, notas políticas nacionales o
internacionales, sucesos llamativos, visitas ilustres, efemérides, folletines, etc. A la vanguardia
de esta incorporación sistemática, están en cada diario sus respectivos suplementos literario,
ilustrado y de aniversario, en los que todos los géneros visuales, incluido un amplio despliegue
de ornamentación artística con firma de autor (como lo muestra el ejemplo paradigmático de
Ramón de Castro Rivera), se hacían presentes en su máximo esplendor. No se había logrado en
Buenos Aires un equivalente argentino al The Daily Graphic, pero los diarios incorporaban la
imagen visual como parte de su cotidianeidad, y la desplegaban aún más en sus formatos
semanales (suplementos, revistas magazines, etc.).
Liberadas las energías del mercado, no sólo crece la masa de lectores gracias a la inmigración y
la creciente alfabetización; también se forja una capa de lectores más formada, producida tanto
por la experiencia lectora de las décadas precedentes en el campo periodístico, como por la
existencia de una creciente capa de potenciales lectores con estudios equivalentes a primario y/o
secundario completo77. Esta capa se suma a la tradicional letrada y es destinataria de la creciente
diversificación de las secciones y subgéneros periodísticos. El dibujo, para ellos constituye un
lenguaje relativamente conocido, pues se lo ha incorporado al curriculum en el sistema
educativo: el dibujo técnico, el retrato, las imágenes científicas y de exploraciones geográficas,
el croquis o el gráfico son una novedad decodificable cuando aparece en el diario. Pero también
porque se ha desarrollado desde la década de 1870 una educación visual estimulada por los
nuevos formatos generados por el desarrollo de las marcas empresariales: el reclame de prensa,
pero también el empaque, el cartel y el afiche callejero.
En forma simultánea, tanto la inmigración como el entrenamiento local forjan una masa crítica
de dibujantes, grabadores y litógrafos que circulan entre las expectativas empresariales
(imprenta especializada, v. gr. Vittorio Pegoraro, Fausto Ortega, Emilio y Enrique Coll), el
empleo público (ministerial o educacional, v.gr. Malharro, Stalleng), la consagración artística o
77 El Colegio Histórico del Uruguay se hallaba activo desde 1850, sumándose al Histórico Monserrat de Córdoba, en tanto el sistema de Colegios Nacionales se había puesto en marcha durante la presidencia Mitre (1862-68), y el de Escuelas Normales durante la de Sarmiento (1868-74). Además de su impacto sobre el volumen de público lector, estas instituciones favorecieron la irrupción de una generación de periodistas, dramaturgos y escritores como José S. Álvarez (Fray Mocho), Onésimo Leguizamón, Emilio Onrubia, etc. (Rivera, 1998; Moyano y Ojeda, 2003; Bosch, 1949; Marengo, 1991; Puiggrós, 2003).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
109
la profesionalización de los servicios a prestar (dibujos a pedido, empaques de productos,
afiches, venta de obras por exposición, trabajos para la industria gráfica en reclames, imágenes
para los contenidos de diarios y revistas, diseño de tapas, carteles, etc.). Por la vía de la
inmigración, llegan también técnicas y recursos: dibujantes, grabadores o impresores con
negocio propio traen de sus países de origen saberes, trucos, novedades o recursos de
optimización que adquieren valor de novedad en el país. A ello se agrega una creciente
circulación internacional de imágenes por intercambio, o como parte de la política de difusión
de instituciones específicas. Esta práctica es aprovechada por La Nación y La Prensa, aunque
alcanza su esplendor con Caras y Caretas, que sistematiza tales intercambios, así como también
la oferta de pago para toda colaboración, no sólo en el campo del material escrito, sino también
en la imagen, tanto dibujada como fotográfica, en tempranos anuncios publicados en las
sucesivas ediciones del año 1900. Pero en la última década del siglo proliferaron otras imágenes
que se insertaron en las unidades redaccionales del diario: la información relativa a la llegada
de compañías extranjeras de ópera y teatro comenzó a ser regularmente ilustrada con imágenes
de los artistas, e incluso de alguna escena, provistas por las propias compañías. Lo mismo
sucedió con la ilustración aportada por misiones diplomáticas y embajadas, cuando se
produjeron visitas importantes al país, cambios de gobierno en los países de origen, tratados
internacionales o eventualmente conflictos.
La necesidad de un público masivo había llevado a los periódicos a desarrollar secciones ligadas
al entretenimiento, como por ejemplo el folletín. Este formato, asociado por Jorge B. Rivera
(1968, 1998, 1990) a la profesionalización del escritor supone la contratación de nuevos
escritores que no provienen del ambiente de la elite letrada con formación clásica, sino de las
nuevas clases medias con acceso al sistema de educación pública; supone también una masa de
lectores heterogénea en sus orígenes y en sus intereses, para la cual el entretenimiento
constituye un factor importante, cuando no el más importante, de su contacto con la lectura.
Esta actitud se traslada rápidamente a las imágenes, cuyo impacto es notable en comentarios,
pedidos de reproducciones y éxito de las subsiguientes imágenes, a medida que se ajusta el
conocimiento tentativo del destinatario (Rivera, 1968, 1998; Alonso, 1997, 2010; Matallana,
1999; Romano, 2004; Román, 2005, 2013).
Y en su dinámica crece el sensacionalismo: detalles de catástrofes, rostros de delincuentes o
escenarios de crímenes, representaciones de batallas sangrientas, escabrosos detalles de noticias
escandalosas hacen parte tanto en el texto escrito como en las imágenes, ya sea en la sección
principal del diario, ya en el folletín, que permite excesos visuales aún mayores. La publicidad
también toma su parte en la tarea: imágenes en las marquillas de cigarrillos, desfiles en las calles,
sorteos con premios impactantes y avisos publicitarios yuxtaponen grandes figuras políticas,
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
110
imágenes pornográficas, travesuras de niños fumadores o eventos inesperados en las calles
(Butera, 2012)78.
En Estados Unidos o Gran Bretaña, o incluso México, hacia 1896 no sólo surgía una amplia
generación de magazines y en el diarismo surgían los llamados “diarios sensacionalistas”
completamente separados de facción política alguna e interesados exclusiva y explícitamente en
el rendimiento empresarial. En Buenos Aires La Nación y La Prensa, mantenían una
perspectiva que los ubicaba en la “prensa seria”, sin perder aún sus lazos con la política, pero ya
encaramados definitivamente a la lógica empresarial industrial (Rivera, 1998; Sidicaro, 1993;
Saitta, 2013). Contaban con maquinaria de última generación –al punto tal que pudieron derivar
maquinaria obsoleta de excelente calidad para su proyecto de colección de libros a precio
económico iniciada en 1901 (la colección Biblioteca La Nación)-, imitaban los mejores avances
de la industria en el mundo, e incorporaban contenidos para segmentos específicos, como
deportes, temas para la mujer, el suplemento cultural, etc. (Rivera, 1998).
Los Mitre estuvieron a la vanguardia de la incorporación del formato magazine con la iniciativa
de Bartolomé (“Bartolito”) Mitre (hijo del General), que da origen al inesperado éxito
empresarial que fue Caras y Caretas a partir de 1898. Con ella no sólo innovaron radicalmente
en el campo de la imagen, sino también en la cuidadosa inclusión de elementos sensacionalistas
(relato de sucesos policiales y catástrofes con imágenes, seguimiento de actividades sociales de
la elite social y de las primeras estrellas del espectáculo, la caricatura política como recurso
llamativo), sin perder el lugar dentro de las fronteras de la prensa seria. Estuvieron a la
vanguardia, también, en la incorporación de imágenes como elemento narrativo (foto-reportaje,
por ejemplo, a partir de 1905), o la irrupción de suplementos semanales79. De este modo, La
Nación y La Prensa llegan al siglo XX en plena pertenencia a las reglas del mercado. Para ello,
debieron, además, adoptar, promover y favorecer el cuerpo de artistas necesario para constituir
el oficio, en forma equivalente a lo que estaba ya sucediendo con el proceso de profesionalización
de los escritores en la prensa. Sería la inserción de tal cuerpo de artistas en la lógica industrial
de la prensa el elemento que asegure la plena madurez de la incorporación sistemática de la
78 Hasta fines de la década de 1900 no aparecen en el país diarios con un planteo sensacionalista en el conjunto de su estrategia comercial y discursiva, y no aparecerá uno definitivamente exitoso hasta la reorganización de Crítica hacia 1920 (Saitta, 2013), a diferencia de Estados Unidos, que cuenta con casos paradigmáticos plenamente desplegados a mediados de la década de 1890, o de México en el mundo hispanoamericano, con la fundación de El Imparcial en 1896 (Grupo HISNECOM, 2015). Pero sí se adoptan elementos sensacionalistas en texto e imágenes para la cobertura de sucesos policiales, la ilustración de folletines, la referencia a ciertos espectáculos urbanos y la miscelánea de curiosidades. 79 El suplemento Páginas Literarias, del diario La Prensa, comenzó a publicarse el 1° de enero de 1900; La Nación publica, por su parte, en 1901, el Suplemento Literario. El 1° de enero de 1902 se inicia la tradición de la Edición Extraordinaria, publicada anualmente. Por último, el 4 de septiembre de 1902 publica el primer número del Suplemento Ilustrado de La Nación, el que a partir del 5 de noviembre de ese mismo año absorbe al Literario, publicándose semanalmente (datos obtenidos por consulta de ambas colecciones).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
111
imagen a la prensa diaria, y con ello, la consolidación de funciones y géneros de la imagen de
prensa.
El surgimiento de los oficios gráficos aplicados a la imagen de prensa muestra características
comunes a los diversos casos particulares a lo largo de estas décadas: se trata de inmigrantes
que traen sus conocimientos técnicos o de oportunidades comerciales, adquiridos en su país de
origen, y en la mayor parte de los casos, no vienen a aplicarlos, sino con otras expectativas de
contratación y/o negocio. Gran parte de su adaptación al país se logra con la obtención de
empleos y/o contrataciones del Estado (o su contrario, las dificultades causadas por éste), y en
no pocas ocasiones, cuando la actividad ligada a la imagen les brinda beneficios económicos
importantes, se dirigen a otros negocios80. Las tecnologías necesarias para cada tipo de práctica
ya están disponibles en el país cuando cada protagonista inicia actividades, y es la falta de
personal calificado, de mercado en el sector o de demanda del público la que demora sus inicios.
En cuanto a los diarios, si bien existen algunas complicaciones técnicas para la inclusión de
imágenes, es notorio que el sector no vive presión alguna para incorporar sistemáticamente
imágenes, y mantiene una cómoda y asentada tradición de colocar texto escrito como oferta
esperable por sus clientes.
Las llegadas al país se producen en tres oleadas: Una a fines de la década de 1820, cuando llegan
numerosos franceses que se incorporan a las fuerzas militares y a numerosos negocios y oficios,
incluidos periodistas y, en el tema que nos interesa, litógrafos y retratistas. Otra –sobre todo en
el campo de la impresión tipográfica- se hace presente a comienzos de la década de 1850. Viene
con inquietudes empresariales, conoce los adelantos técnicos pero, sobre todo, las nuevas ideas
de negocio gráfico como los diarios de gran masividad, la expectativa de financiamiento con
avisos y las revistas ilustradas. La tercera la lideran Meyer y Stein, ambos de apenas 20 años de
edad, provenientes de la formación brindada por el nuevo modelo educativo napoleónico que
80 Así, podemos mencionar los casos pioneros de Jean Baptiste Douville y su socia –luego esposa- Anna Athalie Pillaut-Laboissiere (quien completa el nombre comercial del negocio: Douville y Laboissiere) en 1827, del suizo francés César Hipólito Bâcle y su socio inicial Arthur Onslow desde 1828, y de Charles Henri Pellegrini desde ese mismo año, llegados al país durante la guerra con el Brasil (1826-28), los impresores Bernheim y Coni, llegados al país en el tramo final del rosismo, libreros como el propio Hortelano (llegado el 31 de diciembre de 1849) o el francés Lucien, o Henri Stein y Henri Meyer, quienes revolucionan el mundo de la ilustración de prensa rioplatense en la década de 1860. Por lo general, no vienen expresamente orientados a vivir de sus saberes de dibujantes, sino que descubren la vacancia y oportunidad en contraste con fallos en otros campos. Pellegrini viene contratado como ingeniero en un alto cargo –que pierde poco después-, Douville se presenta como científico y librero, Stein quiere ser apicultor, Coni sueña encontrar oro en California. Esta vacancia no les requiere una importante inversión en tecnología importada: la encuentran aquí disponible, salvo excepciones. Para ellos los contratos laborales o empresariales con el Estado o con facciones políticas que lo controlan definen su progreso. Algunos tienen sus mejores contratos fuera del oficio, como Pellegrini. Otros en oficios afines, como José Alejandro Bernheim, Pablo Coni y Benito Hortelano en impresión, o Stein en enseñanza del dibujo. Algunos logran que sus contratos se concentren en la actividad, como Bâcle o Meyer. De allí que para Pellegrini sus períodos de retratista y de editor de publicaciones ilustradas se concentre en momentos en que no tiene tales contratos, supliendo ingresos, en tanto que otros como Coni hallan en el Estado la posibilidad de continuar en el oficio impresor.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
112
los capacita en dibujo. Conocen el oficio y sus potencialidades y buscan en él, una vez cerradas
otras oportunidades, todas sus posibles puertas abiertas: las caricaturas políticas que llaman la
atención, los dibujos naturalistas que impactan por su detalle y calidad, la participación en
revistas ilustradas y de caricaturas, la realización de retratos por encargo, la publicación de
álbumes con láminas, etc. (Szir, 2009a; 2011).
La primera oleada de litógrafos, a pesar de su trágico sino biográfico81, da lugar a una generación
en el oficio que se consolida entre el trabajo para el Estado –que permite publicaciones
periódicas de gran calidad- algunas iniciativas particulares en la propia imprenta del Estado, y
los pedidos particulares de retratos, litografías y grabados.
La segunda oleada incluye las primeras emulaciones a las revistas ilustradas europeas de nueva
generación surgidas tras el formidable y pionero éxito de la Illustrated London News a partir de
1842, como lo ejemplifica la experiencia de Pellegrini con El Plata Ilustrado, pero se nota
especialmente en la innovación en talleres tipográficos, desde comienzos de la década de 1850
cuando inmigrantes provenientes del destierro español (Benito Hortelano, Manuel Toro y
Pareja, Cfr. Hortelano, 1936) o de Francia (Bernheim, los hermanos Stein82 que llegan con él,
Pablo Coni, etc.). Coni sería, por ejemplo, el primer grabador de sellos postales oficiales de la
provincia de Corrientes –y primeros en el país-, mientras administró la imprenta del Estado en
dicha provincia.
La tercera, en la década de 1860, da inicio a la presencia regular de publicaciones ilustradas en
el país. Si el taller de Bâcle agrupó y forjó una generación de litógrafos e impresores, y Coni,
Bernheim y el uruguayo Casavalle renovaron el arte de imprimir en la década de 1850, Henri
Meyer y Henri Stein revolucionaron –en la década siguiente- el arte del dibujo para la inclusión
de grabados de alta calidad en libros, álbumes y periódicos, y forjaron la presencia y masividad
de géneros periodísticos como la prensa satírica ilustrada, las publicaciones ilustradas
especializadas sus correspondientes subgéneros.
Tal es el contexto de inicio de los oficios que nos interesan al comienzo de nuestra etapa: Los
talleres exitosos son cuna de atracción de migrantes formados o de nuevos aprendices que serán
las siguientes camadas en las que habrán de apoyarse los hermanos Pedro Bourel o Rafael
Contell en las últimas dos décadas del siglo para iniciar la era de las revistas especializadas en
81 Douville es detenido, embargado y desterrado por falsificar billetes con su prensa el mismo año 1827 en que inició
el negocio litográfico. Bâcle es detenido bajo acusación de entregar mapas de valor militar a la Confederación
Peruano- Boliviana en un momento de conflicto con la Argentina. 82 Los hermanos Stein no son familiares de Henri Stein. De origen alemán, llegan con el alsaciano Bernheim como
personal de su imprenta. En Buenos Aires se especializan como encuadernadores y finalmente se dedican al negocio
agrícola.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
113
lustración artística de prensa en Argentina y vinculadas, a su vez, al incipiente campo de artistas
de las artes visuales. Szir (2011) caracteriza el momento de irrupción de las revistas de Bourel y
Contell:
“Del mismo modo, las publicaciones periódicas ilustradas en las décadas de 1880 y 1890, aunque sin el despliegue visual y la calidad de sus pares europeas, multiplicaron la cantidad de títulos. En 1887 el Anuario bibliográfico de Alberto Navarro Viola refiere 23 publicaciones ilustradas. En 1888 surgen Buenos Aires Ilustrado -que en sus 25 entregas reproduce un total de 56 grabados- y El Sud Americano, editado por la Compañía Sudamericana de Billetes de Bancos. Ya en la década de 1890, aparece La ilustración Sudamericana (1892), dirigida por Rafael Contell, que incluía fotografías, representando retratos individuales y colectivos, vistas y actualidad. De rasgos diversos, todos los periódicos se encontraban con similares dificultades técnicas y económicas frente a la inversión que suponía la edición de una revista ilustrada.” (Szir, 2011: 71).
Los protagonistas del oficio
Hasta comienzos de la década de 1860, los protagonistas de la imagen gráfica fueron pioneros
que demostraron un éxito notable, pero no llegaron a ser parte de la forja de un mercado que
sostuviese a largo plazo la actividad profesionalizada.
Jean-Baptiste Douville y César H. Bâcle lograron impacto social y éxito de ventas de sus
estampas, pero se vieron envueltos en los límites que imponían tanto la dependencia del Estado
que suponía la actividad como los riesgos implicados en una época de guerras civiles y
conspiraciones.
Pellegrini logró tanto éxito con sus retratos y litografías a pedido que llegó a enriquecerse, pero
la actividad no competía con los ingresos que podía suponerle una contratación estatal en su
profesión, la ingeniería.
Stein y Meyer, en cambio, pudieron vivir prósperos del oficio del dibujo para la prensa aun
cuando no había sido ese su plan original de inmigración a la Argentina. Se involucraron en las
primeras publicaciones ilustradas de gran duración (El Mosquito, el Correo del Domingo),
participaron en otras publicaciones más breves, y colocaron sus ilustraciones en la prensa diaria,
además de realizar numerosos dibujos por contrataciones particulares, así como trabajos
especiales, como el que contrató la Sociedad Rural en 1875.
A comienzos de la década de 1880 esta transformación se acelera radicalmente: mientras se
mantienen y diversifican las revistas ilustradas de humor político, y la prensa comienza
tímidamente a incorporar más grabados, surgen también las primeras revistas especializadas en
imagen gráfica –como La Ilustración Argentina- y numerosos emprendimientos editoriales en
el campo del libro, el álbum o la colección de estampas y postales.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
114
En tal contexto de expansión y diversificación, donde se enlazan, en forma similar a lo que venía
sucediendo con los escritores, oportunidades de empleo público, de enseñanza, de pedidos
privados de trabajos, de venta de obras artísticas, de ilustración para libros y para la prensa
periódica, de participación en reclames para la prensa, afiches o vía pública, de empaques para
productos o de decoraciones para hogares acomodados, ahora sí, comienza a constituirse el
“cuerpo de artistas” que preocupaba en el lanzamiento neoyorquino del The Daily Graphic en
187383.
En la década de 1890 se produce un agrupamiento explícito de figuras del oficio con la intención
de abrirse espacios en el campo del arte, de la edición y de otras formas de empleo que les
permitiese vivir de su actividad. Algunos de ellos buscaron expresamente abrirse paso en el
campo artístico, gestionando espacios de exposición, becas de estudio, cooperativas de trabajo
y ayuda mutua y espacios similares. Son los ejemplos de Malharro, Ernesto De la Cárcova,
Eduardo Schiaffino, Eduardo Sívori, Ángel De la Valle, etc. Si los cuatro pioneros mencionados
son de origen francés (los Bâcle, Pellegrini, Meyer, Stein), la mayor parte de las nuevas camadas
incorporadas en la década de 1890 es de origen español e italiano. Muchos de ellos buscaron
instalar talleres propios, o se emplearon en ellos, brindando servicios particulares de grabado y
litografía, simultáneos a la contratación de trabajos para la prensa. Son, por los casos de
Colombatti, Emilio y Enrique Coll, Pegoraro, Ortega, Olive, etc.
De la pequeña bohemia porteña a la tensión entre integración a la industria y
campo artístico.
Debido a que los grabados de este período comenzaban a aparecer firmados, se hace posible
reconstruir un mapa parcial de quiénes los realizaban. En algunos casos, aun cuando no tuvieran
su firma, las publicaciones los mencionaban dentro de su staff. De esta manera hemos podido
reconstruir parcialmente el grupo de ilustradores que trabajaban en medios impresos hacia el
período estudiado. Muchos de ellos provienen del campo artístico constituido en esos años;
otros han atravesado distintos proyectos editoriales, siendo en algunos casos, además, sus
83 Fundado en New York el 4 marzo de 1873, The Daily Graphic fue el primer diario ilustrado del mundo, utilizando a escala diaria la estrategia de las revistas: algunos pliegos impresos en plancha litográfica y otros en tipográfica. Al cumplir 7 años, una nota editorial recapitulaba: “La audacia del experimento, cuando se propuso iniciar y mantener en Nueva York un diario ilustrado, era capaz de quitar el aliento. Se decía que iba contra todas las reglas intentar hacer lo que Londres y París no habían hecho. En esas dos ciudades se habían publicado los más grandes semanarios ilustrados del mundo. Cada una tenía un gran cuerpo de artistas entrenados, que pudiesen suministrar el material adecuado para el staff de un diario ilustrado, y aun así, aunque el proyecto de establecer un diario de esas características se había abordado, el plan nunca se había puesto en práctica. No se trataba, por supuesto, de falta de capital, pero el capital no había podido ser inducido a invertir en el proyecto. Se argumentaba que en tanto Nueva York no contaba con un gran cuerpo de artistas entrenados del que nutrirse, el experimento de la Graphic Company sería aún más peligroso que el intento de fundar un diario ilustrado en Londres o París. Pero el experimento se llevó a cabo” (The Daily Graphic N° 2164, Nueva York, 4 de marzo de 1880, “Our Birthday”, pág. 30, trad. del autor).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
115
fundadores, directores o editores. Tal como se verá en las siguientes páginas, la influencia
española atravesó el campo, no como un rasgo anecdótico sino como un elemento constitutivo:
“En el campo del dibujo, la caricatura y la ilustración gráfica, el primer contingente de
españoles llegados a Buenos Aires asentó las bases para una apertura de las principales
editorial y publicaciones hacia los dibujantes españoles radicados en fechas posteriores.
A diferencia del conjunto de pintores, este grupo dedicado fundamentalmente a la
ilustración no permaneció aislado de sus compatriotas sino que se mantuvo fuertemente
cohesionado por su trabajo común en diarios y revistas porteñas. En una ciudad como
Buenos Aires en la que desde fines del siglo XIX se impuso la moda de las revistas
ilustradas de corte francés y en la que los grandes diarios competían en riqueza y
complejidad con las mejores publicaciones europeas se explica el auténtico éxodo de
dibujantes de la península y de otros lugares de la vieja Europa”. (Fernández García, 1997:
63)
Estos artistas trabajaban en ocasiones para distintos medios en simultáneo, aunque su imagen
estuviera configurada por su pertenencia, en muchos casos, al ambiente de las Artes Plásticas.
Según Jorge Rivera, los dibujantes de los semanarios populares como Aurelio Giménez, Cao,
José Foradori, etc., se ajustan a
“…la imagen arquetípica del bohemio de corbata voladora y chambergo aludo, una
figura convencional que también atravesaba las escenas de ciertos sainetes, y que pasó a
integrar, como una suerte de estereotipo urbano, la galería iconográfica del chafe, el
compadrito, el encargado del conventillo, el mayoral de tranway, el milico ´veterano´ y
los negros del Congreso” (Rivera, 1981: 1)84.
Este estereotipo es complejizado por María Isabel Baldasarre (2009) quién describe los retratos
fotográficos tomados a los artistas plásticos finiseculares y publicados en periódicos ilustrados,
marcando diferencias entre ellos, tales como las que se dan entre aquellos se dedican a al campo
del arte, como es el caso de Ernesto de la Cárcova, y aquellos otros con una carrera más variada,
como es el caso de Martín Malharro:
“En el caso particular de Malharro, éste aparece con delantal, detrás de un atril, mirando
fija y seriamente a la cámara. Sobresalen sus tupidos bigotes, que se convertirán en una
de sus marcas distintivas, mientras su gesto trasmite una fuerza algo adusta, opuesta a la
delicadeza de la pose elegida por de la Cárcova. De hecho, el epígrafe de la foto destacaba
que: “Malharro emigró de Buenos Aires, librado a su propio esfuerzo, sin subvenciones
de ningún género, ni otra fuerza monetaria propia que los francos justos para vivir el
primer día.” (Baldasarre, 2009: 54)
84 Esta cita, proveniente de “La bohemia literaria” (en: La vida de nuestro pueblo Una historia de hombres, cosas, trabajos, lugares, Buenos Aires, Centro Editor de América Latina, 1981) ha sido retomada por Eduardo Romano (2004: 170) en Revolución en la lectura.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
116
En esta imagen de artista profesional que destaca Baldasarre, se inscriben muchas de las
narraciones biográficas de este artista que se forjó a sí mismo, sin las ventajas de los artistas
adinerados que destaca, además, que la foto enviada lo muestra en su taller parisino, dando
cuenta de se podían subvencionar su trabajo con dineros familiares o con subvenciones de
distintas procedencias (privadas o estatales) facilitadas por la pertenencia a una red familiar
acomodada. Sin embargo, la mención de su trabajo ligado a los medios es muy escasa,
destacando aquellas participaciones más destacadas y prestigiosas a partir de su regreso al país
en 1901, ya como artista consagrado, como las realizadas en los suplementos ilustrados de La
Nación o en la revista anarquista Martín Fierro, dirigida por Alberto Ghiraldo entre 1904 y 1905.
Poco hemos encontrado respecto a sus años como ilustrador y cronista gráfico de La Nación
entre 1894 y 1895, antes de partir a Europa con una beca de estudio:
“En 1895 logró concretar un viaje de estudio a París –considerado imprescindible por
entonces para los artistas locales- a pesar de sus dificultades económicas, manteniéndose
en aquella ciudad gracias a su oficio como ilustrador, oficio que además encuentra
valorado allí como expresión artística: “Aquí la ilustración está considerada como arte y
no desdeñan los mejores maestros en abandonar por momentos los pinceles, para tomar
el buril, la pluma o el lápiz litografía” (Welti, 2011: 1).
En el mismo sentido Baldasarre agrega:
” Por su parte, un artista que había viajado sin financiamiento estatal como Martín
Malharro también elige representarse en su taller parisino repleto no sólo de yesos y
bocetos sino de cuadros terminados. La imagen había sido enviada por el propio Malharro
a su amigo el escritor Grandmontagne desde París, a manera de un recuerdo afectuoso,
pero también para hacer patente la labor realizada en el Viejo Mundo.” (Baldasarre, 2009,
pág. 52)
Es interesante destacar esta imagen del artista ya no como bohemio sino como alguien que lleva
adelante un trabajo esforzado, manual, que pone a muchos de estos artistas como Clérici o
Malharro en una mirada más afín con la actividad desarrollada por los gráficos. No es casual,
entonces, que Malharro haya navegado por ambas aguas a lo largo de toda su carrera. Este
artista, que va a ser conocido por ser el que introdujo el estilo impresionista en Argentina,
también estuvo a cargo de la Inspección Técnica de Dibujo del Consejo Nacional de Educación
(en adelante CNE) entre 1904 y 1909, por su aporte a la enseñanza del dibujo85 .
85 La defensa del “método natural” en detrimento del “método geométrico”, a la que le dedicó numerosos escritos, le va a valer tanto elogios como críticas en el contexto de su época, fue uno de los factores decisivos de su alejamiento del cargo en 1908. Para un estudio detallado del paso de Malharro por la Inspección Técnica de Dibujo, Cfr. Welti, 2011.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
117
Hacia el final de su artículo y más allá de las diferencias entre los casos descriptos, Baldasarre
concluye con una visión de conjunto:
“De los gentlemans y damas decimonónicos, pasando por algunos casos que tratan de
escapar a estas representaciones distinguidas acercándose al artista bohemio u obrero, la
recurrencia con que las fotografías de pintores y escultores aparecen en la prensa
ilustrada de comienzos del siglo XX es un síntoma visible de este camino, no sin retroceso,
en pos de la profesionalización de la actividad artística en nuestro país. Pero estas
imágenes no son sólo eso. De modo recíproco, las propias fotografías contribuyen, a partir
de su presencia, a dar entidad y a hacer perceptibles las fórmulas viables de ser artista,
que en mayor o menor medida debían tener algo de elegante, burgués, mundano,
sofisticado, culto y moderno.” (Baldasarre, 2009: 76)
A medida en que aumentaban las publicaciones ilustradas, y que en Buenos Aires se conformaba
un mercado no sólo artístico sino de materiales impresos ilustrados, se modificaba tanto el
tamaño del público lector como a sus competencias lectoras.
“La prensa ilustrada, que no contaba en un principio más que con dos o tres
representantes destinados a la caricatura política, aumenta paulatinamente en calidad y
número (…) Hasta los mismos diarios no vacilan ya en intercalar, en sus columnas,
grabados que no siempre satisfacen los deseos de un público cada vez más exigente.”
(Anuario de la prensa argentina, 1896)86
Lo novedoso no era, entonces, la utilización de la imagen, sino el alcance de los formatos
masivos, y entre ellos, los ilustrados.
Por otra parte, el trabajo de dibujante y grabador había demandado de parte de muchos de sus
protagonistas, un entrenamiento arduo, tanto en términos de destreza artística como técnica.
En nuestro país, la formación de artistas plásticos, hasta 1876 con la creación de la Sociedad de
Estímulo de Bellas Artes, se había desarrollado de manera desarticulada, en función de
desarrollos individuales de artistas plásticos. Según Rodrigo Gutiérrez Viñuales:
“A lo largo del siglo XIX el panorama de las artes en nuestro país se caracterizó por los
esfuerzos individuales, y en general aislados, de contados artistas, a pesar de la existencia
de ciertas unidades temáticas. Los pintores que desarrollaron labores artísticas y docentes
en Buenos Aires durante este período fueron extranjeros en su mayoría y los pocos nativos
que lo hicieron, siguieron los lineamientos marcados por estos precursores.
Al igual que en el resto de América, fue importante en nuestra evolución plástica el trabajo de artistas viajeros en las ciudades y el campo argentinos. Dibujos, acuarelas, litografías, grabados y óleos, impregnados del romanticismo y del gusto por lo exótico de
86 Artículo sin firma publicado en el Anuario de la Prensa Argentina de 1896, titulado “Nuevos rumbos del periodismo”. Reproducido en Romano, 2004.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
118
moda en Europa, nos permiten hoy una reconstrucción iconográfica de la urbe y del paisaje rioplatense y la recuperación visual de numerosas costumbres del habitante de nuestra tierra durante el siglo pasado, que de otra manera se hubieran perdido” (Gutiérrez Viñuales, 2003: 9-10).
La Sociedad de Estímulo a las Bellas Artes marca un punto de inflexión en relación con la
posibilidad de estructurar un espacio de desarrollo y enseñanza en cuyo marco se crea la Escuela
libre de Bellas Artes que luego se traduciría en la Academia de Bellas Artes, fundada en 1905. En
esta Institución se formará, entre otros, Martín Malharro.
El mercado del arte había encontrado una época de grandes ventas en la década de 1880, aunque
la mayoría de la oferta plástica había sido traída desde Europa y por lo tanto no había favorecido
directamente a los artistas locales. Según Roberto Amigo (2006: 18):
“La sobreproducción artística europea obligó a buscar nuevas bocas de expendio para los
talleres de Madrid, Sevilla, París y Roma: la joven riqueza de Buenos Aires la convirtió en
una opción, aunque poco legitimadora, desde el punto de vista artístico”. Rápidamente el
mercado local se vio inundado por los “sobrantes de talleres”, generándose una caída
drástica en las ventas hacia finales de esta década. “La crisis del noventa cerró el comercio
del arte, su regreso hacia mediados de la década se realizó en un contexto diverso: agentes
y galerías profesionales, acción de asociaciones culturales y del Museo Nacional de Bellas
Artes. Antes de ello, la sensación dominante era que nada había quedado de aquella fiesta
de los ochenta.” (Amigo, 2006:19).
Esta situación llevó a revisar y debatir el concepto de arte nacional, al mismo tiempo que se
comenzaron a imaginar nuevas formas de fomento de la actividad. Esta discusión sobre lo
nacional fue llevada a cabo, paradójicamente, por un grupo de artistas mayoritariamente
inmigrantes:
“A grandes rasgos el caudal humano de plásticos españoles llegados a Buenos Aires no
difiere en esencia de los inmigrantes de otras procedencias. Y es que durante el arco
cronológico analizado (1880-1890, N.A.) acudieron a la capital del Plata artistas de todas
las procedencias nacionales, alentados por el proceso de engrandecimiento económico y
cultural de la ciudad. Franceses, italianos y españoles fueron en definitiva quienes
suplieron al principio la escasez de arte argentino para hacer frente a necesidades
suntuarias requeridas por una sociedad en ascenso, sentando las bases para la creación
de una auténtica escuela nacional de caracteres originales.” (Fernández García, 1997: 53)
En ese contexto, la creación de El Ateneo, en 1893, generaría numerosas muestras y exposiciones
que contribuyeron al desarrollo del mercado local del arte y de un arte local.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
119
Entre los integrantes de este grupo convocado por Carlos Guido Spano se encuentran Ángel
Della Valle, Eduardo Schiaffino, Eduardo Sívori y Augusto Ballerini. Este último será uno de los
ilustradores del diario La Nación entre 1895 (año en el que vende su primer cuadro al Museo
Nacional de Bellas Artes) y 1897.
La “Segunda exposición anual” del Salón de Pinturas y Dibujo, organizada por Eduardo
Schiaffino, fue publicitada en el diario La Nación el 3 de noviembre de 1894 a página completa
con numerosas reproducciones de las obras expuestas. Cómo indica Gutiérrez Viñuales (2003:
89):
“El 3 de noviembre del año siguiente, y luego de la exposición póstuma de Graciano
Mendilaharzu abierta el 26 de septiembre, fue inaugurada la segunda muestra anual de
El Ateneo, ya bajo la presidencia de Carlos Vega Belgrano quien había reemplazado a
Calixto Oyuela en la dirección de la institución. En la exposición se destacaron obras como
"Las guachitas", cuadro de corte costumbrista realizado por Eduardo Sívori, "La vuelta
del malón" de Angel Della Valle, el "Corsario la Argentina" de Martín Malharro y "Sin pan
y sin trabajo" de Ernesto de la Cárcova.
La exposición tuvo mayor eco que la anterior en lo que a prensa se refiere y los principales
diarios le dedicaron amplio espacio. La nota de la muestra fue, a diferencia de la primera
exposición, la casi nula afluencia de artistas extranjeros quienes comprendiendo los
propósitos nacionalistas de la misma optaron por fundar paralelamente una sociedad
rival llamada "La Colmena Artística"87 que, a pesar de haber organizado algunas
exhibiciones, no llegó a tener influencia decisiva en la evolución del arte argentino que se
estaba gestando.”88
Según Roberto Amigo (2006: 20), La Colmena Artística tuvo “dos rasgos que le otorgan
particularidad en el panorama artístico de fines del siglo XIX: el predominio de artistas
inmigrantes entre sus miembros y el inicial carácter humorístico de sus actividades”. De allí que
era El Correo Español la publicación que expresaba empatía con La Colmena. Algunos de los
más conocidos fueron Eduardo Sojo, Cao, Stein y Manuel Mayol, y según este autor “Aunque
siempre se recuerde lo realizado en los medios gráficos, los dibujantes españoles subsistían
87 Este grupo se constituye en torno a las reuniones denominadas “la cafetera” convocadas por el español José
Bouchet, e integrado además por Luis Pardo, Carlos Santa Fe, Pablo Manzano, Joaquín Vaamonte (SIC), Emilio
Cantillón y Enrique Coll (Fernández García, 1997: 65). El nombre Vaamonte, que ha sido reproducido en varios libros,
es un error. El nombre correcto es Joaquín Vaamonde, fallecido muy tempranamente (en 1900, a los veintinueve
años, de tuberculosis). En 1903, se publica por entregas en la revista La Lectura, una novela de Emilia Pardo Bazán,
titulada La Quimera, en la que lo representa –bajo el seudónimo de Silvio Lago, como la encarnación del artista
bohemio enceguecido por la aspiración de gran artista, dispuesto a poner su propia vida en segunda prioridad con tal
de lograr una dedicación absoluta a sus sueños de artista. Sin embargo, el grupo no necesariamente expresaba
posiciones bohemias, y poseía abundantes conexiones con sectores acomodados. 88 En un trabajo posterior muy similar del mismo autor Gutiérrez Viñuales, 2004: 4, aclara que la referencia a la poca
influencia de La Colmena Artística es una afirmación “al decir de Schiaffino”, es decir, una afirmación de parte
interesada, que sin embargo tiene algo de verdad, pues en tanto “El Ateneo” favoreció la constitución de sus
integrantes como grupo consagrado en el ámbito artístico, “La Colmena” ofició mucho más como espacio de
protección del acceso al trabajo.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
120
realizando tareas del más diverso tipo”, tales como viñetas y caricaturas para diarios y revistas,
trabajos litográficos, ilustraciones para libros, panneaux decorativos, telones de teatro, etc.
Uno de los eventos más difundidos de este grupo ha sido la “Exposición humorística” llevada a
cabo el 17 de mayo de 1896. Según Fernández García:
“…lo de salón de humoristas se convirtió casi en un título, puesto que al menos las piezas
al óleo eran en realidad obras sin ningún viso de comicidad. Entendemos, pues, que en
este primer salón de humoristas de Buenos Aires fue un pretexto para una exposición
comunitaria del grupo conformado por los miembros de La Colmena Artística, unidos por
una honda amistad y, en su mayoría, por su labor de irónicos críticos en la prensa
porteña”. (Fernández García, 1997, pág. 68).
Entre los que integraban este grupo se encontraba Enrique Coll (hermano del grabador Emilio
Coll), quien dirigió El Cascabel. Semanario Festivo Ilustrado (El Cascabel, 2016). En este
periódico participaron ilustradores como Emilio Caraffa, Ángel De la Valle, Demócrito II (José
María Cao), Arturo Eusevi, Francesc Fortuny, Martín Malharro, Nicolau Cotanda, Joaquín
Vaamonde y otros, entre 1891 y 1892.
Esta publicación se imprimía, al igual que El almanaque gallego, donde también participan
Ortega y Cao (1898), en los talleres de Emilio A. Coll y Cía. Taller de grabados, librería y
papelería, el cual “tradujo” grabados tanto para La Prensa como para La Nación.
El almanaque ilustrado es uno de los formatos que combina la palabra y la imagen (grabado y/o
fotograbado), y cuya proliferación contribuyó a la profesionalización de los ilustradores. En las
décadas de 70, 80 y 90 se multiplicaron en Buenos Aires, y entre otros se publicaron el
Almanaque Sudamericano (1876) y el Almanaque Gallego (1898). Como señala Ana Mosqueda,
retomando a Alejandro Parada “…en las primeras décadas del siglo XX, y sobre todo durante el
Centenario, el almanaque tuvo una gran aceptación, en especial por parte del público porteño;
circulaba en grandes cantidades y era consultado constantemente por una amplia población de
lectores, tanto cultos como iletrados, en versiones más o menos cuidadas.”89
Eduardo Romano señala, en relación a la aparición de éste y otros nuevos formatos
masivos que:
“… los almanaques en un principio y poco después los semanarios ilustrados determinan
un nuevo régimen de lectura, sobre todo a partir de la década del noventa, por su fundante
conjunción de lo ícono-verbal, simultánea de lo que sucede con el cartel publicitario, las
89 Mosqueda, A. (2012) “Condiciones de producción, formas y contenidos de los almanaques porteños en las primeras
décadas del siglo XX” (en línea). Primer Coloquio Argentino de Estudios sobre el Libro y la Edición, 31 de octubre, 1
y 2 de noviembre de 2012, La Plata, Argentina. En: Memoria Académica. Disponible en
http://memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.1942/ev.1942.pdf
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
121
historietas o el cine, y anticipatoria de otros procesos comunicativos posteriores”
(Romano, 2004: 150)
Los nuevos formatos
El afiche, por su parte, contribuirá a los cambios notables que se producen en el paisaje visual
urbano de fines del siglo XIX y principios del XX, aunque no fue bien valorado por muchos
protagonistas del mercado local del arte, a juzgar por la opinión vertida por José Artal en el
Almanaque Peuser, en su edición de 1900:
“En su afán de hacer obra moderna, sin sujeción a arte ni estilo alguno que tenga visos de
seriedad y solidez, llevan el impresionismo y el simbolismo hasta los extremos del
ridículo.
Esa producción decadente que lucha en vano por escalar las alturas defendidas por
reputaciones bien cimentadas ha encontrado medio de exteriorizarse, enseñeoreándose
de las corrientes vulgares, callejeando sus producciones, poniéndolas al servicio de la
reclame industrial, comercial, artística y hasta pornográfica.
En el afiche han resuelto la manera de circular libremente esa producción híbrida, a favor
de la despreocupación que caracteriza a todas las masas de pueblo, que atenta solo a lo
que hiere por sorpresa su retina, viven ajenas a todo refinamiento artístico, que es
consecuencia de una cultura social y educación intelectual, patrimonio de los menos.
En este terreno el éxito ha resultado cómodo y provechoso, pues la reclame busca
constantemente el auxilio de la producción ingeniosa, como aliado indispensable para la
propagación del específico, para el anuncio del espectáculo, para portada del libro nuevo,
para la mayor difusión de toda la primicia humana de cualquier orden que ella sea” (Artal,
1900)90.
En el mismo texto Artal señala que, en España, gran parte de la producción de afiches, salvo
unas pocas excepciones, corre por cuenta de las casas litográficas y no de los artistas, como en
otros países europeos. Es de esperar que, en nuestro país, fuese considerado de manera similar:
como un arte menor, en el mejor de los casos.
La publicidad, que correrá con el mismo concepto será, desde la década del 80, una fuente de
ingresos para los ilustradores. En muchos casos, difícil de rastrear debido a que no era un campo
prestigioso y por lo tanto el dibujo grabado permanecía anónimo, la presencia de los ilustradores
en este campo se incrementa hacia fines del siglo XIX en Argentina.
El afiche, el almanaque, el aviso publicitario, y muchas formas de propaganda callejera formarán
un circuito articulado con el packaging y los diferentes formatos de publicaciones periódicas, y
aunque no de manera tan explícita, con las bellas artes. Así se evidencia en el estudio que hace
Alejandro Butera (2012) de las primeras marcas de cigarrillos en nuestro país, donde investiga
90 Reproducido en: Artundo, 2006: 60-61.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
122
en detalle -en torno a la industria del tabaco- a los protagonistas de las diferentes
manifestaciones visuales ligadas a dicho producto. Entre muchos otros datos, el autor describe
los concursos realizados, emulando el panorama europeo, para seleccionar los afiches que
ilustrarán a las marcas de cigarrillos. Según Ana María Fernández García “Tales certámenes
tuvieron el mérito de aglutinar a los artistas que trabajaban en el campo de la ilustración gráfica
en Buenos Aires, especialmente a los europeos radicados en la ciudad” (1997: 65).
En particular, nos interesa el realizado por la fábrica de cigarrillos y habanos Paris, certamen
realizado hacia comienzos del 1900 en Buenos Aires. El mismo estaba abierto exclusivamente a
artistas argentinos, y contaba con un jurado de lujo: Miguel Cané, Francisco Ayerza (fotógrafo),
Manuel Mayol, Alejandro Christophersen (arquitecto) y Enrique Casellas en calidad de
secretario. Ante la calidad y cantidad (118) de las piezas presentadas, se decidió premiar a 19
obras (casi el doble de la cifra inicial de la convocatoria. Fue publicitado en importantes medios,
entre ellos Caras y Caretas. Los afiches presentados fueron exhibidos al público y como
consecuencia del certamen se realizaron diversas publicaciones al respecto.
Es destacable la participación (y premiación) de gran parte del equipo de Caras y Caretas en
este concurso, con suerte dispar, equipo que a su vez formaba parte del grupo de ilustradores
regulares o eventuales del diario La Nación. Entre ellos Cándido Villalobos, Aurelio Giménez,
José María Cao, Ramón de Castro Rivera y Francesc Fortuny.
En ocasiones donde la publicidad alcanza niveles artísticos considerables, se acompaña la
ilustración con la firma del autor, como es el caso de las publicidades a página completa de la
tienda de Avelino Cabezas. Así, entre los ilustradores que han realizado publicidades
encontramos a Simón Hulín, Roberto von Steiger, Felipe Barrantes Abascal, H. Rusca y José
Stalleng, entre otros. Como vemos, en ocasiones destacadas, como es el caso de la Edición
Extraordinaria del diario La Nación de 1902, o en algunas piezas de gran tamaño, las
publicidades incluyen la firma de los ilustradores.
El catalán Francesc Fortuny (1865-1942), es otro de los ilustradores que colaboró regularmente
en el diario La Nación desde 1895; original de Tarragona, España, estudió dibujo y pintura en
la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, llegando a Buenos Aires en 1888,
donde trabajó como ilustrador:
“A Fortuny le cabe el honor de haber sido el primero en advertir sobre la necesidad de una
mayor fidelidad en la reconstrucción visual de la historia, para combatir de esta manera
una incipiente y desbordada proliferación de imágenes del pasado de dudosa
certidumbre. Fortuny comenzó a cuestionar algunas interpretaciones y ambientaciones
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
123
históricas, sensibilizando así a historiadores y público en general sobre lo importante que
era lograr un mayor rigor interpretativo.
No en vano Fortuny había participado en España, antes de su partida a la Argentina, de
uno de los períodos artísticos más ricos de la península en lo que a pintura de género
histórico se refiere y donde el ambiente se mostraba propicio para la discusión y el
riguroso debate sobre la validez de las reconstrucciones históricas.” (Gutiérrez Viñuales,
2003:71).
Francisco Fortuny trabajó para diversos medios además de La Nación, entre ellos las revistas
Caras y Caretas, PBT y El Cascabel. Sus trabajos de reconstrucción de escenas históricas, entre
ellos los realizados sobre la Guerra del Paraguay, marcaron un punto de inflexión en ese género,
y lo llevaron a ser ilustrador de los Manuales de Historia de la Editorial Estrada a partir de 1906:
Si antes de Fortuny lo esencial no fue tanto la reconstrucción visual del hecho histórico
como "documento", sino como herramienta operativa de un proceso pedagógico o de
formación cultural, a partir de su llegada comenzaron a cuestionarse algunas
interpretaciones y ambientaciones históricas sensibilizando a historiadores y al público
en general sobre la necesidad de un mayor rigor en las composiciones (Gutiérrez Viñuales,
2003:74-75).
Colaboró con La Nación en 1895. Allí retrató de modo detalladamente realista criminales y
escenas del crimen, pero también tragedias como el Incendio del Congreso chileno (19 de mayo
de 1895) o temas navales. La regularidad no va a estar entonces en el tema tratado, sino en el
tratamiento de ese tema, que será una narración cuasi-fotográfica de lo retratado, a deferencia
de su contemporáneo Malharro, donde prevalecía la mirada estética por sobre la realista, aun
cuando lo retratado careciera de toda belleza.
“Malharro ha suscitado vigorosamente, en su hermoso dibujo, la sencilla intención de este
libro. El rodeo argentino avanza, inmenso, culebreando desde el fondo del horizonte,
cruza La Pampa sembrada de estancias, llega, invade el espacio, desbordándose, viene
como a inundar el mundo en su tumultuoso y viviente raudal; y allá, en el centro de la
vasta serpiente ganadera, un gran sol apacible y radiante, sale, llevando en su foco el
símbolo de una industria-una mansa y ventruda lechera flamenca, ordeñada por un
tambero criollo” (Bernárdez, 1902: 7)91
Estos artistas locales debatirán respecto de la existencia de un arte nacional, e inmediatamente
después del final de nuestro período, se concretarán distintos proyectos y asociaciones creadas
en ese sentido: Sociedad Artística de Aficionados (1905), Nexus (1907) y el Salón Nacional
(1911) (Gutiérrez Viñuales, 2003: 10).
91 Bernárdez, Manuel (1907) Tambos y rodeos (Crónicas de la vida rural argentina). Buenos Aires, Argos. Citado en
Romano (2004: 173).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
124
Emiliano Marcelo Clérici señala a este período finisecular como el de la conformación del campo
artístico y en ese contexto afirma respecto del Art Nouveau:
“Es importante subrayar el vínculo existente entre este estilo y la inmigración europea en
nuestro país, ya que el mismo fue importado y su desarrollo en nuestro contexto estuvo
ligado a las comunidades extranjeras, tanto en lo referente a la producción de las
imágenes como en la comitencia de las mismas.
La catalogación de las denominadas páginas artísticas tiene por objetivo la recuperación
de aquellos artistas que desarrollaron su arte en las páginas del semanario, como los
españoles Cándido Villalobos Domínguez, Manuel Mayol Rubio, Francesc Fortuny y
Ramón de Castro Rivera y el italiano Antonio Vaccari, entre otros. Es mediante estos
ejemplos que se puede ver como se dirimieron las tensiones entre las Bellas Artes y las
artes gráficas, donde el Art Nouveau funciona como intento de unificación de ambos
polos. Es decir, son aquellos artistas quienes pendulaban entre el campo artístico y el
mundo de los medios. Caras y Caretas, y en particular sus ilustradores, participaron de la
conformación del campo artístico local desde el margen de las Bellas Artes, generando un
discurso visual y una propuesta estética adaptada a los gustos extranjeros.” (Clérici, 2013)
La trayectoria del mencionado José María Cao Luaces, nacido en Cervo -España- en 1862, es un
caso paradigmático de estos ilustradores que navegaron las aguas de la industria cultural en
pleno surgimiento. Integrante, como dijimos anteriormente, del grupo La Colmena, entre otros,
Cao trabajó de manera independiente o integrando equipos varios de trabajo. Entre sus
participaciones más destacadas cuentan “El Quijote” y “Caras y Caretas”. En menor medida se
menciona, en las numerosas biografías que podemos encontrar de este dibujante, su
participación en el diario La Nación, fundamentalmente en la dirección artística de los
suplementos en 1902 y 1903, donde podemos encontrar su firma en la mayoría de las tapas y en
otros grabados interiores. También hemos podido rastrear su participación en medios menos
famosos, como El Almanaque Gallego o El Cascabel, así como en publicidades y afiches. Si
tuviéramos que describirlo en analogía con las categorías de escritores que define Jorge Rivera
(1998), podríamos caracterizarlo como un ilustrador profesional, alguien que no sólo se vincula
al dibujo y grabado por la técnica, sino que además vive de su tarea profesional más que de la
exposición artística de su producción, la cual ha sido clasificada como brillante, aunque no
siempre bienvenida en términos políticos y hasta morales, debido a su agudeza crítica.
El caso de Henri Stein (1843-1919) podría clasificarse en esta misma categoría. Llega al país
desde Francia en 1865, egresado del curso de Arte de la Association Philotechnique de Saint-
Denis, fundada en 1861 en la misma línea de la creada en París (Polytechnique) hacia 1848, y
cuya función era dar formación a los sectores populares. Con una formación fuertemente
técnica, se inmerge en el mundo de la actividad gráfica, como dibujante, grabador, litografista,
retratista, dirigiendo y/o colaborando con numerosos medios impresos.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
125
Al igual que los escritores profesionales92, este ilustrador profesional emprendió diversas
actividades económicas sin mayor éxito, entre ellas la agricultura, la apicultura y la ebanistería,
y otras más ligadas al oficio gráfico como clases particulares de dibujo. En 1868 se incorpora a
El Mosquito como ilustrador y durante algunos períodos también como editor, y desde allí su
carrera se enfoca a las artes gráficas, llegando a ser editor propietario. Estuvo vinculado a esta
publicación hasta su cierre en 1893. Paralelamente, a principios de la década del 80 abre su
Papelería Artística a la que se dedicará hasta su muerte (Szir, 2009a; Matallana, 1999, 2010;
Judkovski, 2003).
Respecto al cierre de El Mosquito, muchos lo atribuyen a su falta de tiempo debido a otros
compromisos, tales como su Papelería Artística, y otros -entre ellos su hija Carlota- al avance de
la técnica, entre ellos la fotografía93. Lo cierto es que hacia 1894, comienza a colaborar con el
diario La Prensa, con la “Galería de los presidentes”, que se mencionan en un aviso publicado
en el último número de El Mosquito el 16 de Julio de 1893. En los siguientes años va a realizar
numerosos retratos de personas y paisajes para dicho diario, entre los cuales no se han publicado
caricaturas.
También podemos ubicar en este grupo a Ramón de Castro Rivera (1870-1929), quien además
de trabajar en el diario La Nación, ilustró Caras y Caretas y otras publicaciones conocidas, tales
como PBT, Fray Mocho, Vida Moderna, etc. Podemos notar la belleza de sus orlas -práctica en
la que se especializó y alcanzó enorme prestigio- en la Edición Extraordinaria de 1902 del diario
La Nación, donde ilustra páginas completas con dibujos inscriptos en la estética Art Nouveau y
rubricados, sin excepción, por su firma o sello.
El momento cumbre tanto de la sistematización de la presencia de imágenes como en la
profesionalización de los oficios ligados a ella, son los años transcurridos entre 1894 y 1912
(cuando la Revista Caras y Caretas tiene ya un cuerpo estable de grabadores y sobre todo
fotógrafos), pero especialmente entre 1894 y 1904, años que llevan, en cuanto al ámbito de las
artes visuales gráficas –dibujo, grabado, litografía, fotografía de prensa, fotograbado- el signo
de la profesionalización.
Es en este ámbito profesionalizado que sus integrantes potencian el uso de los recursos visuales
de la prensa diaria y reflexionan sobre sus posibilidades. Lejos de excluirse con el campo
artístico, se retroalimentan en un circuito común de exposiciones artísticas, concursos de afiches
y empaques, y publicitación de la obra artística en el mismo diario que suele contratarlos,
92 Por ejemplo, la descripción de los avatares económicos y profesionales que describe Jorge Rivera respecto de Horacio Quiroga, ilustrando esta categoría. 93 Cfr. El sitio oficial de la Galería de Arte Stein, en la siguiente dirección electrónica:
http://www.steingaleriadearte.com.ar/Genealogias.php?PHPSESSID=200dc433bf1e894c7dfdd67f5a4a5f24
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
126
prácticas muy semejantes al modo en que se entrelazan las actividades literarias y del oficio
industrial entre los escritores.
La década abordada muestra el momento de oro de los dibujantes y grabadores, que logran,
entre otras conquistas, firmar sus trabajos para la prensa. Todavía no es el momento de oro del
fotógrafo, que llegará en la década de 1910, pero ya se hacen presentes los primeros materiales
sistemáticos de fotografía, todavía dependientes de géneros y técnicas heredados del dibujo para
los cuales el dispositivo fotográfico –y la formación profesional- se hallan en desventaja técnica
en comparación con su antecesor. Si el dibujo posee un poder de síntesis conceptual
incontestable, la fotografía de prensa no posee todavía, en 1904, la identidad propia en
encuadres, temas priorizados, capacidad de captar instantes o potencial descriptivo en detalle,
aspectos que tanto la tecnología como la maestría de los fotógrafos irán resolviendo pronto.
De allí que los nuevos géneros de prensa posteriores a este período, como el deporte y el
novedoso star system deportivo local iniciado con la figura de Jorge Newbery, vendrán
asociados directamente a la fotografía sin pasar previamente por una etapa basada en el dibujo,
en tanto otros verán un rápido remplazo por la capacidad de registrar numerosos planos de un
evento en poco tiempo –que entrega a la fotografía su predominio en la nota y la crónica
ilustrada- o la capacidad de contar con registro de instantes extremadamente breves –como se
muestra en la cobertura de desfiles o de eventos bélicos.
Complementariamente, lo que más adelante habrá de llamarse diseño gráfico de prensa
comienza a configurarse. El volumen disponible, tanto de imágenes como de avisos
publicitarios, obliga a redefinir el lugar de ambos elementos en un armado de página que ya no
admite el último cuarto de un único pliego impreso como su lugar. Los recursos que
evolucionaron trabajosamente en las décadas anteriores comienzan a sistematizarse cuando la
presencia del reclame elaborado con diversos formatos de ancho y altura rompen, por su
cantidad, los límites de la columna vertical como criterio general de armado. En estos años no
sólo la publicidad obliga a pensar el armado como un plano de diseño, sino también la
exploración de formatos que han demostrado éxito en el público, como los álbumes, las
enciclopedias ilustradas y las muy novedosas revistas magazine, que diseñan tanto su tapa como
sus páginas interiores integrando texto, imagen y aviso en un todo armónico.
De este modo diversos oficios: grabadores, orladores, litógrafos, dibujantes, fotógrafos,
armadores, convergen y evolucionan en un mismo sentido, forjando entre sí otro círculo
virtuoso: junto a la demanda de los diarios se despliegan numerosas casas especializadas en
grabado, litografía o fotografía, y numerosos dibujantes y grabadores independientes, aunque
muy lejos aún de los doce mil que hallan espacio en el mercado estadounidense, que buscan
amparar sus ambiciones artísticas en oficios vinculados a la industria para sobrevivir.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
127
El gran motor de este mercado de trabajo es el reclame, donde los dibujantes, grabadores y
litógrafos hallan abundantes oportunidades de intervención, aunque con un costo doloroso en
términos de prestigio en el campo artístico, que muchas veces los obliga a optar por hacerlo sin
firma.
La creciente mundialización del mercado gráfico llevó en este período a emular experiencias
exitosas en un país y a una adopción muy acelerada de los modelos exitosos en cualquier ramo,
fuese éste el de novelas por entregas independientes del diario o revista (como La Novela
Semanal, cuyo éxito en España había sido contundente), el de la reproducción de imágenes de
alta calidad (La Ilustración Sudamericana, Buenos Aires Ilustrado), el de los diarios con
reproducción cotidiana de imágenes y géneros periodísticos que mostraban éxito en el mercado
a partir de exploraciones comerciales (como la búsqueda de imágenes curiosas descriptivas o
satíricas), o el de los diarios con reproducción exitosa de materiales provenientes de novedosas
prácticas externas, como la distribución de retratos por la policía, o de viñetas por organismos
científicos, de retratos por diplomáticos o compañías de teatro. En todos estos casos, el éxito de
la inclusión llevó rápidamente a las gerencias de los diarios a incorporarlos con mayor
regularidad.
En definitiva, la incorporación sistemática de la imagen se desarrolló a partir de la conformación
de un campo de oficio específico –aunque compuesto por prácticas heterogéneas (dibujo,
grabado, orlado, fotografía, armado de página, arte tipográfico)- en diálogo y tensión tanto con
el incipiente campo artístico como con las nuevas oportunidades del mercado gráfico que –como
la publicidad- permiten ampliar ingresos, pero a riesgo de dañar el propio lugar en el campo.
Paradójicamente, el triunfo posterior de la fotografía de prensa puso fin a la edad de oro del
dibujo reduciendo sus espacios, pero dejó en pie un amplio espacio de trabajo en el aviso
publicitario, la ilustración de ficción y los nuevos lenguajes expresivos como lo sería pronto el
gran heredero de la caricatura: la historieta.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
128
Bibliografía de la primera parte
ALONSO, P. (2010). Jardines Secretos, legitimaciones públicas. El partido Autonomista Nacional y la política argentina a fines del siglo XIX. Buenos Aires: Edhasa.
ALONSO, P. (1997). “En la primavera de la historia. El discurso político del roquismo de la década de 1880 a través de su prensa”. En: Boletín del Instituto de Historia Argentina y Americana Emilio Ravignani, tercera serie, N° 15. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires. AMIGO, R. (2006). “El arte español en la argentina, entre el mercado y la política”, en: El arte español en
la argentina, 1890-1960, Fundación Espigas, Buenos Aires.
ARTUNDO, P. (2006). El arte español en Argentina 1890-1960. Buenos Aires: Fundación Espigas. AUZA, N. T. (1980). Correo del domingo (1864-1868) (1879-1880). Estudio preliminar e índice general. Buenos Aires: Instituto Histórico de la Organización Nacional. AUZA, N. T. (1978). La Prensa de la Confederación. Buenos Aires: EUDEBA. BALDASARRE, M. I. (2009). “La imagen del artista. La construcción del artista profesional a través de la
prensa ilustrada”. En: MALOSETTI Costa, Laura y GENÉ, Marcela (2009) Impresiones porteñas. Imagen
y palabra en la historia cultural de Buenos Aires. Buenos Aires: Edhasa.
BERNEDO PINTO, P. y ARRIAGADA CARDINI, E. (2002). “Los Inicios de El Mercurio de Santiago en
el Epistolario de Agustín Edwards Mac Clure (1899-1905)”. Historia (Santiago) [online]. 2002, vol.35,
pp.13-33. ISSN 0717-7194. http://dx.doi.org/10.4067/S0717-71942002003500003.
BOTANA, N. (2012). El orden conservador. Edhasa, Buenos Aires (1ª. Ed. 1971).
BOSCH, B. (1949). El Colegio del Uruguay: sus orígenes. Su edad de oro. Buenos Aires: Peuser. BONTEMPO, M. P. (2012). Editorial Atlántida. Un continente de publicaciones. 1918-1936. Buenos Aires: Universidad de San Andrés. BUTERA. A. (2012). Pioneros del Tabaco. Bariloche: Edición del autor.
CLÉRICI, Emiliano Marcelo (2013). “Imágenes importadas. Páginas artísticas y Art Nouveau en Caras y Caretas (1900-1910)”. Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras. CORTÉS CONDE, R. (1976). “Tendencias en la evolución de los salarios reales en Argentina: 1880-1910. Resultados preliminares”. En: Revista Económica; vol. 22, no. 2-3. Buenos Aires: Instituto de Investigaciones Económicas. CUESTA, E. M. (2012). “Precios y salarios en Buenos Aires durante la gran expansión (1850-1914)”. En: Revista de Instituciones, Ideas y Mercados, N° 56, mayo de 2012. Buenos Aires: Instituto Universitario ESEADE.
DE MARCO, M. A. (2006). Historia del periodismo argentino. Desde los orígenes hasta el centenario de Mayo. Buenos Aires: Educa.
DE MARCO, M. A., Et Al. (1969). Orígenes de la prensa en Rosario. Santa Fe: Ediciones Colmegna. DE MARCO, M. A. (1998). Bartolomé Mitre. Buenos Aires: Planeta. DIARIO LA NACIÓN, ediciones del 31 de diciembre de 1889, del 20 de junio de 1899, 1° de enero de 1904.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
129
EL CASCABEL. Reproducción facsimilar digitalizada por la University of Illinois at Urbana-Champaign. Library. En el marco del proyecto de preservación de Periódicos de América Latina. URL: https://archive.org/details/3649749_1 FERNÁNDEZ GARCÍA, A. M. (1997). Arte y emigración: la pintura española en Buenos Aires (1880-1930). Oviedo: Universidad de Oviedo y Universidad de Buenos Aires. GARCÍA MELLID, Atilio (1964). Proceso a los falsificadores de la Historia del Paraguay. T. I y II. Theoría, Biblioteca de estudios históricos, Buenos Aires. GARCÍA SORIANO, Manuel (1971). El periodismo tucumano. 1817-1900. Universidad Nacional de Tucumán, Tucumán. GERCHUNOFF, P., ROCCHI F. y ROSSI, G. (2008). Desorden y progreso: las crisis económicas argentinas, 1870-1905. Buenos Aires: Edhasa.
Grupo HISNECOM (2015). “El sensacionalismo como estrategia y recurso: Delimitaciones conceptuales para un estudio comparado”. En: Actas del XIV Congreso Internacional de la Asociación de Historiadores de la Comunicación, Valladolid, 27 y 28 de septiembre de 2015.
GUTIÉRREZ VIÑUALES, R. (2003). Síntesis histórica del arte en la Argentina (1776-1930). Buenos
Aires: Ediciones Sur.
GUTIÉRREZ VIÑUALES, R. (2004). “Exposiciones históricas en la Argentina I: Las muestras del Ateneo
(1893-1897)”. En: Cuadernos de Arte de la Universidad de Granada, Granada, Nº 35, 2004, pp. 125-132. http://www.steingaleriadearte.com.ar/Genealogias.php?PHPSESSID=200dc433bf1e894c7dfdd67f5a4a5f24 Sitio oficial de la Galería de Arte Stein. Buenos Aires, consulta marzo de 2016. HALPERÍN DONGHI, T. (1985). José Hernández y sus mundos. Buenos Aires: Editorial Sudamericana - Instituto Torcuato Di Tella (Colección Historia y Sociedad).
HERRERA VEGAS, J. H. (2002). Bernardo de Irigoyen. Buenos Aires: Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales. HORTELANO, B. (1936). Memorias. Madrid: Espasa Calpe.
JUDKOVSKI, J. (2003). Buenos Aires, fervor y…tango: una historia con judíos. Buenos Aires: Fundación IWO.
LAGUNA PLATERO, A. (2015). “Eduardo Sojo, el quijote de la caricatura”. En: IC Revista Científica de Información y Comunicación. Sevilla: Departamento de Periodismo, Universidad de Sevilla.
LA NACIÓN (1970). La Nación, un siglo en sus columnas. Buenos Aires.
LEROSE, A. y MONTMASSON, L. (1913). Guía periodística argentina. Buenos Aires: Lerose & Montmasson.
MALOSETTI COSTA, L. Y GENÉ, M. (Comp.) (2009). Impresiones porteñas. Imagen y palabra en la historia cultural de Buenos Aires. Buenos Aires: Edhasa.
MARENGO, R. (1991). “Estructuración y consolidación del poder normalizador: el Consejo Nacional de Educación” en Puiggrós, A. (1991) Sociedad civil y Estado en los orígenes del sistema educativo argentino. Galerna, Buenos Aires. MATALLANA, A. (1999). Humor y Política. Un estudio comparativo de tres publicaciones de humor político. Buenos Aires: Eudeba.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
130
MATALLANA, A. (2010). Imágenes y representación. Ensayos desde la historia argentina. Buenos Aires: * aurelia rivera libros. MAYOCHI, E. M. (1977). El periodismo porteño durante la época de Nicolás Avellaneda. Buenos Aires: Academia Nacional de la Historia. MAYOCHI, E. M. (2007). Carlos Pellegrini periodista. Buenos Aires: Academia Nacional de Periodismo.
MITRE, A. (1943). Mitre Periodista. Buenos Aires: Museo Mitre.
MOYANO, J. (1996). Prensa y Modernidad. Paraná: CEPCE – UNER. MOYANO, J. (2015). “Tres modelos en la construcción estatal de la prensa periódica argentina”. En: Revista Improntas de la historia y la comunicación N° 1, noviembre de 2015. La Plata: Universidad Nacional de La Plata. http://perio.unlp.edu.ar/ojs/index.php/improntas/index
MOYANO, J. Y OJEDA, A. (1999). “Análisis semiótico de la prensa como fuente de investigación histórica. Estudio de caso: 1801-1880)”. En: Revista Ciencia, Docencia y Tecnología N° 19, diciembre de 1999, Paraná: Universidad Nacional de Entre Ríos.
MOYANO, J. Y OJEDA, A. (2003). “La Revista del Paraná y la formación de un campo intelectual autónomo en Argentina”. En: Patria de Luz, T. VI, Paraná: UNER.
MOYANO J. Y OJEDA, A. (2015). “Del Estado al mercado. El periodismo mitrista en la modernización de
la prensa argentina (1862-1904)”. En: PINEDA, Adriana, y GANTÚS, Fausta (Comp.): Recorridos desde la
prensa moderna a la prensa actual. Querétaro: Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo/Red de
Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica, Universidad Autónoma de Querétaro.
NAVARRO VIOLA, M. (1897). Anuario de la Prensa Argentina 1896. Buenos Aires: Imprenta Coni.
OJEDA, A. (2010). De la arenga faccional al reclame comercial: lenguajes y relaciones en el periodismo moderno argentino. El caso del diario La Nación. Buenos Aires. Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, Seminario de Comunicación Visual Aplicada.
OJEDA, A. (2017). “La incorporación sistemática de la imagen visual a la prensa diaria argentina. El caso paradigmático del diario La Nación entre 1894 y 1904”. Tesis. La Plata: Doctorado en Comunicación, Universidad Nacional de La Plata.
OJEDA, A. (1999). “Del caos al orden en la página de un periódico”. En: Revista “Ciencia, Docencia y Tecnología” N° 18. Paraná: Universidad Nacional de Entre Ríos. OJEDA, A. (2010). “Del reclame a la Publicidad. La transición hacia la modernidad publicitaria en la prensa periódica argentina entre 1862 y 1885”. En: Revista Pensar la Publicidad. Revista internacional de Investigaciones Publicitarias. Valladolid: Publicaciones Universidad Complutense de Madrid y Universidad de Valladolid. Año 2010, N° 2. Ojeda, Moyano y equipo (2019). “El sensacionalismo en tiempos de industrialización de la prensa periódica argentina”. En: Laguna Platero, Antonio, Martínez Gallego, Francesc-Andreu y Equipo (2019): Orígenes y consolidación del sensacionalismo periodístico en Iberoamérica: México, Argentina y Costa Rica. Madrid: Fragua. PARADA, A. (2000). “Lecturas y lectores en el Buenos Aires del Centenario. La cultura impresa en la vida cotidiana”. En: LEIVA, Alberto D. (coord.) Los días del Centenario de Mayo. Tomo I, San Isidro: Academia de Ciencias y Artes de San Isidro, pág. 279 a 281.
PINEDA SOTO, A. Y GANTÚS, F. (2013). “Los periódicos oficiales: otro legado de la prensa mexicana en el siglo XIX”. En: Pineda, Adriana, y Gantús, Fausta (Comp.): Miradas y acercamientos a la prensa
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
131
decimonónica. México, Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo/Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica. PINEDA SOTO, A. Et Al. (2016). Los periódicos oficiales en México. Doce recuentos históricos. México: Senado de la República y Red de Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica. PRIETO, A. (1988). El Discurso Criollista en la Formación de la Argentina Moderna. Buenos Aires: Sudamericana. PUIGRÓS, A. (2003). Qué pasó en la educación. Desde la conquista hasta el presente. Buenos Aires: Galerna. RIVERA, J. B. (1968). Eduardo Gutiérrez. El folletín. Buenos Aires: Centro Editor de América Latina, Colección Capítulo, La historia de la literatura argentina. RIVERA, J. B.: (1990). "De la facción al folletín. 1860: el periodismo argentino busca nuevos lenguajes". En: Clarín. Suplemento Cultura y Nación del 23 de agosto, Buenos Aires. RIVERA, J. B. (1994). Postales electrónicas. Buenos Aires: Atuel. RIVERA, J. B. (1998). El Escritor y la Industria Cultural. Buenos Aires: Atuel. REVISTA CARAS Y CARETAS, ediciones del 22 de febrero de 1902, 11 de junio de 1910 y 11 de enero de 1936 (N° 1945). Buenos Aires.
ROGERS, G. (2005). “Transformaciones y relevos en el campo periodístico argentino de cambio de siglo (XIX-XX): de Don Quijote a Caras y Caretas”. En: Revista Orbis Tertius, 2005, 10 (11). La Plata: Universidad Nacional de La Plata.
ROMÁN, C. (2005). Papel picado: palabras e imágenes en la prensa satírica del siglo XIX. Buenos Aires: Publicación de la Universidad de Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras. ROMÁN, C. (2010). “La prensa satírica argentina del siglo XIX: palabras e imágenes”. Buenos Aires: Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. Tesis. Román, C. (2011). “De la sátira impresa a la prensa satírica. Hojas sueltas, caricaturas y periódicos en la configuración de un imaginario político para el Río de la Plata (1779-1834)”. En: Estudios. Revista de Investigaciones Literarias y culturales, Departamento de Lengua y Literatura y de la Coordinación del Postgrado en Literatura de la Universidad Simón Bolívar, 36, Caracas, 2011. Caracas. Román, C. (2013). “Don Quijote (1884-1902): la prensa satírica, entre el público y el pueblo”. Seminario Medios, Historia y Sociedad 2013 Red de Historia de los Medios (REHIME), Instituto Gino Germani, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, abril de 2013.
ROMANO, E. (2004). Revolución en la lectura. El discurso periodístico-literario de las primeras revistas ilustradas rioplatenses. Buenos Aires: Catálogos.
RUIZ DE LUQUE, F. J. (1942): Un argentino ilustre: José C. Paz. Buenos Aires: Establecimientos gráficos Esmeralda.
RUIZ MORENO, I. J. (1981): "Entre Ríos y Buenos Aires a la caída de la Confederación". En: Revista Histórica, Tomo IV, N°8, Instituto Histórico de la Organización Nacional, Buenos Aires, enero-junio de 1981.
SAITTA, S. (2013). Regueros de Tinta. El diario “Crítica” en la década de 1920. Buenos Aires: Siglo XXI.
SCOBIE J. (1964). La Lucha por la Consolidación de la Nacionalidad Argentina. 1852-1862. Buenos Aires. Hachette.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
132
SCOBIE, J. (1968). Revolución en las Pampas. Historia social del trigo Argentino 1860-1910. Buenos Aires: Solar/Hachette.
SIDICARO, R. (1993). La política vista desde arriba: las ideas del diario La Nación 1909-1989. Buenos
Aires: Sudamericana.
SZIR, S. (2009a). “De la cultura impresa a la cultura de lo visible. Las publicaciones periódicas ilustradas
en Buenos Aires en el Siglo XIX”. En: GARABEDIAN, Marcelo Et Al. Prensa Argentina siglo XIX:
imágenes, textos y contextos. Buenos Aires: Teseo.
SZIR, S. (2009b). “Entre el arte y la cultura masiva: Las ilustraciones de la ficción literaria en Caras y Caretas (1898-1908)”. En: MALOSETTI COSTA, L. y GENÉ, M. (Comp.) (2009). Impresiones porteñas. Imagen y palabra en la historia cultural de Buenos Aires. Buenos Aires: Edhasa.
SZIR, S. (2011). “Discursos, prácticas y formas culturales de lo visual. Buenos Aires, 1880-1910”. En:
BALDASARRE, María Isabel y DOLINKO, Silvia (2011) Travesías de la imagen. Historias de las artes
visuales en la Argentina. Buenos Aires: Caia – EDUNTREF.
SZIR, S. (2013). “Reporte documental, régimen visual y fotoperiodismo. La ilustración de noticias en la
prensa periódica en Buenos Aires (1850-1910)”. En: Caiana. Revista de Historia del Arte y Cultura Visual
del Centro Argentino de Investigadores de Arte (CAIA). No 3. Buenos Aires.
http://caiana.caia.org.ar/template/caiana.php?pag=articles/article_2.php&obj=121&vol=3
TELL, V. (2009). “Reproducción fotográfica e impresión fotomecánica: materialidad y apropiación de
imágenes a fines del siglo XIX”, en MALOSETTI COSTA, Laura y GENÉ, Marcela (Comp.),
Impresiones porteñas. Imagen y palabra en la historia cultural. Buenos Aires: Edhasa, pp. 141-164.
THE DAILY GRAPHICS N° 2164, 4 de marzo de 1880.
UGARTECHE, F. de (1929). La imprenta argentina: sus orígenes y desarrollo. Buenos Aires: Talleres gráficos R. Canals. VALENZUELA, D. (2002). “En camino de la empresa periodística. El caso del diario “La Prensa” durante
la década de 1970”. Buenos Aires: Universidad Torcuato di Tella (Tesis).
VÁZQUEZ, A. S. (1970). Periódicos y periodistas de Entre Ríos. Paraná, Gobierno de la Provincia de Entre
Ríos.
WELTI, M. E. (2011). “Martín Malharro y la Enseñanza del Dibujo en la Escuela Primaria Argentina (1904
– 1909)”. Rosario: Escuela de Ciencias de la Educación, Facultad de Humanidades y Artes - Universidad
Nacional de Rosario.
REPOSITORIOS CONSULTADOS: Biblioteca Nacional (Buenos Aires); Biblioteca del Congreso de la
Nación (Buenos Aires); Biblioteca Nacional de Maestros (Buenos Aires); Biblioteca de la Universidad
Nacional de La Plata (La Plata); Biblioteca de la Universidad Nacional de Córdoba (Córdoba, Argentina);
Hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional de España; hemeroteca digital Anáforas
(http://anaforas.fic.edu.uy), Universidad de la República (Uruguay).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
133
SEGUNDA PARTE:
Caminos de letras
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
134
PREFACIO A LA SEGUNDA PARTE
Pablo Maas
Transcurrido casi un cuarto de siglo desde la digitalización de los diarios impresos, la industria
periodística continúa sumida en la peor crisis económica de su larga historia y sin encontrar aun
un modelo de negocios viable ante el desafío de los gigantes de Internet, como Google y
Facebook, que se han quedado con su fuente de recursos primordial: la publicidad.
Los anunciantes migran a las redes sociales y los motores de búsqueda, los nuevos medios no
periodísticos hacia los que crecientemente dirigen su atención las audiencias y en las cuales
prefieren informarse y entretenerse. La circulación de los periódicos en Estados Unidos tocó en
2018 su punto más bajo desde 1940. La circulación total (impresa y digital combinadas) ha sido
estimada en 28,6 millones para los días de semana y 31 millones para los domingos. Estos
números representan caídas del 8 y 9% respectivamente con respecto al año precedente94. Los
ligeros aumentos en la circulación digital de los diarios no alcanzaron a revertir la caída en las
cifras totales. La publicidad digital, que ya alcanza a un tercio del total facturado por la industria
periodística estadounidense, tampoco alcanza a compensar la caída en los ingresos publicitarios
del papel. El número de periodistas empleados en las redacciones se desplomó 47% entre 2008
y 2018, según el Pew Research Center.
En la Argentina, el cuadro no es menos dramático. La circulación de los diarios generalistas en
las principales ciudades del país cayó a la mitad durante la década 2009-2019, muestran datos
del Instituto Verificador de Circulaciones (IVC). En la medida en que los diarios redujeron sus
tiradas y achicaron el número de sus páginas, suplementos y otros productos editoriales,
también se redujeron las dotaciones. Entre 2017 y 2018, el Foro de Periodismo Argentino
(FOPEA) registró 1.800 puestos de trabajo perdidos en la prensa argentina. Estos se suman a
los 1.500 eliminados durante 2015-2016. La participación de la prensa escrita en la torta
publicitaria disminuyó en 2019 al 15%, menos de la mitad de lo que representaba 10 años antes.
La publicidad digital avanzó en el mismo período hasta representar la cuarta parte del total,
apenas por debajo de la TV (29%), según la agencia de publicidad Havas.
El escenario para la prensa gráfica al terminar la segunda década del siglo luce desolador. Según
Françoise Benhamou, una de las más reconocidas economistas especializadas en medios de
comunicación, “los diarios se ven encerrados en un círculo vicioso: frente a la caída de las
94 Pew Research Center. State of the News Media 2018. https://www.pewresearch.org/fact-tank/2019/07/23/key-takeaways-state-of-the-news-media-2018/
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
135
ganancias comprimen las redacciones; la crisis económica produce una crisis de calidad y la baja
de calidad espanta al público lector”.95 La mayor parte de los diarios se ven de este modo
atrapados entre un experimento digital que sigue sin rendir los frutos esperados y un mercado
en declinación para sus productos impresos.
Así lo admite el mayor grupo de medios de comunicación de la Argentina: “El complejo proceso
de reconversión y convergencia de la industria de medios y comunicaciones continúa obligando
a las empresas a repensar sus modelos de negocios para adaptarse a la era digital y a los cambios
de consumo derivados de las nuevas tecnologías. A su vez, la sostenida migración de la
publicidad al entorno digital continúa concentrándose en pocos jugadores de alcance global
como Facebook, Google y Amazon”.96
No se trata de que los diarios hayan llegado tarde al mundo digital. Contra lo que podría
suponerse, los medios argentinos ingresaron tempranamente a la Web. La Nación fue el primer
diario de circulación nacional en tener su edición online en diciembre de 1995, seguido a los
pocos meses por su principal competidor, Clarín. Esto ocurrió solo dos años después de la
aparición en Estados Unidos de uno de los primeros navegadores de la Web, Mosaic, y en
momentos que la penetración de Internet en la Argentina se limitaba a algunos miles de accesos
por vía telefónica (dial-up). La industria evaluó entonces correctamente la importancia
estratégica de la digitalización como forma de mantener y, eventualmente expandir, su histórico
dominio sobre las audiencias y la publicidad.
¿Qué salió mal? ¿Por qué, a 25 años de aquellos desembarcos pioneros en las tecnologías
digitales, cuando Google y Facebook todavía no existían (recién aparecerán en 1998 y 2004), la
industria periodística continúa encerrada en el círculo vicioso que describen Benhamou y otros
expertos? Es una pregunta que aún no ha encontrado respuesta, pero la buena noticia es que
algunas investigaciones comienzan a iluminar la escena. Este libro es una de ellas.
En Caminos de letras: los periodistas en la transición desde la máquina de escribir al trabajo
digital. El caso del diario La Nación (1995-2013), Rubén Levenberg Investiga la “cocina” del
periodismo, la etapa redaccional, a partir de la transformación del modelo profesional del
periodista para adaptarse a los cambios tecnológicos. Este foco en la cocina, la redacción, la
“fábrica de noticias” de la empresa informativa, es lo que hace a esta investigación sumamente
95 Françoise Benhamou. El Libro en la era digital. Papel, pantallas y otras derivas. Paidós, Buenos Aires (2015). 96 Grupo Clarín. Memoria y Estados Contables consolidados para el ejercicio finalizado el 31 de diciembre de 2018.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
136
relevante y crucial (como veremos más adelante) en la búsqueda de respuestas a la crisis
económica de los grandes diarios generalistas, como es el caso de La Nación.
A lo largo de sus ¡150 años! de historia, leemos en Caminos de letras, La Nación incorporará
numerosas innovaciones tecnológicas a su proceso de producción, que multiplicarán la
productividad – y la rentabilidad – de la empresa editora. Comenzando por la incorporación de
máquinas impresoras rotativas a fines del siglo XIX y continuando en los primeros años del siglo
XX con la introducción de las linotipos – un fenómeno escasamente estudiado en la historia de
los medios – que multiplicó por cuatro la productividad de los tipógrafos, que previamente
componían los textos a mano (en cajas, por lo cual se los llamaba “cajistas”). La composición en
caliente (por el plomo fundido con el que se elaboran los tipos de imprenta) fue una tecnología
que se mantuvo durante casi 70 años hasta que fue reemplazada en la década de 1970 por la
fotocomposición mecánica, que representó un nuevo salto de productividad y ahorro de costos.
Esta etapa durará unos 40 años, hasta que será reemplazada por la paginación electrónica o
digital a fines de los ’90.
Cada etapa implicó un cierto grado de “desempleo tecnológico” en la industria de los periódicos.
Los cajistas que quedaron desocupados por la introducción de los linotipos fueron empleados
por La Nación para componer textos de libros, la célebre Biblioteca de La Nación, que publicará
ediciones masivas a bajo costo de más de 400 títulos durante las primeras dos décadas del siglo
XX. A su turno, los linotipistas desplazados por la nueva tecnología del offset fueron
reentrenados para operar las máquinas de fotocomposición. La cultura impresa que se expandió
a lo largo del siglo XX permitió a las empresas editoras como La Nación expandir el número de
páginas de sus publicaciones y su circulación cada vez con mayor productividad y rentabilidad,
manteniendo o incluso expandiendo sus planteles de trabajadores industriales. Hasta que llegó
Internet.
“La reducción del número de empleados en el sector gráfico fue drástica. Según los gremialistas,
entre 1995 y 2012 la planta pasó de 600 empleados a 160”, relata el autor. El departamento de
Archivo de La Nación pasó de tener 20 personas a solo una. Secciones enteras como foto-retoque
casi desaparecieron con la digitalización: la tarea fue encomendada a los propios editores
fotográficos. La cultura digital del siglo XXI hizo estragos en la antigua estructura industrial de
los diarios.
El siguiente paso del ajuste se producirá en la redacción. “Hubo ajuste por generaciones, los
periodistas con sueldos más altos fueron jubilados o despedidos y reemplazados por otros
periodistas, más jóvenes y con salarios más bajos”, dice uno de los testimonios recogidos para la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
137
investigación. Simultáneamente a la reducción de los planteles de redacción para adecuarlos a
la nueva realidad de menores tiradas97, “con la aparición del diario en Internet y el desarrollo
del periódico digital como un medio con características propias, las empresas periodísticas
delinearon un nuevo perfil profesional. Se trata de un trabajador con actividades diversas o
polivalente, con un vínculo laboral precario, de mayor productividad y adaptado a las
fluctuaciones de la demanda laboral”, observa Rubén Levenberg.
Trabajador polivalente significa que produce contenidos (textos, audios, videos, fotos) para
diversas plataformas (impresas, online, televisivas y radiales) en un ciclo continuo durante las
24 horas los 365 días, al estilo de una agencia de noticias. Pero este hombre orquesta que trabaja
sin cesar para su empresa, el non plus ultra del periodista altamente productivo será más una
fantasía que una realidad, como probará la investigación. El límite humano, señala
brillantemente Rubén Levenberg, es el dique que pondrá coto al aumento de productividad de
la redacción. Aquí el autor llega al núcleo del problema, al analizar los esfuerzos de la dirección
del diario para unificar las redacciones de papel y online (convergencia) a través de un proceso
de prueba y error y continuas reorganizaciones del trabajo, que se toparán una y otra vez con el
límite humano.
La propia naturaleza del trabajo periodístico resulta ser así uno de los factores que explican parte
de las dificultades que atraviesa la industria. Los periodistas elaboran un producto cultural, cuya
producción responde a leyes bien distintas a las que gobiernan a los bienes industriales
standard, y mucho más aún, a los productos de las industrias de alta tecnología, como el software
o los motores de búsqueda de Internet. En los diarios, el producto industrial en papel sigue las
normas de cualquier otra manufactura: las rotativas más veloces, los sistemas de paginación más
eficientes y la organización fordista de la producción redundan en economías de escala y
ganancias de productividad, ahorro de costos y mayor rentabilidad. El trabajo de los periodistas,
en cambio, está en cierta medida afectado por lo que en la economía de la cultura se ha llamado
la “enfermedad de los costos”.
El ejemplo clásico de Baumol y Bowen98 para explicar el dilema económico de las artes escénicas
es que para interpretar un cuarteto de cuerdas de Mozart se necesita hoy el mismo tiempo y la
misma cantidad de músicos que hace 200 años. Es decir, la productividad de este tipo de
espectáculo no ha aumentado, pero sí los salarios de los músicos, que siguen la evolución del
97 Un indicador clásico de la industria constata la existencia (promedio) de un periodista por cada 1.000 ejemplares de circulación. Si un periódico reduce sus ventas de 200.000 a 100.000 ejemplares diarios, es esperable que su redacción disminuya de 200 a 100 miembros. 98 Performing Arts, the economic dilema, de William Baumol y William Bowen (1968) es considerado el texto fundacional del campo de la economía de la cultura.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
138
costo de vida. Algo similar ocurre con el trabajo de los periodistas: su productividad no ha
aumentado al ritmo que lo ha hecho la tecnología. Escribo este prefacio en un procesador de
texto que es órdenes de magnitud más veloz y eficiente que la máquina de escribir con la que
produje mis primeros textos como periodista, hace 40 años. Pero el tiempo que me ha insumido
la escritura no es mucho menor al que emplearía con la vieja Olivetti con la que me inicié.
Los periodistas escriben en ultra eficientes procesadores de textos y envían sus artículos a los
editores a enormes velocidades gracias al creciente ancho de banda de las telecomunicaciones.
Pero el ancho de banda mental no aumenta con la tecnología. No se piensa más rápido o mejor,
por más que el trabajo se realice con la tecnología más avanzada. El tiempo de trabajo
socialmente necesario para producir un buen artículo en la prensa escrita, online o en papel,
posiblemente no haya cambiado mucho en los últimos 100 años. Esto explica bastante parte del
dilema económico de los diarios en la actualidad.
Ese es el límite humano que claramente identificó Rubén como núcleo problemático central del
malestar actual de la producción periodística, investigando el trabajo en la redacción del diario
La Nación para su tesis de doctorado. No por casualidad, lo llamó “los periodistas en la
transición desde la máquina de escribir al trabajo digital”. Un verdadero hallazgo conceptual al
que pudo arribar ayudado por su triple condición de periodista profesional de larga trayectoria,
docente universitario de la historia de los medios y conocedor como pocos de las tecnologías de
la información y comunicación. Un tema este último que nos apasionaba a ambos en nuestros
encuentros en diversas redacciones y a través de diversas eras tecnológicas.
Este libro nos invita a un viaje al interior de la usina intelectual de un diario con un siglo y medio
de historia, un caso infrecuente en un mundo en el que se cierran publicaciones todos los días.
El autor también es un caso infrecuente. No abundan los periodistas que pueden reflexionar
sobre su propia práctica a lo largo de varias décadas, aunando la rigurosidad académica con la
curiosidad y el olfato de su oficio y un conocimiento acabado de las viejas y nuevas tecnologías.
Con este herramental, reforzado por una profunda empatía por el mundo del trabajo derivado
de una consecuente militancia sindical en el ámbito periodístico, Rubén se mueve con
comodidad en el trabajo de campo, entrevistando a sus colegas, identificando los nudos más
problemáticos de la relación de la redacción con las gerencias, los costos y beneficios de las
nuevas tecnologías digitales, las redes sociales, el nuevo fenómeno de circulación de noticias
falsas y la tensión que estas provocan en las rutinas de producción de periodistas profesionales.
El resultado es una contribución original y esclarecedora para la comprensión de las condiciones
materiales de la producción del periodismo en un caso concreto y emblemático de la prensa
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
139
escrita en la Argentina de hoy, una obra que será de enorme interés para miles de periodistas,
angustiados por el futuro de su profesión y sus fuentes de trabajo, estudiosos de los medios de
comunicación o simples interesados en el apasionante mundo de la información.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
140
Los periodistas en la transición desde la máquina de escribir al trabajo
digital. El caso del diario La Nación (1995-2013)
Rubén Levenberg
1. Introducción
La tecnología hace que cada vez sea más fácil llenar las páginas de un
diario desde la computadora o desde el celular. Si cerramos las puertas
y avisamos a todos que el diario de mañana se produce por teléfono y
con la computadora, estoy seguro de que la publicación sale. (Carlos
Guyot, gerente de Nuevos Productos y actual Secretario General de
Redacción de La Nación. Entrevista realizada el 26 de julio de 2013)
A través del estudio de caso de uno de los diarios más antiguos, exitosos y de mayor prestigio en
Hispanoamérica -el diario argentino La Nación-, esta tesis interroga el estado actual de la
producción periodística en su componente nuclear y más íntimo: la vida en la redacción, en un
contexto de bruscos y profundos en la profesión, las tecnologías y el modelo de negocio.
En general reflexionamos sobre las transformaciones de los medios, la información y el
periodismo a partir de sus resultados finales: lo publicado y su incidencia en la construcción de
la denominada opinión pública. Aquí elegimos el camino de investigar lo que en la jerga
periodística se denomina la cocina: los procedimientos de trabajo que se utilizan y las
transformaciones que han experimentado. Denominamos a esta parte del trabajo periodístico
etapa redaccional, que es el conjunto de rutinas periodísticas desarrolladas con el fin de
determinar la noticiabilidad de los temas, seleccionarlos, jerarquizarlos, recolectar información,
escribir y elaborar el documento o archivo electrónico que luego será procesado en la etapa
gráfica hasta la impresión, el armado de los ejemplares y su distribución.
En una época de veloces, continuos y muy profundos cambios tecnológicos, la necesidad de
transformación del modelo profesional del periodismo como requisito para la adaptación de sus
trabajadores a los cambios tecnológicos en los medios ha sido considerada un dato de la realidad
que supuestamente no hacía falta analizar, tanto en gran parte de la bibliografía que compone
el estado del arte como en el acervo de notas periodísticas que abordan la cuestión. Decidimos
problematizar esta visión y nos preguntamos cómo trabajan los periodistas, cuál es la naturaleza
de dicho modelo laboral, cuál su relación con la innovación tecnológica, con los cambios en la
propiedad de las empresas y su concentración, el aumento del desempleo y los requerimientos
de nuevas formas de rentabilidad.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
141
Elegimos como caso el diario La Nación y recortamos un período que comienza en 1995 y finaliza
en 2013 durante el cual se desarrolla un proceso de transición. Consideramos que la transición
es una noción compleja porque, como define el Diccionario del uso del español de María
Moliner, es un “estado intermedio entre el primitivo y el estado a que se llega en un cambio”
(1991, p. 1364). En esta tesis tomamos como estado primitivo una etapa de gran riqueza, en la
cual la redacción trabajaba con máquinas mecánicas y papel y al mismo tiempo completaba el
proceso de incorporación de las computadoras y las redes informáticas. Fue también el
momento en el que los diarios armaron y pusieron en práctica sus proyectos para publicar en
Internet, que en el caso de La Nación fue lanzado en septiembre de 1995. Como cierre del
período tomamos el año en el que la versión en Internet ya había adquirido autonomía en cuanto
a los contenidos, estructura periodística y diseño, con lo cual se había consolidado como medio
de comunicación. También en 2013 las autoridades del diario se proponían por segunda vez la
convergencia de las redacciones del diario impreso y del periódico digital, es decir la integración
de ambos equipos de trabajo para producir indistintamente para uno u otro producto.
Esta transición nos interesa porque permite observar la relación entre la informatización, las
primeras publicaciones de los diarios argentinos en Internet y el surgimiento de equipos
periodísticos provenientes del propio seno de la redacción del diario impreso. Esta primera
dotación del diario en Internet se ampliaría y se especializaría durante el período para construir
un proceso productivo propio.
En la investigación observamos que los procesos de trabajo tradicionales todavía subsisten, pero
de manera creciente surgen otros nuevos, los de los periódicos en línea, que recogen
procedimientos anteriores, los recrean y a su vez influyen con su dinámica sobre las redacciones
del diario impreso. Mientras tanto, los diarios hicieron sus ensayos de convergencia y se difundió
profusamente la visión de un modelo de periodista polifuncional que como resultado de la
integración de ambas redacciones podría trabajar simultáneamente para todos los productos.
La búsqueda de la innovación es una tendencia en todas las industrias, no sólo en el periodismo.
Pero a lo largo de la historia de la prensa de masas hubo diferentes etapas de crisis y cambio en
las cuales los periódicos aplicaron reformas tecnológicas y organizacionales que transformaron
la profesión: se aceleró el proceso de industrialización, la imagen y el diseño adquirieron un rol
cada vez más importante y las empresas introdujeron tecnologías que permitieron reducir el
tiempo de latencia entre el cierre periodístico y la distribución. En la Argentina, a comienzos de
1995 el diario en Internet no había nacido, pero la reconversión estaba en pleno desarrollo.
Inevitablemente este trabajo es el resultado de una búsqueda que se imbrica con las reflexiones
sobre la práctica profesional del autor. En ese sentido, combina dos puntos de vista en su
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
142
realización. Por un lado, el del investigador que aplica un marco teórico y metodologías con el
fin de describir las mutaciones que sufrieron los procesos de trabajo de las redacciones, entre el
diario tradicional, el informatizado y la versión en Internet. Es una tarea en la que se buscan las
percepciones, los puntos de vista y las narraciones de una muestra de integrantes de la redacción
y de aquellos miembros de otros colectivos con los que se relacionan. Pero, por otra parte, el
proceso de investigación se matiza con la propia experiencia profesional en ese mismo período
y las reflexiones que surgen a partir de los cambios de los que fuimos testigos directos.
Decidimos realizar el trabajo de campo en La Nación, diario que elegimos por su historia de
adaptación temprana a las tecnologías que aparecieron gradualmente ya desde el siglo XIX
(Moyano y Ojeda, 2015). La Nación fue, a lo largo de sus casi 150 años de existencia, un diario
de avanzada en la incorporación de tecnologías de impresión y de la comunicación. Fue el
primero en la Argentina en recibir la información de las agencias noticiosas mediante cables
telegráficos, uno de los que se informatizó más temprano y el primero de circulación nacional
que presentó su página en Internet, luego de Los Andes de la provincia de Mendoza. También
fue, junto a Clarín, el primero en aplicar la convergencia de redacciones, frustrada en 2007,
ensayada nuevamente entre 2013 y 2014 y vuelta a poner en marcha a partir de 2015.
Analizamos los datos recogidos desde un marco teórico que contempla los cambios en los
procesos de trabajo, las interacciones entre los distintos actores del mundo de la redacción y
quienes mantienen una relación directa con ellos, así como la reconversión y concentración de
las empresas periodísticas. Para el análisis tomamos los conceptos de mundo social y orden
negociado provenientes del interaccionismo simbólico (Strauss, 2004). Dentro de la sociología
de los emisores, utilizamos la experiencia de los estudios sobre la lógica de los procesos
productivos en la redacción o Newsmaking, así como otras categorías provenientes de la
Economía Política de la Comunicación y de la Sociología de la Cultura.
Hemos organizado el trabajo en tres etapas con diferentes metodologías: un enfoque histórico,
para buscar la génesis de los cambios actuales; un enfoque observacional sobre los hábitos, el
espacio físico y la práctica periodística en la redacción del diario en la actualidad y un conjunto
de entrevistas en profundidad a figuras que se consideran claves en la producción periodística.
En las conclusiones se articularán esos tres puntos de vista para generar un efecto de
comprensión holístico sobre el trabajo periodístico fuera de sus mitos y sus limitaciones.
En nuestro recorte decidimos no abordar los diversos formatos de periodismo colectivo e
individual que surgieron a partir de las redes sociales, porque constituyen en sí mismos objetos
para otros estudios. Sin embargo, entendemos que esta tesis construirá teoría que podrá ser
utilizada como insumo de algunas de esas investigaciones.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
143
La pregunta-problema que guía este planteo apunta al núcleo productivo del denominado nuevo
modelo profesional del periodista en el marco del impacto cultural, económico y social del
cambio tecnológico en los procesos de trabajo periodísticos de los diarios. Partimos de la
hipótesis de que el denominado nuevo modelo profesional del periodista es un emergente de la
interacción entre las nuevas necesidades de rentabilidad de las empresas, el desempleo en el
sector y la tecnología informática aplicada al trabajo de producción escritural en las redacciones,
buscando, guiados por ella, realizar un aporte al conocimiento sobre la transformación de la
labor periodística y la productividad del trabajo en las redacciones en el marco de la
reconversión tecnológica de las empresas, y en términos de objetivos específicos:
a) describir cuáles fueron los cambios en los procesos de trabajo en las redacciones
durante la transición entre la automatización informatizada de la prensa gráfica impresa
argentina y la emergencia de las redacciones del periodismo digital;
b) Identificar cambios en los procesos de trabajo en la redacción del diario impreso en
relación con el desarrollo y consolidación de la redacción de la versión digital;
c) Caracterizar la relación entre el modelo de periodista que las empresas comenzaron a
demandar a partir de la consolidación de los medios digitales y la transformación del modelo
económico, producida en los años de tránsito del siglo XX al XXI.
Consideramos que es importante estudiar la génesis del modelo profesional que se desarrolla en
la actual transición hacia la convergencia de las redacciones. Esperamos que los resultados del
presente estudio puedan servir como insumo para la formulación de políticas en el campo de la
legislación laboral de los periodistas y en el desarrollo de investigaciones sobre la génesis del
periodismo digital. Actualmente la actividad se rige en la Argentina por el Estatuto del
Periodista, dictado por decreto ley 7618 del 25 de marzo de 1944 y ratificado por el Congreso el
18 de diciembre de 1946 mediante la ley 12908. En la década de 1940 no existían las redes
informáticas o Internet y los diarios utilizaban la composición en caliente, mediante tipos de
plomo fundido.
2. Metodologías
Nuestro propósito fue reconstruir a través de la detección de hechos de significación general
cuáles son las condiciones de producción de los contenidos en la redacción de un diario. Nos
interesa tratar de comprender las condiciones de cambio en esos procedimientos laborales en el
contexto de la informatización de las redacciones y la emergencia de lo que denominamos nuevo
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
144
modelo profesional del periodista. Hemos dado especial importancia a la percepción que
periodistas, obreros gráficos y otros actores del proceso productivo tienen respecto de la
innovación tecnológica y de los cambios que provocaron en los procedimientos de trabajo para
la producción del periódico.
Por ese motivo optamos por utilizar, entre otras herramientas metodológicas, las entrevistas no
estructuradas, la observación no participante y el estudio de documentación relativa a
legislación laboral, declaraciones y análisis gremiales y de las empresas periodísticas respecto
de las innovaciones que se produjeron en cada momento, la evocación de los cambios registrados
y de sus propias reacciones frente al surgimiento de las redacciones que a mediados de la década
de 1990 comenzaron a producir el diario en Internet.
Abordamos esta problemática mediante tres enfoques convergentes:
− Una reconstrucción histórica del proceso que lleva al momento actual de la redacción
periodística como resultante de la articulación de empresas-instituciones periodísticas,
modelos de negocio y métodos de trabajo.
− Un trabajo etnometodológico observacional sobre la vida y la organización del trabajo en la
redacción actual.
− Un conjunto de entrevistas en profundidad, con enfoque cualitativo, realizadas a figuras
claves para la comprensión y la descripción del trabajo actual en la redacción.
Utilizamos una metodología cualitativa que según Taylor y Bogdan (2010) se refiere en sentido
amplio “a la investigación que produce datos descriptivos: las propias palabras de las personas,
habladas o escritas y la conducta observable”. Nos interesó particularmente esta metodología
porque, como dicen los mismos autores, es inductiva, de modo que los investigadores
desarrollan sus conceptos y comprensiones partiendo de pautas que surgen de los datos y no
“recogiendo datos para evaluar modelos, hipótesis o teorías preconcebidos”. Comenzamos los
estudios con interrogantes formulados de manera flexible (2010, p. 20).
En la metodología cualitativa las personas, escenarios o grupos no son reducidos a variables,
sino considerados desde una perspectiva holística; se estudia a las personas “en el contexto de
su pasado y de las situaciones en las que se hallan” (Taylor y Bogdan, 2010, p. 20). Como señala
Sautu, en estas metodologías “las preguntas indagan, exploran, buscan descubrir o conocer”
(2004, p. 36). Se trata de descubrir “cómo las personas en sus relaciones sociales operan sobre
lo societal” poniendo el énfasis “en decisiones y orientaciones frente a diversas circunstancias
de su vida” (2004, p. 39).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
145
Trabajamos tomando en cuenta el paradigma interpretativo, cuyo “fundamento radica en la
necesidad de comprender el sentido de la acción social en el contexto del mundo de la vida y
desde la perspectiva de los participantes” (Vasilachis de Galdino, 1992, p. 43). El paradigma
interpretativo –que según la autora no está del todo consolidado-, se apoya en cuatro supuestos
básicos. El primero es la resistencia a la naturalización del mundo social, porque a diferencia de
la naturaleza “la sociedad es una producción humana respecto de la cual el análisis de los
motivos de la acción, de las normas, de los valores y de los significados sociales prima sobre el
de la búsqueda de la causalidad, de las generalizaciones…” El segundo supuesto está
representado por la importancia del concepto de “mundo de la vida”. Señala que este mundo es
el “contexto en el que se dan los procesos de entendimiento, que proporción a los recursos
necesarios para la acción y que se presenta como horizonte, ofreciendo a los actores patrones y
modelos de interpretación”. El tercer supuesto del paradigma interpretacionista es “el paso de
la observación a la comprensión y del punto de vista externo al punto de vista interno”, en el que
el significado de lo observado requiere de la función participativa del intérprete. El cuarto
supuesto es lo que denomina “la doble hermenéutica”, porque los investigadores crean
conceptos “de segundo grado” para “reinterpretar una situación que ya es significativa para los
participantes y, al mismo tiempo, son “utilizados por los individuos para interpretar su
situación, convirtiéndose, en virtud de esa apropiación, en nociones de primer orden” (2006,
pp. 48 y 49).
Enfoque Histórico
Para estudiar los procesos de trabajo de los periodistas analizamos datos que describen las tareas
tradicionales en la redacción del periódico, así como los cambios que experimentó a partir de la
informatización y el desarrollo del diario digital. Nos basamos en observaciones,
documentación, testimonios y experiencias que nos permitieron reconstruir las diferentes
etapas por las que pasó la redacción del diario impreso a lo largo de su historia, hasta llegar al
momento en el cual comenzó la informatización de las redacciones. Desde este momento
comenzamos la descripción de los procesos de reemplazo del papel para las distintas fases de la
producción de la noticia en la redacción, la introducción de las redes de computadoras, la
implementación de los sistemas editoriales integrales, la inauguración del periódico en Internet,
la formación de su primera redacción y la relación entre quienes elaboran el diario impreso y el
digital. El análisis de la bibliografía y otra documentación nos permitió describir los cambios
que se fueron produciendo en las organizaciones-empresas periodísticas, su concentración, la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
146
caída de las ventas y de los anuncios publicitarios del periódico impreso, la variación de la
demanda de trabajadores de prensa y los nuevos requerimientos laborales para los periodistas.
Enfoque Observacional
Durante la gestión de autorizaciones para observaciones en la empresa, ésta nos comunicó que
por razones de eficiencia en el trabajo periodístico, no autorizaría una observación participante.
En cambio, permitieron una observación en la que el investigador pudiera interactuar con los
periodistas de manera limitada. La problemática particular de los diarios, donde suelen haber
dificultades para implementar determinados métodos de observación empírica fue descripta por
Schmucler y Terrero al describir cómo encararon su propio estudio de caso en “El incierto
destino de la prensa informatizada” (1995):
Durante el trabajo de campo se hizo necesario incorporar métodos de búsqueda de
información no considerados en el proyecto, como producto de inconvenientes no
previstos. En efecto, el acceso formal a las empresas, las visitas para observar las
instalaciones de la redacción y el taller y el equipamiento técnico, la autorización para que
el investigador realizara las entrevistas a periodistas y trabajadores gráficos, las
entrevistas con instancias gerenciales para obtener datos precisos sobre la planificación
del cambio técnico (etapas o secuencias de su implementación, inversión en
equipamiento y beneficios que se obtienen y/o se prevén obtener cuando se complete el
proceso de informatización); la obtención de datos sobre la elección del hardware y el
software más conveniente; características del actual equipamiento (cantidad, marca, país
de origen), la política empresaria frente al personal, presentaron dificultades no
sospechadas en una primera instancia. Trabas burocráticas, postergaciones indefinidas o
simples negativas de los responsables hacia los que nos dirigimos, nos obligaron a buscar
atajos y a un proceso de reconstrucción de fragmentos de información obtenidos a través
de contactos con sindicatos, en reuniones con Comisiones Internas de los trabajadores
gráficos de los medios analizados, en visitas informales realizadas a diarios y
agencias informativas, en entrevistas a periodistas (1995).
Con estos antecedentes, entre el 17 y el 26 de julio de 2013 realizamos observaciones no
participantes de tres horas cada una, registradas en un diario de campo. Esta tarea nos permitió
conocer las formas de acceso y permanencia de los periodistas en el edificio, la distribución física
de la redacción y de otras secciones relacionadas, las interacciones entre jefes, redactores y otros
actores de la producción noticiosa y los horarios de trabajo y reunión.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
147
Entrevistas y muestra
Partimos de la descripción y de la interpretación de las percepciones, recuerdos y opiniones de
los periodistas y consideramos, con Alejandra Navarro, que “el estudio de la reconstrucción de
sucesos históricos a partir del relato de sus protagonistas remite casi obligatoriamente a la idea
de ‘memoria colectiva’” (En: Sautu, Ruth (2009) p. 301). Nuestro trabajo se apoya, como hemos
señalado en el marco teórico, en conceptos del interaccionismo simbólico que toma al sujeto
como constructor de una realidad subjetiva. Navarro toma de Blumer esta idea de la
construcción de una realidad subjetiva y señala que “a partir de la ‘narrativa personal’ se recoge
la experiencia de la gente tal como ella la procesa y decodifica, actuando el ‘self’ como filtro de
la propia interpretación” (En: Sautu, Ruth, 2009, p. 303).
También buscamos a través de las entrevistas aspectos comunes en la innovación tecnológica en
las empresas periodísticas. Para orientar este aspecto de la indagación observamos cuáles eran
las experiencias previas y particularmente cómo fue la relación de los periodistas con la
tecnología, atentos al hecho de que ciertos recursos aparecen en las redacciones pero también
en la vida cotidiana que los periodistas desarrollan fuera de su trabajo.
Realizamos entrevistas en profundidad, semiestructuradas a los siguientes trabajadores:
-Periodistas en relación de dependencia y colaboradores, tanto permanentes como ocasionales,
según las categorías establecidas por la Ley 12.908. Utilizamos cuestionarios diseñados para
identificar las rutinas productivas previas y posteriores al proceso de automatización digital de
la redacción; cuándo y cómo se produjeron cambios en los procesos de trabajo, cómo se
construyó la relación entre las redacciones del diario impreso y del digital, y cuáles son las
percepciones de los actores sobre el proceso de cambio.
-Testigos clave del área informática y de talleres con cuestionarios pensados para describir los
mecanismos de rediseño de los procesos productivos.
-Integrantes de las comisiones internas del diario, con el objetivo de indagar cuáles fueron las
discusiones con la empresa, cuáles las propuestas y objeciones que presentaron y cómo se
estableció en cada caso la relación con La Nación S.A.
Realizamos esta tarea entre 2012 y 2013 con entrevistas en profundidad registradas mediante
grabaciones y anotaciones. Así pudimos recoger percepciones y reflexiones de editores que
testimoniaron sobre sus vivencias en el diario impreso y en el digital, exeditores que trabajaron
durante la etapa de cambio de la máquina de escribir a la computadora y periodistas que
describieron sus rutinas diarias y sus relaciones profesionales en el seno de la redacción. Con el
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
148
criterio de estudiar los proyectos y la visión de la empresa sobre las rutinas productivas
entrevistamos también al entonces Gerente de Nuevos Productos –luego ascendido a Secretario
General de Redacción-, al secretario de Redacción Multimedia –a cargo de la publicación en
Internet-, al jefe de Archivo, la jefa de Arte, técnicos que participaron de la introducción de la
composición en frío y posteriormente en la informatización del diario, un ex dirigente gremial y
dos actuales de la redacción, un dirigente sindical y trabajador del sector gráfico y un fotógrafo.
En la etapa de exploración realizamos entre 2009 y 2011 seis entrevistas con periodistas de los
diarios Clarín, Página 12 y El Cronista y un ejecutivo del diario Clarín encargado de su
informatización. El objetivo fue orientarnos en la descripción de algunas de las características
del trabajo en las redacciones e identificar algunos de los cambios que se produjeron en el
momento de la informatización. El cruce entre nuestras experiencias y estas indagaciones nos
permitió conocer los procesos de trabajo por dentro en diarios de circulación nacional y
complementariamente en algunas revistas.
En el transcurso de las entrevistas en profundidad registramos el diálogo en un diario de campo
y en un grabador digital. Para la realización de las observaciones y las entrevistas en la redacción
del diario obtuvimos el permiso del secretario de Redacción Multimedia, Gastón Roitberg, quien
nos presentó además a cada uno de los periodistas y otros actores de la redacción cuyos
contactos solicitamos. También por su intermedio pedimos la entrevista con Carlos Guyot, el
entonces gerente de Nuevos Productos, quien meses después sería designado Secretario General
de Redacción. A efectos de profundizar algunos temas, parte de estos diálogos fueron realizados
en off the record (sin mención de fuente). El resto de los contactos fueron realizados por
intermedio de periodistas y dirigentes gremiales del diario, con el compromiso de mantener sus
identidades bajo el anonimato. Los fragmentos sin mención de fuente fueron referidos en la tesis
como off the record y los entrevistados anónimos fueron designados mediante la letra E y un
número de orden (E1, E2, E3, etc.). 99
99 En las entrevistas en profundidad los nombres de las fuentes fueron preservadas mediante seudónimos, salvo que prefirieran aparecer con nombre y apellido y aún en tales casos algunas de sus declaraciones fueron transcriptas como anónimas, para evitar riesgos. Como indican Taylor, S.J., Bogdan, R., “Es casi siempre sensato emplear seudónimos para designar a personas y lugares en los estudios escritos. Son muy pocos los intereses legítimos de la investigación que se satisfacen publicando los nombres auténticos. Los riesgos son sustanciales: dificultades para los informantes u otras personas; problemas legales; auto exaltación; ocultamiento de detalles e información importantes.” (1992, p. 112)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
149
Proceso de Trabajo
El primer momento del trabajo fue la exploración mediante entrevistas y relevamiento de
documentos y bibliografía. Mientras la realizábamos apareció el problema de la propia
experiencia. Durante el ejercicio del periodismo y de la docencia nos formulamos algunos de los
interrogantes que motivaron nuestra tesis. Trabajamos como docentes e investigadores en la
Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Jujuy (1993-2003) y en
la de Buenos Aires (Facultad de Ciencias Sociales) desde 1995. En la misma Facultad de la UBA
trabajamos como docentes en la Maestría en Periodismo, que dirigimos entre 2010 y 2012. Esta
tarea nos brindó la oportunidad de profundizar y problematizar los procesos de trabajo de los
periodistas y la progresiva introducción de tecnología informática.
Paralelamente el ejercicio del periodismo profesional en la prensa gráfica de la Argentina desde
1982, nos permitió experimentar los diferentes roles de redacción y edición tanto en la etapa
manual como en la automatización informatizada. Trabajamos en los diarios Página/12 y Clarín
y en las revistas Redacción, El Periodista de Buenos Aires, Information Technology, Apertura
y Pymes de Clarín. Además, hicimos la experiencia de fundar en 2002 y dirigir durante ocho
años el semanario digital Bloggers Report, especializado en temas de informática y
telecomunicaciones. Nuestra vivencia se enriqueció con el contacto con los avances tecnológicos
cuando, entre 1991 y 2012 nos tocó cubrir como periodistas los temas de informática y
telecomunicaciones. Esta tarea nos permitió seguir de cerca la evolución de las herramientas
tecnológicas que fueron llegando al país, su apropiación social y la incorporación de las
innovaciones a las redacciones100.
100 El trabajo periodístico que realizamos en diarios y revistas comenzó cuando todo el proceso productivo de la redacción se efectuaba con papeles hasta ingresar a los talleres de preimpresión. Luego vivimos el proceso de introducción de la computadora como herramienta de trabajo y la edición con procesos totalmente informatizados. Esta inmersión en la práctica periodística, paralelamente a la reflexión académica sobre la tecnología que da soporte a los procesos de trabajo periodísticos y la divulgación de la información nos llevaron a formular algunos interrogantes. La crisis del periodismo, las nuevas modalidades de trabajo, la concentración de la propiedad de los diarios y la relación que se establece entre estos medios concentrados y los periodistas profesionales fueron objeto de reflexión.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
150
3. Fundamentación
Los periodistas son los grandes beneficiarios de la victoria de la
información y de la comunicación. ¿Serán también sus víctimas?
¿Sabrán dominar su victoria o quedarán atrapados por ella?
Beneficiarios o víctimas, la respuesta dependerá, en realidad, de su
capacidad para superar esa victoria y no confundir el carácter público
de su oficio, su visibilidad, incluso su notoriedad con su legitimidad.
Porque desde hace treinta años se ahonda lentamente la fosa entre la
representación que los periodistas se hacen de sí mismos y la confianza
que les concede el público. (Wolton, 2005, p. 227)
La necesidad de estudiar un modelo de trabajo en crisis
El periodismo como actividad profesional está en crisis al menos desde el último cuarto del siglo
XX: caída de las tiradas de los diarios y revistas impresos, migración de los anuncios
publicitarios hacia los medios audiovisuales, aparición de Internet -primero como soporte y
luego como medio que produce noticias- con procesos de trabajo, audiencia y organización
diferentes de las tradicionales- y también cambió el modelo de negocio de los medios101.
Como actividad, como trabajo de producción de las noticias, el periodismo está en crisis porque
cambiaron y siguen cambiando los procedimientos para recolectar, elaborar y publicar las
noticias de manera concomitante con una nueva organización del flujo de trabajo en las
redacciones. También porque su participación en la sociedad como productores de noticias
comienza a ser cuestionada en la medida que aparecen nuevos actores que también intervienen
en dicho proceso. Para Silvio Waisbord el periodismo vive una crisis que no implica su
desaparición de la profesión sino una transformación, que no se trata de una era post profesional
“sino que estamos en un momento de reinvención del periodismo ligados a los intereses
profesionales”. En un momento como el de la segunda década del siglo XXI, con la consolidación
del periodismo digital, el periodismo “ya no tiene este rol casi monopólico en la producción y
distribución de la información”. Sin embargo, propone la construcción de nuevas formas de
profesionalismo (Waisbord, 2015).
101 El Diccionario de Política de Bobbio, Matteucci y Pasquino lo describe como “un momento de ruptura en el funcionamiento de un sistema, un cambio cualitativo en sentido positivo o negativo”. Se trata de un momento de cambio entre un sistema que termina y otro que comienza. En una caracterización más profunda, Pasquino describe cuáles son las condiciones de dicho cambio en un sistema, que para esta tesis circunscribiremos al trabajo de los periodistas en la elaboración de un diario: “Cada sistema se funda en un conjunto de relaciones más o menos estrechamente ligadas entre sus variados componentes, de modo que un cambio en un componente del sistema genera cambios en todos los restantes. Sin embargo, mientras que en los sistemas mecánicos es posible valorar con cuidado el efecto y la extensión de variaciones similares, y hasta medirlas, en el ámbito de los sistemas sociales se está todavía lejos de esto. Para valorar, en sentido amplio, la incidencia de una crisis sobre un sistema social; sea como fuere se requiere ante todo definir el estado de equilibrio de este sistema” (1986, p. 391 y 392).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
151
El cambio desde el periodismo tradicional hacia el digital no fue un salto sino un proceso de
transformación durante el cual primero tuvo que digitalizar sus procedimientos de trabajo. Los
periodistas dejaron de usar máquinas de escribir entre principios de la década de 1980 y
mediados de la de 1990. Pero además su tarea de evaluación de la noticiabilidad, la búsqueda de
fuentes, el registro y la presentación de la noticia también mutaron desde entonces a medida
que las nuevas herramientas de trabajo contribuyeron a que la producción se acelerara (más
trabajo en el mismo tiempo) y, paradójicamente, se hiciera más confortable.
El papel como hilo conductor de la producción fue reemplazado por un flujo en red de datos
digitalizados, aunque el diario se siguiera imprimiendo en papel. Los periodistas tuvieron que
cambiar su forma de trabajar y comenzar a reflexionar sobre su manera de generar valor.
(Ramonet, 1998, p. 48; Ramonet, 2011, p.17; Schmucler y Terrero, 1995; Ganesh, 2006, p.200;
Martín-Barbero, 2007, p.71). La crisis abre numerosos interrogantes y desafíos sobre el trabajo
actual de los periodistas y acerca del futuro de la profesión. Para comenzar decidimos indagar
cuáles fueron los cambios en los procesos de trabajo, qué procedimientos están vigentes, cuáles
se conservan en su modo tradicional y cuáles cambian hacia rutinas que los propios periodistas
de los medios digitales adaptan o crean y, en una relación interactiva, luego son introducidos en
la redacción del diario impreso. Este impacto de la producción digital de información sobre el
periodismo tradicional se refleja en cambios en la forma de concebir la noticiabilidad y en los
“criterios de construcción y las lógicas del newsmaking” (Luchessi, 2015).
El objeto de estudio: un diario en transformación
A partir de 1995 los diarios argentinos comenzaron a publicar sus versiones digitales en Internet.
Este cambio implicó la incorporación de nuevas rutinas periodísticas y la transformación de las
existentes, proceso que tuvo su correlato en el modo de construir y articular textos e imágenes y
en la organización del trabajo.
Ya en la segunda mitad del siglo XX la composición en frío había abierto el paso a la introducción
de las primeras computadoras –con tarjetas perforadas- en los talleres. Luego se informatizaron
las áreas administrativas y lentamente las empresas introdujeron computadoras en el diseño y
las redacciones. Entre los periódicos de circulación nacional elaborados en la ciudad de Buenos
Aires, La Nación y Clarín hicieron su implementación con criterios similares, con la
introducción de la composición en frío y las primeras computadoras, la reestructuración de los
procesos gráficos y el comienzo de la digitalización que se completaría a mediados de los 90.
(Informe oficial diario La Nación, 2014). De este modo, La Nación se mantenía como uno de los
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
152
periódicos más dinámicos del país en su capacidad de actualización, presente, por cierto, desde
sus inicios en el siglo XIX102, y reforzada en esta etapa. La informatización, completada en 1995,
constituyó un proceso de profundas transformaciones a lo largo de diez años, que incluyó una
notoria renovación de sus criterios de diseño gráfico, su revista dominical, sus suplementos, el
uso de la impresión polícroma en todas las secciones, etc. En tal contexto de reconversión y
adaptación a grandes cambios, La Nación fue el primer periódico con circulación nacional que
apareció en Internet.
La Nación fue, además, el primer diario argentino en poner en práctica un proyecto de
convergencia de las redacciones, experiencia desarrollada a partir de 2007 y que, si bien no tuvo
los resultados esperados, como hemos señalado, dejó como sedimento una distribución física
unificada de las dos redacciones. Los periodistas encargados de producir el diario impreso y el
digital pasaron a convivir cotidianamente.
Hacia fines de la década de 1980 las grandes empresas del sector ya habían automatizado la
mayor parte del ciclo productivo del periódico, desde su concepción editorial, la redacción -la
última en digitalizarse-, el armado, la preimpresión, la impresión y hasta el plegado final para la
distribución. Este proceso de introducción de los sistemas informáticos para la redacción,
industrialización y administración del periódico es lo que denominamos “automatización
informatizada de la prensa”.
En el marco de esta reformulación productiva, en 1995 los diarios comenzaron a hacer
publicaciones en Internet luego de que Telefónica de Argentina y Telecom –las dos empresas de
telecomunicaciones que emergieron en 1990 a partir de la privatización de la estatal ENTel-
oficializaron en el mes de mayo la comercialización de conexiones a través de Startel, compañía
que crearon en conjunto con tal fin. (Ministerio de Economía de La Nación, 2004)
En setiembre de 1995 el periódico Los Andes de Mendoza publicó por primera vez una versión
digital en Internet, mientras que el diario La Nación lo hizo en diciembre siguiente. Fue un
102 Por ejemplo, con la temprana creación de una red de corresponsales nacionales e internacionales, la incorporación de escritores del modernismo, la utilización de agencias noticiosas y el primer contrato de noticias telegráficas (con la agencia Havas, en 1877). La distribución de corresponsales se mantendría hasta fines de la década de 1990, cuando comenzó a ser reemplazada por la comunicación digital, particularmente las redes sociales. Además de su utilidad como fuente de información, también tuvo importancia en la formación de periodistas dentro y fuera de la redacción. De acuerdo con los testimonios relevados durante el trabajo de campo, las corresponsalías del interior no sólo permitieron al diario llegar a todo el país sino también formar periodistas, tanto en las provincias como en la redacción central. “Comunicaciones” -la sección por la que pasaban todos los principiantes- era la encargada de atender a los corresponsales, grabar y transcribir sus notas para que luego siguieran las rutinas periodísticas habituales. Tanto la red de corresponsales como la sección fueron desapareciendo a medida que las redes sociales hicieron su ingreso al mundo del periodismo, a partir de la segunda mitad de la primera década del siglo XXI. (Ver Anexo I, entrevistas a E10, del 22 de noviembre de 2012; E11, del 29 de noviembre de 2012 y E12 del 11 de marzo de 2013)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
153
momento clave en la evolución de los medios gráficos, en la medida que comenzó a configurarse
un nuevo medio, con características propias, al que denominamos prensa digital.
Los responsables de los diarios se encontraron con que el público de la versión en línea era
todavía reducido en el mercado local pero más amplio y en crecimiento en el global, hecho que
los llevó a replantear el paradigma que -aún en transformación- había acompañado a la prensa
del siglo XX. En menos de diez años, Internet experimentó una rápida evolución por varias
razones, entre ellas: el aumento del ancho de banda, el poder de procesamiento de los
dispositivos de emisión y recepción y el número de usuarios (Leiner, Cerf, Clark, Kahn,
Kleinrock, Lynch, Postel, Roberts y Wolff, 2016). El crecimiento tecnológico y las menores
barreras de acceso favorecieron la constitución de nuevos públicos, con rasgos etarios, sociales
y geográficos diferentes a los del medio impreso.
Las empresas periodísticas buscaron abordar a estos públicos mediante estrategias variadas.
Sucesivamente ensayaron propuestas limitadas a la presencia de marca, otras con contenidos
reducidos que se extraían del impreso y diversas formas de arancelamiento del servicio
informativo, desde el abono mensual hasta el pago por artículo unitario.
A medida que los diarios fueron consolidando sus ediciones en Internet, las redacciones que
elaboraban el periódico impreso y el digital se diferenciaron gradualmente tanto por su
distribución física como por sus recursos. Sin embargo, en el trabajo de campo que realizamos
para esta investigación, tanto en las entrevistas como en las observaciones nos encontramos con
que los procedimientos laborales tardaron en cambiar. Fue un proceso que al cierre del trabajo
de campo todavía estaba en desarrollo. La redacción digital se encontraba aún en transición
hacia su autonomía como unidad de trabajo con rutinas propias. Tres años después esta
transición estaba prácticamente terminada.
Este desarrollo de sus propios procedimientos de trabajo no se contradice con los procesos de
convergencia periodística encarados por algunos diarios en el exterior y en el país. Entre ellos
La Nación, que lo intentó por primera vez en 2007 y, aunque fracasó en la integración, dejó
como resultado favorable la coexistencia física de las dos redacciones. Otro proyecto fue
elaborado a partir de 2013 y se puso en práctica informalmente desde entonces, nuevamente se
dejó de lado por dificultades en la implementación y volvería a aplicarse, con cambios, a partir
de 2015 (Segunda entrevista realizada a Irene Haimovichi, delegada de la redacción, el 25 de
abril de 2016) y (Haimovichi, 2015).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
154
Cuadro N° 1: Algunos hitos en la evolución tecnológica de La Nación hacia la versión digitalizada
1978.- Dos primeras computadoras Digital 11-03, para procesos administrativos.
1982.- Sistema informático francés Solstice, con cuatro computadoras Digital PDP 11-70, 24 pantallas con teclado para el ingreso de textos y 2 fotocomponedoras Autologic APS-100.
1994.- Se desconectan las teletipos y los cables de agencia comienzan a entrar por la pantalla.
1995.- La Nación en Internet. El 17 de diciembre se publica la primera versión digital de un diario de circulación nacional en la Argentina.
1996.- Toda la redacción trabaja sus textos en redes de PC. Armado total de las páginas (textos, fotografías y avisos) en forma electrónica. Se comenzó con la Revista dominical, luego se siguió con los suplementos semanales y finalmente abarcó a todo el diario.
2007-2009.- Primer ensayo de convergencia de las redacciones.
2009.- Las dos redacciones quedan integradas físicamente.
2014.- Tercer ensayo de convergencia de las redacciones.
Fuente: Elaboración propia sobre datos brindados por el diario y La Nación S.A. (2005)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
155
4. Marco teórico y Estado del arte
4.1. Marco teórico
Enfoque general
Situamos nuestro abordaje en un enfoque interdisciplinario tomando como ejes principales los
estudios sobre los emisores, con énfasis en la sociología de la producción de noticias (Hernández
Ramírez, 1997) o Newsmaking (Wolf, 1987); los conceptos de mundo social y orden negociado,
del interaccionismo simbólico; la economía crítica de la comunicación y la cultura, que
trabajamos con textos de Ramón Zallo (1988, 1998 y 2005), Mastrini y Bolaño (1999), Becerra
y Mastrini (2009) y (Mosco 2006); y algunos abordajes de la sociología de la cultura,
principalmente los análisis que Héctor Schmucler y Patricia Terrero hicieron sobre la
reconversión tecnológica de los diarios (1987, 1989) y (Schmucler, 1995). Coincidimos con el
punto de vista de la economía política crítica que considera a destaca la importancia de las
transformaciones que se han producido desde los años 70 en el sector de la cultura y en
particular la convergencia tecnológica entre las industrias culturales y las Tecnologías de la
Información y la Comunicación (TIC). La interdisciplinariedad nos permite abordar el objeto de
estudio tomando en cuenta la subjetividad de quienes participan de los procesos de trabajo en
las redacciones, los condicionantes internos y externos para su labor y al mismo tiempo
considerar el contexto económico y social de la producción de sentido.
En adelante utilizaremos dos conceptos: procesos de trabajo de los periodistas y rutinas
periodísticas, que tienen matices diferenciales pero aluden en la prensa a un conjunto de
prácticas realizadas en la redacción. Julio César Neffa define al proceso de trabajo como un “acto
específico donde la actividad humana efectúa, con la ayuda de los medios de trabajo una
modificación deliberada de los objetos de trabajo, de acuerdo con una finalidad, para generar
bienes de uso que tienen un valor social” (1998). Las rutinas productivas son, en la prensa, una
serie de procedimientos, actos específicos, que los periodistas aplican para elaborar las noticias
con una serie de herramientas de trabajo y para producir bienes simbólicos que tienen, también,
un valor social. Desde el punto de vista del Newsmaking, el término “rutina” no alude a la mera
repetición sino a la utilización de procedimientos sin los cuales los acontecimientos
imprevisibles no podrían ser abordados. Para Tuchman son el elemento habitual que conforma
el quehacer profesional (1978) y “en la medida en que los mismos periodistas otorgan validez a
estos procedimientos, las vuelven sentido común en acción, un esquema comprensivo de su
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
156
propio hacer –es decir, de sí mismas”, como señalan Stange Marcus y Salinas Muñoz (2009, p.
11).
En el análisis de la producción de la noticia en los medios masivos tomamos los diferentes
aspectos que tienen relación con esos procesos, tanto los que consideramos centrales,
principalmente el trabajo en las redacciones, como otros que inciden de diferentes maneras:
…analizar a los emisores va más allá de una simple identificación del medio de
comunicación o de los profesionales de la comunicación que confeccionan los mensajes.
Se requiere estudiar los diversos condicionantes que inciden en la producción misma de
los mensajes, desde aquellos de orden individual (clase social, educación, actitudes
políticas, valores profesionales), hasta los relacionados con las rutinas de trabajo, las
políticas organizacionales, así como los intereses económicos y políticos de los medios, e
incluso los ideológicos procedentes del sistema social global (Lozano Rendón, 2007, p.
34).
En una perspectiva que compartimos, Teun van Dijk103 sostiene que el análisis de la producción
del discurso periodístico debe ser interdisciplinario y que la investigación sobre comunicación
masiva se concentra en las dimensiones económica, social o cultural. Su propio enfoque enfatiza
el análisis estructural, al tiempo que incluye el estudio de la actividad concreta de los periodistas
y la recepción:
Asimismo, se presta atención a los procesos de producción de la noticia por parte de los
periodistas y a la comprensión de las noticias por parte de los lectores, en términos de las
cogniciones sociales de todos los que participan en el hecho de la noticia” (1990, p. 9).
No desconocemos los abordajes de distintas disciplinas y puntos de vista teóricos como la
semiótica textual, en la cual se considera que los mensajes, como señala Mauro Wolf, son
formulados de tal manera que los destinatarios no los comparan “con códigos reconocibles
como tales, sino con conjuntos de prácticas textuales” y “los destinatarios no reciben nunca
un único mensaje: reciben muchos, tanto en sentido sincrónico como diacrónico” (1987,
pp. 142 y 143)
En algunos aspectos trataremos la apropiación del mensaje por su imbricación con la
producción periodística, pero no abordaremos en profundidad la problemática del
103 Van Dijk analiza el discurso periodístico desde un enfoque interdisciplinario. En la presentación de su libro sostiene que además del estudio del producto periodístico como “una forma del discurso público”, es importante prestar atención a “los procesos de producción de la noticia por parte de los periodistas”.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
157
consumo de los medios de comunicación de masas, por entender que excede a los objetivos
de nuestra tesis.
La organización y la empresa.
En primer lugar, tomamos en cuenta que tanto la versión impresa como el periódico digital de
La Nación son producidos en conjunto por un tipo complejo de organización que denominamos
“empresa informativa”:
…es el conjunto organizado de trabajo redaccional, creativo y técnico, bienes materiales y
económicos y relaciones comerciales para difundir informaciones, ideas, expresiones
artísticas o de entretenimiento, utilizando soportes o medios de comunicación social
(Nieto e Iglesias, 1993, p. 80).
En su definición, pensada para los diferentes medios de comunicación, no sólo los escritos, Nieto
e Iglesias hablan de un “conjunto organizado” porque se trata de un todo estructurado de tal
manera que cada parte cumpla una función específica. En el caso del periódico, un sector, la
redacción, se ocupa de trabajar con textos e imágenes los contenidos que serán publicados. A su
vez, otros sectores realizan tareas relacionadas con la industria de la comunicación y que en el
diario impreso son los talleres que procesan los textos e imágenes para preparar las planchas, el
sector de impresión que utilizará las planchas para producir el diario y el de circulación, que
hará llegar los diarios a los distintos circuitos de distribución.
Estos sectores forman parte de una empresa que puede tener no sólo bienes materiales como
edificio, máquinas y equipos sino también económicos, como valores en forma de acciones,
derechos y otros recursos. La empresa a su vez tiene relaciones comerciales con proveedores,
empleados y, a diferencia de las de otros rubros, con dos tipos de clientes: los lectores, a quienes
les vende el diario en soporte papel a un precio más bajo que su coste de producción y los
anunciantes, a quienes vende el derecho a acceder a los lectores.
El periódico impreso tiene un ciclo económico que realizan distintos departamentos y que
consiste en:
• búsqueda y hallazgo de información (general y publicitaria)
• elaboración redaccional.
• impresión con multiplicación de ejemplares.
• venta, distribución y difusión de la información. (Población y García Alonso, 2000, p. 323).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
158
Estas tareas son realizadas por distintos departamentos, unidades administrativas integradas
por un conjunto de puestos de trabajo organizados jerárquicamente y relacionados entre sí,
tanto por la función que cumple cada una como a través de instancias decisivas superiores que
escalan hasta la autoridad máxima de cada empresa. Entre estos departamentos, el de redacción
es el que se ocupa de poner por escrito las noticias mediante trabajadores que son conocidos
como “redactores” y “editores”. El de publicidad es el encargado de establecer la relación con los
anunciantes existentes o potenciales para vender espacios en forma directa o a través de
agencias. (Población y García Alonso, 2000, pp. 326-327).
Fabricación de noticias.
Para nuestro análisis partimos desde una perspectiva comunicacional con el fin de observar las
condiciones de producción del diario como industria cultural. Nos interesa el estudio de los
emisores y los procesos productivos en las comunicaciones de masas.
En primer lugar mencionamos las características propias del periódico frente a otro tipo de
productos. Francisco Iglesias y San Verdeja enfatizan el hecho de que la información es un bien
económico porque, como resultado de una actividad intelectual, permite satisfacer cierto tipo de
necesidades humanas: las personas necesitan saber y conocer. La información contribuye a
satisfacer un deseo racional e intelectual que permite además potenciar la dimensión social de
los individuos. (1998, p. 59).
Un rasgo diferencial respecto de otros productos es que, para satisfacer esas necesidades, el
periódico ofrece información, pero su continente carece de valor. Iglesias y Verdeja señalan otras
características particulares, como el hecho de que el periódico es un bien perecedero y es distinto
cada día, por lo cual además no es almacenable. El diario no se puede acumular, no existe el
stock de periódicos (1987, p. 61). Sin stock, el ciclo de elaboración del diario se reduce a unas
pocas horas, lo cual obliga a una reducción al mínimo de los tiempos de producción. En
resumen:
a.- El diario no se puede acumular (cero stock de producto)
b.- El uso racional del tiempo es decisivo para la producción (cero stock de tiempo).
Lorena Retegui menciona una noción, código de trabajo, que engloba el conjunto de actividades
productivas, sus economías de tiempo “y los mecanismos internos de coordinación, cooperación
y control”. Destaca una diferencia entre la noción de cero stock de tiempo para la concepción del
modelo toyotista y las de las industrias culturales. En el toyotismo los rasgos organizativos se
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
159
diferencian de los anteriores (modelo fordista) por el trabajo flexible, el aumento de la
productividad mediante la aplicación de estrictos criterios de gestión y organización y las
actividades productivas combinadas que se oponen a la individualización del trabajo (modelo
Just in time, en castellano Justo a tiempo). La consecuencia es la reducción al mínimo de los
tiempos productivos y el aumento de la circulación del capital. (2016, p. 58)
Luego Retegui se basa en Marta Roldán para señalar que en las industrias culturales la noción
de cero stock de tiempo se refiere a la relación “entre el tiempo disponible y la posibilidad de
realizar trabajo creativo. El otro mecanismo de coordinación, cooperación y control es a través
de la aplicación de tecnologías.” El código de trabajo actúa al interior del proceso productivo,
son las rutinas que se aplican para elaborar el producto en el menor tiempo posible, o sea con la
mayor productividad. En cambio, aparece otra noción, que es la del código laboral, que incluye
a “los mecanismos de coordinación, cooperación y control que son externos al proceso
productivo, provengan desde la empresa y el personal jerárquico o desde los propios
trabajadores”. (2016, pp. 58 y 59).
En un diario, esta necesidad de tender a un cero stock de tiempo y la particularidad de tener un
cero stock de producto lleva a la aplicación de un código de trabajo que funciona como guía para
la acción y para el control. En suma, consideramos al código de trabajo como un concepto que
engloba a la organización de la producción y su control.
A efectos de delimitar las distintas etapas del trabajo en la elaboración del diario tomamos la
transformación en la transición desde la producción manual hacia la digital y de ella al periódico
digital, es decir al que se publica por Internet. Diferenciamos y comparamos cuáles son las
distintas fases de la elaboración del periódico.104
En el espacio físico de la redacción y fuera de ella los periodistas desarrollan distintas actividades
para tratar la información. Incluyen tareas que, si bien requieren de creatividad y capacidad para
adaptarse a cada circunstancia, son conocidas como rutinas por el hecho de que están
sistematizadas para poder minimizar riesgos frente a los hechos:
A la presión del tiempo se une la complejidad de la propia práctica (búsqueda de la
información, acceso y verificación de las fuentes, investigación y consultas de archivo,
entrevistas y cobertura de acontecimientos ya planeados o imprevistos y que obligan a la
presencia del periodista en el lugar de los hechos, y finalmente interpretación del
conjunto de datos para redactar la noticia) Se trata de un trabajo cuyos tiempos resultan
104 Utilizamos el término “periódico” para un uso más general, que nos permite englobar a los diarios que se publican cotidianamente –impresos- y a los que se publican en soporte digital o como medio digital autónomo que si bien tienen una periodicidad generalmente más intensa que el ciclo de un día en su elaboración, carecen de momentos específicos de emisión.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
160
siempre insuficientes y necesita por eso mismo una organización y una coordinación
afinadas basadas en prácticas rutinarias, con la flexibilidad necesaria para ocuparse de
sucesos extraordinarios, imprevisibles o extemporáneos (Martini, 2000, p. 78).
Están destinadas a acceder, recolectar y redactar las informaciones que serán noticia. Estas
rutinas se relacionan directamente con aquellas que desarrollan las áreas de Arte, Diseño y
Fotografía, que trabajan en distintas fases de elaboración del producto informativo. Mientras
los periodistas aplican sus rutinas para la producción de noticias, los reporteros gráficos siguen
secuencias similares para la ilustración con imágenes de los hechos y arte y diseño aportan desde
el formato hasta las ilustraciones que integrarán información e imagen, conocidas como
infografías.
Estas técnicas se utilizan en el diario para orientar las actividades productivas de modo de
estandarizar el tratamiento de los hechos previsibles y estructurar la organización para abordar
con rapidez los sucesos imprevisibles. Los hechos son lo que sucede en la realidad y los
acontecimientos son hechos conocidos que se convierten en información cuando el público lo
utiliza para interpretar la realidad, para estructurar su propia experiencia. La celeridad para
presentar las noticias y la falta de medios para llegar al lector con rapidez son la razón principal
para organizar estas rutinas (Alsina, 1989; Martini, 2000).
Mediante las rutinas, las empresas informativas observan los sucesos, eligen los
acontecimientos noticiables y los elaboran en un contexto noticioso (Alsina, 1989). Las rutinas
se han transmitido como prácticas del oficio desde la primera mitad del siglo XIX hasta fines del
XX, cuando comenzaron a transformarse a partir de la automatización de la producción de
noticias, además de la integración horizontal y vertical de la tarea periodística con el arte, el
diseño, la preimpresión, la imprenta y la distribución.
Siempre bajo la presión de alcanzar el cero stock de tiempo, la redacción periodística sigue esa
secuencia estandarizada que permite organizar el trabajo para la detección de los sucesos de la
realidad, aplicar los criterios de noticiabilidad y seleccionar aquellos acontecimientos que están
destinados a convertirse en noticias:
• Selección y preparación de redes o canales para el acceso directo a los acontecimientos o a informaciones relativas a los acontecimientos.
• Control de relevancia de los acontecimientos aprehendidos y por lo tanto selección.
• Jerarquización mediante la distribución del espacio o de la competencia comunicativa entre los acontecimientos seleccionados.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
161
• Preparación de las comunicaciones finales sobre los acontecimientos seleccionados, eventualmente mediante contextualización, mediante la relación con otros acontecimientos; explicaciones o interpretaciones; discusión de valores de verdad; valoración (Alsina, 1989, p. 21).105
Esta secuencia en la elaboración de las noticias es una de las bases dentro de los estudios sobre
los emisores y el análisis comunicativo de la producción del mensaje en los medios de
comunicación de masas. En este enfoque consideramos no sólo los procesos internos sino
también los diversos condicionantes que intervienen:
Se requiere estudiar los diversos condicionantes que inciden en la producción misma de
los mensajes, desde aquellos de orden individual (clase social, educación, actitudes
políticas, valores profesionales), hasta los relacionados con las rutinas de trabajo, las
políticas organizacionales, así como los intereses económicos y políticos de los medios, e
incluso los ideológicos procedentes del sistema social global (Lozano Rendón, 2007, p.
34)
Estos condicionantes mutan y se interrelacionan de modo que los estudios sobre la producción
de mensajes están en permanente evolución y muestran cuál es la complejidad del trabajo
periodístico. Entre las herramientas a las cuales los periodistas acudieron históricamente para
“protegerse contra la presión e intrusión de actores externos”, Waisbord señala la ética
profesional (2013, p.29) Resulta coincidente con una de las metas en la vida mencionadas por
los periodistas encuestados por el Centro de Estudios para la Nueva Mayoría, dirigido por
Rosendo Fraga. La más importante fue “ser consecuente hasta el final con valores éticos”,
mientras que “destacarse profesionalmente” quedó en tercer lugar como aquello que más le
importaba para lograr en la vida (1997, p. 147).
Los estudios de estos complejos procesos productivos en las comunicaciones masivas, con sus
reglas internas y sus relaciones con los más diversos actores “se han constituido en los últimos
años en un verdadero filón de investigaciones”, según Mauro Wolf,106 porque son un punto de
confluencia del análisis sociológico y el específicamente comunicacional. (1987, p.201) Wolf,
utiliza en su libro La investigación en la comunicación, indistintamente las nociones de
sociología del emisor y Newsmaking. Inclusive el capítulo correspondiente aparece titulado “De
105 Adaptado de Rositi (1981, pp. 106 y 107), citado por Alsina (1989, p. 128). El texto original está en italiano y no hay traducciones, ni se consigue en librerías, bibliotecas o sitios digitales de compra. 106 Entre 1987, cuando publicó el texto y 2016, año de la elaboración de la presente tesis, este tipo de estudios fueron configurando una corriente que generó investigaciones no sólo en los Estados Unidos sino también en Europa y América latina.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
162
la sociología de los emisores al ‘newsmaking’” (1987, p. 201). Por el contrario, Hernández
Ramírez enfatiza que “los llamados estudios del Newsmaking forman parte de la sociología de
los emisores, de la sociología del polo productor del mensaje y no de su evolución, como sugiere
el título” (1997, p. 210)
La investigación que se ocupa de la producción de mensajes en los medios masivos tiene su
origen en la década de 1970 en los Estados Unidos. Es la denominada Media Sociology consiste
en el análisis de los medios como organizaciones complejas que producen noticias de modo
industrial y que Hernández Ramírez, con citas de Lozano (1996, p. 58) denomina “sociología de
la producción de mensajes” con el fin de evitar las confusiones que surgirían en el idioma
castellano (1997, p. 211). El objeto de estudio está en la organización periodística y sus rutinas
productivas. Van Dijk señala, al comentar el trabajo etnometodológico de Tuchman (1978) que
si bien halló coincidencias con otros estudios en cuanto al “interés por las rutinas cotidianas” de
los redactores y editores, es importante destacar que estas rutinas “se describen como
operaciones cotidianas de reconstruir la realidad como noticia y, al mismo tiempo, como la
materialización de los procesos institucionales en los cuales tiene lugar la producción de la
noticia”. (1990, p. 22).
La tradición del portero.
En 1947 Kurt Lewin introdujo el concepto de Gatekeeper a partir de un estudio que realizó,
desde la psicología, sobre los grupos sociales. Observaba que algunas zonas en los canales por
los que discurren los comportamientos relativos a determinados campos podían funcionar como
puertas, como porteros, en definitiva, como válvulas reguladoras del paso de la información.
Tres años después David Manning White, aplicaría el concepto al estudio de los medios de
comunicación para observar cómo se determinaba qué noticias serían publicadas y cuáles no.
En su búsqueda, White encontró que nueve de cada diez comunicados de las agencias noticiosas
son descartados y que las razones son eminentemente subjetivas, aunque los periodistas que
actúan como seleccionadores lo atribuyen a razones formales, como la falta de espacio o
solapamiento con noticias ya publicadas. El concepto de guardabarreras se vinculaba
directamente con el criterio de noticiabilidad y de “distorsión voluntaria de la información”, que
se deriva, según Stella Martini, de la selección “a partir de los efectos y la presión que la
institución periodística imponía a sus empleados” (2000, p. 75).
Este enfoque, según el cual un editor define qué se publica y qué no se publica en un periódico
se convirtió en un tema presente en muchos estudios de la comunicación masiva. La metáfora
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
163
se centra en la selección y no abarca otros aspectos importantes en los procesos de trabajo, como
la jerarquización y la construcción de las noticias, pero la tomamos en cuenta para analizar
algunos de los procesos de selección que determinan la noticiabilidad de los acontecimientos.
Esta noción adquirió importancia en los estudios de la comunicación masiva para aplicar el
estudio del emisor a quienes ocupan una posición de decisión en los medios.
Wolf menciona dos corrientes en el estudio de los emisores: una es la sociología de las
profesiones, que se concentra en los procesos de socialización, el adiestramiento, los roles
productivos y las exigencias organizativas. La otra es la de los análisis que se enfocan en la lógica
de los procesos productivos de la comunicación de masas y la organización del trabajo en el que
se elaboran los mensajes, Newsmaking o construcción de noticias:
De los media –que constituyen un núcleo central de la producción simbólica en las
sociedades actuales- es necesario conocer no sólo los sistemas de valores, de
representaciones, de imaginario colectivo que proponen, sino también la forma, los
procesos, las restricciones y las limitaciones con los que se lleva a cabo (1987, p.210).
Desde esta perspectiva se estudian tanto la cultura profesional de los periodistas como la
organización del trabajo y de los procesos productivos. Por un lado los hábitos, los códigos,
rituales y convenciones sobre el trabajo en los medios y por el otro las restricciones propias de
la organización del trabajo, sobre las cuales se apoyan las convenciones, ligadas a los criterios
de noticiabilidad, el uso de fuentes y en general a las rutinas productivas. Wolf destaca además
que el producto informativo “parece ser el resultado de una serie de negociaciones,
pragmáticamente orientadas, que tienen por objeto qué incluir y cómo incluirlo en el periódico,
informativo o telediario” (1987, p. 220).
Otro concepto que tomamos en cuenta para nuestro análisis es el de valores-noticia, que son
una serie de reglas prácticas que forman parte de la cultura profesional y que, según Wolf, son
un componente de la noticiabilidad. Wolf define a la noticiabilidad como “el conjunto de
elementos a través de los cuales el aparato informativo controla y gestiona la cantidad y el tipo
de acontecimientos de los que seleccionar las noticias”. Los valores-noticia, los criterios de
noticiabilidad y el conjunto de rutinas constituyen recursos que permiten reducir el tiempo de
análisis de los acontecimientos y la verificación, de modo que hay menor incertidumbre y mayor
eficiencia en el trabajo de los periodistas (1987, pp. 222 a 225).
Estos valores cambian en los periódicos digitales, donde en un turno de trabajo el periodista
escribe la mayor cantidad de notas posibles con el obstáculo de la falta de tiempo para cumplir
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
164
con las rutinas profesionales. Como señalara Lila Luchessi, “no puede salir a la calle, no puede
chequear las fuentes, no puede hablar con nadie, no tiene ese tiempo que el periodismo
tradicional implicaba de tomarse un café con la fuente directa y llegar, porque además esa fuente
le gana al tirar títulos por Twitter” (2015).
El mundo social del diario
A través de las rutinas, los periodistas interactúan con otros actores dentro y fuera de la
redacción, se desempeñan en un mundo social, en términos de Howard Becker (2008). Se trata
de un conjunto de individuos que cooperan de manera coordinada en una acción en la que
comparten un sistema de creencias.
En Los Mundos del Arte (2008), publicado por primera vez en 1982, Becker sostiene que para
la construcción de toda obra artística se requiere un mundo de actores sociales que participen
cooperativamente. Parte de una breve cita en la que un escritor, Anthony Trollope, esboza
algunas de sus rutinas matutinas antes de trabajar, para introducir luego el razonamiento:
Al igual que toda actividad humana, todo trabajo artístico comprende la actividad
conjunta de una serie –con frecuencia numerosa- de personas. Por medio de su
cooperación, la obra de arte que finalmente vemos o escuchamos cobra existencia y
perdura. La obra siempre revela indicios de esa cooperación. Las formas de cooperación
pueden ser efímeras, pero a menudo se hacen más o menos rutinarias y crean patrones
de actividad colectiva que podemos llamar un mundo del arte. La existencia de los
mundos del arte, así como la forma en que su existencia afecta tanto la producción como
el consumo de obras de arte, sugiere un abordaje sociológico de las artes. No se trata de
un abordaje que produzca juicios estéticos, si bien muchos sociólogos se fijaron esa tarea
como objetivo. En lugar de ello, genera una comprensión de la complejidad de las redes
cooperativas a través de las cuales tiene lugar el arte de la forma en que las actividades
tanto de Trollope como de su servidor se entrelazaban con las de impresores, editores,
críticos, bibliotecarios y lectores en el mundo de la literatura victoriana (2008, pp.17-18).
Podemos analizar la interacción en el mundo social de la redacción periodística a partir de sus
rutinas, costumbres y evidencias; su organización; los códigos culturales que favorecen su
comunicación y la creatividad aplicada a la resolución de problemas.
Strauss propuso el concepto de orden negociado, que trabajó específicamente para un hospital
psiquiátrico. Hay reglas no escritas que rigen entre los profesionales y entre los profesionales y
los pacientes. El hospital es un espacio de relaciones simbólicas que se expresan a través de las
prácticas cotidianas. (1964). También la redacción de un diario es un espacio de relaciones
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
165
simbólicas en el que se desarrollan prácticas sociales que no se limitan al espacio de la redacción
y a los periodistas, sino que involucran a otros actores sociales dentro y fuera del espacio común
de trabajo. Son prácticas que involucran a los periodistas y a dos de sus interlocutores: las
fuentes y los lectores, pero también incluyen relaciones entre los periodistas y los otros
integrantes del proceso productivo, algunos de carácter crítico para el desarrollo del ciclo
industrial, como comercialización, preimpresión, impresión y distribución, y otros que sin
representar áreas o intereses específicos dentro de la empresa, tienen relación directa con los
periodistas, como el coordinador editorial y el coordinador gráfico.
Otro actor del proceso productivo vinculado con la redacción es el secretario de cierre –también
llamado jefe de cierre- quien tiene la tarea de coordinación entre la redacción y los sectores de
preimpresión e impresión en la etapa final del ciclo productivo, cuando se deben verificar las
planchas y las pruebas a efectos de asegurar que no se produzcan errores. Igualmente los
periodistas están en relación con los empleados de producción gráfica y diseño publicitario, que
son los técnicos encargados de procesar los avisos que llegan de las agencias publicitarias e
interactúan con las áreas de comercialización, redacción y preimpresión.107
Esta trama compleja de la redacción y sus relaciones de trabajo constituyen un “mundo social”.
Como señala el investigador brasileño Fabio Henrique Pereira, “descuidar este tipo de enfoque
puede causar la falsa impresión de que existe una supuesta ‘naturaleza’ de la práctica
periodística”, pues las convenciones que rigen el mundo social de los periodistas:
…pueden ser sistematizadas en el mundo de los periodistas por medio de códigos
deontológicos, leyes, manuales de redacción y un cuerpo de conceptos y teorías, presente
en libros y enseñado en las universidades. O pueden existir de manera menos formal y ser
compartidas únicamente por los que participan en una determinada actividad
directamente relacionada con el oficio. Parte de esas convenciones es socializada a todos
los integrantes del mundo social para coordinar su participación en la red de cooperación
(2010, pp.101-124)
El propio Becker abre el abanico de posibilidades cuando dice que “limitar el análisis a lo que
una sociedad define como arte, excluye demasiadas cosas que son interesantes” (2008, p. 53).
Desde esta perspectiva, el periodista de un medio gráfico no depende en su actividad
107 Si bien los nombres cambian de acuerdo con las normas de cada empresa y autor, tomamos como modelo el que utilizamos para fines didácticos en la materia Planificación de la Actividad Periodística I, en la carrera de Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires. Está construido sobre la base de la experiencia profesional personal en los diarios Página 12, el Cronista y Clarín y la tarea de campo realizada en el diario La Nación.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
166
exclusivamente de las rutinas más difundidas, como la búsqueda de información noticiable, la
recolección de datos, la verificación de las fuentes y la redacción, sino que también está
condicionado por otras prácticas que lo vinculan con un mundo social más amplio.
Para que la cooperación entre los diferentes actores se pueda concretar se necesitan ciertas
convenciones, que no se discuten en cada ocasión en la que se elabora la obra, sino que se
sostienen por acuerdos previos ya convertidos en hábito. Estas convenciones constituyen un
límite, porque forman parte de sistemas interdependientes cuya modificación requeriría de
negociaciones complejas (Becker, 2008). Ello no significa que sean convenciones fijas,
inmutables, sino que sufren cambios porque son parte de un orden negociado, en términos de
Strauss (2004). Esta renegociación de las convenciones aparece durante la automatización
informatizada de los diarios, según puede apreciarse en el relato de los entrevistados durante el
trabajo de campo y en la presentación institucional de la empresa108. Los cambios en el proceso
productivo de los diarios y en las rutinas, que comenzaron a aplicarse en las etapas de la
redacción, el diseño, la preimpresión y la impresión, afectaron directamente a las tareas de los
sectores involucrados y al mismo tiempo estimularon una reafirmación y en muchos casos la
reorganización de las autoridades en cada departamento.
El sistema informático en red obliga a cada miembro de la organización, cualquiera sea el puesto
de trabajo que desempeñe, a ingresar una identificación y una clave para poder entrar, conocido
en la jerga informática como loguearse109. Cuando un periodista, diseñador, editor, fotógrafo, o
infografista ingresa a la red, lo hace con su identificación, lo cual implica que puede hacer las
tareas que corresponden al rol asignado. Está definido digitalmente qué es lo que debe hacer,
qué es lo que puede hacer y qué es lo que tiene prohibido. Los roles y status están definidos a
priori por los técnicos informáticos que diseñan el sistema y por los que lo adaptan a la
estructura de la empresa (Ver entrevistas E4 y E8 en el capítulo 4).
Pero al mismo tiempo estos cambios en las convenciones se reflejan en la reformulación de las
relaciones contractuales, no sólo en términos legales sino en las prácticas sociales de los
periodistas. Los trabajadores sin relación de dependencia, que elaboran material a destajo y
cobran retribuciones como proveedores de servicios, son a su vez teletrabajadores, periodistas
que trabajan desde afuera de la redacción, con sus propios recursos -espacio físico, conexión a
108 Ver Capítulo 4 (Análisis de Resultados). 109 En seguridad informática se utilizan dos términos para indicar la entrada a un sistema. El más habitual es “log-in”, que significa que el código de cada potencial ingresante está archivado en la memoria y debe cotejarse. La otra opción es “enter-in”, menos usada. En inglés la entrada al sistema es “log in” y la salida es “log off “. En castellano es “entrar” o “salir”, aunque en la jerga profesional se puede usar la castellanización “loguearse” o “desloguearse”. Fuentes: diccionario Oxford Pocket Edición Rioplatense (2011), Oxford University Press, Buenos Aires. Diccionario de Informática y Tecnología Alegsa, recuperado el 15-12-2015 en: Alegsa.com.ar
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
167
Internet y computadora, entre otros-, que pueden producir para una sola empresa o tener
múltiples empleos precarios.
Como parte de la crisis del sector, el empleo en el periodismo se caracteriza a partir de la década
de 1990 por una tendencia a la precariedad o inestabilidad. Es lo que la OIT denomina trabajo
atípico, encarnado en la contratación a destajo conocido en el mundo con el término anglosajón
free lance y en la Argentina como colaboración. Es una crisis que no sólo afecta a los periodistas
en su actividad laboral sino también a la calidad de su trabajo, como señalara en 2006 la
Federación Internacional de Periodistas (FIP) en un documento presentado como conclusión de
un encuentro tripartito realizado en 2004 auspiciado por la OIT. Indica que la inseguridad en el
empleo contribuye a la disminución de los informes críticos y de investigación y que los cambios
en la concentración de medios, así como la presión externa, dan lugar a una cultura progresiva
de la autocensura en los medios de comunicación (2006).
Como hemos señalado, se trata de una problemática que afecta a los periodistas de gran parte
del mundo. En el documento final del encuentro tripartito ya mencionado, en el que se analizó
la situación laboral de los trabajadores en las diferentes industrias culturales en el marco de la
globalización, la FIP vuelve a poner el acento en la situación del trabajo atípico. Según el
documento, los periodistas y trabajadores de los medios son crecientemente empleados en
relaciones atípicas y contingentes, empleo casual, uso de trabajo por contrato y crecientemente
el uso de empleo triangulado, ambiguo o encubierto. (OIT-FIP, 2006)
En la Argentina, el Estatuto Profesional del Periodista significó un gran avance en la defensa de
los derechos de los periodistas en 1946 –resistido por las empresas del sector- y sigue vigente en
el siglo XXI, aunque la realidad de la profesión ha cambiado en muchos aspectos. Según Loreti
y Lozano, muchas adaptaciones posteriores surgieron de la jurisprudencia:
En sus arts. 2 y 21, el Estatuto determina el encuadramiento, la definición de quiénes son
periodistas profesionales y la forma de ingreso a la profesión. De tal modo, son periodistas
Profesionales quienes a cambio de retribución pecuniaria y en forma regular realizan
Tareas en servicios informativos de empresas de radiodifusión o cinematográficas.
Posteriormente, la jurisprudencia ha ido reconociendo una cierta neutralidad de soportes
para tal calificación profesional, fundamentalmente tras la irrupción de internet. (2013,
p. 66)
Si bien no es objeto de esta tesis analizar la problemática del trabajo precario, diremos aquí que
en el caso de los periodistas argentinos, el trabajo precario se encuadra parcialmente en la figura
del “colaborador” contemplado el Estatuto del Periodista Profesional. La norma fija dos
categorías: la del colaborador ocasional, no reconocida formalmente como periodista
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
168
profesional y la del colaborador permanente, que tiene una relación de dependencia pero cobra
a destajo y negocia personalmente su retribución (Ley 12.908, art. 2):110
Se consideran periodistas profesionales, a los fines de la presente ley, las personas que
realicen en forma regular, mediante retribución pecuniaria, las tareas que les son propias
en publicaciones diarias, o periódicas y agencias noticiosas. Tales el director, codirector,
subdirector, jefe de redacción, secretario general, secretario de redacción, prosecretario
de redacción, jefe de noticias, editorialistas, corresponsal, redactor, cronista, reportero,
dibujante, traductor, corrector de pruebas, reportero gráfico, archivero y colaborador
permanente. Se incluyen las empresas radiotelefónicas, cinematográficas o de televisión
que propalen, exhiban o televisen informativos o noticias de carácter periodístico, y
únicamente con respecto al personal ocupado en estas tareas.
Se entiende por colaborador permanente aquel que trabaja a destajo en diarios,
periódicos, revistas, semanarios, anuarios y agencias noticiosas, por medio de artículos o
notas, con firma o sin ella, retribuidos pecuniariamente por unidad o al centímetro,
cuando alcance un mínimo de Veinticuatro colaboraciones anuales.
Quedan excluidos de esta ley los agentes o corredores de publicidad y los colaboradores
accidentales o extraños a la profesión.
No se consideran periodistas profesionales los que intervengan en la redacción de diarios,
periódicos o revistas con fines de propaganda ideológica, política o gremial, sin percibir
sueldos (1960, art.2).
Respecto de la situación de los colaboradores, Loreti y Lozano destacan la importancia de
que el Estatuto contenga a los llamados “permanentes”:
Otro de los datos más importantes de la vigencia de la ley 12.908 es la figura del
“colaborador permanente”. Esta acertada previsión que incorpora como “periodista
profesional” a quien supera las veinticuatro colaboraciones anuales, contrasta con la
situación de indefensión de muchos colegas que actúan en otros países —incluyendo el
hemisferio norte—donde sólo se los reconoce como escritores independientes, salvo que
trabajen a favor de otro (…) (2013, p. 69)
Una situación diferente tienen los colaboradores ocasionales, periodistas que trabajan a
destajo, no están contemplados en las negociaciones paritarias y su actividad laboral
depende de la voluntad de editores y empresas. Existe una amplia jurisprudencia en el
fuero laboral en la que los colaboradores ocasionales son considerados como empleados,
110 Para profundizar el tema recomendamos la lectura del texto de Suárez (2012), uno de los materiales disponibles enfocados directamente a la cuestión de la precarización del trabajo periodístico en el contexto multimedia.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
169
pero esto ocurre cuando son despedidos, es decir cuando la empresa decide que no
colabore más.
El Estatuto del Periodista define que un colaborador ocasional pasará a ser permanente -
categoría que, como señalamos, está encuadrada en la ley como periodista profesional-
cuando llegue a publicar 24 colaboraciones en un año calendario. En algunas de las
entrevistas realizadas detectamos que las empresas limitan el número de colaboraciones
a 23 anuales para no tener que incluirlos legalmente, por lo cual en la jerga profesional se
los conoce como “sub-24”. Permanecen como proveedores de servicios ocasionales, pagan
sus propias cargas sociales, carecen de vacaciones, aguinaldo, licencia por enfermedad y
otros derechos sociales comunes en otras actividades. (Entrevistas exploratorias a
colaboradores ocasionales)
Profesión y tecnología.
El determinismo tecnológico propone un nuevo modelo profesional del periodista al cual debe
adaptarse para poder trabajar, pero deja de lado todo análisis sobre las razones por las cuales la
empresa periodística establece dichos requerimientos. Tampoco estudia cómo se refleja en las
condiciones de trabajo y en las retribuciones. Se propone un trabajador polivalente, capacitado
para desarrollar actividades en múltiples plataformas y con condiciones para el análisis de la
realidad, modelo inevitable para conseguir trabajo.
Quedan pendientes los estudios de factores que forman parte del contexto de tal transformación,
como la concentración de los medios y la desocupación creciente en el sector. Son factores que
derivan en la exigencia por parte de las organizaciones periodísticas de una mayor productividad
para que los profesionales consigan trabajo. Su vínculo laboral, además, se precariza en el marco
de una descentralización que se apoya en la innovación tecnológica (Suárez, 2012).
En los análisis de quienes describen el llamado nuevo modelo profesional del periodista, se deja
de lado este aspecto o se lo menciona sólo a modo de descripción de los grandes cambios
mediáticos de los últimos 20 años. Se lo menciona como algo dado en un mundo en el que la
tecnología habría determinado que las empresas establecieran unos requerimientos laborales
nuevos para los periodistas. En el discurso aparecen distintos niveles considerados como uno
solo: se menciona que el periodista tiene nuevas posibilidades, pero no se toma en cuenta que
en la práctica se trata de producir más en un mismo tiempo, lo que constituye un aumento de
productividad. Sólo en algunos casos, como en el de Pavlik se señala como una consecuencia
criticable la mayor exigencia laboral por la misma retribución (2001)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
170
En el mismo sentido, en nuestro trabajo de campo nos encontramos con que los periodistas que
vivieron el proceso de automatización informatizada o digitalizada de las redacciones desde fines
de los años 80 describen el cambio como una forma de trabajar más por el mismo contrato,
aunque de manera más cómoda.
Las exigencias profesionales que implica el llamado nuevo modelo de periodista han sido
descriptas desde la visión de las empresas, con centro en la demanda de los empleadores. Desde
nuestra perspectiva, el análisis queda incompleto si no se lo observa desde la perspectiva de los
periodistas, como una condición de contratación por parte de las empresas y no sólo como una
carencia profesional.
Si bien la polivalencia ha sido uno de los rasgos más característicos en las descripciones del
llamado nuevo modelo profesional del periodista, también son importantes otros aspectos.
Entre ellos, su capacidad de adaptación al trabajo flexible, preexistente, pero difundido con
mayor énfasis a partir de la aparición de innovaciones tecnológicas o desarrollos como los
diferentes dispositivos móviles, la banda ancha y la popularización del uso de recursos
informáticos en el hogar. También, en casos de responsabilidades más complejas que son
flexibilizadas, el acceso remoto a las redes de la empresa, tal como hemos detectado en nuestro
trabajo de campo.111
Esta relación desigual entre empresa y periodista y sus consecuencias sobre los procesos de
trabajo de los profesionales es un aspecto que ha sido problematizado por el mundo académico
de diferentes maneras: como parte de otros enfoques: legislación laboral (Suárez, 2012),
economía de la comunicación y la cultura (Zallo, 1988), producción de la noticia (Martini y
Luchessi, 2004). También en aspectos específicos de la innovación tecnológica, como el
teletrabajo (Lenguita, 2009; Lenguita, Duhalde y Villanueva, 2005); o en estudios en los que se
hacen referencias a la precarización laboral de los periodistas (Díaz Nosty, 1985; Abal Medina,
Arias, Battistini, Busso, Criveli, Menéndez y Miguez, 2009; Salaverría, 2009; Schmucler, 1995;
Schmucler y Terrero, 1987, 1989; Bonofiglio y Fernández, 2003).
Las industrias culturales
La Economía Política Crítica de la Cultura y la Comunicación (EPCCC) es uno de los enfoques
que utilizamos para estudiar el proceso de producción de mensajes en relación con los cambios
111 En las entrevistas exploratorias observamos que hay casos, que no citamos por razones legales, de editores de secciones que no tienen relación laboral formalizada, pero utilizan una identificación y clave otorgados por la empresa para ingresar a los sistemas de edición desde sus hogares.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
171
en la propiedad y en la estructura de las empresas en tanto industrias culturales. Nos interesa
esta disciplina para analizar el rol de los trabajadores de prensa en la producción de valor y el
papel de la renovación tecnológica en el aumento de la productividad del trabajo y de la
rentabilidad de las compañías. Dentro de esta perspectiva, elegimos determinados conceptos y
teorías porque les damos prioridad sobre otros como herramientas que nos resultarán de
utilidad para explicar determinados fenómenos, pero ello no significa que sean la “mejor o única
manera de entender las prácticas sociales” (Mosco, 2006, p. 66).
Comenzaremos por delimitar el espacio más amplio de la economía política. La producción, la
distribución y el consumo son el contenido básico de lo económico. Los discursos económicos
surgieron y adquirieron un rol relevante a partir el cambio del orden feudal y la generación de
un orden capitalista, al buscar la explicación a problemas que emergían de el desarrollo de
nuevas formas de comercio, de la tecnificación y parcelación del campo y de la migración de
grandes masas de campesinos y pequeños propietarios hacia los centros urbanos.
Estos cambios en la agricultura y la industria revolucionaron la producción, la sociedad y la
concepción del tiempo y el espacio a partir del siglo XVIII (Ashton, 1950, pp. 67-103). Se
generalizaron nuevos conceptos que reflejaron los cambios: precios, ganancias, riqueza,
mercado y Estado. La relación entre el Estado y el mercado se convirtió desde la consolidación
del sistema capitalista en uno de los principales objetos de estudio de la economía política
(Burkún, Spagnolo, 1986, pp. 20-24).
El estudio de estos procesos, de estos cambios en las relaciones de producción entre individuos
requiere una visión que contemple su historicidad y al mismo tiempo analice cada nueva
realidad. En palabras de Karl Marx:
…cuando hablamos de producción nos referimos siempre a la producción de una etapa
determinada del desarrollo social: de la producción de individuos que viven en sociedad.
Por lo tanto, podría parecer que para hablar de la producción en general sería necesario,
ya sea seguir el proceso histórico de su desarrollo en sus distintas fases, o bien declarar
antes que nada que uno se ocupa de una época histórica determinada, por ejemplo, de la
producción burguesa moderna, que es en realidad, nuestro verdadero tema (2008, p. 57).
Para nuestro estudio interesa observar cómo el trabajo periodístico en los medios de
comunicación masiva evolucionó en el marco de la interrelación compleja entre economía,
política y cultura. Entendemos a los medios de comunicación masiva como industrias culturales.
El término fue propuesto por la Escuela de Frankfurt para describir sistemas de producción y
distribución de bienes y servicios culturales destinados al mercado. Ramón Zallo explica que el
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
172
concepto de industria alude a una forma de producción excluyente de “otras formas culturales y
comunicacionales”, que son aquellas no mediadas por un sistema de producción organizado
industrialmente, sistema que es inescindible de una forma de organización empresarial con
división entre las esferas de capital y trabajo. Zallo explica que la noción de industria cultural se
refiera a:
(…) una parcela de la cultura y la comunicación cuyos contenidos y formas, por un lado,
son parte de los sistemas de ideas y valores de una sociedad y por el otro, son generados
industrialmente, ya sea en forma de producción material o inmaterial (bienes o servicios)
cristalizados en mercancías culturales, es decir, en producciones intercambiables en el
mercado y que valorizan capitales y reproducen relaciones sociales (1988, pp. 25-26).
Si bien la economía no es necesariamente determinante de una superestructura cultural
consideraremos a las relaciones de producción como un elemento importante en el
conocimiento de la problemática de la cultura y la comunicación. Como señala Mosco en su ya
clásica definición de la Economía Política: “En un sentido estricto, economía política es el
estudio de las relaciones sociales, particularmente las relaciones de poder, que mutuamente
constituyen la producción, distribución y consumo de recursos, incluidos los recursos de
comunicación” (2006, p. 59)
En estas relaciones sociales entre política, economía y cultura la interacción delimita un campo
que Zallo denomina “Economía Crítica de la Cultura y la Comunicación”:
Nuestro campo, llámese economía política de la comunicación o economía crítica de la
cultura y la comunicación –denominación que prefiero-, es sólo una parte, eso sí,
sustancial, del punto de vista crítico en esa suma de disciplinas –economía, sociología o
política- que se acercan al análisis social de la cultura y la comunicación112. Con ello
quiere decirse que nuestro campo no es omnicomprensivo, y que también hay una
sociología crítica de la cultura y la comunicación (Williams, Bourdieu…) o una politología
crítica (Gramsci, Miliband, Offe, Bobbio…), a los que habrá que añadir en la medida de
su desarrollo otros campos (una ecología crítica…) (2011, p. 17)
112 “La cultura es un campo específico de las sociedades, pero como objeto de estudio es compartida por ciencias sociales como la antropología y la sociología, que describen fenómenos sociales y modos de vida; la economía, que la considera un sector; el urbanismo, que la entiende como una cualidad del entorno; y todos los cruces posibles de disciplinas distintas como ocurre en los encuentros entre arte, cultura, ciencia y tecnología” (Zallo Elguezábal, 2011, p. 17).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
173
Los segmentos
La economía política es una herramienta que permite profundizar el conocimiento de la
comunicación. Es por ello que en esta tesis hemos puesto nuestro interés en su enfoque crítico
aplicado a la cultura y la comunicación, siempre como parte de una visión interdisciplinaria.
Tomamos en cuenta la importancia de los medios en la generación de mercancías y los cambios
sustanciales que ha sufrido a partir del siglo XXI. En particular, el nuevo rol que tiene para los
lectores, convertidos en usuarios, en el marco de una transformación de las lógicas de
producción, circulación y consumo de los medios. El estudio de la lógica productiva de los
medios en tanto industrias culturales y su estructura económica actual requiere también
considerar los cambios que se vinculan no sólo a las transformaciones tecnológicas, sino
también al debilitamiento del Estado a raíz de los procesos de desregulación y concentración de
las empresas, sin caer por ello en las visiones tecnologistas:
Hoy en día resulta inevitable enmarcar el análisis de esos cambios en el contexto de la
sociedad de la información, es decir, desde su concepción como una radical
transformación de las bases económicas y políticas sobre las que se sustenta la producción
cultural y comunicativa y de la forma en que ésta se vincula con los procesos sociales
fundamentales: poder, identidad, desarrollo, etc. Pero frente a la actual proliferación de
profecías tecnologistas vinculadas a este nuevo marco conceptual parece necesario, más
que nunca, afinar los conceptos y ejes de análisis que permitan comprender mejor los
drásticos cambios que están operando en el sector comunicativo y cultural, así como
aprehender las nuevas lógicas operativas de su desarrollo. (Azpillaga, Miguel De Bustos y
Zallo Elguezábal, 1998, pp. 53-74).
Este estudio requiere de un análisis de las industrias culturales que contemple los cambios en
cuestión y, específicamente en el caso de los diarios, es necesario comenzar por una revisión
profunda de los procesos productivos, del trabajo concreto realizado en las redacciones:
“…he aquí un tema por investigar: las transformaciones de las lógicas de trabajo en los
procesos de producción de información, comunicación y cultura en el sistema de
mercados: ¿qué rol asumen los periodistas?, ¿en qué condiciones producen?, ¿qué valores
producen?” (Del Valle-Rojas, Nitrihual-Valdebenito, Mayorga-Rojel, 2012, pp. 99-100).
Específicamente en el caso de la prensa gráfica destacamos la importancia de una descripción y
análisis de cómo esas rutinas se transformaron gradualmente. Para ello tomamos en el campo
de la economía política crítica la segmentación propuesta por Zallo a partir de la consideración
del producto, el proceso productivo, la valorización y su uso social: actividades preindustriales
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
174
(espectáculos culturales de masas); edición discontinua (edición impresa, edición
cinematográfica y su variante videográfica); edición continua (prensa escrita); difusión continua
(radio, televisión en sus variantes hertzianas, cable y satélite); segmentos culturales de nuevas
ediciones y servicios informáticos y telemáticos de consumo (programas informáticos, teletexto,
videotex, bancos y bases de datos)113 (1988, p.71).
Durante la segunda mitad de la década de 1980 se produjo en la prensa, un sector de edición
continua, la informatización de todo el ciclo de producción. Se aplicaron sistemas que
organizaron desde la búsqueda de la información y la elaboración en la redacción hasta las
etapas de preimpresión e impresión. Esta transformación afectó a cada una de las profesiones
involucradas y la racionalización productiva, cuyos resultados describe Zallo Elguezábal:
La cuestión de la informatización no reside en si hay que modernizar o no los diarios y
volverlos competitivos frente a los otros medios, sino en las razones profundas, formas e
implicaciones que suponen para el trabajo y la producción del capital. Desde el punto de
vista formal, la informatización, la concentración y la diversificación de los medios
redundan en una racionalización productiva, en la posibilidad de un servicio más eficaz,
en el ahorro de trabajo social, en la simplificación del trabajo eliminando rutinas y
repeticiones, en la maximación del volumen de información y la capacidad de selección,
etc. (Zallo Elguezábal, 1988, p.116).
Esta simplificación del proceso de trabajo permite suprimir actividades que no dejan de hacerse
sino que son realizadas por las computadoras o se transfieren a la redacción y, más
precisamente, a la jefatura de redacción o a la edición. En forma concomitante con estos cambios
en las diferentes etapas de trabajo y en la reconfiguración de las relaciones entre profesiones,
hubo una primera redefinición de lo que Schmucler y Terrero denominaron la cultura del oficio
periodístico. (Schmucler, Terrero, 1989, p. 225)
Tomamos el término oficio del original de los autores, sin abordar la discusión sobre el carácter
de profesión u oficio del periodismo, que entendemos es para otro estudio. El tema ha sido
ampliamente debatido y algunos periodistas de gran trascendencia se han inclinado por
considerarlo un oficio y un arte que no se estudia sino que se practica. Como señaló Gabriel
García Márquez:
113 El texto es de 1988, por lo cual si bien en esta última categoría se alude a “ediciones y servicios informáticos y telemáticos de consumo”, las especificaciones de dichos servicios quedaron desactualizadas. Existe una bibliografía abundante sobre el tema que se puede consultar para profundizar en este aspecto: (Azpillaga y otros, 1998), (Mosco, Vincent, 2006),
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
175
Estas reflexiones, por el contrario, se fundan precisamente en la certidumbre de que el
periodismo escrito es un género literario. Hace unos cincuenta años no estaban de moda
escuelas de periodismo. Se aprendía en las salas de redacción, en los talleres de imprenta,
en el cafetín de enfrente, en las parrandas de los viernes. Todo el periódico era una fábrica
que formaba e informaba sin equívocos, y generaba opinión dentro de un ambiente de
participación que mantenía la moral en su puesto. Pues los periodistas andábamos
siempre juntos, hacíamos vida común, y éramos tan fanáticos del oficio que no
hablábamos de nada distinto que del oficio mismo. El trabajo llevaba consigo una amistad
de grupo que inclusive dejaba poco margen para la vida privada. No existían las juntas de
redacción institucionales, pero a las cinco de la tarde, sin convocatoria oficial, todo el
personal de planta hacía una pausa de respiro en las tensiones del día y confluía a tomar
el café en cualquier lugar de la redacción” (1966).
Para profundizar el tema hay distintos enfoques, entre ellos la consideración diferencial entre
ocupaciones (occupations) y profesiones (professions) sostenida por el funcionalismo y
cuestionada por el interaccionismo simbólico (Urteaga, 2008).
Nosotros consideraremos que, como en cualquier otra industria, la aplicación de recursos
informáticos en la prensa es una forma de bajar costos, reducir el uso de mano de obra, producir
con mayor rapidez y aumentar la productividad114. Pero al mismo tiempo promueve cambios en
la organización y en los procesos de trabajo y provoca el desplazamiento o la “recalificación de
ciertas profesiones”, con lo cual hay una reestructuración de la labor y de “los lenguajes
periodísticos” (Schmucler, Terrero, Op. Cit., p. 225).
Desde la economía crítica, Zallo Elguezábal diferencia los efectos que esta simplificación de los
procesos de trabajo a partir de la informatización o digitalización producen sobre distintos
trabajadores de la empresa periodística. Los primeros sectores que son afectados están en la
preimpresión y en la impresión, en lo que habitualmente se denomina “talleres”. Pero también,
coincidiendo con Schmucler y Terrero, puntualiza los resultados en la carga laboral de los
editores por encima de los redactores. Menciona:
La simplificación del proceso de trabajo en el que se suprimen varias fases que en cuanto
a su control tienden a remitirse constantemente al área de redacción, pero más
pertinentemente a la jefatura de redacción o edición, es decir a puestos de confianza. La
simplificación ha afectado mucho más profundamente a administración y subalternos, a
la composición e impresión (descualificación y movilidad funcional) que a la redacción.
114 El concepto de productividad se expresa en la cantidad de bienes que se logra producir en un tiempo determinado. Se dice que hay un aumento de productividad cuando, en un espacio de tiempo dado, la combinación de los elementos del proceso de trabajo da como resultado un aumento en la producción. La tecnificación o la innovación tecnológica ‘aumentan la productividad del trabajo’ en el sentido de que requiere menor esfuerzo humano por cada unidad de producto. (Di Tella, Torcuato, 1989, p. 479) Por otra parte, es importante recorrer los enfoques sobre la productividad en el trabajo inmaterial. Ver, entre otros, el trabajo de Negri y Lazzaratto (1994).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
176
Esta situación es transitoria hasta que surja una mano de obra nueva, sustitutiva de los
oficiales tradicionales (1988, p.117).
Sobre estas bases que contemplan las relaciones en el mundo social del periódico, las múltiples
interacciones entre los actores que producen los diarios y el contexto económico de la
comunicación y la cultura en el que están insertos, analizaremos luego en el capítulo
correspondiente los resultados hallados en el trabajo de campo.
4.2. Estado del arte
Los medios masivos de comunicación son empresas de diferentes dimensiones cuya estructura
requiere un análisis complejo. No sólo debe contemplar su constitución como organizaciones
cuyo fin es el de informar, sino también que son gestionados con el propósito de obtener
ganancias en entornos competitivos y tienen fines económicos y políticos (McQuail, 1994, p. 243
y 244). Para cumplir con sus objetivos los diarios impresos en papel, en tanto organizaciones
empresariales, tienen estructuras mediante las cuales pueden producir los contenidos en el
menor tiempo y con los menores costos posibles.
En los estudios referidos a los medios masivos de comunicación y especialmente sobre los
diarios detectamos que hay un predominio de los análisis observacionales, recopilaciones de
análisis de terceros e incluso ensayísticos, muchos de los cuales siguen vigentes hasta la
actualidad. Nos encontramos con un número más importante de estudios sistemáticos a partir
de las décadas de 1970 y 1980 en el caso de los Estados Unidos y luego en otros países, que ya
han sido sistematizados por algunos autores: (Wolf, 1987; McQuail, 1994; Lozano Rendón, 2007
y Cervantes Barba, 1994, 1995 y 2001). También observamos que existe una profusión de
estudios sobre la convergencia de las redacciones, que en la mayoría de los casos se focalizan en
el análisis de las características de los periódicos digitales y en especial de los requerimientos
laborales de las empresas.
En cambio notamos que ha sido menos estudiado el momento de la digitalización de las
empresas periodísticas, sus consecuencias sobre las relaciones entre los diferentes actores que
elaboran el diario en papel, también sobre la integración, aún sin llegar a la convergencia, de las
redacciones que producen ambos medios: (Hills, 1980; Carter y Cullen, 1983; Schmucler, 1995;
Schmucler y Terrero, 1987, 1989; Zallo Elguezábal, 1998; Aizpillaga y otros, 1998; Fidler, 1998;
Alvarez Marcos, 1999; Bergonzi, Bariani, Rost, Bergero, Bernardi y García, 2004; Boczkowski,
2006; Scolari, 2008; Franco, 2009; Becerra y Beltrán, 2014)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
177
También encontramos cierta vacancia en los estudios sobre el diario como un mundo social con
relaciones dentro y fuera de la empresa. Entre los que detectamos, algunos abordan el tema
desde la psicología social, el interaccionismo simbólico y la praxeología de Bourdieu (Cervantes
Barba, 1995; Martínez Lozano, 2012; Pereira, 2010).
Nuestro propósito fue analizar este período que denominamos de transición, en el cual las
redacciones de los diarios en papel y digital conviven, interactúan y aprenden mutuamente de
las experiencias productivas de cada uno. Por ello optamos por hacer un estado del arte que
contemplara los estudios que han sido referentes en el análisis de los procesos de trabajo en las
redacciones tradicionales, aquellas que han abordado la etapa de informatización de las
redacciones y los cambios que implica en las rutinas laborales. También atendimos a las
relaciones entre las redacciones que producen el diario en papel y el digital y aquellas
investigaciones que describen el modelo profesional que hoy requieren las empresas para que el
periodista se adapte y produzca según las nuevas reglas del mercado.
Del recetario a los estudios sociológicos.
Los análisis exclusivamente descriptivos de la producción de las noticias aparecieron con
distintos matices a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX y brindaban a los periodistas
una serie de claves para poder desempeñarse en una redacción. Una nueva etapa es la que se
desarrolla desde la década de 1970 en los Estados Unidos y que se conoce gradualmente en
Europa y en América latina. Son estudios que buscan describir los procesos de trabajo como
parte de un juego de intereses internos y externos. Estos estudios de la producción de la noticia
indagan en los procedimientos que se utilizan en la redacción, cuáles son las influencias del
contexto económico, político y profesional en el que se desarrolla la secuencia de detección,
selección y producción de la información en los medios masivos de comunicación. Toman entre
los condicionantes a las propias rutinas, principalmente a partir de una internalización de las
formas de trabajar que se conocen mediante la práctica concreta en las redacciones. Por otra
parte, ya desde la segunda mitad del siglo XX el enfoque de la Economía Política de la
Comunicación priorizaba el análisis de la puja de poder por parte de las empresas periodísticas
cada vez más concentradas, los cambios en la propiedad de los medios y la búsqueda de una
mayor productividad.
Los avances en investigación sobre medios masivos de comunicación no siguen una línea de
tiempo sencilla de precisar, porque las distintas corrientes se imbrican en diferentes épocas y
dan como resultado opciones variadas, algunas de las cuales se prolongaron en el tiempo –como
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
178
el concepto de gatekeeper-, mientras otras fueron desechadas. Si bien los estudios sobre los
procesos productivos de los periodistas tienen sus orígenes en la última década del siglo XIX sus
trabajos más relevantes aparecieron a lo largo del siglo XX. Hay una proliferación de manuales
y descripciones sobre el trabajo periodístico –que Miceli y Belinche caracterizan como
“pragmáticos ortodoxos”- y es una corriente que consiste en ofrecer un vademécum, una
descripción de las rutinas profesionales y normas de redacción y estilo para orientar al periodista
en su tarea. Dejan al margen las relaciones entre los diferentes actores de la redacción y los
condicionantes, sean externos o internos. Entre otros, mencionaremos algunos de origen
español y argentino que hoy se utilizan en talleres, escuelas y terciarios dedicados a la enseñanza
del periodismo y que incluyen los manuales de estilo de algunos diarios: (Medina, 1980;
Gargurevich, 1982; Barroso, 1986; Leñero y Marín, 1986; Dominguez, 1990; Covarrubias y
Nuñez Ladeveze, 1991; Vivaldi, 1993; Halperín, 1995; Tenewicki, 1995; La Nación, 1987; Clarín,
1997; El País, 2014).
Como hemos señalado, los estudios sobre los procesos productivos en las redacciones que más
impactaron en la investigación sobre los medios de comunicación masiva datan de mediados de
la década de 1970, aunque tienen sus antecedentes aún desde los años 20. Muchos de estos
trabajos tienen el sello de la producción anecdótica, en la que los periodistas buscan
regularidades a partir de su propia experiencia, pero tienen el mérito de entrar en la lógica de la
producción de las noticias y brindar los rudimentos sobre las actividades de las organizaciones
periodísticas. Según Denis McQuail:
El principal paso adelante fue el reconocimiento de hasta qué punto los requisitos de una
organización de trabajo formal (una burocracia) se imponen a las tendencias personales
de sus comunicadores. En la década de los setenta, sobre todo, hubo muchísima
investigación de la ‘producción de noticias’, estimulada inicialmente por indicios de
‘sistematización’ y de atención selectiva (a veces denominada ‘tendenciosidad’) en las
noticias y por debates sobre la objetividad de las noticias y la naturaleza de los ‘valores
informativos’ (2000, p. 291).
En la investigación sobre las rutinas profesionales la noción de gatekeeper es un antecedente
importante. En castellano se traduce como portero y fue adaptado como guardabarreras.
Recordemos que Kurt Lewin propuso esta noción en 1947 y en 1949, David Manning White
aplicó su teoría a “los procesos de selección y rechazo de las informaciones nacionales que
llegaban a la redacción de un periódico del medioeste norteamericano” (Lozano Rendón, 2009,
p. 34).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
179
Sin embargo, la noción de guardabarreras se hizo más compleja en la medida que los estudios
avanzaron y comenzaron a contemplar otros condicionantes. Wolf sostiene que las decisiones
en torno a la selección y jerarquización de las noticias se vinculan directamente con los procesos
organizativos (1987, p. 206). Mark Fishman plantearía en 1980115 en el análisis del tratamiento
de las noticias sobre una ola de crímenes en un canal de televisión, que había algo más que el
simple recorte de aquello que se publicaría y lo que estaba destinado a quedar afuera del
contenido informativo. Para Fischman la consecuencia de las noticias no son sólo un producto
del Newsmaking sino que se le integran. Al comienzo de la ola de crímenes vieron que el
aumento de la cobertura de noticias afectó al propio despliegue de los eventos, que a su vez
contribuyeron al aumento de la cobertura. En definitiva, según su evaluación, la consecuencia
de las noticias es más noticias (1980).
Sobre la base de estos trabajos se desarrollarían luego los estudios que, desde una perspectiva
observacional, analizarían los procesos productivos de las redacciones. La investigación se
orientó hacia la lógica de las rutinas, la organización del trabajo y las relaciones con otros actores
de la producción de la noticia, particularmente en las décadas de 1970 y 1980.
El estudio de Herbert Gans (1979) es uno de los fundacionales en la investigación observacional.
Realizó un análisis sociológico sobre la producción de noticias en una cadena televisiva y en
revistas como Newsweek y Time. Van Dijk –quien lo incluye entre lo que denomina trabajos
“preteóricos”- considera que el estudio no puede “ser calificado como un producto ejemplar del
trabajo de campo sociológico, la observación y el análisis” porque es meramente descriptivo.
“Seguimos sin conocer cómo interpreta el periodista los contextos que forman a las noticias y
cómo tales interpretaciones dan forma a su reproducción de los sucesos periodísticos y del
discurso informativo”. En cambio, define al trabajo de Fishman como interesado por el
“minucioso análisis sociológico de la fabricación de noticias” (1990, p. 22). Por otra parte, el
trabajo de Gay Tuchman (1978) marca un punto de inflexión en el análisis de los emisores, al
partir de un abordaje etnometodológico mediante el cual analiza las rutinas cotidianas de los
periodistas. Su primera conclusión fue que estos profesionales trabajaban como parte de un
mecanismo organizativo estratégico, que la tarea periodística es parte de una serie de rutinas
cuyo fin no es sólo relevar los hechos de noticiabilidad previsible sino también los imprevisibles.
El procesamiento de la noticia se hace rutina según cómo se desarrollen los sucesos en las
instituciones legitimadas. Predecir cuál será el curso que sigan los relatos de secuencias en
115 Fishman publicó la primera edición de su libro Manufacturing the News en 1947, pero en la presente tesis trabajamos sobre la edición en inglés de 1980.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
180
instituciones legitimadas permite a los jefes de sección planificar qué periodistas quedarán
disponibles cada día, para cubrir las noticias súbitas (1978).
Las investigaciones de Gans y de Tuchman dejan al descubierto dos cuestiones relevantes: en
primer lugar que los periodistas trabajan siguiendo una serie de procedimientos que incorporan
con la práctica, entre ellos la aplicación de ciertos criterios para seleccionar las noticias. En
segundo lugar, que estas rutinas forman parte de decisiones editoriales. César Arrueta matiza
esta visión cuando cita un trabajo de Janowitz y Schulze (1961):
…hicieron públicas sus preocupaciones por aquellas observaciones sociológicas que
daban cuenta de procesos de alienación en el personal de los medios masivos. En este
sentido, reconocían la existencia de una centralización en las decisiones editoriales,
aunque sin la capacidad suficiente de suprimir la fuerza creadora de los hombres y
mujeres de la prensa y el espectáculo. A esa capacidad le asignaban un alto valor
movilizador (2010, pp. 30 y 31).
Las rutinas productivas que surgen de las investigaciones basadas en la observación aparecen
como un conjunto de normas transmitidas en las propias redacciones. Permiten al periodista
seleccionar los hechos y elaborar las noticias “en un contexto de tensión con el tiempo de la
prensa, antes que la manifestación de sesgos organizacionales” (Arrueta, 2010, p. 26). Se trata
de la aplicación del criterio de eficiencia, que es cumplir el objetivo con el menor gasto de
recursos posible (Mokate, 2001).
Los estudios observacionales se debaten entre la descripción de las rutinas y la indagación sobre
los condicionantes, el peso de la editorial y el contexto en las decisiones. Entre ellos, Warren
Breed, un experiodista que en 1955 publicó un estudio en el que analizaba los mecanismos con
los que se aseguraba la línea editorial de un periódico. En respuesta a su principal interrogante
-“¿De qué manera los editores hacen cumplir las políticas?”- sostuvo que no es algo impuesto
sino aprendido por los periodistas durante la socialización en las redacciones. Entre las razones
por las cuales los profesionales aceptan la línea editorial menciona: la autoridad institucional y
sus sanciones, el respeto hacia sus superiores, las aspiraciones de ascenso en su carrera, la
ausencia de conflictos con organizaciones profesionales, la naturaleza agradable del trabajo y el
valor de las noticias, que se imponen como una prioridad (Wolf, 1987, p. 207).
Los límites impuestos por las organizaciones periodísticas y el valor de las rutinas para
establecer criterios editoriales son aspectos que cruzan las investigaciones sobre medios de
comunicación masiva, sobre todo, como ya hemos señalado, desde las décadas de 1970 y 1980.
En su análisis de la investigación de Tuchman, Van Dijk entiende que los periodistas trabajan
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
181
con ciertas rutinas para asignar valores a los acontecimientos, pero al mismo tiempo tienen la
libertad de “negociar sobre su variación” (1990, p. 23). Con una visión similar, Fishman señala,
al explicar el desarrollo de su trabajo, que en el proceso de producción de noticias los periodistas
detectan los acontecimientos, los interpretan como sucesos sin sentido, investigan cuál es su
carácter factual y los reconstruyen en historias (1980). En un desarrollo germinal de la visión
constructivista que será desarrollado más adelante, Fishman problematiza los límites de las
organizaciones y sus métodos. En palabras de Van Dijk:
Es capaz, a través del trabajo de campo, de dar cuenta de todos estos métodos utilizados
por los que participan en la interpretación y construcción de los sucesos periodísticos, y
muestra cómo muchos de estos sucesos se encuentran ya predefinidos por ciertos poderes
públicos como la policía. Esta documentación e información el reportero las utiliza sobre
la marcha para convertirlas en la definición de la situación informativa. Fishman concluye
afirmando que los métodos de la fabricación de noticias y la dependencia de fuentes y
documentaciones externas trazan un cuadro ideológico del mundo de carácter uniforme
(1990, p. 24).
En las investigaciones se avanzó hacia una visión más completa del proceso productivo en los
medios de comunicación masiva, más allá del control de la selección de noticias en una
distorsión voluntaria de la información. Se desarrolló la noción de construcción de la noticia y
al mismo tiempo se describió una distorsión involuntaria relacionada con las rutinas
productivas y los “valores e imaginarios periodísticos, que se comparten entre colegas y con las
instituciones” (Martini, 2000, pp. 76 y 77).
También McQuail aborda la construcción de la noticia en los medios y especialmente la
importancia de la estructuración de los contenidos tomando en cuenta que existen múltiples
factores que ejercen presión sobre los periodistas. La organización dota a los profesionales de
una serie de procedimientos que, en definitiva, terminan actuando como una suerte de defensa
frente a las presiones.
Señala entre las más relevantes a las hipótesis referidas a la influencia de la socialización y las
actitudes de los comunicadores, de los hábitos de la organización y las instituciones y fuerzas
sociales (1994, p. 289). McQuail desarrolla una descripción de algunas de estas influencias y
para ello parte de un esquema que sintetiza el trabajo de Shoemaker y Reese (1999) en el que
plantean sucesivos niveles de análisis, cada uno incluido en el subsiguiente: nivel de factores
individuales, nivel de procedimientos, nivel de organización (institución), nivel extramedios
(sociedad) y nivel ideológico.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
182
Los autores plantean que las relaciones de poder van más allá del individuo y que, inclusive, son
los espacios más amplios aquellos en los que aumenta el poder sobre los contenidos. Citan un
trabajo de Mike Kelley de 1988 en el que, según los autores, se muestra cómo los periodistas,
que suelen entrar a los medios con entusiasmo e idealismo, muchas veces son acusados de ser
peones de diversos intereses y sectores. Shoemaker y Reese se preguntan si los trabajadores y
las organizaciones de medios son todopoderosos para determinar la naturaleza del contenido de
los medios. Se responden que los grupos políticos y sociales tienen gran poder de presión,
muchas veces desde lugares antagónicos entre sí.
En otro trabajo que Shoemaker escribió con Cohen, también aluden a otros factores. Entre ellos,
a los críticos, que suelen tener formas institucionalizadas de dar a conocer su descontento con
los medios de comunicación masiva y lo hacen de forma abierta y con consejos acerca de cómo
se deberían hacer las cosas. También aluden a los miembros del público, que escriben sus
mensajes, los anunciantes con sus presiones basadas en el poder económico y los grupos de
interés que pueden organizar boicots. Finalmente se refieren a las propias fuentes, que entregan
las informaciones adelantadas, o filtran datos a algunos de los periodistas con los cuales tienen
acuerdos de cooperación que se traducen en premios y castigos (2006).
Pero antes aún de estas visiones más amplias de los estudios sobre los emisores, la observación,
generalmente desarrollada por periodistas o ex periodistas experimentados, cristalizó en
sugerencias y anécdotas que tomaron como guía el ideal de la objetividad. En estos manuales –
que hoy proliferan en las librerías y bases de datos- se describe el rol del periodista como un
mediador neutral que debe cumplir con ciertos criterios para definir qué es noticia y elegir el
género adecuado. Contienen normas de redacción para escribir un artículo de acuerdo con las
rutinas que se transmiten en las redacciones y muestran algunos ejemplos surgidos, en gran
parte de los casos, de su propia experiencia. Los aspirantes a periodistas utilizan estos manuales
y realizan cursos en los talleres institucionalizados con el fin de prepararse para la labor en las
redacciones, aunque luego adaptan los rituales aprehendidos a las rutinas particulares de cada
medio. 116 En palabras de Miceli y Belinche:
116 La enseñanza del periodismo no es tema de esta tesis, pero consideramos pertinente observar cómo se prepara a quienes desean ingresar a trabajar en una redacción, un tema que no ha sido suficientemente abordado por la academia. Los manuales –que también denominamos textos “pragmáticos”- describen las rutinas que el futuro periodista debe aprehender para poder desempeñarse en un medio. Al mismo tiempo, esta preparación se brinda en institutos terciarios cuya finalidad es el adiestramiento para adaptarse a las rutinas de cada medio. El alumno de estos institutos dedica la mayor parte de su aprendizaje a practicar las rutinas -que son básicamente compartidas en los distintos medios- para luego adecuarlas a las particularidades de la institución a la que se presenta como aspirante.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
183
La variante ortodoxa tradicional de la perspectiva pragmática, desde la explosión
capitalista del siglo XIX ocupa más de cien años como marco de interpretación prioritario
en importantes centros de prácticas y formación en comunicación.
Esta línea considera que la edición periodística trata de aprehender la realidad como si
fuera algo externo al sujeto y la refleja como un espejo frío, incapaz de retratar
intencionalidades o manipulaciones: se perfila a los medios como instituciones neutrales
que desisten de tomar partido ante las pujas sociales que enfrentan a sectores de la
comunidad, para limitarse a contarlas a públicos masivos “con la menor opinión posible”.
En consecuencia, los hechos son catapultados a las páginas si superan el tamiz de
explícitos factores noticiables que, paralelamente, contribuyen a la apariencia de
objetividad (2002, p. 36).
Otra de las vertientes de lo que ya en los años 80 se delineará como sociología de la producción
de la noticia, es la perspectiva crítica propuesta por investigadores y también por periodistas
experimentados que al mismo tiempo tienen una tarea en el mundo académico. Miceli y
Belinche señalan que los trabajos generados por esta corriente suelen abusar del dato
extrapolado o de la anécdota ejemplificadora, pero no obstante expresan una visión más
profunda, que se propone una mayor argumentación sobre el ejercicio de la profesión.
El cruce entre las lógicas de la práctica periodística y el trabajo académico enriquecen las
exposiciones y contemplan al medio como un conjunto que tiene diferentes responsabilidades y
relaciones. Según los autores:
…esta mirada se exhibe atractiva por las siguientes características:
-cae en apelaciones al periodismo idealizado de las democracias occidentales, con
invocaciones al hecho como base de la noticia, a la libertad como ámbito óptimo de
creación, pero explicita los límites reales para su puesta en acto;
-reconoce la intencionalidad de los periodistas y las empresas de comunicación en las
informaciones tratadas, señalando con claridad los alcances del poder económico, político
y de proposición de agenda que poseen los medios;
-asume la cotidianeidad como el escenario donde se producen profundas
transformaciones mediáticas, especialmente a partir de la coronación de la televisión
como líder y eje vertebrador del sistema de medios;
-entiende las necesidades de espectáculo de los medios, cuestiona su impacto en la
práctica periodística e identifica las huellas sobre criterios de verdad y veracidad para la
comunidad;
-comprende las variadas formas de nacimiento y muerte de las noticias y las explica a
partir de la dinámica interna de los medios (y entre los medios);
-señala una profunda crisis de la prensa diaria y alerta sobre la pérdida de credibilidad
ante la opinión pública, a partir del cambio de raíz de los procesos de edición periodística
propios de la priorización de las demandas de entretenimiento (2002, p. 44).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
184
Entre las descripciones pragmáticas y los estudios de la sociología de la producción de la noticia,
el cambio se produce desde mediados de la década de 1970 cuando las investigaciones del Media
Research comienzan a diferenciarse en los Estados Unidos con una perspectiva más crítica que
los relatos observacionales. Surgen de estudios empíricos que contemplan no sólo las acciones
de los periodistas sino también a los actores de la industria informativa en general, sean internos
o externos (Miceli, Belinche, 2002, pp. 61 y 62).
La sociología de la producción de mensajes tiene como principal objetivo describir los procesos
de trabajo de los periodistas en las redacciones, pero también abordar los condicionantes que
interactúan con las rutinas profesionales y el contenido. Entre ellos se es importante incluir las
actitudes personales, orientaciones, capacitación y origen social de los comunicadores; los
valores profesionales; las políticas corporativas y los compromisos comerciales de los medios;
su propiedad, control y concentración; los condicionantes derivados del sistema económico y el
contexto económico y político de la sociedad, tanto la local como la internacional (Lozano
Rendón, 2007, Shoemaker y Reese, 1999).
Es un enfoque de raíz funcionalista que en los Estados Unidos se conoce como Media Sociology,
al cual Wolf llama Newsmaking (producción de noticias) (1987, p. 203) y Lozano Rendón
sugiere denominar sociología de la producción de mensajes. Este último autor cita a Michael
Schudson, quien identifica tres perspectivas:
-La que se basa en la economía política crítica de la comunicación.
-El estudio de la organización social,
-La sociología de los puestos y las ideologías ocupacionales (2007, p. 37).
Se trata del análisis de la lógica de los procesos que se utilizan en la organización del trabajo
para la construcción de los mensajes, que estarán cruzadas diacrónicamente por el concepto de
Gatekeeper, utilizado, con sus matices, hasta la actualidad.
Esta sociología de la producción de noticias tiene su origen en trabajos que datan de la década
de 1920, como los de Robert Park, sociólogo de la Escuela de Chicago especializado en
urbanismo, quien en 1922 escribió “The immigrant press and its control”, de la serie
“Americanization Studies”, donde ya planteaba la existencia de ciertos controles desde el de los
suscriptores y los anunciantes, hasta el poder político. Cecilia Cervantes Barba incluye también
los trabajos de Walter Lippmann y sugiere considerar “algunos estudios sobre la relación
prensa-sociedad efectuados por Robert Park y Ernest W. Burgess (1921) y por una discípula de
Park, Helen Hughes (1940)” (2001, p. 49).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
185
La autora mexicana sostiene que los estudios clásicos desarrollados por la Escuela de Chicago
sobre la prensa y los “factores que influyen sobre su producción” fueron marginados en la
tradición dominante, conocida como Mass Communication Research. Estos trabajos surgirán
como una nueva corriente en la década de 1970 y en la de 1980 ya aparecen estudios de sociología
de los comunicadores de los medios masivos:
Hasta el momento se han efectuado diversos tipos de agrupación o caracterización de los
análisis realizados en la línea de lo que en general se conoce como “sociología del
periodismo”, “sociología de la producción de mensajes” o “sociología de las noticias”. Sin
embargo, parece ser que el modelo más aceptado es el que proponen autores como Hirsh
(1980), González Molina (1989) y Shoemaker y Reese (1991), quienes establecieron una
serie de niveles (individual o profesional, de rutinas, organizacional, corporativo,
extramedios e ideológico), para identificar y clasificar la investigación que hasta el
momento se ha cumplido en dicha línea (Cervantes Barba, 2001, p. 51).
Estos estudios sobre los profesionales dedicados a la producción de noticias, los periodistas, y
con eje en los procesos de trabajo conocidos como rutinas aparecen necesariamente vinculados
a las investigaciones sobre la denominada agenda-setting o establecimiento de agenda
(Cervantes Barba, 2001, p. 51).
Estudios sobre la informatización y la convergencia
La incorporación de las computadoras y las redes informáticas a las empresas periodísticas, que
se hizo en etapas desde la imprenta hacia la redacción, es objeto de reflexión y de investigación
desde fines de los años 80. A partir del siglo XXI los estudios sobre el tema se orientan
mayoritariamente hacia los cambios ocurridos luego de la entrada del diario a Internet y sobre
todo a identificar los procesos de trabajo en los medios digitales, la convergencia de las
redacciones y el modelo profesional demandado. En menor medida hay estudios que buscan
analizar cuáles son las consecuencias de estos cambios sobre los procesos de trabajo y las
relaciones entre los diferentes actores que intervienen en la producción de un periódico.
Si la investigación sobre los procesos de informatización de las empresas periodísticas es parcial,
es sin embargo rica en cuanto a la consideración de algunos de sus aspectos, como la
automatización de ciertas rutinas, el uso del satélite de comunicaciones en la tarea periodística,
el reemplazo de la máquina de escribir por la computadora y el uso de redes informáticas. El
análisis sobre la elección de las tecnologías utilizadas en cada momento, el tipo de computadoras
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
186
y redes, la implementación de software comercial en algunos casos y el valor de los sistemas
editoriales integrales son, en cambio, escasos.
Los estudios sobre los procesos de informatización automatizada de las redacciones
periodísticas datan de la década de 1980 y tienen en Good Bye Gutenberg, de Antony Smith, -
sobre cuyo trabajo hablaremos más adelante- una primera descripción de los cambios en todos
los procesos de trabajo dentro de la empresa periodística, ya en los primeros intentos con
computadoras que funcionaban con tarjetas perforadas, como en Los Angeles Times.
Smith describe el proceso de sustitución de las máquinas de escribir y de los procesos en papel
por las computadoras y las redes informáticas con tiempos en los cuales América latina y
especialmente la Argentina tuvieron un desarrollo casi coincidente:
En Europa, como en América Latina, las técnicas del siglo XV siguen coexistiendo con la
de finales del siglo XX, pero la informática, en mayor o menor grado, ya se ha convertido
en el corazón de los nuevos sistemas de producción, al tiempo que otras técnicas de
composición –la fotocomposición- o de impresión –el offset-, así como la transmisión de
páginas por facsímil, ya han sido también introducidas. Al iniciarse la década de los
ochenta, la prensa europea habrá superado ya, en términos generales, la etapa de la
sustitución del plomo por la fotocomposición y todo hace suponer que en un futuro
próximo buena parte de los sistemas informáticos serán, como ocurre en los Estados
Unidos, on line a partir de la ‘redacción electrónica’; esto es: que las terminales para la
composición de textos estarán conectadas directamente a un ordenador y utilizadas por
los mismos periodistas (1980, p. 11).
El tema de la informatización de las redacciones desde la perspectiva de Smith fue tomado luego
por gran parte de los textos de quienes se ocuparon de la digitalización de las redacciones, entre
ellos Carles Castro Sanz en su tesis doctoral (2001). Smith se refiere a este proceso cuando dice
que “más allá de la fase de la informatización del diario/papel, la telemática anuncia una nueva
era en la que el papel no sólo desaparece como soporte del original sino también como soporte
de impresión” (1980, p.15).
Sin embargo, como hemos señalado, son menos numerosos los estudios con trabajos de campo
para verificar de qué manera se informatizaron las redacciones, cuál fue la secuencia de
incorporación dentro de la empresa y cuáles fueron las consecuencias en los procesos de trabajo.
Hubo, en cambio, ensayos con pronósticos y descripciones sobre el cambio que estaban
experimentando los diarios. Ya es un clásico el Mediamorphosis en el que Roger Fidler explica
el concepto que titula su libro como el proceso de transformación de un medio de comunicación,
generalmente como resultado de la combinación de cambios culturales y la llegada de nuevas
tecnologías. Para Fidler los medios nuevos aparecen principalmente por la metamorfosis de los
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
187
antiguos (1998). Por su parte Patrice Flichy había señalado que las “máquinas de comunicar” no
eran producto de la inventiva de un genio sino de la evolución de múltiples microinventos:
Un nuevo medio no sale nunca con todas sus armas del fértil cerebro del inventor. Se
requiere la aportación de numerosos investigadores para que lo realizable se derive de las
diferentes hipótesis posibles, para que se combinen el conjunto de los microinventos
previos (1991, p. 12).
Uno de los estudios de casos realizados en la Argentina estuvo a cargo de Juan Carlos Bergonzi,
quien tomó como objeto el Diario de Río Negro y su informatización. En particular destacamos
dentro del libro el trabajo ya mencionado en el marco teórico, que realizó Alejandro Rost, quien
cita a Casasus (1991, p. 14), para destacar el doble papel de las empresas periodísticas en el
proceso de cambio, por un lado como actores de las innovaciones tecnológicas y por el otro como
su expresión concreta (Bergonzi et al, 2004, p. 13).
También destacamos los trabajos realizados por Schmucler y Patricia Terrero (1987, 1989 y
1995) quienes partieron de la hipótesis de que la innovación tecnológica produce una
reestructuración de los diferentes oficios de quienes se desempeñan en las empresas
periodísticas, no sólo en la redacción sino también en los talleres gráficos.
Unos oficios se reestructuraron y otros desaparecieron, pero muchas de las funciones se
conservaron, aunque concentradas en la redacción. Además de los redactores, cronistas, o jefes
de distinto nivel en su redacción, el diario tenía poblados sus talleres por linotipistas,
ajustadores, correctores, estereotipistas, montadores, teclistas y rotativistas, señalaba un
artículo sin firma del diario La información de Madrid aparecido en marzo de 1994 y citado por
José Alvarez Marcos (1999, p. 95) .
El cambio en aquellos oficios y sus consecuencias fueron anticipados en un ensayo que
Schmucler y Terrero publicaron en la revista Diálogos de la Comunicación de la FELAFACS
(Federación Latinoamericana de Facultades de Ciencias Sociales). Allí plantearon que en el
contexto de lo que parecía ser un ocaso de la escritura material, “huella ejemplar de la cultura
humana” y su reemplazo por “impulsos lumínicos-electrónicos”, estaban en juego tanto los
procesos de trabajo en la producción del periódico como el propio rol que la prensa tuvo
tradicionalmente en Occidente (1987).
La lectura que hicieron de las transformaciones que se producían en la Argentina fue novedosa
porque interpretaba fenómenos que estaban en un desarrollo inicial y cuyas consecuencias
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
188
todavía eran difíciles de prever. Planteaban una alteración en las relaciones dentro de la
redacción, los cambios en los procesos de trabajo y una redefinición de los oficios:
De la transformación no es difícil imaginar consecuencias derivadas: las entidades
propietarias modificaran sus parámetros de inversión y de actividad, con fuerte tendencia
a la diversificación de funciones y a la concentración empresarial; por su parte, las
organizaciones gremiales que agrupan a los trabajadores de prensa deberán enfrentar
realidades sensiblemente novedosas que puede incluir un brusco cambio en el número y
la clasificación de los componentes del gremio (1987).
Schmucler y Terrero describieron un panorama complejo para lo que entonces era el futuro de
la prensa y sus consecuencias no sólo sobre la producción de los diarios sino sobre la cultura en
general. Plantearon un escenario en el que se registraba una caída de la lectura de diarios (Ver
cuadro nº 2), en parte por la competencia de los medios electrónicos, por entonces la radio y la
televisión. Atribuían estos fenómenos a las “alteraciones en los viejos hábitos de lectura, así
como en las formas de organización, adquisición y circulación de la información y el
conocimiento”.
Hacia fines de la década de 1980, la concentración y el cambio tecnológico fueron entonces las
reacciones de las empresas periodísticas frente a la disminución de los ingresos y el aumento de
costos como la mano de obra, el papel y otros insumos. También se produjo una fuerte
segmentación regional y temática, con ediciones destinadas a distintas localidades y secciones o
suplementos para públicos específicos.
Cuadro N°2: circulación de diarios de distribución nacional, 1960-1993 (en miles de ejemplares)
Diario 1960 1965 1970 1975 1980 1985 1990 1991 1992 1993
CLARÍN 326.160 338.370
413.370
344.660
541.340
580.600
519.600
578,60
646.000
662.900
NACIÓN 228.630
223.600
233.820
238.440
250.400
196.500
208.100
203.100
199.500
205.100
RAZÓN 5TA-
6ª Matutino
440.640
472.010
482.080
356.420
292.040
93.400
57.200
POPULAR
76.071
107.810
102.600
88.000
101.500
114.200
Fuente: Schmucler y Terrero sobre datos del Instituto Verificador de Circulaciones. Referencias: Desde 1960 hasta 1980 se computa el promedio julio/diciembre. A partir de 1985se computa el promedio anual. No aparecen datos de los diarios de la Capital, como Crónica Matutino y Vespertino, La Prensa o La Razón desde 1990 porque no declararon su circulación en el período analizado (1995, p. 8).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
189
Entre 1994 y 2003 la circulación de los diarios ya había comenzado a disminuir sensiblemente,
aunque el que mayor caída experimentó fue Clarín, sin perder su primer lugar en el país. La
Nación tuvo una baja en la circulación equivalente al promedio de los demás diarios de la
Argentina.
Cuadro N°3: circulación neta diaria de Clarín, La Nación y total entre 1994 y 2003 (en unidades diarias)
Fuente: SinCA (Sistema de Información Cultural de la Argentina - http://www.sinca.gob.ar/index.php)
Si bien el cuadro n° 2 muestra algunas variaciones positivas en las tiradas (Clarín, Diario
Popular), otras disminuyen o se estancan. La apertura democrática, nuevas estrategias de
formulación de portadas (como fue el caso de eventos deportivos o de ajedrez generados por el
propio diario) o la irrupción de estrategias de marketing de probado éxito en países
industrializados, como la inclusión de juegos, ventas de libros y fascículos u otras ofertas, fueron
factores que permitieron recuperaciones y crecimientos en las empresas mejor posicionadas,
pero la caída a largo plazo de la circulación de los diarios no se detendría, como puede
comprobarse en los datos de los últimos años. Entre las estrategias de fidelización de lectores
para el diario impreso, la más exitosa fue la tarjeta del “Club La Nación”, lanzada en la segunda
mitad de la década de 1990, que permitió al diario amortizar la caída general en las ventas de
periódicos impresos y explica que aún haya crecido en ventas, al menos hasta 2013. En 2010
Clarín lanzaría su propia tarjeta de fidelización, a la cual denominó “365” sin resultados
equivalentes. En general la circulación de diarios en papel cayó sensiblemente.
Cuadro n°4: circulación de los tres principales diarios en la década de 2010. Los valores corresponden al promedio de circulación de lunes a domingo durante el mes de marzo de los años indicados.
Diario 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2010/2016
Clarín 301.207 288.225 271.414 279.229 239.095 238.984 207.171 -32%
La Nación 149.975 160.347 162.055 168.907 164.965 155.937 129.515 -14%
Diario Popular
90.368 91.257 89.562 88.627 82.375 83.568 77.759 - 14%
Fuente: IVC
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
190
Para el caso específico que los autores trataron en el proyecto, las ventas provinciales habían
evolucionado a la baja, aunque con variaciones debidas a diferentes causas que no interesan a
los objetivos de la tesis presente:
Cuadro n°5: circulación de diarios en Santa Fe.
Título 1970 1975 1980 1985 1990
El Diario 14.890 11.282 14.329 14.500 11.600
El Litoral 41.127 33.919 37.500 33.100 24.700
Fuente: Schmucler-Terrero, 1995, p. 15
La aplicación de la informática en los procesos productivos ayudó a amortiguar algunas de las
consecuencias económicas de los cambios que se estaban produciendo en la elaboración de los
diarios. Permitió a las empresas ahorrar costos, que en términos prácticos significa producir con
mayor eficiencia. Pero en la visión de Schmucler y Terrero estas nuevas tecnologías en la
redacción y en el taller grafico producían también “cambios en la organización y en los procesos
de trabajo”, el desplazamiento o recalificación de ciertas profesiones y “una previsible
reestructuración de la labor y los lenguajes periodísticos” (1987).
En los diarios la gradual transformación de las empresas como conjunto, de las redacciones y de
los procesos de trabajo a partir de la informatización tuvo como consecuencia directa una mayor
productividad, cambios en la elaboración de los contenidos y una reestructuración de toda la
cadena laboral, que involucra a la redacción, pero también al resto de la empresa.
Apuntaban entre otras cuestiones el escaso valor que los gremios asignaban a la cuestión, que
ya tenía como antecedente los efectos de la implementación de la composición en frío sobre las
profesiones en los talleres gráficos, donde se comenzaron a perder puestos de trabajo: “un
linotipista era tal luego de cinco años de trabajo, un operador de pantalla se formaba en una
semana”, señalaban (1987).
Por un lado, se perdieron puestos de trabajo, por el otro los gremios se debilitaron, pero
simultáneamente se produjo un cambio de fondo, la redefinición de los oficios, que ya hemos
mencionado. Fundamentalmente se registró una pérdida de fronteras claras entre un trabajo y
otro. Los editores o jefes de sección comenzaron a realizar parte de las tareas que antes se hacían
en el sector gráfico. La lógica productiva y la necesidad de rentabilidad por parte de las empresas
–para mantenerla, aumentarla o recuperarla- introdujeron un cambio sustancial que puso en
cuestión los propios objetivos de los diarios en tanto organizaciones informativas:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
191
Un dato importante es el creciente papel del personal "no productivo", que contribuye al
funcionamiento (empleados, vinculados a la organización y la administración) pero que
no actúa en la confección del producto. Grandes inversiones, aumentos relativos en los
costos organizacionales, obligan a una racionalización de la gestión que no siempre es
compatible con la "lógica de la información" y a la cual esta debe subordinarse. Los
técnicos (en informática, en organización, en gestión) van construyendo la matriz de la
nueva empresa periodística en la que la información es un insumo y no un objetivo a
lograr (Schmucler y Terrero, 1987).117
Schmucler y Terrero dirigieron un equipo integrado por investigadores de la Universidad
Nacional de Entre Ríos y de la Universidad de Buenos Aires, para el desarrollo de un proyecto
denominado “Nuevas tecnologías y nuevos usos de los medios masivos de comunicación en
Argentina. Su relación con los cambios político-culturales entre 1970-1990. (Aproximación
bibliográfica)”, en el que realizaron un amplio estudio que dividieron en tres partes: prensa
escrita, radio y televisión. En el dedicado a la prensa escrita, titulado “Innovaciones tecnológicas
y la reconversión en la prensa”, estudiaron específicamente diarios de Paraná y Santa Fe (1995).
Plantearon desde el comienzo cuáles serían los ejes que describían la situación del momento y
que, a la luz de más de una década pasada, representaron un modelo para futuros análisis:
“La actual reconversión tecnológica de la prensa se produce en un contexto caracterizado
por la transformación tecnológica y económica de la industria de las comunicaciones y el
cambio en los medios, la conformación de los públicos y los consumos culturales. (…)
El estancamiento de la circulación de la prensa, que se manifiesta a nivel nacional y
mundial desde la década de 1960, es atribuible a un complejo cuadro de transformaciones
culturales y abre una época de reconversión técnica y conceptual del medio en función de
la transformación del consumo. (…)
La reproducción técnica de sonidos e imágenes, su masificación, la construcción de
imaginarios pautados por los nuevos lenguajes audiovisuales constituía una nueva
modalidad comunicativa y tendía a la transformación de los hábitos perceptivos. Así como
la prensa en el siglo XIX había configurado el espacio de representación, había
contribuido a la definición del espacio público y mediatizado el acceso de los ciudadanos
a la información, los medios audiovisuales mediatizan hoy las experiencias y la percepción
del mundo. (…)
La inmediatez, síntesis, exterioridad, velocidad y fragmentación de la percepción
audiovisual parecieran contraponerse con los tiempos más lentos y reflexivos de la lectura
(1995, p. 4-5 y 6).
117 No colocamos la paginación, dado que utilizamos la versión electrónica de los artículos de ejemplares anteriores y la revista Diálogos en la Comunicación no incluye el índice.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
192
Los análisis de Schmucler y Terrero, tanto en sus artículos de 1987 y 1989 como en el informe
de investigación de 1995 fueron en gran parte disparadores de la tesis presente, por lo cual
haremos énfasis en su propuesta, el estudio de los efectos de la transformación tecnológica que
ya estaba por entonces en desarrollo. Como hemos dicho, en la investigación de 1995 trababan
de analizar algunos de los aspectos principales de aquel proceso en la industria periodística
nacional y regional. Se concentraron en tres ejes de reflexión:
-Describir el contexto económico y sociocultural en el que se produce, en este sector
industrial, la actual reconversión tecnológica tratando de analizar los factores que
propician la incorporación de nuevas tecnologías, la forma en que ésta se resuelve y los
beneficios que se prevén obtener con el cambio en cuanto a la eficiencia, la calidad de la
producción, las modificaciones en los costos, incrementos de la productividad y cambios
a nivel de los productos. (…)
-Análisis en las repercusiones sociales y laborales de la informatización de la prensa
analizando la incorporación de nuevas tecnologías en el proceso de elaboración de la
noticia y en el de composición e impresión del diario y su impacto en la cultura laboral de
los periodistas y los obreros gráficos. (…)
- Analizar la actual reconversión de la industria periodística a nivel regional estudiando
el caso de los diarios de las ciudades de Paraná y Santa Fe (1995, p. 2).
El análisis incluye las primeras privatizaciones de radios en la década de 1980, la aparición de
los multimedios y, aún antes, con la concentración de la fabricación de papel para diarios en el
Estado y las empresas más fuertes del sector, con numerosos cambios en la estructura de la
propiedad de los medios y un acelerado aumento de los costos en la industria gráfica. Al mismo
tiempo los gastos en la industria gráfica, que son la base de la inversión necesaria para poner en
marcha y sostener un diario impreso, habían crecido significativamente:
Cuadro n°6: evolución de los gastos en la industria gráfica
Rubro 1963 1975 (Estimados)
Materias primas 20,8 29,1
Combustibles 0,1 0,2
Energía Eléctrica 0,5 0,3
Sueldos y salarios 41,7 37,1
Gastos generales 36,9 33,0
Total 100,0 100,0
Fuente: Schmucler-Terrero, 1995, p. 22 sobre informe de la Federación de Industrias Gráficas y Afines,
“La industria Gráfica en la Argentina en Cifras, mimeo, 1977, p.92 y 93.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
193
Entre algunas conclusiones, pusieron énfasis en los impactos económicos y laborales de la
reconversión. Dos serían los aspectos destacados y que también forman parte de nuestro
análisis: el progresivo cambio en los procesos de trabajo de los periodistas y de otros sectores
involucrados en la elaboración del diario y el creciente aumento de la productividad. En el taller
gráfico los cambios tenían sus antecedentes en el siglo XIX con la invención de la rotativa (1846)
que automatizaba la impresión y suplantaba el trabajo manual anterior. También apareció la
linotipo (1886), que suprimió la composición manual (tipos móviles). A modo de ejemplo, la
rotativa permitía imprimir 96.000 ejemplares por hora frente a 1.100 del sistema anterior y la
linotipo componía en el mismo tiempo más de 5.500 letras frente a 1.500 (Schmucler, 1995 p.
55).
Como hemos señalado, los cambios contribuyeron a grandes modificaciones en los talleres, en
el gremio y, sobre todo, en la cultura laboral. Muchos trabajadores gráficos fueron reciclados en
otras tareas, otros fueron jubilados de manera anticipada y otros permanecieron en los escasos
puestos de trabajo que quedaban en el sector. Pero lo más relevante fue el reemplazo de oficios
que necesitaban un largo período de aprendizaje y se transmitían de generación en generación,
por unas tareas de escaso tiempo y costo de formación.
La informatización era incipiente en la década de 1980, pero a medida que avanzaba la
reconversión tecnológica de la industria periodística, algunas de las tareas que dejaban de hacer
los gráficos pasaban a la responsabilidad de los jefes o editores en la redacción:
La informatización de los procesos editoriales en la prensa profundiza aún más la
reorganización del trabajo. En la fase de recepción de la información, l transmisión
electrónica elimina el teletipo y la señal que proviene de terminales de agencias noticiosas
(nacionales e internacionales), corresponsalías o receptorías de avisos, se almacenan en
la memoria del procesador central (PC) para ser distribuidas en el departamento de
redacción o, en el último caso, en el de publicidad. La incorporación de videoterminales
(VDT) altera los tradicionales sistemas de redacción, composición, corrección,
diagramación y edición de la noticia porque su plurifuncionalidad permite realizar estas
operaciones en una misma fase de trabajo (…) las nuevas tecnologías han acentuado la
concentración de procesos antes distribuidos en operaciones parciales. El programa de la
computadora centraliza las funciones antes dispersas: se puede recibir la información,
redactar, componer, corregir, diagramar, distribuir el material, paginar y sacar la plana
por computadora y todos esos procesos pueden, en un futuro próximo, estar concentrados
en la redacción. Si en la industria mecanizada había una fragmentación de las tareas, una
distribución entre obreros especializados y un ritmo impuesto por la línea de montaje, en
la industria informatizada las máquinas incorporan las funciones y las tareas antes
realizadas por trabajadores y concentran e integran procesos en la redacción. Si el modelo
de organización taylorista apuntó a un aumento de la productividad del trabajo mediante
la des especialización, la destrucción del saber del obrero de oficio, la descomposición en
movimientos elementales y tareas fragmentadas y la medición de los tiempos y
movimientos; las nuevas formas de organización y el cambio tecnológico tienden a la de
especialización de las profesionales para lograr un trabajador plurifuncional,
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
194
“polivalente” que concentra tareas y acrecienta la productividad del trabajo mediante el
ahorro de tiempo y de mano de obra (Schmucler y Terrero, 1995, p. 58 y 69)
Los cambios en los diarios de la Argentina –y de América latina en general- se produjeron con
demora respecto de los de los Estados Unidos, pero con rasgos similares. El papel entraba en
crisis. En 1980 Yuri Gates, director de Information Market and Innovation de Pira (sociedad de
investigación de los empresarios del sector del papel, imprenta y empaque), advertía - para
describir lo que sería la caída del papel impreso y la emergencia de las tecnologías entonces
novedosas- que, con exclusión del lenguaje oral, la palabra impresa era la más vieja de las formas
de medios de comunicación. Auguraba que, sin embargo, las novedades mayores no provendrían
de la renovación de la industria de la impresión sino de los otros medios. Señalaba que la
industria de la impresión pasaba por un veloz período de innovación tecnológica. Mencionaba
factores que tenían una influencia dominante y que provenían de afuera de la propia industria
de la impresión. Entre ellos las computadoras, sus microprocesadores, los rayos láser, la
digitalización de la información - tecnología que incluye la televisión basada en la pantalla- y las
telecomunicaciones. Auguraba que los cambios tecnológicos significativos que se producirían en
diez años siguientes tendrían su origen en una o más de estas áreas, en lugar de tenerla en el
desarrollo de la tecnología de impresión existente (1980).
La informatización traía aparejada la reconversión organizativa y con ello los cambios en los
procesos de trabajo. En 1983, Nancy M. Carter y John B. Cullen publicaban en los Estados
Unidos los resultados de una investigación, con el análisis del impacto de la tecnología sobre las
estructuras organizativas de los diarios. Sostenían que era imposible entender la evolución
natural de la organización que elaboraba los periódicos sin estudiar los cambios en sus recursos
tecnológicos para desarrollar los procesos de trabajo. En el marco de un cuidadoso trabajo de
campo, cruzaron el tamaño de las empresas periodísticas, el uso de tecnología y la
descentralización de las organizaciones y reflexionaron sobre la informatización en las distintas
industrias.
Para ellos, las investigaciones futuras sobre los periódicos estudiarían la naturaleza de la
informatización y no simplemente su adopción. Sostenían que eran necesarios los datos que
permitieran buscar las relaciones causales implícitas postuladas en las interpretaciones. La
necesidad de estudiar los cambios tecnológicos dentro de las organizaciones a lo largo del tiempo
no sólo resultaba de utilidad para mejorar el conocimiento teórico de la estructura de la
organización, sino también para proporcionar mejores predicciones para los administradores
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
195
con respecto a lo que sucedería con sus estructuras organizacionales cuando aplicaran una nueva
tecnología (1983).
Para Carter y Cullen la prensa ya en la década de 1980 era una industria muy avanzada en el uso
de computadoras en todo el proceso de producción y el resultado de su investigación podría
aplicarse a muchas otras industrias. En su informe sostenían que el uso avanzado de la robótica
por muchas empresas de fabricación japonesa sugería que incluso algún día la manufactura
podría caracterizarse por los operadores de consola frente a sus pantallas en lugar de
diferenciarse por la imagen de trabajadores en la cadena de montaje. En cambio advertían que
era poco probable que otras organizaciones con alto tratamiento de la información -bancos y
compañías de seguros, entre ellos- y organizaciones con tecnologías de proceso, como refinerías
de petróleo y otras empresas petroquímicas, pudieran ser los primeros en seguir el ejemplo de
la informatización de la prensa (1983).
La tendencia en la investigación, sin embargo, fue el análisis de los procesos productivos en el
periodismo digital o en línea. Pablo Boczkowski realizó entre 1997 y 1999 un estudio sobre las
primeras experiencias en periodismo digital, con un trabajo de campo etnográfico en la sección
de tecnología del New York Times on the Web, el proyecto Viajero Virtual del Houston
Chronicle.com y en Conexión Comunitaria de New Jersey online. Su análisis buscó “comprender
las prácticas mediante las cuales los actores de los medios establecidos se apropian de
innovadoras capacidades técnicas y los medios nuevos originados por esas prácticas”. Una de
las características de los medios elegidos tenía relación con nuestra tesis: “…arrojaban luz sobre
lo sucedido con distintos tipos de contenidos de los periódicos impresos en su encarnación
online…” (2004, p. 257).
Para Boczkowski la innovación es un rasgo de la industria y más específicamente de las
redacciones, una hipótesis que interpelaremos en nuestro propio análisis de resultados. El
investigador señala en su análisis del trabajo de campo que las iniciativas para aprovechar las
capacidades novedosas de la Web se debieron a tres factores:
…las relaciones entre la redacción impresa y la de la edición online, ya sea que fueran
cercanas o distantes; la representación del usuario al que se dirigían, ya sea como
consumidor o productor de contenido informativo, con o sin destreza técnica; y las
características esenciales de las prácticas implementadas en las redacciones online, ya sea
que reprodujeran el proceso de selección de información editorial o que generasen
procesos alternativos. Diferentes combinaciones de estos factores originaron distintos
senderos de innovación en las redacciones online (…) en contraposición a la falta de
atención a las dinámicas de producción que se observa en la mayoría de los estudios sobre
las diferencias entre los productos de los medios antiguos y los de los medios nuevos, mi
estudio indica que estas dinámicas son esenciales para entender las formas alternativas
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
196
que pueden adquirir los nuevos productos mediáticos. Asimismo, a diferencia de la
separación entre el entorno online y el offline que existe en la mayoría de las
investigaciones sobre comunicación mediada por computadora, mi análisis sugiere que
es importante considerar el trabajo que se realiza mayoritariamente offline para generar
contenidos y aparatos mediáticos que permiten a los usuarios tener una experiencia
online (2004, p. 226). 118
En su estudio Boczcowski explora la relación entre las redacciones que hacen el diario impreso
(offline) y las que hacen el diario digital (online), atribuye un rol decisivo a una innovación que
sería, desde su punto de vista, un rasgo propio de las redacciones periodísticas. Al mismo
tiempo, en sus primeras conclusiones plantea que los empresarios de medios han tenido que
tomar una decisión crítica entre los ingresos publicitarios más seguros pero menos promisorios
y los del medio digital, en pleno crecimiento:
En primer lugar, los diarios impresos implementaron una cultura de la innovación que
los llevó a reaccionar ante acontecimientos sociales y tecnológicos, en lugar de hacerlos
contribuir de manera más proactiva a estos acontecimientos; a centrarse en proteger la
franquicia del medio impreso en lugar de priorizar la publicación en medios no impresos,
y a poner énfasis en ganancias menos abultadas pero más seguras y de corto plazo, en
lugar de buscar beneficios que podrían haber sido mayores, aunque menos seguros y de
plazo más largo (2004, p. 225 y 226).
Deberíamos aclarar que la publicidad en Internet llegó a crecer en la Argentina entre 2013 y
2016 (proyectado) de un 8 por ciento del total a cerca de un 29 por ciento. En la materia, la
Argentina se iguala a otros casos, como el de los Estados Unidos, que ya en 2015 había alcanzado
un índice del 28 por ciento del total para la inversión publicitaria en Internet. Tomamos como
base el Índice de Publicidad Registrada (IPR) que se refiere exclusivamente a la inversión
publicitaria susceptible de registro fiscal y estadístico. En el cuadro de la consultora Zenith es
significativo no sólo el incremento del porcentaje de IPR que los anunciantes dedican a Internet,
sino que tal crecimiento es a expensas de la inversión en diarios y revistas.
118 En nuestra tesis elegimos denominar diario o periódico impreso a lo que en periodismo digital se conoce como offline, que en inglés significa fuera de línea y digital a lo que se conoce como online, es decir el periódico en línea. Sin embargo, a efectos de respetar usos y costumbres entre los periodistas y estudiosos del tema, optamos por utilizar indistintamente el nombre en castellano y la denominación en inglés.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
197
Gráfico número 1: evolución de la inversión publicitaria por medios en la Argentina
Fuente: Zenith Media.
Si bien como ya señalamos, para las ciencias sociales resultó más atractiva la investigación
acerca del periodismo digital que la digitalización de los procesos productivos en las empresas
periodísticas, destacaremos un estudio que hizo Pablo Boczcowski sobre la producción de los
diarios en línea, porque algunos de los fenómenos que describe tienen relación con procesos que
detectamos en nuestro propio trabajo de campo. En 2010 publicó el resultado de su
investigación, realizada a partir de 2005, también con una metodología etnográfica. El objetivo
fue indagar cómo con los cambios en el consumo de noticias se afectaban los procesos de trabajo
en las redacciones. Boczcowski tituló “News at work” a su texto, o sea “Noticias en el trabajo”.
Partía de una observación de Guillermo Cullel, quien por entonces era el responsable de
Clarín.com, la versión en línea del diario de mayor circulación en América latina. El editor
observaba que la lectura de los medios tradicionales se realizaba durante el desayuno y en el
viaje hacia o desde el trabajo. Agregamos nosotros que en el viaje de retorno se leía un diario
diferente al del desayuno, el vespertino. En cambio la lectura del periódico digital comenzaba
directamente durante el trabajo y bajaba su nivel de entradas al periódico cuando finalizaba la
hora laboral. Hay que tener en cuenta dos aspectos:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
198
-El primero es que efectivamente desde el comienzo la lectura de los periódicos digitales fue en
horarios laborales, algo que detectamos en nuestro propio trabajo de campo en el diario La
Nación (Ver entrevista a Gastón Roitberg en el capítulo de Análisis de Resultados)
-En segundo lugar, cuando se hace masiva la lectura por internet, si bien el ancho de banda
favorecía el contacto, todavía los dispositivos para el acceso en línea eran rudimentarios. Lo que
hoy se llama “las cuatro pantallas” para el acceso a los contenidos de Internet -TV digital, PC,
celular inteligente y tablet- tenían un desarrollo insuficiente como para favorecer la lectura en
los viajes.
Por su parte Martín Becerra y Ricardo Beltrán (2014) encararon la problemática de la
digitalización de los medios en una investigación grupal realizada en el marco de un proyecto
UBACyT 119denominado “Las tecnologías de los medios de comunicación en el escenario de la
convergencia”. El primer informe del proyecto se denominó “Medios y TIC en la Argentina.
Estudio sobre adopción de tecnologías de la información en medios de comunicación”, en el que
escribieron los investigadores participantes del proyecto. Tomaron una decena de casos, entre
ellos los de los diarios La Nación y El Popular, a cargo de Lorena Retegui, Florencia Alegre y
marcos Borello (Becerra y Beltrán, 2014).
Uno de los aspectos destacables del proyecto y de los resultados publicados en forma de libro es
el enfoque interdisciplinario, con eje en la economía política de la comunicación, por lo cual
contemplaron desde el comienzo los abordajes sociolaborales que suelen quedar al margen en
otras investigaciones. En la introducción los compiladores y directores del proyecto dicen que
en el trabajo de campo quedó clara la intervención de diversas variables en el proceso de
informatización. Señalan que “En el trabajo de campo se constató que las modificaciones
acaecidas en la organización de los procesos productivos en medios de comunicación acusan el
impacto conjunto de cuatro niveles de regulación: legal, sociocultural, económica y tecnológica”
(2014, p. 6).
El proyecto aborda la cuestión en una búsqueda que contempla el cruce de “análisis estructurales
(empresas-gobiernos) y relaciones de producción, con variables como mediación en la acción
comunicativa, procesos sociolaborales y prácticas empresariales”. Considera a la convergencia
como el eje del análisis y en el caso argentino, a pesar de que no existen normativas que permitan
encauzar dicha variable -consideremos que fue realizado en 2014- describe que “…el proceso
convergente va materializándose de modo factual y sus repercusiones afectan a los eslabones de
119 Los UBACyT son proyectos bianuales de investigación que financia la secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
199
producción, almacenamiento, edición, distribución y exhibición de información y
entretenimiento a escala masiva” (2014, p.6).
En el capítulo dedicado a los diarios La Nación y El Popular destacan la importancia que la
necesidad de brindar información en tiempo real tiene sobre la producción de noticias. Es
interesante un aspecto que las autoras mencionan y es que con sus diferencias por el tipo de
público y de diario de que se trata, aún cuando La Nación salió a la Web en 1995 y El Popular
en 2006, la urgencia de manejar la información en tiempo real es un factor que afecta a ambos
en los procesos productivos.
En la misma línea, destacamos la tesis que también Lorena Retegui realizó para obtener su título
de Master en Industrias Culturales de la Universidad Nacional de Quilmes. Con la dirección de
Martín Becerra, la autora enfocó los procesos de organización productiva y del trabajo creativo
entre redactores y editores de la versión online del diario La Nación entre 2009 y 2013, parte
del periodo en el que nosotros abordamos la redacción de La versión impresa. Retegui se
preguntó si la aplicación de innovaciones tecnológicas como el editor de publicación y los
sistemas de software de métricas, utilizados para medir en tiempo real el impacto de los artículos
sobre la audiencia y los formatos actuales de organización productiva en las industrias culturales
tenían influencia sobre el trabajo creativo.
Prestamos especial atención al trabajo de Retegui porque, además de coincidir parcialmente en
el período y en el medio elegido, complementarios de nuestra tesis, utiliza en parte un marco
teórico armónico con el nuestro: la Economía Política de la Comunicación. Es un estudio
cualitativo en el que realizó entrevistas semiestructuradas y en profundidad entre los años 2011
y 2015 y jornadas de observación en la redacción entre mayo y junio de 2013. Entre sus
conclusiones destacamos la visión del modo de ajuste de los tiempos en el trabajo productivo de
la redacción y el modo de control que se aplica, algunos de cuyos rasgos también identificamos
en nuestro trabajo de campo (2016).
Los estudios sobre la digitalización de las empresas periodísticas, su salida a Internet y los
procesos de trabajo en las redacciones son menos frecuentes que los estudios sobre los procesos
de trabajo en las redacciones impresas y sobre todo en las digitales, pero en cambio sí se ha
investigado con foco en la convergencia de redacciones y la relación entre quienes elaboran el
diario impreso y el periódico digital.
Uno de ellos es Periodismo Integrado, que escribieron Ramón Salaverría y Samuel Negredo en
2008. Se concentraron en la convergencia de los medios y la reorganización de las redacciones.
Se trata de un estudio que toma los casos de diarios de distintos países del mundo -entre ellos,
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
200
Estados Unidos, México, Brasil, Inglaterra y la Argentina- y sus procesos de convergencia de
redacciones. Dado que no queda claro cuál fue la metodología aplicada, porque las descripciones
surgen en algunos casos de entrevistas, en otros de la bibliografía citada y en muchos casos de
la experiencia personal de los autores, diremos que el trabajo tiene el mérito de haber buscado
trazar líneas entre las redacciones y analizar cómo fueron las experiencias en distintos
periódicos. Es importante, además, el trabajo de búsqueda de datos sobre lo que se denomina el
“nuevo perfil profesional del periodista”, un tema que Salaverría ha abordado en otros textos y
sobre el cual se explaya en el libro mencionado. Por un lado, califica como un “mito” el modelo
que presenta al periodista “como un profesional que supuestamente podría hacer todo tipo de
tareas en las nuevas redacciones integradas” y señala:
…al menos en los medios de tamaño mediano y grande, los perfiles de quienes trabajan
intramuros de la redacción siguen estando, por regla general, perfectamente
diferenciados. Un redactor, un fotógrafo, un diseñador o un infografista han sido siempre
periodistas específicos. Con la llegada de las redacciones integradas lo siguen siendo
(2008, p. 169).
En relación con nuestra tesis, interesa el análisis que Carlos Scolari realizó en su libro
Hipermediaciones, en el cual observa la profusión de terminología técnica que varía según
quiénes son los enunciadores -empresas, investigadores, periodistas- y los tipos de discurso,
comerciales, informativos, contraculturales, académicos y otros que se refieren a lo digital. Si
bien tampoco se concentra en los procesos de digitalización de las empresas periodísticas, lo
destacamos porque al analizar discursos y enunciadores describe un fenómeno que, a nuestro
juicio, tiene mucho que ver con la adquisición de tecnología y el uso limitado por parte de las
empresas, en nuestro caso las periodísticas:
Todos estos discursos son, a su manera, persuasivos, ya que buscan impulsar una acción,
desde la adquisición de un hardware, la adopción de alguna teoría hasta el rechazo de un
software producido por una multinacional. La estrategia de persuasión del discurso
comercial se puede fundar en argumentos racionales –‘el nuevo PC es dos veces más
rápido que el anterior y cuesta lo mismo’, amenazas –‘si no compras e instalas el antivirus
te contagiarás’- o simplemente manipulando la dimensión del deseo –‘¿qué esperas para
comprar la versión 2.0?’- (2008, p. 71).
Más adelante reforzará esta sugerencia sobre la diferencia entre las necesidades de innovación
y aquellas que son estimuladas por el sector comercial –las empresas que comercializan equipos,
programas y servicios vinculados a la tecnología- al recordar que “acentuar las diferencias entre
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
201
los old y new media ha servido para fortalecer en el mercado los productos recientes, agotar los
stocks e incrementar sus ventas según el modelo de la obsolescencia planificada” (Scolari, 2008,
p. 129).
Otras investigaciones sociológicas
Los periodistas que trabajan en un diario siguen una serie de rutinas para determinar la
noticiabilidad de cada tema, realizan la selección, elaboran la noticia y la hacen llegar a
composición para seguir el flujo de trabajo hasta la distribución. La tarea del periodista es
elaborar el producto informativo, pero en todo el circuito productivo mantiene relaciones hacia
adentro y hacia afuera de la redacción con distintos actores, algunos de ellos en la empresa, como
los departamentos de arte y diseño, fotografía, administrativos y comerciales y talleres de
composición e impresión. Hacia afuera de la empresa establecen relaciones más o menos
estables con fuentes, con el público que se convierte en proveedor de información a través de
testimonios en forma de relatos verbales o mediante textos, imágenes o videos. Igualmente se
relacionan con diversas instituciones de la sociedad y con los protagonistas de los sucesos que
serán convertidos en noticia. Esta trama forma un “mundo social” en el que las relaciones de
intercambio y cooperación son parte de la elaboración del diario y que pueden ser analizadas
desde diversos enfoques. Entre ellos, el interaccionismo simbólico y la praxeología del sociólogo
Pierre Bourdieu, particularmente tomando en cuenta el concepto de “habitus”. También hay
estudios que contemplan los efectos de la convergencia y los nuevos modos de trabajo sobre la
salud de los periodistas.
La problemática de las relaciones sociales en las redacciones y entre sus integrantes con otros
actores del proceso de construcción de la noticia tiene diferentes abordajes. Entre ellos una línea
de trabajo desarrollada en México desde la perspectiva praxeológica de Bourdieu. En un artículo
publicado en 1995, Cecilia Cervantes Barba recuerda que “el habitus es cultura interiorizada en
forma de disposiciones para la acción” de modo que es “generador de prácticas y a su vez las
regula a través de un cierto ‘sentido común’ o actitud práctica no consciente que reactiva el
sentido objetivado en las instituciones, o sea las estructuras sociales” (1995, p. 103). La autora
destaca el interés en “la manera como el habitus de la práctica periodística articula una serie de
interiorizaciones o apropiaciones culturales que tienen que ver con la legitimación del
periodismo a nivel social” (1995, p. 105 y 106).
Para Cervantes Barba el periodista tiene poder para construir la realidad y este proceso se
desarrolla a través de la generación o reproducción de sistemas simbólicos que no son otra cosa
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
202
que las noticias. Y considera que los periodistas aprenden a producir cierto saber sobre la
realidad “a través de procesos de socialización que tienen lugar tanto al interior de la empresa
como de las instituciones que operan como fuentes”. Sostiene que los periodistas se apropian en
estos procesos de socialización, “de esquemas de disposiciones duraderas –habitus- que les
permiten desenvolverse de acuerdo con parámetros consensuados, en el ámbito de la generación
de noticias”.
La importancia de esta visión para indagar acerca de los procesos de trabajo en las redacciones
es que supone que esta integración de los individuos a un tipo de habitus no es producto de una
imposición de normas sino espontáneamente. Refuerza su enfoque con trabajos de campo
anteriores, como el de Warren Breed (1972) quien observó que los periodistas internalizan las
políticas editoriales a través de la convivencia permanente con otros periodistas de la misma
empresa o de otras.
En el mismo sentido, Rubén Antonio Martínez Lozano (2012), maestrando en Comunicación del
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) aplicó en su tesis el
concepto de habitus para estudiar la transformación de las prácticas periodísticas tras la
implementación de tecnologías digitales. Se trata de una ponencia sobre su tesis en desarrollo
en la que tras analizar el enfoque de Bourdieu, dice que “un supuesto de investigación es que las
nuevas tecnologías digitales han provocado transformaciones en la relación que se da entre los
reporteros y otros agentes que se desenvuelven dentro y fuera de las redacciones” (2012) En su
tesis, el autor hizo un estudio cualitativo sobre medios escritos de la zona urbana de Guadalajara
y segmentó a los periodistas por el tiempo de desarrollo de su profesión, con el objetivo de
abordar sus prácticas subjetivas tomando en cuenta el tiempo en el que tuvieron contacto con
las tecnologías digitales en el diario.
Otros de los enfoques que detectamos fue el de quienes, desde el interaccionismo simbólico,
abordaron la labor del periodista como parte de las interacciones en el mundo social de las
redacciones. En particular, destacamos el trabajo del brasileño Fabio Henrique Pereira (2010)
quien abordó las relaciones en el mundo social de las redacciones. Para este enfoque, “toda
interacción es simbólicamente mediada y presupone que el actor social se oriente de acuerdo
con la representación que hace del otro”.
Desde otra perspectiva, María José Ufarte Ruiz, de la Universidad de Sevilla, planteó en la
revista académica Hologramática que los cambios en la profesión periodística, particularmente
la precarización laboral, generan el síndrome conocido como “burnout” (cabeza quemada).
Analiza el tema a partir de un trabajo de campo en diarios de la ciudad de Almería y concluye
que las largas jornadas laborales, así como los nuevos desempeños que se les requiere a los
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
203
profesionales de la prensa llevan a esta “nueva forma de riesgo laboral” que se manifiesta en
“agotamiento, despersonalización y falta de interés por la actividad que realizan”. Incluimos esta
última perspectiva porque se relaciona con algunos de los otros trabajos que hemos mencionado,
pero particularmente con la de uno de nuestros entrevistados, Carlos Gullot. En 2015 mantuvo
junto a otros directivos una reunión con empleados del diario La Nación, donde también
estaban presentes miembros de la Comisión Gremial de la Redacción. Entre ellos Irene
Haimovichi, otra de nuestras entrevistadas, quien tomó nota y publicó un escrito que nunca fue
desmentido y que le valió una sanción por difundir información interna (Ver anexo). Según
Haimovichi, en un momento de la charla el directivo admitió que la convergencia de las
redacciones tenía sus límites en el “esfuerzo humano que se les puede pedir” a los periodistas
para que trabajen al mismo tiempo para el diario impreso, el digital y que utilicen múltiples
plataformas. En definitiva, que el modelo del periodista multimedia y multiplataforma, el
periodista polivalente que suele mencionarse como nuevo modelo profesional del periodista es
un constructo teórico que se vuelve difícil de implementar en la realidad (Entrevista
complementaria realizada el 25-9-2015).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
204
5. Un sistema en transición: aproximaciones bibliográficas y documentales
Los antecedentes
La automatización de los diarios mediante la aplicación de las computadoras y las redes a los
distintos procesos productivos tiene sus primeras expresiones internacionales en el periodismo
estadounidense de comienzos de la década del 60. Anthony Smith ordena la sucesión de cambios
en dos fases: una que afecta a los talleres de composición y de la redacción y otra que son los
medios digitales. En la primera fase, indica que hay tres etapas: la de la utilización de la
fotocomposición en lugar de la tipografía –o de la sustitución de la composición en caliente por
la composición en frío-, la de la aplicación de la computadora en los mismos talleres y la
“informatización de la Redacción y del departamento de Publicidad” (Smith, 1983, p. 9).
Si bien la composición en frío es una tecnología de mediados de la década del 1940, en general
tanto en Europa como en los Estados Unidos la prensa comenzó en la década de 1960 su
migración desde la composición tipográfica en plomo a la fotocomposición. La informatización
de las redacciones se hizo también gradualmente y en esos países los periódicos más rezagados
lo completaron en los años 80. Esta innovación comenzó en las áreas de industrialización –
donde comenzaron como computadoras rudimentarias que trabajaban con tarjetas perforadas-
y en las administrativas, luego se extendió al manejo de la pauta publicitaria y a la distribución,
para implementarse en las redacciones a partir de 1964. Smith puso el énfasis en la convivencia
de los viejos y los nuevos sistemas de producción:
En Europa, como en América latina, las técnicas del siglo XV siguen coexistiendo con la
de finales del siglo XX, pero la informática, en mayor o menor grado, ya se ha convertido
en el corazón de los nuevos sistemas de producción, al tiempo que otras técnicas de
composición –la fotocomposición- o de impresión – el offset-, así como la transmisión de
páginas por facsímil, ya han sido también introducidas (1983, p. 11).
En 1982 El País de España había informatizado la redacción en su totalidad y en el mismo año
en la Argentina se puso en marcha la red para el tratamiento de textos y armado de páginas del
Diario de Río Negro (de la provincia del mismo nombre). (Entrevista a Julio Hernández
realizada el 15 marzo de 2016), (Bergonzi et al, 2004).120 Fue el primer diario argentino en
producir los textos integralmente en computadoras. Poco después Clarín comenzaba a instalar
120 Julio Hernández fue editor en la redacción del Diario de Río Negro y participó en la puesta en marcha de la red informática. Por su parte, el texto de Bergonzi está orientado desde la perspectiva histórica a la descripción general de la incorporación de tecnología en el mismo diario y menciona la informatización, aunque no hace referencias al asesoramiento español ni precisa fechas.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
205
equipos en su redacción y desde entonces los periódicos argentinos fueron entrando en la era de
la automatización informatizada.
Pero la avanzada se produjo en los Estados Unidos, donde en la década de 1960 los diarios
debieron hacer frente a la competencia de la televisión en el reparto del paquete publicitario
nacional. Los diarios ensayaron diferentes estrategias para enfrentar la nueva situación, entre
ellas la utilización del offset, para mejorar la presentación de las noticias y de las publicidades,
la zonificación para establecer un vínculo más directo con anunciantes y lectores y,
consecuentemente, la informatización que permite poner en práctica estos proyectos.
La innovación tecnológica fue una decisión estratégica que tuvo su expresión colectiva en la
promoción de la American Newspaper Publisher’s Association (ANPA), es decir la organización
que nuclea a las empresas de este sector industrial en los Estados Unidos y que desde 1946 tuvo
su propio centro de investigación:
El periódico norteamericano llegó a la computadora con una mayor rapidez, debido a la
influencia proselitista de la ANPA. Hasta 1960, y dentro de la actividad comercial, la
computadora estaba restringida al papel de asistente contable, aunque los investigadores
de mercado estaban también fascinados por la idea de utilizar computadoras para
novedosas tareas intelectuales (Smith, 1983, p. 127).
Según relatan Sohn, Ogan y Polich, el American Newspaper Publishers Association’s Research
Institute, en una de sus encuestas anuales con editores de periódicos sobre la calidad y cantidad
del equipo utilizado en el trabajo publicitario se encontró, en 1969, con que ninguno de los que
respondieron mencionó las computadoras, aunque muchos las tenían instaladas para otros usos.
En 1979 ya había 21688 computadoras (1988, p. 168).
El periódico pionero en este camino fue Los Angeles Times, que desde 1962 comenzó a
experimentar con computadoras mediante investigaciones propias y colaboración con empresas
como la RCA e IBM. Luego de tres años, abrieron un Departamento de Procesamiento de Datos
para coordinar las tareas en administración y producción. En otros tres años pasaron a
componer texto procesado por una terminal que compartían con otras áreas de la empresa y la
informatización se desarrolló mediante la incorporación de nuevos equipos con el objetivo de
integrar la composición, el armado publicitario y la producción de textos. Si bien a fines de la
década de 1970 no era el diario más moderno en materia de tecnología, acumulaba más de 15
años de experiencia en la tarea de reformular sus circuitos productivos.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
206
La composición en frío y la integración de todos los sistemas productivos del diario mediante la
automatización informatizada cambiaron radicalmente el funcionamiento de la empresa, que
migró de la industria mecánica a la electrónica, lo cual implica una reformulación de la
organización del trabajo, tanto en el área administrativa, como en la confección de la publicidad,
la redacción, preimpresión e impresión. Los talleres fueron los primeros en ser afectados por los
cambios. En Los Angeles Times se produjeron despidos, jubilaciones anticipadas y la
reubicación de algunos operarios en otras funciones, no muy diferente de lo que ocurriría años
después en La Nación (Entrevistas con Darío Sosta, realizada el 5 de marzo de 2013 y con Rubén
Calmells, realizada el 12 de diciembre de 2011). Los trabajadores no tenían una organización
sindical fuerte y no hubo dificultades para avanzar con los cambios, que en el caso de la
redacción fueron más graduales.
Como vemos en el desarrollo de esta tesis, los dos grandes diarios argentinos de la actualidad,
La Nación y Clarín desarrollaron estrategias similares, aunque una década después y como
hemos dicho también optaron por jubilar personal, despedir a algunos empleados gráficos y
reasignar tareas a otros. Algunos linotipistas pasaron a ocuparse en los primeros años de la
informatización de las redacciones a tipear en computadora los textos que los periodistas más
reacios al uso de la tecnología insistían en escribir en las viejas máquinas manuales.
Cuando el papel marcaba la pauta
Los periodistas desarrollan su tarea mediante rutinas laborales, que han mutado a medida que
se incorporaron recursos tecnológicos. Las innovaciones permitieron construir nuevas formas
de trabajar y hacer más productivas las existentes, hasta llegar, entre mediados de las décadas
de 1980 y 1990, a la automatización total de la producción del periódico mediante la
implementación de sistemas informatizados.121
Optamos por el verbo automatizar, que es la aplicación a los procesos de trabajo de una ciencia,
la automática. Según la RAE, es la “ciencia que trata de sustituir en un proceso el operador
humano por dispositivos mecánicos o electrónicos”. Hacemos la salvedad de que el concepto
remite a la Revolución Industrial y el paso de la manufactura a la industria desde mediados del
siglo XVIII hasta mediados del XIX, y especialmente a la segunda Revolución Industrial, que
121 Utilizamos aquí el verbo informatizar, que en el diccionario de la Real Academia Española significa “aplicar los métodos de la informática a un negocio”, en lugar del verbo digitalizar, porque se presta a confusión en la medida que digitalizar es convertir información en números, proceso que está implicado en la informatización, pero es un concepto más amplio.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
207
llega hasta principios del siglo XX. Sin embargo, algunas descripciones sobre aquella primera
automatización resultan familiares para quienes trabajan en los medios gráficos.
Es pertinente citar aquí la visión de Marx sobre aquel proceso de automatización:
La misma facilitación del trabajo se convierte en medio de tortura, porque la máquina no
libra al trabajador del trabajo, sino de contenido al trabajo. A toda producción capitalista
–en la medida en que no es sólo proceso de trabajo, sino también y al mismo tiempo
proceso de valorización del capital- es común el hecho de que el trabajador no aplica él la
condición de trabajo, sino que, a la inversa, la condición de trabajo utiliza al trabajador;
pero sólo con la maquinaria adquiere esa inversión una realidad técnicamente aferrable
(2010, p. 239).
Aunque no pretendemos extrapolar el concepto, observamos que en la producción de
diarios la mayoría de las tareas manuales o aquellas que se hacían con herramientas
rudimentarias como la máquina de escribir pasaron a realizarse mediante diferentes
dispositivos digitales. Se trata de un aspecto que ha sido motivo de preocupación y objeto
de análisis para el sector gremial desde mediados de la década de 1980. Así lo manifestó
Sergio Vaudagnoto, delegado de los trabajadores de la agencia noticiosa DyN (Diarios y
Noticias), durante la semana del periodista, que se realizó entre el 3 y el 7 de junio de 1986:
Estamos ante un problema con características similares a las que presentó la revolución
industrial inglesa en su momento. En aquel entonces hubo quienes rompieron las
máquinas y otros que se incorporaron sin más a la nueva realidad. Ni lo uno ni lo otro.
Creemos que el desafío pasa por poner a la tecnología al servicio de toda la sociedad.
Porque la tecnología es una herramienta y, como tal, puede ser puesta al servicio del
desarrollo o para profundizar el subdesarrollo” (APBA, 1986, p. 42).
En las redacciones de los diarios los registros en papel mediante máquinas de escribir fueron
reemplazados por procesadores de textos. Esta novedad facilitó cambios relevantes en todo el
circuito productivo y un aumento de la capacidad de agregar valor en un mismo lapso. La tarea
de escritura por parte de los redactores se aceleró, al tiempo que aumentó la productividad
(Schmucler y Terrero, 1995 y Zallo Elguezábal, 1998).
Además del cambio en el procesamiento de la información, cuando las computadoras
reemplazaron a las máquinas de escribir, se implementaron las redes informáticas que
vincularon a los diferentes equipos. De esta manera, se enfatiza el hecho de que el periodista
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
208
aplica su intelecto sobre un producto que luego sería transferido entre puestos de trabajo
sucesivos como en una producción mecánica en línea.
Antes de la utilización de la computadora, en la iconografía de la tradición periodística había
seis elementos: la libreta, la lapicera, el grabador -o grabadora- la máquina de escribir, el papel
pautado y el cable de agencia. El papel pautado era una hoja en la que estaban marcadas en un
color gris o celeste un reglado en dos dimensiones. La horizontal medida en líneas de texto y la
vertical en picas, término heredado del oficio de los tipógrafos y que equivale a caracteres sobre
el ancho del texto.
Con la aparición de los primeros grabadores con cassette compacto, un desarrollo que la
empresa Phillips patentó en 1963, el registro de los sonidos mediante un dispositivo portátil se
incorporó a las rutinas periodísticas. Sin embargo, su uso ha sido objeto de una amplia discusión
respecto de los beneficios y los riesgos que puede implicar para el oficio:
Antes de que ésta se inventara, el oficio se hacía bien con tres recursos de trabajo que en
realidad eran uno sólo: la libreta de notas, una ética a toda prueba, y un par de oídos que
los reporteros usábamos todavía para oír lo que nos decían. El manejo profesional y ético
de la grabadora está por inventar. Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes
que el casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta
de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye
pero no escucha, repite –como un loro digital– pero no piensa, es fiel pero no tiene
corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone
atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica
con su moral. Para la radio tiene la enorme ventaja de la literalidad y la inmediatez, pero
muchos entrevistadores no escuchan las respuestas por pensar en la pregunta siguiente.
(…) La grabadora es la culpable de la magnificación viciosa de la entrevista (García
Márquez, 1966). 122
El diario tradicional tenía sus procesos de trabajo organizados: el redactor hablaba con las
fuentes, iba al lugar de los hechos, tomaba nota, hacía entrevistas y regresaba a la redacción, en
la cual procedía a dialogar con el jefe de la sección para determinar qué escribiría. A su vez, el
jefe de la sección recibía una cantidad de cables de agencia –papeles con recortes de despachos-
que la mesa de noticias había seleccionado para cada sección. Era una tarea generalmente
122 La grabadora no sólo se convirtió en una herramienta de trabajo para los periodistas sino también para las ciencias sociales. En etnografía se utiliza el término “registro” en dos de sus acepciones. “Cuando se habla de ‘registro’, se está aludiendo a dos procesos simultáneos, a menudo indiferenciados por aquella concepción que considera al trabajo de campo como una captación inmediata de ‘lo real’. Esta perspectiva afecta tanto al recurso tecnológico por el cual se almacena información –lo que llamaremos ‘formas de registro’- como a la información misma, pues convierte al vehículo que une el campo y la oficina, el trabajo en el terreno y el análisis, en una misma unidad que subsume el acto de registrar y los datos registrados. Según esta lectura, el registro es un medio por el cual se duplica el campo en forma de notas (registro escrito), imágenes (fotografía y cine) y sonidos (registro magnetofónico) (Guber, 2011: 93).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
209
realizada por periodistas principiantes y la sección podía cambiar de nombre según la empresa,
pero a los encargados de seleccionar y cortar los papeles, en la jerga siempre se los denominaba
“cableros”.
Los procesos de trabajo de los periodistas requieren insumos, uno de los cuales son las fuentes.
Algunas de ellas son empresas que producen noticias y se convierten en fuentes secundarias
contratadas por el propio medio, como los servicios de las agencias noticiosas. Desde la década
de 1960 las agencias, empresas que nacieron en 1835 como producto de las necesidades
informativas de los diarios, enviaban sus notas desde una teletipo. Casi en tiempo real eran
impresas en otro teletipo, en una hoja de papel continuo que algunos empleados, generalmente
periodistas en período de aprendizaje cortaban por nota o despacho. Los encargados de la tarea
eran usualmente conocidos en la jerga de las redacciones como “cableros” y la oficina en la que
trabajaban se llamaba “cablera”. “La primera gran innovación tecnológica que recuerdo fue
cuando comenzaron a llegar las primeras teletipos con una banda amarilla que era una cinta
perforada”, dice el ex editor E7 (Entrevista realizada el 10-9-2012). En la década de 1980 los
cables ya se imprimían en equipos que la agencia noticiosa instalaba en el diario y con la llegada
de las computadoras, directamente la información se grababa en un disco rígido y la impresión
era selectiva. Se hacía según la evaluación del jefe de la sección Cables.
Desde fines de la década de 1990 y de manera gradual las agencias noticiosas colocaron el
material en Internet, de modo que los periodistas ya podían ingresar con la identificación y la
clave correspondiente y acceder a la información. Se pasó de un lugar en el que se reunían los
cables para clasificarlos a mano y distribuir a las secciones, un insumo básico para comenzar la
jornada, a un sitio de Internet donde se podía leer la información y acceder a fotos, videos y otros
recursos.
Una vez que el redactor había recibido las indicaciones y tenía el material disponible, debía
redactar su nota en el papel pautado. Cada hoja tenía un máximo de líneas que debía respetar y
un ancho que, si bien estaba marcado del modo que ya describimos, se procuraba determinar a
priori colocando los marginadores de la máquina de modo que se pudiera escribir sin tener que
mirar reiteradamente la hoja. En la parte superior del papel había un cabezal en el que figuraban
indicaciones para el taller (ver figuras 1 y 2 en la página siguiente).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
210
Figura 1: Papeles pautados para uso de redactores y editores de los diarios Página/12 y La Voz
Figura 2: Cabezal de papel pautado para redactores y editores
Al terminar su nota y entregarla quedaban en el papel pautado signos de la experiencia y
habilidad del redactor. También en el cesto de papeles. Un principiante solía tirar muchos
originales que debían ser descartados por la suma de errores. Además del descarte, la falta de
experiencia o la impericia también quedaban plasmadas en el material entregado. En cada hoja
podían apreciarse tachaduras y ligazones con birome, palabras o conexiones agregadas tras la
lectura atenta del propio redactor. El más experimentado hacía algunos cambios, pero el manejo
del texto y su reflejo en el cesto de residuos o en las enmiendas marcaba las diferencias en
materia de experiencia y jerarquía en la redacción. Era parte del relato de los periodistas que
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
211
conocieron y trabajaron en la prensa tradicional antes del ingreso de la computadora a su lugar
de trabajo:
Las redacciones han cambiado mucho. Entonces eran lugares muy ruidosos: las máquinas
de escribir producían sobre todo estruendo, y una forma distinta de escribir. Corregir esas
hojas de papel pautado –se llamaba pautado porque tenía unas rayas que permitían medir
los textos– era difícil y humillante: los buenos no llenaban sus copias de tachones. Así que
había que pensar antes de escribir y no después. Ni mejor ni peor; muy diferente
(Caparrós, 2014).
También en la organización de toda la publicación, en edición de las notas y en la presentación
de las secciones se utilizaba el papel. El despliegue de todo el diario se realizaba en lo que se
denomina “pauta”, que consistía, precisamente, en la vista de los pliegos de impresión. Un
coordinador se ocupaba de ir marcando en los recuadros correspondientes el estado de cada
página, hasta darlas por terminadas, o “cerradas” en la jerga profesional. Las pautas en papel
aún se utilizan en algunos diarios y revistas pequeños, o bien en suplementos y revistas, como
en el caso de La Nación.
Figura 3: papel con despliegue de páginas para el seguimiento de la edición de suplementos en el diario La Nación
Fuente: archivo del diario.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
212
En la edición de cada sección también intervenía el papel. El jefe, una vez que tenía definidas las
notas que se publicarían y había establecido cuál sería su importancia relativa mantenía un
diálogo con un diagramador que lo recibía en su tablero con una hoja, diferente a la de los
redactores. Tenía el tamaño real de la página del diario, con las columnas y referencias para
tomar medidas, siempre en un color celeste suave, utilizado para evitar que posteriormente esas
líneas se copiaran en las películas con las cuales se harían las planchas de impresión123.
Con la hoja correspondiente a cada página del diario, el diagramador recibía la información del
sector de comercialización –también conocido como Publicidad- para ubicar los avisos en cada
lugar. Quedaban marcados mediante recuadros que hacía el diagramador sobre la hoja, como
puede apreciarse en la figura 4 (a y b). Actualmente en algunos suplementos del diario La Nación
se utilizan papeles para la diagramación de páginas, diferentes de los del diario tradicional como
se observa en la figura 5 .
Figuras 4 y 5: papel para diagramar
Figura 4a: papel para diagramar las páginas de La Nación.
Figura 4b: papel para diagramar las páginas de Página12.
Figura 5: papel para diagramar páginas usado ahora en algunos
suplementos.
Fuente: Archivo de La Nación. Fuente: archivo personal. Fuente: Archivo de La Nación.
El jefe de la sección definía con el diagramador la ubicación de cada nota, las ilustraciones, la
forma de titular, si habría recuadros, infografías u otro tipo de complemento informativo.
123 Por el mismo motivo, los correctores utilizaban marcadores celestes para hacer sus indicaciones.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
213
Foto número 1: Jefe de sección trabaja con el
diagramador-armador de la página.
Fuente: video institucional de La Nación (1995, min. 22.10)
Una vez hecho el boceto en lápiz, el diagramador contaba manualmente el número de caracteres
y entregaba la información al periodista. Los redactores trabajarían con las medidas calculadas
por el diagramador –siempre aproximadas- y el jefe tendría una charla con el editor fotográfico
para encontrar la imagen adecuada. Eventualmente encargaría la infografía al sector
correspondiente.
El periodista encargado de redactar la nota debía tomar en cuenta las medidas y hacer su trabajo
bajo el criterio de lo que se conoce como pirámide invertida, que consiste en condensar la
información en los primeros párrafos e ir reduciendo el nivel informativo a medida que el
artículo se desarrollaba. De esta manera, cuando el jefe de la sección o directamente el jefe del
taller podían hacer un recorte en el último párrafo sin alterar significativamente el contenido
informativo.
La memoria del palimpsesto
En reemplazo de los papeles, las pantallas de las computadoras fueron ofreciendo distintas
interfaces, según cuál fuera el proveedor del sistema124. La interfaz de un programa procesador
de textos incorporaba una novedad hoy naturalizada: permitía escribir, borrar, copiar párrafos,
correrlos de lugar en la nota. Como escribiera Jorge B. Rivera:
124 La automatización más avanzada se logró cuando los diarios comenzaron a adquirir sistemas editoriales integrales, que podían limitarse a la redacción o incluir los procesos de composición e impresión.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
214
Sentado frente a la pantalla de su procesador de palabras el nuevo escriba telemático
opera como el viejo escriba medioeval, con una suerte de ‘escritura en palimpsesto’ que
emerge y se desvanece continuamente en el bombardeo de electrones del tubo catódico o
en el enfilamiento fugaz de los visores de cristales líquidos. Con una diferencia sustancial
que impone sus propias reglas: el ordenador del que se vale el nuevo escriba está dotado
de una memoria o capacidad de almacenamiento y devolución que depende de la
tecnología del equipo, pero que invariablemente cumple con su papel (1994, p. 76).
No sólo el trabajo de redacción de la nota sino también la búsqueda de información se
sistematizó, aunque en este caso no hubo un reemplazo completo sino una ampliación de la
gama de recursos utilizados hasta el momento. El contacto telefónico, la llegada directa al lugar
de los hechos, la charla personal con las fuentes comenzó a complementarse con el uso de bases
de datos que, en 1995, en la Argentina, todavía eran de acceso relativamente restringido. En
algunos periódicos hubo técnicos que se especializaron en la búsqueda de bases y el acceso a la
información. A medida que el ancho de banda para la navegación se hizo mayor y que tanto
empresas como organizaciones de diferente tipo fueron ingresando información a Internet, la
tarea de búsqueda se hizo más productiva.
Cuando las empresas informatizaron las redacciones facilitaron todo el proceso de edición. El
tablero con la hoja de diagramación de la página fue reemplazado por una computadora
conectada a la red del taller. El redactor pasó a cargar su nota en la red de la redacción, para que
el editor la tomara desde su terminal y continuara con el proceso habitual. Había una diferencia
sustancial: el papel había sido reemplazado por un archivo electrónico que recorría la red hasta
llegar a los talleres.
A medida que los periodistas comenzaron a trabajar con el procesador de textos se agilizó el
intercambio entre el redactor, el jefe de la sección, el diagramador, el editor fotográfico, los
correctores y la sección de fotocomposición. Pero además la tarea del jefe de la sección se facilitó
por la posibilidad de manejar párrafos, medir las notas, cortarlas en cualquier lugar del texto y
transferir el material en forma de archivo electrónico.
Estas rutinas de la redacción forman parte de un flujo de trabajo que abarca todo el proceso
productivo, desde la búsqueda a la presentación; desde la localización de la información en cada
una de sus etapas (detección, evaluación de su noticiabilidad y recolección) hasta el posterior
procesamiento. Entre otros de los pasos que siguen, incluiremos el cotejo con la información y
con los criterios editoriales del jefe de la sección.
Entre estos criterios se destaca la decisión de qué será incluido en el diario como noticia. No es
sólo una resolución relativa a la publicación sino anterior, en la que el redactor se involucra en
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
215
la búsqueda y otros procesos o simplemente deja de lado la posibilidad de hacer noticia el hecho.
Esto es importante en nuestro análisis, porque si bien el redactor busca información, cuando el
jefe de la sección o los secretarios –en general denominados editores- deciden que un tema no
se convertirá en noticia, naturalmente el redactor abandona el tema o lo deja latente para una
edición posterior.
En la determinación de la noticiabilidad el trabajo que el periodista ya comenzó se encuentra
con un primer obstáculo. La relación es interactiva: el periodista busca sucesos que puedan ser
convertidos en hechos noticiables. Eso ya es un primer procesamiento de la información. Luego,
para que el diario tome la decisión de convertir el tema en noticia hay una negociación entre el
periodista y su jefe o el equipo de la sección. Solo cuando la decisión de noticiabilidad está
tomada, es decir cuando se decidió que el hecho amerita su publicación en el diario, comienza el
intercambio de ideas y la negociación acerca de la importancia social del acontecimiento.
Sobre estas pautas se establecerá cuál será la jerarquía que la noticia tendrá en el día mediante
la aplicación de los recursos gráficos tradicionales: un título más o menos llamativo con un
tamaño de letra adecuado y una o dos líneas, la ubicación en el tope de la página, el anuncio en
la portada, el acompañamiento de una ilustración, la ubicación en página impar y otras opciones.
El periodista seguirá sus procesos de trabajo mediante la verificación de la información con
diferentes fuentes, la presentación escrita y luego vendrá la adaptación al armado de los
diagramadores, quienes darán forma gráfica a la noticia. Los pasos finales del diario en papel
serán el armado de las planchas, la impresión y el armado de los ejemplares.
Estos procesos cambiaron a medida que se produjeron diferentes innovaciones tecnológicas: de
la composición en plomo a la composición en frío, de la máquina de escribir al procesador de
textos y del periódico impreso al periódico digital. En la redacción propiamente dicha, el cambio
de la composición en plomo o caliente a la composición en frío fue menor, porque se conservaron
la forma de recabar información, las fuentes utilizadas y el modo de contactarse con dichos
proveedores de datos sobre los hechos. Se modifican, en cambio, las formas de transmisión de
las notas o de los datos a la redacción. En cambio, hay una modificación sustancial de algunas
de las rutinas entre la composición en frío y la redacción electrónica, es decir aquella que elabora
el diario impreso, pero con la incorporación de la computadora y las redes informáticas. En tal
etapa se modifican el tipo de fuentes –aunque se conservan algunas de las anteriores- forma de
contacto y la manera de transmitir hacia la redacción (Ver cuadro número 7).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
216
Cuadro n° 7a: rutinas y evolución tecnológica en redacción
Procesos de trabajo en el periodismo en las distintas etapas de la evolución tecnológica de los medios gráficos.
Etapas productivas
Tecnologías
Composición plomo
Composición frío Redacción electrónica Periódico digital
Rec
ole
cció
n
de
no
tici
as
Actividad periodística
Idem Idem Idem + contribución del lector y algoritmos
Tip
o d
e fu
ente
Agencias noticiosas, agencias de prensa, otros medios, testigos, informantes clave, archivo gráfico.
Idem
Idem (en menor medida, el archivo gráfico) + información de Internet y redes sociales.
Agencias noticiosas, agencias de prensa, otros medios, testigos,
Form
as d
e co
nta
cto
co
n
las
fuen
tes
Cables de agencia, llamados telefónicos, contactos personales, uso de diarios, revistas, radio y TV.
Idem
Información de agencias en línea, llamados telefónicos y contactos personales. Diarios, revistas, radio y TV vía Internet. Información en redes sociales, buscadores en la WWW y otras bases de datos.
Idem.
Form
a d
e tr
ansm
isió
n
Transmisión de copia manuscrita o a máquina al periódico. Se hace vía correo, teléfono, télex o teléfono.
Idem, pero también mediante telecopia y por escritura en pantalla por mecanógrafos o tipógrafos reciclados -pudiendo incluir autocorrección- quienes utilizan una clave, sea desde una delegación o desde la propia sede.
Transmisión en línea desde delegación o desde un dispositivo portátil desde cualquier otro punto en el que se disponga de conectividad.
Transmisión en línea desde delegación o desde un dispositivo portátil desde cualquier otro punto en el que se disponga de conectividad.
Form
a d
e re
cep
ció
n
En la sede, tanto del artículo como de noticias de prensa, que se reparten a las secciones y redactores jefes correspondientes.
En computadora. La unidad central las justifica y clasifica en función del código de partida.
Mediante pantalla, recurso a la documentación automatizada del periódico a su vez conectada a bancos de datos propios y ajenos
Idem
Fuente: propia sobre cuadro de Zallo (1998)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
217
Cuadro n° 7b: rutinas y evolución tecnológica en redacción
Procesos de trabajo en el periodismo en las distintas etapas de la evolución tecnológica de los medios gráficos.
Etapas productivas
Tecnologías
Composición plomo
Composición frío Redacción electrónica Periódico
digital
Edic
ión
I
Recurso a documentación de archivo para verificar, completar, comentar.
Idem o recurso a una documentación en vías de informatización
Mediante pantalla, recurso a la documentación automatizada del periódico a su vez conectada a bancos de datos ajenos
En línea
Edic
ión
II
Evaluación, jerarquización y decisión sobre el destino del artículo. Tratamiento y envío a redactor-jefe o director.
El jefe de sección o de redacción y las secciones tienen acceso a lo que les concierne. La evaluación y el tratamiento pueden realizarse simultáneamente.
Idem Idem, en línea
Fuente: propia sobre cuadro de Zallo (1998)
Estos cambios en los procesos de trabajo que se produjeron a medida que se modificaban las
técnicas fueron importantes en las etapas de recolección, transmisión y edición de la noticia,
pero también afectaron a otras etapas productivas, como la elaboración del material para la
impresión, en la cual también se reformularon algunas de las tareas que se realizaban
anteriormente (Ver cuadro número 8).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
218
Cuadro n°8: rutinas y evolución tecnológica en Composición
Procesos de trabajo en el periodismo en las distintas etapas de la evolución tecnológica de los medios gráficos.
Etapas productivas
Tecnologías
Composición plomo Composición frío Redacción electrónica Periódico
digital
Co
mp
osi
ció
n I
Preparación de una maqueta lo más precisa posible y se codifica tipográficamente.
El jefe de redacción interroga al ordenador sobre las dimensiones de los artículos, en función del código tipográfico deseado. Prepara una maqueta precisa.
El jefe de redacción o diseño, con ayuda de su pantalla gráfica para paginación y de su pantalla para imágenes (fotos y publicidad), realiza no ya una maqueta sino la página misma, visualizándola.
Diseño digital
Co
mp
osi
ció
n
II
Envío de la copia al taller de composición, repartiéndose la copia a los linotipistas, que la transforman en líneas de plomo justificadas.
Etapa suprimida por la tecnología
Etapa suprimida por la tecnología.
No corresponde
Edic
ión
III
Títulos elaborados en cuerpos, caracteres y columnas solicitadas. Se hacen galeradas con estos artículos distintos reunidos y se realiza una prueba.
Etapa suprimida por la tecnología
Etapa suprimida por la tecnología.
No corresponde
Co
rrec
ció
n Vuelta a la composición,
que recompone las líneas en las que hay errores. Las líneas corregidas son colocadas en las galeradas.
Si no hay autocorrección al principio, va corrección sobre pantalla o con impresora, que introduce el código informático y ordena a la computadora que transmita a la fotocomponedora los textos. Imprime en bloque los textos en papel fotográfico.
El jefe de redacción puede introducir el código informático o dejarlo a un servicio que también corrige el texto. La computadora transfiere la página a fotocomponedora. Ya no usa papel fotográfico sino plancha de zinc (offset).
Se realiza en el proceso de edición.
Foto
-
grab
ado
Paralelamente, fabricación en fotograbado de cliché y fotos.
Idem. Etapa suprimida por la tecnología.
No corresponde.
Mo
nta
je
Montaje de la página por parte de los tipógrafos siguiendo las indicaciones de la maqueta (cuadrícula)
Collage del papel fotográfico realizado por tipógrafos que cuentan con la maqueta. (Montaje de la página en papel fotográfico)
Etapa suprimida por la tecnología.
Se realiza en el proceso de diseño digital
Fuente: propia sobre cuadro de Zallo (1998)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
219
También en los procesos de trabajo para la impresión y armado de los ejemplares se produjeron
cambios relevantes entre las diferentes etapas. En la composición en plomo las pruebas todavía
se hacían mediante el papel. En la composición en frío las pruebas ya se hacían en pantalla. A su
vez, para el armado en la composición en caliente se utiizaba la estereotipía, un proceso de
prensado, mientras que en la composición en frío se recurría a la fotocomposición. En la
empresa informatizada, cuando ya se hacen las notas mediante computadora (redacción
electrónica), la mayoría de los procesos se realizan en pantalla. Por cierto, en el periódico digital
las notas se cargan en una caja que forma parte del diseño y se publican directamente en línea.
Cuadro n° 9: rutinas y evolución tecnológica en armado e impresión
Procesos de trabajo del periodismo en las distintas etapas de la evolución tecnológica de los medios gráficos.
Etapas productivas
Tecnologías
Composición plomo Composición frío Redacción electrónica
Periódico digital
Pruebas Fabricación de una prueba de la página.
Proceso realizado en pantalla.
Proceso realizado en pantalla
No corresponde.
Armado
Prensar para disponer de un cartón (estereotipía)
Foto de la página para fabricar la placa offset destinada a la rotativa.
Proceso realizado en pantalla
No corresponde.
Original para rotativa
A partir del cartón se fabrica un semicilindro de plomo (teja) destinado a la rotativa.
Etapa suprimida por la tecnología.
Etapa suprimida por la tecnología.
No corresponde.
Impresión
Colocación en la rotativa, tirada y distribución.
Idem. Idem. Se publica directamente en línea.
Fuente: propia sobre cuadro de Zallo (1998).
Datos y calidad de los periodistas
Desde el comienzo de la informatización de los diarios y a medida que la tecnología avanzó, los
periodistas tuvieron la posibilidad de acceder a la memoria de sus computadoras, aunque con
diferentes modalidades según cómo fueron variando los criterios de los técnicos y de las
empresas proveedoras de los sistemas. Se utilizaron redes tipo mainframe, con un procesador
central y computadoras periféricas o puestos de trabajo sin capacidad para desarrollar procesos
autónomos y almacenar información (Nunemacher, 1997, pp. 3 a 15).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
220
Luego migraron hacia los sistemas denominados cliente-servidor, con uno o más equipos
centrales –servidores- encargados del procesamiento general del ciclo productivo, la regulación
de los flujos de información y la administración del almacenamiento general. Las computadoras
periféricas –los clientes- tenían una capacidad de procesamiento como para realizar las tareas
necesarias y algún grado de almacenamiento, primero en diskettes, luego en otros dispositivos
(Nunemacher, 1997, pp. 37 a 44).
El acceso a una memoria digital no sólo permitió archivar datos sino notas propias que fueron
convirtiéndose en un reservorio de la producción del propio diario. En la segunda mitad de la
década de 1990 las empresas periodísticas argentinas comenzaron a digitalizar los archivos
tradicionales en papel, que se sumaron a los productos elaborados directamente para Internet.
Este avance en las capacidades de los periodistas para producir noticias en un tiempo menor
tuvo sus consecuencias favorables para las empresas y para los propios redactores. Pero esta
reconfiguración del trabajo de los periodistas tuvo efectos contradictorios. Mauro Wolf advirtió
que por un lado se aumentaban “sensiblemente” las fuentes disponibles y los flujos de
información, pero, por otra parte, al menos en su análisis de la prensa italiana, se perdía calidad
en la producción:
A menudo, la elección periodística operada (y facilitada por los sistemas editoriales)
consiste en colocar los elementos del día del evento principal en resúmenes que
reconstruyen la evolución de los hechos hasta ese momento, resúmenes que consisten en
la reproducción a menudo literal de segmentos de artículos ya aparecidos en días
precedentes (Wolf, 1991, p.13).
Wolf señalaba como algunas tendencias en el ejercicio de la profesión periodística que se atribuía
a los sistemas de edición electrónica. La primera era la autorreferencialidad:
…me refiero a la tesis según la cual las nuevas tecnologías, facilitando el acceso de las
informaciones y a las informaciones y a su conservación (desde los archivos internos de
los periódicos, a la conexión con bancos de datos periodísticos) termina por privilegiar
como memoria colectiva, como memoria histórica de los hechos del pasado reciente, a los
mismos productos periodísticos. Terminan así, por privilegiar aquel tipo de conocimiento
social que los periodistas han producido (Wolf, 1991, p.14).
La segunda tendencia que señalaba era una mayor incidencia de los criterios noticiosos
institucionales, en la medida que los agentes de prensa de diferentes instituciones adquirían una
mayor facilidad para ofrecer textos prediseñados:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
221
…se determina a través de las nuevas tecnologías y del incremento de las corrientes
comunicativas que éstas hacen posible una irradiación de la lógica y de los criterios de
relevancia que guían lo noticiable sobre todas las esferas de lo social y del saber,
englobadas en la información de los medios de comunicación” (Wolf, 1991, p. 15).
Luego cita a Furio Colombo y advierte que los intereses de los centros de opinión más poderosos
de distintos ámbitos prevalecen sobre las agendas de los medios de comunicación. Wolf
calificaba al nuevo tipo de actividad profesional que se constituía a partir de la aplicación de los
sistemas editoriales como trabajo de rebote, en una nueva cita de Colombo. Luego marcaba una
tercera tendencia, bajo el nombre de curaduría, que consiste en elegir y presentar elementos
informativos para facilitar la interpretación del material disponible y resolver el problema que
genera la abundancia de información a la que se puede acceder en Internet (Pisani, 2011). Wolf
consideraba que “sectores enteros de la redacción” se convertían en seleccionadores de
información, lo cual iba en desmedro de la capacidad de interpretación y reflexión profunda
acerca de las noticias (1991).
Por otra parte, como consecuencia de las innovaciones se produjo un aumento de la
productividad individual y colectiva: los periodistas comenzaron a trabajar con mayor
comodidad, al tiempo que su producción creció y se reformuló la organización laboral. Las redes
digitales reforzaron y facilitaron la distribución de status y roles en el ordenamiento de los
procesos de producción, desarrollado por el área de Sistemas.
Convivencia tecnológica
A mediados de la década de 1990 el contraste entre el diario tradicional y el proceso de
digitalización se podía percibir a simple vista, con la convivencia de máquinas de escribir y
computadoras.
Foto número 2: máquinas y computadoras
conviven en agosto de 1994.
Fuente: Video Institucional, 1995. Fotograma min. 14.19
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
222
La entrada de las computadoras a la redacción fue gradual y hubo una etapa durante la cual los
periodistas tuvieron que adaptarse. Pero la informatización no se produjo sólo con equipos para
redactar y editar. Las innovaciones fueron más amplias.
Alejandro Rost sistematizó la secuencia que siguieron los periódicos en su digitalización cuando
señaló que los diarios impresos fueron acomodándose al cambio tecnológico en cinco etapas: la
primera fue la reconversión de composición y producción; luego la informatización de las
redacciones; en la década de 1980 el uso del satélite en varias etapas de la producción; el uso de
Internet en las redacciones desde mediados de la década de 1990, y la quinta, la “convergencia
tecnológica y organizacional, que va de la mano de la convergencia económica y la conformación
de grandes grupos multimedios” desde comienzos del siglo XXI. Sostiene que: “A nivel
periodístico, esta convergencia implica la constitución de una sola redacción para los distintos
medios de comunicación del grupo” (Bergonzi et al, 2004, pp. 14-16).
El satélite de comunicaciones permitió el acceso a información en tiempo real y la aplicación de
opciones novedosas en la producción, con impresiones remotas que experimentaron desde la
década de 1990 los diarios Ámbito Financiero y Página/12. Además, con la utilización de las
computadoras en la administración, luego en la producción gráfica y finalmente en las
redacciones, los cambios se sucederían mediante ensayo y error hasta lograr la total
automatización informatizada de las empresas. La producción comenzó a organizarse mediante
sistemas computadorizados y en el proceso de maduración de los diarios en Internet, de los
cuales en la Argentina una mayoría apareció entre 1995 y 2005. Fue el inicio de una interacción
entre dos formas de trabajar -la del diario impreso y la del periódico digital- que se diferencian
y al mismo tiempo se influyen mutuamente.
Estos cambios implicaron una labor que los periodistas entrevistados percibieron como más
confortable y al mismo tiempo con una mayor carga de trabajo (Ver 4.3.- Entrevistas). La
tecnología reemplazó a tareas que requerían de cierto esfuerzo y los periodistas
simultáneamente incorporaron en el trabajo redaccional y en la edición algunas de las
actividades que anteriormente se hacían en los talleres. Frente a cada uno de los cambios hubo
periodistas que se mostraron favorables a la reformulación del modelo de trabajo, otros que se
adaptaron sin valorar de manera positiva o negativa dichos cambios y otros que ofrecieron
distinto grado de resistencia, no sólo al negarse a utilizar computadoras sino también en el
cuestionamiento colectivo, a través de sus organizaciones gremiales.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
223
La digitalización de los procesos de trabajo en la redacción trajo aparejados cambios que no sólo
aceleraron la producción sino también generaron transformaciones en materia laboral y
sindical. Como planteara en 1998 un documento de la OIT:
Los trabajadores han debido soportar cargas cada vez más pesadas en materia de costos
encubiertos. Aunque abundan las pruebas en el sentido de que la historia se repite, resulta
difícil encontrar una justificación al hecho de que no se avance y se deje de lado el tema
de la protección de los derechos de los trabajadores (1998, introducción).
Del diseño gráfico a la usabilidad
El periodismo dedicado a la prensa escrita fue el primero en alcanzar la masividad y mutó a
medida que el diseño adquirió mayor desarrollo y peso proporcional en la presentación de los
diarios. La tarea del periodista adquirió desde comienzos del siglo XX una relación cada vez más
estrecha con la de los trabajadores encargados de agregar diseño al texto. Entendemos el diseño
gráfico como:
…aquellos artificios y recursos que tienen por objetivo mejorar la percepción de cualquier
impreso, bien mediante recursos estéticos, o bien mediante procedimientos estrictamente
tipográficos; pero teniendo siempre presente que el objetivo final es la mejora
comunicativa, no la perfección artística (Vizuete, 1993, p. 31).
Lo gráfico es la distribución en dos dimensiones de diferentes materias significantes y
contenidos. Esta distribución está a cargo de los diseñadores gráficos, una especialidad que
evolucionó desde comienzos del siglo XX (Arfuch, 2005, pp. 9-14) y que en los diarios impresos
trabaja en relación directa con los periodistas, en lo que Nieto e Iglesias incluyen como parte de
la unidad creativa (1993, p.80).
Los diarios de los primeros tres cuartos del siglo XIX tenían escaso valor agregado a sus páginas
en cuanto a lenguaje visual, sobre todo en cuanto a dibujos o fotografías, pero también en
términos del armado de la página como espacio visual (Ojeda, 2010). En el último cuarto de ese
siglo, al impulso dado por las revistas “ilustradas” subidas a la ola de la litografía y de las nuevas
técnicas que revolucionaron el arte del grabado, se sumó la generalización de estas técnicas hacia
toda la prensa periódica, sólo limitada por condicionantes técnicos que fueron resolviéndose
entre los últimos años del siglo XIX y primeros del XX, incluida la capacidad de reproducción
en las prensa de las imágenes fotográficas, primero en forma limitada, desde la década de 1880,
y finalmente en forma cotidiana en los diarios de circulación masiva. A partir del primer cuarto
del siglo XX, en la Argentina los diarios comenzaron a combinar letra, dibujo, fotografía, diseño
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
224
de titulares y de página. La generalización de la venta voceada, el aumento de la competencia, la
venta en “kioskos” (puestos de venta de impresos periódicos en Argentina), las nuevas
posibilidades tecnológicas y la emulación de experiencias en países industrializados
favorecieron la necesidad de ganar con la portada una mayor visibilidad, había dado lugar a una
mayor injerencia del diseño gráfico.125 (Ojeda, 2010; Saitta, 2013; Rivera, 1998)
Cuando los diarios aparecieron en Internet, en los primeros años de 1990 en los Estados Unidos
y en 1995 en el caso de la Argentina, los técnicos en informática pasaron a ocuparse del diseño
gráfico de la edición digital. No sólo era otra la profesión de los ejecutores sino el criterio de
diseño, que pasó de la presentación atractiva de las noticias a la usabilidad, es decir a la facilidad
de uso del medio por parte del lector.
El término usabilidad adquirió un significado nuevo a partir de la aparición de la versión
comercial de Internet a mediados de la década de 1990. Según Jacob Nielsen, uno de los
especialistas en el diseño de páginas Web accesibles para los neófitos, la usabilidad es un
parámetro de calidad que sirve para determinar en qué medida las interfaces del usuario son
fáciles para recorrer y utilizar. También se refiere a métodos que permiten mejorar las opciones
de uso durante el proceso de diseño de la página de Internet (Nielsen, 2012).
El área de diseño gráfico mantuvo su responsabilidad en el diario impreso y al mismo tiempo
los técnicos en informática se hicieron cargo del diseño del periódico digital (Ver entrevista a
Ana Gueller, jefa de Arte, realizada el 23 de julio de 2013).
El embrión de las redacciones en línea
Mientras la informatización concluía, los diarios comenzaron a organizar sus equipos de
periodistas para producir las versiones que se publicarían en Internet. Cada uno adoptó sus
propios criterios. En el caso de La Nación y Clarín fueron transferidos desde las redacciones que
producían el diario impreso. A medida que las ediciones digitales aumentaron sus contenidos y
su difusión, las redacciones especializadas en producir la versión en Internet o periódico
digital126, con mayores conocimientos técnicos que sus colegas, delinearon procesos de trabajo
que se diferenciaron de los del diario impreso, con sus ritmos informativos y sus propios vínculos
con lectores, anunciantes y otros actores del proceso de elaboración del periódico.
125 En La Nación, en la actualidad, la responsabilidad del diseño del periódico impreso es el área de Arte y Diseño, mientras que en el periódico digital se ocupa el área de “Producto”. 126 Cuando nos referimos al medio digital utilizamos el término “periódico” porque tienen una periodicidad que no necesariamente es diaria.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
225
Pero ya desde la década de 1980 en una tendencia que se aceleró en la de 1990, las empresas
periodísticas entraron en un proceso de concentración mediante adquisiciones y fusiones.
Además, se convirtieron en compañías transmediáticas y cambiaron de propiedad, con la
participación de otros sectores industriales y financieros, a su vez altamente concentrados.
En palabras de Ramón Salaverría:
Desde finales de los años 1980, las corporaciones periodísticas han emprendido sendos
procesos de creación de sociedades subordinadas y de compras de otras empresas. Estos
procesos paralelos han dado como resultado grandes conglomerados empresariales que
han crecido tanto en horizontal (es decir, ampliando su presencia a todo tipo de medios y
plataformas), como en vertical (extendiendo sus intereses empresariales a todas las fases
del proceso productivo, desde la elaboración hasta la distribución y comercialización)
(Salaverría, 2009, pp. 11-13).
Desde la década de 1980 comenzó además a caer tanto la lectura de los diarios como la venta de
publicidad, producto entre otras razones de una fuerte competencia por parte de la televisión,
que había consolidado su lenguaje a fines de la década de 1960. Entre tanto, las sucesivas
reconversiones, con la composición en frío, que comenzó a aplicarse en los 60, luego el sistema
llamado CTP –que simplificó el proceso de composición-127, la paginación total (Sohn et al, 1988,
p. 169), la automatización informatizada y los sistemas integrales de edición permitieron
eliminar tareas en el área de producción y preproducción gráfica. Algunas de estas actividades
se transfirieron a la redacción y, especialmente, a los jefes de sección.
La reducción de tareas en los talleres, el aumento de la carga laboral y de la productividad en las
redacciones motivaron despidos y desplazamiento de los trabajadores hacia otras tareas. La
concentración y las fusiones, entre otros factores, se produjeron en el marco de un creciente
incremento de la desocupación y de la ocupación precaria de los periodistas. Con la
precarización se agravaron las dificultades preexistentes para la sindicalización de los
periodistas y se redujo su capacidad de negociación con las empresas. (Entrevista a Irene
Haimovichi, delegada gremial de la redacción, realizada el 20 de noviembre de 2012)
Este tipo de vínculo laboral adquirió diferentes formas y desde las empresas periodísticas se
justificó de distintas maneras. Hacia mediados de la década de 1990, con la aparición del diario
en Internet y el desarrollo del periódico digital como un medio con características propias, las
empresas periodísticas delinearon un nuevo perfil profesional. Se trata de un trabajador con
127 Del inglés: Computer To Plate (De la computadora a la plancha) Es el proceso que permite evitar los trabajos de fotocomposición y otros intermedios, porque una máquina realiza el proceso en forma directa: entra el material compuesto en el sistema informático y sale la plancha para la impresión.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
226
actividades diversas o polivalente, con un vínculo laboral precario, de mayor productividad y
adaptado a las fluctuaciones de la demanda laboral, en un proceso que David Harvey denomina
capitalismo de acumulación flexible y Richard Sennet menciona como capitalismo flexible. Esta
etapa se abre con el fin del llamado Estado de Bienestar desde mediados de los años 70,
comienzo del fin del modelo fordista como ordenador de la producción. (Harvey, 2008, pp. 164-
165; Sennet, 2005, p. 93)
La salida del Estado de Bienestar y el ingreso a la sociedad de la información representan el
momento histórico en el que se producen estos cambios que llevarán a un aumento de la
productividad y la rentabilidad empresarial. Martín Becerra señala en relación con este proceso
que el proyecto de la Sociedad de la Información interviene en la estructura de los países
centrales como argumento de recomposición de las estrategias de crecimiento y expansión” y
cita a Manuel Castells cuando señala que los dos factores que determinan la innovación
tecnológica y el crecimiento de la productividad son la rentabilidad y la competitividad (2003,
pp. 41 y 42). Becerra señala que en términos sociales y económicos, el nuevo modelo productivo
se basa en la sustitución del trabajo humano, “en la centralidad del complejo de la
microelectrónica y de la industria de las telecomunicaciones en la interconexión financiera y
comercial del globo (…) en la consolidación del sector terciario y del empleo precario” (2003, p.
43).
Una de las claves en el aumento de la productividad es la polivalencia. El trabajador polivalente
es aquel que corresponde a un modelo de flexibilidad laboral cuya principal característica es la
mayor capacidad de los trabajadores para cambiar de puesto de trabajo. Suárez clasifica a la
flexibilización en dos modelos, uno defensivo y otro ofensivo:
…se pueden presentar dos modelos extremos de flexibilidad; la defensiva o “por lo bajo”,
basada en la relajación de los estándares laborales (en particular los referidos a la entrada
y salida del mercado laboral); y la ofensiva o “por lo alto” en la que se hace hincapié en la
movilización e implicación del colectivo de trabajo en busca de mejoras en los niveles de
productividad y de calidad en la producción. Sin embargo, la realidad se presenta de
manera mucho más compleja y generalmente supone situaciones intermedias o
combinatorias… (1995, p. 3).
Diremos con Suárez que la polivalencia es “una manifestación de la llamada flexibilización
ofensiva o ‘por lo alto’” (2012, p. 103) El autor señala además que esta polivalencia constituye
en un problema para la legislación:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
227
Entendemos que la proliferación de rutinas periodísticas que impulsan a los trabajadores
de prensa a manejar diferentes elementos tecnológicos, en forma alternada, puede ser
contemplada por la legislación, pero ese proceso debe ser siempre acompañado por un
ajuste de las normas vigentes, bajo la pauta del principio protectorio que inspira al
derecho del trabajo, para evitar que estos avances se conviertan simplemente en una
forma de abaratar costos y arrasar derechos (2012, pp. 103 y 104).
El concepto de polivalencia y su vinculación con la incorporación de las tecnologías informáticas
al trabajo en las redacciones ya había sido planteado por la secretaría de Asuntos Profesionales
de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) en 1991, cuando señalaba que
constituía un enfoque económico y empresarial de la gestión de la fuerza de trabajo:
En el sistema de trabajo técnico es una forma de recomposición de las tareas a fin de
reducir los costos laborales –menos puestos y menos trabajadores- para luego permitir
integrar a la máquina funciones que antes habían sido asumidas por el trabajador,
tendiendo a concentrar el proceso de trabajo en algunos puestos de labor más complejos”
(1991, p. 25).
Aquel concepto de polivalencia vuelve a aparecer con mayor énfasis con los primeros intentos
de unificar el trabajo de los profesionales encargados de elaborar el diario en papel y la versión
en Internet. Durante la segunda mitad de la década de 2000, las empresas comenzaron a ensayar
en la Argentina la integración de ambos equipos en lo que se denomina convergencia de las
redacciones, cuyo modelo tiene como base el profesional polivalente precarizado y
flexibilizado128 (Salaverría, 2009; Suárez, 2012 y White, 1998). En la Argentina se hicieron los
primeros ensayos de convergencia de redacciones en Clarín y La Nación, ambos entre 2007 y
2009.
Cambios en la transición
En este contexto intentamos reconstruir los cambios y tensiones en la elaboración de la noticia
de estas primeras publicaciones de los diarios argentinos en Internet, la aparición y desarrollo
de las redacciones que elaboran las versiones digitales, así como los cambios en la productividad
del trabajo y su relación con el denominado “nuevo modelo profesional del periodista”. Para ello
consideramos dos momentos: aquel en el que dejaron de utilizarse las máquinas de escribir y el
128 Elaborado sobre la base de los textos de APBA (1986), Boczkowski (2006 y 2010), Carter y Cullen (1983), Ganesh (2006), Hills (1981), Sanz (2001), Schmucler y Terrero (1989), Schmucler (1995), Scolari (2008), Smith (1983), Suárez (2012) y Zallo (1998 y 2011). También incorporamos la información contenida en el cronograma oficial de implementación tecnológica brindado por la empresa La Nación, entrevistas con directivos responsables de las implementaciones en distintos medios argentinos y testimonios recogidos durante el trabajo de campo.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
228
de la consolidación del periodismo digital. Estudiamos el caso del diario La Nación, en el cual
las máquinas de escribir convivieron con las computadoras hasta fines de 1994, meses antes de
que saliera a Internet su primera edición digital, en setiembre de 1995.
También en 1995 se hacía cargo de la empresa la familia del ex intendente de la Ciudad de
Buenos Aires, el radical Julio César Saguier, fallecido el 13 de enero de 1987. Su viuda Matilde
Ana María Noble Mitre de Saguier es pariente de dos familias importantes en la historia del
periodismo argentino: los Mitre, propietarios de La Nación y los Noble, de Clarín. En 1992 la
viuda de Saguier ya era accionista menor de La Nación y luego obtuvo financiamiento para
continuar con las compras de papeles, entre ellos un crédito por US$ 40 millones, que llegó en
un momento en el que “el diario estaba económicamente muy mal y también las inversiones de
Bartolomé Mitre (h)129 en el campo”, según rememora E12. A pesar de la resistencia y reticencia
de Mitre a vender sus acciones, finalmente los Saguier se hicieron cargo de la empresa. El hijo
mayor, Julio César, quedó como presidente de la Sociedad Anónima La Nación y otros tres de
ellos permanecieron en distintos lugares dentro de la estructura periodística: Fernán -el único
que tenía experiencia periodística-, Luis y Matilde Florencia.
Hacemos énfasis en la reseña histórica sobre el momento en el que se produce el cambio de
autoridades de la empresa porque coincide con la última etapa de informatización del diario y
la casi inmediata salida a Internet. No sólo se trataba de un cambio en materia accionaria sino
de un momento de reformulación de la empresa, su reconversión tecnológica y la preparación
de la versión digital del diario.
Mientras se terminaba de informatizar la redacción, se preparaba el lanzamiento de
lanación.com que salió oficialmente el 17 de diciembre de 1995. Uno de sus responsables, tal vez
el más reconocido por sus colegas, fue Roberto Solans, hoy jubilado. De una larga trayectoria
periodística en el diario impreso y al mismo tiempo un apasionado por la informática, había
pasado en 1973 por Interior y Comunicaciones -como casi todos los periodistas principiantes- y
por las secciones Educación y Cultura e Informaciones del Exterior. También fue Corresponsal
en América latina, tuvo a cargo la sección de notas de investigación y fue jefe de la sección
televisión, noticias y comentarios. En 1983 inauguró una columna semanal que se publicaba los
martes en la sección Educación: Anímese a programar. Con la llegada de los equipos
129 Nos referimos a Bartolomé Mitre, hijo del homónimo director del diario hasta su fallecimiento en 1982, a su vez hijo de Luis Mitre, también director –con interrupciones- entre 1909 y 1950, hijo de Bartolomé Mitre y Vedia y nieto del fundador del diario. Fuente: elaboración propia sobre datos del diario La Nación y ficha genealógica de la familia Mitre, recuperada el 23-9-2016 en: http://www.genealogiafamiliar.net/getperson.php?personID=I6135&tree=BVCZ .
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
229
Commodore 64 al mercado –incipiente por entonces- la sección pasó a llamarse La computadora
en casa, que subsistió hasta 1987.
Solans fue radioaficionado a principios de la década de 1980 una actividad que se vinculaba
indirectamente con la transmisión analógica de paquetes digitales por ondas de radio. Se trataba
de un antecesor inalámbrico del modem telefónico. Cuando en 1993 La Nación se proponía salir
del primer sistema de fotocomposición que tuvo, el Cerci, desarrollado por la empresa francesa
Solstice y entrar en un sistema de arquitectura abierta, fue convocado a participar de una
comisión multisectorial integrada por Sistemas, Taller, Redacción, Circulación y Producción,
con el fin de coordinar la implementación.
Un par de años después le tocó participar de otro desafío. Con la todavía precaria tecnología
pero con la vista puesta en el objetivo de ganarle de mano a Clarín y a solicitud de las autoridades
del diario, junto a otros periodistas asumió la responsabilidad de salir a Internet en la misma
fecha que la competencia. Tuvieron que recorrer el camino de manera acelerada, por ensayo y
error, y en gran parte pudieron hacerlo, inclusive con bastante anticipación a Clarín, porque el
diario ya estaba informatizado.
Convergencia y convergencias
El término convergencia se utiliza en enfoques variados de la relación entre tecnología y
sociedad. Uno de los significados que se le atribuyen es el de la integración de tecnologías en lo
que se conoce como multimedia (diferentes expresiones digitalizadas, como el texto, la imagen,
el sonido y el video) o multiplataforma130 (diferentes soportes, como diario, radio, TV). Podemos
encontrarlas en muchos de los textos en los que se postula a la tecnología como determinante de
la transformación de los medios y toman sin mencionarlo al concepto de telemática, más
antiguo, que alude a la confluencia de la telefonía y la informática, parte de la génesis de Internet
(Negroponte, 1995 y 131 Pavlik, 2004).132
130 Distinción que hace Salaverría (2009) 131 En referencia al concepto de multimedio, Nicholas Negroponte dijo: “Estamos hablando de nuevos contenidos y de ver a los viejos en forma distinta. Estamos hablando de medios intrínsecamente interactivos, hechos posibles gracias a la lingua franca de los bits. Y estamos hablando de la presencia explosiva de las computadoras a costos cada vez más bajos y con potencia cada vez mayor” (1995: 77) Nota: El tipo itálico es del original. 132 Pavlik también se refiere al multimedio como una integración de diferentes tecnologías preexistentes y nuevas y amplía el concepto al incluir los hiperenlaces para arribar al concepto de “hipermedia”. Pero su visión del concepto de “convergencia” está directamente ligado a la integración de los contenidos informatizados y las telecomunicaciones. Es interesante la relación que el autor establece entre convergencia y concentración de medios, aunque no alude directamente a este último concepto: “No sólo se está unificando la tecnología; la convergencia también se da en la esfera de la propiedad de los medios. Los tres últimos años del siglo XX han conocido fusiones y adquisiciones por valor de cientos de miles de millones de euros en el campo de Internet y de las cadenas de televisión digital” (2005, p. 17)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
230
A los efectos de nuestra investigación, nos referimos a un tipo de convergencia, que es el de las
redacciones que elaboran el diario impreso y el periódico digital. Como hemos señalado, es sólo
una de las acepciones del término, que Salaverría menciona como “una interpretación
profesional”, en referencia a la visión que tienen los periodistas de su propio trabajo y la
considera como una parte de un proceso más amplio (Salaverría, 2009, p.4).
La convergencia de redacciones era uno de los proyectos que la empresa preparaba en agosto de
2013. El restante, que se concretaría en 2016, era el cambio del tradicional formato conocido
como sábana por el tabloide.
Estos cambios tuvieron que ver entre otros factores con la mudanza de la empresa, a partir del
23 de septiembre de 2013, a la localidad bonaerense de Vicente López, en Avenida Libertador y
Vías del Ferrocarril General Belgrano. La editorial de La Nación había funcionado hasta
entonces en el edificio de la calle Bouchard al 557, encargado por la empresa al estudio Sánchez
Elía, Peralta Ramos y Agostini luego de un concurso realizado en 1955. Originalmente tenía tres
subsuelos y siete pisos superiores que se inauguraron gradualmente entre 1969 y 1980 para
alojar a los talleres, la administración y la redacción. Entre 2000 y 2004 se construyó una torre
de 21 pisos sobre el edificio original, a través de un emprendimiento en el que se asociaron la
editorial La Nación, el Banco Río y la empresa Techint. Paralelamente, La Nación encargó al
estudio Caputo S.A. el desarrollo de un edificio diseñado especialmente para sus talleres de
preimpresión, imprenta y armado para distribución en la calle Zepita 3251, en la zona de
Barracas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, inaugurado en enero de 2001 y en
funcionamiento hasta el momento de la redacción de esta tesis, en 2016.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
231
6. Un sistema en transición: aproximaciones observacionales y entrevistas
6.1. Aproximaciones observacionales
Una redacción que despierta
La Nación es un periódico de interés general con fuerte protagonismo político, que se publica
de lunes a domingo con seis secciones en su edición diaria, 14 suplementos y ocho revistas, entre
ellas la dominical. El cuerpo del diario y los suplementos se imprimen en talleres propios, con
dos equipos rotativos offset Wifag OF370 que producen 75.000 ejemplares por hora. La
impresión de las revistas se contrata a terceros.
La dotación de trabajadores en las líneas de producción suma 496 empleados, de los cuales 139
son gráficos que se desempeñan en la planta de Barracas, mientras que otros 78 del área de arte
y 279 de la redacción trabajan en el edificio central. Cerca del 84 por ciento de los trabajadores
de la redacción se ocupan de la confección del diario impreso y el otro 16 por ciento está abocado
al medio digital. 133
El ingreso al edificio se realiza por la calle Bouchard, donde hay dos accesos, uno en mitad de la
cuadra y el otro en la esquina de la calle Tucumán. En el pasillo de la esquina, a la izquierda hay
un pequeño bar de la firma Havanna que oficia de lugar de encuentro informal. Aunque el lugar
es muy pequeño, se puede ver a algunos periodistas de diferentes edades y responsabilidades,
desde los recién ingresados hasta el propio Secretario General de Redacción. En el centro del
hall hay dos islas de Recepción en cada una de las cuales hay tres empleadas que solicitan la
información de rigor, se comunican con la persona que recibirá a la visita y, en caso de ser la
primera vez, toman una foto. También consultan si se ingresan equipos tecnológicos, como
computadoras portátiles, grabadores y cámaras fotográficas que se deben declarar como en una
aduana.
El trámite termina con la entrega de una tarjeta plástica para sortear los molinetes, donde hay
personal de seguridad que controla los papeles y la tarjeta para facilitar el acceso a los
ascensores. El diario ocupa desde el cuarto al octavo piso y la entrada es por el sector Sur,
contiguo a la puerta del estacionamiento.
133 Los datos corresponden a fines de agosto de 2013, cuando concluyó el trabajo de campo. El número de empleados varía debido a que se aplican reducciones en la imprenta y en fotografía por la tercerización de algunas tareas, así como en la redacción, donde se estimulan las jubilaciones anticipadas, los retiros voluntarios y otros mecanismos de reducción de la plantilla laboral.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
232
Al salir del ascensor aparecen dos sillones que son el único indicio de que se trata de una sala de
espera. Una cartelera indica cuáles son las diferentes áreas que se encuentran allí. Hacia la
derecha está el Archivo, Editoriales, Revistas, Suplementos y Jefes de Editoriales. En caso de ir
hacia la izquierda, se accede a la redacción central. Para poder entrar hay que descolgar un
teléfono que está colocado sobre una pequeña mesa y marcar el interno de la persona a la cual
se visita. Los empleados entran y salen mediante una tarjeta magnética.
A efectos de mostrar cuál es la distribución física de los distintos departamentos y secciones
ubicadas en el quinto piso, presentamos una ilustración que además facilita la interpretación de
las actividades que se realizan durante el día de trabajo:
Figura 6: Distribución física de la redacción y otros departamentos. Piso 5.
Fuente: elaboración propia.
Apenas se ingresa al salón de la redacción, un antiguo busto de Bartolomé Mitre muestra un
contraste entre la arquitectura y la solemnidad propias de fines del siglo XIX y el mobiliario y
equipamiento característicos del desarrollo de las tareas en un diario de la década de 2010. La
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
233
redacción tiene la forma de una herradura, con dos extremos que enfrentan la salida a la
Administración. Rodea a un rectángulo, en el que se encuentran un hall central, ascensores,
pasillos, baños, un pequeño bar y las secciones de Arte y Corrección.
El archivo oficia de reserva de la tradición periodística en dos de sus connotaciones. Por un lado,
contiene la colección del diario desde 1870. La mayor parte está microfilmada y los originales se
conservan en el edificio de Barracas. También alberga las cajas con recortes en los que figuran
nombres como Rogelio Frigerio, Juan Domingo Perón, Jorge Luis Borges, Ernesto Che Guevara
o Charles De Gaulle. Pero además es un espacio de gran valor simbólico. Según el recuerdo de
los empleados conserva la imagen más tradicional del diario. Ernesto Castrillón jefe del archivo,
expresa la relación que todavía existe entre la representación icónica y la tradición periodística:
Cada vez que alguien viene para hacer una producción fotográfica y quiere mostrar un
lugar que remita a la redacción del diario, viene al archivo. Hace poco hicieron una
entrevista para el programa de Jorge Lanata y vinieron acá, porque es el lugar más
parecido a lo que tradicionalmente fue la redacción de un diario (Entrevista realizada el
24 de julio de 2013).
Al salir del archivo para observar la redacción general hay que hacer un esfuerzo de
concentración para diferenciarla del salón de un banco o de la administración de cualquier
empresa, con los escritorios distribuidos en islas, puestos de trabajo estándar apenas matizados
por algunas señas de identidad profesional, entre ellas una larga mesa de madera que permite
leer de parado las últimas ediciones de los diarios de circulación nacional y que los periodistas
consultan muy excepcionalmente. Casi sin paredes internas por falta de divisiones en su diseño,
la redacción sólo tiene algunas columnas que los periodistas aprovechan para pegar fotos de
celebridades que sugieren cuál es la sección de la que se trata. Esas columnas son prácticamente
los únicos límites que marcan el espacio en el cual redactores y jefes realizan sus reuniones y
diálogos en cada sección.
Una escena laboral de doble temperatura
“Acá se va de lo más caliente a lo más frío”, dice el periodista que recibe al observador y mientras
señala hacia el ventanal que da a la calle Bouchard, ubicado a su izquierda, explica que “allá al
final de la sala están las secciones de política, política internacional y economía”, que en la jerga
interna corresponden a la zona caliente. El calor es la metáfora que sirve para identificar a las
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
234
secciones que trabajan con la actualidad más rigurosa, en contraste con las que tienen cierres
menos exigidos por el tiempo.
Los jefes comienzan a charlar con los redactores. En algunos casos con cierta distensión, en otros
con caras serias que denotan concentración. La diferencia más notable aparece entre las
secciones que trabajan con información cotidiana, denominadas calientes y aquellas que
elaboran suplementos o páginas semanales, conocidas como frías que inclusive tienen una
distribución física específica dentro de la redacción.
A lo largo de la parte central de la herradura hay decenas de escritorios, todos con sus respectivas
computadoras. Se encuentran distribuidos por el salón en grupos de entre 4 y 6 puestos de
trabajo y los más cercanos a la entrada son los de la sección internamente conocida como online,
que edita el periódico digital.
Las secciones calientes -muy cercanas físicamente a la redacción que hace el periódico digital-
están conformadas por islas de entre 4 y 8 escritorios con sus computadoras. A diferencia de la
sección que hace el diario digital, aquí la mayoría de los escritorios se encuentran vacios. Se
pueden observar dos o tres periodistas por islas, pero hay poco movimiento, menos sonido
ambiente. Se puede ver a uno o dos mandando mensajes de texto, otros hablan por teléfono.
Son las 15 y la redacción todavía no está en su momento de trabajo más intenso. Dos jóvenes
periodistas vestidos de manera informal hablan de escritorio a escritorio sobre la posible llegada
de Marcelo Bielsa al Barcelona.
Como una simbólica condensación transmedia, en la redacción abundan los aparatos de
televisión colocados en las columnas disponibles e incluso sobre algún escritorio. Conviven con
las computadoras de la red corporativa, alguna notebook personal, tablets, impresoras, libros y
papeles ordenados caóticamente, además los ejemplares de diarios propios y ajenos. En algunas
pantallas aparecen transmisiones de programas deportivos, en otras las noticias de la señal TN.
La prioridad son los datos visibles, los sonidos casi no importan. Los zócalos y las imágenes
parecen estar allí para prestarle atención si existe una ruptura que lo justifica, casi una metáfora
del proceso de selección de acontecimientos que se convertirán en noticias. Los aparatos están,
pero todos parecen ignorarlos, hasta que dejan de hacerlo.
La mayoría de los escritorios se encuentran cubiertos con el diario en papel, con algún libro,
revistas, papeles. En casi todos, hay mate y termo. Las conversaciones dependen de la
contigüidad. Los que están relativamente cerca charlan entre ellos. Casi nadie se levanta para
acercarse hasta otra sección o escritorio.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
235
La abundancia de papeles contrasta con la atención que los periodistas le prestan a las pantallas.
En las computadoras están abiertas las páginas de Facebook y Twitter, además de los portales
de otros diarios, agencias noticiosas y medios del exterior, todo simultáneamente. En las islas
hay periodistas que de a poco se ubican en sus puestos de trabajo. Algunos toman mate, otros
escriben en sus computadoras, casi todos tienen sus auriculares colocados. Podrían estar
desgrabando una nota, pero consultamos a dos de ellos y tras quitarse brevemente el dispositivo
de los oídos, uno dijo escuchar música y el otro una radio AM mediante la aplicación Tunein.
Algunos jóvenes se levantan y luego de unos minutos vuelven a su lugar con un yoghurt o alguna
golosina. El centro de la herradura es el sitio en el que más se nota el momento de la llegada de
los periodistas. De fondo unas ventanas que cubren gran parte de la pared, con sus persianas
levantadas dejan entrar luz y la imagen de parte de Puerto Madero. Todavía es otoño y podría
pensarse que las ventanas serían un escape colectivo, pero sólo cada tanto alguien intenta
relajarse y mira hacia afuera. A medida que pasan los minutos, la mayoría se queda en sus
lugares y redacta, lee en la computadora, hojea el diario o lee mensajes de correo electrónico.
Sobre cada uno de los escritorios hay fotos de niños, familias, parejas, algún equipo de fútbol. El
sonido ambiente es el de un susurro con risas esporádicas.
Al lado de las secciones más frías o menos calientes están la del Campo y la de Economía de los
domingos. También cercanas, pero dentro de una pecera enorme están los correctores con sus
computadoras Macintosh. Aquí el silencio más que un hábito es un imperativo que aparece en
un cartel. Tiene su explicación, porque a pocos metros están los baños y la zona de archivo,
lugares que muchos eligen para hablar por celular.
En las secciones de la zona fría vemos sentados a algunos periodistas que hablan por teléfono o,
en algunos casos, charlan frente a frente en el escritorio con algún visitante. A pesar de la
reticencia de los protagonistas, pedimos permiso para escuchar parte de las conversaciones. En
parte se asemejan a las que se dan en la zona caliente, porque los jefes dialogan con periodistas
acerca de las notas que se pueden hacer o publicar. Pero del otro lado del escritorio, o del
teléfono, hay un colaborador o colaboradora. Para ilustrar de qué tipo de conversación se trata
utilizaremos el ejemplo de una de las jefas de sección que accedió, con el permiso del
colaborador, a conversar en presencia del observador, con el compromiso de no intervenir:
-Editora: miré tu sumario, hay una nota que me interesa, si es que podés conseguir las fuentes
que prometés. Mirá que puede ir a la tapa del suplemento. ¿Vos tenés el contacto con la gente
del ministerio?
-Colaborador: ¿Cuántas fuentes más querés?
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
236
-E: si es para la tapa, por lo menos seis.
-C: ¿Querés algún recuadro?
-E: Sí, mandá una propuesta de recuadro, después yo veo cuando edito. Lo que necesito son
datos para hacer una infografía. Eso tenés que mandármelo como siempre, una semana antes,
para que puedan trabajarlo.
-E: igual, ya sabés, un par de días antes de cada entrevista tenés que pasarme la cita para mandar
un fotógrafo. Como siempre, me decís cuál estimás que tiene que ir como principal. Después yo
veo.
-C: ¿Cuánto calculás que me vas a pagar?
-E: Un poco menos que en la tapa anterior, pero después te lo compenso en otra nota.
Estos diálogos, de un lado a otro del escritorio o por teléfono son habituales en la zona fría o
inclusive en secciones del periódico digital.
Ya en la zona caliente, una vez rodeada la redacción hacia el lugar por donde se ingresa, están
Política, Economía e Internacionales y contiguas a las ventanas hay una serie de boxes u oficinas
de madera donde se ubican los secretarios y jefes de redacción. Alrededor de las 18 saldrán para
juntarse en una mesa que está en el centro de salón. Allí se definirá cómo será la tapa del diario.
En una de las paredes están las tapas de las ediciones anteriores. “Es para no repetir”, indica
entre risas un periodista que muestra el lugar. Un proyector apagado sobre la mesa apunta a una
pared blanca y le da la espalda a otra pared y al busto de Bartolomé Mitre.
Fuera de la sala una serie de fotocopiadoras ocupa varios escritorios donde además abundan las
resmas de papel. En la pared del lugar de reunión de los editores están colocadas las hojas del
diario que salió ese día. Le preguntamos a un redactor y nos cuenta que no siempre se hace, pero
que el objetivo es mostrar cómo progresa la edición. Hacia la derecha y como volviendo hacia
donde está el ingreso y siguiendo el camino de lo más caliente a lo más frío se encuentra el sector
de Arte y Diseño.
Alrededor de tres islas de máquinas que están casi todas ocupadas se reúnen por momentos
algunos periodistas que conversan al tiempo que miran una pantalla. El tema de la charla es el
modelo que se aplicará en el día para cada sección. Una de las paredes está llena de hojas con
dibujos, carteles, frases, recortes. En este sector hay mucho más ruido, más conversación, más
reuniones. Observamos una reunión de un editor con sus redactores. Se repite la reticencia por
parte del jefe y la duda sobre cuántas cosas dirían si no estuviera el observador:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
237
Editor: ¿Qué tienen?
Redactor 1: Yo hablé con un contacto en la AFIP, la denuncia está firme, podemos hacer algo.
Editor: ¿Llegás antes de las 8?
Redactor 1: Sí, me falta una sola entrevista y sale sin problemas.
Editor: ¿Y vos?
Redactora 2: Sigo con lo del Banco Nación, en un rato tengo novedades.
Editor: Avisame en cuanto tengas algo, porque voy a la reunión y después planto la página.
Desde este sector vamos hacia Deportes, que es donde la herradura comienza a hacer su curva,
y donde está la sección que hace el diario digital, en el centro del salón. Debajo de las ventanas
que dan a Puerto Madero hay tres islas de cuatro escritorios que corresponden a las secciones
Sociedad, Ciudad y Seguridad. Uno o dos escritorios están vacios. En los restantes los redactores
están sentados salvo dos que leen un cartel institucional pegado en la ventana. Se habla pero en
voz baja. Más de uno escucha música al tiempo que redacta. Uno se levanta y le acerca un mate
a una compañera.
A la misma altura del salón por donde se ingresa, hacia la derecha como si fuese una habitación
contigua, está la sección que sigue las carreras de caballos, allí un aparato de TV transmite las
carreras. De los cuatro escritorios con sus respectivas computadoras, solo una está ocupada por
un periodista que en un primer momento lee esa sección del diario sobre su escritorio y tiempo
después se interna en Twitter. Está solo. Nos acercamos para preguntarle por su trabajo y ni
siquiera nos mira. Está muy concentrado o no nos escucha.
A pocos metros está la sección Deportes, donde es posible ver varios televisores transmitir golf
y ciclismo. Se habla sobre el Tour de Francia y del Abierto Británico de Golf. En un primer
momento las islas tendrán uno o dos redactores, luego se irán poblando. El volumen de las
conversaciones irá en aumento y finalmente se escucharán aplausos y canticos que rompen la
monotonía. Allí se vive el deporte.
Circulación de noticias
Son casi las 17 y un redactor nos comenta que el ingreso a la redacción es alrededor de las 14,
por lo cual no vemos la entrada de periodistas sino la circulación de quienes salieron a hacer
notas y vuelven. No todos, dado que algunos salen y reaparecen con los ya mencionados yogures
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
238
o golosinas. El mismo redactor nos cuenta que los editores están recorriendo las secciones que
supervisan.
Un dato curioso es que aquellos que más se mueven en la redacción son los de mayor edad. Se
saludan, charlan unos minutos y siguen hacia sus respectivos lugares. Al lado de la sección
Deportes se encuentra Espectáculos. Allí la mayoría son mujeres. Las pantallas de las
computadoras tienen a figuras del espectáculo, fotos de shows, también Twitter y Facebook
abiertos. Algunas mandan mensajes por celular mientras tienen un diario abierto en su
escritorio. Para romper todos los estereotipos, diremos que hay menos conversaciones, parecen
más concentradas en sus tareas.
Luego le sigue una zona conformada por dos muebles con lockers, que según nos cuentan no se
usan y que forman una especie de pasillo grande. Allí hay dos computadoras contra la pared que,
según nos cuenta un joven de anteojos que dijo ser redactor, en un momento estaban liberadas
y permitían el ingreso a correos y a páginas que ahora están habilitadas en todas las máquinas.
Algo así como la prehistoria del uso de Internet en la redacción. Es una zona con casi nula
presencia salvo cuando algunos se dirigen a buscar un café a un pequeño bar con algunas mesas,
sillas y máquinas expendedoras.
Al menos durante la observación, el lugar no albergará más que a cuatro o cinco personas
quienes intercambiarán palabras en su interior, algunos más solo se servirán y regresarán a sus
lugares. Las charlas más íntimas serán en algún bar de la zona. Unos metros antes está la sala
de fotografía, casi totalmente vacía. Son escritorios ubicados contra la pared, no forman islas
como en el resto del diario y cada uno tiene su computadora. “Salen a hacer notas, después
vienen acá y descargan”, nos explican en la sección.
Saliendo del barcito hacia la derecha, en dirección que continua el recorrido por la herradura
pueden observarse otros boxes u oficinas y luego, a unos metros, una isla de cuatro escritorios
en las que se trabaja con la ilustración. Aquí en las paredes es posible observar las distintas tapas
de la revista cultural de La Nación y ADN.
Desde este punto se puede ver el salón entero que conforma la otra parte de la herradura, más
conocido como zona fría. Está conformado mayormente por los suplementos,
considerablemente menos poblado, más oscuro porque la mayoría de las ventanas tienen sus
persianas a medio abrir o bajas. Los escritorios tienen menos cosas, como si estuvieran más
limpios, tiene un aire de biblioteca. Sin embargo se escuchan conversaciones entre los redactores
de esta zona conformada por los distintos Suplementos del diario: Moda y Belleza, Turismo, Al
volante, Propiedades, Comunidad, Tecnología y Countries, entre otras.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
239
Estas secciones están más separadas y la escasa ocupación transmite una sensación de vacío.
Las conversaciones son más distendidas, hay personas que se sientan o se apoyan en el escritorio
para conversar. Al cabo de un rato se sumarán algunos redactores que saludarán a sus colegas y
se sentarán al tiempo que encienden su computadora. No se observa a nadie con auriculares
puestos y casi no se ve Facebook o Twitter en las pantallas. Hay fotocopiadoras pero nadie las
usa. También hay dos islas de tres máquinas para corrección. Hay uno o dos televisores y, como
siempre, ejemplares del diario de la fecha.
Tanto aquí como en la zona por donde se ingresa, la distinción de las secciones no está
explicitada. Preguntamos a un periodista y nos detalla dónde está cada una. Una gran pared
revestida de madera al final del salón, separa los Suplementos de la zona de Archivo.
El armado de las reuniones
La rutina diaria no comienza al mediodía cuando los jefes se encuentran formalmente por
primera vez en la jornada ni sólo en la redacción. La editorial se nutre de fuentes diversas de
información, algunas de carácter institucional y otras que forman parte de la agenda de
contactos que construyen los periodistas. En la descripción de 1995:
La sala de redacción es la fragua del diario. Desde temprano comienzan a llegar las
noticias a través de distintos medios, reporteros y cronistas que cubren en la calle los
sucesos destacados, agencias de noticias que a través de teletipos proporcionan
información de lo que ocurre en el país y en el mundo. Instituciones claves, desde donde
se rigen los destinos del país, son monitoreadas en forma permanente por los periodistas
del diario” (La Nación S.A, 1995, min. 9).
En nuestra observación notamos que algunos periodistas llegan cerca del mediodía, otros
alrededor de las 15 y otros llegan, se van y luego vuelven. Cuando consultamos con sus
compañeros o inclusive con sus editores nos responden que algunos llegan y cuando reciben las
indicaciones salen a hacer sus notas. Pero en el trabajo periodístico que se realiza en el medio
impreso los horarios no son estrictos, salvo el del cierre. Como veremos luego en las entrevistas,
los periodistas comienzan a trabajar desde temprano en sus casas, se nutren de información,
hacen contactos y luego, algunos van a la redacción y ya se quedan trabajando allí, otros
previamente hacen sus notas con la autorización de sus jefes y otros entran, reciben
instrucciones y vuelven a salir.
Hay algunos momentos clave, que son las reuniones en diferentes niveles:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
240
− Secciones: los jefes de sección con los jefes de página y los redactores.
− Áreas que involucran dos o más secciones: los secretarios de redacción con los jefes de las
secciones que supervisa.
− Redacción general: los jefes de sección y los secretarios de redacción. También participa el
Secretario de Multimedia en representación del periódico digital.
Para orientarnos en su seguimiento presentamos un organigrama con las funciones básicas de
la redacción del diario impreso y su relación con la del diario digital:
Figura 8: Organigrama básico de la redacción.
Fuente: elaboración propia.
Los miembros de la organización trabajan en distintos momentos durante el día. En el diario
impreso, los escritorios cobran vida en las primeras horas de la tarde, cuando los periodistas ya
tienen tareas asignadas. Son rutinas que tras la digitalización sufrirán pocas alteraciones.
Un editor nos explica que tal como ocurría en el pasado, la actividad de los mandos medios y
altos comienza cerca del mediodía, aunque actualmente se reduce el número de reuniones. Antes
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
241
había un primer cónclave para decidir cuáles serían los temas básicos que trataría el periódico.
Era la reunión de preblanco. Poco más de dos horas después se realizaba otra reunión de trabajo,
la de blanco. Allí los jefes de cada sección informaban sobre los temas que iban a publicar y las
columnas que necesitaban para desarrollar sus noticias.
Hacia fines de 1994, la redacción estaba aún en fase de digitalización. El encuentro cara a cara
era una parte relevante de las rutinas productivas de la empresa, según se desprende del relato
de entonces en un video institucional: “poco antes del mediodía se realiza la reunión de
preblanco. Los integrantes de cada sección exponen el material informativo que hay hasta ese
momento. El contenido del diario del día siguiente empieza a esbozarse (Ver foto número 3).
Foto número 3: reunión de pre- blanco, 1994.
Fuente: video institucional, 1995 fotograma min. 09.35.
Con la entrada de las computadoras en la redacción y su vinculación a través de redes
informáticas, algunos dejaron lugar a otro tipo de comunicaciones internas, mediadas por los
sistemas: mensajes de texto, notas a través del sistema para recabar opiniones o seguir el proceso
de edición, entre otras. En 1995 se formó el embrión de la redacción del periódico digita, que
gradualmente cobraría protagonismo en la empresa. Es importante la participación del
Secretario de Redacción Multimedia en las reuniones del diario impreso, no sólo por el
intercambio de información sino por la expectativa que generan las métricas de la lectura de los
diferentes temas en el periódico digital.
6.2. Entrevistas
Como hemos señalado anteriormente en el apartado sobre Proceso de Producción, realizamos
el trabajo de campo dentro y fuera de la redacción de La Nación. En todos los casos realizamos
entrevistas en profundidad, pero una parte de los participantes fueron periodistas que aceptaron
el encuentro dentro de la propia redacción, en algunas ocasiones en su propia mesa de trabajo y
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
242
en otras en algunos de los espacios cerrados, que fueron cedidos por algún editor. Otros
entrevistados pidieron mantener el anonimato y los encuentros se realizaron fuera de la
redacción del diario. Incluimos en la nómina a periodistas, experiodistas, redactores, editores y
profesionales de otras áreas involucradas en el proceso de elaboración del diario y que entran
en relación directa con los periodistas. En la página siguiente (Cuadro n° 11) se presenta el
listado de entrevistas.
Cuadro n° 11: Entrevistados durante el trabajo de campo
ENTREVISTADO/A FECHA FUNCIÓN
Ana Gueller 23/07/2013 Jefa de Arte
E1 13/04/2013 Colaborador
Carlos Guyot 26/07/2013 Director Nuevos Medios. Actual Secretario General. De Redacción
Darío Sosta 05/03/2013 Delegado talleres
E2 12/04/2013 Ex colaborador
E3 03/03/2012 Fotógrafo
Ernesto Castrillón 24/07/2013 Jefe de Archivo (Jubilado en 2014)
Francisco Jueguen 17/07/2013 Redactor – Jefe de Página
Gastón Roitberg 29/07/2013 Secretario de Redacción Multimedia
Irene Haimovichi 20/11/2012 Diagramadora. Delegada de Redacción.
E 4 22/10/2012 Personal técnico sistemas
Jorge Rosales 19/07/2013 Secretario de redacción
E5 05/06/2013 Redactor
E6 26/07/2012 Redactor
Lucrecia Bullrich 18/07/2013 Redactora
E7 12/09/2013 Ex jefe de sección
E8 22/10/2012 Ex personal técnico producción
E9 06/06/2013 Ex redactora
E10 22/11/2012 Ex jefe de suplementos
Pablo Tomino 25/07/2013 Redactor y columnista
E11 29/11/2012 Ex redactora
Ricardo Sametband 18/03/2013 Editor
Rubén Calmels 12/12/2011 Ex delegado de la redacción
E12 11/03/2013 Ex jefe de sección
E17 14/03/2012 Ex redactor
Roberto Solans 16/10/2015 Ex jefe de sección. Creador de LaNación.com
E13 09/05/2009 Exploratorio: editor Página/12
E14 14/03/2010 Exploratorio: editor Clarín
E15 15/04/2010 Exploratorio: técnico sistemas Clarín
E16 12/04/2009 Exploratorio: editora revistas de moda
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
243
La informatización de los procesos productivos
En 1994, un año antes de que se terminara de implementar la red de computadoras, La Nación
impresa tuvo su primera tapa a color. A efectos de conocer la percepción que quienes trabajaban
en el diario ya desde la década de 1980, hicimos una consulta anónima con siete empleados que
aún se desempeñan allí: todos coincidieron en que la primera tapa a color apareció en 1994 y
que luego, gradualmente, fueron agregando colores a otras páginas. Sin embargo, como recuerda
uno de ellos, ex editor del diario, “antes de la primera tapa, ya se usaba una bandita roja”. Otra
de las consultadas agregó que desde mucho antes había en la contratapa un aviso del comercio
Héctor Pérez Pícaro que tenía un sol coloreado. De hecho, hubo antes de 1994 algunas ediciones
especiales que tenían tapas y algunas páginas a color, pero según explica una trabajadora gráfica
consultada, la salida a cuatro colores fue producto de otro avance, el uso de rotativas, ya que con
armado tipográfico resultaba “muy complicado”, según explicó (Consultas telefónicas realizadas
el 7-2-2017).
En las entrevistas con periodistas que ya trabajaban en el diario cuando la empresa introdujo la
computadora para facilitar y acelerar los procesos productivos de la redacción, aparecen
percepciones sobre los cambios que van más allá de la rapidez para realizar ciertas operaciones.
En las evocaciones de los periodistas entrevistados, la vida y las tradiciones laborales aparecen
mezcladas, confundidas y/o fusionadas, por lo cual además de cruzar los recuerdos, algunas
fechas debimos verificarlas con las autoridades del diario.
En el recuerdo, el sentido de pertenencia a la profesión no sólo se percibe por las notas escritas
o editadas sino por recuerdos que tienen que ver más con los sentidos que con la memoria y los
datos precisos. Como el olor a tinta de las imprentas, los ruidos aparecen como un ícono de la
vieja redacción que activaba los sentidos de los periodistas.
Tradicionalmente el ruido crecía a lo largo de la tarde y, además de las voces, se percibía el
golpeteo de las teclas contra los rodillos de las máquinas de escribir. “Yo tenía el ruido ambiente
como una guía para saber que estábamos avanzando hacia el cierre. Las Olivetti eran como una
alarma”, dice a modo de ejemplo el exeditor E12 (Entrevista realizada el 11-3-2013). En la jerga
periodística casi no se habla de máquinas de escribir. Como observamos en las entrevistas
realizadas durante el trabajo de campo- las mencionan según las marcas que solían utilizarse.
Cuando un periodista que trabajó en las redacciones anteriores a 1995 habla de su instrumento
de trabajo, se refiere a las Olivetti, Remington o Lexicon, que eran las más utilizadas.
La percepción del cambio del ruido ambiente como producto del reemplazo de estas máquinas
de escribir generó reacciones diversas. El exeditor Marcos Caruso quien al enterarse de la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
244
próxima desaparición de una serie de ruidos que identificaban a los procesos de trabajo
tradicionales decidió, con criterio periodístico, registrar el sonido ambiente:
Grabé el ruido de las máquinas, porque me daba cuenta de que eso se terminaba. Me
desesperé, me daba cuenta de que me iba a quedar sin nada de aquello que había sido mi
vida en la redacción. Me preguntaba qué iba a hacer sin el ruido de las máquinas, del
timbre con el que llamabas a los ordenanzas para que retiraran el material y lo mandaran
al taller (Entrevista realizada el 10-9-2012).
A comienzos de la década de 1980 la imprenta todavía estaba en los subsuelos del edificio de
Azopardo, por lo cual la comunicación interna era manual. Las notas bajaban en un recipiente
que colgaba de una cuerda y llegaban a manos del jefe de taller, quien los repartía a los
linotipistas. La gravedad de la Tierra y una roldana facilitaban el trabajo, mientras en otros
diarios se usaba aire comprimido para enviar los tubos con las notas. Un pasillo al lado del cajón
en el que se guardaban los originales era el paso obligado para entrar a la sala de en la que se
realizaban las reuniones de de preblanco, blanco y tapa, aunque a veces los encuentros eran
directamente en la redacción central (E12, 2013).
Las reuniones de preblanco y blanco se denominaban así porque el blanco es el momento en el
cual el diario tiene todos sus espacios sin definir. Con el tiempo la organización de las reuniones
cambió, la de preblanco dejó de hacerse y para 2005 quedaron dos encuentros de jefes, el de
blanco y el de tapa (Ver figura número 9). Luego, según se desprende de los testimonios
recogidos, la reunión de tapa se desdobló en una de pretapa y otra de tapa.
Figura 9: Distribución de horarios en la redacción
Fuente: La Nación S.A. (2005)
Las rutinas laborales y sus instrumentos de trabajo habían sido parte de las vidas de los
periodistas que trabajaron antes de la informatización. Como recuerda Caruso: “Fue la
necesidad de registrar momentos, como cuando grabé el pitido de las 5 y 5.30 con el que se
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
245
llamaba al trabajo en los talleres ferroviarios de Junín. Grabé el ambiente de la redacción porque
para mí era el sonido que identificaba toda una época, con nostalgia, sin otra carga” (2013).
El fin de las máquinas de escribir y su reemplazo por equipos informáticos fue el preludio del
lanzamiento del periódico digital. Un paso decisivo fue darle un diseño al producto naciente y y
también el momento en el cual se encontraron con un obstáculo: los diseñadores que tenía la
empresa estaban formados en el diario impreso. “Eran excelentes, pero estaban acostumbrados
a tener como lienzo el espacio en blanco y vía libre para desplegar su obra con el único límite de
las columnas y los preceptos de su arte”, explica Solans (2015). No es casualidad que por
entonces ingresara al diario la diagramadora Irene Haimovichi, años después elegida delegada.
Su relato muestra que a comienzos de 1994 las autoridades del diario ya tenían en cuenta el
problema y planificaban que todo el trabajo, también en el diario impreso, se realizara en
computadoras:
No tenía experiencia en grandes editoriales, pero en la parte final del CV decía
“conocimientos de Macintosh”, porque había trabajado en talleres en los que se usaban
las Mac desde que entraron a la Argentina. Gracias a aquella línea del currículum me
llamaron de La Nación, porque estaban buscando diagramadores que supieran trabajar
en computadora (Entrevista realizada el 20-11-2012).
Pero el equipo con conocimientos de computación en lo que luego sería el área de Arte recién se
estaba formando y la urgencia de lanzar el periódico digital obligaba a reducir los tiempos. En
la emergencia de llegar en fecha, en lugar de capacitar a los diseñadores, los encargados del
nuevo producto optaron por hacer el trabajo ellos mismos. Entre octubre y noviembre de 1995
ingresaron el redactor periodístico Walter Nápoli y dos pasantes. El jefe de proyecto fue el
prosecretario general de redacción, Franklin Rawson Paz y como responsable global fue
designado Lauro Laíño, gerente de la recientemente creada sección Nuevos Medios.
La primera edición del periódico en Internet apareció el 17 de diciembre de 1995, con una
herramienta de publicación que había preparado el área de Sistemas. Los dos primeros
anunciantes fueron las empresas YPF y EXO, esta última una tradicional compañía local
dedicada a la venta de equipos y a la capacitación informática. Pagaban $ 8.000 mensuales cada
uno.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
246
La innovación dentro y fuera del diario
La informatización de la redacción del diario impreso y el lanzamiento de periódico digital
inauguraron una transición en la cual continuó el cambio de las herramientas de trabajo y
paralelamente la evolución del nuevo producto. Nos preguntamos cómo fue el proceso de
apropiación de la tecnología por parte de los periodistas y si hubo una relación entre su uso en
la redacción y fuera de ella. Intentamos detectar si había periodistas que se incorporaban al
diario con la tecnología como parte de su vida cotidiana o si accedían a las innovaciones a partir
de su experiencia en la redacción.
Para ello utilizamos, además del análisis de documentos y las entrevistas en profundidad, un
muestreo no paramétrico en el que un conjunto de 17 periodistas respondió a un cuestionario.
Los temas fueron el lugar de apropiación de la tecnología, sus experiencias con equipos y
software fuera de su empleo en el diario, los que había aprendido a utilizar en la redacción y su
producción actual fuera del diario, en el desarrollo de blogs personales.
Si bien no se trata de una muestra que se pueda generalizar, con la consulta nos propusimos
enriquecer la tesis con un punto de vista subjetivo que aportara datos para observar en qué
medida los periodistas incorporan las innovaciones como parte de su ingreso a la redacción o si
ya traen del medio social la habilidad para el uso de los dispositivos. Tomamos en cuenta que el
promedio de edad es de entre 30 y 40 años, es decir que no son periodistas nacidos en pleno
apogeo de Internet, las redes sociales y dispositivos como el teléfono inteligente y la tableta. La
mayoría de quienes respondieron comenzaron a utilizar computadora entre los 15 y los 30 años.
Declaran conocer y desarrollar actividades con dispositivos digitales, redes sociales y en algunos
casos con conocimientos de programas de uso para edición fotográfica y producción de blogs.
Aparece un aspecto relevante para esta tesis y es que algunos ya utilizaban herramientas
tecnológicas antes de entrar al diario. Los dos casos que ingresaron en 1997 y 1998 dicen haber
utilizado el celular por primera vez en el diario, mientras que algunos que entraron entre 2005
y 2008 dicen que no es en la redacción donde aprendieron a utilizar los dispositivos tecnológicos
que aparecieron a lo largo del tiempo.
La utilización de computadoras en los primeros tiempos tuvo, entre otros condicionamientos, el
costo y la diferencia de infraestructura en el país. En 1995, cuando comienza a comercializarse
Internet en la Argentina, las conexiones se realizaban con lo que se llamó banda angosta, a través
de la línea telefónica.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
247
Cuadro n° 12: muestreo no parametrizable sobre uso de tecnología
Fuente: realización propia, 2013.
Un año después se sumaron otros proveedores de Internet, las empresas de televisión por cable,
que ofrecieron un ancho de banda superior y conexión ininterrumpida. También las compañías
telefónicas ofrecieron un sistema de banda ancha a través del Asymmetric Digital Subscriber
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
248
Line (ADSL-Línea Digital Asimétrica para el Abonado). Más tarde se sumó la banda ancha a
través de los sistemas satelitales e inalámbricos (Cablevisión-Fibertel, 2016).
La baja progresiva de los costos y el aumento del ancho de banda tuvo su influencia entre los
periodistas. La ex redactora E9 recuerda que se encontró ante una contradicción: “en uno de los
primeros trabajos me preguntaban si tenía Internet y me acuerdo que yo tenía una computadora
pero no estaba conectada a la red. Al otro día salí corriendo a comprar un modem porque era
obligatorio para trabajar”. En alguna medida se contradice, porque luego recuerda que “usaba
Internet en el diario, pero no tenía en mi casa porque en mi barrio había un solo operador que
era muy caro” (Entrevista realizada el 6-6-2013).
Ante la pregunta sobre el valor que la tecnología tuvo para su trabajo, la misma periodista pone
el centro afuera del diario, más precisamente en las fuentes:
Cuando yo entré, en 1998, de cada diez llamados que tenía que hacer, sólo una fuente
tenía celular. Tenía que pasar días y días para encontrar a alguien. Hoy te dan un número
de celular y una sabe que resuelve la nota en el día. Sin celular, las notas se padecían y a
veces había que quedarse al lado del teléfono por si ellos llamaban. Ahora es más relajado,
ya se sabe cómo encontrar a cada persona. Además está el correo electrónico que permite
resolver casi todo, es muy sencillo comunicarse (2013).
En otros casos la experiencia de trabajo con computadoras provenía de medios anteriores en los
cuales habían trabajado. Es lo que relata E5, redactor del diario impreso, con 43 años en el
momento de la entrevista, quien recuerda que cuando entró a La Nación ya se había
desempeñado en dos medios que estaban informatizados, aunque tuvo que adaptarse a los
sistemas utilizados en el diario (Entrevista realizada el 5-06-2013).
Entre quienes vivieron la transición hay periodistas que recuerdan haber tenido computadora
en su casa y otros que las conocieron en el diario. “Cuando ingresaron las primeras
computadoras en la redacción hubo un cambio muy fuerte, toda una instancia de capacitación,
de inducción, un trabajo para conseguir que se adaptaran. En cambio otros ya venían con
conocimientos y lo único que hacía falta era enseñarles a usar en sistema operativo, cambiarles
el procesador de textos, pero ya lo tenían incorporado”, dice el técnico E4 (Entrevista realizada
el 22-10-2012).
Hubo periodistas que aprendieron o perfeccionaron el uso de herramientas tecnológicas durante
su desempeño en la empresa, pero el recuerdo de quienes protagonizaron la transición sugiere
que la redacción favoreció la generalización del uso de determinados equipos y programas sin
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
249
por ello ser la responsable total de la incorporación de los periodistas al mundo de la tecnología.
La observación es más relevante aún si se considera, como ya hemos señalado, que el diario La
Nación se caracterizó históricamente por su capacidad para introducir innovaciones
tecnológicas de avanzada.
La noticiabilidad renovada
Los procesos de trabajo de los periodistas requieren insumos, uno de los cuales son las fuentes.
Algunas de ellas son empresas que producen noticias y se convierten en fuentes secundarias
contratadas por el propio medio, como los servicios de las agencias noticiosas. Desde la década
de 1960 las agencias, empresas que nacieron en 1835 como producto de las necesidades
informativas de los diarios, enviaban sus notas desde una teletipo. Casi en tiempo real eran
impresas en otro teletipo, en una hoja de papel continuo que algunos empleados, generalmente
periodistas en período de aprendizaje cortaban por nota o despacho. Los encargados de la tarea
eran usualmente conocidos en la jerga de las redacciones como cableros y la oficina en la que
trabajaban se llamaba cablera. “La primera gran innovación tecnológica que recuerdo fue
cuando comenzaron a llegar las primeras teletipos con una banda amarilla que era una cinta
perforada”, dice el exeditor E7 (Entrevista realizada el 10-9-2012). En la década de 1980 los
cables ya se imprimían en equipos que la agencia noticiosa instalaba en el diario y con la llegada
de las computadoras, directamente la información se grababa en un disco rígido y la impresión
era selectiva. Se hacía según la evaluación del jefe de la sección Cables.
Desde fines de la década de 1990 y de manera gradual las agencias noticiosas colocaron el
material en Internet, de modo que los periodistas ya podían ingresar con la identificación y la
clave correspondiente y acceder a la información. Se pasó de un lugar en el que se reunían los
cables para clasificarlos a mano y distribuir a las secciones, un insumo básico para comenzar la
jornada, a un sitio de Internet donde se podía leer la información y acceder a fotos, videos y otros
recursos.
La informatización del diario precedió al lanzamiento de la versión en Internet. El criterio de
noticiabilidad que aplicó el periódico digital fue en un comienzo una selección de noticias, una
segunda operación de guardabarreras sobre lo que ya había incorporado el diario impreso en su
agenda. Así lo relata Solans:
Comenzamos replicando una selección de noticias completas del diario impreso, lo que
nos liberaba de mayor control editorial. Con Carlos Estévez, quien también era un editor
con muchos años de experiencia, nos encargábamos de la selección, además de la puesta
en página y demás trámites para la salida a Internet (2015).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
250
Entre 1995 y 2013 la forma tradicional de determinar la noticiabilidad de los temas, establecer
prioridades y un orden en la distribución del trabajo se simplificaron al tiempo que se adaptaron
para involucrar a la redacción del periódico en línea, con la participación del secretario de
Redacción Multimedia, Gastón Roitberg, con un rol indirecto en la elaboración del diario
impreso del día siguiente:
Hoy nosotros no tenemos reunión de blanco como tal, hay una reunión muy breve al
mediodía para ajustar los temas que probablemente dominen la jornada. Después se hace
a las cuatro o cinco de la tarde lo que sería la reunión de pretapa, y a las siete de la tarde,
la reunión de ajuste de tapa. Esas son las tres reuniones de coordinación. Yo estoy
fundamentalmente en lo que sería el armado del reporte de la jornada al mediodía y luego
en la de pretapa. En la primera se cantan los temas que estamos trabajando en el online
desde temprano. En la de la tarde el online es menos estratégico, salvo porque
normalmente damos información de tráfico y de consumo de lo que fue el contenido Web.
Digamos, hasta esa hora lo uso más para hacer como una especie de fine tunning134 de
lo que nosotros tenemos en la Web, compararlo con lo que va a tener el papel, y ver si se
necesitan algunos ajustes en la oferta de Internet” (Entrevista realizada el 29-7-2013).
Ya en 1995 los periodistas del diario en Internet participaban de la primera reunión editorial.
Luego presenciaban la reunión de tapa para tener una idea de cómo sería la página principal (en
inglés: home page) de la edición online. Nuevamente, la informatización previa facilitaba el
trabajo: por la red interna de la redacción accedían a los textos de todas las secciones para elegir
lo que publicarían. Pero no había una modificación sustancial. En el recuerdo de Solans: “Sólo
les dábamos los toques finales con las pruebas de página en mano”. El primer valor agregado
propio, de carácter exclusivo, surgido de la redacción del periódico digital fue “la transmisión
minuto a minuto del partido que por la clasificación para el mundial de fútbol de 1996
disputaron en Buenos Aires la Argentina y Bolivia, en abril de aquel año”, recuerda Solans
(2015).
No sólo nace sino que, a medida que crece de modo cuantitativo y cualitativo, adquiere
autonomía y a la vez cobra influencia sobre el diario impreso. En la elaboración de la agenda
noticiosa del diario en papel tienen importancia las mediciones y experiencias desarrolladas
durante el día por el diario en Internet, cuya agenda es una oferta que a su vez recogerá de las
reuniones de jefes un panorama de lo que se presentará a la mañana.
134 Fine tunning: en castellano, “sintonía fina”.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
251
Es una relación en la que ambas redacciones se influyen mutuamente. Roitberg es ante todo
periodista, dirige la redacción del diario en Internet pero su lenguaje denota la influencia de la
jerga tradicional de la profesión. En las reuniones, los temas noticiables “se cantan”, como en la
lotería o en un bingo. Las notas son repartidas, como las cartas de una baraja. Son los mismos
términos que encontramos en otros periodistas, pero del diario impreso. Es el caso del secretario
de Redacción Jorge Rosales: “…los editores en la reunión de tapa van cantando los temas y cómo
los vamos a encarar. Después los secretarios de Redacción son los que definen cuáles son los
temas que van a ir en la tapa” (Entrevista realizada el 19-7-2013).
El armado de una agenda de trabajo cristaliza en la primera reunión, pero antes de ello hubo
una tarea de búsqueda de información y contactos con las fuentes por parte de los periodistas,
quienes, a su vez, intercambian información con sus jefes. Cuando se trata de armar la agenda,
el redactor conversa con el jefe sus puntos de vista y la información que recogió durante la
mañana. En un comienzo “reparte el trabajo”, tal como lo relatan los propios periodistas y se
menciona en el video institucional (La Nación, 1995).
El redactor, a veces el subjefe de una sección, dialoga con el jefe acerca de la importancia de un
tema. Pablo Tomino, periodista de la sección Ciudad dice que “lo importante puede ser lo
urgente, también lo que más impacte al lector:
Yo siempre pienso en el lector, si lo que escribo le va a cambiar algo en la vida. Trato de
preguntarme si después de leer mi nota tendrá que modificar algún hábito, si le afecta en
algo, al bolsillo, por ejemplo (Entrevista realizada el 25 de julio de 2013).
Para describir lo que en su trabajo es importante, es decir cuál es el tema noticiable que resulta
prioritario, agrega otro factor: el lugar, la cercanía con los hechos. “Tiene mucho que ver con el
lugar, aún si es de la ciudad, hay cuestiones que pasan en Palermo que en ciertas circunstancias
pueden ser más urgentes que si pasan en otro lado. En otros casos es al revés” (2013).
El jefe de la sección evalúa y define qué hará cada uno durante el día, qué tema tocará, con qué
profundidad, cómo estará jerarquizado en las páginas de la sección. Lo decide según los criterios
de noticiabilidad del diario, que surgen de la interacción de tres niveles: el marco cultural, el
momento histórico y el contrato de lectura del medio con su público. Estos criterios de
noticiabilidad admiten varios niveles de análisis “que remiten a los procesos de definición,
producción y consumo” de la noticia (Martini, 2006, p. 41).
Si el periodista llega a la redacción alrededor de las 15 con sus temas pensados de antemano
debido a algunos contactos con sus fuentes hechos desde su casa, el paso siguiente es consultar
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
252
con el jefe de la sección y a partir de allí comenzar la etapa más intensa de su búsqueda. Es lo
que explica Pablo Tomino:
En casa me levanto, prendo el noticiero, pongo TN, ahí tengo un pantallazo, primero de
los títulos, de qué es lo que está pasando. Enseguida, mientras desayuno, me conecto a la
computadora y voy buscando. Leo La Nación, leo Clarín, leo Infobae. También alguna
página específica de Ciudad. En base a lo que yo ya tengo, si ese día no hay algo ya
programado en la agenda, me muevo en función de eso. Si hay algo que me interesa, como
en general somos dos redactores que por ahí coordinamos un poco todo el equipo de
Ciudad, yo puedo ver un tema y decir, ‘este lo agarro yo’, y ya me empiezo a ocupar del
tema (2013).
Dice “agarrar” un tema, como si un acontecimiento fuera algo material de lo que se puede tomar
posesión. El redactor suele utilizar vocabulario extraído del comercio para describir algunas de
sus rutinas. La noticia es una mercancía que requiere de una buena argumentación para que el
jefe la compre. El redactor tiene que vender su nota, que en la jerga significa convencer al jefe
de la sección de que un tema es noticiable, que es un acontecimiento con los atributos necesarios
como para convertirse en noticia.
Francisco José Jueguen, subeditor de Empleos de la sección Economía y Negocios describe el
intercambio con su jefe a la hora de evaluar una publicación potencial:
Yo sigo los temas que tienen que ver con el INDEC. Si surge algo importante, le propongo
una nota al jefe de la sección. Me siento con el jefe y le explico el valor de la noticia, se la
vendo. Me pasó hace poco, me llamaron de ATE y me contaron que salió la cautelar para
reincorporar a una trabajadora que había sido desplazada. Obviamente lo vendo.
Mientras estoy viniendo para el diario ya hice dos o tres llamados. Hay gente que arma
todo sobre el final, yo en general lo que hago es acumular el material que necesito para
escribir la nota y después tener tiempo para armarla de la manera estéticamente más
linda. Yo le pongo mucho peso, más allá de lo informativo, a que sea interesante leerlo”
(Entrevista realizada el 17-07-2013).
También Lucrecia Bullrich describe la conversación con su jefe como una negociación en la que
se dialoga sobre los temas, su importancia y las definiciones en Política, la sección en la cual
trabaja. En definitiva, sobre la noticiabilidad:
Yo llego y me pregunta “¿qué tenés?” y yo le digo “el Consejo del Salario” u otra cosa. En
realidad, yo le vendo el tema, salvo que sea una cosa obvia, como un paro que ya fue
anunciado y simplemente hay que cubrirlo. Yo le digo lo que tengo, el que hace judiciales
dice lo que tiene, el que hace Congreso llama y dice lo que tiene y así se arma el temario
(2013).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
253
El acto de proponer temas para hacer noticias parecería una relación casi comercial, en la que
alguien, el redactor o el jefe de una página habla con el responsable de la sección. Uno intenta
vender una nota y el otro decide si la compra. El periodista que oficia de vendedor percibe a su
propuesta como algo más que un tema: comenzó a trabajar desde temprano y cuando llega a la
redacción para hablar con su jefe de sección, ya agregó un valor que le permitirá un resultado
mejor. Los periodistas entrevistados explican que el trabajo que realiza antes de entrar al diario
y siempre es parte de su rutina laboral. E5, E6, E9, E11, Francisco Jueguen, Patricia Bullrich y
Pablo Tomino coinciden en que informarse y armar su agenda desde la mañana es lo que le
permite hacer un artículo mejor fundamentado y redactado.
Para que este contacto entre el jefe y los redactores sea más fluido, la distribución del espacio
físico es de mucha relevancia. No sólo para que el jefe pueda verificar el desarrollo de las tareas
en cada sección, sino también para favorecer el trabajo en equipo.
Se plantea una disyuntiva: por un lado, los redactores necesitan un contacto con el jefe de la
sección. Pero al mismo tiempo, el hecho de que el jefe esté en una zona con mayor estatus, cerca
o dentro de la mesa de secretarios de redacción implica una posición más sólida en la jerarquía
de la estructura del diario, algo que tiene un alto valor simbólico en el periódico impreso. En la
entrevista, Pablo Tomino describe su visión del problema de la distribución física:
Cuando llego a la redacción nos juntamos con el editor y cada uno expone lo que tiene.
Esta es una sección que por una cuestión de distribución queda aislada de su jefe. Cuando
separaron las secciones nosotros quedamos con el editor del otro lado. Es raro que
nosotros estemos acá sin el editor, pero esto se va a solucionar cuando nos mudemos (…)
Él está del otro lado, porque es el jefe de Seguridad y de Ciudad. Quedó allá con los de
Ciudad. Lo bueno es que al estar allá tiene más comunicación con los secretarios, con todo
lo que es la zona caliente (2013).
El recorrido que cada tema hace en sentido vertical y horizontal es uno de los recursos que tiene
la redacción para seleccionar y elaborar los temas que serán publicados. Es la forma tradicional
de cubrir los diferentes aspectos de los acontecimientos para luego desarrollarlos, editarlos,
corregirlos y publicarlos. En todo el proceso se busca, además de elegir la agenda más actual y
mejor desarrollada, evitar todo riesgo de errores.
Guyot dice que difícilmente se publiquen errores, pero deja las puertas abiertas para una
interpretación que adquiere un significado particular. El directivo dice valorar la cultura
tradicional del diario, algo que aparece en otros entrevistados, pero también advierte hay riesgos
no sólo en el diario en Internet sino “en algunas partes del diario en papel”. Elabora una
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
254
categorización que coincide con la división entre zonas frías y calientes y en cierto modo aparece
una valoración del periodismo considerado serio, de la modernidad: “La tapa, la sección ‘mundo’
y ‘política’ hoy conservan cien por ciento esa matriz tradicional del chequeo de fuentes, de pensar
el título para encontrar el corazón de la noticia”, señala.
El directivo de La Nación toma distancia de las innovaciones tecnológicas. Su mirada es crítica,
aunque lo toma como algo inevitable, casi natural por las características del medio en Internet:
Los estándares clásicos siguen funcionando en ciertas áreas del papel. En la Web, por
motivos entendibles, me parece que no siempre. En ese sentido hace que no se publiquen
errores sino que la titulación, el texto, el cuidado por el foco a veces hace que no esté en
los términos de los estándares tradicionales. Para mí el problema que se agrega es que
esos estándares, en algunos aspectos, dejan de ser relevantes o tienen que actualizarse
(2013).
La transformación de cierta manera de hacer periodismo contrasta entre el medio en papel y el
digital y tienen que ver, en su visión, con una crisis interna de la práctica periodística y no de un
proceso externo.
En la transición, por un lado, se comienza a debatir la forma de hacer periodismo y por el otro
aparece una presión de los medios que, producto de la innovación, imponen nuevos criterios de
trabajo. Es una presión que se hace sentir también porque el consumo de lo que el periódico
publica en Internet puede medirse con cierta precisión, de modo que en la redacción se sabe si
un artículo tuvo un efecto mayor o menor que otro.
Uno de los roles del responsable máximo del medio digital es aportar al impreso su visión del
impacto que las noticias del día han tenido en el público lector de Internet, algo que es sencillo
de medir en Internet, pero resulta imposible de calcular en el papel. Pero la relación es recíproca.
En la charla entre los jefes se ponen sobre la mesa los temas más importantes y se discuten los
criterios con los que se los va a abordar en el impreso, información que el digital necesita no sólo
por razones de coordinación de la línea editorial sino también para encontrar potenciales
tratamientos alternativos de la noticia. El periódico digital lleva sus métricas y sus experiencias
del día al diario en papel, pero a su vez se lleva la visión más profunda que los periodistas del
impreso tienen, tanto por sus especializaciones como por el mayor tiempo del que disponen para
la elaboración de una nota:
Puede ocurrir que el papel, de pronto, decida llevar un tema por otro lado, de una manera
que nosotros no habíamos tenido en cuenta. La reunión me sirve para revisar si me faltan
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
255
temas. Eso puede pasar, que en la Web le hayamos dado importancia a cinco o seis temas,
y me esté comiendo un pez gordo que va a ir a la tapa. Esa información me permite re
jerarquizar la home de la tarde y preparar un poco más lo que va a ser la de primera hora
del día siguiente (Roitberg, 2013).
En la dinámica de la relación entre los dos medios, el papel dura pocas horas y pronto es
reemplazado por las últimas noticias del online. Los periodistas lo perciben, sobre todo en los
mayores niveles de conducción, por lo cual buscan armar dos diarios que no compitan: uno en
papel, con menor peso de la información y mayor análisis profundo; y otro online, con
información en tiempo real. Carlos Guyot recuerda que hace veinte años se podía decir que la
función de un diario era contar las noticias del día anterior:
Si el diario hiciera lo mismo hoy en día, sería bastante poco trabajo por el lector, porque
uno se mete (…) porque le interesa la información y el 95 por ciento de las noticias ya son
conocidas, las tiene por televisión, radio, Facebook, Twitter o Google News (2013).
Desde esta perspectiva, si el diario en papel se limita a contar las noticias del día anterior, no
agrega demasiado valor al lector. ¿Cuál es entonces la alternativa? Guyot enumera las que
considera más importantes: “Anticipar, analizar, entender, interpretar la realidad". Se trata,
entonces, de un problema de calidad, un tema que al directivo preocupa particularmente. “Hace
unos años escribí sobre calidad periodística para FOPEA (Foro de Periodismo Argentino) Ahí
les contaba cómo los primeros intentos por medir la calidad de una redacción la hacían los
administradores de empresas, los genios de cómo se mide la calidad de un operario en una
fábrica de autos, lo cual es absurdo” (2013).
La redacción ampliada
La rutina diaria no comienza al mediodía cuando los jefes se encuentran formalmente por
primera vez en la jornada ni sólo en la redacción. La editorial se nutre de fuentes diversas de
información, algunas de carácter institucional y otras que forman parte de la agenda de
contactos que construyen los periodistas. En la descripción de 1995:
La sala de redacción es la fragua del diario. Desde temprano comienzan a llegar las
noticias a través de distintos medios, reporteros y cronistas que cubren en la calle los
sucesos destacados, agencias de noticias que a través de teletipos proporcionan
información de lo que ocurre en el país y en el mundo. Instituciones claves, desde donde
se rigen los destinos del país, son monitoreadas en forma permanente por los periodistas
del diario” (La Nación S.A, 1995, min. 9).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
256
La formación artesanal en la práctica que se realiza cuando se trabaja en la redacción no es la
única herencia del periodismo tradicional que está en cuestión. Como hemos visto, las fuentes
se diversificaron y también las relaciones de los periodistas con los diferentes actores del proceso
de construcción de la noticia, ya sea para la elaboración del diario impreso como para la edición
del digital.
En su tarea cotidiana la redacción del diario impreso se vincula con las fuentes, los periodistas
reciben mensajes o llamados de lectores, entran en relación con el área de Arte -que involucra a
fotógrafos, diseñadores, diagramadores e infógrafos- con el archivo tradicional, con los talleres
de preimpresión, con la sección Publicidad y con otros actores que no inciden directamente en
la producción de la noticia, como los cadetes, responsables de ingreso y egreso de visitantes y
otros.
Con cada uno de ellos establecen distinto tipo de relaciones. En el caso del archivo, donde
tradicionalmente los recortes de los diarios se guardaban en sobres y/o cajas, en la medida que
el diario se comenzó a digitalizar a partir de 1994 y con la entrada a Internet en 1995 se dejó de
recortar. De hecho, a partir de 1996 sólo se archiva digitalmente La Nación Online.
Los periodistas dejaron gradualmente de consultar el archivo, que experimentó una reducción
de personal de 20 empleados a cuatro135. Según explicó el jefe de Archivo Ernesto Castrillón
durante la entrevista136, su trabajo brindaba principalmente un servicio al sector de publicidad
del diario, dado que los anunciantes necesitan verificar los avisos publicados. Otro de los
trabajos del archivo actual es el de atender a investigadores académicos que necesitan
información como si fuera una hemeroteca. En cambio, los periodistas lo utilizan sólo cuando
buscan alguna información para notas históricas anteriores a 1994.
La ex redactora E9 recuerda que cuando comenzó a trabajar a fines de la década de 1990
utilizaba mucho el archivo, a pesar de la existencia del diario en Internet y, por lo tanto, el
sistema de búsqueda en los ejemplares publicados: “Lo usaba y me gustaba, hasta cuando me
fui del diario yo chequeaba las cosas online, pero iba al archivo de papel porque había cosas de
años anteriores que no estaban en Internet” (2013).
En cambio, la redactora Lucrecia Bullrich dice que utiliza muy poco el archivo, que “debería
usarlo más”. Bullrich trabaja actualmente en el diario en papel, mientras que E9 ya no se
desempeña allí, por lo cual puede entenderse que hay un período en el cual el archivo va
perdiendo vigencia. Sin embargo, ambas admiten que el archivo tradicional es una fuente
135 En 2016 ya sólo quedaba un empleado en el archivo. 136 Ernesto Castrillón, jefe de Archivo, se jubiló en 2015.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
257
valorable, porque les aporta una perspectiva histórica que no se encuentra en el diario en
Internet.
El periodista entra cotidianamente en contacto no sólo con sus colegas, sean pares, jefes o
subordinados, sino también con otros actores del proceso productivo, tanto en la redacción que
elabora el diario impreso como en la que hace el periódico digital. En el caso del diario en papel,
una de las relaciones más estrechas es con los diagramadores, quienes se ocupan de plasmar en
la página aquellas noticias que cada jefe quiere publicar. La trama es más compleja. El diagrama
de una página “contiene no sólo los textos sino también los espacios publicitarios, las fotos –
para lo cual interviene el editor de fotografía-, las infografías y otros recursos de diseño y arte”
que son necesarios para la presentación al público, explica Ana Gueller, directora de Arte de La
Nación (Entrevista realizada el 23-7-2013).
El diseño evolucionó con el tiempo y de las formas rudimentarias que se desarrollaron a fines
del siglo XIX se llegó a una profesionalización que permitió una elaboración mucho más
sofisticada. Pero, además, a partir del comienzo del nuevo milenio se desarrolló una carrera
entre el diario impreso y el periódico digital, no en términos de competencia sino en la intención
de un mutuo aprendizaje. La profesionalización se imbricó con la evolución artística del diseño
del diario, hasta tal punto que en algunos casos, como en La Nación, existe un área de “arte y
diseño” que abarca a todas las secciones involucradas, desde fotografía hasta infografía, como
explica Gueller:
El área de arte en un diario, nace como una cuestión de oficio. Estaban los armadores, los
que cortaban galeras, los que pegaban. Cuando se profesionaliza la carrera y aparecen
entre otras Diseño Gráfico y Comunicación Visual la profesionalización tarda mucho en
llegar al área. Tal vez a La Nación más que a otros diarios. Aquí los fotógrafos siempre
fueron foto-periodistas en el hacer, o sea, en la calle, pero no a la hora de pensar la página,
diagramarla y ver cómo le llega eso al lector. Sí en la recopilación de la información,
cuando el fotógrafo está en calle. Dentro del cambio para tener un mejor producto, es
necesario mejorar el diálogo, para mejorar el diálogo hay que hablar en un solo idioma
que es el periodístico. Para hablar en idioma periodístico, como tanto los diseñadores,
como algunos fotógrafos aprenden de oficio. El hecho de incorporar periodistas al área
hace que el diálogo sea más fluido (2013).
Cuando dice “incorporar periodistas al área” se refiere a profesionales que tienen vocación de
diseño y reconoce que es un perfil difícil de encontrar. Se trata de periodistas que dejaron el
oficio para dedicarse al diseño, pero que tienen en su haber la posibilidad de dialogar con los
periodistas del diario en un mismo lenguaje. Gueller sostiene que “en muchos periodistas hay
más vocación visual de lo que se cree. Lo que pasa es que están muy focalizados en el texto y
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
258
cuando el texto no alcanza o no sirve porque no es suficiente, hace falta contar la noticia con
imágenes. Para una operación de corazón se necesita una infografía”, ejemplifica (2013).
Habla de “contar la noticia con imágenes” y no sólo se refiere al uso de infografías sino también
a la transformación del diseño del diario en papel y la relación entre textos e imágenes: “Cada
vez hay más periodistas que entienden cómo sacarle el jugo, cómo contar la información de la
manera más idónea, más directa”, señala. Pero no se trata sólo de un aprendizaje de los
periodistas sino de un trabajo en equipo que en el mundo del periodismo tradicional ya existía,
aunque sin las herramientas digitales. El contacto entre el diagramador, el periodista jefe de
sección, el editor fotográfico y el infógrafo eran parte de la tarea. De hecho, el contacto cara a
cara entre estos actores se mantiene: “Hay una mesa de diagramación donde se encuentran el
editor de texto, el diseñador y el editor de fotografía. Están sentados frente a una mesa y ahí se
arma el diálogo”, explica Gueller.
Esta relación entre imagen y texto y consecuentemente de la redacción con el área de Arte tiene
distintas intensidades según cuál sea la sección o si es del cuerpo del diario o en un suplemento
y se refleja en los procesos de trabajo de los periodistas, como testimonia Francisco Jueguen:
En el suplemento de economía la imagen tiene otro peso. Depende también de qué tipo
de nota sea. La tapa que hice hace poco, sobre los documentos de energía, yo tenía una
idea que era contar los documentos y qué decían, con un orden cronológico y en el medio
ir mechando algunos datos y contextos de lo que pasaba en la época y lo que pasa ahora
en materia energética. Había armado un montón de números y datos para infografía. El
infógrafo me dice: “tenés documentos dirigidos desde los productores hasta el Enargás,
de ahí al subsecretario de combustibles, del subsecretario a De Vido, deberías contar otra
historia, cómo los documentos y las advertencias pasan de abajo hacia arriba en una
pirámide y nadie hace nada”. Quedó flor de infografía (2013).
No sólo son los infógrafos sino que existen otros actores vinculados al diseño y que son un
emergente de la relación entre las redacciones del diario impreso y del digital. Tal como señaló
Gueller, en el periódico digital los responsables del diseño son técnicos en informática cuyo
principio rector es, más que la estética, la usabilidad. En el diario impreso el criterio de
usabilidad es aplicado en el marco de las posibilidades que brinda un medio que tiene sólo dos
dimensiones. La búsqueda del diseño en el diario impreso tiene por objetivo lograr que la lectura
sea más sencilla y visualmente más atractiva como para que el lector pueda comenzar por un
elemento que lo lleve a leer luego la página con mayor profundidad. Se piensan nuevos recursos
para expresar algunos conceptos o presentar análisis en espacios breves y con ubicaciones
estratégicas. En el área de Arte hay un diseñador que participa de las reuniones cara a cara y se
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
259
ocupa específicamente de lo que en la empresa denominan balcones, que aparecen en la parte
superior de la apertura de las secciones: “Allí el lenguaje es mixto y jugamos un poco más.
Apelamos a géneros varios y a otro tipo de registros, tal vez más lúdicos, irónicos”, dice Gueller
(2013).
En la reunión de diseño se toman en cuenta estos nuevos formatos, se estudia si cabe la
posibilidad de utilizar un balcón y se define la jerarquización de las noticias. En palabras de la
jefa de Arte:
…el editor cuenta la nota que tiene, con qué va a abrir, el editor fotográfico generalmente
ya tiene fotos sobre el tema y propone cuál es para él la mejor y según lo que busque el
editor periodístico, son las sugerencias que le puede hacer diseño. Así se pensará el ancho
de apertura en cantidad de columnas, en profundidad, o sea el impacto del título” (2013).
En el diario impreso el contenido textual también resigna posiciones frente a la imagen, aún
antes de la informatización. El exeditor E7 recuerda que el cambio fue gradual y comenzó a
ocurrir antes de la década de 1990:
Nos pedían una presencia fotográfica mucho más grande (…) la presentación gráfica tenía
una importancia cada vez más grande. Había que tener un cuidado estético del blanco.
Más adelante ya comenzaron a entrar diseñadores que venían de estudiar la carrera. El
lenguaje era diferente, uno me dijo una vez ‘acá va una foto bien grande, no importa si te
queda poco lugar para el texto, porque para mí es un recuadrito gris, no me interesa’”
(2013).
Según los testimonios de los entrevistados que vivieron estos cambios, la tendencia a utilizar un
diseño cada vez más abierto, con imágenes amplias, títulos más grandes y más espacios blancos
creció gradualmente pero se aceleró a medida que el periódico digital se consolidó como medio.
Así aparecen los balcones, los ristrettos y los recuadros pequeños con datos condensados. El uso
de la palabra balcón tiene una connotación muy particular para un diario en papel. Se trata de
un espacio para que el lector se asome al contenido, para que pueda leer poco y ver mucho como
para tener una idea de lo que se desarrolla en la página. Al mismo tiempo se asemeja al criterio
de diseño del periódico digital, en el que toda la página principal (home page) es un conjunto de
balcones.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
260
Foto número 4: Ejemplos de aperturas de sección con balcón. Fuente: La Nación
En Arte, alrededor de las 15 reciben lo que denominan el blanco –que es la pauta publicitaria
distribuida en las páginas del diario- y en la redacción se define la noticiabilidad, las columnas,
las ubicaciones de las notas en cada sección y su jerarquización. El jefe de la sección participará
de la reunión con sus interlocutores en el área de Arte y allí se definirá cada detalle editorial de
sus páginas.
Ante la pregunta sobre cómo se coordinan a los diseñadores, diagramadores y fotógrafos,
Gueller explica que el equipo interno numeroso. “Después tenemos una agencia externa a la que
le asignamos algunas fotos y nos las cubren. También compramos material a las agencias o
pedimos gentilezas a otros diarios y nosotros les brindamos fotos a ellos”. (2013) En el diario
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
261
tradicional, el fotógrafo llegaba con su cámara y sus fotos, que había que revelar. Actualmente
hace una primera selección, dado que con las cámaras digitales pueden hacer muchas tomas, las
carga en el Media Grid, que es un sistema de archivo de imágenes y luego los editores de
fotografía “hacen su propio filtro para luego consensuar con los editores de texto. Es el caminito
que seguimos”, dice Gueller.
La noción de “camino”, denota una secuencia que en realidad es más compleja, porque, como
hemos visto, hacia allí confluyen múltiples actores, cada uno de los cuales llega a la reunión tras
haber seguido sus propios procedimientos. Pero los fotógrafos siguen, es cierto, un camino hacia
la edición de sus tomas.
Hay un contraste entre las distintas concepciones en el área de Arte respecto de la tarea de los
fotógrafos, particularmente en lo que se refiere a la contratación de su agencia externa, que en
2016 ya se ha multiplicado. El fotógrafo E3 tiene una percepción diferente a la oficial respecto
de lo ocurrido:
Los fotógrafos se van y no se los reemplaza sino que se toman colaboradores y esto además
fue acompañado por una tercerización que conlleva la precarización laboral. O sea que
ahora existen Sociedades de Responsabilidad Limitada (SRL) que cubren notas generadas
por el diario, que funcionan como agencia, pero que cubren solamente cosas programadas
por el diario (…) y funcionan de esta manera para evitarse el problema de que un fotógrafo
quede dentro del convenio colectivo. Pero una SRL es una prestadora de servicios a la que
no le importa lo que hace. Un fotógrafo es una persona que pone un punto de vista en su
trabajo. Lo que ocurre es un proceso de despersonalización de la imagen (Entrevista
realizada el 3-3-2012).
Ante la consulta, el entrevistado aclara luego que las (SRL) están integradas por ex fotógrafos
del diario que se retiraron por acuerdo con la empresa, con el compromiso de que podrían
trabajar tanto para el diario como para otros clientes. “Pero nadie tiene infraestructura como
para producir para terceros, así que terminan como empresas cautivas del diario”. (2012)
La relación de la redacción con otros actores del proceso productivo no se limita al área de Arte
sino que también involucra a otros sectores, como Publicidad, con cuyos responsables y
vendedores deben tratar cuestiones relativas a espacios y tiempos de cierre. También están en
contacto para definir cambios en función de la importancia, del impacto que una noticia puede
tener, en lo que puede denominarse “orden negociado”, en términos de Strauss (1964 y 2004).
Los anuncios tienen básicamente tres categorías: publicidad genuina (paga), canjes (pago en
especies) y autoavisos (propios del diario en papel, del digital o de otros productos de la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
262
empresa). La publicidad genuina no se puede eliminar –en la jerga, levantar- ni modificar su
ubicación dentro de la pauta. Si fue adquirida para estar en un lugar determinado de una página
específica, allí deberá publicarse (E13, E14, E15 y E16, entrevistas realizadas durante 2009 y
2010, en la etapa exploratoria).
La ubicación de los canjes tiene mayor flexibilidad, salvo acuerdo previo entre ambas empresas.
Los autoavisos, en cambio pueden eliminarse, ubicarse en otros lugares o modificar su tamaño.
Son el espacio que el área de Publicidad tiene para ofrecer a la redacción cuando una noticia
adquiere mucha importancia. Se trata de aprovechar el impacto de la noticia para fortalecer el
poder de venta de los demás anuncios, de la publicidad genuina. Estos acuerdos se realizan entre
las máximas autoridades de la redacción y sus pares de Publicidad, pero durante la jornada de
trabajo hay contactos entre periodistas y vendedores de anuncios para conocer previamente
cuáles serán las necesidades de unos y las posibilidades de los otros para acceder a eventuales
cambios.
Según las descripciones de los entrevistados, tanto los que trabajan actualmente como los que
ya no están en el diario, dentro del mundo social de la redacción los periodistas también están
en contacto con otros protagonistas del proceso productivo: las fuentes directas y los lectores.
En el caso de las fuentes directas, esto es las personas o grupos con los cuales se contactan para
obtener o verificar información, los periodistas tienen varias modalidades de relación, entre
ellas, las más usadas son la visita a la redacción, el encuentro en terceros lugares –públicos o
privados-, el diálogo telefónico, el intercambio de mensajes de correo electrónico o a través de
las redes sociales. (E6, 2012; Jueguen, 2013; Rosales, 2013; Bullrich, 2013; E5, 2013; E7, 2013 y
E9, 2013)
Rosales enfatiza el valor de los contactos cara a cara para un editor:
Desde que tengo otras responsabilidades, tengo más tiempo para interactuar con fuentes
personalmente, para juntarme a tomar un café. Eso forma parte de mis rutinas de trabajo.
Antes tenía que entregar mi tiempo libre para poder hacerlo. Ahora forma parte de mi
vida, atraviesa toda mi vida. No entrevisto fuentes de 15 a 19. No, para nada, si un tipo me
dice “venite a las nueve”, yo voy a las nueve, si me convoca a las seis, voy a las seis. Es otra
dinámica (2013).
Sobre el tema, Carlos Guyot cuestiona la falta de contacto con las fuentes por parte de la
redacción:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
263
Otra de las rutinas que no cambian es la endogamia de las redacciones. Eso crea mundos
propios, nos hacemos la cabeza y sin embargo yo creo que cada vez más el valor
informativo se crea afuera de las redacciones, en la relación con las fuentes, pero mucho
más todavía. Las redacciones en general toman decisiones y miden el resultado de esas
decisiones mirándose el ombligo. Hay muy poco hábito de mirar al lector, a las audiencias,
muy poco hábito de mirar a otros actores institucionales…” (2013).
Si bien Guyot define identifica como endogamia al hábito de no salir a la calle, ahora la menciona
como un rasgo del periodismo anterior, que supuestamente no ha cambiado. Sin embargo, la
bibliografía consultada postula que el periodista presta, por hábito, atención permanentemente
a los lectores. Lo hace por dos vías: en primer lugar el propio periodista es parte del mundo de
los lectores. En segundo lugar, trabaja con lo que se denomina en la jerga periodística como el
olfato, que es, según Stella Martini y Lila Luchessi, una “metáfora con que tantos explican la
capacidad fundamental para ejercer el periodismo, se traduce como los saberes para identificar
la carga noticiable de un hecho, y construirlo según las necesidades de información y la
relevancia que tiene en la sociedad” (2004, p. 33).
Francisco Jueguen destaca el trabajo en el lugar de los hechos. “Vivo en la calle, intento estar lo
menos posible acá en la redacción, salvo los jueves y viernes que son los días que tengo
generalmente que ayudar a editar o cerrar mi nota para el suplemento de Economía”, señala. No
siempre es igual, pero los contactos directos le parecen prioritarios:
Muchas cosas de las que hago acá las puedo hacer desde mi smartphone. Si me toca una
nota de tapa, en la que recurro a muchas más fuentes, es importante salir. Me tocó una
sobre el tema de los fallos de la Corte y cómo está modificando la Ley de Asociaciones
Sindicales. Me fui a ver a un especialista como Julián De Diego, que es abogado
laboralista, fui a ver a Funes de Rioja, me senté a tomar un café con ellos y a charlar.
Podría haber mandado un par de mensajes de correo electrónico con preguntas, pero otra
cosa es estar frente a frente. Además de poder repreguntar y que te aclaren cosas, te tiran
ideas que sirven para otras notas (Jueguen, 2013).
Más drástico, el periodista E5 dice que hay una forma de periodismo que le desagrada, el de
“quedarse en la redacción y llamar por teléfono”. Pone el acento el cambio de edificio, del pleno
centro porteño a la localidad de Vicente López, en la provincia de Buenos Aires, un traslado que
era inminente en el momento de realizar las entrevistas:
Creo que con la mudanza nos despedimos definitivamente del periodismo. Es una
relación con la profesión que ya está muy desgastada. Pero no es un problema exclusivo
de La Nación, son los diarios en general que renuncian a tratar directamente con las
fuentes y con los hechos, que no salen a la calle (2013).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
264
El contacto con las fuentes y la percepción de los hechos son dos cuestiones que suelen estar
relacionadas. Como han dicho algunos entrevistados, la búsqueda de una información lleva a
datos que aportan otra nota. También la percepción que el periodista tenga de los hechos. Jorge
Rosales destaca por un lado que el olfato sigue siendo relevante y dice que es “el instinto, la
percepción que uno tiene, la sensación que tiene frente a distintos hechos, es lo que termina
definiendo qué es lo más importante para publicar o privilegiar hoy…” (2013). Para el
diccionario de la Real Academia Española el olfato, además de la acepción relativa a uno de los
cinco sentidos, es “sagacidad para descubrir o entender lo que está disimulado o encubierto”
(2016).
En cambio Gastón Roitberg destaca por una parte la importancia del contacto con las fuentes y
el chequeo de la información, pero al mismo tiempo describe un proceso cambio en la forma de
buscar noticias y sobre todo en la manera de percibir la realidad para decidir qué
acontecimientos serán tomados en cuenta. Aplica una referencia generacional: “los que tenemos
más o menos cuarenta años, cuando empezamos a hacer periodismo confiábamos mucho en la
intuición y en el feeling137que nosotros teníamos con los temas que creíamos que eran para la
agenda, de mayor preferencia para los lectores. Creíamos tener una sensibilidad especial para
detectar esos temas” (2013).
Sensibilidad, Afinidad e Intuición son diferentes aproximaciones a la descripción de lo que
tradicionalmente se conoce como olfato, la forma de percibir la realidad y la relación potencial
entre noticias y público.
Para Roitberg actualmente la diferencia es notable merced a la utilización de la “plataforma
digital”:
Uno cuenta con información precisa sobre el consumo. No quiero identificar el
periodismo con el marketing, pero en una empresa el departamento de marketing tiene
información de los clientes que le sirve como base para después diseñar productos. Y esto
es más o menos lo mismo, porque uno tiene información sobre lo que hacen los lectores
en tiempo real y también en cortes temporales diferentes. Sobre la base de esa
información precisa uno puede tomar decisiones sobre, por ejemplo, qué títulos son los
más efectivos, si vale la pena ilustrar una nota, si conviene publicar una pieza de
contenidos corta para después ir trabajando en diferentes capas hasta tener una pieza de
contenido, digamos, más densa (2013).
137 Del inglés: sensación. En este caso lo utiliza con el sentido de “afinidad”.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
265
Por su formación –además de periodista es graduado en Comunicación, docente y autor de
numerosos textos sobre el tema- rechaza la identidad entre marketing y periodismo, pero no
puede evitar la mención, porque ha cambiado el antiguo círculo virtuoso que consistía en la
percepción de la realidad por parte del periodista, su olfato para prever la reacción del lector y
elaborar la noticia para lograr el mayor impacto posible. El conocimiento de lo que el lector elige
en cada momento es un insumo que refuerza la percepción del periodista. Es un efecto que
también el marketing busca con la investigación de mercados: conocer qué tendencias hay en el
consumo.
A su vez Guyot alude a una imagen sobre el lector que, según su punto de vista, falta sistematizar.
“Las redacciones somos reacias a cualquier tipo de medición de nuestro trabajo, en términos
cuantitativos y cualitativos. Eso me parece que también atenta contra la posibilidad de hacer un
mejor periodismo”, dice (2013). Y se refiere también a la necesidad de trabajar en equipo para
visualizar lo que ocurre en el mundo noticioso: “…alguien tiene una buena idea, un buen dato,
pero si no tiene una redacción que mire y recorra ese mundo de especialistas fuera de la
redacción, no lo vamos a aprovechar”, señala. Coincide con otros testimonios al señalar que el
uso de la tecnología “hace que cada vez sea más fácil llenar las páginas de un diario desde la
computadora o desde el celular” y ejemplifica con un caso de La Nación:
Nada como el cronista que mira y repregunta. Un gran ejemplo de ayer fue nuestro
corresponsal en el Brasil, Armendáriz, un pibe que acá fue subeditor y que hace cinco años
que está en el Brasil como corresponsal. Se escabulló atrás del escenario, logró que lo
dejaran pasar, habló con el Papa, habló con Cristina, hoy publica, los dos le dijeron algo.
Timerman casi lo quiere echar. Ese es un tipo que es un corresponsal, editor, pero no
pierde la frescura del cronista (2013).
El contacto del periodista con las fuentes resulta básico para su tarea y es relevante en todos los
niveles de la redacción, aunque en las entrevistas aparece la percepción de un cambio. Rosales
dice: “Me parece que los periodistas tradicionales, los que tienen 25 o 30 años de profesión y
que trabajaron en áreas muy calientes, como Política o Economía, mantienen el hábito del
vínculo directo con las fuentes. Pero es una forma de trabajar que de a poco se pierde” (2013).
Pero la noticia tiene dos extremos, el de la fuente y el del lector. En Internet, como hemos
señalado, tiene mayor influencia sobre la agenda debido a las posibilidades que el periódico
digital tiene para medir la lectura con precisión. Ese diferencial influye no sólo sobre el criterio
de noticiabilidad y por lo tanto de formación de la agenda y sobre el criterio de jerarquización y
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
266
armado de las noticias con sus ilustraciones, videos y títulos sino también en el propio texto,
como explica Roitberg:
…hoy es fundamental conocer algunos códigos de escritura para que esas piezas de
contenido tengan efectividad desde Google, que es una gran fuente de alimentación de
tráfico de los sitios de información, algo que antes se dejaba de lado, casi no se tenía en
cuenta, parecía un tecnicismo, algo para programadores de páginas Web. Hoy el
contenido, bien presentado y titulado para su optimización en los motores de búsqueda,
que muchas veces diferencia el contenido exitoso del que no lo es (…) algo más que
invierte este proceso de creer que la intuición es todo (…) es lo fundamental que resulta
en el mundo online la preproducción de contenido, o sea, el hecho de trabajar de manera
mucho más planificada y organizada, porque intervienen en ese proceso productivo
diferentes disciplinas que exceden al periodismo, trabajan diseñadores interactivos que
le dan movimiento o grafican una información, trabajan realizadores multimedia que
generan video alrededor de una determinada historia, se toman decisiones como por
ejemplo qué formato privilegiar sobre otro… (2013).
El mundo social del diario impreso también es complejo, tal vez no menos que el digital, como
hemos descrito anteriormente, pero observamos en la descripción de Roitberg una visión
novedosa de la rapidez con la cual intervienen los distintos actores. Destaca el trabajo en equipo
y la sistematización de información en bases de datos a las cuales el periodista accede. Inclusive
La Nación creó lo que denominó La Nación Data, que es un reservorio de información
disponible para el lector pero al mismo tiempo de utilidad para los periodistas del diario. Sin
embargo pondrá un matiz. En la entrevista aclara su visión respecto del resultado de la mayor
velocidad en el trabajo y en el acceso a los datos:
…la pieza informativa termina siendo un commodity, no hay mucha diferencia, sobre todo
porque para lo que es noticia de último momento, normalmente se utilizan las mismas
fuentes, todavía, las agencias de noticias, la radio la televisión. Hay que verificar y
chequear con fuentes propias, pero casi todos trabajan con la misma materia. Por eso el
diferencial no puede estar en la noticia de último momento (2013).
Rosales, desde su rol de editor en el diario en papel, valora el uso de las fuentes como objeto
principal de la relación de la redacción y cuenta que, al contrario de lo que ocurre con el jefe de
sección, su responsabilidad de supervisión le brinda algo más de tiempo para los contactos:
Tengo mi rutina de reuniones y de fuentes. Yo eso no lo he perdido y, es más, tengo más
tiempo ahora para ver gente que cuando era jefe de sección. Cuando era jefe de sección
mis diálogos con las fuentes eran mucho más intensas que hoy, eran mucho más calientes,
más de información cotidiana. En cambio ahora tengo tiempo para hacerlo y puedo hablar
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
267
largo y sin urgencias de publicar, es decir, tengo reuniones que me permiten dar un marco
mucho más global…” (2013).
Al hablar sobre el contacto con las fuentes, Rosales vuelve sobre las nociones de frío y calor. Lo
intenso, lo que es urgente, del día, que no puede esperar, es caliente. Por añadidura, aquello que
se puede dejar para después es frío. Pero también advierte que los editores pierden el hábito del
contacto con la realidad, propio de quien tiene que escribir notas o columnas: “Si los editores o
secretarios de Redacción siguen escribiendo, que me parece un punto central, son columnistas
o tienen una columna semanal, quincenal o escriben cada tanto (…) eso los obliga a estar
informados de primerísima línea como mucha gente” (2013).
A su vez, Tomino destaca la importancia de mantener un contacto con fuentes propias, con las
cuales establece una relación que facilita el acceso a información relevante:
Para mí es clave el contacto cara a cara más que el telefónico. Mantengo charlas con
funcionarios, legisladores, opositores, fuentes internas del gobierno de la Ciudad, que es
el tema que yo sigo y de ahí salen las primicias. Nos juntamos a tomar un café para hablar
de nada y de nada sale algo. Si durante un tiempo uno no lo puede hacer porque el día a
día te exige estar mucho en la redacción, porque somos pocos, lo más probable es que
sigamos la agenda del día y no tengamos primicias (2013).
En el periódico online esta diferenciación aparece, pero con otros recursos. Según Roitberg, si
se trabaja sólo sobre la información de último momento, una tendencia que es propia de un
medio que cuenta con un flujo de datos muy veloz, “va a llegar un momento que al lector le va a
dar lo mismo consumir las noticias en La Nación, Infobae, Clarín, el Cronista o donde sea”
(2013).
¿Cuál es la diferencia, entonces? Roitberg dice que “muchas veces en las historias laterales
alrededor de una información, en las notas exclusivas, es decir en temas que nosotros elegimos
y la competencia no tiene”. Es, en términos de Rosales, la búsqueda de historias con fuentes
propias a las que se accede de manera más relajada. “Muchas veces me llama alguna fuente para
ofrecerme un tema y en la charla aparece otra información que nadie tiene” (2013).
En el periodismo tradicional este encuentro entre la fuente y el editor deriva en un acuerdo tácito
en el que aquello que uno ofrece es publicado, pero el periodista obtiene algo que le permite
diferenciarse de su competencia. La frase “¿Qué tenés para ofrecerme?” dicha por un editor es
parte de la lógica productiva de un diario impreso. En el periódico digital el “efecto Crónica”
muchas veces lleva a la priorización de lo instantáneo por encima de lo que hace la diferencia.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
268
Por ello Roitberg, quien proviene del diario impreso y se convirtió en responsable del digital,
busca aprovechar la rapidez sin perder lo que algunos periodistas entrevistados identificaron
como la personalidad de La Nación.
Redes sociales y “Google periodismo”
Para hacer su trabajo, los periodistas necesitan fuentes informativas y deben diferenciar las
fuentes externas de las que proporcionan información propia. Las externas son otros medios,
entre ellos los diarios competidores, la TV, la radio, las agencias noticiosas, las redes sociales y
las páginas Web. En cambio las fuentes propias son aquellas que consulta directamente y pueden
ser testimonios orales o escritos obtenidos directamente, o referencias del propio medio en notas
anteriores.
A medida que la redacción que hace el periódico en Internet experimenta un crecimiento y se
consolida como grupo, las fuentes a las que recurre comienzan a predominar. Las redes sociales,
la TV, la radio y en menor medida las páginas Web son las más utilizadas. Luego las agencias
noticiosas y las fuentes consultadas telefónicamente. Según los relatos de quienes trabajan o han
trabajado en la redacción del periódico en línea, el hábito del contacto directo, de la salida de la
redacción para percibir los hechos en forma directa se reduce a su mínima expresión.
Se trata de un cambio de las rutinas periodísticas tradicionales que sin embargo son valoradas
por varios de los entrevistados. Entre ellos, José Claudio Escribano, ex subdirector del diario,
quien destaca en términos históricos la presencia del periodista en el lugar de los hechos.
Recuerda que “hubo periodistas que se paraban frente a un edificio en el que había ocurrido algo
y sus relatos eran únicos, el lector quería saber lo que ellos decían, cómo lo habían visto
personalmente” (Entrevista realizada el 25-08-2016).
En su trabajo cotidiano los periodistas tienen distintas estrategias para su vínculo con las fuentes
y para apropiarse de datos sobre los hechos. La forma tradicional es tomar nota, mediante un
lápiz o lapicera y una libreta. Si bien los recursos tecnológicos que se incorporaron a la redacción
facilitaron el trabajo, algunos periodistas prefieren el recurso tradicional, simbolizado en el
papel para escribir. Es el caso de E9, quien sostiene que “la libreta genera menos temor en la
fuente que un grabador u otro equipo digital” (2013).
Desde su perspectiva, el periodista E5 considera que su trabajo requiere de elementos mínimos
y tradicionales y no duda en tomarlos como íconos válidos de un tipo de periodismo:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
269
Lo que me identifica como periodista es la libreta, yo escribo mucho a mano. La libreta y
la calle. Me gusta estar en la calle, no me gusta hacer Google-periodismo, yo quiero salir,
caminar la calle, hablar con la gente. Creo que a nivel industria hoy lo que identifica al
periodista, como antes era la libreta, es Google y las redes sociales (2013).
Al respecto, el directivo Carlos Guyot parece coincidir al señalar que el periodista más valioso
para el diario es aquel que sale a la calle. Un aspecto que se contradice, sin embargo, con la
tendencia a reducir el número de periodistas y de haber mudado la redacción del diario a un
lugar lejano de los centros básicos de información138. Sin embargo, en su opinión sobre el trabajo
del periodista reitera:
(…) Ahí los pibes lo que hacen es mirar otras Web, mirar cables, redactar, cortar y pegar.
Es un trabajo muy digno, pero el hecho de ir afuera, mirar, recorrer, preguntar cara a cara
y describir la reacción de las personas cuando te dicen algo y el escenario, sigue siendo
invalorable. Ahí se ve que hay demasiado trabajo interno, a eso lo llamo ‘endogamia’
(2013).
El cambio de la modalidad de trabajo a partir no sólo de la informatización de la década de 1990
sino de la irrupción de los diarios en Internet entró en tensión con la cultura y la tradición de la
empresa. Como señala E11, “el peso de la cultura del diario fue fuerte en los jóvenes que llegaban,
pero también hubo una interacción entre la tradición de la empresa y la que los ingresantes
traían desde afuera, la del mundo digital que los jóvenes comenzaron a incorporar a su vida
cotidiana” (Entrevista realizada el 29-11-2012).
Fue un cambio gradual. Como puede observarse en el muestreo no parametizable de la presente
tesis, hubo periodistas que comenzaron a utilizar innovaciones tecnológicas dentro del diario,
aunque ya tenían cierta práctica fuera de la redacción. Otros, más jóvenes, se encontraron en las
redacciones con dispositivos y tecnologías que ya utilizaban en su vida cotidiana. En los
primeros años de la comercialización de Internet, a partir de 1995, había periodistas que usaban
las computadoras con conexión a Internet en sus casas, pero otros estaban totalmente ajenos a
esta tecnología.
Cuando aparecieron las versiones digitales de los diarios, ambas redacciones compartían los
procesos de trabajo, pero con el tiempo se diferenciaron. En las rutinas tradicionales de la
redacción que hacía el diario en papel, luego del cierre el periodista ya no tenía qué hacer con
las novedades informativas que podían aparecer. En el medio digital, al no tener cierres y
138 Recordamos que tiempo después del período analizado y de la finalización de nuestro trabajo de campo, la redacción de La Nación se mudó del centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires a un edificio en Vicente López, en el norte del Gran Buenos Aires.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
270
trabajar organizados en turnos que cubren casi las 24 horas, esta realidad cambia. El periódico
en Internet impone un trabajo sin interrupciones y se diferencia del impreso. En el diario en
papel el periodista utiliza los datos que surgen tras el cierre para continuar el tema al día
siguiente o, en algunos casos, publicar un artículo más profundo en algún suplemento. El diario
digital, con su actualización en tiempo real es el que sirve de canal para la información que
aparece luego del cierre (Jueguen, 2013; Bullrich, 2013 y Roitberg, 2013).
En este aspecto también juegan un rol importante las redes sociales, principalmente Facebook
y Twitter. Si el periodista escribe un tuit, que según el diccionario de la Real Academia es “un
mensaje digital que se envía a través de la red social Twitter”, hay quienes entienden que compite
con el diario digital. La red social es fuente para los periodistas y al mismo tiempo es otro medio
y, por lo tanto, una competencia para el diario en Internet. Roitberg sostiene que “los medios
deberían tener pautas de utilización de las redes sociales, no es lo mismo un periodista o un
comunicador que alguien que no lo es”, aunque luego admite que hay periodistas y editores que
piensan diferente al respecto, que escribir un tuit “no implica que uno represente al medio”
(2013).
La tensión entre la identidad del periodista cuando tuitea y su relación con la presencia del diario
en la red social no está saldada. Como señalamos, Twitter es un medio y al mismo tiempo es una
fuente que los periodistas utilizan a menudo. Francisco Jueguen, periodista del diario en papel
deja en claro que utiliza su cuenta personal con ciertas informaciones y casi no publica en la
cuenta institucional de La Nación, aunque aclara que ante todo respeta la marca de la empresa:
“En mi perfil dice que soy un periodista de La Nación, pero no es una cuenta institucional, por
más que incluso hay una agenda en el diario donde estamos todos los periodistas”.139
El uso de Twitter como fuente también provoca tensiones en el marco de los procesos de trabajo
de los periodistas. La red social puede ser utilizada como disparador de algunas búsquedas con
rutinas tradicionales o utilizarse directamente como información. Hay opiniones encontradas.
El periodista E5 considera que no se le puede asignar valor como noticia sino como dato a
corroborar y reitera la importancia de que los profesionales “hagan la calle”, al advertir sobre
una tendencia a reemplazar el uso de las rutinas profesionales en la cobertura de un suceso:
Hay cosas que parecen una pavada, pero son fundamentales en la profesión. Reciben una
información en Twitter y la dan por cierta. Llega un rumor y no hacen calle para verificar,
para ver qué es lo que está pasando. Te dicen que los supermercados están desabastecidos
139 “Tuitear” es un verbo aceptado por la Real Academia Española, que lo define como “Comunicarse por medio de tuits”.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
271
y no van a algunos supermercados a ver qué pasa. Y es tan simple como ir al supermercado
de la vuelta de tu casa (2013).
Para algunos de los periodistas entrevistados el uso de las redes sociales como fuente de
información es una parte de sus rutinas que no se contradice con la aplicación rigurosa de los
procesos de trabajo tradicionales. Para otros, las redes sociales son de una utilidad restringida y
su uso sin límites se puede convertir en un problema. Lucrecia Bullrich se confiesa reticente ante
las redes sociales:
Cuando lo digo, nadie me quiere creer que trabajé ocho años en el diario en línea. No
tengo Facebook, me parece una buena fuente de información y de hecho me he
encontrado con algún compañero al que le pedí que viera si encontraba a determinada
persona allí, pero yo no abro la cuenta. Tiendo a desconfiar de todo lo que anda por ahí.
Tampoco quería tener cuenta de Twitter, mi jefe me decía que sí, yo que no. Hasta que
Cristina Kirchner sacó su cuenta y no tuve más salida que abrir la mía. Pero la uso cuando
estoy en el diario. No tengo Twitter en el celular porque me parece una cosa que nunca
termina, que no me deja pensar (2013).
Para E5, en cambio, la búsqueda en Google –a la que llama Google periodismo- y el uso de
Twitter es casi una excusa o una opción impuesta para no salir de la redacción, lo cual tiene
consecuencias sobre la calidad y cantidad de información que provee el diario: “Uno sale a
buscar algo y después cubre otra cosa. Me ha pasado más de una vez que salí a cubrir una
información y en el camino me encontré con otra noticia. Si no hubiera salido, no me hubiese
interesado. Si no voy a buscar A, difícilmente me entere de B” (2013).
La visión de E5 remite a una hipótesis sobre la distribución universal del rol de guardabarreras
entre los periodistas de un diario. Si un profesional cubre una manifestación y en el transcurso
de su tarea alcanza a observar través de una ventana un asesinato que ocurre en una casa, está
obligado a tomar una decisión editorial. Debe priorizar la información que entiende es más
urgente para su publicación (E5, 2013).
Sin embargo a partir de la aparición de las redes sociales y de la posibilidad de transmitir desde
dispositivos móviles como los teléfonos inteligentes o smartphones puede priorizar una
información y comunicar la otra a sus colegas mediante un mensaje. También es posible emitir
un tuit con el dato. En este caso se abre otra diferencia en los puntos de vista de cada periodista.
Roitberg sostiene que la primera es la mejor opción, que el periodista informe al diario para que
la noticia salga a la red mediante un tuit oficial de La Nación: “Lo que no acepto es que un
periodista de la redacción, por lo menos la que yo coordino, tenga una exclusiva y la mande
primero en su cuenta personal y no en la cuenta del medio” (2013).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
272
Roitberg es terminante cuando se refiere a quienes priorizan su cuenta de Twitter por encima
de la información que deberían hacer llegar al diario: “Me resulta inaceptable que un periodista
no tenga el amor propio para enterarse de algo y no activar los mecanismos informativos en el
diario en el cual trabaja”. Enfatiza que el periodista debería actuar “con responsabilidad y hasta
tener seteadas140 las cuentas del medio para publicar el tuit en la cuenta oficial y, si quiere, a los
30 segundos hacer retuit141 en su cuenta personal”. Sin embargo, como muestra de que el tema
es parte de un debate propio de una situación de transición en la que todavía hay tensiones
irresolutas, matiza su posición mediante un ejemplo:
Uno está en la calle, sale a la mañana a llevar a sus hijos al colegio, y se encuentra con que
se está incendiando algo, no sé, la casa de Gobierno. Lo tuitea, pero también llama a la
redacción y dice ‘miren lo que está pasando, es impactante’ para que el diario se ocupe.
Esto es más viejo que la escarapela, llamar a la redacción para avisar que se está
produciendo una información fuera de su horario de trabajo y que salga por las cuentas
institucionales142. Es algo lógico (2013).
Twitter es una fuente y un medio a través del cual muchos periodistas se informan y se expresan.
En ambos casos los entrevistados difieren. Su uso como fuente como fuente genera una tensión
entre quienes priorizan el contacto directo con los protagonistas de los hechos y quienes
suponen que la rapidez es más importante, pero en ambos casos sostienen que los datos deben
ser chequeados. El periodista E5 enfatiza que no es un usuario asiduo, pero que lo lee para
utilizarlo “como una fuente más, para ver qué apareció sobre el tema. Es poco serio, pero sirve
como disparador”. También Pablo Tomino también cuestiona que se use Twitter de manera
excluyente:
No es una fuente, pero sí el disparador de alguna información que luego voy a tener que
chequear. Es imposible que yo lo use como fuente fidedigna, incluso ni siquiera puedo
darle un retuit a algo que dicen. Si apareciera “Se accidentó Macri”, hasta que yo no lo
chequee, no puedo tomarlo en serio, así que menos todavía, poner algo en el diario. Pero
me sirve como disparador para levantar un teléfono y decir: “che, ¿es cierto esto?” (2013).
Una respuesta similar brinda Francisco Jueguen, quien considera a las redes sociales como
disparadores para investigar un tema:
140 Del inglés: set (situar, establecer) 141 Retuit: redistribuir un tuit ajeno desde la propia cuenta. 142 Se refiere a las cuentas de Twitter de La Nación.Com, Cancha Llena, LN Policiales, LN Mundo y las revistas de la editorial.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
273
Yo uso Twitter como punta del ovillo. En Google puedo hacer una búsqueda, ver qué dice
Wikipedia o meterme en la página de la Secretaría de Energía y tener los datos oficiales.
También tengo que ver quiénes son los que tuitean. Si Guillermo Lobo tira una bomba, lo
tomo como de quien viene, como de cualquier otro tuitero. Pero si el mensaje es de
Eugenio Bruno, un especialista en holdouts y acreedores de deuda y hace una pequeña
interpretación de un fallo de Griesa, es muy importante, casi como si hablaras por
teléfono. Igual yo prefiero llamarlo porque puedo profundizar, pero la autoridad en
Twitter sigue dependiendo de quién sea el autor (2013).
Twitter y otras redes sociales aparecen con ventajas y deficiencias. Algunos periodistas se
habitúan a utilizarlas como fuente y otros como alerta para comenzar a buscar información. En
la visión de Tomino, quien si bien tiene 43 años comenzó a trabajar en La Nación hace ya 25
años, el uso de las redes sociales se debe complementar con algunas rutinas profesionales:
La verdad es que en los últimos meses descubrimos muchas noticias a través de Twitter.
Por ejemplo, cortes de luz. Empezamos averiguar y encontramos barrios con cortes de luz
bastante masivos. Esas cosas no siempre llegaban y ahora mientras estamos trabajando
nos aparece un mensaje de Twitter o de Facebook y es un incentivo para averiguar. Es un
canal más como si te dijera, una agencia de noticias de cable que uno tiene abierta ahí
(2013).
Según los testimonios recogidos, muchos de los cambios en la modalidad de trabajo tienen su
correlato con la reducción de los tiempos para la producción de la noticia y el menor número de
periodistas con los que se realizan las tareas. La actividad apoyada exclusivamente en fuentes
como las redes sociales es uno de los problemas que se plantean varios de los entrevistados
cuando se les pregunta por el “deber ser” del periodista. Sin embargo cuando describen el “ser”
de la profesión, las búsquedas en Internet y los mensajes de las redes sociales aparecen como el
procedimiento más habitual. Aún más, la simple observación de las emisiones televisivas y hasta
de diarios en papel muestran que hay medios que publican los mensajes de Twitter
directamente.
En uno y otro caso, los entrevistados valoran positivamente la incidencia de las innovaciones
tecnológicas en el desarrollo de su profesión. Al menos en cuanto a la inmediatez en el
intercambio informativo. La redactora E9 considera relevante el aporte de la comunicación en
tiempo real al área internacional. En diciembre de 1999, ante el riesgo de que las computadoras
de todo el mundo fallaran por el cambio de milenio, lo que en diciembre de 1999 se conoció
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
274
como la crisis Y2K143, le tocó quedarse de madrugada en lo que se conoce como una “guardia”,
término que las jergas de médicos y periodistas comparten.
Como es de público conocimiento, las computadoras siguieron funcionando normalmente y no
hubo crisis. De modo preventivo, el diario dejó una guardia, como recuerda E9:
“esa noche había pasado algo en la India y teníamos que llamar porque había un argentino
metido en el medio. Ya no recuerdo si se había caído un avión y un argentino había
sobrevivido, por lo cual teníamos que llamar al hotel. Estuve toda la tarde tratando de que
me atendieran allá. En cambio, ahora eso se resuelve con un correo electrónico, un tuit, una recorrida por Facebook, hay muchos recursos para encontrar cualquier fuente”
(2013).
Hasta la aparición de las comunicaciones en tiempo real a través de Internet, los contactos se
hacían por vía telefónica. Durante la década de 1980, para hablar con una fuente del exterior los
periodistas debían utilizar lo que entonces se conocía como Discado Directo Internacional
(DDI), un sistema que era considerado revolucionario, porque se podía discar el 00, luego el
código de país, el de la localidad y finalmente el número telefónico, todo seguido, sin necesidad
de recurrir a una operadora. En los medios el DDI era de uso restringido, generalmente para la
sección Internacionales, dado que era muy caro para los estándares del momento.
Antes de los cambios mediados por las computadoras y luego por Internet, en La Nación la
sección encargada de recibir la información de las agencias se denominaba “Cables”. Como en
todos los diarios tradicionales, era una fuente privilegiada para organizar la jornada laboral.
Pero nunca dejaron de llamarla la cablera. A fines de la década de 1990 la información de
agencias, si bien estaba disponible en las computadoras, todavía era limitada. Como testimonia
E9 (Entrevista realizada el 6-6-2013), “usábamos la cablera, que ya estaba online, pero era rara,
nada que ver con lo que una dispone ahora, era muy rudimentaria”. A medida que aparecieron
las redes sociales y otros recursos, los periodistas relegaron a la información de agencia como
una más de las fuentes, pero la tradición siguió mezclada con lo nuevo. Como grafica Ricardo
Sametband, editor del diario, especializado en tecnología, "ahora la cablera está en la
computadora" (Entrevista realizada el 18-3-2013).
143 Numerónimo en inglés que significa Year 2000 (año 2000). En 1999 algunos técnicos alertaron sobre el riesgo de que, dado que los programadores habían trabajado siempre sin contemplar el cambio de milenio, podrían generarse fallos en todo el mundo. Pasado el 31 de diciembre se comprobó que con las adaptaciones que se habían hecho y algunas correcciones complementarias ya no existía riesgo de catástrofe. Sólo hubo problemas en casos muy puntuales en diferentes partes del mundo.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
275
En La Nación otra de las secciones en las que trabajaban los periodistas que recién comenzaban
era Comunicaciones, que dependía de la sección Interior, donde se recibían los llamados
telefónicos desde las diferentes corresponsalías del país y al mismo tiempo llegaban los cables
de las agencias noticiosas internacionales. Los periodistas tipeaban los informes o las notas
mediante lo que se conocía como dictáfono, un mecanismo que permitía trabajar con la máquina
de escribir y al mismo tiempo escuchar el teléfono. Como recuerda E7:
En Comunicaciones teníamos una parte que recibía la información a través de teletipos y
otra con grabadores y reproductores. Los grabadores estaban conectados a los teléfonos,
era algo muy primitivo. Llamaban los corresponsales o los enviados especiales y uno le
daba arranque al grabador y tenía un dispositivo para anular los ruidos externos. Luego
para desgrabar se usaba el dictáfono, que tenía una pedalera. Con el pie izquierdo se
retrocedía y con el derecho se avanzaba. Éramos varios, porque había que cortar los cables
de las teletipos, cuidar que no se quedaran sin papel, cuidar la cinta y cambiarla si se
gastaba (2013).
La sección Comunicaciones fue disuelta en la primera mitad de la década de 1990 y ya en 1995
su espacio físico fue asignado a la primera redacción de la versión del diario en Internet. Un
cambio simbólico, porque en la percepción de los periodistas que comenzaron a trabajar por
entonces, como anteriormente había sido Comunicaciones, el periódico en línea se convirtió en
una de las vías de acceso para comenzar a trabajar en la empresa y sobre todo para dar inicio a
su formación empírica. Luego de un tiempo de entrenamiento, los periodistas pueden pasar al
diario en papel. En algunos testimonios, como el de Lucrecia Bullrich, redactora de la sección
Política, se evidencia la percepción de que trabajar en el diario impreso representa una jerarquía
profesional diferente:
Trabajé varios años en el diario en línea hasta que pude pasar al papel. En el online
aprendí mucho, adquirí destrezas que no tenía, pero llegó un momento en el que me
resultó necesario empezar a trabajar de otra manera. Una pasa mucho tiempo en la
actualización de noticias, que es parte de lo que hay que hacer, pero llegó un momento en
el que quería trabajar en el papel (Entrevista realizada el 18-7-2013).
La visión de Bullrich parece contradecirse, pero coincide con otros relatos de los periodistas
entrevistados. El diario en línea se convierte en un lugar en el que el periodista aprende el oficio
–así se haya formado en la mejor universidad- pero el trabajo en el diario en papel parece tener
un valor simbólico superior.
El profesional del periódico en línea utiliza en gran parte las mismas fuentes que el que hace el
diario en papel: agencias noticiosas, televisión, radio, redes sociales, la información que publica
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
276
la competencia y los contactos telefónicos. Sin embargo, aparecen testimonios en los cuales se
los valoriza de otra manera. Como señala en off the record uno de los periodistas entrevistados:
“tengo otra idea de lo que es hacer periodismo, es un trabajo creativo y desafiante. En el diario
en Internet no hay posibilidades de profundizar, hasta las fuentes que uno incorpora son
superficiales porque no está en serio en tema, todo pasa rápidamente”.
Redacciones en interacción
En el mundo social del diario impreso se desarrollan numerosas relaciones entre pares, entre
redactores y jefes, entre jefes, de cada uno de ellos con fuentes, con lectores, con distintas áreas
del diario. Algo similar ocurre en el periódico digital, aunque de manera diferente, porque los
contactos con las fuentes personales son menos frecuentes y la tarea está focalizada en los
canales de TV, las radios, las redes sociales, los buscadores de Internet o la competencia.
Pero además en el periódico en línea cada página está definida por el diseño general y cambia
en contadas ocasiones, por decisión empresarial. El periódico digital tiene un diseño hecho por
los técnicos informáticos con rigidez en algunos aspectos del formato pero flexibilidad en otros,
además del contenido. Como señala Ricardo Sametband:
Lo que cambia notablemente es que en el online todas las notas son iguales, no hay una
posibilidad de definir un área de diagramación. Primero porque no tengo el límite de
texto. No necesito poner el texto en una caja. Si tengo dos mil caracteres o diez mil, es lo
mismo. No se va de caja ni hay que cortar. Tampoco el título. Hay una idea de que el título
no tenga más de tres líneas para que no se haga kilométrico, pero no hay que contar
caracteres, viendo si se corta la palabra (Entrevista complementaria, realizada el 8-3-
2016).
Tanto el periodista sin cargo como el jefe o editor del periódico digital tienen otro tipo de
relaciones en el mundo social de su redacción. Al no existir un área de Arte sino dos sectores de
diseño de origen tecnológico, la cuestión se plantea de otra manera, como testimonia
Sametband:
Respecto de diseño, como es siempre la misma caja, no hay contacto. Sí lo tenemos cada
tanto con la gente de diseño Web, que es otro grupo, cuando hacen un rediseño del sitio.
Pero una vez que el sitio tiene un diseño estable, ni nosotros podemos pedir nada extra –
salvo algún acontecimiento que lo amerite- y lo que tenemos es una serie de herramientas
que nos permiten cargar el material a gusto (2016).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
277
En el medio digital los periodistas trabajan con textos, pero se les requiere un conocimiento de
otros formatos. No es una novedad, también en el periodismo tradicional y actualmente en el
impreso, el redactor encargado de cubrir un suceso necesita tener una visión integral de su nota.
El artículo puede llevar una foto o no, pero el periodista que llega al lugar acompañado por un
fotógrafo es el encargado de indicar cuáles son los aspectos más importantes, quiénes son los
protagonistas y cuál el mayor interés informativo. Luego el fotógrafo decide qué priorizar y hace
su trabajo desde su perspectiva, con sus conocimientos y entrenamiento profesional.
En el medio digital ocurre algo similar, aunque se agregan recursos y demandas en lo que se
conoce como “nuevo modelo profesional”. El periodista tiene que pensar en las fotos, los videos
y en los hiperenlaces dentro del propio periódico y hacia otros medios. Sin embargo, todo
depende de cuál sea la empresa y en qué medida los cambios son introducidos sin alterar ciertas
tradiciones. Entre ellas, la de que las imágenes sean responsabilidad de profesionales
especializados:
La idea es que nosotros no producimos todo. Siempre que sea posible, si uno va a una
nota pide un fotógrafo. Si va a necesitar un video, se lo pide a la gente de video. También
hace falta cierta dosis de pragmatismo, hace poco estuve en Barcelona en el congreso de
móviles. Estaba solo y tuve que hacer un par de videos que mandé por tuit y luego puse
en la nota. Usé imágenes de las agencias y también grabé para enviar a la gente de video
con el fin de que los mejorara. Se publicaron en la plataforma del diario bajo la
supervisión de la gente de video. Por supuesto que son situaciones excepcionales, porque
yo grabo con cámara fija, no tengo otra posibilidad (Sametband, 2016).
El entrevistado pasó por el diario impreso, luego por el digital y además su especialización en
temas de tecnología e informática le brindan una visión más integral de la producción de la
noticia. En su relato aparece un rasgo tradicional del periodismo, la capacidad para adaptarse a
diferentes realidades. Es lo que él denomina “pragmatismo”. Así como antes de Internet los
enviados especiales dictaban sus notas por teléfono o, en el mejor de los casos, las enviaban por
teletipo, tanto en el medio impreso como en el digital aprovechan la conectividad que ofrece la
red. Sin embargo, según el relato, lo habitual es que el encargado de las imágenes sea un
fotógrafo, algunos de los cuales, además, hacen las veces de videastas.
Más aún, Sametband explica que los profesionales del sector de video “trabajan con la redacción
generando contenidos. Tienen el mismo concepto que la redacción, porque los videos que ellos
producen se van a ver en la misma nota que generamos nosotros, que tiene la misma caja, el
mismo diseño” (2016).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
278
Aquí no sólo hay una tensión entre el rol del periodista, con los límites tradicionales de su tarea
y el modelo del periodista del medio digital sino también en la diferenciación de roles en la
estructura salarial y laboral de los profesionales. Es una situación que tiene su historia, pero que
hace eclosión en la medida que se reformula el rol profesional. Se trata de un proceso que ya
lleva más de 20 años –la primera versión del diario digital data de setiembre de 1995- y que
según algunos testimonios, particularmente el gremial, rompió gradualmente algunas barreras
históricas que regulaban el trabajo del periodista:
…la empresa dejó de pagar las horas extra trabajadas en la redacción. Sin mediar
paritaria, ni la general ni la interna, la empresa impuso un formato que denominó en un
principio “disponibilidad horaria” y poco después “extensión horaria”, al que adjudicó un
valor de hasta un 50 por ciento del salario. (…) Estos pluses perdieron valor porcentual
cuando se aplicaron las paritarias generales en 2012 y parte de lo abonado con esa
denominación se incorporó al nuevo básico salarial de convenio, lo que demuestra su total
inconsistencia (Haimovichi, 2015).
Según algunos de los testimonios off the record que obtuvimos en entrevistas exploratorias, la
desarticulación de los diferentes roles periodísticos existentes en el diario tradicional se
implementó de manera diferente en algunos diarios impresos. En el caso de Clarín es habitual
la distribución de cargos que no tienen relación con la tarea asignada sino con la necesidad de
diferenciar los salarios de cada profesional (E13, 2009 y E14, 2010).
En La Nación, la reformulación de las categorías profesionales y salariales es más reciente, al
menos según el documento publicado por Irene Haimovichi:
…La Nación implementó arbitrariamente nuevas categorías en las tareas de jefatura en la
redacción, creando un universo de editores, subeditores, jefe de primera, segunda y tercera,
a los que discriminó de todos los acuerdos paritarios internos y generales abonándoles
aumentos que se deciden a dedo y generando una dispersión salarial incomprensible
(2015).
En el mismo análisis de la dirigente gremial de la redacción, como ya hemos consignado, se
relatan algunas de las intervenciones de los directivos que habían asumido en 2014. Entre ellos,
Guillermo Rivaben, gerente General de la empresa, quien al explicar los motivos por los cuales
se tendría que reformular el modelo profesional de periodista en el marco de una nueva
convergencia de redacciones, señaló que se trataba de un “momento fundacional e histórico en
La Nación” y, siempre según el relato de Haimovichi, centró su discurso en tres aspectos:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
279
…la importancia de tener un plan, trabajar de manera interactiva y participativa entre los
distintos sectores de la empresa y la transformación cultural necesaria para sobrevivir en
el mundo que se viene (…) dijo que hay temas no negociables: estos son el objetivo de este
plan, que es hacer sustentable la industria periodística o los contenidos que se producen en
La Nación y los cambios culturales de formas de trabajo para lograr ese objetivo (2015).
En las palabras del gerente General, según el relato gremial, aparecen vinculados los cambios en
el rol profesional del periodista con la “subsistencia”, esto es con la sustentabilidad del medio.
Utilizamos la narración de la dirigente gremial, porque no sólo no fue desmentido sino que
además al trascender en Internet el contenido del documento, Haimovichi fue sancionada por
haber revelado el contenido de la charla. La dirigente se defendió enfatizando que había sido un
encuentro de los directivos con la redacción y que no había habido advertencia alguna sobre un
supuesto secreto de lo que se hablaba.
En la misma reunión, Carlos Guyot, quien por entonces llevaba ya un año como secretario
General de Redacción, había advertido sobre la dispersión de los lectores en Internet hacia las
redes sociales y acerca de las tendencias negativas en la distribución publicitaria:
¿Cómo se comportan los anunciantes? Están migrando hacia el mundo digital cada vez a
mayor velocidad. El 80 por ciento va a Facebook y Google, el 20 por ciento restante se
reparte entre los distintos portales informativos. Los anunciantes buscan mayor efectividad
y muchos ya son creadores de contenidos desde sus propias páginas Web. (…) Otro actor
que se transforma pero sigue existiendo es el intermediario: en el papel es el distribuidor,
el camión, el canillita. En Internet ese rol lo cumplen Facebook y Google. “Los grandes
medios ganamos la batalla de los contenidos pero perdemos la guerra en la distribución y
la tecnología”, dijo recordando la frase del director de un diario de los Estados Unidos
(2015).
Al calor del cierre
La incorporación de tecnología tiene como principal objetivo la competencia. Tal como ocurre
en toda industria, la empresa periodística busca reducir al mínimo los tiempos de producción,
aunque los ritmos de trabajo no son iguales en toda la redacción. Como hemos señalado, durante
la observación nos encontramos con dos zonas muy definidas que en la jerga interna del diario
se conocen como fría y caliente, un binomio que podríamos interpretar como lenta y rápida o
apremiante y pausada. El frío y el calor participan en la configuración de géneros, estilos y
procedimientos de trabajo. Hay secciones con mayor dinamismo, ocupadas en tratar
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
280
acontecimientos144 que serán noticia en la edición del día siguiente. Otras abordan temas que
requieren más tiempo, mayor reflexión y una presentación más elaborada. Es un tipo de
categorización que pertenece a la tradición del diario y que se puso en cuestión en la década de
1990 cuando la empresa contrató a técnicos para reorganizar la redacción.
El momento clave es el cierre, cuando ya no se pueden introducir modificaciones en textos o
imágenes. Las secciones de la zona fría tienen su cierre más temprano porque no son notas que
requieran una actualización urgente y en la mayoría de los casos son producciones que se
publican durante la semana, que no necesariamente saldrán en el día. Las de la zona caliente
son actualizadas hasta el último momento posible. En un diario el tiempo es el bien más escaso
y hay un orden negociado en el que los códigos que rigen las relaciones horizontales y verticales,
dentro y fuera de la redacción se ponen en práctica no sin negociaciones en cada instancia. Los
redactores buscan más tiempo para entregar notas con la máxima actualización posible, los jefes
reciben el reclamo, buscan ajustar los tiempos con las distintas instancias de conducción,
quienes a su vez tienen que tratar con otras áreas, sobre todo aquellas que son críticas para la
producción -como Composición, Imprenta y Distribución- o para el sustento económico de la
empresa, como Publicidad.
Jorge Rosales, secretario de Redacción, compara el momento agitado del cierre con uno de sus
lugares de trabajo anteriores, en una agencia noticiosa. Sostiene que tanto en el diario como en
la agencia rige un criterio de flexibilidad en los cierres para reducir el riesgo de que una
información repentina quede fuera de la publicación. Cuando utiliza el término flexibilidad se
refiere a la capacidad de cada sector de ceder algo de su tiempo de producción para que la
redacción pueda actualizar su información:
Si nosotros tenemos la capacidad de modificar dos páginas a las 20 horas por un hecho
que ocurrió y que creemos que va a ser importante, puede ser muy favorable. Lo hacemos
aún sabiendo que vamos a retrasar el cierre y todo el proceso, pero hemos hecho
comparaciones con otros diarios y el resultado siempre es mucho más beneficioso para
aquel que se juega por la flexibilidad. Hoy lo veo como un valor fundamental para el
diario” (Entrevista realizada el 19-7-2013).
Es un momento en el que se intensifica la puja de intereses dentro del proceso productivo. “En
la redacción los periodistas buscan aprovechar cada minuto para tener su nota actualizada o sus
144 Consideraremos a la noticia como el producto de un proceso de construcción cuyo punto de partida es un hecho noticiable al que denominaremos “acontecimiento”. En palabras de Stella Martini, “la noticia puede ser definida como la construcción periodística de un acontecimiento cuya novedad, imprevisibilidad y efectos futuros sobre la sociedad lo ubican públicamente para su reconocimiento” (Martini, 2000, p. 33).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
281
mejores reflexiones, los jefes tienen que mediar hacia arriba y con los talleres y cada uno busca
estirar el tiempo”, describe el ex periodista E17 (Entrevista realizada el 14-3-2012).
La redacción busca retrasar el horario de cierre para lograr la mayor actualización posible de las
noticias y se encuentra con la oposición del resto de los actores del ciclo productivo. La preprensa
–que es la parte del proceso de producción posterior al diseño y anterior a la impresión-, la
imprenta, la distribución y la comercialización publicitaria se ven afectadas si el contenido se
atrasa más allá de ciertos límites.
Los entrevistados se refieren al cierre como un momento que tiene relación con las zonas fría y
caliente y con las pujas dentro de la empresa. El ex delegado Rubén Calmells, además de
describir la distribución física de las zonas, recuerda cómo esa puja llega a las máximas
instancias de dirección del diario:
La zona caliente era la parte del diario que daba al río y ahí se hacían las secciones 1ª y
2ª, o sea internacionales, política, locales, editorial y economía. El resto, los suplementos,
era frío y se hacía en la parte del edificio que daba a la plaza. Del lado frío parecía una
revista, estaban charlando, tomando café, con un ritmo más relajado, porque estaban
trabajando para secciones que iban a salir en algún momento de la semana. En las
secciones calientes estaban trabajando con un ritmo más agitado, porque dependían de
la hora de cierre. Me acuerdo de que Bartolomé había puesto un plan que era “las cero
horas”, cerrar como tope a medianoche. Fue como mover un trapo rojo delante de un toro.
Después de que todos los tecnócratas se pusieron de acuerdo, tuvimos un conflicto con
los gráficos y se fue abajo todo el plan (Entrevista realizada el 12-12-2011).
No se trata de retrasar la edición hasta un punto en el que provoque riesgos en el acceso a los
circuitos de distribución. Rosales lo aclara: “Si tenemos que hacer un cambio fenomenal para
que el diario se atrase mucho, ya no podemos, salvo que tengamos la impresión de que todos los
otros medios van a ir por ese mismo lado”, enfatiza.
Las secciones que están en la zona fría trabajan con tiempos laxos. Las de la zona caliente son
las que buscan postergar el cierre hasta el último momento. Delimitadas por su objeto y por su
ubicación geográfica dentro de la redacción, las zonas están en un equilibrio dinámico, con
asuntos que se vuelven calientes y cambian de sección y hasta secciones que pueden enfríarse o
calentarse, como explica Francisco Jueguen, subeditor de Empleos en la sección Economía y
Negocios:
Hasta hace dos años, Empleos estaba fuera de Economía, en la zona fría. Se ocupaba
fundamentalmente de las cuestiones de recursos humanos y las consultoras. Luego se
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
282
incorporó a Economía y eso hizo que nos fuéramos ocupando más de los temas macro
ligados al mercado laboral (Entrevista realizada el 17 de julio de 2013).
No sólo temas o secciones pueden cambiar de zona, sino que, además, los periodistas identifican
el calor o el frío con una manera de trabajar. Hay una iconografía propia de cada zona y pueden
entrecruzarse. Pablo Tomino, redactor de Información General lo expresa así:
Nosotros trabajamos con la televisión a la vista y como una zona caliente, informados al
instante. Viene el editor y cada uno dice lo que tiene. Yo estoy con el Metrobús, Ángeles
puede venir con una novedad del subte, otro chico tiene algún otro tema. ‘Vamos a abrir
con lo de Metrobús dice el editor, vos programate esto…’ Nos organiza y enseguida nos
ponemos a trabajar (2013).
La presencia de un televisor y el acceso a lo inmediato parecen signos de status, de pertenencia
a un procedimiento laboral que demanda información en tiempo real, que trabaja con la
actualidad caliente, en una nomenclatura que surge de la práctica cotidiana145.
Foto número 5: Zona fría. Foto número 6: zona caliente.
Fuente: realización propia Fuente: realización propia
145 Es tentador analizar en términos de Mc Luhan el uso que los periodistas de La Nación hacen de la metáfora del frío y el calor respecto de la materia prima informativa con la que trabajan y de los procedimientos que aplican para producir la noticia. Las secciones “calientes” generan información con mayor celeridad y menor reflexión, por lo cual podrían asimilarse a los medios “fríos” de los que habla Mc Luhan, ya que obligan a la audiencia a realizar un mayor esfuerzo imaginativo para comprender la noticia. En cambio, las secciones “frías” son las que se toman un tiempo mayor para aportar interpretación y reflexión, por lo cual sus cualidades podrían asimilarse a las de los medios “calientes”, que ofrecen un material más procesado, por lo cual el espectador tiene que hacer un menor esfuerzo de comprensión. Sin embargo, Mc Luhan se refiere al espacio que cada medio brinda al espectador para que procese la información, no al proceso productivo del medio: “Un medio caliente permite menos participación que uno frío: la lectura deja menos lugar a la participación que un seminario, y un libro menos que un diálogo”. (Mc Luhan, 1994: 46)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
283
Los periodistas de la zona caliente trabajan con la información del día, los de la zona caliente lo
hacen con artículos que se procesan de séptima146 o con notas menos urgentes. Cuando se
refieren a su trabajo utilizan la metáfora del frío y del calor con asiduidad. El calor parece estar
no sólo en la zona sino en el propio periodista, para quien las notas de mucha actualidad exigen
una respuesta inmediata, una actividad más intensa, generan calor. 147
El cierre de la edición, la necesidad de respetar los horarios, o sea de trabajar a gran velocidad,
no afecta a toda la redacción simultáneamente. No hay stock de tiempo, pero se pueden generar
notas que no son rápidamente perecederas y se las guarda para editar el día siguiente. Son notas
de la zona fría, que se coordinan con las más urgentes mediante procesos de trabajo que
requieren de un control estricto. De ahí que existan los jefes de sección, los prosecretarios de
redacción, los secretarios de redacción y otras autoridades que supervisan el trabajo y el
cumplimiento de los códigos. No sólo se trata de negociar los tiempos sino también de supervisar
y coordinar.
Los cierres no son regulares para toda la redacción, sino que dependen de cuál es la sección y la
importancia relativa del tema. Una sección como Espectáculos, habitualmente ubicada en la
zona fría, puede adquirir prioridad y cerrar a último momento cuando se entregan los premios
Oscar en los Estados Unidos o los premios Martín Fierro en la Argentina. También los horarios
de cierre dependen de los ciclos de publicación de cada sección. “Economía está en el cuerpo
principal del diario y cierra de domingos a jueves con la tapa, a último momento. Pero los viernes
tienen un cierre temprano, no más allá de las 20, porque hacen el suplemento de los domingos”,
explica Rosales.
Por su parte el ex editor E10 vincula los cambios en algunas rutinas a partir de la informatización
del diario con modificaciones en los cierres. “Se automatizaron algunas operaciones y se
perdieron tareas que eran importantes, como el tiempo que se dedicaba a revisar un texto. El
jefe de una sección dedicaba lo necesario a leer la nota escrita por un redactor, pero cuando se
digitaliza todo, el jefe apenas mira los títulos, no tiene tiempo porque se dedica a la paginación,
al armado”, explica. Para E10 el uso de la computadora y la reducción de la plantilla de personal
146 Si bien no hay una nomenclatura formal, el término proviene originalmente de la jerga de los vespertinos que luego se adoptó en los matutinos. Las redacciones tenían material para publicar en la edición quinta, luego para la edición sexta y finalmente el material que no era urgente y se podía dejar para el día siguiente, se lo denominaba “de séptima”. En los diarios el término se adaptó para toda edición que no fuera para publicar en forma inmediata. Una nota no coyuntural se puede tener archivada hasta que, en determinado momento, se edita para publicar al día siguiente. Se la denomina “nota de parrilla” mientras está guardada para su uso eventual y la publicación es “de séptima”. Hay secciones enteras que, por no contener información que pueda modificarse a último momento, se pueden preparar y editar “de séptima”. 147 También hay una palabra del “lunfardo”, “calentarse”, que tiene tres connotaciones, la de preocuparse y esforzarse al hacer algo, la que alude a la excitación sexual y la de enojarse por algún motivo.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
284
son dos factores que afectaron la producción del diario, algo que se nota en el momento del
cierre: “Achicar personal y después tener que acelerar para llegar a tiempo es una contradicción”,
dice (Entrevista realizada el 22-11-2012).
Para los periodistas que vivieron el momento de la informatización, el reemplazo de las
máquinas de escribir por computadoras y, antes, la digitalización de los talleres, tienen una
vinculación con la problemática del cierre, a pesar de que se reducen los tiempos utilizados para
algunas operaciones. El entrevistado E7, también ex editor de una sección, recuerda que en su
rol tenía una relación directa con el taller y con los secretarios de redacción, que pasaba de la
redacción al taller para ver cómo evolucionaba el trabajo. “Los secretarios te pedían que cerraras
la sección, te decían ‘no me entierre el diario’ y yo me iba al taller y le pedía a Undurraga (un
operario gráfico) que armara rápido” (Entrevista realizada el 12-9-2013).
Carlos Guyot -secretario de Nuevos Medios cuando se realizó la revista y secretario General de
Redacción desde 2014- sostiene que con la digitalización el diario ganó en rapidez y eficiencia:
Antes había que imprimir las galeras, sacar los fotolitos, cortar y pegar, hoy un periodista
puede mandar un mensaje de correo electrónico, eso entra al sistema editorial y puede
estar accesible para los editores, hay una gran evolución movida por la tecnología y está
haciendo mucho más eficiente una parte del trabajo (Entrevista realizada el 26-7-2013).
Sin embargo, considera que una de las rutinas que no se modificó demasiado: “la tecnología más
antigua de todas, que es la conversación, sigue siendo, en las redacciones, el resultado de
prácticas personales, de caracteres personales, de estilos de conducción o liderazgo”, señala. Su
visión sobre las rutinas es que “por el momento siguen dependiendo del talento de un editor.
Siempre vamos a depender de ese talento, (…) pero si hubiera una mejor noción de los procesos
en ese trabajo, creo que el talento brillaría más y la falta de talento se maquillaría mejor” (2013).
Para el directivo, las rutinas deberían formar parte de un diagrama de flujo y pautadas en un
libro de estilo.
Desde su posición de secretario de Redacción encargado de supervisar la edición de dos
secciones, Jorge Rosales apela a la metáfora térmica para definir cuál es el ritmo de trabajo de
la redacción. “Tenemos cierres escalonados y cerramos más tarde las secciones de la zona
caliente, como Política, Información General, digamos lo que es Buenos Aires y Seguridad”,
señala (2013).
La coordinación de los procesos de trabajo para asegurar los cierres no se limita a la redacción.
El mundo social del diario y las actividades cooperativas de las que habla Becker (2008) vinculan
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
285
a los periodistas con el taller de composición, arte y fotografía. La producción tiene un orden y
los procesos de trabajo se armonizan en las relaciones entre arte, redacción e imprenta. Ana
Gueller, jefa de Arte explica que se imprime con bobinas enteras en máquinas distintas. Los
responsables de la redacción están en contacto permanente con el taller para coordinar estas
acciones. “Todo lo que es frío se imprime hasta las siete de la tarde y todo lo que es más caliente,
que incluye el cuerpo principal y deportes cierra a última hora”, dice (Entrevista realizada el 23-
7-13).
En términos prácticos, como señala la redactora Lucrecia Bullrich, el cierre de la zona fría oscila
entre las 21 y las 23, salvo que haya información relevante de último momento. Bullrich dice que
el cierre “depende del tema”. En su caso, “si vale la pena esperar, llego al máximo posible,
después es negociación” (Entrevista realizada el 18-7-2013).
El horario de cierre y las negociaciones para llevarlo hasta el último momento posible son parte
central de la organización del trabajo en las redacciones y en su mundo social, en sus relaciones
con el conjunto de actores en el proceso productivo. A partir de cierta hora la redacción ya no
puede intervenir en el diseño, que a su vez no puede incidir sobre la redacción. Es factible hacer
modificaciones de diseño de último momento, pero no es lo más común. En cambio, puede haber
alguna actualización noticiosa urgente, que obligue a cambios en la presentación gráfica, como
señala Ana Gueller:
Es raro que haya modificaciones de diseño a último momento, pero lo que sí nos puede
pasar y ocurre muchas veces, es que haya cambio noticioso, y eso necesariamente implica
cambio de diseño. Si cambió la noticia, como la noticia está viva, a veces cambia. Si a las
nueve de la noche hay una rueda de prensa es posible que cambie la apertura de la sección
política y que, por lo tanto, tengamos que modificar el diseño (2013).
El impulso del efecto Crónica
El cierre es una presión que obliga a ajustar los tiempos de trabajo. Pero también la competencia
y sobre todo la de los medios electrónicos deriva en un cambio de enfoque de algunos temas y
en ciertos casos en una revisión de la agenda noticiosa. Es lo que Jorge Rosales denomina
coloquialmente Efecto Crónica, es decir la adaptación de la redacción del diario a los cambios
que los canales de noticias de 24 horas producían aún antes de la aparición de los medios en
Internet.
La estructura del diario en Internet está adaptada a los cambios en los flujos noticiosos. Es lo
que Pablo Boczkowski, como hemos señalado, denominó News at work (Noticias en el trabajo)
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
286
al referirse a los cambios en los hábitos del consumo de la noticia. Esta variable se cruza con el
efecto Crónica, en referencia a la aparición en la Argentina del canal Crónica televisión. La señal
comenzó en enero de 1994 a transmitir noticias en forma continua las 24 horas. Pero una
característica que la diferencia de los competidores que surgieron posteriormente son sus placas
rojas”, información breve de último momento que consiste simplemente en un título sobre un
fondo rojo.
Yo sufrí el “efecto Crónica”. Yo estaba acá adentro, preparaba la información y de repente
Crónica me mandaba una placa roja y cambiaba la historia o me obligaba a salir corriendo
detrás de lo que decía el canal. Hoy eso es Twitter (Rosales, 2013).
Rosales fue jefe de Política entre 2000 y 2001, luego estuvo como corresponsal en los Estados
Unidos y volvió en 2005 para ser segundo jefe de la sección Editoriales. Dos años después volvió
a Política, ya como editor. En junio de 2012 fue ascendido a secretario de Redacción, con
responsabilidad sobre dos secciones. La diferencia es algo más que un mayor salario o jerarquía,
según describe:
Fundamentalmente el trabajo que yo tenía como editor era llevar adelante la sección, la
conducción, el armado, la elección de la agenda, la coordinación con los equipos de
distintos redactores, y el diseño y la puesta en página. Hoy tengo a cargo dos secciones
que son completamente distintas de todo lo que he hecho hasta ahora, las de Seguridad y
Buenos Aires. Pero mi tarea es de supervisión, tengo responsabilidad sobre esas dos
secciones, sobre lo que ellas publican (2013).
“Llevar adelante”, “conducción”, “tener a cargo”, “responsabilidad” son expresiones que denotan
autoridad en una organización. En esa estructura, para llevar al final del proceso de trabajo
existen instancias de decisión escalonadas: el periodista, el jefe de sección, los secretarios, toda
la redacción. Son diferentes lecturas que buscan limitar al mínimo los posibles errores y la
concentración crece hacia el nivel superior, donde la carga de responsabilidad es mayor.
En la redacción que produce el diario en papel los roles están más estructurados que en la que
hace el periódico para Internet. Se trata de una organización de tipo piramidal con mayor
número de funciones intermedias. El jefe de sección es quien trabaja directamente con los
redactores, aunque hay periodistas que tienen responsabilidades de edición sobre algunos
temas. El jefe es quien entabla la charla con cada periodista, intercambia ideas sobre los temas
noticiables y diseña la puesta en página de la sección, en vinculación con el área de arte y diseño.
Los jefes de sección son coordinados por un nivel superior que tiene bajo su responsabilidad dos
o más secciones.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
287
En el periódico online las responsabilidades de los redactores y de los coordinadores de
secciones son más importantes, mientras que las secciones, si bien existen, tienen menor
importancia relativa. El máximo nivel está dado por el secretario General de Redacción.
Rosales es un editor de una generación que vivió el cambio de la máquina de escribir a la
computadora, pero con una experiencia larga en el uso de las herramientas propias de la
innovación tecnológica en las redacciones, tanto en la Argentina como en el exterior. Sin
embargo, su percepción del cambio que se produce en los ritmos de trabajo y la respuesta rápida
ante las reformulaciones de la noticia que genera la competencia de medios novedosos es algo
que se sufre, es un padecimiento o un desafío que obliga a agudizar el ingenio ante la realidad
cambiante.
Por definición, el diario impreso tiene un momento en el que se llega al cierre, cuando lo que se
volcó al papel ya no se puede modificar a pesar de que la competencia de los otros medios y la
realidad misma no cesan de cambiar. La redacción del diario en Internet se convierte en tal caso
en una herramienta para salvar la desactualización ante el corte temporal que establece el diario
en papel.
Esta función del periódico en Internet se refleja en el organigrama, que no sólo incluye tres
pirámides por turno, sino que ubica en cada horario un editor de actualización, un encargado de
asegurar que toda la información de último momento esté publicada.
Por eso uno de los turnos de la redacción del diario en Internet es el de la madrugada -de 04 a
08- que permite actualizar el material del impreso del día –en la calle desde las 03- “antes de
que pierda vigencia”, según dice Gastón Roitberg, secretario de Redacción Multimedia También
Francisco Jueguen observa que en realidad el diario online trabaja en una actualización
permanente, en continuo y lo atribuye a “la presión de la competencia”.
La incidencia de la innovación tecnológica sobre el ritmo de trabajo de la redacción que produce
el diario en papel es también un problema para la alta conducción. Carlos Guyot analiza el
problema con palabras que denotan el reconocimiento de la pérdida del balance entre la
detección de un acontecimiento y la construcción de la noticia. En la búsqueda de un
responsable, casi de un culpable de tales cambios, los periodistas del diario en papel aparecen
como efecto y causa de un mismo fenómeno:
En parte esta redacción es víctima, cómplice de un contexto en el que llegar rápido es más
importante, sobre todo en la operación digital. Yo no creo que se publiquen errores, cosas
que no son ciertas, pero el contenido que llega a la Web no pasa por esa serie de filtros,
por esa destilería que solía haber en el papel (2013).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
288
Sus palabras muestran una concepción de la noticia como resultante del trabajo en equipo y
atribuye al proceso de cambio como algo que excede a la innovación tecnológica, casi como si
fuera efecto de un clima de época que valora la velocidad por encima de la calidad.
La productividad como meta
Ante la pregunta sobre los efectos de la innovación tecnológica sobre la redacción, el ex jefe E10
recuerda que aún antes de que los diagramadores comenzaran a trabajar con equipos Macintosh,
el periodista ya realizaba tareas gráficas en su computadora: “Uno armaba, con el título, decidía
si iba a tres, dos o una columna, si era con bajada o no”.
En las entrevistas aparece por un lado el reconocimiento de que con la informatización el trabajo
se hizo más cómodo. Pero al mismo tiempo algunos periodistas y gremialistas entrevistados
manifiestan la percepción de que aumentaron la cantidad de trabajo realizado por el mismo
salario, lo que remite a un aumento de la productividad. Es un aspecto que remite al concepto
de eficiencia. Se trata de una noción que en este caso viene ligada a la innovación tecnológica:
Se dice que hay un aumento de la productividad cuando, en un espacio de tiempo dado,
la combinación de los elementos del proceso de trabajo da como resultado un aumento
de la producción. La tecnificación o la innovación tecnológica aumentan ‘la productividad
del trabajo’, en el sentido de que se requiere menor esfuerzo humano por cada unidad de
producto (Di Tella, 1989, p. 379).
A su vez Pablo Tomino explica que, con el paso de la máquina y el papel a la computadora, en la
redacción incorporaron tareas que antes se realizaban en el sector gráfico: “Antes esto iba a un
taller donde se recortaban los párrafos, los pegaban y los armaban. Con la informatización
nosotros ya escribíamos en las cajas y todo el proceso del taller se fue desarmando” (2013). A su
vez la ex redactora E11 recuerda que “se agregaron tareas y hubo muchos despidos, hasta en
Corrección. Además, los editores tuvieron que sumar a su trabajo otras actividades, más
vinculadas con lo administrativo, se les hizo cada vez más costoso hacer notas o editar” (2012).
E8, ex directivo del área de Producción del diario tiene una percepción más técnica:
A mediados de los 90 cambiamos de sistema y comenzamos a trabajar con el programa
Quark. Era el momento del debate sobre los sistemas de edición y el uso de las máquinas
de escritorio, las computadoras personales (PC) y las Macintosh. Con el Quark comenzó
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
289
la autopaginación, pero no era algo aislado, el uso del offset, la paginación digital, los
sistemas de edición integral, las primeras redes ampliadas, venía todo junto (Entrevista
realizada el 22-10-2012).
Irene Haimovichi, delegada sindical de la redacción de La Nación también recuerda los cambios
del período:
Hubo un momento en el cual se implementó una versión del Quark y un sistema de
edición integral, que relacionaba todo el diario con la redacción. Era un programa
desarrollado en el diario. El sistema editorial, que no tenía nombre, se usó unos años y
permitió manejar la circulación de la información dentro de la empresa, con caminos para
los diagramadores, para los fotógrafos, para llevar el material final al taller (2012).
Haimovichi pone el acento en la contradicción entre cierta comodidad para trabajar y la
transferencia de tareas sin retribución salarial:
Como diagramadora hoy tengo muchísimas posibilidades y trabajo con mayor certeza
respecto de lo que estoy haciendo en cada momento, pero empeoraron las condiciones de
trabajo porque se nos sumaron tareas que antes se hacían en secciones que fueron
desapareciendo en el área gráfica. Hubo una decisión de la empresa de eliminar los
armadores y reemplazarlos por unos pocos diagramadores. Esto trae dos consecuencias:
por un lado produzco más, por el otro los horarios cambian porque hay que quedarse a
controlar lo que antes controlaban los gráficos. Cada individuo produce mucho más, hace
muchas más tareas y percibe el mismo salario (2012).
Según observa la delegada, el aumento de la productividad es percibido por aquellos que ya
venían trabajando en las condiciones anteriores. La empresa “se desprendió” de unos veinte
diagramadores y los reemplazó por una decena de diagramadores. En cambio, esos
diagramadores que ingresan “no saben que eso antes lo hacía otro, entonces piensan que es parte
del trabajo y toman como algo normal al salario que perciben” (2012).
La percepción desde los talleres gráficos acerca de la informatización y de los sucesivos cambios
en los procesos productivos se concentra en la pérdida de puestos de trabajo y de tareas
concretas que fueron asumidas por la redacción o simplemente desaparecieron. Según relata
Darío Sosta, la desaparición de secciones o funciones tradicionales, como la del linotipista, que
se produce desde mediados de la década de 1990 no fue la única. En el año 2000, cuando la
imprenta se trasladó a la nueva planta, ubicada en el barrio de Barracas, se produjeron nuevos
cambios en la automatización de los procesos productivos:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
290
…antes un bobinero arrastraba la bobina, la pelaba, la ponía en la máquina y la cambiaba.
Ahora pela la bobina y hay un robot que es el que la traslada según la necesidad de la
máquina. Uno programa en la computadora cómo saldrá el diario y proyecta cómo se
trabajará con las bobinas, las trae y las coloca automáticamente. Otro cambio se produjo
en la sección “Retoque” que es la encargada de trabajar las fotos para que salgan
correctamente en el diario. Había veinte personas y hoy son sólo cuatro. Hoy, muy a pesar
nuestro, los periodistas y los fotógrafos son los que hacen el retoque, con lo cual es posible
que las cuatro personas también se queden en la calle. Pero son los periodistas o
fotógrafos, sino sus editores (Entrevista realizada el 5-3-2013).
Entre tanto en la redacción, con el cambio de las máquinas de escribir por las computadoras la
mayor parte de la redacción se adaptó. Sin embargo, otros periodistas siguieron con tipeando
sus originales en papel pautado hasta su jubilación. Según el técnico E4, “algunos linotipistas se
acogieron a retiros voluntarios, otros aceptaron la jubilación anticipada y los que se quedaron
sin ocupación fueron reciclados para pasar al sistema las notas de los periodistas que no querían
usar la computadora. (2012)
La reducción del número de empleados en el sector gráfico fue drástica. Según los gremialistas,
entre 1995 y 2012 la planta pasó de 600 empleados a 160 y el proceso continuó. En la redacción,
el recorte sería posterior. Aquí se introduce otra variable, según Haimovichi: “hubo ajuste por
generaciones, los periodistas con sueldos más altos fueron jubilados o despedidos y
reemplazados por otros periodistas, más jóvenes y con salarios más bajos”. (2012) La
transformación generacional de la redacción coincidió con la digitalización y también fue
favorecida por el estímulo hacia el sistema de colaboraciones –trabajo precario, retribuido a
destajo, sin empleo fijo- y por el teletrabajo, es decir la compra de colaboraciones elaboradas por
los periodistas en sus propias computadoras, dentro de su hogar. El periodista E17 señala al
respecto:
Es un efecto de la concentración de los medios, porque si uno no acepta las nuevas
condiciones de trabajo, no consigue empleo en un momento en el que cada vez es más
difícil encontrar trabajo como periodista. Uno debe comprar la tecnología, aprender a
usarla y si consigue entrar en un medio, combinar las rutinas tradicionales con el uso de
video, imágenes, y otros recursos informáticos (2012).
El relato describe algunos rasgos de lo que hoy se denomina “nuevo perfil profesional del
periodista”. El uso del teletrabajo no sólo se vincula con la aplicación de tecnología que permite
descargar gastos en los propios periodistas, que ponen su infraestructura, sino también en
nuevas formas de contratación. Pero además se vinculan, en el caso de La Nación, con que la
acción gremial permitió a mediados de la década de 1990 efectivizar a un centenar de
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
291
colaboradores que trabajaban dentro de la redacción con diversas funciones y sin estar
inscriptos como trabajadores. Según otra visión, la de Rubén Calmells, quien por entonces era
miembro de la comisión interna del diario, la profusión de colaboradores fue consecuencia de la
“reducción de personal” que la empresa llevó a cabo en la década de 1990.
Calmells destaca un aspecto poco conocido: se aplicó una reducción de alrededor de 500 puestos
de trabajo y para ello contrataron a una consultora que disponía de psicólogos y otros
profesionales que asesoraban a los despedidos para convertirse en emprendedores, a través de
franquicias o pequeñas empresas:
Algunos se descomponían y tenían que mandarlos a hacer algún tratamiento, pero no
hubo conflicto sindical, porque la mayoría se iba contenta, debido a que les pagaban bien
porque era personal con mucha antigüedad. Uno de los objetivos era bajar el promedio
de edad de la empresa. El otro era cambiar a los periodistas más tradicionales por otros
menos conservadores. Consiguieron ambos objetivos y pagar sueldos más bajos, pero tal
vez hayan metido el caballo de Troya, porque de aquellos jóvenes ya no tenían la fidelidad
a la empresa que caracterizaba a los anteriores (2011).
Al mismo tiempo que se producía el recambio generacional, comenzaron a entrar numerosos
periodistas en calidad de colaboradores. La razón, según Calmells, más allá de que tuviera que
ver con una flexibilización y precarización laboral, era consecuencia de “una tensión entre
Personal y Redacción”. El área administrativa se quejaba de que la redacción tomaba demasiada
gente y la respuesta fue la incorporación de periodistas sin relación de dependencia. “En algún
momento hubo un centenar de colaboradores trabajando en la redacción y luego de hacerlos
pasar por proveedores del diario, contratos de aprendizaje y otras figuras, inventaron un
programa para que, cuando estaban por pasar las 24 colaboraciones los alertara y pudieran
suspenderlos de modo que no llegaran a ser colaboradores permanentes”, recuerda Calmells
(2011).
La situación cambió cuando la comisión interna pidió la intervención del área de trabajo del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Poco después, dos funcionarios recorrieron en una
suerte de inspección y, según el ex gremialista, “las autoridades de la empresa los paseaban
mientras obligaban a los colaboradores a salir del diario”. Fue la propia comisión interna de
prensa, afiliada a la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (UTPBA) la que encontró
a los funcionarios porteños y les advirtió sobre la situación. Los sindicalistas salieron a recorrer
los bares de la zona para conseguir que alguno de los colaboradores entrara a atestiguar. Dos de
ellos aceptaron y la consecuencia fue “una gran multa” y la incorporación de los colaboradores,
algunos como “permanentes” y otros en la plantilla.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
292
En el momento de producirse el conflicto los colaboradores trabajaban dentro de la redacción
porque, según coinciden Calmells y Haimovichi, todavía no existían los recursos como para el
teletrabajo. No había una banda ancha suficiente y tener computadora en la casa no era algo
habitual. “Luego, con el teletrabajo, el colaborador deja la redacción, no tiene contacto físico con
sus colegas. Se comunica sólo con su jefe, es invisible para la comisión interna y para sus
compañeros. Sólo lo conocen la fuente, el jefe y el lector”, dice Haimovichi (2012).
Aquí aparece la cuestión de la camaradería y la capacitación en el mundo social de la redacción.
Con el teletrabajo y la profusión de colaboradores externos sin contacto directo con otros
periodistas de su propia sección, también se pierden oportunidades para el intercambio de
experiencias y el aprendizaje a partir de la práctica.
En el documento firmado por Irene Haimovichi aparece como fondo la cuestión de la
rentabilidad de los diarios impresos y de las empresas que los contienen y administran. Según
señala, las autoridades de La Nación sostienen que “pese a la gran reducción de puestos de
trabajo que ya se produjeron” (…) el número final de la dotación a la que se llegaría con planes
de retiro voluntario y prejubilaciones no es definitivo, porque no se sabe cuál será la rentabilidad
de la empresa a futuro” (2015).
En la entrevista en profundidad realizada en 2013, Guyot habla de rentabilidad y la asocia a otros
dos términos: productividad y calidad. Destacamos el año en el que fue realizada la entrevista
porque por entonces el diario venía de un crecimiento en la cifra de ejemplares vendidos o, como
mínimo, de una caída sensiblemente menor que la de otros diarios, un logro que el propio
directivo atribuía principalmente al Club La Nación. Se trata de un punto de confluencia de
diversos factores. Entre ellos, el recambio generacional de los lectores y la modernización del
diario impreso, tanto en el diseño como en los textos. En la visión de E17:
…el diario hace tiempo –no sé con cuánto éxito- está haciendo un esfuerzo por
modernizarse un poco, por sacarse una imagen que lo ataba, sobre todo por una cuestión
comercial. Es porque sus lectores fieles son gente que se está muriendo. Necesitan
refrescar el ambiente, desde el diseño, pero también desde el contenido (2012).
La cuestión de la edad de los lectores tradicionales del diario impreso está en las charlas de los
periodistas, aparece en las observaciones y en las entrevistas en profundidad. Surge como una
preocupación y la consecuente demanda de adaptación para evitar los riesgos de perder lectores
por razones biológicas sin reemplazarlos por una audiencia nueva, que además no acostumbra
a leer en papel. Pero algunos entrevistados perciben que la redacción debe dar otras respuestas
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
293
porque el rango etario del lectorado de La Nación se amplió y se hizo más complejo, sobre todo
por los efectos del Club La Nación. La redactora E9 recuerda:
…cuando yo entré al diario, a fines de la década de 1990, se decía que el lector del diario
era un señor de ochenta años, y a veces nos daban como devoluciones, nos llegaban mails
o cartas de lectores y te las acercaban y sí, y mirabas el número de documento, y decías:
“ay, no baja de 70, por favor”, y nos reíamos mucho con eso (…) Yo llegué justo en una
etapa en la que el diario empezó a aggiornar la escritura, que no era tan, tan formal…
igual, no sé, me pasó el otro día, estaba en Montevideo y mientras leía el diario allá, me
parecía que todavía escribían más bien antiguo (…) más formal (2013).
La periodista vincula la edad del lector con los procesos de trabajo. Es lo que hemos mencionado
como el “olfato periodístico”, en el sentido de que el profesional busca percibir cuáles son las
características del lector para mantener un tipo de elaboración de su noticia, con ciertos recursos
lingüísticos quizá no aceptables para un lectorado de otro rango etario. La entrevistada, además,
vincula lo antiguo con lo formal, el periodismo tradicional como un discurso pensado para un
lector igualmente antiguo.
La alusión a la edad de los lectores habituales aparece en varias de las entrevistas y parece ser
una preocupación por parte de quienes trabajan en el diario impreso. También la búsqueda de
una respuesta a las demandas de una audiencia más joven por un lado y menos tradicional por
el otro, ya que se acercan al diario por la tarjeta de fidelización y no a la inversa. La necesidad de
cambios para atender a un público diferente tiene su relación también con la composición de la
redacción.
La observación que realizamos para la tesis presente permitió ver que en la redacción el rango
etario es relativamente bajo, con un promedio de edad de alrededor de 40 años. Para Guyot esta
realidad tiene varias consecuencias, como cierta familiaridad con las herramientas tecnológicas,
la concepción de un periodismo con “mayor dinamismo” y el hecho de que “la mayoría de
nuestros periodistas no vivieron la dictadura militar”, en el sentido de que no están atados a
“viejos rencores”, pero fundamentalmente a que pertenecen a una generación que tiene menor
arraigo a los procesos de trabajo tradicionales (2013).
Pero el periodista E6 propone además un vínculo entre dos aspectos: la potencial desaparición
del diario en papel y el envejecimiento de los lectores tradicionales. Sostiene que “puede
desaparecer el papel y ser reemplazado por cualquier dispositivo, pero el concepto de la lectura
que conlleva el papel no se pierde”. Admite en la entrevista que “hay toda una generación de
lectores del diario en papel” que, a medida que por razones biológicas vayan falleciendo,
debilitarán al propio diario impreso (Entrevista realizada e 26-7-2012). Hoy estos lectores están
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
294
fidelizados por tradición, aunque es importante mencionar que ya en 2015 comenzó una caída
mayor en la lectura del papel. Guyot prioriza para este rango etario una fidelidad que tiene
medida:
Nosotros sabemos que hay un 30 por ciento de los lectores de La Nación que, hagamos lo
que hagamos con el diario, son fieles, están satisfechos y jamás se van a ir. Entre otras
cosas porque no tienen a dónde irse, porque tienen tan arraigado el hábito, es como si uno
desayunó con café con leche hasta los 50 años. Morirá desayunando café con leche, por
más que le provoque acidez a media mañana (2013).
En otra de las entrevistas encontramos una visión diferente respecto de las edades de los
lectores. Rubén Calmells, exdelegado en el diario y de larga experiencia como editor de libros y
periódicos, percibe cierta correspondencia entre el modelo industrial de la modernidad y el tipo
de lector de los diarios impresos tradicionales. Para describir el fenómeno que observa se remite
a la etapa de informatización del diario:
Una porción de los linotipistas no se adapta al cambio y otra sí. Entonces se van
mixturando con los periodistas en esta nueva forma de redacción. Ahí empieza a cambiar.
El hombre que tipea no espera que la máquina escupa una tira, sino que su texto irá a
quien diagrama la página, quien mete el archivo y lo pega, recibe la foto y la pega. Y
cuando la página está armada, habla con el jefe y se va terminando la sección. (…) Lo que
aplican es un criterio de calidad. Lo que busca la empresa es romper la organización
fordista, con su línea de producción, todos tipos iguales que producían lo mismo y al final
lo que salía era un producto igual que sería consumido por lectores que eran iguales. Mi
abuelo compraba La Prensa, que salía lo mismo todos los días de la semana y
probablemente tuviera las mismas secciones –salvo el domingo- con la misma cantidad
de páginas. Los lectores, como mi abuelo, probablemente fueran iguales, estampados por
esa concepción fordista. El diario salía todos los días a la misma hora (2011).
Calmells vincula a los distintos actores de la producción del diario impreso con las características
de los lectores. Para él, cuando se produce la informatización la empresa busca romper con la
monotonía que describe y que era parte de una ecuación en la que entraban el periodista que
produce la noticia, los procesos de trabajo y el consumo de las noticias. Según su recuerdo y su
percepción, con la informatización comienza a desmoronarse aquella estructura y llegan los
cambios, no sólo en los procesos de trabajo en general, sino también en la elaboración de los
textos y en el diseño:
A partir de la incorporación de tecnología se abandona el fordismo, el diario no sale todos
los días igual, no va a valer lo mismo, puede ser que algunos días salga más tarde porque
es más gordo, no se hace todo junto, no se hace en el mismo día. Los diarios se vuelven
más complejos y tienen nuevas necesidades, hasta que el jefe de máquinas dice “escuche,
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
295
no podemos imprimir todo en el mismo día” y empiezan a desplazar trabajo hacia atrás.
Si un suplemento no tiene prioridad, se puede imprimir antes (2011).
Además de los lectores fieles aparecen otros, con demandas diferentes y en un contexto en el
cual la mayor preocupación de los empresarios es retener lectores o audiencia. La calidad del
medio puede ser contradictoria con tal preocupación. Guyot sostiene que es a la inversa:
…en realidad debería ser un motivo para defender la calidad del producto. En una
industria que está cayendo, en términos globales en todo el mundo cae en niveles de
audiencia y en inversión publicitaria, seguir buscando crecer en número de lectores es
seguir sosteniendo las tarifas en un contexto inflacionario, es seguir sosteniendo el
negocio y eso es lo que puede financiar periodismo de calidad, que es caro (2013).
Utiliza el condicional, una forma verbal que indica la existencia de dudas, de alguna tensión
entre calidad y búsqueda de mayor lectorado. Utiliza como ejemplo de buena calidad al
periodismo de investigación y simultáneamente enfatiza que la calidad requiere de inversión y
al mismo tiempo de diseño y de formatos nuevos:
Nosotros tenemos a un periodista como Hugo Alconada Mon, que publica una nota por
semana. En términos económicos su productividad es baja. Uno podría mandarlo a la
casa, pagarle muy bien por cada nota y saldría mucho más barato. Ahora, La Nación creé
que para hacer esas notas de investigación que arrancan en tapa, tiene que pagar a un
periodista como Hugo, y sus gastos y sus viajes. Eso se puede hacer con un negocio
saludable. La industria está un poco estancada en creer que la industria está en un techo
y que lo único que les espera es caer en circulación. Eso es cierto si uno creé que los diarios
no pueden cambiar, si uno asume que los diarios son como son y que no hay otra manera
de hacerlo. Pero yo creo que los diarios pueden crecer en circulación si cambian, si
mejoran, si se transforman en más relevantes para las audiencias (2013).
Se refleja uno de los núcleos de debate en la concepción del periodismo: la contradicción entre
la calidad y la productividad. El periodismo de investigación es un ejemplo extremo, en la
medida que su producción es la que toma más tiempo, resulta más costosa, de modo que su
productividad es baja y no es regular ni previsible, porque se puede invertir mucho sin obtener
resultados. Es un tipo de periodismo en el que los procesos de trabajo se aplican con gran
rigurosidad y es un género que goza de mucho prestigio, a pesar de que la mayoría de los
periódicos argentinos carece de equipos de investigación.
El problema de la productividad se potencia cuando se impulsa la convergencia de redacciones
o, al menos, la integración parcial de quienes realizan el diario impreso y quienes se ocupan del
periódico digital. Como hemos señalado, el periodista tiene límites prácticos para el uso de su
intelecto como herramienta de trabajo. El redactor E6 dijo en la entrevista que puede recibir
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
296
pedidos de producción para Internet, pero que al mismo tiempo reclama que en tal caso se lo
exima del trabajo para el diario impreso:
…durante tres o cuatro años nos formaron supuestamente en todo lo que tenía que ver
con Internet, diciéndonos que no había que repetir palabras, había que hacer textos
cortos. Hace tres años me llaman para hacer unas notas en el online, yo acepto, pero
aclaro que, si yo trabajo para online, me sacan el otro trabajo, porque yo no puedo hacer
todo. Y, que lo hablen las cabezas, que no me manden a mí a hablar que soy el de abajo,
con las dos cabezas. Pasó. Igual no fue sencillo, pero pasó y no tuve que hacer los dos
trabajos. Entonces cuando me piden el material, otra vez aparecen los requerimientos.
“Mirá -le digo- con lo que vos me estás pidiendo, con la cantidad de cosas que vos me
estás pidiendo y lo que me estás dando para que yo haga, es imposible que te lo pueda
hacer” (2012).
Si bien los procesos de trabajo en el diario impreso y en el periódico online tienen un origen
común –de hecho, una redacción surgió de la otra- tienen diferencias que ya hemos mencionado
y que, fundamentalmente, se refieren un uso diferente del espacio redaccional, una redacción
pensada en términos hipertextuales y la concepción de la noticia con múltiples enlaces que
vinculan textos, sonidos, imágenes y videos.
El redactor E6 contrasta el modelo de periodista que trabaja para el diario impreso con el del
que elabora el diario en Internet. Son dos modelos, uno de los cuales, el de Internet, tiene
mayores exigencias técnicas y mayor entrenamiento en el uso de algunas tecnologías. Es el
llamado nuevo modelo de periodista profesional.
Este cambio de un modelo a otro no es un salto brusco. Los testimonios hablan de una transición.
Roitberg dice que “hay que tener en cuenta la diferente maduración que tiene el medio digital,
recién en dos años va a cumplir dos décadas:148
Los primeros diarios digitales son de la mitad de la década de los 90 y no se los puede
comparar con la consolidación de las rutinas y de los procesos de trabajo de la televisión,
que tiene más de 60 años o de la radio, que llega al centenario. No es lo mismo un medio
que está maduro que uno en proceso de experimentación y del que todavía no se conocen
demasiado las fórmulas (2013).
En la entrevista surge, sin una mención explícita, el concepto de transición y particularmente la
relación entre las dos redacciones, aquella que elabora el diario impreso y la que hace el digital.
“Todavía se sigue practicando un poco de periodismo heredado de otras plataformas, es decir
148 Debemos tomar en cuenta que la entrevista fue realizada en 2013, cuando se habían cumplido 18 años de los primeros periódicos en Internet.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
297
que el digital aún no encontró su especificidad”. La búsqueda de lo diferente que de algún modo
independice a la redacción del periódico digital de la del diario impreso aparece con insistencia.
En el caso de Roitberg:
Hace algunos años se creía que la naturaleza del medio online eran los especiales
multimedia. Y eso, cuando uno lo contrasta con los datos duros del tráfico y la preferencia
de los lectores, se da cuenta de que no es así, porque esos especiales se hacían para los
concursos (…) pero esos contenidos no eran del todo vistos o valorados por la audiencia
(2013).
La necesidad de una búsqueda de identidad propia aparece en testimonios que destacan la
importancia de la rapidez como incentivo para el entrenamiento pero en una competencia que
tiende a igualar a los diferentes medios. En la percepción de Lucrecia Bullrich, el diario impreso,
precisamente al ser diario y no periódico en tiempo real, maneja otros tiempos para encontrar
aquello que le permite distinguirse. El contraste aparece en una anécdota con la que ilustra su
visión:
Procesaron a Carlos Menem, una llama al juzgado, no le quieren brindar información y
menos por teléfono. Llama al abogado, pero tiene siete. El primero no atiende, el segundo
dice que no puede hablar y así hasta que llega a Adrián, el sobrino. El dice que sí y admite
que al tío se lo llevaron. Es pura práctica, yo tengo que chequearlo, no puedo ir a tomar
un café y después veo o contacto a un amigo para que me pase un teléfono. El online te
agiliza la búsqueda de recursos para resolver ahora. Eso es bueno, pero llega un momento
en el que, cuando una tiene eso bastante entrenado, le dan ganas de decir “yo quisiera
dedicarme a investigar las obras sociales sindicales o tener buenas fuentes en el Congreso
o me encantaría meterme en el tema del subsidio a los trenes” (2013).
Eso requiere tiempo, algo que en el periódico digital no abunda, porque las estructuras suelen
ser pequeñas y están más dedicadas a la actualización permanente de las noticias. Los horarios
de trabajo están pensados para atender la lectura instantánea y no la elaboración de historias en
profundidad. “Obviamente, una encuentra espacios”, dice Bullrich, quien en algún momento de
su carrera en el periódico online, antes de pasar al impreso, escribía una columna semanal que
se publicaba los días viernes.
Los horarios de trabajo generan respuestas similares por parte de los entrevistados: todos dicen
que comienzan su tarea diaria desde la mañana en su casa y que no terminan hasta el cierre a la
noche. El periodista E5 ejemplifica con una síntesis de uno de sus días laborales:
Me despierto a las ocho, llevo los chicos al colegio, vuelvo, chequeo los correos
electrónicos, leo los diarios en la computadora y empiezo a trabajar, escribir, hacer
llamados. Como tengo agenda propia, voy actualizando los sucesos del día y observo a la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
298
competencia. Entro al diario después de almorzar, pero con gran parte de la tarea hecha
(2013).
La opción entre actualización y profundidad es mencionada por algunos entrevistados que
proponen la especialización del diario en papel en el tratamiento más profundo de los temas
mientras atribuyen al digital el rol de la actualización permanente. Lo asumen como una
diferenciación que evita la desaparición del diario en papel al atribuirle una función a cada
medio, según lo que interpretan son las expectativas del lector o de la audiencia, como señala
Guyot:
Nos pasa a todos. Una cosa es mirar Clarin.com y otra el papel. Hasta yo, cuando entro a
Clarín.com, entro con una expectativa, con un deseo, con una intención y cuando tomo el
papel es con otro fin. Yo no soy un lector promedio, pero creo que falta mucho trabajo
para ver cómo se articulan esos dos mundos, cómo se puede de alguna manera invitar al
online desde el papel y al papel desde el online (2013).
El actual responsable máximo de La Nación problematiza la relación entre el impreso y el digital
y, como otros periodistas, plantea que existe la necesidad de articularlos, de que ambos se
alimenten mutuamente. Pero la diferencia entre las dos maneras de tratar los temas está
presente. Al describir sus rutinas personales y profesionales, Francisco Jueguen ejemplifica esta
especialización:
Yo pasé de lanacion.com a ser subeditor de Empleos, que está dentro del suplemento
dominical de Economía y Negocios del diario, por lo cual selecciono con otra visión, no
quizá con el diario de hoy sino con una visión más panorámica, encontrar temas para el
fin de semana, temas de profundidad. Por ejemplo, Cristina anuncia un cambio en el
mínimo no imponible de ganancias, yo no estoy pensando en que voy a publicar el anuncio
ese mismo día sino en que tengo que hacer una nota acerca del impuesto a las ganancias
y cómo va a afectar en general, cuánto hacía que no se modificaba, cómo va a ser de ahora
en adelante y si los tributaristas te dicen o no que todavía es corto el cambio y si hay que
debatir el tema en el Congreso. Es decir, hay una noticia de urgencia que ya se comió
lanacion.com (2013).
Al mismo tiempo, Guyot recuerda que en el papel busca otras cosas que no hay en el periódico
digital, con lo cual deja la puerta abierta para destacar el rol del periodismo en la Web. Aún más,
como se puede observar en el párrafo que sigue, enfatiza el rol de Internet como herramienta
para tematizar:
Otro tema es esto de en general no tener los mecanismos ni el interés de saber cómo
impacta nuestro trabajo en la audiencia. Hay una referencia interesante, que es el nivel
de lectura de las notas en el online. Lo otro que hay que decir es que es como en el cine o
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
299
en el supermercado, las notas que uno ubica arriba en la Web son las más leídas. Como
en el cine, donde Metegol es espectacular, pero la vieron casi 700.000 personas porque
cerca del 50 por ciento de las pantallas la exhibían. Es lo mismo que en el supermercado,
lo que está en la punta de la góndola se vende el doble que lo que está en el fondo (2013).
Se refiere a la ventaja que el periódico digital tiene sobre el de papel, porque la lectura –el
consumo, para ser más amplios- se puede medir en tiempo real, algo que en el impreso es
imposible. Se puede medir y se detecta que la jerarquización tematiza, instala temas y, como
hace Roitberg, no puede evitar la comparación con el marketing de cualquier otro negocio. En
el diario impreso se necesita una arquitectura de investigación social de mercados para detectar
el impacto de los temas publicados. En el digital se puede medir instantáneamente. Esta
retroalimentación de datos que permite el periódico en Internet influye sobre la agenda del
diario impreso, como sugirió Roitberg al señalar su rol en la reunión de tapa de la redacción que
hace el medio en papel.
Las rutinas periodísticas de la redacción que hace el diario en papel se acomodan a la presión
que ejerce el tratamiento vertiginoso de los temas que desarrolla el periódico digital, pero
también lo hace el diseño, no sólo con los “balcones” ya señalados sino también con sus procesos
de trabajo, como señala Gueller:
…participan todos. El jefe de la sección cuenta la nota que tiene, con qué va a abrir, el
editor fotográfico generalmente tiene ya fotos sobre esos temas y proponen cuál es para
él la mejor, y según lo que esté buscando ese periodista, son las sugerencias que le puede
hacer diseño respecto del material que tenemos. Entonces, la intensidad de la jerarquía
de la noticia se va a ver en el ancho de apertura en cantidad de columnas, o en
profundidad, en el impacto de ese primer título. Tenemos un menú muy armado de esto,
de ahí se elige lo que se adapta más a este tipo de noticia y a lo que el periodista quiera
contar con ese tipo de noticia. (…) Esa fue la idea, armar una herramienta con un lenguaje
igual para todos, entonces, los editores de texto hoy ya manejan ese lenguaje, ya saben
qué significa abrir a seis columnas, a cinco, a cuatro, o ir a cuatro puentes, en profundidad.
Manejamos niveles de impacto. Si es una nota de apertura tiene la página un tipo de
impacto distinta a la de las continuaciones o cierres (2013).
El diseño y los contenidos del diario impreso no sólo se integran como concepto en la relación
entre los jefes que Gueller relata sino en rutinas y formatos, algunos de los cuales, como los
balcones ya hemos destacado. Según Guyot, el balcón responde a la idea de que el diario se lee,
pero primero se hojea y en la medida que encuentra un atractivo, profundiza la lectura. Ese
atractivo puede ser un título, una foto o todo el armado visual que se prepara en la parte superior
de la página:
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
300
Los balcones en general indican una búsqueda del editor para que al tema del día se le
encuentre una entrada que tenga alguna gracia gráfica, que sea relevante, que tenga que
ver con la historia, con el contexto, con los antecedentes, con lo que viene, con opiniones
o con lo que fuera. (…) Otra de las cosas que hicimos fueron los “ristrettos”,149 micro
columnas que también están en las aperturas. Les pusimos “edición de hoy a cargo de…”.
El trabajo de editor es invisible, ingrato, pero lo quisimos poner porque es un estímulo.
Además, arma un micro análisis que nosotros pensamos para que explique por qué es
importante la noticia, cómo sigue y algunas otras preguntas (2013).
La redacción del diario impreso se orienta hacia el tratamiento profundo de los temas para
diferenciarse del digital, pero al mismo tiempo adopta algunos recursos textuales y de diseño
que buscan una visión rápida del lector, para atraerlo hacia la las noticias. No es el primer
cambio. A comienzos del siglo XX la vieja tapa con texto puro dejó su lugar a una con
ilustraciones y más blanco en la distribución de espacios. En 1994 comenzaron a utilizar el color,
primero en la tapa y luego en el resto del diario. Luego, desde la primera década del siglo XXI,
los balcones, ristrettos y pequeños textos del editor de sección hicieron su aparición en una
empresa que históricamente priorizó el texto por sobre el diseño.
El prestigio como valor de cambio
Los periodistas de La Nación que fueron entrevistados para esta tesis coinciden en que el mayor
capital de trabajar para el diario es el simbólico, que se trata de un valor construido durante más
de cien años. Pero, como hemos señalado, en algunos casos aparecen menciones a un cambio
profundo de las tradiciones y coinciden en delimitar la época: mediados de la década de 1990,
cuando se produce el traspaso de acciones y asume una nueva conducción empresarial. Entre
las tradiciones que formaban parte de la cultura, una muy importante era la estabilidad laboral:
Antes era imposible que echaran a nadie. Siempre se decía que para lograr que te echaran
tenías que incendiar el archivo. Lo recuerdo porque en un momento en el que cambió la
política del diario, con los Saguier, se dijo claramente “ahora ya no va a hacer falta quemar
el archivo para que te echen”. La política de la empresa había cambiado (E12, entrevista
realizada el 12-3-2013).
Hubo muchos despidos en la empresa a partir de la asunción de la familia Saguier, pero al mismo
tiempo incorporaron periodistas de prestigio, como Gabriel Pasquini, quien renunció al diario
149 Traducción del italiano al castellano: restringido, limitado, angosto, resumido. Fuente: Brevis Duplex. Diccionario Práctico Italiano-Castellano y Castellano Italiano (1942) Editorial Sopena Argentina, p. 421.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
301
Página 12 para pasar a La Nación, Santiago O’Donell, María O’Donnell, Daniel Casas, Claudio
Iván Remeseira y otros. Algunos de ellos fueron parte de la inversión del diario para organizar
un equipo de investigación periodística, otros para las diferentes secciones. Esta política se
abandonó tiempo después cuando se disolvió el equipo de investigación y sus periodistas
transferidos a diferentes secciones.
La tradición del diario La Nación tiene su importancia en la forma de trabajo heredada de más
de cien años de evolución, pero también es un aspecto que sirve de impulso para los cambios, en
la medida que se trata de una empresa que, como hemos señalado, ha sido pionera en la
incorporación de tecnología, desde el servicio noticioso telegráfico hasta el lanzamiento de su
versión digital.
Pero esas tradiciones no son contradictorias sino que se complementan y construyen una imagen
de la que los periodistas, las fuentes y hasta los otros medios se hacen cargo. Y lo hacen de
diferentes maneras. Una de ellas es considerar a los profesionales de La Nación como cultores
de un periodismo con rasgos de seriedad y prestigio personal.
El prestigio del diario es un valor que los periodistas utilizan para jerarquizarse como
profesionales y que, a su vez, la empresa toma como una forma de pagar en especies. El
periodista puede trabajar dentro del diario o ser un colaborador, pero tiene un sentido de
pertenencia que se fundamenta no sólo en la imagen sino también en los beneficios que le
brinda.
El colaborador externo, aquel que no llega a las 24 notas en un año calendario –o no se le permite
llegar- trabaja desde su casa o desde algún otro lugar en el que cuenta con una computadora con
conexión a banda ancha o aún desde un dispositivo móvil. Es un costo del cual el propio
periodista se hace cargo. Los colaboradores entrevistados reconocen que La Nación es uno de
los diarios que paga menos por las notas y el periodista no conoce con anticipación cuánto
cobrará –algo que ocurre a menudo en el mercado editorial- a pesar de lo cual buscan mantener
alguna forma de relación profesional: “Yo sigo colaborando, teóricamente. Acabo de mandar una
nota y más adelante enviaré otras, no quiero cortar el vínculo del todo”, dice E1, un colaborador
que publicaba muy asiduamente y que luego por motivos laborales pasó a desarrollar tareas en
otra empresa, pero nunca quiso dejar de escribir para La Nación (Entrevista realizada el 13-4-
2013).
A su vez, E2 describe su propia experiencia laboral como colaborador –siempre por debajo de
las 24 notas anuales que el Estatuto del Periodista estipula como condición para pasar a la
categoría de “colaborador permanente”- y recuerda que en algún momento la empresa decidió
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
302
que dejara de escribir. Más adelante reingresó también como colaborador. “El diario me servía
como una vidriera que me abría puertas. Yo conseguía mucha información porque escribía para
La Nación y era muy consciente de ello. Creo que el diario también, porque en 2000 y 2001
bajaron mucho los montos de las colaboraciones. Pero preferí seguir, porque la marca me
resultaba de mucha utilidad profesional” (Entrevista realizada el 12-4-2013).
El uso de la metáfora de la vidriera no es casual. La percepción de la propia labor por parte de
los periodistas tiene cierta carga de narcisismo, que es más exacerbado en los principiantes, por
la necesidad de adquirir un estatus que les sirva para tener una mayor llegada a las fuentes y el
reconocimiento de la competencia y de sus compañeros de redacción.
El relato de E9 muestra cuál es la importancia que un periodista puede atribuir a la firma de una
nota o a la realización de un trabajo considerado importante para la profesión: “Me tocó una
sección en la que no firmaba, mientras otros compañeros de pasantía estaban en otras en las que
firmaban sus notas. Yo estaba siempre en las sombras y me quejaba” (2013). También E11
ingresó por una pasantía y su primera nota fue un desalojo en el que inclusive llegaron a
golpearla. “Yo recibía el trabajo con mucha adrenalina, me encantaba, después me puse a pensar
y comprendí que era una negligencia”, explica. Su pasión por el trabajo que había elegido y el
reconocimiento público parecían valer más que el riesgo personal.
El diario comparte con el periodista parte del valor de su marca en un intercambio que se realiza
en forma consciente: la empresa retribuye el trabajo con montos bajos, pero el periodista recibe
una cuota del prestigio del diario que le sirve como valor para otras tareas. El proceso de trabajo
y la propia vinculación con la redacción es similar en el diario impreso. E1 recuerda haber
ingresado a partir de una relación personal que surge “cuando, de todos modos, yo tenía la
intención de trabajar para La Nación”. E2 entró de manera similar: “Me presentó alguien que
conocía al editor de la sección para la cual comencé a escribir”.
El vínculo con la redacción y sus procesos de trabajo se mantiene luego, al menos según el relato
de los entrevistados, de una manera parecida. E2 recuerda que la relación con el editor de la
sección se mantenía mediante llamados telefónicos “o algún café para intercambiar ideas y
seleccionar las opciones de la nota”. El trabajo se realiza desde la casa, aunque a veces el
periodista colaborador pasa por la redacción, no sólo para intercambiar opiniones con el editor
sino también para escribir. En la entrevista, E2 señala: “Muy eventualmente iba a escribir al
diario, porque lo mejor era cubrir el hecho o buscar la información y escribirla desde mi casa,
pero si algo era muy urgente convenía ir a la redacción”.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
303
Pero, como base de su relación, el entrevistado destaca la relación de pertenencia y los beneficios
que implicaba, fundamentalmente compartir el peso de la marca para conseguir trabajo en otros
medios o para que las fuentes lo trataran con mayor respeto:
Mi relación con La Nación no era de dependencia formal, pero era una ventana, un lugar
de exhibición, por el prestigio. Eso me abría muchas puertas en el mundillo periodístico.
Uno tiene algo así como un apellido de casado con la marca, uno es de algún medio y la
fuente seguramente pensaba “ah, este trabaja en La Nación, mejor lo atiendo”. (…) Eso
me pasaba. Cuando empecé a meter notas en el diario, gente que antes me ignoraba
comenzó a llamarme y me pedía encontrarse para tomar un café. Antes tenía que rogarle
que me atendiera y ahora me llamaba él (2013).
La forma que dicen encontrar los periodistas colaboradores para compensar las bajas
retribuciones no sólo pasan por compartir el prestigio sino por establecer relaciones firmes con
los editores, de modo de conseguir un monto básico mensual. “Al no tener una actualización de
valores, había algunos que decían ‘y, con dos colaboraciones no estoy mal, porque hago dos acá,
una en otro medio, otra en otro y me las arreglo’ (2012, entrevista ya citada).
La colaboración “ocasional”, que es como el Estatuto del Periodista menciona a los
colaboradores que escriben menos de 24 notas al año, en muchos casos es utilizada por el diario
para sucesos de urgencia que no puede cubrir con periodistas propios. E11, quien fue periodista
estable y luego pasó a otra empresa, sin dejar de ser colaboradora, recibía esporádicamente un
llamado de algún editor que sabía cuáles eran sus posibilidades de acceso a ciertas fuentes
(2012).
Con relación de dependencia o sin ella, los entrevistados destacan la importancia de la cultura
del diario, no sólo por su tradición sino porque la marca tiene un prestigio que, en muchos casos,
entienden que justifica una baja retribución. Como señalara en off the record un periodista de
la plantilla del diario: “Si yo quisiera vivir de lo que me pagan acá, no podría. Tengo que hacer
otras cosas, no hay más remedio, pero gracias a que trabajo en La Nación puedo hacer esas otras
cosas”.
Capacitación formal o empírica
Si bien el periódico en Internet aparece en algunos testimonios como un lugar de entrenamiento
para entrar al diario impreso, La Nación tiene mecanismos institucionales para la entrada de
nuevos periodistas. Hasta fines de la década de 1980 conservaban dos variables para considerar
un ingreso: las aptitudes profesionales y la presentación de algún empleado de la empresa.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
304
“Durante muchos años hubo una cartelera en la cual se colocaban los pedidos de empleados
nuevos para que uno fuera el primero en enterarse y presentara a alguien”, recuerda el ex editor
E12 (2013).
Ya en la década de 1990 comenzaron a tomar becarios de distintas instituciones educativas y a
comienzos del nuevo siglo abrieron su propio postgrado en periodismo, una maestría que La
Nación tiene dentro de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). Su esquema difiere de la que
el diario Clarín tiene en la Universidad de San Andrés. Si bien en ambas hay directivos
seleccionados por la empresa, a diferencia de Clarín, en La Nación el cuerpo docente es
mayoritariamente personal del diario o convocado por la empresa y las autoridades de la casa
de estudios presentan al postgrado como “la maestría de La Nación”. La institución periodística
tiene un mayor peso simbólico que la universidad en la cual se dicta la maestría.
En las entrevistas aparece la valoración positiva de la formación empírica. En la redacción no
sólo se comparten experiencias, aunque con el tiempo algunas tradiciones se fueron perdiendo.
Hasta mediados de los años 90 los periodistas de La Nación tenían un tiempo para almorzar o
para merendar y compartir tertulias en las que jefes, redactores y aprendices se mezclaban en
un intercambio que fungía de espacio para la camaradería, para las anécdotas, las enseñanzas y
algunos secretos de la profesión. El comedor (Ver foto número 7) era el lugar para enterarse de
algunas novedades, pero también para la socialización. Era parte de la cultura del diario que,
según la ex redactora E11 se perdió gradualmente en la medida que las generaciones cambiaron
y algunas de las tradiciones fueron desechadas:
Casi a comienzos del nuevo siglo, la redacción dejó de ser aquella especie de gran familia
donde a las cuatro o cinco de la tarde todas las secciones subían a merendar al comedor
que estaba en el sexto piso. Entonces los periodistas más antiguos contaban anécdotas
maravillosas de distintas épocas y ahí había un enriquecimiento de los que recién
empezábamos. Para nosotros era un momento muy esperado del día porque realmente,
una escuchaba historias de otra época que nos servían para entender muchas cosas de
hoy (Entrevista realizada el 29-11-2012).
Las imágenes del relato son fuertes, definen el tipo de vínculos que se establecían en el mundo
social de la redacción. La idea de los periodistas que formaban parte de una “familia”, la
merienda compartida entre pares y no pares en la cual los más novatos, cual hijos en familia,
incorporaban en su haber los relatos de los más experimentados, tal vez sus padres en una
percepción que todavía hoy se refleja en los testimonios. Es un vínculo que tiene ciertos resabios
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
305
del artesanado preindustrial, en el que el maestro transmitía a los aprendices su saber sobre el
oficio.
El aprendizaje de la profesión u oficio se realizaba en gran parte en el contacto cotidiano y en los
lugares que el propio diario ofrecía, como el ya mencionado comedor, un espacio que también
existía en la sede anterior que La Nación tenía en la calle San Martín. Claudio Escribano, ex
subdirector y actual miembro del directorio rescata la existencia de “la tertulia” que asocia a “la
bohemia”, como una tradicional fuente de camaradería y aprendizaje. “Las comidas nocturnas
de los diarios eran parte importante de la vida”, dice y evoca imágenes del ex subdirector del
diario, Juan Carlos Valmaggia: “En el bar presidía la mesa estuviera donde estuviera. Todos
querían escucharlo y aprender” (2016).
Foto número 7: el comedor de La Nación.
Fuente: Diego Martín López.
La formación empírica no sólo pasaba por las tertulias sino también por el propio desarrollo del
trabajo. La vida en común realizada tanto en una redacción como en un café o en el comedor del
diario eran parte de un proceso de aprendizaje. Así se formaban los periodistas, de los cuales
sólo algunos habían pasado por los estudios formales, “casi siempre sin haberse recibido”, como
cuenta Escribano. En el país sólo existían espacios de formación en la Universidad de La Plata,
en alguna institución confesional y en el Instituto Grafotécnico. Con el tiempo fueron
apareciendo otras carreras terciarias y universitarias.
La tensión entre lo empírico y la capacitación formal se hace presente en los relatos de los
periodistas. Francisco Jueguen se presenta y aclara que entró “como redactor raso”, con lo cual
denota una forma de organización jerárquica. Pero cuando explica cómo se incorporó a su
sección, donde hoy es subeditor, aclara que entró en el diario digital, donde las secciones están
menos estructuradas y aprendió “un poco de todo, economía general”. Explica que se formó en
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
306
Ciencias de la Comunicación, recibido en la Universidad de Buenos Aires, luego pasó por el
terciario TEA (Taller Escuela Agencia) y terminó la maestría en periodismo que el diario La
Nación tiene en la Universidad Torcuato Di Tella. Su experiencia y su capacitación formal se
complementan para desempeñarse en una sección muy específica. Además del estudio tiene que
recurrir a la formación empírica, característica de TEA y del mundo social de la redacción.
Si la formación de los periodistas a través de la práctica pierde espacio en el mundo de la prensa
digital, no deja de ser un tema de estudio para quienes toman decisiones y, además se vincula
con los procesos de convergencia de las redacciones. Carlos Guyot señaló en 2015 durante la
charla ya mencionada con los periodistas y delegados gremiales, que la redacción debía
funcionar “como un taller del Medioevo, con un maestro que dirige el trabajo a la vez que enseña
y corrige a sus discípulos”, metáfora que utilizó para explicar que el diario necesitaba “recuperar
la redacción como el espacio de aprendizaje que fue en otra época” (citado por Irene Haimovichi,
2015). Lo dijo durante una reunión abierta en la cual quien acababa de asumir como Secretario
General de Redacción explicaba los motivos del fracaso del primer intento de convergencia, en
2007, y las expectativas para el nuevo intento que se iniciaba.
La cultura del diario y la capacitación son dos variables que también se cruzan en las
percepciones de los periodistas. Pablo Tomino, admite que las tradiciones del diario tienen cierta
importancia, aunque en su lenguaje trata de evitar la palabra “peso”, a la cual asigna un valor
negativo. La cultura del diario no pesa porque no es una carga sino un lazo con ciertos valores.
El periodista asigna importancia a la formación empírica tradicional: en la descripción de su
rutina laboral diaria recuerda que, siendo redactor, "lo único que hacía" era cubrir partidos de
fútbol de primera D. El nivel del periodista parece tener una relación directamente proporcional
a la categoría o jerarquía del tema que trata. Dicho en otros términos: el periodista se jerarquiza
si la noticiabilidad del tema que trata tiene una jerarquía mayor. Lo notable según su visión es
que se forma o se capacita ascendiendo en la jerarquía de la redacción cuando pasa de una
sección o de un tema que considera socialmente menos relevante a otro más importante. Y a lo
largo de dicho ascenso con una capacitación artesanal, con el criterio de un oficio, hay una
"escuela" del diario que tiene ciertas reglas. Llega a decir "uno se crió así", lo cual refuerza el
modelo de capacitación artesanal, en el sentido del artesanado precapitalista:
…tuve la posibilidad de formarme desde lo más bajo, hasta llegar acá. Sé que tengo, por
ejemplo, la escuela de La Nación en la cabeza y tengo el rigor de muchas de estas cosas
que son, no sé si palabra santa, pero es algo difícil que uno se salga un poco de ese camino
y en estas cosas cómo puede tener que ver la vestimenta, la formalidad o el trato, pero no
los veo como un peso. Uno se crió así y va por ese lado, lo que siento es que no concibo
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
307
una manera de hacer periodismo que no sea chequeando, chequeando y chequeando
(2013).
Es una manera de hacer periodismo que forma parte de la cultura profesional de los diarios
tradicionales. En particular, los periodistas del diario La Nación suelen repetir una frase que
todavía es parte de la cultura del diario: “es mejor llegar después que llegar mal”. Se refieren a
las informaciones que se publican sin ser suficientemente verificadas. “Algo que me parece
central de la tradición que tenía el diario era que te reclamaban confiabilidad en lugar de
primicias, podías perder alguna información, pero que nunca nadie te desmintiera”, dice el ex
editor E12 (2013) Tomino lo expresa de otra manera:
Hoy hablábamos con un editor y veíamos que hay gente nueva que entra al diario
despojada de esta forma de hacer periodismo. Pueden ser grandes verdades o no,
podemos discutirlo, pero yo creo que la única forma de hacer periodismo es hacerlo bien
y a veces hay gente nueva que no tiene la rigurosidad de chequear la fuente, encuentra
algo que sale en Twitter y es palabra santa, es motivo para comentarle a un editor que
pasó algo, sólo porque lo leyó en un mensaje de 140 caracteres (2013).
Los periodistas entrevistados valoran el trabajo del periodismo tradicional, que tiene su
importancia dentro de la cultura de La Nación. Rescatan la búsqueda de información alternativa
para verificar los datos, la lectura atenta de informes y otros documentos que se constituyen en
fuentes primarias y hasta el intercambio con otros periodistas, del diario o de la misma
especialidad.
Como señalan los entrevistados, más allá de las fuentes que pueden ser primarias o en muchos
casos secundarias –cables, radio, televisión, redes sociales- la charla periódica con los
protagonistas de las noticias, que no son circunstanciales para un artículo sino que aportan
puntos de vista y datos que sirven como disparadores de otras notas.
Es el deber ser del periodismo tradicional que forma parte de la cultura del diario, al menos en
las percepciones de los periodistas entrevistados y que entra en puja con nuevos procesos de
trabajo. Es relevante señalar que los entrevistados son profesionales que mayoritariamente
superan los 30 años de edad, en un momento en el que se produce un acelerado relevamiento
generacional en la empresa. Los entrevistados durante el trabajo de campo señalaron en varias
oportunidades que el nivel de edad promedio de los periodistas estaba bajando gradualmente y
el propio Carlos Guyot indicó que ya quedaban pocos periodistas de más de 40 años de edad.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
308
7. Conclusiones
Como hemos visto, la empresa periodística que produce un diario es una organización compleja
con diferentes departamentos y áreas que interactúan y se transforman a medida que se
producen cambios en la tecnología que utiliza cada uno de ellos.
Entre las décadas de 1970 y de 1990 el papel fue reemplazado paulatinamente por los
documentos digitales, las máquinas de escribir por computadoras y los flujos de trabajo
registrados en papel pasaron a ser regulados por redes informáticas. Desde comienzos de la
década de 1980 el rol del periodista experimentó cambios sustanciales, pero la tendencia se
aceleró en la medida que la computadora entró en las redacciones y con diferencia de pocos
meses comenzaron a salir las primeras versiones en Internet.
Estas primeras redacciones del periódico digital asumieron en un comienzo los procesos de
trabajo del diario impreso y luego crecieron gradualmente, al tiempo que desarrollaron sus
propias rutinas, vinculadas con la actualización y la cobertura de hechos en tiempo real. A su
vez, los periodistas del diario tradicional se vieron obligados a cambiar su modo de trabajar para
la complementación e integración con quienes producen las noticias en los periódicos digitales
o en línea.
Como puede apreciarse en las entrevistas, los periodistas dicen respetar el deber ser, la visión
tradicional de los procesos de trabajo, pero al mismo tiempo admiten que cambian sus rutinas
para aprovechar los recursos que ofrecen los medios de información digitales, las redes sociales
y sobre todo las ventajas de comunicación con las fuentes.
Esta tendencia se aprecia en los periodistas del diario impreso, pero como ellos mismos
advierten en las entrevistas, las nuevas generaciones que se incorporan a la redacción se alejan
del deber ser tradicional y tienen un desempeño más cercano al periódico digital que a la
tradición del impreso.
Los procesos de trabajo tradicionales en las redacciones de los diarios elaborados de modo
manual se mantuvieron tras la etapa de automatización informatizada en los impresos. Esto
ocurrió tanto en la fase de recolección como en la de selección y presentación, aunque las
herramientas tecnológicas que incorporaron permitieron acelerar y simplificar algunas de las
rutinas.
Las redacciones que elaboran el periódico online surgieron del propio seno de las del diario
impreso y a medida que crecieron en número de lectores y en estructura periodística, también
se diferenciaron gradualmente en los procesos de trabajo. Entre otras características
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
309
diferenciales, la más importante es que las redacciones de los periódicos online, por las
características técnicas propias del producto, adquirieron mayor rapidez para publicar y para
actualizar las noticias, características que se convirtieron en su principal característica.
Sin embargo, en la etapa de transición se trata de una actualización que se apoya en una cantidad
de fuentes –algunas en tiempo real- varias de las cuales coinciden con las del diario impreso:
agencias noticiosas, radio, televisión, bases de datos, archivo del propio diario o de sus
competidores y, en menor medida, lo que denominan fuentes propias, es decir personas o grupos
con los que se establece una relación directa para obtener información y, en muchos casos, para
intercambiarla.
A pesar de que el periódico digital se consolida como medio y abandona prácticas tradicionales
como la consulta con fuentes propias o la cobertura de los hechos en el lugar en el que ocurren
u ocurrieron, la diferencia entre ambas redacciones es más perceptible en su uso que en su
naturaleza. En el diario impreso la relación es más directa y en algunos casos más relajada y
menos urgente. Las razones, según los testimonios recogidos, parecen ser al menos dos: la
posibilidad que tiene la redacción del diario impreso de contar con una periodicidad que no
obliga a obtener información con rapidez y la necesidad de profundizar la información para
encontrar su propio espacio editorial que lo diferencie del digital. Lila Luchessi lo describe con
mayor énfasis:
…hay una inversión del tiempo necesario para producir en relación con la cantidad que
se puede poner a circular y una narración básicamente sin fuentes o con fuentes
mediatizadas a partir de los otros soportes (…) cuando nosotros vamos a hacer trabajo de
campo con periodistas de portales online, nos encontramos con que una media estándar
es que en un turno de seis horas, un periodista escribe entre cinco y seis notas. Esto
implica que no puede salir a la calle, que no puede chequear las fuentes, ni hablar con
nadie, no tiene ese tiempo que en el periodismo tradicional implicaba tomarse un café
con la fuente directa y llegar, porque además esa fuente directa toma un atajo y dispara
títulos a través de Twitter (2015).
En un comienzo, desde mediados de la década de 1990, los procesos de trabajo fueron similares
en la medida que se trasladaban contenidos del diario impreso al digital, que por entonces
todavía tenía una periodicidad diaria. Las dos redacciones se diferenciaron gradualmente
cuando el periódico digital comenzó a tener recursos para agregar valor a los contenidos o bien
para generar sus propias noticias. No sólo por la producción sino también por el consumo,
porque cuando la redacción del periódico digital adoptó las rutinas tradicionales, el número de
lectores era mínimo. A mediados de la década de 1990 la audiencia era reducida, las conexiones
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
310
todavía se establecían por línea telefónica y no había lo que hoy se conoce como “banda ancha.
Luego, a medida que las posibilidades de publicación en tiempo real y crecimiento de la
audiencia abrieron la opción de diferenciación, la redacción del periódico online se concentró
en la rapidez de la información y su actualización.
El diario impreso y su redacción no están aislados de los cambios que impone el crecimiento del
periódico en Internet y eso se refleja en las rutinas profesionales. Sin embargo, los periodistas
que elaboran el diario en papel mantienen una imagen tradicional de su labor.
Como hemos visto en nuestro trabajo de campo, los periodistas entrevistados perciben a las
rutinas utilizadas tradicionalmente en el diario como el deber ser de su tarea cotidiana. Destacan
positivamente los cambios en los procesos de presentación experimentados en el paso de la
máquina de escribir a la computadora, pero los perciben como mecanismos para acelerar ciertos
procedimientos, no para cambiarlos por otros.
Los contrastes entre las dos redacciones aparecen en las valoraciones que algunos de los
entrevistados hicieron respecto de quienes inauguraron el periódico en Internet. Dicen
respetarlos porque venían de una tradición de trabajo periodístico en el diario en papel. Según
nuestras entrevistas exploratorias, el procedimiento fue similar en otras empresas, como Clarín
y Página/12, donde periodistas experimentados y a la vez con afinidad por la tecnología fueron
quienes intervinieron en distintas etapas de su desarrollo informático.
Los procesos de trabajo periodísticos que inicialmente fueron también adoptados por las
redacciones de los periódicos digitales han ido mutando a medida que el mundo social de la
redacción de estos diarios en línea cambió: los públicos diferentes, el hipertexto, la hipermedia,
la influencia decisiva del marketing en línea y en tiempo real (Pavlik, 2001). Se trata de una
relación dinámica, en la que la redacción digital surgió de la impresa y se especializó
gradualmente hasta adquirir su autonomía para entrar luego en la fase de integración o
convergencia.
Ya en las décadas de 1970 y 1980, cuando se consolidó la conversión de la composición caliente
en fría, parte de los trabajadores especializados del sector gráfico fueron jubilados de manera
anticipada, otros fueron reentrenados para la composición en frío y otros simplemente
despedidos. Las tareas que realizaban los tipógrafos o linotipistas no fueron transferidas
exclusivamente a Fotocomposición sino que parcialmente se sumaron a las rutinas de los
periodistas y sus editores, es decir a la redacción.
En esta etapa de digitalización de los procesos de trabajo de la prensa la redacción se benefició
temporalmente en la medida que se produjo una demanda nueva, porque concentraba la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
311
circulación y la administración de la información, que era -y es- el foco de su trabajo. Pero esta
concentración implicaba también la absorción de otras funciones lo que representaba al mismo
tiempo una ampliación de sus tareas y la concentración de la capacidad de decisión en los
puestos jerárquicos de la redacción. Hubo una transferencia de trabajos del taller a la redacción
y dentro de ella a los jefes (Zallo Elguezábal, 1988)
Productividad
La contrapartida de la reducción de costos es el aumento de productividad, que se traduce en
una potenciación de la competitividad. La automatización digital anticipó lo que sería un
fenómeno ampliamente discutido desde mediados de la década de 1990 en el momento de la
aparición de los diarios en Internet: el hecho de que sólo los diarios más poderosos estarían en
condiciones de implementar los cambios con eficiencia, con lo cual el sistema de medios tendería
a la concentración (Zallo, 1988 y Reig, 2011). En la informatización de los diarios subyace un
proceso que Anthony Smith caracterizó como un paso decisivo para “racionalizar los procesos
de producción y, en definitiva, la oportunidad de hacer más competitivo el sector” (Smith, 1983,
p. 9).
Con la informatización, la etapa gráfica de la producción periodística sufrió cambios a los que se
sumaron otros también relevantes en la etapa redaccional. La difuminación de la frontera entre
ambas fases del ciclo productivo se convirtió en un rasgo distintivo de la transformación
tecnológica.
Tanto Héctor Schmucler como Ramón Zallo Elguezábal –como señalamos en nuestro marco
teórico- detectaron que con la incorporación de la computadora a los procesos de trabajo en los
diarios se producía una transferencia de tareas y responsabilidades del taller gráfico a los
periodistas, sobre todo a los jefes y editores. (Zallo 1988 y Schmucler y Terrero, 1989)
El redactor ya no sólo escribía y corregía un texto, sino que comenzaba a diagramar, seleccionar
tipografía, hacer el corte del texto -que quedaba determinado por el sistema- y se convertía en
un profesional con menor especificidad: “¿Qué ha quedado? ¿Un periodista omnipotente o su
fantasma, puesto que también él arriesga perder su especialidad para ser sólo un momento de
un programa que le es ajeno?” (Schmucler y Terrero, 1989, p. 227).
Los cambios en las rutinas de la redacción no sólo afectaron a los jefes, que se hicieron cargo de
parte de las tareas de armado gráfico e incorporaron otras funciones, como las administrativas.
También a los redactores, quienes asumieron parte del trabajo que tradicionalmente era
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
312
atribución y obligación exclusiva de los mismos jefes de sección. La informatización y, sobre
todo, la implementación de los sistemas de edición integrales, permitieron que también en cada
nota quedaran incorporados el título y la volanta, que comenzaron a ser completados por el
propio redactor. Parte de las tareas gráficas se desplazaron hacia los editores y parte de las tareas
de los jefes se desplazaron hacia los redactores.
Pero lo que se conoce como “nuevo modelo profesional del periodista” no sólo incluye el
desplazamiento de tareas de elaboración y edición del texto del sector gráfico hacia los editores
y de ellos hacia los redactores sino también en la utilización de otras herramientas, lenguajes y
dispositivos. Además, incluye una reformulación de los horarios en los que se aplican sus nuevas
rutinas profesionales.
Por la naturaleza del proceso productivo del periódico digital, que se focaliza en la actualización
de datos y en el mantenimiento de la agenda noticiosa en momentos del día diferentes de los
tradicionales, cambian también los horarios de trabajo de los periodistas.
En la redacción que produce el diario impreso el trabajo comienza desde horas tempranas en la
propia casa, porque el periodista necesita estar actualizado y observar cuáles serán los temas
que probablemente tenga que cubrir. En el periódico digital el trabajo es por horarios, durante
los cuales el periodista produce y actualiza notas. Antes de entrar y una vez que sale, su atención
deja de estar en el diario o en la información.
En el periódico digital la producción se adapta a los hábitos de la audiencia. Actualmente en La
Nación ya trabajan en un turno temprano, de 04 a 08, que permite actualizar el material del
impreso que ha sido cargado en la Web, antes de que pierda vigencia, según dijo Gastón
Roitberg. También Francisco Jueguen dice que en realidad el diario online trabaja en una
actualización permanente, en continuo y lo atribuye a la presión de la competencia. O, en
términos de Jorge Rosales, sería el efecto Crónica.
El efecto Crónica es una metáfora de la competencia de los canales de televisión que transmiten
noticias en continuado las 24 horas del día. Crónica TV comenzó en enero de 1994 y la
percepción de Jorge Rosales, quien utilizó el término durante la entrevista, es que desde aquel
momento la televisión obligó a reformular el trabajo que se realizaba en la redacción. Los
periodistas se encontraban con que ellos recogían la información y mientras se ocupaban de
escribirla, Crónica TV ya les había cambiado la agenda, en la medida que ponía en la pantalla
otra noticia o un detalle nuevo en lo que el periodista había averiguado.
Si bien la radio y la televisión tradicionales ya competían y obligaban a los diarios a ajustar sus
rutinas para no quedar atrasados frente a las noticias en tiempo real que los otros medios podían
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
313
transmitir, el hecho de que lo hicieran sólo con noticias y las 24 horas significó un fuerte impulso
para que los diarios aceleraran sus procesos de informatización, de reducción de tiempos
productivos, además de estar atentos al impacto de la información que surgía de las pantallas de
la TV.
En 2005, cuando comienzan a aparecer las redes sociales, que se harán masivas hacia el fin de
la década, los diarios impresos se encuentran ante una nueva competencia que los obliga a
algunos cambios en sus procesos de trabajo. Uno de los puntos centrales de dicho cambio es el
del acceso a las fuentes. Facebook y otras redes, pero principalmente Twitter, se convierten en
fuentes y al mismo tiempo en medios.
En la redacción del diario impreso se perciben distintas visiones acerca de dicha influencia.
Nuevamente hay una tensión entre el ser y el deber ser. Algunos de los periodistas de
generaciones de más de 30 años hablan de Twitter como de un canal de información, otros lo
perciben como un lugar para acceder a información rápida que luego deberán procesar mediante
la aplicación de las rutinas laborales habituales. Sin embargo, advierten que el cambio
generacional hace que los periodistas que se incorporan al diario vean a los mensajes de Twitter
como una fuente única y confiable. De hecho, algunos de los periodistas entrevistados también
entienden que puede ser una fuente confiable, pero aparece el deber ser y dicen que de todos
modos deben comenzar a trabajar a partir del tuit y no exclusivamente con el tuit.
Las redes sociales y especialmente Twitter generan con su influencia otro debate dentro de la
redacción: ¿El periodista deja de ser un periodista del diario cuando publica un tuit? Gastón
Roitberg, Secretario de Redacción Multimedia opina que la información debe pasar primero por
los canales de Twitter de la empresa, que el periodista es reconocido como parte de la institución.
Luego, sí, puede comunicarlo directamente. Otros periodistas entienden que Twitter es un canal
y que basta con que sus mensajes dejen en claro que lo hace como periodista de La Nación. El
fondo del debate es si Twitter es un canal para acceder a una fuente, si es un medio más que
compite con el diario impreso y el periódico digital.
Pero el diario tradicional ya había cambiado antes de la aparición de las redes sociales. Su
transformación comenzó con el paso de la composición en caliente a la composición en frío y a
partir de mediados de la década de 1990 con la informatización total de la redacción y las
primeras experiencias en Internet. Esta transformación se prolonga durante los primeros años
del siglo XXI, al menos en el período que estudiamos. Entre las causas destacamos los cambios
tecnológicos y el relevamiento generacional producto de retiros voluntarios, jubilaciones
anticipadas, despidos y reemplazos con salarios más bajos. Al mismo tiempo, la caída en las
ventas de los diarios impresos se acelera durante el período, lo cual se convierte en una presión
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
314
sobre las empresas para redoblar esfuerzos en los medios digitales y, al mismo tiempo, buscar
formas nuevas de rentabilidad, en un marco de concentración de medios masivos de
comunicación y un desequilibrio en las relaciones de fuerza frente a las organizaciones
gremiales.
Esta transformación incluye cambios laborales y simbólicos. Se adaptan los procesos de trabajo,
pero también algunas de las tradiciones del diario La Nación. Los periodistas amplían el tipo de
fuentes, pero al mismo tiempo reducen el contacto directo con sus proveedores de noticias. Se
renueva el mobiliario, es decir el espacio físico que constituye el lugar de trabajo de los diferentes
actores del mundo social del diario. La cultura tradicional producto de más de cien años de
trabajo se mantiene exclusivamente en algunos espacios, como el archivo -al menos hasta la
mudanza, en agosto de 2013- y en la presencia del busto del fundador Bartolomé Mitre.
Estos cambios en las tradiciones del diario se acentúan a partir de 1995 con la asunción de los
nuevos dueños de la empresa y la aceleración del proceso de construcción del periódico digital,
así como la integración desde 1996 de todos los procesos de trabajo en un mismo sistema
informático, desde la construcción de la noticia hasta el plegado de los ejemplares impresos.
Pero, como hemos señalado, mucho antes, ya en los años 70 comenzó una etapa de digitalización
de los procesos de trabajo en la imprenta, en forma solidaria con el paso de la composición en
caliente a la composición en frío.
Con la digitalización, en una primera etapa, se produce una duplicación del trabajo, porque lo
que se hace en máquinas de escribir tiene que ser tipiado por los gráficos para pasarlo al sistema.
La primera modernización ocurre en el taller gráfico, donde se pasa de la tipografía al offset, de
la composición en caliente a la composición en frío. Fue un momento intermedio, porque la
máquina de composición no producía un archivo electrónico para procesar, sino que imprimía
el texto, que se pegaba en la página en blanco. El armador se ocupaba de colocar cada texto y
cada foto en su lugar. Es la transición entre lo analógico y lo digital.
También en la búsqueda de fuentes se produjeron cambios. En la redacción se había formado
una agenda colectiva para que todos los periodistas pudieran compartirlas Había sido una
iniciativa de Claudio Escribano, uno de los últimos directivos representativos de la tradición del
fundador Bartolomé Mitre. Esta concepción de la agenda colectiva pierde también vigencia
cuando se comienza a usar Internet y con los dispositivos que surgieron luego, como los
teléfonos inteligentes y las tabletas, cuyas bases de datos reemplazan a la que tenían en la
redacción.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
315
La digitalización estimuló cambios en la estructura de búsqueda y recopilación de información,
sobre todo fuera de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, dado que, ante el avance de las redes
sociales se desarmó parcialmente la estructura de corresponsales que cubrían todo el país. La
red de corresponsales comienza a desarticularse a medida que Internet aporta una forma más
rápida de conexión con los distintos pueblos. Los corresponsales eran los antecedentes
analógicos de los llamados contribuyentes digitales, quienes envían noticias e imágenes o videos
a la redacción mediante mensajes de Twitter o a través de otras redes sociales.
Junto a un cambio en hábitos tradicionales del diario, se producen avances en la tecnología,
tanto en la vida cotidiana de periodistas como en la audiencia. A su vez, las innovaciones en los
procesos de trabajo de la redacción y los avances en las telecomunicaciones, sobre todo el
aumento del ancho de banda y la aparición de dispositivos inteligentes facilitan el aumento de
la lectura de los medios digitales. El diario digital y los avances tecnológicos se potencian
mutuamente, porque el periódico online existe en tanto hay forma de leerlo o, en rigor, de
consumirlo.
La digitalización facilita la transformación de los procesos de trabajo en la redacción y en el resto
de la empresa. Se simplifican y se redistribuyen, del sector gráfico a los editores periodísticos y
de los editores a los redactores porque que la mayor parte está pre armada en el sistema editorial.
Los jefes de las diferentes secciones de la redacción comienzan a reemplazar parte del trabajo
de los gráficos, inclusive en la edición fotográfica. Su trabajo se hace más sencillo por la
aplicación de la computadora en lugar de la máquina de escribir, pero mucho más productivo
porque realizan más trabajo en el mismo tiempo.
A su vez, los redactores y hasta los colaboradores comienzan a encargarse de algunas tareas de
los editores. Parte de las funciones de los redactores, a su vez, se descarga sobre personal sin
relación de dependencia, los colaboradores que no llegan a las 23 notas por año, lo que los
incluye en el Estatuto del Periodista como ocasionales, quienes trabajan desde sus hogares con
inversión propia en la infraestructura y sin sueldo, estabilidad, vacaciones, aguinaldo, obra
social y otros derechos. Son desafíos que los sindicatos sólo asumen parcialmente, aún en 2016,
pero que se presentan desde mediados de la década de 1990, como señalara la OIT:
Hoy día los sindicatos deben hacer frente a nuevos retos en lo que se refiere a la
organización del trabajo de las personas que trabajan a distancia y de cuantos configuran
el contingente de la fuerza de trabajo en las industrias y servicios del sector de los medios
de comunicación múltiples. Los procesos de trabajo afectados por la convergencia
plantean serios desafíos a las relaciones de empleo tradicionales, a la negociación
colectiva, a su reglamentación jurídica y a la comunicación entre las partes interesadas en
el mercado de trabajo (1998).
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
316
La decisión de invertir en periodistas o aplicar reducciones es, según los testimonios y la historia
del diario, una cuestión de política editorial. Si bien La Nación reduce su plantilla de
profesionales y busca reemplazar a quienes hoy trabajan por periodistas sin experiencia, con
salarios más bajos y provenientes de su Maestría, es decir moldeados por el diario, al mismo
tiempo sostiene un género como la investigación, cuya rentabilidad es la principal causa por la
cual es poco utilizado. El periodismo de investigación es aquel que busca develar lo que alguien
quiere ocultar:
Si los medios de comunicación de masas construyen la realidad social e inciden en lo que
la opinión pública conoce, el periodismo de investigación colabora en esa tarea aportando
nuevos temas para la agenda mediática y ampliando el espectro de los acontecimientos
noticiosos. (…) la producción noticiosa habitualmente se inicia con acontecimientos, que
son la materia prima de la noticia. Sin embargo, el periodismo de investigación se separa
del resto de las prácticas periodísticas de los mass media porque, en su caso,
acontecimiento y noticia son lo mismo. Una investigación periodística, por su naturaleza
de ir a buscar aquello que se resiste a ser revelado, descubre o crea el acontecimiento
(Klein, 2001).
El presupuesto de buscar lo que alguien quiere ocultar lleva también a que muchas veces lo que
el periodista supone que se ocultaba en realidad no existe o no representa una noticia. De modo
que, como señala Carlos Guyot, no siempre se obtienen resultados. Si no es productivo, no es
rentable y si no es rentable se presentan dudas ante la posibilidad de invertir los mismos
recursos en géneros que generen más resultados en el mismo tiempo. En una entrevista, ante la
pregunta sobre el motivo por el cual hay poco periodismo de investigación en América latina,
Miguel Angel Bastenier responde:
En América Latina y en todas partes. En Inglaterra hay, en España muy poco porque es
caro. Porque no puedes pedirle a un periodista de investigación que te traiga una
investigación para publicar cada día, ni cada dos días, ni cada tres días. Es muy caro.
Hacen falta muy buenos periodistas, hace falta que trabajen mucho. El periodismo de
investigación es difícil, hay que trabajar mucho, hay que patear la calle, no hay que dejar
ningún resquicio por examinar, has de hablar con muchísima gente y a lo mejor en la
conversación número 415 hay una luz que brilla al fondo y siguiendo esa luz, encuentras
un tema (2014).
Algunas inversiones como el periodismo de investigación representan una propuesta editorial
que no es demasiado común en el periodismo argentino de la actualidad. Al mismo tiempo, la
inversión en equipamiento y personal para la digitalización, en el marco de los avances en las
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
317
telecomunicaciones, ofrecen las condiciones necesarias para que se produzcan cambios en los
procesos de trabajo, que pueden aprovecharse para mejorar la calidad del diario o reducir
salarios directos o indirectos. Si bien no es el tema central de nuestra tesis, recordamos que
algunos entrevistados señalaron cómo la digitalización facilitó el trabajo a distancia, conocido
como teletrabajo, que permite ahorrar en espacio, instalaciones informáticas, salarios,
aguinaldo, aportes, vacaciones y otros beneficios sociales.
El límite humano
La redacción que elabora el medio para Internet, nacida de aquella que produce el diario
impreso, crece en número y comienza a adoptar sus propios procesos de trabajo. A su vez, el
diario impreso desarrolla cambios en el diseño y en la concepción periodística que le permiten
guiar al lector hacia diferentes temas. Se trata de suplir la falta de recursos como el video, el
hipertexto y la hipermedia, entre otros que utiliza el periódico digital.
Las dos redacciones aprenden una de otra y al mismo tiempo se diferencian: la del diario
impreso busca la profundización de los temas, mientras que la del medio digital enfatiza la
actualización de las noticias en tiempo real. Al mismo tiempo, la redacción del periódico en
Internet aporta al diario impreso los datos que surgen de su capacidad para medir el nivel de
consumo de cada noticia y ello influye sobre el diseño de la agenda noticiosa impresa.
Es el contexto en el que las empresas periodísticas buscan la convergencia de las redacciones,
esto es el trabajo del mundo social del diario impreso y del periódico digital en un mismo espacio
físico y con tareas que facilitan aún más el aumento de la productividad del trabajo periodístico.
Las empresas realizan los cambios por ensayo y error. El diario La Nación intentó su primera
convergencia de redacciones entre 2007 y 2009 y si bien el proyecto fue abandonado, quedó
como resultado una convivencia física. No obstante, las barreras que antes se expresaban en un
cristal que separaba a las dos redacciones, luego son virtuales: los periodistas de una y otra no
comparten trabajos.
Será en un nuevo intento de convergencia, esta vez en 2014 y ya fuera del período de la tesis
presente cuando La Nación intente una integración mayor de las dos redacciones.
En lo que la delegada Haimovichi titula “el proyecto de la nueva redacción”, su relato de las
reuniones de las autoridades del diario con los trabajadores, se sintetizan dos aspectos que son
relevantes para la presente tesis: el primero es “el anuncio del fracaso de la convergencia
entendida como unificación de redacciones y multiplicidad de tareas, tomando en cuenta que lo
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
318
que produce y vende La Nación debe ser periodismo de calidad” (2015). El segundo, que no está
explicitado en el documento pero aparece en la entrevista complementaria que realizamos en
2016 con la dirigente gremial, es que los directivos del diario habían comprendido que los
periodistas tienen un “límite humano”, que no pueden trabajar simultáneamente para el
impreso, para el digital y cumplir roles de periodista, diseñador, fotógrafo y videasta. Un límite
productivo que Julio César Neffa planteó para los trabajadores en general al hablar de “la carga
mental”:
Nos referimos a los requerimientos y exigencias del puesto de trabajo en cuanto a las
actividades de tipo cognitivo, es decir las que se originan en los mecanismos del
pensamiento teniendo en cuanta el límite de las capacidades mentales humanas. Estas
dependen por una parte de la estructura y del funcionamiento del proceso de
conocimiento y por otra parte de la naturaleza, cantidad y frecuencia de la información
que debe ser percibida, captada y procesada en una determinada unidad de tiempo (1988,
p. 99).
Según el relato de Haimovichi, Carlos Guyot aceptó que tales límites existían, que si no se los
respetaba se vería afectada la calidad del diario y propuso un modelo alternativo que no llegaría
a ser una convergencia ortodoxa entre las redacciones impresa y digital, pero que se acercaría a
alguna forma de integración:
La propuesta (…) es el armado de una gran redacción central encargada de proveer de
contenidos a las distintas plataformas. En ese espacio habrá periodistas especializados en
plataforma papel y plataforma Web o móvil. Se mantienen algunas secciones, aunque
otras se unifican. (…) Habrá dos mesas de edición: papel y Web. Tanto la una como la otra
y toda la redacción reportan a una mesa central o directiva, con un representante de cada
área, incluyendo uno que se especialice en las audiencias. El horario es prácticamente de
24 horas, aunque con distinta cantidad de dotación en cada franja horaria (2015).
El esquema es similar al adoptado por otros medios -aunque con sus matices- y se trata de una
propuesta novedosa que busca hacer trabajar juntas a las dos redacciones, con una coordinación
general y eventuales intercambios de contenidos. No es lo mismo que la convergencia pura de
redacciones, que integra a todos los periodistas para abastecer de noticias a todas las
plataformas. Hablamos de “todas las plataformas” porque en los grupos multimedia y en los
transmedia hay otros medios, además del impreso y el periódico digital. De hecho, en 2016 la
empresa La Nación S.A. inauguró su propio canal televisivo en el cable.
Nuevamente, las resistencias gremiales y los límites de los propios periodistas para cumplir con
una tarea más exigente llevan a una modificación del proyecto inicial. Los periodistas pueden
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
319
trabajar para ambos medios, pero no están obligados a hacerlo. Es el comienzo de un modelo
profesional de periodista diferente al tradicional, polivalente y más productivo. Pero la actividad
gremial y la propia realidad obligan a un respeto de sus límites humanos, la productividad no
puede crecer al infinito. Según los testimonios, entre ellos el de Ricardo Sametband, que ha
pasado por el diario tradicional y actualmente trabaja como editor en el digital, los periodistas
producen para su medio, sea digital o impreso, y comienzan a generar contenidos para el otro
aunque sin estar obligados. Hay periodistas que, por las propias limitaciones de tiempo del
diario en papel, cuentan con información complementaria o actualizada y quieren publicarla en
Internet para que no se pierdan los datos que obtuvo o para que no caduquen antes de la edición
del día siguiente. Al mismo tiempo, algunos periodistas del digital quieren profundizar temáticas
en las cuales han trabajado o, simplemente entienden que su firma en el diario en papel, por el
valor simbólico que tiene, puede aportarles una cuota de prestigio. Los periodistas de una y otra
redacción intercambian, materiales, textos y recursos. En el diario en papel todavía existe la idea
de que en el digital se hace un tipo de periodismo que tiene poca capacidad de profundizar los
temas. En el periódico digital se mira con cierto desdén el hecho de que el papel queda caduco
al poco de haber salido. La mirada es todavía de desconfianza. “Ahí están, ellos en un lado y
nosotros en otro, cerca, pero nos tratamos poco. Aún cuando los pasaron al lugar que hay entre
nosotros y el área de secretarios. Son más jóvenes y hablan entre ellos”, dice E5. Algunos
entrevistados suponen que es sólo cuestión de tiempo, de que la interacción sea cada vez más
aceptada por los profesionales: “En el digital no son todos Twitter puro y en el impreso no son
todos Hemingway”, resumió uno de ellos.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
320
Bibliografía de la segunda parte
ABAL MEDINA, P.; ARIAS, C., BATTISTINI, O., BUSSO, M., CRIVELLI, K., DIANA MENENDEZ, N. y
MIGUEZ, P. (2009). Senderos bifurcados. Prácticas sindicales en tiempos de precarización laboral.
Buenos Aires: Prometeo libros.
ADORNATO, F. y Colombo, F. (1989) La noticia Avvelanata, Mircomega, Nº 2. Citado en Wolff, 1991.
ALDRIDGE, M y EVETTS, J. (2003) Rethinking the concept of professionalism: the case of journalism.
British Journal of Sociology. Vo. 54, nº 4.
ALVAREZ MARCOS, José (1999) Tecnologías para la información periodística. Editorial Mad, Colección
Universitaria, Ciencias de la Información, Madrid, España.
ALSINA, Miguel Rodrigo. (1989). La construcción de la noticia. Barcelona: Paidós Comunicación.
ARFUCH, L.; CHÁVES N. y LEDESMA, M. (2005). Diseño y comunicación. Teorías y enfoques críticos.
Buenos Aires: Paidós estudios de comunicación.
ARMENTIA VIZUETE, J. (1993). Las nuevas tendencias en el diseño de la prensa. Servicio editorial de
la Universidad del País Vasco.
ARRUETA, C. (2010). ¿Qué realidad construyen los diarios? Buenos Aires: La Crujía.
AZPILLAGA, P.; MIGUEL DE BUSTOS, J. y ZALLO ELGUEZÁBAL, R. (1998). Las industrias culturales
en la economía informacional I Evolución de sus formas de trabajo y valorización. En: ZER Revista de
Estudios de Comunicación, nº5. Bilbao: UPV/EHU, pp. 53-74. Recuperado el 30-03-16 en:
http://www.ehu.eus/zer/eu/hemeroteka/gaia/Las-industrias-culturales-en-la-economa-informacional-
IEvolucin-de-sus-formas-de-trabajo-y-valorizacin-/59
ASOCIACIÓN DE PERIODISTAS DE BUENOS AIRES (APBA) (1986). Comunicación y nuevas
tecnologías. En: Segunda semana del periodista, Temas BAP Nº1, Buenos Aires.
BARBIER, F. y BERTHO LAVENIR, C. (2007). Historia de los Medios, de Diderot a Internet. Buenos
Aires: Colihue.
BARRERA, C. (coord.) (2004). Historia del periodismo universal. Ariel Comunicación, Barcelona,
España.
BASTENIER, M. (2014). El único periodismo válido que queda es el de investigación. Entrevista realizada
por Sheyla Urdaneta en el marco del Taller realizado por la FNPI (Fundación Gabriel García Márquez
para el Nuevo Periodismo Iberoamericano), publicada el 12 de agosto de 2014. Recuperada el 16-9-2016
en: http://fnpi.org/bastenier2014/el-unico-periodismo-valido-que-queda-es-el-de-investigacion-
entrevista-con-miguel-angel-bastenier/
BATISTINI, O. (Compilador) (2004). El trabajo frente al espejo. Continuidades y rupturas en los
procesos de construcción identitaria de los trabajadores. Buenos Aires: Prometeo libros.
BECERRA, M. (2003) Sociedad de la información: proyecto, convergencia, divergencia. Buenos Aires:
Grupo editorial Norma.
BECERRA, M. y MASTRINI, G. (2009) Los dueños de la palabra. Acceso, estructura y concentración de
los medios en la América latina del Siglo XXI. Una investigación del Instituto Prensa y Sociedad (IPyS).
Buenos Aires: Prometeo libros.
BECERRA, M. y BELTRÁN, R. (Compiladores) (2014) Medios y TIC en la Argentina. Estudio sobre
adopción de tecnologías de la información en medios de comunicación. Informe realizado en el marco de
proyecto UBACyT de la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires. Recuperado el
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
321
18-7-2016 en: https://martinbecerra.wordpress.com/2014/12/16/medios-y-tic-en-la-argentina-nuevo-
libro/
BECKER, H. (2008). Los mundos del arte. Sociología del trabajo artístico. Buenos Aires: Prometeo
Libros.
BENNETT, W. (1996). An Introduction to Journalism Norms and Representations of Politics. Political
Communication 13(4):373–84.
BENNETT, W. (2003). News: The Politics of Illusion. 5th Edition. New York: Longman.
BERGONZI, J.; BARIANI, J.; ROST, A.; BERGERO, F.; BERNARDI, M. y GARCÍA, V. (2004). Periodismo
en la Patagonia. Cambios en la presentación escrita y visual del diario Río negro 1980/2000. General
Roca, Río Negro: Publifadecs.
BOBBIO, N., MATTEUCCI, N. y PASQUINO, G. (1998). Diccionario de Política. México: Siglo XXI
Editores.
BOCZKOWSKI, P. (2006). Digitalizar las noticias. Buenos Aires: Manantial.
BOCZKOWSKI, P. (2010). News at work. Imitation in an age of information abundance. The University
of Chicago Press.
BOLAÑO, C. y Mastrini, G. (editores) (1999). Globalización y monopolios en la comunicación en América
Latina. Hacia una economía política de la comunicación. Buenos Aires: Biblos.
BOLAÑO, C.; MASTRINI, G.; SIERRA, F. (Editores) (2005). Economía política, comunicación y
conocimiento. Una perspectiva latinoamericana. Buenos Aires: La Crujía.
BONFIGLIO, N. y FERNÁNDEZ, A. (2003) Sí señor. Precarización y flexibilización laboral en la década
del noventa. Presentado en el 6º congreso Nacional de Estudios del Trabajo, del 13 al 16 de agosto. Buenos
Aires: ASET. Recuperado el 17-2-2017 en:
https://www.researchgate.net/publication/265920468_SI_SENOR_PRECARIZACION_Y_FLEXIBILI
ZACION_LABORAL_EN_LA_DECADA_DEL_NOVENTA
BOYER, D. (2013). The life informatic: newsmaking in the digital era. Ithaca N.Y.: Cornell University
Press.
BREED, W. (1955). Social Control in the Newsroom: a Functional Analysis. Social Forces, n. 33, pp. 326-
335. Citado en Wolf (1987), p. 207.
BUSTAMANTE, E. (2012) ¿La creatividad contra la cultura? En: Poder, medios, cultura. Una mirada
crítica desde la economía política de la comunicación. Buenos Aires: Paidós.
CABLEVISIÓN-FIBERTEL (2016) Nuestra historia. Recuperado el 9-2-2017 en:
https://institucional.cablevisionfibertel.com.ar/section/view/1273
CAPARRÓS, M. (2014). Cuarenta años después. Pamplinas, en: Blogs del diario El País, de Madrid.
Recuperado el 6-3-2016 en: http://blogs.elpais.com/pamplinas/2014/02/cuarenta-a por
cientoC3 por cientoB1os-despu por cientoC3 por cientoA9s.html
CARTER, N. y CULLEN, J. (1983). The computerization of newspaper organizations. The impact of
Technology on Organizational Structuring. University Press of America, USA.
CASTRO SANZ, C. (2001). La reconversión tecnológica y empresarial en un periódico consolidado: el
caso de “La Vanguardia”. Tesis doctoral. Departamento de Comunicación Audiovisual y Publicidad.
Universidad Autónoma de Barcelona.
CERVANTES BARBA, C. (1995). ¿De qué se constituye el habitus en la práctica periodística? En:
Comunicación y Sociedad (DECS, Universidad de Guadalajara, México), núm. 24, pp. 97-125
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
322
CERVANTES BARBA, C. (1996) Construcción primaria del acontecer y planeación de la cobertura
informativa. Propuesta metodológica para su estudio. En: Comunicación y sociedad (DECS, Universidad
de Guadalajara, México), núm. 28, septiembre-diciembre, pp. 49-81.
CERVANTES BARBA, C. (2001) La Sociología de las Noticias y el Enfoque Agenda-Setting. En:
Convergencia, Revista de Ciencias Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México, enero-abril de
2001, pp. 49-65
DE MARCO, M. (2006). Historia del periodismo argentino. Desde los orígenes hasta el centenario de
Mayo. Buenos Aires: Editorial de la Universidad Católica Argentina.
DEL VALLE-ROJAS C., NITRIHUAL-VALDEBENITO L., MAYORGA-ROJEL A. J. (2012) Elementos de
economía política de la comunicación y la cultura: hacia una definición y operacionalización del
mercado de los medios. Palabra Clave 15 (1), pp. 82-106
DÍAZ NOSTY, Bernardo (1985) Crisis y reconversión tecnológica de la prensa. En: Telos, cuadernos de
comunicación, tecnología y sociedad. Fundesco (Fundación para el Desarrollo de la Función Social de las
Comunicaciones). Número 3, julio-septiembre de 1985, Madrid.
DOMINGO, D. (2008). Interactivity in the daily routines of online newsrooms: dealing with an
uncomfortable myth. Journal of Computer-Mediated Communication, 13: 680–704. doi: 10.1111/j.1083-
6101.2008.00415.x
DOMINGUEZ, T. Pragmática periodística. La Plata: Editora Nieves.
DI TELLA, T. (Supervisor); GAJARDO, P.; GAMBA, S. y CHUMBITA, H. (1989). Diccionario de ciencias
sociales y políticas. Buenos Aires: Puntosur.
EL PAÍS (2014). Libro de estilo. Madrid: Editorial Aguilar.
FEDERACIÓN INTERNACIONAL DE PERIODISTAS (FIP) (2006). Reseña del encuentro “Tripartite
Meeting on the Future of Work and Quality in the Information Society: The Media, Culture, Graphical
Sector, realizado en octubre de 2004 en Ginebra, Suiza, bajo el auspicio de la OIT (Organización
Internacional del Trabajo)
FIDLER, R. (1998). Mediamorfosis: comprender los nuevos medios. Buenos Aires: (Paperback)
Ediciones Granica S.A.
FISHMAN, M. [1947] (1980). Manufacturing the News. Austin: University of Texas Press.
FONTCUBERTA BALAGUER, M. y BORRAT, H. (2006). Periódicos: sistemas complejos, narradores en
interacción. Buenos Aires: La Crujía.
FRANCO, Guillermo (Relator) (2009). El impacto de las tecnologías digitales en el periodismo y la
democracia en América latina y El Caribe. Knight Center For Journalism in the Americas. University of
Austin in Texas.
FRAGA, R. (Compilador) (1997). Autopercepción del Periodismo en la Argentina. Buenos Aires: Editorial
de Belgrano.
GANESH, T. (2006). News Reporting and Editing in Digital Age. Delhi: Gnosis.
GANS H. [1979] (1980). Deciding what’s news. Nueva York: Vintage Books.
GARCÍA MÁRQUEZ, G. (1966) El mejor oficio del mundo. Discurso pronunciado en la 52a. Asamblea de
la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, en Los Angeles, Estados Unidos. Recuperado el 10-3-2016 en:
http://especialgabo.fnpi.org/las-ideas-de-gabo/el-mejor-oficio-del-mundo/
GOMIS, L. (1991). Teoría del periodismo. Cómo se forma el presente. Barcelona: Paidós.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
323
GRABER, D. (1988). Processing the News: How People Tame the Information Tide. 2nd Edition. New
York: Longman. Descargado de http://hij.sagepub.com at Northwestern University Library, junio 24,
2011
GUBER, R. (2011). La etnografía, método, campo y reflexividad. Buenos Aires: Siglo XXI.
HAIMOVICHI, I. (2015). Diario La Nación, nueva redacción, viejas deudas. Documento inédito sobre
los proyectos de convergencia de las redacciones dado a conocer el 23 de mayo de 2015.
HARVEY, D. (2008). La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenes del cambio
cultural. Buenos Aires: Amorrortu.
HILLS, P. (1980). The future of the printed Word. The Open University Press-Milton Keynes, England.
IGLESIAS, F. y VERDEJA, S. (1988). Marketing y Gestión de Periódicos. Editorial de la Universidad de
Navarra.
LA NACIÓN S.A. (1995) Así se hace un diario. Video institucional. Comunicación Institucional del diario
La Nación: Buenos Aires.
LA NACIÓN S.A. (1997). Manual de Estilo y Ética periodística. Buenos Aires: Espasa.
LA NACIÓN S.A. (2005). 135 años. La Nación, testimonio de tres siglos. Buenos Aires: La Nación.
LEINER, B., CERF, B., CLARK, D., KAHN, R., KLEINROCK, L., LYNCH, D., POSTEL, J., ROBERTS, L.,
WOLFF S. (2016). Breve historia de Internet. Internet Society, recuperado el 22-12-2016 en:
http://www.internetsociety.org/es/breve-historia-de-internet
LENGUITA, P. (2009). Las formas disciplinarias del teletrabajo en el periodismo gráfico. Revista
Theomai, estudios sobre sociedad y desarrollo. Número 19.
LENGUITA, P.; DUHALDE, S. y VILLANUEVA, M. (2005). Las formas de control laboral en tiempos de
la teledisponibilidad. Análisis sobre la organización del teletrabajo a domicilio en Argentina.
Publicación del séptimo congreso de ASET. Recuperado el 18-2-2016 en:
http://www.aset.org.ar/congresos/7congreso.htm
LEÑERO, V. y MARÍN, C. (1986) Manual de Periodismo. México: Grijalbo.
LINARES, J. y ORTIZ CHAPARRO, F. (1995) Autopistas de la información. Cuadernos de Fundesco
(Fundación para el Desarrollo de la Función Social de las Comunicaciones) Madrid.
LORETI, D. y LOZANO, L. (2013). “El Estatuto del periodista profesional: alcances, vigencia y asignaturas
pendientes”. Revista del Derecho del Trabajo, número 4, marzo de 2013. Buenos Aires: ediciones Infojus.
Recuperado el 22-11-2016 en: http://www.saij.gob.ar/doctrina/dacf130068-loreti-
estatuto_periodista_profesional_alcances.htm
LOZANO RENDÓN, J. (2009). Teoría e investigación de la comunicación de masas. México: Pearson
Educación.
LUCHESSI, L. (Compiladora). (2010). Nuevos escenarios detrás de las noticias. Agendas, tecnologías y
consumos. Buenos Aires: La Crujía.
LUCHESSI, L. (2015) El argumento como dato. Exposición en la conferencia Desarrollos
contemporáneos sobre medios y sociedad en la Argentina y América latina, el 27 de noviembre en la
Universidad de San Andrés, Buenos Aires. Recuperado el 2-2-2017 en:
https://www.youtube.com/watch?v=JmABI9kDk3c
MARÍN, C. (2004) Manual de periodismo. México: Grijalbo.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
324
MARTÍN, H. y MARINO, S. (1989). Condiciones de Trabajo en el gremio de prensa. Buenos Aires:
Secretaría de Asuntos profesionales de la UTPBA.
MARTÍNEZ ALBERTOS, J. (1988). Curso general de redacción periodística. Madrid: Editorial Mitre.
MARTINI, S. (2000). Periodismo, noticia y noticiabilidad. Buenos Aires: Grupo Editorial Norma.
MARTINI, S. y LUCHESSI, L. (2004). Los que hacen la noticia. Periodismo, información y poder. Buenos
Aires: Biblos.
MARX, K. (2009). El Capital. Libro I Capítulo VI (inédito). El proceso de producción del capital.
Resultados del proceso inmediato de producción. México: Siglo XXI.
MARX, K. [1857] (2008). Introducción a la crítica de la economía política. 1857. Buenos Aires: Ediciones
Luxemburg.
MARX, K. (2010). El Capital. Crítica de la economía política. Antología. Madrid: Alianza Editorial.
MCLUHAN, M. (1994). Comprender los medios de comunicación. Las extensiones del ser humano.
Barcelona: Paidós.
MCQUAIL, D. (1994). Introducción a la teoría de comunicación de masas. Barcelona: Paidós.
MICELI, W. y BELINCHE, M. (2002) Los Procesos de Edición Periodística en los Medios Gráficos: El
Caso Clarín. Ediciones de Periodismo y Comunicación. Universidad Nacional de la Plata, Facultad de
Periodismo.
MINISTERIO DE ECONOMÍA DE LA NACIÓN (2004). Memoria de las privatizaciones. Origen y ámbito
de acción de Telecóm S.A. Recuperado el 8-6-2016 en:
http://mepriv.mecon.gov.ar/entel/Origenyambitodeaccion-Telecom.htm
MOKATE, K. (1999). Eficacia, eficiencia y sostenibilidad: ¿Qué queremos decir? Departamento de
Integración y Programas Regionales del Instituto Interamericano para el Desarrollo Social del Banco
Interamericano de Desarrollo. Serie de Documentos de Trabajo I-24. Recuperado el 29-6-2016 en:
http://www.cepal.org/ilpes/noticias/paginas/9/37779/gover_2006_03_eficacia_eficiencia.pdf
MOSCO, V. (2006) La economía política de la comunicación: una actualización diez años después. CIC-
Cuadernos de Información y Comunicación, vol. 11, Madrid: Universidad Complutense de Madrid.
MOSCO, V. (2011). La economía política de la comunicación: una tradición viva. En: Albornoz, Luis
(comp.) Poder, medios, cultura. Buenos Aires: Paidós.
MURO BENAYAS, I. (2010). La deconstrucción de la mediación informativa. Crisis de medios y
revolución en la cadena de valor noticioso. Revista Telos. Fundación Telefónica, Madrid. Julio-
septiembre de 2010, páginas 6 a 9.
NEFFA, J. (1998) Los paradigmas productivos taylorista y fordista y su crisis. Una contribución desde
la teoría de la regulación. Buenos Aires: Editorial Lumen para Asociación Trabajo y Sociedad PIETTE
(CONICET).
NEGROPONTE, N. (1995). Ser Digital. Buenos Aires: Editorial Atlántida.
NIELSEN, Jacob (2012) Usability 101: Introduction to Usability. Artículo publicado en el blog del autor.
Recuperado el 2-6-2016 en: https://www.nngroup.com/articles/usability-101-introduction-to-usability/
NIETO, A. e IGLESIAS, F. (1993). Empresa informativa. Barcelona: Editorial Ariel.
NUNEMACHER, G. (1997). Introducción a las redes de área local. Madrid: Paraninfo.
OJEDA, A. (2010). De la Arenga Faccional al Reclame Publicitario. En: revista Pensar la Publicidad, nº
2, Barcelona.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
325
OJEDA, A. y MOYANO, J. (2015). Del estado al mercado: el periodismo mitrista en la modernización de
la prensa argentina (1862-1904). En: Pineda de Soto, Adriana y Gantús, Fausta (coord.) “Recorridos de
la prensa moderna a la prensa actual”. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, Red de
Historiadores de la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica y Facultad de Filosofía de la Universidad
Autónoma de Querétaro.
OIT-FIP (2006). The Changing Nature of Work. A global survey and case study of
atypical work in the media industry. Informe de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) con el
auspicio de la OIT. Ginebra, Suiza.
OIT – AAVV (1998) La convergencia multimedia, romper el silencio. Educación Obrera 1998/1-2
Números: 110/111. Recuperado el 4-11-2015 en:
http://www.ilo.org/actrav/info/pubs/WCMS_116089/lang--es/index.htm
PAVLIK, J. (2005). El periodismo y los nuevos medios de comunicación. Madrid: Paidós Comunicación.
PEREIRA, F. (2010). El mundo de los periodistas: aspectos teóricos y metodológicos. Comunicación y
sociedad, (13), 101-124. Recuperado el 7/1/16 en:
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-
252X2010000100005&lng=es&tlng=es.
PISANI, F. (2011). Curaduría: una noción clave en la era digital. El Universo, publicación online.
Recuperado el 12-01-2017 en: http://www.eluniverso.com
POBLACIÓN, J. y GARCÍA ALONSO, P. (2000) Organización y gestión de la empresa informativa.
Madrid: Editorial CIE-Dossat.
PODER EJECUTIVO NACIONAL (1946) Estatuto del Periodista Profesional, Ley 12908. Buenos Aires:
Boletín Oficial.
RAMOS, J. (2009). Desencuentros de la modernidad en América Latina
Literatura y política en el siglo XIX. Caracas: Fundación Editorial El Perro y la Rana.
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. Diccionario de la lengua española. Edición del tricentenario.
Recuperado el 30-11-2016 en: http://dle.rae.es/?w=diccionario
RETEGUI, L. (2016) ¿Dónde estás trabajo creativo? Los procesos de organización productiva y del
trabajo en las industrias culturales. El caso lanacion.com, a partir del trabajo de redactores y editores
(2009-2013). Tesis aprobada el 16-11-2016 en la Maestría en Industrias Culturales, Universidad Nacional
de Quilmes.
REVISTA DEL TRABAJO (OIT) Medios de comunicación: cada vez más, los nuevos medios se
caracterizan por la presencia de mujeres, periodistas autónomos y por la abundancia de correo
electrónico. Nº34, Abril-mayo de 2000, p. 27.
REIG, R. (2011). Los dueños del periodismo. Claves de la estructura mediática mundial y de España.
Barcelona: Gedisa
RIVERA, J. (1994) Postales electrónicas. Buenos Aires: Atuel.
RIVERA, J. (1998). El escritor y la industria cultural. Buenos Aires: Atuel.
ROTKER, S. (2005). La invención de la crónica. México: Fondo de cultura Económica.
ROSHCO, B. (1975) Newsmaking. The University of Chicago Press, Chicago, Estados Unidos.
SAITTA, S. (2013). Regueros de Tinta. El diario “Crítica” en la década de 1920. Buenos Aires: Siglo XXI.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
326
SALAVERRÍA, R. (2009). Los medios de comunicación ante la convergencia digital. Actas del I Congreso
Internacional de Ciberperiodismo y Web 2.0 (CD-Rom), Bilbao, 11-13 noviembre 2009. Servicio Editorial
de la Universidad del País Vasco. Recuperado el 7/1/16 en: http://dadun.unav.edu/handle/10171/5099
SALAVERRÍA, R. (2010) ¿Ciberperiodismo sin periodistas? Diez ideas para la regeneración de los
profesionales de los medios digitales. En: Campos Freire, F. (coord.) El cambio mediático. Zamora:
Comunicación Social Ediciones y Publicaciones, pp. 236-249. Recuperado el 12-11-2015 en:
http://dadun.unav.edu/handle/10171/7259
SALAVERRÍA, R. (2016) Ciberperiodismo en Iberoamérica. Fundación Telefónica, Madrid; Barcelona:
Editorial Ariel. Recuperado el 24-02-2016 en:
http://www.fundaciontelefonica.com/arte_cultura/publicaciones-listado
SÁNCHEZ-TABERNERO, Afonso (2000) Dirección estratégica de empresas de comunicación. Madrid:
Cátedra.
SAUTU, Ruth (Compiladora) (2004). El método biográfico. La reconstrucción de la sociedad a partir del
testimonio de los actores. Buenos Aires: Lumiere.
SAUTU, Ruth (2009). Práctica de la investigación cuantitativa y cualitativa. Articulación entre la
teoría, los métodos y las técnicas. Buenos Aires: Editorial Lumiere.
SCHILLER, Herbert (1986) Información y economía en tiempos de crisis. Madrid: Editorial Tecnos.
SCHMUCLER, H. y TERRERO, P. (1987). El incierto destino de la prensa informatizada. Revista
Diálogos de la Comunicación, nº 18. Recuperado el 12-05-2015 en: http://dialogosfelafacs.net/edicion-
18/
SCHMUCLER, H. y TERRERO, P. (1989). Impacto de la informatización en la prensa argentina.
Diálogos de la comunicación, ISSN 1813-9248, Nº. 24. Recuperado el 12-05-2015 en:
http://dialogosfelafacs.net/edicion-24/
SCHMUCLER, H. y TERRERO, P. (1995) “Nuevas tecnologías y nuevos usos de los medios masivos de
comunicación en Argentina. Su relación con los cambios político-culturales entre 1970-1990.
(Aproximación bibliográfica)” Proyecto de investigación de las universidades Nacional de Entre Ríos
(UNER) y de Buenos Aires (UBA). Mimeo.
SCHÜTZ, A. (2003). El problema de la realidad social. Escritos I. Buenos Aires: Amorrortu Editores.
SCOLARI, C. (2008). Hipermediaciones. Elementos para una Teoría de la Comunicación Digital
Interactiva. Barcelona: Gedisa.
SCOLARI, C.; MICÓ SANZ, J.; NAVARRO GUERE, H. y PARDO KUKLINSKI, H. (2008). El periodista
polivalente. Transformaciones en el perfil del periodista a partir de la digitalización de los medios
audiovisuales catalanes. En: ZER Revista de Estudios de Comunicación, nº25. Bilbao: UPV/EHU, pp.
37-60. Recuperado el 30-01-2016 en: http://www.ehu.eus/zer/es/hemeroteca/articulo/El-periodista-
polivalente-Transformaciones-en-elperfil-del-periodista-a-partir-de-la-digitalizacinde-los-medios-
audiovisuales-catalanes/365
SENNET, Richard (2000). La corrosión del carácter. Las consecuencias personales del trabajo en el
nuevo capitalismo. Barcelona: Editorial Anagrama.
SHOEMAKER, P. y REESE, S. [1991] (1999). Mediating the Message. Theories of Influences on Mass
Media Content. Nueva York: Longman.
SHOEMAKER, P. y COHEN, A. (2006). News around the World: Content, Practitioners, and the Public.
New York: Routledge, 2006. Recuperado el 24-6-2015 en: http://hij.sagepub.com, Nortwestern
University Library.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
327
SIDICARO, R. (1993). La Política Mirada desde Arriba: Las Ideas del Diario La Nación, 1909-1989.
Buenos Aires: Sudamericana.
SMITH, A. (1983). Goodbye Gutenberg. La revolución del periodismo electrónico. Barcelona: Gustavo
Gili Editorial.
SOHN, A.; OGAN, C. y POLICH, J. (1988). La dirección de la empresa periodística. Buenos Aires: Paidós
comunicación.
STANGE MARCUS, H. y SALINAS MUÑOZ, C. (2009). Cuaderno de Trabajo: Rutinas periodísticas.
Discusión y trayectos teóricos sobre el concepto y su estudio en la prensa chilena. Universidad de Chile.
Instituto de Comunicación e Imagen. Centro de Estudios de la Comunicación.
STRAUSS, A. (1959). Espejos y mascaras. La búsqueda de la identidad. Buenos Aires: Marymar.
STRAUSS, A.; SCHATZMAN, L.; BUCHER, R.; EHRLICH, D.; SABSHIN, M. (1964) Psychiatric
ideologies and institutions. Free Press of Glencoe, Illinois.
STRAUSS, A. (1992). La trame de la négociation. París: L’Harmatan.
STRAUSS, A. (2004). La investigación es trabajo duro, siempre está unida a cierta dosis de sufrimiento.
De ahí que, por otro lado, deba ser entretenida, divertida. Anselm Strauss en conversación con
LEGEWIE, H. y SCHERVIER-LEGEWIE, B. Qualitative Social Research, 5(3), Art. 22, recuperado el 26-
12-2016 en http://nbn-resolving.de/urn:nbn:de:0114-fqs0403222.
SUÁREZ, M. (2012). Periodismo multimedia. Un Nuevo paradigma laboral flexible. Buenos Aires:
Ediciones Arco.
TAYLOR, S.J., BOGDAN, R. (1992). Introducción a los métodos cualitativos en investigación. La
búsqueda de los significados. Madrid: Paidós.
TENEWICKI, I. (1995). Curso de periodismo. Buenos Aires: Editorial Troquel.
TUCHMAN, G. (1973) Making the news by doing work: Routinizing the unexpected. American Journal
of Sociology, vol. 79. Recuperado el 5-7-2016 en:
http://www.journals.uchicago.edu/doi/pdfplus/10.1086/225510
TUCHMAN, G. (1978) “Making News: A Study in the Construction of Reality”. New York: Free Press.
TUNSTALL, J. (1971). Journalists at work: specialist correspondents: Their news organizations, news
sources, and competitor-colleagues. Londres: Constable.
UFARTE RUIZ, M. (2013). El burnout en la profesión periodística: un estudio del síndrome de estar
quemado en los profesionales de la prensa escrita de Almería. Revista Hologramática, Facultad de
Ciencias Sociales UNLZ, Número 18, V2, pp. 23-40. Recuperado el 29-6-2016 en:
http://www.cienciared.com.ar/ra/doc.php?n=1780
URTEAGA, E. (2004). Les journalistes locaux: fragilization d’une profession. París: L’Harmattan.
URTEAGA, E. (2008) Sociología de las profesiones: una teoría de la complejidad. En: Lan Harremanak.
Revista de Relaciones Laborales, número 18. Recuperado el 7/1/16 en:
http://www.ehu.eus/ojs/index.php/Lan_Harremanak/article/view/2812
UTPBA, Secretaría de Asuntos Profesionales (1988). Las nuevas tecnologías y la salud. Buenos Aires:
Publicaciones UTPBA.
UTPBA (1991). Nuevas tecnologías. Modificaciones en las formas de trabajo periodístico. Buenos Aires:
Publicaciones UTPBA.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
328
VAN DIJK, T. (1990). La noticia como discurso. Comprensión, estructura y producción de la
información. Barcelona: Paidós.
VASILACHIS DE GIALDINO, I. (1992). Métodos cualitativos I. Los problemas teórico-epistemológticos.
Buenos Aires: Centro Editor de América Latina.
VASILACHIS DE GIALDINO, I. (Coordinadora) (2006). Estrategias de investigación cualitativa.
Barcelona: Gedisa, Biblioteca de Educación. Herramientas universitarias.
VIVALDI, M. (1993). Curso de redacción. Teoría y práctica de la composición y del estilo. Madrid:
Paraninfo.
WAISBORD, S. (2013). Reinventing Professionalism: Journalism and News in Global Perspective (Key
Concepts in Journalism). Maiden: Polity Press. Kindle Edition.
WAISBORD, S. (2015). ¿Y si el periodismo no fuera una profesión? En Conferencia: Desarrollos
contemporáneos sobre medios y sociedad en la Argentina y América latina” Buenos Aires: Universidad de
San Andrés. Recuperado el 2-2-2017 en: https://www.youtube.com/watch?v=ofcy5gMnbM4
WEBER, M. y WIEBEL, S. (1992). Max Weber: Para una sociología de la prensa. Reis, (57), 251–259.
Recuperado el 2-10-16 en: http://doi.org/10.2307/40183610
WHITE, D. (1964). A case study in the selection of news. En: Lewis, Anthony Dexter y White, David
Manning (Editores) People, Society and Mass Communications. The Free Press of Glencoe, Collier
McMillan LTD., Londres, pp. 160-172.
WIMMER, R. y DOMINICK, J. (1996). La investigación científica de los medios de comunicación. Una
introducción a sus métodos. Barcelona: SA Bosch.
WOLF, M. (1987) La investigación de la comunicación de masas. Buenos Aires: Paidós.
WOLF, M. (1991) Modelos periodísticos en transición. La influencia de los sistemas de edición
electrónica. En: Revista Telos, cuadernos de comunicación, tecnología y sociedad, Nº 28. FUNDESCO
(Fundación para el Desarrollo de la Función Social de las Comunicaciones), Madrid, España.
WOLF, M. (1997) Los emisores de noticias en la investigación sobre comunicación. Traducción de Rosa
M. Martín Sabarís. En: Zer, Revista de estudios de comunicación, número 3. Versión digital recuperada
el 14-7-16 en: https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=825775
WOLTON, D. (2005). Pensar la comunicación. Buenos Aires: Prometeo.
ZALLO ELGUEZABAL, R. (1998) Economía de la Comunicación y la Cultura. Madrid: Akal.
ZALLO ELGUEZABAL, R. (2011a) Cultura, industria cultural e innovación en la Comunidad Autónoma
de Euskadi: una especialización pendiente. Revista Ekonomiaz Nº 78, 3º cuatrimestre.
ZALLO ELGUEZABAL, R. (2011b) Retos actuales de la economía crítica de la comunicación y la cultura.
En: Albornoz, Luis (Compilador) (2011) Poder, medios, cultura. Una mirada crítica desde la economía
política de la comunicación. Paidós estudios de comunicación, Buenos Aires.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
329
ENTREVISTA DE RUBÉN LEVENBERG A JOSÉ CLAUDIO ESCRIBANO150 José Claudio Escribano “Estamos en la edad de piedra digital” En su entrevista con Perspectivas en Historia de los Medios, el ex subdirector y actual directivo
de La Nación habló sobre la antigua competencia con La Prensa y la llegada de Clarín.
Desglosó las transformaciones del trabajo del periodista, rescató el rol de los oficios con los
que se relaciona y puso énfasis en los cambios que apuntan a -y son consecuencia de- la
capacitación profesional.
Conoce –y disfruta compartir- anécdotas en un amplio espectro de actividades periodísticas a lo
largo de medio siglo: desde las rutinas de la redacción hasta la competencia empresarial; desde
el periodismo internacional hasta los detalles de la prensa local en Santa Fe o Entre Ríos; desde
la época de la linotipo hasta la digitalización completa. Cada tanto hace una pausa para pensar
la respuesta y nadie podría decir que durante muchos años, como subdirector del diario más
antiguo de circulación nacional (o uno de los dos, si consideramos el relanzamiento de 1870), ha
sido –y lo es actualmente con sus columnas de opinión- uno de los hombres que mayor
influencia política tuvo en los últimos treinta años, con definiciones que generan odios y amores.
Exponente de aquella tradición de un diario que, al decir de Ricardo Sidicaro, se posicionó como
interlocutor de la sociedad y del poder, Escribano es también protagonista y testigo de la historia
del periodismo, al menos desde 1956, cuando entró al diario como cadete.
¿Qué cambios vivió desde La Nación en los diarios locales?
-Nunca trabajé en otro diario; me inicié en La Nación, adonde a los diecisiete años llevaba
algunas cosas, para entrar en planta a los dieciocho. Allí viví, entre otras cosas, la transformación
de los oficios, el paso del plomo a la composición en frío, la irrupción de la computadora a la
redacción y el ingreso de periodistas con distintas experiencias y formaciones. Un hecho
simbólico que me tocó personalmente fue abrir el ciclo de una tecnología que fue importante en
el periodismo: en 1957 transmití por primera vez, al menos para La Nación, directamente desde
un télex. Fue desde el Paraninfo de la Universidad del Litoral, en Santa Fe, donde se hacía la
150 Publicada originalmente en el número 3 de Perspectivas en Historia de los Medios (2017), revista que, con auspicio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, dirigió Levenberg hasta su fallecimiento. Esta entrevista fue la última realizada por él para una publicación periodística.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
330
Convención Constituyente el 30 de agosto. En 1999, tuve la responsabilidad de dar de baja al
último télex.
A mediados de la década de 1990 dijo que el diario tenía que adaptarse a
competencias como la de la televisión y la de la computadora. ¿Cuál es su visión de
esta nueva época?
-En 1995 estábamos en el ojo de la tormenta. De algún modo seguimos allí, es la mitad de la
década más revolucionaria en la historia, del mundo de las comunicaciones. Pero a pesar de
todos los cambios que se produjeron, todavía estamos en una suerte de edad de piedra de la era
digital. Porque mientras hablamos aquí, no me sorprendería que algo nuevo esté ingresando en
el mercado y de una fuerza tal que pueda volver a sorprendernos una vez más. También hay que
pensar que en la misma década Nicholas Negroponte decía que en la década siguiente el viejo
diario en papel debería convivir con una tableta.
¿Convivencia o sustitución?
-Decía que compartirían una audiencia que hasta el momento era cautiva del papel. Es
interesante, porque la expresión tableta estuvo bien pensada, hoy hablamos de tabletas como
algo corriente. La revolución ha sido impresionante, el télex tuvo una existencia corta, algo más
de 30 años y no mucho mejor le fue al fax, que fue su reemplazo apurado por los países orientales
ante la dificultad que generaban los teclados, por el uso de ideogramas. Esto no había ocurrido
con otros medios del pasado, como el telégrafo o el teléfono.
Durante esos años también dejaron de existir algunos oficios, nacieron otros y el
periodismo se transformó.
-El tipógrafo es uno de los tantos oficios que desaparecieron, como el tipista, el saca pruebas, el
ordenanza. Por otra parte, hay oficios imprescindibles. Una vez Franklin Rawson Paz, quien era
prosecretario General de Redacción cuando yo era secretario, me llevó al atril en el que estaban
los diarios de los últimos quince días y me dijo: “fijate qué macana el título que publicamos hoy”.
Yo lo leía y no veía el error, hasta que me lo tuvo que marcar. Había pasado por todos los filtros,
por todos los niveles de fiscalización, que eran múltiples y muy severos. Hoy, en lugar de
mejorar, se cree que la corrección humana no es necesaria, pero la máquina no alcanza porque
las posibilidades de que el diablo meta la cola son inmensas. Los correctores son la figura más
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
331
sacrificada, porque de pronto salva a un diario casi de una catástrofe y no se lo reconocen, pero
cuando comete un error todo el mundo lo señala.
¿El ordenanza?
-Era una figura fundamental, que llevaba los originales al taller con toda la rapidez que exigía el
caso.
¿Cómo fue el paso del plomo a la composición en frío?
-Fue un proceso gradual. La conversión de la composición llamada en caliente a la que se
denominó en frío comenzó de una manera muy balbuceante. Había que vencer no sólo una
cultura sino impedimentos de orden material, como la entrada en todo un proceso de
digitalización. Recuerdo que la primera computadora que se compró para La Nación en los años
70 no cabía en una habitación y costaba 17.500 dólares. Se colocó en la secretaría de Redacción,
pero no tenía aplicación práctica alguna. O la tenía, pero por razones psicológicas, aunque
parezca broma, era simplemente para que los redactores la vieran, pasaran, la tocaran y
comprendieran que no mordía. Por entonces cada diario tenía su estrategia.
¿Por ejemplo?
-Al comienzo, en el New York Times era muy escaso el número de redactores que decía que
estaba en condiciones de pasar de una máquina de escribir a una computadora. Para acelerar el
proceso colocaron un gran cartel en la redacción: “Se hace saber a los redactores que a partir de
la fecha todo aquel que ponga en conocimiento de las autoridades que está en condiciones de
realizar su trabajo en la computadora, podrá llevarse a su casa, como de su propiedad, la
máquina de escribir que estaba utilizando”. Les dio muy buen resultado.
También cambiaron los roles entre los periodistas…
-Yo de entré como cronista volante, que era el muchacho para todos los mandados. Las
redacciones estaban mucho menos especializadas y segmentadas. Darío López, que era un
hombre de unos cuarenta y tantos años largos, con quien trabamos una relación amistosa, cubría
de manera simultánea el Ministerio de agricultura y Ganadería y el de Salud Pública de la
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
332
Nación. Eso era posible porque no había una segmentación tan definida, salvo casos muy
específicos, como el ajedrez, del cual se ocupaba Jaime Bolbochan. Los redactores volantes
cumplían un horario durante el cual cubrían lo que fuera, no se ocupaban de un tipo de
información específica. Si no había nadie en Policiales, podían ir a cubrir un incendio, o un
asalto. Pero también una conferencia de prensa de un político o la renuncia de un ministro.
¿Cuánto tiempo trabajó como cronista volante?
-Un mes, porque era tan tronco que el secretario General me llamó y me dijo que me iban a
prolongar la prueba, que era de treinta días, por dos meses más. Me había tirado un centro para
que lo cabeceara durante ese período de gracia. Antes de cumplir el plazo me destacaron como
cronista en la Casa Rosada. Creo que cuando un joven reportero siente profundamente el interés
por el oficio va a salir del paso.
¿Su formación fue totalmente empírica?
-Hice la carrera de abogacía, di la primera materia veinte días después de haber entrado en el
diario, pero mi formación tuvo componentes emocionales muy importantes, porque a la mesa
de mi casa se hablaba mucho de La Nación. Mi bisabuelo paterno, mi abuelo paterno y dos
hermanos de mi madre habían estado en el diario. Yo fui la cuarta generación, de modo que
existía una ligazón emocional. Sobre todo, influyó un hermano de mi madre, Andrés Durán,
abogado, periodista y parlamentario. Era una figura de una ascendencia casi paternal y había
sido cronista parlamentario en el diario entre 1946 y 1953, cuando murió. Dos años después fui
a buscar trabajo a La Nación.
Algunos periodistas recuerdan con afecto las tertulias de los diarios, las reuniones
en las cuales, dicen, aprendían el oficio. ¿Cuál fue su experiencia?
-Había una bohemia que dejaba frutos de enriquecimiento cultural múltiple, pero también una
dilapidación de tiempo, de energías y, por qué no, de la salud física. Personalmente tuve que
tomar una decisión y me gradué porque conseguí sustraerme a la noche de Buenos Aires.
Recuerdo que tenía 19 años y salimos del diario a las tres de la mañana, después de una larga
tertulia a la que yo me había sumado a las 12. Luego seguimos, y a las seis y veinte comprendí
que los demás estaban acostumbrados a acostarse a las siete, pero yo no. Me fui y le dejé una
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
333
nota a mi madre para que me despertara a las nueve. Había decidido dejar la tertulia y hacer mi
carrera.
Ingresó al mundo del periodismo en un ambiente del cual se dice que tenía la idea
de la bohemia, pero un contacto menos intenso con el de la composición y más
vinculado a las carreras de humanidades. ¿Lo percibe de esa manera?
- Entre los periodistas había muchos estudiantes crónicos de varias carreras. Las más clásicas
eran abogacía, letras, filosofía y algún descolgado que hacía Ciencias Económicas. Por entonces
no se pensaba en la posibilidad de que hubiera escuelas de periodismo. Después, cuando
comenzaron a llegar los primeros graduados había mucha bulla sobre el tema, las viejas
generaciones fueron muy reticentes. En cuanto a la relación con la composición, debe haber
habido en La Nación redactores que nunca, pero nunca, entraron al taller. Allí iban los que
tenían más vocación. Y los que no, se perdían muchas cosas. El secretario de Redacción bajaba
con un piolín como los de los barriletes y medía cuánto tenía la composición del discurso.
Entonces le decía al jefe del taller “tiralo a cuatro” y el tipo, con la habilidad y los conocimientos
que tenía, tiraba ese plomo en cuatro columnas, dejando los espacios perfectos para que después
hiciera el título.
Fue después de que terminaran con las galeras a una columna…
-Sí, el cambio fue en 1983 cuando se hizo el primer diseño profesional en la historia del diario,
a cargo de Rolf Rehe, un profesor de la Universidad de Indiana.
¿Cuando usted entró al diario la competencia todavía era La Prensa?
-No, eso había sido hasta el 3 de febrero de 1951, en que el peronismo la interviene, luego la
confisca y la pone en manos de la CGT, que en relación con los otros diarios del oficialismo hace
un producto de verdadera sobriedad. Con no poca astucia entendieron que algo había que hacer
para preservar la enorme masa de lectores que tenía La Prensa. La Nación siempre fue el
segundo diario. La popularidad de la prensa se basaba en era su rigurosidad para verificar los
hechos, hasta el punto de que era extenuante para sus periodistas. Pero era muy importante el
hecho de ser el diario de los trabajadores y los inmigrantes, porque tenía una gran sección de
avisos clasificados y lo compraban para buscar trabajo. De eso se dio cuenta Roberto Noble.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
334
¿Cómo lo aprovechó?
-Cuando la confiscan, Noble hace un trabajo de captación de avisos clasificados y tiene éxito.
Cuando La Prensa es devuelta a sus dueños, si bien vuelve a superar a La Nación en circulación,
ya no era lo mismo. El espacio lo va cubriendo Clarín. En 1963 La Nación alcanza por primera
vez a La Prensa, que en 1974 se desafilia del Instituto Verificador de Circulaciones (IVC). Allí
está la información que los anunciantes utilizan para ver a cuánta gente llega el mensaje por el
que pagan y La Prensa ya estaba comenzando a perforar hacia abajo el piso de los cien mil
ejemplares. Veinte años antes llegaban a 400.000.
¿Cómo fue el impacto de la innovación que introdujeron las revistas en los años
60?
-Fue notable. Hay que reconocerle a la suma de Primera Plana, Análisis y Confirmado una
fuerte gravitación sobre la forma en la que se confeccionarían en adelante los diarios. Las
revistas terminaron por confirmar algo que ya se sabía y que La Nación venía practicando por
inspiración de Juan Santos Valmaggia: había que ser menos informativos y disponer de un
mayor espacio para la interpretación de los sucesos. De la pequeña dotación de editorialistas
salía la columna política, y ulteriormente las dedicadas a temas gremiales o a la vida religiosa.
La Nación tiene muchas páginas, se dicen muchas cosas, algunas contradictorias entre sí. La
única que vale como opinión oficial del diario es la que aparece en la página de Editoriales.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
335
POSFACIO
Carlos Campolongo
Escribir el posfacio para la publicación de la tesis doctoral de Rubén Levenberg es un privilegio
afectivo arrebatado por emociones contrariadas. Difícil escritura. Por un lado, colma de alegría
revivir el sendero compartido en su vida académica y, a la vez, el presente triste por la ausencia
de aquella partida inesperada. De cualquier modo, queda su obra, su vocación y sus aportes a la
profesión que son parte de la memoria de la Facultad de Sociales y la Carrera de Comunicación.
Su presencia perdurará en todos los que fueron sus estudiantes, y colegas. Quienes no lo
conocieron tienen este testimonio con el que distingue su desempeño como profesor e
investigador.
La benevolencia conferida por las autoridades de la carrera delegado por su otro compañero de
cátedra de Historia de los Medios, profesor Julio Moyano, no imaginarán – tanto como los
lectores – la movilización de sentimientos y dificultad del trance de recordar su persona y
acompañamiento en la cátedra que compartimos durante 20 años. Difícil, reitero, escribir estas
líneas que envuelven un cierre al trabajo que le demandó una gran dedicación.
A más de dos años transcurridos desde la muerte repentina de Rubén es imposible suprimir
aquella sensación de irrealidad que me invadió la tarde que una integrante del equipo de la
cátedra a mi cargo de la que Rubén fue adjunto, me avisó de su súbita partida. Creí que se trataba
de una equivocación, un malentendido con lo que me estaba contando. Pero no, era la realidad
absurda que se imponía.
Las circunstancias que rodearon enterarme de su partida me demoran porque no sé si recorrer
el camino de la semblanza de una buena persona y destacado profesor o la hondura de su
empeño en esta tesis que ahora se publica. En ambas direcciones, trayectos que, de alguna
forma, concluyen parte de lo que nos brindó y que aún podía aportar a la enseñanza académica
y al periodismo profesional. Letras que entrecruzan a la persona de bien, al compañero de
conversaciones y aportaciones durante tantos años para pensar las ciencias de la comunicación.
No fuimos amigos, pero sí prójimos que nos reconocíamos en el respeto y ciertos valores
compartidos. Murió joven y eso nos lleva otra vez a la irrealidad de querer imaginarlo presente.
¿Cómo podía morirse si hablé ayer a la tarde con él y mañana tenía que defender su tesis”?
repiqueteaba en mi soliloquio interno, silencioso e interrogativo para huir del reconocimiento
de la finitud de Rubén, que naturalmente ponía en juego mi propia finitud.
Muy pocos días antes habíamos tomado exámenes y tenía viva la imagen del diálogo y el abrazo
de lo que sería, sin saberlo, la postrer despedida en la puerta de la facultad. Allí estaba Rubén,
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
336
su figura alta cargando en la espalda su mochila llena de textos y el infaltable mate que lo
acompañaba en esas extendidas jornadas.
¿Cómo que se murió? Si hasta le había prometido, el día antes de su muerte que iba a estar
presente acompañándolo en la defensa de la tesis porque a su naturaleza perfeccionista le
inquietaba la defensa de sus tesis y la respuesta de alguna aclaración menor solicitada por un
integrante del jurado. Hablamos sobre su presentación, y me contó que estaba preparando el
“power point” que usaría. Había registrado algo de su lógico nerviosismo. Para tonificarle el
espíritu le dejé otro mensaje la misma mañana que lo encontraron ya sin vida, en la que le decía
que estuviese tranquilo y que como le había dicho estaría en su defensa. No pudo ser.
Con aquélla triste novedad comenzó un duelo que sigue hasta el presente. Cada uno tiene
tiempos diferentes para afrontar la realidad de la muerte. Hasta el límite de lo inaceptable me
preguntaba ¿por qué aquella noche no conversé más con él para cuidar su serenidad?
Rubén fue un excelente compañero de cátedra que sabía sintetizar la profundidad de la teoría
con la aplicación de su, por entonces, dilatada trayectoria profesional como periodista y sus
conocimientos sobre la economía y el funcionamiento de las empresas. Entendía el periodismo
como una vocación, aun con sus críticas, como un llamado y compromiso de resguardar y
potenciar especialmente unos determinados valores en la comunidad humana, como son la
verdad, la libertad y la justicia. Su correcto ejercicio compuso una participación activa de
entrega. Junto a la defensa de los derechos del trabajador periodístico. Todo esto se ve reflejado
con precisión, reflexión en la trama del tema de su tesis.
Este trabajo de Rubén que hoy, impensadamente, debo cerrar será de utilidad para estudiantes,
investigadores y docentes inquietos por el conocimiento y trabajo del periodismo. Desde el inicio
de su idea conversamos muchas veces. Tuvo muchos giros a través del tiempo que su tutor, el
profesor José Luis Fernández, encaminó en su tutoría. Su núcleo original estaba en el tema de
la precarización del trabajo periodístico en el contexto de las nuevas tecnologías y una división
de tareas polivalentes que, como lo dice en el trabajo, deben pensar también las organizaciones
gremiales. Entrevistó conforme la metodología cualitativa en profundidad, el enfoque histórico
de la evolución del caso complementado con observaciones no participantes que consigna en el
trabajo.
El investigador y el periodista “experimentado” se encontraban en el mismo campo y
presupongo que en su análisis hubo más de un dilema para su redacción. Rubén dedicó muchos
años a escribirla. Y en la travesía, conforme sus atributos, buscaba desde diversos puntos de
vista la “verdad” que fue llevada a la proposición hipotética.
Esta “búsqueda de la verdad” me recuerda la atención que le prestaba a las partes del programa
que él exponía en la asignatura Planificación de la Actividad Periodística I como profesor. Uno
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
337
de esos temas era el material relacionado con la “Ética periodística”. Inclusive, con mucha
pedagogía cuando algún estudiante se mostraba crítico porque no veía la “utilidad” de abordar
esos temas él les explicaba la relevancia de pensarlos. Cuando no estaba tan extendido el artificio
de las “noticias falsas” y otras distorsiones del periodismo y la comunicación en la actualidad y
que ocupan y preocupan los debates con intensidad y los modos con los que se exteriorizan hoy.
También con su preparación ligaba esas cuestiones con el comportamiento de las empresas
periodísticas que desde hace aproximadamente 30 años viene afrontando un sinnúmero de
desafíos profesionales, económicos, tecnológicos. Esa cuestión recorre la tesis, en sus palabras:
“(en) los cambios que sufrieron los procesos de trabajo de los periodistas a partir de la
informatización que sustituyó a las máquinas de escribir en la etapa redaccional. Nos interesa
conocer cuáles fueron sus efectos sobre la productividad profesional, la relación con los
requerimientos de las organizaciones periodísticas en el marco de la concentración empresarial,
la interacción con el periodismo digital y los procesos de descentralización de las redacciones.
En esta época que genera un fuerte impacto sobre el periodismo el manejo económico de los
medios de comunicación dentro de un sistema de libre mercado”
Levenberg que era un observador agudo tenía un espíritu humanista y, en sentido general,
creyente en la dignidad y el valor inherente del prójimo. Esto lo demostraba con
condescendencia en sus actos de enseñanza y evaluación tratando al estudiante como un fin en
sí mismo que ponía en juego con esmero pedagógico. El profesor circunspecto, muy de su
personalidad, aprovechaba en clase y las evaluaciones para dialogar con ellos para la mejor
comprensión de los objetivos que estaban en juego en temas problemáticos de la asignatura. A
lo largo de los años fuimos actualizando el programa de estudios que, también, se trataron en la
tesis. La “organización compleja” del caso que estudió y que puede extenderse a otras
redacciones. Examinaba permanentemente los cambios de estilo y rutinas y la construcción de
acontecimientos en tiempo real. El vértigo en las redacciones, como lo explica, en que la urgencia
y el uso de las redes sociales como fuente abre problemas en el tratamiento y selección de las
mismas.
Esta tesis aporta nuevos conocimientos a partir de la cual otros deberán investigarse, nuevos
cambios, nuevos problemas, nuevas rutinas profesionales que cambiaron y seguirán cambiando.
Celebro que las autoridades de la carrera hayan decidido publicar la tesis de Ruben Levenberg
“Caminos de letras: los periodistas en la transición desde la máquina de escribir al trabajo
digital. El caso del diario La Nación (1995-2013)”. Un trabajo meritorio de quien tributó a
nuestra casa de estudios, siendo también un propulsor de la Maestría en Periodismo y Sociedad
de la información que dirigió.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
338
Rubén Levenberg fue un maestro y un periodista ético que sabía que el honor de las personas
debía ser cuidado porque el atentado en contra del honor o la difamación tiene graves
consecuencias personales y sociales. En el plano personal se afecta seriamente la sociabilidad
del individuo, su aceptación y aprecio social, por una pérdida de confianza producto de un
descrédito injusto. Con ello se le impide o dificulta su participación en la comunidad y se
deteriora su sentido de pertenencia a ella. Con todo lo grave que ya son las repercusiones para
la propia persona y sus más cercanos, los efectos negativos de este traspié ético se pueden
proyectar además a toda la comunidad. Con el atentado al honor y la honra de una sola persona
se deteriora el patrimonio moral social completo, que se compone de la suma de individuos
dotados tanto de un crédito moral como de un patrimonio moral que enriquecen la comunidad.
Así, el atentado contra uno se vuelve un atentado contra todos, porque el bien de todos también
depende del bien que se haga a cada uno. La justicia, como la veracidad de la información – el
nunca dejaba de lado la consideración del perfil profesional del periodista-, son valores
relacionales, que ponen en comunicación a los hombres entre sí y a cada uno de ellos con la
comunidad. Y entre comunidad y comunicación hay una relación estrecha: no hay comunicación
sin comunidad y no hay comunidad sin comunicación. Fueron temas, desafíos incertidumbre
que nos invitó el diálogo con Rubén en muchísimas oportunidades.
La competencia les plantea un desafío a los periodistas para ser flexibles e innovadores. La
necesidad de diferenciarse o destacarse induce a buscar el impacto por sobre la información
relevante y de utilidad pública cayendo, a veces, en el sensacionalismo.
El cuidado en la confección y escritura de las historias en esta época obliga a volver sobre la
función social del periodismo, esto que para Rubén constituyó asiduamente reflexión y creación
o colaboración de productos aprovechando justamente las nuevas tecnologías.
Levenberg era muy consciente que el periodista tiene que asumir una responsabilidad personal
por el trabajo que realiza, sea cual fuere el tiempo y el contexto en que le toque actuar: Cada
época tiene sombras, pero también luces.
Para Rubén Levenberg el conocimiento, en la docencia y el periodismo que abrazó de corazón
coincidiendo con Gabriel García Márquez en que es “el mejor oficio del mundo” fue una aventura
incierta que comporta en sí misma y permanentemente el riesgo de ilusión y de error tanto en la
ciencia como en la docencia. La humildad como profesor y periodista lo hizo proclive a una
mentalidad abierta, democrática, conllevando todos los valores que hemos destacado.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
339
LOS AUTORES
RUBÉN LEVENBERG (1956-2017)
Doctor en Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires, 2017) y Licenciado en Ciencias de la
Educación (Universidad de Buenos Aires, 1987), ha ejercido la docencia universitaria en la
Maestría en Periodismo de la Universidad de Buenos Aires, dictando Corrientes y Tendencias
del Periodismo Argentino y Latinoamericano y ejerciendo además su dirección (2009-2013), y
en la carrera de Ciencias de la Comunicación, donde fue Profesor Adjunto regular por concurso
de Planificación de la Empresa Periodística junto al Prof. Carlos Campolongo, y de Historia
General de los Medios y Sistemas de Comunicación junto a Mirta Varela (2004-2010) y a Julio
Moyano (2011-2017). Fue también profesor de Problemática Periodística en la Universidad
Nacional de Jujuy, y dictó cursos de Técnicas Periodísticas en el Taller Escuela Agencia (TEA)
de la ciudad de Buenos Aires.
Fue Secretario de Extensión Universitaria de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA) y
Prosecretario de la Sede Ayacucho del CBC. Participó activamente en distintas actividades de
organización gremial, tanto en el campo de la educación, como en el de la prensa en la ciudad
de Buenos Aires.
Ha publicado libros y capítulos de libros sobre educación (Levenberg y Merolla, 1988; Puiggrós
y Lozano, 1995), y artículos académicos y divulgativos sobre historia de la comunicación digital
y sobre transformaciones en las prácticas laborales de los periodistas (listado disponible en
http://www.historiaymedios.uba.ar).
Poseedor de una larga trayectoria como periodista, iniciada en 1982, escribió para los
semanarios Redacción, El Periodista de Buenos Aires, Information Technology (de la que fue
prosecretario de redacción), Apertura -donde ejerció la secretaría de redacción entre 1997 y
2000- y la revista Pymes de Clarín. En la prensa diaria trabajó para Página 12, Río Negro, El
Cronista y los suplementos de Economía y de Informática de Clarín. En prensa digital, integró
desde 2002 el equipo fundador de la pionera Bloggers Report, y otras publicaciones. La última
de ella, en la que colaboraba activamente en 2017, fue Socompa. Por su trayectoria periodística
en el campo tecnológico, en 2007 recibió el Premio Manuel Sadosky.
ALEJANDRA OJEDA
Doctora en Comunicación (Universidad Nacional de La Plata, 2017), Magister en Metodología
de la Investigación (Universidad Nacional de Entre Ríos, 2006) y Licenciada en Comunicación
(Universidad Nacional de Entre Ríos, 1996). Es Profesora Asociada Concursada por la
Universidad Nacional de Lanús, a cargo de materias vinculadas a Semiótica Visual, Historia de
la Comunicación y Metodología de la Investigación en posgrado y grado, así como Profesora
Adjunta de Historia General de los Medios y Sistemas de Comunicación en la Universidad de
Buenos Aires. Desde 2009 coordina el área de Metodología de la Investigación del
Departamento de Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de Lanús, y entre 2016 y
2018 ejerció la dirección de la Especialización de Posgrado en Docencia Universitaria del
Instituto Universitario de la Policía Federal Argentina. Ha publicado libros, capítulos y artículos
en su especialidad (listado disponible en http://www.historiaymedios.uba.ar). Es miembro de
la Asociación de Historiadores de la Comunicación desde 2015 y de la Red de Historiadores de
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
340
la Prensa y el Periodismo en Iberoamérica desde 2008. En 2019 obtuvo el premio internacional
que otorga la Asociación de Historiadores de la Comunicación por su tesis doctoral en torno a la
incorporación sistemática de la imagen visual a la prensa diaria argentina. Ha obtenido otros
premios nacionales en el campo de la comunicación visual. Participa en investigaciones alojadas
en el IEALC desde 2012, y como investigadora regular desde 2018.
Ha dictado cursos de posgrado y grado en otras universidades argentinas, entre ellas San
Andrés, Entre Ríos, Arturo Jauretche, UCES y IUPFA, así como para otras instituciones
nacionales y extranjeras. Ha ejercido tareas de consultoría en su especialidad para distintos
organismos públicos y privados, así como gobiernos locales y organismos internacionales. Ha
realizado diversos materiales de comunicación visual publicados en la prensa o en campañas
institucionales, y colaboraciones periodísticas en la prensa nacional y regional.
JULIO MOYANO
Doctor en Comunicación (Universidad Nacional de La Plata, 2018), Magister en Metodología de
la Investigación (Universidad Nacional de Entre Ríos, 2005) y Licenciado en Comunicación
(Universidad Nacional de Entre Ríos, 1994). Es Profesor Titular por concurso de Historia
General de los Medios y Sistemas de Comunicación en la Universidad de Buenos Aires, y
profesor de la Maestría en Periodismo en la misma Universidad así como Profesor Asociado por
concurso de Metodología de la Investigación en el Departamento de Planificación y Políticas
Públicas de la Universidad Nacional de Lanús. Ha dictado otros cursos de posgrado y grado en
otras instituciones universitarias, entre ellas General Sarmiento, IUPFA, UCES, Entre Ríos,
Arturo Jauretche y Palermo. Fue secretario académico y coordinador técnico de la carrera de
Ciencias de la Comunicación (Universidad de Buenos Aires) y coordinador de la carrera de
Comunicación Social (Universidad Nacional de Entre Ríos). Ha participado en actividades
académicas de investigación, intercambio, evaluación y/o divulgación en instituciones del
campo académico en España, Brasil y otros países iberoamericanos.
Ha publicado libros, capítulos y artículos en su especialidad (listado disponible en
http://www.historiaymedios.uba.ar). Ha obtenido premios en ensayo histórico (premio Patria
de Luz, UNER, 2002, premio Cortés Conde, 1997), Es miembro de la Asociación de
Historiadores de la Comunicación desde 2015 y de la Red de Historiadores de la Prensa y el
Periodismo en Iberoamérica desde 2008. Participa en investigaciones alojadas en el IEALC
desde 2012, y como investigador regular desde 2015.
Ha ejercido tareas de consultoría en su especialidad para distintos organismos públicos y
privados, así como gobiernos locales y organismos internacionales. Ha realizado diversos
materiales de comunicación institucional publicados en la prensa y otros medios, y
colaboraciones periodísticas en la prensa nacional y regional.
Prácticas de oficio e innovación tecnológica
Tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino La Nación
R. Levenberg - J. Moyano - A. Ojeda ∞
341
Prácticas de oficio e innovación tecnológica: tensiones y estrategias en dos momentos clave del diario argentino
La Nación
Julio Eduardo Moyano; Alejandra Viviana Ojeda; Rubén Alfredo Levenberg
Contribuciones de Pablo Maas y Carlos Campolongo
Edición y coordinación general de Julio Eduardo Moyano
Fotografías de Alejandra Viviana Ojeda ... [et al.].
1a ed ilustrada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Julio Eduardo Moyano; Ciudad Autónoma de Buenos Aires: IEALC-Instituto de Estudios de América Latina y
el Caribe, 2020.
Libro digital, PDF. Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-987-86-3676-4