Post on 02-Feb-2016
del tiempo
ordinario……lleno de alegría, lleno de alegría, va a vender todo va a vender todo lo que tienelo que tiene y compra el y compra el campo...campo...
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La Liturgia de este domingo nos invita a reflexionar sobre qué
valores fundamentamos nuestra existencia.
Salomón no pide riquezas ni larga vida, pide um corazón dócil para gobernar a su pueblo y saber discernir el mal del bien.
La 1ª lectura presenta el ejemplo de Salomón, rey de Israel.
San Pablo en la 2ª lectura nos invita a seguir el camino y la propuesta de Jesús.“Sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien.”
Jesús en el Evangelio presenta una prioridad fundamental: EL REINO.
… y nos presenta el REINO con tres parábolas:
* El tesoro escondido
* La perla de gran valor
* La red que se echa al mar.
En aquel tiempo, En aquel tiempo, dijo Jesús a la dijo Jesús a la gente:gente:
El reino de los cielos se parece El reino de los cielos se parece a un tesoro a un tesoro escondido en el campo: el que escondido en el campo: el que lo encuentra lo encuentra lo vuelve a esconder y, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, lleno de alegría, va a va a vender todo lo que tiene vender todo lo que tiene y compra el campo. y compra el campo.
El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas que
al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra.
El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces:
cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan,
y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran.
Lo mismo sucederá al final del tiempo:
saldrán los saldrán los ángeles, ángeles, separarán separarán a los malos a los malos de los de los buenos buenos y los echarán y los echarán al horno al horno encendido. encendido.
Allí será el llanto y el rechinar de dientes.
¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Salmo 118 Salmo 118
Mi porción es el Señor, he resuelto guardar tus palabras.Más estimo yo los preceptos de tu boca, que miles de monedas de oro y plata.
¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Que tu voluntad me consuele, según la promesa hecha a tu siervo;cuando me alcance tu compasión, viviré, y mi delicias serán tu voluntad.
¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Yo amo tus mandatos, más que el oro purísimo; por eso aprecio tus decretos y detesto el camino de la mentira.
¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma;la explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes.
¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!
Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,porque has revelado los secretos del Reino a la gente sencilla.
Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra,porque has revelado los secretos del Reino a la gente sencilla.