Post on 03-Dec-2015
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Los tambores son formalmente clasificados
dentro de los membranófonos, esto es, su sonido se produce
por la vibración de una membrana.
El tambor de fricción, no percusivo, consta de un
parche atado al borde de la caja y atravesado por una varilla.
Cuando ésta se frota arriba y abajo, la membrana vibra.
Algunos instrumentos llamados tambores, como los
tambores metálicos, no tienen relación con los
membranófonos. Estos instrumentos están hechos
totalmente de material sólido que resuena y se clasifican
entre los idiófonos.
El tambor de hendidura que se encuentra en
muchas culturas tribales, es también un idiófono; se fabrica
con un bloque de madera al que se le practica una estrecha
hendidura.
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL P. P. P. LA EDUCACIÓN
LICEO BOLIVARIANO “GRANJA ACHAGUAS”
ACHAGUAS, EDO. APURE
PROFESORA: INTEGRANTES:
Clara Carrero Blanco Rossana
Herrera María
Caro Génesis
Quintana Yennifer
Rivero Keisis
Rosmeri Shusler
Achaguas, 5 de Junio del 2.012
Instrumento musical que consiste en una o dos
membranas tensadas llamadas parches, sujetas a un caldero o a
un bastidor en forma de tubo llamado caja. Se hace sonar
golpeando la membrana con las manos o con baquetas. La caja
mantiene tensa la piel y actúa como resonador.
Podemos encontrar tambores en todo el mundo, en
prácticamente todas las culturas, y se conoce su existencia desde
el 6000 a.C. Casi en todos los lugares ha estado asociado a lo
ceremonial, sacro, o simbólico.
En zonas de África los tambores simbolizan y protegen a
los reyes de la tribu y son conservados en lugares sagrados. En el
Asia central y Siberia, y entre algunas tribus indígenas del norte
de América, los tambores planos, con una o dos membranas,
sirven como instrumentos rituales para los hechiceros.
La pandereta, con o sin sonajas, es un descendiente de los
tympanum de la antigüedad grecorromana, que se utilizaban en
los ritos sagrados y en las fiestas populares.
El tambor, ese instrumento de percusión cuya sonoridad
evoca imágenes de goce y diversión, más allá del efusivo ritmo
que emana su cuero, su repique está ligado a rituales espirituales
que son producto de la herencia que nos dejó la música africana,
fusionada con las tradiciones religiosas de los conquistadores.
Vivos desde la época de la Colonia, en los meses de mayo
y junio, en Venezuela los golpes de tambor acompañan las
festividades del Corpus Christi, con sus diablos danzantes, y Cruz
de Mayo; así como los tributos a San Juan, San Pedro y San Pablo.
El uso musical varía desde marcar un pulso sencillo,
hasta producir complicados ritmos. En la música clásica islámica
e india los tambores tejen intrincados ritmos para acompañar a
la melodía.
En África, agrupaciones de tambores ejecutan
elaborados patrones rítmicos de diferentes tamaños y
duraciones, superpuestos y conjuntados por el tambor maestro.
En las fiestas tradicionales venezolanas donde se
expresan esos aportes con mayor énfasis y creatividad.
Las fiestas de los santos muchos católicos que impuso la
iglesia católica hace años, al combinarse con la música, las
danzas y ciertas tradiciones africanas, estas fiestas se
convirtieron en FIESTAS AFROCATOLICAS