Post on 08-Jan-2020
EL AGUA COMO FACTOR TRANSVERSAL EN LOS ODS
BAJO EXAMEN EN EL FORO POLÍTICO DE ALTO
NIVEL SOBRE EL DESARROLLO SOSTENIBLE (HLPF)
2019 EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
Buena gobernanza y gestión del agua para el empoderamiento de las
personas, la inclusión y la igualdad.
Río Palena, Chile
AGENDA 2030 EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE Santiago, 24 de abril de 2019
Apoyado por:
AGRADECIMIENTOS
Este documento de Política Regional que fue presentado y discutido en el Evento Paralelo: “El
valor del Agua en la Agenda 2030”1 y que se propone sea utilizado en otras instancias de reflexión
y debate, forma parte de los esfuerzos del grupo de expertos de ONU-Agua sobre la Agenda 2030,
encabezados por el Programa Mundial de Evaluación de los Recursos Hídricos (WWAP, por sus
siglas en inglés) de UNESCO, la oficina regional del Programa Hidrológico Internacional de UNESCO
para América Latina y el Caribe y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
de las Naciones Unidas, para visibilizar la relevancia de la naturaleza transversal del agua en el
logro de todos los ODS.
Este documento fue preparado por Carlos Estévez Valencia, consultor de WWAP, UNESCO y aún
podrá recibir insumos durante el transcurso del Evento Paralelo al Foro de los Países de ALC sobre
el Desarrollo Sostenible 2019. Ha recibido aportes y comentarios de las siguientes organizaciones:
UNESCO WWAP, Programa Hidrológico Internacional para América Latina y el Caribe (UNESCO PHI
– LAC), División de Recursos Naturales de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Centro Regional del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe
(Centro UNESCO Categoría II, CAZALAC), el Centro Tecnológico de Hidrología Ambiental de la
Universidad de Talca (CTHA), la Subcoordinación de Educación y Cultura del Agua del IMTA,
México y múltiples personas naturales.
Este trabajo que es parte del proyecto "Facilitar una implementación integrada de la agenda 2030
a través del Agua", se ha realizado simultáneamente en distintas regiones del planeta y no hubiese
sido posible sin el patrocinio del Ministerio Federal para el Medio Ambiente, la Conservación de
la Naturaleza, la Construcción y la Seguridad Nuclear de Alemania (Bundesministerium für
Umwelt, Naturschutz und nukleare Sicherheit).
Este documento se encuentra en construcción y sus contenidos no representan necesariamente
la opinión de los organismos que patrocinan esta iniciativa de dialogo ni implican, en caso alguno,
una posición oficial respecto a fronteras territoriales o el estatus jurídico de ningún país o
territorio ni respecto a sus autoridades.
RESUMEN EJECUTIVO.
El documento se detiene en la relación entre cada uno de los seis ODS que serán objeto de revisión
por el HLPF en julio de 2019 y el ODS 6, destacando aquellas metas relevantes en esa interacción,
junto con destacar ciertas experiencias o características significativa que ilustren esa relación
dentro de la región, además de algunas recomendaciones para la implementación de políticas por
parte de los gobiernos correspondientes.
1 Evento Paralelo a Foro de los Países de América Latina y el Caribe sobre el Desarrollo Sostenible - 2019 Santiago, Chile, 24 de abril. CEPAL, Auditorio Enrique V. Iglesias.
INTRODUCCIÓN
Empoderar a las personas y garantizar su inclusión e igualdad es el lema bajo el cual el Foro
Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible (HLPF, por sus siglas en inglés) se reunirá en
julio de 2019 en Nueva York, constituyéndose a la vez, en el cristal desde el cual se revisará y
analizará los avances en seis Objetivos de Desarrollo Sostenible: ODS 4 (Educación de calidad),
ODS 8 (Trabajo decente y crecimiento económico), ODS 10 (Reducción de las desigualdades), ODS
13 (Acción por el clima), ODS 16 (Paz, justicia e instituciones sólidas) y ODS 17 (Asociaciones).
El objetivo de este documento es apoyar a
los representantes de los países América
Latina y el Caribe (ALC) y a distintos
tomadores de decisiones a explorar el papel
del agua (ODS 6) como un facilitador para el
cumplimiento de aquellos ODS que serán
revisados por el HLPF 2019.
Una exigencia del principio de indivisibilidad
de la Agenda 2030 es que los ODS no sean
trabajados en una lógica de compartimento
estanco o con un enfoque de silos, sino que
cada uno de ellos se trabaje vinculado a los
otros objetivos y metas. Esta estrategia
requiere modificar la cultura organizacional
inserta en la estructura administrativa de
nuestros países, desde la cual ha
prevalecido una aproximación sectorial al
quehacer de la política pública. Se trabajan
ciertos aspectos de la relación recíproca
entre el ODS del Agua y cada uno de los
otros seis objetivos, remarcando
características propias de la región y
recomendando acciones que invitan a los
tomadores de decisiones a reformular sus
políticas y gestión.
SE ESPERA CONTRIBUIR A IDENTIFICAR LA
IMPORTANCIA DE ENCONTRAR EN LAS METAS DEL
ODS 6 UNA PLATAFORMA QUE FACILITE Y
POTENCIE EL CUMPLIMIENTO DE OTRAS METAS
NUCLEARES DE LA AGENDA 2030 Y AVANZAR
HACIA UNA EDUCACIÓN INCLUSIVA, EQUITATIVA Y
DE CALIDAD, CON INSTALACIONES QUE
FAVOREZCAN LA INTEGRACIÓN DE GÉNERO Y LAS
OPORTUNIDADES DE APRENDIZAJE Y QUE
PERMITAN QUE ALUMNOS Y ALUMNAS
ADQUIERAN LOS CONOCIMIENTOS TEÓRICOS Y
PRÁCTICOS NECESARIOS PARA FAVORECER LA
INCLUSIÓN, PROMOVER EL DESARROLLO
SOSTENIBLE, EL CUIDADO DE LOS RECURSOS
NATURALES, INCLUYENDO AL AGUA, Y CREAR LAS
CONDICIONES Y OPORTUNIDADES PARA QUE LAS
PERSONAS ACCEDAN A EMPLEOS DE CALIDAD, QUE
ESTIMULEN UN DESARROLLO ECONÓMICO QUE NO
DAÑE EL MEDIO AMBIENTE NI CONTRIBUYAN A LAS
EMISIONES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO.
El HLPF es la principal plataforma de Naciones Unidas para el seguimiento y
análisis de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Proporciona
liderazgo político, orientación y recomendaciones para lograr el desarrollo
sostenible y examina el progreso en la implementación de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible (ODS), con la finalidad de integrar las dimensiones
económica, social y medioambiental. Se reúne anualmente, auspiciado por
el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) y cada cuatro
años, auspiciado por la Asamblea General, momento en el que las jefas y los
jefes de Estado y/o de Gobierno asisten al Foro.
1.- Interrelación entre el ODS 6 y el ODS 4.
Contar con agua limpia para la bebida y servicios higiénicos adecuados para niños y niñas en sus
escuelas es parte del corazón del derecho humano al agua potable y
al saneamiento.
Más de 645 millones de personas viven en ALC (2017), siendo su
población mayoritariamente urbana (80%)2 y con una alta tasa de
matrícula escolar en la educación primaria y secundaria.
De los 263 millones de niños y niñas del mundo que se encontraban
fuera de la educación primaria y secundaria en 2016, 12.7 millones
pertenecían a América Latina y el Caribe (el 10.7% de los niños y el
9.7% de las niñas).3 Muchas de estas escuelas no cuentan con acceso
a instalaciones apropiadas de agua potable, saneamiento e higiene.
Fuente: UNESCO Institute for Statistics database (2018).
2 División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas. Panorama de Urbanización Mundial. Revisión 2018. Base de datos de Población. 3 UNESCO Institute for Statistics database.
El acceso a agua apta
para la bebida y para
saneamiento en las
escuelas, es esencial
para mantener la
salud y la educación
de los niños. Las
metas 4.9, 6.1 y 6.2 lo
establecen de un
modo explícito. Este
acceso, sumado a un
aprendizaje sobre la
importancia del
lavado con agua y
jabón, permite reducir
la ausencia escolar,
disminuir el potencial
de transmisión de
enfermedades entre
los estudiantes y
favorecer la inclusión,
accesibilidad y
dignidad,
especialmente y
particularmente para
las niñas.
Para Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de
aprendizaje permanente para todos (ODS 4), la meta 4.a propone construir y adecuar
instalaciones educativas que tengan en cuenta las necesidades de los niños y las personas con
discapacidad y las diferencias de género, y que ofrezcan entornos de aprendizaje seguros, no
violentos, inclusivos y eficaces para todos; e incluye, entre sus indicadores, la proporción de
escuelas con acceso a suministro básico de agua potable; con instalaciones de saneamiento
básicas separadas por sexo; y con instalaciones básicas para el lavado de manos.
Según el informe mundial "Agua, Saneamiento e Higiene en las Escuelas” (JMP-2018) no hay
información suficiente para determinar la proporción de estudiantes de ALC con acceso a servicios
básicos de agua potable; estimándose en 84% el acceso a servicios limitados de agua (96% urbano)
y que el 16% no cuenta con servicios de agua en sus escuelas (4% en el universo urbano).4
Fuente: Agua, Saneamiento e Higiene en Las Escuelas Informe de línea de base mundial 2018
Los indicadores sobre Agua, Saneamiento e Higiene en las escuelas se centran en lograr como
mínimo un nivel de servicio básico y se determina del mismo modo que el de las metas 6.1 y 6.2.
El indicador 6.1.1. «Proporción de la población que dispone de servicios de suministro de agua
4 Agua, Saneamiento e Higiene en las Escuelas. Informe de línea de base mundial 2018. Programa Conjunto de Monitoreo de la OMS/UNICEF/JMP.
potable gestionados de manera segura», puede desglosarse por nivel de servicio: sin servicios,
servicios limitados, servicios básicos o servicios gestionados de manera segura.5 Esta ausencia,
en los informes globales especializados, de datos regionales sobre instalaciones de agua potable
en las escuelas es un hecho que los gobiernos deben abordar y determinar si el problemas es una
efectiva falta de instalaciones, la calidad del agua o una falencia en el modo de construir y
sistematizar esa información.
10 de los 15 países donde al menos el 20% de la población consume agua embotellada, a pesar
de contar con una fuente mejorada (2010-2016), pertenecen a América Latina y el Caribe.
Fuente: Progresos en materia de agua potable, saneamiento e higiene: informe de actualización
2017 y línea de base de los ODS. Ginebra: OMS y UNICEF, 2017.
México es el mayor consumidor de agua embotellada del mundo (fenómeno que también
representa una amenaza para el medio ambiente por el elevado desecho plástico que genera), a
pesar de que el 99% de la población tiene acceso a una fuente mejorada de agua. Se estima que
5 Se califica como servicios gestionado de manera segura, cuando la población utiliza una fuente de agua potable tratada, ubicada in situ, disponible en todo momento y exenta de contaminación fecal y sustancias químicas prioritarias. Se clasifica como servicio «básico» cuando para recolectar el agua potable se requiere un trayecto de ida y vuelta inferior a 30 minutos y como un servicio «limitado», cuando los supera.
el 81% de los mexicanos que consume agua
embotellada, desembolsa entre un 5% y un 10% de sus
ingresos familiares en ello.
Muchas escuelas de la región cuentan con redes de
agua tratada que no califican para el consumo humano,
pero cuentan con servicios básicos de higiene y
saneamiento. Para abordar este problema y generar
mayor conciencia, México inició el Programa Nacional
de Bebederos Escolares, coordinando a múltiples
servicios públicos y capacitando a docentes, alumnos y
padres en el control y funcionamiento de la fuente de
agua potable en la escuela.6 El Programa se ha
implementado en 11.028 escuelas con el propósito de:
Mejorar la infraestructura el suministro continuo
de agua potable gratuita y de calidad,
Coadyuvar en la transformación de los hábitos
alimenticios de niñas y niños para combatir el sobrepeso y la obesidad.
Asegurar la calidad del agua mediante pruebas analíticas periódicas realizadas por el Instituto
Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA).
Involucrar a toda la comunidad escolar en el conocimiento y cuidado del recurso.
Se espera contar con una evaluación final de este Programa, ya que este fenómeno tiende a
repetirse en las zonas rurales de distintos países, destacando el hecho de que no sólo se educa en
torno al agua, sino también se audita la calidad de ésta para la bebida, resultando que en 1.090
escuelas donde se habían efectuado muestreos de calidad (2018), el 80% estaba fuera de norma.
Es decir, el alto consumo de agua envasada no sería sólo un problema de percepciones.
Muestreos con resultados de calidad del agua en escuelas que participan del Programa.
Fuente: SEMARNAT, México 2018.
En materia sanitaria, el 78% de la población de las escuelas de ALC (de las cuales el 87% se ubican
en zonas urbanas) sí cuenta con acceso a servicios sanitarios básicos (mejorados, utilizable y con
instalaciones diferenciadas por sexo) y el 13% con servicios limitados, superando la media
mundial, aunque un 8% de niños y niñas aún van a escuelas donde no hay servicios (no hay W.C.
o hay letrinas, pero sin pozo). En materia de higiene, el 61% accede a servicios básicos, el 19% a
servicios limitados (generalmente con agua, pero sin jabón) y el otro 20% no cuenta con servicio.7
El siguiente diagrama expresa la reciprocidad entre ambos objetivos. Las flechas azules grafican
como el cumplimiento del ODS 6 impacta en el ODS 4 y las flechas rojas grafican la relación inversa.
6 Subcoordinación de Educación y Cultura Del Agua, Secretaría De Medio Ambiente Y Recursos Naturales, SEMARNAT. 7 Este último dato sube a 33% en el mundo rural y se reduce a un 8% en el radio urbano.
Programa Nacional de Bebederos Escolares
6 Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos y todas.
6.1 Acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible.
6.2 Acceso universal a servicios desaneamiento e higiene adecuados yequitativos y poner fin a la defecaciónal aire libre, con especial atención a lasnecesidades de mujeres, niñas ypersonas vulnerables.
6.3 Mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación y el porcentaje de aguas
residuales sin tratar y aumentando el reciclado y la reutilización sin riesgos.
6.5 Implementar la gestión integrada de los recursos hídricos a todos los niveles,
incluso mediante la cooperación transfronteriza.
4 Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
4.1 Asegurar que todas las niñas y niños terminen la enseñanza primaria y
secundaria, que ha de ser gratuita, equitativa y de calidad.
4.5 Eliminar las disparidades de género en la educación y asegurar el acceso igualitario a todos los niveles de la
enseñanza.
4.7 Asegurar que los alumnosadquieran los conocimientos parapromover el desarrollo sostenible, losderechos humanos, la igualdad degénero, la promoción de una culturade paz y no violencia y la valoraciónde la diversidad cultural.
4.a) Construir y adecuar instalacioneseducativas que tengan en cuenta lasnecesidades de niños, niñas, depersonas con discapacidad y lasdiferencias de género.
RECOMENDACIONES De los tres servicios de agua vinculados con las escuelas (agua potable, saneamiento e
higiene) existe información incompleta respecto al primero. Se recomienda a los
gobiernos generar información detallada sobre la existencia, características y
funcionamiento de las instalaciones que proveen este servicio.
La mayoría de las escuelas cuentan con estos servicios, aunque existe una fragmentación
de organismos responsables de asegurar su buen funcionamiento y de informarlo con
detalle. Los gobiernos deben definir un coordinador responsable, con capacidad de
posibilitar alianzas entre los sectores educación, agua y salud.
Limitar la inauguración de nuevas escuelas por las autoridades competentes, a la
existencia de servicios básicos de agua potable, saneamiento e higiene.
La educación técnica y superior debe ofrecer oportunidades para especializaciones en
investigación y gestión de los recursos hídricos.
Los gobiernos deben duplicar el gasto público en investigación y desarrollo, toda vez que
el promedio de América Latina y el Caribe no supera el 0.7% del PIB, muy rezagada en
comparación con otras regiones del mundo. Esta brecha en la inversión se traduce en
una importante diferencia en la productividad de las economías. (CEPAL, 2014.
Desarrollo productivo en economías abiertas).
Es necesario la adopción de políticas públicas destinadas a crear y desarrollar
capacidades de innovación que permitan aprovechar las ventajas de la aceleración del
cambio tecnológico y de la apertura económica.
2.- Interrelación entre el ODS 6 y el ODS 8.
El ODS 8 “Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo
pleno y productivo y el trabajo decente para todos”, contiene varias metas que convergen
con el agua:
8.2 Lograr niveles más elevados de productividad económica mediante la diversificación, la modernización tecnológica y la innovación, entre otras cosas centrándose en los sectores con gran valor añadido y un uso intensivo de la mano de obra
8.3 Promover políticas orientadas al desarrollo que apoyen las actividades productivas, la creación de puestos de trabajo decentes, el emprendimiento, la creatividad y la innovación, y fomentar la formalización y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medianas empresas, incluso mediante el acceso a servicios financieros
8.4 Mejorar progresivamente la producción y el consumo eficientes de los recursos mundiales y procurar desvincular el crecimiento económico de la degradación del medio ambiente, conforme al Marco Decenal de Programas sobre modalidades de Consumo y Producción Sostenibles, empezando por los países desarrollados
8.9 Elaborar y poner en práctica políticas encaminadas a promover un turismo sostenible que cree puestos de trabajo y promueva la cultura y los productos locales.
ALC es una región de contrastes hídricos. Tiene las mayores disponibilidades
mundiales de agua per cápita, pero cuenta con 4.5 millones de km2 de zonas
xéricas, híper áridas, áridas y semi áridas. Al riesgo de excesos o carencias
sostenidas, se suma una importante heterogeneidad hídrica y falencias en la
gestión del recurso que afectan la generación de empleos estables y seguros.
Un desarrollo económico sostenible requiere contar con condiciones necesarias para que las
personas accedan a empleos de calidad, estimulando la economía sin dañar el medio ambiente.
Este desafío es más relevante cuando al menos el 37% de la población ocupada de la región se
encuentra en sectores directamente vinculados con los recursos naturales, como la agricultura,
minería, construcción, manufacturas y la generación o distribución eléctrica, de gas o agua.8
Dentro del total de empleos, la importancia del sector agropecuario ha venido decreciendo desde
hace 30 años, tal como ha caído el porcentaje de la población rural y el valor agregado de la
agricultura dentro del PIB.9 Pero, en materia hídrica, este sector productivo es el principal
consumidor de agua y muy vulnerable a los fenómenos de variabilidad climática. Pero, la calidad
del agua es también vulnerable a los abonos y pesticidas, mientras los ecosistemas lo son a la
deforestación de especies nativas y a su reemplazo con especies exóticas.
Fuente: CEPAL, 2018.
América Latina y el Caribe cuenta con la mayor disponibilidad mundial de agua per cápita, ya que
alberga al 6% de la población del planeta y concentra el 30.3% de los recursos hídricos mundiales,
cuadriplicando la disponibilidad media mundial de agua por habitante, sin embargo, no se puede
ocultar el hecho de que en la región existe el desafío de lidiar con la falta de agua. El 36% de la
superficie de la región está bajo estrés hídrico,10 resultando fundamental monitorear la sequía,
8 Fuente: CEPAL, sobre la base de encuestas de hogares de los países. 9 Los países con mayor proporción de empleo agrícola son Haití (41%), Guatemala y Nicaragua (29%), Honduras y Perú (28%). OIT, base de datos de los indicadores clave del mercado de trabajo. 10 Atendiendo al indicador básico de agua renovable per cápita al año (Falkenmark y Widstrand, 1992), un área o país está bajo estrés hídrico regular cuando los suministros hídricos renovables caen por debajo de 1.700 m3/habitante/año y sufren de escasez crónica cuando cae por debajo de 1.000 m3/habitante/año y de escasez absoluta cuando este cae por debajo de 500 m3 per cápita al año.
POBLACIÓN OCUPADA POR SECTORES DE ACTIVIDAD ECONÓMICA
América Latina 2017
Agricultura 17.4%
Minería 0.6%
Manufacturas 11,7%
Generación y distribución electricidad, gas y agua 0,6%
Construcción 7,3%
Comercio 24,9%
Transporte 6,2%
Servicios financieros / Financial services 6,6%
Otros servicios / Other services 24,6%
No especificados / Unspecified 0,2%
diseñar estrategias de conservación del agua y adoptar políticas nacionales, a fin de asegurar la
gestión de riesgos y los planes de prevención y reacción ante este doloroso fenómeno.
Fuente: CAZALAC, 2018.
No sólo hay heterogeneidad hídrica entre los países de la región, sino que al interior de ellos. En
Chile, el indicador nacional corresponde a 51.218 m3/persona/año, duplicando la media regional,
pero el 63.4% de su población se emplaza en zonas crónicas de baja disponibilidad hídrica (bajo
600m3/persona/año entre la ciudad de Santiago y la frontera norte con Perú).11 En Colombia
también existe gran diferencia hidrológica. Se estima que el 21% de la oferta total de agua
superficial se encuentra en las áreas hidrográficas Magdalena-Cauca y Caribe, donde se encuentra
el 80% de la población nacional (IDEAM, 2014). De igual forma, en México, la región hidrológica
del Valle de México contaba con una población de 22.8 millones de habitantes y con una
escorrentía anual per cápita de tan sólo 152 m3/persona/año (CONAGUA, 2014). Esta situación se
11 Atlas del Agua de Chile 2016 (DGA) y ODEPA, 2018.
repite en varios países de la región, de modo que los desafíos del estrés hídrico han puesto en
jaque al empleo y calidad de vida de millones de personas.
Las inundaciones son también una gran amenaza a la vida y al empleo. En tres décadas, por
eventos extremos de origen hidrológico, meteorológico y climatológico se perdieron en ALC
90.000 vidas, estimándose los daños en unos US $ 120 mil millones. Además, Honduras, Haití y
Nicaragua destacan como tres de los cuatro países más vulnerables del mundo a eventos
extremos.12Por último, es un hecho que cuando los extremos hídricos dañan el empleo y la
economía, suelen conducir a migraciones dentro del país o entre países, aumentando la
precariedad laboral.
12 Fuente: GERMANWATCH, 2017
RECOMENDACIONES para los países de América Latina y el Caribe.
Privilegiar la eficiencia y sostenibilidad en la gestión del agua, de modo de
hacer más con menos y desvincular el crecimiento económico de la
degradación del medio ambiente (ODS 8.2).
Abordar la asimetría de acceso a la información y tecnología y la brecha de
capacidades para implementar mejores políticas del agua y de prevención de
riesgos.
Duplicar la inversión en investigación y desarrollo (el promedio regional no
supera el 0.7% del PIB), especialmente para la gestión en materia de aguas.
Identificar las amenazas naturales vinculadas con fenómenos meteorológicos
y fortalecer la Estrategia Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.
Aprovechar la riqueza hídrica para potenciar el desarrollo de un turismo
amigable con el medio ambiente, precisándose concordar un acuerdo
regional para un turismo sostenible (ODS 8.9).
RECOMENDACIONES
3.- Interrelación entre el ODS 6 y el ODS 10.
Distintas metas del ODS 10 “Reducir la desigualdad en y entre los países” convergen con el
agua, por ejemplo:
10.1 Lograr progresivamente y mantener el crecimiento de los ingresos del 40% más pobre de la población a una tasa superior a la media nacional
10.2 Potenciar y promover la inclusión social, económica y política de todas las personas, independientemente de su edad, sexo, discapacidad, raza, etnia, origen, religión o situación económica u otra condición
10.7 Facilitar la migración y la movilidad ordenadas, seguras, regulares y responsables de las personas, incluso mediante la aplicación de políticas migratorias planificadas y bien gestionadas.
En ALC existen importantes desigualdades que encapsulan a países, territorios, pueblos y grupos
de personas, dejándolos atrás en los avances hacia un desarrollo sostenible. Son múltiples los
factores que generan desigualdad, ya sea vinculados con la etnia, la lengua, el territorio, el género,
la orientación sexual, la situación económica y muchos otros. De igual modo, muchos inmigrantes
deben vivir como ilegales, sin derechos sociales ni acceso a empleos dignos o servicios básicos de
acceso al agua potable y al saneamiento. En general, la emigración puede reducir la presión
hídrica; mientras la inmigración, aumentarla.
Si bien se ha reducido la pobreza en muchos países de la región, la desigualdad de los ingresos
entre países y al interior de ellos, sigue siendo un importante desafío, toda vez que el crecimiento
económico no es suficiente para reducir la pobreza cuando no es inclusivo ni tiene en cuenta las
tres dimensiones del desarrollo sostenible: económica, social y ambiental.
Habitar en un territorio rural o urbano constituye una fuente de asimetría para el acceso al agua
potable y a servicios básicos de saneamiento e higiene. Esto es particularmente relevante en
aquellos países que albergan las mayores proporciones de población rural, como son el Estado
Plurinacional de Bolivia, Colombia, México, Perú o los países centroamericanos. Ello porque
mientras menor sea la concentración de viviendas, mayor es la vulnerabilidad, especialmente en
el caso de las comunidades indígenas. 21 millones de latinoamericanos que viven en territorios
rurales no tienen acceso a un servicio adecuado de agua potable y 46 millones no disponen de
instalaciones de saneamiento básico. Sin embargo, la brecha entre lo urbano y lo rural en el acceso
de saneamiento básico se ha reducido de 2 a 1.24 desde el año 2000.13 En la siguiente infografía
se puede apreciar la diferente proporción de la población rural (izquierda) y urbana (derecha) con
instalaciones de saneamiento mejoradas en 2015.
Fuente: Banco Mundial 2016
La dimensión de la desigualdad en materia de aguas también se evidencia al contrastar la
cobertura de las fuentes mejoradas de agua potable y de saneamiento mejorado entre grupos
indígenas y la población total de varios países con datos disponibles.14
Fuente: Desigualdades en materia de saneamiento y agua potable en América Latina y el Caribe. JMP –
OMS/UNICEF. 2016.
13 Informe Regional LATINOSAN 2019. 14 Existen importantes diferencias entre estos países. Por ejemplo, la población rural de Uruguay apenas supera el 5% (unas 172 mil personas) y, según datos del Censo Nacional del 2011 (INE, 2012) el porcentaje de la población que se identifica como indígena ascendió a casi un 5%, En Brasil, según datos del Banco Mundial, la población rural corresponde al 14% de la población total (unas 30 millones de personas) con una proporción de población indígena similar a la de Uruguay, que corresponde a unas 896.000 personas.
Subordinar la política pública y los marcos legales e institucionales de cada país al
derecho humano de acceso universal al agua potable y al derecho humano a un
saneamiento digno.
Incorporar este reconocimiento a la priorización de la política de inversión pública,
focalizando entre los más pobres y vulnerables.
Mejorar la calidad del agua, reducir las aguas servidas sin tratar y eliminar los
vertimientos químicos o de materiales peligrosos es fundamental para las
poblaciones más vulnerables y del mundo rural.
Para identificar las brechas y las necesidades de inclusión e inversión, entre el área
urbana y la rural, y entre los más pobres y desfavorecidos, se precisa contar con
datos desglosados por género, edad, ingresos, etnia, cultura, territorio u otros.
Cada país debe definir cómo abordar sus brechas para una adecuada gobernanza
del agua, como las de género, vulnerabilidad social, financiamiento o las que
derivan de la fragmentación institucional.
Mejorar las estrategias de la Gestión Integrada del Recurso Hídrico, el tratamiento
de aguas residuales y las inversiones sostenibles.
RECOMENDACIONES
4.- Interrelación entre el ODS 6 y el ODS 13.
Entre las metas del ODS 13 “Adoptar medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus
efectos”, podemos destacar por su relación con el ODS 6 a:
13.1 Fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países.
13.2 Incorporar medidas relativas al cambio climático en las políticas, estrategias y planes nacionales
13.3 Mejorar la educación, la sensibilización y la capacidad humana e institucional respecto de la mitigación del cambio climático, la adaptación a él, la reducción de sus efectos y la alerta temprana.
13.b Promover mecanismos para aumentar la capacidad para la planificación y gestión eficaces en relación con el cambio climático en los países menos adelantados y los pequeños Estados insulares en desarrollo, haciendo particular hincapié en las mujeres, los jóvenes y las comunidades locales y marginadas.
El Cambio Climático es una realidad que afecta a todos los países de la región y del globo, impacta
a la economía, la vida de las personas y las comunidades. ALC contribuye con menos del 10% de
las emisiones globales de gases de efecto invernadero, sin embargo se verá particularmente
afectada por los impactos del cambio climático, donde los más pobres y vulnerables de la región
serán los más perjudicados. Si bien el agua es quizás el medio principal a través del cual sentiremos
los efectos del cambio climático, simultáneamente es también parte esencial de la adaptación a
éste.
Según datos recopilados por las Naciones Unidas, entre 1880 y 2012 la temperatura media
mundial aumentó 0.85 grados centígrados y por cada grado de aumento, la producción de
cereales se reduce aproximadamente en un 5%, situación que se ha evidenciado a nivel global en
la producción de maíz, trigo y otros cultivos importantes, entre 1981 y 2002, debido a un clima
más cálido. Sin perjuicio de la heterogeneidad hídrica, agroecológica, socioeconómica y
demográfica de América Latina y el Caribe, hay múltiples datos que indican importantes cambios
de comportamiento que se harán más notorios en la segunda mitad del siglo, dependiendo de
cuál sea la capacidad de gestión y adaptación de las sociedades y gobiernos.
Para Bolivia se estima que la demanda total para consumo de agua potable y riego se
incrementaría 12 veces para finales de siglo, comparada con la de principios de siglo, mientras
que la oferta hídrica se reduciría en más del 30%, aumentando la disponibilidad sólo en un área
entre el altiplano y las tierras bajas.15 Simultáneamente se ha venido incrementando la frontera
agrícola, particularmente por la producción de soya, pero con bajos rendimientos. Se cree que las
variaciones en la temperatura y precipitaciones reducirán aún más dichos rendimientos, lo que
sumado al aumento en la demanda de alimentos, producirá una mayor expansión de la frontera
agrícola, aumentando la tasa de deforestación16 e impactando los ecosistemas.
Para cada país del Caribe se proyectaron las variables climáticas hasta el año 2050, comparándolas
con el promedio anual de producción 1961-2014, por grupo de productos agrícolas, estimándose
una caída de un 7% en la producción agrícola agregada regional, con una fuerte baja relativa en
frutales (-23%) mientras que las oleaginosas podrían tener un aumento de más de un 15%.17 Lo
anterior no incluye una estimación del efecto de eventos extremos.
Precisamente, otro de los efectos más visibles del cambio climático dice relación con la mayor
recurrencia de eventos hídricos extremos (sequías, remociones en masa, deslizamientos e
inundaciones).
Desastres vinculados con inundaciones y sequías según sub región de LAC (1998-2018)
(Ocurrencias, N° de muertos, N° de afectados y daños en miles de dólares)
Fuente: WWAP calculations, EMDAT database.
15 Datos generados por modelo regional PRECIS, Centro Hadley. Calvo Cárdenas, N. La economía del cambio climático en Bolivia: Cambios en la Demanda Hídrica. BID, Monografía 187, Washington DC. 2014. 16 Viscarra, Giupponi y Mendelsohn. Impactos, medidas de adaptación y costos sociales del cambio climático en el sector agrícola del Estado Plurinacional de Bolivia. CEPAL, 2018. 17 Estimación del impacto del cambio climático sobre los principales cultivos de 14 países del Caribe . Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2018.
Tendencia en la ocurrencia de los desastres vinculados con
Cambio Climático en América Latina y el Caribe (1990-2017)
Fuente: CEPALSTAT en base a CRED: Centro para la Investigación sobre la Epidemiología de los Desastres,
Universidad Católica de Lovaina: Base de datos internacional de desastres (EM-DAT).
Aproximadamente el 88% de la superficie glaciar del hemisferio sur del planeta (sin considerar la
Antártida), se encuentra a lo largo de Los Andes, distinguiéndose entre glaciares tropicales
(normalmente a gran altura) y glaciares templados (en la zona austral del continente).
La pérdida de superficie de hielo es una respuesta a los incrementos tendenciales en las
temperaturas, variando su velocidad según su emplazamiento. El retroceso de su superficie en los
Andes Tropicales ha sido dramático. En Venezuela ya desaparecieron (2,03 km2 desde 1952), en
Colombia se ha reducido un 38% respecto a 1990, en Ecuador se redujo en un 54% desde 1980
(de 92 km2 a 43 km2),18 en la Cordillera Blanca de Perú se redujo de 723 km2 (1960) a 527 km2
(2000) y en Bolivia se reportó una reducción estimada de 43% entre la década de 1980 y 2014.19
El clima de Los Andes sufre la influencia de las oscilaciones del fenómeno de El Niño (ENSO), que
se asocia a bandas de aguas más calientes que se generan en el Océano Pacífico ecuatorial. El
aumento de la temperatura del mar suele provocar importantes lluvias en la costa occidental de
Los Andes, normalmente bajo los 2.000 msnm. Sin embargo, sobre esa altitud suele haber menos
precipitación y sube, comparativamente, la isoterma (Garreaud, 2009), es decir, el punto sobre el
cual la precipitación pasa a ser nival. Esto afecta a todos los glaciares de Los Andes, aunque
especialmente a aquellos que se encuentran en el trópico a baja altura.20
18 Bolívar Cáceres, investigador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), Ecuador. 19 Rabatel et Al, 2013. 20 Ibidem.
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17
Geofísico Hidrológico Metereológico Climatológico
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Superficie cubierta de nieves permanentes y glaciares en América Latina (1995-2015)
Fuente: FAO
En Chile, el país con mayor superficie glaciar (23.641 km2)21- las mayores reducciones ocurren en
glaciares templados tipo calving con frentes desprendentes en fiordos y lagos. Un glaciar de esas
características es el Glaciar San Rafael, el cual perdió 11,2 km2 entre los años 1945 y 2015.22
21 Atlas del Agua, Chile 2016. Dirección General de Aguas, diciembre de 2015. 22 Barcaza el al, 2017: Glacier inventory and recent glacier variations in the Andes of Chile.
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Nieves Permanentes y Glaciares
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Años
Avanzar en acciones de mitigación y adaptación, toda vez que en varios países
se sigue respondiendo a la demanda de ampliar o agregar obras de
acumulación para aprovechar eventos meteorológicos de bajo retorno, en
sectores con tradición agrícola que experimentan notorios cambios climáticos.
Iniciar procesos de adaptación basados en los propios ecosistemas.
Brindar respaldo legal, institucional y económico a una buena gobernanza del
agua, aprovechando la experiencia ya avanzada en varios países como Brasil,
Colombia, Ecuador, México o Perú.
Invertir en conocimiento y tecnologías de adaptación que posibiliten una
gestión más eficiente del recurso hídrico.
Invertir en obras de infraestructura hídrica que sean consistentes con las
tendencias climáticas que se experimentan.
Invertir en servicios de predicción y de alerta temprana, con evaluaciones de
riesgos confiables, con avisos oportunos, comprensibles y con protocolos de
seguridad para la infraestructura hídrica.
Capacitar a los actores en procesos de adaptación a un clima menos predecible
Introducir en la malla curricular de la educación primaria y secundaria el
fenómeno del cambio climático e iniciativas de resiliencia.
Incrementar las políticas de coordinación entre actores, instituciones y países.
RECOMENDACIONES
5.- Interrelación entre el ODS 6 y el ODS 16.
Varias de las metas del ODS 16 Promover sociedades, justas, pacíficas e inclusivas, necesitan
de una buena gestión y gobernanza del agua, destacando entre ellas:
16.1 Reducir significativamente todas las formas de violencia y las correspondientes tasas de mortalidad en todo el mundo.
16.3 Promover el estado de derecho en los planos nacional e internacional y garantizar la igualdad de acceso a la justicia para todos.
16.6 Crear a todos los niveles instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas.
16.7 Garantizar la adopción en todos los niveles de decisiones inclusivas, participativas y representativas que respondan a las necesidades.
16.10 Garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales, de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales.
Los derechos humanos al agua y al saneamiento fueron consagrados por la Asamblea y el Consejo
de Derechos Humanos de Naciones Unidas a partir del año 2010, si bien anteriormente se
encontraba inserto en el marco del derecho a la vida y el derecho a la salud. El año 2015, la
Asamblea de Naciones Unidas adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual
establece los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y contempla en el ODS 6 los derechos humanos
al agua y al saneamiento.
La realización de estos derechos humanos depende de una combinación de factores políticos,
económicos y sociales, debiendo expresarse en una planificación apropiada, que reflejen una
visión a largo plazo para velar por el goce efectivo de esos derechos. La aplicación de esas políticas,
programas y planes implica la creación de instituciones apropiadas, la búsqueda del
financiamiento, la regulación y el desarrollo de capacidades.
La existencia, aceptación y reconocimiento de estos derechos es, sin duda, una valiosa
contribución a la paz, la justicia e institucionalidad. Y si bien hoy estos derechos se suelen asociar
a las metas 6.1 y 6.2 del ODS 6, se han iniciado enfoques y aproximaciones que favorecen su
expansión y profundización.
Su entendimiento como derecho humano implica asumir que resulta inherente a todos los seres
humanos, sin distinción alguna de nacionalidad, lugar de residencia, sexo, etnia, color, religión,
lengua, condición económica o cualquier otra condición. El concepto “que nadie se quede atrás”
implica dar prioridad a aquellos que corren más riesgos y que se encuentran en situaciones más
vulnerables e, inexorablemente, implica reparar en la pobreza, principalmente en las personas
más excluidas, lo que implica una interna conexión con lo dispuesto en el ODS 10.23
En general, América Latina y el Caribe es una región que ha tenido un importante avance en la
implementación de estos derechos, manteniéndose importantes nichos difíciles de reducir,
especialmente en el ámbito rural.
ALC: brecha en % entre coberturas urbanas y rurales de agua y saneamiento, 1990-2015
Fuente: De la Peña y Álvarez: Ejecutar proyectos de agua y saneamiento en el
sector rural: retos y desafíos en América Latina y el Caribe. BID 2018.
Por otra parte, existe una valiosa relación recíproca entre el ODS 16 y el ODS 6, en particular con
su meta 6.5 que pugna para que en el 2030 se ponga en práctica la gestión integrada de los
recursos hídricos a todos los niveles, incluso mediante la cooperación transfronteriza, según
proceda.
Es un hecho que entorno al agua puede haber conflictos, los que muchas veces derivan de
distintos factores tales como la contaminación, mala gestión, monopolización del acceso,
transferencia de externalidades negativas , amenazas a la sustentabilidad, limitación a futuras
oportunidades de desarrollo y la brecha administrativa, que es la que resulta del desajuste
geográfico entre fronteras hidrológicas y administrativas, ocurriendo con cuencas que comparten
territorio de dos o más estados, regiones o provincias de un país o con cuencas transfronterizas
23 Estévez, Herrera y Tiribocchi. Garantizar la disponibilidad de agua, su gestión sostenible y el saneamiento para todos. UNESCO – PHI, en edición.
en que, según el Convenio de Helsinki de 1995, sus aguas superficiales o subterráneas marcan,
atraviesan o están situadas en las fronteras entre dos o más países.
La región de América Latina y el Caribe cuenta con más de 70 cuencas hidrográficas compartidas.
Sólo la cuenca del Amazonas tiene más de 8.000 km. de fronteras entre ocho países
sudamericanos.24 Muchos acuíferos importantes son transfronterizos, destacando el Sistema
Acuífero Transfronterizo Amazonas que comprende parte del territorio de Bolivia, Brasil,
Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela, con una extensión aproximada de 3.950.000 km2; el Sistema
Acuífero Transfronterizo Pantanal, en la cuenca hidrográfica del Río Paraguay, con un área
estimada de 134.000 km2 y que permite el mantenimiento del humedal más grande del mundo; y
el Sistema Acuífero Guaraní, compartido por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, que se localiza
en gran parte del subsuelo de la Cuenca Hidrográfica del Plata, con un volumen de 37 mil millones
de metros cúbicos.25
La gestión de este tipo de recursos requiere de la colaboración entre varias instituciones
nacionales y entre los diferentes países involucrados, haciéndose mayor este desafío porque no
existe un marco legal internacional que regule los acuíferos transfronterizos.26
Normalmente estos conflictos se expresan como conflictos ambientales o socio ambientales, con
una escala espacial muy diversa, que puede ir desde lo local hasta lo transfronterizo.27
Históricamente, los recursos hídricos transfronterizos, tanto superficiales como subterráneos han
sido fuente de tensiones entre países, pero también hay múltiples experiencias donde la
capacidad de ponerse de acuerdo y definir una institucionalidad de entendimiento puede
significar que el agua sea una fuente de entendimiento y cooperación entre los pueblos.
Destacan el manejo conjunto de cuencas binacionales entre México y Estados Unidos, bajo el
“Tratado de aguas de 1944” que permite la administración de las aguas de los ríos Colorado, Bravo
y Tijuana, posibilitando que México reciba un volumen de agua de la Cuenca del Río Colorado (en
función de los niveles del Lago Mead) y, Estados Unidos reciba a cambio aguas del Río Bravo.
Igualmente destaca el Acuerdo sobre el Acuífero Guaraní, suscrito en 2010 por Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay y ratificado en 2018. El proceso de desarrollo del Acuerdo fue ejemplar, al
basarse en la ciencia, instruido por el Proyecto de Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible
del Sistema de Acuíferos Guaraníes (2003-2006) que aumentó el conocimiento científico de las
características físico-ambientales de la Cuenca. Además, se acompañó de un extenso proceso
consultivo que incluyó a la academia, entes de gobierno, organizaciones internacionales y actores
del sector privado. El Acuerdo se basó en los principios fundamentales del DLTA de 2008 e incluye
obligaciones adicionales de realizar evaluaciones de impacto ambiental sobre el uso del agua
dentro y fuera del territorio nacional, proveyendo toda la información adicional.28
Existe una gran diversidad y extensión de acuíferos transfronterizos en ALC, siendo fundamental
institucionalizar acuerdos marco y otros de carácter bilateral que permitan a los países encontrar
soluciones acordes con el derecho internacional.
24 Rebagliati, 2004. 25 Estévez, Herrera y Tiribocchi. Op. Cit. 26 UNESCO-PHI-LAC, 2007. 27 Martín y Justo: Análisis, prevención y resolución de conflictos por el agua en América Latina y el Caribe. Recursos Naturales e Infraestructura N° 171. CEPAL, 2015. 28 Villar 2016, citado por Khafi Weekes y Maria Vizeu, 2019.
Fuente: UNESCO, 2007. Sistemas Acuíferos Transfronterizos en la Américas, Serie ISARM Américas N°1
RECOMENDACIONES
Que las constituciones o leyes consagren los derechos humanos al agua potable y
al saneamiento.
Avanzar hacia la mayor transparencia, participación y rendición de cuentas en el
ejercicio de las funciones que afectan el interés público.
Desarrollar y difundir el uso de las nuevas posibilidades de comunicación social en
relación con la temática hídrica, como el internet y redes sociales.
El agua puede y debe ser una fuente de cooperación y entendimiento entre los
pueblos. Para ello es necesario:
Trabajar proyectos de Áreas Protegidas Transfronterizas para la Paz y la
Cooperación.
Asumir que la Cuenca Hidrográfica es la unidad territorial más apta para la
planificación y gestión de los recursos hídricos.
Considerar hacerse parte del convenio sobre la protección y utilización de los
cursos de agua transfronterizos y de los lagos internacionales de 1992 (Convenio
sobre el Agua).
Identificar y recoger la experiencia de casos relevantes como el Acuerdos del
Guaraní.
6.- Interrelación entre el ODS 6 y el ODS 17.
El Objetivo 17 Revitalizar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, ha estado presente
en todas las revisiones que ha realizado el HLPF, toda vez que cualquier programa exitoso de
desarrollo sostenible requiere alianzas entre los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil,
recomendando las Naciones Unidas que sean inclusivas y construidas sobre principios y valores,
toda vez que es fundamental y urgente construir una visión compartida, y metas compartidas,
que colocan a la gente y al planeta en el centro de nuestras inquietudes. Las siguientes metas
tienen una importante relación con el objetivo del agua:
17.1 Fortalecer la movilización de recursos internos, incluso mediante la prestación de apoyo internacional a los países en desarrollo, con el fin de mejorar la capacidad nacional para recaudar ingresos fiscales y de otra índole.
17.5 Adoptar y aplicar sistemas de promoción de las inversiones en favor de los países menos adelantados.
17.7 Promover el desarrollo de tecnologías ecológicamente racionales y su transferencia, divulgación y difusión a los países en desarrollo en condiciones favorables, incluso en condiciones concesionarias y preferenciales, según lo convenido de mutuo acuerdo.
17.8 Poner en pleno funcionamiento el banco de tecnología y el mecanismo de apoyo a la creación de capacidad en materia de ciencia, tecnología e innovación para los países menos adelantados y aumentar la utilización de tecnologías instrumentales, en particular la tecnología de la información y las comunicaciones.
17.11 Aumentar significativamente las exportaciones de los países en desarrollo y duplicar la participación de los países menos adelantados en las exportaciones mundiales.
17.16 Mejorar la Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible, complementada por alianzas entre múltiples interesados que movilicen e intercambien conocimientos, especialización, tecnología y recursos financieros, a fin de apoyar el logro de los ODS en todos los países, particularmente los países en desarrollo.
17.17 Fomentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y las estrategias de obtención de recursos de las alianzas.
Tradicionalmente se ha entendido la
conveniencia de desarrollar la relación entre
sectores de los gobiernos (ministerios o
servicios) con los sectores productivos de esa
rama (stakeholders), lo que sin duda es
correcto, en la medida que ello no implique
olvidar a los más invisibles en estos procesos,
que debiese ser el mandato de toda política
pública y es el mandato de la Agenda 2030 de
no dejar a nadie atrás.
Sin alianzas inclusivas y participativas no será
posible alcanzar las metas del objetivo del
agua, como es el caso de Gestión Integrada de
los Recursos Hídricos (ODS 6.5). Es preciso
involucrar a todos los sectores, tanto
productivos, como institucionales, pueblos
originarios, comunidades y autoridades
electas. Pero si bien resulta fácil de escribir, es
muy complejo de desarrollar y mantener en el
tiempo.
Existen notables avances en el desarrollo de organizaciones de cuencas, en el trabajo
mancomunado entre gobiernos de distintos niveles y entre ellos y las organizaciones de aguas y
los ciudadanos. Es así como esta relación de cooperación, participación (ODS 6.b) y de Alianzas
(ODS 17) que permanecen en el tiempo, se ha expresado en una atractiva dinámica en la
reducción de la brecha del derecho humano de acceso al agua potable y saneamiento.
En general en ALC ha sido difícil avanzar en los procesos de reformas legales en la región, ya que
los países de la región no son propensos a revisar con periodicidad su legislación de aguas y, en
consecuencia, adaptarse o anticiparse a la dinámica de cambios, especialmente porque quienes
ya están bien con la situación tienden a resistir el cambio, consolidando en el tiempo las
necesidades y problemas de los más vulnerables.
Sin embargo, ha habido importantes experiencias donde no sólo se ha avanzado en ello, sino que
se ha hecho de la mano del principio participativo contenido en la meta 6.b del ODS 6 que señala:
Apoyar y fortalecer la participación de las comunidades locales en la mejora de la gestión del agua
y el saneamiento. En Uruguay, a partir de la iniciativa de organizaciones de la sociedad civil, fue
debatido y plebiscitado un cambio en el artículo 47 de la Constitución de la República, que en
2004 consagró como derecho humano fundamental el acceso de todos los habitantes del país al
agua y al saneamiento y definió los pilares de la política de Aguas y Saneamiento, subordinando
la gestión de los recursos hídricos al interés general. Otro ejemplo similar es la Ley 20.998 que
regula los servicios sanitarios rurales, probablemente la ley más participativa en su elaboración
en la historia de Chile, donde las organizaciones de Agua Potable Rural co-definieron, sobre la
base de su valiosa experiencia, el nuevo marco regulatorio de los sistemas que prestan servicios
de agua potable y saneamiento en el mundo rural.
Poner en pleno funcionamiento el banco de tecnología y el mecanismo de apoyo a la
creación de capacidad en materia de ciencia, tecnología e innovación para los países
menos adelantados de la región y aumentar la utilización de tecnologías instrumentales,
en particular la tecnología de la información y las comunicaciones (meta 17.8) exige
desarrollar mayores y mejores mecanismos de cooperación entre los países,
compartiendo mejores experiencias y la rentabilidad social de las iniciativas. Requiere, a
su vez, que los organismos multilaterales de cooperación y de créditos blandos, enfoquen
sus políticas en estas necesidades.
Aplicar el principio de Participación en todos los proyectos del Agua (meta 6.b del ODS 6)
no es fácil para los gobiernos, porque puede demorar iniciativas, sin embargo, es la única
forma de asegurar su aceptación por la comunidad, conocedora de sus necesidades y del
funcionamiento de los ecosistemas que habitan. La Consulta a los pueblos originarios de
América y el Caribe es un requisito obligatorio para todos los países que suscribieron el
Convenio 169 de la OIT, toda vez que es un derecho humano de titularidad colectiva,
Al ser múltiples y recurrentes las experiencias de riesgo hídrico, se debe aprovechar la
conciencia social y política inmediatamente después de terminadas las respuestas a la
emergencia, para construir institucionalidad y alianzas de largo plazo especializadas en
problemas específicos tales como:
El tratamiento de las aguas servidas, su eventual reutilización y la eliminación de
vertidos químicos sobre las aguas (ODS 6.3)
Fortalecer la resiliencia frente a desastres recurrentes, capacitando a las personas y
gobiernos locales sobre dónde puede y no puede construirse, como reaccionar ante
determinados eventos y como utilizar tecnología de alertas meteorológicas o fluviales.
RECOMENDACIONES