El arte del buen maestro

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EL ARTE DEL BUEN MAESTRO

VI. EL OFICIO DEL MAESTRO: CONTRADICCIONES INICIALES

Las cualidades clásicas: vocación y moral

• El magisterio no se define como una profesión, sino como una misión o sacerdocio.• La ideología de la vocación permea toda definición

pedagógica de la función docente.

• La vocación es, al igual que el concepto teológico, un llamado, una predisposición que se define como innata, no adquirida. Existen dos tipos de vocación:

Natural o innata. Es auténtica y deseable.Artificial. Resultado de un esfuerzo.

• Podríamos clasificar las características como deseables y prioritarias en el perfil del maestro ideal en dos tipos:

Características morales y conductuales.Características físicas y de autopresentación.

El maestro

• “Si el maestro cree que la escuela no es el templo del saber y que él no es el verdadero, pensará que su misión no es tan sublime”.• Si el maestro no tiene fe no tendrá entusiasmo, sin

entusiasmo profesional todo maestro es malo.

La maestra rural• Lucha por la vida, la pobre maestra sigue en la fragua

forjando voluntades. Su labor es la caridad.

La “cientifización” relativa del oficio• El maestro debe tener instrucción y preparación pedagógica,

estos son conocimientos científicos. Al maestro de educación básica se le asigna la función de vulgarización del saber científico. Al maestro no le compete aumentar el caudal de noticias históricas acerca de la ciencia y su proceso, sino de templar los caracteres para la vida.• El maestro pedagogo, a diferencia del maestro empírico posee

“la ciencia de enseñar”.• El maestro ideal es una combinación de vocación, cualidades

morales, conocimiento pedagógico y conocimiento de contenido.

La lucha por el reconocimiento social

• El magisterio posee propiedades que pueden medirse a través de la estadística social: edad, ingreso, composición sexual, escolaridad, lugar, etc.• El maestro es prisionero de la definición social que se hace de

su oficio. Si el magisterio se define como sacerdocio, pretender recompensas materiales es contraproducente si se quiere obtener prestigio.

• Los presupuestófagos van a la caza de puesto públicos, de cátedras, su actividad es fenomenal. El antídoto contra el desprestigio es el maestro que trabaja “con más fe con la santa causa que ha abrazado”.