Post on 25-Jan-2021
El arte visto desde el arte —a través de la complejidad—.
Itzel Palacios Ruiz
Observación importante
Este documento incumple algunos -o varios- de los requerimientos formales de los artículos
académicos. Para empezar, está escrito en primera persona. Es importante hacer explícito que su
objetivo no es insertarse en el campo científico, sino dar cuenta de un proceso personal de
exploración artística y sus potenciales conexiones.
Introducción/preámbulo
Mi formación como "artista visual" ha sido ecléctica, y por razones de índole diversa, me
encuentro en medio del implícito campo de batalla entre las ciencias de la complejidad y el
llamado pensamiento complejo. Una desde el área de las ciencias naturales y exactas y el otro
desde la filosofía y las humanidades (no por ello infiero que se excluyan mutuamente y hablo
desde mi experiencia particular).
Llegué al seminario de "Introducción a la complejidad", en un intento por entender el
fenómeno/tema/asunto de la complejidad desde la formalidad de las ciencias, cuyos paradigmas
abandoné hace tiempo, con una sensación de que los autores citados en mi entorno, estaban
haciendo una especie de apropiación de descubrimientos que tuvieron su origen en otros lugares.
La clase resultó interesantísima, aun considerando que el treinta por ciento del tiempo yo no
entendía lo que se estaba diciendo. Sin embargo, pude acercarme a la complejidad, sus
propiedades y definiciones desde las áreas donde surgieron, lo cual me pareció fascinante. Con el
tiempo, me enfrenté a un problema distinto al hecho de que "ecuaciones" no es mi lenguaje
natural; el requerimiento de un proyecto final. Utilizar las fuentes teóricas que conocía de
antemano no era opción para mí, dado que, la intención era justamente salir de mi zona
conceptual de confort y de esta sensación de "apropiación ilegítima". Sin embargo, no me sentía
equipada ni teórica, ni metodológicamente para adoptar de lleno las estrategias planteadas en el
curso.
Un poco a ciegas y basándome en mi proyecto actual del doctorado en artes visuales, planteé lo
siguiente: "Entender el campo artístico como un sistema complejo y descubrir y describir las
interacciones entre sus elementos".
Como posibles referencias para mi trabajo, me fueron sugeridas algunas comunicaciones
académicas que hacían la relación directa entre arte y complejidad, las cuáles revisé asombrada.
Resultaba posible mezclar disciplinas aparentemente contradictorias.
Sin embargo, explorando más a fondo, me di cuenta que lo que hacían estos trabajos era
"explicar" el arte desde la ciencia (costumbre común en los proyectos de arte y ciencia), "medir"
con obsesión extrema fenómenos relacionados al campo artístico, o "ilustrar" diversas relaciones
que suceden al interior de dicho campo.
Concluí, entonces, que no podría tomar dicha ruta, en primer lugar porque me hacía falta algún
tiempo de formación en distintas áreas. Pero, en segundo lugar, y como razón principal, porque, si
bien llegué a este lugar con la intención de entender las ciencias de la complejidad, no lo hice con
la intención de volverme científica, de predecir, demostrar o generalizar. Opté, entonces, por
utilizar las herramientas que mi formación me dio: la posibilidad sensible y metodológica de la
práctica artística. Retomé, entonces, el proyecto bajo mis propios términos: Los términos de la
producción artística y la investigación en/con/desde el arte.
Partiendo del objetivo planteado inicialmente, hice algunas modificaciones, resultando mi
intención en la siguiente declaración "Presentar (expresión que uso para referirme al
trabajo/objetivo de la producción artística) los elementos que configuran el campo artístico y la
noción de arte y la manera en que interactúan".
1. El arte como campo
La noción de arte en la actualidad resulta sumamente conflictiva. Enfrentarse a la pregunta ¿qué
es arte? se ha vuelto particularmente complicado. Esto no es nada nuevo, sin embargo, es
imposible negar que, en el contexto actual, las manifestaciones artísticas han desbordado las
nociones que las diversas tradiciones históricas habían establecido -la belleza, la contemplación
estética, la representación mimética- y de las cuales, sin embargo, aun no podemos
desprendernos del todo. A pesar de ello, considero fundamental realizar ejercicios de difusión y
formación que superen la concepción del arte únicamente a partir del sentido de belleza,
objetualidad, gusto o goce estético, etc.
Para ese fin -superar las caracterizaciones tradicionales y reduccionistas del arte-, me parece útil
regresar a la noción de campos, planteada por Pierre Bourdieu, hace ya un tiempo. En su teoría
sociológica, Bourdieu considera un campo como un espacio social de estructuración y articulación
histórica de colectividades, el cual funge como esquema básico de ordenamiento de las realidades
sociales y, en términos metodológicos, como una herramienta de recorte. Estos espacios
multidimensionales están constituidos por instituciones, agentes y prácticas, y despliegan en su
interior un conjunto de normas y reglas -no siempre explícitas- que establecen lógicas de relación
entre los agentes, a la vez que van moldeando las aspiraciones e imaginarios de los mismos. Ahí es
donde se incorpora el concepto de habitus, como un sistema de disposiciones hacía ciertas
situaciones, objetos o valores, estableciendo un conjunto de prácticas, que interiorizan en los
agentes el sentido de percepción, apreciación y acción de y en el mundo, siendo legitimadas
dependiendo de la naturaleza y condiciones de cada campo específico.
En términos muy generales, hablamos de campos de juego, en los cuales, en palabras de Bourdieu,
"es necesario que haya algo en juego, y gente dispuesta a jugar, que esté dotada de los habitus
que implican el conocimiento de las leyes inmanentes del juego" (1990, p. 136). Campos de juego
con reglas, personajes -agentes- instituciones reguladoras, y valores y sentidos propios de dicho
campo, en donde también se libran batallas desiguales, donde el poder se ostenta por unos u
otros agentes y que están en un constante conflicto interno y externo, el cual, de cierta forma,
mantiene en movimiento el juego.
Cito esta teoría porque me parece pertinente regresar a ella a partir del planteamiento de los
sistemas complejos. Un campo social, es un espacio multidimensional de toma de posiciones que
los sujetos constituyen y a través de los cuales son constituidos como agentes, es decir, como
hacedores de relaciones sociales específicas en torno a problemáticas compartidas (Vizcarra, 2002,
p. 59, 60). Los campos son espacios dinámicos, constituidos por multiplicidad de interacciones,
redes de tensión y complicidad ente los agentes, dónde prácticas cambiantes suceden en
escenarios cambiantes, y que, necesitan ser entendidos desde su historia, así como desde las
aspiraciones e imaginarios colectivos. A mi parecer, estas descripciones y caracterizaciones
concuerdan con el enfoque de sistemas complejos; multiplicidad, retroalimentación,
interacciones relevantes, causalidad, teleología, emergencia, robustez, resiliencia, redes, etc. Esto
tampoco es algo nuevo, y ha sido estudiado ampliamente en el área denominada "complejidad
social".
La razón de aludir a estas reflexiones, se relaciona con mi planteamiento inicial y compone el
argumento central de mi trabajo: para entender la noción de arte en la actualidad es necesario
conocer los elementos que constituyen el campo artístico, el cual no es posible aprehender
considerando aisladamente dichos elementos, los cuales han ido complejizándose con el tiempo.
Es necesario atender a los procesos históricos que han dado lugar a la situación actual, así como a
las particularidades de cada escenario de conflicto que ha trastocado el sentido de la creación
artística a través del tiempo, es decir, un necesario vistazo a la historia del arte, así como a las
prácticas de producción y consumo cultural, y, por supuesto, a la obra como objeto, suceso o
registro. Entonces la denominación o cualidad artística de "algo" no podrá ser entendida solo
desde la historia o teoría del arte, su materialidad (la materia prima que se usó en su construcción,
el tiempo invertido en su realización, la idea de "oficio", "talento" o "genio" como condición para
la creación), ni desde factores como la trayectoria del artista, su nivel de reconocimiento o
legitimación, los medios de comercialización o difusión, o las leyes del mercado.
2. Análisis cualitativo
Antes de reconocer y describir las interacciones -complejas o no- en el sistema campo artístico, es
necesario identificar los componentes de dicho sistema -lo que hasta ahora he denominado como
elementos o factores que definen/caracterizan el arte-.
Estar inserta en el ámbito "académico" del arte durante más de diez años, me ha permitido tener
un panorama parcial del campo y aunque me ha dado la posibilidad de especular sobre los
agentes, las instituciones y las prácticas del juego (Figura 1), considero que esa misma filiación
académica me hace carecer de una visión más global, e incluso pragmática, de estos elementos.
Figura 1. Primera hipótesis de estructuración del campo artístico
Con el objetivo de resanar algunas de esas grietas en mi visión, y apoyar esa parte de la
investigación en "datos", recurrí a la lectura y análisis de textos de crítica de arte, considerando la
crítica como un ejercicio de revisión y argumentación sobre los elementos presentes en una
exposición o alrededor de un artista, que pueden variar desde las anécdotas sociales, a los
posicionamientos políticos de museos, instituciones o artistas, o a la obra en sí misma, a sus
condiciones y su efectividad.
Examinando una selección aleatoria de textos de crítica de arte a través de un software de análisis
cualitativo de datos, pude derivar no solo un sistema de las categorías y códigos textuales que se
encuentran presentes en ellos, sino también identificar los elementos que completaban mi visión
del campo artístico, contrastando el pragmatismo de la crítica de arte con mi visión académica del
fenómeno. Pude entonces, generar un sistema -hipotético, siempre hipotético- de
componentes/factores/elementos del sistema campo artístico (Figura 2).
Figura 2. Segunda hipótesis de estructuración del campo artístico basada en el análisis de datos cualitativos
3. Estrategias de presentación
Teniendo datos, aunque fuera una mínima cantidad en comparación con los recolectados para los
proyectos presentados en clase, podía empezar a trabajar. A trabajar, como dije, en mis propios
términos. ¿Cómo voy a presentar este pequeño descubrimiento? Me refiero a presentar
artísticamente, por supuesto.
Tratando de evitar las ilustraciones o representaciones obvias, y considerando que mis estrategias
personales de presentación artística devienen de la escultura -entendida no como tradición
histórica sino como problematización del terreno de lo real, matérico, objetual, procedimental
(Quesada, 2001)- me pareció pertinente hacer un énfasis en la visualización, la materialización y la
inscripción.
Describir un proyecto artístico no funciona a manera de manual replicable, y es claro que la obra
no se podrá recibir de la misma forma que experimentándola en cuerpo propio, dado que el
espectador, con su acción de interpretación es quién cierra y da el sentido final a la pieza (Sánchez
Vázquez, 2005). Sin embargo, con fines comunicativos, realizaré una breve descripción de los
elementos o estadíos que compusieron la pieza, en tanto proceso y resultado.
4. Visualización/materialización/inscripción
Como planteamiento inicial, se construyó un sistema de goteo. Cada contenedor de líquido, se
sitúa en un punto distinto de un plano horizontal. El líquido varío en color y densidad, de la misma
forma la salida para el goteo varía en su amplitud. El primer impulso, el de la representación, me
instaba a ubicar los contenedores como si emularan el sistema campo artístico que elaboré
visualmente. Sin embargo, como he repetido anteriormente, no es mi intención ilustrar o
representar fenómenos, sino generar acercamientos sensibles a ellos.
La forma de acercamiento sensible a este fenómeno, es que estos contenedores, ubicados en
distintas posiciones gotean líquidos variados que se inscriben en un soporte textil ubicado debajo
del mecanismo. Los físicos probablemente podrían predecir las manifestaciones visuales y
materiales que derivarán de cada líquido, dependiendo de la altura a la que se derrama, sus
características físicas y químicas, las condiciones ambientales y un amplio etcétera. Nada de eso
me interesa. Una de las propiedades de los sistemas complejos que más está presente en mi
mente es la emergencia. Así que, recurriendo a ella y a la no-predictibilidad, estoy presentando los
distintos elementos del sistema (los líquidos, los colores, las densidades) pero no apelo a controlar
nada de lo que suceda en el proceso ni tampoco pretendo que el resultado nos revele
interacciones reales del campo artístico. Las cosas sucederán y podremos generar sentido a partir
de los resultados de estos sucesos. Sentido sensible.
Y, efectivamente, las cosas suceden, el líquido empieza a gotear de manera sumamente dispar,
acumulándose en ciertas partes del soporte, siendo absorbido por otras, salpicando y mezclando
colores, formas y texturas. La pieza pasa de un proceso de visualización de relaciones a un proceso
de materialización e inscripción de las mismas.
Como mencioné, pienso que la pieza se cierra o se activa únicamente a partir del encuentro
directo con el espectador, quién integra a su praxis vital el sistema de valores que ha construido el
artista, mediante el cual, se activa el sentido sensible de la construcción artística (Palacios, 2018).
En lugar de describir los resultados, presentaré una serie de imágenes donde se visualice el
ejercicio realizado (Figura 3, Figura 4, Figura 5, Figura 6, Figura 7, Figura 8) , para, posteriormente
problematizar las conexiones y hallazgos que el trabajo detona.
Figura 3. Estructuras de goteo
Figura 4. Primeras etapas
Figura 5. Emergencia
Figura 6. Emergencia/Materialidad
Figura 7. Emergencia/Materialidad/Inscripción
Figura 8. "Resultados"
Discusión/conclusiones/trabajo futuro
Probablemente la pieza sea relacionada al campo del arte como sistema, probablemente se
conciba solo como una alusión a un sistema X y también, muy probablemente, se considere solo
otra de las producciones extrañas del arte contemporáneo -o se valore por la cualidad estética de
las inscripciones, que no podemos negar, existe-. Quizá el trabajo solo sea aprehendido en el
marco de este documento, y de este curso, o de su posible disposición expositiva y los aderezos
teóricos que inevitablemente se atraen en ese proceso.
Sin embargo, me parece fundamental, sobre todo en términos de la intersección del campo
académico (investigación) con el campo artístico (producción artística) que representa el
doctorado que estoy cursando, insistir en las posibilidades que la práctica artística detonará,
citando a la Dra. Natalia Calderón, "the way in which artistic researches engage with their
field/themes/subjects or interests so as to transform them from a signified experience into a
reflexive possibility that can relate with other theories and debates” (2015, p. 82, 83).
En ese sentido señalaré que tengo clara la posible derivación del trabajo, a partir de la recolección
y sistematización de datos, muchos más datos, para la generación de modelos que incluso
otorguen grados de "artisticidad", dependiendo de si el objeto en cuestión cumpla o no, y en qué
medida, con los elementos planteados. Algo similar a lo realizado por Fraiberger et al (2018).
Pero la posibilidad que más me motiva es la que emerge a partir de comenzar a tener presente
cómo un proceso artístico puede dar cuenta de relaciones encontradas a partir de un proceso
investigativo sea cual sea su naturaleza, así como de la posibilidad no solo de visualizar, sino de
materializar una condición sistémica. Estas exploraciones ya están realizándose, principalmente en
el área de la comunicación y el design thinking, como podemos observar en trabajos como el de
Lockton et al (2019) y Penn et al (2018). Este trabajo suma a esas reflexiones que se enfocan en la
fisicalidad de las representaciones que realizamos, así como en una atención al material, sus
propiedades y los affordances que este detona. Ahora no solo contaremos con la posibilidad de
externalizar y comunicar ideas, pensamientos o modelos, sino de ampliar nuestra percepción de
ellos a partir de la condición sensible que brinda la producción artística.
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