Post on 11-Oct-2018
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El carbón.
El carbón fue el primer combustible fósil utilizado por el hombre, y aún hoy es una de las
principales fuentes de energía utilizadas por la humanidad.
Se considera una fuente de energía concentrada, porque con
poco volumen de carbón se obtiene mucha energía (rendimiento
óptimo). El carbón se encuentra acumulado en determinadas zonas de
la corteza terrestre, formando yacimientos de distinta dificultad de
explotación.
Se considera una fuente de energía no renovable, ya que la
velocidad a la que sucede el proceso de formación del carbón es muy
lenta (se necesitarían millones de años para generar nuevos yacimientos).
El carbón es un material sólido, ligero, negro y muy combustible que tiene su origen en
una combustión incompleta de vegetales y otros seres orgánicos, en una atmósfera anaeróbica. La
energía acumulada, pues, en el carbón, procede de la fotosíntesis.
El carbón se compone de numerosos elementos, variando su
concentración según la zona en que se originó: azufre, silicio, óxidos
de hierro, aluminio etc., si bien el elemento básico es el carbono,
elemento no metálico que en su forma pura se presenta como grafito o
como diamante. El carbono es el elemento fundamental de la materia
orgánica y de muchos combustibles.
Hace unos 300 millones de años, durante el período carbonífero
(que tuvo una duración aproximada de 60 millones de años) tuvo lugar
la fermentación (que no descomposición) de masas abundantes de
vegetación que creció en zonas húmedas de clima tropical.
Es evidente el origen vegetal del carbón, teniendo en cuenta que
la descomposición de árboles y plantas se realizó en ausencia del aire y
en condiciones especiales de fermentación.
Actualmente, observamos que, cuando se
realiza esta descomposición en presencia del aire,
no queda vestigio alguno de materia orgánica
carbonosa.
Los yacimientos de carbón en capas o
bolsas pueden ser el resultado de depósitos de
acarreos o aluvión de masa vegetal que ha sido
sedimentada posteriormente o bien plantas que
vivieron en el mismo sitio en que han sufrido la
transformación, o sea, formación "in situ".
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Aplicaciones del carbón.
El carbón se utiliza en gran variedad de aplicaciones, abarcando campos muy diversos.
Atendiendo a su finalidad, se pueden clasificar en cuatro grupos:
� Combustibles de uso general: El carbón mineral se utiliza directamente sin ninguna
transformación. Se utiliza básicamente en las centrales térmicas.
� Coque para la industria (Altos hornos): En una primera etapa de destilación del carbón
se obtiene coque, otro producto gaseoso y en las paredes del horno que carbón
prácticamente puro (grafito)
� Producción de productos químicos: El grafito se utiliza para la fabricación de
electrodos.
� Gas de aplicaciones domésticas: De la destilación del componente volátil que se
obtiene vapores amoniacales, brea o alquitrán.
El carbón como fuente de energía primaria está recogido en el plan energético anual.
Su utilización genera sobre el medio ambiente diversos efectos nocivos, comunes en mayor
o menor grado a todos los combustibles fósiles: repercusiones sobre el suelo, el agua y la
atmósfera.