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TEMA 1
EL CONCEPTO DE CONFLICTO SOCIAL
I.1. INTRODUCCIÓN
I.1.1. Consideraciones generales
Nula aportación del ámbito de las ciencias sociales españolas al estudio de los movimientos
sociales. Por otro lado, las aportaciones foráneas llegan tarde a nuestro país. Existe una
enorme ignorancia mutua, entre las distintas disciplinas sociales en el progreso real del
conocimiento del conflicto social.
I.1.2. El conflicto social: definición
A lo largo de la historia cualquier movimiento social ha sido valorado como momentos
decisivos por sus protagonistas. La respuesta de los grupos dominantes ha sido
criminalizarlos en términos éticos y tratar de impedirlos en términos políticos. Todo ello hace
de este fenómeno un campo extraordinario de estudio de las conexiones entre historia y
política o ciencias sociales y su entorno.
Hasta los regímenes liberales, la protesta colectiva estaba considerada un delito penal muy
grave.
Cristianismo: actitud hostil hacia cualquier forma de rebeldía u oposición. Justificación: todos
han de estar sometidos a las autoridades superiores, sobre todo la de Dios.
Edad Media: Persiste esa criminalización moral de la rebeldía, no sólo desde el punto de vista
religioso o doctrinal, sino en relación a la concepción general del orden social (rueda de la
fortuna, sólo alterada por la voluntad de Dios). La rebelión contra el orden establecido
significaba destrucción inútil y una catástrofe.
Sólo se comprendían las luchas en el seno de la aristocracia feudal o las guerras entre reyes.
Último período de la Edad Media: crisis intelectual, política y socioeconómica, que da pie a
planteamientos ideológicos y actitudes sociales que favorecen revueltas populares vinculadas
a nuevas reinterpretaciones del cristianismo, respuesta al endurecimiento del sistema señorial,
primeros embriones de economías capitalistas en Flandes e Italia y todos los procesos que
desembocaran en la Modernidad.
Renacimiento (XIV-XVI) y Absolutismo (finales del XV hasta finales del XVII): el conflicto
empieza a ser algo comprensible (Teoría de la resistencia a la tiranía, pero con las revueltas
populares que siguen criminalizadas. Permanece la interpretación elitista de los movimientos
sociales, justificadas en determinados casos, pero nunca las protagonizadas por plebeyos.
Teoría política: mecanismos que se podrían adoptar desde el poder político para impedirlos.
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Ilustración (XVIII): Se abre camino a interpretaciones menos moralizantes del conflicto social
desde las nuevas teorías políticas de la Ilustración y del protoliberalismo, relacionándolas con
la idea de progreso.
Las ideologías decimonónicas (marxismo, liberalismo, etc.) convierten el conflicto social en
punto de referencia básico para explicar la concepción de la Historia de la Humanidad,
entendida como una sucesión de estadios de continuo progreso, culturas en contacto y
conflicto y naciones y pueblos en lucha.
Fundamentos de la interpretación decimonónica del conflicto:
1. Valoración de determinadas formas de conflicto y rebeldía como factores de progreso
social.
2. Concepción elitista del conflicto.
3. Se comienza a prestar atención a los conflictos populares gracias al marxismo y al
interés por la cultura popular.
Enfoques renovadores influenciados por la Psicología:
- Teoría del contagio emocional.
- Estudio del comportamiento de las masas.
- Teoría de la privación relativa.
Desde las Ciencias políticas, Sociología, Psicología y Antropología:
- Aportación al estudio del conflicto social enfoques mucho más conceptualizados, que
los usuales en historia y ampliando la gama de hechos sociales considerables como
formas de conflicto.
a) Además de los conflictos de masas, también los son cualquier forma de oposición,
incluidas las individuales: suicidio, comportamiento anómico…
b) además de los socioeconómicos, políticos o ideológicos lo son también los de la
esfera de relaciones privadas: fenómenos contraculturales, bandas urbanas,
conflictos generacionales.
c) el conflicto no sólo propicia el cambio, también regula y fortalece el orden
establecido: las funciones del conflicto.
d) También se han de tener en cuenta factores psicológicos y culturales.
e) Cualquier forma de resistencia pasiva, oposición política es también una forma de
conflicto.
Última gran mutación (finales de los 60): los llamados nuevos movimientos sociales (pacifistas,
ecologistas, etc.). Surgen en USA las teorías racionalistas: la decisión de participar en un
movimiento tiene su origen en una elección racional.
Europa Occidental (años 80): surgen las explicaciones menos estructurales, influenciadas por
la Psicología constructivista y el desapego hacia las técnicas cuantitativas y los análisis
estructurales, la llamada Teoría de las identidades colectivas que convierten cultura y formas
de sociabilidad, al nivel emotivo-vivencial
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Definición:
Conflicto social: proceso de interacción contenciosa entre actores sociales que comparten
orientaciones cognitivas movilizados con diversos grados de organización y que actúan
colectivamente de acuerdo con expectativas de mejora, de defensa de la situación
preexistente o proponiendo un contraproyecto social.
Proceso: que no debe confundirse nunca con los actos masivos a que puede dar lugar, ya que
estos se inscriben en una sucesión lógico-causal de hechos históricos de la que forman parte.
Interacción contenciosa: el proceso debe caracterizarse por la lucha abierta entre grupos
sociales a nivel ideológico –cultural y de acción colectiva.
Actores sociales: grupos asociativos o comunitarios y autoridades públicas presentes en el
proceso, ya como víctimas de la acción colectiva ya como garantes del orden.
Movilización: los actos y las críticas deben ser conscientes mentalmente, racionales en
términos estratégicos y coordinados socialmente.
Orientaciones cognitivas: el grupo ha de compartir ideas y objetivos, una similar valoración de
la situación y unas expectativas asimilables.
Identidades colectivas: autorreconocimiento como grupo y existencia de lazos de sociabilidad
y solidarios en su seno.
Organización: grado de institucionalización de las entidades que gestionan la movilización, ya
sean preexistentes o generadas por el propio movimiento.
Movimientos sociales organizados: partidos políticos, sindicatos, grupos de presión, etc., su
funcionamiento interno: disciplina, sistema de toma de decisiones, régimen de jefaturas y
liderazgo que se establezca en su seno.
Objetivos del movimiento: su dimensión táctica (objetivos moderados, radicales, maximalistas,
utópicos,…), como a su relación con procesos sociales más amplios: objetivos revolucionarios,
reformistas y conservadores.
Al reflexionar teóricamente sobre un proceso social se h de hacer desde una perspectiva
general, relacionándolo con otros procesos y la estructura en la que se inscribe.
Parámetros estructurales en los que se gestan y desarrollan los conflictos:
1. Los procesos de cambio social.
2. Las tensiones o problemas estructurales de tipo socioeconómico: que para las teorías
del conflicto relevantes en el S. XX, explicaban todas las dimensiones del fenómeno.
3. Los marcos jurídico-institucionales o políticos: los movimientos sociales siempre tienen
una dimensión política, de lucha por el poder, ya sea para influir en la toma de
decisiones o para mejorar las condiciones del grupo.
4. La dimensión cultural de la vida social: las mentalidades: Conjunto de ideas, creencias,
tradiciones, recuerdos colectivos. Los marcos de análisis: estructuras cognitivas de
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pensamiento desde donde se establecen pautas de comportamiento, ideas
contenciosas.
I.2. PRINCIPALES TEORÍAS SOBRE EL CONFLICTO SOCIAL
El conflicto social ha generado muchas reflexiones teóricas, básicamente desde la Sociología.
La revolución, conflicto social por excelencia, ha sido la base de sus trabajos.
Por lo general, una teoría del conflicto social forma parte de una concepción global de la
realidad social y de su funcionamiento. Así, se diferencian dos grandes concepciones del orden
social:
1. las teorías consensualistas: se llevan a cabo en un marco de cambio social que se
desarrolla mediante procesos de evolución. En este sentido el conflicto social significa
una distorsión, una alteración del proceso normal de vida social.
2. las teorías conflictivistas: el conflicto es inherente a cualquier dinámica social puesto
que en el seno de la sociedad se producen desajustes y objetivos colectivos
desacordes. Así el conflicto es inevitable y motor de cambio social.
I.2.1. El marxismo
Corriente intelectual que más ha contribuido a la interpretación contemporánea del conflicto
social, tanto por sus aportaciones teóricas e investigaciones como por su aportación ideológica
y metodológica.
Desde la obra de Marx hasta hoy día ha evolucionado constantemente con aportaciones desde
muy diversas visiones: marxismo soviético, francés, británico, Camus, Gramsci,
postmarxismo,…
1. Las causas del conflicto social
Punto de partida intelectual de la concepción marxista de los movimientos sociales:
interpretación de los sistemas sociales en desde perspectiva conflictivista: la historia de todas
las sociedades que han existido es la historia de la lucha de clases. Así el conflicto es inherente
a todo sistema social.
Las tensiones sociales tienen dos orígenes que se complementan:
1. De orden social: la actitud de las clases antagónicas en cada sociedad, representadas
por la clase dirigente y la sometida.
2. De tipo socioeconómico: la relación entre fuerzas productivas y relaciones de
producción, en un entorno contradictorio a causa de los intereses de clase y la
dicotomía entre división social del trabajo y estadio de desarrollo de las fuerzas
productivas.
Así, para el marxismo tradicional, el conflicto social se da en el contexto estructural imperante,
por causas socioeconómicas.
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2. Clases y luchas de clases
Los marxistas enfocan el análisis del conflicto social a través de conceptos muy característicos.
Uno de ello es el de clase social: uno de los grupos en que se divide la sociedad en las
relaciones de producción. Existen más de dos, pero a efectos de teorización se usa el concepto
de clases antagónicas: una dominante y otra sometida.
En el marxismo tradicional se entiende que las clases sociales se generaban de manera
automática según la estructura económica del modo de producción imperante. Un concepto
asociado era el de conciencia de clase: autorreconocimiento como grupo y proyecto
revolucionario. También se ha utilizado el concepto de masa-clase o proletariado militante o
aristocracia obrera.
En el marxismo actual se habla de la concepción dinámica de las clases sociales: se construyen
a partir de determinadas condiciones socioeconómicas y experiencias históricas, políticas y
culturales.
El marxismo distingue los conflictos sociales entre: no clasistas, clasistas y lucha de clases
revolucionarias.
Importante aportación del marxismo: los movimientos sociales no son reacciones contra la
injusticia, sino que, más allá, existen los intereses de clase: intereses también presentes en la
clase sometida.
3. La movilización
Para Lenin la obra de Marx significaba una guía para la movilización. Sin embargo, Marx
prácticamente no profundizó en ese tema. No en la forma de organización que debía emplear
el proletariado, ni en el diseño de actuación político-social. Para él, la propia evolución del
sistema capitalista daría al proletariado las condiciones sociales y políticas deseadas.
Lenin conceptualizó una de las mayores aportaciones del marxismo al estudio de los
movimientos sociales: la estrategia de la vanguardia revolucionaria o élite dirigente de
activistas comprometidos y que marcarían el camino a seguir a nivel ideológico y organizativo.
Así, estrategia de acción y organización serían las bases del proceso revolucionario.
A pesar de lo acertado del planteamiento de Lenin, el fracaso de la revolución soviética
ampliado a Europa Occidental, obligó a un replanteamiento del marxismo. Fue Gramsci quien
más contribuyó a esa reformulación. Trasladó el eje central del proceso revolucionario, desde
la estructura socioeconómica y la organización hasta la cultura y la interacción política
institucionalizada.
Posteriormente desde el marxismo inglés se hicieron nuevas aportaciones sobra la clase
obrera. Tesis central: la movilización obrera fue fruto de las propias experiencias sociales
compartidas por el colectivo: tradiciones, formas de sociabilidad, organizaciones ajenas al
movimiento pero en correspondencia, la dinámica política nacional. Tesis que abrieron el
camino a la renovación del concepto marxista del conflicto social y de ideología e innovaciones
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en la historiografía no marxista sobre el tema como por ejemplo la teoría de las identidades
colectivas.
I.2.2. El funcionalismo
Su aportación conceptual a la sociología y a la antropología ha sido fundamental. Resulta
complejo explicar la concepción de sistema social y conflicto que propone, a causa de las
diferentes visiones de los autores funcionalistas y de su propia evolución.
Para el funcionalismo la sociedad es una estructura integrada en la que toda institución existe
porque satisface alguna necesidad social. El sistema social nace con unos objetivos muy
definidos y utilitarios:
1. la adaptación al entorno: genera las entidades económicas.
2. el logro de las metas: genera las entidades políticas.
3. la conservación de sus pautas de operación interna: genera las educacionales
4. mantenerse integrado: genera las legales.
Cada una de estas funciones genera una institución, desde el Estado a la familia. Alrededor de
estas funciones se generan también los roles individuales y colectivos.
Conceptos básicos de la concepción funcionalista:
a) Sistema social: pluralidad de actores individuales que interactúan entre sí buscando
una gratificación en términos utilitarios.
b) Estructura: dimensión estática del sistema social. Estado como máximo representante.
c) Función: aspecto dinámico del sistema. Las funciones se desarrollarían en base a 3
condiciones fundamentales:
1. Paradigma funcional principal
2. Paradigma funcional fuerte.
3. Paradigma funcional débil.
Así, se entiende un funcionamiento de la sociedad basado en tres grandes principios teóricos:
a. Unidad funcional: armonía en el funcionamiento del sistema social, ausencia de
conflictos y consenso.
b. Indispensabilidad: cualquier idea, creencia, costumbre cumple un papel esencial en el
conjunto de la sociedad para el funcionamiento del sistema.
c. Sistema normativo: la organización social pervive ya que los componentes de esa
sociedad comparten fines y valores comunes.
El funcionalismo de Parsons desdeñó cualquier atisbo de conflicto en la sociedad funcionalista.
Desde el funcionalismo relativista de Merton se trató el conflicto con más rigor y se hizo
encajar en la concepción funcionalista. Introdujo el concepto de funciones latentes; ni
manifestadas ni conocida por los actores sociales, pero que colaboraban en el correcto
funcionamiento del sistema. Así el conflicto devenía una disfunción, que era distinto a la
función: actitud externa o enemiga del sistema social.
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A partir de los años 50 se produce un cambio, en que el conflicto y las disensiones se ven como
procesos de acción social que ayudan a dar estabilidad y perdurabilidad al sistema social. Se
empieza a hablar de las funciones del conflicto social. Refuerzan el aparato normativo por
medio de la negociación y el consenso lo cual dota de estabilidad al sistema social. Las
disensiones refuerzan los lazos sociales sistemáticos o conflictos transversales, lo que obliga
que grupos o individuos conflictivos asuman la defensa del orden en otros. Permiten una
mejor adaptación del individuo al statu quo.
La mayor aportación del funcionalismo al estudio de los movimientos sociales ha sido la
aplicación de la teoría de juegos, basada en el individualismo metodológico. Propuesta por
Parsons, se fundamenta en la explicación de la dinámica de conflicto en base a tres principios:
- comunicación-incomunicación.
- provocación-respuesta.
- satisfacción-frustración de expectativas entre quienes se enfrentan.
Explican los fenómenos revolucionarios desde una perspectiva estructural: el origen de la
revolución está en los procesos de alteración de las estructuras básicas del sistema social.
I.2.3. Las teorías volcánicas
Conjunto heterogéneo de explicaciones del conflicto con un elemento en común: lo
consideran el punto culminante de un aumento de tensión provocada por procesos políticos,
socioeconómicos y psicológicos.
Son estrictas teorías del conflicto que además pueden asociarse a otras concepciones como el
marxismo o el funcionalismo, pero que no pretenden enlazar la explicación del conflicto en
concepciones globales del sistema o de los procesos de cambio.
Tiene una visión espasmódica del conflicto: la confrontación surge en el momento de máxima
crispación, a causa de diversas posibilidades:
- Psicológica: frustración de expectativas (lo que un grupo social espera y cree recibir y
lo que de verdad recibe), que provoca tensión y estallido.
Durkheim definía el proceso en dos fases:
1. Acumulación de ansiedad y frustración a causa de la reducción de aspiraciones
concebidas.
2. Arranque espontáneo de ira popular.
Para Johnson, el proceso que genera el conflicto se divide en 4 fases:
1. Desequilibrios sistemático en la sociedad
2. Intransigencia de las clases dirigentes a la hora de implantar reformas.
3. Pérdida de legitimidad de las clases dirigentes.
4. Acontecimiento fortuito que desencadena la revolución.
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Según la teoría de la frustración de expectativas se llega a una situación de conflicto cuando
ante un creciente aumento de determinadas expectativas se llega a una situación que las hace
imposibles de llevar a cabo. Es decir, normalmente existe una distancia tolerable entre lo
esperado y lo recibido, distancia que en determinadas situaciones se hace insalvable y
entonces surge el conflicto.
Desde esta perspectiva psicológica se pueden abordar desde las desavenencias conyugales
hasta las revoluciones. Ejemplos sobre Revolución Francesa y rusa, teoría de la privación
relativa, frustración sistemática o los desequilibrios sistémicos.
- Interpretación espasmódica con base económica o política: estallido causado por
ciclos económicos o políticos que empeoran drásticamente las condiciones de vida de
un grupo hasta lo inaguantable. Aplicable al campesinado de la Edad Media.
I.2.4. Las nuevas teorías del conflicto social
Conjunto de teorías que se proponen desde la sociología, antropología, historia, psicología,
economía, a partir de los años 70. Surgen como intento de dar respuesta a la gran cantidad de
nuevos movimientos sociales que emergen en esa época.
Dos autores principales: Mancur Olson y su aplicación de la teoría de los juegos al movimiento
social (Teoría de la acción racional) y Charles Tilly, quien desarrolló y aplicó la Teoría de la
movilización de recursos.
Olson basó su teoría en el trabajo empírico llevado a cabo con los grupos económicos
norteamericanos (sindicatos, grupos de presión). Intentó dar respuesta a preguntas claves del
conflicto social ¿Por qué surge el conflicto? ¿Por qué la gente se une a un movimiento? ¿Cuál
es la dinámica de la movilización?
Desarrolló su teoría, partiendo del individuo para volver a él y finalizarla: una persona se une
a un movimiento por una elección racional basada en criterios de coste/beneficio (está
seguro que hacerlo le va a reportar beneficios económicos y le supondrá costes asumibles).
Así establece un dilema entre el maximalismo individual y el altruismo colectivo. Para él,
sólo las clases dirigentes de la vanguardia revolucionaria actuaban con criterios no
maximalistas. Aporta el concepto de incentivos selectivos: compensaciones o coacciones a
los miembros del grupo para garantizar cohesión. Pero los grandes movimientos son
incapaces de evitar que los beneficios se repartan entre amplios colectivos que no se han
movilizado igual que los que sí están comprometidos, lo cual provoca diversos procesos de
movilización.
Las ideas de Olson son la base de la Teoría de la movilización de recursos: la existencia y
desarrollo de una movilización depende de la capacidad de organización del grupo y de la
profesionalización de sus mandos, la estabilidad de la organización, los recursos de que se
dispongan y la eficacia estratégica de las acciones colectivas.
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Charles Tilly, en los 70, desarrolló el concepto de oportunidades políticas: el surgimiento de
un movimiento está condicionado a los signos de debilidad que muestren las autoridades a
causa de divisiones internas o por querer favorecer a los que protestan.
En conclusión los partidarios de este conjunto de propuestas teóricas considerarán que cuando
se producen coyunturas de expansión de oportunidades políticas, los grupos verán ampliada
su capacidad para la movilización de recursos, lo cual generará expectativas de éxito y
promoverá la acción colectiva.
Otro destacado autor el canadiense Erving Goffman, autor de Frame Analysis, en el que usa la
metáfora de los marcos (frame): cómo las personas reinterpretan la realidad en base a sus
estructuras cognitivas previas, hasta el punto de construir falsas ideas sobre aquello que
perciben. Es decir, visiones de la realidad, adaptadas a sus expectativas, compatibles con los
esquemas interpretativos previos que manejan. A partir de este proceso mental, se establecen
disputas entre actores sociales a fin de imponer su particular interpretación de la realidad. El
resultado es una adaptación de su marco interpretativo al que resulta dominante dentro del
grupo donde se desarrolle.
Las últimas investigaciones se basan en dos grandes temas:
- la construcción de discursos políticos persuasivos
- la construcción de marcos interpretativos de la realidad en el seno de los grupos
sociales.
Resultado final: creación de grupos identitarios, precondición para cualquier movilización
social.
Últimamente se ha tratado de hacerlas confluir proponiendo el concepto movilización del
consenso y de procesos enmarcadores o marcos ideológico-culturales: conjunto de ideas,
tradiciones, discursos políticos, lenguajes, actitudes mentales, símbolos, ritos, mitos y valores
que permiten al colectivo movilizado elaborar discursos críticos y autoidentificarse como grupo.
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TEMA 1
EL CONCEPTO DE CONFLICTO SOCIAL
A lo largo de la historia los movimientos sociales han sido valorados como momentos decisivos.
Los grupos dominantes los han criminalizado y han tratado de impedirlos. Su estudio permite
comprender fenómenos históricos, políticos y sociales fundamentales.
Hasta los regímenes liberales, cualquier tipo de protesta colectiva era calificada como un delito
muy grave. Desde el Cristianismo, hasta la Edad Media, se criminaliza tanto a nivel religioso
como en el orden social. En el caos social del último período de la Eda Media empiezan a surgir
revueltas populares en contra del sistema señorial. En el Renacimiento (XIV-XVI) y el
Absolutismo (XV-XVII) empieza a ser un hecho comprensible. Y ya en la Ilustración se concibe
que forme parte del progreso.
Para el marxismo y el liberalismo es el centro de la explicación de la historia de la humanidad.
Desde estas perspectivas se concibe el conflicto como un hecho elitista. El marxismo incide en
los conflictos populares y se entiende que es generador de progreso social.
A finales del XIX, surgen perspectivas renovadoras que reciben la influencia de la Psicología y
aportan teorías tales como la del contagio emocional, la de la privación relativa y el estudio del
comportamiento de las masas.
Finalmente, con el surgimiento de las ciencias sociales se hacen aportaciones en las que se
tienen en cuenta factores psicológicos y culturales. De esta manera a los conflictos políticos,
socioeconómicos o ideológicos se suman conflictos generacionales, contraculturales, bandas
urbanas. Al conflicto grupal se añade el individual: suicidio, delincuencia. A finales de los 60
surgen los nuevos movimientos sociales (ecologistas, pacifistas) y las teorías racionalistas. Ya
en los 80, en Europa, surgen nuevas visiones desde la psicología constructivista (teoría de las
identidades colectivas), que se alejan de las explicaciones estructurales.
El conflicto social es un proceso contencioso entre varias partes con ideas y objetivos distintos,
con capacidad de movilización colectiva diversa y con la pretensión de defender la situación
actual o mejorarla presentando un proyecto alternativo.
El conflicto social, inmerso en una concepción más generalizada de un todo social, ha suscitado
reflexiones teóricas, sobre todo desde la Sociología. Destacan dos grandes concepciones del
orden social: las teorías consensualistas: inscritas en un marco de cambio social, que
distorsiona el día a día de la vida social y se lleva a cabo en base a procesos de evolución. Y las
teorías conflictivistas: que entienden que el conflicto es inevitable y representa un mecanismo
de cambio social.
El marxismo es la perspectiva que ha incidido más en la comprensión del conflicto social, y ha
desarrollado una aportación decisiva a nivel ideológico y metodológico. Desde Marx hasta hoy
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día ha experimentado una constante evolución con contribuciones muy diversas: marxismo
soviético, francés, británico, Camus, Gramsci, postmarxismo,…
Para el marxismo los movimientos sociales se deben analizar desde una perspectiva
conflictivista: la historia de la sociedad es la historia de la lucha antagónica de clases. Así, para
el marxismo tradicional, el conflicto social se da en el contexto estructural imperante, por
causas socioeconómicas.
Los temas y conceptos típicos del marxismo refieren al concepto de clase social, las clases
antagónicas, la conciencia de clase, el proletariado militante o la aristocracia obrera.
En el marxismo tradicional las clases sociales se crean automáticamente dependiendo de la
estructura económica del modo de producción imperante. En el actual, se habla de la
concepción dinámica de las clases sociales: se construyen a partir de determinadas
condiciones socioeconómicas y experiencias históricas, políticas y culturales. Distingue los
conflictos sociales entre: no clasistas, clasistas y lucha de clases revolucionarias.
Importante aportación del marxismo: los movimientos sociales no son reacciones contra la
injusticia, sino que, más allá, existen los intereses de clase: intereses también presentes en la
clase sometida.
Lenin, conceptualizó la estrategia de la élite dirigente de activistas comprometidos que
marcarían el camino a seguir a nivel ideológico y organizativo. Así, estrategia de acción y
organización serían las bases del proceso revolucionario.
Pero, el fracaso de la revolución soviética ampliado a Europa Occidental, obligó a un
replanteamiento. Fue Gramsci quien más contribuyó a esa reformulación. Trasladó el eje
central del proceso revolucionario hasta la cultura y la interacción política institucionalizada.
Desde el funcionalismo se ve a la sociedad como a una estructura integrada en la que cada
institución existe porque satisface alguna necesidad social. El sistema social nace con unos
objetivos muy definidos y utilitarios: adaptación al entorno, logro de metas, conservación de
tradiciones y mantenimiento del orden. Y cada una de estas funciones genera una institución,
desde el Estado a la familia. Alrededor de estas funciones se generan también los roles
individuales y colectivos.
Conceptos básicos de la concepción funcionalista: el sistema social, la estructura y la función.
Lo cual genera un funcionamiento basado en tres principios teóricos: la unidad funcional, la
indispensabilidad y el sistema normativo.
El funcionalismo de Parsons desdeñó cualquier atisbo de conflicto en la sociedad funcionalista.
Desde el funcionalismo relativista de Merton se trató el conflicto con más rigor y se hizo
encajar en la concepción funcionalista. Introdujo el concepto de funciones latentes.
La mayor aportación del funcionalismo al estudio de los movimientos sociales ha sido la
aplicación de la teoría de juegos, basada en el individualismo metodológico. Propuesta por
Parsons, se fundamenta en la explicación de la dinámica de conflicto en base a tres principios:
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comunicación vs incomunicación, provocación vs respuesta y satisfacción vs frustración de
expectativas entre quienes se enfrentan.
Las teorías volcánicas son un conjunto heterogéneo de explicaciones del conflicto que
coinciden en valorarlo como el punto máximo de tensión provocada por procesos políticos,
socioeconómicos y psicológicos.
Entienden el conflicto como el resultado de la confrontación que surge en el momento de
máxima crispación por causas de índole psicológica. Durkheim lo valoraba en dos fases: una de
almacenamiento de frustración y otra de ira popular. Johnson divide el proceso en 4 partes:
desequilibrio social, intransigencia reformadora e intransigencia de la clase dirigente y
situación que desencadena la rebelión.
En los años 70 surgen un conjunto de teorías desde las diversas ciencias sociales que intentan
dar respuesta a la gran cantidad de nuevos movimientos sociales que emergen en esa época.
Dos autores principales: Mancur Olson y su aplicación de la teoría de los juegos al movimiento
social (Teoría de la acción racional) y Charles Tilly (Teoría de la movilización de recursos).
Olson desarrolló su teoría, en base al individuo: una persona se une a un movimiento por un
interés.
Charles Tilly, en los 70, desarrolló el concepto de oportunidades políticas.
Goffman, autor de Frame Analysis, utiliza la metáfora de los marcos (frame): a partir de un
proceso mental determinado, surgen disputas entre actores sociales para poder imponer una
determinada interpretación de la realidad a fin de poder adaptar ese marco de interpretación
al que domina en el grupo de referencia.