María Esther Peñúñuri

Nacemos humanos pero no podemos decir nunca que ya somos plenamente

humanos; caminamos en forma incesante a lo largo de un proceso de

humanización que, además, es una tarea que no puede realizarse en

soledad.

Ser humano es también un deber.

Graham Greene

Ser humano es también un deber

• Es un beber y un reto por ir actualizando, diferenciando, integrando y apropiando sobre y hacia la propia humanidad que nos es dada.

• Nuestro deber es buscar nuestra humanización.

• Nuestra humanización consiste en ampliar progresivamente la estructura dinámica de operaciones conscientes e intencionales que constituyen nuestra búsqueda.

Nuestra actividad biológica …

• En el nivel empírico desarrollamos la atención.

• En el nivel de la comprensión, la inteligencia.

• En el nivel del conocimiento, la razonabilidad.

• En el nivel existencial, la responsabilidad libre o libre responsabilidad.

La clave básica para cumplir con el deber de humanización está en ir descubriendo y actuando conforme a estas exigencias

de autenticidad impresas en la propia actividad consciente

humana, que a su vez está en permanente desarrollo y

autoestructuración.

“Dios creó el mundo”: la humanización no es perfecta.

• No existe una realidad humana perfecta o ideal, ser humano es un continuo ya y todavía no.

• La perfección limita, cierra, llega incluso y a frustrar y a producir sufrimiento.

• La materia con la que trabaja cada humano para su propio autodesarrollo está siempre en permanente redefinición y reconstrucción.