Post on 21-Jul-2015
Una de las características de la dictadura de franco es
que no se sirvió de un grupo o partido político para
sustentar su régimen, sino que buscó a sus
colaboradores entre grupos ideológicos que constituyen
lo que se bautizó como la “familia” del régimen.
Los militares: se consideraba como la defensa del orden institucional. Buena parte de los militares que detentaron puestos de responsabilidad en el régimen habían sido colaboradores directos de Franco durante la guerra: Luis Carrero Blanco. Los militares constituyeron un grupo social muy cerrado e identificado con la figura de Franco, con unautorreclutamiento procedente, por lo general, de las capas medias urbanas y campesinas acomodadas. Ladisponibilidad de casas, residencias de verano, clubes, economatos, colegios y transportes propios los aislaron del resto de la población, enclaustrados en un ambiente muy conservador.
Los falangistas: la Falange era algo muy distinto de lo
que había sido durante la República. Muerto José
Antonio y eliminados algunos dirigentes durante el
"proceso de unificación” la afiliación, oportunista la
mayoría de las veces, había crecido mucho y poco
tenían que ver los nuevos miembros con las ideas de
José Antonio. Entre sus dirigentes iniciales
destacaron Ramón Serrano Suñer, José Antonio Girón
de Velasco (el "león de Fuengirola") y Nemesio
Fernández Cuesta.
La influencia de la falange fue grande pero la derrota de
las potencias fascistas hizo declinar su
influencia, disminuyendo el número de falangistas en los
sucesivos gobiernos de Franco. A pesar de esto, la
importancia de Falange seguirá siendo notable en el
control de los sindicatos verticales y en los órganos
legisladores creados por Franco.
Los católicos: Desde los primeros años del régimen el
apoyo de la Iglesia católica fue entusiasta e
incondicional. Junto a la jerarquía eclesiástica, que
contaba con representación en las Cortes y en el
Consejo del Reino, muchos de los colaboradores de
Franco, algunos integrados en los Consejos de
Ministros, procedían de asociaciones religiosas
católicas, únicas permitidas al margen de Falange. Las
más importantes fueron dos:
Los monárquicos: Constituyeron un conjunto
abigarrado de personalidades y grupos que habían
formado parte de la trama civil que apoyó el
levantamiento de 1936 muchas veces enfrentados entre
sí. Estaban divididos en dos grupos:
Los carlistas, apegados al tradicionalismo católico y al
conservadurismo, tuvieron una influencia minoritaria,
aunque Franco les reservó durante muchos años el
Ministerio de Justicia.
Los “donjuanistas” apoyaban la tesis de que la Dictadura
debía dejar paso, terminada la guerra, a la restauración
monárquica, encarnada a partir de 1941 en don Juan de
Borbón, hijo de Alfonso XIII quién defendió una
reconciliación nacional y la restauración de la
Monarquía.