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¿EL INCREMENTO DE LA INFLACIÓN EN 2017 ES TEMPORAL O
ES EL PRELUDIO DE UN NUEVO PERÍODO DE MAYOR
CRECIMIENTO DE PRECIOS?
Alejandro Rodríguez Arana/Departamento de Economía/Universidad
Iberoamericana
alejandro.rodriguez@ibero.mx
SÍNTESIS
La inflación de 2017 en México tuvo un repunte de consideración. Dado que
2018 presenta riesgos internos por las elecciones de julio y externos por las
negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), surge la pregunta de si la posible volatilidad del tipo de cambio por
los riesgos descritos, junto con una indexación de los salarios que pretende
recuperar el poder de compra perdido en 2017, pudieran generar un nuevo
incremento inflacionario en 2018 e incluso en los años siguientes. En
condiciones normales, con los datos del tipo de cambio del mercado de
futuros, con un crecimiento del PIB de 2% y con un ajuste de salarios
nominales de alrededor del 6%, la respuesta es negativa. En ese contexto lo
más probable es que la inflación promedio de 2018 se sitúe entre 4% y 5%. Si
hay un incremento elevado del tipo de cambio, pero el precio de la gasolina ya
no tiene más ajustes de los que ha tenido en los primeros días de 2018, muy
probablemente la inflación de este año se seguiría situando por debajo de la de
2017. El problema de una inflación más elevada en 2018 y más adelante
podría surgir si, con un incremento alto del tipo de cambio, el precio de la
gasolina se indexa al crecimiento de los precios externos. Por lo anterior, se
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sugiere ponerle un techo al incremento de ese precio este año en un nivel
máximo de 7%.
INTRODUCCIÓN
Después de varios años de inflaciones muy bajas, en 2017 hubo un repunte
importante del crecimiento de precios de México. El incremento porcentual
promedio del índice nacional de precios al consumidor (INPC) en 2016 fue de
2.8%. En cambio, esa misma cifra en 2017 fue de 6.0%.1 La diferencia es de
3.2 puntos porcentuales, una magnitud considerable en un país que desde hace
más de una década tiene inflaciones bajas.
Un problema que puede surgir de lo anterior es el de la inflación inercial.
Cuando el crecimiento de precios aumenta, algunos precios relativos,
típicamente los salarios reales (el poder de compra de los trabajadores) bajan.
Los sindicatos exigen resarcir esta pérdida con mayores aumentos salariales, lo
cual puede generar un nuevo piso inflacionario más elevado que el que había
antes.
La situación se torna más compleja si además hay inestabilidad política e
incertidumbre, porque normalmente estos fenómenos se reflejan en aumentos
del tipo de cambio que, en ocasiones, pueden ser considerables.
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La inflación promedio anual es cambio porcentual entre el promedio del INPC de un año enrelación con el mismo promedio el año anterior. Esta inflación fue 2.8% en 2016 y 6.0% en 2017. Lainflación anual que normalmente se reporta es el cambio porcentual entre el INPC de diciembre de un añoy el mismo mes del año anterior. Bajo esta medida la inflación de 2016 fue de 3.3% y la de 2017 de casi6.8%.
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El presente año, 2018, presenta retos de gran magnitud para México
básicamente por dos razones:
Primero porque habrá elecciones para un gran número de puestos públicos,
en especial para presidente de la república. Las preferencias de la población en
este terreno están muy divididas, de manera que los ganadores tendrán a su
favor sólo una mayoría relativa. El grueso de la población estará molesto por
los resultados, lo que puede traducirse en inestabilidad política.
El segundo factor es la posible cancelación, o modificación con efectos
negativos para México, del Tratado de Libre Comercio para América del
Norte (TLCAN), el cual ha sido impugnado desde hace tiempo por el
Presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Un resultado negativo en este
campo generaría expectativas de menor crecimiento futuro de nuestras
exportaciones y un consecuente incremento del tipo de cambio del peso
frente al dólar.
La posible combinación de presiones de aumentos salariales por el repunte de
la inflación en 2017 y de inestabilidad política e incertidumbre por la
cancelación del TLCAN, o una negociación del mismo que termine
perjudicándonos, podría tal vez generar un incremento estructural de la
inflación. Por lo anterior resulta relevante explorar cuáles son los riesgos en
este terreno y analizar los instrumentos a la mano para enfrentarlos.
El presente trabajo contiene dos secciones: la primera analiza las causas del
repunte inflacionario en 2017. La segunda lleva a cabo proyecciones de
inflación bajo diversos escenarios de comportamiento del tipo de cambio.
El resultado general del trabajo es que, dado que el traspaso (passthrough) de
tipo de cambio a precios ha caído considerablemente, los efectos del repunte
inflacionario de 2017 muy probablemente no se transfieran a la inflación de
2018 aun cuando haya un aumento salarial superior al promedio de los últimos
años.
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No obstante lo anterior, hay un riesgo que está relacionado con el probable
comportamiento del precio de la gasolina. Si este precio se indexa a los
precios externos y hubiera un incremento considerable del tipo de cambio, sí
podría haber un incremento de la inflación en 2018. Ante este panorama
incierto, se sugiere que en el presente año se le ponga un límite al incremento
del precio de la gasolina de cuando más 6 ó 7%. De esta forma, aun cuando
haya un incremento elevado del tipo de cambio, es poco probable que la
inflación de 2018 sea superior a la de 2017.
I.- CAUSAS DEL REPUNTE INFLACIONARIO DE 2017 EN MÉXICO
La gráfica 1 muestra la inflación promedio anual de 2000 a 2017. Claramente
se observa el repunte en este último año.
GRÁFICA 1: INFLACIÓN PROMEDIO ANUAL
(2000-2017)
(%)
Fuente: Elaborado por el autor con datos de las estadísticas de Banco de
México
5
Un elemento que sin duda contribuyó al repunte de la inflación fue el
incremento en el precio de la gasolina, el cual se había mantenido
prácticamente constante en 2016. La gasolina magna tuvo un aumento de casi
17% sólo en enero de 2017. Entre 2016 y 2017 el incremento promedio de esa
misma gasolina fue de casi 19%.2
El impacto directo del incremento del precio de la gasolina sobre el INPC fue
aproximadamente de 0.7 puntos porcentuales.3 Sin embargo, este efecto es
solamente un piso, pues la gasolina y otros energéticos, los cuales también
aumentaron de precio, son insumos de muchos bienes y servicios. Por lo
anterior, hay un impacto indirecto, el cual no es del todo fácil medir.
Con objeto de evaluar los impactos de diversas variables sobre la inflación,
estimamos una ecuación de esta última variable, a la cual se le conoce en la
literatura como la curva de Phillips (ver por ejemplo Fuhrer (1995), Gordon
(1997), Romer (2000)). Para este trabajo en particular, adoptamos la
metodología de Gordon (1997). La inflación depende de tres tipos de
factores: de presión de costos, de demanda e inerciales.
En el caso de México tomamos como factor de presión de costos a tres
variables: el cambio en los salarios, el incremento en el precio de la gasolina y
el incremento de los precios externos en pesos, que no es más que la suma de
los incrementos porcentuales del tipo de cambio y los precios de Estados
Unidos, nuestro principal socio comercial. Como factor de demanda
consideramos directamente el PIB, pero añadimos en la ecuación una variable
de productividad, que en este caso es el índice de capital humano publicado
por la Penn World Table 9.0 (PWT 9.0) (ver Feenstra et al (2015)). Si el PIB
2
En cambio, en 2016 hubo una caída del precio promedio de la gasolina magna de 0.3%.3
El ponderador de la gasolina magna en el INPC es de 0.0368, mientras que el de la gasolinapremium es mucho más bajo, de 0.0051. Esto significa que un incremento de alrededor del 18% en elpromedio de ambas gasolinas da un incremento de alrededor de 0.72 puntos porcentuales en el INPC.
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aumenta sin que la productividad también se incremente, se genera un efecto
positivo sobre la inflación. En cambio, hay una potencial combinación de
aumento de PIB y productividad que dejan intacta a la inflación. Finalmente,
en una primera estimación también utilizamos el rezago de la inflación como
factor inercial.
Una novedad de la estimación de la curva de Phillips en relación con la de
Gordon (1997), y otros autores,4 es la de estimar endógenamente el efecto que
tiene el crecimiento de los precios externos sobre los domésticos. A este
efecto se le conoce como el traspaso del tipo de cambio (passthrough). En
este caso el coeficiente de traspaso se modela en función de la propia
inflación.5
La estimación de la curva de Phillips da por resultado una medición del
impacto total del incremento del precio de la gasolina en la inflación de 1.4
puntos porcentuales. Hemos señalado que el impacto directo del incremento
de ese precio fue de 0.7 puntos porcentuales, por lo cual deducimos que el
efecto indirecto del incremento señalado es muy similar al efecto directo. Lo
anterior prácticamente explica 1.4 puntos porcentuales de la diferencia de 3.2
puntos porcentuales entre la inflación de 2017 y 2018, pues en 2016 el
crecimiento del precio de la gasolina fue, de hecho, negativo, pero muy
cercano a cero.
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Por ejemplo, Fuhrer (1995). 5
La estimación de la curva de Phillips es anual de 1969 a 2016, los datos de inflación y del PIBse toman del World Development Indicators del Banco Mundial. Esta base de datos tiene informaciónpara estas variables desde 1960. Los datos de salarios y tipo de cambio se obtienen en la base de datos delBanco de México. Hasta hace poco menos de un año era posible construir una serie de salarios de lasmanufacturas desde 1968 hasta el presente concatenando dos series de salarios presentadas en la base dedatos del Banco de México. Hoy en día la serie de salarios de la manufactura que presenta el Banco deMéxico sólo tiene datos desde 2007. Los datos de precios de Estados Unidos se obtienen del Bureau ofLabor Statistics. Los datos del índice de capital humano se obtienen de la PWT 9.0. Finalmente, los datosdel precio de la gasolina se obtienen de dos fuentes del Banco de Información Económica (BIE) delINEGI y de una página de Internet llamada Technicon (ver apéndice econométrico).
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Adicionalmente a lo que se explica en el párrafo previo, hay otros factores que
hicieron que la inflación de 2017 fuera mayor a la de 2016. Uno de éstos es el
incremento del salario nominal, el cual muy probablemente fue mayor en 2017
que en 2016. Lo anterior se sustenta en el hecho de que en los primeros 10
meses de 2017 el incremento promedio anual de los salarios nominales de la
industria manufacturera fue de 5.7%, un punto porcentual por arriba del
incremento en igual período del año anterior.6 Nuevamente, utilizando la
curva de Phillips descrita, este efecto tiene un impacto positivo de entre 0.2 y
0.3 puntos porcentuales sobre la inflación de 2017.---
Otro efecto que puede explicar la diferencia entre las inflaciones de 2016 y
2017 es la actividad económica, la cual normalmente se mide a través de la
llamada brecha del producto. Esta última se define como la diferencia entre el
logaritmo del PIB actual y el potencial. Cuando esta diferencia es positiva, el
exceso de demanda que hay en la economía está generando un nivel de
producto superior al normal, lo cual tiene un efecto que impacta en forma
positiva a la inflación. En este caso se dice que la economía está sobre
calentada.
Es poco claro qué es lo que está sucediendo con la brecha del producto en
México. El INEGI publica una serie llamada indicador coincidente, el cual es
una medida de la brecha mencionada. Para efectos prácticos, el promedio del
indicador coincidente en los primeros 10 meses de 2017 fue igual al del mismo
período de 2016, por lo cual esta variable no debería explicar el cambio
observado en la inflación entre esos dos años.
Sin embargo, hemos mencionado que en la estimación de la curva de Phillips
que llevamos a cabo en este trabajo no utilizamos el indicador coincidente del
INEGI, sino que tratamos de descomponer el efecto de la mencionada brecha
6
Los datos de salarios del sector manufacturero llegan sólo a octubre de 2017 (ver estadísticas deBanco de México).
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utilizando el PIB y un indicador de productividad como variables que explican
la inflación en la curva de Phillips (ver apéndice econométrico). En este caso,
dado que entre 2016 y 2017 el PIB aumentó probablemente en cerca de 2%, y
suponiendo que el indicador de productividad no cambia entre esos dos años,
hay un efecto positivo sobre la inflación con respecto a 2016, pero éste es de
apenas 0.1 puntos porcentuales.
El efecto combinado del aumento en el precio de la gasolina, el incremento
salarial de 2017 por arriba del observado en 2016, y el incremento del PIB de
2017 manteniendo una productividad constante, explican 1.8 puntos
porcentuales de la diferencia de 3.2 puntos porcentuales entre las inflaciones
de 2016 y 2017. Los restantes 1.4 puntos porcentuales se explican,
aparentemente, porque la inflación de 2016 fue inusualmente baja y se
compensó con una inflación inusualmente alta en 2017.
Para sustentar lo anterior, estimamos la curva de Phillips descrita hasta 2015 y
luego pronosticamos las inflaciones de 2016 y 2017. Los resultados son una
inflación pronosticada para 2016 de 3.4%, cuando la observada fue de 2.8%, y
una inflación pronosticada para 2017 de 5.2%, cuando la observada fue de
6.0%. Sin embargo, la inflación pronosticada para el bienio 2016-2017 es de
8.8%, mientras que la inflación realmente observada en ese período es casi
9.0%. El margen de error del pronóstico para los dos años en conjunto es
muy bajo.
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El cuadro 1 muestra los factores que explican la diferencia entre la inflación
de 2017 y la 2018 que ya han sido explicados en el texto.
CUADRO 1: DIFERENCIAS DE LA INFLACIÓN EN 2016 Y 2017
2016 2017 2017-2016Inflación
promedio
observada (%)
2.8 6.0 9.0 (acumulada
los dos años)
Inflación
promedio
pronosticada con
ecuación de
curva de Phillips
(%)
3.4 5.2 8.8 (acumulada
los dos años)
Diferencia en la
inflación anual
observada
(puntos
porcentuales)
- - 3.2
-Diferencia
atribuida al
cambio en el
precio de la
gasolina (puntos
porcentuales)
- - 1.4
-Diferencia
atribuida al
cambio en los
salarios
nominales
(puntos
- - 0.3
10
porcentuales)-Diferencia
atribuida al
cambio en la
actividad
económica
(puntos
porcentuales)
- - 0.1
-Diferencia
atribuida a
recomposición
de la inflación en
los dos años
(puntos
porcentuales)
- - 1.2
Diferencia en la
inflación anual
bianual
observada y
pronosticada
(puntos
porcentuales)
0.2
Fuente: Elaborado por el autor.
II.- PROYECCIONES DE INFLACIÓN PARA 2018 ¿PUEDE HABER
UNA REACTIVACIÓN DEL PROCESO INFLACIONARIO EN
MÉXICO?
En el año que acaba de comenzar, 2018, hay varios riesgos sobre la economía
derivados tanto de cuestiones internas como externas.
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En el contexto doméstico, a principios de julio habrá elecciones para
presidente, diputados, senadores y otros muchos puestos públicos locales. La
situación política en México es delicada porque una parte importante de la
población muestra una animadversión hacia los políticos y el país está muy
dividido en cuanto a preferencias electorales. De modo que es muy probable
que los ganadores obtengan su triunfo sólo con una mayoría relativa, lo cual,
en cualquier caso, incomodará a la mayor parte de la población. Esto puede
derivar en fuertes protestas que incluso generen violencia. En un contexto
como el descrito, el llamado riesgo país puede aumentar y generar un efecto
hacia el alza en el tipo de cambio del peso frente al dólar de Estados Unidos.
Por otra parte, el contexto externo también presenta riesgos potenciales, el
principal es tal vez el de la renegociación del Tratado de Libre Comercio para
América del Norte (TLCAN) que comprende a México, Estados Unidos y
Canadá. El TLCAN está en riesgo de cancelarse o modificarse en términos
negativos para México. Esto se debe a que el presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, ha estado siempre en contra del acuerdo comercial. Estados
Unidos presiona para cambiar algunas partes medulares del TLCAN,
principalmente las reglas de origen, las cuales definen cuál es el contenido
mínimo de producción de los países miembros del acuerdo para que los
productos en cuestión puedan comerciarse con arancel cero en estos mismos
países.
Los negociadores de Estados Unidos han propuesto que, cuando menos en la
industria automotriz, los automóviles producidos tengan un 50% de
componentes estadounidenses para que puedan comerciarse sin aranceles en
la región. Esta regla no existe en ningún otro tratado comercial del mundo.
Sus implicaciones son absurdas. Si México produjera un auto sólo con partes
producidas en nuestro país, o en México y Canadá, la regla propuesta
implicaría que ese auto no podría comerciarse sin aranceles en la zona del
TLCAN (¡).
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Otro riesgo que presenta la renegociación del TLCAN es el que Estados
Unidos condicione la aprobación de dicho tratado a cuestiones políticas, como
la construcción del muro en la frontera norte de México pagado por nuestro
país, lo cual sería totalmente inaceptable. Si ése fuera el condicionamiento,
pensamos que habría un consenso casi generalizado en México de abandonar
inmediatamente las negociaciones del acuerdo, lo que en automático
cancelaría el tratado.
La probable cancelación del TLCAN, o las propias tensiones que se generen
en las negociaciones en los próximos meses, tendrían también un efecto al
alza en el tipo de cambio del peso con respecto al dólar.
En caso de darse condiciones adversas en los contextos interno y/o externo,
el incremento en el tipo de cambio del peso frente al dólar puede generar un
riesgo inflacionario. Aunado a lo anterior, como la inflación de 2017 fue más
elevada de lo que originalmente se esperaba, es muy probable que los
trabajadores pidan aumentos salariales que compensen, aunque sea en parte, la
pérdida del poder adquisitivo. Si, además, el precio de la gasolina se indexa
(ajusta) a los precios externos, entonces todos estos efectos bien podrían
generar que la inflación en 2018 no baje, o incluso que sea mayor que la de
2017. Más aún, en teoría podrían generar condiciones para un nuevo ciclo de
inflación en los años por venir.
En los últimos años el tipo de cambio del peso frente al dólar ha aumentado
de manera considerable. Entre 2012 y 2016 este aumento fue de poco más de
40%7 Por su parte, en ese mismo período, los precios al consumidor de
Estados Unidos aumentaron 4.5%. Por lo cual los precios externos medidos
en pesos se han incrementado en poco más de 48%. Sin embargo, el índice de
precios al consumidor de México ha aumentado poco menos de 21%. El
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Se refiere al crecimiento del tipo de cambio promedio del año entre 2012 y 2017 el cual es 41.8%.
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efecto que ha tenido el crecimiento de los precios externos sobre la inflación
ha sido muy moderado.
En opinión de diversos autores (Capistrán (2012), Cortés Espada (2013),
Rodríguez Arana (2017)), el llamado traspaso (passthrough) de tipo de cambio
a inflación es mucho menor en períodos donde el crecimiento de precios es
bajo. Esto se debe, en buena medida, a que con inflaciones reducidas los
ajustes de precios son menos frecuentes (Ver por ejemplo Taylor (2000)).
El trabajo de Rodríguez Arana (2017) muestra que entre 1993 y 2001 el
coeficiente de traspaso de largo plazo del crecimiento de precios externos a la
inflación era cercano a 70%. La situación cambia radicalmente entre 2001 y
2016, donde el traspaso estimado es cercano a cero.
Mientras que el artículo de Rodríguez Arana (2017) utiliza una base de datos
mensual y una técnica puramente estadística para medir el traspaso, el presente
trabajo utiliza una base de datos anual y una ecuación estructural (la curva de
Phillips) con la cual también se puede medir el traspaso. Uno de los resultados
principales de la estimación de la curva de Phillips ya descrita, es que el efecto
que tiene el crecimiento de los precios externos sobre la inflación de México
depende de la magnitud de dicha inflación. Así, por ejemplo, si el crecimiento
de precios es de alrededor de 5%, un incremento de 100% en el tipo de
cambio tiene un efecto final sobre los precios domésticos de sólo 3.5%.
Conforme la inflación aumenta, el coeficiente de traspaso también se
incrementa. Si la inflación fuera cercana a 100%, un incremento del tipo de
cambio de 100% propiciaría un incremento de precios domésticos de casi
70%.
Lo anterior implica que, aun con aumentos considerables del tipo de cambio,
la inflación puede continuar con un nivel bajo. No obstante, hay un potencial
problema de círculo vicioso. Si el crecimiento de precios es muy elevado, la
inflación aumenta, lo cual incrementa el efecto que tiene el crecimiento de los
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precios externos sobre la inflación, generando mayor inflación, mayor
coeficiente de traspaso y así sucesivamente. Un aumento considerable en el
tipo de cambio podría generar una situación en la cual la economía pasa de un
régimen de baja inflación a uno de alta inflación.
Otro problema potencial es el de la posible indexación del precio de la
gasolina y otros combustibles a los precios externos. La reforma energética
pretende liberar el precio de los combustibles para que puedan entrar a
comercializarlos marcas distintas a PEMEX. En esas circunstancias, mantener
los precios de las gasolinas fijos cuando el tipo de cambio y los precios
externos están subiendo, haría poco atractiva la inversión para vender gasolina
porque ésta se importa a precios internacionales. Si los precios nominales de la
gasolina no cambiaran, tendría que haber un subsidio que debería llegar
también ahora, al menos de forma indirecta, a los dueños de las gasolineras
que no tienen la marca de PEMEX, pero eso desvirtuaría el objetivo de la
reforma energética, que es que se invierta en negocios rentables, no
subsidiados.
La indexación del precio de la gasolina a los precios externos bien puede
generar que el coeficiente de traspaso del tipo de cambio a precios domésticos
aumente, lo cual, ante la volatilidad del mercado cambiario y la elevación
paulatina de los precios internacionales del petróleo, podría incrementar la
inflación en México.
Con objeto de medir los riesgos inflacionarios que hemos mencionado,
llevamos a cabo proyecciones de la inflación para el 2018 bajo diversos
escenarios de incrementos en el tipo de cambio. Suponemos dos posibilidades
para el precio de la gasolina: una es que se quede en los niveles en que se está
vendiendo actualmente en el mercado, lo que representaría un aumento
promedio de alrededor de 6% en relación con 2017 (escenarios básicos). El
otro supuesto es que se indexe completamente a los precios externos (el tipo
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de cambio multiplicado por el índice de precios de Estados Unidos)
(escenarios alternativos). El supuesto implícito para todas estas proyecciones
es que el precio internacional del petróleo aumenta de manera similar a los
precios de Estados Unidos.
Por otra parte, el supuesto en cuanto a los salarios de la manufactura es que
aumentan 6%, que es la inflación promedio observada en 2017. Hacemos
también los supuestos de que el crecimiento del PIB es de 2%, mientras que el
capital humano, la variable proxi de la productividad, permanece en el nivel
que tenía en 2017.
El cuadro 2 muestra un resumen de estos supuestos:
CUADRO 2: SUPUESTOS PARA EL PRONÓSTICO DE INFLACIÓN
DE 2018
Escenarios básicos Escenarios alternativosIncremento de 6% promedio en el
precio de la gasolina
Indexación perfecta del precio de la
gasolina a los precios externosIncrementos de los precios externos
proyectados de 2%, 3.4%, 10%,
21%, 34.5, 50%
Incrementos de los precios externos
proyectados de 2%, 3.4%, 10%, 21%,
34.5, 50%Incremento promedio de salarios
nominales de 6%
Incremento promedio de salarios
nominales de 6%Incremento del PIB de 2% Incremento del PIB de 2%Incremento del capital humano de
0%
Incremento del capital humano de
0%Fuente: Elaborada por el autor
Por su parte, el cuadro 3 muestra las proyecciones de inflación que se
obtienen utilizando los supuestos del cuadro 2.
CUADRO 3: PROYECCIONES DE INFLACIÓN PROMEDIO EN
MÉXICO PARA 2018 BAJO DISTINTOS SUPUESTOS
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Crecimiento de
precios externos
(%)
Inflación
proyectada en
escenarios
básicos (%)
Inflación
proyectada en
escenarios
alternativos (%)
Tipo de cambio
promedio de
2018
(pesos/dólar)2 4.4 4.1 18.93.4 4.4 4.2 19.210.0 4.6 4.9 20.421.0 4.9 6.2 22.534.5 5.3 8.0 25.052 5.9 10.9 28.2Fuente: Elaborado por el autor.
Los resultados muestran que el efecto que tiene el crecimiento de los precios
externos sobre la inflación depende en gran medida del control que se tenga
sobre el precio de la gasolina. Si el incremento de este precio es de 6%,
aumentos mayores del tipo de cambio tienen un efecto muy pequeño sobre la
inflación proyectada. En cambio, si hay una indexación perfecta del precio de
la gasolina a precios internacionales, incrementos considerables del tipo de
cambio tendrán un efecto bastante mayor en la inflación.
Un aspecto importante que destacar es el del comportamiento de los
mercados de futuros del tipo de cambio. Estos sitúan a esta variable en un
promedio para 2018 de 19.2 pesos por dólar, lo cual, en el supuesto de una
inflación de Estados Unidos de 2%, da por resultado un incremento de 3.4%
en los precios externos medidos en pesos. El renglón en rojo en el cuadro 3
describe este escenario. La inflación en este caso estaría entre 4.2% y 4.4%,
más probablemente sería esta última pues el precio de la gasolina magna ya
subió, en enero de 2018, al nivel compatible con la inflación promedio de
4.4% para todo el año.
El tema por discutir entonces es el del precio de la gasolina. En caso de que
hubiera un fuerte incremento del tipo de cambio, producto de la inestabilidad
interna por las elecciones y/o por la probable cancelación del TLCAN, ¿sería
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conveniente ponerle un límite al incremento del precio de la gasolina para
evitar que la inflación pase de niveles de 6% promedio en 2018?
El autor de este artículo considera que sí sería conveniente ponerle un límite al
incremento al precio de la gasolina. Permitir que la inflación suba en períodos
de inestabilidad política puede generar una espiral de aumentos de precios que
después sería muy difícil detener. Es preferible usar como ancla nominal el
precio de la gasolina y en momentos de mayor estabilidad, cuando el tipo de
cambio normalice su comportamiento, liberar plenamente el precio de este
energético. La política sugerida tiene costos, el subsidio que hay que generar
para mantener el aumento del precio de la gasolina por debajo del crecimiento
de los precios externos es uno de éstos, el otro es el de intervenir un mercado
en el cual se desea que haya inversión privada interna y externa. Sin embargo,
consideramos que el posible costo de que la inflación aumente en un
escenario de inestabilidad política es todavía mayor.
Un factor que sustenta que el precio de la gasolina pueda usarse como ancla
nominal para reducir la inflación de 2018 con respecto a 2017, es el
comportamiento del precio relativo de este energético. La gráfica 2 muestra el
cociente entre el precio de la gasolina en pesos y precio del petróleo West
Texas Intermediate (WTI) también en pesos.
GRÁFICA 2: PRECIO RELATIVO DE LA GASOLINA MAGNA EN
MÉXICO
(Índice 1980=1 del precio en pesos de la gasolina magna entre el producto del
tipo de cambio nominal por el precio en dólares del WTI)
18
Fuente: Elaborado por el autor con datos del precio nominal de la gasolina del
Banco de Información Económica (BIE) del INEGI y de la página de
Internet Technicon.com. del tipo de cambio nominal publicado en la base de
datos del Banco de México y del precio del WTI publicado en la base de datos
del World Economic Outlook de octubre de 2017 del Fondo Monetario
Internacional (FMI)
El precio relativo descrito ha aumentado de manera considerable durante la
administración del presidente Enrique Peña Nieto (diciembre de 2012-
diciembre de 2018) y está hoy en día casi 31% por arriba del promedio de la
variable entre 1980 y 2017. Esto sugiere que, en caso de un aumento
considerable del tipo de cambio, hay un margen relativamente grande para
utilizar el precio de la gasolina como un ancla nominal de la inflación general.
CONCLUSIONES: ¿CUÁL ES EL PAPEL DE LA POLÍTICA
MONETARIA?
Este trabajo concluye que en condiciones normales es poco probable que en
México la inflación de 2018 sea superior a la de 2017. En este contexto la
aseveración de las autoridades del Banco de México de que hacia finales del
presente año la inflación tenderá a converger a la meta de 3% parece ser, en
principio, correcta.
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Sin embargo, existe el riesgo de que ante una situación de inestabilidad política
provocada por las elecciones, o de expectativas negativas sobre el futuro de
nuestras exportaciones por la probable cancelación del TLCAN, el tipo de
cambio se dispare. Si en este contexto el precio de la gasolina se indexa
plenamente a los precios internacionales, entonces la inflación de 2108 sí
podría ser superior a la de 2017, lo que generaría un riesgo potencial de que en
el futuro hubiera un piso inflacionario más alto que el actual.
Por esa razón, este trabajo recomienda ponerle un techo al incremento en el
precio de la gasolina en 2018 que no pase del 7%. Con esta medida parece
posible mantener una inflación más baja que la de 2017 aun cuando haya
incrementos considerables del tipo de cambio.
Sería posible argumentar que no se necesita controlar el precio de la gasolina
para mantener una inflación baja pues la política monetaria tiene instrumentos
para lograr dicho objetivo. Esto es cierto para situaciones en las cuales hay un
incremento de la inflación por arriba de la su meta en uno o dos puntos, pero
es mucho más cuestionable cuando la inflación aumenta más que eso.
Trataremos de explicar las razones:
Hay diversos canales por los cuales la política monetaria afecta la inflación. El
más conocido es el canal de demanda (ver por ejemplo Romer (2000)). Ante
inflaciones altas, un incremento en la tasa de interés propicia una reducción
temporal del producto que disminuye la inflación por el efecto positivo que el
PIB tiene en la curva de Phillips.
De acuerdo con la estimación de la curva de Phillips de este trabajo, el canal
de demanda de la política monetaria sí existe. No obstante, el tamaño del
20
efecto descrito es muy pequeño (ver apéndice econométrico). En un escenario
negativo, si el precio de la gasolina se indexara completamente a precios
internacionales y el tipo de cambio se incrementara a 28 pesos por dólar (ver
cuadro 3 del texto principal), la inflación promedio subiría hasta cerca de 11%.
En este caso se necesitaría una reducción del PIB de más del 20% para bajar la
inflación de 11% a 6%, lo cual sería devastador para la economía.
El otro canal de la política monetaria que tienen lugar sólo en economías
abiertas es el del tipo de cambio. Para México este canal es muy
probablemente más importante que el de la demanda:
Si hay una gran movilidad de capitales, el banco central puede reducir el tipo
de cambio promedio de un período determinado aumentando la tasa de
interés cuando todo lo demás, incluida la expectativa del propio tipo de
cambio en una fecha futura determinada, permanece constante. Así, en el caso
que nos ocupa, si en ausencia de cambios en tasas de interés el tipo de cambio
promedio se dispara a 28 pesos por dólar, la inflación proyectada sería, como
ya se ha discutido, de casi 11%. Para bajar el tipo de cambio promedio, el
Banco de México tendría que aumentar la tasa de interés doméstica, pero el
aumento que tendría que ocurrir en esa tasa para que la inflación promedio
del año sea de cuando más 6% sería enorme, algo que tendría consecuencias
muy graves para el sistema financiero. 8
8
Lo anterior parte de la paridad de tasas de interés, la cual se expresa como
Donde R es la tasa de interés doméstica, R* es la tasa de interés externa y
el término Etet+1-et es el incremento esperado en el tipo de cambio nominal, siendo e el logaritmo del tipode cambio. El factor σ representa el riesgo país. Esta ecuación se puede re escribir como
. Si las expectativas del tipo de cambio futuro permanecen constantes, el
tipo de cambio actual cae cuando la tasa de interés doméstica aumenta. Un problema importante en estetipo de ecuación es que no existe una forma de resolverlo a través de expectativas racionales recursivas,pues el coeficiente de la expectativa del tipo de cambio futuro es unitario, por lo cual las expectativas deltipo de cambio no se pueden endogeneizar.
Un ejercicio muy simple muestra que si la expectativa del tipo de cambio en un futuro, porejemplo, en diciembre de 2018, es muy elevada, CETERIS PARIBUS el aumento en la tasa de interésdoméstica que tendría que ocurrir para reducir el tipo de cambio promedio sería astronómico.
21
Ante una volatilidad extrema del tipo de cambio, la política monetaria se ve
limitada para controlar la inflación, por lo que parece razonable ponerle un
techo al incremento en el precio de la gasolina en 2018. Si el escenario que
tiene lugar es el que está anticipando el mercado de futuros del tipo de
cambio, el aumento ya observado del precio de la gasolina será incluso
superior al de los precios externos.
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24
APÉNDICE ECONOMÉTRICO
La curva de Phillips que utilizamos se basa en la propuesta por Gordon
(1997), quien indica que la inflación se genera por tres causas fundamentales:
factores de presión de costos, factores inerciales y factores de demanda. En el
artículo de este autor, la presión de costos surge de cambios en precios de los
energéticos, los factores inerciales están constituidos por los rezagos de la
propia inflación y los factores de demanda se aproximan por la llamada brecha
de la tasa de desempleo.
En este artículo la curva de Phillips propuesta es:
(A.1)
Donde:
π: Inflación promedio anual
w: Logaritmo del salario nominal de la industria manufacturera
pe: Logaritmo de los precios externos (tipo de cambio nominal x índice de
precios al consumidor de Estados Unidos).
25
pg: Precio nominal de la gasolina magna
y: Logaritmo del PIB
h: Logaritmo de un índice del capital humano
El operador Δ implica el cambio de la variable en cuestión. Por ejemplo:
Δxt=xt-xt-1
La especificación (A.1) implica que el efecto que tiene el crecimiento
contemporáneo de los precios externos sobre la inflación es α2πt. Esto quiere
decir que el traspaso del crecimiento de los precios externos a los domésticos
depende de magnitud de la inflación. Hasta donde sabemos este tipo de
estimación no ha sido realizada por otros investigadores.
Los factores de presión de costos en la curva de Phillips (A.1) están
determinados por el término general ,
que implican que aumentos en los crecimientos de los salarios, de los precios
externos y del precio de la gasolina tienen un impacto que se presume positivo
sobre la inflación contemporánea. En el caso que nos ocupa, el rezago del
crecimiento de los precios externos también tiene un impacto que también se
presume positivo sobre la inflación contemporánea.
Los factores de presión de demanda de la curva de Phillips propuesta (A.1)
están determinados por el término , donde α5, el coeficiente del
logaritmo del PIB, se presume positivo y α6, el coeficiente del logaritmo del
indicador del capital humano, se presume negativo. En el caso muy particular
en que α6 fuera el negativo de α5, un incremento de la misma magnitud en el
PIB y en el capital humano, que es un indicador de productividad, tendrían un
efecto nulo sobre la inflación. El término sustituye a la brecha del
producto, la cual se utiliza en diversos estudios como el factor de presión de
demanda dentro de la curva de Phillips (Ver Romer (2000) para un ejemplo
teórico y Fuhrer (1995) para una aplicación empírica).
26
En cuanto al factor inercial, en el caso particular que nos ocupa no fue
incluido porque resultó insignificante. La razón de esto es la siguiente:
Para llegar a la forma propuesta (A.1), primero estimamos una forma general
del tipo ARDL (1,1,1,1,1,1,1), (ver Pesaran y Pesaran (1997), Pesaran et al
(2001)), la cual se especifica como:
(A.2)
En esta forma general los factores de presión de costos están determinados
por el término , los
factores de presión de demanda están determinados por el término
y los factores inerciales están determinados por el
término .
En lugar de utilizar la forma general descrita, o una forma anidada que
minimice el criterio de Akaike o el de Schwartz (ver Pesaran et al (2001)),
preferimos utilizar una forma sencilla y de fácil interpretación económica, por
lo cual de la forma general descrita fuimos eliminando en forma sucesiva las
variables que no eran significativas estadísticamente. De esta manera llegamos
a la forma propuesta (A.1).9
La estimación de (A.1) tendría, sin lugar a duda, un problema de
endogeneidad de llevarse a cabo por mínimos cuadrados ordinarios (MCO).
Esto se debe a que una de las variables independientes de la ecuación incluye a
la propia inflación contemporánea, por lo cual un aumento en el término de
error propiciaría un aumento en la inflación, el cual afectaría a cuando menos
una de las variables del lado derecho de la ecuación (la variable π tpet). De
llevarse a cabo la estimación por MCO, los coeficientes de la regresión (A.1)
9
Esto quiere decir que se corrió la forma completa (A.2) y se eliminó la variable menossignificativa, luego se corrió esta nueva forma y se eliminó la variable menos significativa y asísucesivamente hasta llegar a la forma (A.1) donde no se eliminó ya ninguna variable porque todas fueronsignificativas.
27
serían sesgados e inconsistentes. Por lo anterior, se decidió estimar la ecuación
(A.1) por el método generalizado de momentos (MGM), utilizando como
instrumentos de estimación rezagos de las variables independientes y algunas
otras variables exógenas, como el logaritmo de PIB de Estados Unidos y sus
rezagos.
Los resultados de la estimación de (A.1) por MGM se presentan en el cuadro
A.1
CUADRO A.1: ESTIMACIÓN DE LA ECUACIÓN DE CURVA DE
PHILLIPS A.1
28
Variable dependiente: Inflación contemporánea.
Método de estimación: Método generalizado de momentos (MGM)
Periodicidad de la estimación: anual de 1970 a 2016.
Estadístico t en paréntesis
Variables independientes Constante de la regresión α0 -3.9
(-2.2)**
Coeficiente del cambio del logaritmo
de los salarios nominales (Δw) α1
0.44
(14.0)***
Coeficiente de la inflación
multiplicada por el cambio en los
precios externos πtpet α2
0.50
(16.7)***
Coeficiente del cambio en el
logaritmo del precio de la gasolina
magna (Δpgt) α3
0.075
(3.6)***
Coeficiente de la inflación rezagada
multiplicada por el cambio en los
precios externos rezagados πt-1pet-1 α4
0.17
(6.4)***
Coeficiente del logaritmo del PIB α5 0.15
(2.3)**
Coeficiente del logaritmo del
indicador del capital humano α6
-0.55
(-2.9)***
R2 0.971R2 ajustada 0.966Estadístico Durbin-Watson 1.71Estadístico de Box y Pierce del
correlograma X2(24)
20.4
Estadístico J 7.2Probabilidad del estadístico J 0.98** Significativo al 95% de confianza
*** Significativo al 99% de confianza
R2: Coeficiente de determinación
29
Estadístico J: Mide el nivel de ortogonalidad entre los residuales y los
instrumentos.
Probabilidad del estadístico J: Es la probabilidad de que se cumpla la hipótesis
nula de que los residuales y los instrumentos son ortogonales.
Instrumentos de estimación:
Δpet-x: x=1,2,3,6
Δwt-1
πt-1Δpet-1
log(yust-x): x=1,2,3,4,5
log(yt-x): x=1,2,3,4,5
πt-1yt-1
Fuente: Elaborado por el autor con datos para el tipo de cambio y los salarios
de la industria manufacturera de la base de datos del Banco de México, de los
índices de precios al consumidor de México y Estados Unidos del World
Development Indicators (WDI) del Banco Mundial, del capital humano de la
Penn World Table (PWT), del precio de la gasolina del BIE del INEGI y de la
página de Internet http://www.technicon.com.mx/infografias/mexico-la-
evolucion-de-los-gasolinazos-1940-2017/
Los resultados de la regresión son, en general, satisfactorios. El MGM
encuentra los coeficientes de estimación generando una condición en la cual
los residuales son ortogonales con los instrumentos, es decir que en teoría no
deberían tener una relación estadística. Esta condición se cumple de manera
muy satisfactoria en esta regresión, pues el estadístico J muestra que la
probabilidad de que se cumpla la hipótesis nula de ortogonalidad de 98%.
30
De acuerdo con la estimación de la curva de Phillips en México, un
incremento de 100 puntos porcentuales en el crecimiento de los salarios
nominales tendría un efecto de incremento de 44 puntos porcentuales en la
inflación. El efecto de un aumento de 100 puntos porcentuales en el precio de
la gasolina sería un incremento de 7.5 puntos porcentuales en la inflación.
Hemos visto que el efecto directo de este aumento es de cerca de 4 puntos
porcentuales, por lo cual el efecto total es de casi el doble. Un aumento de
100% del PIB traería como consecuencia un incremento de la inflación de 15
puntos porcentuales. Sin embargo, en ausencia de cambios en la
productividad, pasar de un crecimiento del PIB de 2% a 4% tendría un efecto
positivo de corto plazo de sólo 0.3 puntos porcentuales de inflación.
Para que un aumento en el PIB no tuviera ningún efecto inflacionario, debería
ir acompañado de un incremento de 27% del aumento del mismo PIB en el
indicador de capital humano. De esta forma, si el PIB pasa de un crecimiento
de 2% a 4%, en forma permanente, el capital humano debería aumentar su
crecimiento en 0.54 puntos porcentuales año con año para que el impacto
inflacionario en corto y largo plazo sobre la inflación fuera nulo.
Un resultado polémico de la estimación de la curva de Phillips de este trabajo
es que la inflación rezagada no ejerce un efecto en la inflación contemporánea.
Esto indica que una desviación del producto con respecto a la productividad
puede permanecer de manera indefinida con una inflación más elevada. En
otros contextos esto equivaldría a afirmar que no existe una tasa natural de
desempleo, lo cual lleva a la conclusión de que la política monetaria no es
neutral en largo plazo. En épocas relativamente recientes la existencia de la
tasa natural de desempleo ha sido puesta en tela de juicio (Farmer (2013)).
Blanchard (2017) hace un recuento de esta polémica.