Post on 23-Dec-2015
El Ouroboros
El Ouroboros o Uroboros:
Este símbolo bastante primitivo
y de origen pagano(1) fue
tomado con gran avidez por los
Gnósticos y a su vez por la
Alquimia. Promediando sus
abundantes y diferentes
representaciones (2), para poder
reducir su definición, este
símbolo se puede describir como
una “serpiente con alas" (por lo
tanto “adragonada”)
mordiéndose la cola en actitud
de “devorarse a sí misma”,
formando un “círculo”. Reúne
así, los contenidos de varios
símbolos: la serpiente, las alas,
la acción de autoconsumo y el
círculo. La Serpiente como
símbolo es uno de los más
remotos y de mayor amplitud de
conceptos, pero se podría decir
que básicamente es la
“Sabiduría Ancestral”, la
protectora de lo primigenio o la
fuente del origen: los principios
vitales, las fuerzas de la
naturaleza y la esencia del reino
subterráneo especialmente; y fue
altamente valorada por los
Egipcios y otras civilizaciones
poderosas de la antigüedad.
Responde al simbolismo de los
elementos Tierra y Agua. Por su
cambio de piel (como un nacer
de su propia vejez) se asocia al
renacimiento y en Astrología
está vinculada al Signo Zodiacal
de Escorpio, cuyo núcleo es
justamente, la transmutación.
También por “matar y curar" con
su propio veneno (otra forma de
unir opuestos) se ha ligado a la
idea de lo sempiterno.
Es un símbolo sumamente
ambivalente, que unifica ideas
contrarias. Para el Cristianismo
es representativa del mal. Es la
causante de nuestro “pecado
original”: la pérdida de la Unidad
y por lo tanto de nuestro estado
en la dualidad o enfermedad y la
que nos hizo poseedores del
“libre albedrío” y del uso de la
inteligencia accediendo al
“conocimiento” o “gnósis”.
Las Alas más allá de simbolizar
lo espiritual, la sublimación de
lo material, la elevación del
alma, lo sutil, se correlacionan
con los elementos Aire y Fuego,
completando en la imagen los
Cuatro Elementos.
El hecho de Autoalimentarse con
su propio cuerpo y formando un
Círculo simboliza el movimiento
continúo de los ciclos y
esquemas evolutivos en general
de reproducción de la
naturaleza; el pasaje del tiempo;
la rotación y forma del mundo y
los astros; la armonía y unidad
celestial y terrena; y de todo
aquello donde el principio y el fin
no parecen tener definición. El
círculo en sí, también es un
símbolo muy vasto, pero
sintéticamente es la “Totalidad y
la Perfección”, o sea “Dios y la
Eternidad”, por su forma exacta
y equilibradas proporciones.
Inevitablemente se relaciona con
el simbolismo de la
“Circunferencia”, la “Esfera”, la
“Rueda” y los mitos del “Eterno
Retorno” que desde siempre la
humanidad ha manifestado.
Observamos entonces, que la
composición que se crea une:
Materia o Tierra y Agua en el
cuerpo de la serpiente-dragón, y
Espíritu o Aire y Fuego en las
alas. Es nexo de todos los
opuestos complementarios, se
enlaza su comienzo o principio
activo: la cabeza (y en muchas
ilustraciones de color blanco),
con su fin o principio pasivo: la
cola (de color negro) que
implican también lo masculino o
positivo con lo femenino o
negativo, lo destructivo y
generativo, etc. .
Se alimenta de sí mismo para
regenerarse o auto fecundarse y
reproducirse como lo hace la
tierra, es como un promotor de
vida; y, con al acción de ligar en
círculo sus extremidades, como
ya dijimos, es la problemática de
la circulación del tiempo,
también creando a éste de sí
mismo. Los constantes ciclos o
ritmos de renovación del
universo y nuestra existencia.
Es como el simbolismo del Reloj
de Arena o el mensaje del
Arcano X del Tarot, La Rueda: la
totalidad en acción y la
perpetuidad, el principio del
permanente movimiento, la
continuidad de cambios: los
altos y bajos de la vida. El
“circular” para volver al centro o
foco madre, donde ese final
vuelve a ser comienzo.
La palabra Ouroboros, proviene
del Griego y se la traduce
normalmente como “el que se
devora”, pero analizando la
palabra, Ouro quiere decir
“extensión e ilimitado” y Boros
“voracidad”, lo que corrobora las
referencia hechas. La materia
necesita “autorreciclarse voraz y
permanentemente”. Nada puede
quedar estancado, la muerte es
imprescindible para que pueda
existir la vida.
Como un símbolo tiene infinitas
lecturas según el aspecto o nivel
en que se quiera o pueda leer,
podemos entender también, que
el Ouroboros es el dominio de la
inteligencia (cabeza que devora)
sobre los instintos (cola que es
devorada), o la victoria del
espíritu sobre la materia. Y esto
nos lleva a la relación que
además tiene este símbolo con el
mitológico Dios Hermes o
Mercurio y su báculo y el
Mercurio Alquímico.
Su cuerpo de serpiente, su
posición conexa con la idea del
Todo y su ambigüedad lo
emparentan con el báculo de
Hermes o Mercurio (las dos
serpientes opuestas que
ascienden en espiral alrededor
de un eje –el báculo- hasta unir
sus cabezas) y con el Dios en sí,
porque éste era “puente o
mensajero” -conexión de polos-
de los mundos diferentes: el
humano y el divino, el superior o
el inferior, el cielo y el infierno,
etc...
Dentro de los Gnósticos, la secta
de los Ofitas era adoradora de la
serpiente -como su nombre lo
indica-, por ser ésta la elegida
por Dios para revelar, como ya
dijimos, el “conocimiento al
hombre”, considerándola como
un “mensajero” de Dios y el
Logos. Asimilado del politeísmo,
dieron a este símbolo el sentido
del “origen de todo movimiento
en el universo”, un animador
universal, diciendo que en el
gran comienzo de la vida, se
hallaba en el cielo la imagen de
la serpiente enrollada como
guardiana, desde el nadir, de la
estabilidad. Abrazar la creación
con el círculo continuo también
es la analogía de la protección
que impide la desintegración, es
decir que actúa como el poder
máximo que sostiene a la
creación.
Esto no es más ni menos la
imagen de las “galaxias”; las
órbitas de los sistemas
planetarios o de todos los
movimientos cósmicos; y por
supuesto, del “Círculo Zodiacal”,
ese gran cinturón del globo
terráqueo, que como ya
sabemos, es la sumatoria de
todos los arquetipos más todas
sus vinculaciones, es decir, la
descripción de la Totalidad.
Además pensando en el sonido
de la palabra Ouroboros y en la
interpretación gnóstica, es casi
imposible no asociar este
símbolo a la palabra “boreal” y a
la imagen de la “aurora boreal”.
En cuanto al “Mercurio
Alquímico”, sustancia que forma
parte de los pasos de la Gran
Obra, simbolizada muchas veces
con el Andrógino (figura humana
mitad hombre y mitad mujer y
que dentro de su complicidad
alude, obviamente, a la unión de
opuestos y por ello se identifica
con el Dios Mercurio), se liga
muchísimo con el Ouroboros
porque actúa igualmente, en los
procesos de disolución y unión.
El Ouroboros al ser alado, es el
principio volátil en
contraposición al principio fijo
que sería la serpiente sin alas.
El Mercurio Alado (volátil) o
Alquímico era para el alquimista,
según C. Jung, el espíritu
creador en la materia, este
Mercurio aparece al “principio de
la vía esotérica de la Gran Obra,
cuando “devora” la materia con
su “veneno” -período que se
llama “nigredo”- y al “final”,
subliminando, salvando o
“curando” la materia al
convertirla en la Piedra Filosofal:
el Oro Alquímico o el estado más
puro (3). Lo andrógino y lo
esférico aluden a lo total y
perfecto, por lo tanto el Mercurio
Alquímico y Ouroboros son
símiles. Para Reinhard
Federmann, el Ouroboros es la
metáfora del mundo inferior de
las cosas que deben ser
superadas por el espíritu y el
alma, y también representa al
“Gran Pan o Huevo Filosófico”: el
Uno en Todo. El Ouroboros, al
unir polos es como un
“disolvente”, ya que al
desaparecer las partes surge el
todo, así es que para la Alquimia
es el disolvente “Universal”, lo
que logra la indiferenciación, la
base común que liga todo. Es un
“símbolo unificador”. C. Jung,
en su obra “Psicología y
Alquimia”, cita un párrafo de un
manuscrito alquímico (el
Tractatus Aristotelis de 1622)
donde dice: ... “La serpiente es
Mercurio, el que como sustancia
fundamental se forma a sí
mismo en el “agua” y devora a la
naturaleza que se ha unido con
él”... El Tratado Alquímico más
antiguo que presenta al
Ouroboros es el “Codex
Marcianus” del S. X, con la
siguiente leyenda: ...“El Uno, el
Todo”... . Todo proviene de un
todo y vuelve al mismo todo, lo
que describe el círculo: la
Unidad Cósmica.
Este símbolo también está
enlazado con el sentido de las
letras griegas Alfa y Omega: “el
principio, el centro y el fin” (4), o
nacimiento, plenitud y muerte,
puesto que la Gnosis heredó la
mística de las letras y de los
nombres que movilizaron los
neopitagóricos en Europa.
Es curioso observar que para J.
Van Lennep en “Arte y
Alquimia”, el Ouroboros también
es una alusión al principio de
“clausura” del secreto hermético,
por el círculo cerrado que forma.
Otras vinculaciones interesantes
para hacer con el Ouroboros ya
fuera de la Gnósis y la Alquimia,
serían, primeramente con la
“Kundalini del Hinduísmo, la
Gran Serpiente sutil que recorre
ascendiendo la columna
vertebral (cuya forma es de
serpiente), despertada por las
prácticas Tántricas y activando
la energía de todos los Chacras
hasta lograr el estado superior.
David Fotana en “El Lenguaje
Secreto de los Símbolos” apunta
lo siguiente: ... “La energía de la
Kundalini se describe como
femenina, mientras que la
superior como masculina, esta
unión de los dos posee un
paralelismo obvio con las fuerzas
masculinas y femeninas
presentes en el Tarot, y con el
Matrimonio Filosofal de los
Alquimistas”... .
Segundo, con la serpiente
emplumada Quetzalcóatl,
divinidad originaria de la cultura
Tolteca, tomada luego por los
Aztecas, que dentro de su rico
simbolismo es la serpiente que
aúna el mundo de los dioses con
lo terreno.
También, el Ouroboros
representa el mundo con los
océanos que lo rodean. En
algunas culturas hay imágenes
parecidas que representan a los
grandes “ríos” (serpientes) que
“mueren” y "nacen” en los
mares, rodeando la tierra.
Finalmente, queda por observar
que los Arcanos 0 y XXI del
Tarot tienen mucho que ver con
el Ouroboros. Son el principio y
el fin. Ordenados, se hallan
juntos y así están relacionados
sus contenidos (múltiples, por
cierto) como el 0 y el 10 (y
recordemos que el 10 es cierre y
Totalidad -y el n° del Arcano de
La Rueda cuya implicancia ya
mencionamos-) o los 360° y el 0°
del Zodíaco, como principios y
fines que se unen. El 0 es el
Todo y la Nada, pues es el Todo
todavía no manifestado. La
propia forma del 0 es el círculo,
como anuncio del Todo y por
más que también se utilice el
“óvalo” para representarlo, no
cambia el significado, sólo le
agrega la idea de la apertura del
movimiento espiralado
ascendente al que el óvalo alude.
El “0” es la forma del “huevo”
que contiene la vida futura y
como el “Huevo Alquímico” que
encierra el “oro o perfección”
alcanzada que muestra ¿el
Arcano XXI. Este último Arcano
es el Gran Todo, la unión del
macro y microcosmos, la libertad
suprema del ser puro y perfecto
reencontrado con la Totalidad.
La gran “corona” de laureles en
los mazos más tradicionales es
el mismo círculo del Ouroboros,
y en otros más especiales, como
por ej. el de Aleister Crowley,
aparece la gran serpiente
formando; como en una danza-
la postura del sigilo del “infinito”
con una figura femenina que
representa “la individualidad”
que habiendo cruzado todos los
“senderos” a llegado al dominio
de la dualidad y por lo tanto de
la materia, ha arribado a la
perfección (Saturno es la energía
que le corresponde a éste último
Arcano), ha trascendido y es
poseedora de lo que esa
serpiente simboliza: la
sabiduría.- Elsa María Rolla
Notas:
(1) Se lo encontró con formas
parecidas, y obviamente con
otros nombres, en las
cosmogonías de distintos
pueblos como por ej. de
Escandinavia y África, y desde
luego, entre los Musulmanes,
Hebreos y Griegos.
(2) Figura representado también
como un “ dragón” con cuerpo
de serpiente y alas de ave o
murciélago; o como un cuerpo
de serpiente cuya cabeza de
“león” devora una cabeza de
“ave” que se halla en la cola; o
como “dos dragones” (uno negro
y otro blanco: como la dualidad
del “Yin y Yang”) que se
muerden mutuamente las colas
formando el círculo; o formando
dos círculos dentro de los cuales
ve al Sol y la Luna; etc., etc.; y
otras veces su cuerpo se ve
anillado como para simbolizar la
cadena de los ciclos. Estas
infinitas variantes se produjeron
porque al ser utilizado en los
manuscritos alquímicos según a
qué distintas “sustancias o
procesos” de la Gran Obra
aludían cambiaban la
combinación de los animales y
los colores, más allá de las
diferencias que marcaban las
épocas, los estilos y los autores.
3) Desde el punto de vista de las
“sustancias químicas” que se
manipulaban en la parte
“práctica” de la Alquimia, para
Lucien Gérardin, también era
llamado Ouroboros a un residuo
negro de plomo altamente
dividido después de distintas
destilaciones, que en contacto
con el aire ardía (plomo
pirofórico), transformándose de
nuevo en un óxido (minio) que
podía volver a disolverse nueva y
sucesivamente.
4) Como observa René Guenón
acerca de los símbolos del centro
y el mundo: el “centro” es a la
vez el Alfa y el Omega de todas
las cosas, dado que el principio y
el final lo contienen.- Elsa María
Rolla: Egresada de la Escuela
Nacional de Bellas Artes.
Investigadora en Simbología.
Publicaciones en Uno Mismo y
Medium Coelli.-
Elsa María Rolla
PAX IN LUX
F. Marael +