Post on 02-Jul-2015
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"INDICECuentos
19 Robert Sheckley En una tierra de colores claros59 Hany Harrison En Las Cataratas
73 Thomas M.Disch Bajando83 Jack Vanee La mitr
95 Jon Bing Una palidez más blanca105 André Cameiro El mudo
Artículos49 Robert Sheckley La busca de lo maravilloso
65 Pablo Capanna Isaac Asimov o La máquina de escribir87 Elvio E. GandoUo Un fenómeno llamado Stephen King
Historietas112 BilaI-Christin Progreso
Secciones3 Este número
4 Crónicas terrestres130 En próximos números
Tapa de KiIIian
SHECKLEY DISCH HARRISON GANDOLFO
Este númeroBrian Aldiss describió en
una ocasión a Robert Sheckley(Nueva Jersey , 1928) como"Voltaire con soda" . Las elegantes sátiras de este eficazhumorista sorprendieron en ladécada del '50 a los lectoresacostumbrados al tono monocorde de la mayor parte de laciencia ficción . Después de unperíodo inicial de producciónfrenética, Sheckley dedicóbuena parte de su tiempo a viajar; vivió en Ibiza y en Londres, y comenzó a producirtextos más complejos y másambiciosos. "En una tierra decolores claros" , sobre el desconcierto de un hombre perdido en una civilización queno entiende, tomó en 1979 unacuriosa forma de objeto de.arte: leído por Peter Sinfield ,letrista y compositor de rock,con música de Brian Eno eilustraciones de la argentinaLeonor Quiles, se convirtió enuna combinación de libro y deLP , dentro de un impresionante álbum que cuesta 100dólares y del que se hicieron1.000 ejemplares. Sheckleyvive ahora en Nueva York y esdirector literario de Omni .
. . r' Harry Harrison (NuevaYork , 1925) es otro notable
humorista. Sin embargo, " EnLas Cataratas" , el cuento quepresentamos, es decididamen te serio .
Thomas M. Disch (Minnesota, 1940) es un exquisitomaestro de la crueldad , autorde Los genocidas. La casa dela muerte y " Bajando" , esaexperiencia tan cotidiana.
Jack Vanee (San Francisco ,1920) es uno de los auténticosmaestros de la moderna literatura fantástica, cuya obramostraremos y comentaremosen futuros números . " Lamitr ' es un breve ejercicio so-
bre la inocencia, la violencia yla soledad.
Jon Bing (1944) es noruego . Ha publicado varias colecciones de cuentos. ha escritopara la televisión de su país yes además traductor y antólogo.
André Carneiro (San Pablo,1922) es conocido ante todocomo poeta , pero es tambiénautor de una novela y dos libros de cuentos de ciencia ficción , un estudio sobre el género y una introducción al hipnotismo. Además, es fotógrafo , pintor, periodista y libretista y director de cine .
Completamos el númerocon la segunda parte de la historieta de Bilal y Christin, lashabituales secciones de librosy de cine , las primeras cartasde lectores y tres artículos:" La busca de lo maravilloso" , transcripción de una conferencia de Robert Sheckley:"Un fenómeno llamado Stephen King", atento viaje de EIvio Gandolfo por tres mil páginas de terror; "Isaac Asimov o La máquina de escribir" , de Pablo Capanna, análisis de la autobiografía de unasombroso saqueador de bosques.
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En mi mente se desarrollaun proceso dialéctico. La te-
Opiniones. 1
A los pocos años de emprender la tarea, las energías .creativas de Silverberg fueron absorbidas una vez máspor laescritura de una novelade ciencia ficción: Lord Va/entine 's Cast/e, por la quefirmó uno de los contratos "más suculentos del mundoeditorial estadounidense.
Sinembargo, la experiencia con sus monstruosvegetales habíasidobeneficiosa ysuperaba el mero pasatiempo. según él mismo detalla: "Había sido como escribir ciencia ficción. Escogíel grupo de personajes másextraño que pude encontrar,los dispuse de un modo artisticamente satisfactorio, ylos dejé en libertad de hacerlosuyo, mientras yo me sentaba echado hacia atrás y mepreguntaba en qué terminaríatodo. No extrañé mi carrerade escritor ni por uninstante.Plantar aquel jardín extravagante satisfizo todos misapetitos creativos. Me mantuvo apartado de todo mal,me dio un poderoso sentimiento de ser unoconel universo, divirtió en gran formaa mis vecínos..y me hizoaprender mucho sobre botánica y agricultura. Inclusohubo un poderoso elementofilosófico para mí. Despuésde haberme pasado la vidaentera creando fantasía extraterrestre, fui aprendiendo Quela Tierra ya es lo bastanteextraña".
piares como éstos: "UnCleistocactus peruano semejantea un falo peludo de unmetro ochenta de al tura; unOpuntia que recordaba unpuñado de ore jas del RatónMickey, sin el ratón; el 'siniestro Macaerocereus deBaja Californ ia, que serpentea por el suelo, enraizándose a medida que repta, yque de contar con el climafavorable iría reptando desdeCalifornia aCanadá".
Dejando de lado este primer grupo, Silverberg eligiótambién entre las demás especies, las más exóticas: lasque provinieran de sitioscomoMadagascar, México oBrasil, las parásitas, las carnívoras, las Que tuvieran texturas reptilinas Que"llevarana creer con facilidad que sehabían desarro llado enmundos donde se acostumbranlos sacrificios humanoidesen cadamañanadesábado,ydonde la sangre color verdeazulado fluye librementesobre empinados altares".
POLVO DEESTRELLASElvio E. Gandolfo
El jardín de RobertSilverberg o latierra comoplaneta fantástico
A principios de la décadadel '70, cuando el augemultimi llonario de la ciencia ficción aún era un hecho delfuturo, tanto en los estudioscinematográficos como en elcampo editorial, una corriente de pesimismo y reacción contra el género recorrióaalgunos de sus autores másinteligentes. Samuel Delany,Thomas Disch, Harlan EI Ii- t----------~---------lson, Barry Malzberg y RobertSilverberg, entre otros, criticaron demoledoramente susfalenc ias y decidieron abandonar sus estrechos límites.Con el paso del tiempo, todos y cada uno de ellos continuaron con su obra, ya searecurriendo nuevamente alarsenal temático ínterplane- .tario o intentando un virajehacia la literatura asecas.
Duranle los cinco o seisaños que duró su alejamientode la creación literaria, quehabía decidido abandonar
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Fredric Brown y sumaravillosa boinade narrar
El grado de aislamientoque necesita un narradorpara concentrarse en lo queescribe varía mucho de uno aotro. Hay afortunados quepueden abrirsecamino mentalmente en medio del ruidodel tráfico, varios martillosneumáticos y grupos vocíte- 'rantes de niños menores dediez años, amén de interrupciones para solucionar problemas domésticos, atenderal lechero oaunamigo inoportuno. Más frecuentees elcaso de quienes necesitan unporcentaje relativamente altode silencioycalma.
Fredric Brown, el creadorde clásicos como Universodelocos y Elgrifo lejano:pertenecía a este segundogrupo mayoritario. Le cos-
varios remedios sin éxito. lesugeríque usara la boina rojacuando no quería ser molestado. Con el tiempomeacostumbré amirarle automáticamente la cabeza antes de'abrir laboca".
Opiniones. 11
Clásicoes aquel libro Queuna nación o un grupo denaciones o el largo tiempohan decidido leer como si ensus páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo comoel cosmos y capaz de ínterpretaciones sin término. Previsiblemente, esas decisiones varían. Para los alemanes y austríacos el Faustoes una obra genial; paraotros. una de las más famosasformasdel tedio,comoelsegundo Paraíso de Miltono laobra de Rabelais. Libroscomo el de Job, la DivinaComedia. Macbeth (y, paramí, algunas de las sagas delNorte) prometen una largainmortalidad, pero nada sabemos del porvenir, salvoQue diferirá del presente. Una
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El inventario de los desperdicios arrojados durante1979 en los lugares para
Como loafirma Borges enotra zona de esta sección,"nada sabemos del porvenir,salvo Que diferirá del presente". Tratar de delimitar enQué diferirá del presentenuestro futuro es una de lasaficiones más antiguas de lahumanidad. El grado de imprecisión y la cantidad deaciertos oyerros de cada unade estas predicciones a es-
1----------; cala mundial reproduce lamezcla de vaguedades y detalles menudos Que caracterizan a los horóscopos oía-
¡--------------1 rios o anuales de aplicaciónindividual.
En el mejor de los casos,las profecías se disfrazan de
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Opiniones. 111La probabilidad de Que en1985 la gente trabaje cuatro ~--------tdías o 32 horas por semana,provoca un marcado escepticismo desde un 1981 y unazona del planeta donde esinevitable el pluriempleopara sobrevivir. El anuncio,por último, de Que para elaño 2020 el uso de satélitessolares podría eliminar lanoche y posibilitar Que por primera vez en la historia lagente "disfrute" de 24 horasde luzdiurna, puede ser atrayente para un pueblo pragmático y puritano, pero parasolitarios o parejas Que guslen de lanoche, Que,comoelpoeta Carlos Mastronardi, sejacten de "vivir en ella, dehaber sorteado la violenciadiuma de los veranos", setrataría más bien de una prolija pesadilla.
el espacio exterior, por unacuestión de faldas".
Las predicciones Que másse acercan al campo de laciencia ficción por su saborson las siguientes: la aparición de un mercado legaldepartes usadasy reacondicionadas del cuerpo humano enel año 2010; el intento de laUnión Soviética enel mismoaño, de cambiar su' historiapreviamedianteel empleo detaquiones, partículas Quepueden viajar hacia atrás enel tiempo; la posibilidad deQue las parejas de recién casados, en el año 2020, puedan pasar su lunade miel enla luna.
Algunos acontecimientosdel futuro tienen un matizmuy distinto para un lectorlatinoamericano y para uncompatriota de los autores.
Entre las esperanzas pueden citarse lade Que unterremoto masivo asoleen 1982aIrán del Norte, provocandogran cantidad de víctimas,Que elgobierno local sea incapaz de enfrentar coneficacia la crisis yeso acarree lacaída del Ayatollah Khomeinio de susucesor; Que en1990el gobierno comunista de laUnión Soviética sea derrocado poruna fracción socialista democrática Que trabajedentro del Partido; Que másde 50.000 personas trabajeny vivan en el espacio para elaño 2000.
El condimento melodramático inevitable en todocandidato abest seuer, aparece en un hecho anunciadopara 1990: "Un astronautamasculino dispara contra sucompañero de tripulación,en
Por ahora mi altercadocon respecto a la novela sedebe simplemente a Que elmundo en elcual vivimos esmucho más interesante Queel representado por lamayorparte del género novelístico.Muy poco de la novelísticaQue se está publicando esrealmente para adultos. Digámoslo más simplemente:cuandoentramos auna librería nos topamos literalmentecon docenas de biografías,de textos politicos e históricos, con libros de ciencias yde filosofía, destinados allectormedioy Que honran lainteligencia humana, Que'responden a una mentalidadadulta. Mientras Que unagran parte del género novelísticoestá dictada por arcai
~---------'------------"----------t cos clichés tanto sexualescomo sociales. En una palabra, los novelistas han descu idado su tarea básica. Sitomamos en cuenta Que lamentalidad más perceptiva einteligente de su época fueun Marcel Proust Quien eracapaz de ver literalmenteunarelación entre arreglos florales ymetafísica;osiconsideramos la forzosa capacidadde Thomas Mann para abarcar todo un mundo político,estético y emocional en laelaboración de su ficción,creo Que notaremos la diferencia con lo Que ocurreactualmente.
El novelista actual no toma en serioasu lector. Estaes Quizá la cuestión primordial. En un fenómeno comoel nouveau roman en Francia, notamos una retirada estratégica hacia un minimalismo Que esquiva las presto-
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nes y complicaciones de laexperiencia comotal. El granlogro dela ficciónlatinoamericanaactual de ninguna manerase encuadra dentro de" latradición de la novela occidental. Me parece más bienque sevincula con otras formas. con la fábula, con laparábola y con la novela gótica y fantástica. Un profundoinstinto de exploración y desupervivencia le permite alnovelista latinoamericanosortear los aburridos clichéssexuales y familiares de laficción occidental, para retomar fuentes mucho más antiguas de fantasía. La fase porlaqueestá pasando lanovelalatinoamericana puede servista como una crítica brillantedel fracaso de tanta ficción europea y anglosajonaen hacer frente aniveles másprofundos del sentimientohumano, de la fantasía, de laimaginaciónyde lahistoria.
GeorgeSteiner
Libros enterradoslas cancionessecretas
Hay autores con mala estrella. Supongamos que enalgún país extranjero conocieran a Cortázar sólo a través de títulos como El librode Manuela Un talLucas,oaGarcía Márquez sólomediante la lecturade La malahora o El otoño del patriarca.
Algo de eso ocurre conFrilz Leiber y su difusión ennuestro idioma. Durante másde cuarenta años, este atentolector eintérpretede Shakespeare ha creado una obraabundante, mullifacética, excitante. Por desgracia las colecciones que lo han dado a
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los menos atractivos de su 'producción.
En casos comoéste, descubrir un libro enterrado: querefle je la complejidad deunaobra poco conocida con lamayor fidelidad, es doblemente satisfactorio. El volumen que cumple ese cometido es Las canciones secretas, publ icado hace añospor laeditorial Verón, en España. El mismo incluye tresde losmejores relatos deLeiber : "Mariana", límpida representación del solipsismoejecutada con gran seguridad; "Atracción inminente",dura descripción de la decadencia y lacorrupción urbanas, condensadas dondemás duele: en una mujer, y,sobretodo, "Lamuchachadelosojoshambrientos", parábola impecablesobre los poderes de la publicidad, queesquiva con maestría los lugares comunes y las alece-
rías fácilessobre el tema paraentrar en el campo de lopoético.
El resto de los cuentosque integran el volumen("Las moscas del invierno","El hombre que se. hizoamigo de la electricidad","La luna es verde", "Uncubo deaire", "Fantasmadehumo" "Rump-Tity-TityIurn-I ah-ti", "No es unagran magia", "Lascanciones
.secretas") brinda una excelente muestrade los poderesexpresivos de Leibner. Título.mal distribuido en su momento, que integra una colección ya desaparecida, valelapena buscarlocon paciencia en librerías de viejo yhasta justifica el sacrificiosupremo: soportar la charlamonotemática de un aficionado completista, para extraerlo de su biblioteca, mediante préstamo, amenaza ohurto.
CINEAníbal M. Vínelli
El Resplandor
En lanómina de los grandes autores del cine contemporáneo (aquéllos Quehacen de cada film una obrapersonalísima, inconfundible), no se debería omitir elnombre de Stanley Kubrick(nacido en New York, 1928).un realizador sign ificativoaún en sus errores. Empecemos por señalar Que Kubrickno es un director prolífico(por comparación con otros),ya Que entre el primer titulo,FearandDesire (1953), yelúltimo, The Shining (1980)Que en laArgentina se llamaría Elresplandor, su filmografía incluye solamenteonce obras. Pero entre esasonce están The Killing(Casta de malditas, 1956),Paths otGlory (La patrullainfernal, 1957), Dr. Strangelove. or How I Learnedfa Stop Worrying andLave tne Bomb (DoctorInsólita . . ., 1963), 2001:A Space Odyssey (2001,odisea delespacia. 1968),A Clockwork Orange (Lanaranja mecánica, 1971 ,aún prohibida por lacensuraaborigen) y Barry Lyndon(ídem. 1975), una producción verdaderamente representativa de Quien lacreó.
Kubrick es un notorio obsesivo, un detallista de ésosQue nacieron para atormentara las compañías Que losrespaldan económicamente. Yaen Paths ot G/ory suplió loQue lefaltaba de presupuestocon un aumento de trabajopropio: las escenas de batallas Que se filmaban por lanoche eran precedidas poruna recorrida de Kubrick Queiba dejando en el supuestofrente de combate marcaspara indicaren Qué lugar preciso debían -por ejemplo- caer aquellos alcanzados por el fuego enemigo. Con el paso de losaños y el consiguiente aumento de prestigio, no hacambiado. No cambió en laexactitud del tempo de Dr.Strange/ove, la maniáticareconstrucción de ámbitosespaciales o de época en2001 y Bar.ry Lyndon, per-
íecc ion ísmos Que sólo se logran con dinero. Y conocimientodel oficio, claro.
La vocación para obtenerel mejorproducto posible senota en The Shining (Que seestrenaría en Buenos Airesen julio), primera incursióndel neoyorquino en el relatode terror y también primertítulo de los últimos cincoaños, basado en una difundida novela de Stephen King.Ysi bien es cierto Que el filmha motivado críticas contradictorias -desde los Que losaludan como una obra dearte hasta aquéllos Que creenQue esto es más Kubrick QueKing o Que terror- todoscoinciden en los hallazgosvisuales, en su calidad ypreciosismos.
Kubrick se propuso aquícontar una historia de horrores en la Que elementos co-
munes adquirieran un simbolismo maléfico: utensiliosde cocina, una bicicleta, unascensor, se permutan enfactores casi diabólicos. ¿Elpánico a través de lo coti diano? En principio, sí, aunQue no totalmente.
Cierto es Que son bastantecomunes el escritor fracasado Jack Torrance (Jack Nicholson) y su mujer Wendy(Shelley Duvall). No lo estanto su pequeño hijo Danny(Danny L1oyd), Quien poseeun curioso poder telepáticoQue le permite prever el futuro, reflejado en su rostro através de un brillo peculiar(el resplandor de marras). Eltrío, huyendo de las estrecheces económicas, llega aun hotel de Colorado dondeJackyWendy serán los caseros durante el inminente invierno, cuando el establecimiento cierre sus puertas y
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Johnny Carson (tambiénpre- ambiente. lo opuesto delsentador de los Osear) en su climaque seviveenel Overshow Tonight. Wendy mira look. Y -en todo mola televisión y la pantalla mento- Jack sonríe. Peromuestra una secuencia de su sonrisa. es, minuto aVerano del 42 en la que minuto, eada vez más inquieJennifer O'Neil pasea su fe- tanteoY no se puede decirmineidad en un romántico más . . .
FICHA TECNICA
Jack Torrance JACK NICHOLSONWendy Torrance SHELLEY DUVALLDanny DANNY LLOYDHall orann SCATMAN CROTHERSUllman BARRY DENNENGrady PHILlP STONEL10yd JOE TURKELDoctor ANNE JACKSONDurk in TONY BURTON
Producción y dirección STANLEY KUBRICKGuión KUBRICK y DIANE JOHNSONFotografía JOHN ALCOnMúsica BELA BARTOK
Warner Bros ., 1980 ; duración orig inal, 146 minutos.
(Fantastic Voyage), dondeRaquel Welch, StephenBovd, Donald Pleasence,Arthur Kennedy y William Redfield eran encogidos juntocon un submarino para quenavegaran a través delcuerpo humano de un moribundo.
Hollywood jamás desperdicia una buena idea, yenenero del corriente año estrenó The Incredible Shrinking Woman (que se llamará en castellano La increíble mujer que seachicó) , filme que marca eldebut directorial de JoelSchumacher (libretista deCar Wash yElMago). PatKramer (Lily Tomlin) es unacomún ama de casa del surde California y está feliz-
mente casada con Vance Kra- .mer (Charles Grodin), ejecutivo publicitario con quientiene dos hijos. Completan lafamilia un perro y una mucama de presumible ascendencia mexicana.
La vida de Pat es casirutinaria hasta que una noche, alacercarse a vanee, lobesa unos centíme1ros másabajo de lo que pensó. Se lecaen las pulseras y súbitamente nota que su robe lequeda dos números grandes.Con alarma comprueba quedía adía se encoge.
Su problema radica en lafalta de tolerancia para los"venenos" contenidos enproductos de uso habitual enla vida moderna como sprayspara el pelo. cera para pisos.
colas sintéticas, comidas enlatadas, colorantes yedulcorantes, alimentos sin caloríasy desodorantes de ambiente:La increíble mujer que seachicó es, por lodicho, unaamable farsa sobre el consumo contemporáneo antesque el relato de suspensoque sugería el filme de 1957.Ambos, por lo menos, reconocen como inspiración lanovela de Matheson.
La película derivará después hacia el sensacionalismo (o la estupidez) conque ciertosmedios de comunicación enfocan el problemade Pat y la manera desaprensiva conque grandes empresas manejan su producción.Otros personales son JudithBeasley. una vendedora de
cosméticos orgánicos y Ernestina, telefonista de agriocarácter, todas. igual que Pat.interpretadas por la Tomlin.
En esta comedia locaaparecen asimismo NedBeatty, Elizabeth Wilson yHenry Gibson como tres presuntos beneficiarios de lasdesgracias de Pat. MarkBlanfield interpreta aun químico que buscará salvarla yRichard Baker a Sidney, ungorila sentimental llamadoSidney que tendrá muchoque ver con la acción.
La fotografía de BruceLogan -quiZá por exigenciade los efectos y trucadosluce sumamente granulosa,una apariencia que ha provocado las mayores objecionescríticas junto con la variedad
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ierrauca del film: si abarca ono demasiados rubros, esoya lo dirá el público en sumomento.
Pero hay coincidenciasen la eficacia de la labor deLily Tomlin, una talentosacomediante surgida de tea
.tros off Broadway y de latelevisión. Ha participado encinco films, debutando enNashville (1957, RobertAltman), actuando después en
FICHA TECN ICA
Pat Krarne r/Juditn Beasley/Ernestina .... LlLY TOMLINVance Kramer CHARLES GRODINDan Beame NEO BEATTYDr. Eugene Nortz HENRY GIBSONDr. Ruth Ruth ELlZABETH WILSONRob MARK BLANKF IELDConcepció n MARIA SMITHSandra Dyson PAM BELLWOODTom Keller JOHN GLOVERLogan Carver NICK HORMANNLyle Parks J. McMULLANBeth Kramer SHELBY BALlKJe ff Kramer JUSTIN DANASidney RICHARD A. BAKER
Prod ucción HANK MOONJEANDirección JOEL SCHUMACHERGuión JANE WAGNERFotografía BRUCE LOGANMúsica SUZANNE CIANIUniversal Pictures, 1981; duración orig inal, 88 minutos
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David LindsayUn viaje aArturo(A Yoyage to Arcturus)Traducción de Mirta RosenbergAdiax, Buenos Aires, 1979;316 págs.
Desde Que este libroapareciera en1920, se haidocreando toda una leyendaentorno suyo; en parte, ella hasido auspiciada por elpropioautor, Quien profetizaba Quesu obra no tendría ningúnéxito, pero Que por lomenos.habría de leerla un hombrepor año. Poco tiempo antes
kull peregrina por toOO remanee. el único planeta eleMuro, y en cae.ta etJpa alguien loguia: estos guias sevan sucediendo lJ'lOS aotros.yamedida Que se van dandoelreleeresulta claro Que representan otras tantas estaciones de un itinerario enatco haciala visiónfinal. qeese supone habfa derrosre a"ísis sinvelos", laverdadeleMllspel, el lundameoto melatisico ele lo real. Como elcaracter simbólico de losCliStintos guias eS;:lIrilUaleses ba:st:nIe evidente. Y haynas de tn1 docena ete ellos.lo eocc QUe reconIorta alleCtOr es la barroca lanI3síacon QUe el autor CleSCribepaisa¡es surrealistas y lormas devida reerreote ena nas. Sin duda. lindSay posea una imaginación superioral común de los actoresde su tiempo: por momentosparece un Stanley WeinbaumQue hubiera perdido el $31'10
reansro Ill)lleélT'elQ'lO, pero nocabeetucIa ele QUe rTllChOS autores ele cienCia fiCción popular deben retesaQueado sus ideas. de manerabastanleingrata
Conlodo. lasucesión deavenluras. visiones y apariciones depesonaes simbó·neos. mascaras QlIe van cayendo una tras cea hacebastante teoosa la lectura. yel libro cecee Ufl cenomalestar angustiOsO. propiodeldiscurso del inconscientecolecliYO julguiarlO La lilaSOlía ocultiSla del libro respOnde a paul3S orientales.con lo cual no sorprendef¡1QUeel Deseo sea elorigen delodo mal, y el verdaderoITMJndo se asemeje aun Nirvana~iado por lailusiónsensible. En particular. la visión Que elautor perece ererde lo lenle!1ino es decididamente odiosa: todas las muoeres ue salen al paso deMaskurr son t ñürs. Jezabels
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- -La barrera
~ 01 ..... .....-..
entrega la cienciay elprogreso. pero en una suerte derevolución blanda: el atajohaevitado dos guerras mundiales. el hOlocausto de loscampos de exterminio. elpotenciar cataclismo nuclear ...
Creo que e1libfo liene desequiJibOOs morías ye1linal es visiblemeflle lorzado.En latrama no esta implícitoel mecanismo que oevuelveel río a su cauce. la utiliza·cién del Pueblo del Brezal o ":-.,--=- .,-----jHadas como hilo conductor r-del ritomello notiene elsu-gestivo y rmgico sabor queel autor hubiera deseado. Elsegundo y el tercer relato noestán a la altura de Jos eros:carecen de üerza y si bienaportan datos iq>ortantes en C:::";:"---.,--:-:-ilomo a aspecios relevantes rdeesa sociedad como la In-quisicióny los Sertaleros. nose integran y resienten launidad.
Apesar de los reparos exceses. la obra se lee contacili<bd. Prctlablemente sediscuta. se relea 'f se""""".Sergio Gaut veI Hartman
miento vertical de lasclasessociales tasael extremo deque los oficios YPfo!esionesson ordenes cenaaas toouna estruclOO casi mililar.Roberts se detiene especialmente en la descriptión delosSefraleros. encargados delas comunicaciones a fravésdecódigos cifrados rransmilidosmediante semaforos similares aros de lared eroviaria y que gozan de ciertaaularQlJía.
El escena general podriarepresentarse como un noQue salede madre.encuentraunnuevo cauce, corre por éldurante un tiempo, pero temina retomando su va natural en aloÜll IU9ílf del camino. A ditereooa de la novela de Oick. mencionadamas arriba. QUe secaracterilapor mostrar un mundo en elque el eje ha ganado la 11Guerra MIJI1l:hal yQue se cierra con una relerencia anueslrO universo deSde el3ngulo de la fic:tión litema.Pavana. en un epílogo cenominado "Coda", proponeuna suerte de reoniliCaciOndel"ujohiSlOrico. La iglesia
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los relatos QUe: encaran leITBS viSteralmente re(X.l1si·vos. relacionados con el lerror orgánico. Aquí se Iralade Lna esoece de paraSilodesln.dor extralerTeSlre QOe:anida en el interior de losseres tunanos. Es tJ10 delostanlos a..eoIos QUe~de haber sirJo tomados enwenta para la cuidadOsaconstrueeion del film Alien.S!lwgeon logra una auténticahalaña lécnica al ir explicando cada paso 001 relatocon precisiones anatómicasy biológicas convincenles,que atmentan la dimensiOndel horror, en vez de atenuarlo.
Aunque pUblicado porprimera vez hace más dedosdécadas, La barreray otrosrelatos consIituye tJl aírayente vollfTleO de Sfurgeoo.perIeoecieoleasu época casea, yayuda acompletarconnt.l!YOS rasgos la imagen desu obra IOIaL
fMof. GandoIfo.
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cont.I'lfina llJadiciomlmente
""""<XI."El se'IOr CosteIIo, héoroe", pertel"leCe al grl()ll decuentos de Sturgeon claramente destinados a exponerlJlíI idea general precisa. eneste caso latacil idad con QUe:
kJS gn.oos """"'" ..ser IIeYados a la diSCOrdiainlema medianlelasospechaYlacah.fmiasabiamentedoSilicadas. la aleQofia lisa yllana en quecaen otros retatos con "mensa je"es evitadaaquí mediante el empleo 00t.I'lnarrador más tenlo que ellecIor ylos personajes QUl Iorodean, y que consigue rablaf con su prO(lia voz. No esditlcil ver en las adividades00 sembrador de cizana delsefIOr Costello una alusiOn alas 001 senador McCarthy,creador e insligador 00 la"caza de brujas" contemporánea en Estados Unidos.
"Lkla chica con IOdo",por úllimo, constituye t.I'lsólido e"1o deob1laceta de• _ .. SllKg"",
al aburrimiento, est1lograda Jame. Tlptree. Jr.con la descripción minu- Y George R. R.cesa. la obseMCion mi- Mariln: ¿Qué pasaCfOSCOPica de comporta- con la novela demieetcs ybes COIidian(lS. ciencia ficción?
'~ ~ de ~ ~~~~*reza". que originalmente lal.uzdeGeorgeR R. Martíndaba tñulc al libro, es ", ydeEn ladmadef mundocuento I3ntasticO "con s - de JiJneS Tiplree .Ir. {Alicerena". Se nrt3 lfU:!lO al Sheklon). .FIbaS dadaS aro-lono de Ray Bt3dbuy, ycae nocer en caseuaoo en 1979en UOi1 pcesa erTll3\al;1osa. por la colección Nebutae.deroomticismo trivial. En él ptanlea alQur10S intenll!JMl-suena lan poro YerOSimil la leS ecerca de lasituación se-existencia de sirenas y trito- tual de la rlMIa de cienciares como el dia1000 de la lic:ciOl'i. TiITlOie'l reeta dife.pareja ht.mana prOlagOnistl tecas entre el enfOQl.l! delpredes/inada al MI"lOf mutuo /,<?/\ campo por parte del a1icio-desde unprincipio. ~.t nado O laenlica nortearrei-
En los eeeos retaeio- f' ': cana (~ siguen siendo ee-nadas di~e con la f-- ...,--,,-...,-- ;--:-r:-:-::=:::-::::-:==-:-i mentas influyentes en ladi-ceca lilX:ión hay tres r'ta fusion de aliores en otrosbarrera", "Y los cielos se paíSeS) y elquecara:ieri.z3 aabrieron" y "La caricia detu OOIedOf de estas IalitLJ1es.mano'" que resultan de ee- En terminos gererales.tura trabajosa, Eso se debe a puede afirmarse que llaStIque han sido encaradOS con rece Lf'IOS QUince aflos losuna estructura namIliva de gustos e irdinaciones ccm-disperso DaITOQUismo. don- cidian en arecs grupos dede se intercalan sin soltriOO lecIores las obras publica-de continuidad el avance del das por la revist3 MásalJa ysuspenso con las eerca- por lascolecciones Nebulaeeees y el intenlo de desa- (en su primer epoca)ysobrerrollo de una personalidad lodo Minotauro, no Sólo SÍ-determinada o de una rea- guen siendo recordadas ro-eco alediva. mo clásicos por Cl2lquier
"La otra Celia", "El se- aficionado o lector illlermi-flor ccsenc. térce" y "U~ tenle del géOefo, sino Quechica con todo" inlegran en admilen ademaslarelecturacambio, con "Un dehlo para AÚIl.para un adido al gé-el sel'lOr lIewellyn", un cer- nero. los más recentestelo de relatos dignos de li- Quince oveinle Iilulos publi-gurar en unaantologla de lo cactos por esta última co lee-mejor deSfurgeon. cien se revelan notoriamente
El primero repite la des- inleriores en su conjunlo acripciOn minuciosa, hipnO- los Quince oveinle primeros.lica, de comportI11ien!os Tal ve.z esto sea explicableenmínimos (enestecaso losde parte por lasrelaciooescon-t.I'lvoyeur de pensiOn, yuna lIidivas que la ciencia te-nu;h;J;Il:I misIeriosa), CfE9l- ciOn, como lodo génerO,do lJlíI llensíCJd QUe: no al- mantiene con laliteratura en-canza a lr.IcIurarse del lodo general. En el momento en
El.PEMx.Lo l / IS
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ENLAClM~Da
MUNDO
ciencia ficción,¿CómoeQuilibrar. dada cierta extensión.el tratamiento de los personajes con el del entorno? ¿Oel delas scoocashumanascon el de las extraterrestres?¿O el estilo con Que SP. narracon los inventariosdepaisajesOsociedades?
Tanto la obra en generalde James tunee. Jr. (Véasela critica deCarlos Gardini en
Péndulo 1) como la novelade George A.A. Martin, Iueron en losúltimosanos apoyadas fervo rosamente porpremios y buenas venas. Yambos han sido considerados como autores Que iban"rrés al~ " de los limites caseos de lacienciaficción,
Que el intento de superaciónexiste enlosdos libros.es evidente. aunque también.por desgracia. ese intentonose concreta en obras logradas. El problema parece residir en la falta de reschcénde un problema con el Quesiempre se enfrenta el género: loselementos emanesQue entran en contradiccióncon los elementos reconocibles, la fracturaentreladescripción enciclopédica y laliteraria Cada una de lasdosobras parece representar ladificultad en una zona distinta: Muertedelaluz,enladescripción depaisa jes ysociedades; En la cima del
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convicción de ese mundo re- treel sin rozar la madurezsioe justamenteen las emo- Falta incluso esa veta de lo-ciones de esos seres. Seacercan demasiadoauna representación dulzona deemociones meramente humanas, l o extraño residesólo en la descripción externa de los seres: en susrelaciones afectivas y reacciones ante los estimulas externos. se acercanpel igrosamenle a las rreiosicades deUl'l largometraje de dibuiOsanirraoos de Walt Oisney: elincenec del mundo por unOestructor Cósmico recuerdaen su desarrollo al incendiocetbosque en 8ambi.
Si algo une a los dos textos, tan distintos en otros aspectos (el estilo de Martin esmás trabajada. upnee haceavanzar con mayor energía elargumento) es laimposiciónde ciertos límites a la interrelación entre tos personajes yla realidad. limites que parecen del imitar un cúmulo deanhelos y temores infantilesy adolescentes, un vago romanticismo sentimental (enMartin) oaventurero {en Tip-
cura que caracteriza a obras imperlectas. como algunosmucho más desordenadas e cuentos devan Voghl. y fa lta
fur¡damer¡talmente, un trabajosobre e! ler¡gua je. para queéstese nansonre enunmedio tansoarere en vez de unestorbo: la cantidad depalabras "creadas" es en amboscasos abundante yde caracter neutro. Aunque ningunode los dos caiga en la acumulación de términos oneologismos de origen téCnico(aquí son rMS bien POéticos), el papel estratégico deesas partículas sigue siendoelmismo: eldecascotes esn-
-=:=" I usncos en los que el lectorno aficionado írooezaura yotra vez hasta abandonardescorazonado la lectura.reafirmado ensu rechazo hacia elgénero,
Para regresar alode! principio: el favor incondicionaldel que gozan algunasnovelas dentro del público arlglosajón estada vez menos unagarantíade calidado interés,tarifo en el plano del tratamiento literario como en elde las ideas.
Eduardo Dooner
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El F'EN0Ul02 /11
No es fácil integrarse a otra sociedad.especialmente si esa sociedad
no es hUTT1iJT1d ni funciona según las leyesbiológicas y {(sicas que conocemos.
EN UNA TIERRADECOLO
CLAROSIlustró FATI
En lUla lie1Ta de colores ddro:s y de cuentos,en coman:as de horas luminosas,
donde el suelo viste lUI ropiJ)e de glorldY lUI murmulfo de {lores musicales;
en bosques donde laprimduetamuestra a mediasel rubor desu 58t1bIarJJe dulce.
;.mm a aguas atentas a suspiros de amantes,¿hdy acaso W1 sitio para éstos?
SW1NBl.JRNE
las formas de las cosas irradian sus propiosmensajes, Aquf en KakIor V muchos objetostienen una UTadonaIidad pertwbado<a Esamontaña a io lejos (Ungdooor, creo que lallaman), ¿por qué tiene que perecer una """mide cabeza abajo? O tomemos este bosque ,con árboles de hasta tres metros de diáme-.tro . . . ¿por qué todos tienen que estar tumba-
dos en el suelo? O esos péjaros. los maagpi.qu e construyen los nidos en el aire y se turnanpara sostenerlos. ¿Por qu é las nu bes regular·mente se curvan formandoarcadas?
Estos son sólo los misteriosmás evidentes. Ya su vez cada misterio oculta un misterio. Supongo que todos son explicables reoooelmente. hasta previsibles. Pero no para mí.
Lo qu e más me preocupa en este momentoes: ¿por qu é los espejos de Kaklor V nuncareflejan lo que tienen delante?
En cierto sentido mi posición es ridicuIa.Grecíesala meeanoItipnosis puedo hablartresde las lenguas más importantes de KaJdor.Pero no capto ninguno de los matices. rrengoel mísmo problema pera beblar español)
Los terrestres tendemos a creer qu e el len gua je es siempre intencional. que lasfrases son
ecuaciones q ue denotan operaciones. órdenes, sensaciones; que las palabras quieren de cir 10 que dicen. Pero no es ase. ni siquiera en laTierra, y mucho menos en Kaklor. Aquí tarobién las palabras son intencionales. pero suelen emplearse co n otros propósitos.
Las palabras se usan en forma extremadamente o blicua. Supongo qu e para ellos todoes muy lógico e inevitable. No es imposiblea prehe nder el significado de la mayor parte delas conversaciones. Lo tedioso es el trabajoq ue implica. Porque este gran esfuerzo hayque hacerlo con todo; nada resulta fácil nadapuede darse por sentado.
Tal vez eso explica. el elevado promedio dedisfunciones emocionales entre Jos tnterectuentes.
Los pro blemas de la exploración extreterrestre son siempre los mismos. Primer problema. cómo conservar el pellejo. Segundo(pisándole los ta lones ). cómo conservar la cordura. La incertid umbre tiende a maximizarse.El mayo r peligro en un planeta extraño bienpodria ser la ansiedad.
Elpeor es el shock cultural. Una sobrecargade novedades es intolerable. Uno tiende a desconectarse, a dejar de registrarlas. o a registra rlas de prisa y sin atención .
La inicia tiva también es afectada, calamitosamente. Hay de masiados imponderables pe - .ra te ne r en cuenta, demasiados cursos de acción entre los cuales elegir. y siempre sobre labase de una Información insuficiente.
Se sufre una parálisis de la voluntad SeUega a un punto en que es imposible decidir sihacer huevos fritos o hacer huevos duros.Todo debe detenerse mientras se toma esadecisión. Y una vez que la ha tomado, uno estádemasiado exhausto para comer.
Yo pensaba que explorar un planeta extreñc sena como ver una pe1rcula muy rara.Estaba preparado para eso; pero no ha blatenido en cuenta que yo seña un actor, no unespectador.
Hoy vino Lenea para ver cómo estaba O almenos presumo que vino para eso. Su presencia me resulta turba dora y confortante a la vez.
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Me he acostumbrado a sus diferencias anatómicas. Su extrema flexibilidad. física (una ca racterística que ella compa rte con la mayoríade Jos kaldorianos) todavía me ad mira. Perecíera que no tiene huesos. especialmente enJos brazos, las piernas. el cuello. Puede girar lacabeza 180 grados y mirar directamente haciaatrás. Le he pedido que no lo haga en mi presencia.
Tengo buenas razones para creer--aunquetodavía no 10 he verificado- que sus estructuras sexuales, ocultas bajo la vestimenta., sonsimilares a las de una mujer terrestre.
¿Alguna vez lo confirmaré con una experiencia directa? No debería pensar en estas<<=S.
Tiene un rostro largo y oval delicadamentearmonioso, bello si lo juzgamos con pa utasterrestres. Tiene un vago aire de eurasiática.pero. irónicamente. en laTierra no la considerarfan "exótica" . Podña pasar inadvertida enuna multitud Excepto por su andar. desdeluego, que es sinuoso, fluido. entre revulsivo yexcitante.
B aspecto de l.anea no me molesta. Alcontrario. Pero la mente de Lenee .. .
Supongo que entender a cualquier mujer esimposible. ¿Pero qué hace uno con una mujerde otro mundo?
[Nede, por supuesto! De cualquier modo,¿qu~ interés puede tener Lenee en mr? Paraella debo de ser un monstruo. tanto en aparienda como en mentalidad.
Doemiche es un cincuentón (aparentemente). un hombre esbelto y enjuto de grandignidad. Yocupa un sitlaI en el Consejo. Hoyvino aquí y trató de advertirme sobre algo. Nosé sobre qué. Pese a tod os mis esfuerzos, y JosSUYOS. no pude entenderle. No parece estarpensando en ningún peligro espedfico; sinembargo no puedo creer que un hombre de lainteligencia de Doemche se preste a perdertiempo y esfuerzo en una dec1arac:l6n generalsobre Jos peligros del mundo.
No he visto indidos de peligro. ¿De quéestará ha blando?
Doemiche es tan alambicado que podrraestar hablando de cualquier otra cosa. No señala primerll vezque ocurre. Esuno de los vW:iosde este idioma.. Si uno no pesca una de las
palabras o inflexiones clave, el significado sealtera drásticamente. Las frases que empiezancon cierta co mbinación de vocales, por ejemp lo , no deben tomarse litera lmen te. Su propósito es elípticamente metafórico.
Así que tal vez pasé por alto una sutileza delserm ón de Doemíche. Dios sabrá cuántas cosas más pasé por alto y sobre qué premisaserró neas estoy operando aquí.
Aun así, ojalá supiera si hay un peligro específico o no.
Vivo en una casita blanca a siete u ochokilómetros de la periferia exterior de MoreL Elgobierno me la construyó cuando vio que nome sentía cómodo en la ciudad. La edificaroncomo una casa de la Tierra, copiándola de unafoto que yo había traído. Yo no lo pedí; elloslohicieron por propia iniciativa, para sorprendenne y complacerme.
Al principio me pareció un dudoso cumplido. Me pregunté si no estarían intentando,con infinita cortesía, exiliarme, aislarme en miex trañeza.
Pero ah ora no creo -.¡ :.:e el propósito fueraése. En este lugar conocen la añoranza; muchas de sus canciones y cuentos hablan deeso.. Así que me co nstruyeron una casa exactamente igual a un bungalow de Nueva Inglaterra . Hasta que uno estudia los perfiles y losángulos con más atención. Entonces no separece a nada bajo el sol.
Me he acostumbrado a ella.
Anoc he empecé a entender la conversaciónde las flores.
Hay que esc uch arlas con mucha atención.Sus voces so n suaves (como era de esperar) ytienden a ser monocordes. No pueden pronunciar la"d", 1a"t" ni la "r". Expresan variossignificados sutiles modulando el volumen.Usan intensivamen te el silencio (pausas y descansos, como en música ) para cubrir un radioadicional de significados, igual que loskaldorianos . No sé cómo produ cen los sonidos, niquiero saberlo. Ya sé demasiado.
Traduciré y transcribiré una conversaciónentablada en mi jardín hace apenas dos horas ,entre algo que parecía una rosa y algo queparecía una aza lea.
ROSA: ¿Cómo estás hoy?A1.PJ.J:A: Muy bien, gracias. ¿Y tú?ROSA: Bastante bien. ¡Si tan sólo lloviera !A1.PJJ:.A: Seña grato que naviera. Adoro lalluvia.ROSA: Yo también. Especialmen te las lluvias suaves.WJ>J..EA: Oh, sin duda son las más bonitas.
. Especialmente cuando vienen con un pocode viento sur.ROSA: El viento sur las perfecciona, porcierto. ¡Cómo adoro la lluvia!AzAlFA: También yo. Ahora vaya desean-
"'''ROSA: Ha sido muy grato charla r contíqootra vez.AzAlFA: Ha sido un gran placer. Gracias , yque crezcas con buena salud.ROSA: ¡Que tus hojas se extiendan! [Adiós!A1.PJ.J:A: ¡Adiós!Eso es lo que dijeron , literalmente. ¿Qué
inferencias habría que extraer de ello? En untiempo habña llegado a la apresurada conclusión de que las flores tienden a ser dulces .simples, amables. Ahora lo ignoro. ¿La charlafue tan trivial como me pareció a mr ¿O esta ñan haciendo el amor con palabras?
Este planeta desborda de fenómenos. Perono sé lo que significa ninguno de ellos. Ycuanto más tiempo estoy aquí, menos sé.
Ingresé al Primer Cuerpo de ExploraciónExtraterrestre como voluntario. Todos éra mosmuy jóvenes e idealistas. No podía concebirnada más noble y elevado que la misión deexplorar los planetas, establecer contacto conotras inteligencias, trabajar en busca de unamayor ermon ra y cooperación.
Ahora no me tomo esas cosas tan a pecho.Pero entonces era un fanático. Aprobé todoslos exámenes, y estuve entre los primeros milque fueron a otros mundos.
Nuestras naves eran pequeñas. No eran lugares para v ícír; eran capullos para hibernar.Nos desparramamos por el espacio como semillasesparcidas en el viento.
Bien, desparramar no es la palabra exacta;teníamos ciertos objetivos, más o menos. Lasnaves estaban construidas para dirigirse a varias estrellas con sistemas planetarios, paraexaminar los plane tas según diversos criterios,
EL PrNlXJLO 2 I 21
para despertar al expl<xador si el planeta eraviable, Y luego aterrizar. O para dejarlo hibernar y viajar a un blancoalternativo si el planetaera inadecuado.
Los optimistas pensaban que la mitad denosotros quizá viviera para ver un mundo extraño. si teníamos mucha suerte.
Sus piedicdones no nos jmporteben, Tomábamos esa misión como una auzada.
Veinte naves estaban apuntadas hada Kaldar V. Aparentemente la núa fue la única quenegó.
¿Por qué yo? ¿POI" qué no ninguno de losotros? ¿Murieron losdiecinueve en el espado?¿Enloncescómo lJegué aquf sin mddentes. deacuerdo con la bttácora automática de la nave? Esto me parece estadísticamente improba.b1e.
Parece más plausible qu e algunos de losotros srhayan llegado, que estén en otras par les de KaIdor, que hayan pennaneddo ocuItos; o . más probablemente. que lasautoridades los hayan &qu;dado o los tengan mcomunicados sin qu e ninguno de eh lo sepa.
No sé qué harán conmigo. Doemkbe hablade peligro, y estoy empezando a creerle.
Alguien vino en la noche Y me de}6 un regale en el umbral Esuna estahriIla de unes seispulgadas dealto, talladaen una lustros> pie<haroja. La artesania del taDado es -exquisita. Lapieza es muy estíJizada; no logro diferenciar sies masculina, femenina o neutra. Los pies dela estatuiDa están cubiertos por hebras metáli cas plateadas.
la pondré en un sitio de ho nor de mi repisa..Ojalá supiera quién me la dio. ¿Doernic:he?¿Lanea? Nocreo que ninguno de eDos ecoslumbre deiar regalos anónimos en la noche.Quienquiera me lo haya dado, me a1egro elcorazón. Lo consideraré un regalo de Navidad.de KaIdorV.
Ioloy "'!l'e5Ó Doemiche, 000 otros ...miembros del Consejo. Me """'!J""Ol unastres horas.Todas vesaen la túnica cetei 1101'üal,supongo que para destacar la seriedad de laocasión. Costaba tomarlos en serio; los tresqu e acompañaban a Doermcheparedan elegidos para ejemplifica,. los sometccpos básiros. Grandinang era un endomorio rechon-
Z2 , EL PlJoU) :r
cha, casi calvo, co&érico. incoherente en suexasperación. Pan WoIfing era el mesomorfo,un hombre vigoroso de estatura media, rasgosené>gicos, seguro de si; cortés, con la gradainconsciente de un adeta aun en sus gestosmás mfnimos. Y Eliaming era el ectomorlo.nervudo e intelectual, brillante y errático, viejoy anü\ado al-..otiempo.
los cuatro habian venido, creo, para becerme comprender el peligro que me amenazaba, algo relacionado con vientos nocturnos,y para hacer evidente ese peligro pese a lasctificuItades ktiomá.- Complementabanmutuamente sus explicaciones, se jnterrum
pan uno al otro para dartficar ciertos detalles,introdujeron una reseña histórica, discutieronsobre la relevancia de varios acontecimientosrecientes reladonados conmigo. EJ resultadofue caótico, inquietante para todos, poco ínformativo, y absolutamente inútil
Doemiche me visitó, se quedó apenas unmomento, me pidió que asistiera a una impar.tante ceremonia o festividad en la ciudad dentro de tres dras. Parece algo más que unainvitación casual, así que asistiré. Empieza mañana al amanecer.
Anochehabra una brisa cortante, la primeraque recuerdoen algunas semanas. ¿Será éseel viento nocturno al cual aIudran?
!.anea dijo que vendña esta mañana. Esmediodra Ytoda... no ha Uegado. Podria USM
la redde comunlcad6n interurbana y hablarle.Pero en realidad no entiendo cómo funcionaIa <ed.
O podña ir a verla. Pero ella vive en ladudad interior, un laberinto de eaBejones(como la Cesbbeb de A>ye!). No sedararo queme extraviara. Además,no me sientocapazdetanta iniciativa, aunque ansío mucho verla.
A primera horn de la tanle escecbé denuevo a las 8ores. (¡Qué &ase tan descebeDada!). Puedo entenderlas mejor que a bs •kaIdorianos. La -.cnndel lenguaje es méssendl1a.. LIs flores no dk.en muchas cosas significativas, pero al menos puedo COlIIpre:lw;ler·
las. Lo cual quizá. demuestra que mi comprensión está en un nivelvegetativo.
Esta vez tenlan algo que decír al ma<gen de
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EL PENou.o 2 I 23
lastrivialidades de costumbre. Repito la charlatextualmente. usando equivalentes terrestrespara lasdiversas especies:
N.AlEA A RChA .Ouende. qu é bien luceshoy!ROSA: ¿Te parece? Me siento pésimamente.N.AlEA: Luces increíblemente joven. ¿Qu~ha sucedido?ROSA: Bueno , es casi el momento de mifarqhar. (Esto pa rece aludir a un importantecambio fisiológico.) Esho rrendo.N.AlEA: ¡Pe ro excitante!ROSA: (desdeñosamen te): Supongo que si.pero he sido tan felizen este jardín.N.AlEA: Puedes volver cuando quieras..ROSA: Nadie vuelve. ¿Te acuerdas de lalila?Juró q ue volverte por lo menos una vez, nosprometió contamos cómo era.N.AlEA: Quizá. vengaROSA: No , no vendrá. Lo haria si pudiera,pero sé que no puede.SICOMORO: (interrumpiendo. hablando conuna vozcuriosamente aguda): ¡Eh!RosA: ¿Me llemabes e'mr?SICOMORO: Sr. a ti. Tienes miedo del farqhar. ¿verdad?RosA: Por supuesto. ¿Tú no?SICOMORO: En absoluto. Tengo fe.ROSA: ¿Fe en qué?SICOMORO: Soy un adepto de l culto de Nimosim, espfritu que habita en todas lascriaturas con raícesN.AlEA (enfadada ): ¿Y qu é te enseña tu fe?S ICOMORO: Los adeptos a Nimosim creemos que existe un espíritu divino en todoslos vegetales. Creemos que después delfarqhar vamos a un lugar IIamadol.ñ, dondeel suelo es transparente. el viento soplasiempre del sur. y no hay ratas que nosdestruyan las raíces. Hay arroyos de aguacristal ina en ese lugar, un agua nubitiva quenu nca puede pudrimos las hojas. En Lü senos concede el don del crecimiento infinitosin fastidiar nunca al prójimo. Hay muchomás. pero el resto sólo puedo revelarloa unadepto.RosA: ¡Qué hermosa es tu religi6n!1'ZA1.fA: ¡Qué disparate! Después del /=1hor. te transformarás en leña, nada más.SICOMoRo: ¿Y mi espíritu?N.AlEA: Perecerá contigo, desaparecer!s
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para no existir nunca más.SICOMORO: No posees la verdad. Tu método consiste en pensar la peor posibilidad Yluego expresarla, con la esperanza de queno se cumpla. Pero ésa es sólo la voz de tustemores, nada más.AllJ..EA: Podría dec irte más, pero creo quealguien oye nuestra conversecíón.ROSA: ¿Cómo es pos ible? Estamos solasaquí.AllJ..EA: Solas no. Hay un animal muycerca de nosotras.$lCOMORQ (soltando una carcajada estridente): [Pero jos animaJes no nos entienden! ¡NI siquiera se entienden entre ellos! Esbien sabido que los animales no puedenposeer inteligenciaAlJ>J..LA: Yo no estoy tan segura. Este animal ...ROSA: [Cuelquíer animal es igual a otro!AllJ..EA: Tengo mis dudas. Preferiría esperar a que se haya ido.RosA: ¡S upe rsticiosa!AZAUA: Querida, no creo en animales inteligentes, pero tengo miedo. Sí, y también lestengo lástimaS!cOMORO: ¿Por qué?PllJ..EA : Por muchas razones. Pero antetodo por los problemas que sufrirán pronto.ROSA: [Los animales no sienten dolor!AZAUA: Tal vez no. Pero suponte que sf . . .ROSA (sombrternente) : Sr. serta terrible.Pro nto soplarán los vientos nocturnos, y elmundo tenninará.PllJ..EA : ¡Vamos, no es tan terrible!RosA: Es bastante tenible. Ahora dormiré.Buenas noches.AzAlEA: Buenas noches.StcOMORO: Buenas noches y gradas poresta charla encantadora
Demod o que aun entre las flores ha y ateos ycreyentes. Es bastante aso mbroso . A menos,desde luego, que yo 10 haya imaginado todo.
Eso temblén sería asombroso. Pero de unamanera diferente y más ominosa.
Almorcé YLanea aún no había Uegado. Merecosté en el sofá y me dormí. Tuve el siguien te sumo:
Estaba caminando por una cane sinuosa yempedrada en una aldea antigua. Dos perso-
nas salieron por la izquierda Yse me ecerceron. Quise hacerles una pregunta. Paredantemerosas de mf; dieron media vuelta y corrieron. Las persegu{. deseando expresarles misbuenas intendones. Pero se negaron a escucharme, coman más aprisa, alejándose.Luego llegu éal centro de la aldea, y bebía unagran hoguera en la plaza, Y creci6 hasta sermás alta que la Iglesia. Pero no sentf calor.
Luego despert é, temblando , austado, empapado de sudor.
Lanea llegó un momento después.
En verdad, todo ha salido bien. Ha salido alas mil maravillas. No sé qu é me contrariabatanto. Me asombra releer mis propias notas.Parecen literalmente escritas por otro hombre.S upongo que debería examinarlas con másatenció n, tratar de dílucíder cuá l es mi problema. Pero en es tos dfas no tengo tiempo.Estoyconstantemente ocupado.
El cargo de veedor no lo elegr yo. Peroaparentemente eso soy ahora para ellos. Meapresuro a aclarar que no estoy d- acuerdocon esa conclusión. El hecho de ... 'e hayaatravesado el espacio vado no es pril ! fodeevidencia de mi superioridad. Pero ellos no loven esí.
Deesto no hay anuncio público, desde luego, nada en los periódicos ni en la radio . No,simplemente se nota en el trato que las personas tienen conmigo .
Aquí hay mucho trabajo para hacer y pocotiempo para hacerlo. Estoy orga nizando lascosas como mejor puedo, pero todavía haymuchos detaUes q ue ignoro. A fin de cuentas00:.' un extraño.
La muralla oeste es todo un prob lema, y heestado concentrando mis esfuerzos anr. pues lafuerza que nos amenaza atacará primero esam uralla. Por lo tanto, tendña que ser proporcionalme nte má s fuerte que lasotras. Pero nolo es.
La reforzamos con mamposteria, cemento,ladrillo. Tiene que resistir ese primer embatedesaforado de losvientos nocturnos. .
Ahora quiero dejar esto aclarado: losvientos nocturnos son vientos verdaderos ypodñan sortear fácilmente la muralla oestesi lo desearan. Pero no lo desean. No desean meramente dominar , sino dar un ejem -
pIc. Por lo tanto aceptan la noción de un dueloreglamentado y reconocen su derrota si infnngen la ,eg\a.
La regla: para ganar tienen que horadar lasmurallas. Sitas muraDasresisten, han perdido.
Construyo muchas capas. Tod os concuerdan en que es el mejor sistema Lanea, miesposa, las ha examinado públicamente y hacallado. Este es un honor que rara vez seconquista.
Aparte de eso, he vivido una vida normal,Me enorgullezco de mi coIecd6n de uñas, queseg\1n los expertos es tal vez superior a la delGobernante Oculto. Todevíe necesito terapiade vez en cuando para la eliminación de obsesiones. (En eso soy comocasi todo el mundo.)
Lenee es tan bondadosa que me permiteservirla. Que me deje lavarle los pies tod as lasnoches es una prueba de su amor. No sóloeso, sino que me ha consentido tomarlo porcostumb re SÍn atormentarme a diario con laposibilidad de una negativa También ha sidobondadosa en otros sentidos. Me tomó lamano durante la ceremonia de mutilación,que en verdad no fue tan dolorosa como habíatemido. Me ha humillado delante de sus pares.Hasta sus padres han llegado a ultra jarme; yono había esperado tanto.
Supongo que me ama as{ porque soy unacriatura de la Tierra y por 10 tanto deleznable.Pero eso ya no me importa. Soy muy felizsinti éndome deleznable, especialmente con tando con la ayuda de una esposa comoLenee,
No creo que pueda abrigar esperanzas deconservar su amor mucho tiempo. No soy másque un hombre. Supongo que me venderáncomo a todos los demás a los prostíbulos püblicos, donde IIevari una vida de rigores,exenta de afecto. O talvez suceda otra cose, talvez me destierren, tal vez me empalen. ¿O undestino más leve? Los hombres tarnbí én tenemos nuestras leyendas .
Entretanto, hago 10 que es necesario. Apiloladrillos, usando mi colacomocontrapeso másque como tercera mano. Martillo el cementocon la frente. Extiendo la nariz en el aire, tratanda de detectar la cercanía del viento delcambio.
y lo importante es esto: soy feliz, soy maravillosamen te feliz. Supongo que afirmarlo es
EL PENDULO 2 I 2S
superlluo. Supongo que c:uaJqu;er.. que leaesta crónica comprenderá. cuán feliz soy. Perosiento la necesidad de repetirlo. no obsesvamente sino como un himno. un cántico.
Todavía estoy en contacto, como veis. Séque soy un terrestre, sé que estoy en un planeta extraño. Pero también sé en Qué me heconvertido, absoluta y afortunadamente. esdecir en un kaJdoriano.
Quiero consignar todo esto para tenerlopresente, por si Deg¡ua a oMdarh
He releído mis notas, herecordado. y sien toun miedo espantoso.
¿Quédiablos me sucedió?¿Por qué escribí ese disparate internar!Estoy sentado en mi casa de KakIor. Es un
día brillante. Estoy sentado en la mecedoraNo me tiembla el pulso. Oigo el silbido de latetera en la cocina. (En Kaldor tienen teteraspero no tienen té.I Veo motas de polvo en laalfombra. y veo las ventanas, sudas., pequeñas, bañadas en luz. En la """"" hay unaestatuiDa roja. Esto también lo recuerdo, Y lodavía tengo míedo,
M. guslaJfa entender qué ocurre, Algo debió desucedenne en laúltima semana, que esel peñodo que abarcan mis últimasnotas. Algodebió de sucedenne, porque ese tiempo transcurrió de veras. Debí de estar en algunaparte ... equí'en mi casa, quizá, donnido o encoma. O quizá fui esa persona que describetanexaltedemente. ese mequetrefe masoquista.
l.anea pasó antes por aquí. Me trajo una latade jalea hecha por su abuela. la jalea es muybuena aqui la probé con galletas ltienen 90Betas en KaJdor) y conversé con ella sobre lasemana pasada.
EDa desvió la cara; se negaba a miranne aIoso;os.
-Más va le no pensar en esas cosas- dijo.-Eso lo sé, caray-repliqué-. Sóloquiero
saber si sucedió. ¿De veras me transform é enuna criatura con cola?
-Piensas demasiado -dijo Lenee-c-, y esoes maJo paracualquiera. ¿Quieres salira cernínarconmigo?
--Primero responde a mi pregunta.EDa entrelazó las manos en ese gesto blando
y revulsivo. Desvió la cara. Al cabo de unmomento noté que le temblaban los hombros
:zrt, I f.L PtroJt.o 2
y supe que estaba bando.Me acerqué para consolarla, pero ella se
volvió furiosamente Yme dijo:-¡Eres de otro mundo y eso excusa mu
chas cosas. pero a veces tu conducta es indigna de un ser inteligente!
Tret é de abrazarla, pero me apartó de unempellón ysalió corriendo. or sus pasos en lacalle Yno mM de seguirla.
Me senté solo en mi sofá tratando de ordenanne las ideas., Y al cabo de un rato vinoGrandinang y ko conté lo St~.
----I...as mujeres son así -me asegur6-. Les~ bebler de poesuntas vulgaridades.aunque siempre están dispuestas a ponerlasen¡xáctica. ·
- ¿Pero a qué vulgaridad te refieres?Grandinang no pared6 precisamente tur
bado, sino perplejo Yaprensivo.-Go&dstein -dijo luego---, acaba de ocu
rñrseme que tú no puedes estar al tanto detodas nuestras costumbres. Para nosotros esperfectamente natural evitar toda mend6n dela Primera Alternativa. Las mujeres se ponenespecialmentenerviosas.. Y aun la mayoria delos bombees, para ser &anca. poet;e,enoIvidMelasunto.
Yo también quena oIvidark>, pero temía queestuviera en juego mi cordura. Tenía que saber qu éhabíaocumdo.
Grandinang no se proponía darme una respuesta directaa esta altura del juego, Y él losabia. Pero encontró una solución elegante.
-Pcxbla darte m; op;noo. desde luego dijo---, pero seriat~Creo que seriamejor que lo buscaras en los ercbtcos, la expIicaci6n comp&eta de todo. o cesí todo, estáaJ](. B lenguaje es a veces un poco arcaico,pero dominas tan bien elkhoma...
Le di las gracias. y él se levantó para irse.- ¿Verás pronto a lanea? ----te pregunté.---No antes que tú.-¿Porqué?-Pues, hombre, por Dios,ellaestu esposa.Y luego, como advirtiendo que habra dicho
demasiado, se apresuró a marcharse.Esta noche regresó Lanea. Hace casi una
hora que está aquf Y todaW.l no hemos cambiado una palabra. Está en la cocina. preparando la cena. Lecreo a Grandinang, creo queella es mi esposa No puedo imaginar -o
recordar- cómo sucedl6, pero sé que es as[
La encuentro deseable.~ No laamo. Sí la deseo. Pero no deseo desearla.
Eso me pone en una situación difidl, tra badoen un combate corunigo mismo.
Estoes demasiado. Me está resultando diffcíl creer q ue existe un lugar l1amado Tíerra,que dejé ese lugar en una especie de vehículo,q ue vine aquí, hablé con flores, me degradé ,me casé con Lanea Esdemasiado.
Lanea me está llamando para que vaya ace nar. Se me acaba de ocurrir una idea desagradable. BJa preparó comida para mi, pero¿ella qué come? ¿Me come a mí?
Es indigno de mi parte e injusto con LeoeaNo obstante, ahora voy a la mesa con ciertaaprensión.
Lanea es muy bella y afectuosa. Eso comopensa en parte el pa ulatino desgaste de mihumanidad.
La nea y yo representamos una bonita escena doméstica. Ella me trae el desayuno, entrando vivazmente en el dormitorio con suaJeteante bata matínal. Bebo un estimulantetibio, liviano, casi un equivalente del café. Soyla única persona en KaJdor que hace esto.Estaspequeñas costwnbres me ayudan a recordar quién soy.
Luego trabajo con mis notas, fotos, cintas.Desp ués de almorzar voy a dar una vueltaCasi siempre me alejo de la ciudad, lnteméndo me en campos de rastrojos Y bosques pocotupidos. Llevo conmigo una flauta que WoIfing hizopara rol No está muy bien afinada,pero no me molesta; yo tampoco estoy muybien afinado.
A varios kiJ6metros de aquí hay una colinallamada Nmassi Normalmente subo la cuestaYme siento en la cima puntiaguda totalmentesolo, tocando la flauta y posando la mirada enel paisaje distante. Toco "Cuando estás muy,muy lejos de casa" y "Amapola" y ''VolandoaIDo" y otras canciones oMdadas aun en la11eha. Lascandones suenan extrañas en estelugar; lasnotas, sopladas con vigor, son comolnvesores diminutos, mas se pierden pronto enlas inmensidades de Kaldor. Mientras toco,soy un terrestre. Pero de noche, en brazos delanea, no sé lo que soy.
No un kaldoriano, por cierto. Pero tampoco
un humano.Una transición, tal vez.l.anea sabe a su manera quién y qué soy. A
veces me estrecha con fervor, como temiendoque me eche a volar hacia el vado del espacio.A veces me toma la cara entre las manos, memira a los ojos, y emite un sonido guturalextraño y profundo. A veces me aprieta lamano, fuerte, fuerte .
No creo que me rescaten jamás. pasaré aqufel resto de mis días. Y si hay un cielo o uninfierno, el que me toque a miserá kaIdoriano.O quizá hay un limbo especial pera equéjosque han cortadosus raíces, que ya no pertenecen a una raza ni a otra.
Entretanto, no tengo de qué quejarme.
Ya que me he casado, o me han casado,supongo que el problema de los suegros erainevitable. No me sorprendería que ésa fuerauna constante universal. Pero éstos no sonprecisamente lo que uno esperaría: lospadresde lanea cambian todas las semanas.
Hasta ahora he con tado tres parejas depadres,
Su conducta corunigo es tan similar quepuedo considerarlos una sola pareja.
No obstante, son tres (hasta ahora).Interrogué a l.anea al respecto. A eIla le
resulta extraño y grocioso que le pregunte. Seríe de mi, y su risa es hermosa.
- ¿Cómo se hace en la Tierra, entonces?---dice. .
-Hay un pedre y una medre --le expI;co-.Desde luego, en elpesedoalgunas_terrestres tenían variadones sobre esetema . .. familias extensas., por ejemplo, o ladeJegad6n del rol paterno o materno en un tiaotfa.
-¡Qué cornpIicado! ---dice ella---. ¿Por quéno empezar desde un principio con un grupoparental?
-No sé ---le digo-. Simplemente sucedióas[ -(Al ha blar de las costumbres de la Tierrame pongo ensegukIa a la defensiva.)
--Aquf --dice ella--- cooperamos en lasfundones vitales. Tenemas un dicho.sabes .. . cuantos más padres mejor.
--He oido el dicho --le <figo--. iJ'ero cuálde tus padres te dio a luz: fisicamente?
Ellamenea la cabeza con aire reprobatorio.
EL PENou..02 I Z1
- Eso hasta yo lo ignoro. Es un misterio.-'Por-Porque no quiero saberlo. Delo co ntrario
dejarla de ser un misterio .- ¿Tan importante es tener un misterio?-Oh,. sr. -Me miró mu y seriame nte, los
ojos grandes e intensos.- En Kaldor tenemosmuchos misterios. los misterios de una u otraclase son el centro de nuestra existe ncia
- En la Tierra -le dije- exploramos losmisterios y tratamos de explicar en qué consisten.
Cabeceó gravemente .- Porque sois un pueb lo apasionado e im
paciente ; resolvéis miste rios menores para encontrar otros que están más allá de vuestracompre nsión.
- ¿Có mo puedes saberlo?- Porq ue estás aq uí en Kaldor, tras afrontar
riesgos enormes para atravesar el misterio delespacio y encontrar la extrañeza de otra raza.Tu viaje hasta aquí fue como una ceremoniade iniciación, como nuestro Período de Destrucción . Pero e n Kaldor no ectuarramos esr,Tenemos suficientes misterios en nuestro propio planeta sin necesidad de cruzar el espacio
. para encontrar más.En mi terq uedad e incomprensión, insistf:- ¿Pero cuál es la razón para tener tres pa
rejas de padres?- No tenemos tres ; normalmente tenemos
cuatro.- Entonces no he conocido a tu cuarta pa
reja de padres.-Yo tampoco. Hay un grupo parental que
nunca se revela excepto en co ndiciones mu yespeciales.
- ¿Porqué?- Hay motivos. Pero ante todo es otro mís-
terio.-Aparentemente tenéis muchos misterios
-ccoment é.- jOh, sl1 Es la clave para comprendemos.Advierto que es verdad. Hace un mes la
habña apremiado, preguntándole qué eraexactame nte un misterio, si era una invendóno un descubrimiento, cuántos misterios ten ían,cuáles eran los más característicos, Ycosas porel estilo . Ahora siento la misma curiosidad,pero he apren dido un poco sobre las costu mbres de aquf. Hay cosas que simpleme nte no
28 I EL PE,-'Dl/LO 2
se preguntan. No en forma directa. Esperoaveriguar más sobre el asunto, pero tendréque adecuar mis investigaciones a las condídones locales.
y luego Lanea está sentada en mi regazo ,rodeándome el cuello con los brazos, apretándome los labios contra la cara. Le acariciosuavemente el cabello OSCW'O. Ellasuspira, meestrecha con fuerza, se acurruca co ntra micuerpo.
¿Tal vez las mujeres son iguales en todoel uni ve rso?
Ahora me sorprende que alguna vez hayaI roda comer carne. Aquí en Kaldor el tabúcontra la carne está profundamente arraigadoy es comparable a nuestro rechazo del ceníbelismo. Ahora co mparto la fobia kaIdortanacontra la carne ; supongo que Lanee, mis sue gros, y la población en general me la transmitieron por empaña
Ahora recuerdo qu e si comf carne poco después de mi llegada; que Doerniche y otros mela suministraron. No puedo recordar si elloscomieron conmigo, pero parece muy posible.
Es más probable que hayan aderezado unplato vegetariano para que pareciera carne.Sus mejores cocineros tienen habilidad másque suficiente para ello. Hay una ceremoniaanual en la cual sirven carne falsa.
Los kaldorianos son muy notables, en miopinión, por su sensibilidad a la integridad einterrelación de la vida . Parecen tener unasens ibilidad ecológica innata, que en ellos estan profunda y verdadera como el impulsosexual. El kaldoriano, aunque consciente de lasingularidad que le otorga su inteligencia, aúnse considera un animal que vive en un hábitatnatural. Transforma el medio ambiente, perolos castores también lo hacen. En cada caso,los cambios producidos son relativamente mlnimos y previsibles.
Esto, a mi juicio, no es ilógico. Pensándolobien, ¿por qué la categorfa animal debe ser elprincipal criterio para determinar qué se comeo a quién? ¿Una zanahoria no merece vivir,aunque carezca de movilidad?
No es muy lógico enumerar los atributosque uno posee y luego afirmar que son losmásimportantes de l universo.
¿Cómo podría comer a la rosa, la azalea y el
sicomoro parlantes que tengo en el fondo?¿Cómo podña comer a cualquier criatura
parlante. fuera animal o wgetaI?¿Y si el bistec que uno acaba de servirse
pidiera auxilio a gritos? ¿Y si la chuleta deternera suplicara q ue la devuelvan a la madre?
¿Y si lasarvejas chillaran mientras las estánhirviendo ?
Esees el sentir de los kaktorianos. y 10 comparto. Esta actitud les crea un problema. ¿Quépueden comer?
Temo que han solucionado el problemasólo a través de la 1U¡xx>..... Han <Ies;gnadodertas plantas como alimento. Todas las demás están prohilMdas.
Sin embargo, talvez me equívoco en cuantoa la hipocresía. Una vez interrogué a Wolfingsobre el particular. Insistió en que ciertas plantas eran un alimento admisible por su esencia,no por una elección arbitraria.
- ¿En qué difieren de las otras plantas? pregunté.
Me miró extrañamente, y supe al momentoque otra vez estaba preguntando lo que nodebía. Cualquier kaIdoriano com".."deña larespuesta aunque nunca se la hubieran dicho.Pero WoIfing tuvo la perspicacia de recordarque yo no había nacido allL
---Esas plantas no sueñan~joal fin.la respuesta me desconcertó. Le pedf que
me explicara más sobre las diferencias.---Esas plantas no cambian como las otras
-c-díjo,-¿Cambiar? ¿Quieres decir 8orecer?Sacudi61a cabeza con impaciencia.-Cuando <tigo que no cambian, qcerode-
dr que conservan su constancia cada. cita,cadasemana, cada mes y cada año.
- ¿Son inmortales?--Quizá. en cierto sentido. Pero en cierto
sentido todos 10 somos.-sr .. . ¿Eso es todo en cuanto a las plan
tas?---Esas plantas no tienen las sensadones
conectas. Es muy dificil de describir -dijoWolfing-. La im¡xes;6n es cualitativamentediferente. Supongo que podñamos Darnarlasinertes.. Con lo cual no quiero decir muertas.Tampoco insinúo un juicio de vak:Jr. Sóloquiero decirque sienten en forma diferente atodas las otras plantas. -AIxxa WoIfing ha-
JO I EL. PENou..o 2
blaba con entusiasmo; sus palabras brotabanccn ftuXl=- Pero Ignor.unos qué sI!>Ufica ladifenmcia. Tal "'" las plantas penniIldas sonreoén 1Iegodas. semñIas o esporas de meteoritos u otros desechos c6smicos. Tal vez no sehan adaptadodel todoa este planeta. O tal veaocurre 10 contrario, tal vez son las habitantesmás antiguas, tal vez han evolucionado de unmodo incomprensible para nosotros. Simplemente lo ignoramos. Pero no nos gusta cernerlas. Sólo lo hacernos pera vivir Y de ecuerdocon la regla de que lo semejante etige lo desemejante.
Nosmiramos el uno al otro en ese momentode comp<enOOn plena que los kaJdoriano, denominan d 'bnai. Intelectualmente, estaba enun todo de ecuerdo con el concepto kekíoliano de la socraJk:Iad de la vida. Losideales delos terrestres maniflestan 10que deseañan llegar a ser . KaJdor no tiene ideales en ese sentido. Ya ha llegado a ser lo que deseaba.
Ayer fue Sarameish. una festividad muy especial. lanea y yo tuvimos la suerte de conseguir bu tacas de primera fila en el sorteo.
WoIfing también habra """"'!JUXIo una betaca de primera fila, lo cual nos agradó muchoa Lanea y a roL Significaba que tres nriembrosde nuestro vfncuJo-amistoso hablan tenidosuerte ese dfa, y asr comunK:amos nuestrasuerte a los demás.
Eché una ojeada para ver dónde estabansentados mis amigos. Eliaming estaba en unacuarta fila, detn\s de una columna. SonriócompIaddo pce noestra buena suerte. G..oo>nang. ese payaso adorable, se las habia ingeniado pera intervenir en la ceremonia; no debi6 rnoIestMse. pues de cualquier roodo los0;0. del Cornejo lo habrlanelegido. Y el buenDoemkhe ¡xecedla alas muchachas de la processón, comolo habra hechoen los últimostresaños <lespués de ekenzar la rredurea
Lanea y yo estábamos tan excitados quenos tomamos de la mano. Nosafenamos mu tuamente, esperando, ccntenlendo el aliento,aunque la ceremonia es prácticamente Igualaño tras año Aun así, nadie puede dominaneen Sarnme;sh.
luego empeee la """"""'" Primero, lasmuchachas jóvenes, vestidas de blanco, Yluego los muchaohos, de colee bem>ejoYver-
de bosque. Su danza era laexpoesi6n supremade una plegaria
luego b"ajeron al Diosde la DisconIíaen sucanela de híerro, lTodaesto es simbó&o, _supuesto; nadie cree literalmenteen el Diosdela Disaxdia. Se _ aIuctiendo a laactitud. )
El Dios estaba~ este año. casi tresmetros de atto, muy apuesto, brillantementecoloreado de tonos met!Iioos de negro, rojo yamariIh l...uda muy sólido y vigoIoso, Invendble, en verdad, y hubo cuchkheos constemados entre losespectadores; puesse sabe que laCooperativa de Artific:es es excesivamentemeticulosa en ciertas detalles, y_puro cxgu.na artesanal a veces otorga durabilidad a loq ue sólo se utilizará un dia.
la carreta se detiene. Hay varias danzaspropiciatorias, varias canciones. un redt:ativodramático. Todo esto es embriagador, lasexpresiones más cabales del arte teatral se reservan para este día.
Esa parte termina casi enseguida. LuegoDoemiche se adelanta. Se acerca al Dios conpasos resueltos, y !.anea Y yo apenas podemos controlar el <XgU!Io y laaIegfa de que estehombre pertenezca a nuestro grupc>amistoso.Doemiche se aproxima al Dios lentamente, yalgunos niños rompen a Ikxa>-. Pero G<an<fi.nang Y los otros payasos entran en escena,disIrarados de lIooes y anDnaIes herl>rvcros.Bromean, cantan c:andones ab.urdas, hacenpiruetas Y cabriolas. Las niños ñen a más nopoder, y hasIa los adultos sonreímos ante esasfantochadas.
Pero de pronto nuestra atención se desvia.Doemiche ha llegado hasIa el [);os; hasubkloa la canela de híerro, Ahora, literalmente, nopodemos ver a los payasos. Toda nuestraatención se ooncentra en Doemiche. y nosembaJga la constemaci6n.
Doemiche _ al Dios Y le da laespalda Aplaudimos. DoemIche se vuelveotra vez, manotea la ropa delDios y leammcaun jirón.
CaJ\amos, conteniendoIa_Con movimientos mesurados, DoemIche
despoja al Dios de todos sus ropajes, dejándolo desnudo. Esperamos. DoemIche ya nopuede echarse aOás; ya no puede rechazar lamisión. En sus manos está la suerte de laciudad.
_ el cuerpo del Dos, que _
hecho de varios metales Y perece capaz de_laerupción de un wIcán. lopalpaaquíyaM, -.liando lanatu>ale7a de ese • .,;ce demaldad. Ilo<a con los dedos el rostro del Des,el pecho macizo. los 8ancns mesculoscs . ..
Doentichese detiene; ha encontrado lo quebescaba De pronto asesta un golpe al~preciso. Rompe: con la mano la blanda Y delgada _ de cobre,Yhunde los dedos hasIaencontrar beooce,
Doemiche fija una mirada óegaI en lo alto.ExpIooa el boquete que abrió con los dedos.Sondea, encuenb"a algo blando,desgana. agó.tal la mano, desgarra de nuevo, hunde la manoen el Dios, des!>ma- Saca la mano, que _ensangrentada. la hunde nuevamente, aferraalgo, afuma los pes, tensa los tendones delcuello, resuella. Losespectadores contenemosel aliento, y algunos ya hemos empezado amaldecr a los Artífices, pues tememos quehayan anulnado laceremonla.
.Pero entonces Doemkhe se distiende; haaflojado algo dentro del Dos, Y lo extrae Ynoslo muestra.: un puntal de hierro. lUlO de lossoportes internos. Lo sostiene por encima dela cabeza y nosotros aplaudimos y nos abrazamos aIMacIos. lEs igual todos los años, Yel,..,taI_se aJIoja, y DoemIchetensa losmúsculos para exhíbilw pero en realidadapenas tiene que tironear, Y todos lo sabemos.sabemos que es imposible que la c.eremoniafracase. y no obstante estamos intranquiloshasta que sucede de veras, Sarameish siemprenos afecta as()
Unavez _la borra de Iúem>, el brazoderecho del Dios se derrumba en el carro dehierro. Los niños aúDan. Doemiche ahora trabaja aceleradamente, desganando el cobre yanancando los soportes del Dos, lo que denominamos sus costillas Los movimientos deDoemkhe se convierten en una danza acompañada poeetlento Ypaulatino denumbe de laDiscordia. Por último hunde la mano y extraela columna wrtebraJ y se aparta de un brinco.lo que quedaba del Díos se de5morona.Doemiche tantea las ruinas Yextrae una esferade cuarzo rojo con doscámaras. la parte conb"aelsuelo.
Aho<a oS podemos aplaudO-, Y apIaudUnos,liberando twnuhuosamente nuestra tensión.
EL PfMJlLo 2 ' 31
Todavía faltan unas horas para el fin de laceremo nia, y nos quedamos hasta el final, par ticipando en la danza y todo lo demás. Pero laparte de Doerníche y el Dios de la Discordiaera e l corazón del festival, el centro de nuestromisterio.
Las evocaciones me resultan dolorosas . Mipasado es accesible pero no más incitante queuna crón ica cualquiera. Parece no ejercer ninguna influencia sobre mí. Podrían ser los recuerdos de otra persona.
Soy 10que soy ahora.Pero esto tampoco me satisface. Continúo
con esta crónica, au nque a menudo me resultaincomprensible al releerla, porque siento lanecesidad de esta blecer cierta continuidad conmi pasado.
Para mí es más fácil escribirla que releerla.Pues a veces estas notas parecen escritas poralguien a quien no conozco en absoluto. Nopuedo encon trar en ellas la progresión estilística de una personalidad única.
Muchas de las cosas que he consignado deben de haber sido fantasías o sueños. No lesenc ue ntro otra explicación.
Me gustaña saber cómo Lanea llegóa ser miesposa. Aunque tal vez es mejor que lo ignore.
Ahora es otro día, y estoy más animado. Nosé por qué el pasado me provoca aprensionestan mórbidas. Como me ha dicho Wolfing, elpasado es siempre un estado de potencialidad,y sus diversos desenlaces pueden conocersepo r el estado de uno en el presente.
Wolfing y los demás son grandes amigos,mejores de lo que merezco. Rara vez se irritanco nmigo, aun cuan do mi educación en otromundo me induce a cometer toda clase de torpezas involuntarias. Contemplan mi comportamiento con los ojos generosos del amor, yohago 10mismo con ellos.
Este es un día especíalrsímo para mí, lo queeqúí llaman " un día de fuego en el cielo".Empezó muy serenamente y sin indicios de loque vendría. Yo estaba bebiendo mi café de lamañana y leye ndo un libro de poesía , los experimentos de S'thenm con la antigua formade versificación llamada heliana. Debo de serla única persona en Kaldor que no ha leídoesta obra maestra en miniatura. Pero al menos
32 EL PENl'JULO 2
tengo el placer de leerla ahora y de saborearesa intrincada y arcaica trama verbal.
Uamaron a la puerta. Wolfinghabía venidoa visitamos.
Hablamos un reto de cosas intrascendentes.Un extraño la habña considerado una conversación normal, Pero Wolfing y yo tenemosvínculo-de-amistad. Esto significa que nopuedo evitar interpretar las emociones quetrasuntan sus gestos, ademanes y movimientos corporales.
Desde luego, lo que no se ha verbalizado nose menciona. En cambio, traté de buscar unmodo de aliviar el dolor de mi amigo evitándole una situación embarazosa.
Mis esfuerzos fueron torpes. Pero Wolfingnotó mi preocupación (como amigo-grupal nopodía de jar de notarla) y procuró secarme delatolladero. Pero ninguno de los dos tuvo demasiado éxito. Mi dominio del idioma ha mejorado inconmensurablemente desde esos ingenuos días en que pensaba que las palabrasquerían decir lo que decían y nada más; perocon frecuencia titubeo ante sutilezas congénitas, más propias de la telepatía que de unalengua hablada.
Wolfing tuvo la amabilidad y la valentía deayudarme a salir de mi dilema. No sé cuántosescollos tuvo que superar, pero al fin atinó adecirme:
- Estos últimos días he estado muy tenso.-¿Cuántos días? - pregunté.- Tres.Por lo tanto su tensión se remontaba al festí
val de Sarameish. Ahora estaba ruborizado yse mordía el labio. Elesfuerzo de haber tenidoque dar una clave tan directa le resultaba agobiante. A juzgar por su expresión, echaría acorrer de un momento a otro.
Yo tampoco las tenía todas conmigo. Lainsinuación habria sido suficiente para cualquier keldoríano, pero ¿le serviría a un toscoterrestre?
Me impuse serenidad. Ahora enfrentaba lasexigencias de la amistad, una responsabilidadtremenda. Tuve que proceder indirectamentey con el mayor tacto.
- Fue una ceremonia maravillosa -c-díje.-Indudablemente - replicó Wolfing con
firmeza- Doemiche me pareció espléndido en su
Jucha con la Discordia.---Comparto tu parecer.- y Grandinang ... ¡SUS bufonadas fueron
magnfficas!-Nuestro amigo se superó a sí mismo
Dijo Wolfing .Yo observaba y escuchaba ávida mente
cuando él me respondía. Nada de lo que yohabía dich o hasta el mo mento suscitaba en éluna reacción coherente con su estado deánimo .
-Supongo que ha brás tenido que senta rteentre extraños -proseguí.--S~ me tocó esa suerte en el sorteo. Pero
no me fastidió. Sentí una gra n afinidad conquienes me rodeaban.
-Me alegra ... ¿VISte a Eliaming? Nuestropobre amigo estaba sentado detrás de unacolum na q ue le bloqueaba parcialmente la vísi én y debió de entorpecerle la catarsis. Esascosas me parec en una vergüenza pública.
-No es para tanto -dijo Wolfing-. Hablécon Eliaming después. Me contó que como noveía bien tuvo que concentrarse más en laceremonia, y los resultados fueron beneñcíosos.
-c-Celebroo n eso c-dne-c-. Yo estaba preocupedo, igual que Lenee,
-¿De veras estaba preocupada? preguntó-. Ella no debi era Inq uietarse poresos problemas.
- ¡Pero es su placer! -le dije-. ¡A fin decuentas, somos tocios un grupo--amistoso! Lanea también esperaba que Doemiche no sehubiera lastimado mucho los dedos. y queGrandinang no se hubiera agitado excesvamente con sus bu fonadas, y . .•
-Sí, continúa -dijo Wolfing.- y sobre todo estaba preocupada por ti.-¿De veras? ¿Estás seguro?- ¡Por supuesto!- Ella no me ha hablado desde Sarameísh
-c-díjo Wolfing, y no pudo disimular del todo eltemblor de su voz.
Ahora lascosas .seaclaraban, y pude ha blarcon más seguridad
- jEso mismo demuestra su preocupación!Tú conoces la proverbial retice ncia de las muojeres y su afán de ocultar sus .sentimientos másIntensos. B amor de Lenee por ti ...
- ¿Amor? ¿Dijiste amor? Esa debe ser una
exageración considerable. au nque bienintencionada
Ahora pisaba un terreno seguro y segurad elante sin titubear.
---Jamás exagerarfa en un asunto así -leelije.
-¡Amor! ¡No puedo creerlo!- Entonces eres el único hombre de Morei
que lo ignora. ¡Vamos, vuelve a tus cabales! Elamor es esa relación ansiada y natural cuyocomienzo está siempre en el grupo-emístoso.Me imagino que lo sabes.
--Lo sé -dijo Wolfing, vacilante--. Lo séebsrrectemente. al menos. Pero uno nuncapuede estar seguro de un individuo particularde antemano. Y con franqueza, tenta miedode que tIl . ..
Reí.-¡Me viste como el capitán Destrozo, ese
bárbaro celoso y posestvo de las comediaspopulares ! O como una perversa criatura deun planeta maligno . _. Tal vez lo soy, pero noa tal extremo, amigo mfo. Las delicadas oblígaciones del grupo-amistoso son tan sagradaspara mIcomo para ti.
Wolfing quiso aJ9Umentar que nunca habrapensado nada .semejante y tranquilizarme conrespecto a la ho nd ura y fervor de su amistad.Pe ro 10 interrumpí, aceptando su emoción deantemano. Yo estaba exultante, pues por unavez. hebra intuido directamente la situación ysus requerimientos sin que me la hubiesenaclarado con pelos y señales. Yeso significabaque estaba empezando a cumplir con mi ambición de igualarme a mi raza adoptiva y a migrupo. de fundirme con ellos hasta .serabsolutamente similar.
- Wolfing -dije-, el amor es la más sutilde las emociones, pero debe demostrarse pelpeblernente. Lanea está esperándote en eldormitorio. Lleve tu amor a su amor, y Uevadmi amor con el vuestro.
Las últimas palabras pierden matices con latraducción, pero eran estilísticamente epropía das para la circunstancia. Y Lanea habfa menocionado a Wolfing un par de veces en losúltimos dias, con un tono ne utro que quizáocultaba amor.
Anhelé fervientemen te que fuera asl WoIfing era un hombre tan excepcional, y tanapuesto además. Y Lanea . .. qué maravilloso
EL PENDULO Z f 33
seña para elle, para todos nosotros. si tan só&olo amara
WoIfing me apretó el hombro con fuerza,Másallá de las palabras, íntercernbernos á!>nai, ese acuerdo total e inexpresable que trasdende los «miles del lenguaje.
Entró en el donnitorio ycerro la puerta. Ofun cuchicheo, luego silendo, 1uego un rourmuDo suave en el cual no podía distinguir unavoz de otra.
Parecía un buen mornento para irse de lacasa. Eraun espléndido día deprimavera. Caminé por los bosques cercanos en un estadode ategria incoherente. Cuando regresé a casaunas horas más tarde, Lanea y WoIfing mesaludaron desde la puerta. Me habían preparado un guiso de carne falsa, mi plato favorito.Casi lloré de placer.
Mariska es rechoncha, saludable y un pocotonta, muy parecida al esposo, Grandinang.Tiene la tez parda y un sabor ligeramente salado . Siempre parece estar de buen humor,igua.I que Grandinang. Tam bién se le pareceen muchas otras cosas. A veces, cuando hagoel amor con ella, casi tengo la impresión detener debajo a Grandinang.
S u departamento es un desqurio, las ropasno le sientan bien, y pienso que se lava menosde la cuenta. Para mí esto sólo le añade unencanto especial Supongo que es (XW contraste con lanea, que es quisquillosa como ungato . (Un gato de la Tlerra l He estado contrnuamente con Mariska dos días con sus noches. Hacemos el amor a menudo, pero no tana menudo como los terrestres de los libros. Vcomemos mucho, generalmente en la cama, ynos reclinamos en aímobedes y miramos dra mas de sombras en el equivaSente kaIdorianode la televisión : obras complicadas sobre antiguos reyes, reinas y cortesanosque se pasan eltiempo debatiendo diversos problemas deconducta. Si Salvador Dalf se hubiera vueltoloco de remate y hubiera reescrito l..ope deV_ el resultado habria sido algo pereodo.No Logro comprender de qué tratan los dramas; hasta la simple serie "Monstruos de contendón" implica supuestos que no entiendo.Pero es agradable recostarse en las abnoha·das, saciado Y repleto, Yobservar el intrincadojuego de sombras..
Me mantengo en contacto con Lanea,desde luego. Hablamos por teléfono cada tantas horas. WoIfing tuvo que atender un probIema fam;I;e después de una sola noche roneDa., y ambos quedaron muy contrariados. Le"-' que peobera suerte ron Doerruche,quien me parecía más adecuado a su presenteesadc de .ninlo que EIiaming o Gr.mdinang.Pero oometf un desJi,. Doerruche, al habervencido simb6bcamente al Díos de la Dscordia, está investido ahoracon los etríbctos delDios. Es goemtr. el equivalente más aproxi·mado seria "ritualmente impuro". Debe abstenerse de todo contacto físico por un mes,exp;ando "" las euIpas de todos nosotros. Alfinal de ese periodo, una sencilla ceremonia 10despojará de su divinidad y su goemu.
Por cierto no podía esperarse que yo supiera todo esto. Pero Lanea se enojóco nmigo,pues le había mencionado en voz alta algo queella no podía tener. V en represalia guardó miestatuilla roja en el armario y le contó a Grandinang 10 que bebía hecho, y se rieron cruel mente al recordarlo. Esto a su vez pudo indudrme a cometer un acto precipitado, y el ren cor se habña prok>ngado varios dias, tal vezuna semana. Pero Mariska estabaatIí,gracias aDios, y en un sanriamérr arregI6la situaóón.
Ahora que 10 pienso, todo fue muy semejante a un drama de sombras, hasta en lasoIuci6n.
De cuaJqu;eo- modo. Lanea Y yo tuWnosnuestra primera riña.. Del principio al fin duróuna hora, y nos causó una profunda conmoción. Sin embargo, pienso que nos ayudó acomprender la hondura y fortaleza de nuestroamor, yeso es bueno.
Mariska y yo 10 estamos pasando tan bienque casi envidio a Grandinang. Aíoetunedemente no es necesario: como Mariska y yoestamos enamorados, la costu mbre nos concede treinta días de contacto ilimitado. Elúnico problema que me plantea esto es Lenee,a quien amo tiernamente.
Aquí debo hacer una pausa para aclarar miutifuad6n de la pelabra "eroor". En KaIdo<esa palabra no existe. Eneste planeta, el amornunca se expresa como un estado mental singu!M (y por lo tanto esencialmente simple) .Aquí se toma el amor por k> que es: la máscompleja y exquisita de las emociones. En
'-' - - p~- ~~ . ..~'\
~<e~~". ~ _ _._...-- o "
-Ó' so-.........
· ' .
Este nuevo departamento es realmente unafantas ía que supera mis sueños más ambiciosos. ¡Catorce hab itaciones! ¡Es increíble, catorce habitaciones en el centro de una d udadimportante! Y todeve estamos en P1aza Churtii, que nos ha IIegado a gustar tanto.
Mi pregunta tuvo su respuesta. En estemundo valoran muchfsimo a su Objeto deAne.
Este departamento es realmente una solud ón ideal para todos. VMendo todos aquf-yo, Grandinang, Wolfing, Eliaming, Doernt-
No logro Imaginar po r qué me quedé tantotiempo e n ese ridículo bungalow en las afuerasde Morei. Me quedé por propia decisión, asfque presuntamente eso era lo que yo quería.Ahora me resulta obvio que nadie vive fuerade la dudad excepto losgranjeros, y fuera dela dudad no sucede nada realmente írnportanteo
Le nee y yo hemos tenido la suerte de encontrar un departamento en PlazaC hurtii, unode los banios más elegantes, y en una zonaque tiene el tercer puesto en densidad de poblaci6n. Esun espléndido departamento, emplio, luminoso y aireado, be llamen te amue blado . En la TIerra tendña qu e ser rico pa racostea rme uno así. Aquf sólo tengo que ser dela TIerra: el de partamento y otras cosas mefueron dadas por el Consejo. Me han decíarada " Objeto de Arte VIViente", basándose,desde luego, en mi singularidad, no en mibelleza. Sólo tengo que hacer 10 qu e se meantoje; pues cualquier cosa que haga un Oh-jeto de Arte es Arte. '
Sin embargo, no he tenido muchas opo rtc nídedes de vivir realmente en mi nuevo hogar.
kaldoriano existen unas doscientas palabras La semana pasada fue sspecíalroe nte ca61ica.que significan amor, y cada cual describe un Un día y una noche con Blesse. la esposa deestado emocional específico. Aquf intentan Wolfing, luego dos días y dos noches con Medescribir la infinita variedad, lavariada intensi· riska, cuyos sentimientos por mf se han eledad y las exq uisitas complejidades de ese es- vado a una categoría !J1ás alta, 10 cual mepectro de emociones q ue en la TIerra rotula- incomoda un poco. Luego a casa. pero Leneemas con una sola palabra, "amor" . estaba con E1iaming debido a una falla en el
Aquf nadie usaría un ténnino tan vago. La diagrama de sincronización. Fortuitamente,emoción que siento por Mariska se denomina Hystoman vino una noche antes. Es laesposamardrodi y alude a una atracci6n sencilla, de Eliaming, una mujer menuda, mo rena yesencialmente ffsica, con dos o m és afinidades alerta de gran vivacidad Esto ahorro tiempono sexuales, que en conjunto ejercen una can- pero creó complicaciones. Tuvimos que llevartidad especffica de fuerza psfquica . En cuanto nuestro diagrama al abogado de sincroniza a Lenee, estoy en ourmge. 10cual alude a un ción, perder una ho ra en su sala de espera, yconjunto más profundo de estados pscoemo- luego sentamos y juguetear con los pu@rescíonales, complejos y excitantes, el sabor semi . mientras él organizaba las secuenciasóptimasprohibido y por lo tanto tentador de la para la semana entrante. Y luego, cuandoextrañeza. Hystoman y yo estábamos en su casa y empe-
Supongo que el amor es tan complicado en zaba mos a relajamos, recordé que no hablalaTIerra como en Kaldor. Pero aqufno es tebü mas registra do la nueva categoría de Mariska,practicarlo ni mencionarlo. Toda 10contrario. que altera la temporahded de las secuencias yAquí uno puede tañer ese instrumento infinita- a veces las secuencias mismas. Asf que Hysto.mente comlejo que es el amor. roan y yo tuvimos que regresar al abogado de
En cie rto sentido, uno debe tañerio. Si KaI· sincronización, y entre una cosa y otra perdí-dar significa algo, significa amor. mas casi todo el día que habíamos tratado de
aprovechar. Por suerte Hystoman es muy experta y pudimos compe nsarlo.
Pe ro las complicaciones aü n no han termi nado. En cuatro días Dcemkhe quedará r ítualmente limpio y él Y su esposa se reintegnl·rán a nuestro grupo-amistoso. Todos queremos que regresen, por supuesto, pero a vecesel mero esfuezo de comb inar horarios es depri·mente, aun con Iacolabo raci6n de un experto.
Creo, sin emba rgo, que hay una soludón.He solicitado un nuevo departamento. Prontovere mos hasta qué punto valoran a su Objetode Arte Vrviente.
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che, y nuestras es¡x>sas-, pudimos arreglarnos sin el estorbo de esos diagramas. Hemosadoptado otra práctica sexual el beriong, k>que en la Tierrapcdrte llamarse "orgfa" .
Sin embargo no es una orgía. al menos en elsentido que tiene la palabra en la Tierra Aquf,francamente, el beriang no es mucho más queuna manera cómoda de hacer k> que ya esta mos haciendo. Nos evita esas tediosas idas Yvueltas de una habitación a otra y a uno leahorra el papeló n de entrar distra ídamente enel dormitorio equivocado la noche equivocada. El propósito del beriang es suprasexual.Cuando todos dormimos juntos en el mismocuarto sobreviene un estado de hipersensualidad. (Hicimos refacdonar el departamentopara que fuera posíble. I Los problemas deprecedencia quedan eliminados cuando loscuerpos tibios se tocan y confunden. El contacto sexual (a unque de suma importanciapara nosotros) se vu elve secundario ante laalegria de dormir todos juntos y abrazados.
El beriang es practicado con relativa continuidad por un tercio de la población, segúnme ha ñ dicho. Debo admitir que tiene susdesventajas, aun q ue son menores . La fuerzasexua l acumulativa ge nerada por diez personas que hacen el amor juntas noche tras nocheprovoca mareos y problemas auditivos a algunos individuos. Por otra parte, algunas personas no pueden aguantar estar juntos por tantotiempo. A esta gente, con su ansia de soledad,se la considera alienada y es objeto de unapiedad especial Y por último están esas trritaciones menores, loscambios de posición. losque jidos, los gruñidos, los ronquidos, que enpiden conciliar el sueño. (Uno de los proyectosde salud púb lica más grandes de Kaldor es lab úsqueda de una cura un iversal para los ron quidos. )
Sie mpre se pueden aprovechar los variosdormitorios desocupados, por supuesto, y yolohe hecho ocasionalmente. Pero no me gustaabandonar a mis amigos ; es un poco rudo yd esconsiderado, y un kaldoriano nativo lopercibe mucho más que yo.
En principio, el beriorlg es una act:ividadp lacentera y vale la pena aceptar los lrccnvenientes menores que acarrea. El beriong es elestado social al cual KaJdor aspira oficialmente, pues ejemplífce la cúspide de la inte-
gradón.Pese a esto, Lenee y yo nos hemos tomado
la costumbre de escapamos solos. nada menos que al depósito de arriba. He puesto uncolchón en el suelo y allíhac emos el amor.
No sé por qu édeseamos estar solos y alejados de todos los que queremos. Hay un jueguito qu e Lanea y yo hacemos con los dedosde los pies. No es nada vergonzante, peronunca lo hemos hec ho delante de otros. Talvez nuestro deseo de estar solos tenga esasencilla explicación.
Eliaming y yo hemos tenido un breve amoño y ahora ha terminado. Aún nos queremos,y nuestra amistad sigue intacta , pero ya noexperimentamos ese deseo urgente que deter minó nuestra relaci6n y la voMa mágica. Todavra k> considero hermoso, pero ya no sientoel impulso de poseerlo.
Laneay yo estamos juntos de nu evo. Durante tres semanas estuvimos en nocoteth. quepuede definirse sin mayor precisión como unaseparación breve, sin pérdida de ourmge,cuya finalidad es incrementar el espectro ycomprensión senso riales (hettfl de cada uno yusarlos pa ra lograr un nivel amoroso máscomoplejo y gratificante.
Lanee y yo llegamos a un hettf muy satisfac to rio, y nuestros mutuos sentimientos nos handesplazado ahora a la categoña choardi, queconsiste en la profundización y espiritualización de 10 que sentemos en el ourmge.
Recibimos muchas felicitaciones por esto,como era de imaginar. Poco más del diez pord ento de la poblaci6n tlega al chaardi, y quienes lo ekereen se convierten en héroes culturales, Pero aunque es delicioso sobresalir, he mos decidido no intentar una nueva elevaciónde nuestras relaciones. Enesto, como en todaactividad, se corre el riesgo delexceso de especialización, con la consiguiente pérdida decontac to con otras corrientes vitales de la vida.Creo que es posible excederse en todo y que elamor en un nivel más alto es autoerotismo.
Lenee se ha irritado un pococonmigo desdeque formé un domman (grupo sexual complejo masculino) con Eliaming, Grandinang yDoerniche. (Lamentablemente WoI:fing rechazó nuestra invitación. Ahora está pasando
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unos días solo en el hospital, recobrándose deun exceso de tensión nerviosa. El pobre seencontró la semana pasada en un ourmgemúltiple y reciproco con Histoman, Sara yMerieth, una integrante de un grupo-amistosoallegado.) A los dernés nos dMrti6 bastan te,pues se tra ta de una de las típicas situacionesfarsescas del equivalente local de la Comediaden'Arte. Pero no fue divertido para el pobre yfogoso Wolfing. Sin embargo, se recobrará atíempo para la Fiestadel Pasaje.
El fastidiode Lanea por midoroman es muyexplicable. Ella ha padecido una frigidez histérica. Intentó varias combíneoones, con ambossexos. Su doctor le prescribió extraños, peroesto no la alivió.
No es laprimera vez que padece de frigidezhistérica, y de ningu na manera es una afecciónInsólita en Kaldor. Hay innumerabl es teorfes yuna cantidad espeluznante de remedios. Perola mayorfa de los expertos coinciden (como amenudo en la TIerra) en que el tiempo es lamejor cura.
Nuestro estado de amor se ha alterado. desde luego. No podía ser de otra manera Ahoraestamos en riothis ---eariño asexuado-- y lapobre Lanea tiene verqüenze de ver a susamistades.
No consigo comprenderla, aunque me gustaría. Cuando uno se encuentra en un estadode deseo muy elevado, es prácticamente imposible lograr empatía con alguien que se encuentra en un estado inferior. No quiero serdesconsiderado , pero tengo mi doroman, quepor el momento colma mis sentimientos.
Supongo que el doroman se denominarlaen la Tierra una práctica homosexual Y señadespreciado por la gran mayoña de heterosexuales. Pero aquí no se hacen distinciones decriterio. La raza tiene tendendas heterosexuales (biológicamente imprescindibles), peronunca se las ha erigido en mandato moral.
Ojalá pudiera describir las caracteñsticas deldoroman, pues no se parece a ninguna otracosa. Pero también se parece a todo k> demás.pues no carga con el peso de sigk>s de rep robación social.
A veces todavía me pregunto cómo yo, unterrestre, pude adaptarme tan fécílmente a estas diversas prácticas. Supongo que porqueaquí todo es tan nonnal, y uno tiende a aceptar
:"11I I Ei.PENouLo '1
las pautas de la sociedad en que vive.Sea cual fuere la razón, uno lo pasa muy
bien . Lamentaré la prosc:rtpci6n ritual de todala sexualidd excepto lavariedad religiosa quecaracteriza la Fiesta de l Pasaje.
Estaes una región fácil de recorrer. colinassuave mente onduladas , hierba corta, árbolesdesperdigados. Hasta el sol es bondadoso connosotros, pues brilla moderadamente y nu ncapermite que las noches se vuelvan demasiadofrias. Doerréche me ha dicho que las características del paisaje pronto cambiarán parapeor, y que el solgeneroso de esta región seráreemplazado por una deidad más cruenta
Pero nos fortalecemos a medida que marchamos . Ahora tengo los pies enca1lecidos, ylos hombros se me han acostumbrado a la mochila.
Continúo redactando esta crónica, no porgusto sino por compulsión. Parece tan inútil:no puedo recordar ninguna de las cosas importantes y dignas de mención. La Besta delPasaje, por ejemplo, que en el momento mepareció tan memorable. Ahora la he oMeladototalmente excepto por pantallazos inconexosque son más escalofrian tes que esclarecedores.
He pedido ayuda a los demás para recons-truir ese aco ntecimiento. Pero se ríen de mídesconsideradamen te y me dicen que sólo lascosas prácticas merecen recordarse.
Al principio no les gustaba verme escri biendo este diario . Temían que estuviera interfiriendo con fuerzas sobrenaturales, B máscontrariado era Grandinang. Una vez trató dequemar el diario. aunque con su parsimoniade costumbre. Pero Doernche solucionó elcontratiempo declarando que obviamente yoera el escriba divinamente inspirado del grupo,que estaba componiendo una crónica heroicade nuestro via je, y que esta crónica se cantaríaen alta voz en la Reunión y nos traería celebridada todos.
No supe si creerle o no. Pero suscitó uncambio de actitud Ahora me incitan a escribir.Yse aseguran de que yo oiga sus insignificantes proezas cotidianas.
Sólo tengo unos pocos recuerdos inconexos
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del Festival pero todavía me ronda la sensación de q ue algo importante ocurrió en esemomento, la sensación de que ocurrió algomalo. O tal vez no q uiero decir malo, tal vezquiero decir monstruoso.
Todos ingerimos una droga, eso lo recuerdo. Era parte de l Festival, lo hebra sidodesde tiempos inmemoriales. Creo que erauna raíz que lavamos, cortamos y mascamos,y teníamos bolsas de seda especiales para escupir las partes duras. La ricbculez de ingeriruna droga nos causó mucha gracia. Pero Ellaming se puso serio y dijo que la droga no eranec esaria para el Festival: se usa ba simplemente para calmar a 105 participantes y evitarles ansiedad Y explicó que 105 efectos de ladrog a no duraba n más de cua renta horas y aveces había provocado alucinaciones moderadas en el mo mento culminante de l efecto,pero q ue la experiencia era controlable y raravez uno se desorientaba.
Eliaming normalmente se encargaba deav eriguar esascosas. YademAs habta preguntado a un doctor si era aconsejable que yo, unextraño, tomara la droga. Eldoctor le dijo quesi aparentemente 105 otros alimentos de KaIdar no me acarreaba n problemas. cabía presumir q ue és te tampoco. Pero añadió que meconvenía desistir si sentía alguna ansiedad.
No senñ ansiedad. Tomé la droga con losdemás.
Luego hay una laguna en mi memoria. Loque recuerdo a continuación es que estaba enun lugar con muchos colores brillantes y reIampagueantes. Los colores me hadan dolerla cabeza, especialmente 105 rojos. Al caboempezaron a cobrar fonna. Al principio seplasmaron en nubes, luego en coIwnnas , y porúltimo en formas humanas desnudas y sin rostro . Los ardientes colores siguieron quemándome los o jos hasta que yo, para defendenne,tambié n, empecé a palpitar y resp landecer decolor.
Supongo que eso era una a1ucinad6n.Luego hubooscuridad y una voz de hombre
Ilade Doemícbe, creo, aunque él lo niega) queme decía:
-Desde luego, no podfas saberlo, y desdeluego, no podíamos decírtele.
-Pero estás diciéndolo ahora -cdecíe yo.-No, en verdad no ; sólo estoy encamando
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lo que tu ser acaba de aprender mediante latransformación.
-Debí haber podido intuirlo antes- decíayo con amargura-. La evidencia estaba aIlf,sólo había que buscarla.
-No te habría servído de nada.-Eso lo sé -cdecíe yo, Uoriqueando-.
Pero aun así preferiría haberlo sabido .
Toda esa conversación, que parece haberseentablado en el limbo, me ha quedado grabadaen la memoria palabra por palabra. Perono tengo la menor idea de qu é debfa habersabido. Doernic.he insiste en que nunca hubotal concersecón, y losotros se resisten a hablardel Festival o de cualquier cosa excepto suvida actual Ysus dificultades.
Recu erdo una multitud aullante, pe rsonasque coman despavoridas por las calles de Moret Algunos viejos y niños no podían corrertanto. Cayeron y fueron pisoteados po r losotros.. Y cuando la multitud terminó de pasar,eran iJTeconodbles como personas.
Yo también sentí pAnko (aunque no recuerdo por qué) y un terror feroz. Vi que lamultitud era peligrosa, y me encaramé a unalféizar. Esperé a que terminara de pasar, pensando que era un peligro más inmediato quecualquier otra cosa. Pero pagué un precio po rmi Independencia Cua ndo me dispuse a marcharme el terror fue más pro fundo. Pensé queme perseguía a mí solo, y pensé que moriría deespanto. Corrí con el miedo irre8exivo de undemente, y cuando akancé a mi grupo penséque se me detendrfa el corazón.
Recuerdo que an tes había estado en unahabitadón. Las paredes eran de piedra, Yestahan cubiertas de inscripciones que no podíaleer. Una lámpara de aceite llameaba en unrincón .
Luego alcé 105 ojos y vi ante mí un hombredesnudo con cabeza de zorro. En una manoempuñaba un cuchillo de pedernal, en la otrauna pifia. Lacabeza de zorro era una máscara,por supuesto. Tenía que ser una máscara.
--Ahora sabes -me dijo.- ¿Qué cosa si? ---le pregunté.-Sabes cuál es el rostro del futuro.Títubée un largo rato.
-¿Qué eres? - pregunté después.-Un espejo-respondió.Alargué el brazo hacia él, y mi mano tocó
una superficie lisa. Me llevé la mano a la cara, ymis dedos tocaron un hocico largo y velludo.
Creo que entonces grtt é. Pero no puedorecordar qué sucedió después.
Hay otros fragmentos que no puedo insertaren ninguna secuencia particular. No son esce nas; sólo un rostro, un paisaje, y unas frasesinconexas.
El rostro era un rostro de hombre enmarcado por una melena desgreñada Un rostrosonriente , embadurnado de sangre.
El paisaje eran rocas desoladas desleídaspor una bruma de montaña. En un costadoha bía una pila de cenizas grises. La bruma seentreabrió mome ntá neamente y vi innumerables puntos luminosos allá abajo, en la cuencadel va lle. Luego la bruma volvió a cerrarse.
- jTa ntos sueños hermosos -dijo una VOl
de mujer-, y ahora hemos llegado a esto!- ¡Esto también forma parte de nuestro
sueño!-dijo otra mujer.Y eso es todo.No he podido encontrarle sentido a nada de
esto. Necesito tiempo para distinguir la alucinación de la realidad. Pero viajamos día trasdía, y al atardecer acampamos y hacemostodo lo necesario para mantenemos con vida.y a continuación escribo mi diario, y luegoduermo.
Estos días estoy siempre fatigado. No puedopensar con lucidez. Sé que los hechos hansufrido un vuelco muy extraño, varios vuelcosextraños. Pero estoy demasiado cansado parareaccionar. Los meditaré cuando lleguemos alas tierras medias, que según Doemiche estána pocos días de marcha
En las tierras medias habrá com ida en abundancia y reposo en abundancia. Si nos quedamos allf bastante tiempo, quizá me atreva areleer las primeras partes del diario e inten teconciliar las contradicciones que se han convertido en sustancia de mi vida.
Hace un tiempo que nuestra provisión dealimentos es inadecuada La mayor parte delas plantas comestibles crece aparentementee n las tierras bajas. Estamos a muchos cientos
de metros por encima del nivel del ma r, segúnmis cálculos, y todavía seguimos subiendo. Lavegetación de todo tipo ralea cada vez más.Gastamos muchas energfas en nuestro ascenso, y no la estamos reemplazando .
Sufrimos cambios de conducta. La mayoríanos hemos vuelto presa fácilde la irritación, ladepresión , de arrebatos súbitos e inexplicables. No sé si nuestra situación da cuenta detodo esto. Creo que hemos padecido cambiosde personalidad después de l Festival. Simplemente ya no somos lo que éramos.
¡Buena suerte esta noche! En el ponienteWolfing avistó un ciervo. Le arrojamos piedras , y tuvimos la suerte de quebrarle la patadelantera derecha; luego lo rematamos a ga.rrotazos . Hicimos un '} fogata, y casi no podíamos contenemos, pues no habíamos advertido el hambre que teníamos. Asamos la carnedirectamente sobre el fuego , aunque es unmétodo poco económico, y la devoramos rnedio cruda.
No esperaba toparme con una ciudad a estaaltitud. No obsta nte, hemos llegado a lasinmediaciones de una. Nos quedamos'varias horastendidos en un risco alto, al acecho. No huboindicios de movimiento humano, ni vehículosen las calles, nada en absoluto. O casi nada .Wolfing dice que ve grupos de ratas en lascalles. Todos vemos bandadas de cuervos y devez en cuanto un milano que busca comida enlos tejados.
Hemos tenido una seria discusión acerca dela ciudad. Grandinang y todas las mujeresquie ren saquear el lugar; pues las ciudadessiempre tienen depósitos de comida preparada, por no mencionar el oro y lasjoyas. A mítambién me gustaña entrar en el lugar, porcuriosidad. Pero por una vez Doemiche y Wolfing se han puesto de acuerdo y se oponen aeso. Doerniche alega que todas las ciudadesestá n malditas y sólo encontraremos enfermedades . Wolfing dice que ahora no podrfamosrecoger muchas cosas y de cualquier modoregresaremos para saquear el lugar despuésde la Reunión.
En verdad no Importa cuál argumento esmejor . Si Doemiche y Wolfing están de ecuerdo, el resto de nosotros hará lo que ellos digan.
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Cuatro descansÓs después. 0)a1á hubieramos saqueado la d udad cuando pudimos,pues a hora atravesamos una región absoluta mente árida. Estamos a mucha altitud . Hemospasado la línea de árboles y seguimos eependo . Aquí hay matorrales pero muy pocosanimales de cualquier especie.
Lanea ya no me habla. y duerme aparte. Medesprecia.porque soy un escriba y desea acostarse con un guerrero. Observe a Doerncheconstante mente, y su mirada jo dice todo.Doem iche finge que no ve, pues eso rebejertasu dign idad como jefe de clan. Pero los otrosven, y se ñen de mí. No sé como encarar esteproblema.
¿Para qué seguir negándolo? Todas nos de testamos. Pero es un odio familiar que comoparti mos y no puede compararse con el od ioque sentimos por otros clanes. No tiene ningún sentido considerando cómo habíamossido antes del f estival Pero quizá habña queverlo al revés: nuestra vida an terio r no tienesentido en términos de nuestra condici6n octua!.
Algo realmente milagroso. Estábamos llega ndo al límíte de nuestras fuerzas. y Doerníche ordenó que nos detuviéramos y preperéramos una foga ta. Eliaming se puso a cantar alos ancestros y todos batíamos palmas rítmica·mente. La luz sagrada ardía en los 0;00 deElíerníng. y se puso a bailar alrededor de lfuego co n un vigor y una gracia que nu ncahablamos presenciado en ninguna criatura. .
Somos muy afortunados. Doemiche afirmaque no todos los clanes tienen un sacerdotenatural
La candón de EIiaming siguió y siguió Ynosotros ba ilábamos al son, sin fatigarnos.Poco antes del alba la fuerza del dios tocó aSara y ella cayó al suelo e Intentó morderse lalengua, pero le pusimos una vara en la boca. Yseguimos bailando, pues nuestra fe era fuerte .
Luego el dios se aplacó y nos mandó unoso. Al principK) pensamos que era un espectro porque nunca hay osos tan altos en lasmontañas. Pero E1iaming lo reconoció por loq ue era, y nos ordenó matarlo.
[No fue una faena fácil! B dios nos pennltióacorralar al oso en una pequeña garganta;
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tenía que ser obra del dios, pues los osos no sedejan ecorralar tan fácilmente. Lo apedreamos pero no sirvió de nada, y nuestro corajeempezó a crecer más que nuestra hambre.
Nosvolvimos hacia nuestros hombres fuertes, Doerníche y WoI.fing, y ellos se miraronentre si. Había bebído mala sangre entre ellos.pues ambos tienen sangre de caudillos. aunque aquí sólo puede mandar uno. Pero ahoradepusieron sus diferencias por el bien del clany porque el dios esta ba observando para verqué hadamos con su presente. Empuñaronsus lanzas y avanzaron.
Loo demés seguirnos tirando piedras paradistraer al oso. Los lanceros fueron hacia elotro lado. lEn realidad no teníamos lanzas.sólo largas estacas de madera con puntas afiladasal fuego. ) El oso se Irguió sobre las pa tastraseras Y sus ojillos centellearon Movió lacabeza a un lado y a otro, y luego giró sobre srmismo y atacó a Doemiche.
Entonces las cosas se precipitaron. Eliamingsoltó el grito del dios. y el oso quedó paralizado. Doernkbe calzó la lanza en una roca.Temfamos que WoI.fing lo traicionara en esemomento, pe ro atacó al oso po r el flanco,hundiéndole la lanza bajo las costi1las.
El oso le lanzó un zarpazo a Doerniche perosin todo su únpetu, pues el grito del dios lohabía cohibido. Doemiche conservó la calmaYapuntó la lersa, hiriendo al oso en el centrode la garganta. Luego se alejó rodando de laszarpas hirientes. y no sufrió más que un profundo rasgu ño de l hombro a la cadera. Y hastaeso fue bueno. pues la cicatriz le dará mucho",estigio.
Luego nuestra pasión se agotó, y nos que damos caI1ados observando al oso que pa teaba y se sacudfaYse desangraba.
Eliaming se desplomó. Habfa pagado unprecio terrible po r salvamos, y eso no seolvidaré.
Esa noche celebramos y nos fortalecimoscon carne de oso y grasa de oso. Entonamoslas viejas canciones que nos habian llegadodesde el alba de los tiempos. guiados por Meríske, cuya voz es clara como el agua de losarroyos. Y luego tod os me pidieron Que lesnarrara la muerte del oso, pues ésa es lacostumbre.
Di a entender que no queña., y no fingradeltodo, pues mi papel me incomodaba un peco.Pero al fin me levanté, y Grandinang me echóun trapo en la cabeza para remedar la guirnalda del poeta. Me paré frente al fuego y lesrecité lo que habían hecho, voMendo aún másheroicas sus valerosas hazañas, pues así sedebe contar. Al rato pude sobreponerme a mitimidez y representar cada parte con micuerpo. Mi actuac:i6n no me pareció encomiable, pero los otros quedaron satisfechos. YDoernche mismo me di jo que 10 había hechobien, y ese momento fue embriagador.
Esa noche Lenea dunn i6 con migo, por primera Ve2. en muchas noches. Y después meapoyó la cabeza en el regazo, sigui6 las líneasde mi cara con los dedos, me peinó, y dijo quesiempre me amaña.
Fue un momento de ensoñación. Pero en lamañana rea nudamos la marcha, cargados concarne de oso, y Lanee estaba fria Ydistante denuevo y parecía lamentar el afecto que meha bía demostrado.
Hemos tenido que perder un día entero.Grandinang se ta rdó el tobillo, y no podemoscargar con él y con la carne de oso. ¡Grandinang es tan payasesco! Pero es muy buenpayaso, nos divierte a todos, y eso esnecesario.
Este día de descanso me viene bien, pueslos pensamientos y recuerdos se me agolpane n la cabeza, y necesito conoce r las causas delascosas.
Soy un extraño, un hombre que llegó equrdesde un planeta llamado Tlerra Eso es seguro, eso lo tengo siempre en cuenta ocurra 10que OCUlTa.
Vme a este planeta y vivf aislado muchotiempo. Luego empecé a convivir con los demás. Erauna vida civilizadacomo laque conocemos en la TIerra. Era una vida apacible,consagrada al amor y las artes.
Coman rumores sobre un peligro, pero elpeligro nunca llegó. ¿O sí?
Toda cambió. y yo cambié con todo. Huboun Festival Y luego yo estaba con mi dan,marchando hacia un destino remoto. IIevandouna vida brutal que de algúnmodo me resultatan natural como las otras vidas que he llevadoaquí.
¿Cuál es la expticad6n de todo esto? ¿Porqué hemos vuelto la espalda a la civilizad6n?
Aún no puedo encontrar las respuestas.Pero me tranquiliza saber qu é sucedió antes.Creo que soy el único que lo recuerda.
Tal vez por eso soy el escriba.
No puedo consignar todas las riñas que hemos tenido. Pero debo hablar de la más redente entre l..anea y yo .
Era el anochecer y una hora apacible. TeníamoS el vientre Deno Yestábamos de buenhumor. Era un buen momento, y tendí elbrazo para tomar la mano de Lanea.
Ella se apartó bruscamente. Nunca le bablevisto la cara tan contorsionada de furia. (MAstarde advertíque habfa visto a WoIfingy EIessehaciendo el amor, y los celos la habian irritado. l
-No quiero que me toques mAs -dijo.- Eres mi compañera -dije con voz con -
ciliatoria-. Claroque puedo tocarte.-¡No! -di;o...-. ¡Nunca más! No seré más
tu compañera.- ¿En qué te he fallado?Sudesdén era indescriptible.- ¿En qué? ¡En muchísimas cosas ! ¡Pero
sobre todo porque eres un escriba. y yo nacípara ser compañera de un guerrero!
-Tengo una profesión honorable -ledije-. Estoy satisfecho con ella, y los deméstambién.
- Pero yo no estoy satisfecha ---d.ijo Lenea-. No volveré a dormircontigo.
-Las noches se pondrán frias---dije.---Para ti, no para mi. Seré la mujer de
WoIfu>g- Ya tiene mujer.-Pues tendrá dos.Miré en derredor. Los otros estaban escu
chando, esperando el desenlace. Wolfing sonrete burionamente. Elesse, su compañ era, seestremeció pero no dijo nada. (Es una criaturaasustadiza, y WoIfing la domina por completc.I
Me voM a Doemk:he. Estaba sentado enuna piedra, arrebujlado en la pieJdel oso, y suexpI"esi6n era remota e inesc:rutable. Le pregunté qué pensaba de esto. Ydijo;
--Lo que ocurre entre tu mujer y tú no esasunto mio, a menos que yo la quisiera para
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mí. y no es el caso.-QWzá estorba más de lo que vale --<tijo
WoIfing-. Pero si quiere venir la tornaré.- ¿Entiendes la situación. querido? -dijo
Lanea---. Sigue garrapateando en tus cuedernos; no sirves para otra cosa. Escribe sobreesto, también. ¡Quizá te dé calor en la noche!
Se levantó para irse, recogiendo el hato consus pertenencias. Leaferré el tobillo. Me pateóel hombro con el pie libre, y todos rieron.
Le abofeteé la cara con todas mis fuerzas.Trastabilló, auDando de furia, y luego tomóuna lanza y me atacó.
La esquívé y le hice perder el equilibrio deun puntapié. Cayó de bruces y me lancé sobreella . Apenas advertf que todos reían y vitoreeban mientras yo le golpeaba la cara. Peroluego me arañ6 las mejillas y enceguecf defuror y le aporreé el cuerpo y la cara, pegándo le tan fuerte que cada go lpe me hada gruñir. Ella siguió tratando de apartarme, pero nopudo conmigo. Había violado mi honra. yahora la golpeaba con saña.
No sé cuánto tiempo le pegué. Al cabo deun rato, noté que no resistfa más Y tenia lacabeza floja. Así que de jé de golpearla y leeché agua en la cara.Cuando sus ojos pudíeron reconocerme, la violé.
Nuestras relaciones han mejorado considerablemente desde entonces. Tal vez Lanea nome ama, pero se cuida de no enfadanne.Duerme conmigo cuando 10 deseo, y mantiene el pico cerrado.
Creo que quizá necesite otro par de tundaspara comprender quién es realmente su compañero. Sabe que 10 estoy pensando, Y procura no darme ningún pretexto.
No sé si alguna vez recobraré su amor. Peroel amor no es importante. Lo que cuenta esque tengo su respeto, y no he quedado enridículo a nte los ho mbres.
Anoche todos los clanes se reunieron eneste meseta, y se podían ver fogatas en todaslas direcciones, hasta el horizonte. Todas losclanes de esta región acudieron a este lugarguiados por instintos que desconozco.
Anoche Lanea se aferró de nú inexplicablemente y soU0z6 y no hubo modo de cansolarla. S upe que se requería de núalguna comprensión especial, pero me faltaba el cono-
44 f .EL Pf.NDlLo 2
cimiento.Le pregunté qué le sucedia.-Es el fin para nosotros, y k> estoy Dorando
--<tijo.-Pero ¿por qué? -pregunté--. ¿Qué ha
sucedido?-Nada todavía -dijo---, pero sucederá.---OCurra 10 que 0CUIT2l -te dije , después
de besarla- yo estaré contigo.-No -dijo el1a---, esta vez es imposible,
esta vez es el fin para nosotros.Pensé que la dominaba la histeria.- ¿Es otro cambio? -pregunté-. He pa
sado por todoslos cambios de KaId<x, y estoydispuesto a afrontar éste también.
--No puedes hacer 10 imposible -dijoella-. No eres de los nuestros. No compartesnuestras potencialidades.
-Es cierto, pero he logrado adaptarme bestante a vuestra vida
- Te hasadaptado milagrosamente ... ¡Es.toy tan orgullosa de ti! Pero hay ciertas cosasque no puedes hacer.
Lesonreí. Me sentía calmoy confiado .-No estés tan segura. Creo que ahora soy
más kaJdoriano que terrestre.EDa me miró tiernamente, como si fuera un
niño .-Has sido amante y amigo, y has vivido
nuestra vida hasta el límite. Pero ahoraterminará.
- Te equrcoces-dije-. No ha terminado.-Yo 10 sé ---dijo l...anea--, Ytú no. No es
cuestión de fuerza de voluntad, ni siquiera deamor. ¡Somosde planetas diferentes! Los ritmos de nuestras vidas son diferentes. Lo quedebe ser no puede impediJse. Y yo no deseoalterar mi destino, ni el tuyo. Lo adecuado esque cada uno de nosotros viva de acuerdo consu propia naturaleza. Resistir.;e a eso seña rebe larse contra la naturaleza misma y el signifi·cado de la vida.
Nada de eso tenía de masiado sentido paramí. Sabía que un cambio era inminente, perohabía sufrido otros cambios kaIdorianos.
No obstante, Lanea insistió en que le hicierael amor por última vez y luego la besara Ymefu.,.,
Hiceloque me pedía. Pensaba que mafIanapodña hacerle cambiar de parecer.
El Pa«u.o 2 I 45
Todo mi clan se me acercó. Me besaron ydijeron adiós. Se alejaron, cada cual en unad irección. Luego supe que al margen de todolo demás. esto significaba la disolución de midan. la pérdida de mi familia.
Eliaming fue el último en partir.-Todos hemos gozado mucho juntos,
Goldsteín -me dijo 1Iorando-, y tú has sidonuestra familia como nosotros fuimos la tuya.Pero ahora se ha invocado la iey del uníoerso,lo semejante debe permanecer con lo semejante, y nos duele despedirnos de ti.
--En no mbre de lo que hemos sido el unopara el otro -le dije-, cu éntame lo queocurrirá.
-No puedo contarte -dijo-. No lo sé . Esun misterio.
-Entonces ¿cómo sabes que es el fin paranosotros?
- Porque lo sé -c-dljo-c-. El conocimientoestá en nuestra sa ngre. No tiene nada que vercon nuestras cabezas.
-¿Mo riréis? -pregunté-. ¿Es eso?Mene6 1acabeza.
- No hay muerte en Kaldor. Sólo hay cembio. Adiós.. GoIdstein.
- ¡Espera! -grité-. ¿No puedes decirmenada más?
-Puedo contarte un cuento -dijo-. Había una vez un bebé ratón que perdió a sufamilia. Vagabunde6 por colinasy valles, '5Qk)y temeroso, y se debilitó cada vez más, y alfinal se recostó bajo un árbol, a punto de morir. Pasaron unes langostas y se apiadaron delratoncito. Lo alimentaron y lo cuidaron, talcomo lo hubieran hecho con un bebé lengosta. Y el bebé ratón vivió y aprendió a vivircomo langosta y al fin terminó por creer queera una langosta. Y todos fueron muy febcesjuntos , y vivieron como una gran familia. Y elratón juró que nunca abandonarfa a su familia.Pero luego llegó el invierno y las langostasmurieron, y el ratón quedó solo. No era culpade nadie. Las langostas viven sólo un estación, pero los ratones viven varias
-¡Pero dijiste que no había mue rte enKaldor!
- No pa ra nosotros, que nacimos aquí.-¿Pero para mfhay muerte?-Lo ignoro. Tal vez para ti sr la hay, pues
no naciste en este lugar. Pero lo ignoro. Tu
vida y sus cambios son un misterio para mr, unmisterio mayor del que somos nosotros para ti.
-¿A mí me ocurrirá algo? -le pregunté denuevo.
-¡No lo sé! -dijo Eliaming-. ¿Ves cuál eselproblema con las palabras? No puede expli·carsenada que ya no sepas, Traté de hablar deesto por tu bien, porque te amo. Pero he dichodemasiado, o demasiado poco, y sók> te hecausado ansiedad. ¡Guarda el recuerdo denuestro amor! ¡Adiós, GokIstein!
Así E1iaming, el último de mi clan, semarchó.
La gente está desperdigada en todas lascolinas. Parece estar esperando un gran eccntecímíento. Yo me quedo y espero, también¿Qué otra cosa puedo hacer?
Ahora es de noche, y estoy sentado ante lafogata, el último de mi clan. Todos esos milesya se han dormido, y sus fogatas se estánapagando. Soy el único testigo, pero yo tamobíénestoy cansado.
No puedo permanecer despierto. Pero en lamañana me propongo hacer algo.
Ahora estoy solo.Los miles de personas que cubrian estas
laderas se han ido. {Esta mera ausencia dealgo familiar es el espectáculo más pasmosoque he visto en mis peregrinaciones.1Se hanido. y sók> han dejado despojos: en estascimassólo estoy rodeado por fogatas apagadas, aromas, ollas, ropas.
Todas sus ropas están aquí. Se fueron sinsus ropas.
Para mí, esto significa que se desvenecieron.
No me resigno a aceptar lo que sucedió.Supongo que se marcharon en la noche.Quizá uno de ellos me adm inistró una droga.Luego se fueron todos. Quizá dejaron sus ropas por algún motivo religioso.
La alternativa que debo aceptar es que sedesvanecieron.
Sufro un profundo problema emocional.Siento que estoy en apu ros. pero no hay nadiecerca para ayudarme. Estoy muy solo. Hayuna especie de compañia, porque todos los
a nimales han regresado. Para mí es inexplicab le. Habían desaparecido desde fines del invierno . Pero ahora han vuelto en fantásticapro fusió n. Aves, fieras, todo lo que camina ose arrastra parece estar ton estas colinas.
Hace l1h tiempo que no sigo con el diario.No hay nada que escribir. VIVO solo aquí. Meabandonaron. S upongo que me consideraron
.indíqno. Ypor cierto es un ruoo atinado.Supongo que por eso me enviaron lejos de
la Tierra. Me consideraron indigno de vivir conhumanos. Me tomaron por lo que era. y mepusieron en una na ve espacial y me despacharon a o tro pla neta, do nde tendría otra oportunidad,
Pero aquí no llegué a nada. l os engañé porun tiempo, pero en definitiva no llegué a nada.Como eran demasiado amables para enviarme a otra parte, ellos mismos se fueron, supongo que a otra región del planeta.
Que los animales adviertan qu é soy es sólocuestión de tiempo. Por ahora también Jos heengañado, como he engañado a tantos otros.Son notablem ente mansos. No creo que nunca ha ya n tratado con personas. Son tímidoscomo todos los animales, pero amigables. Seme acercan y me lamen la mano. Duermencerca de mí. Pero no debo ecosturnbrarme;ellos ta mbién se marcharán.
Los q ue se quedan más tiempo alrededorde mí son losde mi tótem, Jos bú hos y dervos.Son los animales más amables. En ciertaforma , los ciervos me han adoptado. Uno omás du ermen siempre cerca de mf. los búhosse me posan en los ho mbros, y son las únicasaves que lo hacen.
La bíerbe está cubriendo las annas y lasropas. Eltiempo pasa. pasa.
Bien, supongo que de alguna manera puedo entenderlo. ¿Q ué tiene de terrible decirlo?
"Todas Las personas se transformaron enanimales.
Yo no me transfo rmé porque no nacf aquí.
S ufrieron una metamorfosis, no la primera..Desde que llegué aquí, la extrañeza era evi
dente . S us instituciones sociales cambiaban
con desconcertante cele ridad. las norm ascambiaban de la noche a la mañana y se aceptaban pautas completamente distintas.
Pasaron de una cultura formal v elusiva auna cultu ra afectuosa y comunitana y luego auna cultu ra prim itiva y recelosa .
Pero las metamorfosis de sus vidas son aúnmás profundas. Cambian de nuevo, un cambio ffsico como el de las mariposas o las ranas.Sus nacimientos está n de algún modo relacionados con el cicle vital del planeta. Con tociossuscelos vitales, diria yo.
Esun planeta de reencarnaciones.No es mistic:ismo. Es la verdad más simple.
más básica. los hom bres renacen como animale s.
¿Y cómo renac en Jos animales?Aquí. no creo que el ciclo de nacimientos
imp lique ruidos de valor . No admi ten la existencia del karma. Un nacimiento es tan buenocomo cualquier otro; pues toelas las criaturasvivientes son dignas de ser vividas. Yaderná.s.todos nacerán como todo, a su tiempo.
Esla reencamad6n sin la muerte. Aquí sólohay nacimiento y cambio. Naturalmente , yono ten fa moclo de integrarme a ese ciclo.
Estamos a fines del verano. los días sondorados. Hay Uuvias más frecuentes.
He regresado a Morei. Muchos animaleshan regresado conmigo. El lugar no pareceinteresarles en absoluto.
Desde luego , en realidacl no es de ellos.Pertenece a Jos próximos seres humanos.
De cualquier modo, los an imales se estányendo. O, más probablemente están camtriando. Pues se ha iniciado una nueva temporada de crecimientos y las plantas está n desplasando a los animales.
Me he marchad o nuev amente de laciudad.Ahora es otoño , y soy muy feliz durmiendoentre Jos integrantes de mi tótem, Jos pinos.
No tengo mucho qu e escribir. El tiempopasa, y yo vivo. empiezo a sentinn e mejor.Empiezo a recuperarme.
Esuwerno.Tocios los animales se han ido. las plantas
El PENOlLO 2 I 47
están muertas. lo único vivo en este lugar soyyo.
Habrá nuevos nacimientos en primavera.Estoyseguro de eso. Quizá. mis amigos renazcan entonces. Pero quizá yo esté muerto. Porque la muerte es siempre la metamorfosis inminente para mr.
Me quedaré aquí hasta la primavera. Estorequerirá algunas decisiones difrciles: tendréque alimentarme de loscuerpos de mis amigos, an imales y vegetales, o pereceré.
Tal vez es un acto de egoismo humano,pero no puedo permitirme morir, ni siquiera aeste precio. Asr. que comeré lo que debo, ytrataré de recordarque todo come yescontidoy que algún día yo alimentaré alacriatura quepueda asimilarme..
S igo la costumbre. No comeré a los de míclan. Me alimento tan frugalmente comopuedo de todo lo que una vez albergó vida.Espero, sueño . ¿Regresarán a mI?
Ojalá sea un invierno corto.
Entre enero y marzo de 19 75, tuuo lugaren el lnsütuto deArtes Contemporáneasde Londres una serie de conferencias sobre dioersos temas de La ciencia ficción.Organizado por el criüco australiano Peter Nicholls, el ciclo contó con personalidades de la talla de Ursula K Le Guin, Edward de Bono, Alvin rottte, ThomasM. Díscn; Alan Gamer. Y Robert Sheckley, cuyas palabras ofrecemos acontinua ción.
RtotS'kLklLABUSCAD
LO MARAVILLOSOHace alrededor de un mes mepidieron que sustituyera aPhilip K. Dick. quien se suponía debía hablarles esta noche . Acepté. y me senté a preparar una conferencia.
No soy un conferencistaexperi mentado. Tartamudeo.Me intimida hablar ante grupos de una persona o más.Tartamudeo hasta cuando hablo conmigo mismo . Perounos amigos me contaron queen Inglaterra el tartamudeo seco nsidera indicio de inteligencia. y que todas las personas lúcidas lo practican. Demanera que tartamudear . le-
jos de ser un defecto. era unaventaja positiva. Parecierapues que tanto ustedes comoyo. tenemos suerte esta noche: yo por tartamudear. y ustedes por tener el privilegio deoír mis tartamudeos.
He hablado ante una audiencia sólo una vez en lavida. el ano pasado en un colegio de Nueva York. dondesustituí a Frank Herbert. Yahora ' estoy sustituyendo aotru persona. Comprendí queestaba iniciando una nueva ypromiso ria carrera como escn ror-conferencista de ciencia ficción sustituto. unaespe-
cie de jugador de reserva delos aud itorios.
Pero para que este sueno sehiciera realidad. necesitabapreparar una charla.. No podía ser la misma qu~ habíadado en Nueva York. pues ésala habia improvisado ayudandome con fichas y fue un desastre . Los escritores de ciencia ficción que tartamudean ytienen ideas confusas deberían ev itar las un provtsacrones.
Primero pensé que podíadar una charla sobre el futuro. A fin de cuentas. toda laciencia ficción tra ta del fu-
El . PE NDULO 2 I 4'1
turo . Pero no estoy e n una siruaci ón ideal para eso. puel>en realidad vivo e n el pasado.
Vivo e n la isla española deIbiza con mi esposa. mi hijo .dos pe rros . un gato. y unhuésped . Vivo en una casonade piedra de 200 años co nstruida co mo una fortaleza .Tiene sie te hab itaciones perosólo dos ventanas . No tenemos televisión . ni teléfono. niradio . Só lo muchos almendro s .
En c uanto al futuro . Ibizaestá al margen de é l. S i la civtli za ción occide ntal se derru mbara dc go lpe. nosotros nose nteraríamos sólo tres dfasmás larde . cuando lo leyéramo s e n la revista Tíme,
Cua ndo viv ía en NuevaYork . yo tenia un sinfín deideas sobre el futuro . Básicamente. el futuro era un lugarsiniestro. hacinado. ruidoso.peligroso. inestable, ilógico .incitante y sujeto a cambiossin previo aviso. Un lugarmuy familiar. Pero ahora vivoen Ibiza. donde las cosas hanmantenido prácticamente elmismo ritmo y el mismo estilodesde el desembarco de losprimeros turistas romanos .
Ibiza vive en un pasado intemo. y no es afectada por lacu ltura moderna . Ibiza. enverdad: no tiene cultura moderna. No tiene cultura algunapor lo que yo he podidoaveriguar.
Sin embargo . me gustaríaaclarar esa observación. Haymuchas personas cultas e inteligentes de todas las nacio nalidades en la isla. Pero no haycultura para los hablan tes deinglés. que es lodo lo que yo sehablar. No hay películas paranosot ros. ni concie rtos de
rcc k. ni bibliotecas. ni conferencias , ni teatros . ni librerías.ni muchas otras cosas . Só lohay mar y montañas. camposfloridos y playas contaminadas.
Como soy un profesional.puse manosa la obra. organicémis da tos . y entretanto a vecespensaba: " ¿Sobre qué se supone: que debo hablar execremente?" Porque sabía que silograba averiguarlo todo saldría bien.
Miré el programa de estasconferencias para ver qué seproponían los otros expositores. A juzgar por los título s. sehab ían metido en cosas serias.Eso no me preocupaba: puedoser tan serio como cualquiera .
y de hecho había algo quequería deci r. Quería mencionar los efectos psicológicosde l derrumbe del universo prolemaico y antropocéntrico .Esta concepción . co mo sinduda ustedes recordarán. determinó durante muchos si·glos. las ideas de la humanidad acerca de lo desconocido.Era un plan perfectamente simétrico. y estrangulaba todaespeculación.
Pero ahora vivimos en unespacio conceptual totalme nted istinto. En nuestra presenteorientación somos habitantesde un planeta en órbita alrededor de una estrella menor deun rutinario suburbio de unagalaxia de tama ño mediano enuno de los muchos universosisla.
La ciencia nos ha llevado aesto . y nos ha dejado en libertad de encarar la inevitableprobabilidad de otras exis tencias. otras vidas no necesariarren re relacionadas con lanuestra ni derivadas de e lla.
La ciencia nos ha puesto enel umbral de una verdaderapanicipación en lo desc~no
c ido . Pero la mayoría de ROSO- .
Iros participamos de la cienciasólo co mo consumidores y espectadores . Observamos suslogros por relevísíón. y compramos los frutos de sus ínvesngaciones en forma de televisores y automóviles.
Cuando el primer hombrepise la superficie de Mane.participaremos sólo como especradores de una borrosa reprod ucción televisiv a del granaco ntec imie nto . Ya sabencó mo será: anunciadores convoces estentóreas nos coma rán exactamente qué está sucedie ndo . Y tam bién nosapuntará n las emociones apropiadas que deben sentirse encada e tapa de la gran aven tura .Esa será nuestra parnclpeciéne n la conquista de otros rnundos .
Las monvecíones de loscíentiflcos pueden ser puras .pero sus pretensiones a vecesson difíci les de digerir. Quie ren explorar lo desconocidopor nuest ra cuenta e infonnarnos sobre sus hallazgos. comosi los demás no fu éramos tam bién ex ploradores que se desplaza n como ellos entre losmis terios de la vida y lamuerte .
En la actualid ad . los integrantes de un grupo panicular.poseen los medios de transporte exclusivos; el equipo.los artefactos necesarios parael contacto con o tros mundos .Nosotros. la ge nte . subvencionamos ese trabajo. pero losfabricantes y los militares cosechan los beneficios inmediatos . A nosotros nos reservan el espectáculo.
El cie nnfico. que lo examina todo , debería mirarse a símismo. En principio yo lo definiría como un anima l queproduce descubrimientos ydeja cae r sus productos tan natural e irreflexivamente comouna gallina pone huevos .Como a la gallina. en generallo tiene sin cuidado el uso quehagan de esos productos . Lamayor parte de los científicosno está .a favor de las bombasatómicas . desde luego. y presumiblemente a las gallinasles dis gustan las omelenes:pero amb as especies son realistas y transan con las condiciones que encuentran .
Voy al hecho deque la cienc ia está orient ada hacia resultados prácticos , sin considerarlas posibles consecuencias.Así, la ciencia es mora lmen teun imbéc il que entrega ciegamente sus productos a quienqu iera sea capaz de usarlos. Elusuario más probable es siempre el exp lotador: el fabricante . e l militar . el empresarioy el político. La ciencia produce lo que requieren estoshombres intensamente motivados: procesos repetitivos ycontrolables.
Pues ¡.cuál es . al fin y alcabo. el sueño del político?Una población dócil y previsible . feliz y contenta con suscompensac iones . Este estadorebaño es precisamente la granesperanza que nos brindan lasciencias. Pues la ciencia notiene un interés profundo ennuestras d iferencias sino quese concentra en nuestras simiolítudes. los puntos vulnerablesa través de los cua les podemosser manipulados y controlados.
Si 1,", rundos invisibles
que nos rodean e interpenetran . alguna vez fueran comprendidos de acuerdo con loscriterios de la ciencia. ¡qué pe.sadilla seria nuestro existir !Pues al descubrimiento siguela explotación. a la cua l siguenleyes que refirman el derechode los explotadores a poseersus despojos. Es dec ir, después del científico viene el industrial. y después del industrial viene el leguleyo . Y después del leguleyo, sonriendoalegremente. dispuesto a explicar la necesariedad divi nade todo, viene el clérigo.
Me tomé un grdn trabaje .para organizar estos pcnsa·miemos, en los cuales creo .pero no al extremo de obsesionarme. y me imaginé en estelugar expresándoselos a ustedes . y algo no encajaba . Loque no encajaba era que yoestuviera tratando de escribirla clase de charla que pensabaque ustedes esperarían de unapersona como yo ame una audiencia como ustedes.
Esa era una idea espantosa.porque significaría que ambosnos habíamos programadomutuamente por anticipado :ustedes . sabiendo de amemano qué esperar de mí; y yo,sabiendo qué esperarían ustedes . moldeando un productoque cumpliera con esas expectativas.
Lo que dificultaba y complicaba aún más las cosas , erasaber que mi conferencia. ade más. se publicaría en un libro.Eso significaba que realmentetenía que ser sesuda y estimelame. detallada pero concisa ,profunda pero fácil de entender; en una palabra . espesa.Mis palabras -estas palabrasque ahora estoy tartamudean-
do- habrían tenido que resistir el atento escrutinio de lapágina impresa, junto con laspalabras de muchos pensadores realmente agudos que sabien de qué estaban hablando .
Es una presión realmentefuerte para un hombre comoyo. que se considera un escritor popular disfrazado de profeta y critico socia l. Para mís ignificaba: ¡Cala hondo![Usa palabras difíciles! ¡Inventa conceptos! ¡Dcslúmbralos con notas al pie!
Creo que entonces caí en lacuenta de que era un fabuladar. Mi nuevo tópico seria :" C iencia ficción : la busca delo maravilloso " . Esta seria labase de mi carrera de esc ritorconferencista sustituto.
El fabulador es el representante del público general en loque atañe a la realidad noordínaria. Carente de una espec ialidad . esc ritor antes que científico o guro. es el vocero delpúblico masivo en la cuest iónde los otros mundos. Entreotros problemas . e l fabuladorde cuentos populares se preocupa por quién viajará a lasestrellas. quién experimentaréla magia de lo desconocido .Es un problema práct ico. Es lapregunta : ¿quién experimentará literalmente lo maravi lloso . lo escalofriante. lotrascendental?
Los tabuladores, con Irecuencia. hacemos héroes dehombres comunes , no dotadosde cualidades intelectuales oes pirituales descoüenres. Intuimos que esa realidad-ceano es exclusividad de una pequeña élite . sino un derechode todos los humanos.
Creo que muchas personasleen cienc ia ficción por ansia
Ü. PEr«x.L02 f SI
:
de participar e n las mara villasque vendrán . La busca de unarealidad no ordi naria es algomás que curiosidad y expres ión de deseos. Nuestra vidacotidiana está demas iado arestada de réplicas de nosotrosmismos y de los repe tit ivos artefactos de nuestros día.s y noches . Pero no creemos deltodo en este mundo prosaico .Co nstantemente se nos recuerda la ex trañeza del nacimien to y la muerte. la vastedad de l tiempo y e l es pacio'. laimposibilidad de conocemos anosotros mismos. Uno quemavivir en forma diferen te. mássignificativa. Uno querría participar en acontecimien tosmas relevantes q ue nuestraronda cotidiana. go zar de sensaciones mas exquisitas quelas ordinarias . Uno lee cienciaficc ión con el momen táneopropósito de trascender la chatura de lodos los d ías.
Esta búsqueda de lo inefa b le tie ne una razó n. Los teólogos peroran sobrela muerte deDios: para la mayoría de ROSO
tros es un hecho cot id iano ." Dios' es una palaln conconnotaciones desdichadaspara muchos. Yo la es toyusando para aludir al misteriofundamental jamástocado pornuestra racionalidad. A",n e lhecho de llamar misterio a unmisterio. es una manera de limitarío. un modo de fijarlo ennuestra mente como una" cosa" con propiedades hastaahora desconocidas pero .eventualmente. mensurables .E.sta defi nición parece racional. pero de hecho contradula Klea misma de lo marav illoso . Aquello que nos faltapuede ser atisbado pero nuncaaprehendido. No puede defi -
nirse. contenerse . ni cono-cerse de veras.
EJ misterio es lo que ya notenemos. Nuestro magro sustituto es la religión del hombrecomo ser que vive en la Tierra.Comprendemos muy biennuestros deberes éticos. creemos en ellos y tratamos decumplirlos . Pero todavía nosqueda esa íntima desazón. lasensac ió n de q ue nacimos parabuscar. de que nuestra ese ncia es incognoscible, que somas planta y espíritu. criaturas de dimensiones desconocidas . Pero todos nos topamoscon nuestra verdadera condi ción : somos fantasmas asfixiados en pancon manteca .
La cie ncia ñcclée. co n suaire prosti bulario. trae esperanza.. para algunos de nasoIros . Hemos terminado pordesco nfiar de cualquier cosaque nos hable de la Verdad.Sospechamos que esas verda des maravillosas , siempre inaplicables para nosotros . sonun estupefacie nte. Algún instinto nos dice que uno puedetropezar con la verdad en ellugar menos probable. ¿Y quélugar menos probable que lacie ncia fICCión. que alardea demuchas cosas pero nunca alardea de ser liter.tlmenle cjerta?
Aguardamos la llegada delo insólito. lo maravilloso y loextraño , pero no se nos manifiesta. Viene e l carrero. y ellechero. y el recaudador deimpuestos . pero no el hera ldode hechos mi lagrosos. Tomencomo ejemplo m;' recienterocecon lo ine~Dlteable .
Muy tarde una llOl,.-he. ~.
~~ a mi casa de 1"'7.41.cuandn vi, a mi izq uierda ycas i ~Jhre el horinM'lte. ungran d i",'n oval de luz arrum-
lIa. Parecí a estar desplazandose a gran velocidad y prontodesapareció.
¡Al fin, pensé. he visto unplato volador! Sin embargo.ron ánimo de investigar científicame nte. paré el coc he . Elobjeto había desaparecido.Retrocedí. y la luz apareció denuevo , esta vez qu ieta contrala negrura de una montaña .
Tras unos minutos de estudio , ide ntifiqué e l objeto. Era
la luz de una ventana reflejadae n la montaña . La estudi é unpoco más. y al fin advertí quesa lía de mi propia casa. Hab íae laborado mi propia ilusión,pero ni siquie ra había tenido lasagacidad de dejarmeenredar.
i.Dóndeeslamos. pues? Hemos de smantelado e l universomecanicista de Locke y Hume . y hemos desechado la acti tud materialista como irremed iablemente ingenu a . Hemos rechazado la actitud psico lóg ica concomi tante segúnla c ual no somos m ás que e nridades individ uales encerradase n su saco de piel . viv iendo ymuriendo a solas. Y aunquelos anti guos mundos mágicosya son irrecuperables . cons tantemente hay at isbos de losnuevos mundos.
Este es e l mundo del fabulador. El fabulador afirma quening ún proble ma est é irrevoca ble mente resuel lo . ningunadiscusión cerrada. ningunaconclusión supe rada . La fabulación . al prod ucir esce nariosplausibles pero contradictorios . a l aceptar cualquier premisa. niega la certidumbre ycelebra los va..tos horizontesde lo maravilloo.o.
¡.Qué C'!' k. maraviUoso'!e ren que eo; el <tfi..tlu de algo
que es real en cierta forma.aunq ue inalcanza ble .
¿Dónde se puede encontrarlo mara villoso? Só lo hay dosre gio nes posibles: lo conocidoy lo desconocido . e l aquí y elallá . Ambos tie nen sus apologistas y exploradores. 1..0 desconoc ido es el lugar obviedonde bu scar: Oa . la Adántida , Ur : la lejana Centauro ...
Esta es una apreci ac ión lóg ica . Su defecto pri ncipal consiste en que hasta ahora no hadado res ultado . A medida queavanzan nuestras explorac iones . las regiones de lo mara villoso retroceden aun mas.Dondequiera que vaya e l explorador. no encuent ra misque criaturas que viven su vidacot idiana res petando leyes.Muchas escue las eso t éricasdeclaran q ue lo maravillosotiene q ue estar precisamenteaquí. e n lo vulgar. en nuestravida cotidiana .
Est e punto de vista considera q ue la d iferencia entre lomaravilloso y lo ordinario esuna d iferencia men tal. un proble ma de percepción po r partedel observador antes que eldescubrimiento de algo nuevoen 10 observado. Este punto devista cons idera que lo maravilloso debe hallarse por reconsrruccíón ímenor, y que la consecuenci a 'ioerá una reha bi litación de nuestra apreciacióndel m undo externo.
Es una actitud muy co nvince nte . y para muchos de nasoIros resulta inmediata e innntivamenre persuesiva . Sin embargo. existen difK"Ulladespr.íctk a... Aunque los míst icos nos han legado muchosmetodos y medios para alcanzar ese estedo menta l de iluminació n. pocos de nt)S(lI ros lo
alcanzan . No tiene caso c~r
en un método cuando no produce los resultados deseados.ni para nosotros ni para ninguno de nuestros conoc idos .
La herramienta para alca nzar la iluminación . es la medi tación . una palabra que nor ma lmente entonamos con reverencia. Se presume que lamed itación es para la ment e loque los alimentos org ánicospara e l cuerpo. Esmuy saludable. aunque por cierto no tand ivertida como una buena película . O aún una mala pelí cula .
Es una práctica cescoecetta n te por lo simple. pero tienesus bemoles. He seguido unantiguo sistema que consisteen contar las inhalaciones .Uno cuenta ha..ta diez, y luegoempieza de nuevo . siempreconcentrándose en las inhala ciones. Lamentablemente, casi siempre pierdo lacuenta . Ydespués de perder la coeraavaria.. veces. pierdo todo interés .
Pero cuando sí tengo éxlto ylogro serenar la mente y alcan zar un grado de ~nsibi l idad
agudizada, ocurre algo muyelltraño . Descubro que he sinto nizado mi rmPia emisora demúsica intema. El sistema deemisión de musica transmitecontinuamente dentro de micabeza. sólo interrumpida porpantallazos de not icias de195 1. Ni siquiera me gusta lamayor parte de los lema.. queemue. 'Y los arreglos son deuna uniformidad ina@:uanreble.
De modo que en mi experiencia personal. la maJila ción es como esperar en uneeropoerto. con su música entubada 'Y sus anuncios trivia-
les . Pero con una d iferenci aimportante : en un aeropuertouno sabeque tarde o tempranodespe gara y volará .
Al cuerno la med itación. Yal cuerno las excursiones porel mundo interior.
La maqu inaria para sondearla experiercia interior es inaccesi ble . Nadie tabulará ni entrenará nuestros rit rnos al fa. ninosenseñará técnicas de trance . ni e xplorará nuestra capac idad para la clari videncia o latelepatía .
La química de la experie ncia interior cambien está proscripta. Los gobiernos prohiben la ingestión de drogas psicotrópicas . tal vez por miedo a
que todos quedemos. si no ilumi nados. al menos dopados.E l esoterismo, que es legal.aunque no demasiado divertido , nos ofrece alg unos remedios . Pero cuando intentamosseguir una senda espiritual. lama yoría no llegamos demasiado lejos. Enfrentadas conesta falta de resultados. las esc uelas esoeéríces hacen recaerla culpa en nosotros antes queen una deficiencia de sus doctri nas o métodos. Por ultimo.ex pl ican nuestro fracaso refugiándose en paradojas. Nosdicen. por ejemplo. qUe sólopodernos llegar si no qceremos llegar. un bonito nudodoble.
Algunas escuelas esotéricasad vierte n al disc ípu lo que nopo nga en práctica los poderese xtraordi narios que adquirire mos e n el curso de nuestro trabajo. l..oeuraordinario esesraafi rmactón . La mayoría no lenemos fue rza de vol untad paradejar de fumar. mucbo menospara le vitar .
Mientras con tinuaba esc ri-
biendo mi conferencia sobre elescritor de ciencia ficción ensu as pecto más destacado.como fabuledor y exploradorde lo mara villoso. advertí quelo maravilloso nunca había parecido tan trivial . irritante einapropiado.
Ustedes comprenderán, ca- . mo por fin lo comprendí yo aesa altura, que me estaba tomando muy en serio . Y estoera curioso. pues tengo repurecién de humori sta .
La verdad de la situac ión seme reveló de go lpe mientrasestaba sentado en el estudiotratando de conseguir la entonación adecuada para el versosig uie nte: "estos relatos deantiguas maravillas nos parc~n extravagantes e ingenuosahora . como los nues tros pare.cerán a nuestros descendientes ; pero en su momento fuero n intentos de apre hender lasmúltiples condicion es de la al te ridad. de criaturas y ci rcunstancias diferentes de nosotros.en cuya exi stencia creemosaú n. pero sin la prueba sensoria definitiva que nos permitína transformar nuestras vi·das."
Ni siquiera puedo alardearde conocer ciencia ficción.Desde luego me doy cuenta deque la escribo . Pero no mepropongo escribirla . No mesie nto y me d igo: ahora pensaré una idea de ciencia ficción, veamos cuál usaré es tavez , ¿ monstruos de l espacio oe l fin de l mundo?
En rea lidad las cosas no sonasí. Lo que sucece es l.Iue algome llama la atención. y unascuantas palabras o ímégeoesconfluyen de manera incitante. O a veces una escenaentera añoraen mi mente .
Sea como fuere. aparece ybasta. No soy yo quie n dicecómo debe ser. Yo sólo oeedezco. Y el resultado es nor·malmente otro cuento de ciencia fICCión.
Para ser franco . me sorprende lo que ha pasado con laciencia ñccíón en los últimosaños . Se ha transformado enun campo denso y acadé mico.y los esc ritores de ciencia flcción son tratados con un respeto que yo, como uno de suspares y admiradores. sólopuedo con templar con alannay.suspicecía.
Parece que fuera ayer. aunque en verdad fue hace veinteaños . cuando todos nosotrosescribíamos historias de aventuras sobre una región nebulosa y mal defi nida que llamá bamos el futuro . Ahora nuestros engendros son analizadosen claustros universitarios porvirtudes que nunca sospechamos que tenían . Esto sucedeespecialmente en EstadosUnidos.
A mí. por lo pronto. es tecambio en la evaluación de laciencia fICCión me tomó despreveeioo. Por" alguna razóenadie me contó que la cienciaftCCión se había vuelto respetable. que ahora debería enorgulleccnnc al declarar que soyescritor de ciencia ficción. Enlos viejos tiempos. cuando losdemás me preguntaban cómome ga naba el sustento. dec íaque era esc ritor . y cuando mepreguntaban qué escri bía y yoles contaba decían "Oh ..."
No Lo decían con desprecio.Sólo con cierto desánimo.como si por un mome nto h"ubieran pensado que habían ronocido a un venladcro escritory de pronto descubrieran que
en realidad uno era una especie de carpi ntero de las palabras . Y uno también cabe ceaba aba tido . porque en 10más íntimo les daba la razón .
En esos días uno nunca ronocía a un verdadero lector deciencia ficción. sólo personasq ue tenían un amigo que le íacie ncia ficción . Sin embargo•nunca daba la impres ión deque ese amigo fuera demasiado íntimo .
Y de golpe -() eso me pareció a ml-- la ciencia ficció nfue in. fue chic. fue chispeanre. fue signifi cativa. y fuetremendamente divertida. Ytambién fue profunda. muyprofunda , trataba de los problemas de nuestra época. y 00
secos. los escritores de ciencia ficción . con nuestra gramática precaria y nuestras tramas d islocadas . nuestros personajes acarto nados que seechaban en los hombros frágiles una idea reacia y e mbrionari a para llevarl a a una conclusión convencional. nosotros. los descamisados de laliteratura. éramos figurones ysin habérnoslo propuesto.
Enterarse de que uno estáescribiendo cosas relacionadas con algo importante escomo ponerse un chaleco defuerza . S i se le agrega el mandamiento "Sé natural " da lomismo que estar amo rdazado.Así q ue natu ralmente me pusea e labo rar es ta charla buscando la re le vancia que . segú nla ge nte. ten ían los esc ritoresde ciencia ficción en ciertascuestiones importantes .
Allí estaba yo. sentado enmi estudio y preparándomepara endi lgarles una provocativa parrafada sobre el PresteJ uan ex traída de la Ene...·d opt'-
EL f\tNX..Ul 2 '6
dio Brítannica , Mi gata estabapor tener gatitos . Mi navajahabía desaparecido irexphcablemente ese dia. aunquesie mpre la guardo e n el mismolugar. No había agua en la cislema. y se me hab ian acabadolos cigarrillos. Todo esto mepasaba por la cabeza junto conla Atlántida y la natura leza dela realidad y otros lemas sobrelos cuales pensaba esclarecerlos .
Era una confus ión garrafal .Pero de spués pensé . bien . enverdad tendrían que saber quéesperar de mí. Si leyeron miobra . lo cual pongo muy enduda. sabrán que sé poco sobre la cie ncia y menos sobreel mundo moderno. Y elhecho de que nunca me hayanpremiado parece prueba suficiente de que no sé nada sobrecienc ia ficción .
y entonces se me: ocurrió;. si esta gente hubiera querido'
una diK1taCión erudita sobrealgún aspecto de la ciencia ñcción . habría contratado a undisertante erudito . No a mí.
Esto me lle nó de pán ico .porque a continuac ión pensé:e n tal caso, ¿de qu é diablosquieren que les habl e?
Por último decidí que querrian q ue les hablara de la reaIidad . ¡,Pues de q ué a ira cosase puede hab lar . en definitiva.sino de la realidad ? ¡.Sobrequ é aira cosa podemos intercamb iar opi niones? ¿Cuál otroes mi objeto de est udio. miespecialidad . qué otra cosa estoy ex plorando continuamenteen ellaboratorio de mi vida?
Sin duda. una de nues trastareas princ ipales es probar.nos y sondeamos a nosotrosmismos y nuestra interacc ióncon e l mundo . Y en esto. lac iencia y e l esoterismo y todoslos sistemas de pensamiento
que el hombre ha ceseroliado . no sirven de nada en lapráctica. Cada uno de ROSOIrOS está solo en la.. vastas regiones de su cráneo. tanteandoel mundo con los precariosinstrumentos que rec ibimos alnacer .
En es ta char la he tratado dee xplicar parte de mi prop iarea lidad . en la medida en quesoy capaz. en un instante par.ticutar de mi vida . Estas sonlas cosas que componen mimomentáneo universo. Es imposi ble una síntesis. aunq uemi tiempo aquí ya se está terminando. Todo debe quedarsin resolver. laI cual sucede enlos hechos. Mi tema escapa alos pulcros limites de mi defi nición . pues no hay dala quede alguna manera no esté relacionado con mi ci rcunstanc ia.Todo fonna parte del vasto einconcluso rompecabezas queson nuestras vidas .
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56 f EL Pn«u.o2
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UNA mlfTURA DE
JOHN WATERCOLOREl JUSTICIEROAIfTI-PICI PDCm CON SU FAMOSOREDINCOrr DE LA MUERIL
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Cuarenta años son tiempomás que suficientepara saber
todo sobre Las Cataratas.
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EN LASIRATAS
Ilustró SANYÚ
Era la hiero. apretada y húmeda, resbaladizacomo jabón, que cubría el sendero, y no lapendiente de la montaña, lo que hacía resbalarYcaer con tinuamente a Carter. Tenia mojadala parte delantera del impenneable y las rodillas cubiertas de barro, y todavia no habíaakanzado la cima. Y con cada pasoque daba.aumentaba el rugid o que hacía temblar elsuelo. Estaba cansado y sofocado de calorcuando Degó a la cumbre del cerro, pero olvidó , instantáneamente, todas las incom<xIidades al mirar por encima de la ancha bahía.
Como todo el mundo, oía hablar de lasCataratas desde la infancia, Ybebta visto ínnumerables fotografías y películas en la televisión. Toda esa preparación era insuficientepara mffigM el impacto de la reelíded
Vto un océano que caia, un do vertical:¿cuá ntos billones de litrosdecían que bajaban
por segundo? las Cataratas se extendían a lolargo de la bahía, hasta desaparecer detrás denubes de espuma. la bebra hervíaYtemblababajo el impacto de tanto peso líquido, errojando olas de espumosa cresta que se estrellaban con tra las piedras alláabajo. Carter sentíael choque del agua contra la roca maciza comouna vibración que recoma el suelo, y que eraengullida por el rugido más potente de lasCataratas. Tanto reverberaba todo que los oídos se le negaban a edeptarse. Pronto se leadormecieron a causa del incesante estruendo, pero los propios huesos del cráneotJansmitlan las palpitaciones y temblores delcerebro, sacudido allí adentro. Cuando seGev61as manos a los oídos comprobó, horrorizado, que el ruido de las Cataratas no disminuía. Mientras se tambaleaba. los ojos muyabiertos, se f0nn6 un remolino en la base de
,.
Las Cataratas. producto de las siempre cambiantes corrientes de aire. Quesubió sa1picándolo con una nube de espuma. La Uuvia duróbreves segundos, pero fue más fuerte quecualquiera de las tormentas que recordaba,más de 'o que creía posible, Cuando cesó esediluvio, Carter boqueaba.
Estremecidopor sensaciones que nunca habla expenmentedo, se uoMó y rnUó hacia elgranito gris del acantilado, oscurecido por elagua. Yhacia la casa que se ecurruceba en labase como una ampolla pétrea. Estaba construida con el mismo granito del acantilado, yno parecía menos sólida. Corriendo y resbalando , las manos en losoídos . Carter se lanzóhacia la casa.
Por un momento la espuma voló sobre labahía. haciael mar, y la luz dorada del atardecer se derramó sobre la casa, arrancándole deltecho ínclínedo rápidas nubes de vapor. Erauna construcción muy natural , tan sólidacomo la roca a la que estaba adherida. Sók>dos ventanas penetraban la fachada inexpresiva del frente que daba a Las Cataratas: ventanas minúsculas y profundas. como ojitosdesconfiados. No exístía .nr mnguna puerta,pero Carter vio un camino de losas que 10
deaba la esquina de la casa.Avanzó por ese camino y descubrió - en la
pared de atrás. la que miraba en direcciónopuesta a Las Cataratas- una pequeña entrada. No tenia arco pero estaba resguardadapor un enorme dintel de piedra de más demedio metro dediámetro. Carter se acen:6 a lapuerta Y buscó en vano una aldaba en laspesadas maderas aseguradas con un cerrojode hierro. El incesante y omnipresente truenode LasCataratas casi no dejaba pensar. y sólodespués de empujar inútilmente la inamoviblepuerta se dio cuenta de Que ninguna aldaba, niaunque tuviera la potenda de un ce ñén. servíña para enuncíerse dentro de esas paredes ,por endma del estruendo. Bajó las manos y seesforzó por ordenar los pensamientos.
Terue que haber algu na manera de presenterse. Dio un paso atrás y en tonces descubrióuna herru mbrosa perilla metélce en la pared,a poca distancia. Le puso una mano encima eIntentó hacerla girar, pero la perilla no se mooo. TIró hada su cuerpo, y aunque costabamoverla consiguió arrancarla lentamente de la
pared, descubriendo el extremo de una cadena. la cadena estaba muy bien engrasadayen buen estado: señales alentadoras. Siguiótirando hasta arrancar un metro de cadena dela pared luego, a pesar de todos sus esfuerzos, no k>gr6 sacar mas. Soltó la perilla, quegoIpe6 contra la tosca pedra de la pered AIIlquedó durante un rato. luego, con movimien·tos mecániros,~ la cadena ,.,¡.vi6 a entrar en la pared hasta que la perillaocupó su lugar original.
El extraño mecanismo pareció cumplirbiensu función. Enmenos de un minuto se abrió lapesada puerta, y apareció un hombre, queexaminó en silencio alvisitante.
El hombre se perecía mucho a lacasa y a losacantilados que había detrás: sólido, digno,gastado. arrugado y gris. Pero había resistidolos años a pesar de tantas huellas. Tenía laespalda tan recta como cualq uier joven, y habta en sus manos huesudas un aire de deddklafortaleza. los ojoseran azules, de un tono muyparecido al del agua atronadora que cata sincesar a 10lejos.. llevaba botas altas de pescador, pantalones comunes de pana y un gastado suéter gris. Cuando le indicó a Carter, porseñas, que entrase en la casa, no le cambió la
""""""'" de laCMiLDespués que se cenó la puerta Y todas las
trancas \IOMeron a sus lugares, el silencio de lacasa adquirió una caracteristica muy especialCarter habicl conoddo en otros lados la eusenda de sonido, peroesa casa era una venia Jeramanifestadón del sinsonido, una burbuja depaz que pujaba contra la mismisima base deltodosonido de las Cataratas. Estaba momentáneamente sordo, y 10 sabía. Pero no tansordo como para no darse cuenta de que elmartilleante trueno de las Cataratas habtaquedado afuera. El otro hombre debía de saber muy bien cómo se sentía su visitante. Asintió con un gesto tranquilizador y tomó el ímpermeable de Carter, luego le señaló un slllóncómodo al iado de la mesa de madera, cercadel fuego. Carter se hundió, agradecido, en losmullidos almohadones.. El anfitrión dio rredíevuelta y se fue; unos minutos más tarde volviócon una bandeja en laque habicl una botella ydos vasos. SiJvió una medidade vino en cadavaso y puso uno delante de Cartel'. que asintió
EL ?ENou..0 2 / 610 0'
y 10 to rnó con ambas manos para que no le pared No tenga, miedo. Suba La ventana estemblaran tanto. Despuésde un trago grande segura. Mire cómo están 6jados los vidrios.siguió tomando sorbos. mientras se le apeo-guaban los temb lores y recuperaba el odo, El Carter no miraba los vidriossino Las Cataa nfitrión dio varias vueltas por la casa. ha- ratas allá afuera. No se había dado cuentadendo dive rsas tareas, y Carter pronto se sin- hasta ese momento de k> cerca que estaba lati6 muy recuperado. Levantó la mirada. casa de la cascada. Se aferraba al borde
- Debo agradecerle la hospitalidad. mismo del acantilado, y desde ese punto no seCuando Degué estaba ... agitado. veta más que la muralla de granito húmedo Y
- ¿Cómo está ahora? ¿Le hizo efecto el oscurecido a la derecha Yel espumoso removino? -dijo el hombre en voz alta, casi gri- lino de la behíe allá abajo. Y delante, encima,tando, y Carter se dio cuenta de que no había cobnando el espado, Las Cataratas. El espeoído lo que él acababa de decir. El hom bre, sor de paredydevklrio no conseguíaaislardelseguramente, tenía problemas de audición. todo el ruido, y al tocar la ventana sintió laEra una maravilla que no estuviese sordo vibración producida por la carda del agua.como una tapia. La ven tana no atenuaba el efecto que le
- Es muy bueno, gracias - gritó Carter- . producian Las Cataratas, pero le permitía miEs usted muy amable. Me llamo Certer, Soy rar y pensar con una sereníded imposib le alláperiodista , por eso he venido a verlo. afuera. Era como espiar un holocausto ecué -
El hombre asinti6 con una leve sonrisa. lico, un infierno frío. Podía mirar sin peUgro,- Yo me llamo Bodum. Ya debe saberlo si pero e l miedo ante lo que había del otro lado
ha ve nido a hablar conmigo. ¿Escrtbe para los no disminufa. En la cascada de agua aparecióperiódicos? y desapareció un bulto negro.
- Me mandaron aquí. -Carter tosió: al gri~ -Allá . . . ¿vio eso? -grit~. Algo cayótar se le irritaba la garganta - y daro que lo por Las Cataratas. ¿Qué podrá habersido?conozco, señor Bodum . . . es decir, conozco Bodum asintió con naturandad.SU reputación. Usted es el Hombre de Las - Hace más de cuarenta años que estoyCataratas. aquí Y puedo mostrarle qué es lo que cae por
- Hace cuarenta y tres años -dijo Bodum LasCataratas.con a uténtico~ que vivo en este sitio, Meti61a punta de una astillade madera en elque no salgo una sola noche. No ha sido fácil. fuego y encendió con eRa una lámpara.Cuando el viento sope hada aquf la espuma luego, con la 1Ampara en la mano, le indicóvuela sobre la casa dura nte días y cuesta respi- por señas a Carter que \o acompañase. AtrClirar . . . hasta se a paga el fuego. Yo mismo wsaron la habitad6n, Y el hombre acercó laconstruí la chimenea . _. hay una parte torcida lámpara a una campana de cristal.allá aniba con reguladores y compuertas. El - Apareció en la orilla hará unos ventehurno sube, pero sicae agua los reguladores la años, Tenia todos los huesos rotos. Yo mismocontiene n, el peso abre lascompuertas y sale lo embalsamé y k> monté ehtpor un ca ño fuera de la casa. Le muestro Carter se acercó y miró los ojos pardos y ladónde está el desagüe ... en esa pa red oscu- boca abierta y los dientes afilados. Las patasrecida por el hoUín. eran 1fgidas, poco na turales, y debajo de lapiel
Mientras Bodum hablaba Carter miró la ha- el cuerpo abultaba en sitios poco propicios.bitaci6n, las borrosas formas de los muebles, Como taxidermista, Bodum dejaba bastanteapenas visibles a la vacilante luz del fuego y de que desear. Sin embargo, tal vez por eccílas dos ventanas de la pared. dente, había capturado una imagen de terror
- Esas. ventanas -dijo-, ¿las hizo usted ? en la mirada y en la postura del animal¿Puedo mirar? - Es un perro - dijo Carter- . Un perro
- Me l1evó un año cada una. Súbase a ese como tantos.banco. Quedará en e! nivel justo. Son vidrios Bodum se ofendió.blindados, fabricados espeda1mente. tan sóli- · -S~ parecido, pero no exactamente comodos, a hora que los he""'!JU"'do ben, como la otros - <ti;o, con toda la frialdad que puede
caeer en un gnto-. Le di je 'que tenia todosJoshuesos quebrados. ¿De qué otra manera podña haber llegado un perro a esta bahia?
-Lo sien to, pero en ningún momentoquise decir . . . sr. es evidente que cayó por LasCataratas. Me refeña a que es tan parecido anuestros perros que qui2á existe allá arribatodo otro mundo. Con perros y demás, igualesa losnuestros.
-Yo nunca especulo -e-dije Bodum, epecíguado-. V~ a preparar café.
L levé la Lámpara a la cocina y Carter, soloen La penumbra, volvió a la ventana que tantolc etrara
-Debo hacerle algunas ",eguntas pano elarticulo - dijo sin alzar la voz lo suficiente paraque Bodum lo oyese. Todo lo que habíaido ahacer a ese sitio careda deimportancia almirarlas Cataratas. B viento habíacambiado. Porun momento se Uev6la espuma., YLesCataratas fueron otra vez un nftidoy potente ño quecaía del cielo.Tordó la cabeza y tuvo la sensed6n de estar-.lo un rlo cuaIqu;er.>.
Y aDá arriba, de donde venia la corrlente,apareció un barco, un inmenso crucero conhileras de ojos de buey. Navegaba P'" la superflde det ñc a más veloddad que cualquierade los barros en los que habia navegMio, ytuvo que torcer más la cabeza para seguirle elmovimiento. Cuando pasó por delante, a poros dentos de metros de distancia, lo vio connitidez durante un fugaz momento. Los pasajeros se aferraban a las lwandas, Y aIg.mos
•. Oewban la boca abierta corno si gritaran demiedo. luego desapared6 y sólo quOO6 elagua, la corriente incesante.
- ¿Lo vio? - gritó Carter, girando conrapidez.
-Pronto _lisio el ca'é.-Allá. aJIá - grit6 Certer, tomando • Be-
dum del brazo-c. En Las Cataratas. Era unbarco, juro que era un barco que cafa con elagua. Un barco con gente. TIene que habertodo un mundo aDá arriba, un mundo quedesconocemos.
Bodum se desasió de la manode Carterconun movimiento seco y tomó una taza de larepisa.
- Mi peno cayó P'" las Cataratas, lo encontri y yo mismo lo embalsamé.
-sr. su perro, no se lo niego. Pero babtegen te en ese barco, y juro . . . no, no estoyloco . .. juro que tenían la piel de un colordiferen te del nuestro.
- La p;eIes la piel. un coíce.- De acuerdo. Así somos nosotros. Pero
pueden existir pieles de otros co&ores aunquenosotros lo Ignoremos.
- ¿AzOCar?- Sr, por favor, dos terrones,Certer sorbió el café; era fuerte y estaba
muy caliente. A pesar de sr mismo, algo loobligó a volver junto a la ventana. Miró haciaafuera mientras bebía el café. Con un sobresalto, vio que algo negro e informe bejebe enel agua Y otras cosas. No sabia bien qué eranporque el viento YOIvia a empujar la espumahacia la casa. Dejó el fondo del café , que es-taba muy concentrado, y puso cuidadosamente la taza en una mesa.
Lascaprichosas corrientes de aire volvierona apartar la cortina de espuma justo a tiempopara dejarle ver pasar otro de Jos objetos.
- ¡Eso fue una casa! La vi con la mismadaridad con qu e veo ésta. Pero era quizá demadera, no de piedra, y más pequeña. Y negra, corno si hubiese ardido parda1mente.Vengaa mirar, puede haber más cosas.
Bodum golpeó la cafetera mientras la lavaba en la pileta.
- ¿Qué qUM?ren saber de mí sus peri6dicos?Más de cuarenta años en este sitio ... puedocontarle muchas cosas.
- ¿Qué hay endma de las Calara... . . .dondeoonduye el acantilado?¿Vtve gentealláarriba? ¿Puede existir aIJí todo un mundo delQue no tenemos noticia?
Bodwn vadSó, y arrugó el ceño mientraspensaba la resp .esta.
-Pienso que allá arriba hay perros.-Si - resp0ndi6 Cerrer, golpeando con el
puño contra el anaquel de la ventana, dudando entre sonrefry bar. AIIi delante caía elagua; el piso Ylas paredes temblaban
- Ahf van. . . más Y más cosas. - Hablabaen voz baja, consigo mismo. -No sé muy bienqué son. Eso... puede haber sido fU' MboI YaqueBoun trozo de una cerca. los más pequeIios pueden ser cueq>os . • • arumaJes. troncos,roaIquier cosa. Hay un mundo diferente encima de las Cataratas y algo terrible 0C\DTe en
•
ese mundo. Y nosotros ni siquiera sabemosqué es. Ni siquiera sabemos que ese mundoestá allí.
Siguió golpeando la piedra con el puñohasta que le dolieron los de dos.
El sol brillaba en el agua yv ío elcambio, queempezó con pequeñas alteraciones .
- Hasta ... parece que el agua ca mbia decolor. Es rosa . .. no. roja. En cantidades cadavez mayores. Por un insta nte fue roja en aquelsitio. Color sangre.
Dio media vuelta, hacia la penumbra de lahabitación. y trat ó de sonreír, pe ro los labios sele e nd urecieron dejando al desc ubierto losdientes.
-¿Sangre? Imposible. No puede habertan ta sangre en el mundo entero. ¿Qué sucedeallá a rriba? ¿Qué sucede?
El grito de Carter no incomodó a Bodum,q ue sólo asintió con la cabeza.
-Le mostraré unacosa -c-díjo-c . Pero solamente si me promete no mencionarla en suartículo. La gente podria reírse de mí. Hacemás de cuarenta añ os que estoy en este luga r,y le aseguro que no es pa ra reírse.
- Palabra de honor . . . nunca diré nada.Muéstrerne. Quizá tenga algo que ver con loque está pasando.
Bodum sacó una pesada Biblia de un estante y la abrió sobre la mesa junto a la lámpara. Esta ba compuesta en una tipografía muy
pesada , seria y solemne. Bodum volvió laspáginas hasta llegar a un trozo de papel muycomún.
- Encontré esto en la orilla. Durante el invíemo. Hacía meses que no venía nadie.Quizá cayó por Las Ca taratas. No digo quehaya sido así . . . pe ro es posible. ¿Usted creeque es posible?
- Ah, sí . .. muy posible. Si no ¿cómo pudonegar hasta aquí? - Carter lo tocó con lamano. - Sí, es un pape lordinario. Roto en unborde y arrugado ; estuvo mojado y usted losecó. -Lo miró delotro lado. - Aquíha y algoescrito.
-Sí. Pero no tiene sentido . No conozco esapalabra.
- Yo tampoco, y hablo cuatro idiomas.¿Querrá decir algo?
- Imposible. ¿Una palabra como ésa?- No es un idioma humano. -Leyó las
letrasen voz alta. - A, U, Equis, 1, Ele. l. O.- ¿Qué significará AUXILIO? - gritó Bo
du m, alzando aú n más la VQ2- . Lo escribió unniño. No significa nada
Tomó el pa pel, lo arrugó y lo tiró al fuegc1.- Así que va a contar mi historia - dijo
orgulloso- . Hace más de cuarenta años quevivo aquí, y si existe un hombre en elmundo alque se 10 pueda considerar una autoridad enLas Cataratas, ese hombre soy yo. Sé todo loque hay que saber acerca de ellas.
. .
S IMPOSJe)PO
"'-"
La nota que sigue fue escrita en 1979para el número 5 de El Péndulo (primeraépoca).quenoalcanzóasalir.Asimovacababade~susegundocentenar
de libros con la presentación de la primera paJte de su autobiogral(a. Desdeentonces, Asimov publicó 29 tiMos más, y espera llegaral 236 antes de (in deaño.
•RJtb CopanraISAAC ASlMOV
OLA MAQUINA DEESCRIBIR ..
Por haber escrito mas de milqu inientas comedias y una ropiosa producc ión en prosa y enverso , Lope de Vega fue llamado "el mon struo de la Naturaleza" . Debido a su talento . se lo apodó "el Féni x delos ingen ios" .
Isaac Asi mov acaba de pe blicar su libro número doscientos . y es probable que .gracias a la máq uina de escribir eléctrica. haya producidomuchas más palabras que
Lope . q uien tenia las limitaciones de la pluma de ganso;se ha ga nado pues el apodo de" monstruo" aunque ello noimplique necesariamente quesea un Fénix.
No cabe duda que Asimoves un escritor ingenioso : fueuno de los puntales de la 11a·mada Edadde Oro de la cie ncia fKrión . entre los años '40Y '50. También es un colosaldi vulgador. un ensayistadolado de gran talento didáctico .
capaz de hacer compeenslbleslas nocionesmás avanzadas dela c ienc ia. " contándo las" conel espíritu de un char lista másque el de un catedrático: as¡ loatestigua la difusión que hantenido en lodo el mundo suslib ros de vulgarizecéocie ntiñca.
As imov no es sólo un escritor: es un p'rwM~ muy especial: a lguien capaz de ser a lavez inteligente y superñciar.pedante y gracioso, sincero.
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ex hibicionista o egocéntrico ;pero . en definitiva . un personaje .f impál iw.
El libro número doscientos.que acaba de aparecer. y co nel que Asimov festejó su récord bibliográfico. es suaurobiografla. ' El volumen ensí es bastante impresionante .si se co nside ran sus 115 péglnas . más indices y bibliografía: pero es sólo una parte de loque nos espera, pues apenasabarca los años de 1920 a1954 .
De un hombre que ha escriro tanto . que ha vivido todala época del flo recimiento dela ciencia ficción . y que . a suvez . es un buen narrador . seesperara. quiz ás . alguna arécdota interesante , alguna noticia inesperada . o aun simplemente que nos dé a conocersus ideas o el proceso creativode su obra.
Desde este punto de vista .e l libro resu ltará decepcionante , pues Asimo v generalmente hab la de sí mismo . y amenudo de hechos que sólopueden interesarte a él o a susallegados mas ce rcanos .
Es notable cómo Asimov esca paz de unir una inteligenciafuera de lo común con la masasombrosa puerilidad . De talmanera . dedica páginas enteras a contamos hechos tanapas ionantes como los que siguen: el día 25 demayo de 1953se co rtó el pelo (p . 683); suprimera regla de cálcu lo leCOSió dieciséis dólares (p .493 ): su primera máquina deescribir fue una Underwood nO5 usada (p. 144): también noshabla de su có lico renal y desus tra tamientos odontológicos ; nos ofrece sus caliñcacio-
nes de l secundario (p. 254) ycuenta que cuando fueron acomprar su seg unda máquinade escribir (por USS 60 , descontados USS 11 en ca nje porla máquina usada) é l y su pedrecomieron un salame por 10centavos . y pan y arveja s saltadas por 15 ce ntavos . . . (p.205 ),
En realidad. Asimov romien za disculpándose desdeel pró logo; afinna que no hahecho nada interesante quemerezca conrerse. pero comosus editores pensaba n que unhombre que ha escrito 200 ~i ·
bros segurame nte debe tenera lgo que contar. se decidi ó ahacerlo. Eso le insumió másde 100 pagi nas . y la amenazade un nuevo volumen paramás adelante ."
Los primeros capúclos .aunque no contengan datosmuy interesantes, muestranalgún trabajo de investigacióny ordenamiento del materia l.Más ade lante , aproximadamente a partir de la época enque nos cuenta que empezó allevar un diario (al princ ipioded icado a co nsignar resultados de béisbo l y la campaña desu eq uipo , los Gianls) el relatose convierte cas i en una transocripción de aquél , y hacia elfinal se hace francamente desprolijo e ileg ible.
En cuanto a sus ideas . convicciones o creencias. Asimovtampoco sorprende : votó porRoosevelt . admiraba a Fiore110 La Guardia y se opuso almacartis mo . Su actitud frentea la rel igión es un ejemplo desuperficialidad. Asimov sedec lara aleo . pero no tiene nilos co nfl ictos de Kafka ni larebeldía de Freud: sencillamente , nunca IUvO contactocon la religión . su padre era
prácticamente ateo; sólo unavez vio a un judio ortodoxoorando (p . 429) Y un fugazacercamiento a una sinagoga.a los 8 años. le si rvió apenaspara aprender a leer hebreo.Su indiferencia religiosa separece . pues . al desinterés quesiente un beduino del Saharapor la navegación .
Pero pese a esto 110 deja detener sus co nflictos de identidad judía. Sin dejar de proclamar su ateísmo, nos cuentaque buscó un rabino para casarse (alegando que e l Registro Civil estaba cerrado. p.634). Cuando estuvo en laMarina como investigado r.sus co legas judío s resolv ieronex igir que se les diera asuetoen Yom Kippur , ofrec iendocomo compensac ión trabajaren Navidad. Como aleo. alprincipio Asimov no que ríafirmar el perüono . pero luegode una con versación con Ro
. bert Heinlein decidió hacerlo .para no periudícara los demás. pero fue e l único que sepre sentó a trabajar en ambasfestividades. la judía y lacristiana . .
Si hay algo que parece enca ntarle a Asimov es hecer exhibición de su talento; se comporta como uno de esos chicosinsoportables que tra tan de llamar la atención de las visitas.Consta ntemen te nos recuerdacuán intelige nte e ingen iosoes . Cuenta que entró a la escuela sin tener aún la edad reglamentaria . cuando ya habíaaprendido a leer por sí so lo (p.41); cómo apre ndió a multiplicarcuando sus compañeros recién iban por la suma y la resta(p. 6 1), cómo obtuve en lostests de inteligencia de la Ma4
rina el increíble coe ficiente de160 punte s (p . 434). cómo es
EL PtNou..0 2 ' 67
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".:
capaz de hacer juegos verbalesque en una ocasión dejaronpasmado a un animado r profesional. etc. También nos infonna que. escribiendo a máqu ina . es capaz de mantenerdurante horas una velocidadde 90 palabras por minuto (p.147) .
Otro de los temas son susprete ndidos hábitos donjuanescos: suele presentarsecomo un auté ntico sát iro de laciencia. Pero su sinceridad estan grande que no olvida consignar hechos que disientenbastante de esa versión; nosdic e que llegó virgen al matrimon io . que en su primeraavent ura extraconyugal él fuee l seducido y que sus frecuentes intentos de propasarse conJudith Merril so lían culminarcon los contundentes golpesde ésta. Tan cándido es Asírnov contándonos todas estasintimidades que no puede menos que provocar sonrisas.
Qu izás e l momento culminante de esta exhibición sea suencuentro con Harlan Ellisonen una convención. No bienfueron presentados. ElIison loagredió. diciendo que Asimov.. no era gran cosa" . con locual sorprendió al buen Isaac.definitivamente acostumbrado al éxito. La explicaciónes simple: Aslmo v había encontrado la honna de su zapato . tropezando al fin con alguien más vanidoso que él,que no se creía un talento sinoun genio. y que además eramás joven y petulante . Casipodría decirse que lo ten ía merecido . . .
Un niño crece en Brooklyn
Isaac Aslmov nació en laUnión Soviét ica . dos años
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después de que és ta se consti tuyera fonnalmente como estado federativo. Fue en 1920 .~egún nues tro ca lendario. oen1919 según el calendario juliano . Se trasladó a los Estados Unidos cuando sólo teníatres años .
Sus antepasados . que el auto r llega a rastrear hasta e l siglo xvrn sin pode r hallar ninguno que haya hecho nada interesante . parecen haber sidomerc aderes de centeno. y recibieron su nombre original deAzlmy (del ruso zimv . invernar) de la variedad de cerealque traficaban. Por supuesto.Asi mov aprovecha para darmues tra de su versa tilidad lingüí stica. escribiéndo lo enruso . con letras cirí licas y enhebreo <de impre nta y cursivo).
Perd idos en una aldea llamada Petr óvichl . en la zona deSmolensk. la Revolución bolchevique no afectó demas iadoa los Asimov . cuyos antepasa dos tampoco habían sufridodemasiado la persecución racial. Sin embargo. las cosasno iban demasiado bien paraun comerciante . de maneraque Asimov (padre) se dejótentar por las entusiastas cartas de un hermano que habíaemigrado a los EE.UU. y partió con su familia a probarsuerte en el Nuevo Mundo. enel mismo tiempo en que lo hacían otros tantos polacos. italianos o irlandeses .
Instalados en Brooklyn, e lpadre de Asimov trabajó untiempo como obrero hasta quetuvo la oportunidad de independizarse . instalando un pequeño quiosc o de golos inas yrevistas . Con los años. el negocio fue creciendo . grac ias al
es fuerzo y el sacrificio de queera n capaces [os emigrantes deprincipios de siglo. Había quemantener el local abiertodesde las seis de la mañan ahasta las doce de la noche. demanera que padre . madre e hijos se turnaban para atenderlo.sin feriados ni diversiones.sa lvo alguna ocas ional función de cine . En el quiosco desu padre. Asimov conoció laspri meras revistas de cienciaficc ión (la legendaria Astounding, que dirigía John W.Campbell). las que leía a hurtad illas por dos razones: primero porque estaban destinadas a la venta y no podíanajarse. y segundo porque supadre consideraba que erantonterías . lectu ras prop ias devagos e inútiles.
En un marco de gran pobreza. vida metódica y estrictadisciplina paternal . Asimovhizo sus estudios primarios ysec undarios. sin abandonar suafición por las revistas pulps,y comenzó a hacer llegar susopiniones a l Correo de losLectores de la rev ista deCam pbe ll.
El gran Campbell
Uno de los momentos másdecisivos de su carrera fuecuando Asimov conoció aCa mpbell persona lmente. eldía en que éste le concedió unaentrev ista en su oficina . Alpoco tiem po decid ió comenzar a esc ribir. imitando a susautores favoritos. Pero asícomo se había mostrado amistoso. Campbell era inflexible ~con su revista. y durante añosrechazó los trabajos del joven I
Asimov. El primer cuento publicado (" Varados frente aVesta" . 1938) apareció en
•
Amazmg, cuando RayrnondPalmer dirigía la rev ista .
En los recue rdos de A..i 4
rnov . la figu ra de Campbell sede..taca tamo por ..u brillo intelec tua l como por ..us arbitrariedades; acost umbraba cambiar los títulO<;. a ..u antojo . in-oventaba seud ónimos y másadela nte llegó a cambiar losfinales de los cuentos . Pretendía ma nejar a los autores propon iéndoles temas " religiosos" o soc iales; mucho mástarde s irvió de ocasión paraque Asimov compusiera laque . con just icia. considera sumejor novela. Lascavernasdeacero (19.54) . que fue elaborada a partir de un tema socialpropuesto por Campbell .jun to con el deseo de Asimovde esc ribi r una historia policial y su experiencia en cuentos de robots .
Con gran honestidad . Asimov revela que las Tres Leyesde la Robótica. e l tema quequ izás lo haya hecho cé lebre .fue ron inventadas por .Campbell . También habla de los recursos cada vez m ás sofisticados que Campbell tenía pararechazarle los cuentos: unavez . como único comentarioesc ribió sob re e l manuscrito lafónn ula quimica del mercaptano butñlco . la sustancia quecaracteriza el olor a zorríno:a mo respue sta. Asimov le
mandó una tarjeta con el esquema de una molécula deperfume, aseg urando que supróx imo cuento oleria as¡ (p.329).
Los cuentos inspirados enlas Tres Leyes (más tarde recop ilados con el titulo Yo. robot. que los ed itores plagiaron .de un libro de Eando Binder)tuvie ron un éxito que proyectó
a Aslmcv en el mercado de la..rev¡..tes: éste fue el período desus cue ntos más famosos .como el célebre " Nightfall"(" Al cae r la noche" . 19-111qu~lIegaría a ser puesto en unpede..tal por generaciones deaficionados . sin que ni Asi·rnov ni nosotros nos expliquemes el porqué. "Nightfall'<leoto rgó un vasto reccnocimiento. y e l aplau so de algunos autores consagrados . acuyo cí rculo se incorporaba.
Es curioso que en todo ellibro . salvo escasisímas excepciones. Asimov no hablede cómo esc ribió sus cuentos .o cuáles fuero n sus fuentes deinspiración: apenas consignacuáles son sus preferidos y losque ha olvidado. Por lo demás. se limita a asentar
.cuándo comenzó y cuándo terminó la redacción . cuándo fueaceptado el cuento . y en quéfecha y por qué impone reciobió e l cheque . Cada tanto hacecomo un pequeño balance desus ganancias . que le permitían acariciar la idea de hacerse escritor profesional algún día . También brinda algunas refe rencias a las vicisi tudes del grupo de los Fu/urians, al cual perrereci ó toda'su gene ración de escri tores :por lo general. no dice nadaque no fuera ya conocido.
El Doctor Aslmov
Al publicarse " Nightfall".Asimov tenía veintiún años , yusaba un robusto mostachoque le daba el aspecto de Oregory Peck: acotemos que sumás co nocida foto. la queacompañó la edición de Guijarro en ~I cielo y 0b'3S novelas.lo muestra con un gran pare.
cido a Cary Granr. apenasuno .. a ños má.. tarde .
Mienrra.. eccnbía. Asimovcontinuaha ..u.. e..rudios superiores . y por un tiempo pen-éen Heear a cer médico o . en elcaso de no poder ingre..ar auna Escuela de Medicina derespetable nivel. a dentista .Pero algunas desagradable..experiencias con diseccione sde gatos (pá gs . 155·16 111e hicieron pensa r que no hab ía nacido para la medicina . y optópor la química.
La licenciatura en químicano le resultó fáci l. en espec ialpor la antipatía que le tenía elPremio Nobel Harold Urey. ytuvo que esforzarse para lograr ser admitido en los cursos . En esta épocaesc ribió lashistorias de la Fundación y elImperio . Desmintiendo la versión comente que las hace inspiradas en Spengler o Toynbee. Asimov nos informaquehasta bien avanzada su redacción no hab ía leído a Toynbee.de modo que las primeras hís rorias sólo se inspiraron enlecturas juveniles de la Decadencia y mida de/ Imperio Romano . de Gibbon.
Durante la guerra. Asimovse incorporó a un laboratonomilitar dependiente de la Marina. trabajando en investigació n aplicada. y arreglándoselas como podía para soportarla disciplina militar: en unaoportunidad. redactó un informe satirizando deliberadamente el est ilo burocrá tico delos comunicados navales. y 'hasta logró hacer reír a losofici ales .
Haci a esta época. se casócon Gertrude Blugerrnan y.justo despu és de terminar laSegunda Guerra Mundial . fuemovi lizado. Su actuación más
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.. •.
interesante en las fuerzas armadas pudo haber sido cuandose lo destin ó al atolón de Bikini . donde se ensayaría unabomba atómica. pero a últimomomento fue transferido aotro destino y dado de baja sinhabe r visto siquiera la bomba.
Vuelto a la vida civil . Aslmov se aprestaba a preparar sutesis doctoral y . algo Iastidiado por e l est ilo académicode las monografías que se ve íaobligado a leer y redactar "sinque se le permitiera usar todo
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Asimov~ Izquiefdo Brown
el idioma inglés". escri bióuna parodia. que fue publicada en Astounding como" Propiedades endocrónícesde la tiotimolina resublímada" ( 1948) .
Durante un tiempo temióque esta sátira pudiese perjudicar su carre ra científica . ypensó que hubiera sido mejorpublicarla co n un seudónimo,pero en vísperas de la defensade su tesis creyó que todo este ría olvidado. Sin embargo . alfinal izar e l examen. uno de los
jurados lo interrogó sobre laspropiedades de la " tíoeímolina", con lo cual produjo unacarcajada general. y Asimovsupo que ya era Doctor enQu ímica (p . 526). Para elcaso. e l título de la tesis no eramenos treme bundo. pues rezaba así: " Cinética de la reacción de inactivaci ón de la tirosinasa durante su catálisis dela oxidación aerób ica delcatecol" .
El doctor Asimov emprendía así su etapa de investiga.
dor , y por un tiempo 00 escribiñ a otea cosa que informescientí ficos .
La Indusbia del Ubro
Durante siete años . Asimovvivió la vida de un investigado r y docente univers itario;hizo investigación sobre losácidos nuclelcos . y fue invitado a ocupar una cátedra debioq uímica. sin haberse jamásespecializado en esta dísciplina. Pero como resultado.produjo uno de IG!> textos clásicos de la materia. La bioqu ímica .v el metabolismohumano.
Hacia 1958 ya estaba hartode la vida académica y añoraba sus éxitos romo escritorde ciencia ficción . Deseoso deuna mayor popularidad y también de una mayor libertad deacción , resolvió abandonar lainvestigación científica y laUniversidad para convertirseen escritor profesional; en losEE.UU. es posib le hacerlo. ysi se es capaz de escribir doscientos libros se puede' llegar aamasar una fortuna .. .
En una entrevista. Asimovexplicó luego que había descubierto que " sus trabajoscientíficos eran respetablespero insignificantes. y se hundían en el vasto océano de laciencia sin producir siquierauna ola"; por esa razón decidió ponerse a " leer lo que escrib ían otros científicos y traducirlo al inglés" ; se dedicó ala vulgarización J .
Este aspecto de su producción es quizás uno de los másnotables ; la innegable capacidad didáctica de Asimov. supasmosa actualización en casitodos los campos de la ciencia. su aptitud para procesar
una enorme cantidad de publicaciones y convertirlas en breves ensayos. y su descom unalproductividad (30 páginas pordía. que a menudo ni siquieracorrige). le perm itieron escribir sobre los temas más dispares . En la masa de libros queescribió encontramos obrassobre los dinosaurios . el electron o el uso de la regla decálculo. el neurrino. la ecología . el nitrógeno, la luz, losgases nobles. los planetas ylos cometas. e tc. Pero tambiénhay obras sobre Roma. losgriegos. los eg ipcios. la EdadMedia. sobre Constantinoplay la historia de Francia e Inglaterra . Escribió sobre el cerebro humano y los orígenes dela vida . pero también produjouna guía para la lectura de laBiblia. una introducción alteatro de Shakespeare en dosvolúmenes, una edición anotada del Don Juan Tenorio ,novelas po liciales y de suspenso (incluyendo los célebres cuentos de l Club de losViudos Negros). Editó enrologias y una ed ición del Paraísoperdido de Milron. y aun piezas humorísticas algo subidasde tono . como la que lleva portítulo The Sensuous Dirty OldMan , que podría traducirsepor algo así como El ~'i~jo
verde.A Asimov no le gusta viajar
(¿en qué tiempo ID haría?) . leagradan la televisión y las romedias musicales; es un entusiasta del american way 01lif~ , piensa que el inglés es elidioma más expresivo y ha negado a ant icipar el cuarto centenario de los EE.UU. en unarticulo lleno de optimismo.
En una reciente colecciónde sus ensayos traducida ennuestro medio ." Asimov sejustifica por haber escrito más
de ochocientos trabajos sobrelos temas más dispares:
Tal vez parezca un inescrupuloso derroche de palabras .y et mundo tiene derecho asaber qué motivos puedo alegar para justificarme.Bien ...
l . Hacerlo me proporcionaun placer ingenuo. DespuiJde todo, tengo mucho que deci r, y guardarlo todo dentrode mí terminaría por causarme lesiones orgánicas .
2. Me pa gan por escribir, ytengo que ganarme la vida .
3 . Estos ensayos son leidosvolun tariamente, de modo queno perjudico a nadie contrasus deseos .
Estas son las tres leyes robót icas de Asimov . un escritorempeñado en emular a una desus más célebres creaciones.la computadora Multivac.Cu mplidos los sesenta años.Asimov conserva toda su exuberancia. Más allá de toda pedantería. y pese a habemos infligido el castigo de leer suautob iografía (lo cual según latercera ley enunciada másarriba no es válido) sigue resultándonos simpático y estimulante . Como dijo refiriéndose a él el astrofísico CarISagan, Asimov másque unescriroees un recurso natural . ..
I 1" M~RfO'Y Y,., Gr~~,,; n.~Alllho
bfogmplr.v oi 1_ A$imm'. 19::019S4. Doobledlly & Company. NewYork . 1979.
21ft Jov S,ilf F~I,; n.~ All lhobiograplr.y. oí I JQlJC Asi",..... 1954·1978.Doubleday & Comp.ny. Nc:w yort.,sso.
J Nola en la revista T_ del 7 deju1iode 1967.
.. Isaac Asimov, El priftCipio , etfi n. EdilOrial Sudamericana. BuenosAires, 19TI .
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Perdla peso. ¿Se estariaacercando al centro de
IaTIena?
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Salsa de tomate, mostaza. condimentos., mayonesa. dos clasesde edereeo para ensalada.grasa de tocino, y un limón. Ah sí, doscabeteras con hielo. En el aparador no había muchomás: tarros y cejes de especias, harina, azúcar,sal. .. ¡y una caja de pasas de uva!
Una caja de pasas de uva vacíaNi siquiera cef é. Ni siquieTa té, que él
odiaba. No había nada en el buzón, fuera deuna cuenta de Underwood's: A menos querecibamos las cuotas atra:sodas de sucuento . .
En el boIsiDo de la chaqueta 1e tintineabancuatro dólares con setenta y cinco centavos,en monedas .. " el botín de la venta de labotella de Chianti que se había prometido noabrir nunca. Escapó a ladesagradable tarea de
venderlos libros, Todos hablan sldo vendidosya. Habla de.paohado la carta • Gr.>ham haciauna semana. Si su hermano pen.sanl enviarlealgo esta ""'- ese algo ya habria lIegodo.
De_ ese" <Jesespe.odo. pensó. Qu"'l lo"""Y.
Podría haber buscado en el TImes. Pero no,era demasiado deprimente . . . acudir a empleos de d ncuenta dólares por semana y serrechazado. No es que losculpase: él mismo nose hubiese contratado. Durante años habíasido un saltamontes. Les hormigas le conodanlas ........
Se afeitó sin jabón. y se cepilló bien loszapatos. Se cubrió el sudo sepulcro del torsocon una camisablanca,fresca YaImidonada, Yesoog;6la corbata más lúgubre que habla en la
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percha. Empezó a sentirse excitado y lo expresé, caracteñsticamente, rnostnSndose belada. estatuariamente tranquilo.
Usó la escalera hasta la plan.. baja y aDrtropezó con la señora Beele, que fingra estarbaniendo el limpio sueJo de la entrada.
-Buenas tardes ... aunque supongo quepara usted será buenos dias, ¿eh?
- Buenas taroes, señor.> Beale.- ¿lJegó su carta?- Aún no.- No falta tanto para elprimero.-3[, tiene razón, señera BeaJe.En la estad6n del subterráneo se detuvo un
momento a pensar: ¿Una ficha o dos? Dos,decidió. Después de todo no tenia més remedio que regresar al departamento. Todavíafalta ba mucho para elprimero de mes .
SI Jean Va/jean hubiese tenido cuenta romente nunca habrfa ido a parara lac6rcel.
Consolado ante ese pensamiento, se puso adisfrutar de losanuncios del vagón del su bterráneo. Fume. Pruebe. Coma. Done. Vea.Beba. Use. Compre. Pensó en Al lce, la de loshongos: Cómeme.
Al llegar ala calle T_ ta y Cuatro se bajó, ydesde la plataforma entró directamente en latienda de ramos generales de Underwood's.En el primer piso se detuvo en la cigaJTerta acomprar un cartón de dgarriOos.
- ¡JtJ contado o a cuenta?-Acuenl.ii.En tregó la _ de plástico laminado a la
empleeda, La empleada consuIt6 por teléfonoelestado de la cuenta.
la sec:d6n Comestibles estaba en e l quintopiso. Hizola selección con mucho cuidado. Untarro de instantáneo y una lata de cefémolidode un kilo, una lata grande de cecina, sopaenvasada y cajas de panqueques y leche condensada. Conservas, pasta de maní y mielSeis latas de atún. Luego se dedicó a los perecederos: galletitas, un queso de Edam, un felsan pequeño congelado... hasta un pastel defrutas. Nunca comía tan bien como cuandoandaba sin dinero. S6Io entonces podIa permitirse esos lujos .
-Catorce dólares con ochenta y siete.Esta vez. después de consultar la cuenta. la
empleada verificó si el número de la tarjeta
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estaba en la lista de cuentas cerradas o dudosas. Disculpándose con una sonrisa, le devolvi61a_
-Lo siento, pero tenemos que verificar.- Entiendo.La bolsa de comestibles pesaba sus buenos
diez kilos. Con eDa en la mano y con la exqui\ita naturalidad. de un ladrón que pasa con elbotín por delante de un polida, tomó la escek?ra mecánica hasta la Iibreña del piso ocho.La selecd6n de libros fue determinada por elmismo principio que laselecd6n de loscomestibles. Primero, los més importantes: dos novelas vk:torlanas que nunca bebje leido, Feriode vanidades y MiddJemarch, la traducd6n deSeyers del Dante y una antologia en dos voIú.menes de piezas teatralesalemanas que nuncahabra leído y de pocas de las cuales había a rdohablar. Luego los perecederos: una novelaescandalosa que había llegado a la lista debest-sellers con ayuda de la Corte Suprema ydos novelas de misterio.
Empezaba a atolondrarlo tan to desenfreno.Buscó una moneda en el boIsi1lo de lachaqueta
Cara, un troje nuevo; cruz, el Sky Room.Cruz.El 5ky Room, en el pso quince, estabe casi
vado. Habla sólo unas pocas mujeres queconversaban sobre tazas de café y bizcochos.No tuvo dificultadespara conseguir una mesajunto a una ventana. P\di6 de l1ado a la cortodel menú y cu1min6 la cena con expresso ybaklava. Entregó la t:aJjeta a la camarera y ledio una propina de cincuenta cen tavos.
Mientras tomaba e l segundo café, empezó aleer Feria de vanidades. Descubrió, bastantesorprendido, que le sustaba. La camarera regresó con la tarjeta y un recibo por la comida.
Como el Sky Room estaba en el último pisode Underwood.'s, 5610 existía una escalera me cá nica . .. la que iba hacia abajo. Mientrasbajaba, siguió leyendo Feria de vanidades. Podía leer en cualquier lado: en los restaurantes,en los subterráneos. hasta caminando por lacalle. Encada descanso caminaba desde e l piede la esca1era mecánica hasta el principio de lasiguiente sin levantar los ojos del libro.Cuando Degase a la secd6n de articuIos rebejedes, en el sótano, ya estaría a pocos pasosdel molinete del subterráneo.
Ibapor el caprtulo VI (en la pAgina 55, paraser exactos) cuando empezó a notar que algoandabamaL
¿Cuónto tarda en llegar al sótano esto moldita escalera?
Se detuvo en el siguiente descanso, pero nohabía ninguna señal que indicase en qué pisoestaba. ni puertas por Las que pudiese votver aentrar en la tienda. Dedujo entonces que debíade estar entre dos pisos, y tomó la escaleramecánica y bajó otro tramo sólo para encontrarse con la misma confusa faltade señales.
Hebra. sin embargo, una fuente de agua, yse Inclinó para tomar un trago.
Debode haber bajadoa un subsuelo. Pero,después de todo , eso no era demasiado probable. Rara vezse propordona escalera mecanlea a losconserjes o a los encargados de losalmacenes.
Esperó en el descanso, mirando cómo losescalones descend.ian len tamente hada él y, al~r al final del recorrído. se níceleben y desaparedan. Esperoun buen rato; nadie bajabaen losm6vilesescalones.
Quizó ha cerrado la tienda. Como no teníare loj y como había perdido en gran medida lanoción del tiempo, no lo podía saber. Al finrazonó qu e la novela de Tbeckerey lo habíaabsorbido tanto que sencillamente se habíadetenido en uno de los descansos superiores-en el piso ocho,diga~ para terminar uncapitulo, y habia seguklo leyendo hasta la pégina 55 sin darse cuenta de que no bajaba.
Cuando lefa. podia oMdarse de todo lodemás.
Por io tanto, debía estar por encima de laplanta baja. La falta de salidas, aunque desconcertante, podía explicarse por un caprichoen el trazado de lospisos. La falta de señales,como un simple descuido por parte de laadministración.
Metió Feria de vanidades en la bolsa de lascompras y caminó hasta el plano bo rde de laescalera mecénka no sin -c-edmítémoslo-.cierta renuencia. En cada descanso señeebesu avance diciendo un número en voz alta. AlDegar al ocho estaba In" nquilo; al llegar alquince estaba desesperado.
EJdstfa, desde luego. la pos;bilidad de quehubiese en la tienda dos tramos de escaleras
po r cada piso. Teniendo en cuenta esa posíbí lidad,contó quince descansos més,
No.Aturdido, Y como queriendo negar la reeh
dad.de esa escalera aparentemente interminable, continuó bajando. Cuando se detuvo denuevo, en el descanso cuarenta y cinco, temblaba. Tenra miedo.
Ap:Jyó la bolsa de las compras en el desnudo piso de hormigón del descanso y notóque tenia el brazo dolorido de sostener los diezkilosde comestibles y libros. Desech6 1a tentadora posibilidad de que "todo era un sueño" ,porque el mundo de los sueños es la realidaddel soñador, y él no podía ceder d ébilmenteante ella, como tampoco podía ceder ante lasrealidades de la vida. Además., no estaba soñando; de eso se sentía totalmente seguro.
Se tomó el pulso. Lo tenia un poco ecelenido: digamos que ochenta por minuto. Bajóotros dos tramos contando los latidos. Casiochenta exactos. Tardaba sólo un minuto enbajar dos tramos,
Podía leer aproximadamente una pAginapo r minu to, un poco menos en una escaleramecánica. Suponiendo qu e hu biese estadouna hora en la escalera mecánica mientrasleía: sesenta mínutos.; dento veinte pisos.Más los cuarenta y siete pisos que ha bía conlado. Ciento sesenta y siete. El Sky Roomestaba en el quince.
167 · 15 ~ 152.Estaba en el centésimo quincuagésimo se
gundo subsuelo, Eso era imposible.La reacd6n apropiada ante una situación
imposible era actuar como si se tratase de unhecho común... Como AIida en el País de lasMaravillas. &yo usaría, para .cIver a Underwood's, el mismo camino que Ieperentemente) había usado para salirde allí. Subíñe apie dento d ncu enta y dospisos por la deseendente escalera mecánica. SI saltaba tres escalones por vez y coma, era casi como subir po runa escalera normal. Pero después de habersubido de esta manera el segundo tramo de laescalera mecánica, ya estaba sin aliento.
No había prisa. No se dejaJia dominar por elpánico.
No.R.cog;6Ia bolsa de comestible; y líbrosque
habiadejado en aquel descanso, mientras es-
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peraba para tomar aliento, y subió rápidamente un tercer y un cua rto tramos. Mientrasdescansaba en el rellano, trató de contar losescalones que había entre los pisos, pero lacuenta difería, dependiendo de si contaba afavor o en contra de la corriente, hacia abajo ohacia arriba. El promedio era aproximadamente dieciocho escalones, y los escalonesperecían tener una altura de veinte o veinticinco centímetros. Cada tramo media, por lotanto, alrededor de cuatro metros de altura.
Había, verticalmente, rnés de medio kilómetro hasta el primer piso de Underwood's.
Al comenzar el noveno tramo de la escalera,la bolsa de loscomestibles se le rompió por elfondo donde, al deshelarse el faisán, se habíahumedecido el papel. Los comestibles y loslibros cayeron sobre los escalones, rodandoalgunos espontáneamente hasta el primer des canso; los otros fueron transportados hasta elltpor los escalones móviles y se ordenaron enun pequeño montón. 5610 se había roto eltarro de conserva.
Apiló los comestibles en un rincón del des canso, menos el faisán deshelado a medias; aéste se lo metió en el bolsillo de la chaqueta,previendo que el ascenso iba a durar hastabastante después de la hora de la cena.
El ejercicio ñsíco le hebra embotado las sensaciones más delicadas .. . para ser precisos,lacapacidad de sentir miedo. Como un corredora campo traviesa, se concentraba en la tareamás inmediata y no hada ningún esfuerzo porcomprender lo que de cualquier manera yahabía decidido era incomprensible. Subió untramo, descansó, subió otro y volvió a deseensar. Las subidas eran cada vez más fatigadoras; los descansos cada vez más largos. Dejóde contar los descansos al llegar al veintiocho,y después ~no tenía idea de cuánto tiempohabía pasado- las piernas se le aflojaron y sedesplomó en el suelo de hormigón del descanso. Sus pantorrillas eran dolorosos nudosde músculos; los muslos le temblaban irregularmente. Trató de arrodillarse y cayó haciaatrás.
A pesar de lareciente cena (suponiendo quefuese reciente), tenía hambre, y devoró todo elfaisán , ahora completa mente deshelado, sinpoder decir si estaba crudo o si había sidoprecocído.
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Asfes sercaníbal, pensó mientras se dormía.
Mientras dormía, soñó que caía a un abismoinsonda ble. Al despertar descubrió que nadahabía cambiado, excepto el dolor sordo de laspiernas. que ahora era punzante.
Sobre su cabeza había una única cinta de luzfluorescente que bajaba, enroscándose, por lacaja de la escalera. El zumbido mecánico eraahora un rugiente Niágara, y la velocidad dedescenso parecía haber aumentado proporcionalmente.
Fiebre, decidió. Se levantó, muy tieso, ehizo algunos movimientos para aliviar en pa rtelos músculos do loridos.
Al llegara la mitad de l tercer tramo las piernas se le aflojaron. Trató de subir otra vez, y lologró. Volvió a desplomarse en el siguientetramo. Tendido en el descanso, donde lo había depositado la escalera. notó que volvía asentir hambre. También necesitaba tomaragua ... y echarla..
La última necesidad podía satisfacerla fácilmente y sin falso pudor. También recordó lafuente de la que había bebido el día anterior, yencontró otra tres pisos más abajo.
&jar es tanto mósfócil.Los comestibles quedaban aIlfabajo. Si vol
vía ahora a buscarlos, anulaba todos los progresos que había hecho al subir. Quizá faltasensólo unos pocos tramos para llegar a la plantabaja de Underwood's, O un centenar. No habíe manera de saberlo.
Como tenía hambre y como estaba cansadoy como el inútil esfuerzo de seguir subiendoinfinitos tramos de escalones era, según susconclusiones, tarea de Sísifo, dio media vuelta,volvió a bajar, cedió.
Al principio se dejó llevar por el suave movimiento de la escalera mecánica, pero prontoperdió la paciencia. Descubrió que el ejerciciode bajar los escalones saltando tres por vez nolo cansaba tanto como subirlos corriendo. Eraun signo casi alentador. Y, al nadar a favor dela corriente en vez de hacerlo en contra, elavance -si así se lo podía Ilamar- era apreciable . En cuestión de minutos estuvo de regreso junto a los comestibles.
Después de comer la mitad del pastel defrutas y un poco de queso, hizo con la chaqueta una especie de bolsa para los comestí -
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bies, abotonándola y anudando las mangas. Sisostenía el cuello con una mano y el bordeinferior con la otra, podía llevarconsigo todoslosalimentos.
Miró hada arriba.,a la descendente escalera,con una sonrisa despreciativa, porque habíadecidido, con la sabiduría qu e da la derrota ,abandona r esa aventura. SI la escalera deseaba llevarlo hacia abajo, abajo iría, vertiglnosamente.
y abajo fue, abajo, abajo, abajo, atolondrado, cada vez, al parecer, a más velccded,girando ágilmente sobre Ios.talones al IIegar acada descanso, de modo que apenas se ínterrumpía la desenfrenada vekx:idad del descenso. Gritaba y chillaba Y reía para sentir losecos en los bajos Yestrechos corredores.
Hacia abajo, siempre hacia abajo.Resbaló dos veces en los descansos, y una
vez, al salta r a la escalera, perdió pie y saliólanzado hacia adelante, soltando la bolsa decomestibles y cayendo. las manos extendidaspara protegerse, sobre losescalonesque connnuaron descendiendo imperturbables.
Debió de quedar inconsciente, porque despe:rtó en el medio de una pila de comestibles,con unamejíllerasguñada y unagudo dolo< decabeza Losescalones le rozaban los pies consuavidad
Conoció entonces el primer momento deterror .. . un a premonición de que no habrafina su descenso. pero esa sensación cediópronto ante un ataque de risa.
- ¡Voya1lnfiemo! -gritó. aunque no pudoahogar con la voz el constante zumbido de laescaJera-. Este es el camino al infierno. Queabandone toda esperanza quien entre aqu(
Ojalá fuese hadael "fiemo. pensó. SI fuemése el caso. su situación tendña sentido. No unsentido del todo ortodoxo, pero un sentido alfin.
La cord ura, sin embargo, estaba tan unida asu carácte r que ni la histe ria nie lhorror podíandominarlo mucho tiempo. Volvió a recoger loscomestibles y descubrió, alMado, que esta vezsólo se había roto el tarro de café instantáneo.Después de pensarlo un momento tambiéndescartó la lata decafé molido. pano el cual nopudo idear ningún uso en las presentes circunstancias. Y no se iba a pennitir, por cord ura, ídeer otras circunstancias.
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Comenzó un descenso más deliberado.Volvió a concentrarse en Feria de van idades,leyendo mientras bajaba. No se permitía pensar en la extensión del abismo en que estabacayendo. y elestímulo de la novela Jo ayudabaa apartar los pensamientos de su propia situación. Al llegar a la ~g1na 235 almorzó (esdecir, comió por segunda vez en el día) con elsobrante del qu eso y el pastel de huta; al llegara la 523 descansó y cenó con las galletitasuntadas en pasta de manl
Quizó tendJ1a que rodonar locomida.SIpudiera ver su absurdo diJema como una
simple lucha por la supervivenda., como otrocapllulo de su propia historia de RobinsonCrusoe, podría Uegar al fondo de ese vórticemecanizado sano y salvo . Pensó con orgulloque mucha gente, en su situación, no se habríaadaptado y habría enloquecido.
Por supuesto, é l bajaba . . .Pero a ún esta ba cuerdo. Había elegido ese
rumbo y ehoea lo seguía.En la caja de la escalera no existl'a la noche,
Yapenas hab¡¡,. sombras. Dormía cuando laspiernas nopodían soportar más su peso y tenialosojos llenos de lágrimas a causa de la Iectwa.Se dunnió y soñó que seguia bajando en laescalera. Se despertó con la mano apoyada enel pasamano de goma que se mccta a la mismavelocidad que los escalones, y descubrió queera eso precisamente lo que estaba sucediendo .
Como un sonámbulo, habia seguido bajando en los escaJones., sumergiéndose cadavez mAs en ese infierno apacible e interminable. dejando atrás el atado de comida y lanovela de Thackera.y que no habra terminadode leer .
Mientras subía tropezando por la escaleracomenzó, por primera vez, a Dorar. Sin la novela no le quedaba nada en qu é pensar másque esa, esa ...
¿Cuónto anduve? ¿Cu6nto habré dormido?
las piernas. que sólo se le habían cansadoligeramente al bajar, se le fatigaron al subilveinte escalones. El ánimo se le agotó pocodespués.
Dio vuelta otra vez y se dejóanastrar por lacorriente . . . la corriente descendente.
La escalera mecánica perecía andar ahora a
más velocidad; la pendiente de los es<aIonesparecla más pronunciada. Pero él ya habladejado de confiar en el testimonio de sussentidos,
Quiol estoy loco . . . o enfemoo de hom!><e.Pero losalimentos se me tenian que terminar,tarde o temprano. Esto madun:uó la crisis......... . ,, V"pumtsmO.
Mientras seguíabajando, se ocupó en a nali·zar con mayor profundidad ese medio ambiente , no porque tuviese esperanzas de mejorar su condición sino por falta de otras diversiones. las paredes y los techos eran severos.unifonnes y de un blancodesteñido. Los escalones eran de un co&or niquel cceco.jes superfldes un poco más brillantes. las ranuras másoscuras. ¿Significaba eso que las superfidesestaban pulidas por el uso? ¿O las habñandiseñado asO Las ranuras tenían media pulgoda de ancho y esaban seperedes entre "por una distancia similar. Les superficies seproyectaban ligeramente sobre el borde decada escalón, de manera parecida a los bordesde una máquina de peluquero. Cada YeZ quese detenían en un descanso. su atención sefijaba en la "desaparid6n" ilusoria de losesceIones, que se niveJaban con él suelo.
Poco a poco dejó de correr, y hasta decamíner, por las escaleras, contorméndceesimplemente con bajar sobre el escalón elegldo hasta el fondo de cada trame Y. en eldescanso, caminar (pie izquierdo. derecho eizquierdo otra vez) hasta la escalera Que lotra nsportarla al piso slgWente. La escalera yallegaba, según sus cálculos, muchos 1Wómetras por debajo de la tien<Ia .. . tantos kiI6metros que empezó a feJidtarse por la avenÍURIIInvoluntaria, preguntándose si no habña establecido alguna especie de récord. Como elcriminal que reverencia su propia bejeee y sesiente orguUoso de su crimen másvil , que creeúnico.
En los días siguientes, cuando su único alimento era el agua de las fue ntes situadas cedediez tramos, pensó con frecuencia en la romída, y se preparó platos imaginarios con loscomestibles Que habla dejado atrás. Seboreebe la dulzura ideal de la miel, la _""'tezde la sopa que habl1a de preparar en la Lata de
bizcochos vecíe, y Iomra la peI;cuIade gelatinadel borde del envase abierto de cecina. Cadavez que pensaba en las seis latas de atún. suangustia se \lOMa insufrible, porque no tenia(no tend:!ia ) con qué abrirlas. No besaría conpatearlas. ¿Qué, entonces? Le dio vueltas a lapregunta en la cabeza, como una ardilla quemueve la rueda de La jaula. en vano.
Entonces sucedió algo curioso. Aceleróotravez La velocidad del descenso. Ahora iba másrápido Que la primera vez, ansioso, precipi tado, totalmente atolondrado. Los descansossucesivos perecen pasar como los cuadros deuna pelrcula; apenas podra percibir unocuando ya aparecía el siguiente. Una carrerademoniaca, inútil . .. ¿Por qué? Coma. pensó,hada donde hablade¡x,,;tado los oomestibles,qum! porque creía que los habladejado abajoo porque pensaba que estaba subiendo. Deliraba, sin duda.
Ese estado no duró mucho tiempo. EJcuerpo debilitado no podía mantener esa frenética marche, y despert é deldelmaa_y tota1mente agotado. Ahora empezaba otrodelirio más mdona1, una kxura inflamada porla lógica. Tendido en el descanso. frotándoseun músculo del tobillo qu e se le ha bta desganado, especuló sobre la naturaleza, e l o rigen yel propósito de la escalera mecánica. Pero elpensamiento razonado no era más útil Que laacd6n inazonada. El ingenio no serve pararesoNer un rompecabezas que no tenía soIud6n, un rompecabezas que era su propia la
zón. B -no la escalera mecarece-, necesitaba ser explicado.
Quizá su teorla más interesante consistia enla idea de que esa escalera era una especie derueda para hacer ejercido, como las de lasjaulas de las ardillas. de las que, por ser unsistema cerrado, no hebra escapatoria. Esateoría req ue ría algunos cambios menores ensu concepción del universo físico, que siemprele ha bla parecido sumame nte euclid1ano hastaentonces. un universo en el que e ldescenso ena parente lmea recta era, en realidad, describiendo una. curva. Estateora lo alentó porquele abña la posibilkiad (al dar una vuelta completa ) de volver otra vez al sitio donde bebíedejado loscomestibles. si no a Underwood's.Quizá. en ese estado de distrac:ci6n. habia pa-
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sado ya varias veces jun to a uno o a los doslugares sin advertirlos.
Había otra teoría añn, acerca de las medidastomadas por el Departamento de Crédito deUnderwood's contra las cuentas morosas . Esoera paranoia pura .
jTeoñas! No necesito teoñas. Debo adap.tarme a esto.
Protegiéndose la pierna sana, siguió ba jando, aunq ue las especulaciones no cesaronin mediatamente. Se volvieron, en tod o caso,más metafísicas . Más vagas. Eventualmente,podía mirar a la escalera como algo real, sinexigir más explicaciones q ue la que ofrecía susimple existencia.
Descubrió que estaba perdiendo peso. Habiendo pasado tanto tiempo sin alimentos (porla barba cakulaba q ue había transcurrido másde una semana), sólo podía esperar eso. Aúnasí, había otra posibilidad que no de bía excluir: que se estaba acercando al centro de laTierra donde, según tenía entendido , todas lascosas carecían de peso.
Eso, pensó, es algo que merece cualquieresfuerzo .
Había descubierto una meta. Por otra pa rte,se esta ba mu riendo, un proceso al que noprestaba toda la atención necesaria. Al no querer admitir esa eventualida d, y al no ser tantonto como para admitir otra, esquivó el problema simulando tener una esperanza.
Quizó venga alguien a rescatarme, se dijo.Pero su esperanza era tan mecánica como la
escalera en la que bajaba ... y tenía la mismatendencia a hundirse.
Estar despierto o dormido habían dejado deser estados diferentes, de los que pudiese decir: "Ahora duermo" o "Ahora estoy despierto " . A veces se sorprend ía bajando, y eraincapaz de decidir si había estado donnido odistraído .
Tenía alucinaciones .Una mujer co n sombrero sin alas , cargada
con paquetes de Underwood's. bajó por laescalera hacia él. Los zapatos de taco altogo lpearon en el descanso: dio media vuelta ysiguió hasta el tramo siguiente, sin siquierasaludarlo con la cabeza.
Cada vez con más frecuencia , alde spertar oa l sa lir del estupor, de scubría que en lugar deco rrer hacia la meta se hallaba tendido sobre
un descanso , débil, a turdido y ya sin hambre.Entonces se arrastraba hasta la escalera y sedejaba llevar po r un escalón hasta el fondo,laspiernas y los brazos extendidos y la cabezahacia ade lante, sujetá ndose con las man ospara no resbalar.
En el fondo, pensó, en el fondo ...Sí . . .•cuando /legueallí .
Cuando llegase al fondo -que para élera elcentro de la Tierra-- , no hebre, literalmente,más que una dirección hacia donde ir: arriba.Probablemente hubiese otra escalera mecánica para subir, una escalera mecánica ascende nte: aunque preferiña un ascensor. Era importante creer en un fondo.
Cada vez le costaba más pe nsar, le exigíatanto, y le resultaba tan doloroso comocuando se había puesto a subir las escaleras.Percibía las cosas de una man era borrosa. Nosabía qué era real y qué imaginario. Pensó quecomía y descubrió que se estaba mord iendolas manos.
Pensó que hab ía llegado al fondo . Allíhab íauna sala amplia con un cíelo raso alto. Losletreros señalaba n hac ia otra escalera mecánica: Para subir. Pero estaba clausurada conuna cadena y habían puesto un aviso impreso.
"Descompuesta. Por favor, sepa disimularlasmolestias mientras est éen repa ración. Gracias. La Administración."
Se ri6 d ébilmen te.Inventó un sistema para abrir las latas de
atún. Deslizaria la lata oblicuamente bajo lassalientes supe rficiesde los escalones , en elsitiodonde se nivelaban con el suelo y desaparecían. La escalera romperla la lata o la latatrabaría la escalera. Quizá si trababa una de lasescaleras hada que se detuviese toda la cade na.
Debería haber pensado en eso antes pero,de todos modos, se sentía conten to con quesimplemente se le hubiese ocurrido.
Podríahabenne librado de esto.Su cuerpo parecía tan liviano ahora. Debía
de habe r bajado dentos de kilómetros . Miles.Volvió otra vez a descende r.Estaba tendido al pie de la escalera, la ca
beza descansando sobre el fñc metal de laplancha de la base . Miraba la mano, cuyosdedos se apretaban contra las ranuras de la
parrilla. Los escalones, uno tras otro, en perfecto orden, se deslizaban encajando en esasranuras, raspándole las puntas de los dedos,
sacándole de vez en cuando una rebanada decarne.
Esofue 10último que recordó.
Tlub del orl<"PnaI en lngIé!I:~ © 1964by ZlIf-DaYI!IPut*hIngComp;my.TI"<lducl6n deMS.
El.. PENDUl0 2 1 81
!Q / EL PENru.o 2
La soledad es violenta.y la compañia . . •
Ilustro U MURA
Un promontorio rocoso resguardaba del ven- B nombre , la cama de hierbas. y un a piezaId la bahía y la ancha playa desierta . de género pardo robada a los escerebejos
El agua subía y bajaba apenas. Nubes altas eran sus únicas pertenencias . Quizá podía deagrisaban el cielo, inmovilizaba n el aire. La cese que el gastado mont6n de huesos quebahía brillaba con un lustre opaco, como yecíe a den metros en el bosque forma ba parpeltre viejo . le de sus posesiones . La fascinaban, y recor-
Dunas bordeaban la playa . perdiéndose en daba vagame nte cierta relación consigo misun bosque cercano de oscuros cipreses verdi- roa . En los viejos días. ella tenía brazos y pternegros. El bosque se afincaba comprimiendo nas cortas y ro llizas, y no había reparadola arci lla con raíces hirsutas. en los pa recidos Iormeles . más bien grot es-
Entre las dunas había ru inas: paredes de COSo Ahora había crecido , y la se mejanza eracrista l lechosas a causa de la brisa salada y la obvia . Cuencas oculares como sus ojos, unaarena . En el centro de estas paredes un ser boca como la suya, dientes, mand íbula , er éhumano se había hecho una ca ma con hiero neo , ho mbros, costillas . piernas . pies . De vezhas y malezas . en cuando se internaba en el bosque y miraba
Su nombre era Mitr. o esr la Uamaban los intrigada , aunque última me nte sus visitas noescarabajos . A falta de otro, habia adoptado habían sido regulares .como nombre esa palabra . Hoy era un d'"lcl lúgubre y gris . Se sentía ebc-
EL PEKu..o2 I &.1
rnde. Inquieta, y después de pensar un pocodecldlé que tenia ha mbre . Dirigiéndose a lasdunas, coml6 a desgano unas vainas vege tales. Quizá no tenía hambre de spués detod o .
Baj6 a la playa , se qued6 mirando a travésde la bahía . Un viento hú medo le azotaba latele pa rda, le desmelenaba el cabello. Quizállovería. Mlr6 ansiosamente al cielo. La lluviala dejaba mojada y triste . Siempre podre refu giarse entre las rocas del promontorio , aunque a veces era mejor estar mojada .
Regresó a lo largo de la playa , a trapó y coml6 un pequeño crustáceo. La carne salobrele causó poca satlsfaccl6n . Aparentemente notenía hambreo. Recogió una vara flI.osa y dibujó una linea recta en la arena h ürnede : quince , treinta metros de largo . Se detuvo . observó su trabajo con placer. Desandé el camino ,trazan do otra linea paralela a la primera a unamano de distancia .
Un efecto muy Interesante . Urgida po r unentusiasmo repentino, trazó más lineas playaarriba y playa abajo hasta que hu bo creadouna extensa reja de lineas paralelas.
Mir6 su trabajo con satisfacci6n . Trazaresas lineas en la arena lisa era grato e interesante . En alguna otra QCasl6n lo harla denuevo , y quizá usarla lineas curvas oentrecruzadas.
Pero por ahora era suficiente . Tír é la vara .La sensacl6n de ham bre que no era hambrela asalt6 de nuevo. Apresó una langosta dearena pero la errcjé sin comerla.
Ech6 a correr velozmente a lo largo de laplaya . Esto era mejor, el relámpago de laspierna s abajo, el aire limpio en los pulmones .Jadeando , se de tuvo. se arroj6 en la arena .
Poco después recobre el aliento, se incorpo ró . Querla correr un poco más. pero sentíacomo una languidez . Hizo una mueca, se sacudió , Intranquila. Quizá debía visitar a los escarabajos de l promon torio ; quizá la criaturavieja y gris llamada TI-Sri-TI le hablarla .
Se puso de pie tentatívemenre y regresópor la playa . El plan no la ccmplecía de veras .Tr-Srí-TI tenía pocas cosas Interesantes quedecir. No respondía preguntas , sino que recitaba datos interminables relacionados con lacolonia; cuántas larvas se dejeríen madurar,cuántos kilos de huevos de araña se habían
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almacenado. las condiciones de sus man díbulas , antenas, ojos...
Titubeó, pero al cabo de un momento sigui6 adelante . Mejor TI-Sri-TI que nadie, mejor el sonido de una voz que el rugido mo n6 ton o del oleaje gris. Y quizá pud iera decirlealgo interesante : a veces su co nversacl6n ibamás allá y entonces Mitr escuchaba con atenci6n : "Las montañas están regidas po r lagartos salvajes y más allá están los mecenvtktsmercaloide s, qu ienes viven bajo tierra y s610manifiestan su actividad con chimeneas hu meantes y escorias minerales. Los escarabajos viven a lo largo de la costa y sólo qued auna mltr, junto a la vieja Ciudad de Crista l, laúltima de las mltr."
Ella no había entendido nada , pu es el flujoy los caudales de l tiempo , los conceptos de an- .tes y después, nada significaban para ella . Eluniverso era estático; un día seguía a otro, noen una sucesión , sino como una duplicación .
"Más allá de las montañas - había seguidoTI-Sri-Ti- hay un desierto incesante . luegohielos Incesantes, luego un páramo incesante, luego una tierra de fuego turbule nto ,luego las grandes aguas y una vez más latierra de la vida , regida y dom inada por losescarabajos donde cada solsticio es mascad o yextendido un nuevo acre de capa protectora .,; " y luego había seguido una ho ra deexp licaciones sobre la fungicultura de los es carabajos.
Mitr caminó a lo largo de la playa . Pasó po rla hermosa reja que había trazad o en la arenacolor damasco , pasó frente a las paredes decrista l, trepó las primeras salientes de rocanegra . Se detuvo , escuchó . ¿ Un sonido?
Titubeó , luego prosigu i6 . Hubo un trepidarde muchas patas. Un largo escaraba jo pa rdoy negro se lan z6 sobre ella, la aplastó contralas rocas. Ella se resistió débilmen te , pero laspat a s de la nteras le inmovilizaron loshombros. le arquea ron la espalda . El escarabajo ap retó la probóscide contra el cuello deMitr, le pu nzó la piel. Mitr, el cue rpo flap , sequedó mirá ndole los ojos rojos mientr as él be bía.
El escarabajo la dejó en libertad . La heridase cerré sola , urticante y dolorosa . El escarabajo subió trepan do las rocas .
Mitr se quedó sentada una hora . recobran -
do las fuerzas. La idea de escuchar a Ti-Sri-TIya no le causaba ningún placer.
Regresó aturdida a lo largo de la playa. ycomió un os manojos de algas y un pez pequeño que había quedado arrapado en uncharco formado por el oleaje .
Se acercó a la orilla del mar y miró hacia elhorizonte . más allá del promontorio . Querlagritar , aullar; a lgo parecido al impu lso que lahabía ind tado a correr a toda velocidad por laplaya .
Elevó la voz, emitió una nota liuga y musical. Brisas templadas parecieron ahogar el sonido . Se volvió desalentada .
Regresó por la costa hasta el manantial deagua du lce . Aquí bebió y comió algunas delas bay as que crecían en arbustos malolient es .
Se end erezó. a lzó la cabeza .Un sonido vas to y agudo llenaba el cielo ,
parecía formar pa rte de l aire .Se quedó rigida , luego movió el cuello . es
cudri ñando las nubes . preparando las piernaspara hu ir .
Un pez largo y negro bajó del cielo. resoplando bocanadas de fuego .
Aterrede. Mifr se ocult é entre las bayas.Las zarzas le hirieron las piernas. la despabi laron . Escapó hacia el bosque . se agazapó bajoel tronco inclinado de un ciprés.
El pez del cielo bajó co n asombrosa celeridad , enfiló hacia la playa , se posó con uneructo tranquilo y un suspiro .
Mitr observeca con petrificada fascinación .Nunca ha"ía vis!o nada semejante . nunca caminaría de nuevo po r la playa sin escrutar elcielo .
El pez del cielo se abrió. EDo vio el briIIo deJmetal. eJ vidrio . Del interior saharon tres seres .Mitr adelantó la cabeza marallil1ada. Eran parecidos a eRa. pero grandes. rojos. corpulentos .Extraños . formidables. Hacían mucho ruido .pues hablaban -con voces roncas y toscas .
Uno de ellos vio las parede s de cristal. ypor un tiem po examinaron las ruinas congran interés .
El escarabajo pardo y negro que le hab~bebido la sangre eligió ese momento para bajar por las rocas a la playa . Uno de los recénllegados soltó un hola estridente y el escarabajo, desconcertado y receloso, trep6 de nuevohacia las rocas . El extr año e mpu ñaba una co-
sa brillan te . La cosa escupió una lanza defuego y el escarabajo estalló en mil fragmenlos incandescentes.
l os tres gritaron con voces estentóreas.riendo. y Mitrse acuclilló bajo el tronco del ár bol, empequeñecéndose todo lo posible .
Uno de los extraños reparó en las líneasque ella había trazado en la playa . Llam ó asus compañeros y ellos observaron con sumaate nción , estudiando con extremo interés lashuella s de los pies de Mitr . Uno hizo un comentario que provocó las risotadas de Jos demás . Luego todos se volvieron y registraronlas playa de punta a punta .
Estaban buscándola . pensó Mítr. Se agazapó tanto bajo el tro nco que la corteza le ma gulló las carnes.
Los extraños pronto perdier on interés yregresaron al pez de l cielo . Uno de ellosextrajo un tubo largo y negro . que llevó hastael borde de la rompiente y arrojó al agua plomiza . El tubo se end ureció , palpitó , hizo sonídos de succión .
El pez del cielo es tebe sediento y bebte através de la probóscide . pensó Mitr .
l os tres extraños ahora caminaban a lo largo de la playa hacia el manantial de agu a dulce . Mitr los miró ace rcarse con aprensión .¿ Estaba n siguiéndole las huellas? Le sudaronlas manos . le cosquilleó la piel.
Pararon en la orilla del manantia l, bebieron , a pocos pasos de distancia . Mitr podíaverlos con claridad . Tenian cabello cobrizo ybrillante y pequeñas matas de pelo alrededorde la boca . Se cubrían el pecho con caparazones rojos, las piernas con paños grises. lospies con fundas de metal. Se parecían muchoa ella . pero había ciertas diferencias. Eranmás grandes. más recios, y más ené rgicos .Además eran crueles; habían calcinado al es carabajo pardo y negro . Mitr los observó fascinada . ¿De dónde venten? ¿ Había otros como ellos , como ella , en el cie lo?
Ca mbió de posición ; el follaje crujió . Cosc ctll eos de excitación y miedo le recorrieronla espalda . ¿La habían oído? Atisbó, preparada para escapar . No. est aban mirando playaabajo hacia el pez del cielo .
Mitr salió de abajo del tronco, se quedó observand o desde el follaje. Obcementeles importaba poc o que otro como ellos viviera en
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las cercentes. Se enfureció. Ahora queria regañarlos, y ordenarles que se largaran de laplaya .
Se contuvo . Seria una tontería mostrarse .No les costaría nada arroj arle una lanza defuego para quemarla como al escarabajo. Encualquier caso eran hoscos y brutales. Criaturas extrañas .
Avanzó sigilosamente por el bosque. pasan do de un tronco a otro , echándose de bruces cuando era necesario hasta que pudoacercarse al pez de l cielo todo lo posible sinque la vieran .
Los extraños estaban de pie alrededor de labase de l monstruo, y no parecían disp uestosa explorar más .
E! tubo se aflojó dentro de l agua . lo guar daron de nuevo dentro del pez de l cielo . ¿Esosignificaba que estaban por partir? Bien . Notenían de recho a esa playa . Habían cometidoun ultraje , aterrizando con tanta arrogancia,matándole un escarabajo. Casi se adelantópara reprocbérselos : luego recordó que erantoscos , duros y crueles y se contuvo con uncosq uilleo en la píel.
Quédate quieta. Pronto se irán, y te deja-rán en posesión de tu playa .
Se movió con desasosiego .Energúmenos rojos.No te muevas o te verá n. ¿ Y entonces? Se
estre meció .Estaban hac iendo preparativos para partir.
A Mitr se le hizo un nudo en la garganta . Habían visto sus huellas y no se habían molestado en investigar . Pudieron haberla encontrado con tanta facilldad, ella se había escondidocasi a la vista de ellos . Y ahora estaba máscerca que nunca .
Si avanzaba sólo un paso la verían .
Con una comezón en la piel, se alejÓ apenas de l tronco . Sólo un paso. Luego retrocedió de un brinco , el corazón pa lpitan te .
¿La hablan visto? Con un súbito escozor demiedo esperó que no . ¿ Qué harien?
Se aso mó cautelosamente . Uno de losextraños estaba mirando con aire pe rplejo ,como si hubiera atisbado un movimiento.Ahora no la vela . De pron to sus miradas secruzaron .
Lo oyó gritar y ec hó a correr por el bosque.El la persiguió. y detrás de él vinieron losotros dos, aplastando las malezas.
La abandonaron. magullada y sangran te,en un banco de helec hos , y regresaron por elbosque hacia la playa , riendo y hablan do consus vozarrones roncos .
Ella se qued ó inmóvil un rato.Las voces se alejaro n . Mitr se levantó , tras
tabilló. los siguió cojeando.Un fogonazo alumbró el cielo .A través de los árboles vio al pez del cielo
subir con un estruendo. cada vez más alto .Desapareció entre las nubes.
Luego hubo silencio e n la playa , sólo elmurmullo incesante de l oleaje .
Regresó hasta la orilla del mar, donde estaba subiendo la marea . El atardecer agrisabalas' nubes.
Miró muc hos minutos elcielo, escucha ndo.Ningún sonido . El viento hú medo le sopla
ba en la cara , desgreñé ndole el cabello.Suspiró. regresó hacia las ruinosas paredes
de cristal con lágrimas en las mejillas .La marea estaba cubrie ndo la reja de líneas
rectas que ella habla trazado en la are na contanto cuidado. En pocos minutos habría desaparecido por co mpleto.
Slephen King empezó a publicar en 1967. CUiIDdo tenia veinte años. ydesde entonces ha acumulado varioS millones de palabras Y de dDlares,corwútiéndose en W!O de los talOS fenómenos literarios del momentD.Elvio Gandol{o recorre los dioersoe aspectos de la obra de este hábilfabricante de best-sellers que sin embargo empieza a mostrarse comonovelista de tslemo.
E~Eo
UN
Dalosddfenómeno
Con sólo 32 años de edad,slcphen King lleva escritasseis novelas y un libro decuentos, a razón de un títulopor año desde 1975. Todospertenecen al gé nero terroI'Íneo o sobrenatural y tienenunpromedio de 450 páginas , quevan desde las escasas 300 deCasrie hasta las casi 1.000 deÚJ dmu.a de la mJlLn~. TodosYcada uno de: ellos han figurado durante semanas • la eabeza de las listas de best sellen en Estados Unidos. En
un movimiento clásico dentrode ese círculo de difusión, al·gunas de sus obras han sidollevadas al cine o la pantallatelevisiva (ver recuadro).
Esos da tos llevan a una serie de pregu ntas: ¿Qué lugarocupa King dentro del géneroterrorifico1¿Esun merofabricante de best-se llers en serie opueden descubrirse en él rasgos de auténtico escritor?¿Cuáles son las razones de suéxito? Basados en la Iectwa demás de 3.000 páginas de: suobra. trataremos de contestaro al menos dar un principio de~.esosinterroganles.
Bterrorydbest-seüerísrno
A primenl vista . poe- la temática y. en cierto modo, porel esti lo. podríamosasociar laobra de King con la de un amplio gru po de escritores quehan empleado el terror parallegar a picos de ventay rápidafilmación , aunque con caracteres d ist intivos . Carrie, porejemplo . recue rda. incluso ensu extensión, a las novelas deIra Levln (El IwM tk Rosemary. Las C'OIItknodm tkSlepJord. LtU lliñoJ tkl BraJi/} . Algunos pasajes de La
danza de la mu~rt~ se relacionan co n las obras de MichaelCricbton (La amena;:tJ de An dr ámeda. El hombre terminal).
El tamaño mismo de sus novelas es otro elemento queliga a King con el fenómenodel best-sellensmo. Este tenómeno. poco estudiado hastaahora, y que se difere ncia porsu magnitud del fenómeno delos géneros clásicos (policial .cienc ia ficc ión. horror), se caracteriza . ante lodo . por unaproducción desprovista depersonalidades definidas.pero abarca autores que rompen e l monolitismo que podríaatribuírsele en una aproximación crit ica apresurada (bastecitar las obras de NormanMailer o Kun v onnegut. Jr. .entre otros) . El predominio deesta forma de ficción ha llegado a ser tan importan te dentro de l mundo ed itorial , que hamodificado por completo las
. pautas no sólo de producción yco nsumo sino también de distribució n, publ icidad yexhibic ión. Entre sus rasgos secuenta. justamente, cierta estandarización de l tamaño: enlos gra ndes tirajes , por lo general " rinden" más los volúmenes que superan las J(X) páginas, que a su vez brindan allector por lo que ha pagadouna sensac ión más sólida derecibir una buena extensión enla cual zambullirse .
King ha respetado meticulosamente esa tendencia al tamaño kilométrico incluso acosta del padding o relleno. Aparti r de Carrie todos sus libros superan las 400 páginas.El límite impuesto por el mercado a la extensión máxima esvisible en e l hecho de que a La
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danza de la mu~rt~ se le conaron unas lOO.<XXJ palabras.Las lXX) pági nas parecen el límite en ese sentido. salvo quese trate de una saga de volúmenes orgánicos, con principio y fin. Ya El señor de [0$anillos de Tolkien demoróunos cuantos años en llegar asu difusión máx ima. y Enbusca del tiempo perdido seriaconside rada en nuestra épocacomo una obra netame nte anticomercial (y lo es , pero pormotivos distintos a la ex tensión) .
Lo que diferencia a King delos autores que citamos. esque ha absorbido desde la infanc ia materia les de la romente popular del terror, loso brenatural y la ciencia fic·ci ón, y una especial sensibilidad para la descripción de amobientes y personajes. queaflora de vez en cuando y sobre la que insistiremos másade lante . Se adviene en él uninterés menos mecánico y sistemático por lo que escribeque el de otros autores. Si granparte de su obra está pensadaen imágenes, esas imágenes seexpresan vividamente. no co nla frialdad desprovista de estilo de un guión cinematográfico, como ocurre. por ejemplo . en obrasde Ira Levin.
Para precisar más esto, agregaremos que su modo deencarar el horror se diferenciapor completo del de maestroscomo Poe , Lovecrañ. Mache no Blackwood, y se relacionamás bien con los cue ntos CS4
critos por Brad bury en el principio de su carrera, o con laobra de Roben Bloch y Richard Matbeson. Es un tipo dehorrorque mezcla lo cotidianocon lo extraño, pero desde '
afuera. no como una obsesi ónind ividual. necesaria . Podriadecirse que los menc ionadosen primer lugar mcu~ntran elhorror, sin poder evitarlo. Losautores del seg undo grupo . ysobre todo Stephen King, lobuscan co nsc ientemente , y loada ptan , por lo general. a reglas de mercado , ya sea de revistas o series (un canal importante de este tipo de material ha sido durante años la sucesión de libro s y episodio ste lev isivos presen tada bajo elnombre de Alfred Hitchcock).
Técnicasde impacto
King ha reconocido en másde una ocasión su deuda conlas películ as de terror de claseC que vio en la adolescencia, ysobre todo co n los "comlcsEC" , una de las épocas másbrill antes de la historieta norteamericana, que durante losaños '50, Y bajo la direcciónde WilJiam C. Gaíoes, llegó alímites ' insospechados en e lmanejo de un nuevo tipo deterror para ser barrida finalmente por la censura.
Kin g maneja a la perfecciónlas técn icas de batalla de lanarración profesional . Abundan las intrus iones directas delautor dentro del rela to paraaplicar frases que anuncian lovenidero y que contribuyen amantene r enganchado al lector: " Así fue como empezótodo " , " A é l. a Georg e y aFrieda, les quedaban menosde dos horas de vida" .
En el aspecto de la intensidad, King no se anda con vuel·tas oEs sintom átíco que en Carrie, su primera nove la, arran que ya co n un par de baldes desangre de ce rdo. Acude no al
cross a la mandíbula, como rece taba Arll, sino al cross alestómago . Se mejan te en esesentido a toda una corrientede l cine norteamericano de losúlt imos años , tiay en él un regodeo en la descripción de laviolencia, de un cuerpo haciéndose pedazos , de los sonidos y las imágenes de la sangre desparramándose o fluyendo, y sob re todo de los aromas de la corrupción. En eserenglón, King parece contarco n un verdade ro fichero delos olores posi bles de lamuerte orgá nica .
La apelación a lo morboso,a la morosidad descriptiva delo repu lsivo (un eq uivalente Ii ·terario de la cá mara lenta dePeckinpah y numerosos directores del cine policial o de lnuevo wt'J"tt'rn) , tiene que vercon el encare exterior, consciente del terror, a que ya aludi mos. Como el mismo Kingreconoce en su prefacio a larecopilac ión de sus cue ntos:"En cierto sentido la dehcadeza, la ausencia de melodrama, e l tono apagado y estudiado de racionalidad que impregna un cuento como ' Elvelo negro de l clérigo' (deHaawthome), son aún más sobrecogedores que las JllOf1S'
truosidades batJaCias de Leve-
cra fto el auto de fede ' El pozoy el péndulo' de Poe" .
Lejos de seguir esa romente de con tención, Kingacorrala al lector pegándole enel plex o del terror hasta que loentumece, quitándole capacidad de reacción . A partir deese momen to se siente una especie de empacho , que quitaplenitud a los golpes posteriores, y lo que quiere ser aterrorizan te resulta hilarante o inverosímil. Cuesta creer, porejemplo, que un simple palomo se dedique a picarle encarnizadamente un tob illo al protagonista del cuento " La co ronisa" ; y en La danza de lamuerte, más de una exagerac ión dentro de lo que podríamos llamar pornografía de lamuerte o la violenc ia. provocan una risa nerviosa, lamisma que recorre a un cine
cuando una escena de imención terro rífica o dramática sepasa de revoluciones y cae enlo grotesco impremeditado.
En e l alargue de lo angustioso. del enc ierro en lo aterrortzante, King llega a un verdadero virtuosismo en El resplandor, donde consigue queun tema de cuento rinda cas i600 páginas . Pero se trata deuna hazañ a técn ica , no literaria , donde predomina el artesano hábil sob re e l creador.Mucho más interesante resultala contención que le da peso asu última novela publ icada encastellano. La zona mu erta.Au nque incluso aquí, la minuciosa descripción del suicid iode un violador y asesino. ooncentrada en lo desagradable ,provoca un estremecimientomás visceral , de asco, que auténtico impacto a un nivel máshondo: emotivo , metafísico ocerebral .
Técnicasliterarias
En el aspecto literario.King emplea un est ilo directo ,casi periodíst ico . Carril' estáarmada co mo el montaje deuna serie de testimonios objetivos o fragmentos de libros ensayisticos posteriores a los hechos narrados, que se interca-
S1EPHEN KlNG SEGUN STEPHEN K1NG
"Me llamo Stephen King.Soy complacido. A esta altura de en una linda casa a orillas deun hombre adulto, con es- la Vida parezco estar baso un lago de Maine relativaposa y tres hiíOs. Los amo y tante sano. Durante el último mente libre de contaminacreo que este sentimiento es año he podido cambiar los ción. El otoño pasado mecorresocodído . Soy escritor c igarrillos sin filtro que Iu- desperté una mañana y vi uny mi oficio me gusta mucho. maba desde los dieciocho ciervo en el jardín que seMis ficciones ----Catrie, La años lJ()f otra marca con un abre detrás de la casa. ~Iohora del vampiro e lnsOIitO baíO contenido de nicotina y a la mesa para picnics. Es8SpIendcx- han tenido tanto alquitrán, y todavía alimento una buena vida."éxito que me penniten dedi- la esperanza de podef li·carme excicsívarrenre a es- brarme lJ()f completo de este Del Prelacio a Elumbralde lacribir, de lo cual estoy muy hábito. Mlfamitiayyovivmos noche
fi. Pl:NIxw 2 f 89
lan co n la acción directa. LIhora del vampiro es una de lasnovelas de Ouir más sere no ensu primera mitad. aunque luego se desbarranque al efectismo y ellugar com ún encuantoel tema de los vampiros se impone (volveremos sobre estomás adelante). L , I.I,m:tl de ItImurrtr recuerde en su estructura . numerosas novelí zeciones o repo rtajes " de la vidareal" . difund idos por la revi...la Selecciones del Reader :s!Ji.J:t' ,H, se sigue n los destinosintercalados de numerosos ind ividuos o f! rupos pequeños afcctudos por un fenómeno mayo r (e n este caso una epidemiadevastadora). par.a interrelacionarlos fina lmente. El resptandor es el texto que más seapart a de esta característica direct a . Abunda en la descripc ión de pensamientos . vueltashacia atrás en el tiempo. recursos que se entremezclan desordenedamen te con las exigencias de la escritura protesjonal: así , porejemplo,la vozde l autor necesita irrumpir enla corriente de imágenes de laconciencia del niño protagonista para ac laramos que ésteno Puede leer las palabras queaparecen en e lla .
King suele pisar en falsoc uando aspira ob viamente a loque . desde un punto de vistainsertado en la pap illa estilística requerida para un bestseller, se co nsidera " literario" o "filosófico" . Es allícua ndo su habilidad para lamet áfora contundente se vuelve manieri sta y, en medio deun estilo directo y comunicativo que describe a una mujerpreparando algo de comer sevuelve poético y culto y oosdice: " Las curvas de su
... I ELPU«u.o2
cue rpo eran heroicas. rabe faisíanas . Contemplar sus mov imientos frente a los ocho que madores de su coc ina elécmcaera co mo ver el incesante movimie nro de la marea o las vici situdes migratorias de la...dunas" : o cuando cae en lafilosofía barata y compara a uncirujano fria y mecánico con" Ios astronautas rusos quediero n la vuel ta a la Tierra y novieron a Dios" .
En ca mbio es destacable sucontundencia para la metáforasimple y expresiva . por lo seneral relac ionada co n elementos muy concretos. Para describir la sere na vida en co múnde una pareja madura, o unasensación de desconcierto.precisa: " la habitaci ón de Evaera tibia y segura , y por fin sequedaron do rmidos. juntosco mo c ucharas en el cajón delos cubiertos", "Jess reacc ionó como si sus faccioneshubieran estado sostenidas poruna multitud de tornillos invisibles y todos se hubieran afiojada repentinamente una vcetta y media" .
La misma capacidad se advierte, por momentos, e n elmanejo de la ironía. En LAdanm de la meene una negrale co rta la cabeza a una ga ll ina: " La gallina decapitadacorrió hac ia el palio anteriorde los Richardson, manandosangre y aleteand o. Despuésde un rato se enteró de queestaba muerta y se dejó caerdecorosamente . Las ga llinaseluecas y los demócratas deNueva York, ay Señor, ay Señor" . En La hora del vamp íro un personaje entra a un cubículo donde duerme toda unafamil ia de vampiros, conocidos suyos , y ~1R a una ex -
traña invocación: "Qué CS4
ce na de fam ilia - pensó absurda mente Jimmie- . Rea.der :J Digt'SI, ¡,dónde estáscua ndo moL.. falta haces'!"
Otro aspecto en e l que Kingse ha vuelto más sutil es en elcondimenlo " de actualidad" ,más mat izado y agudo que ensus primeras obras. Abundanlas referencias políticas. losdi sparos a blancos como la administración Nixon o la guerrade Vietnam. a veces háb ilmente mezclados co n los eleme ntos de la nove la. En Lazona mut'rftJ el protagonistadeja a su nov ia indiges tadaco n una salchicha en su dopartamc nto. y cuando el co nductor de un tax i se pregunta porlas razones por las que la jU4
ve ntud es como cs . reflexiona:" Bueno, han comido una salchicha en mal estado, que sellama Vietnam y les produjobotulismo. Se las vendió unfu lano que se llamaba LyndonJoh nson. Entonces recurrieron a este 0Ir0 tipo , sabe, Yledijeron: 'Jesús, señor. estoymuy enrerroo". y este otrotipo, que se llamaba Ni~on.
les contestó: ' Yo sé cómo secura eso . Coman unas cuantassalchicas más ' . Y esto es loque le sucede a la juventudnorteamericana" .
Otro elemento positivo essu capacidad de co municarenpocos trazas y co n gran precisión un ambiente determinado . Una muestra de ello es las intética descripción de Salem's Loe, el pueblito aisladode La hora del vampiro: "Estaba ba.stan te libre de turista..s .No tenía una buena canelera,ni vista al mar (para lenertahabía que seguir unos ocho kilómetros más hacia el Oeste)
SlEPIiEN KlNG EN CASTEllANO
Actualmente toc a la obra de biada la tapa de Insó/;ro esStephen King, con excepción plendor, en un principio absde la última novela (Firestar- trecta. por una lotog rafia delter), aún no traducida. ci rcula film, y la novela ha pasado aba jo el seno de Editorial Po- llamarse El resplandor. $inma,re Sólo la primera echción embargo . las portadillas intede Carne fue publicada al rores siguen llevando e1litulOprinci pio por OIrQ seso. Javier original en castellano. lo queVerga ra causa Cierta desorientación
Carne fue traducida por en el lectorGregario viestenca. y es de ta-mentar que Pomaire no haya BIBUQGRAFIAretraducido esta obra. ya que • Carrie (Carrie. 1974). Irala versión al castella no es des- ducción de Gregario Vlasteprolija y poco precisa Cuesta lika. Javier verqa-a. Buenosimaginar. por ejemp lo. un au- Aires. 1976: 327 págs. PostetorovaCtevroiet con un bur - normente reeditada por Pobu jeante colector de escape " marre(p. 10-1): en otros casos la tra- • La hora del vampiro (Sacuecen bterat cambia el sen- tern's Lot. 1975). Traduccióntido de lo escrito. como de Marta 1. Gustavino. Editorialcuando se denomina "revis- Pomaire. Barcelona. 1976:tita" a una Iittle review. que en 5~ págs.Estados Unidos es sinónimo - El umbral de la noche (Nightde revista literaria o urwersüa- Shllt. 1978). Traducción dena. y no de revista pequeña. Eduardo Goligorsky. Editorialen el sentido gráfico o de ca- Pomaire. Barcelona. 1979:lidad 426 págs.
Para el resto de las novelas. • Insó/;ro esplendor o El resse reparten las traducciones plandor (The Shining. 1977)Marta 1. Gustavino y Eduardo Traducción de Marta l. GustaGoIigorsky. con resultados vino. Editorial Pomaire. Barcemás pare jos en general que la lona. 1978: 599 págs.traducción de Carrie. sobre - La danza de la muerte (Thetodo en el caso de GoIigorsky. Stand. 1978). Traducción dedonde se impone su veterama Eduardo GoIigorsky. Ed itorialen el oficio. Pomaire. Barcelona. 1979:
La pertenencia de la obra 908 pág s. en dos volúmenes.de King a la circulación de los • La zona muerta (The Oeadbest-señers y sus técnicas de Zene). Traducción de Eduarventa. sobre todo en relación do Goligorsky. Editorial Poal cine, ha impuesto cambios maire. 1980: 491 págs .que pueden confundir. Asi. - Firestarter. 1980. Aún sint rapor ejemplo, ha sido cam- ouccíon al castellano.
ni lugares históricos de interes. Además . la taberna localestaba plagada de cucarachas ,y la única prostituta era unaahuc ia de cincuenta años " .
Pero lodo esto es arrasadouna y otra vez por verdaderosaluviones de violencia. sangre . desgrac ias y enfermedades descriptas con fruiciOn(va lga romo ejemplo e l cuento" La mujer de la habnacién' ",frulo de esa obsesión america na que es e l cáncer . y encuyo extremo intelectual estaría e l reciente libro de SusanSonrag sobre el lema ); en pocas palabras: lo que hace quesus libros SC".m best-sellers .
Uteratura vs.bestsellerismo
Si Srepbcn King se limitaraa producir novelas meramen tesen sacionalistas y relativamente bien escritas . sin rasgosdis tintivos. que sólo buscaranel impacto . sería un autor sinincóg nitas . Pero incrustadosen medio de sus ternas sobrenat ura les. conscientes . pensados para atrae r la máxima cantidad de lectores sin detenerseante ningún recu rso. hay trol os enteros que hacen sospechar la existenc ia de un aur énneo escritor .
P..wddOjicamcnte. todos esosfragmentos . a veces de variasp áginas, verdaderos retaresdentro del relato mayor . so nlos más naturañsras . descrip ti vos y serenos. Por eje mplo . el capítulo 10 de La horadl"/ vampiro. una aguda visióngeneral de l puebl ito donde:transcurre la acción . que seconecta con toda una comentede la l iteratura oorteamericanacentrada en los arnberaes rurales (Shcrwood Ander.ion.
Edgar Lee Masters y otros): oel ca pítulo 6 de La danza J~ ItImu~rr~ , una tranquila con versación entre una muchacha ysu padre. donde ambos pare.ce n respirar como seres reales ,fuera de los acartonamic:nlosexi gidos por lo comercial. In-
c1uso ruando se tra ta de la violenc ia . es mucho más conv incente el vigor con que se despliegan las co rrerías reales de:Poke y Lloyd, dos rufianes de:poca monta hundidos en lapsicopatía. con un vuelo dignodel cine cómico mudo (capítu-
EL. Puo.ul1 I 'u
SRPHEN K1NG EN lA PANTAllA. GRANDE Y CHICA
Dos novelas de King fueronllevadas al ene La primera ,Canie. por Brian de Palma.en1976. t.asequoda. Elresplandar. por Stanley Kutmck , en1980, Carne fue subtitulada.en su distribución en castellano. como Extraño presentimiento. En su transcurso rep ite el tonoplagado de erec-'terree de la novela. a vecesvariando la ap licación de rosmismos , su número o su alcance (hay un balde de sang re Que cae sobre la nrotacomsta.en vez de los dos dellib ro: la destrucción sóloaba rca el salón de ba ile. unautomóvil y una casa. en vezdel pueblo entero: el final recu rre a un pa r de vueltas detuer ca vacas: la muerte deCarne es totalmen te cisnnt a.y me nos t:9grad a en lo ernocional). El elemento másdestacable es la actuaciónde Sissy Spacee en el papelprotagónico. La artesaníabarroca de De Palma. Qued IOsus mejores frutos en unode sus primeros filmes (Unfantasma en el paraiso) lograalgunas esc enas soc erenles. pero no log ra unificar lapel ícula en un todo , Comodato curioso puede citarse elcorto papel asignado a John
lo 12 de La danza d, lamuute) que cualquier exageración posterior.
Esa contradicc ión es la queimpide que la obra .ce Kingllegue a ocupar por derechopropio un sitio dentro de labuena literatura norteamericana co ntemporánea. El problema ha sido advert ido, enupa especie de critica indirecta . por John MacDonald,en el prólogo a El umbral d, lanoche , el libro que recopila loscuentos del autor. En el mismo afirma: " Stephen King nose circu nscribirá al género queactualmente tanto le interesa.
'll! I EL Fbo.Lo2
Iravona. tota lmente cnsuntoa los Que le dieran amplia (yb reve) fama posterior,
El resDlandar aún no ha llegado a las pa ntallas rectatenses Todos los datos pa recen apuntalar la pos ibilidad de un filme de terror hecho a landa. con la part icularminucia Que ha ca racterizad o Siempre a Kub rick ensus proyect os,Si se tiene encuenta la densidad de la noveta. y a pesar ,de algunoscambos (Kubnck eliminó.po r ejemplo. todo 10 referidoa los arbus tos en forma deanimales del jardín del hotel.que cobran vida siniestramente en diversos tramosdel libro). es de esperar unaexperiencia luera de lo eamun dentro del género, Losprotagonistas son Jack Nicroison y Sneney Duveu
En cuanto a la pantalla le-
Uno de los cuentos más llamativos e impresionantes de estelibro es 'El último peldaño dela escalera ' . Una joya . Sin unsusurro ni un hálito de otrosmundos" .
Se trata. en verdad . de uncuento fluido y lírico . donde latristeza y la presencia de lamuerte se comunican con mayor sencillez y profunóidadqueen la mayoría de sus novelas . Incluso cuando el cuentoentra dentro del género policia l ( " La comisa" ) o lo sinies tro que se expl ica sin romper los límites de la realKIadcotidiana e'Basta S.A.·· , que
ievisiva. su segunda novela.La hora del vampiro,fueadaptada y filmada entre1979 Y. 1980, dingida porroce Hooper (autor de unclás ico menor del género: Texas Chainsa w MassacreJ yprod ucida por Stirling Sifliphant, con guión de Paul f...tl>nash. Fue filmada en Califor·nia del sur con un elencoQueincluía a David Soul, JamesMasan, Marie Windsor yElisha Cook. los resultadosno parecen haber sido notables. sobre todo debido al" rebaje" Que se hizo de rrúftipies escenas de la novela.para adaptarla al pcbrcctelevisivo
Entre los proyectos aún noconcretados. King trabaja enun guión inédi to Que tienecomo lema una estación rad ial automática embrujada. yotro sobre su cuento "Los nIños del maíz" . George Romero compró los derechosdel c uento "I he Crete". norecog ido en valumen. paraun IiIm. Y Milton Subotsky porúmrro. un vete rano del horrorclás ico. ha comprado los derechos de seis de los cuentos de El umbral de la noche.para armar con ellos dosfilms en eotscoos.
describe una compañía quecombate el vicio de fumar mediante t ácticas netamente sádicas) King suena menos forzado . más suetto.
En cuanto entra lo sobrenatural , en cambio . comienza asonar hueco, como si no creyera en lo que escribe. El problema es que. justamente eseelemento consti tuye su canade triunfo comercial . Esascontradicciones están dec laradas explícitamente en La horadel vampiro . El protagoni sta,un joven escri tor especializado en lo macabro. como King,tie ne obsesiones persona les.
Pero cuando describe la novela que está estructurando ,habla claro: " Estoy escr ibiendo otro libro. y me faltanseis páginas para cumplir conla cuota fijada para hoy . ( .. . )Es a lgo así como ficción . Paraserte sincero. estoy escribiéndolo por dine ro . El arte es unagran cosa. pero por una vezqui siera conseg uir varias ediciones de un libro. ( ... ) Hayuna serie de crímenes sexualesy mutil aciones . Vay a empezar lo con uno de ellos y descri bir los progresivamente. delprincipio a l fin , con todo detalIe . Fro tando con todo.eso lanariz de lector".
Más consciente de símismo , cuidá ndose más lasespa ldas. en el prefacio a suscue ntos declara. en cambio ,no escribir por dinero. y citacomo al pasar varios nomb resprestigiosos.
Exito y autenticidadDe todos sus libros . el que
más se ace rca a una auténticanovela es La ZOIlQ mu erta . Enella ha conseguido darle unritmo más medido al transcu rrir de l tiempo. detenerse másen los personajes. Por mome ntos repite fallas de los libros anteriores (el intentofrustrado de elaborar un símbolo recurre nte con una máscara de Halloween que aparece al princip io) . Pero logracontro lar los elementos sobrenaturales , básicame nte la capacidad de "ver" el futuro desu protagoni sta . da tos que enlos casos anteriores. ademásde la falta de convicción yaapuntada. dejaban numerososcabos suenes. incluso dentrode una necesidad de verosimilitud literaria. no lógica . Sin
embargo . los recbínamienros(el suicidio a que ya aludimos.o la sumaria caracterizacióndel personaje maligno). sonmás do lorosos aquí que en losotros libros. Para expresar laincomodidad que produceKing incluso en ésta . su mejornovel a. repetiremos la fraselapidaria con que uno de losescritores que él adm ira. Dashiell Hammen. caracterizó aotro escritor: " Es peor quemal o. es casi bueno" .
Su obra podría inclinarse auna concentración mayor desu peso especifico. aunque lafilosofía de fondo que se adviene en la misma apuntacontra esa posib ilidad . A pesar de toda su apare nte franqueza t ) audacia en el tratamiento del sexo, la violencia yla muerte. la visión del mundode King no se aparta demasiado de la de un yanqui bienpensanie , levemen te liberal. perocon una sólida base de prejui c ios arra igados .
Este fondo filosófico es edvert ible sobre lodo en su concepción de l Bien y del Mal . Sien las primeras páginas de Lahara del vampiro logra sugerirun Mal sin fronteras. impreciso. de am plitud metafísica. seencarga luego de circunscribirlo al arse nal de ferret eríadel vampirismo más clásico(nob le ceneoeuropeo, estacas , ajo. invis ibilidad ante losespejos , etc.} La división maniquea es aún más esquem éüca. sin medias tintas . en Ladanza de la muerte, donde seconstituye en el eje sob re e lque gira todo el libro. Randal lFlagg , el Homb re Oscuro. resulta a la postre más patéticoque impresionante . y cuandomás terri bles tendrian que ser
sus ac tos. cae en un infantiIismo absurdo. o es descriptocon efectismos de mago de seIón (en un ataque de ira le salen chispas del cabello. porejemplo). Como en las obrasde C .S . Lewis o To lkien. elmaniqueísmo termina por reducir a los personajes a imágenes bidimensionales . sobretodo en el caso del Mal, alsepararlos de rasgos humanos .La ape lación directa a lo demoníaco resulta en nuestrosdías una espec ie de coartadafácil . por su falta de matices .
Esta divis ión se advie rtetamb ién en lo sex ual. Lashuestes del mal sólo se dedican al sadomasoquismo. lamasturbación u otras formasno muy ace ptadas del sexo.mientras los buenos gozan demomentos roméntíco-sexuales de empalagosa armon ía,dignos de un cono publicitarioo un film de los años cincuenla.
No es que esa visión sea faJ1ida O atente contra lo literario . En el fondo de estas tresmil pág inas existe buen material para un extenso. exce lentewestem puritano y contemporáneo. Pero todo queda sepultado bajo la parafernalia sobrenatural y macabra . bajo laaudaci a ace ptada y exigida porel mercado. El tema de la última novela. Fírestan er (unaniña co n poderes "pirokirétices" , o sea de producción deincendios a distancia y a voluntad; una mezc la de Carriecon el " Basurero" de Ladanza de la mut'rte). no haceconcebir dem as iadas esperanzas de que King rompa las dulces cadenas de l bestsellerismopara ahondaren su zona CIU
tiva más auténtica .
EL Pvo.Lo 2 I 9:'J
Elespado quita significacl6n a la palabra " tamaño" ; es imposible diferenciar algo pequeñoque está cerca de algo grande que está lejos.Por esta TaZÓn, la nave Ca/igoripodía haberseconfundido con un racimo de uvas errantes,rojo azuladas y resplandecientes.
Pero cada una de las uvas del racimo medramás de treinta metros de diámetro, y lostallosque las unía n eran corredores y cables.
Gasas delgadas titilaban alrededor de lanave estelar, fluctuantes como el brillo Que laniebla de hidrógeno de la Cabellera de Beremee irradia entre las estrellas.
Pero las gasas eran velas j:Ie tela metálicaimpenneable, más de cien kilómetros cuadrados desptegados alrededor de la nave. Las
Hay una diferencia.entre los colores y laswna de los colores.
r¡jónSEíngUNA PALIDEZMAS BLANCA
Ilus tró FORTíN
velas recibían el viento creado por la luz desoles distantes, y la nave cruzaba la Vta Lécteeimpulsacla por ondas lumínicas.
La CoJigari estaba navegando de la estrellaLM Monoceros a 16 Corona Borealis. La dumci6n de l viaje se cak:u1aba en más de noventa años. La nave tenre una tripu1aci6n dedoce hombres y mujeres, Que yacían co ngelados en sus gabinetes. Sus functones corporalesestaban suspendidas; no envejecerían duranteel trayecto. Cuando hubieran llegado a lameta, despertarían como después de una noche bien donnida.
Midiendo en años terrestres, ya habían vivído varios sigloscuando la Ca/igcu l zarpó rumboa Corona Borealis.
Los seres humanos hablan l1egado a las estrellas y habían propag&lo su civilización. La
civilización requiere vasos comunícentee losq ue se instalaban en un nuevo planeta queríanmantener el contacto con el planeta natalPero las leyes naturales son más tírénkas quecualquier gobernante. Aunque las naves especiales pudieran recorrer la distancia entre losastros, no podían superar la vekx:idad de laluz. Había más de treinta años-luz entre l..J.1Monoceros y 16 Corona Borealis, y hasta unmensaje de radio tardaba los mismos años enviajar de una estrella a otra.
Lasnaves es telares como la Ca/igarienlazaban los planetas con cordones de Inforrnadón:ciencia, literatura, y arte. Rara vez se trataba deun verdadero comercc: era un intercambiovoluntario de información, un intento de manotener la sombra de una cu1tura común. Lasna ves bogaban lentamente de estreña en estrella; cuando la Caligari IIegara a destino, lagente q ue había cargado la nave ya esteremuerta
Todo había empezado de acuerdo con k>previsto: el motor iónico de la Ca/igari habíallevado la nave fuera del sistema planetario deu.1 Monoceros. lasvelas se habían Inflado. losviajeros del espacio se habían encerrado ensus gabinetes de congelación, la compu tadorahabía tomado el mando, y el largo viaje habíacomenzado.
Pero poco antes de la mitad del trayectohubo un accidente: lasdelgadas velas de metalse rasgaron, y el racimo de uvas fue sacudidopor una mano invisible. las uvas que juntasfonnaban la nave estelar Caligari se desperdigaron y volaron sin rumbo por el espado.
Dentrode la uva donde la lripuIación yadocongelada, entró en operaciones el programade emergencia de la computadora. Se analizóla Informaci6n sobre las estrellas más cercanas. La computadora evaluó las probabilidades y seleccionó un pequeño sol blanco comocentro más probable de un sistema planetario.Activó el motor de emergencia instalado en lauva, y la tripulación durmiente enfiló hacia laestrella sin nombre.
Dos años más tarde la computadora confumó que Uno de Jos planetas en la órbita deesa estrella era habitable. Cuando los viajeros .del espado despertaron JXlCO más tarde y salieron de los gabinetes, la computadora yaestaba preperéndose para el descenso,
n
La uva rojoazulada que una vez había formado parte de la nave Ca/igari no estabaconstruida para aterrizar en un planeta. Pero susdiseñadores habían comprendido que podeser necesario en una emergencia. De modoque la uva no se despedazó contra la superficiedel planeta, sólo se partió, abriéndose en dosal tocar el suelo.
Los doce viajeros del espacio se levantaronde sus divanes acok:hados contra la acelerec íó n. La sala de control estaba en el medio dela uva , protegida por amortiguadores. Ha bíanpodido observar a través de enormes videopantallas durante el aterriza je, y la computadora les bebra suministrado información sobreel planeta por lectura d;gital. mientras completaba sus mediciones.
A.'lora las pantallas estaban a oscuras.. Lacomputador'2!l ya no funcionaba. Pero antes dedestrozarse. había informado a la tripulaciónque la gravedad del planeta equivalb eproxímadamente a 0.8 de la terrestre y la atmósferaten ía una temperatura media Inferior a Jostrein ta grados centi"grados bejo cero pero erarespirable.
Los viajeros del espacio ya esta ban enfundados en trajes protectores. Ahora cerraron losvisores de vidrio de los yelmos para defenderse del &lo que ya penetraba en la sala.esperando que Blancheur tomara la iniciativa.No había capitán ni oficial de mando, pues losviajeros del espacio estaban entrenados paratransmitir conodmlento. no para sobrevivir aaterrizajes forzosos. Pero de antemano habíanelegido a B1anehew"como !fderen caso de quese presentara una crisis.
B1ancheur abrió la puerta de la sala de control. EJ corredor estaba retorcido y terminabaen un tajo. $eguklo por los demás, Blancheurse abrió paso entre escombros de plástico ymetal Un fragmento del casco se había desprendido de tal modo que bajaba hasta elsuelo como una rampa. Los viajeros del espedo formaron un apretado grupode trajes amarillo cromo frente a la nave destruida, como siel hecho de saber que el aire era fño los obligara a apiñarse para mantenerse tibios.
Era de dra.La estrella sin nombre que era elsol del planeta colgaba como una aNeja
blanca en el celo del oeste. Demasiadotenuepara crear una luz diurna intensa. no impediaque los astros brillaran también en el cielonegro.
E] suelo estaba cubierto de nieve hasta elhorizonte. Nieve blanca y dura, tan dura quelasbotas apenas dejaban hue llas. Contemplaban un paisaje donde el viento habra esculpdcla nieve fonnando riscos filosos, despeñaderosabruptos, y cuestas suaves y perezosas. lassombras creaban contrastes blanq uinegrosque acentuaban la topografra.
La na ve espacial había cavado un largosurco e n lanieve d ura y al fin se habíadetenidoen lacima de una especie de risco. con la nieveastillada delante. Aunq ue se habia. deseennado con la colisión, todevíe se elevaba porencima de los ventisqueros como una pelotarojo azuladaque al caer por error en un pradoinve rnal hubiera roto la corteza de un bancode nieve.
Teníen un buen panorama del paisaje blenquinegro. Un mar de pasta dentífrica endurecida hasta donde alcanzaban a ver; en 10altoun cielo negro con un sol senil, un sol quebrillaba como una luna. A sus espaldas. unfragmento de la nave estelar Ca/igarl, brutalmente rojo azulada. Y eUos: figuras de ernenllccromo. casi lumi niscentes.
Blancheur se volvió y regresó a la nave.. Nohabia dicho una palabra a los demás. Peroestaban entrenados para comunkar Informa·cíón, y su silencio era elocuente..
111
Uno de los viajeros del espacio. Weiss., habia sufrido un eccídente en una nave estelarhacia diez años subjetivos. Algo laD6 en elgabinete donde lo mantenían con vida entrelosastros. Cuando despertó, habra perdido laspiernas.
Como inválido estaba ligado al espacio aúnmás inseparablemente. Cuando laCa/igarl negaba a un planeta habitado y entraba en 6r.bita. los otros bajaban al planeta Y se quedeban aUr meses, a menudo años, mien tras setransmitia la c:.arga de inforrnaci6nde la nave yse recogi'a inf0rmad6n nueva. Pero Weiss permanecíe a bordo. La falta de peso en caídalibre elimina ba su lncapaddad más que cual-
quier extremidad artificial. Podíavalerse de losbrazos, Impulsarse con los cortos muñones, yvolar como un pájaro dentro y fuera de lanave. Con el tiempo se había vuelto un experto en maniobras en una atmós fera sin gravedad, y decir Que Weiss era lisiado no teníasentido a bordo de la CaJjgorl.
De modo que para Weiss el naufragio también significó que estaba de nuevo tan Inválidoque no podia moverse por sus propk)s medios.Pero su traje espada] podía engancharse sindificultad a un sillón de ruedas. Las ruedas noreempLazañan las piernas. pero Welss podñaintervenir en lasoperaciones de rescate.
Los viajeros del espacio se asombraron unpoco al descubrir que con el fin del desastre yla disipadón de la prímera alarma tambiénhabía concluido el drama. S6k> les quedabauna rutina laboriosa: habra Que sacar las raciones de emergencia de los depósitos aplastados. había que localizar y reperet lasmáquinasde emergencia. Instalaron y ecwaron untransmisor de radio. pero sabían que las$€MIesde auxilio que ernittria sólo serían respondidas por una expedición de rescate después devariasdécadas.
Prefirle ron no pensar cómo sobreviviríantant o tiempo. y se conce ntraron en las tareasde rescate más Inmediatas. Pero lasseis mujeres de la expedid6n tenían una expresiónnueva en los ojos después de mirar el paisajeblanco Y nevado. ahora un retrato de su propie futuro: blanco como el papel de las fotografias, con ellos como gotas de la soluciónpara el revelado.
El sillón de ruedas que Improvisaron paraWeiss con cinturones y ruedas trabajó comouna especie de tractor. Weiss se dedicaba antetodo a recoger objetos que la colisión habiaarrojado a gran distancia; los traía en uñ trineoarmadocon láminas de metalcurvo. Con frecuenda dos o tres más tenían que empujar eltrineo. pesados y torpes como osos polaresamarilloscon sus trajes espacia1es.
Al cabo de dos semanas habian puesto enorden los restos de la nave.. Habian reparadodosgeneradores, y tenían suficiente combustJ.ble para caldear la sala de control. Tambiénha bían encontrado alimentos suficientes parados o tres años.
Pero la situación aún era crftica. Esto fue
evidente cua ndo la operación de rescate terminó y Blancheur tuvo que recurrir a su ingenio para pensar nuevas asignaciones. Sólo lasala de co ntrol conservaba algo parecido a latemperatura normal de una habitación. Losviajeros del espacio tenían que seguirsusvidasprivadas afuera, en el fria, entre los fragmentosde chatarra y losventisqueros. Surgieron rencíllas menores que pronto degeneraron enconflictos serios. Dos de los viajeros del espedo enfermaron, con sólo días de diferenciaLos síntomas parecía n de gripe o neumonía.Tenfan pocos antídotos, Pues sólo habían encontrado restos del bien aprovisionado depósito de medicamentos. Blancheur meneó lacabeza y dijo que era casi incomprensible quese hubieran enfermado: los viajeros del espado estaban esterilizados, y un planeta deshabitado no podía tener bacterias ni virus que atacaran a Jos seres humanos.
Poco más ta rde, los dos que habían enfer mado murieron. Los ojos de un tercero sepusieron vidriosos de fiebre.
IV
Weiss ahora aprovechaba casi todos losdíascon claro de luna para explorar el terreno alre dedor de la nave . El siUón de ruedas estabaimpulsado por un reactor en miniatura queademás le calentaba el traje espacial De esemodo Weiss era quien tenía más facilidad paradesplazarse en el exterio r.
En realidad, explora r las inmediaciones erauna tarea fútil Todo era una planicie de nievesólo interrumpida por Jos ventisqueros y lassombras. Un paisaje en blanco y negro, dondeaun los tonos grises eran unavariación.
Una"mañana, tres meses después del naufragio, Weiss negó a la cresta de un ventisquero a unos cua tro kilómetros de la nave. Elventisquero era insólitamente alto y tenia laforma de una colina larga de laderas suavesque terminaba en un peñasco colgante a unosdoscientos metros de un valle nevado. Weisstrepó lentamente a la cima, temiendo provocar un alud, aunque por cierto no era fácilaflojar esos ventisqueros eternos.
Se detuvo, echó una ojeada al paisaje escarchado, y descubrió que algo se movi'a cruzando losventisqueros entre él y la Caftgari.
9ll I a.PlNx.Lo 2
Una especie de barca surcaba la nieve. Elcasco era pequeño y negro, lasveJasgrandesYblancas: flameaban en el viento constante. delcual Weiss se protegia con su traje espacialPudo contar tres figuras a bordo; una de ellasestaba acuclillada en la barca de nieve, inclinada sobre algo que debia de ser la palancadel timón .
La barca subió velozmente un ventisquero,viró y se perdió de vista en un vaDe de nieve.Varios minutos más tarde apared6 de nuevotrepando la cuesta siguiente.
La noticia de que el planeta estaba habitadofue alentadora para los viajeros del espacio.Claro que les sorprendió un poco que la computadora no estuviera al comente de la colonización, pero ellos sabían mejor que nadiecuánta información se perdía entre las estrellas.
Blancheur habló con los demás, y se apastaron vigfasen los picos nevados que rodeabanla Ca/igari. El color brillante de la nave era depor sí la mejor seña1 de auxilio que podranhaber lanzado en ese paisaje blanquinegro; aWeiss en verdad le había sorprendido que latripulación de la barca de nieve no hubieravisto el casco rojo azulado que yaóa tan notoriamente en la cima de un ventisquero.
No habran pasado cuatro dias cuando unode los vigfas aVIStó nuevamente ban::as denieve. Esta vez eran tres de diferente tamaño,que atravesaban un vaDe a unos Quinientosmetros del puesto de observación. El vigia selevantó el visor y gritó, peroaparentemente losnavegantes no lo oyeron. Luego disparó unabengala roja que bajó lentamente sobre el valle. Pero la benga1a no I1am6 la atención delos viajeros, Las ban::as siguieron su rumbo,siseando en la rñeve. y se alejaron . EJ viajerodel espado Que los habra descubierto ya habiabajado hasta la mitad de la ladera, claramentevisible en su traje amarillo cromo, cuandodesaparecieron.
Weiss fue con otros dos al lugar donde habían avistado las barcas. Inspeccionaron elfondo del vaDe más atentamente y descubrieron huellas inequívocas de deslizadores. Y ha bía huellas de más de tres ban::as. Dedujeronque ésa debía de ser una especie de ruta denavegación para las ban::as de nieve, y aposta-
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1
ron más vigi:as en el valle. Weiss era uno deellos.
Pero tuvieron que esperar casi dossemanashasta que apareció otra barca. Y esta vez erauna embarcad6n de un solo hombre -unchinchorro de nieve. como quien dice- conuna gran vela de lona. Entró en el vane chirriando, trazando un arcoe indinado sobre unflanco. Weiss estaba a pocos metros de l tripulante, y le pareció que su mirada se cruzabaco n la del otro: ojos negros en una cara blanca.Era imposible verle mucho más los ojos y laparte superior de los pómulos; el resto estabatapado por pieles gruesas y una bufa nda anudada alrededor de la boca. Pero aunque erainevitable que el extraño hubiera visto aWeiss,ni siquiera una mueca o un ademán indicaronque hubiera detectado al viajero del espacioen el siD6n de ruedas.
Weiss arrancó bruscamente y trató de seguiral chinchorro. Pero se deslizaba con demasiada rapidez y pronto se perdió de vista entrelascuestas blancas y las sombras negras.
V
El optimismo que habían sentido los náufragosdel espacio al descubrir lasban:as de nievepronto se transformó en una sensad6n deimpotencia. Continuaron tratando de establecercontacto con las barcas, pero en vano. Era'como si los naW91"tes fueran ciegos a losgestos Ylasbengalas, aunque '" vm6n pamelanonnaJ en otros sentidos.. los viajeros del espado habñan collpaeldido si ellos Y los restosde la C<l1igarl sembrarenel terror Yloshabó1antes huyeran despevoeídos ante algo que lesresultaba inexpticable. No eranpocos lospueblos que hablan Degado a un planeta en unanave estelar pero que a las pocas generadoneshablan oMdado'" origen
Los viajeros de l espacio no tuvieron máscasos fatales, pero más trtpuJantes se habíanengripado y se estaban debilitando dla a dla.La enfennedad lesdrenaba lasluenas ooledIvas y reduda las po,ibó!klades de _da-
A juicio de BIancheur, el origen deI.mus yano era un misterio. Y la únicasa!Vadón, tambén, estaba en la fuente de contagk>, los babí !antes del plai>eta
KIl i fa.Jb«u.o:r
Blancheur había trazado un plan qu e fueaprobado a regañadientes. Una expedici6n intentaría seguir las huellas de las barcas hasta elpuerto de doode beben panido. La expedición estaría integrada por Weiss y dosmás. ElsiI16n de ruedas de Weiss arrastrarla un trineocon provisiones y equipo. y los otros dos irfanen el trineo siempre que fuera posible.
Dos días más tarde la expedición parti6desde los restos de la CaJigarf. Una mujer ,Gwyn, acompañó a Wess y Blancheur. Welssprecedía la marcha como un perro esquimalmotorizado. entibiado y propulsado por el sillón de ruedas. Detrás de él se deslizaba elimprovisado lrineo, YBlercheur y Go.yn ibanacurrucados junto al equipo. los !¡ajes espaciales los proteg[an del frfo Y el viento, peroagujas de hielo los pinchaban de vez encuando, recordándoles la temperatura exte""'_
Fue un viaje extraño por un paisaje que semovta constantemente pero no cambiabanunca. Ventisqueros blancos , casi luminiscentes, subtan y se hundían en íos vaDes; el solpálido desplegaba largas sombras de fieltronegro en medio de la blancura. Al final delprimer dfa estaban hipnotizados por la irrealidad circundante.
A la noche escarbaron en un ventisquero.abriendo una cueva angosta con una sierraeléctricadestinada a diferentes tareas. Encendieron un calentador dentro de la cueva ypasaron una noche más tibia. Yconfortab&e delo que se hablanatrevido a esperar.
Así transcunieron cuatro dias.Cuando se habianalejado un kilómetro de
la cueva doode se hablan ..fugIado la nochedel quinto dra, Gwyn soltó un grito de asombro. los otros se YOIvieron y vieron a susespaldas -frente a la cueva que ecabeban deabandonar- una barca anclada y dos o tresfiguras moviéndose en la entrada de la cueva.
-w ess viró en redondo y dirigió el siII6n deruedas hada la cueva.
Cuando estaban a doscientos metros, losviajeros del espacio gritaron. los extraños sevoMeron _ Y echaron una ojeada entomo. pero continuaron registrando las mroediadonesde la cueva..
Clan o.'Xno bs extraños convenaban entresi pero no podIan entenderel idioma, rosa que
tampoco habían esperado. G\AIYfl se acercó auno de los extraños y le aferró el brazo, gritando al mismo tiempo. Los otros dos se volvieron hacia el sonido, y el extraño se soltó ymiró hacia atrás, aterrorizado. Blancheur seacercó y tocó cautelosamente a uno de losotros. Este giró con violencia, y echó a correrasustado hacia la barca, que estaba detenidacon las velas al viento. Cuando GYINfl comprendió que trataban de escapar, se puso casihistérica Y se colgó del abrigo de piel del extraño. Este bailoteó aullando, mientras golpeaba los brazos que lo aferraban. Se encaramó a la barca I1amando a su camarada de abordo, quien acudió en su ayuda con estacasfilosas de hueso o madera Una de ellas hirió aGwyn en la garganta; Gwyn entreabrió lamano y cayó. Blancheur intentó alzarla, perose le desplomó en los brazos Y rodó al suelo.La nieve estaba roja bajo el cuerpo. Cuando labarca desapareció del valle, con la tripulaci6nvencida por el pánico, Gwyn ya estabamuerta
Weiss había permanecido en su butaca deespectador. el sillón de ruedas. durante la escaramuza. Su sensad6n de irrealidad se habíaagudizado. Por un momento largo y confusodudó de su propia existencia. ¿El y íos otrosviajeros del espado serian sólo fantasmas, pesadillas privadas sin forma ni sustancia? Pero lamuerte de Gwyn disipaba todas las dudas.Sólo quedaba la impotencia, la impotenciaque siente un extraño en un lugar donde ignora cómo se dice "auxilio" .
VI
Weiss y B1ancheur estaban solasen el suavelaberinto de ventisqueros y barrancas nevadas. A medida que se aplacaba la conm0d6nprovocada por la muerte de Gwyn, !JOMa lasensación de irrealidad: perecían encerradosen una prisión de gelatina, transparente perohennétlca, blanda pero impenetrable. Acucia·dos por el paisaje blanco y chato y las reacciones incomprensibles de los navegantes, Weissy Blancheur intimaron más. Necesitaban tocarse, entablar largas charlas, necesitaban todas las confinnaciones mutuas que pudierandarse de su propia existencia.
Después de seis días el paisaje cambió. Al
principio no lo notaron, porque la montañaque tenían enfrente se fundió con el cielo ne gro. Eraapenas una sombra más oscura contra el horizonte, con nieve en las grietas.
Esa noche llegaron a unos peñascos. Lospeñascos también eran negros, y la piedra eradura y lisa, obviamente de origen vok:ánico.
A la mañana siguiente encontraron elpuerto de las barcas. Eraun campo con formade V entre dos brazos rocosos. Al final delcampo podían ver una caverna que penetrabaen la montaña. Había media docena de barcasancladas en el campo; a bordode una de e11as,la tripu1ad6n estaba izando las veJas. W::iss yBlancheur se quedaron quietos hasta que labarca estuvo preperede, Al fin soltó amarras,los tripulantes la empujaron alejándola del reparo de la pared montañosa, el viento in86lasvelas, la tripuIaci6n saltó. bordo, y la barca sealejó del campo pasando a doscientos metrosde Weissy B1ancheur.
Cuando la barca se fue, el campo quedódesierto. Los hombres del espado se acercaron caute10samente a laentrada de lacaverna.Adentro no se veía nada. Encendieron unalinterna y alumbraron. A 105 treinta metros elpasaje daba una weIta.
Weiss y Blancheur retrocedieron Yencontraron una ladera adecuada fuera del campode visión del puerto. Cavaron un gran refugioy camuflaron la abertura lo mejor que pudie-ron. B plan era que BIancheur entrara solo enla caverna de la montaña y tratara de comanícarse con los habitantes. Weiss esperare en elrefugio ron las~ y el equipo.
llIanchem """"'" durante la noche. Estabaexhausto Ydesesperado. Mientras Weiss ebrelas mciones de emergencia que ya habia CO'
cido con el calentador, BIancheur le contó contensa serenidad su encuentro con los habitantes de la caverna.
La caverna pareda una especie de puertopara los navegantes. Cuando BJancheurdoblóel recodo de la caverna, la oscuridad se transfonn6 gradualmente en una luz fosforescente,péhde y blanca que le _ ve>" 10 quebabia a1rededor.1lIanchem apagó la linterna ycontinuó internándose en el fuJgc:w espectrallas paredes de la caverna estaban cubiertasde repuestos para las barcas: velas, pieles,mástiles, jarcias. Pronto ernpeeé a ver gente.
El Peoaoa I 101
Al principio se escondió en las sombras a lolargo de la pared de la caverna para que no lodescubrieran. Pero cuando un grupo de personas salió repentinamente de un pasaje lateral, no pudo hacer más qu e detenerse en elmedio del corredor. El grupo se le acercó perono pareció notar su presencia. Varios tropezaron con él, trastabillando. Pusieron cara deasombro, pero rieron y gesticularon como siestuvieran contando a los demás que habíanpatinado en un trozo de hielo. Blancheurcomprendió que simplemente no podían verlo.
y como un hombre invisible, Blancheur vagabundeó durante horas por la caverna. Tuvoun atisbo de una civilización de sombras. Vioenormes cá maras do nde organismos fungiformes eran cultivados y cuidadosamente recogidos en redes y bolsas. También vio una especie de taller de peletería, donde cosían la pelambre blanca de a nimales desconocidos paraconfeccionar mantas y ropas.
La caverna de la montaña era un reino fantasmal en el sentido más cabal de la palabra, ylos moradores eran como fantasmas: carasblancas, cabello negro, ropas blanco grisáceas. Las paredes de la caverna eran negras,losmuebles es taban hechos de hueso y pie les.Había pocas personas; muchos aposentos dela caverna estaban en desuso.
Blancheur había notado que a medida quese internaba en la caverna hacia más calor. Unvapor blanco brotaba de una de las cámaras.Cuando echó una ojeada, vio algo como unacocina: agua de nieve burbujeaba en cavidades del piso, y dos personas estaban trabajando con hongos grisáceos que hervían yamasaban y hervían de nuevo para hacer unaespecie de torta. Blancheur había tocado elsuelo de lacaverna y lapiedra caliente le habíaquemado losdedos: la actividad volcánica quehabía creado la montaña y la caverna aún nose había extinguido.
Blancheur había visto bastante de la vida delos habitantes de la caverna. Había planeadocómo Intentaría establecer contacto con ellos.Esperó dentro de una cámara vacía hasta queun hombre solo pasó por afuera. Entoncessalió y le cerró el paso, hablándole con vozcalma y clara mie ntras alzaba los brazoscon laspalmas hacia afuera. El 'hombre se detuvo aloír esa voz que lo interpelaba en una lengua
102 I EL PEr0..t.0 2
e xtra njera. y miró en derredor. desconcertado, como sospechando que alguien queríatomarle el pelo. Luego pasó del desconciertoal terror, y dio media vuelta y echó a correr po rdonde había venido, gritando. Blanche ur también huyó del lugar, recordando la muerte deG""",
Hizo una nueva tentativa: atacó a un hombre, lo arrastró hasta una cá mara apartada y lesujetó las manos y los pies para que no huyera.El hombre perecía a pu nto de enloquecer demiedo, como si estuviera luchando contra undemonio invisible. Casi pareció que una expresión de alivio le cruzaba la cara cuandodejaron de sostenerlo los brazos de Blancheury quedó maniatado con una soga robada de lapared de la caverna Pero cuando Blarcbeurempezó a hablarle, el hombre revolvi6 losojos, miró frenéticamente alrededor, y sedesmayó.
Blancheur le aflojó las sogas y lo soltó. Hizodos intentos más de comunicarse con los habitantes de la caverna, eligiendo a una mujer yun niño. Pero ambos huyeron aterrados.
¿la explicación?-No pueden vemos -<lijo Blancheur.-Pero ¿po r qué nó ? -preguntó Weiss-
son gente, igual que nosotros. Quizá vivieronaquí muchos siglos, quizá han olvidado qu ehay gente en otros planetas, quizá hasta hanolvidado que hay otros mundos además deéste . Pero somos tan reales como ellos. Lasleyes físicas también rigen para ellos: no esna tural que no puedan vemos.
Blancheur mene61a cabeza.A la mañana siguiente emprendieron el re
greso hacia la Coligari.
VII
Blancheur guardó silencio tocio el primerdía. Cuando hubieron acampado para pasar lanoche, dijo:
- Tal vez no es natural Pero a veces lagente no es natural. Quizá los ha bitantes de lacaverna no pueden vemos porque nos perciben a nosotros como algo no natural.
-¿Sólo porque venimos de otro mu ndo,porque no nos conocen?
-Porque en verdad no somos naturales eneste planeta Míranos , enfundados en estos
trajes espaciales amarillo cromo, con un tnneol leno de recipientes con códigos crométcos.saliendo de una nave rojo azulada perdida entanta blancura y negrura. Los colores no sonnaturales en este planeta. Y los habitantes dela caverna son incapaces de entender que loscolores existen. Cuando yo me paro frente auno de ellos. quizá ve mi figura amarillo eromo. pero rehúsa creer que la tiene delante. Ycuando al fin choca con ene, trastabilla y sedce a srmismo y a íosdemás que patinó en unfragmento de hielo. Es como si en verdadfuéramos fantasmas. algO que manotea y suplica ayuda, y que para ellos no puede existir.Si los aferramos con los brazos, simplementese asustan. Oyen nuestras voces, pero no pueden, no quieren, vemos las caras.
y los ojos azules de Blancheur escrutaron lacara de Weiss , una cara qu e era, como lasuya,de un rojo e nce ndido. Pues cua ndo los viaje ros del espacio eran conge lados en so viajeentre los astros, minúsculos vasos sangufneosles estallaban en la piel, no sólo en lacara sinoen todo el cuerpo.
Ambos se quedaron sentados un rato, pen-
sando en lo que había dicho Blancheur.Weiss comprendió que Blancheur había en
contrado la expIicaci6n: no era imposible quehubiera cundido semejante obsesión en todoel planeta. quizA incIu>o como parte de la lucha por la supeMvenda en un medio tan hostil Pensó en las bengalas rojas que bebenlanzado. en los gestos que habían hecho paraIIamar la atend6n de los navegantes. Habianutilizado un lenguaje de cokxes pan> pedírayuda, un lenguaje que ellos bebren ccosderada u rwersel (av jo=SOCOITO). Pero los bebí tantes de la caverna no entendían loscolores,no podIan ver kJ,s colores, y se aterraban sialguien trataba de obligarlos a comprenderque los colores eran reales.
Pero en cierto modo, el descubrimiento eratambién una esperanza. Ahora que conocíanla causa de l temor de los habitantes, qu izátambién pudieran eliminarla y conseguir laayuda que necesitaba n.
Weiss y Blancheur continuaron el via je deregreso a los restos de la nave estelar a travésde un paisaje nfveo que se hab0. vuelto aúnmás irrealpara ambos.
TiukldIr .. ............klgIesa desw...en T~A ~Slwdlof~_
~1974 by GoAmdaI NonIo ForIagAIS- T..udóndec.bc..dra
"- POnu> ,~ ,
Sangre y savia: {rutas tibioscomo senos, hojas como cabellos,
pulpas que se entreabren como lab ios,/lores con párpados y manos . . .
?/lndlé~meiroEL MODO
Hustro BERNARDO
Desde pequero se pasaba las horas tratandode ver cómo crecían las plantas. Lo fascinabael mlsteno de los frutos, el desarrollo de lospétalos Y de las hojas verdes, nervedura pornervadura, las trepadoras que se enroscabanen las salientes. Se echaba de bruces en unlugar cualquiera y, los ojos fijos, acompañabael invisiblelatido de lasavia que iba a alimentarlosérboles. Nada lo hariacambíer de posidón,ni el paso de los camiones, ni el griteño de losniños, ni siquiera el estallido de una bomba.Erasordomudo de nacimiento.
Trabajaba en el pomar, en la huerta, dondek> mandasen mediante gestos que él entendíacasi por intuición. Nadie sabia exactamente dedónde habia venido, si tenía familia o por quélo habian abandonado. Era poco más que unadolescente y dormia solo, aliado de un depósito. VIVÍa dentro de su campana de sneooo.
donde todo lo ebeorbien los ojos, único contacto con ese mundo que desaparecía al cerrarlos párpados. Con los ojos cerrados, nosotrosoímos el rumor del viento, la lluvia, el silbidode los árboles. Si nadade esoexiste,oímos loslatidos del corazón
El Mudo, como lo l1amaban, conocía el másprofundo vado. En medio del trabajo, ro-deado por el canto de los pájaros, e l ronquidode los tractores, e l ladrido de los perros, lebastaba con cerrar los ojos para no ser nada.Quizá po r eso no se apegaba a nadie, ni siquiera a los perros, que le iban a lamer lasmanos oon ojos inquisitivos.
Para el Mudo sólo existían las plantas.Como seres semejantes que tenían Iimitaciones aún mayores que las suyas. Inmovilizadospor las raices, sin percepciones, los gestos delas ramas movidas por elviento nadasign ifica-
&. Pf.Nru.o 2 , lO!>
han, no podían pedir agua cuando estabansofocadas de sed. caredan de fisonomta quealguien pu diese interpretar. El Mudo pasabalas manos por lostroncos, con acariciante delicadeza, como si loscomprendiese.
Es común la afición por las plantas. Mujeresq ue cultivanjardines. estancieros, criadoresdeorq uídeas .. . Muchos aman las plantas, peroeso no explicarla las relaciones que el Mudomantenía co n ellas. Puede uno tener ideales,dar la vida por eUos. Todos perseguimos ambiciones y objetivos d iversos, Las plantas noeran un objetivo, un placer o una cosa im¡:xxtante para el Mudo, pero constitufan su videmisma, como si por los ojos le entrase a lasangre la savia verde para alimentario. Sualma estaba compuesta por hojas, ramas yraíces.
las semillas y las estacas que plantaba eranel centro de sus cuidados, pensamientos yhasta oraciones. si es que rezaba. Se integrabaYvMa con las plantas. En sus maoos, un frutopalpitaba, contando historias de polen velerofiJa, de insectos q ue se le habían posado en lacáscara, de lluvias en las noches frias, de miradas del Mudo que lo habían ayudado a crecer,a fabricar jugo, a desarrollar una piel como lade las criaturas. Tomates , naranjas, rosas olechugas, el Mudo los trataba simplemente conagua, podas y abono. Pero habia algo quesobrepasaba la ru tina.
Encerrado en su mundo de silencio. "conversaba" con los vegetales, midiéndolescon ellacto el crecimiento. alentándolos con la mirada, CQffiO las madresque amamantan a loshijos. Perdía mucho tiempo en esa comunión.Su trabajo no rendía demasiado, pero el patrón no se daba cuenta. Había ganado fama detener " bue na mano" . Lo que plantaba "prendía" co n seguridad, y lo que cuidaba produdacon más rapidez y con mejores resultados.
C irculaban historias . . . De que "hablaba"con las plantas Ylas plantas le respondfan, qu ehada madurar un fruto antes de tiempo. Esaaura de superstición tlegaba hasta la casa de laestancia. De vez en cuando apareda por allí,con frutos frescos fuera de estación..Le hadangestos, tratando de averiguar cómo los canseguía. El Mudo se limitabaa sonreír con secreto""",Oo.
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hn cada cosecha aparedan nuevas sorpresas. Umones inmensos, flores de tamaño dob&e o con perfume diferente. Muchos le seguian, interesados en descubrir el secreto desus _ ErafádI,;egu;rlo, pues no Ioalertaban los ruidos ni las convenaciones. Nadietenía su8c:iente paciencia para espiarlo aDfjunto a las plantas. Dedicaba horas enteras apalpar cada hoja, la cabeza inmóvil, sin quenada sucediese. Daba la impresión de queposeía rafees imaginarias que le atravesabanloszapatos y penetraban en la tierra ; cuando lesaliesen ramas verdes por la cabeza, se le caería aquel sombrero viejo . .. Contaban queseguía en ese éxtasis hasta bien entrada lanoche.
Habia un concurso en la ciudad para variedades de uvas. EJ patrón se lo expticó al Mudocon gestos convenciona&es, aunque nunca sebia bien si el muchacho ~ entendl:a. Siemprededa "sr" con la cabeza, modo cómodo deübrarse de un diálogo ómposible. QumI porcoi ncidencia, casi siempre cumplía \o que lepedian mediante ese lenguaje mfmk:o. Decían , con evidente exageración, que el Mudoentendía los pensamientos.
Cuando llegó el concurso, se presentó conunos racimos de uvas que espantaron a lagente. Eran unos frutos tan grandes que hastase asustó el patrón, como si exponer aqueBofuese un fraude, un recurso desJeallos técnícos del gobierno le dieron el premio sin vacüeciones.. Hicieron enseguida una visita a la estancia, que culminó en una verdadera decepción. La viña era pequeña, con buena producción en cuanto a calidad y cantidad. Pero nohabia nada tan fantástico Y únk:o como lasuvas del concurso.
El patrón no supo explicar cómo su empleado bebía conseguido aquellas "muestras". Inmóvil, el Mudo seguía los movimien·los de los lebos, los """'" írcomprensíbles,las preguntas q ue quedarian sin respuesta. Lostécnicos regresaron sin una explicación cíentrfica, Yel Mudo voMó solo a su trabajo.
Le abibuian cosas exageradas. Le inventa·han nuevas maravillas en las que luego creíanlos niños no se le ecerceben, y las mujeresentendidas dedan que tenía un pacto con el
EL Pno.w 2 1 1m
diablo. Toda eso lo transformaba en algoa parte, al punto de que nadie se apenaba desu defecto físico.
El hijo de la cocine ra le llevaba alimentos enuna pequeña merrmta, que el Mudo comíaencerrado en su cuarto. A nadie se le ocurñaque necesitase comer, que sintiese fño en lasnoches de helada, cuando se levantaba sinabrigo para cuidar de las plantas..Qu~ pensarte el Mudo, sentado en su col
chón viejo, en el cuarto agujereado y pobre,los labios y los oídos cerrados, la vida sin perspectivas ni ambcíones. todo él esclavo vegetalde sus plantas . .. De un ser de carne y sangrecomo él, nunca oiria una palabra de consueloo de cnñca.
En noches de tempestad, cuando los truenos sacudían el mundo y el viento silbaba enlas venecianas, golpeando puertas mal cerra das, el Mudo donnia, bloqueado en el silencio,soñando con frutos tibios que tenían picoscomo senos y hojas que se estiraban comocabellos y pulpas que se entreabrían comolabios y Rores con párpados y manos que eranmanos de verdad y lo acariciaban. Por la mañana, mientras se ponía las ropas viejas que ledaban, se le escapaban algunas lágrimas.
Nadie se daba cuenta, pero, aunque lovesen, ¿qué podrian hacer por un joven de pocomás de vein te años que no ora las palabrasnipodña entenderlas?
La hija del nuevo administrador fue a vivir ala estancia con los padres. Tenia catorce añosy no hada caso cua ndo le pedían que se apartase del Mudo porque era " raro y hada cosascon las plantas". La curiosidad la nevaba atodos lados. S u genio vivaz encontraba pa ciencia para observar las &entas manos delMudo podando ramas secas, atando trepadoras O simplemente durante la ceremonia, enapariencia sin sentido, de acariciar los frutosverdes. de encerrar los capullos entre las manos para que creoeeen mejor y más rápido.
El Mudo no le hada caso; asentía ron lacabeza al ver aqueDos gestos incomprensibiesque quizá intentaban ser preguntas. La mu chacha se llamaba l...ucia, y empezó a ir contanta asiduidad a los lugares cuidados por elMudo que éste se acostwnbró a su presencia;raras veces voMa la cara hadaeI1a, y cuando
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lo hada tenia la misma mirada de preocupación q ue usa ba para las plantas.
Luda insistía con los gestos, y los repetía contanto é nfasis que el Mudo se veía obligado aresponder. Al pri ncipk>, todo eso no pasaba deuna curiosa pantomima que poco les permitfa .entender lo que el otro queña decir. Despuésse estableció un código natural, y comenzarona comunicarse para asuntos triviales y cbjetívos.
Luda era para el Mudo como un palsajequese admira sin pensar en comprarlo. Todevepoco desenvue lta, con cuerpo delgado de jovenci1a, conservaba parte de la __Wdadna tural de las niñas, que de$apareda por momentoscuandosearreglaba coquetamentebscabellos o cuando repetía el movimiento detaparse las rodillas con el vestido. La mujerque surgfa provocaba en Luda la a1egrIa secreta de despertar la admiradón y la mirada delos hombres, un nuevo juego cuyas reglas, tanpetigroo;as, toda... la asasteben Era, para elMudo, un paisaje que se contempla desde'ejos Y se desea en sueilos. Ena no k> veiacomo hombre ni como el ser atenador y extraño que le habían pintado. Era como unanimal simpático al cual la gen te se acostumbra y le toma afecto.
Al Mudo no se 1e escapaban las transformadones de Luda. Cuando ella estaba cerca,ocupada o perdida en fantasias, sus ojos larecorñan con esa calma fi)e:ta que penetrabalas flores y kas frutos. Esto como metáfora,pues las plantas eran la sangre vegetalque loalimentaba, sangre fría que la suya tenía queasimilar y calentar. La de Uria era roja y_ ardiente ... Las rruredesdel Mudoiban de los pétalosde las &ores a lacurva de loshombros, los pliegues de la blusa que hadaadivinar senos pequeños, las curvas de losmuslos antes de la cintunl deIg¡KIa..
Alguien notó maliciosame nte que Luda estaba creciendo con demasiada rapidez enaquellos .mas donde los hombres posan lamirada y los pensamientos.. '1..ucfa se vuelvecada dia mas viciosa, como las uvas de la_ " Loo hombre; rudos deIa_se reian con dientes estropeados, espiandopara asegurarse de que no venía el patrón."¿B Mudo tendré que tocar con las manospara que las cosas aumenten astr'
,
Un día ella se vio desnuda frente al espejo Yse cubrió los senos con las lTIaJlOS. como sifuese inmoral poseer equellcs at:racti'JOS quelascompañeras aumentaban con rellenosy lasrevistas destacaban en lasartistas célebresconmedidas y comparadones..
Por la mañana. luda ya decficabaunos minutos a la tarea de arreglarse. Viajabatodoslosdías en ómnibus hastael ooIeg;o de la dudadmás cercana. En conversadones con amigas oen las pelrcuJas que veía raras veces, cuandolos padres la. Devaban de paseo, Luda se iniciaba en losmisterios de los edultos, el placerde una danza nueva; sentada sola enI~públicos, ya notaba las miradas masculinasque buscaban la suya.
Su amistad con el Mudo no cambiaba. Dejebe los cuadernos y se iba al campo, los senosagitados por la carrera, hasta el lugar donde elMudo ejerda aquellos silenciosos poderes.Delante de las plantas que empezaban a brotar, atando ramas o acariciando pequeños frutas. el muchacho continuaba con sus ritos depaciencia, encerrando retoños entre las menos, cubriendo de _ las semillas y lashojas. luda aparecía entre losá_la ceraencendXIa, jadeando, saludandocon una sonrisa a la que el Mudo respondla alzando unpoco una mano. Después mostraba pIan1as Ynubes, m<>IIW!ndo los brezos, expresando deseos y proyectos..luda acompañaba esosgestos con exclamadones y se reía, loscabeDosechados hada atrás, con una falta de recatoque la haciamás peococewe,
EJ Mudo rozaba a veces el cuerpo de lamuchacha cuando el camino era estrecho; aveces. para mostrarle un insecto o para señalarle alguna cosa, le tocaba apenas los dedossueves. Nada excedía los Irmitesde la coinddende. Pero las miradas del Mudo. cuandoLuda no se daba cuenta, eran como manosenormes, hechas de cariño y amor que se ledeslizaban por losmuslos fumes, le tocaban lanuca donde volaban los cabellos. le alimentaban los senos que crecen duros corno frutospreocupando a los padresque wlan cómo lahija se transformaba en mujer de una horapara.otra, pensando que talvez debeñan consultar a un médico. Por suerte, las frases quecirculaban entre los colonos no les llegaban alos oódos.
t-fabta en la estancia un viejo contratadopara hacer una plantadón de eucaliptos. Elhijo, un jocen que aparentaba unos veintidnco años, ctirigIa los seMdos. Eraagr6nomoo estaba formado por alguna escuela técnca,Cuando llegó, poco se habla fijado en luda, laniña delgada que oonia por el pomar, eambiando señeles con el Mudo. Después le I\egaron loscomentarlos sobre los poderes mágicosdel Mudo. mduso que Luda se habla ''vueltoT1lO12.l" gradas a esas rnimdas y, quien sabe,hasta por culpade lescercías,
El joven agrónomo iba pocas veces a lacasa Un dra se encontró con Luda en unrincón del pomar. La muchacha. trataba demover con la punta del Pe un durazno queestaba fuera de su alcance. No la reconod6inmediatamente. La tela fina del vestido mercaba aquellas curvas que ya tenían el vigortenso de una mujer formada. Por el escoteapareda el borde de un seno, de un blancosecreto que contrastaba con el color morenode losbrazosquemados, Fue a ayudarla. Conversaron, pasearon. y le costaba ..Iacionarlacon aquellaniña de hacía tan pocos meses..
Comenzóel enamoramiento, un poco a espaIdas de los pedres, A~ luda,_nte, a¡xendla • besar, la pertwbahan los abrazos fuertes y las c.arbas, Y deda"no, no" sin saber exactamente por qué, asuslada de Las lesporIIl:Sabilidades misteriosas quelos adultos siempre: aduóan conocer. Seguiavi:sttando al Mudo. El amante sentia celos,queña prohiblnelo, le hada """"",las mmoraJes, si el Mudo la palpaba, si se aprovechabade eDa, cómo era que los senos 'e habíancreddo tan rápido ... Luda lloraba sin comprender. la maIlda, el sexo, eran pera ellanovedades recientes. El Mudo era un bermano desamparado, y sería imposlb'e imaginar que pudiese querer besarla, que quisiese .. . ¡Imposible!
Luda no abandonaba las visitas al Mudo,que trataba de ocultar. Pero ya no era la deantes. No se echaba el pelo hada atrás, nodaba aqueDossaltos que 'e jecentaben el vestido por endma de las rodillas. Cuando lamano del Mudo tocaba inadYertidamente lasuya, la retiraba con rapidez. A YeCeS., cuando
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estaba de espakIas se voMa de pronto Ysorprendía aquella míreda fija que la penetraba,un algo materialque se le metia en lacame ysele esparda por el cuerpo como las inyecdonesque le aplicaba el íarmecéutco. Luda romenzó a descubrir que, detrás de tanto sñencio, e l Mudo era también un hombre. Se estremeda de pensar que también a él le gustasebesarla, que pudiese tener maJos pensamientos hacia ella. Era horrible, pero no diferen tede esas bebidas amargas que queman y luegodejan un torpor agrndable; un calor Den<> deanimación.
Pensar que el Mudo pudiese gustar de ellacomo mujer le perecía un pecado, pero delente del espejo grnnde del guanIanopa, desnuda, luda contemplaba sus atractivos ocultos y se deleitaba con una sonrisa en loslabiosal imaginarse deseada po r dos hombres. Setocaba con La punta de los dedos los senosdesarrollados para su edady se acordaba de lamirada del Mudo y del amante diciendo furioso que estaban así por culpade aquél
B pobre mago de las plantas no sa00 delenamoramiento de 1...uda. la muchacha, hábilmente. no salia con el agrónomo hada lossitios dondepodía estar el Mudo. Unmtrigantematvado traló de expIicarie que La amiga lotraicionaba.. Pero los gestos desordenados ylas sonrisas irónicas nada significaron para elMudo. Con q uien mejor se entend ía era con lamuchacha a La que, justamente, ya no vera conla frecuencia de antes. Luda había cambiadomucho, tenía arrebatos de melancoUa y lanzaba miradas inquisidoras que él no podíaentender.
lucia perecía enferma, MAs deIgoda. losojos enrojecidos por llantos secretos. evitabaconversar con los padres. Un día no pudoocultarlo más Y le contó todo a su madre.Estaba embarazada.
A esa altura, el Mudo ya sabía de la relaciónde Luda con el muchacho. Resultaba imposi ble no verlos, tomados de la mano y besaabrazados, en el fondo del pomar o tendidosen elpesto del_lado de la laguna B Mudose sentaba en el borde de la cama mal ordenada, Uun6W, los lebos quietes, En> comoesos postes del medio del campo, que deseensan todo el tiempo mientras los hiles transmi-
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ten voces teIef6nicas, rechazando todo apoyo.Seña difícil entrar en los pensamientos delMudo, traducUlos a palabraso frases lógicas.
Los colonos de la estancia trabajaban, sufrian. decían palabrotas. hablaban y oran BMudo sólo podía pensar para sí mismo. Susgestos dedan tan JXlCO como los saltos de unperro que quisiese transmitir historias de lealtad a un dueño displicente. En cuanto a losdemás, nadie pensaba en el Mudo.
Hubo confabulaciones de los padres, autori1aóones exigidas. comentark>s de toda la estanda. besa que Lucia y el agrónomo acabaron casándose. Se mudaron a la dudad, e!muchacho encontró un empleo y tuvieron e!primer hi;o.
Algunas mujeres se deterioran después decasadas. Luda fue una de ésas. Desde el romienzo del embarazo, la cara se le cubrió demanchas que nunca le salieron del todo. Elvientre, después del nacimiento nonnaI de!bebé, no volvió a ser e! de antes. Los senoserguidos y duros se marchitaron, y se apagótodoaquelbrlIIode huta suculenta. A pesardeeso daba la impresión de que e! marido Laqueña.
Ene!cuarto, las luces apagadas, pensabaenla Luda de los sahos ágiles, e! rostro eocendido, los senos calientes que resistian sus caricias . .. En esos recuerdos se interponta elMudo con aquellas miradas fijas. Le ventancelos retrospectivos, imaginaba caricias prohibidasY los poderes mágicos que habían vueltoa Luda tan sedoctora y provocativa.
Luda ya no se mirabadesnuda en e! espejo.No habla engordado demasiado, pero suscarnos hablan pentido aquella _ ya noeran e! conjunto de vibrantes cuerdas de violín.. S6Jo había conocido a un hombre en suvida, era una esposa fiel Pero no podra controlar ciertas divagaciones nostálgicas, suam istad con el Mudo, las correñas en la esta ncia, la transformación en mujer, lasmiradas delMudo ... Sin saber por qué, se resistia a evocario en sus pensamientos, aunque no teníaimportancia. pues todo habia sido tan inocente ..•
El marido le habla contado los comentariosidiotas, las tonterias que inventaban las comadres. Luda no era feliz. Amaba Y cuidaba alrujo, .".,.Jaba la casa y peeperabe la conUda.
Salían poco, conversaban, peleaban. comotodos jos casedos,
No sólo desnuda evitaba Lucia el espejo.Cuando se arreglaba no se estudiaba la cara, elcuerpo, comoantes. Sentía la falta de algoqueno podía definir pero que era irremediable.Cuando jugaba sola con el hijito le repetíaciertos gestos, hasta que un día, sorprendida,descubrió que eran losmismos que usa ba para"hablar" con el Mudo.
Dejó de hacerlos, y se preguntó por qué.Tenía la cert eza de que el Mudo nunca hebíerepresentado nada para ella; la sola hipótesisera absurda. Despertaba de noche con pesadillas extrañas en lasque perdía alguna cosa queno reconocía pero que parecía saIirlede edentro. Lucia ya DO era la misma, yel marido creíasaber la causa, a unque nunca se la confesañaa nadie.
En la estancia lodo seguia como antes, conlas únicas modific:adones que trae el paso deltiempo. EJ nuevo administrador habia hechoalgunos cambios en los fu9:u"es de labra nza,construido nuevos establos. Del Mudo ba bleban muy poco. EJ patrón lo mantenía por caridad, pues su trabajo ya no valía como antes.Se había vuelto perezoso y desinteresado. Asíparecía al menos., pues lasplantas que cuidabaya no se voIvran tan lozanas corno en otrosaños. En realidad, el Mudo no habia modíñcado el ritmo de trebejo, Repella lodos losdlaslasmismas tareas de siempre. Sin embargo, sile hubieran estudíedc 1M _ y losgestos,la! vez habrlan descubierto que algo se hablavaciado.
EJ Mudo plantaba, podaba o ataba ramas,las manos rápidas. repitiendo opemdones efidentes y met6cticas. pero bias. Ningún durazno o racimo de uvas creóa más allá de loque los abonos y la naturaleza permitian Sehebra acabado el hedrizo, los "pases" miIagrosos. Sentado en el borde de la cama, hundido en un silencio de muerte, apenas recoedaba. Comta poco, sin mover los ojos, y aveces se iba junto a la carretera y contemplabael paisaje como si esperase la llegada de algo;su aspecto empeoraba. Un dra no apareció, ylo encontraron en el cuarto, en fenno.
Le dieron reméñcs caseros que nada lomejoreron. Cuando le subía la febre hadagestos que nadie entendra. Su estado seagravó, yel patrón fue a busc:arun médico a laciudad. Dos días después murió. lo enterraron sin ninguna lApida, y apenas recibió unaspocas flores que unos niños hablan anancadode su joniln.
Cuando se enteró, Lucia estaII6 en un Dantoavergonzado, y se encerró sollozando en elcuarto. EJ marido le Uev6 un vaso de agua.Luda se calmó.
Ambos actuaban con poca na turalidad, nose miraban directamente. Durante mochosdías se trataron con ceremonia, como si terreesen el asunto. Sólo el tiempo podña tejer unnecesario olvido.
Nadie quiso o se acordó de visitar la tumbadel Mudo, donde la maJeza crecíeen 5bertad.Tal vez por eso mismo con más fuerza Yvigorque en las dereas ...
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mas ordenes. pero a vecee lescambian los titulos) y qué editorial10publicara , y cuándo.
Dos pal-naditas más, pero nocon patemañemc siro con gratitud realmente buenas las ñustraciones de Fati y Killian; y me aleg ra Que hayan dedicado un buenespacio a cceeotercs de libros.no sólo sooee hcción seo sobrematerial ceosrcc. En rrece delodo el papel que se entinta hoydía. uno a veces necesita comouna guía turística para saberadónde ir y no siempre es fácildelec tar un medio Que oriente eneste tipo de lecturas. Desde yamuchas gra cias por tooo . Y lesag radecería aUn más si publ icaran O me reoeeen llegar las respuestas al ), 2) YJ ) Si1"10 es demasiada moIestta
Gerardo H.PonllniCapital
' ) En cuanto a productos "6xóti·COS
M
, en este número publlc8lTlOScuentos de un noruego y de unbrasiIefto. En núnero3' fLttttto!aparecerá gente de otras MCionaJkJades,' 2) Ba6ard fOdltvf41 noordenó en un libro lOdas sus cf1ti..ces: en el f'utI.wo dlJff1t'JX1S • conoe N fMguna otra: 3) B fibtO de AldiSSseRamttrá. porsupuesto, Ult imas órdenes . y SerB publicadopor MinotaufO.
Gen te de B Péndulo:En primer lugar deseo felicit ar
los. más allá de los resulladOS quepuedan alCan.Zar, por el esfuerzoque SignifICa la publicación deuna revista de esas caraeteristlcasoHace bempo queesperaba laapanción de una revista como BPéndulo, Que ncera algo masQuepublicar relatos de ectcees ya
ción NOSO. Ed . Mart inez:Roca )Con respecto a lOS artÍCUlOS
oecccecees algo: aur'lQue la relación entre las pag inas dedica das a re latos y las dedicadas aartículos me parece muy eoecuece. si alguna vez Quieren enetarta . Que no d isminuyan las ceecadas a artcucs (si es pos ible,Que las aume:"lter'l), ya Que son esl as las Que d.ferencian a su revistade una ccecceo de relatos comohay muchas
En cuanto a las ilustrac iones.aunque cee-oc hojeé la revistame parecieron muy buenas. encuanto empecé a leerla no lespres té la menor atención. ¿No les
• parece un desperdicio de espacioQue podrían ut ilizar en algo masútil?
sesone-oo. no PUedo Quejarme 'La revista me de¡6 enteramente sens tecrc
Miguel A. ManchioneCapital
¿Alguien mlls deseaque /a revistano sea nustnJdIJ.?
Seflor d irector de El P$ndulOCon el atraso ya ciescc con res
pecio a la d istribución en BuenosAires, llegó por fin B PéndulO a
Rosano. en su oeeva etapa AlpflnClPIO me fastid IÓ un poco lasereenee con Mutantia, en el temaño y la dlagramación, pero unavez que la lei caí en el extremoopuesto, y ahora me cuesta imaginarla distinta Es una verdaderareveta-rerc para gua rdar. La impresión general Que me causó fueóptima aunque tengo mas de unasugerencia por hac er. Entre lodestacable por lo POSItIVO está laseccce de notas cortas del principo. Ylas Que se van desgranandoentre los cuentos, Que le dan a larevista su tono de tal. En ese sentido me gustarla Que hubiese máscritica de libros. Esplénd ida sobretodo la nota de Ballard, un textoteoncc-ccetcc a la altura de lOSmanifiestos surrealistas de ereton . alJl'lQue uno noesté de accerdo con él.
Elrnateearde CordWa.ner Smrthes un capitulo aparte Magnif.caidea la de incluir material informativo sobre un autor determi nado .Hasta me parece Que la sección(c reo QLti es fundamenta! Que semantenga) se venavaonzaca conuna presentación tipo dossier:una espec ie de carátula propia.algo esr. Delresto del material na·rrativo. me gustaron sobre todolos relatos de sern J. LundwaH yAngélica Gorodischer. apa rte de
IZlI E1. Puoout.o 2
el .mOlusf1'U
KIRCHN:R
• "EI Secreto" . de JackVanee . sobre la vida cotidiana de una envidiable sociedad que. sin embargo .debe enfrentarse con algono del todo envidiable.
• Articulos de Pablo Capanna sobre C. S. Lewis yErn st J ünger.
• Una entrevista exclusivacon Ursula K . Le Guin. en
~,,"---.Jla que la autora de Lo M anottquierda di' la Oscuridadnos muestra las obsesionespersonales que dan fonna asu obra.
EN LOSPROXlMOSNUMEROS
• " Diosa de Granito" . deRoben F. Young. historiade l amor más grande deluniverso.
El Péndulo continuará publicando los mejores cuentos), artículos de los maestros de la imaginación:
• " Bajo la Vieja Tierra " .de Cordwainer Smith. crónica poética y terribl e de unfuturo lejano . tan vívidoco mo nuestro presente.
• "El Mundo de los Martes" . de Philip José Farmero sobre una ingCniosa. <::;;=';\h~solución del problema de-...mográfico . que sin embargo crea nuevas y originalesangustias .
EQUIPODirector Editorial Andrés Cascio6
Jefe de Redacc ión Mardal Souto
Diseño Gráfico Sergio Pérez Femánde.z
Colaboran en este número Pablo Capanna e Klllian e EMo Gandotl"o e Fati e
Car10s Gardini e Sanyú e Bernardo e FeJTeira e Fortín e Michel Gaf'fré
" Prog reso" , guión de pierre Christi n y dibujo de Enki Bilal, © Ed. Darqaud
Producción Gráfica Carias Albert o P éree Lam:a e Fablán Di Mattco e
Alejandro Turiansky e Fernando Brenner e Eduardo Echániz
Laboratorio Rolando Nazardín e Mlriam Varela e Laura Paree! de Peralta
Coordinación Gráfica Juan Zahtut
Correción EMra lbargften e Nora I"\eeroff e Sandra Russo e Eduardo M11eo
Director Come rcial Ricardo Portal
Director de Ventas Rubén A1peDanl
Gerente Administrativo Jorge Antonio ormaFotocomposición Enrique 11\.Gal~
PE1'ilX.LO I'f" 2 ~~ ~..--..I.~ par f.tcionn dt IIIIJrr-. SA F-..queo.~:W. 2!l8.( 1074) CIpIaI.. "'*'IiI....iól .~ 482.~ p;,o-roButnoJARs.~ ¡,e 822
N..rioneIdt ..~~111032.ProhbdI-,¡~""o=o-.:hosToó"""'"DiItribuidoon ro> ÜpbI FtdenIl: ""-:ti Yc.. Di!otr1buidon en el~ SAClF~
rano)".~~enel~~EdtoraSAac..dt~4504_ uH J672·~And," -
Flllnqueo~
(.lOO 1981 acea
130 I fJ.. Pno..Loz
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Los editores a~nos de historietaspiensan que sus lectores son idiotasNo se alarme. Lo que expresa este titulares Los lectores, en Mataderos o Nuflez, pareceventad. Ylaverdad notieneporque asustara quelo quieren asi.nadie. Osi. Pero. lo quieren?Cuando unedil« advierte un argumentista o Nosotros,Ia gentede Superhumor. pensarnosundibujante sensibles. deesosquecreen que que los Iectofes songrandes aunqueseandli-Jos lectores noson giles, se pone mntento. ros.Ysi son dlicos,mejor. Porque sison chi-y piensa. (OS son grandes.Piensa. pCll' ejemplo: -zste es untalento. Yel Por esoparanosotros lahistorietaesungéne-talento a mi negocio lo favoreu. ro adulto.Yentonces lerecomienda a su talento: y es tan prestigiosa. como género, como el-Hagame casO. El público quierecirco. Pan y cine o la literatura o la plástica.cirw. Todo lo que le jnteeesa a la gente. Y Por eso está n con nosotros apenas losolvidarse de la realidad. me¡om.y sonriendo. continUa: Nuestros autores nopueden hacerenotro la--tsaiba o dibuje sobre gente hermosa, que do lo que hecenaquí.estédel ladodel Bien. con mayUsculas. daro. ¿Porque?Si esargumentista. póngame lluvia enlaspar- Porque no los dejan.tes románticas Ymagnums 347 en las partes Algunos sontoIal»ofad<ws deHumor, una re-violentas. Sies dibujante. dele a los primero vista seria. Sin distinó6n desexos y de razas,planos. Chicas con pestañas como <epillos y deaedos yde culpas. todos.ocasi todos. son:héroes como deplomo. No seolvide, los bue- fontanarrosa, Fati. Reynoso. Limura. Trillo.nos siempre ganan. 6roodonaWhite, Mandrafina, AltURa, Sastu-El argumentista o el dibujante, que debe 93'" rain, Sanyu, Sa«omanno, los Breccia, Ferro,rerseelpan,pagar elalquiler, lacooperadora Trigo (sigue la rrstal._ y siguen lasfinnas.delos chicos ypasarte unospesos asus padres Nuestros lectores, en su mayoria, son los dejubilados, repara quesutalentoescasi genioy Humor.que laobrapuede esperar un ratito,espe<ial- son lertores queopinan que la alegría puedemente cuando haytanto que pagar. devaluarw un treinta por ciento. Pero tem-Entonces paga. Paga con suObra lo que vaa biénquelaaventura de viviry de gozar leyen-ganarprostituyendo lo me;or que tienedesi: dosigue valiendo mucho allí donde hayauto-suc.apacidad de expresión. resy lectores que piensan.Así elaeador aprenderá, siesargumentista, a Ahora yasabe.Paguelemáso menos lomismoesaibirhistorietas con mucho texto. porque el al editor quepiensa que ustedno piensa y esquetiene poco que decir habla mucho. un idiota. m~ rYV\(l,Así el aeador aprenderá, si es dibujante, a Ocompre~dibujar historietas con primeros planos. Por- paraqueaquellos que piensan que ustedque ii tiene poco que mostrar lo mejor es piensa, piemen que no se equivocaron.dibujar c.aras.Además, como el editor sostiene, la revistatiene quedurarle allector .Porquepagó.y caro.la realidad, segúnestos editores, no es unaaventura. •. ,,'Es frustración. y un gran negocio paraellos. .' ,.' /. ~'lLa realidad paraloslertores de estas revistas :,... . • G> . ....{c: I "-
está másallá de laGeneral Paz: Bronx, Picadi·~'~ ~t.:::: I ";..~r'~gllIy, Montmartre, rrastevere. ~ ~:~~ ~ .•0'p__ • l '