Post on 28-Dec-2015
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EL VERDADERO ISRAEL DE DIOS SON LOS UNICOS
HEREDEROS DE LA PROMESA ABRAHAMICA
Por: Caesar Arevalo
De las setenta cuatro referencias a Abraham en el Nuevo Testamento, ninguno de ellos se enfoca
los elementos terrenales del Pacto. Aun la aceptación de una conversación de Israelitas en un
tiempo futuro no demanda un retorno a un orden antiguo de las cosas.
Por ejemplo, la discusión del apóstol Pablo de la relación de la ley a la fe salvadora en su carta a
los Gálatas.
El introduce a Abraham como el paradigma de la fe salvadora y de la inclusión en las promesas
de Dios. En el curso de la discusión de Pablo, el apóstol hace declaraciones exegéticas basadas
sobre este entendimiento de los pasajes de Génesis. Estos se reflejan en el pacto de Abrahamico.
Estas promesas son las siguientes:
1) – “ Sabed, por tanto, que los que son de fe, éstos son hijos de Abraham.” (Gal. 3:7).
2) “8
Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de
antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. ” (Gal.
Gal.3:8).
3) - “De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.(Gal. 3:9)
4) – “para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por
la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.” (Gal. 3:14).
5) – “ Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su simiente. No dice: Y a las
simientes, como si hablase de muchos, sino como de uno: Y a tu simiente, la cual es Cristo.”
(Gal. 3:6).
6) - “ Mas la Escritura lo encerró todo bajo pecado, para que la promesa que es por la fe en
Jesucristo fuese dada a los creyentes. (Gal. 3:22).
Lo central en estos versos es el significado redentor del pacto Abrahamico que encuentra su
consumación en la persona de Jesús Crsito, que por antonomasia es la semilla de Abraham, es
tanto el garante y heredero de las promesa del Pacto.
La relación con Cristo, establecido por imitar la fe de Abraham, garantiza a uno la participación
en las promesas del pacto. No es la observación de la ley o ser descendiente físicamente de
Abraham que constituye a uno como un hijo de Abraham, pero más bien la fe en Cristo.
Estos versos autorizan la naturaleza redentora del pacto Abrahamico. Ellos confirman que el
pacto es el factor unificador entre Judíos y Gentiles, y que ellos son el fundamento de la
enseñanza que hay un solo pueblo de Dios para todas las edades que comparte los pactos de la
Escritura que encuentran su consumación en Cristo.
Impresionantemente, Pablo percibe la redención en Cristo ser el dominante, aunque no exclusive,
característica del pacto Abrahamico. El encuentra el cumplimiento del pacto en Cristo y la
participación en el pacto ser afirmado sobre una relación en Cristo.
Consecuentemente, debido al advenimiento de Cristo como la semilla de Abraham, el Nuevo
Testamento ve el cumplimiento del pacto Abrahamico semi-realizado en los creyentes del Nuevo
Testamento y la iglesia; y un cumplimiento final y eterno en los “Cielos Nuevos y Tierra Nueva”
para todos aquellos que son la semilla de Abraham por la fe.
En Cristo, tenemos nuestra “tierra prometida” cuando somos bendecidos en los lugares
celestiales con cada bendición espiritual en Cristo.” (Efesios 1:3), y estamos asegurados que
tenemos una “para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los
cielos para vosotros” (1 Pedro 1:4)
Los textos del Nuevo Testamento que consideran la pregunta, ¿Quiénes son los legítimos
herederos del Pacto Abrahamico? La respuesta inequivocadamente es “Todos aquellos que
están en Cristo.”
Referente a la unidad de los judíos y Gentiles creyentes, George N. H. Peters concluye
contundentemente:
“ambos, Judíos y Gentiles creyentes, son la semilla de Abraham, ambos grupos de ramas están
en la misma clase, en la misma raíz, en el mismo árbol del olivo; ambos constituyen el mismo
Israel de Dios, los miembros del mismo cuerpo, ciudadanos de la misma comunidad; ambos son
Judíos y Gentiles interiormente” (Rom. 2:29) y verdaderos de la verdadera circuncisión (Filip.
3:3); formando el “mismo pueblo peculiar,” “nación santa,” “real sacerdocio,” ambos están
interesados en las mismas promesas, pactos y reino, ambos heredan y alcanzan las mismas
bendiciones al mismo tiempo” –[Peters, George N. H. The Theocratic Kingdom. Vol. 1. Grand
Rapids, Kregel Publications, 1952.]