Post on 22-Aug-2020
(La capilla estará ambientada con el poster, la Biblia, una vela
y una gran caja de regalo con un Sí grande en el frontal y abierta
por la parte superior de donde saldrán fotos de
di- ferentes pobrezas)
El día de la Encarnación contiene todo el misterio
de María, toda su historia, su ser, y al mismo tiem-
po habla de la Iglesia, de su esencia para siempre; como también de cada creyente en Cristo, de cada
alma cristiana llamada..
En el marco del 400 aniversario del carisma, nuestra
llamada a vivirlo en radicalidad se hace más fuerte y como María nos
atrevemos a decirle Sí al Señor dando gracias por su amor
incondicional que nos impulsa a profundizar en nuestra unión con Él,
dichosas de no tener más tesoro que Él.
Dios te salve, Anunciación,
morena de maravilla,
tendrás un Hijo más bello,
que los tallos de la brisa.
1. Mensaje de Dios te traigo.
Él te saluda, María,
pues Dios se prendó de ti,
y Dios es Dios de alegría.
2. Llena de gracia te llamo
porque la gracia te llena;
si más te pudiera dar,
mucha más gracia te diera.
4. Y bendita vas a ser
entre todas las mujeres,
pues, si eres madre de
3. El Señor está contigo,
aún más que tú estás con Dios;
tu carne ya no es tu carne,
tu sangre ya e para dos.
La voca- ción es un
don de Dios al que
hemos sido dichosas de acceder, pero siempre porque la iniciativa ha
sido Suya. Como al anciano Simeón, ha sido Él quien ha llegado has-
ta nosotras y su Presencia nos ha asombrado. Hemos tenido
la dicha de que, como siervas, nuestro ojos “hayan
visto tu salvación, la que has preparado a la vista
de todos los pueblos, luz para iluminar a los gen-
tiles y gloria de tu pueblo Israel.»”
(Silencio y reflexión)
Salmo del discípulo que quiere anunciar a Dios: (Recitado por las hermanas espontáneamente y después de cada
¿Su Presencia inunda mi vida?
estrofa respondemos cantando la antífona)
Ant: Dejarme hacer, dejarme hacer, dejarme hacer es cuanto pides de mi. Dejarme hacer de nuevo por Ti. Dejarme hacer en tus m a n o s S e ñ o r . Aquí estamos, Señor, respondiendo a tu llamada. Aquí estamos, Señor, porque nuestro gozo eres tú. Aquí estamos, Señor, queremos ser anunciadoras de tu Reino. Aquí estamos, Señor, con la confianza puesta en ti. Nuestro deseo es salir a tu encuentro, porque en medio de nuestra vida Tú ocupas siempre un lugar importante. Respondiendo a tu llamada... porque en nues-tra res- puesta encon- tramos
el gozo. Porque nuestro gozo eres tú... Tú eres nuestro gozo, porque te hemos visto, sentido y descubierto.
Tú eres nuestro gozo, porque eres la perla preciosa, el tesoro es-condido. Tú eres nuestro gozo, porque toda nuestra vida tiene sentido des-de tu presencia. Queremos ser anunciadoras de tu Re-ino...
porque te hemos sentido cerca. Aquí estamos, porque sabemos que nos necesitas, y te ofrecemos lo mejor que tenemos, nuestra pro-pia vida, para que sea instrumento al servicio de tu Reino. Aquí estamos, Señor, porque eres nuestro Dios.
Aquí estamos, Señor, porque nos has mirado. Aquí estamos, Señor, con nosotros puedes contar.
Al ser llamadas y elegidas por Dios como Hijas
de la Caridad, Él mismo nos hace el regalo de
vivir plenamente nuestro compromiso bautismal
asumiendo los tres consejos evangélicos de castidad, pobreza y
obediencia al modo que los asumió Jesucristo y bajo el carisma
de Nuestros Fundadores, específicamente, de acuerdo al cuarto voto
de servicio al Pobre.
En palabras de San Vicente:
“Al entrar en la Compañía, escogisteis a Nuestro Señor por esposo y
Él os recibió como esposas, o mejor dicho, os prometisteis con Él;
luego os entregasteis a Él por completo… Y como el matri-
monio no es sino una donación que la mujer hace de sí misma a su
marido, también el matrimonio espiritual que habéis contraído
con Nuestro Señor no es más que la entrega que le habéis
hecho de voso-
tras mismas”
En palabras de
Santa Luisa:
“ N o s o t r a s q u e
hemos sido bautiza-
das en Jesu-
cristo… Viva-
m o s ,
p u e s ,
como muertas
en Jesucris-
to, y, por lo
tanto, ya no
más resis-
tencia a
Jesús, no
más accio-
nes que
por Jesús,
no ya más
pensa-
¿Dependo totalmente de Dios?
¿Es mi estilo de vida sobrio y sencillo?
¿Salgo al encuentro del Pobre de hoy?
¿Qué uso hago de mis bienes personales?
¿Estoy disponible a asumir la misión que se me encomiende?
¿Vivo en plena confianza a la voluntad de Dios?
¿Soy capaz de doblegar mi voluntad?
¿Encarno el espíritu de sierva?
¿Soy consciente de que soy hecha a imagen y semejanza de Dios?
¿Tengo un corazón abierto de apegos?
¿Asumo la soledad que conlleva mi vocación?
Servicio al Pobre: ¿En mi servicio encarno las actitudes de humildad, sencillez y caridad?
¿Me encuentro en el Pobre con Cristo?
¿Vivo los otros tres votos con la intención de servir mejor a los Pobres?
POBREZAPOBREZA
OBEDIENCIA
OBEDIENCIA
CASTIDAD
CASTIDAD
SERVICIO AL
SERVICIO AL
POBRE
POBRE
mientos que en Jesús, en una palabra, no ya más
vida que para Jesús y el prójimo, para que en ese
amor unitivo ame yo todo lo que Jesús ama, para
que por este amor cuyo centro es el amor eterno
de Dios por sus criaturas, alcance de su bondad las gracias que su
misericordia quiere concederme”.
(Gesto: mientras cantamos cada hermana se acercará a la caja grande
de regalo y cogerá de dentro una de las cajitas más pequeñas en las
cuales Dios nos entrega nuevamente los votos. Tiempo prolongado de
reflexión personal con las preguntas alusivas a los votos)
Canto: Te entregaré Señor todo mi ser, contemplaré desde la fe y vi-viré en fraternidad poniendo en práctica el amor
¿Cómo voy a hacer vida los votos y
Mt. 10, 5-14:
“A estos doce envió Jesús, después de darles estas instrucciones:
«No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samarita-
nos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id
proclamando que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos,
resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo
recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla
en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sanda-
lias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.”