Post on 22-Jan-2016
EN FAMILIA
PARALA
MISIÓNFrancisco Burciaga, sc.
Al releer la Carta de la Misión, encontramos
algunos puntos importantes que se refieren a la real actuación de la Familia
Salesiana y que debemos enfatizar.
Junto con nuestras luces,existen también sombras
Reflexionando sobre la realidad que vivimos como Familia Salesiana,
podemos señalar algunas “tentaciones” en las que podemos
caer cuando perdemos de vista nuestro carisma y la riqueza de
nuestra espiritualidad apostólica.
Las tentaciones
La tentación“de la hierba del vecino”
La tentación de abrazar con
entusiasmo otros caminos
carismáticos, que, aunque válidos, no
son los de Don Bosco.
La espiritualidad Salesiana es
fuerte y profunda, e indica una
modalidad de hacerse santos, poniéndose al servicio de los
hermanos.
La tentación “de la ruptura”
La tentación de meternos de lleno en el trabajo, olvidando lo importante que es cuidar la oración y la unión con Dios; o,
viceversa alejarnos del compromiso hacia los otros refugiándonos en una
espiritualidad estéril.
Don Bosco era profundamente humano y, al mismo tiempo, hombre de Dios;
abierto a las realidades terrestres y, al mismo tiempo, inmerso en Dios.
Él nos quiere Salesianos
contemplativos en la acción, conjugando una vida de intensa unión con Dios con
un trabajo incansable por los hermanos.
La tentación “del salero”
La sal encerrada en el salero es inútil y
no realiza el objetivo propio de
su naturaleza.
La tentación “del escritorio”
La tentación de hacerse sedentarios
por profesión o
por elección.
Revivamos la creatividad de Don
Bosco, hallemos caminos nuevos, lenguajes nuevos
para llegar al corazón de los
muchachos, unámonos entre
nosotros, volvamos a sentir esa pasión que fue de nuestro
Padre.
La tentación “del trompo”
La tentación de multiplicar las
actividades sin ningún orden entre ellas,
buscar el éxito inmediato,
sobreponer una iniciativa a otra, girar
sobre nosotros mismos.
Los jóvenes mas que un líder necesitan testimonios creíbles que sepan ofrecer valores por los que valga la pena donar la vida.
La tentación “de la torre del castillo”
No hay nada más fácil que encerrarse en el interior del grupo.
Nuestra primera y principal obra
apostólica es la comunión
entre los diversos grupos de la
Familia Salesiana.
La tentación “del haz por ti mismo”
Sentir que lo podemos hacer
todo solos, porque resulta difícil proyectar
juntos y trabajar juntos.
Pensemos en la familia Salesiana como una única realidad de múltiples expresiones, que
corresponsablemente viven un carisma y realizan una misma
misión.
Ayúdanos a ser fecundos,
intrépidos, creativos, alegres,
dispuestos a dar la vida hasta el último aliento.