Post on 12-Jul-2016
Dificultades de las microempresas para acceder a créditos del sistema financiero
Alejandro Magno Atencio
Son diversas las fuentes de financiamiento a las que una microempresa puede acudir para
conseguir recursos que le permitan realizar sus actividades económicas. La primera fuente de
financiamiento es aquella que proviene de sus dueños o socios, denominado comúnmente capital o
fuente de financiamiento interna, otras fuentes externas como los bancos, cajas municipales y rurales,
empresas financieras, etc., conforman el sistema financiero nacional, es en éstas entidades donde los
microempresarios empiezan a afrontar diversas dificultades para acceder al crédito. ¿Cuáles son las
dificultades que afrontan las microempresas para acceder al sistema financiero nacional?, ¿qué
preocupaciones experimenta el microempresario cuando accede a dichos créditos?, en este ensayo se
describen tres dificultades que deben superar las microempresas para adquirir un crédito del sistema
financiero nacional: las tasas de interés, nivel de formalidad de las microempresas y la poca
información que posee el sector financiero de las actividades económicas de las microempresas.
Luego se explicará las preocupaciones del empresario para pagar la obligación adquirida y cómo
puede manejarla.
El costo financiero de adquirir un crédito del sistema financiero es la primera dificultad que
debe superar el microempresario, pues es mucho mayor al que afrontan otros segmentos
empresariales. Este costo está representado principalmente en la tasa de interés, situación que se
convierte en una carga más de la cual el microempresario debe preocuparse. La Superintendencia de
Banca y Seguros entidad pública peruana, muestra en su página web las tasas de interés promedio del
mes de agosto del 2015, los bancos ofrecen para las microempresas la tasa promedio de 34.5%, a
diferencia del 6.8% que ofrecen para las grandes empresas; señala también que las cajas municipales
ofrecen a la microempresa la tasa promedio de 37.84% y a la grande empresa la tasa de 14.19%,
mientras que las empresas financieras en promedio ofrecen tasas del 53.75% para la microempresa y
del 16% para la grande empresa.(SBS, 2015).
Cómo se puede apreciar en todas las entidades del sistema financiero el microempresario
afronta las más altas tasas de interés. Un representante de la Cámara de Comercio de Lima indicó en
julio del 2014 que los microempresarios pagan una tasa promedio de 32%, mientras que la pequeña
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empresa paga en promedio 21%, la mediana empresa paga 11% y la grande empresa paga en
promedio 7%, esto refleja la disparidad entre los diversos sectores productivos. (Agencia Peruana de
Noticias, 2014). Los indicadores anteriores, sustentan lo mencionado por Ferraro y Goldstein ( 2011)
“la escasa utilización del crédito bancario por parte de las pymes… se debe a los elevados costos del
financiamiento (p. 12).
El microempresario difícilmente acude a las entidades estatales que regulan las actividades
empresariales. En el Perú muchos microempresarios creen que inscribirse y obtener la ficha de
inscripción en el registro único de contribuyentes (RUC) de la Superintendencia nacional de
administración tributaria (SUNAT) es formalizarce. El bajo nivel de formalidad es la segunda
dificultad que las microempresas afrontan cuando solicitan un crédito en el sistema financiero. La
mayoría rehúsa a documentar sus ingresos, formalizar sus trabajadores o habilitar los locales de
trabajo. Tokman (2001) mencionó “el panorama prevaleciente en la informalidad es un área
intermedia entre estas últimas: se cumple con ciertos requisitos de registro, pero no se pagan los
impuestos; se observa parte de las regulaciones laborales, pero no todas. Tal situación es extensiva a
las actividades modernas, particularmente en países con escasa disciplina fiscal y reducida capacidad
de fiscalización; obviamente, en ellas la ilegalidad absoluta es casi inexistente, pero la legalidad
parcial es también significativa” (p. 161).
La deficiente formalización de las microempresas conduce generalmente a la tercera
dificultad, la poca información que tiene el sistema financiero de las microempresas. Las entidades
financieras quieren conocer más de las actividades de la microempresa para evaluar la viabilidad del
crédito, por ello solicitan estados financieros a fecha reciente, declaraciones juradas de tributos de los
últimos meses, flujos de caja proyectados, contratos con clientes o alguna garantía. Las
microempresas que no formalizan debidamente libros contables o no tienen control adecuado de sus
transacciones económicas, difícilmente tienen dichos requisitos. Una publicación auspiciada por
Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) informó:
La falta de información sobre los proyectos de las empresas, sus ventas, potencialidad de
crecimiento y la inexistencia o escasa transparencia de los balances contables, hacen difícil la
medición del riesgo de incobrabilidad por parte de las entidades financieras. Adicionalmente,
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los bancos alegan que incurren en deseconomías de escala en las evaluaciones de créditos a
pymes, ya que se trata de numerosas operaciones de bajo monto. Como resultado de la
insuficiencia de información y de los riesgos atribuidos a estos créditos, las instituciones
financieras imponen la presentación de garantías para cubrirse del riesgo y elevan las tasas de
interés. (Ferraro & Goldstein, 2011, p. 11).
Sin embargo la tercera dificultad conlleva a muchas microempresas e inclusive a algunas
entidades del sistema financiero cometer acciones que podrían colindar con la ilegalidad, pues cuando
el microempresario no puede presentar la documentación exigida, algunos funcionarios crediticios
proponen elaborarlos ellos mismos con el apoyo de terceras personas sin ningún sustento contable o
en el mejor de los casos con muy poco sustento documentario. Al respecto en el 2008 Sia y Nails
(citado por Glisovic & Martínez, 2012) mencionaron lo siguiente de las instituciones
microfinancieras:
...tienen que crear o reconstruir los registros financieros básicos de las pequeñas empresas
que solicitan préstamos, lo que aumenta el costo del financiamiento a estas compañías. En
muchos casos, sus registros financieros son inadecuados e inexactos, y los oficiales de crédito
pueden verse obligados a adoptar medidas adicionales e improvisar las modalidades de
evaluación. En ocasiones, tienen que elaborar incluso los estados financieros para reforzar su
análisis. (p. 7).
Con todas estas dificultades muchos microempresarios acceden a los préstamos del sistema
financiero y logran financiar sus actividades e inversiones. En este punto el microempresario debe
preocuparse por otros asuntos relacionados al pago del financiamiento recibido, en general los
periodos de pago son cortos para ellos pero igual deben cumplir con sus obligaciones. Las
microempresas en su mayoría son medios de subsistencia así que el rendimiento debe generar flujos
de caja que no sólo cubran la necesidades familiares, si no también debe alcanzar para pagar la cuota
del préstamo y las necesidades del propio negocio.
Las preocupaciones del microempresario pueden ser manejadas con una adecuada
administración del efectivo, es decir una planificación y control responsable de los flujos de entrada y
salida de dinero. Herrera (2015) sostiene que “la mayoría de empresas quiebra por falta de liquidez, es
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decir cuando la empresa deja de pagar. Esta situación se evidencia cuando la empresa no es capaz de
continuar atendiendo los pagos mensuales de los compromisos asumidos, lo cual genera que la
empresa reduzca cada vez más su actividad comercial...”(p. 60).
En conclusión las tres dificultades para el acceso al crédito del microempresario peruano son:
las altas tasas de interés las mismas que en un primer momento desalienta o conduce al
microempresario a acudir a fuentes informales de financiamiento o si aún como muchos contratan el
crédito, complican sus flujos netos de caja. La segunda dificultad es el bajo nivel de formalidad de la
microempresa que no le permite tener una imagen de confianza ante la entidad del sistema financiero.
La tercera dificultad es consecuencia de la segunda, al no contar con libros contables formales,
documentos que sustenten la situación financiera de la microempresa, las entidades del sistema
financiero nacional saben poco o nada de la microempresa para efectos de evaluación, incrementando
el riesgo y la tasa de interés. Finalmente pese a las dificultades, muchas microempresas acceden al
sistema financiero por lo que su preocupación debe ser atendida por una adecuada y responsable
administración del efectivo.
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Referencias
Agencia Peruana de Noticias. (2014, 24 de julio). Pymes en Perú pagan mayores tasas de interés que
grandes empresas. America Economía. Recuperado de
http://www.americaeconomia.com/economia- mercados /comercio/pymes-en-peru-pagan-
mayores-tasas-de-interes-que-grandes-empresas
Ferraro, C., Goldstein, E. Zuleta, L.A., Garrido, C. (2011). Eliminando barreras: El financiamiento a
las pymes en América Latina. Santiago de Chile: Naciones Unidas.
Glisovic, J. Martinez, M. (2012). Financiamiento de pequeñas empresas: ¿Qué papel desempeñan las
instituciones microfinancieras? Enfoques. 81, 7.
Herrera, G. (2015). Gestión de liquidez. ¿Dónde se rompe el Hilo?. Strategia, 36.
Tokman, V.E. (2001). De la informalidad a la modernidad. Economía Revista del
departamento de Economía de la Pontificia Universidad Católica del Perú, 24(48), 161.
Superintendencia de banca y Seguros, (2015). Recuperado de http://www.sbs.gob.pe
/principal/categoria/tasa-de-interes-promedio/154/c-154