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LAS FUERZAS DE PAZ Y SU INFLUENCIA GEOPOLÍTICA EN LA REGIÓN
I.- INTRODUCCIÓN.
La Organización de Naciones Unidas (ONU), creada el año 1945 para preservar a
las generaciones venideras del flagelo de la guerra y para reafirmar la fe en los
derechos fundamentales del hombre, la dignidad y el valor de la persona humana,
en la igualdad de derechos individuales y de las naciones grandes y pequeñas,
cuenta para la solución pacífica de los problemas locales con varios organismos
regionales. La Organización de Estados Americanos (OEA), es el organismo vigente
en Latinoamérica.
La mayoría de los países del mundo tienen una participación activa en ambos
organismos, más aún en las Fuerzas de Paz que tienden a mantener la paz y la
seguridad internacional, fomentando las relaciones de amistad y libre determinación
de los pueblos.
El presente ensayo pretende demostrar que la participación de los países
Latinoamericanos en operaciones de paz, excepto Cuba, tiene una influencia
geopolítica decisiva en las expresiones de poder (Político, Económico, Psicosocial y
Militar) de la Región.
II.- DESARROLLO.
A.- En lo político.
En las diferentes Cumbres de las Américas, se ha podido determinar que
la conciencia de apoyo a la democracia ha ido en incremento, es así que los
pueblos a la fecha se encuentran con una nueva generación de líderes. Una generación no sometida a los dictados de las juntas militares; una
generación que ha probado, en América, que los sangrientos conflictos regionales a través de negociación, reforma y reconciliación pueden ser
resueltos; una generación que se ha comprometido a apoyar la democracia colectivamente donde quiera que ésta esté en peligro en este hemisferio.
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En la cumbre regional que fue llevada a cabo en 1967 en Uruguay, casi
una docena de participantes eran dictadores. En la actualidad, Fidel
Castro es el único líder en este hemisferio que no fue democráticamente
electo. La integración económica y el compromiso al gobierno democrático están en el primer plano en la agenda de la Cumbre.
Es curioso ver que la cooperación militar y alianzas, las cuales habían sido el asunto principal de las negociaciones en este hemisferio, no fueron
tratadas últimamente. El sentimiento democrático Interamericano fue
documentado en 1991 con la Resolución 1080 de la Organización de
Estados Americanos (Organization of American States - OEA), mejor
conocida como el compromiso de Santiago a la democracia, que estipula esencialmente que la democracia representativa sería el modelo para los estados integrantes.
Esta ola democrática en Latinoamérica se debe en gran parte al término de la guerra fría. Los cambios en el sistema internacional desde el
derrumbe del muro de Berlín ofrecen un ambiente prometedor para los
líderes latinoamericanos, especialmente por la participación mundial en las Naciones Unidas. Las amenazas a la seguridad interior que eran
favorecidas por la lucha Este Oeste han desaparecido en la mayor parte
del hemisferio. La propagación de la democracia, el control de la crisis y un
creciente interés en la integración económica, parecen ocupar la cúspide de
los temas regionales. Actualmente, sólo Colombia, Guatemala y Perú se
enfrentan a una sería lucha de seguridad interna, aunque incidentes como
la sublevación en Chiapas en México traen a la luz la posibilidad de
conflictos internos.
Relacionando la participación de las Naciones Unidas y los ideales
democráticos, es entonces necesario recalcar el gran estímulo que
representa para los gobiernos involucrar más a sus tropas en las Naciones
Unidas.
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A nivel político, la participación de contingentes nacionales en un carácter multinacional aporta un nivel de prestigio para el gobierno nacional.
El periódico “Armed Forces Journal Internacional” recientemente estableció
que los países de la región están aplicando una política militar dirigida a la "creciente participación en actividades de mantenimiento de paz y la
proyección de una imagen de un compañero internacional confiable." Esta
política también les ofrece a los gobiernos un grado de nivelación en el campo político. Esto puede incluir el ofrecimiento de participación de
fuerzas armadas a cambio de concesiones políticas y/o económicas de parte
de la comunidad mundial.
Por ejemplo, una concesión obtenida por Argentina, a pesar de la oposición de los británicos, fue la adición de radares a los aviones de combate A4M Skyhawk recientemente comprados a los Estados Unidos. Una declaración de los oficiales de la embajada de EE.UU. en
Buenos Aires confirmó que la participación de Argentina en el
mantenimiento de paz y su compromiso a los acuerdos de control de armas
regionales fueron factores contribuyentes a la venta de aviones A4M. Los expertos regionales discuten que la creciente participación de Argentina en el mantenimiento de paz es parte de una estrategia política extranjera más amplia con intenciones de ganar concesiones económicas, comerciales y políticas de Estados Unidos.
Asimismo, es una constante preocupación regional la participación en los niveles de decisión del Consejo de Seguridad de las NN.UU. Brasil es uno de los países que se ha esforzado a nivel regional y mundial para lograr este propósito.
Asimismo, en 1993, el Ministerio del Exterior de Paraguay - un país con
una historia reciente de dominio militar - solicitó un informe sobre reestructuración y reforma del Ministerio y su política exterior. El
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informe recomendó que Paraguay contribuyera con tropas de mantenimiento de paz a las Naciones Unidas como un medio de institucionalizar y acelerar la incorporación de Paraguay a la comunidad internacional. Recientemente, el Embajador de Paraguay en la ONU, José Félix Fernández Estigarribia, propuso el uso de personal militar paraguayo al Consejo de Seguridad de la ONU. La participación de tropas paraguayas en el mantenimiento de paz también tiene el propósito intencionado de evitar que una fuerza armada intervencionista destruya la frágil transición democrática del país.
La ONU ofrece a estas fuerzas armadas un nuevo papel que requiere obediencia a la autoridad civil como una condición de participación.
Además, estos despliegues multilaterales fomentan la cooperación regional, reduciendo así la probabilidad de conflicto con los estados vecinos.
Las posibles mejoras a la seguridad regional que puede proveer la
cooperación multilateral dentro del marco de las Naciones Unidas sería la de
fomentar la integración regional y expandir el criterio nacionalista a una imagen muchísimo más amplia.
Es imposible hablar acerca de seguridad en América Latina sin dirigirse a los temas de seguridad regional. Cada región particular se enfrenta a su propio desafío geopolítico y a sus antecedentes históricos.
Latinoamérica ha visto muy pocos conflictos interestatales en este siglo y, en contraste con Europa, el medio Oriente, Asia, y muchas partes de África, es una región ligeramente militarizada. En América Latina, los gastos de defensa como porcentaje del producto nacional bruto (Gross National Product - PNB) son pequeños comparados con otras partes del mundo. La participación en operaciones de paz, ya sea
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bajo los auspicios de la ONU o de la OEA, sólo puede mejorar la seguridad regional.
La perspectiva para un marco de seguridad basado en la OEA no es
positivo. La OEA es un remanente de la mentalidad de seguridad post II
Guerra Mundial para limitar la intervención extranjera dentro del hemisferio. El Tratado de Río y la Carta de Organización de la OEA están mal preparados para manejar problemas de seguridad regional. Es más, la Fuerza de Paz InterAmericana (Inter American Peace Force - IAPF) patrocinada por la OEA, creada para aliviar la crisis Dominicana de 1965 que pudo extenderse a nivel regional - fue vista por muchos estados miembros, como un pretexto para la intervención unilateral de los EE.UU.
La OEA está tomando medidas para mejorar sus capacidades en materia de la seguridad. En 1992 estableció el Comité Especial en Seguridad Hemisférica (Special Committee on Hemispheric Security), encabezado por Hernán Patiño Mayer, Embajador argentino ante la OEA. Este Comité de la OEA ha estado muy preocupado con el adelanto de medidas para la solidificación de la confianza (MSC) (Confidence Building Measures - CBM) en el hemisferio. La poderosa influencia de los EE.UU. dentro del hemisferio siempre ha resultado en que los Estados más pequeños confíen en la OEA como un defensor imparcial de las necesidades hemisféricas.
Por estas razones, las Naciones Unidas parecen ofrecer más esperanza como un interlocutor de temas de seguridad y operaciones de paz dentro
del sistema latinoamericano. Recientes entrevistas con oficiales argentinos
reflejan que casi el 75% de ellos creen que la ONU debería aumentar su
papel en la seguridad internacional, mientras que menos del 40% sintió que
la OEA era capaz de manejar los problemas de seguridad.
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Proposiciones para el establecimiento de un régimen de seguridad colectiva dentro del MERCOSUR, temas de la economía interestatal y de seguridad están constantemente siendo tratados por líderes civiles y
militares. Esto es un avance prometedor para Latinoamérica, donde la
toma de decisiones en temas de seguridad fue históricamente de dominio
exclusivo de los militares.
Además, un aumento positivo en el establecimiento de MSC en la región ha mejorado el aspecto de la seguridad. Jack Child expresa que "las MSC han tenido el más grande impacto en los llamados países "ABC" del Cono Sur (Argentina, Brasil y Chile) y han sido ligados a
intentos de integración económica en la misma área (MERCOSUR). El
compromiso a la no proliferación nuclear del Gobierno Brasilero y
posteriormente de Argentina y el programa de desmantelamiento del misil Cóndor II son indicadores positivos para la región. El
establecimiento de una comisión de la OEA para dirigir las MSC y el reciente
surgimiento del dialogo son pronósticos prometedores para el hemisferio.
El nuevo orden internacional, particularmente la desintegración de la
bipolaridad de la guerra fría, ha permitido que los Estados pequeños tengan considerablemente más espacio de maniobra en lo que se refiere a
su política exterior. Durante la guerra fría, los Estados estaban
normalmente alineados con uno de los superpoderes, una situación que
determinó, en la mayor parte, el tipo de política exterior que podía esperarse
de ellos. De la misma forma, los superpoderes miraron hacia sus aliados con
intenciones protectoras y a menudo posesivas.
Kenneth Waltz explica la naturaleza particular de la bipolaridad:
En un mundo bipolar no hay periferias. Con sólo dos poderes capaces de
actuar en escala mundial, cualquier cosa que suceda en cualquier parte es
de potencial importancia para ambos. La bipolaridad extiende el alcance
geográfico de la importancia de ambos poderes.
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Con el término de la bipolaridad y la aparición de la multipolaridad y
participación internacional, los países en vías de desarrollo se han
constituido irremediablemente en periféricos. La vasta mayoría del
continente africano es un claro ejemplo de esta situación. Los superpoderes
han perdido su interés en esa región, y sin su apoyo muchos de esos
Estados han caído en el caos. Los líderes latinoamericanos están preocupados por evitar llegar a ser parte de la periferia. El Embajador argentino ante la OEA, el año 1992, mencionó que "el desafío más grande que enfrentó Latinoamérica fue evitar llegar a ser marginado por la comunidad mundial." La decisión de Menem de enviar buques de la
Marina argentina a la guerra del Golfo, por ejemplo, no fue popular, ni con la
población (casi el 70% se opuso a ello en febrero de 1991) ni con los
partidos de la oposición. Para la Administración de Menem, el beneficio
internacional de tomar tal decisión debe haber preponderado al juego
político doméstico y es una clara indicación del deseo de Menem de integrar a su país a la Comunidad Mundial.
El mantenimiento de la paz y la creciente participación con organizaciones
internacionales provee de oportunidades para que los Estados pequeños se proyecten en una plataforma global. Canadá, India, y varios países escandinavos - entre otros - han gozado de una mutua y beneficiosa relación con la ONU por muchos años. La decisión de parte
de varios Estados latinoamericanos de aumentar su participación en este tipo de empresas será de gran ayuda a las Naciones Unidas que intentan
proveer un perfeccionamiento para los padecimientos del mundo.
Hay ventajas naturales por las cuales las Naciones Unidas buscan
cooperación a gran escala de las fuerzas armadas Latinoamericanas. No
sólo ofrecen una abundante fuente de personal militar y una diversidad en
participación nacional, sino que estas fuerzas armadas deberían estar bien
equipadas - debido a su idioma y cultura - para servir en misiones de
mantenimiento de paz en Latinoamérica y partes de África. El creciente
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número de fuerzas hispano parlantes que participa con las Naciones Unidas ha impulsado a los países de la región y a la ONU a instalar escuelas de mantenimiento de paz.
El escepticismo del mantenimiento de paz aún permanece en varios países
- particularmente en el tercer mundo - porque algunas tropas de la ONU vienen de países con una larga historia de imperialismo. Los poderes más
grandes acarrean el bagaje histórico de su pasado colonial o imperial,
haciendo su presencia poco grata y contraproductiva en muchos países. Las
dificultades enfrentadas por contingentes de los EE.UU. e Italia en Somalia y
por pacificadores franceses en Camboya demuestran el dilema enfrentado
por ex poderes colonialistas en el delicado mundo del mantenimiento de la
paz. Un importante beneficio para las Naciones Unidas y su misión de mantener la paz es que las fuerzas militares latinoamericanas no se ven abrumadas con una historia imperialista en el globo mundial. Por el
contrario, los países con fuerza militares más pequeñas no asociados con
intervención extranjera unilateral parecen presentar menor amenaza a los
países que dan albergue a misiones de la ONU. Este caso podría tener
repercusión positiva regional en países latinoamericanos que tengan
que recibir fuerzas de la ONU para la solución de los conflictos. Esta
situación realza la probabilidad de éxito.
Las tropas francesas asignadas a las Naciones Unidas en Camboya (UN in Cambodia - UNTAG) fracasaron en ganarse la confianza del pueblo y
eran constantemente acosadas probablemente debido a la larga historia imperialista de Francia en el sudeste de Asia. La unidad francesa fue reemplazada por tropas uruguayas, que demostraron ser mucho más
exitosas al llevar a cabo el mandato de las Naciones Unidas. La importancia
de la imparcialidad para las tropas de la ONU fue ilustrada recientemente
por el Primer Ministro canadiense Chrétien, quién declaró que "como un país
de tamaño mediano, Canadá siempre ha podido jugar roles en
mantenimiento de la paz, porque a menudo somos más aceptables - sólo
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porque somos pequeños y nadie tiene temor de nosotros." Si esta
suposición es cierta para Canadá - un poder militar mediano y miembro de la
OTAN - ¿Qué amenaza puede plantear una fuerza latinoamericana?
Sin embargo, estos nuevos papeles también ofrecen a los EE.UU. algunas oportunidades para mejorar su posición en la región .
Por ejemplo, a EE.UU. no le interesa examinar las importantes contribuciones que estas fuerzas están haciendo en el campo de la seguridad internacional. Los Oficiales del Departamento de Estado de
EE.UU. en Argentina están muy informados del efecto del mantenimiento de
paz sobre la política exterior de Argentina, es más, el Libro de Instrucciones preparado por la Embajada de EE.UU. para visitantes importantes dedica las tres primeras páginas a enumerar la posición de compañerismo de los esfuerzos argentinos. Además, el reconocimiento
de las fuerzas de paz argentinos por el Vicepresidente Gore, durante una
visita de tiempo crítico, demostró la prioridad dada al mantenimiento de paz por el embajador de EE.UU. Sin embargo, el Departamento de Defensa (Department of Defense - DOD) y particularmente el Comando Sur de los EE.UU. (United States Southern Command - USSOUTHCOM) debería reconocer la importancia de estas contribuciones y establecer programas para promover cooperación multilateral.
La integración es un mejor vehículo para la profesionalización que el acercamiento de instrucción corrientemente usado por el DOD. La
influencia militar de EE.UU. en Latinoamérica continúa en declive,
particularmente debido a las reducciones en los programas de ayuda militar
a la región.
Los excedentes de equipos militares estadounidenses incluyen material que apoya las funciones de mantenimiento de paz, tal como
vehículos de transporte, equipo de comunicaciones, y otros materiales
inofensivos. Además, muchos de estos artículos son también valiosos
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para programas de acción cívica y ayuda en casos de desastres. La
mayoría de estos equipos están disponibles a través de las misiones
militares de EE.UU. en el país, pero el país receptor es responsable por el costo de transporte del equipo desde los EE.UU. Estos gastos son a menudo prohibitivos para estos países carentes de recursos monetarios. Los países de la región no revisaron su política actual para
eliminar o reducir los costos de transporte de estas transferencias. Estos
equipos pueden aliviar las carencias de los países de la región producidas
por tener unidades permanentemente desplegadas en las misiones de
Naciones Unidas. El lento y engorroso proceso de reembolso por parte de la
ONU exacerba más aún esta situación.
B.- Económico y Psicosocial.
Las Operaciones de Paz influyen geopolíticamente en el factor económico
porque permite a los países de la región ganar concesiones económicas,
comerciales y políticas de renegociación de deudas, y acuerdos de libre
comercio. Estas concesiones pueden incluir favorables arreglos de
renegociación de la deuda, un acuerdo de libre comercio y, la posible compra de armamento.
Los pagos suplementarios de las Naciones Unidas también ofrecen un
beneficio importante a estas fuerzas armadas. El término medio de
suplemento para un miembro de una unidad en un despliegue de la ONU es
sobre 988 o 1004 $US por mes. Los especialistas dentro de la unidad
reciben un pago de 25% adicional. Los oficiales asignados en misiones de
observación de la ONU reciben un pago por día que varía entre 85 $US y 120 $US dependiendo de la operación particular. Las reducciones de defensa y los bajos salarios están afectando la moral y la disposición de las fuerzas armadas latinoamericanas. El mantenimiento de la paz puede ayudar a aliviar estas dolencias dando ambas cosas: un pago adicional y el reembolso de costos operacionales incurridos en las misiones.
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Otro beneficio, a parte del social, es el de la incorporación de capitales
extranjeros a la economía de los países de la región. En Bolivia, por ejemplo,
un país que no tiene más de 10 años de participación en Operaciones de
Paz, los ingresos han sido significativos, más aún cuando se abrieron las
misiones para observadores. Se abrieron las misiones en inglés de Kosovo el
10 de Julio de 1999, Sierra Leona el 31 de Julio de 1999, República
Democrática del Congo el 01 de Noviembre de 1999, Timor Oriental el 25 de
Noviembre de 1999 y otras con montos variables entre los 3.500 $US y 4.200
$US por mes, haciendo un total aproximado de 300.000 $US por mes que
beneficia la economía nacional.
Asimismo, las Operaciones de Paz cultiva en los participantes el Respeto de
los Derechos Humanos en la Región mediante la participación activa de los
militares en la sociedad democrática.
La tradición intervencionista de las fuerzas armadas latinoamericanas ha fomentado una sensación de desconfianza de parte de la sociedad civil, particularmente con respecto a las violaciones de los derechos humanos y la falta de respeto de las fuerzas armadas por la ley civil. El servicio en el mantenimiento de la paz de la ONU ofrece a las fuerzas militares una oportunidad de mejorar su imagen y prestigio. La
protección de civiles inocentes en Croacia, el despeje de campos minados en Camboya y la instalación de un hospital en Mozambique sólo pueden mejorar su perfil a niveles nacional e internacional. ESTOS NUEVOS PAPELES NO PUEDEN BORRAR LOS ERRORES DEL PASADO PERO PUEDEN OFRECER LA OPORTUNIDAD DE UNA MEJOR COLABORACIÓN CON LAS AUTORIDADES CIVILES Y LA SOCIEDAD. Como observa Deborah Norden, "La participación de los militares en el mantenimiento de la paz permitió a las fuerzas armadas llegar a ser un jugador valioso en la política externa del gobierno, trayendo alabanza y reconocimiento, donde antes habían encontrado desdén."
C.- Militar.
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En su gran mayoría, los países latino-americanos están en paz, y sus fuerzas armadas se enfrentan al desafío de adaptarse a la nueva situación internacional. Esto no quiere decir que la necesidad de fuerzas armadas ha desaparecido o que se relegarán a funciones policiales o de acción cívica. Como lo expresa Gabriel Marcella, "la defensa de la nación de enemigos externos es la función irreducible sine qua non que legitíma la acción de las fuerzas armadas." Las fuerzas
armadas son una institución integral dentro de un Estado, y la ausencia de un enemigo actual no invalida su existencia.
A la luz del medio internacional presente, diversas fuerzas armadas
latinoamericanas han incorporado las Operaciones de Mantenimiento de Paz como un papel secundario dentro de su doctrina de defensa.
¿Proporciona el mantenimiento de paz un papel para estas fuerzas
armadas? ¿Cuáles son las ventajas de incorporar estas fuerzas armadas al entorno del mantenimiento de paz?
La participación latinoamericana dentro de Naciones Unidas u otras
operaciones multilaterales no es un fenómeno nuevo. Jack Child documentó
la contribución de los contingentes latinoamericanos a las misiones de la
ONU en 1980. Los oficiales latinoamericanos sirvieron como observadores
en la organización de Supervisión de la Tregua de la ONU (UN Truce
Supervision Organization - UNTSO) en Líbano desde 1948, otros participaron
en la misión de observación en India y Pakistán en 1949. Brasil y Colombia
desplegaron batallones de Infantería en Canal de Suez en apoyo de la
primera Fuerza de Emergencia de la ONU (United Nations Emergency Force
- UNEF I) en 1956. UNEF I fue comandada en dos ocasiones diferentes por
un general brasileño. En 1960 la Fuerza Aérea Argentina proporciono pilotos
y personal de mantenimiento para operar aviones DC3 en la misión de la
ONU en el Congo. Estas tripulaciones volaron en más de 200 misiones en
condiciones de combate efectuando transporte crítico y de alivio humanitario.
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En 1974 Perú dotó infantería para la Fuerza de Observación de Separación (UN Disengagement Observer Force - UNDOF) en las Alturas de Golán, con un general peruano sirviendo como comandante interino de UNDOF por seis meses. La participación de las fuerzas latinoamericanas en la ONU, aunque significativas, no fue establecida como parte de su doctrina de defensa regional. Dinamarca, Noruega, Suecia, Canadá, India y otros, fueron el baluarte de las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU con anterioridad a la finalización de la guerra fría.
Desde 1989, sin embargo, la participación de ciertas fuerzas armadas
latinoamericanas con las Naciones Unidas ha aumentado exponencialmente.
Desde el 30 de septiembre de 1994, la cantidad de personal militar
latinoamericano era de 2.816 personas, de 10 diferentes países sirviendo en
13 operaciones de la ONU a través del mundo (Tablas 1 y 2).7 En 1990 las
Naciones Unidas desplegaron 1.060 soldados, incluyendo un batallón
venezolano de 800 hombres, en 14 localidades a través de Honduras y
Nicaragua como parte del Grupo de Observación de las Naciones Unidas en
América Central (Observer Group in Central American - ONUCA).
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Tabla 1Participación latinoamericana en
Mantenimiento de la Paz Misiones Finalizadas
AFRICA
UNAVEM
I, II y III
Angola
MONUA
Angola
ONUC
Congo
UNOMIL
Libéria
UNUMOZ
Mozambique
UNAMIR
Rwanda
UNOMSIL
Sierra Leona
Argentina
Brasil
Colombia
Uruguay
Argentina
Bolivia
Brasil
Colombia
Uruguay
Argentina
Brasil
Brasil Argentina
Bolivia
Brasil
Uruguay
Argentina
Brasil
Uruguay
Argentina
Bolivia
Brasil
Uruguay
AMERICA
ONUCA
Centro América
ONUSAL
El Salvador
MINUGUA
Guatemala
UNTMIH MIPONUH
Haití
Argentina Brasil Brasil Chile Colombia
Venezuela
Argentina Brasil Colombia
Ecuador Uruguay
Venezuela
Argentina
ASIAUNMISET - Timor Oriental UNTAET - Timor Oriental
Argentina Brasil Bolivia Brasil Uruguay
EUROPA
UNPROFOR / UNPREDEP Ex Yugoslavia
MONUP Provincia de Prevlaka
UNMIBH Bosnia y Herzegovina
Argentina Brasil Argentina Brasil Argentina
ORIENTE MEDIO
UNIKOM - Iraq/Kuwait
Argentina Chile Uruguay Venezuela
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Tabla 2Participación latinoamericana en
Mantenimiento de la Paz Misiones en Curso
AFRICA
UNMIS
Sudán
ONUB
Burundi
ONUCI
Côte d'Ivoire
UNMIL
Libéria
MONUC República
Democrática del Congo
MINUEE Etiópia
y Eritrea
UNAMSIL Sierra Leona
Argentina
Bolivia
Brasil
Ecuador
Paraguay
Peru
Bolivia
Paraguay
Peru
Uruguay
Argentina
Bolivia
Brasil
Ecuador
Paraguay
Peru
Uruguay
Argentina
Bolivia
Brasil
Ecuador
Paraguay
Peru
Argentina
Bolivia
Paraguay
Peru
Uruguay
Paraguay
Peru
Uruguay
Bolivia
Uruguay
AMERICA
MINUSTAH
Haití
Argentina Bolivia Brasil Chile Ecuador Paraguay Peru Uruguay
ASIA
UNMOGIP
India y Pakistán
Chile Uruguay
EUROPA
UNFICYP
Chipre
UNOMIG
Georgia
UNMIK
Kosovo
Argentina Bolivia Brasil Chile
Paraguay Peru Uruguay
Uruguay Argentina Bolivia Brasil
Chile Paraguay Peru
Uruguay
ORIENTE MEDIO
ONUVT - Oriente Medio
Argentina Chile
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El Secretario General de las Naciones Unidas alabó la participación de los
venezolanos, declarando que ellos habían servido "con gran distinción."
Contingentes de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Venezuela
sirvieron en la Misión de Observación de las Naciones Unidas en El Salvador
(Observer Mission in El Salvador - ONUSAL), vigilando el cese del fuego y el
proceso de desarme. Estos nuevos papeles pueden ayudar a formar una
nueva imagen para éstas, históricamente, controversiales fuerzas armadas.
A nivel profesional, es una ocasión para operar en un medio ambiente
operacional complicado. Se tiene la oportunidad de trabajar con otros ejércitos y apreciar sus capacidades. Proporciona un conocimiento de primer orden sobre los efectos de la guerra, permitiendo a nuestras tropas apreciar la importancia de las Naciones Unidas y sus operaciones de mantenimiento de la paz. A nivel personal, da la oportunidad de viajar a sitios extranjeros y exponerse a otras culturas y costumbres. Además, permite a las tropas sentirse como representantes de su país en una importante misión en el extranjero.
Varias de las fuerzas armadas latinoamericanas activas en mantenimiento de
paz, han obtenido beneficios que parecen estar ligados con su compromiso
con la ONU. Argentina y Uruguay obtuvieron varios excedentes de aviones
C130 de la fuerza aérea de los EE.UU. La armada argentina adquirió dos fragatas y la fuerza aérea chilena recibió helicópteros adicionales y piezas de repuesto. Además de equipos y suministros, los contingentes latinoamericanos asignados a la Ex Yugoslavia han recibido adiestramiento
de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y doctrina para
facilitar la comunicación con aviones de la OTAN reforzando la zona de no
vuelo.
Durante un período mundial de reducciones en el gasto militar y la aparente desmilitarización de la guerra de las drogas, las fuerzas
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armadas latinoamericanas están siendo presionadas para encontrar nuevos papeles. En el pasado, esta clase de presión fue percibida como una amenaza a la integridad y los intereses corporativos de los militares.
La actuación en esos nuevos papeles por parte de las fuerzas armadas
latinoamericanas es un componente fundamental para la consolidación democrática. Intentos previos para expandir los papeles militares a misiones no tradicionales tales como lucha contra el narcotráfico y acción cívica probaron ser escasamente efectivas.
Las misiones de mantenimiento de paz esencialmente proveen a estas,
tradicionalmente inquietas instituciones militares de la región, con un medio
ambiente operacional para ejercer un papel militar. La motivación principal de su participación en las misiones de las Naciones Unidas puede ser sobrevivencia institucional o para evitar grandes reducciones militares. Sin embargo, las consecuencias no intencionadas pueden promover consolidación democrática, creciente profesionalismo, y una voluntad de llegar a ser subordinado a la ley civil.
Los Estados de la Región quieren que sus unidades participen en un nivel operacional con los EE.UU. en un esfuerzo para desarrollar una capacidad
operativa combinada. Algunos países como la Argentina, participaron en el
ejercicio de la Armada estadounidense FLEETEX. UNITAS, por primera vez
el año 1994. El Ejercicio Naval Combinado de EE.UU. y Latinoamérica ha
sido un éxito. Estos ejercicios proveen una experiencia operacional positiva para todas la fuerzas. Su participación lado a lado, con un poder militar de primer orden, puede hacer más profesionales a estas FF.AA. que colocándolas en escuelas especiales exclusivamente para estudiantes latinoamericanos.
Las misiones de mantenimiento de la paz también ofrecen la oportunidad de
servir con ejércitos de primer mundo, y la mayoría de los veteranos de
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Naciones Unidas enfatizan esto como una característica particularmente valiosa.
III.- CONCLUSIONES.
1.- Las Operaciones de Paz tienen una notable influencia geopolítica en la región,
sobre todo en lo que se refiere al apoyo que proporcionan las FF.AA.
latinoamericanas a la democracia.
2.- El fomento de la cooperación regional reduce la probabilidad de conflicto con
los estados vecinos.
3.- Las medidas para la solidificación de la confianza (Confidence Building
Measures - CBM) en el hemisferio con la firma de tratados y acuerdos para la
No Proliferación nuclear contribuyen a la Seguridad hemisférica.
4.- La participación regional en NN.UU. le da al Tratado de Río y de la Carta de la
OEA una mayor confianza para el apoyo a la seguridad regional, externa e
interna y para manejar problemas de seguridad regional.
5.- Las Operaciones de Paz y el fomento a la integración adoptan una imagen
muchísimo más amplia y segura en la región postergando al nacionalismo
tradicional.
6.- Con el NOM, los países de la Región al igual que otros, están en una carrera
por participar en operaciones de paz para no ser marginados de la
comunidad mundial tanto en participación como en decisión.
7.- La participación de los países de la región en operaciones de paz mejoran el
nivel de prestigio de sus gobiernos.
B.- Económico y Psicosocial.
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La participación de los países de la región en operaciones de paz les permite
a éstos ganar concesiones económicas, comerciales y políticas de
renegociación de deudas de organismos internacionales.
El escepticismo popular con respecto a la misión y rol de la ONU, se ve
rebatido por una mayor credibilidad a medida que los ejércitos y población
civil participan en estas misiones.
A mayor participación militar en operaciones de paz, corresponde un mayor
respeto de los Derechos Humanos en la Región.
C.- Militar.
1.- La participación de las fuerzas armadas latinoamericanas en las
operaciones de mantenimiento de paz es una situación en la que no es
posible perder, ya que no sólo ofrece un medio para que éstas mejoren
su prestigio en su país y en el extranjero, sino que permite a los
gobiernos nacionales desempeñar un papel mayor en el campo
internacional como participes de un mundo de postguerra fría
crecientemente interdependiente.
2.- Asimismo, esta participación permite unificar la Doctrina Militar
combinada y cooperativa, expandir los papeles militares a misiones no
tradicionales, repotenciar las FF.AA., revalidar el papel militar en la
política externa del gobierno y permitir la sobrevivencia de las FF.AA. en
la región.
IV.- RECOMENDACIONES.
A.- La activa participación de los países latinoamericanos en el
mantenimiento de paz es una tendencia que no debería ser inadvertida
ni subestimada, más aún si ésta proporciona oportunidades positivas a
las naciones que están sufriendo cambios sensibles de gobierno tales
como transiciones de regímenes autoritarios a democráticos.
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B.- A medida que las fuerzas armadas latinoamericanas buscan definir
nuevos papeles en el período de postguerra fría y mejoran su imagen en el país y en el extranjero, el mantenimiento de la paz les ofrece un papel profesional que puede ayudar a aliviar tensiones ya sea en
las instituciones militares y sus sociedades en general.
C.- Se deberían hacer esfuerzos para promover la transferencia de excedentes de equipos militares estadounidenses a la región. Estas
transferencias deberían incluir material que apoye las funciones de
mantenimiento de paz, tal como vehículos de transporte, equipo de
comunicaciones, y otros materiales inofensivos. Además, muchos de
estos artículos son también valiosos para programas de acción cívica y ayuda en casos de desastres. La mayoría de estos equipos
están disponibles a través de las misiones militares de EE.UU. en el
país, pero el país receptor es responsable por el costo de transporte del
equipo desde los EE.UU. Estos gastos son a menudo prohibitivos para
estos países carentes de recursos monetarios. Se deberían hacer revisiones a la política actual para eliminar o reducir los costos de transporte de estas transferencias. Estos equipos aliviarían las carencias regionales producidas por tener unidades permanentemente desplegadas a las misiones de Naciones Unidas.
Notas:
1. Miami Herald, 10 de diciembre de 1994.
2. Gabriel Marcella, "Warriors in Peacetime: Future Missions of the Latin American
Armed Forces," Small Wars and Insurgencies 4, No 3 (Invierno de 1993): 14.
3. Ejército Argentino, "Misión Principal y Subsidiaria del Ejército," Verde Oliva, No 8
(noviembre de 1993): 4.
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4. Jack Child, "Peacekeeping and the Inter American System," Military Review, octubre
de 1980, 40-51.
5. The Blue Helmets: A Review of United Nations Peacekeeping, 2ª Ed (New York:
United Nations Department of Public Information, 1990)
6. Para un recuento completo ver a Carlos Eduardo Azcoitia en, La Guerra Olvidada:
Argentina en la Guerra del Congo (Buenos Aires, Argentina: Marymar Ediciones, 1992).
7. US Mission to the UN, "Summary of Contributions to PeaceKeeping Operations," 30
de septiembre de 1994.
8. "ONUCA Mission Deemed a Success," UN Chronicle, septiembre de 1990, 42.
9. "Argentina Participation in United Nations Peacekeeping and the possible use of
Force," Comando Militar Conjunto de la Argentina, Academia de Guerra Mayor, 1993, 5.
10. Deborah L. Norden, "Keeping the Peace Outside and In: Argentinass United Nations
Missions" (Investigación presentada en las reuniones de la Asociación de Estudios
Latinoamericanos, Atlanta, GA., 913 de marzo de 1994), 7.
11. Claudio Camargo y Pedro Agilson, "De olho na ONU," Istoe, 14 de septiembre de
1994, 84.
12. Maria Luisa Mac Kay, "Blue Helmets, and Argentina Industry," Clarín, 6 de
noviembre de 1993, 16.
13. General de División Carlos María Zabala, "Una Oportunidad Histórica," Revista del
Suboficial, No 611 (marzo-abril de 1994): 24-25.
14. José C. D'Odorico, "Argentina Waiting in the Wings for a Chance to Join NATO,"
Armed Forces Journal International 130, No 7 (febrero de 1993): 38.
15. Ovidio Bellando, "EE.UU. venderá los aviones con radares," La Nación, 2 de febrero
de 1994, 5.
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16. US Information Agency mensaje desde Argentina, 21 de marzo de 1994.
17. Bruce M. Bagley, "Myths of Militarization: Enlisting Armed Forces in the War on
Drugs," en Peter H. Smithy, editorial, Drugs Policy in the Americas (Boulder, Colo.:
Westview Press, 1992), 140.
18. Norden, 11.
19. Fernando Masi y José Luis Simón, "Lineamientos Estratégicos y Programáticos para
la Política Exterior del Paraguay de la Consolidación Democrática," Informe para el
Ministerio del Exterior Paraguayo (Asunción, Paraguay: diciembre de 1993), 43.
20. Hoy (Diario, Asunción, Paraguay), 23 de marzo de 1994.
21. Ver Jim Campbell, "Exposing the Myth of the Economic Impact of Latin American
Military Spending" (Investigación no publicada, Graduate School of International
Studies, Universidad de Miami, verano de 1993).
22. Ivelaw L. Griffith, "The OAS and Confidence Building in the Americas," NorthSouth
Magazine, septiembreoctubre de 1994, 36-39.
23. Cuestionario de investigación elaborado por el autor, completado por 250 oficiales
argentinos.
24. El Rol de las Fuerzas Armadas en el MERCOSUR," expedientes de un simposium
convocado por el Consejo para las Relaciones Internacionales, Buenos Aires,
Argentina, 25-26 de noviembre de 1993.
25. Virgilio Rafael Beltrán, "Buscando nuevos roles para los Ejércitos de América
Latina," International Congress of Military Sociology, Valparaíso, Chile, 29-31 de agosto
de 1992, 37-38.
26. Jack Child, "The Military and the Americas: Peacekeeping, Confidence Building"
(Investigación presentada en el 17th Latin American Studies Association Congress,
Atlanta, GA., 12 de marzo de 1994), 14.
22 - 26
27. Kenneth N. Waltz, Theory of International Politics (New York: Random House,
1979), 171.
28. Amb Hernán Patiño Mayer, discurso en la Universidad de la Defensa Nacional de
Argentina, Buenos Aires, Argentina, 1 de septiembre de 1994.
29. Tradicionalmente, los peronistas han sido nacionalistas, enfatizando la grandeza de
Argentina y promoviendo el aislamiento.
30. Manuel MoraAraujo, Graciela di Rado y Paula Montoya "La Política Exterior y la
Opinión Pública Argentina," en Robert Russell, editor, La Política Exterior Argentina en
el Nuevo Orden Mundial (Buenos Aires, Argentina: Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO) 1992, 237-38.
31. Virginia Page Fortna, Organizaciones Regionales y Fuerzas de Paz: Experiencias
en América Latina y Africa, Occasional Paper No. 11 (Washington, D.C.: Henry L.
Stimson Center, 1993), 16.
32. Alfredo Vega, "Argentina Entrenará Tropas para Misiones de Paz de NU," La
Nación, 13 de marzo de 1994, 1A.
33. Los EE.UU. no han sido un poder colonial, pero es considerado imperialista por la
mayoría de los países del tercer mundo, particularmente latinoamérica. La intevención
de los EE.UU. en América Central y el Caribe ha adoptado un sentimiento de
desconfianza de parte de muchos líderes en este hemisferio.
34. Información basada en entrevistas a los miembros de las fuerzas de paz de
Uruguay que participaron en UNTAG.
35. Citado en Tad Szulc, "Don't Take Canada for Granted," Parade Magazine, 20 de
febrero 1994,5.
36. Para un análisis completo ver J. Sam Fitch, "The Decline of Military Influence in
Latin America," Journal of Inter American Studies and World Affairs 35, No. 2 (Verano
de 1993): 1-49.
23 - 26
37. Entrevista del autor al General Juán D. Paulik, comandante de la fuerza aérea
argentina, octubre 1994.
38. Fitch, 32.
39. Cnel Antonio J. Ramos, Cnel Ronald C. Oates, y el Tte Cnel Timothy L. McMahon,
"A Strategy for the Future (southern Command)," Military Review, 72, num 11
(noviembre de 1992):39.
40. "Profile of the United States Southern Command," Hoja de Trabajo (Quarry Heights,
Panamá" Headquaters United States Southern Command, Public Affairs Directorate, 20
de junio de 1994), 2.
Colaborador:
Él Mayor Antonio L. ("Tony") Pala (BA, Florida International University; MA, Wesbster
University) es un AFTIP, candidato al doctorado en la Universidad de Miami. Un piloto
con más de 3.000 horas de vuelo en B52 y en avión de instrucción, el mayor Pala sirvió
entre los años 1984 y 1987 como instructor de idioma extranjero y de avión T41 en la
Academia de la Fuerza Aérea de los EE.UU. (United States Air Force Academy).
Durante los tres años siguientes, fue piloto de intercambio con motivo del Programa de
Entrenamiento Español de la Fuerza Aérea. En 1990, llegó a ser jefe de cursos de
pilotos y eventualmente jefe de oficiales en curso en la InterAmerican Air Forces
Academy, Base Aérea Homestead, Florida. Es graduado de la Escuela de Oficiales de
Escuadrón y Escuela de Mando y Estado Mayor del Aire. El Mayor Pala es autor de
varios artículos e investigaciones sobre las fuerzas armadas latinoamericanas.
No debe entenderse que nuestra revista representa la política de la Secretaría de
Defensa, la Fuerza Aérea de los EE.U.U. o la Universidad del Aire. Más bien su
contenido releja la opionión de los autores sin tener carácter oficial. Está autorizado a
reproducir los artículos en esta edición sin permiso. Por favor, si los reproduce, mencione la fuente, Airpower Journal .
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A.- En lo político.
1.- Conciencia de apoyo a la democracia
2.- Fomento de la cooperación regional, reduciendo así la probabilidad de
conflicto con los estados vecinos.
3.- Seguridad hemisférica.
4.- Medidas para la solidificación de la confianza (Confidence Building
Measures - CBM) en el hemisferio con la No Proliferación nuclear.
5.- Mayor seguridad regional, porque refuerza la competencia de organismos
regionales como la OEA.
6.- Apoyo a la seguridad externa e interna.
7.- Fomento a la integración regional versus el nacionalismo, adoptando
una imagen muchísimo más amplia.
8.- Evitar llegar a ser marginado por la comunidad mundial
9.- Repercusión positiva regional en países latinoamericanos
10.- Mejoramiento del nivel de prestigio de los gobiernos regionales
B.- Económico.
Ganar concesiones económicas, comerciales y políticas de renegociación de
deudas, y acuerdos de libre comercio.
C.- Psicosocial.
1.- Una mayor credibilidad del rol de NN.UU. a nivel regional para rebatir el
escepticismo del mantenimiento de paz que aún permanece en varios
países.
2.- Respeto a los Derechos Humanos en la Región.
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D.- Militar.
3.- Doctrina Militar combinada y cooperativa.
4.- Expandir los papeles militares a misiones no tradicionales
repotenciando las FF.AA.
5.- Revalidación del papel militar en la política externa del gobierno.
6.- Refuerza la vigencia de las FF.AA. en la región.
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