es el cuento de hadas de transmisión oral que mejor ha · Caperucita Roja es el cuento de hadas de...

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CaperucitaRojaeselcuentodehadasdetransmisiónoralquemejorhasobrevividoalpasodeltiempo,comomanifiestanlasmúltiplesversionesquedeestahistoriasehanrealizadoatravésdelossiglos.

Tienemuchas lecturas,peroante todoesuncuentopara jóvenesque,dealgunamanera,simbolizaelpasodelaniñezalaadolescencia.

Estaediciónreúnelastresprincipalesversionesdelcuento:

En 1697 Charles Perrault fue el primero en incluir en un volumen decuentoslahistoriadeCaperucita.Escribióunafábulamoralizanteconlaintencióndeadvertira las«señoritas»de lacortesobre lospeligrosde«ciertoshombres»,disfrazadosdelobos.

En1812JacobyWilhelmGrimmretomaronelcuentoysuversióneslamásconocidahoyendía.

Porúltimopublicamosunarareza,laversióndramáticayenversoqueelgranescritoralemánLudwigTieckescribióen1800.

AA.VV.

CaperucitaRojaePubr1.0

Banshee26.12.13

Títulooriginal:LePetitChaperonRouge(CharlesPerrault)Títulooriginal:Rothkäppchen(HermanosGrimm)Títulooriginal:LebenundToddeskleinenRothkäppchens(LudwigTieck)CharlesPerrault,1697HermanosGrimm,1812LudwigTieck,1800Traducción:LuisAlbertodeCuenca&IsabelHernándezIlustraciones:AgustínComotto,MartaGómez-Pîntado,AnaJuan,AliciaMartínez,VerónicaMoretta,ElenaOdriozola,LuisScafati,NoemíVillamuza&JavierZabalaEditordigital:BansheeePubbaser1.0

CaperucitaRoja

TraduccióndeLuisAlbertodeCuenca

Habíaunavezunaniñadepueblo,lamásbonitaquehubieseisvisto;sumadreestaba loca conella, y su abuelamás loca todavía. Estabuenamujer encargópara ella una caperuza roja que le sentaba tan bien que todos la llamabanCaperucitaRoja.

Undía,sumadre,quehabíacocidoyhechotortas,ledijo:—Veavercómoandatuabuela,puesmehandichoqueestabaenferma.Llévaleunatortayestetarritodemantequilla.

CaperucitaRoja salió en seguidapara ir a casade suabuela,quevivía enotro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre Lobo, aquienleentraronmuchasganasdecomérsela,peronoseatrevió,porquehabíaalgunosleñadoresporlafloresta.

Lepreguntóadóndesedirigía.Lapobreniña,quenosabíalopeligrosoqueesdetenerseaescucharaunlobo,ledijo:—Voyaveramiabuela,yallevarleunatortaconuntarritodemantequillaquemimadreleenvía.

—¿Vivemuylejos?—ledijoelLobo.

—¡Oh, sí!—dijoCaperucitaRoja—.Al otro ladodelmolinoquepodéis verallálejos,enlaprimeracasadelpueblo.

—Puesbien—dijo el Lobo—,yo tambiénquiero ir a verla; voy a tirarporestecaminoytúporaquel,averquiénllegaantes.

El Lobo echó a correr con todas sus fuerzas por el camino que era máscorto, y la niña se fue por el camino más largo, entreteniéndose en cogeravellanas,correrdetrásde lasmariposasyhacerramilletescon las florecillasqueibaencontrando.

NotardóelLoboen llegara lacasade laabuela.Llamaa lapuerta:«Toc,toc».

—¿Quiénes?—Soytunieta,CaperucitaRoja—dijoelLobo,imitandolavozdelaniña—,y

tetraigounatortayuntarritodemantequillaquemimadreteenvía.Labuenadelaabuela,queestabaenlacamaporqueseencontrabaunpoco

mal,legritó:—Tiradelallave,quecaeráelpestillo.[1]

ElLobotiródelallaveylapuertaseabrió.Searrojósobrelabuenamujeryladevoróenunperiquete,pueshacíamásde tresdíasquenohabíacomido.Luegocerró lapuertay fuea acostarseen la camade la abuela, esperandoaCaperucitaRoja,quellegóunpocodespuésyllamóalapuerta:«Toc,toc».

—¿Quiénes?Caperucita Roja, que oyó el vozarrón del Lobo, tuvo miedo al principio,

pero, creyendo que su abuela estaba resfriada, respondió: —Soy tu nieta,CaperucitaRoja,ytetraigounatortayuntarritodemantequillaquemimadreteenvía.

ElLobolegritó,suavizandounpocolavoz:—Tiradelallave,quecaeráelpestillo.

CaperucitaRojatiródelallaveylapuertaseabrió.El Lobo, al verla entrar, le dijo mientras se ocultaba en la cama bajo la

manta: —Pon la torta y el tarrito de mantequilla encima del baúl y ven aacostarteconmigo.

CaperucitaRojasedesnudayvaameterseenlacama,dondesequedamuysorprendidaalverelaspectoqueofrecesuabuelaenpañosmenores.Ledice:—Abuelita,¡québrazostangrandestienes!

—¡Sonparaabrazartemejor,hijamía!

—Abuelita,¡quépiernastangrandestienes!—¡Sonparacorrermejor,niñamía!—Abuelita,¡quéorejastangrandestienes!—¡Sonparaoírmejor,niñamía!—Abuelita,¡quéojostangrandestienes!—¡Sonparavertemejor,niñamía!—Abuelita,¡quédientestangrandestienes!—¡Sonparacomerte!Ydiciendoestaspalabras,elmalvadoLobosearrojósobreCaperucitaRoja

yselacomió.

CaperucitaRoja

TraduccióndeIsabelHernández

Éraseunavezunaadorableniñita,alaquetodosqueríansóloconverla,peroquienmás laqueríaerasuabuela,queyanosabíaniquéregalarle.Enciertaocasiónleregalóunacaperucitadeterciopelorojo,y,comolesentabatanbieny laniñanoqueríaponerseotracosa, todos la llamaronapartirdeentoncesCaperucitaRoja.

Unbuendíasumadreledijo:—Mira, Caperucita, aquí tienes un trozo de tarta y una botella de vino,

llévaselos a la abuela; está enferma y débil, y esto la reanimará. Ponte encamino antes de que empiece a hacer calor, y cuando temarches, anda concuidadoynoteapartesdelsendero,novayaaserquetecaigas, serompa labotellaylaabuelasequedesinnada.Ycuandolleguesasucasa,noteolvidesdedarlelosbuenosdías,ynotepongasahurgarportodoslosrincones.

—Lo haré todo muy bien —dijo Caperucita Roja a su madre dándole lamano.

Pero la abuela vivía en el bosque, a media hora de la aldea. CuandoCaperucitaRojallegóalbosque,ellobolesalióalencuentro.CaperucitaRojano

sabíaquéanimaltanmalvadoeraynoseasustó.—¡Buenosdías,CaperucitaRoja!—ledijo.—¡Muchasgracias,lobo!—¿Adóndevastantemprano,CaperucitaRoja?—Acasademiabuela.—¿Quéllevasentucestita?—Una tartayvino.Estuvimoshaciéndolaayerenelhorno; laabuelaestá

enfermaydébilynecesitaalgobuenoparafortalecerse.—CaperucitaRoja,¿dóndevivetuabuela?—Aunbuencuartodehoraporelbosque,sucasaestábajolostresgrandes

robles;allí abajoestán también losnogales, seguroque tú sabesdónde—dijoCaperucitaRoja.

El lobopensó: «Esta cosita joveny tiernaesun suculentobocado, seguroque sabrá mucho mejor que la vieja. Tienes que ser muy astuto si quierestragartealasdos».EntoncesanduvounratoalladodeCaperucitayluegodijo:

—CaperucitaRoja,mira qué flores tanhermosashay a tu alrededor, ¿porquéno lasmiras?Meparecequeni siquieraoyes losadorablescantosde lospajarillos.Vasensimismada,comosifuerasalaescuela,y,sinembargo,¡estandivertidoandarporelbosque!

CaperucitaRojaabrióbienlosojos,yalvercómolosrayosdelsoldanzabande un lado para otro a través de los árboles, y que todo estaba lleno dehermosas flores, pensó: «Si le llevo a la abuela un ramo de flores frescastambiénlealegrará;esmuytemprano,asíquellegaréatiempo»,demodoqueseapartódelcaminoyseadentróenelbosqueenbuscadeflores.Ytrashabercortado una, pensó quemás allá habría otramás bonita y, de esemodo, fueinternándose cada vez más en el bosque. El lobo, sin embargo, se fuedirectamenteacasadelaabuelayllamóalapuerta.

—¿Quiénestáahí?—CaperucitaRoja,quetetraeunatartayvino,abre.

—Notienesmásquebajarelpicaporte—exclamólaabuela—;yoestoymuydébilynopuedolevantarme.

Ellobobajóelpicaporte,lapuertaseabriódeparenpary,sinpronunciarunasolapalabra,sefuederechoalacamadelaabuelayselatragó.Entonces,

sepusosuropa,secolocósugorrodedormir,semetióenlacamaycorriólascortinas.

Caperucita Roja había estado buscando las flores y, cuando hubo cogidotantasqueyanopodíallevarniunamás,volvióaacordarsedelaabuelayseencaminóasucasa.Seasombródequelapuertaestuvieraabiertay,alentraren la sala, todo lepareció tan extrañoquepensó: «¡Ay,Diosmío, quémiedosientohoy,conloquemegustasiempreveniracasadelaabuela!».Ydijo:

—Buenosdías.Peronoobtuvorespuestaalguna.

No había terminado de decir esto el lobo cuando salió de la cama de unsaltoydevoróalapobreCaperucitaRoja.

Cuando el lobo hubo saciado su apetito, volvió ameterse en la cama, sedurmióyempezóa lanzarunos sonoros ronquidos. Justoenesemomentoel

cazador pasaba por delante de la casa, y pensó: «¡Cómo ronca la anciana!Tienesquever si lepasa algo». Entonces entró en la sala y, al acercarse a lacama,vioallobotumbadoenella.

—Miradóndeteencuentro,viejopecador—dijo—;hacemuchotiempoqueteandobuscando.

Sedisponíaapreparar laescopetacuandose leocurrióqueel lobopodíahabersecomidoa laancianayque talvezpodría salvarla todavía,asíquenodisparó,sinoquecogióunastijerasyempezóacortarlelabarrigaallobo,queestabadormido.Trasdarunpardecortes,viorelucirlarojacaperuza;diounoscortesmásylaniñasaliódeunsaltogritando:

—¡Ay,quésustohepasado,quéoscuroestabatodoenlabarrigadellobo!

Ydespuéssaliólaancianaabuela,tambiénviva,sinpoderrespirarapenas.CaperucitaRojatrajorápidamenteunaspiedrasgrandesyconellasllenaronlabarrigadel lobo; y cuando este despertó, quiso levantarsedeun salto y salircorriendo,perolaspiedraslepesabantantoqueenesemismoinstantesecayó

ysemató.Entonceslostressepusieronmuycontentos:elcazadorlearrancólapielal

loboy se la llevó a casa, y la abuela se comió la tarta y se bebió el vinoqueCaperucitaRojalehabíallevado.Caperucita,sinembargo,pensó:«Jamásenlavida volverás a apartarte del camino y adentrarte en el bosque cuando tumadretelohayaprohibido».

Se cuenta también que en otra ocasión en que Caperucita Roja llevabapasteles a la abuela, otro lobo le habló, y trató de hacer que se saliera delsendero.Sinembargo,CaperucitaRojasecuidómuchodeello,siguióderechaporsucamino,ylecontóasuabuelaquesehabíaencontradoconelloboyquelehabíadadolosbuenosdías,peroconunamiradamuymalvada:

—Sinohubierasidoporqueestábamosenmediodelcamino,seguroquemehubieradevorado.

—Ven —dijo la abuela—, cerraremos bien la puerta para que no puedaentrar.

Alcabodeunratoellobollamóalapuertaygritó:—¡Abre,abuela,soyCaperucitaRojaytetraigounospasteles!Peroellascallaronynoabrieronlapuerta,asíqueaquelcabezagrissepuso

a dar vueltas alrededor de la casa y, al final, se subió al tejado para esperarhastaqueCaperucitaRojaregresaraasucasaalatardecer;entonceslaseguiríayladevoraríaenlaoscuridad.Sinembargo,laabuelasepercatódeloqueteníaenmente.Delantedelacasahabíaunagranartesadepiedra,asíqueledijoalaniña:

—Cogeelcubo,CaperucitaRoja,ayerhiceunassalchichas;echaenlaartesaelaguaenlaquelascocí.

CaperucitaRojanodejóde llevaraguahastaque laenormeartesaestuvollena del todo. Entonces el olor de las salchichas le llegó al lobo a la nariz;empezóaolfatearyamirarhaciaabajo,y,alfinal,estirótantoelcuelloquenopudosujetarseyempezóaresbalarse:asíqueseresbalódeltejadoyjustofueacaer de bruces en la enorme artesa, y se ahogó. Y Caperucita Roja regresócontentaacasa,ynadielehizojamásmalalguno.

VidaymuertedelapequeñaCaperucitaRoja(Unatragedia)

TraduccióndeIsabelHernández

PERSONAJES

LAABUELA

CAPERUCITAROJA

HANNE,UNAJOVENCAMPESINA

ELCAZADOR

DOSPETIRROJOS

ELLOBO

ELPERRO

UNCAMPESINO

PETER

SUNOVIA

ELRUISEÑOR

ELCUCO

ESCENAPRIMERASaladeestar.Laabuelaestásentadaleyendo.

QuédíatanhermosohaceenelqueaunoserviraDiosleplace,elcieloestáclaro,hastaaquíentraelsol,recogimientohadesentirelcorazón.

Oigolascampanasdesdelejos,hoyesundomingoperfecto,losárbolesseinclinansusurrantesantelaventana,comosidemostrarse

temerososdeDiosgustaran.Vivoaquí,muylejosdelpueblo,sino,alaiglesiairíabienatiempo,perosoyvieja,enfermaheestado,poresoprefieroleermilibrodecantos,conelloelSeñortendráquecontentarse,unapobremujermásnopuedeesforzarse.

Bostezaycierraellibro.

¡Ay,Dios!¡Cómoandaelmundo!Sí,sí,estámuymaltodoensuconjunto.

MihijaElsbethhoyunatartahará,yseguroqueCaperucitaRojamevisitará.¿Seabrelapuertaoeselviento?

Creoquelapequeñayaestádentro.

EntraCaperucitaRoja.

CAPERUCITAROJA.—Buenosdías,¿cómoestás,abuelaquerida?

ABUELA.—Así,así…algocansada,muchasgracias,miniña.

CAPERUCITAROJA.—Por la puerta muy despacio he entrado; «si no ha dormido bien», he

pensado, «puede que ahora un poco adormecida se encuentre, y del sueñodespertarlanodebes».

ABUELA.—HoymuyprontomehedespertadoyleyendolapalabradeDiosheestado.

CAPERUCITAROJA.—¡Québuenaeres!Hoyhahechomadreunatartahermosaygrande,unpedazoaquíparatitengo.

ABUELA.—

¡Caramba!Quéaspectotanestupendo.¡Muchasgracias,miniña,québueno!¿Ytusqueridospadresdóndeestán?

CAPERUCITAROJA.—Supongoqueenlaiglesiaandarán.Alpasar,elórganosonabamuyalegre,elcorofuertecantaba.Laiglesiaestáhoymuyconcurrida,enellaelintendentepredica,elpastor

estátodavíaenfermo,poresohoyestátodolleno,creenqueesteeltextoexplicarámejor.Afuerahasechadolimpiayfrescatierradelabor.

ABUELA.—Hayquerecordarquehoyesdomingo,sino,viveunocualateoynocual

fieldeCristo.

CAPERUCITAROJA.—¡Poresohoydeblancomehanpuesto,mira las floresdecolores, el traje

nuevo!Granalegríalacaperucitameda,quetúmeregalasteporNavidad.Todosmedicenconseguridad,quelacaperuzaaunladodeberíadejar,ynollevarlasiempre,undíayotro,

peroningúncolormegustamásqueelrojo.

ABUELA.—Ay,miniña,llévalasinproblemas,yotelaregaléporNochebuena,tequeda

muybien,ycomobienconoces,CaperucitaRojatellamandesdeentonces;sisegasta,otranuevasabremoshacer.

CAPERUCITAROJA.—¡Paramíseríauninmensoplacer,sianteslaConfirmaciónpudierandarme!Entoncesunanuevacaperuzarojatendríasqueregalarme.

ABUELA.—Enesoahoranodebespensar,

apenas tienes sieteaños, y a esaedadaningúnniño llevana lamesadelSeñor, no entienden aún nada de religión, tampoco podrías llevar un gorrobermejo, tendrías que portarte bien y vestir de negro, unmanguito, un altocuello;

DiosnuestroSeñornodaporbuenoqueaélselleguebrincandocomoalapistadebaile,ysupalabracongorrosrojosenlaiglesiasecante.

CAPERUCITAROJA.—Alaiglesiaasíheido,ynadieporellonadamehadicho.

ABUELA.—Esoesporqueeresunaniña,yalosmenoresnomiradeformatanprecisa.

CAPERUCITAROJA.—¿QuétieneDiostanencontradeestasbonitasgorrasrojas?

ABUELA.—¡Ay, calla,niñamalvada! Loprimeroesque aúnno sabes túnadade eso;

quienenelreinodeloscielosquieraentrar,cosasdifícilestendráqueaceptar.¡Ojalá tanto me deje vivir Dios como para regalarte un gorrito en tu

Confirmación!Peronodebemosolvidarqueprontomialmatendréqueentregar.

CAPERUCITAROJA.—Abuela,no,esonocorreprisa.

ABUELA.—Eltiempopasa,lamuertearriba.¡Mepongoensusmanos!¿Quiénsabesimifinestácercano?

CAPERUCITAROJA.—Abuelita,simequieres,

preocuparmedeesemodonodebes.Tienesquequedarteaquí,amilado,yjuntaspasaremoselrato;otravezconmigotraerémimuñequitadetrapo,ytealegrarádeseguro.

ABUELA.—Ay,niñaquerida,enestemundoamenudoseestáaunpasodelsepulcro,y

queaúnsehadellegarmuylejossepiensa.Mira,latartanoshemoscomidoentera.¿Quéhacetupadre?¿Porquéhastaaquínosellega?

CAPERUCITAROJA.—Leduelenlaspiernas,andarlecuesta,unarodillatienemuyhinchada.

ABUELA.—Seguroquealgonecesitaba.

CAPERUCITAROJA.—Algunascosasyaseha tomado,peromuybienno lehansentado,elcura

dice que es por la bebida, que tiene que dejarla con lasmedicinas; pero esomuchonoleagrada,

dicequeelcuraloenfada,quetresvecesmásbebeél,ylaspiernasbienpuedemover.

ABUELA.—Suprimeraalegría,¡quémalasgentes!,siemprehadeserelaguardiente.

CAPERUCITAROJA.—Sí,algunasdisputasnosprocura;peromadretienerazón,puesaseguraque

bebertrabajarleimpide.Padreseenfadayseponeterrible.

ABUELA.—Calla,hijamía,deniñosnoespropiohablarniopinardetalesnegocios.

CAPERUCITAROJA.—Tambiénamadreletocalaconciencia,quedemipresencianisiquierase

avergüenza,cuandodenocheborrachodandotumbosacasallega,ysincausaalgunaalborotaypelea.

Unasflorespreciosastehetraído,unpocomásycasimeolvido,todoelbosquederojoestáflorido,enlaespesura,demilesdeavesresuena

susonido.

ABUELA.—¡Vaya,enelbolsillo,almeterlamano,laslindasflorecitashasdestrozado!Siguesyseguirássiendotodountorbellino.

CAPERUCITAROJA.—Cuandohoyibaporelcamino,acogerlas impelidamesentía,mientrasellasamispiesreían;mepareció

queenlaventanaponerlaspodrías.Escucha,¿porquélosperrosdeesaformaladran?

ABUELA.—Se dice que hace días que un lobo por aquí anda al que todos de seguro

quierendarrápidocaza.

CAPERUCITAROJA.—A la puerta de tu casa todo es tan ameno, junto a tu ventana susurra el

bosqueentero,sindescansolasavessaltanycantanyalegrespíanderamaenrama;¿tegustanesasavespequeñas?

ABUELA.—Atodasmeencantaverlas,despiertasestánsiempredesdetempranoyporelbosquebajancantando,

sumúsicaestalmaravilla,queelcorazónaunoselellenadedicha.

CAPERUCITAROJA.—¿Quéárbolesese,cuyashojasoscilantanto,comotemblorosas?

ABUELA.—Eseeselálamotemblón.

CAPERUCITAROJA.—¡Ajá!Undichomeséyo:«Comounálamotiembla».¡Esporeso!Pero¿porquétiemblatantoelárbolentero?

ABUELA.—Hijamía,yotelovoyaexplicar,peromispalabrasalvientonodebesvolver

a echar: cuando nuestro Señor Jesucristo en figura humana por la tierraentoncesandaba,muchocaminabaporbosqueymontaña.

CAPERUCITAROJA.—Tambiénanduvoporeldesierto,dondeacincomilhombresdioalimento;

luegosufriógrandestormentos,yalfinalsubióaloscielos.

ABUELA.—¡Cierto!ParatusañosesunmontónloquesabesdelapalabradeDios.

CAPERUCITAROJA.—PalabraporpalabraestáenelCatecismo.

ABUELA.—NuestroSeñor Jesucristo ibadesitioensitio,parapredicarsudoctrina,a

losenfermoscurar,yanosotrossuEvangelioenseñar.Enunaocasiónenqueelbosqueatravesaba,losárbolessupieronalinstante

dequiénsetrataba,ensusinrazónempezaronunoshaciaotrosainclinarseyhastalatierraadoblarse,

murmurandoademás,comosisaludaran,ysussagradaspisadasbesaran,elroble, el haya, y como quiera que se llamen, muestran con el Hijo de Dioshermososdetalles.

Mientrastodoslosárbolesseinclinanhumillados,veelSeñorJesúsque,delálamo, el tronco derecho está en su orgullo tonto, sin querer mostrar surespetoporningúnlado,niinclinarhumilladoelrígidocostado.

DijoentonceselSeñor:«Saludarmenoquieres,tecomportascomosiyonoestuviera presente, por ello nunca dejarás de murmurar y todas tus ramasconstantemente habrás de agitar, ¡y hasta con el tiempo más tranquilo tusverdeshojasagitarássintino!».

MiedoleentróalárbolcuandoÉlestodijo,yseguirátemblandohastaelDíadelJuicio.

CAPERUCITAROJA.—¡Sí,sí,elquenolooye,losiente!Adiós,regresoantesdequerefresque.

ABUELA.—Hijamía,antesdeirte,cántamelacanciónqueteaprendiste.

CaperucitaRojacanta.

ElgatitoMisemissalióapasearaplenodíaporeltejado,hastaelpalomarsehallegado,paraunapalomaatrapar.

¡Miau,miau!Porelagujerosecuela,

peroapenasalinteriorllega,elapetitoselehapasado:mirapordondecaeenunatrampaparalamartapreparada,

yelgatitoallícolgado,agonizandogrita:«¡Au!

nuncadeunrobotefíes,¡miau!».

ABUELA.—Qué hermosa canción, toma nota, la falta de virtud jamás nada bueno

aporta.Saluda a tu madre, le estoy muy agradecida, porque a los ancianos y

enfermosnuncaolvida.

CAPERUCITAROJA.—¡Adiós,abuela!Seguroqueregresaré,yporlatardecomidatetraeré.

Semarcha.

ABUELA.—¡Lanenasedejalapuertaabierta!

¡Asíenmipatiopuedeentrarcualquiera!Estásicabemásalocadaquenuncayprontoentraráenlaedadadulta:pero

esonoesmuyimportante,hoynadievendráavisitarme.¡Cierto es, nadame importamás que esa niñita, y cómo le sienta la roja

caperucita!

CHARLESPERRAULT(París,1628-1703).Esconocidoantetodoporsuscuentos,que recuperó de la tradición oral, entre los que figuran: Cenicienta, La belladurmiente,CaperucitaRoja,Riqueteeldelcopete,ElgatoconbotasoPulgarcito,quefueronrecopiladosenCuentosdemamáOca.Sushistoriasinfantilesperduranatravésdelossiglos.LlegóasermiembrodelaAcademiaFrancesa.

JACOBLUDWIGKARLGRIMMWILHELMKARLGRIMM(Hanau,Alemania,1785-18631786-1859).Filólogosdeformaciónyestudiososdelfolclore.Fueronprofesoresuniversitarios enKassel, enGotingay en laUniversidadHumboldtdeBerlín.Recorrieron su país hablando con los campesinos, con las vendedoras de losmercados,conlosleñadoresyrecogiendohistoriasdeloslugareños,ademásdeestudiar la lenguaysuuso,elantiguofolclorede laregión,etc.Frutodeestetrabajosonsuscuentos,entrelosquedestacanHanselyGretel,Blancanieves,Lapequeñavendedoradecerillas,JuanSinMiedo,etc.,querecopilaronconeltítulodeCuentosparalainfanciayelhogar,ymástardeampliaronenCuentosdehadasdeloshermanosGrimm.

LUDWIGTIECK (Berlín,1773-1853).Formópartedelgruporománticode JenajuntoconSchlegel,NovalisySchelling.EnsucomediaElmundoalrevés (1798)renovó las estructuras dramáticas tradicionales, orientando su romanticismohacialofantásticoyhacialarecreacióndelasantiguasleyendasdelaAlemaniamedieval.Lomásdestacabledesuobra loconstituyensuscuentossatíricosysus fábulas, comoEl caballeroBarbaAzul yEl gato conbotas, que se publicaronreunidos en Phantasus (1812-1816). En Nórdica ya publicamos sus Cuentosfantásticos.

Notas

[1]Lachevilletteeraunapequeñallavedemaderaquellevabaatadaunacuerdaquepasabaalexteriorporunagujeropracticadoenlapuerta;labobinette,untarugodemaderaquehacíadepestillo.Obsérveseelritmocantabledelafraseoriginal:«Tirelachevillette,labobinettecherra».(N.delT.)<<