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EVALUACIÓN DEL NIVEL DE COMUNICACIÓN MÉDICO-PACIENTE EN LA CONSULTA AMBULATORIA
Juan F. Godoy, Juan R.L. Sánchez-Huete y José A. Muela Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico.
Universidad de Granada
RESUMEN
La comunicación médico-paciente es una importante variable del proceso sanitario que afectará, entre otras, al grado de satisfacción del usuario con la atención recibida y a la adherencia al tratamiento prescrito.
Con el objeto de conocer el grado de esta comunicación, se administró una encuesta oral a un grupo de 100 sujetos voluntarios de ambos sexos y diversas edades y niveles culturales inmediatamente después de la consulta médica en un ambulatorio de la red sanitaria.
Se presentan y analizan los resultados, extrayendo las correspondientes implicaciones clínicas. Palabras clave: Comunicación médico-paciente, conocimientos del paciente, satisfacción.
ABSTRACT
Physician-patient communication is an essential factor in the sanitary process. In fact, it directly affects both the patient's degree of satisfaction with the attention received and his/her adherence to the administered treatment.
Thus, in order to asses the degree of the above-mentioned communication, a sample of a hundred volunteers from both sexes and different ages and cultural backgrounds, was submitted to an oral interview inmediately after receiving medical attention at a clinic belonging to the N ational Sanitary network.
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J.F. Godoy, J.R.L. Sánchez-Huete y J.A. Muela
The results from this inquiry are presented and analysed and suitable clinical implications are made. Key words: Physician-patient communication, patient's understanding, satisfaction.
INTRODUCCIÓN
En cualquier problema de la salud, la comunicación entre los diferentes profesionales de la salud y sus pacientes es uno de los aspectos más importantes del proceso terapéutico, afectando en grado sumo a la comprensión del trastorno y de su tratamiento por parte del paciente, su nivel de satisfacción general con la atención recibida, sus percepciones sobre la competencia del profesional que le atiende y el grado de adherencia o cumplimiento del programa de tratamiento que le ha sido prescrito. Por ello, las deficiencias en la comunicación profesional de la salud-paciente tendrán indeseables consecuencias y deben ser objeto de intervención, siendo ésta una importante área de actuación dentro del campo especializado de la Medicina Conductual (Godoy, 1991).
En este trabajo nos centraremos en diversos aspectos de la comunicación que se establece entre médicos y usuarios de la red sanitaria pública en la consulta ordinaria ambulatoria; aunque los relativos a las relaciones sanitarias con otros profesionales de la red de atención, los aspectos no verbales de la comunicación, el trato con el paciente, etc., no serán aquí tratados.
La comunicación entre médicos y pacientes puede estar obstaculizada por muchas razones tanto procedentes del médico y del paciente como de la relación terapéutica. Una de ellas es la cantidad y calidad de la información suministrada. -La literatura sobre la materia informa que, desde la perspectiva de los usuarios, esta información no siempre se da convenientemente, demandando, en general, los pacientes más información sobre su enfermedad (diagnóstico, causas, curso o pronóstico, tratamiento) (Ley, 1988, 1989), incluso en los casos en los que los médicos creen que han ofrecido información suficiente.
Los estudios realizados indican que los pacientes saben poco sobre su enfermedad, causas, curso y tratamiento, como demuestran los informes sobre frecuentes errores cometidos por éstos en el cumplimiento del tratamiento (Hermann, 1973; Ley, 1988; Parkin, 1976; Parkin, Henney, Quirk y Crooks, 1976; Sanazaro, 1985; Watkins, Williams, Martín et al., 1967). Además, estos estudios suelen constatar que 1) con frecuencia, el paciente
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cree que no se le ha informado suficientemente (28% de los casos en los estudios revisados por Ley (1988), incluso cuando el clínico está satisfecho con la comunicación establecida); 2) hay falta de comprensión de la información recibida por parte del paciente, 3) no se hacen las preguntas oportunas a pesar de considerarse poco informados (en porcentajes del 50% (Klein, 1979), 53% (Carstairs, 1970) ó 70% (Mayou, Williamson y Foster, 1976)) y 4) hay pérdida de información por causa del olvido (Ley, 1989). Ciertamente, estos factores no son dependientes del médico, aunque éste debe tenerlos en cuenta.
Entre todos estos factores, la falta de comprensión del paciente de la información recibida puede estar relacionada con muchas variables.
Una de ellas es la falta de educación o nivel cultural. Las medidas realizadas sobre el conocimiento de la enfermedad, causas, curso o pronóstico y tratamiento son reveladoras del escaso nivel de conocimientos por parte del paciente. Roth (1979) informa que sólo el 10% de los pacientes con úlcera péptica sabían que el ácido es excretado por el estómago, teniendo el resto ideas erróneas sobre el origen del problema (saliva, comida, etc.). Lewenthal, Meyer y Narentz (1980) encontraron que la tercera parte de los hipertensos pensaban que su trastorno se curaría con un breve tratamiento.
Otra de estas variables puede ser el uso en la consulta de terminología médica, no definida por el sanitario por estimar que es de dominio público, cuando los tests de comprensión de vocabulario médico realizados revelan que una buena parte de esta terminología es difícilmente conocida, incluso por personas de un nivel cultural alto (diplomados, licenciados universitarios). Boyle (1970) encontró porcentajes de respuestas correctas a los términos de artritis, ictericia, palpitación y bronquitis de, respectivamente, 85, 77, 52 y 80; Cale (1979) encontró que los términos dilatado, antiemético y hemorroides eran mal comprendidos por la mitad de los pacientes y estudiantes de escuelas politécnicas.
La falta de información (o percepción de falta) se correlaciona altamente con el grado de la satisfacción general del paciente con la atención recibida (DiMatteo, Prince y Taranto, 1978; Ley, 1989; Ware y Sneider, 1975; Wolf, Putnam, James y Stiles, 1978) y con las opiniones sobre la competencia del médico (DiMatteo et al., 1978; Wolf et al. (1978).
Sobre la información que se recibe del médico operan los procesos naturales de olvido. De los estudios revisados por Ley (1988) se desprende que el porcentaje de material olvidado es alto (rango 12-60% ), siendo las principales variables relevantes a) por parte del sujeto, su nivel de conocimien-
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tos sobre la salud y b) por parte del material, el efecto de primacía, lo percibido como importante y la cantidad de información (en este último caso la relación es inversa: a más información peor recuerdo), con, en general, poco efecto del tiempo.
Por último, el grado de satisfacción de los pacientes con respecto a la atención recibida es un componente esencial para estimar la calidad del servicio sanitario (Donabedian, 1982) y constituye una variable interviniente de suma importancia para predecir otros aspectos de la respuesta del paciente (Brook, Davies-Avery, Greenfield, Harris, Lelah, Solomon y Ware, 1977), tales como, entre otros, la adherencia al tratamiento prescrito o la asistencia a ulteriores citas (Haynes, Taylor y Sackett, 1979; Ley, 1988).
Tomando como punto de referencia todos estos trabajos, los objetivos específicos de este estudio han sido: a) las percepciones del usuario de la consulta ambulatoria en la red sanitaria pública sobre la cantidad de información facilitada acerca de su trastorno (tipo, causas, curso y tratamiento), b) su demanda de información al médico para, en su caso, aumentar la información recibida, e) el tiempo de duración de la consulta, d) el grado de olvido de la información recibida y e) su conocimiento de ciertos términos médicos comúnmente utilizados en la consulta.
METODOLOGÍA
Sujetos y grupos Participaron en este estudio 100 sujetos voluntarios de ambos sexos y
diferentes edades y niveles culturales, a los que se pidió la participación voluntaria al salir de la consulta médica en un ambulatorio de la red sanitaria pública de la ciudad de Granada. Estos sujetos formaron el grupo dímeo.
Las características demográficas y socioculturales de la muestra empleada se presentan en la tabla l.
Tabla 1.- Características sociodemográficas de la muestra.
H b o m res M. UJeres Joven Adulto Anciano Joven Adulto Anciano
Primaria 4 6 6 4 9 8 Secundaria 8 3 2 13 3 6 Universitaria 6 2 3 14 2 1
Joven: edades entre 14-36 años; Adulto: edades entre 37-59 años; Anciano: edades entre 60-82 años
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Evaluación del nivel de comunicación médico-paciente en la consulta ambulatoria
Se utilizó un segundo grupo, formado por 50 estudiantes voluntarios de ambos sexos (14 hombres y 36 mujeres) del segundo ciclo de Psicología como grupo de control de los aspectos relativos a los ítemes de conocimiento de la terminología médica.
Medidas Se utilizó un cuestionario especialmente elaborado para este estudio con
el que se pretendía medir: (a) el número de visitas realizadas por ese trastorno; (b) el grado de comprensión, por parte del paciente, de la información recibida sobre su enfermedad, causas, curso y tratamiento; (e) si, en caso de no entender algún aspecto de la información recibida, realizó alguna pregunta; en caso negativo, por qué no preguntó; en caso afirmativo, si le fue aclarada su duda; ( d) el porcentaje subjetivo de olvido respecto a la información recibida sobre el tipo de trastorno, causas, curso y tratamiento; (e) la estimación, por parte del paciente, de la duración de la visita, (f) el grado de conocimiento de un listado de términos médicos usuales de diferente grado de dificultad (contrastado con el grupo de control) y (g) el nivel de satisfacción general con la atención recibida. Se obtuvieron datos, igualmente, del sexo, edad y nivel de estudios de los sujetos entrevistados.
Las respuestasa a esta escala eran recogidas por el entrevistador en una hoja de registro elaborada al efecto que contenía: a) anotación del número de visitas; b) doble alternativa "si/no" para cada aspecto referido durante la consulta (enfermedad, causa,curso y tratamiento); e) doble alternativa "si/no" para cada modalidad, excepto para "Razón por la que no preguntó", en la que se anotaba la respuesta; d) anotación del porcentaje de recuerdo expresado para cada aspecto; e) anotación de la duración de la consulta estimada en minutos; f) doble alternativa "acierto/fallo" para la definición de cada término médico y g) anotación de O a 10 del nivel de satisfacción de los usuarios por la visita.
Procedimiento Los encuestadores estaban situados en las inmediaciones de las salas de
espera del ambulatorio, solicitando la colaboración a los sujetos conforme salían éstos de la consulta. Una vez confirmado que acababan de consultar al médico por un trastorno concreto, se les informaba de que este estudio se dirigía a conocer cómo ellos percibían ciertos aspectos de la relación con su médico y en absoluto a evaluar al médico ni a la institución sanitaria.
Solamente en el caso de que los sujetos manifestaran su voluntad de colaborar en el estudio, se les informaba que la encuesta era anónima y se les
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rogaba que, para una mayor calidad científica de los datos, fuesen honestos y sinceros en sus respuestas a los ítemes de la encuesta que eran leídos por un entrevistador, quien recogía en una hoja de registro las respuestas orales del sujeto. Se enfatizaba en que las respuestas debían ser individuales en aquellos casos en los que el sujeto iba acompañado.
El grupo de control, de forma voluntaria, contestó oralmente a los ítemes sobre conocimiento de terminología médica en las dependencias de la Facultad de Psicología de la Universidad de Granada. El procedimiento de aplicación (solicitud de la definición del término) y de registro de respuestas, fue similar al anteriormente descrito para los sujetos del grupo clínico.
RESULTADOS
A continuación se presentan los resultados globales de la entrevista ítem a ítem:
(a) El número medio de visitas al médico por un mismo trastorno fue de 5.37, siendo la realizada inmediatamente antes de esta entrevista la primera visita para el 61% de los sujetos. (b) El 88% de los sujetos comprendió la información recibida sobre su enfermedad (diagnóstico) y un 87% la recibida sobre el tratamiento a seguir. Este nivel era algo menor en la comprensión de la información sobre las causas y sobre la evolución de su enfermedad (un 50% y un 56%, respectivamente). Estos porcentajes, que quedan recogidos en la figura 1, se han calculado sobre el total de sujetos que recibieron información en cada modalidad.
100
80
% 60
40
20
o
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Figura 1.- Comprensión de la información.
Enfermedad Causa Curso Tratamiento
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(e) El 60% de los sujetos manifestó dudas acerca de algún aspecto de la información recibida (ver figura 2). De éstos, el 75% no preguntaban al médico para que le fueran aclaradas sus dudas por diversas razones (entre las que estaban percepción de falta de tiempo -13.33%-, considerarlo un tema poco importante -24.45%-, estar a la espera de nuevos datos -31.11%- o creer que ya sabían la respuesta -31.11 %-). Por otra parte, entre los que preguntaron al médico, un 46.67% no consideraron que sus dudas les hubiesen sido aclaradas satisfactoria-mente.
ESPERA DATOS
Figura 2.- Sujetos con dudas.
YA SABE
FALTA TIEMPO
(d) El100% de los sujetos declararon recordar toda la información recibida del médico con respecto a las causas y evolución de su enfermedad y el 97.7% afirmaba recordar la referente al tipo de trastorno y al tratamiento. (e) La duración media estimada del tiempo de visita fue de 4' 58", presentando las respuestas un rango entre uno y veinte minutos (desviación típica de 3.86). (f) El nivel de conocimiento medio de las palabras incluídas en los ítemes de términos médicos fue del52.15%, oscilando, en función de cada palabra, desde un 2% a un 100% (ver figura 3). A modo de comprobación de la selección de los sujetos del grupo control, se realizó un análisis no paramétrico (prueba de Kruskal) para el correspondiente diseño unifactorial entre grupos (grupo de control 1 pacientes jóvenes con estudios universitarios del grupo clínico) de estos ítemes de conocimiento de términos médicos, no se encontraron diferencias estadísticamente significativas en el número de términos conocidos entre ambos grupos, lo que es coherente por la igualdad cultural de ambos grupos. Ahora bien, hecha la misma prueba con respecto al grupo clínico completo y al grupo de con-
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trol, la diferencia sí fue estadísticamente significativa (índice U de MannWhitney de 1006; p<.01), lo que sugiere un mayor conocimiento de los términos por parte del grupo de estudiantes de Psicología.
Figura 3.- Conocimiento de términos médicos.
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-ANTIEMETIC~-
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o 20 40 60 80 100
Realizados los análisis estadísticos correspondientes a las distintas palabras que formaban la lista (índices que quedan incluídos en la tabla 2), los grupos "pacientes jóvenes con estudios universitarios" y "control" solamente se diferenciaban significativamente en las palabras pronóstico, espasticidad, peristaltismo y hemorroides, diferencias siempre a favor del grupo de estudiantes de Psicología; pero con respecto al grupo clínico total, los estudiantes de Psicología conocían significativamente más un total de siete palabras: pronóstico, artritis, peristaltismo, incubación, amigdalitis, palpitación y hemorroides.
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Evaluación del nivel de comunicación médico-paciente en la consulta ambulatoria
Tabla 2.- Estadísticos de significación del conocimiento de términos médicos.
Términos médicos X2 grupo total/ grupo psicología X2 grupo parcial/ grupo psicología
Pronóstico 42.37** 7.34** Antiemético 1.09 0.86 Artritis 13.66** 3.19 Parético 0.00 3.03 Espasticidad 44.47** 13.83** Peristaltismo 54.87**. 8.33 Incubación 2.94 3.19 Antipirético 0.84 1.66 Amigdalitis 22.22** 0.00 Palpitación 7.25** 0.00 Bronquitis 0.00 0.00 Hemorroides 8.66** 17.81** Ulceración 2.91 3.03
Grupo total: grupo clínico; Grupo psicología: grupo de control; Grupo parcial: grupo forma
do por jóvenes universitarios del grupo clínico
(g) El nivel medio de satisfacción con la atención recibida fue relativamente alto, de 7.765 sobre 10 (desviación típica de 2.037).
Para conocer la posible influencia de las variables sexo, edad y nivel cultural, se formaron los correspondientes subgrupos y se utilizaron las pruebas de 2 y U de Mann-Whitney, según el caso, hallándose algunas diferencias significativas entre las cuales podemos destacar(* para a<0.05; **para a<0.01):
Por grupos en función de la edad: •los ancianos comprenden peor que los adultos lo que el médico les dice de su enfermedad (X2 de 15.3896**) y peor que los jóvenes (X2 de 24.2404**) •los jóvenes entienden peor la causa de su enfermedad que los adultos (X2 de 5.6239*) •los jóvenes entienden peor el curso de su enfermedad que los adultos (X2 de 9.9752**) y que los ancianos (X2 de 15.0337**) •los ancianos entienden mejor el tratamiento prescrito que los adultos (X2 de 9.9187**) y mejor que los jóvenes (X2 de 6.3249*)
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•ante las dudas, los jóvenes preguntan más que los adultos (X2 de 11.4977**) y que los ancianos (X2 de 30.0597**); y los ancianos a su vez preguntan menos que los adultos (X2 de 5.6435*) •los ancianos que preguntan encuentran aclaradas sus dudas en mayor grado que los adultos (X2 de 100.0075**) y que los jóvenes (X2 de 58.8159**). A su vez los jóvenes resuelven sus dudas tras la respuesta del médico en mayor medida que los adultos (X2 de 9.14**) •los jóvenes conocen menos términos médicos que las personas adultas (U de Mann-Whitney de 464.5*) y los adultos más que los ancianos (U de Mann-Whitney de 651.5*) •los jóvenes se muestran menos satisfechos que los adultos de la atención recibida, (U de Mann-Whitney de 377**) y que los ancianos (U de Mann-Whitney de 229**), no habiendo diferencia entre adultos y ancianos
Por grupos en función del sexo: •los hombres entienden mejor que las mujeres el curso de su enfermedad (X2 de 15.6028**) y el tratamiento a seguir (X2 de 7.0484**) •las mujeres creen aclaradas sus dudas en mayor medida que los hombres (X2 de 30.2514**)
Por grupos en función del nivel de estudios: •los universitarios entienden mejor el tratamiento prescrito que las personas con educación secundaria (X2 de 12.4166**) y con educación primaria (X2 de 4.7577*) •las personas con estudios primarios preguntan menos, en caso de duda que las personas con educación secundaria (X2 de 6.8519**) y menos que los universitarios (X2 de 5.3433*) •las personas con estudios primarios creen aclaradas sus dudas mejor que las personas con educación secundaria y que los universitarios (X2 de 33.3333** en ambos casos) •los universitarios conocen mayor número de términos médicos que los sujetos con educación secundaria (U de Mann-Whitney de 204*) y que los sujetos con educación primaria (U de Mann-Whitney de 229**). Los que poseen educación secundaria a su vez, conocen más términos que los sujetos con educación primaria (U de Mann-Whitney de 352.5**)
Por lo que se refiere a las diferencias en el conocimiento de los distintos términos que formaban la lista, salvo para la palabra bronquitis (ver la figu-
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ra 4 ), hay diferencias por grupos de edad, estudios y sexo, como puede apreciarse en la tabla 3:
Tabla 3.- Diferencias significativas en palabras entre los distintos grupos de edad, estudios y sexo.
Términos Variables Comparaciones Pronóstico Edad Jov>Anci
Estudios Prim<Univ Sec<Univ Sexo Hombres> Muieres
Antiemético Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ
Artritis Edad Jov<Adul Adul>Anci Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ
Parético Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sexo Hombres> Mujeres
Espasticidad Edad Jov>Anci Adul>Anci Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ
Peristaltismo Edad Jov>Anci Adul>Anci Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ
Incubación Edad Jov<Adul Jov>Anci Adul>Anci Estudios Prim<S~ Prim<Univ
Antipirético Edad Jov<Adul Jov<Anci Estudios Prim<Univ Sec<Univ
Amigdalitis Edad Jov>Anci Adul>Anci Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ
Palpitación Edad Jov<Adul Adul>Anei Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ
Hemorroides Edad Jov<Adul Adul>Anci Estudios Prim<Sec
Ulceración Estudios Prim<Sec Prim<Univ Sec<Univ Sexo Hombres<Mujeres
Edad: Jov: Jóvenes (14-36 años); Adul: Adultos (37-59 años); Anci: Ancianos (60-82 años). Estudios: Prim: Primarios (EGB 1 FP 1); Sec: Secundarios (BUP 1 FP 11); Univ: Universitarios
(Diplomados, Licenciados).
Las diferencias más significativas son: 1.- las diferencias por grupos de edad varían palabra a palabra, pero los adultos tienden a saber más palabras que los ancianos y jóvenes, y los
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jóvenes saben generalmente más palabras que los ancianos 2.- en cuanto a los estudios sí hay una tendencia mucho más clara, consistente en que a mayor nivel académico mayor conocimiento de términos 3.- el sexo no se manifiesta como variable relevante en el conocimiento de terminología médica, pues sólo hay diferencias significativas en tres de las trece palabras.
Adicionalmente, se realizaron cuatro análisis Cluster con los siguientes resultados (* para una posible aportación de la variable en el Cluster con un a<0'05; **para a<0'01):
1.- Análisis de 2 Cluster para las variables edad (**), comprensión de la información recibida sobre su enfermedad (**), sobre las causas de ésta (**),sobre el curso de la misma (**) y sobre el tratamiento a seguir(**):
•Cluster 1 formado por el100% de los ancianos y el68.57% de los adultos. Comprendían perfectamente la información referida a la enfermedad que padecían y al tratamiento que debían seguir; la comprensión de la información sobre causas y curso de la misma era aceptable. •Cluster 2 formado por el100% de los jóvenes y el31.43% de los adultos. Comprendían de forma aceptable la información recibida sobre su enfermedad y sobre el tratamiento a seguir; la comprensión de la información sobre causas y curso de la enfermedad era deficiente.
2.- Análisis de 3 Cluster para las variables estudios (**),comprensión de la información recibida sobre su enfermedad(**), sobre las causas de ésta (**),sobre el curso de la misma (**)y sobre el tratamiento a seguir (**):
•Cluster 1 formado por el 81.63% de las personas con estudios primarios y el 44% de las personas con estudios secundarios. Comprendían perfectamente la información referida a la enfermedad que padecían y el tratamiento que debían seguir; la comprensión de la información sobre causas y curso de la misma era aceptable. •Cluster 2 formado por el100% de las personas con estudios universitarios y el 32% de las personas con estudios secundarios. Comprendían perfectamente la información recibida sobre la enfermedad que padecen y sobre el tratamiento a seguir, mostrando una comprensión media de la información referida a causas y curso de su enfermedad. •Cluster 3 formado por el 18.37% de las personas con estudios primarios y por el 24% de las personas con estudios secundarios. Muestran
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una nula comprensión de la información referida a las causas y curso de su enfermedad, y una comprensión deficiente de la referida a la enfermedad y su tratamiento.
3.- Análisis de 2 Cluster para las variables sexo (**), comprensión de la información recibida sobre su enfermedad (**), sobre las causas de ésta (**),sobre el curso de la misma (**) y sobre el tratamiento a seguir (**):
•Cluster 1 formado el 77.5% de los varones y el 53.33% de las mujeres. Muestran una perfecta comprensión de la información referida a su enfermedad, al curso de ésta y al tratamiento que deben seguir, siendo aceptable la comprensión de la información referida a las causas de ésta. •Cluster 2 formado por el22.5% de los varones y el46.67% de las mujeres. Muestran una nula comprensión de la información referida a las causas y curso de su enfermedad y una comprensión aceptable de la referida a la enfermedad y su tratamiento.
4.- Análisis de 4 Cluster para las variables satisfacción por la atención recibida(**), comprensión de la información recibida sobre su enfermedad (**), sobre las causas de ésta (**),sobre el curso de la misma (**) y sobre el tratamiento a seguir:
•Cluster 1 formado por 2 sujetos que puntuaban en satisfacción por la atención recibida entre O y 2 sobre 10. Mostraban una comprensión media de la información recibida sobre su enfermedad y una nula comprensión de la información referente a causa y curso de la misma. •Cluster 2 formado por 21 sujetos que puntuaban en satisfacción por la atención recibida entre 4 y 6 sobre 10. Mostraban una comprensión aceptable de la información sobre su enfermedad y una comprensión media de la información referente a las causas y curso de la misma. •Cluster 3 formado por 41 sujetos que puntuaban en satisfacción por la atención recibida entre 7 y 8.5 sobre 10. Comprendían perfectamente la información recibida sobre su enfermedad, mostrando una comprensión media de la información sobre causas y curso de la misma. •Cluster 4 formado por 36 sujetos que puntuaban en satisfacción por la atención recibida entre 9 y 10 sobre 10. Comprendían perfectamente la información recibida sobre su enfermedad, mostrando una comprensión aceptable de la información sobre causas y curso de la misma.
Por último, se realizó el cálculo de correlaciones entre las diferentes variables cuyos resultados se presentan en las tablas 4 y 5.
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Tabla 4.- Valores de corelación entre distintas variables (N: 100).
SEXO EDAD ESTU ENFE CAUS CURS TRAT TERM SATI
SEXO 1 EDAD .036 1 ESTU -.05 -.36** 1 ENFE .012 -.25* o 1 CAUS .122 . ·-.04 -.06 .268** 1 CURS .271** -.23* -.04 .376** .564** 1 TRAT .176 -.11 -.08 .315** .246* .355 .. 1 TERM .036 -.09 .526** .036 -.04 -.15 -.08 1 SATI -.15 .397** -.16 -.37** -.29** -.34** -.26** -.03 1
Estu: Nivel de estudios; Enfe: Comprensión de la información recibida sobre la enfermedad que padece el sujeto; Caus: Comprensión de la información recibida sobre las causas de la misma; Curs: Comprensión de la información recibida sobre el curso del trastorno; Trat: Comprensión de la información recibida sobre el tratamiento que debe seguir el sujeto; Term: Número de vocablos médicos que reconoce; Sati: Nivel de satisfacción por la atención recibi-
da.
Tabla 5.- Valores de correlación entre distintas variables.
Variables correlacionadas Valor N Preguntar ante dudas 1 Edad .317* 60 Preguntar ante dudas 1 Satisfacción .282* 60 Aclaraci6n de dudas '1 Sexo -.342 15 Aclaración de dudas 1 Estudios .327 15 Aclaración de dudas 1 Ténninos conocidos .478 15 Aclaración de dudas 1 Satisfacción -.296 15 Número de visitas 1 Edad .367* 46 Número de visitas 1 Satisfacción .361* 46
Puede apreciarse que: •las mujeres entienden peor la información recibida sobre el curso de su enfermedad que los hombres •a mayor edad, menor nivel de estudios •a mayor edad, menor comprensión de la información recibida sobre enfermedad y curso •a mayor edad, mayor grado de satisfacción con la atención recibida
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•a mayor nivel de estudios, mayor cantidad de términos médicos conocidos •a mayor comprensión de la información recibida sobre la enfermedad, mayor entendimiento de la información sobre causas, curso y tratamiento •a mayor comprensión de la información recibida (sobre la enfermedad, causas, curso y tratamiento), menor grado de satisfacción con la atención recibida •a mayor comprensión de la información recibida sobre la causa de su enfermedad, mayor entendimiento de la información recibida sobre curso y tratamiento •a mayor comprensión de la información recibida sobre el curso de la enfermedad, mayor comprensión de la información recibida sobre el tratamiento a seguir •se realiza mayor número de preguntas conforme aumenta la edad y la satisfacción de los pacientes •los sujetos que declararon haber realizado un mayor número de visitas por el mismo trastorno, fueron los de mayor edad y los que resultaron más satisfechos
DISCUSIÓN, CONCLUSIONES E IMPLICACIONES CLINICAS.
En función de estos los resultados, el primer dato que consideramos relevante hace referencia a que la mayor parte de los sujetos que participaron en este estudio (61%) recibían información sobre su problema de salud por primera vez. Este hecho puede afectar a los restantes aspectos por el interés implícito de esta primera entrevista con el profesional de la salud, lo que puede conllevar una mayor comprensión de la información, un olvido menos acusado y, en definitiva, una mayor satisfacción por la atención recibida.
Contrastando estos resultados con los estudios realizados sobre el tema, los sujetos, en general, han manifestado una alta comprensión de la información ofrecida por el médico sobre el trastorno y el tratamiento (88% y 87%, respectivamente), aunque es bastante menor la comprensión de las causas y de la evolución o pronóstico de esta enfermedad (50% y 56%, respectivamente). Hay que tener en cuenta que no se ha medido objetivamente el grado de comprensión, sino que nuestros datos hacen únicamente referencia a la comprensión estimada por los sujetos de la información
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recibida en la consulta. Puede concluirse de estos datos que el nivel de satisfacción general con la información recibida es relativamente alto, situándose en la línea de los valores ofertados en la revisión de Ley (1988).
Se ha mencionado la posible influencia de la formación académica sobre la comprensión de la información. Vistos nuestros resultados esta posible influencia solamente se manifiesta en la comprensión por parte de los sujetos de la información sobre el tratamiento prescrito, siendo mayor en personas con estudios universitarios respecto a los otros dos niveles educativos (estudios primarios y secundarios). Por otra parte, los jóvenes manifiestan una mejor comprensión de la información ofrecida por el médico que los adultos y los ancianos. En cuanto al sexo, los varones declaran comprender la información recibida en mayor medida que las mujeres.
Tal como se afirma en la literatura, hay una considerable cantidad de dudas respecto a la información recibida en la consulta y, lo que es más grave y notable, los sujetos no llegan a ponerlas de manifiesto ante el médico por muy diversas razones. En nuestro caso el 60% de los sujetos manifestó haber tenido dudas sobre algún aspecto de la información recibida y de éstos, el 75°/o no preguntó por diversas razones (considerar que no tiene importancia, por estar a la espera de resultados de otras pruebas, por percepción de falta de tiempo en la consulta o por creer que saben la respuesta). Estos valores son ligeramente más altos que los informados por Klein (1979) (50%), Carstairs (1970) (53%) y Mayou et al. (1976) (70%). Es interesante observar que entre los que preguntaron casi la mitad ( 46.67%) no consideraron haber conseguido que sus dudas fuesen aclaradas convenientemente. Por edades, los jóvenes son los que más preguntan y los ancianos los que menos, aunque éstos consideran aclaradas sus dudas más que los adultos y los jóvenes y éstos más que los adultos, entendiendo aclaradas sus dudas en mayor proporción las mujeres que los varones. Por niveles culturales, se pregunta menos cuanto menor es el nivel y se consideran mejor aclaradas las dudas también cuanto menor es el nivel cultural.
Algo realmente sorprendente es la gran cantidad de información que los sujetos afirman conservar después de la consulta (porcentajes del100 para causas y evolución y del 97.7, para tipo de trastorno y tratamiento). Nuevamente habría que referirse al carácter subjetivo de estas cifras, así como a la posibilidad de que, dada la duración promedio de la consulta, el volumen de información cedida no sea muy elevado, lo que sumado a la mucha atención prestada permita un óptimo recuerdo.
Las cifras sobre la duración de la visita, aunque igualmente estimadas por los propios pacientes entrevistados, presentan una destacable homogenei-
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dad, a la vista de la escasa dispersión de estas estimaciones, coincidiendo en torno a los cinco minutos.
El nivel de conocimiento de terminología médica, situado muy cerca del 50%, indica que la comprensión de la información puede verse afectada por el uso habitual de términos que, en muchos casos, los sujetos creen saber aunque de forma errónea o poco precisa, y en otros desconocen totalmente, en especial aquellos pacientes pertenecientes a los grupos de menor nivel cultural. Con las lógicas diferencias entre términos, los valores obtenidos no son muy diferentes de los ofertados por Boyle (1970) y Cole (1979). En nuestro caso, los adultos conocen más términos que los ancianos y jóvenes, siendo éstos los que menos términos conocían. Los universitarios de ambos grupos son los que, coherentemente, resultaron conocer más términos médicos. Las diferencias significativas encontradas entre el grupo de control y el subgrupo de jóvenes universitarios del grupo clínico podrían deberse a que los estudios de Psicología incluyen en su currículum materias relacionadas con la salud. El influjo del nivel de estudios ha quedado patente en los datos sobre el conocimiento de las distintas palabras que formaban la relación (los universitarios las conocen en mayor grado que los sujetos con estudios de secundaria, y éstos más que los sujetos con enseñanza primaria), mientras que las diferencias por edad varían de una palabra a otra (tienden a conocer más palabras las personas adultas) y el sexo tiene poca significación.
Por último, la satisfacción por la atención recibida, realmente muy alta (7.765 sobre 10), creciendo conforme aumenta la edad y disminuyendo, paradójicamente, con el nivel de comprensión de la información sobre tipo de enfermedad, causas, curso y tratamiento. Este alto grado de satisfacción general puede significar que los usuarios asumen que las posibles limitaciones o carencias en los servicios sanitarios hay que imputarlas al propio sistema más que a los profesionales que les atienden, siendo éstos los primeros afectados por dichas carencias. Otra interpretación alternativa podría ser que los sujetos pueden atribuir a esta encuesta fines distintos a los.que se les comunicó, presumiendo una posterior información al médico o al sistema sanitario.
Un aspecto reseñable es que los entrevistadores tuvieron que rechazar a una gran cantidad de sujetos al realizar la entrevista, ya que éstos acudían al ambulatorio para otros asuntos distintos del de la consulta médica tales como, entre otros, solicitud de bajas laborales, información sobre distintas prestaciones, renovación de recetas, petición de volantes para acudir al especialista, etc.
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Estos resultados tienen, desde nuestra perspectiva importantes implicaciones para el sistema sanitario y los profesionales de la salud. Algunas de ellas son las siguientes:
1.- Suministrar a los pacientes mayor información sobre las causas y la evolución del trastorno, al ser estos aspectos de gran importancia para el adecuado seguimiento del tratamiento y de los que los sujetos declaran poseer menor información. 2.- Que los profesionales de la salud tengan muy presente que los sujetos no suelen preguntar aunque tengan dudas, y que muchas veces consideran que las respuestas ofrecidas no logran aclararlas convenientemente. 3.- Recomendar a los médicos el uso de términos comprensibles para los pacientes, huyendo, en la medida de lo posible, de tecnicismos y, en este caso, explicarlos convenientemente y muy especialmente en el caso de pacientes de bajo nivel cultural. 4.- La conveniencia de que el sistema sanitario buscase canales alternativos para atender a aquellas personas que necesitan prestaciones diferentes a la mera consulta médica, como posible solución para reducir la masificación actual de la consulta pública ambulatoria.
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NOTAS
• Diferentes partes de este trabajo fueron presentadas en el Congreso Ibero-americano de Psicología (Madrid, 1992) y en el 22th Annual Congress of the European Association for Behaviour Therapy (Coimbra, 1992).
• Dirigir la correspondencia o petición de copias a: Juan F. Godoy. Dpto. de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico. Universidad de Granada. Campus Universitario de Cartuja. 18071-Granada. Tf: 958-243752 Fax: 958-243749.
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