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EVOLUCIÓN DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL AL DESARROLLO EN
AMÉRICA LATINA Y LAS RELACIONES DE PODER DESDE LA SEGUNDA
POSGUERRA A LA ACTUALIDAD.
ANA MARÍA GARCIA CANO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES
BOGOTÁ
2015
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EVOLUCIÓN DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL AL DESARROLLO EN
AMÉRICA LATINA Y LAS RELACIONES DE PODER DESDE LA SEGUNDA
POSGUERRA A LA ACTUALIDAD.
AUTOR: ANA MARIA GARCIA CANO
DIRECTOR: JUAN PABLO GÓMEZ AZUERO
TRABAJO DE GRADO
MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS Y RELACIONES INTERNACIONALES
MAESTRÍA EN RELACIONES INTERNACIONALES
BOGOTÁ, D.C.
2015
9
Nota de Aceptación
____________________________
____________________________
____________________________
____________________________
____________________________
__________________________________
Firma del presidente del Jurado
_________________________________
Firma del Jurado
_________________________________
Firma del Jurado
Bogotá, 16 de enero de 2015
10
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ..............................................................................................................................7
Aproximación teórica y conceptual. ............................................................................................. 11
1. LA CONDICIONALIDAD EN LAS RELACIONES INTERNACIONALESA PARTIR DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL AL DESARROLLO DESDE LA SEGUNDA POSTGUERRA........................................................................................................................... 16
1.1. La Cooperación Internacional al Desarrollo en América Latina, post teoría de la
Modernización. ....................................................................................................................... 33
2. EL SURGIMIENTO DE LA COOPERACIÓN SUR-SUR EN AMÉRICA LATINA: CASO BRASIL Y VENEZUELA ............................................................................................... 37
2.1. Brasil: lucha contra el hambre y la pobreza, gobernanza global y
multilateralismo ....................................................................................................................... 39
2.2. Venezuela: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA, y
PetroCaribe. ............................................................................................................................ 55
CONCLUSIONES........................................................................................................................... 69
BIBLIOGRAFÍA ............................................................................................................................... 73
11
LISTA DE GRÁFICOS
Pág.
Gráfico No. 1 Evolución del PIB del Reino Unido, la URSS, Alemania y Japón 18
Gráfico No. 2 PIB de EEUU, 1913-1955 (millones de dólares de 1990) 19
Gráfico No. 3 PIB de la URSS, 1936 -1955 21
Gráfico No. 4 Evolución de la AOD, 1960-2008 (millones de dólares) 25
Gráfico No. 5 Evolución de la AOD, 1970-2008 (%AOD/PIB) 26
Gráfico No. 6 Evolución del PIB per cápita en el mundo (1972-1999) 27
Gráfico No. 7 Crónica de la crisis mundial según los principales indicadores
macroeconómicos 33
Gráfico No. 8 Evolución de la Cooperación al Desarrollo, por país donante, en
América Latina como receptor 35
Gráfico No. 9 Crecimiento porcentual del Producto Bruto Interno (PBI) de América
Latino 1950-1990 39
Gráfico No. 10 Países recetores de la AOD de Brasil entre 2005 y 2010 49
Gráfico No. 11 Flujo de inversión directa de Brasil 50
Gráfico No. 12 Variación de la pobreza y el PIB en Brasil entre el 2000 y el 2012
52
Gráfico No. 13 Ciclo de precios del petróleo 58
Gráfico No. 14 Precios del petróleo entre el 2002 y el 2014 60
Gráfico No. 15 Ventas petroleras venezolanas 63
12
LISTA DE TABLAS
Pág.
Tabla No.1 América Latina y el Caribe: evolución del Producto Interno Bruto Total 40
Tabla No. 2 El activismo de la diplomacia presidencial en el primer gobierno de Lula (2003-2006) 46
Tabla No. 3. Cooperación brasileña para el desarrollo internacional (2005-2009) 47
Tabla No. 4 Tabla de financiamiento y esquema de financiamiento 62
Tabla No. 5 Miembros del ALBA-TCP 69
7
INTRODUCCIÓN
Al terminar la Segunda Guerra Mundial, con el establecimiento de un nuevo orden
internacional, la Cooperación Internacional se constituyó como una de las
principales herramientas para la preservación de la paz y la seguridad en el
Sistema Internacional.
Entrada la guerra fría, con el establecimiento de un orden internacional bipolar,
América Latina tomó particular relevancia como territorio estratégico para las dos
potencias hegemónicas de la época, convirtiéndose los Estados que la conforman
en receptores privilegiados de recursos de Cooperación Internacional en materia
militar, económica, política, de seguridad y ayuda al desarrollo social y humano.
De esta manera, América Latina fue una de las apuestas enmarcada en la Teoría
Cepalina y el lineamiento de desarrollo y “Trato justo” del Presidente de los
Estados Unidos, Harry Truman, quien presentó la pobreza de las naciones como
una “amenaza a las áreas más prosperas” y a partir de allí, el compromiso de los
países industrializados con aquellos pobres o, para la época, definidos como el
tercer mundo.
Así, con la creación de instituciones como la CEPAL, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, la amenaza latente del comunismo en América
Latina y la inclusión del desarrollo como parte constitutiva de los derechos
colectivos, la región inicia una carrera hacia la modernización como fomento a la
democracia y eje rector de lo que sería el relacionamiento internacional de las
décadas posteriores.
8
Para 1961 Estados Unidos, en una iniciativa unilateral, ofrece a los países
latinoamericanos el programa de ayuda denominado “Alianza para el Progreso”.
En el cual el país norteamericano busca fortalecer los nexos con su patio trasero,
para lo que ofrece a la región 20.000 millones de dólares, con la condición que los
países beneficiarios aportasen 80.000 millones (Monsen, 2011) e implementarán
como herramientas para la modernización: planeación nacional para el desarrollo,
integración latinoamericana, reforma agraria y reforma tributaria.
A partir de las nuevas concepciones del desarrollo y la definición de reformas
estructurales como el camino para la modernización de los Estados
subdesarrollados, los actores del Sistema Internacional constituyen el desarrollo
como institución para la administración de las relaciones del centro y la periferia y
las relaciones de poder materializadas en la Cooperación al Desarrollo.
Sin embargo, casi de forma simultánea a la constitución del desarrollo como
apuesta global y el compromiso tácito de los desarrollados de liderar los procesos
en los países del tercer mundo, se inició una estrategia alternativa para la equidad
y corresponsabilidad en la Cooperación al Desarrollo y el derecho a la no
injerencia en los asuntos internos.
En 1955, 29 países asiáticos y africanos se reunieron en la Conferencia de
Bandung, Indonesia, para cimentar los principios de lo que actualmente se conoce
como Cooperación Sur-Sur, la cual busca reforzar su capacidad de negociación
con el norte, a través de esfuerzos cooperativos con el propósito de resolver
cuestiones relacionadas con el comercio, el desarrollo y el nuevo orden económico
internacional (Girón & Correa, 2007), dando origen a las nuevas dinámicas que
9
han marcado las relaciones internacionales entre los países en desarrollo: el G-77
y el Movimiento de los No Alineados.
Así mismo, dados los fuertes impactos de la crisis del crudo del 73, la cesación de
pagos de la deuda en muchos de los países en desarrollo y los fuertes golpes en
las económicas internas de los países del tercer mundo, surgió en 1989 un
acuerdo tácito en el marco del Consenso de Washington1. El cual, trajo consigo un
nuevo paquete de reformas neoliberales, como condiciones de la ayuda al
desarrollo, los préstamos de organismos internacionales y refinanciación de la
deuda, dando nueva vigencia a las relaciones verticales entre los países del norte
y los del sur.
Estos principios neoliberales fueron implementados por los países
latinoamericanos, necesitados de los recursos para salir de la crisis económica
que recorría el mundo, agravando las condiciones de los países de la región y
promoviendo caminos para el establecimiento de relaciones con países pares en
la búsqueda del desarrollo.
No obstante, para el inicio del siglo XXI, la región recuperó su crecimiento
económico dando espacio para el desarrollo de nuevas estrategias de
relacionamiento intrarregional, la llegada de mandatarios progresistas y disruptivos
en algunos países de América Latina y la transición de otros países en vía al
desarrollo y potencias emergentes para una reconfiguración de los flujos de
cooperación, buscando la horizontalidad y la bilateralidad por encima de la
verticalidad tradicional.
1 Acuerdos de ajustes estructurales firmados en 1944, los cuales buscaban el desarrollo, la estabilidad
financiera internacional y la liberalización del comercio. (Martínez y Soto, 2012)
10
Esta estrategia de soft power2 y Soft balancing3, enmarcada en el
aprovechamiento de las relaciones entre “países en desarrollo” cada vez más
dinámicas y en búsqueda de un nuevo orden internacional, la Cooperación
Internacional al Desarrollo que tradicionalmente ha sido entre países del norte
como donantes y del sur como receptores, ha cobrado un nuevo sentido en manos
de países emergentes. Siendo esto, la reconfiguración en la arquitectura de la
ayuda al desarrollo en el Sistema Internacional, lo que da sentido a esta
investigación.
La cual, busca contribuir a la construcción conceptual de los lineamientos que
enmarcan las relaciones contemporáneas en el Sistema Internacional y que han
fundamentado cuestionamientos desde diferentes áreas del conocimiento y
centros de pensamiento del mundo desarrollado y en países en desarrollo.
En consecuencia, la presente investigación, mediante la revisión documental y
análisis de artículos indexados, documentos oficiales e investigaciones previas,
busca determinar la evolución de la Cooperación Internacional en América Latina,
analizar su impacto en el relacionamiento internacional en el continente y su
influencia en la transformación de Brasil y Venezuela, de receptores a receptores-
oferentes de cooperación, bajo la modalidad en la cooperación sur-sur.
Por lo anterior, investigar acerca de la evolución en el relacionamiento entre
países del norte y el sur, enmarcado en la Cooperación Internacional, no solo es
relevante en la ciencia política y las relaciones internacionales, sino pertinente
para comprender como las potencias regionales en América Latina han
aumentado su margen de poder en el relacionamiento en el Sistema internacional,
2 Soft power hace referencia a la influencia sobre otros actores del Sistema Internacional a través de medios
culturales, económicos o sociales. 3 Soft balancing es una alternativa para las potencias secundarias frente a la potencia regional en entornos
de bajo conflicto. Esta incluye coaliciones diplomáticas y estrategias institucionales para limitar el margen de maniobra de la potencia principal (Flemes D. , 2012)
11
buscando generar un nuevo equilibrio a través de nuevos paradigmas en los flujos
de Cooperación Internacional y Ayuda Oficial al Desarrollo.
De igual manera, el presente trabajo busca responder la siguiente pregunta: ¿En
qué medida ha influido la Cooperación Internacional al Desarrollo, a partir de la
segunda posguerra a la actualidad, en la definición de la política exterior de las
naciones Latinoamericanas y en el surgimiento de Brasil y Venezuela como
potencias regionales emergentes en su rol de dinamizadores de nuevos flujos de
cooperación internacional bajo la modalidad de cooperación Sur-Sur en la región?
Por lo anterior, esta investigación busca determinar cómo evolucionó la
Cooperación Internacional al Desarrollo y como se manifestó en América Latina,
determinar el proceso de transición de Brasil y Venezuela de receptores a
receptores-donantes y si estos nuevos flujos de cooperación influyen de alguna
manera en la materialización de polos regionales o en el balance de poder del
Sistema Internacional.
Aproximación teórica y conceptual.
Para delimitar el marco de los conceptos y las teorías que facilitarán la
construcción de esta investigación, se realizará un recorrido por las definiciones,
autores, teorías y enfoques que nutren el estudio de las Relaciones
Internacionales, la Cooperación Internacional, el Regionalismo y el Desarrollo,
desde el enfoque de las ciencias sociales y políticas.
Para empezar, tomando en consideración la característica anárquica de la
Sociedad Internacional, es decir, la ausencia de una autoridad mundial que
coaccione el relacionamiento colaborativo entre las naciones, será necesario
12
definir ¿Por qué cooperarían las naciones desarrolladas con aquellas pobres o en
vías de desarrollo?, incluso, ¿Por qué cooperar entre naciones en desarrollo?
Para responder estas preguntas es fundamental contemplar tanto la teoría realista
de las Relaciones Internacionales de cara a elección racional, pero también el
enfoque del constructivismo desde el idealismo y las teorías conductistas de las
Relaciones Internacionales (Aréizaga).
Así mismo es fundamental considerar la definición de Sociedad Internacional de
Hedley Bull. La cual determina que el Sistema Internacional si bien es anárquico,
tiene un elementos culturales compartidos entre los actores del Sistema, lo cual
socializa la anarquía convirtiéndola en una sociedad (Morales, 2005).
En cuanto a la constitución del desarrollo como lineamientos para la regulación de
las Relaciones Internacionales entre los países cooperantes y aquellos receptores,
se tomará el enfoque constructivista del alemán Alexander Wendt, en el que se
plantea que las personas se comportan frente a los demás individuos sobre la
base de los significados que tales cosas y personas tienen para ellas (Carvajal,
2009). Es decir, las Relaciones Internacionales se configuran a través del proceso
de formación de identidades, construcciones sociales o bien como lo dice Arturo
Escobar en “La Invención del Tercer Mundo, a través del discurso. El cual,
construye los lineamientos que han definido por décadas la diferencia entre países
desarrollados y aquellos en desarrollo y la necesidad de estos últimos de alcanzar
la condición del llamado primer mundo.
Ahora bien, ¿Cómo explicar que los países en desarrollo acepten las condiciones
impuestas por los países desarrollados para otorgar la ayuda en el marco de la
13
Cooperación Internacional? Para ello se contempla la teoría de la dependencia de
Cardoso y Faletto, la cual enfatiza en la relación de dependencia que la periferia
tiene del centro4 para el desarrollo de sus economías y dinamización del mercado
para avanzar en su proceso de modernización5.
Definiendo el marco conceptual para el relacionamiento, es decir el “Por qué
cooperar”, se definirá lo mecanismos para el “Cómo cooperar” a través de la
definición de la Cooperación Internacional desde el concepto del Programa de las
Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD-. El cual determina la “Cooperación
Internacional como la relación que se establece entre dos o más países,
organismos u organizaciones de la sociedad civil, con el objetivo de alcanzar
metas de desarrollo consensuadas” (Red Argentina para la Cooperación
Internacional, 2010).
De igual manera se tomará como referente la definición de Cooperación
Internacional al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económico, OCDE, que la define como “la acción conjunta para apoyar el
desarrollo económico y social del país, mediante la transferencia de tecnologías,
conocimientos, experiencias o recursos por parte de países con igual o mayor
nivel de desarrollo, organismos multilaterales, organizaciones no gubernamentales
y de la sociedad civil. También se conoce como Cooperación para el desarrollo y
es un concepto global que comprende diferentes modalidades de ayuda que
fluyen hacia los países de menor desarrollo relativo” (Agencia Presidencial de
Cooperación Internacional de Colombia, 2014).
4 La relación centro-periferia surge a partir de la teoría de desarrollo latinoamericano de la CEPAL.
5 Entiéndase la modernización a partir de la teoría de Rostow, en la cual los países atraviesa cinco etapas: Sociedad
tradicional, condiciones previas del impulso inicial, impulso inicial, marcha hacia la madurez y era del alto consumo en
masa, para finalmente llegar a la madurez, la modernización.
14
Finalmente, ¿Para qué cooperar? En el marco del discurso de la Cooperación de
finales del Siglo XX, es posible evidenciar el desarrollo como fin y medio, el cual
fue fundamentado por los países desarrollados a partir de la teoría de la
modernización desarrollada por Rostow en “Las etapas del crecimiento
económico”. A saber: con el paso de una sociedad tradicional, las condiciones
previas del impulso inicial, el impulso inicial, la marcha hacia la madurez y la era
del alto consumo en masa para llegar a la modernización, las economías pueden
llegar a ese proceso industrial que les garantiza los medios y las condiciones
“ambientales” necesarias para enfocar sus economías al desarrollo de su
población, el bienestar social y, para efectos de la presente investigación, la
transición de receptores de cooperación internacional a receptor/donante.
No obstante, al final el Siglo XX se contempla dos nuevas definiciones del
desarrollo. Una que no solo contempla la acumulación de capitales y la
modernidad, sino que involucra el desarrollo del ser humano y la ampliación de las
libertades (Sen, 2000) y la segunda, el neodesarrollismo, el cual comprende la
combinación de estrategias neoliberales y la definición endógena de desarrollo en
los países de la periferia (O´Connor, 2010). Ambas involucradas en el proceso de
transición de donantes a receptores/donantes de Brasil, como potencia
intermedia6, y Venezuela, como potencia regional7 secundaria.
Finalmente, considerando el nuevo rol de potencias emergentes y su influencia en
las dinámicas con países pobres y en vía al desarrollo, se considera la definición
de soft power de Joseph Nye, (Nye, 1990) quien resalta que el poder no se
concentra en los recursos sino en la habilidad de cambiar el comportamiento de
6 Según Flemes (2012) Potencia intermedia hace referencia a aquellas naciones que si bien no una gran
potencia tienen influencia en el Sistema Internacional. Por su parte Keohane (citado en Flemes, 2012) agrega que las potencias intermedias requieren de un grupo de países o instituciones internacionales para lograr un impacto sistémico. 7 Según Flemes (2012) las potencias regionales con aquellas con gran población, un significativo Producto
Interno Bruto, capacidades militares y en algunos casos nucleares.
15
los Estados, a partir de lo económico, cultural y político. “La habilidad de obtener
lo que quieres a través de la atracción antes que a través de la coerción o de las
recompensas”.
16
1. LA CONDICIONALIDAD EN LAS RELACIONES INTERNACIONALESA PARTIR DE LA COOPERACIÓN INTERNACIONAL AL DESARROLLO
DESDE LA SEGUNDA POSTGUERRA
More than half the people of the world are living in conditions approaching misery. Their food is inadequate, they are victims of disease. Their economic life is
primitive and stagnant. Their poverty is a handicap and a threat both to them and to more prosperous areas. For the first time in history humanity possesses the
knowledge and the skill to relieve the suffering of these people8.
– Harry S.Truman. (1949)9
El fracaso de la Sociedad de Naciones como instrumento para regular las
Relaciones Internacionales y el Tratado de Versalles10, como acuerdo para
inhabilitar a los estados perdedores de la Primera Guerra Mundial para emprender
un nuevo enfrentamiento bélico a escala global, fijó un nuevo paradigma en el
Sistema Internacional.
A partir del fin de la Segunda Guerra Mundial en abril de 1945 y la firma de la
Carta de San Francisco11, el sistema internacional emprendió una nueva apuesta
para organizar las Relaciones Internacionales y utilizar, entre otros, “la
cooperación entre estados como vehículo para la solución de problemas
internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el
desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o
8 Traducción propia: “Más de la mitad de la población mundial viven en condiciones cercanas a la miseria. Su
alimentación es inadecuada, padecen enfermedades. Su economía es primitiva y estancada. Su pobreza es una limitación y una amenaza, para ellos y las áreas más prosperas. Por primera vez en la historia, la humanidad posee el conocimiento y las habilidades para aliviar el sufrimiento de estas personas”. 9 Discurso Inaugural de Harry S. Truman, conocido como el discurso de los “Cuatro Puntos”, el 20 de enero
de 1949. 10
Terminada la Primera Guerra Mundial se firmó un tratado donde se definían las sanciones punitivas, políticas y militares a los países perdedores para evitar que emprendieran una nueva confrontación bélica y compensaran económicamente a los países ganadores de la guerra. 11
La Carta de San Francisco es el documento constitutivo de la Organización de Naciones Unidas, la cual fue firmada en San Francisco, Estados Unidos el 26 de junio de 1945.
17
religión”12. Sin embargo, esta estructuración en el Sistema Internacional no fue
solo política.
Terminada la confrontación bélica, la economía de los estados vinculados a la
guerra, salvo Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, se
redujo de forma significativa causando pronunciadas crisis económicas a lo largo
de sus territorios y sus colonias, fijando un nuevo reto para el mantenimiento de la
paz y la seguridad internacional.
Gráfico No. 1
No obstante, el periodo de la segunda posguerra no solo vio nacer un nuevo orden
en el sistema internacional, sino la bipolaridad en manos de las dos potencias,
Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas –URSS-, las
cuales personificaban, respectivamente, el capitalismo y el comunismo como las
dos alternativas de modelos económicos, igualmente exitosos para la época.
12
Artículo 1, Capitulo 1: Propósitos y Principios, Carta de las Naciones Unidas.
18
Para el final de los años 50´s, Estados Unidos buscando favorecer la
reconstrucción europea, aportarles capacidad de importación de bienes, y de paso
manteniendo el crecimiento económico estadounidense mientras evitaban la
expansión comunista (Miranda Encarnación, 2011), crea el Programa de
Recuperación Europea (1947), conocido como Plan Marshall por el principal
promotor del programa, el Secretario de Estado de los Estados Unidos, George
Marshall.
Gráfico No. 2
Por su parte, en 1949, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas crearon el
COMECON, Consejo de Asistencia Económica Mutua, entre las URSS y Polonia,
Checoslovaquia, Bulgaria, Hungría, Rumania y Albania, ofreciendo alimentos,
créditos y equipos, no solo en países de Asia y Europa (Miranda Encarnación,
2011), sino proyectándose en el patio trasero de Estados Unidos, América Latina.
19
Así con Europa y parte de Asia destruidos, Estados Unidos como alternativa
capitalista y la URSS como alternativa comunista, inicia la pugna de las dos
potencias a través de Cooperación Internacional para la definición de zonas de
influencia en el marco que después sería conocido como la Guerra Fría.
De esta manera, América Latina toma una mayor importancia para el país norte
americano, no solo por contribuir a su desarrollo como proveedor de materias
primas para las transacciones de comercio exterior con sus aliados estratégicos,
sino, por ser una zona de interés para ambos actores de la Guerra Fría por su
ubicación estratégica y cercanía a los Estados Unidos y la oportunidad de la
expansión del comunismo en la región a través de Cuba.
No obstante, el fin de la Segunda Guerra Mundial y el proceso de recuperación
europeo y la expansión de la amenaza del comunismo demandaban una
estructura que no solo fomentase el desarrollo económico global, sino que lograra
“normativizarlo” y definir los lineamientos para que cada país alcanzase la
industrialización que lo conduzca al desarrollo.
Por esta razón, la segunda mitad del siglo vio nacer una variedad de instituciones
como la Organización para la Cooperación Económica Europea para la ejecución
de los recursos del Plan Marshall, creada en 1948, junto al grupo de Asistencia al
Desarrollo en 1960, los que un año más tarde se convertirían en el Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, con 2013 países
desarrollados como miembros fundacionales y su Comité de Ayuda al Desarrollo,
CAD, al cual busca “promover la cooperación con países en desarrollo a través de
la orientación de políticas y recomendaciones de instituciones multilaterales y
expertos. Quienes, como un “club de los países desarrollados”, definen
13
Alemania, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Portugal, Suiza, Suecia, Reino Unido y Turquía.
20
conjuntamente las características y condiciones que deben cumplir los países
receptores de ayuda al desarrollo para alcanzar el desarrollo.
Gráfico No. 3
Así mismo, como instituciones de fomento al desarrollo, nacen como resultado de
la Conferencia de Bretton Woods, en 1944 en New Hampshire, Estados Unidos,
el Fondo Monetario Internacional-FMI-(1947) y el Banco Mundial-BM- (1948), los
cuales buscan promover la obra de reconstrucción y fomento en los territorios de
miembros, facilitando la inversión de capital para fines productivos, incluida la
rehabilitación de las economías destruidas o dislocadas por la guerra, la
transformación de los medios de producción a fin de satisfacer las necesidades en
tiempos de paz y el fomento del desarrollo de los medios y recursos de producción
en los países menos desarrollados14, y en 1949 el Banco Interamericano de
Desarrollo cuya misión es “acompañar a los países de América Latina y el Caribe
en sus esfuerzos para institucionalizar la transparencia en la gestión, facilitar la
14
Convenio constitutivo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, ahora Banco Mundial.
21
rendición de cuentas y consolidar mecanismos de prevención y control de la
corrupción, construyendo capacidad, generando y diseminando conocimiento
relevante y ofreciendo asistencia técnica y financiera”15.
No obstante, la existencia de organismos multilaterales de este tipo no fue
suficiente para la gobernanza global del nuevo sistema económico mundial, por lo
que fueron creadas instituciones regionales como la Comisión Económica para
América Latina, CEPAL, una de las cinco comisiones regionales de las Naciones
Unidas. La cual, si bien no tuvo gran éxito en la generación de modelos
adaptables a los sistemas económicos latinoamericanos, tuvo gran influencia en
los círculos académicos y en los responsables de las políticas públicas de la
región (Mora, 2006).
La CEPAL, se fundó en 1948 para contribuir al desarrollo económico de América
Latina, coordinar las acciones encaminadas a su promoción y reforzar las
relaciones económicas intrarregionales de los países, pero también con las demás
naciones del mundo, promoviendo una carrera hacia la modernización como
fomento a la democracia y eje rector de lo que sería el relacionamiento
internacional de las décadas posteriores, basada en un principio en la estructura
de centro-periferia16 y los principios de desarrollo e Industrialización: planificación
del desarrollo, reforma agraria, acentuación del intervencionismo del Estado,
reforma fiscal, protección del mercado interno, financiamiento externo e
integración latinoamericana (Rodríguez, 1980).
15
Misión del Banco Interamericano de Desarrollo (Banco Interamericano de Desarrollo, 2015) 16
El término centro periferia fue acuñado por Raúl Prebish, director de la CEPAL entre 1950 y 1963, para referirse a las relaciones de los países desarrollados como centro y aquellos en desarrollo como la periferia.
22
Posteriormente, consciente de la incapacidad institucional para mantener alejada
la cooperación comunista de América Latina y el imperativo de estrechar los
vínculos con los países de la región, para 1961 Estados Unidos en una iniciativa
unilateral, ofrece a los países latinoamericanos el programa de ayuda denominado
Alianza para el Progreso. Por la cual, en su discurso inaugural, Kennedy prometió
a "nuestras repúblicas hermanas (…) convertir las buenas palabras en buenas
obras, en una nueva alianza para el progreso, para ayudar a los hombres libres y
a los gobiernos libres a librarse de las cadenas de la pobreza"17. En el marco de
esta programa, Estados Unidos prometió a la región 20 millones de dólares, con la
condición que los países beneficiarios aportasen 80 millones (Monsen, 2011) e
implementarán la planeación nacional, específicamente para el desarrollo,
integración latinoamericana, reforma agraria y reforma tributaria. Temas que hay
sido recurrentes en el modelo de desarrollo que desde las diferentes agencias de
fomento han sugerido implementar para alcanzar la industrialización.
"There is no escaping our obligations: our moral obligations as a wise leader and good
neighbor in the interdependent community of free nations – our economic obligations as
the wealthiest people in a world of largely poor people, as a nation no longer dependent
upon the loans from abroad that once helped us develop our own economy – and our
political obligations as the single largest counter to the adversaries of freedom18."
– John F. Kennedy19
17
Archivo digital de la Embajada de Estados Unidos, Disponible en: http://iipdigital.usembassy.gov/st/spanish/article/2011/03/20110308155148x0.1034313.html#ixzz326X0ETNv.
Recuperado en:
Noviembre 10 de 2014. 18
Traducción propia: “No hay escapatoria a nuestras obligaciones: nuestras obligaciones morales como líderes sabios y buenos vecinos en la comunidad interdependiente de las naciones libres – nuestras obligaciones económicas como el pueblo más ricos en un mundo de gran pobreza, como una nación que no depende más de los créditos del exterior que una vez ayudaron a nuestra propia economía- y nuestras obligaciones políticas como el principal obstáculo para los adversarios de la libertad” 19
USAID History, disponible en http://www.usaid.gov/who-we-are/usaid-history. Recuperado en: Noviembre 10 de 2014.
23
Para noviembre del mismo año, el Presidente Kennedy creó la Agencia de los
Estados Unidos para la Cooperación Internacional, USAID, para administrar los
recursos de la Alianza para el Progreso y materializar las políticas de cooperación
internacional de Estados Unidos, en América Latina y a lo largo del globo, en
materia agricultura, democracia y gobernabilidad, crecimiento económico,
ambiente, educación, salud y asistencia humanitaria, al terminar el plazo de la
Alianza. La cual, al ser el más grande proveedor de la ayuda oficial al desarrollo
de los Estados Unidos le aporta un rol fundamental en la estructuración del
contexto político y económico del desarrollo internacional (Essex, 2008).
En la primera década de funcionamiento de USAID, como institución que
materializaría las prioridades en la política exterior de Estados Unidos en materia
de Cooperación al Desarrollo, su foco principal fue 1). La creación de mercados
para los Estados Unidos a través de la reducción de la pobreza y el incremento de
la producción en países en desarrollo y 2). La disminución de la amenaza del
comunismo mediante el fomento de la prosperidad de los países bajo el modelo
capitalista20. Principios rectores definidos en el discurso de los cuatro puntos del
Presidente Truman en 1949.
Para 1970, USAID inicia un cambio en las prioridades, alejándose levemente de
los programas de ayuda técnica y asistencia económica e implementa un enfoque
hacia las necesidades básicas priorizando: alimentación y la nutrición, planeación
demográfica, salud, educación y desarrollo humano, en sintonía con los países
miembro de la Organización de Naciones Unidas, quienes con el ánimo de
dinamizar las apuestas al desarrollo reafirman en el Segundo Decenio para el
Desarrollo21 la obligación de los países desarrollados, planteada en el primer
20
Id ídem 21
Iniciativa oficializada a través de la resolución 2626 (XXV) de la Asamblea General de Naciones Unidas.
24
decenio: destinar mínimo el 1% del PIB para la Ayuda Oficial a los países en
Desarrollo sin que ello se convierta en una herramienta para la intervención en los
asuntos internos de los países beneficiarios (Garcia, 2007).
Gráfico No. 4
Por lo anterior, entendiendo este relación “gana-gana” en la cual si el país receptor
de cooperación prospera y sus indicadores económicos mejoran, está en
capacidad de mejorar la relación comercial y fortalecer su industria interna al punto
de estar en condiciones de participar en el libre mercado, reducir las barreras
arancelarias, cuotas y barreras para-arancelarias, es fácil comprender las
prioridades definidas para la tercera década de existencia de USAID.
La década de los 80´s, también conocida como la década pérdida, vio acontecer la
crisis de la deuda a lo largo y ancho de los países en desarrollo, los fuertes golpes
a las economías internas de dichos países, la priorización de USAID a la
25
cooperación enfocada a la convergencia a la economía de mercado y, por
supuesto, el surgimiento del Consenso de Washington (Martinez & Soto, 2012)22.
El cual, trajo consigo un nuevo paquete de reformas neoliberales, como
condiciones de la ayuda al desarrollo, los préstamos de organismos
internacionales necesarios para la recuperación económica, y la refinanciación de
la deuda, dando nueva vigencia a las relaciones verticales entre los países del
norte y los del sur.
Gráfico No. 5
Así, durante la segunda mitad del Siglo XX, la Cooperación Internacional de
Estados Unidos tuvo como factor preponderante el apoyo al desarrollo económico,
la cual efectiva o no en los países receptores, ciertamente ha contribuido al
crecimiento de la economía interna del país septentrional, aunque no de forma tan
pronunciada en el resto del continente americano. Como puede evidenciarse en el
gráfico No. 6.
22
Paquete de reformas estructurales firmados en 1944, los cuales buscaban el desarrollo, la estabilidad financiera internacional y la liberalización del comercio. (Martínez y Soto, 2012)
26
De esta manera, las nuevas instituciones constituidas en torno al desarrollo y la
idea que ello representa, fundamentaron la reconfiguración de las relaciones
internacionales en el marco de lo que Alexander Wendt define como el enfoque
constructivista, el que plantea que las personas se comportan hacia los objetos y
frente a los demás individuos sobre la base de los significados que tales cosas y
personas tienen para ellas (Carvajal, 2009). Es decir, que el relacionamiento
internacional se configura mediante lo que es socialmente aceptado y las
“instituciones” a las cuales se los individuos se adhieren de forma voluntaria,
siendo este el caso de la institución del desarrollo a la que tanto desarrollados
como países en desarrollo han decidido aceptar como instrumento rector.
Gráfico No. 6
Así, a partir de la institucionalización, cómo es posible evidenciarse en la
tendencia de cooperación de USAID, organismos multilaterales, asociaciones o
agencias nacionales como nuevos actores internacionales, los esfuerzos fueron
focalizados para promover el desarrollo a partir de la teoría de industrialización de
27
Walt W. Rostow, la cual define que un Estado debe atravesar cinco etapas para la
modernización, iniciando por el paso por una Sociedad tradicional atrasada, la
Gestación de las condiciones previas al despegue, el despegue, la Marcha hacia
la madurez para llegar finalmente a la Era del alto consumo de masas, es decir, la
explotación máxima de la industrialización y el desarrollo económico como
consecuencia, lo cual genere excedentes de capital que le permitan realizar
inversiones sociales.
Siendo esta teoría la hoja de ruta que han seguido los países desarrollados de
manera exitosa, constituye precisamente uno de los problemas del desarrollo en
los países de la periferia y una de las principales razones para el origen de la
Cooperación Sur-Sur.
Siendo el modelo exitoso en los países industrializados, estos asumieron que
sería igualmente exitoso al ser replicado de manera exacta en el sur, sin embargo
por las características particulares en cada país, los modelos se presentaron
imperfectos y en algunas ocasiones, contractores del desarrollo, como en el caso
del modelo cepalino y el Consenso de Washington que para la década de los 90´s
acentuaron la crisis en algunos países de América Latina.
Este mismo problema se presentó con la Organización de Naciones Unidas, la
cual para 1970 oficializa bajo la resolución 2626 (XXV) el Segundo decenio del
Desarrollo, mediante el cual definió de forma algo arbitraria las cifras de la tasa de
crecimiento de debían alcanzar los países en desarrollo y las políticas económicas
que debían adoptar para la expansión de la producción agrícola, manufacturera,
del ahorro, de las importaciones y exportaciones (Asamblea General de Naciones
Unidas, 1970). Lo anterior, como condición para la obtención de recursos
financieros para el proceso de modernización, el cual buscaba conseguir un
crecimiento moderado que redunde en crecimiento sostenido y una ayuda sin
condicionalidad por parte de los cooperantes tradicionales.
28
Sin embargo, pese a que la resoluciones de Naciones Unidas en torno a los
Decenios del Desarrollo enfatizan en que esta ayuda no puede convertirse en un
instrumento de limitación a la soberanía de los países en desarrollo, ciertamente
las relaciones internacionales norte-sur y la cooperación internacional de la época
se caracterizó por la condicionalidad de la ayuda de cara a los intereses del país
cooperante.
Por esta razón, casi de forma simultánea a la definición de la cooperación
internacional como herramienta para el desarrollo de los países, se da el
surgimiento de foros y escenarios que buscaron la corresponsabilidad de la
cooperación y el empoderamiento en la Ayuda al Desarrollo.
Entre los antecedentes más representativos se encuentra la Conferencia de
Bandung, Indonesia. La cual, se realizó en abril de 1955, con la participación de
29 países africanos y asiáticos y declaró su convencimiento de la necesidad de
una cooperación amistosa en conformidad a 10 principios23 y el desarrollo de la
paz y seguridad internacional.
23 1. Respeto por los derechos fundamentales del hombre y para los fines y principios de la Carta de las
Naciones Unidas. 2. Respeto para soberanía y la integridad territorial de todas las naciones. 3. Reconocimiento de la igualdad de todas las razas y de todas las naciones, grandes y pequeñas. 4. Abstención de intervenciones o interferencia en los asuntos internos de otros países. 5. Respeto al derecho de toda nación a defenderse por sí sola o en colaboración con otros Estados, en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 6. a) Abstención de participar en acuerdos de defensa colectiva con vistas a favorecer los intereses particulares de una de las grandes potencias. b) Abstención por parte de todo país a ejercitar presión sobre otros países. 7. Abstención de actos o de amenaza de agresión y del uso de la fuerza en los cotejos de la integridad territorial o de independencia política de cualquier país. 8. Composición de todas las vertientes internacionales con medios pacíficos, como tratados, conciliaciones, arbitraje o composición judicial, así como también con otros medios pacíficos, según la libre selección de las partes en conformidad con la Carta de las Naciones Unidas. 9. Promoción del interés y de la cooperación recíproca. 10. Respeto por la justicia y las obligaciones internacionales.
29
En cuanto a la cooperación en el campo económico-social y cultural contribuiría a
crear una común prosperidad y el bienestar de todos24 , fijando no solo el principio
de la búsqueda de relaciones más igualitarias sino las bases para el “Movimiento
de los No Alineados”, con el fin de apoyar principalmente la autodeterminación de
los pueblos, el repudio al Apartheid, lucha contra el imperialismo, el desarme, la no
injerencia en los asuntos internos de los Estados, el fortalecimiento de la
Organización de Naciones Unidas, la democratización de las relaciones
internacionales, el desarrollo socioeconómico y la reestructuración de un sistema
económico internacional sin coordenadas (Tassara, 2012).
No obstante, los avances más relevantes de la década se consolidan en el marco
de Naciones Unidas, la cual hace uso de la celebración anual de su Asamblea
General para buscar fórmulas que permitan complementar la incipiente
Cooperación Sur-Sur con la tradicional Cooperación Norte-Sur. Creando en 1974
la Unidad Especial de Cooperación Sur-Sur y adoptando en 1978 el Plan para
Promover y Realizar la Cooperación Técnica entre Países en Desarrollo (CTPD),
también conocido como Plan de Acción de Buenos Aires (PABA).
El Plan de Acción de Buenos Aires marco uno de los grandes hitos en la historia
de la cooperación técnica entre países en desarrollo, llamando a las partes a dar
prioridad a este tipo de cooperación en sus estrategias como instrumento vital
para el fomento de la Cooperación Sur-Sur (PNUD, 1994).
Posteriormente, al finalizar el Siglo XX, con el fin de la guerra fría, la bipolaridad en
el sistema internacional y los remanentes del socialismo en un nuevo sistema
multipolar, la Cooperación Internacional de Estados Unidos, como uno de los
principales cooperantes en América Latina, se enfocó en el desarrollo sostenible y
el fortalecimiento de la Democracia con sistemas económicos abiertos y
24
Historia del Siglo 20, Conferencia de Bandung, 1955 Declaraciones en favor del desarrollo de la paz y la cooperación mundial.
30
orientados al mercado (USAID), dejando una serie de espacios disponibles, en
materia de desarrollo económico, que pasaron a ser cubiertos por potencias
regionales, quienes al repuntar el Siglo XXI contaban con algunos recursos para
cooperar con países en sus condiciones o más pobres y las capacidades técnicas,
promovida como primera medida de cooperación dado su rápido impacto en los
países receptores y menores costos para los países cooperantes.
Como segundo elemento para el distanciamiento de la cooperación
estadounidense y como promotor para la cooperación de potencias emergentes en
la región, se evidencia que si bien la economía y las dinámicas del mercado fueron
la prioridad lineal en la segunda mitad del siglo pasado, con el cambio en el
discurso de seguridad nacional y el enfoque del neoliberalismo enfatizando en la
necesidad que las instituciones del Estado faciliten el libre mercado (Essex, 2008),
junto a los dos principales acontecimientos de la primera década del siglo, las
prioridades definidas para la ayuda al desarrollo a través de USAID se determinan
a partir de las circunstancialidad del país del norte y no del consenso global,
mediante cumbres como la celebrada en el año 2000 en Nueva York, Estados
Unidos, donde los países miembro de la Organización se comprometieron a
eliminar la pobreza mediante el cumplimiento de ocho objetivos25 que buscan
atacar los principales problemas y retos que aquejan a la humanidad, conocidos
como los Objetivos del Milenio.
Sin embargo, dada la vulneración del poderío de Estados Unidos en su propio
territorio, con el ataque a las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en
Washington el día 9 de Septiembre de 2011 y las cientos de pérdidas humanas, se
ocasionó un vertiginoso cambio en su política exterior y su relacionamiento con los
25
1). Erradicar la pobreza extrema y el hambre, 2). Lograr la enseñanza primaria universal, 3). Promover la igualdad entre los sexos y el empoderamiento de la mujer, 4). Reducir la mortalidad de los niños menores de 5 años, 5). Mejorar la salud materna, 6). Combatir el VIH, la Malaria y otras enfermedades, 7). Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente, 8). Fomentar una Alianza Mundial para el Desarrollo.
31
países en desarrollo, realizando una transición de los Objetivos del Milenio a la
redefinición de las prioridades de USAID con miras al fortalecimiento de la ayuda
en el extranjero de cara a los intereses nacionales, fortalecer los estados fallidos
en pro de la democracia y la gobernanza e institucionalizando la lucha contra el
terrorismo en el estandarte de sus acciones exteriores.
Así, mediante la proclamación del “Security Management Act en el 2002” se
formalizó el desprendimiento de la agenda internacional para el desarrollo para la
implementación de la propia en la arena internacional y su lucha contra el
terrorismo.
Un nuevo punto de quiebre se generó en el 2008 con la crisis financiera más
fuerte que ha padecido Estados Unidos desde la crisis de 1929. Ocasionada por la
burbuja inmobiliaria y el comercio de los títulos subprime, los cuales llevaron a una
crisis mundial que contrajo la economía global en un 0,5%, reflejando crecimiento
negativo en el PIB del -2,6% en Estados Unidos, -4,1% en la Unión Europea y -
7,8% en Rusia (Rianovosti, 2010).
Por lo anterior, en respuesta el Departamento de Estado de los Estados Unidos, a
través de USAID, da un nuevo giro para redefinir sus prioridades en otra dirección,
en esta oportunidad a través de “The American Recovery and Investment Act” de
2009, el cual direccionó los recursos humanos, económicos y de su estructura
diplomática para modernizar la infraestructura de la nación, incrementar la
independencia energética, expandir las oportunidades en educación, mejorar el
acceso a la salud, liberar la carga tributaria y proteger a aquellos en condiciones
vulnerables, recuperando así los indicadores con un crecimiento positivo, aunque
tímido.
32
De esta manera, con una horizonte más próspero, y un presidente menos
belicoso, Estados Unidos parece retomar su interés, o campo de maniobra si se
quiere, apostándole nuevamente a la promoción del libre mercado, al fomento de
la industria en su territorio y la ciencia y tecnología, como lo hizo en los orígenes
de USAID y el fortalecimiento de la propiedad intelectual, la inversión y la
democratización del conocimiento (Essex, 2008), lo que le ha permitido
recuperarse, como puede evidenciarse a continuación:
Gráfico No. 7
Así, en el marco de nuevos paradigmas y la articulación entre desarrollo, comercio
y seguridad, se evidenció, como ejemplo, un nuevo giro en la cooperación
estadounidense para los países americanos en la región andina, Bolivia,
Colombia, Ecuador y Perú, con el sistema de preferencias arancelarias ATPA
(Andean Trade Preference ACT), posteriormente el ATPDEA (Andean Trade
Promotion and Drug Erradication Act). Los cuales buscaron ofrecer alternativas al
cultivo y procesamiento de la coca, otorgando ventajas de acceso al mercado
estadounidense para productos de la región y diversificar la base exportadora de
33
los cuatro países mencionados a través del estímulo que puedan generar esas
preferencias a la inversión nacional o extranjera en sectores no tradicionales
(Garay, s.f.). Los cuales estuvieron vigentes entre 1991 al 2001 y 2002 hasta 2006
respectivamente y fueron remplazados por la firma de Tratados de Libre comercio,
en el caso de Colombia y Perú.
Lo anterior basado en el supuesto que los estados débiles podrían convertirse en
el paraíso de terroristas y bandas criminales, siendo una posible amenaza para los
intereses internos y externos de los Estados Unidos (Essex, 2008).
Sin embargo los espacios que Estados Unidos dejo libres en la región ya estaban
siendo cubiertos por otros países quienes en menores dimensiones han generado
alternativas políticas y económicas para los países de la región.
1.1. La Cooperación Internacional al Desarrollo en América Latina, post
teoría de la Modernización.
De cara a la Teoría de la Modernización (desarrollo) de Rostow, por su grado de
industrialización y el dinamismo de su economía, América Latina es considerada
una economía tradicional26 (no desarrollada), la cual debe seguir el proceso de
modernización que implica el completar e incluso reproducir las etapas que
caracterizaron la transformación social de Estados Unidos y Europa del Este,
países que fueron definidos como el futuro de los países en desarrollo por sus
sistemas políticos, sociales y económicos (Cardoso & Faletto, 1969).
26
Según Cardoso en “Dependencia y Desarrollo en América latina”, las economías tradicionales o no desarrolladas son aquellas caracterizadas por un sistema económico con un sistema primario predominante, una gran concentración del ingreso, mínima diversificación en sus sistemas de producción y un mercado externo superior al interno.
34
Como economía tradicional y productor de materia prima en lugar de bienes
industriales, América Latina se encuentra ubicada en la periferia del sistema
económico internacional, lo que supedita las relaciones con los centros
económicos bajo criterios de dependencia. Aunque bien es cierto que las ventajas
del progreso técnico se han concentrado principalmente en los centros
industriales, sin traspasarse a los países que forman la periferia del sistema
económico mundial; el aumento de productividad en los países industriales ha
estimulado la demanda de productos primarios y ha constituido así un elemento
dinámico importantísimo en el crecimiento de América Latina (Prebisch, 1949).
Gráfico No. 8
Fuente: Elaboración propia con datos del informe “Regional Distribution of ODA by Individual DAC
Donors” de la OCDE.
Sin embargo, no solo la construcción discursiva de los países desarrollados fijaron
los preceptos de las relaciones con el tercer mundo. Mientras Estados Unidos
15,1
12,9
10,7 9,7
8,5
14,1
8,9 7,3
9,1
5,3
12,1
8,9 10,2
6,7
0,2 0,0
2,0
4,0
6,0
8,0
10,0
12,0
14,0
16,0
Luxemburgo EstadosUnidos
Alemania Paises bajos Japón
Evolución de la Cooperación al Desarrollo, por país donante, en América Latina como
receptor
2002-2003
2007-2008
2012-2013
35
dinamizaba las economías en los mercados de los países en desarrollo, quienes
no solo actúan como proveedores de materias primas, sino como consumidores
de sus productos terminados y demandantes de sus recursos de cooperación,
evidenciando la necesidad del centro que tiene la periferia para el desarrollo de
sus economías y dinamización del mercado para avanzar en su proceso de
modernización. A lo que hacen referencia Cardoso y Faletto en su Teoría de la
Dependencia.
Es decir, el sistema capitalista internacional está unido por el capitalismo
comercial y el capitalismo industrial, cuando los centros económicos se expanden,
integran a las periferias que entran a ocupar diferentes eslabones como
proveedores de materia prima, supeditando su desarrollo a la expansión de los
centros en el sistema (Cardoso & Faletto, 1969).
Esta integración puede evidenciarse no solo en los clusters industriales para
responder a la demanda internacional de productos y servicios, sino en la
integración regional como estratégica para hacer frente de una forma más
consolidada a las dinámicas económicas, políticas y de seguridad en una región
determinada.
Por lo anterior, si bien puede pensarse que la Cooperación Sur-Sur en América
Latina es un fenómeno reciente, tendencias asociadas a las críticas del modelo de
desarrollo basado en la teoría de la modernización han abierto la discusión para
incluir en el concepto de desarrollo, temas ambientales y el desarrollo humano y
sostenible (Mora, 2006), abriendo las puertas para una de las primeras iniciativas
en el sur del continente originada en 1978 con el Tratado de Cooperación
Amazónica, en el que Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y
Venezuela, decidieron unir esfuerzos con miras a crear una política común para la
36
región amazónica bajo cinco principios fundamentales: exclusividad de los países
de la región en el desarrollo y protección de la Amazonía, soberanía nacional para
la utilización y preservación de los recursos naturales, cooperación regional como
forma de facilitar el cumplimiento de los objetivos, equilibrio y armonía entre el
desarrollo y la protección económica y absoluta igualdad entre los países los
países signatarios del tratado (Ishida, 2007), o bien el tratado de San José de
Cooperación Energética suscrito en 1980 por México y Venezuela para el
suministro de petróleo a diez países27 de centro américa y el caribe con facilidades
de pago (Ojeda, La Cooperación Sur-Sur de Venezuela en el Siglo XXI, 2012).
Sin embargo, mientras Sanahuja (Sanahuja, 2010) considera que la Cooperación
Sur-Sur no representa mayores cambios frente a los intereses ulteriores de la
Cooperación Norte-Sur, ciertamente Bruno Ayllón resalta que el éxito de la
Cooperación Sur-Sur se fundamenta en el dialogo político de naciones pares que
comprenden como las asimetrías del sistema económico internacional afectan a
los países y como después de sortearlas efectivamente están en capacidad de
cooperar entre ellos (Ayllón B. , América Latina en el Sistema Internacional de
Cooperación al Desarrollo, 2006), lo que gracias a la corresponsabilidad genera un
efecto multiplicador entre los “nuevos donantes”, “donantes emergentes” o non-
DAC donors (Benzi & Zapata, 2013).
27
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Belice, Haití y Jamaica
37
2. EL SURGIMIENTO DE LA COOPERACIÓN SUR-SUR EN AMÉRICA
LATINA: CASO BRASIL Y VENEZUELA
“La cooperación Sur-Sur ofrece soluciones reales y concretas a problemas de desarrollo
comunes. El intercambio de buenas prácticas , la financiación de proyectos piloto en
lugares remotos, el suministro de capital para ampliar los proyectos que han tenido
buenos resultados, la producción de bienes públicos regionales, el desarrollo y la
adaptación de tecnologías apropiadas, son oportunidades que la comunidad internacional
debería aprovechar mejor”.
-Ban Ki-Moon, Secretario General de Naciones Unidas, Septiembre de 2013-
Con el agotamiento del modelo desarrollista de la segunda posguerra y del modelo
económico cepalino basado en la Sustitución de Importaciones, al finalizar la
década de los ochenta y la crisis de la deuda externa, América Latina inicia la
transición hacia un modelo neoliberal propuesto por el Consenso de Washington,
con miras al progreso y la modernización en la región (Guillén, 2007).
Sin embargo, los principios del Consenso de Washington lejos de fijar las
herramientas para un desarrollo a la medida de las características y
potencialidades de la región, estableció un nuevo capítulo en la serie de modelos
económicos impuestos y determinó lo que podría definirse como punto de partida
del neodesarrollismo28 en América Latina como búsqueda de identidades y la
implementación de modelos nacionales para el desarrollo.
En sintonía con esta nueva propuesta, para 1990 la CEPAL publicó el informe
“Transformación productiva con equidad. La tarea prioritaria de América Latina y el
28 Según Guillén (Guillén, 2007), el ex Ministro de Hacienda de Brasil, Maílson Da Nogreda: “El
neodesarrollismo como visión moderna, es un conjunto de propuestas de reformas institucionales y de
políticas económicas a través de las cuales las naciones de desarrollo medio buscan, al inicio del siglo XXI,
alcanzar a los países desarrollados… al igual que el antiguo desarrollismo, no es solo una teoría económica:
se basa principalmente en la macroeconomía keynesiana y en la teoría económica del desarrollo, pero es una
estrategia nacional de desarrollo”.
38
Caribe en los años noventa”, el cual además de presentar una alternativa a los dos
modelos, el desarrollista y el neoliberal, postuló como objetivos de la región el
crecimiento, una mejora en la distribución del ingreso y la calidad de vida, así
como la consolidación de procesos democratizadores, mayor autonomía e
iniciativas para detener el deterioro ambiental en el camino a la definición de un
modelo propio de desarrollo (Mora, 2006).
Gráfico No. 9
No obstante, con un nuevo ensayo y error en la ruta de la modernización basada
en estos modelos foráneos, algunos países de la región como Brasil y Venezuela
redefinieron sus estrategias internas en busca del desarrollo sobre estrategias
nacionales, logrando convertirse en dos actores de la Cooperación Sur-Sur, uno
bajo un modelo exitoso y el último destinado al fracaso dado su fundamento en un
recurso no renovable y altamente dependiente de los precios internacionales,
como respuesta al interés de posicionarse como actores globales y la disminución
39
de la Ayuda Oficial al Desarrollo de los cooperantes tradicionales en la segunda
mitad de los años 90´s29. Lo cual se analizará con mayor detalle a continuación.
Tabla No. 1
2.1. Brasil: lucha contra el hambre y la pobreza, gobernanza global y
multilateralismo
(…)En mi Gobierno, la acción diplomática del Brasil estará orientada por una perspectiva
humanista y será, antes de todo, un instrumento del desarrollo nacional… el
relacionamiento externo del Brasil deberá contribuir para la mejora de las condiciones de
vida de la mujer y del hombre brasileños, elevando los niveles de renta y generando
empleos dignos(…)La gran prioridad de la política externa durante mi Gobierno será la
construcción de una América del Sur políticamente estable, próspera y unida, con base en
ideales democráticos y de justicia social(…)
- Discurso de Posesión de Luiz Inacio Lula Da Silva, Enero 4 de 2003-
De acuerdo a las estadísticas de 2014 del World factbook de la Central de
Inteligencia de Estados Unidos, Brasil es un país megadiverso, es el quinto país
más grande del planeta, siendo el más grande de Latinoamérica, y el sexto más
29
Véase Tabla No. 1
40
poblado del mundo. Sin embargo, el interés político del país de sur va más allá del
liderazgo que pueda obtener en el Sistema Internacional sus características
naturales; el país austral busca pasar de un Global Trader a Global Player (Duarte
& Trinidade, 2008).
Para ello, Brasil como potencia intermedia (Flemes D. , 2012) ha definido tres
grandes apuestas: la exportación de su modelo de lucha contra el hambre y la
pobreza, la reformulación del balance de poder en la gobernanza global y la
implementación del multilateralismo como componente fundamental de su política
exterior. Lo cual, si bien se ve materializado con mayor fuerza y de forma
integrada a partir del mandato presidencial de Luiz Inácio Lula Da Silva (2003-
2011), es posible evidenciar iniciativas, en la segunda mitad del siglo XX.
De acuerdo a la Agencia Brasilera de Cooperación, ABC, la primera iniciativa para
la implementación de un sistema de Cooperación Internacional en el país
sudamericano se da en 1950 con la creación de la Comisión Nacional de
Asistencia Técnica, la cual fue conformada por la Secretaría de Planeación, el
Ministerio de Relaciones Exteriores y de Ministerios Sectoriales y fue inicialmente
creada para centralizar las solicitudes de cooperación técnica que realizaban
instituciones brasileras a organismo a instituciones internacionales, es decir, para
centralizar los flujos de cooperación internacional para Brasil como receptor.
Posteriormente, a partir del gobierno de Ernesto Geisel (1974-1979), Brasil se
compromete con la fijación de un nuevo orden mundial en el que los países en
desarrollo tengan mayor preponderancia en el devenir del Sistema Internacional.
41
Por ello entre el gobierno de Geisel y Sarney (1985-1988) se definió la
diversificación de las relaciones diplomáticas y comerciales, la denuncia de las
asimetrías en los regímenes internacionales y la activa vinculación en plataformas
multilaterales como el Movimiento de los No Alineados y el G-77, así como el
posicionamiento de Brasil como país en desarrollo y la reivindicación en el diálogo
en las coordenadas Norte-Sur y no en las Este-Oeste (Duarte & Trinidade, 2008).
Por esta razón, conscientes de la necesidad de una estructura institucional capaz
de soportar las transformaciones en la política interna y el aumento en los flujos de
cooperación, se crea en 1987 bajo el decreto Nº 94.973 y el apoyo del Programa
de Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD, la Agencia Brasilera de
Cooperación, como parte del Ministerio de Relaciones Exteriores, la cual es la
responsable de planear, coordinar, negociar, aprobar, ejecutar, acompañar y
avalar a nivel nacional, programas, proyectos y actividades de cooperación para el
desarrollo en todas las áreas del conocimiento, recibida de otros países y
organismos internacionales y aquella entre Brasil y países en desarrollo30.
Desde este momento, el país suramericano se involucra de forma más expedita no
solo en la cooperación internacional como país receptor, sino que, en un intento
de diversificar las relaciones internacionales, adjudica el rol de regulador de la
cooperación internacional entre países en vías de desarrollo a la ABC.
Por su parte, como un giro a la política exterior brasilera post régimen militar,
Fernando Collo de Mello, Presidente entre 1990-1992 buscó la inserción
internacional a través del acercamiento a Estados Unidos como herramienta para
la inserción internacional y el desarrollo nacional. Lo cual es descrito por Rafael
30
Tomado de la sección “Historia” del sitio web de la Agencia Brasilera de Cooperación. www.abc.gov.br
42
Duarte y Manuela Trinidade a través de tres aspectos: el reconocimiento del
agotamiento del modelo de desarrollo cepalino; la necesidad de la modernización
mediante la internacionalización y la necesidad del fortalecimiento de la agenda
con el país del norte como puente de acceso a la escena internacional.
Ahora, bien es cierto que el distanciamiento del modelo desarrollista cepalino y el
interés de la aceptación de Estados Unidos, llevaron a Brasil a adoptar el modelo
de desarrollo del Consenso de Washington, un modelo que mostró su poca
aplicabilidad en los países de la región, e impulsó al país a compararse, a través
de la internacionalización, con los países desarrollados, lo que implicó la
imperante necesidad de innovar en la industria, el comercio, proteger la propiedad
intelectual, diversificar sus socios comerciales y la reformulación de un modelo de
desarrollo autóctono (neodesarrollismo) que le permitiera escalar de país en
desarrollo a potencia regional.
Sin embargo, después de la destitución de Collor de Mello, la finalización del
mandato de Itamar Franco (1992-1994) y la implementación del paquete de
reformas neoliberales del Consenso de Washington, Fernando Henrique Cardoso
(1995-2002) recibe un país, que lejos de estar en las condiciones de potencia
regional esperadas, estaba atravesando por una profunda crisis económica.
Para 1994, Cardoso, aún como funcionario del Gobierno de Franco puso en
marcha un plan de estabilización económica, mezclando los conceptos
neoliberales de la época con la intervención del estado, denominado el Plan Real.
El cual, mediante la creación de un Programa de Acción Inmediata (PAI), para
aliviar las necesidades más apremiantes de la crisis, la unificación de mecanismos
cambiarios por medio de la Unidad Real de Valor (URV), la congelación de los
43
salarios y la introducción de una nueva moneda, el Real, el cual remplazaba el
cruceiro, quitándole tres ceros a la moneda. Todo ello en su conjunto, para frenar
la inflación y dinamizar el mercado (CIDOB, 2011).
El éxito de esta restructuración llevó a Cardoso a lanzarse a la Presidencia de la
República para ser electo sobre Lula Da Silva.
Durante su presidencia, Cardoso no solo implementó reformas económicas sino
que basó su política exterior en acciones integracionistas bajo la estratégia de
“círculos concentricos”, definiendo como prioridad, y medida de escala, Mercosur
en primer lugar, seguido por América del sur, el ALCA y la Unión Europea en su
circulo final, abonando el terreno para la estratégia que sería desarrollada con
mayor fuerza por Lula y posteriormente por Dilma Rousseff, la integración regional
activa como herramienta para la inserción internacional, el fortalecimiento y
diversificación del comercio con el animo de ser un global trader a corto plazo y un
global player en el largo (Duarte & Trinidade, 2008).
De esta manera, la apuesta por el liderazgo regional en Mercosur, UNASUR y los
BRICS31, la vinculación de las Fuerzas Armadas en la misión de Naciones Unidas
para Haití, MINUSTAH32, empezó a disponer el terreno para aumentar su cuota de
poder en el sistema internacional, pasar de receptor a cooperante e incluso
reformular el balance de poder en la sociedad de naciones con miras a postularse
como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Ayllón
B. , Mutaciones y reconfiguraciones de la Cooperación Internacional para el
Desarrollo, 2013).
31
Acrónimo para agrupar el foro conformado por las economías emergentes, potencias medias, Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. 32
MINUSTAH es la Misión de Estabilización de Haití después de terremoto de enero de 2012
44
Estas líneas de actuación fue determinada como estandarte del candidato del
partido de los trabajadores, Luiz Inacio Lula Da Silva, quien en su discurso de
posesión como presidente presentó como prioridad la construcción de una
América del Sur políticamente estable, próspera y unida, con base en ideales
democráticos y de justicia social (…)33, la lucha contra la pobreza y el lobby para
lograr la aprobación de la adhesión de nuevos miembros en el Consejo de
Seguridad de Naciones Unidas.
Sin embargo, consciente que para ser un global player las relaciones diplomáticas
no podrían limitarse a la región, Lula desde su primer año de mandato realizó una
serie de giras por países principalmente en desarrollo y organismos
internacionales, para la presentación de su programa de seguridad alimentaria,
los programas de dinamización del mercado como bolsa familia, la promoción del
país como destino de inversión y la generación de acuerdos comerciales y de
cooperación técnica.
Si bien en ambos mandatos de Lula, la diplomacia presidencial estuvo presente,
es posible evidenciarlo de forma más marcada en el primer año y medio como
presidente, en el cual el primer mandatario realizó más viajes que en todo el
mandato completo de su predecesor, Cardoso (Actis, 2011). De igual manera fue
evidente la variación en los destinos e interlocutores con los que interactuaron,
dando especial prioridad a países en desarrollo en América Latina,
correspondiente al 60% de las visitas realizadas entre el 2003 y el 2006 y África,
correspondiente al 25%; sobre medio oriente, Europa y Norte América (Duarte &
Trinidade, 2008).
33
Discurso de Posesión de Luiz Inacio Lula Da Silva, Enero 4 de 2003
45
Tabla No. 2
Para Actis (Actis E. , 2011), en el ámbito del desarrollo y la cooperación, una de
las estrategias de Lula se fundamentó en la transformación productiva desde las
condiciones microeconómicas, es decir, no solo crear condiciones internas sino
promover la oferta, lo que llevó al país no solo a sacar a 28 millones de brasileros
de la pobreza, reducir la desigualdad y mejorar el acceso a la educación, sino a
logro pasar del deudor del Fondo Monetario Internacional pagando una deuda que
ascendía a 16.000 millones de dólares para ser luego prestatario de 14.000
millones de dólares34, oficializando las capacidades técnicas requeridas por otros
países en desarrollo e incluso potencias medias o regionales como Sudáfrica, uno
de los mayores beneficiarios y aliados de la cooperación al desarrollo del Brasil,
para lograr la transición al desarrollo con modelos más ajustados a sus
particularidades con un hibrido entre el neoliberalismo y el neodesarrollismo.
A partir de estas nuevas condiciones en capacidades técnicas, conocimiento
ambiental, capacidades militares y recursos líquidos disponibles, Brasil inclina la
34
Entrevista Revista Semana al Presidente Inacio Lula Da Silva, disponible en: http://www.semana.com/mundo/articulo/asi-saco-gobierno-lula-da-silva-28-millones-brasileros-pobreza/244371-3
46
balanza en su favor para el ingreso al club de los decisión-makers y promotores
del desarrollo entre los países no industrializados para la construcción de un
discurso diferente entorno al desarrollo a partir de la teoría de la modernización o
el modelo del Consenso de Washington y el fortalecimiento de relaciones con los
otros en desarrollo mediante el modelo de cooperación Sur-Sur en torno a
dimensiones políticas, comerciales y técnicas(Ayllón B. , 2012).
Para ello, Brasil ha realizado un importante esfuerzo para incrementar los flujos de
cooperación internacional en asistencia humanitaria, pasando de USD 0,7 millones
en el 2005 a USD 43,5 millones en el 2009; de USD 17,5 millones a USD 48,8
millones en Cooperación técnica, científica y tecnológica; y, aún de forma más
significativa, a organismo internacionales al pasar de USD 189 millones a USD
247,6, siendo este último una clara evidencia del interés de Brasil de influir en la
gobernanza global.
Tabla No. 3
47
Por otra parte, haciendo uso del softpower, Brasil ha buscado extender su área de
influencia y abanico de aliados entre países que comparten sus vocación y
principios para el relacionamiento internacional, ha buscado crear escenarios
como el Foro IBSA o G335 creado en 2003 con India y Sudáfrica para establecer
una “coalición interestatal entre poderes regionales”, pero al mismo tiempo
aprovechar las plataformas como los BRICS36 para reafirmarse como país
emergente y posicionarse en el imaginario colectivo potencia regional (Ayllón B. ,
2012).
Según Esteban Actis, desde el inicio del Gobierno de Lula hasta julio de 2010
fueron ejecutados, bajo coordinación de la ABC, un total de 475 proyectos de
cooperación técnica y 1.014 actividades aisladas (misiones formativas, visitas de
técnicos, etc.). Por regiones, la distribución financiera de estos proyectos se
concentraba en África (48% y 36 países beneficiarios), América Latina y Caribe
(41% y 30 países beneficiarios) y Asia/Oriente Medio (11%) y los principales
sectores de actuación fueron aquellos donde las capacidades y conocimientos
acumulados por las instituciones brasileñas son más relevantes y reconocidos,
encabezados por la agricultura (21,8%), la salud (16,2%), la educación y
capacitación técnica (12,1%), el medio ambiente (7,43%), la seguridad (6,2%), la
administración pública (5,8%) y el desarrollo social (5,3%).
Así mismo, en una clara señal del interés de convertirse en una alternativa a los
polos de poder estadounidense y europeo en el sistema internacional tradicional,
Brasil junto a Rusia, India, China y Sudáfrica anunciaron la creación de un banco
de fomento enmarcado en los BRICS como alternativa a los tradiciones Fondo
Monetario Internacional y Banco Mundial, con el objetivo de financiar la
35
Foro de dialogo formalizado entre Brasil, India y Sudáfrica a través de la declaración de Brasil de Junio de 2003. 36
Acrónimo empleado por Jim O´Neill en 2001 para agrupar las principales economías emergentes de la época: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica
48
modernización de infraestructura, el desarrollo sostenible y la carencia de
reservas internacionales en periodos de crisis en países en desarrollo (Ontiveros,
2014).
Gráfico No. 10
Fuente: elaboración propia a partir de datos en “La estrategia "hibrida" de desarrollo del gobierno de Lula: neodesarrollismo heterodoxo” (Actis, 2011)
En cuanto a la región, Brasil en el rol de paymaster y promotor de la integración en
América del Sur y lucha contra la pobreza se ha convertido en el mayor
financiador del Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur, FOCEM, así
como la estructuración de líneas de crédito para la actualización de infraestructura
a través del Banco Nacional para el Desarrollo Económico y Social, BNDES
(Ayllón B. , 2012).
Otra de las líneas con las cuales Brasil hace presencia en países desarrollados y
en vías de desarrollo es a través de la Inversión Extranjera Directa, la cual ha
Mozambique; 15,70%
Timor Oriental; 15,10%
Guinea Bissau; 14,40%
Haití; 13,10%
Cabo Verde; 9,70%
Paraguay; 7,45%
Guatemala; 6,30%
Santo Tomé y Prícipe; 6,90%
Angola; 4,76% Urugay; 3,26%
Cuba; 2,90%
Países receptores de la AOD de Brasil entre 2005 y 2010
49
incrementado de USD 4.000 millones en el año 2000 a USD 11.000 en el 2010
con el punto más alto en el año 2008 cuando alcanzó cerca de los USD 30.000,
con América del Sur como mayor receptor con el 30,9%, seguido de Europa con el
21,1%, Asia con el 16,8%, Norteamérica con el 12,6%, África con el 9,6%, Centro
américa y Oceanía con el 7,4% y 1,7% respectivamente (Moron, 2013).
Gráfico No. 11
En sumatoria, Brasil no solo ha ganado credibilidad en el sistema internacional por
el pragmatismo en su política exterior, sino por el respeto al derecho internacional,
los regímenes internacionales, pero ante todo, por la consciencia de las
responsabilidades éticas que tiene como potencia regional con aspiraciones
globales (Ayllón B. , 2012).
50
Responsabilidades éticas que nos llevan a la tercera variable, la lucha contra el
hambre y la pobreza.
Para el 2003, con la posesión de Lula, el individuo toma relevancia en la política
exterior de Brasil, no solo por el rol del presidente como individuo en la diplomacia
brasilera, sino por la apuesta para mejorar las condiciones de vida de cada uno de
los brasileros, proporcionándoles libertades y herramientas para el desarrollo del
ser humano. Lo anterior, como parte de la política interna que después fue
utilizada como herramienta para el posicionamiento a nivel internacional del país.
De esta manera, en una empresa que inicio muy solitaria pero muy firme para el
primer mandatario, surgen los programas para el acceso a una alimentación
adecuada Fome Zero (Hambre cero) y el programa de transferencia de renta
Bolsa Familia, como estandarte de lo que Lula definió en una de sus alocuciones
del 2004 como “(el hambre) la peor de las armas de destrucción masiva, pues
ataca a millones de personas cada año”.
Ambos programas, bajo el Ministerio Extraordinario de Seguridad Alimentaria y
Combate al Hambre, creado específicamente para su administración, contaron con
tres tipos de políticas, estructurales, específicas y locales37, las que a través de los
componentes: apoyo a la agricultura familiar y la producción para el auto consumo,
bancos de alimentos, comedores populares, fortalecimiento a las estructuras para
abastecimiento y agricultura urbana, en el caso de FOME ZERO, y transferencia
de recursos, en el caso de Bolsa Familia, facilitaron el acceso a alimentos a
37
Juliana Martínez define las políticas estructurales como las que apuntan a atacar las causas del hambre y la pobreza, las específicas para la atención directa a las familias en el acceso a alimentos y las locales aquellas que facilitan la implementación de los programas en los municipios y por la sociedad civil.
51
familias pobres y en condiciones de miseria e indigencia38 en el país (Martinez,
2014).
Definida la estructura al interior del país para la implementación y puesta en
marcha de los programas, Lula inició la campaña en el exterior para generar una
coalición para que la lucha contra el hambre y la pobreza se convirtiera en una
lucha de todas las naciones del mundo, más allá de los Objetivos del Milenio, en
las cuales el flagelo del hambre está presente, en mayor o menor medida.
Gráfico No. 12
Fuente: elaboración propia con datos del Banco mundial, disponibles en:
http://databank.worldbank.org/data/views/reports/tableview.aspx?isshared=true
En el primer mes de su mandato como presidente, Lula presentó en el Foro
Económico de Davos una propuesta de crear un Fondo Internacional de Combate
38
Son consideradas familias pobres aquellas que poseen una renta familiar per cápita inferior a 154 reales y en situación de indigencia aquellos con una renta individual mensual inferior a 77 reales (Martinez, 2014)
-5,00%
0,00%
5,00%
10,00%
15,00%
20,00%
25,00%
30,00%
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
Variación de la pobreza y el PIB en Brasil entre el 2000 y el 2012
Pobreza
Crecimiento del PIB
52
al Hambre para los Países en Desarrollo, y de nuevo en la Asamblea General de
Naciones Unidas en 2003, el cual debería ser financiado mediante una tasa sobre
el comercio mundial de armas, sin gran aceptación dada la supuesta duplicidad de
acciones con los fondos del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional
(Martinez, 2014).
Para 2004 Brasil había logrado el apoyo de Chile, Francia y España, con quienes
suscribió la Declaración de Ginebra, así como el apoyo de Kofi Annan, Secretario
General de Naciones Unidas, quien promovió la Cumbre para la Acción contra el
Hambre y la Pobreza celebrada en Nueva York en el mismo año y que derivó en la
suscripción de la Declaración de Nueva York por 110 países miembro de Naciones
Unidas quienes se comprometieron a formar un grupo técnico encargado de
estudiar posibles mecanismos de financiación y captación de recursos para la
erradicación del hambre y la pobreza (Olivé, 2004).
La firma de dicha declaración no solo represento un gran éxito para Brasil en
persona del presidente de la república como líder y abanderado en la lucha global
contra el hambre y la pobreza, sino que al Estados Unidos y Japón ser algunos de
los países que no suscribieron la declaración y de los mayores cooperantes en
América Latina, tácitamente enviaron un mensaje a la comunidad internacional
cediendo liderazgo a Brasil en la lucha contra el hambre y el desarrollo desde la
cooperación horizontal.
De manera simultánea, mientras Brasil busca convencer a la Sociedad de
Naciones del imperativo de la lucha contra el hambre y la redefinición del
desarrollo y sus medios, promueve y pone en marcha con los países del Foro
IBSA, India, Brasil y Sudáfrica, un fondo que desde el 2006 financia proyectos
53
contra el hambre y la pobreza en países menos desarrollados o en postconflicto; el
cual es administrado por la Unidad Especial para la Cooperación Sur-Sur del
PNUD, financiando al 2011 el 45% de los proyectos en África, 22% en América
latina, 19% en Asía y el 13% en Países Árabes (Martinez, 2014).
De esta manera, Brasil no solo logró una coalición de 110 países en pro de un
mayor compromiso en la lucha contra los males que aquejan a 1.200 millones39 de
personas a lo largo y ancho del planeta, sino que ha logrado movilizar importantes
recursos financieros internacionales a través de los foros y alianzas en las que
está vinculado y generar consciencia y espacios en los principales estamentos de
la gobernanza global como la Secretaría General de Naciones Unidas, el PNUD y
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura,
FAO, la cual abiertamente resalta que “La Cooperación Sur-Sur de la FAO se
beneficia de la experiencia de Brasil” (Organización de las Naciones Unidas para
la Alimentación y la Agricultura, 2013).
A nivel de país, Brasil pretende liderar con el ejemplo alcanzando la meta del
primer Objetivo del Milenio, Erradicar la Pobreza Extrema y el Hambre, en el 2012
(La República, 2014) y es por ello que la FAO considera al país austral como “una
referencia internacional en cuanto a políticas de seguridad alimentaria, desarrollo
rural y lucha contra la pobreza” por incorporar la lucha contra el hambre y la
pobreza como objetivos prioritarios del país, articularlos con sus políticas
macroeconómicas y la creación de los marcos legales e institucionales para el
desarrollo de los sistemas nacionales (FAO, 2012).
39
Organización de Naciones Unidas, Objetivos del Milenio. Indicadores primer Objetivo del Milenio, Erradicar la Pobreza Extrema y el Hambre. Disponible en: http://www.un.org/es/millenniumgoals/poverty.shtml
54
A nivel regional durante la Cumbre Latinoamericana sobre Hambre Crónica en
Guatemala (2005) Brasil y Guatemala presentaron la Iniciativa América Latina y
Caribe sin Hambre 2025, IALCSH la cual fue aceptada por los países de América
Latina y el Caribe, dio origen en el 2006 al Proyecto FAO de Apoyo a la IALCSH,
como administrador de la iniciativa, siendo financiado por la Agencia Española de
Cooperación Internacional AECID y formalizándose a través de la Declaración de
Salvador de Bahía, Brasil, en diciembre de 2008 (Oficina regional de la FAO para
América Latina y el Caribe, 2012).
En cuanto a Cooperación Triangular Sur-Sur, Brasil en alianza con la FAO ha
brindado asistencia técnica en dialogo de política entre la sociedad civil y
gobiernos para el desarrollo rural, así como en alimentación escolar, pobreza rural
y agricultura familiar (Martinez, 2014), Mediante la IALCSH, el Dialogo Brasil-África
sobre Seguridad Alimentaria, lucha contra el Hambre y Desarrollo Rural y la
reforma del Comité de Seguridad Alimentaria de la Organización de las Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entre otros (FAO, 2012).
Finalmente, es evidente que Brasil es un caso de éxito de Cooperación Sur-Sur a
nivel mundial. La cual, más allá de representar una herramienta para la
socialización de modelos de desarrollo inclusivo, ha representado una plataforma
para el posicionamiento como potencia emergente y carta de presentación para la
admisión en el club de los decision-maker del sistema internacional.
No obstante a los grandes alcances logrados por el gigante del sur, ahora más
que nunca tiene grandes retos que afrontar para responder a los compromisos
adquiridos en la última década con la Sociedad de Naciones, con marcados
problemas internos de corrupción, inconformidad del pueblo con las políticas del
Gobierno de Dilma Rousseff y la desaceleración económica (Globo, 2015), pero
también de una serie de compromisos internacionales como UNASUR que le
55
demandan esfuerzos y recursos como apuesta para el posicionamiento regional,
pero que con el paso del tiempo se han convertido en una estructura paquidérmica
que más que validarle le enclava en procesos desgastantes e improductivos para
los interés de la nación.
2.2. Venezuela: Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América, ALBA, y PetroCaribe.
“Estamos inventando fórmulas para cooperar con todos los pueblos con que podamos hacerlo en materia energética, dado nuestro potencial. Venezuela tiene grandes recursos,
lo sabemos, pero no podemos ser egoístas ni pretender explotar a los pueblos más pobres, sobre todo a través del petróleo, como cualquier transnacional petrolera
imperialista, no. Ahí tenemos que demostrar nuestro carácter revolucionario y contamos para ello con el
apoyo de todo nuestro pueblo” .
- Discurso “Vengo a denunciar 200 años de agresión”, Hugo Chávez Frías40-
Terminada la dictadura de Marcos Evangelista Pérez Jiménez, entre 1953 y 1958,
Venezuela no solo dio un salto a la democracia, sino que se incorporó en las
nuevas dinámicas en la escena internacional, estructurando la promoción de la
democracia en las naciones como principio rector en sus relaciones
internacionales y el petróleo como instrumento y principal financiador de su política
exterior. El cual influye en los lineamientos del país incluso en mayor medida al
presidencialismo presente en la mayoría de los países de la región.
Según Tahina Ojeda (2010), durante la bonanza petrolera de la década de los
70´s, en el que el valor del barril alcanzó los precios más alto en todo el siglo XX,
40
Discurso pronunciado en el XVI festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Disponible en: www.alopresidente.gob.ve. Recuperado: 28 de Diciembre de 2015.
56
Venezuela se promovía en el mundo como un país democrático, caribeño y
amazónico en aras de ampliar su área de influencia con los países vecinos.
Por lo cual, para 1980, como primer antecedente de cooperación Sur-Sur en el
país, Venezuela suscribe con México el Acuerdo de San José en el ambos países
se comprometen a suministrar a Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Panamá, República Dominicana, Belice, Haití y Jamaica con
facilidades para el pago de la factura, con el objetivo de contribuir a fomentar las
condiciones para el intercambio comercial entre las naciones firmantes del
acuerdo (Ojeda, Experiencias Venezolanas en Cooperación Sur -Sur, 2010).
Sin embargo, afirma Ojeda (2010), para la década de los 80´s, con la crisis del
petróleo, el país buscó crear una identidad como país tercermundista, en
desarrollo y deudor para acceder a los foros políticos de los países en desarrollo
para mejorar su situación económica.
De esta manera, entre promotor de la democracia, pero también país en
desarrollo, líder de plataformas de dialogo de influencia mundial como la
Organización de Países Exportadores de Petróleo, OPEP41, y al mismo tiempo
que promotor del G-77 y el Movimiento de los No Alineados, Venezuela desarrolló
su política exterior, durante la segunda mitad del siglo XX, según el devenir del
Sistema Internacional, el presidente de turno y las fluctuaciones de la economía
internacional y los precios del petróleo.
41
La Organización de Países Exportadores de Petróleo fue creada en 1960 por Irán, Iraq, Kuwait, Arabia Saudita y Venezuela, a quienes después se le unieron Qatar en 1961; Indonesia en 1962; Libia en 1962; Emiratos Árabes en 1967; Algeria en 1969; Nigeria en 1971 y Ecuador en 1973. El objetivo de la organización era coordinar y unificar las políticas en torno al petróleo entre los países signatarios para asegurar precios justos y estables para los productores, suministro eficiente, estable y económico para los consumidores y un retorno justo de capital para los inversionistas (OPEP).
57
Lo cual es posible medirse de cara al activismo de Venezuela en el sistema
internacional frente a la escala de precios del petróleo.
Gráfico No. 13
Fuente: Boletín Económico WTRG, disponible en www.wtrg.com
De acuerdo a la tabla 16, lo puntos de escalada del precio de petróleo se ubican
en el final de la década de los 70´s, donde Venezuela suscribió el Acuerdo de San
José como se trató anteriormente, y de nuevo al final de la década de los 90´s,
cuando el recién electo presidente de la República Hugo Chávez Frías suscribe en
el 2000 el “Acuerdo Energético de Caracas” en el que se compromete a entregar
diariamente a Haití 6.500 barriles de petróleo y financiar el 25% de la facturación.
((Lengyel, 2011:57), citado por: (Ojeda, La Cooperación Sur-Sur de Venezuela en
el Siglo XXI, 2012)).
58
En el mismo año el país suscribió el “Convenio Integral de Cooperación entre
Cuba y Venezuela”, CICCV bajo un modelo de compensación.
Uno de los factores atractivos de la Cooperación Sur-Sur es su condición de
horizontalidad pero también bilateralidad. Es decir, Venezuela como cooperante,
en este caso con Cuba, aportará en el marco del convenio una cuota de barriles
de petróleo al día, pero Cuba, quien según el Informe de Cooperación Sur-Sur en
Iberoamérica es uno de los cinco mayores cooperantes horizontales de la región42,
en contraprestación acordó el traslado y pago del salario de profesionales
cubanos, en su mayoría en ciencias de la salud y educación, para la ejecución de
proyectos sociales del gobierno venezolano (Benzi & Zapata, 2013).
No obstante a la constante de la diplomacia del petróleo en la política exterior
venezolana, con la llegada de Chávez, la orientación del país caribeño
surcontinental cambió sustancialmente al rescatar el ideario de Simón Bolívar para
la instauración de la Revolución Bolivariana, el Socialismo del Siglo XXI, la lucha
contra el imperio, el posicionamiento de Venezuela como potencia energética y la
creación de un sistema político endógeno para la región, promovido por la
Cooperación Sur-Sur intrarregional en contraposición de Estados Unidos, acusado
por Venezuela de imperialista.
Por lo anterior, tomando como base los principios relacionados, los precios
internacionales del crudo al alza43 y la contribución para la integración energética,
el liderazgo y diversificación de mercados para el crudo venezolano como
42
Secretaria General Iberoamericana, Informe de la Cooperación Sur-Sur en Iberoamérica 2014-2014, disponible en: http://www.segib.org/sites/default/files/Informe%20de%20la%20Cooperacion%20Sur-Sur%20en%20Iberoamerica%202013-2014.pdf 43
Ver tabla 17
59
objetivos (Agudelo, 2011), el país ha privilegiado la Cooperación Horizontal-
Bilateral bajo tres programas o líneas de acción: PetroCaribe, la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-ALBA- y el Banco del Sur. Los
cuáles serán ampliados a continuación.
Gráfico No. 14
PetroCaribe
Bajo el precepto de la solidaridad para aliviar el sufrimiento de los más pobres en
las Américas y la coordinación de las políticas energéticas en la región, Chávez
propuso en la II Reunión de Ministros de Energía del Caribe en el 2004 se propuso
la creación de PetroAmérica como continuidad al Tratado de San José (1980) y el
Acuerdo Energético de Caracas(2000), para finalmente suscribir el Comunicado
Conjunto de Montego Bay para la creación de PetroCaribe (PetroCaribe, 2005).
60
Este programa, propuesto como complemento al ALBA-TCP estaba compuesto
por tres programas PetroCaribe, PetroAndina compuesto por la CAN y PetroSur
por los países del MERCOSUR, con miras integrar finalmente toda América
Latina. Sin embargo, la salida de la CAN de Venezuela y la falta de interés de los
mandatarios de los países UNASUR llevó a que solo el Acuerdo de Cooperación
Energética PetroCaribe cobrara vida de en Puerto la Cruz en el 2005 de la mano
de Antigua y Barbuda, Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, Granada, Guyana,
Jamaica, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente
y las Granadinas, Surinam (PetroCaribe, 2005).
Este acuerdo, correspondiente a la principal modalidad de cooperación
venezolana, busca a través de la venta preferencial de petróleo generar ahorro
entre los países signatarios44 mediante la reducción de los costos de financiación
de la compra de petróleo y la supresión de intermediarios para que el ahorro
generado por el comercio directo sea destinado a proyectos sociales para aliviar
las condiciones de pobreza en los pueblos (Ojeda, La Cooperación Sur-Sur de
Venezuela en el Siglo XXI, 2012).
Con los mismo objetivos del ALBA-TCP, según Ojeda (2010) se han planteado
cuatro instrumentos para alcanzar los objetivos propuestos: mecanismos de
financiamiento y compensaciones para el pago de la deuda con base en el
Acuerdo Energético de Caracas, que beneficiarían a los países con menor
desarrollo relativo (ver tabla 19); una serie de medidas para disminuir los costos
44 El artículo 2 de los estatutos constitutivos de PetroCaribe integra como parte de sus objetivos:
“Crear mecanismos para asegurar que los ahorros derivados de la factura energética, surgidos en el marco de PETROCARIBE, sean empleados para el desarrollo económico y social, el fomento de empleo, el incremento de actividades productivas y de servicios, de salud pública, de educación, de cultura, y de deporte, para que de este modo los beneficios derivados de PETROCARIBE sean un aporte sustancial a la lucha contra la pobreza, el desempleo, el analfabetismo y la falta de asistencia médica en los países miembros.” (PetroCaribe, 2005)
61
de transacción e intermediación como la construcción de refinerías en Haití, Cuba,
Nicaragua y Dominica, en marcha desde 2009, y la construcción de plantas de
distribución y suministro en Antigua y Barbuda, con reporte del 2011
(Transparencia Venezuela, 2013); en tercer lugar un fondo para el desarrollo y por
último un programa de eficiencia energética.
Considerado el programa de cara a los países caribeños signatarios de
PetroCaribe, Antonio Romero, citado por (Benzi & Zapata, 2013), afirma que
desde la puesta en marcha de este mecanismo las exportaciones de petróleo
Venezolano a los países incrementaron de 56.000 a 121.000 barriles diarios,
derivando en un ahorro de aproximadamente USD 1.400 millones para la
implementación de programas sociales y apoyo al ALBA-TCP.
Sin embargo, dado los objetivos esperados en materia de integración y
posicionamiento como potencia energética, para Venezuela los resultados no se
verán reflejados en un corto plazo.
Tabla No. 4
Fuente: (Transparencia Venezuela, 2013)
62
Ciertamente las exportaciones del crudo han encontrado nuevos mercados e
incrementado sustancialmente y la plataforma política de la Revolución Bolivariana
ha tomado fuerza en el ALBA-TCP como programa hermano. No obstante, la
fluctuación en los precios internacionales del petróleo y aumento del recaudos a
largo plazo de los pagos en el marco de PetroCaribe ha puesto en entre dicho la
viabilidad del modelo que para el 2011 representaron el 13,5% de las
exportaciones del país45, como recursos no cobrados (El Universal, 2012).
Para Benzi & Zapata (2013) la caída del precio del petróleo durante la crisis del
2008 amenazó la sustentabilidad en las iniciativas de PetroCaribe y de todo el
esquema en general que para el 2014 había invertido 21,3 millones de dólares en
los programas sociales, de acuerdo a Verónica Guerrero, representante por
Venezuela en la 33 conferencia de la FAO.
Gráfico No. 15
Fuente: (El Universal, 2012)
45
Ver gráfico 15
63
Como rasgo general, basar el principal instrumento venezolano para la integración
energética, la expansión de mercados y el posicionamiento regional, en una
estructura asistencialista y de financiación variable de acuerdo a los precios del
mercado, genera una gran vulnerabilidad en materia de política exterior y una
fuerte amenaza para la inversión social y gasto interno del país. Lo cual, en
escenarios como el actual donde el barril escasamente supera los USD 50, hay
desabastecimiento de productos básicos en el país y descontento general de la
población, el sostenimiento de programas de cooperación recíproca pueden
constituir una bomba de tiempo.
2.2.1. Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América
Previo a PetroCaribe, en una apuesta para la integración de los pueblos de las
Américas, Estados Unidos presentó en la Cumbre de las Américas celebrada en
1994 en Miami, la propuesta para la creación del Área de Libre Comercio de las
Américas, ALCA, para la reducción progresiva de las barreras al comercio y el
fomento de la inversión entre las democracias del continente. Para ello, los países
de la región, excluido Cuba, realizarían una serie de rondas de negociación entre
1994 y 2005 coordinadas por el Comité tripartito (Banco Interamericano de
Desarrollo, Organización de Estados Americanos y la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas, CEPAL) para alcanzar en este
periodo un mercado común (Comité tripartito ALCA, s.f.).
Pese a que los 34 países participantes de la Cumbre de Miami aprobaron la
propuesta, Hugo Chávez manifestó en la Cumbre de Quebec en el 2001, su
inconformidad con la propuesta tachándola de imperialista por parte de los
Estados Unidos y lanzó una propuesta para la integración política, social y
económica para los pueblos de América Latina y el Caribe, invocando los
64
principios de la carta de Jamaica donde Simón Bolívar promueve una doctrina de
unidad y soberanía en la América postcolonial.
Esta iniciativa se llamó inicialmente “Alternativa Bolivariana para los Pueblos de
Nuestra América”, ALBA, para cambiar en el 2009 a Alianza Bolivariana para los
Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, ALBA-TCP, la
cual nos solo oficializaría la plataforma de intercambios en el marco de la
“cooperación recíproca” implementada por Chávez desde el inicio de su mandato,
sino que sería a su vez el escenario político-ideológico de la Revolución
Bolivariana para mejorar la posición de los países del sur en el Sistema
Internacional (Benzi & Zapata, 2013).
En el 2004, Fidel Castro, Presidente de Cuba y Chávez como Presidente de
Venezuela, se reunieron en La Habana para suscribir los protocolos
constitucionales de una alianza que buscaría promover “un modelo de desarrollo
independiente con prioridad a la complementariedad regional que permita
promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto
mutuo y la solidaridad” (ALBA-TCP, s.f.).
Después, se unieron Bolivia y Ecuador por el sur del continente y por el Caribe,
Dominica, Nicaragua, San Vicente y las granadinas, Antigua y Barbuda, Santa
Lucia, San Cristóbal y Nieves, Granada y Honduras que ingresó en el 2008 y se
retiró en el 2010.
Desde su constitución, los objetivos de la alianza son tan diversos como los países
que la integran y van desde la promoción del desarrollo justo y sostenible, hasta la
65
protección de la propiedad intelectual, pasando sin duda por la integración
económica, los planes especiales para los menos desarrollados de la región y la
coalición en los procesos de negociación con países, bloques y organismo
multilaterales (ALBA-TCP, s.f.). Estando los tres últimos íntimamente ligados.
Considerando que la integración energética involucra a PetroCaribe, se retomará
ese tema para el siguiente apartado de este capítulo, pero se tratará a
continuación los dos temas restantes.
El cuarto principio de la Alianza resalta la “Cooperación y solidaridad que se
exprese en planes especiales para los países menos desarrollados en la
región, que incluya un Plan Continental contra el Analfabetismo, utilizando
modernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un plan
latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de
tales servicios y un plan de becas de carácter regional en las áreas de mayor
interés para el desarrollo económico y social”. El cual será implementado a través
de los proyectos Grannacionales por dos o más países (ALBA-TCP, s.f.).
Como ejemplo de esta iniciativa se encuentra uno de los proyectos
Grannacionales más destacados de la Alianza, la iniciativa ALBA-Alimentos46 del
2008, la cual es financiada mediante contribuciones de los países signatarios,
financiación externa y el ahorro derivado de la eliminación de intermediarios en el
comercio y que a 2012 ha implementado 12 proyectos en nueve países con una
inversión de 24 millones de dólares (Benzi & Zapata, 2013) y cosechado más de
10.418 hectáreas, según Verónica Guerrero representante por Venezuela en la 33
46
Esta iniciativa busca desarrollar programas y proyectos integrales para el manejo y conservación de productos agrícolas, el fortalecimiento de la infraestructura, desarrollo de capacidades agroindustriales y estrategias de uso, manejo y conservación del suelo (Comité Seguridad Alimentaria , 2012)
66
conferencia de la FAO realizada en el 2014 (Embajada de la República Bolivariana
de Venezuela en Chile, 2014).
Por otra parte, de cara al ALBA-TCP pero como una iniciativa bilateral, Cuba y
Venezuela han desarrollado las “Misiones Sociales”, principalmente la “Misión
Milagro”47 y “Yo sí puedo”48, para atender los principales problemas de salud y
educación en la población y en un plazo de 10 años beneficiar a seis millones de
pacientes en América Latina (ALBA-TCP, s.f.).
Según Lamrani (2012) la Misión Milagro ha beneficiado nacionales de países
africanos y asiáticos como parte de los 35 países y más de 2.000.000 de personas
beneficiarias a los largo del mundo. Sin embargo, particularmente, es la población
venezolana la que reporta el mayor número de beneficiarios con más de 178.000
operaciones realizadas. Lo que dirige al siguiente tema.
Sin desconocer el impacto social y económico que tiene el ALBA-TCP en los
países que la conforman y algunos países americanos, africanos y asiáticos, es
explicita la asimetría entre los países signatarios (ver tabla 5), lo cual evidencia la
posición predominante de Venezuela, el poder de negociación que tiene la
República Bolivariana para alcanzar el interés nacional; lo que evoca a la
cooperación tradicional norte-sur y la condicionalidad de la ayuda.
47
La Misión Milagro busca eliminar los problemas de visión en la población vulnerable, principalmente en América Latina, mediante operaciones gratuitas para aquellas personas que no pueden costearla (Lamrani, 2012). 48
Misión Robinson o “Yo sí puedo” es un programa social que busca la erradicación del analfabetismo que emplea un método educacional cubano pero que es promovido entre las Misiones Sociales de la Alianza Cubano-Venezolana (Lamrani, 2012).
67
Al 2009 el PIB de Venezuela era de USD 325.399,4 millones de dólares, mientras
que la sumatoria del PIB de los demás países miembros no llega a la mitad del
total venezolano (Absell, 2012).
En cuanto a aportes, tan solo Venezuela ha contribuido con 50 millones de dólares
al fondo de proyectos sociales de PetroCaribe (Embajada de la República
Bolivariana de Venezuela en Chile, 2014) y ha financiado a 25 años con una tasa
del 1% las facturas del petróleo comprado a la República Bolivariana en el marco
de la “integración energética”.
Entonces, dadas estas condiciones desbalanceadas, ¿Por qué cooperar en el
marco del ALBA-TCP?
El décimo segundo principio de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra
América promueve la “Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los
procesos de negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones”
(ALBA-TCP, s.f.), mientras la deuda de países como República Dominicana a la
República Bolivariana asciende a US$3,029.7 millones a noviembre de 2012,
pagaderos paulatinamente en efectivo, con una tasa del 1%, pero también con
productos de la canasta básica como habichuelas negras y azúcar, así como
programas de intercambio turístico (Javier, 2013).
Es decir, Venezuela necesita coalición política para extender su influencia en la
región y en el Sistema Internacional, la expansión del mercado para petróleo y del
Socialismo del Siglo XXI como alternativa política y lucha contra el imperialismo,
68
mientras los demás países, alineados o no con la Revolución Bolivariana,
necesitan combustible para dinamizar sus industrias.
Tabla No. 5
Fuente: (Absell, 2012)
En sumatoria, es posible afirmar que lo que se conocer como Cooperación Sur-
Sur en el marco del ALBA-TCP y PetroCaribe es un intercambio primario de
petróleo venezolano por alimentos y apoyo político de los países caribeños y
latinoamericanos, enmarcado en una ideología política progresista y condicionado
a los precios internacionales del crudo.
69
CONCLUSIONES
Como ha podido evidenciarse a lo largo de estas páginas, la Cooperación Sur-Sur
u Horizontal-Bilateral no es una nueva tendencia, aunque en América Latina es
relativamente joven.
La región históricamente, por su condición de subdesarrollo, ha sido receptor por
excelencia de recursos de Ayuda Oficial al Desarrollo, Asistencia Humanitaria,
cooperación técnica y financiera. Lo que en su proceso de transición a países a
renta media, le ha generado las capacidades para incursionar en la arquitectura de
la Cooperación Internacional al Desarrollo como non-DAC donors o donantes no
tradicionales, y comprender, desde su propia experiencia, las repercusiones que
conlleva la implementación de modelos de desarrollo foráneos en los países
receptores.
Por ello, la Cooperación Sur-Sur de Brasil y Venezuela apuntan a la
implementación conjunta de modelos endógenos que tienen en común donantes y
receptores e implementar mecanismos que fomenten el desarrollo desde la base
de la sociedad y las necesidades básicas insatisfechas, logrando evitar el temor
que genera la cooperación vertical tradicional que por más de seis décadas se ha
implementado desde la elección racional de los países desarrollados.
No obstante, es posible evidenciar que si bien los métodos de implementación y
las condiciones de relacionamiento difieren entre la cooperación Norte-Sur y Sur-
Sur, el fin ulterior es el mismo. Promover industrias locales, expandir mercados,
promover plataformas políticas en el sistema internacional para alterar el balance
70
de poder, a partir de la promoción del desarrollo y valores comunes como la
democracia, corresponsabilidad, entre países con un nivel inferior del mismo.
Para el caso de América Latina, de cara a los dos casos de estudio objeto de esta
investigación, Brasil y Venezuela han ejercido liderazgos y modelos de
cooperación diferentes, aunque progresistas los dos.
El primero con un enfoque social, de generación de capacidades y redefinición de
los focos de poder a partir del regionalismo emergente; y el segundo con un
modelo ideológico latinoamericanista (Sanahuja, 2010) subimperialista,
mercantilista y asistencialista más aproximado a un intercambio comercial
combinado con un programa de responsabilidad social empresarial de PDVSA.
Dado al activismo político en foros internacionales, y las líneas de cooperación y
transferencia tecnológica, Brasil ha implementado un modelo muy exitoso a nivel
internacional, logrando de forma paulatina insertarse en los escenarios donde
convergen los decision-makers del Sistema Internacional. Sin embargo, debe
afrontar retos políticos regionales e internos que captarán parte de su atención en
los próximos años.
Pese a que Brasil hace parte del grupo de países fundadores y principales
promotores de foros regionales y comerciales como MERCOSUR, ALADI y más
recientemente UNASUR, el país del sur no es reconocido por sus pares
latinoamericanos como líder regional, característica sin la cual difícilmente podrá
alcanzar el lugar que quiere ocupar en Sistema de Naciones Unidas.
71
A nivel interno Brasil ahora tendrá que ocuparse de los niveles de corrupción en
las estructuras de poder y la contracción en la economía (Armendariz, 2014) para
evitar que sus dificultades internas opaquen su imagen a nivel internacional para
continuar contribuyendo a la “nueva geografía del crecimiento”49.
.
En cuanto a Venezuela, hablar de un programa de Cooperación Sur-Sur u
horizontal-bilateral en Venezuela, es ser más que generoso al categorizar en la
arquitectura de la ayuda al desarrollo lo que evidentemente es una agenda para la
expansión de la ideología política latinoamericanista en el marco del Socialismo
del siglo XXI, a través de la integración energética de PetroCaribe y la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA. Agenda que desde ya
está mostrando índices de agotamiento y está destinado al fracaso.
Lo anterior, debido a las plazos en que Venezuela podrá recaudar los recursos por
concepto de la venta del crudo en el marco de PetroCaribe y la reducción
significativa en el precio del petróleo que de mantenerse de forma prolongada,
llevará a la República Bolivariana a revivir las dificultades del 2008 que llevaron a
ajustes significativos en el gasto interno y los recursos destinados a la cooperación
internacional (Benzi & Zapata, 2013).
Finalmente, ambos modelos, ALBA-TCP y PetroCaribe, como alternativa política
en la región, han podido materializarse gracias al carisma, empeño y recursos
destinados por Hugo Chávez como presidente de la República Bolivariana de
Venezuela. Sin embargo, con su muerte en marzo de 2013 y la sucesión al poder
de Nicolás Maduro, ex canciller de Chávez y ahora primer mandatario, el vacío de
49
La OCDE define como “nueva geografía del crecimiento“ a la intensidad de los intercambios de
todo tipo entre los países en desarrollo, la cual representa un componente central en el proceso de cambio de creación y distribución de la riqueza (OCDE, 2010).
72
liderazgo es evidente, creando una sensación de vulnerabilidad y desprotección
del modelo económico.
Finalmente, considerando que la vacante en el liderazgo de la Alianza Bolivariana
podría ser llenado por Cuba o Ecuador de forma natural, en conjunto con la
limitación presupuestal y la crisis interna por la que atraviesa el país, es casi
inevitable la implosión del modelo económico y el liderazgo en materia energética
de Venezuela.
El modelo tiene como agotarse fácilmente: los medios de cooperación de
Venezuela con el caribe, salvo con cuba, están dados en mayor medida en la
expansión de los mercados para el petróleo venezolano pero también como
catapulta del modelo político, el cual con la muerte de Chávez, la falta de carisma
de maduro y la misma variación en los precios del barril del petróleo en el mercado
internacional ha puesto en duda la longevidad de la Revolución Bolivariana y su
modelo de intercambio disfrazado de Cooperación Sur-Sur.
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