Post on 23-Mar-2016
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FAUNA IBÉRICA/y 15.
Por el Dr. Rodríguez de la Fuente
PRIMERA ETAPA REL VIAJE
ZOOLOGICH IBÉRICO HACE cuat ro me^es que comenza-
moü nuestra expedición par los m o n l e i , l lanuras y mansmas de la Península. Cuando acechábamos a los hal cones peregrinos en una cor tadura f lu vial de Casulla la V ie ja , la escarcha ale-nazcvba todavía los juncos de IB r ibera. En el coto de Donana nos ha sorprendí-d o el verano ani l lando garcil las y patos
con los orn i tó logos. Desde m a n o a j u lio, con los pr ismálrcos siempre prestos V eí cuaderno de noias a manOn hemos hecho un fargo carri ino por los fascinantes senderos de la fauna ibér ica.
Trepamos j u n t o s — y al decir j un tos , me re f ie ro a íu grata compañía, amable l ec to r—has ta los nidos inaccesibles de los cazadores del espacio. Espiamos sus
El estudio de los halcones peregrinos nos permilíó comprobar que cslas aves, capa ees de volar a más de 4Ü0 kilómetros por hora, son altamcnic henpfidosas para mantener el equilibrio biolúfneo y la fitlecclún m i s depurada de las especies.
La convivencia con una manada de tobo.s
actividades durante semanas para comprobar que estas nobles y beflas aves cap tu ran , en picados fu lgurantes, animales enfermos o tarados, por lo que resultan ui iUsímas para mantener el equ i ' l íbr lo b io lógica.
De las vegas y parameras donde reina el ha lcón, nos trasladamos a los pinares y hayedos umbríos del azor. Al l í v imos actuar al l emera r i o p i rata de ia espesura y nos asombramos ante la guerra que hace a los córvidos y otras rapaces, manteniendo una justa densidad en las poblaciones de predatores.
En el bosque o en la ÍEanura sorprendimos inmbién a las rapai^es noc iurnaa, aves u i l l i s imas , destruc iorao incansables de roedores, capaces de pe r fo ra r las t i nieblas con su vista portentosa y de volar en ebsofufo si lencio para sorprender a 5US presas. No nos resultó d i f íc i l comprender las razones por las que aciuat-menie están r igurosamente protegidas por la ley rodas las aves de presa, bien sean diurnas o nocturnas.
Tras conocer ^ los cazadores alados en su ambiente nafuraf, nos fu imos a v iv i r con una manada de lobos, adoptamos a lo^i lobeznos s i t es de que
tioA asombró al comprobar la nobicza. ta ¡ntelifmicia y \a Fidelidad monalitíca de e^taa animales trnt desconocidoK.
abr ieran los o jos ; fu imos cJesvelando b s mis ler los de la ma ie rn idad a n i m a l ; aprendimos el lenguaje de los cachor ros , y a medida que crecían nos asomb ró su f i de l i dad , su nobltsza mono l í t i ca y su intel igencia. Pasamos dos año^ en el mundo desconocido de los poderosos cazadores del cuaternar io , f am i l iar izándonos con su rígida jerarquiza-cíún social, su esr r ic io código det honor , su desarrol ladísimo sent ido de protección a los débiles. Hoy nadie podr ía decirnos que el lobo es un animal cruel o sanguinar io, sin provocar nuestra adecuada y fundamentada répl ica.
Del estudio del cazador sot^lal saltamos al del cazador so l i ta r io ; la cr iatura más independiente, bella y vigorosa de nuestfa fauna, el l ince, V , no sin nostalgia, dejamos las jaras de i n i montes de Toledo y los jaguarzales andaluces, pensando en la escasez que coloca ya al borde de la ext inción al mamí fe ro más bello de Europa, protegido por ia le^ en Coda la PeninsuiH.
Los gatos monteses, JOrrosn ginetas, melones, garduñas y otros muíitél idos nos demos t ra ron , al observar con de-tenirn ienio sus act iv idades, algo que no
habíamos ni siquiera sospechado: sin \a existencia de esta eférc i to de pequeños e insaciables carniceros, las ratas, ratones, topi l los y otros roedores llegarían a pro l í fe rar de tal manera que ar ru inar ían la agr icu l tu ra , como pasó en Austral ia con los conejos impo r ta dos de Europa. Nos negamos, por consiguiente, a adm i t i r el peyorat ivo t í tulo de al imañas para enca:iil lar a este grupo de espontáneos colaboradores del hombre, que deben ser controlados, pero ^amás exterminados.
Nuestra acampada al pie de los pare' dones de caliza de los montes Obarenes, nos permi t ió descubrrr el comple jo sistema de exploración del terreno desarrol lado por los bui t res leonados. La cuadrícula viv iente — c o m o l lamábamos al escuadrón de bat idores a lados— mantenía constantemente ba jo observac ión una Ifanura de más de 6Q k i lómetros de d iámet ro .
Después de estudiar a los mías modestos, pero sin duda los más hábiles de todoE los cazadores, los infat igables pájaros insectívoros, v ia jamos desde el océano Glacial Á r t i co hasta el mar Aus-t ra ' , acompañando en su crucero migra
t o r i o — ¿ 0 , 0 0 0 k i l óme t ro * ¡da y vuelta—^a fos charranes. Y desvelamos, con el doctor Sauer, el secreto de fas migra-dores nocturnos, que se or ientan leyendo el mensaje de las estrellas en ta bóveda celeste, como los p r im i t i vos navegantes humanos,
Y como f ina l para la pr imera etapa de nuestro viaje eleginios el coto da Doñana, incomparable paraíso de las aves europeas. De nuestras observaciones, recientes aún , realizadas en compañía^ de sabios y orn i tó logos, por ía reserva mar ismeña, sacamos una conse^ cuencia que muy bien serv ida de resumen y colofón ñ las enseñan;as r e d b j -dfl£ de la naturaleza en nuestro per ip lo ibér ico.
En fa Estación Biológica de Ooñana hay águiía^ imperiales, águilas calzadas. culebreras, ratoneros, mi lanos, agllu--chos, halcones y alcotanes: la máxima densidad y variedad en rapaces de t o d o i los bfótopos de Europa. Hay también linces, zorros, gatos monteses, ginetas, melones y o t ros pequeños carniceros.
Cualquier prop ie tar io da un co to de ca^a, aconsejado sin duda por algún i lust re a l imañero, hubiera ordenado el
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Acompañando a las uJuiieñas hicimos fantristica^ Mngladuraa, «obre d papcí, des-tic los campanaricís extremeños linata las L-harcas del Afnta ErxiJilnrial. para ir descubriendo las protlieio'ías capacidades de Jai aves migratorias que saben ür i tn larse por medio d.; la lectura de la esfera celeste o el cur^o ilel sol sobre el huriTonle. A la den-cbai Inw pe^urño^r earniceros, como el melondllo {nomhrc popular íle la mansosla española), son miJv útiles para ía apncultura. por tí ^rají número de rordores dañinos que destruyen en una infatipabie ca/a. mas eUta-i y menos n ü d m , que l:i Mi- cunlquier produt lo fabricado por el hombre. Por trllí>. estos unLmyks d tb t r l an R Í Í ^ F ür la m:ivor proleceiün en todo el mundo.
Una parcela de la primitiva tierra ibérica
esrarf í i in io de lodos estos ((seras nocJ-vos^ , pensando en profeger Fa vida de las valiosas especies de ínlerés cínegá-Ifco de su i t ierras. Ef doctor Valverde, sin embargo, pro leg ió férreamenCe a los predalores de au reserva, Sfn esiablecer d iscr iminac ión alguna. Ef resul tado ha sido aaombroíD (para el empí r i co al i -mañero , naEuralmenie, no para el bió-
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logo que ^abfa muy bícrt lo que %G traía entre rrarios): IQÍ coneíos 50n numero síbimos, peie al copioso tr ibuto que pa-gan a ios carniceros y, príctltamenTe. no aitisie la mixomatoiis, porque todo individuo afectado es eltrnrnado por una rapaz antes de que pueda contagiar la enfermedad. Algo parecido hubiera ocurr ido en toda la Península de haberse conservado la natural densidad de lai aves de presa y oíros predatores.
En Doñana abundan también b^ venados, gamos, jabalíes, liebres, perdices V no digamos las anátidas y iarrcu-das, que se cuentan por cientos de miles, Pero no olvidemos que Doñana es como una parcela de Las primit ivas tierras ibéricas mediterráneas^ conservada milagrosamente hasta nuestros días. Y no olvidemos, sobre toda, que la Estación Biológica de Doñana es ía úníca parcela de nuestro suelo donde la vida
í.tíué clase de secretas y hábiles léciiicas pone t n juego !a prudente v áfU cierva» i a grávida, para ponerse a salvo del ataque de los lol>o*? He aquí una de nuev trus próximas tarcas : estudiar el viejo y dramático Juego entre preña y uaTador.
En IjiK flltas aristas cali/as de loa Picos d t Europa, la silu<"t^ rrcorlart.i del rebeco nns invítfl n sPEiiir su ras t ro m o n U r a í pur"
El mundo donde no hay seres buenos ni malos
está contro lada y d i r ig ida por un exper to biólogo, que buíca y respeta el ancestral equ i l ib r io de la nafuraleza.
Antes de colgarnos la mochifa para hacernos al camino de nuestra fauna decíamos que, eníre los animales salvajes, no hay buenos ni m a l o i ; los íeres apareniem.inte más dañinos pueden re-sul íar beneficiosísimos para fas presas que persrguen. Ya estamos lo suf icien-lemente fami l iar izados con lodos los cazadores sálvales ¡bóricos Hemos obser
vado íus i razziash y conocemos lam-bien 5u estrategia venaior ia.
Pero los animales perseguidos, \oz qoe desde el p r inc ip io de los l iempos eí;[án marcados con ef sello indeleble 6c IAÍ víct imas, también poseen a d e c u a d a s técnicBE de huida y armas muy de temer psra su atacantes. En \B alia arisra de Caso.la o de Gredcs nos espera el macho montes, recortado en ef azuL como en un p in tura rupesíre del Levante español Et rebeco salta, exci tando nues-
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Kit JKmana nos sorpr^ndiú H cstm anillniído jíur/as- Y nos TuímoB tcmíenüo que ol Unce» la ültimii riera de Hunipa, desapartar» un día totalmcnle de Ehpañíi.
spijit y filniar las intiniidadüs d t su l iüa,
t ra cur ios idad, por los nftvoros de lo5 picos de Europa. £1 oso, prudente y to-[émico, patrulJd por el solobo^que de Astur ias o de los Pir ineos. Con las p r i -meraü l l uv ia l de íep í iembre resonarán las vafleíadas de los monles de Toledo y cierra Morena, con la v o ; desafiante del venado. Y el corzo, el gamo, ef laba l i , el urogal lo, las avLífardas y oirás hermo-sas cri f l turaE de la fauna ibérica no% in-v i l an a rs^rrear sus veriídas p a r í ^iden iraí 'nos en la rn l im idad de su vida.
w-4'^'0'^:-:'^. E n nuestra stíjunda etapa presentarcinüs al lector de ItyN la aventura biulÚRÍca del macho montes . £-pico e incamparabje paladín de nurstra-í serranías {arriba). V en la Estación de Zoolo^a deJ Scrvicií) Nadonaí de Pesca Fluiíal y Caza, la cotidiana convivencia t on el osezno ^Juanón» (debajo), capturado hace unos me^es en Í05 montes de Asturias, nos irá revelanilii el fascinante p.tiquiámo de cstog saga» CCS animales, ya tan escasos, cuyo esluilio en directo completa remos prút ímamcnte .
Segunda etapa del amigo de los anímales
Para el natural ís ia del campo le rn i l -na con esTas líneas la pr imera elapa del yjaje por IÜ fauna ibérica. Etapa é^Ea de despacho, de recopílaclún de datOí¡, de archivo fo tográf ico, de redacción. Pero ef descanso será corro, porque en cuai-qLíjf^r arYííjrlÉilda, loa ojos y los oído? b ien abiertos, las cámaras de sus colaboradores a punTo y cf corazón henchido de gozo, ef amania de la nalurate^a e i lara o i ra vez en el regazo del viento.
y cuando las pr imeras nieves de d i c iembre le hagan añorar el calor del hogar, el amigo de los animales iraera la mochi la bien ffena de recuerdos, y la iT^ente de imágenes, para inv i tar aJ lector de ByN a seguirle en quién sabí- que nuevas singladuras zoológicas,
Félix R. DE LA FUENTE