Post on 30-Jun-2015
Fonema:
Cualquier hispanohablante “siente” que la expresión lingüística ‘sopa’ está
compuesta de cuatro elementos distintivos: s, o, p, a, y, además, sabe que
combinando esas mínimas unidades de manera diferente puede obtener otras
palabras del vocabulario español: paso, sapo, posa. Esos elementos indivisibles
que sirven para formar expresiones lingüísticas son los fonemas.
El fonema puede ser definido como la unidad mínima (del significante)
distintiva carente de significado. Es la unidad mínima porque no puede ser
analizada, dividida, segmentada en otras más pequeñas y de realización
independiente. Por ejemplo, la palabra ‘sopa’ puede ser dividida, como ya se dijo,
en /s/ + /o/ + /p/ + /a/, pero cada una de estas unidades no podría ser a su vez
segmentada. Es una unidad distintiva puesto que permite, por oposición crear
distinciones semánticas. Por ejemplo, en español /p/ se opone a /b/; en una
secuencia dada si aparece /p/ se tendrá una significación, si, por el contrario, es
/b/ el que figura, aquélla variará. Así, perro se distingue de berro, poca de boca,
alpino de albino, etc. Porque /p/ se opone a /b/. Es una unidad carente de
significado porque por sí solo, aisladamente, el fonema no significa nada, no
posee carga semántica alguna. Ni /p/, ni /b/, ni /a/ significan algo; es sólo cuando
se juntan que el resultado de esa agrupación va a tener una significación en una
lengua dada.
También puede ser definido como la unidad mínima desprovista de sentido
que se puede delimitar en la cadena hablada. Cada lengua presenta, en su
código, un número limitado y restringido de fonemas (de unos veinte a unos
cincuenta, según las distintas lenguas) que se combinan sucesivamente, a lo largo
de la cadena hablada, para constituir los significantes de los mensajes y se
oponen puntualmente, en diferentes puntos de la cadena hablada, para distinguir
unos mensajes de otros.
Puede definirse el fonema como el conjunto de las propiedades
fonológicamente relevantes de un complejo fónico.
El fonema no es más que un concepto que no corresponde a ninguna
realidad concreta, ya que sólo es el conjunto de los rasgos pertinentes realizados
simultáneamente. Sin embargo, aunque sólo existe en función del rasgo
diferencial, este concepto tiene un valor práctico, y es necesario para el método
fonológico, porque, además, son los fonemas, y no los rasgos pertinentes, las
unidades mínimas que identifican los hablantes. “Los fonemas se realizan en los
sonidos de que está constituido todo acto de palabra” (=habla)… “los sonidos
concretos que hallamos en el habla son… sólo los símbolos materiales del
fonema”.
Es Jakobson quien propone definir al fonema como “un (set) o un haz
(bundle en la terminología de Bloomfield) de rasgos distintivos (o ‘elementos
diferenciales’ en el sentido de Saussure)”. De esta manera “es posible desintegrar
todos los fonemas de cualquier lengua en rasgos distintivos, ellos mismos
indivisibles… El sistema de fonemas… es reducible a una red de algunos rasgos
distintivos”.
Archifonema
Cuando desaparecen las diferencias entre dos fonemas que se oponían, surge
el archifonema, que está compuesto por el conjunto de los rasgos comunes a los
dos fonemas neutralizados: en el ejemplo basta con que aparezcan los rasgos
dentales, no líquidos, orales y difusos. Puede definirse al archifonema como el
conjunto de las particularidades distintivas comunes a dos fonemas cuya oposición
es neutralizable. Así, en español, la oposición entre /r/ vibrante (simple, floja) y /r/
(vibrante múltiple, tensa) sólo es pertinente en posición intervocálica.
El archifonema es, pues, la intersección de dos conjuntos formados por los
rasgos pertinentes de dos fonemas cuya oposición es neutralizable, y se suelen
denotar por una letra mayúscula: /Rosa/, /maR/. Y son entidades fonológicas de
distribución restringida ya que sólo aparecen en ciertos contextos particulares, no
en cualquier posición. En lingüística moderna el término ha perdido algo de
importancia ya que realmente los fonemas tal como son entendidos actualmente
son realidades tan abstractas como el concepto original de archifonema en
Trubetzkoy. Otro modo intuitivo de concebir un archifonema es como una etiqueta
para un conjunto de fonemas.
El archifonema puede ser realizado en el habla de formas muy diversas:
Primer caso: la realización del archifonema es idéntica a la de uno de los
miembros de la oposición neutralizada. Por ejemplo, en Alemán /t/ y /d/ se
neutralizan en posición final de palabra; el archifonema resultante /T/ se realiza
siempre [t]; en esa posición la oposición /t/: /d/ no es posible; as´, Tod ‘muerte’ es
fonológicamente /toT/, fonéticamente [tot].
Segundo caso: la realización del archifonema es idéntica de la de cada uno de
los miembros de la oposición neutralizada, apareciendo una u otra según la
oposición o contexto de neutralización. En el contexto 1 (oposición inicial de
palabra) /R/ se realiza [rr], en el contexto 2 (posición final de palabra) /R/ se realiza
[r].
Tercer caso: la realización del archifonema es distinta de la de cada uno de los
miembros de la oposición neutralizada. Es el caso de la neutralización de /t/ y /d/
en posición intervocálica en el inglés de los Estados Unidos; por ejemplo, write
‘escribir’ y ride ‘cabalgar’ se diferencian por el segmento final: /rait/ vs /raid/, pero
los sustantivos correspondientes a esos verbos, a saber, writer ‘escritor’ y rider
‘jinete’ se pronuncian de la misma manera en esa variedad de inglés: /t/ y /d/
intervocálicas se neutralizan y el archifonema resultante se realiza como una
variedad de r, que es un sonido distinto de aquéllos.
Cuarto caso: la realización del archifonema es idéntica a la de cada uno de los
miembros de la oposición neutralizada, apareciendo indistintamente una u otra. En
danés, por ejemplo, la oposición /p/: /b/ (b es ensordecida) se neutraliza en
posición final, posición en la que el archifonema resultante se realiza de una u otra
manera según el sujeto hablante; así, lap ‘trapo’ puede ser [lap] o [lab].
Oposición fonológica distintiva:
La relación que existe entre dos fonemas conmutables recibe el nombre de
oposición. Teóricamente sería necesario conmutar todos los fonemas de una
lengua para realizar su inventario fonológico, pero en la práctica es suficiente con
conmutar los fenómenos que ofrecen características similares. Por ejemplo, /
póka/ poca se distingue de /bóka/ boca, porque /p/ se opone a /b/, ya que /p/ es
oclusiva (cierre completo de los órganos articulatorios), bilabial (los dos labios
forman el cierre), sorda (las cuerdas vocales no vibran) y /b/ es oclusiva (como la
anterior), bilabial (como la anterior), sonora (las cuerdas vocales vibran) diferente
de la anterior. Es decir, estos des fonemas presentan dos rasgos iguales (el de
oclusión y el de bilabialidad), diferenciándose sólo por el rasgo de sonoridad (/p/
sorda, /b/ sonora), que es el que crea la oposición.
Trubetzkoy clasifica las oposiciones fonológicas en tres grandes categorías:
Según su relación con las demás oposiciones del sistema,
Según su relación entre sus mismos miembros,
Según la extensión de su capacidad distintiva.
Trataré sobre la última mencionada.
Las oposiciones fonológicas según su capacidad distintiva se clasifican en
oposiciones constantes y neutralizables.
Una oposición es constante cuando sus miembros aparecen en todas las
posiciones posibles, manteniéndose siempre por tanto la distintividad entre ambos
fonemas. En español, por ejemplo, la oposición entre /e/ y /o/ es constante porque
éstos aparecen siempre en cualquier posición como dos fonemas distintos,
originando, en consecuencia, diferencias semánticas: esa: osa/ nena: nona/ libre:
libro/ ternero: tornero, etc.
Por el contrario, aquellas oposiciones que pierden su valor distintivo en
determinadas posiciones fónicas se consideran neutralizables, esto es, la validez
diferencial del rasgo pertinente que distingue a los miembros de la oposición cesa
en determinadas situaciones. En español, por ejemplo, existe la oposición /r/ y /rr/
que permite establecer diferencias de significaciones, como pera- perra / coral-
corral / careta- carreta / encerado- encerrado, etc. Pero tal oposición funciona,
crea diferenciaciones significativas solamente en posición intervocálica; en la
demás posiciones, la oposición se neutraliza, cualquiera sea la realización de la
vibrante la significación de la palabra no variará en absoluto. Así, en posición final
(de sílaba o de palabra), en posición inicial de palabra o entre consonante y vocal,
se puede pronunciar una u otra vibrante sin que por ello se produzca un cambio de
significación en el vocablo. Por ejemplo: sordo, mar, rito, enredo, que se
pronuncien con vibrante simple o con vibrante múltiple, el significado de estas
palabras será siempre el mismo. En estas posiciones no intervocálicas el valor
distintivo de /r/ o /rr/ queda anulado, neutralizado. Lo único que cuenta en esas
posiciones son los rasgos comunes a ambos miembros de la oposición
neutralizada (en el ejemplo dado, el rasgo de consonante vibrante).
Neutralización:
La /t/ y la /d/ son fonemas completamente en posición inicial (teja, deja), en
posición intervocálica (coto, codo), y en grupo /r/ (cuatro, cuadro), pero en posición
final de sílabas podemos pronunciar Atlántico o Adlántico, si que esa variación
afecte al significado, cuando esto sucede, decimos que la oposición d/t se ha
neutralizado.
La neutralización es el fenómeno por el cual, en un fonema, cuando se dan
algunas condiciones, el rasgo o los rasgos distintivos que lo oponen a otros
fonemas pierden su carácter diferenciador. Se distinguen diferentes tipos de
neutralización.
La neutralización asimilativa es una neutralización determinada por la
asimilación a un fonema contextual o condicionado por el contexto.
La neutralización condicionada es la que se produce independientemente
de los fonemas circundantes y en determinadas posiciones de la palabra.
La neutralización disimilativa es a que se realiza cuando los dos fonemas
en oposición se disimilan en relación con el rasgo distintivo de un fonema
contextual.
La neutralización reductiva es la neutralización de una oposición fonológica
en todas las posiciones, excepto en oposición acentuada.
La neutralización progresiva es la que se produce ante un determinado
fonema, la neutralización regresiva la que se produce tras un determinado
fonema.
Referencias
Alarcos, Llorach, Emilio. Fonología española. 4 ed. Madrid, Gredos. 1965.
Dubois, Jean y otros. Diccionario de Lingüística. 1986.
Obediente, Sosa. Fonética y fonología. 2 edición. Universidad de los Andes
Mérida, 1997.
Obediente, Sosa. Fonética y fonología. 1 edición. Universidad de los Andes
Mérida, 1983.
Trubetzkoy. Principios de fonología, Cincel, Madrid, 1973.