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Gneros y teologa de los salmos Fray Domingo Cosenza
Si quisiramos hacer una clasificacin por su forma literaria
de los 150 cnticos que en la Biblia aparecen agrupados en
una coleccin, podemos esquematizarla del siguiente modo:
1- Cnticos de Alabanza (tehillah)
a- Himno Imperativo: Su contexto vital es el culto habitual; su
motivacin es la experiencia de la actuacin histrica de
YHWH con Israel y el poder manifestado en la creacin.
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Constituye una interpelacin a la conciencia nacional de Israel
desde la accin divina que lo ha favorecido como pueblo.
Sal 96: Cantad a YHWH un canto nuevo, cantad a
YHWH, toda la tierra, cantad a YHWH, su nombre
bendecid! Anunciad su salvacin da tras da, contad su
gloria a las naciones, a todos los pueblos sus maravillas.
Que grande es YHWH, y muy digno de alabanza, ms
temible que todos los dioses. Pues nada son todos los
dioses de los pueblos. Mas YHWH los cielos hizo; gloria y
majestad estn ante l, poder y fulgor en su santuario.
Sal 98: Cantad a YHWH un canto nuevo, porque ha hecho
maravillas; victoria le ha dado su diestra y su brazo santo.
YHWH ha dado a conocer su salvacin, a los ojos de las
naciones ha revelado su justicia; se ha acordado de su
amor y su lealtad para con la casa de Israel.
Sal 100: Aclamad a YHWH toda la tierra, servid a YHWH
con alegra, llegaos ante l entre gritos de jbilo! Sabed
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que YHWH es Dios, l nos ha hecho y somos suyos, su
pueblo y el rebao de su pasto.
Con este ltimo Salmo culmina una serie (93ss) que tiene por
objeto el reinado de YHWH:
Reina YHWH, de majestad vestido, YHWH vestido, ceido de
poder, y el orbe est seguro, no vacila (Sal 93,1).
El contenido de estos salmos evoca en varias ocasiones el final
de la ltima parte del libro de Isaas al final del exilio y en los
primeros aos despus del retorno. Incluso pudieron
inspirarse en algunos de esos versos profticos:
Cantad a YHWH un cntico nuevo, su loor desde los confines
de la tierra. Que le cante el mar y cuanto contiene, las islas y
sus habitantes YHWH como un bravo sale, su furor
despierta como el de un guerrero; grita y vocifera, contra sus
enemigos se muestra valeroso (Is 42,10. 13).
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De este modo un profeta en el destierro cantaba y celebraba
por anticipado la gloria del Dios que devolvera a su pueblo la
libertad, como ya lo haba hecho en el pasado. Y si recordaba
los sufrimientos de los justos era para reconocer su valor
expiatorio en orden a la salvacin que Dios estaba por obrar.
Pero su mensaje central era el reinado de Dios que se
manifestaba en esa prxima liberacin:
Qu hermosos son sobre los montes los pies del mensajero
que anuncia la paz, que trae buenas noticias, que anuncia
salvacin, que dice a Sin: Ya reina tu Dios! (Is 52,7).
Israel haba sido purificado por la experiencia del destierro.
La adversidad lo haba llevado a examinar su conciencia y
buscar sinceramente al Dios de la Alianza. Tal arrepenti-
miento lo expres muy bellamente un salmista en aquellos
primeros tiempos post exlicos:
Te haces encontradizo de quienes se alegran y practican
justicia y recuerdan tus caminos. He aqu que estuviste
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enojado, pero es que fuimos pecadores; estamos para siempre
en tu camino y nos salvaremos Pues bien, YHWH, t eres
nuestro Padre. Nosotros la arcilla, y t nuestro alfarero, la
hechura de tus manos todos nosotros. No te irrites, YHWH,
demasiado, ni para siempre recuerdes la culpa (Is 64,4.8).
Pero ms all de las expectativas, no se encontr a la llegada
la prosperidad anunciada por el profeta cuando estaban an
en Babilonia:
Despierta, despierta! Revstete de tu fortaleza, Sin! Vstete
tus ropas de gala, Jerusalem, Ciudad Santa! Porque no
volvern a entrar en ti incircuncisos ni impuros (Is 52,1).
Los extranjeros que haban ocupado el pas durante su
ausencia sintieron aversin hacia los repatriados, ya que stos
llegaban protegidos por el nuevo imperio, que haba
designado a un prncipe judo como gobernador de la
provincia (Esd 1,8):
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los utensilios de oro y plata de la Casa de Dios que
Nabucodonosor haba quitado al santuario de Jerusalem y
haba llevado al santuario de Babilonia, el rey Ciro los mand
sacar del santuario de Babilonia, y entregar a un hombre
llamado Sheshbassar, a quien constituy strapa; y le dijo:
Toma estos utensilios; vete a llevarlos al santuario de
Jerusalem y que sea reconstruida la Casa de Dios en su
emplazamiento (Esd 5,14-15).
Toda esta situacin amarg considerablemente la vida de los
judos recin llegados. Por eso el nimo decay, la divisin y
el odio a los extranjeros se apoder de los corazones de
muchos, otros se sintieron atrados hacia los dolos, y cada
cual busc individualmente su propia supervivencia sin
interesarse del prjimo. Sin embargo, en medio de la
decepcin generalizada, algunos creyentes siguieron
confiando en la salvacin anunciada por el profeta exlico y se
decidieron a continuar su mensaje, para contagiar su
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entusiasmo a los decados. Fue como si la voz de Isaas
resonara por tercera vez en la historia israelita.
No haba que decepcionarse por las penurias que haban
encontrado ni haba que extraar la prosperidad en la que se
podan encontrar los que se quedaron en Babilonia. Un futuro
mejor aguardaba a la pobrecita Jerusalem:
porque vendrn a ti los tesoros del mar, las riquezas de las
naciones vendrn a ti. Un sin fin de camellos te cubrir,
jvenes dromedarios de Madin y Ef Los barcos se juntan
para m, los navos de Tarsis en cabeza, para traer a tus hijos
de lejos, junto con su plata y su oro, por el nombre de YHWH
tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea. Hijos de
extranjeros construirn tus muros, y sus reyes se pondrn a tu
servicio, porque en mi clera te her, pero en mi benevolencia
he tenido compasin de ti (Is 60,5-6.9-10).
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No haba que cansarse de esperar y no haba que dejar de
gritar a YHWH hasta que l realizara la glorificacin de
Jerusalem:
Por amor de Sin no callar, por amor de Jerusalem no
descansar, hasta que salga como resplandor su justicia, y su
salvacin brille como antorcha (Is 62,1).
Ms all de lo difcil de la readaptacin y de la precariedad
que se viva en ese momento, Dios no apartara su corazn de
esa tierra tan pobre por entonces, porque estaba en verdad
enemorado de ella:
No se dir de ti jams Abandonada, ni de tu tierra
Desolada, sino que a ti se te llamar Mi Complacencia, y a
tu tierra Desposada. Porque YHWH se complacer en ti, y
tu tierra ser desposada. Porque como se casa un joven con
una doncella, se casar contigo tu edificador, y con gozo de
esposo por su novia se gozar por ti tu Dios (Is 62,4-5).
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Por tanto, el canto de estos Salmos durante la poca del
Segundo Templo, una poca marcada por la dominacin
extranjera y el anhelo de la redencin de Israel, mantena viva
la confianza del pueblo en YHWH el Rey del mundo y Seor
de las naciones, ms all de la falta de autonoma nacional.
Sal 136,1-3: Dad gracias a YHWH, porque es bueno, porque
es eterno su amor! Dad gracias al Dios de los dioses, porque
es eterno su amor; dad gracias al Seor de los Seores, porque
es eterno su amor.
Con estas alabanzas llenas de gratitud la comunidad
postexlilica conmemoraba las grandezas de YHWH en la
creacin y en la historia: l solo hizo maravillas, porque es
eterno su amor (ki le olam hasd, 136,4). Tales expresiones se
caracterizan por su concentracin exclusiva sobre la accin
divina. Israel es el objeto mudo y pasivo de la actividad de
YHWH. H. Kraus supone que la enumeracin de las grandes
hazaas de YHWH las cantaba un solista, mientras que la
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formula de accin de gracias constantemente repetida era
cantada por la asamblea de la comunidad (Los Salmos II,
p.731).
Este himno litnico poda formar parte de una liturgia
de proskynesis (gr. Postracin) ante YHWH, tal como aparece
indicado expresamente en otros Salmos de la serie 93ss:
Entrad, adoremos, prosternmonos, de rodillas ante
YHWH que nos ha hecho! (Sal 95,6);
Exaltad a YHWH nuestro Dios, postraos ante el estrado
de sus pies, santo es l (Sal 99,5).
Pero este gesto de postracin en el Templo ante la gloria de
YHWH aparece atestiguado tambin por el Cronista, autor
asimismo de los libros de Esdras y Nehemas y telogo de la
restauracin cultual durante el retorno del exilio. As, relata
que durante la dedicacin del Primer Templo, todos los hijos
de Israel, viendo descender el fuego y la gloria de YHWH
sobre la Casa, se postraron rostro en tierra sobre el pavimento
y adoraron y alabaron a YHWH porque es bueno, porque es
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eterno su amor Los sacerdotes atendan a su ministerio,
mientras los levitas glorificaban a YHWH con los intrumentos
que el rey David fabric para acompaar los cnticos de
YHWH, porque es eterno su amor, ejecutando los cnticos
compuestos por David. Los sacerdotes estaban delante de
ellos tocando las trompetas, y todo Israel se mantena en pie (2
Cro 7,3.6).
La concentracin de temas relativos al xodo y a la travesa
por el desierto lo haca especialmente indicado para la fiesta
de la Pascua. La Biblia de Jerusalem seala que era
llamado Gran Hallel (cf. la aclamacin Halelu-Yah) y era
recitado despus del pequeo Hal-lel (Sal 113-118).
b- Himno del Individuo.
La alabanza parte de todo hombre que se maravilla
contemplando la condicin que Dios le ha dado y el lugar al
que lo ha destinado en medio de todas sus dems obras.
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Sal 8,2.4-7: Oh YHWH, Seor nuestro, qu glorioso tu
nombre por toda la tierra! Al ver tu cielo, hechura de
tus dedos, la luna y las estrellas, que fijaste t, qu es el
hombre para que de l te acuerdes, el hijo de Adam para
que de l te cuides? Apenas inferior a los dioses le hiciste,
coronndolo de gloria y esplendor; lo hiciste seor de las
obras de tus manos, todo fue puesto por ti bajo sus pies.
Todo lo enunciado por este salmo, como as tambin por Gn 1,
es una referencia a una ordenacin divina vlida e
irrevocable. All donde YHWH sale del ocultamiento con su
Nombre, donde se manifiesta con su gloria, all donde l es
ensalzado como Adoneinu (Seor nuestro) y all donde l de
el hombre se acuerde, y del hijo de Adam se cuide, all se
reconoce con asombro y admiracin el milagro de la
existencia humana. El hombre pertenece al mundo de Dios y
Dios lo ha bendecido con increbles derechos para ejercer
dominio.
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Podemos preguntarnos: La culpa no ha deteriorado ese
destino original? Las palabras del Salmo 51,7 parecen apuntar
a una condicin pecadora connatural al hombre desde su
mismo nacimiento: Mira que en culpa ya nac, pecador me
concibi mi madre. Sin embargo esta consideracin no
mostrara que el hombre se halla en un pecado fatal, sino en la
fatalidad de su pecado, en el sentido de que no hay justo en
la tierra que haga slo el bien y no peque (Ecl 7,20).
Mostrara, ms que una condicin recibida, una situacin de
debilidad y falibilidad por el simple hecho de ser creatura.
En efecto, la historia del Jardn de Edn, ciertamente narrada
en referencia al hombre en sentido colectivo (adam), no
relaciona la condicin mortal de todo hombre como
consecuencia de una culpa heredada. El relato muestra una
distincin entre la muerte que uno ha merecido culpablemente y
la que se debe al ser de creatura. De hecho, por pura
misericordia de Dios, la muerte con que se haba amenazado,
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no se ejecut, aunque se haba incurrido en la culpa al comer
del fruto prohibido:
el da que comieres de l, morirs sin remedio (Gn 2,17).
Ms bien, la muerte que acaba algn da por llegar se explica
expresamente mediante el recuerdo de la creacin del
hombre:
Con el sudor de tu rostro comers el pan, hasta que vuelvas al
suelo, pues de l fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo
tornars (3,19). Posteriormente se recalca que vivir para
siempre no es algo propio del hombre sino de Dios, y que en
el hombre sa es una pretensin que Dios no debe permitir:
He aqu que el hombre ha venido a ser como uno de
nosotros, en cuanto a conocer el bien y el mal! Ahora, pues,
cuidado, no alargue su mano y tome tambin del rbol de la
vida y comiendo de l viva para siempre (3,22).
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La vida para siempre no se consigue, pues, ni por arrogancia
ni por robo. Para la teologa del antiguo Israel el morir
ancianamente despus de una vida colmada pertenece a la
condicin creada del hombre, mientras que la muerte prematura
s corresponde a la culpa merecida:
Vas a seguir t la ruta antigua que anduvieron los hombres
perversos? Antes de tiempo fueron aventados, cuando un ro
arras sus cimientos. Los que decan a Dios: Aprtate de
nosotros! Qu puede hacernos Shadday? (Job 22,15-17).
Los que no tienen en cuenta a Dios y no lo alaban con su
vida mueren en plena juventud, y su vida en la edad
juvenil (Job 36,14). Por eso, ms all de su existencia
perecedera, el salmista tiene conciencia de que el hombre est
destinado a alabar a Dios. El hombre que ha descubierto su
superioridad sobre las dems creaturas es incapaz de expresar
este hecho alabndose a s mismo. Slo encuentra palabras de
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alabanza dirigida a Dios, como son las del estribillo de
comienzo y final de este salmo de alabanza individual:
Oh YHWH, Seor nuestro, qu glorioso tu nombre por toda
la tierra! (Sal 8,10).
Porque tambin es consciente que su coronacin para que sea
administrador del mundo dista mucho de ser obvia ni est
fundamentada en l mismo, ya que es sumamente pequeo y
desvalido en medio de la inmensidad del universo creado por
Dios. De ah que se pregunte admirado:
qu es el hombre para que de l te acuerdes, el hijo de Adam
para que de l te cuides? (8,5).
Sal 104: Alma ma, bendice a YHWH! YHWH, Dios mo,
qu grande eres! Vestido de esplendor y majestad,
arropado de luz como de un manto.
Este salmo, representativo de la consideracin israelita del
universo, nos muestra el mundo de un modo muy distinto
respecto a la imagen que tiene del mismo la cultura
occidental. No trata de la naturaleza, que es un objeto de
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observacin, un ser regido por leyes estables que manifiestan
su armona. Israel piensa en el mundo, no como un cosmos
ordenado, sino como un obrar contnuo de Dios. El mundo vive
de la accin creadora de Dios, que obra renovadamente y sin
cesar. Sin l muere: les retiras su soplo, y expiran y a su polvo
retornan. Envas tu soplo y son creados, y renuevas la faz de
la tierra (104,29-30).
La gloria de Dios que se manifiesta en sus acciones en su
creacin hace anhelar la luz de un mundo nuevo y distinto, en
el que no haya ya lugar para los malvados. En ese mundo el
hombre no podr menos que reaccionar con una alabanza
cotidiana por las obras de YHWH, conciente de la
dependencia en que vive:
A YHWH mientras viva he de cantar, mientras exista
salmodiar para mi Dios. Oh, que mi poema le complazca! Yo
en YHWH tengo mi gozo. Que se acaben los pecadores en la
tierra, y ya no ms existan los impos! Bendice a
YHWH, nefesh mo! (33-35).
.
2- Cnticos de oracin (tefillah) a- Oracin del Individuo:
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En las primeras palabras aparece la invocacin a YHWH,
seguida, a veces, de una autodescripcin de la desdicha del
orante, de la splica o el deseo ardiente. Tambin se expresa
la confianza o la inocencia del orante.
Sal 16,1-3: Gurdame, oh Dios, en ti est mi refugio. Yo
digo a YHWH: T eres mi Seor, mi bien, nada hay
fuera de ti; ellos, en cambio, a los santos que hay en la
tierra: Magnficos, todo mi gozo en ellos!
El orante busca proteccin y YHWH ha respondido dando
una palabra de consejo que lo confirma en la confianza. Por
medio de esa palabra se ha revelado al Salmista como quien
seala siempre hacia la vida, como un Dios bondadoso. Por
eso el orante edifica exclusivamente su existencia sobre ese
fundamento que es YHWH mismo: pongo a YHWH ante m
sin cesar; porque l est a mi diestra, no vacilo (16,8).
Sal 23,1s.4: YHWH es mi pastor, nada me falta. Por
prados de fresca hierba me apacienta Aunque pase por
valle tenebroso, ningn mal temer, porque t vas
conmigo; tu vara y tu cayado, ellos me sosiegan.
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El transfondo de este salmo de confianza lo constituye un
peligro concreto. El orante tiene enemigos, su vida est
amenazada y perseguida. Pero en el Templo, el perseguido
encuentra proteccin para su vida. Tenemos dos ejemplos de
personas que, temiendo a su enemigo, buscaron resguardar su
vida en el Santuario: Adonas tuvo miedo a Salomn, se
levant y se fue y se agarr a los cuernos del altar (1 Re 1,50).
Joab hara poco despus lo mismo (1 Re 2,28-35), pero en su
caso el Santuario no le garantiz seguridad, segn lo indicado
en la Ley, puesto que haba asesinado a sangre fra a Abner y
a Amas:
al que se atreva a matar a su prjimo con alevosa, hasta de mi
altar le arrancars para matarle (Ex 21,14).
As se entienden como asilo protector las palabras del Salmo:
S, dicha y gracia me acompaarn todos los das de mi vida;
mi morada ser la casa de YHWH a lo largo de los das (Sal
22,6).
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YHWH pasa a ser as el anfitrin que, de acuerdo a las normas
de hospitalidad oriental, garantiza la seguridad de su
husped, como Lot con los enviados divinos en Sodoma o
como el forastero habitante de Guibe con el levita de Efram
(Jue 19,23). Ambos haban ofrecido a sus hijas vrgenes para
que se abuse de ellas con tal que se respetara a sus huspedes:
Mirad, aqu tengo a dos hijas que an no han conocido varn.
Os las sacar y haced con ellas como bien os parezca; pero a
estos hombres no les hagis nada, que para eso han venido al
amparo de mi techo (Gn 19,8).
YHWH protege a su husped agasajndolo y honrndolo
magnficamente. La expresin: T preparas ante m una mesa
frente a mis adversarios, podra referirse a un convite festivo
que acompaa el sacrificio de accin de gracias. Pero toma
una fuerza especial cuando se tiene en cuenta la situacin de
persecucin padecida por el orante. En este sentido una carta
dirigida por un prncipe vasallo al faran (Amenhotep IV?)
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nos ofrece una imagen viva de un perseguido que busca
proteccin al amparo de un poderoso: Conceda el faran
regalos a su servidor, mientras nuestros enemigos lo
contemplan! (Knudtzon, El-Amarna-Tafeln, 100,33-35). En este
caso debe tratarse tambin de un gesto ostensible del faran
que haga ver a los enemigos: el prncipe de esa ciudad se halla
bajo la poderosa tutela del rey de Egipto. El orante, con
ocasin del sacrificio presenciado por sus enemigos, poda
estar seguro de encontrarse bajo la proteccin de Dios.
Sal 7,2-6.17: YHWH, Dios mo, a ti me acojo, slvame de
todos mis perseguidores, lbrame; que no arrebate como
un len mi vida el que desgarra, sin que nadie libre!
YHWH, Dios mo, si algo de esto hice, si hay en mis
manos injusticia, si a mi bienhechor con mal he
respondido, si he perdonado al opresor injusto, que el
enemigo me persiga y me alcance, estrelle mi vida contra
el suelo, y tire mis entraas por el polvo!
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Se trata de una situacin semejante a la del Salmo
anteriormente estudiado, pero en este caso hay, no slo un
pedido de proteccin, sino tambin una apelacin al Juez justo
que todo lo ve y conoce la inocencia o la culpa. El que ha
huido al Santuario afirma su inocencia y se somete, mediante
esta frmula de juramento de purificacin, al juicio divino,
aceptando cualquier desgracia como justo castigo en el caso
de ser culpable, pero tambin solicitando a Dios esos mismos
males para su acusador en caso de ser l inocente:
cav una fosa, recav bien hondo, mas cae en el hoyo que l
abri; revierte su obra en su cabeza, su violencia en su cerviz
recae (7,16-17).
Esta situacin cultual se describe en la oracin pronunciada
por Salomn el da en que el Arca de la Alianza fue
introducida por primera vez en el Santuario:
Cuando un hombre peque contra su prjimo y ste pronuncie
una imprecacin sobre l hacindole jurar delante de tu altar
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en esta Casa, escucha t desde los cielos y obra; juzga a tus
siervos, declarando culpable al malo, para hacer recaer su
conducta sobre su cabeza y declarando inocente al justo para
darle segn su justicia (1 Re 8,31-32).
Sal 62: En Dios slo el descanso de mi alma, de l viene
mi salvacin; slo l es mi roca, mi salvacin, mi
ciudadela, no he de vacilar. Hasta cundo atacaris a un
solo hombre, le abatiris, vosotros todos, como a una
muralla que se vence, como a pared que se desploma?
Nuevamente un refugiado en el Templo apela al juicio de
Dios. All debe aguardar la sentencia absolutoria de Dios.
Ante la comunidad se acoge al juicio inminente, pero
manifiesta su inocencia y su confianza:
Dios ha hablado una vez, dos veces, lo he odo: Que de Dios
es la fuerza, tuyo, Seor, el amor; y: Que t pagas al hombre
con arreglo a sus obras (62,12-13).
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Aprovecha la oportunidad, tambin, para persuadir a todos
los oprimidos que ningn poder humano puede hacer frente
al justo juicio de Dios: Un soplo solamente los hijos de Adam,
los hijos de hombre, una mentira (62,10).
Y a los opresores les advierte: No os fiis de la opresin, no os
ilusionis con la rapia; a las riquezas, cuando aumenten, no
apeguis el corazn (62,10).
b- Oracin de la comunidad:
Despus de la invocacin a YHWH, se ofrece una
retrospectiva histrica que contempla la labor de salvacin
realizada por YHWH en tiempos anteriores y que culmina con
un llamamiento al Dios de Israel para que confirme su
fidelidad salvadora. La descripcin de las desdichas, los
clamores pidiendo ayuda, las reflexiones y las preguntas
determinan la parte principal de la oracin.
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Sal 44: Oh Dios, con nuestros propios odos lo omos, nos
lo contaron nuestros padres, la obra que t hiciste en sus
das, en los das antiguos, y con tu propia mano.
De un modo similar al caso de la splica individual, aqu es la
nacin entera la que se encomienda al juicio de Dios en una
situacin de fracaso ante una agresin extranjera:
Y con todo, nos has rechazado y confundido, no sales ya con
nuestras tropas, nos haces dar la espalda al adversario,
nuestros enemigos saquean a placer (10-11).
Tambin el pueblo en su conjunto tiene conciencia de su
inocencia: Nos lleg todo esto sin haberte olvidado, sin haber
traicionado tu alianza. No haban vuelto atrs nuestros
corazones, ni haba dejado nuestros pasos tu sendero, para
que t nos aplastaras en morada de chacales, y nos cubrieras
con la sombra de la muerte! (18-20).
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La comunidad orante sabe muy bien que su propia existencia
se funda en un acto gratuito de salvacin divina en la poca
de sus antepasados:
Para plantarlos a ellos, expulsaste naciones, para
ensancharlos, maltrataste pueblos; no por su espada,
conquistaron la tierra, ni su brazo les dio la victoria, sino que
fueron tu diestra y tu brazo, y la luz de tu rostro, porque los
amabas (3-4).
Por eso permanece fiel y constante en la alabanza, confiando
en que YHWH tambin seguir manteniendo su promesa:
lzate, ven en nuestra ayuda, resctanos por tu amor!.
La hostilidad que se padece no hace ms que evidenciar la
pertenencia del pueblo a YHWH: Por ti se nos mata cada da,
como ovejas al matadero se nos trata (44,23).
Este versculo hizo concluir a muchos que la situacin es la de
una persecucin religiosa a causa del cumplimiento de la Ley.
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El Talmud (Sot48a) refiere que durante la poca de los
macabeos los levitas cantaban diariamente: Despierta ya!
Por que duermes, Seor? (Sal 44,24a). Tambin Calvino en
su Comentario de los Salmos escribi:
No sabemos con seguridad quin fue el autor del salmo. Pero,
eso s, consta claramente que fue compuesto por alguien
distinto de David. Las lamentaciones que contiene encajan
muy bien en la poca desgraciada y calamitosa en la que haca
sus estragos la tirana brutal de Antoco, a menos que
queramos darle mayor amplitud a la poca, ya que, despus
del regreso del destierro, no hubo prcticamente ningn
tiempo que estuviera libre de grandes calamidades.
Sal 126,1-3: Cuando YHWH hizo volver a los cautivos de
Sin, como soando nos quedamos; entonces se llen de
risa nuestra boca y nuestros labios de gritos de alegra.
Entonces se deca entre las naciones: Grandes cosas ha
hecho YHWH con stos! S, grandes cosas hizo con
nosotros YHWH, el gozo nos colmaba!
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La visin retrospectiva que nos presenta el comienzo de este
Salmo nos remite de un modo clarsimo al regreso del
destierro babilnico despus del ao 538 aEC.
El contraste enunciado en los vv.5-6: al ir, va llorando,
llevando la semilla; al volver, vuelve cantando trayendo sus
gavillas, guardan correspondencia con la situacin de llanto y
con la negacin a cantar durante el exilio afirmada en un
Salmo rezado durante el destierro: A orillas de los ros de
Babilonia estbamos sentados y llorbamos, acordndonos de
Sin; en los lamos de la orilla tenamos colgadas nuestras
ctaras Cmo podramos cantar un canto de YHWH en una
tierra extraa? (137,1-2.4).
Al regreso s se poda cantar con alegra.
Cmo entender, entonces, la splica: Haz volver, YHWH a
nuestros cautivos como torrentes en el Nguev! (v.4)? Cmo
se puede celebrar el retorno si, a la vez, se lo est suplicando?
La situacin descrita con motivo de los Salmos de alabanza
imperativos explica que, a pesar del regreso, las esperanzas
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abrigadas durante el destierro no se haban cumplido todava.
Si la alabanza expresaba la confianza en YHWH que reina y
mova a la esperanza, la splica confirma una vez ms esa
confianza que YHWH cambiar la situacin como se
transforma el desierto al llegar la estacin de lluvias,
llenndose sus wadi de corrientes impetuosas.
c- Accin de gracias del individuo (todh): Estrechamente unido a
la splica, supone que se ha producido la salvacin que lo
saca de la desgracia.
Sal 30,2-4: Yo te ensalzo, YHWH, porque me has
levantado; no dejaste rerse de m a mis enemigos.
YHWH, Dios mo, clam a ti y me sanaste. T has sacado,
YHWH, mi alma del sheol, me has recobrado de entre los
que bajan a la fosa. El Salmo nos describe cmo el orante,
debido a una grave enfermedad, haba sido arrancado de
una felicidad sin preocupaciones hasta llegar a tener la
terrible experiencia de sentir el ocultamiento de Dios:
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Y yo en mi paz deca: Jams vacilar. YHWH, tu favor me
afianzaba sobre fuertes montaas; mas retiras tu rostro y ya
estoy conturbado (vv.7-8). Pero finalmente ha sido sanado y
puede cantar la maravillosa transformacin que ha
experimentado su suerte: Has trocado mi lamento en una
danza, me has quitado el sayal y me has ceido de alegra; mi
corazn por eso te salmodiara sin tregua; YHWH, Dios mo, te
alabar por siempre (vv.12-13).
Sal 32,1-2: Dichoso el que es perdonado de su culpa, y le
queda cubierto su pecado! Dichoso el hombre a quien
YHWH no le cuenta el delito, y en cuyo espritu no hay
fraude.
En presencia de un grupo de personas el orante se dirige a
Dios recordando su desgracia y agradeciendo la gracia
recibida. No se trataba de una enfermedad y su respectiva
curacin, sino que una situacin de pecado y el perdn
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obtenido son las realidades que experimenta sucesivamente
como desgracia y gracia:
Mi pecado te reconoc, y no ocult mi culpa; dije: Me
confesar a YHWH de mis rebeldas. Y t absolviste mi
culpa, perdonaste mi pecado (v.5).
Es probable entonces que el Salmo haya estado asociado en su
origen a alguna ceremonia de sacrificio por el pecado, tal
como ste es descrito en sus causas y procedimientos en el
libro del Levtico (4-5):
el que es culpable en uno de estos casos confesar aquello en
que ha pecado, y como sacrificio de reparacin por el pecado
cometido, llevar a YHWH una hembra de ganado menor,
oveja o cabra, como sacrificio por el pecado. Y el sacerdote
har por l expiacin de su pecado (Lev 5,5-6).
.3- Cnticos del rey (maasay lemlek): Tratan de temas reales, tales
como la entronizacin. Los antiguos privilegios de los reyes
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jebuseos de Jerusalem son transferidos a los descendientes de
la dinasta davdica.
Sal 2,6: Ya tengo consagrado a mi rey en Sin mi monte
santo. Voy a anunciar el decreto de YHWH: l me ha
dicho: T eres mi hijo; yo te he engendrado hoy.
Sal 110: Orculo de YHWH a mi Seor: Sintate a mi
diestra, hasta que yo haga de tus enemigos el estrado de
tus pies. El cetro de tu poder lo extender YHWH desde
Sin: domina en medio de tus enemigos! Para ti el
principado el da de tu nacimiento, en esplendor sagrado
desde el seno, desde la aurora de tu juventud. Lo ha
jurado YHWH y no ha de retractarse: T eres por
siempre sacerdote, segn el orden de Melquisedec.
Sal 72,1-2: Oh Dios, da al rey tu juicio, al hijo de rey tu
justicia: que con justicia gobierne a tu pueblo, con
equidad a tus humildes. La atribucin a Salomn en el
epgrafe se explica a partir de la mencin ben-mlek (hijo
del rey) en el primer verso, puesto que lo ms frecuente
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era atribuir a David mlek la mayora de los Salmos. Se
consider entonces que el orante era el mismo hijo de
David, sucesor suyo, que peda sabidura y justicia para
su reinado. Pero sabemos bien que la expresin hijo de
rey, e incluso hijo de David se aplicaba a cualquier rey de
la dinasta davdica. Por ejemplo se dice del rey Amasas,
hijo de Jos:
Hizo lo recto a los ojos de YHWH, pero no como su padre
David; hizo en todo como su padre Jos (2 Re 14,3).
El Salmo contiene una intercesin y un deseo de bendicin en
favor del monarca elegido por YHWH. Los bienes deseados
responden a un ideal de realeza para todos los tiempos. Las
experiencias histricas de frustracin en la realizacin de este
ideal llevaron a interpretar esta oracin en un sentido de
esperanza futura, por eso judos primero, y cristianos
despus, lo entendieron como un Salmo mesinico.
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Sin embargo no debemos dejar de notar que el Rey Mesas
esperado en los ltimos tiempos no necesita las oraciones y
los deseos, y menos el deseo de que haya paz y prosperidad
en su reino. Con l la espera habr concluido porque su poder
ser efectivo. Por eso es ms probable que el sentido original
haya sido el de una bendicin sobre el rey en el momento de
ser coronado o en alguna fiesta en su honor.
Estos deseos corresponden muy bien a la conciencia que
tenan generalmente los soberanos orientales de ser
depositarios de una misin divina. As Hammurabi, rey de
Babilonia en la poca de los patriarcas hebreos, escribi de s
mismo en su famosa estela:
Los grandes dioses me han nombrado y soy yo el pastor que
protege, cuyo cetro es justo. Mi sombra bienhechora se ha
extendido sobre mi ciudad; he tenido en mi seno a las gentes
del pas de Sumer y de Acad; han prosperado gracias a mi
Buena Fortuna; los he gobernado en paz, los he protegido con
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mi experiencia. Para que el fuerte no oprima al dbil, para
hacer justicia al hurfano y a la viuda, en Babilonia, la ciudad
cuya cima han elevado Anu y Enlil, en el Esagil, el templo
cuyos fundamentos son tan estables como los cielos y la tierra,
para pronunciar los juicios relativos al pas, para tomar las
decisiones relativas al pas, para hacer justicia al oprimido, he
escrito mis palabras preciosas en mi estela y la he levantado
ante mi estatua de rey de justicia (Ham. Eplogo).
El orante tiene deseos semejantes para el hijo de David.
Habr que descartar como caduca toda interpretacin
mesinica? Si el Salmo contuviera nada ms que deseos,
ciertamente no son necesarios para el Mesas. Pero en la
medida que el Salmo contiene claras certidumbres, hay que
leer estas seguridades como anuncios profticos que
responden muy bien a las expectativas mesinicas del
judasmo postexlico y rabnico.
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Sal 132,1: Acurdate, YHWH, en favor de David, de todos
sus desvelos.
Este Salmo hace pensar en la existencia de una fiesta, tal vez
anual, dedicada a la memoria de la fundacin de la casa real y
de su santuario. En ese da se podra haber celebrado una
liturgia en la cual se representaba escnicamente a travs de
una procesin cmo David haba trasladado el Arca a
Jerusalem:
Mirad: hemos odo de Ella que est en Efrat, la hemos
encontrado en los Campos de Yaar! Vayamos a la Morada de
l, ante el estrado de sus pies postrmonos! Levntate,
YHWH, hacia tu reposo, t y el Arca de tu fuerza! (v.6-8).
Tambin se escuchara en dicha liturgia un orculo
pronunciado en nombre de YHWH por el que Dios
prometera bendecir en ese lugar a David y a su descendencia
regia:
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Jur YHWH a David, verdad que no retractar: El fruto de tu
seno asentar en tu trono. Si tus hijos guardan mi alianza, el
dictmen que yo les enseo, tambin sus hijos para siempre se
sentarn sobre tu trono. Porque YHWH ha escogido a Sin,
la ha querido como sede para s: Aqu est mi reposo para
siempre, en el me sentar, pues lo he querido All suscitar
a David un fuerte vstago, aprestar una lmpara a mi mesas;
de vergenza cubrir a sus enemigos, y sobre l brillar su
diadema (v.11-14.17-18).
Nuevamente debemos tener en cuenta que estas bendiciones
se esperaban para el mesas inmediato. La cada de la
monarqua judata y la esperanza de su restauracin llev a
aguardar las mismas, de un modo cada vez ms ideal, para la
poca del Mesas futuro y definitivo.
4- Cnticos de Sin (shir zyion): Se trata de salmos que glorifican a
Sin, la montaa santa de Jerusalem donde YHWH est
presente. Al parecer, los mismos extranjeros conocan un
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conjunto de salmos cantados por los judos desterrados que
llevaba ese nombre:
Cantad para nosotros un cantar de Sin! (Sal 137,3).
Tanto ms doloroso es el canto de la gloria de Sin en cuanto
fue destruida en su mayor parte por los ejrcitos caldeos.
Sal 48: Grande es YHWH, y muy digno de alabanza en la
ciudad de nuestro Dios; su monte santo, de gallarda
esbeltez, es la alegra de toda la tierra; el monte Sin,
confn del Norte, la ciudad del gran Rey: Dios, desde sus
palacios, se ha revelado como baluarte.
Sal 76: En Jud Dios es conocido, grande es su nombre en
Israel; su tienda est en Salem, su morada en Sin, all
quebr las rfagas del arco, el escudo, la espada y la
guerra.
A Sin se la suele designar como el monte en el Norte (Saphon).
Ms que ser sta una indicacin geogrfica (sera incorrecta),
alude al monte de los dioses que se eleva hasta el mundo
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celestial. Un texto mitolgico cananeo de la ciudad de Ugarit
llama con el mismo nombre al monte donde Baal se revela:
Yo conozco el rayo que los cielos ignoran, una palabra que los
hombres no conocen, que las multitudes de la tierra no
comprenden. Ven y yo te me revelar en mi montaa, el
divino Sapn, en mi santuario, en la montaa de mi patri-
monio, en el lugar placentero, en la altura majestuosa (citado
en Equipo Cahiers Evangile, Oraciones del Antiguo Oriente,
p.62).
Y el profeta condena la arrogancia de un rey extranjero con
aspiraciones divinas, que pretende reinar desde monte:
T que habas dicho en tu corazn: Al cielo voy a subir, por
encima de las estrellas de Dios alzar mi trono, y me sentar
en el Monte de la Reunin, en el confn del norte. Subir a las
alturas del nublado, me asemejar al Altsimo Ya!: al sheol
has sido precipitado a lo ms hondo del pozo (Is 14,13).
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Tal vez se trate de Senaquerib de Asiria, asesinado por sus
hijos al regreso de la campaa contra Jerusalem.
Se consideraba a Sin el centro del mundo y se le daba el
nombre de ombligo (Ez 38,12). Segn esta perspectiva
reflexion la tradicin recogida en un libro judo escrito entre
150 y 100 aEC.:
Conoci No que el jardn de Edn es el santo de los santos, y
la morada del Seor; y que el monte Sina es el centro del
desierto; y que el monte Sin es el centro del ombligo de la
tierra; estos tres fueron creados como lugares santos que se
miran y contemplan entre s mutuamente (Jubileos 8,10-12).
Esta alta estima por la ciudad del Santuario mova desde las
ms lejanas tierras a los peregrinos que queran encontrarse
con el Dios de Israel en su propia Casa. Los Salmos animaban
la marcha, sobre todo en sus ltimos tramos, cuando ya poda
avistarse la ciudad. Tal es el caso del canto del peregrino a la
fiesta de las Tiendas, cuando comenzaba la estacin de las
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precipitaciones despus del seco y caluroso verano, y el agua
de la lluvia aliviaba al extenuado caminante:
Sal 84,2-3.7-8: Qu amables tus moradas, oh YHWH Se-
baot! Anhela mi alma y languidece tras de los atrios de
YHWH, mi corazn y mi carne gritan de alegra hacia el
Dios vivo Al pasar por el valle del Blsamo, lo hacen un
hontanar, y la lluvia primera lo cubre de bendiciones. De
altura en altura marchan, y Dios se les muestra en Sin.
Tambin un Salmo serva para expresar el gozo del peregrino
que despus de una fatigosa travesa llegaba a la ciudad santa:
Sal 122: Oh que alegra cuando me dijeron: Vamos a la
Casa de YHWH! Ya estamos, ya se posan nuestros pies
en tus puertas, Jerusalem! Jerusalem, construida cual
ciudad de compacta armona, a donde sube las tribus, las
tribus de YHWH, es para Israel el motivo de dar gracias
al nombre de YHWH.
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5- Poemas didcticos (hokmot tebunot)
En las dems categoras de salmos aparecen los motivos
sapienciales, pero de un modo especial en algunos que
reflexionan sobre la torah.
Sal 1: Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los
impos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el
banco de los burlones se sienta, mas se complace en la
Ley de YHWH, su ley susurra da y noche!
Sal 119: Dichosos los que van por camino perfecto, los que
proceden en la ley de YHWH. Dichosos los que guardan
sus dictmenes, los que le buscan de todo corazn, y los
que sin cometer iniquidad, andan por sus caminos.
Es importante tener en cuenta el alcance de la expresin torah.
La traduccin frecuente de Ley mueve a una comprensin
legalista que ve en ella una codificacin de preceptos. Para
esta realidad el hebreo utiliza la palabra mitzv. En
cambio, Torah es instruccin, en el sentido de revelacin de la
voluntad salvfica de Dios. Por eso los primeros cinco libros
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de la Escritura, que narran los acontecimientos salvadores que
Dios obr en medio de su pueblo, son leidos y meditados
como Torah, aunque su contenido sea mayormente narrativo y
no preceptual.
El que se dedica a meditar esta Instruccin de YHWH (la
historia salvfica y la voluntad divina contenida en ella) es un
hombre feliz. Su vida tiene sentido y plenitud:
Es como un rbol plantado junto a corrientes de agua, que da
fruto a su tiempo, y jams se amustia su follaje; todo lo que
hace sale bien (Sal 1,3).
Para llegar a ser tal, el sabio egipcio Amenemope propone una
actitud, que es la reserva y el silencio que carcteriza al sabio:
El hombre verdaderamente silencioso se mantiene aparte. Es
como rbol que crece en un jardn. Florece y produce doble
fruto: Se halza ante su seor. Sus frutos son dulces; su sombra,
placentera; y envejecer en el jardn (citado en Krauss, op.cit. I
p.188).
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6- Salmos de fiestas: Son los cnticos vinculados a la celebracin
litrgica de alguna de las festividades religiosas del
calendario israelita. La principal era la fiesta de las Tiendas,
para el ao nuevo.
Sal 50,1-3.5-6: El Dios de los dioses, YHWH, habla y
convoca a la tierra desde oriente hasta occidente. Desde
Sin, la hermosa sin par, Dios resplandece, viene nuestro
Dios y no callar Congregad a mis fieles ante m, los
que mi alianza con sacrificio concertaron! Anuncian los
cielos su justicia, porque es Dios mismo el juez.
Sal 81,3: Entonad la salmodia, tocad el tamboril, la
melodiosa ctara y el arpa; tocad la trompeta al nuevo
mes, a la luna llena, el da de nuestra fiesta! Porque es una
ley para Israel, una norma del Dios de Jacob; un dictamen
que l impuso en Jos, cuando sali contra el pas de
Egipto.
Estos dos Salmos podan ser parte de una gran fiesta en la que
el pueblo se reuna en un lugar de culto para celebrar la
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renovacin de la alianza con Dios. En el marco de la misma se
oa la lectura de las clusulas del pacto y se haca el propsito
de renovarlo de todo corazn. Detalles de estos Salmos
evocan la escena de la manifestacin de YHWH en el Sina :
Delante de l, un fuego que devora, en torno a l, violenta
tempestad; convoca a los cielos desde lo alto, y a la tierra para
juzgar a su pueblo (50,3-4). El contenido de la Alianza es el del
pacto sinatico:
No haya en ti dios extranjero, no te postres ante un dios
extrao; yo, YHWH, soy tu Dios, que te hice subir del pas de
Egipto; abre toda tu boca, y yo la llenar (81,10-11). Celebrada
en los antiguos santuarios israelitas del norte primero (en
Siquem?), tal vez despus en Jerusalem, esta fiesta era la
ocasin para que los levitas ofrecieran una instruccin al
pueblo congregado.
https://domingocosenza.wordpress.com/2015/06/03/generos-y-teologia-de-los-salmos/
[10/06/2015]