Post on 05-Jan-2020
ARTE BURILADOHERMOSAS CREACIONES EN
MATE DE SIXTO SEGUIL
◆ MJO: Maestro del periodismo
◆ Retorno de un luthier clásico
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Semanario del Diario Oficial El Peruano
| Año 104 | 3a etapa | N° 243
2 VARIEDADES
CUERDAS
2008 © TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.
Variedades es una publicación del Diario Oficial
DIRECTOR FUNDADOR : CLEMENTE PALMA
DIRECTOR (E) : JORGE SANDOVAL CÓRDOVA
EDITOR : MOISÉS AYLAS ORTIZ
EDITOR DE FOTOGRAFÍA : JEAN P. VARGAS GIANELLA EDITOR DE DISEÑO : JULIO RIVADENEYRA USURÍN
DIAGRAMACIÓN : CÉSAR FERNÁNDEZ FERNÁNDEZ
TELÉFONO : 315-0400, ANEXO 2030 CORREOS : VARIEDADES@EDITORAPERU.COM.PE MAYLAS@EDITORAPERU.COM.PE
RESUMEN MANUEL BACA, CONSTRUCTOR DE INSTRUMENTOS
Retorno alas cuerdas
CREACIÓN. Los trabajos en mate burilado del maestro Sixto Seguil destacan por su belleza y originalidad. FOTO: Jack Ramón Morales
4 | CRÓNICASer discapacitados no impide a tres jóvenes
expresar su talento creador.
6 | ARTE POPULAREl reconocido maestro del mate burilado
Sixto Seguil cuenta su historia.
8 | TURISMOLos múltiples atractivos turísticos de la
provincia de Palpa, en Ica.
12 | PERFILUn sentido homenaje al desaparecido
periodista Manuel Jesús Orbegozo.
16 | EL OTRO YOMitsuharu Tsumura afirma
que la paciencia y la humildad
son las mayores virtudes que
debe tener un cocinero.
PORTADA ESCRIBE/FOTOS: JOSÉ VADILLO
“A quí, cualquier artesano que está aprendiendo
a hacer guitarras se hace llamar luthier". Manuel Baca está indignado; sube lentamente
las escaleras de su casa, aquí en el kilómetro 14 y medio
de la Túpac Amaru, apoyándose sobre un bastón. Baca
lleva algunos unos meses reencontrándose con su taller,
en el tercer piso de su casa; con sus herramientas; con
las virutas que quedan en este ejercicio de arrancarle a
los maderos formas de sirenas cantoras; de guitarras,
charangos, mandolinas...
–Luthier no es cualquiera –continúa cuando llegamos
al segundo piso–, es un término que defi ne a quienes tienen
la capacidad y conocen la técnica para construir cualquier
instrumento de cuerda, no solo guitarras. Y este artesano
abancaíno se ha ganado, a puro golpe de trabajo, el título de
luthier, de maestro constructor de instrumentos de cuerda.
Se sienta sobre un poyo e ironiza: "Algunos me daban
por muerto". Cerca de un
quinquenio de ausencia para
un constructor de guitarras
es una eternidad en estos
tiempos del mercado y de la
competencia. Casi un suicidio
laboral. Cinco años en que sus
instrumentos se llenaron de
polvo y también su fama.
Ese silencio laboral se lo
debe a la diabetes, comenta.
Cinco años también que vive
solo y sus hijos lo visitan cada
Una enfermedad lo mantuvo alejado cinco años y hoy, el luthier abancaíno Manuel Baca, considerado uno de los mejores constructores de guitarra del país, retoma su actividad buscando el equilibro entre graves, medios y agudos.
fi n de semana. Baca ha perdido varios kilogramos, sí, ya no
luce vigoroso, como en la foto que cuelga sobre la pared, y se
la tomaron para la sesión de una revista ya desaparecida.
Nació "en la tierra de Tulio Loza", Abancay. Llegó a Lima
muy niño, un día que se escapó de su pueblo junto con su
primo. Recuerda que le decían cholito, que solo sabía hablar
quechua, y se le abren los ojos cuando recuerda que se tiraba
a un costado de la pista cada vez que veía un automóvil pasar
a toda velocidad. Pero Manuel Baca ya estaba enamorado de
las formas de las guitarras. Porque lo suyo es genético. En
Abancay, había aprendido a hacer charangos solo viendo a
su abuelo, Feliciano Escalante, que hacía de todo, violines,
sombreros, chicotes.
A los siete años de edad se hizo un "hualaichito", un cha-
rango pequeño y chillador que empezó a alquilarlo a un sol
con cincuenta centavos. Su padre era herrero y en sus ratos
libres sacaba su guitarra para cantar a dúo con la mamá de
Manuel, que también tocaba el
rondín y hacía llorar y reír con
sus huainos. Y en el colegio,
antes de huir rumbo a Lima,
a Manuel Baca ya le llamaban
científi co, porque siempre era
inquieto, tratando de hacer co-
sas, moldeando su futuro.
En Lima, Baca empezó
ayudando en una casa, pero
no le gustaba esa labor y se
Lunes 19 de setiembre de 2011 3
PERSONAJE
De uno de los dos desvencijados estantes, el luthier saca
varios planos, porque para Baca el constructor profesional de
instrumentos de cuerda debe de trabajar con planos. Si bien
dice que la guitarra perfecta solo es facultad de Dios, explica
que uno se puede acercar a ella basándose en el estudio. Es
de los que creen que las mejores guitarras se hacen a base
de las maderas de palisandro, caoba, nogal. "Los europeos
han logrado destilar muy bien esas maderas, y por eso se
logran dulces sonidos", comenta Baca, quien considera que
el desaparecido fabricante de guitarras Alejandro Huertas, un
provinciano como él, es uno de los constructores de los que
más aprendió y al que menos crédito se le dio en vida.
Baca ha tenido algunos ayudantes, "pero los chicos se van
rápido, es lo común, creen que lo saben todo y se van. No se
perfeccionan y no avanzan". Me dice que de sus cinco hijos, el
que tiene "excelente mano" para la construcción de guitarras
es el arquitecto. A veces lo ayuda cuando lo visita, pero no
lo toma como un oficio. Tal vez su oficio se vaya con él, pero
quedarán como muestras sus guitarras y charangos que ha
vuelto a hacer, para felicidad de los conocedores.
hizo ayudante de una carpintería en el Callao. Como era de la
Sierra, le pusieron por chapa "Machaguay", y a los 14 años no
solo lijaba: sabía encharolar y a escondidas hizo de una pata
de ropero una voluta de violín. Después, pasó a una empresa
donde, cada noche, también aprendió a manejar a escondidas
los carros. Se hizo técnico de cocinas; pasó el tiempo y con
un brevete llegó a ser chofer de la Línea 40, pero siempre le
llamaba su vocación por las guitarras.
Ya vivía en un lotecito que invadió con su esposa en
Collique, Comas, y tenía hijos, pero un buen día se asoció con
un constructor piurano, "que hacía guitarras a base de clavo",
y empezó en el negocio para el que estaba signado. "¿Cómo,
ya no trabajas como chofer?", le preguntó su mujer. "Mientras
no te falte un pan en tu mesa, tú no te preocupes", recuerda
que le dijo a ella y empezó a construir guitarras.
Primero, como el piurano, hacía guitarras clavando la
tapa y la base con clavos. Luego, aprendió que así no eran
las cosas. Su búsqueda de una mejor guitarra con un sonido
perfecto lo llevó a buscar a los maestros constructores, "pero
casi todos son celosos y no enseñan nada, solo desde la puerta
me decían cualquier cosa cuando les preguntaba"; también
se relacionó con los concertistas (en uno de los dos estantes
de su segundo piso hay un póster desvencijado con el rostro
del guitarrista clásico español Andrés Segovia). Ahorraba su
dinero para ir a los conciertos de los guitarristas extranjeros
en los teatros. Trabajó con mucho ahínco con una guitarra y
se atrevió a llevarla a un maestro del Conservatorio Nacional
de Música. Lo miró despectivamente hasta que, para echarlo,
probó la guitarra que le alcanzaba el constructor y se quedó
sorprendido, ¿tú has hecho esta guitarra? Ahí empezaron a
reconocerlo, a tratarlo distinto.
"La gente no sabe lo que es la música", me dice mientras
recuerda el sonido de los violines Stradivarius que ha tenido el
placer de escuchar en su vida. El segundo piso es casi desolado.
En una pared cuelga un diploma, un rostro de Jesús. En esta
misma banca se sentó Manuelcha Prado para probar y llevarse
una guitarra igual que muchos alumnos del Conservatorio;
Pedro Arriola, del grupo Yawar, llegó muchas veces para probar
y llevarse charangos. Y ahora, ni bien se enteró de que Baca
ha vuelto, los ha encargado nuevamente.
4 VARIEDADES
CRÓNICA
Cómo alguien que no ve puede ser fotógrafo. Cómo alguien que nunca vio a un perro hace uno de arcilla. El talento no tiene que estar limitado por la falta de visión y así lo demuestran tres jóvenes liberteños que participan en un proyecto de mejora de capacidades.
ESCRIBE/FOTOS: ÓSCAR PAZ CAMPUZANO
Hoy o mañana será como siempre: brillará el día,
caerá la tarde y oscurecerá la noche como una
interminable función de teatro de tres escenas, con
horarios puntuales, butacas ilimitadas y libretos que se
construyen con el paso de los minutos y se convierten
en libros de historia, en cartas o en, simplemente, nada.
Pienso que Guiler, Mirella y Joel, los chicos de esta historia,
en algún momento de la puesta en escena dijeron que la
naturaleza escribió este cuento para otros, para quienes
nacieron con la mirada viva. Sin embargo, también pienso
que los tres han decidido coger su libreto y enseñarle al
respetable que, aunque hayan nacido ciegos, siempre
habrá una luz al final del camino.
Un día la arquitecta Mercedes Armas, en Madrid,
conoció un museo para invidentes. Cuando regresó al
Perú tuvo claro lo que iba a hacer. Recordó que había
sido voluntaria en el colegio especial Tulio Herrera León
de Trujillo, un centro educativo público al que le falta
presupuesto y profesores, pero no ganas de demostrarle a
los escépticos que ni la ceguera ni una extremidad menos
son muros imposibles de saltar. Armas escogió a diez
alumnos –todos invidentes–, entre ellos a Joel, Mirella
y Guiler, para que sean parte del proyecto que llamó
paradójicamente "Abre los ojos".
Viajaron al bosque de Cañoncillo e ingresaron guiados
al lugar de lagunas calladas, de viejos algarrobos, de pájaros
que cantan en lo alto y de zorritos que prefieren esconderse
entre los arbustos. Cómo pueden fotografiar tanta belleza que
no ven, es lo que se preguntó Mirella antes de intentarlo. Tocó
los árboles y la tierra, olió todo a su alrededor, escuchó los
sonidos que más le agradaron y se detuvo, armó la escena
en su mente e intuyó que era linda. Disparó una y otra vez,
sin prisa, emocionada, igual que sus demás compañeros de
bastón y mirada sin rumbo.
"La experiencia fue espectacular porque ellos no ne-
cesitan ver para sentir. Son más sensibles que nosotros.
EL ARTE COMO ELEMENTO INTEGRADOR
Talento a oscuras
Lunes 19 de setiembre de 2011 5
TRUJILLO
Cuando fotografi amos sólo capturamos una imagen en
el tiempo, pero ellos congelan algo más que eso, como
sonidos y olores", dice Mercedes, quien a los tres años se
preguntaba cómo es que su tía abuela –que por entonces
tenía 90 años y ceguera– podía reconocerla con sólo
acariciarle el rostro.
Las pinceladas multicolores fueron tan intensas como
darle forma a la arcilla. De sus manos desplazadas por
la magia de la intuición se armaban estampas abstractas
al ojo humano, pero legibles para el corazón que en sus
ratos más fi losófi cos podía terminar cuestionándose: si
el amor es ciego, el arte por qué no. Después de varios
días de talleres, la muestra fue inaugurada y las obras se
pusieron a la venta para intentar lo que parece difícil en
ciudades como ésta: incluir a las personas con discapacidad
al mundo de los que nos creemos normales.
Guiler Hualcas quizá tengan la historia más triste.
Nació ciego hace 22 años en el distrito de Huancaspata,
en la provincia de Pataz, a más de veinte horas en ómnibus
desde Trujillo, ciudad a la que llegó por primera vez a sus
tres años para que un médico haga el milagro de dar vida
a esos ojitos caprichosos y le devuelva la alegría a una
madre que sufría por doble razón, porque su hija Fiorella
también padecía lo mismo. En ese entonces les dijeron
que tal vez había solución con algunas operaciones, pero el
deseo costaba caro y las ilusiones de esa familia del ande
de La Libertad se fueron extinguiendo, como suele suceder
con muchos sueños valorizados en nuevos soles.
Hace poco su madre falleció y Guiler perdió a la única
mujer que le mostró luz entre tanta oscuridad, la que dejó
sus tierras por un solo deseo que no alcanzó a ver. Hoy
Guiler estudia en el colegio Tulio Herrera, sueña con ser
músico y vive del dinero que obtiene del centro de masajes
que puso con otros compañeros, también, invidentes. Así
escribe su propio libreto.
A su madre un día le hablaron acerca del colegio
especial y decidieron viajar a Trujillo, a siete horas de su
adorable caserío, lejos de sus recuerdos de infancia. En
mayo de 2010, Mirella se matriculó en la institución educa-
tiva, ahora cursa el tercer grado de primaria y ya aprendió
a leer en el sistema braille. Lo único que aún no hace es
caminar sola por Trujillo, lugar que aún le da miedo.
A diferencia de Guiler y Mirella, Joel Valencia sí fue
operado de la vista hasta en cinco oportunidades. La
primera intervención fue a los ocho meses de nacido,
pero, según le contó su madre, los médicos fallaron y
su ojo izquierdo quedó inservible para siempre. La única
esperanza fue salvarle el derecho.
A los veinte años todo se le hacía más difícil. Después
de haber dejado el colegio para repartir pan y ganarse
los centavos que le hacían falta, su problema visual se le
acentuó y terribles dolores en los ojos lo martirizaban. Su
enfermedad avanzaba y la indiferencia de la gente también.
En junio de 2008 lo comprendió con más fuerza cuando
intentaba cruzar una avenida. Una joven lo llamó ladrón
y le dio tres cachetadas. Joel, expuesto a los curiosos,
fue llevado hasta la comisaría y, pese a que había repe-
tido una y otra vez que no había forma de ser un ladrón
porque no veía, tuvo que mostrar las fi chas de su control
oftalmológico para que le creyeran. Todos sintieron culpa,
pero algo que le falta a Joel es rencor y decidió dejarlo allí.
Clarita, la joven, se abalanzó sobre él, le ofreció disculpas
y ahora son buenos amigos.
Finalmente, el destino hizo que los tres se conocieran,
compartieran las mismas ilusiones y saborearan juntos la
victoria para creerse los dueños del mundo, imparables e
invencibles. La vez que los conocí, les pedí que miraran de
frente para la fotografía y los tres rieron. "Ya, chicos, miren
hacia adelante", dijo uno, en tono amable, pero burlesco, y
a mí no me quedó otra cosa. Sonreí, avergonzado, aunque
con la tranquilidad de que para ellos esto es parte de la
función que tiene aún muchos motivos para continuar.
Mirella Vera tiene 19 años, nació ciega en un pueblito
llamado La Arena, en el distrito de Huamachuco, y durante
toda su vida se dedicó a la agricultura. Se levantaba a las
cinco de la mañana para ir a la chacra a sembrar papa,
oca y trigo. Trece horas después, retornaba a casa para
alistarse y enrumbar a su templo evangélico en donde
nunca dejó de pedir el milagro que hasta ahora no ha
llegado; pero que, ella está segura, llegará. "Porque para
Dios no hay nada imposible", dice.
'"LA EXPERIENCIA FUE ESPECTACULAR PORQUE ELLOS NO NECESITAN VER PARA SENTIR. SON MÁS SENSIBLES QUE NOSOTROS. CUANDO FOTOGRAFIAMOS SÓLO CAPTURAMOS UNA IMAGEN EN EL TIEMPO, PERO ELLOS CONGELAN ALGO MÁS QUE ESO, COMO SONIDOS Y OLORES."
6 VARIEDADES
ARTE POPULAR
ESCRIBE: MOISÉS AYLAS ORTIZFOTOS: JACK RAMÓN MORALES
E n las manos de Sixto Seguil la cáscara de la calabaza
seca cobra vida. En cuestión de horas la corteza se
empieza a llenar de personajes, figuras y líneas.
Cuentan una historia. El trabajo responde a la imaginación
del maestro Seguil quien nos cuenta su vida mientras sus
manos ágiles hacen su trabajo.
Nacido en Cochas Chico, provincia de Huancayo, en
Junín, don Sixto empezó a trabajar con el mate burilado
antes de cumplir los 5 años. "Aprendí este hermoso arte
de mi madre, Apolonia Dorregaray. Al principio ayudaba
a calar", cuenta.
SIXTO SEGUIL DORREGARAY
Maestro del buril
Él es heredero de una tradición familiar que se remonta a fines del siglo XIX. Sixto Seguil eleva a la categoría de arte el trabajo del mate burilado. En sus obras se perennizan las costumbres y tradiciones de su pueblo, Cochas, en Huancayo.
Poco a poco su habilidad fue creciendo y a los 13 años
elaboró su propio mate. En él contaba sobre la festividad
de la Virgen de Cocharcas y el baile de la chonguinada. "Lo
vendimos a una pareja de turistas que pagaron un buen
precio". Don Sixto recuerda cada detalle de esa historia.
"Un día pasó una pareja de turistas extranjeros que
se interesó por el mate y preguntaron el precio. Mi madre
pidió 20 soles –en ese tiempo los mates se vendían a 1
sol o 50 centavos, precisa–. Los turistas se fueron, pero
al rato regresaron y nos comentaron que iban a comprarlo
y preguntaron quien hizo el trabajo. Cuando les digo que
fui yo, me felicitaron y me dieron un dinero extra. No lo
acepté, pero ellos insistieron y se fueron. Pensábamos
que era una broma, pero no fue así", afirma.
Lunes 19 de setiembre de 2011 7
COCHAS
Sixto Seguil tuvo una gran maestra en su madre Apolonia
Dorregaray, quien a su vez lo heredó de su padre Toribio
Dorregaray y del abuelo Manuel Dorregaray, iniciador de
esta tradición. Doña Apolonia era una humilde campesina
de Cochas que en sus ratos libres trabajaba burilando mates
para obtener más ingresos. Las bondades de sus creacio-
nes llegaron a oídos de José María Arguedas. El escritor
andahuaylino viajó hasta Huancayo, en 1962, en busca de
doña Apolonia para felicitarla por su arte. La visita quedó
inmortalizada en una foto tomada en la plaza Constitución
y en donde aparecen el Amauta, doña Apolonia, un joven
Sixto Seguil y otros artesanos más.
Con esta visita se abrió un nuevo destino. Llegaron
invitaciones para viajar a Lima y participar en exposiciones
donde podían mostrar y vender sus trabajos. Al principio
tuvieron reticencias, pero sus amigos los animaron y con
reservas atendieron una invitación para participar en una
tienda de arte popular que se inauguró en Mirafl ores.
El éxito fue casi inmediato, luego llegaron más invita-
ciones y el joven Sixto se animó a establecerse en la capital.
En 1967 fue convocado a la inauguración del Parque de Las
Leyendas y a abrir un puesto de ventas en la entrada del
nuevo zoológico de Lima. Participa, además, en la Primera
Bienal de Artesanía en el Museo de Arte de Lima.
Como el éxito de las tiendas de artesanías fue creciendo
en la capital, varias autoridades locales se animaron a tener
una propia en su distrito. Así el alcalde de Bellavista lo invita a
ser miembro de una feria en el cruce de las avenidas Faucett
y Colonial. El lugar no era un simple puesto de ventas, los
artesanos tenían el espacio para trabajar sus creaciones.
En el gobierno militar de Juan Velasco Alvarado se crea
el Sinamos, que organiza exposiciones de arte popular y
en donde participan artistas de la talla de Joaquín López
Antay, Hilario Mendívil, Edilberto Mérida, Antonio Olave y
Sixto Seguil.
Con el tiempo llegan las invitaciones para viajar al
extranjero para participar en exposiciones, ferias artísticas
y culturales. Visitó Ecuador, Venezuela, Brasil. También fue
invitado a la Exposición Mundial de Artesanía en Taiwán y
otro evento similar en Berlín.
Don Sixto nos muestra sus trabajos, cada uno con una
riqueza visual incomparable y singular. Cada mate cuenta
una y varias historias a la vez. Hay una que habla de las
tradiciones del Valle del Mantaro, sus fi estas, sus danzas,
sus actividades agrícolas. Otro narra sobre la cosmovisión
andina, con sus animales emblemáticos: el cóndor, del puma
y la serpiente. También cuentan sobre historias citadinas,
de nuestro rico pasado arqueológico y de la fe católica. En
sus trabajos aplica diversas técnicas: el estilo preínca, que
usa el fondo negro; el inca, que tiene tonos oscuros como
el marrón; y ahora el Nasca, de color rojo.
A sus 67 años de edad, Sixto Seguil continúa trabajando,
junto a su esposa y sus hijas, ellas también han aprendido el
arte del burilado, aunque no le dedican todo el tiempo que
quisieran. Siempre está a la búsqueda de nuevos temas, de
nuevas inspiraciones, y contar la historia del Perú a través
de los mates. Un creador innato.
"NOSOTROS NO SABÍAMOS QUIÉN ERA JOSÉ MARÍA ARGUEDAS. ÉL LLEGÓ Y FELICITÓ A MI MADRE Y LE DIJO QUE SU TRABAJO ERA UN ARTE. CUANDO LLEGAMOS A LIMA SUPIMOS QUIEN ERA ÉL. SUS PALABRAS NOS DIERON FUERZAS PARA SEGUIR TRABAJANDO."
8 VARIEDADES
TURISMO
PALPA
Los otros petroESCRIBE/FOTOS: ROLLY VALDIVIA CHÁVEZ
P ermítanme tomarme una licencia. Hoy no escribiré
pensando que esta crónica será publicada y leída
por ustedes. Hoy –y esa es la libertad que les estoy
solicitando y espero me sea concedida– redactaré como
lo hacía en mis años de estudiante, cuando todas mis
palabras palpitaban incertidumbre y mi única pretensión
era obtener la aprobación de los profesores.
Eso es lo que haré. No por un caprichoso arranque de
nostalgia o un ridículo afán de burlarme del tiempo. Hoy
pensaré, creeré, soñaré que mis frases serán leídas por
un maestro, lo siento, me corrijo: por el maestro, sí, por
él, solo por él, aquél viejo periodista que siempre pedía
concesión y precisión y nos hacía creer –me hacía creer–
que había escogido la mejor profesión del mundo.
Lo siento. Les pido disculpas y en verdad espero que
me entiendan, pero esta crónica la escribo para el "profe"
MJO (Manuel Jesús Orbegozo). A él quiero contarle ahora
sobre las líneas y petroglifos de Palpa, la provincia menos
conocida de la región Ica, como en mi época universitaria
le contaba sobre los cambistas de Ocoña o la restauración
de la Casona de San Marcos.
Debí hacerlo mucho antes. Sé que es tarde, pero igual
lo hago, con la vana esperanza de escucharle decir "qué
bonita esta frase" o "este texto lo publican en cualquier
periódico". Exageraba, lo decía de pura buena gente y para
darnos –o darme– ánimos y siguiéramos intentándolo.
Basta. Mejor no sigo. Me estoy poniendo gris. Debo
volver a lo mío. Arrinconar la tristeza ocasionada por su
partida y encaminar esta crónica de Palpa, con sus naranjas
y camarones, con su solcito que convoca a la siesta y
su quietud de pueblo querendón. Ya ve, "profe", lo estoy
logrando. Empiezo a escribir con ganas y pasión, como
usted lo hacía, como usted nos pidió –me pidió– que lo
hiciéramos siempre.
No sé si usted anduvo en Palpa. Supongo que sí. Total,
le dio la vuelta al planeta nueve veces. Qué envidia. Uno,
aquí, modestamente, anda tratando de terminar de conocer
el Perú y, en ese trajinar, un buen día cuando visitaba Ica,
decidí ignorar los sones afroperuanos de Chincha, la co-
munión entre el desierto y el mar de Paracas y la ondulante
imponencia de las dunas de la Huacachina.
EL RECORRIDO SE VUELVE DE VÉRTIGO. DE UN LADO AL OTROPUENTE COLGANTE. ESCUCHANDO QUE EN LA PROVINCIA SE MIL 500 GEOGLIFOS, ENTRE ELLOS EL RELOJ SOLAR, EL MÁS
Lunes 19 de setiembre de 2011 9
ICA
Paracas y Nasca son los atractivos principales de Ica, pero la región cuenta con más destinos y Palpa es uno de ellos. En la provincia se encuentran innumerables petroglifos, hermosos valles, su huarango milenario y otros más que esperan ser "descubiertos" por el visitante.oglifos
O. CRUZANDO UN HAN REGISTRADO CONOCIDO.
Allí, en las faldas de una colina, resaltan varias figuras antropomorfas. No es complicado avistarlos. Se ven, incluso, desde la carretera. A pesar de eso, nunca los habías descubierto. Qué son, preguntas. No hay respuesta. Vuela la imaginación.
10 VARIEDADES
TURISMO
Y, sobre todo, me hice el desentendido con los siempre
indescifrables geoglifos de Nasca, para darle un vistazo a
otras líneas y figuras trazadas por los antiguos, no solo en la
piel de la pampa, sino en bloques de piedras diseminados en
las laderas de unas colinas. Estas se encuentran al frente de
unas tierras de verdor milagroso, acosadas –como siempre
ocurre en la costa peruana– por la aridez del desierto.
Hasta allí se llega por una carretera sin asfalto. Hasta
allí llegué guiado por Juan Arce Garibay y Ángel Arce Elías.
Padre e hijo. Palpeños. Ambos deseosos de mostrar su
terruño que no tiene nada que envidiarle a las otras provincias
iqueñas, aunque la mayoría de viajeros solo se enteran de
su existencia por el cartel sembrado en el kilómetro 395 de
la Panamericana Sur.
"Por aquí se va a Huancasancos", dijo el padre o fue el
hijo. Quizá ambos. "Es el kilómetro 7.5", agregaron o lo vi en
un hito –sí, "profe", metí la pata, hay que ser precisos–. Lo
que sí recuerdo claramente es la imagen de un hombrecito
de tres piernas que aparenta estar sentado. Primer petroglifo.
"Lo llamamos las Etapas de la Vida", dice el padre mientras
el hijo juega a hacerle sombra a otras rocas.
Y los petroglifos que aparecen y desaparecen. "Tenían
su maña los antepasados". Retorno a la vía. Tres kilómetros.
Bajar. Otras piedras. Más figuras: felinos y una extraordinaria
serpiente bicéfala. El padre y el hijo no dicen nada. Quien
habla, provoca y aguijonea es el viajero: "¿Esto es todo?".
Uyyy, para qué lo dijo.
El recorrido se vuelve de vértigo. De un lado al otro.
Cruzando un puente colgante. Escuchando que en la pro-
vincia se han registrado mil 500 geoglifos, entre ellos el
Reloj Solar, el más conocido. No está lejos. Dos kilómetros
de la plaza con su iglesia sencilla, desprovista de alardes
artísticos y arquitectónicos. Hacia allá vamos o hacia allá
me llevan para taparme la boca.
Líneas, muchas líneas. Una extraña formación. Reloj
Solar. ¿Te gusta? No hay tiempo para responder, ya estamos
en camino hacia los Molinos de Río Grande, ya vamos su-
biendo hacia un cerrito desde el que veremos El Tumi. Obra
de los paracas, esta figura en alto relieve hace recordar a los
cuchillos ceremoniales que utilizaron los fastuosos hombres
de las civilizaciones prehispánicas del norte peruano.
"No hay que volar para verlas", se ufana el padre y el
hijo. Y lo volverían hacer en Llipata (kilómetro 408 de la
Panamericana). Allí, en las faldas de una colina, resaltan
varias figuras antropomorfas. No es complicado avistarlos.
Se ven, incluso, desde la carretera. A pesar de eso, nunca los
habías descubierto. Qué son, preguntas. No hay respuesta.
Vuela la imaginación. ¿A ti que te parecen?
Dioses, son dioses, hablo o pienso, o tal vez ni hablé ni
pensé y recién lo escribo ahora que no estoy ni conciso ni
preciso, tal vez porque me apena demasiado que mi viejo
maestro ya no esté y que ninguno de estos párrafos serán
leídos y escuchados en una de sus clases inolvidables en
las que aprendimos –aprendí– tanto.
Me falta un final. Ese que usted exigía trabajar tanto
como el primer párrafo. "Así el lector se dará cuenta que te
esforzaste hasta el final". Voy a intentar uno: el sol se oculta
tras un huarango en las cercanías de la Ciudad Perdida de
Huayuri, un resto arqueológico apenas investigado. El árbol,
según dicen, tiene cientos de años y, a pesar de eso, sigue
retoñando, sigue con vida.
Y así como ese árbol brota tercamente, su siembra perio-
dística –querido maestro– germinará durante muchos años.
Usted estará vivo en nuestros recuerdos y en las crónicas
que –sus orgullosos alumnos– seguiremos escribiendo.
Y es que todas nuestras palabras, todos nuestros textos,
siempre tendrán algo suyo.
NUESTRAMÚSICAEscribe: Manuel Acosta Ojeda
Lunes 19 de setiembre de 2011 11
"EL PAYANDÉ", ESCRITO A FINES DEL SIGLO XIX
La habanera o danza–canciónEn sus orígenes, la música criolla dejaba notar la influencia de los ritmos que llegaban del exterior. Una canción que testimonia esa época es "El Payandé". Interpretada en sus inicios a ritmo aligerado, semejante a un danzón, con el tiempo se hizo más lenta.
La versión que durante mucho tiempo circuló por
Lima, y fue aceptada por mucha gente del "ambiente",
venía de labios de don Manuel Quintana Olivares
(1), quien contaba que los peruanos que volvieron de
Panamá, en 1893, luego del fracaso del francés Ferdinand
de Lesseps –quien quiso construir el Canal de Panamá,
desde 1888 hasta el año de 1892–, nos trajeron las pri-
meras "habaneras", a las que también llamaban: "danza"
o "danza-canción".
Esta versión ha sido desechada, por el tiempo y por
los estudiosos de la canción y danza sudamericanas,
que han demostrado que la "habanera", ya se conocía en
la capital del Perú desde mucho tiempo atrás y, como lo
dice Carlos Vega, antes de 1860.
Llegaría a Lima con las compañías de Zarzuela y las
del llamado género "chico", en las que estaba la "zarzuelita".
Está, pues, descartado que viniera a finales del siglo XIX,
pero lo que sí es probable es que trajeran la forma de
bailarla, ya que en la zarzuela solo se cantaba.
Su principal antepasado es la "contredanse" francesa,
que llegaría a Cuba en 1800, convirtiéndose en un rotundo
éxito. Luego de ser aceptada, es adoptada, iniciando su
proceso de transformación, absorbiendo los sabores
musicales y literarios de la isla, tropicalizándose. Con el
nombre, ya recortado, de "danza" y también llamada "haba-
nera", viajó y conquistó a toda Latinoamérica. Obteniendo
su consagración final al volver a su continente original, a
pesar de sus notables cambios.
"Tal vez nadie hizo tanto por su difusión, como Se-
bastián Iradier, un vasco que vivió en Cuba y murió hacia
1865. Se le recuerda como autor (aunque acaso no hizo
más que transcribirla) de "La Paloma" y de la habanera
que Biset adaptó en Carmen." (2)
La más antigua por este suelo, de autores conocidos,
con música peruana, pero con letra de un colombiano,
sería: "El Payandé", de Luis E. Albertini y Vicente Hol-
guín, que fuera grabada por el legendario dúo Montes y
Manrique en las hoy centenarias grabaciones en Nueva
York, en 1911. El ritmo de su primera grabación se acerca
más a un danzón, recordando que se bailaba. Las demás
grabaciones, por hacerla –tal vez– más elegante, la han
cantado, cada vez más lenta.
La letra ha sufrido muchos cambios a través del tiempo,
donde se le han quitado y aumentado estrofas. Aquí les
mostramos una versión de 1892, del Cancionero Popular.
Aurelio Collantes da fe, de una impresión de 1882, de Isidro
Laverde Amaya, que aún no conseguimos.
LA MÁS ANTIGUA POR ESTE SUELO, DE AUTORES CONOCIDOS, CON MÚSICA PERUANA, PERO CON LETRA DE UN COLOMBIANO, SERÍA: "EL PAYANDÉ" QUE FUERA GRABADA POR EL LEGENDARIO DÚO MONTES Y MANRIQUE
EL PAYANDÉNací en las playas del MagdalenaBajo las sombras de un payandé,Como mi madre fue negra esclavaPues yo la marca también saqué.
¡Ay! Suerte la mía, cargar cadenasy ser esclavo de un vil señor.
Por la mañana cuando amaneceSalgo al trabajo con mi azadón,Como a tasajos plátano asado,Riego la tierra con mi sudor.
Bajo la sombra de una palmeraVoy a ocultarme de ardiente sol.Látigo fiero cae en mi espaldaY me recuerda que esclavo soy.
Como pudiera lograr la entradaPara vengarme de mi señor;Como yo viera su cara airadaYo le arrancaré su corazón.
Mi pobre padre también fue esclavoLlevó la misma suerte que yo,Mi buena madre en resto yaceEl único hijo que queda, yo.
12 VARIEDADES
Hace una semana, Manuel Jesús Orbegozo emprendió su último viaje. A pesar de su ausencia física, MJO continúa embelleciendo el oficio y el arte del periodismo porque sus crónicas siguen atestiguando al hombre y su tiempo.
PERFIL
MANUEL JESÚS ORBEGOZO
TESTIGO DE SU TIEMPO
ESCRIBE: JESÚS RAYMUNDO TAIPE
E scribía con la misma pasión y asombro de sus
inicios, hace seis décadas. MJO, iniciales con los
que firmaba sus crónicas, artículos, entrevistas y
reportajes, redactaba con similar ímpetu con que iba detrás
de la noticia, sin pensar en los riesgos que encontraría antes
de cazarla. Trabajaba con la mirada sensible y lejos de los
prejuicios. Y cuando firmaba, lo hacía sin pretensiones ni
soberbia: era un verdadero soldado de la verdad.
Redactaba hasta cuando no lo hacía, porque inspiraba a
quienes hoy escriben siguiendo sus huellas. Cada vez que
regresaba de viaje, compartía sus historias y fotografías con
sus alumnos sanmarquinos, a quienes enseñaba a vivir el
periodismo con lealtad y destreza. Con su ejemplo, muchos
aprendían que para informar no solo se necesita de la noticia,
sino también de un profesional con vocación y calidad.
PERIODISTAMJO decía que el único privilegio del periodista es
ser testigo de la noticia y de su tiempo, es decir, estar en
el lugar de los hechos y cerca de los personajes que los
protagonizan. Y era, en ese sentido, un gran privilegia-
do, pero por mérito suyo. Recorrió el mundo en nueve
oportunidades, cubriendo los principales conflictos en la
segunda mitad del siglo pasado. Entrevistó a personajes
y describió ciudades que hoy son historia.
Su coraje era único. Cuenta Francisco Miró Quesa-
da Cantuarias, con quien trabajó en El Dominical de El
Comercio, que en la guerra de Iraq y Kuwait (1991) le
comentó que había pensado en él como corresponsal
de guerra, pero que si no aceptaba por los peligros y su
edad mantendría su aprecio como persona y periodista.
Sin embargo, MJO le respondió: "A usted le consta que
estoy más trabajador y más entusiasta que nunca".
En la caza de las noticias vivió innumerables anécdotas
que atestiguaban su compromiso. Lejos de los peligros,
MJO las contaba con tanta convicción y naturalidad que
parecían hechos cotidianos de todo periodista. Perseguió
los hechos en situaciones difíciles, como el día que tuvo
que hacerlo sujetando una sonda que vaciaba la orina en
una bolsa o cuando tuvo que escribir soportando terribles
cólicos biliares.
En cada pueblo lejano, siempre resolvía de manera
creativa las diferencias de idiomas y costumbres. Aunque
en la mayoría de los casos encontraba a alguien que le
ayudaba, en otros era sorprendido por embaucadores. Su
persistencia lo llevó, incluso, a apelar a recursos de los
que después se sentía con cierta culpa, como la vez que
se casó con una diplomática africana para obtener su visa
y asistir al juicio del sangriento emperador Bokassa I.
En la biblioteca de su casa, en Miraflores, guardaba los
PERIODISTALunes 19 de setiembre de 2011 13
recuerdos de sus viajes, como las decenas de pasaportes
que le permitieron recorrer el mundo, los tenedores que
usó en más de tres décadas de vuelos y las fotografías que
había clasificado por ciudades, personajes y conflictos.
Conservaba, además, libros autografiados por célebres
escritores a quienes entrevistó, como Pablo Neruda y
Gabriel García Márquez, y prendas que alguna vez usó
para confundirse entre las personas de los países que
visitó. Uno de sus mayores tesoros era el rosario de la
madre Teresa de Calcuta.
MAESTROMJO enseñaba como los grandes: con el ejemplo. Sus
crónicas, reportajes y entrevistas publicados en revistas y
diarios del país eran, y aún lo son, lecciones de cómo se
deben enfocar los hechos noticiosos y cómo se trabaja el
discurso periodístico. Comentaba que la noticia es el quid
del género periodístico y que el periodista es el hombre de
la noticia. "Su razón de ser consiste en la aptitud técnica y
la actitud ética de que dispone para informar".
Luis Jaime Cisneros se preguntaba, en el prólogo a
los dos tomos de Testigo de su tiempo, qué caracteriza y
atrae de los trabajos de MJO. Respondía que su tratamiento
coloquial de la noticia permite que los textos logren un ritmo
serpenteante que permite al lector sentirse un interlocutor
predilecto y que se ilusione pensando que estos han sido
escritos para su gozo particular.
En las aulas, MJO compartía con sus alumnos todos
los recursos que ha de tener un buen periodista y todos los
secretos de la profesión, que él conocía con profundidad y
reunió en su obra Periodismo. Texto de teoría y práctica,
publicada hace 11 años. Decía que no es absolutamente
cierto que el periodista nace para serlo, sino que aprende y
domina la técnica si es que persiste, olvidando la soberbia
y las sobrevaloraciones.
Convencido de que la noticia habita fuera de las re-
dacciones y de que el periodismo se aprende sobre todo
con la práctica, citaba muy temprano a sus alumnos en
los mercados, hospitales, comisarías y pueblos jóvenes
de Lima. Allí, los guiaba para que entrevisten a personajes
singulares, conozcan las costumbres de la ciudad y sean
testigos de hechos aparentemente insignificantes. Así, los
jóvenes aprendían a cazar sus primeras noticias.
En la siguiente clase, el maestro leía los textos en voz
alta, pero sin identificar a sus autores. Con mirada de
editor riguroso, reconocía los desniveles en el enfoque y
la redacción, y compartía generosamente sus secretos. A
veces, hasta les publicaba para motivarlos más. Quienes
tuvieron la oportunidad de trabajar a su lado, lograron
seguir aprendiendo a dibujar el vivo retrato del quehacer
periodístico.
APUNTES Manuel Jesús Orbegozo (1923-2011) fue jefe de
informaciones de La Crónica (1953-1960), fundador de Expreso (1961), director de Expreso (2004) y director de El Peruano (1998-2001). Trabajó en El Comercio (1961-1992). En 2004 lanzó su blog El mundo, un día.
Fue docente de la Escuela de Comunicación Social de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, desde 1968. También asumió la dirección de la escuela (2004-2007). El año pasado fue reconocido como profesor emérito.
14 VARIEDADES
TINTAFRESCA
ESCRIBE: RUBÉN YARANGA
E n 2008 probó de las mieles del éxito con su pri-
mera novela, Un talismán para Liu, por lo que ya
era tiempo de que la joven escritora Evelyn García
presentara otra obra con la que confi rmara que lo suyo es
la escritura. Llega 2011 y se hace presente en la sociedad
literaria con un título radiante que tiene mucho de rock:
La casa del sol naciente.
Para mayores señas esta casa está en Salem, localidad
donde viven los Croyzen, que son dos hermanos, Geri y Martín,
que pierden a sus padres en un accidente automovilístico en
una Navidad. Esta pérdida irreparable cambia el comporta-
miento de Geri. Los desencuentros emocionales se ponen
al descubierto al haber un acercamiento entre los Croyzen
y sus vecinos. Dramas familiares y traumas del alma de los
protagonistas y sus vecinos serán el vehículo que llevará por la
ruta del thriller a este reciente trabajo. Los protagonistas y sus
problemas y una ciudad que se identifi ca con un hecho nada
grato, la quema de brujas, son los ingredientes apropiados
para que esta casa se levante con los buenos materiales con
que cuenta Evelyn García.
Los personajes se desenvuelven en un ambiente donde lo
psicológico y lo sobrenatural están presentes; el pulso narrativo
y el manejo de las situaciones son auspiciosos vientos para
que la autora lleve a buen puerto a esta nave, que es su obra.
El imaginario colectivo y los complejos que acompañan al
hombre desde siempre marcan la hora. No existe nada nuevo
bajo la tierra, pero lo que importa es el tratamiento dado al
tema cuando se escribe, es decir, la recreación. Y Evelyn García
lo hace y sale airosa porque su criatura tiene la gracia para
robarle tiempo y la atención de sus ojos al lector.
La casa... es su segunda entrega de 198 páginas y aparece
en circulación gracias al sello de Borrador Editores. Un buen
bautizo fue su primera novela, la segunda es la confi rmación
y perfi la su talento. En la actualidad, trabaja en una tercera,
que esperamos comentar y que sea la de su consagración
como escritora, ese día no está muy lejos porque condiciones
no le faltan a Evelyn.
Evelyn García nos presenta La casa del sol naciente, su reciente novela. Thriller psicológico que reúne los méritos para ser califi cado de singular. La historia se ambienta en el imaginario poblado de Salem.
LA CASA... DE EVELYN GARCÍA
Con luces literarias
ALTA
FIDELIDAD
Defensora de la tradición
Se hace llamar La Novia del Perú y algo de razón
hay en ese apelativo, por el arraigo que desde
hace décadas tiene entre los seguidores de la
música andina gracias a su voz, plena de emotividad,
y las canciones de amor que caracterizan a buena
parte de su repertorio. Pero más allá de eso, Amanda
Portales se ha convertido en los últimos tiempos en
una de las más acérrimas defensoras de un estilo
tradicional que privilegia estructuras clásicas, igno-
rando esas corrientes supuestamente modernas que
algunos celebran como innovadoras, pero que otros
consideran nocivas para la integridad artística de los
géneros musicales nacidos en el Ande.
No debe sorprender, por ello, que el repertorio de
huainos, mulizas y huaylarsh incluido en este disco
doble mantenga el sonido clásico de estos estilos,
sin esos aditivos electrónicos tan en boga en estos
tiempos. La cantante ha seleccionado 24 piezas, de
aquellas que ha interpretado a lo largo de su vida ar-
tística, incluido su festivo "Pío Pío" –con el que su fama
traspuso las barreras del circuito vernacular–, pero
también canciones como "Los mineros", de evidente
contenido social, además de canciones pletóricas de
sentimiento. "Eres mi adoración" es una de las varias
muestras de ello.
No se trata de una recopilación de las grabaciones
que la cantante ha realizado durante las últimas cuatro
décadas, sino de nuevos registros, producidos bajo
óptimas condiciones técnicas, en las que está respal-
dada por un septeto de músicos y la voz de Zulema
Romero como acompañamiento, sin más adornos que
los arreglos originales de cada composición.
En todas ellas, el canto de Portales estriba entre
lo festivo y lo emotivo, sin dejar espacio para la in-
diferencia del oyente. Su plena identifi cación con la
música andina y el sentimiento inherente es notable
y a la vez sorprendente, si consideramos que esta
legendaria artista es oriunda de la capital.
ESCRIBE: FIDEL GUTIÉRREZ M.
FICHA TÉCNICAARTISTA: Amanda PortalesCD: Bodas de Zafi roPAÍS: PerúSELLO: Mundo Producciones
ARTELunes 19 de setiembre de 2011 15
MUESTRA PICTÓRICA SOBRE AFRO-JESÚS
Cambio de piel
ESCRIBE: RUBÉN YARANGA MORÁN
H ay momentos en que el ser humano toma deci-
siones que rompen los moldes tradicionales de
la sociedad y asume comportamientos que van a
contracorriente porque los tiempos cambian y las ideas
–como en una fotografía– quedan fueran de foco. Lo que
No existen patrones artísticos para expresar el fervor religioso. Aquí, en el Perú, el mejor ejemplo es el Señor de los Milagros o el Señor de Luren. En Camerún (África), los devotos también tienen su punto de vista sobre la historia de Jesús, como vemos en esta exposición.
EL HECHO DE QUE JESÚS SEA AFRICANO NO LE QUITA NADA AL PERSONAJE HISTÓRICO, PORQUE ESO ACRECIENTA Y PERMITE A LA PALABRA DE DIOS LLEGAR A LOS CONFINES DEL MUNDO. Y LA MUESTRA ES LA EVIDENCIA PALPABLE DE QUE JESÚS ES AFRO...
APUNTEVisitas de lunes a viernes. Horario: 09:00 a 13:00 horas y
de 14:00 a 17:00 horas. El ingreso y el guiado es libre.
donde se exhibe la exposición La evangelización incultu-rada. La dirección del museo es jirón Áncash 542, Lima.
Para mayores señas, es la señorial casa de las Trece
Monedas.
Como todo hecho tiene su historia, este cambio de
piel del pastor de hombres no podía ser la excepción. Todo
empieza en una comunidad cristiana de Mafa, ubicada en
el país centroafricano de Camerún. Allí, la palabra de Dios
había llegado y se identificaron con ella, por lo que se les
ocurrió la idea de representar hechos de las Sagradas
Escrituras y se fotografiaron. Las fotografías fueron de
gran utilidad a un pintor francés, que se enfrascó en realizar
los cuadros. De eso hace 38 años.
Una idea nacida y hecha realidad a miles de kilómetros
se expone con el nombre de La evangelización incultura-da. Son treinta y cinco cuadros en pequeño formato que
recrean los instantes trascendentales del Hijo de Dios.
Vida, pasión y muerte. Cuadros de su nacimiento, la huida
a Egipto, sus milagros, su bautizo en las aguas del río
Jordán, los momentos antes de su sacrificio, la traición
de Judas y su crucifixión. Toda la intensidad y el fervor
religioso que inspiran estos momentos del cristianismo
han sido captados por el talento y el color del artista. Se
mira con respeto y unción, y el ambiente que nos habla
de un período de nuestra historia cobija esta muestra, es
testigo de lo que inspiran los pequeños cuadros, que solo
son reproducciones.
El hecho de que Jesús sea africano no le quita nada
al personaje histórico, porque eso acrecienta y permite a
la palabra de Dios llegar a los confines del mundo. Y la
muestra es la evidencia palpable de que Jesús es afro y
se ha identificado con los habitantes del continente negro,
como ellos con Él.
El Museo Nacional Afroperuano espera su visita para
que vean la muestra hasta el 30 de setiembre; además,
para que conozcan sobre la cultura negra, que es parte
de nuestra historia.
hoy fue blanco, mañana puede ser amarillo. Y la razón de
que los espacios vacíos de la página se llenen de muchos
caracteres es que Jesús cambió su blanca piel (según la
tradición occidental) por el color negro. Cosas de la vida,
pero más que nada del arte de la pintura.
Y si certificar se quiere este insólito acontecimiento,
no hay más que visitar el Museo Nacional Afroperuano,
16 VARIEDADES
ELOTROYO
ENTREVISTA: JOSÉ VADILLO VILACARICATURA: TITO PIQUÉ ROMERO
¿Chef o cocinero?
-Cocinero, porque es una palabra peruana. Chef
viene de otro idioma.
¿Algún signifi cado especial de la cocina, fuera
del trabajo?
-¡La cocina es mi vida! El 80 por ciento del tiempo lo
paso pensando en la cocina. Lo relaciono todo con la cocina.
Puedo ver una planta, dormir o ver una película, pensando
en la cocina. El mundo para mí gira en torno a la comida y
a lo que se puede hacer y crear.
¿Desde los cuántos años la cocina es parte de tu
vida?
-Desde los 10 años. Aprendí viendo los programas de
televisión, a Teresa Ocampo, y por una señora Maura, que
venía todos los sábados a cocinarnos a casa. Su olor a
aderezo me despertaba e iba a ayudarla en tareas simples
que me gustaban mucho.
¿En japonés cuál es el signifi cado de Mit-
suharu?
-"Luz de primavera". Yo nací en setiembre, por
eso mi padre me lo puso.
¿La cultura japonesa que heredaste, te sirve en
tu carrera?
Con sólo 30 años de edad, Mitsuharu ha sido una de las tres cabezas de la feria Mistura 2011. Un profesional que prefi ere que le llamen cocinero y que defi ne la paciencia como la principal virtud para un hombre de cocina.
MITSUHARU MIKE TSUMURA NODA
“La cocina es un arte”
-Muchísimo. Japón fue mi punto de partida. Llegué allá,
luego de estudiar cuatro años en la universidad, creí que
sabía bastante, pero me di cuenta de que no. Esos golpes
me hicieron pisar tierra.
¿Es necesario empezar desde abajo para ser chef?
-Para tener un restaurante uno tiene que saber todas las
labores. He sido mozo, lavaplatos, cocinero... Tú no puedes
ordenar a alguien si no sabes cómo hacerlo.
¿Qué es el Perú para ti?
-Es el lugar que más amo en la Tierra. He vivido fuera seis
años y lo único que hacía era pensar en regresar al Perú.
¿Algún olor que te recuerde inmediatamente al
país?
-Los aderezos: el ajo, la cebolla, el ají ahí friéndose. El
aderezo es el alma de las casas peruanas.
¿Qué ingredientes son infaltables a la hora que trabajas
en la cocina?
-Me gusta trabajar mucho con ajíes y las papas, ¡soy
fanático de las papas! Detrás de cada papa hay una historia
fabulosa, pero tienes que ir a los pueblos y hablar con los
campesinos y ver cómo viven, para saber cuánto importa
su trabajo.
¿El chef tiene que ser un gran comelón?
-Creo que sí. Tiene que gustarte comer y comer de
todo. Lo que no me gusta es cuando me entero que la
forma en la que el producto ha sido extraído no es la
correcta; que un pescado salga con dinamita o pesca
de arrastre, no me gusta. Igual me sucede con los
vegetales.
¿Cuál es la primera lección que les das a los chi-
cos que te dicen que quieren seguir tus pasos?
-Que no tienen idea en lo que se están metiendo.
Los asusto un poquito porque el trabajo es duro. Lo
bonito de la cocina siempre sale en las revistas, los
periódicos, la televisión, pero detrás hay un trabajo
de hormiga...
Hay que sacrifi carse...
-Sí, hay que amanecerse, no hay feriados ni fi nes de
semana. Es un trabajo mental y físico. Hay que cargar ollas;
uno se corta, se quema; pasan cosas muy estresantes
en la cocina y te tiene que gustar. En Japón casi tiro
la toalla dos veces porque estuve lavando platos
3 ó 4 meses.
¿El que no tiene paciencia no sirve
para la cocina?
-No sólo para la cocina, sino para la vida.
Un cocinero debe tener paciencia, humildad
y curiosidad como principales atributos.
¿Alguna frase que te defi ne?
-Hay una que aplico muchísimo: "No te olvides nunca
que la cocina está hecha para divertirse". La cocina es una
pasión, un hobby. Creo que la mayoría de cocineros nos
metemos por vocación.
¿Y los que se meten por moda?
-¡Que no se metan, por favor! Fracasan porque es un
arte, hay mucho sentimiento dentro, mucha pasión, uno
tiene que vivirla.