Post on 17-Sep-2018
INICIACIÓN Y
METODOLOGÍA
AL JUDO
Feixas Cañizares, Jaime
Hernández Castillo, Diego
Ruiz Fernández, Mª Carmen
1
INDICE
Contenido 1. Introducción. ............................................................................................................ 2
2. Edad propicia para la iniciación al judo ............................................................... 2
2.1. Ventajas e inconvenientes de la práctica del judo a edades tempranas. .................... 3
3. Modelos de iniciación al judo ................................................................................. 4
a) Modelo de iniciación al judo basado en la enseñanza de la técnica .......................... 4
b) Modelo de iniciación al judo basado en las propuestas alternativas. ........................ 7
c) Estrategia en la práctica a utilizar en judo................................................................. 8
4. Judo en el ámbito escolar...................................................................................... 11
a) Metodología básica del judo en la edad escolar ...................................................... 12
b) Contenidos (¿Qué enseñar?).................................................................................... 14
c) Objetivos (¿Qué queremos alcanzar?)..................................................................... 15
d) Secuenciación (¿Cuándo enseñar?) ......................................................................... 15
e) Metodología (¿Cómo enseñar?): ............................................................................. 16
5. Iniciación bajo la perspectiva competitiva y recreativa .................................... 17
a. Primera fase: iniciación al judo ............................................................................... 20
b. Segunda fase: iniciación orientada a la competición .............................................. 21
c. Segunda fase: iniciación orientada hacia la recreación ........................................... 22
6. Bibliografía ............................................................................................................ 23
2
1. Introducción.
La iniciación deportiva es un elemento importante a fin de desarrollar las habilidades
motrices del niño. Así que, entre los 6 y los 9 años, es importante que el alumnado se
adentre en un gran número de prácticas deportivas que le permita desarrollar sus
habilidades, además de tener un eminente papel socializador y aporte de valores éticos y
morales para su formación. El judo, que en este caso es el deporte que nos ocupa, es un
deporte en el que se pueden ver reflejados estos valores, aparte de trabajar la técnica.
Esto se debe a que es una disciplina deportiva que lleva de modo intrínseco toda una
serie de aspectos emocionales, afectivos, espirituales, físicos, mecánicos, intelecto-
motores, todos ellos conformando el interior de la persona como unidad (Carratalá,
2000). Así pues, nadie duda que el judo tiene unas posibilidades, perfectas para el
desarrollo mental y físico de los niños.
Sin embargo, muchas veces no se da el salto a la iniciación en judo debido a la
asociación de este con conductas violentas o la posibilidad de resultar heridos durante
su práctica. Pero esta imagen no se corresponde con la realidad. El judo permite el logro
de objetivos tanto conceptuales, como procedimentales o actitudinales (ejemplo:
deportividad, controlar agresividad, etc.); los cuales resultan muy útiles en la formación
del niño.
A continuación trataremos de exponer la metodología utilizada en la iniciación del judo,
la cual estará más enfocada a los aspectos globales que los detalles específicos de cada
acción. En dicha metodología, se diferencian dos grandes grupos, el técnico y el
alternativo.
También, hay que tener en cuenta la orientación que el niño quiere seguir en este
deporte, ya que, puede seguir el camino recreativo o el camino competitivo. En la
elección de dicho camino está presente la actitud del profesor, quien debe guiarlo de
acorde con los pensamientos del niño teniendo en cuenta los problemas que puede
acarrear la precoz especialización. Por ellos, analizaremos más adelante las etapas que
se distinguen en este proceso.
2. Edad propicia para la iniciación al judo
Existe cierta disparidad de opiniones en lo concerniente al momento de iniciación según
sean los deportes practicados, el tiempo en el que puede comenzar la especialización y
la edad en la que se alcanzan los máximos resultados. La edad media es alrededor de los
once años, pero en ciertos casos puede organizarse una práctica bastante intensa ya a los
cinco años (Durand, 1988).
Para Diem (1979), los niños adquieren la capacidad para realizar el juego a los 5 o 6
años. Con esta edad, los niños ya saben realizar los movimientos que los juegos y los
deportes demandan.
3
Hacia los 7 años, el niño empieza a incorporar en una actividad deportiva los
conocimientos técnicos que ha adquirido. El alumno es capaz de realizar los elementos
técnicos que ha aprendido y de aplicarlos a la modalidad deportiva conveniente, sin
ningún tipo de ayuda exterior. Es a partir de entonces cuando el niño está listo y su
destreza motriz se vuelve auténtica actividad deportiva (Burns y Gaines, 1986).
Según (Le Boulch, 1991), el deporte educativo puede ser aplicado al concluir la etapa de
educación psicomotriz, es decir a partir de los 8 ó 9 años. Pudiendo a partir de esta edad
utilizar el deporte como un medio de educación psicomotriz, a condición de que se
desmarque de la pedagogía del aprendizaje deportivo tradicional.
En líneas generales la edad de iniciación deportiva corresponde a:
Periodos sensibles para determinar la edad de iniciación deportiva
6 años
Edad Precoz
9-11 años
Edad eficaz
11 años
Edad media
12 años
Edad
especialización
(Blázquez, 1999)
2.1.Ventajas e inconvenientes de la práctica del judo a edades tempranas.
a) Ventajas
Las actividades tienen una serie de aspectos positivos que deberían de ser tomados en
cuenta por los profesores para incluirlas dentro de los programas de enseñanza en la
etapa Primaria. Estos aspectos positivos son:
Se trata de movimientos naturales, ya que la lucha es un elemento natural
intrínseco al ser humano.
Aporta un gran bagaje motriz al alumno.
Favorece a conocer tu propio cuerpo
Se lleva a cabo una comunicación motriz debido a la presencia de un adversario.
El alumno, al conocerse mejor a sí mismo, aumenta su autoconfianza y la
seguridad sobre sí mismo.
El niño aprende a tener autocontrol y dominio de su cuerpo.
A la hora de toma de decisiones, el judo es uno de los deportes más
enriquecedores.
La motivación está muy presente y la participación es máxima.
4
El mérito más importante del judo es el desarrollo del niño, a nivel físico y psíquico que
consigue a través del entrenamiento de dicho deporte. Durante la práctica del judo, el
alumno adquiere atributos como puede ser el sentido del equilibrio, la confianza en sí
mismo, independencia de pensamiento, etc. Todo lo que adquiere en el judo es esencial
para la vida.
b) Desventajas
Aunque las ventajas son mayores que las desventajas al incluir el judo en las clases de
educación física en Primaria debemos de ser realistas y asumir las dificultades que ellos
conllevan. Estas desventajas son las siguientes:
Al contrario que en otras actividades físicas, en el judo existe mayor riesgo de
lesión. El profesor debe de tener en cuenta este aspecto y para solucionarlo debe
de tener conocimientos de la técnica y realizar la actividad en un lugar adecuado.
La falta de formación por parte del profesorado es otra desventaja claramente
visible.
Al no ser un deporte tan demandado como pueden ser otros como el futbol, los
colegios no poseen unas instalaciones adecuadas para la práctica segura del judo.
El judo es un deporte de contacto y al ser un deporte con estas características,
puede aparecer en el grupo uno/s líder/es que a través de esta práctica deportiva
se valen para demostrar que son los mejores y los más fuertes. A través del judo,
el profesor debe de enseñar los valores de él, como puede ser el respeto hacia al
adversario, la deportividad por delante de todo, el honor, etc.
3. Modelos de iniciación al judo
Según Villamón y Molina (1999), en la práctica se pueden observar multitud de
propuestas en el proceso de iniciación al judo, sin embargo, es difícil de encontrar la
elaboración teórica de muchas de ellas. Las más representativas se encuentran en dos
grandes grupos: un modelo técnico, que durante largo tiempo ha sido hegemónico en
todos los deportes, y un modelo alternativo que parte de las ideas de la pedagogía
renovadora y utilizan los métodos activos de enseñanza donde el alumno puede
desarrollar su creatividad a través de procesos de indagación.
a) Modelo de iniciación al judo basado en la enseñanza de la técnica
Este modelo de iniciación pone énfasis en la enseñanza de los gestos técnicos de judo.
Es punto de partida es la especialización precoz. En realidad, no aparece
conceptualizada como propuesta de ningún autor, pero se ha visto reflejada en la
práctica del proceso de iniciación al judo.
5
Entre los valores de la práctica deportiva se encontraban una serie de creencias sociales
atribuidas a la competición. Desde esta propuesta, la práctica deportiva tiene un carácter
instrumental cuya finalidad es obtener el éxito en la competición. La iniciación
deportiva de los niños y jóvenes es una preparación para la competición.
Pérez-Carillo (1968) en Villamón y Molina (1999), realiza una propuesta de iniciación
al judo en la que divide por etapas las características del judo que deben trabajarse en
cada intervalo de edad. Dichas etapas son tres:
Etapa de iniciación (de 5 a 7 años):
- Una enseñanza basada en la imitación; el uso de las repeticiones, aunque
cambiando frecuentemente de llaves, sin buscar una excesiva perfección; y el
paso tras la ejecución en estático de cada llave, a su realización en movimiento
por ambos lados.
- Preocupación por los elementos de seguridad (mantener bien sujeto a uke en la
proyección; no enseñar ninguna llave en la que haya cierta elevación) y atención
a los aspectos fisiológicos (progresar en la intensidad; frecuentes intervalos de
descansos).
- La utilización de la competición, aunque no muy a menudo, otorgando premios
a los vencedores, con combates de un minuto y medio de duración.
Segunda etapa (de 8 a 10 años):
Se aprecian pocas variaciones con respecto a la anterior, si bien se exige una mayor
perfección en la ejecución de las llaves y ejercicios, y el tiempo del trabajo en pie se
incrementa respecto al trabajo en suelo.
Tercera etapa (de 11 a 13 años):
Destaca una doble preocupación: la correctiva y la del aprendizaje de las técnicas. En
esta etapa se integra el componente correctivo con la perfecta ejecución de los
ejercicios.
6
Edad Clases por
semana
Duración Pase de grado Competición
8-9
años
1 45’ Blanco-amarillo
Amarillo
A partir de blanco-
amarillo.
9-10
años
1 45’ Amarillo-naranja
naranja
Clase sí, clase no.
10-11
años
1-2 45’-50’ Naranja 1 estrella,
naranja-verde
Clase sí, clase no.
11-12
años
2 50’ Naranja-verde
1 estrella verde
2 al mes y
competición técnica
dentro de la clase.
Competición con
otro club.
12-13
años
2 50’ Verde 1 estrella
Verde-azul
2 al mes y
competición técnica
dentro de la clase.
Competición con
otro club.
13-14
años
2 50’ Verde-azul
1 estrella azul
2 al mes y
competición técnica
dentro de la clase.
Competición con
otro club.
14-15
años
2 60’ Azul-marrón 2 al mes y
competición técnica.
Competiciones
oficiales.
15-16
años
2-3 60’ Marrón Exámenes técnicos y
combates oficiales
Iniciación al judo (Adaptado de la propuesta de Páez y Vilalta, 1983)
7
b) Modelo de iniciación al judo basado en las propuestas alternativas.
Las propuestas alternativas consideran más conveniente la introducción previa de
habilidades genéricas a través de juegos. Las alternativas se basan en la llamada
pedagogía de la situación, donde el maestro propone una serie de situaciones de
combate que, además de tener en cuenta los aprendizajes previos del principiante,
fomentan la iniciativa y la creatividad del alumno, a través del proceso de indagación
que se sigue para resolverlas.
En España, diversos autores, desde el campo de la educación física, propugnan la
utilización de elementos o habilidades genéricas de estas actividades de lucha,
integrándolas como contenido en las clases de educación física de primaria, a través de
juegos, para más tarde iniciarse en un deporte de lucha concreto:
- Castarlenas (1990) presenta una propuesta de iniciación a los deportes de
combate y lucha basada en la distinción entre las acciones motrices genéricas y
las acciones motrices codificadas. Las primeras son opciones susceptibles de ser
presentadas en formas lúdicas (empujar, tirar, desequilibrar, etc.) y todas ellas se
pueden llevar a cabo a partir de los 6 años. Las acciones motrices codificadas
son movimientos estereotipados específicos de cada deporte y deben plantearse a
partir de los 10 años de edad.
A partir de estas acciones motrices, Castarlenas presenta una gradación de
situaciones, empezando con situaciones de conflicto total (randori) para más
adelante realizar conflictos delimitados para enfatizar sobre su aprendizaje. Por
último, plantea situaciones fuera del contexto de conflicto total para que las
acciones puedan ser analizadas y estudiadas de forma más analítica para
posteriormente ser identificadas en el combate. Estas situaciones se proponen a
los 12-13 años, cuando el alumno ya tiene un cierto conocimiento de las técnicas
y experiencia en combate.
- La propuesta de Amador (1995 y 1997) plantea una iniciación genérica a los
deportes de lucha en las que se distinguen 2 fases:
Una, comprendida entre los 6 y los 8 años, denominada aproximación
macrogrupal, que se basa en la realización de juegos destinados a todo el
grupo siguiendo una progresión a partir de materiales para concluir con
lucha cuerpo a cuerpo.
8
Otra, comprendida entre los 8 y los 10 años, que se denomina
aproximación microgrupal. En ella se van a crear las condiciones de una
oposición real y directa, profundizando en la situación de cuerpo a
cuerpo. Dentro de la aproximación microgrupal distinguimos 3 fases: la
aproximación dual (de 10 a 12 años) que se desarrolla a través de
situaciones de lucha en pareja, las fase de dominio técnico-táctico (de 13
a 15 años) que busca el control de las acciones técnico-tácticas, en este
caso del judo, y perfeccionamiento (a partir de los 16 años) que supone
el fin del proceso de iniciación.
- Carratalá (1997 y 1998) divide el aprendizaje en varias fases: iniciación (de 6 a
9 años), perfeccionamiento global (de 9 a 12 años), el perfeccionamiento
individualizado (de 13 a 15 años) y la especialización deportiva (de 15 años en
adelante).
La primera etapa se realiza a través del juego comenzando por juegos de
cooperación para finalizar con los de oposición mediante una oposición
progresiva desde corta distancia a cuerpo a cuerpo. En la lucha de cuerpo a
cuerpo se comienza con la lucha por un objeto, pasando por la lucha por un
territorio y finalizando con la lucha donde el objetivo es el cuerpo del
adversario. Posteriormente, se profundizará en aspectos comunes de los
deportes de lucha. En la segunda etapa se debe comenzar por la práctica de
judo suelo derribando desde la posición de rodillas siguiendo una progresión
hasta lograr inmovilizar al adversario. Simultáneamente o posteriormente, se
inicia el aprendizaje de las caídas, y una vez culminada, continuar con el judo
pie insistiendo en el control de la caída.
c) Estrategia en la práctica a utilizar en judo
Delgado (1991) citado por Robles (2006) nos define estrategia en la práctica como la
forma particular de abordar los diferentes ejercicios que componen la progresión de
enseñanza de una determinada habilidad motriz. Es decir, sería la forma particular de
presentar al alumno las actividades.
No podemos afirmar que aplicar una u otra estrategia sea mejor que otra, ya que la más
eficaz será aquella que consiga que el alumno alcance los objetivos previstos en el
aprendizaje (Medina, J., 2012) Por ello, el profesor deberá aplicar la estrategia en la
práctica más adecuada a cada situación y, por tanto, se podría decir que cada grupo
necesitará una estrategia en la práctica determinada. Podemos distinguir entre:
9
1. Estrategia en la práctica global: cuando el modelo se representa en su totalidad.
Sánchez (1984) nos clasifica la estrategia en la práctica global en:
o Global pura: la ejecución en su totalidad de la tarea propuesta. Según
Robles (2006) sería la idónea para la primera toma de contacto del
alumno con el judo, a través de juegos y técnicas de fácil asimilación,
como O-Goshi.
o Global polarizando la atención: ejecución en su totalidad de la tarea
propuesta pero pidiéndole al alumno que preste mayor atención en algún
aspecto determinado en la ejecución. Para Robles (2006), utilizaremos
este tipo de estrategia para presentar una progresión de enseñanza
comenzando por los aspectos más importantes y fáciles. Para este tipo de
estrategia, es necesario un conocimiento técnico y reglamentario básico
por parte del alumno.
o Global modificando la situación real: seria la ejecución de la tarea en su
totalidad, pero cambiando algunas de las condiciones de ejecución.
Puede utilizarse de forma progresiva, desde situaciones más sencillas
hasta otras complejas. Es muy útil en iniciación, pues nos permitirá
modificar situaciones a fin de que los alumnos logren tener el éxito
deseado.
2. Estrategia en la práctica analítica: se da cuando la tarea se puede descomponer
en partes y se enseña por separado. Podemos decir que este tipo de estrategia no
debe estar presente en la fase de iniciación al judo, aunque si más adelante, dada
la importancia las repeticiones de las técnicas para conseguir una buena
automatización óptima.
3. Estrategia en la práctica mixta: consiste en combinar ambas estrategias, tratando
de sacar lo positivo de cada una. Generalmente se emplea una estructura
GLOBAL - ANALÍTICA - GLOBAL. Esta estrategia requiere un gran
conocimiento de la tarea que se enseña, ya que permite amplias posibilidades
para su enseñanza.
Ventajas de la aplicación de la estrategia en la práctica global frente a la
analítica en la enseñanza de judo
En este apartado queremos destacar algunas de las ventajas de la estrategia en la
práctica global frente a la analítica, con el objetivo de enriquecer aún más el significado
y la aplicación de ésta en el campo de la iniciación al judo. Por lo tanto, podemos decir
que:
10
Según Bonitch y Macarro (2002, citados por Robles, J., 2006) el planteamiento
global de las tareas permite al alumno acercarse a situaciones reales de combate
desde el primero momento de su aprendizaje, consiguiendo con ello un
desarrollo en la toma de decisiones ante los problemas surgen con la oposición
en Judo.
Permite a los alumnos un mayor desarrollo de las cualidades físicas, tanto
generales como específicas.
Facilita una mayor compresión cognitiva, desarrollando el pensamiento táctico
del judoka.
Citando a Blázquez (1986) Robles (2006), Resalta que existe una mayor
motivación intrínseca del alumno por el Judo, resultándole la actividad más
divertida, logrando que el alumno se entregue plenamente.
Hay un mayor desarrollo de la creatividad, aspecto que facilita en gran medida
en la adquisición de nuevos aprendizajes técnico-tácticos.
Va a desarrollar en el judoka los factores de percepción y decisión. Esto fomenta
la anticipación al contrario, la atención selectiva, velocidad de reacción, etc.
(Bonitch y Macarro 2002, citados por Robles, 2006).
Hay una asimilación del reglamento del deporte de un modo más directo y más
práctico.
La enseñanza basada en la repetición de gestos técnicos en condiciones aisladas inhibe
la capacidad creativa del niño, algo de extrema importancia en la etapa de iniciación-
formación, pues el desarrollo de las capacidades cognoscitivas del alumno debe ser un
objetivo prioritario, resaltando la importancia de estrategia en la práctica global.
Según Cárdenas, Conde y Ortega (1999) citados por Robles (2006), en los primeros
momentos es conveniente saber alternar el uso de estrategias globales puras, para
fomentar el desarrollo de la creatividad, con el uso de estrategias globales polarizando la
atención (juegos con normas), que favorecen el descubrimiento guiado por el profesor.
Debemos trabajar el judo globalmente sin separar ningún elemento, planteando
situaciones de aprendizaje adaptadas a las posibilidades del sujeto, para que los alumnos
sean capaces de realizar las tareas a través de unos planteamientos de trabajo que le
induzcan a la búsqueda de soluciones sin necesidad de imitar al modelo. Se hace
necesario que el judoka investigue soluciones puesto que el judo goza de numerosas
situaciones diferentes.
La enseñanza mediante la búsqueda desde el punto de vista educativo-pedagógico
ofrece una serie de ventajas importantes:
Establece una relación clara entre actividad física y actividad cognitiva, aspecto
importantísimo en la práctica del judo.
Destaca aspectos intelectuales de la Educación Física.
11
Favorece un proceso de autonomía concediendo al alumno una capacidad de
decisión significativa.
Individualiza la enseñanza.
Con este tipo de enseñanza ofrecemos a los alumnos un aprendizaje significativo,
favoreciendo que conozca el significado funcional de lo que está aprendiendo,
practicando las actividades de forma global y ejecutándolas bajo situaciones muy
similares al contexto real del combate.
Conclusiones
A raíz de todo lo expuesto en este apartado concluimos que con la estrategia en la
práctica global tratamos de presentar al niño un aprendizaje más significativo,
presentándole el Judo lo más parecido posible al contexto real del combate. Además
vamos a desarrollar la creatividad del niño, de forma que en iniciación trataremos, sobre
todo, que este conozca el mayor número de situaciones motrices diferentes a través de
juegos, ya que el presentar las actividades de un modo más lúdico y divertido no va a
frenar un aprendizaje correcto de las distintas técnicas.
Por otro lado, debemos darle importancia a los procesos de percepción y toma de
decisión sobre los de ejecución, puesto que estos son importantes de cara al aprendizaje
técnico-táctico del Judo. Según Méndez (1998) citado por Robles (2006), la preparación
táctica es un elemento imprescindible para los judokas, especialmente cuando la
preparación física y la técnica se encuentran igualadas, su utilización puede ser decisiva
en el resultado deportivo.
4. Judo en el ámbito escolar
Según Blázquez (1995) los objetivos a alcanzar en el deporte en la edad escolar (desde
los 6 a los 12 años) son los siguientes:
Ampliar el bagaje motor de las habilidades motrices deportivas.
Perfeccionar y progresar en la ejecución.
Tener disposición para el rendimiento.
Favorecer la socialización mediante actitudes de cooperación e integración.
Lograr una autonomía en el niño
Orientar al niño hacia la práctica más adecuada a sus características y
proporcionar conocimientos deportivos que le sean favorables en el futuro.
12
A raíz de estos objetivos, contextualizados en el marco de la legislación actual, en la
enseñanza del judo, de los 6 a los 12 años, tendremos en cuenta aspectos tan
importantes como estos:
El medio de enseñanza fundamental será el juego.
Los adversarios tendrán unas características similares entre sí.
Estableceremos normas rígidas, como forma de evitar riesgos.
Utilizaremos la competición como medio, adaptándola a las características de
los alumnos.
a) Metodología básica del judo en la edad escolar
¿Por qué introducir el judo en la escuela?
En sus memorias, el fundador del Judo Jigoro Kano, afirma su vocación por la
pedagogía y la enseñanza. No sólo codificó una serie de técnicas de lucha sin más,
como ha ocurrido con los demás deportes de lucha, sino que creó un nuevo deporte, el
primero surgido en una cultura diferente a la occidental, concebido como un método de
educación física, en el que el combate es sólo un medio para el desarrollo personal.
Kano dedicó toda su vida a la educación de la juventud, y no sólo a través del Judo. Fue
director de la Escuela Normal Superior. Además, fundó el departamento de Educación
Física de la Universidad de Tokio, la más prestigiosa de Japón.
Con esto, queremos mostrar que este origen, ligado al ámbito de la educación desde su
gestación, es lo que distingue fundamentalmente al Judo del resto de actividades de
lucha. El interés de Kano por lo educativo lo convirtió en una actividad física que servía
de medio para la formación de personas, ya que contiene una serie de principios éticos y
morales que van más allá de las edades escolares y su aplicación puede ser adecuada en
cualquier etapa de la vida.
Según Brousse et Al. (1999) el judo también ofrece unas características que favorecen
su introducción en el ámbito escolar. Por un lado, su componente de seguridad es muy
alto en comparación con el resto de actividades de lucha. En las actividades de lucha
con agarre, al existir una distancia casi nula el grado de violencia es menor y
consecutivamente sus posibilidades educativas son mayores.
Por otro lado, en la educación física escolar, el número de deportes practicados es muy
reducido y casi siempre son los mismos, produciendo una estandarización y reduciendo
una amplia formación en lo que respecta a lo deportivo en los escolares.
13
Si pretendemos trabajar el Judo en la escuela, antes todo debemos ser muy conscientes
de que para la gran mayoría de los alumnos, será la primera vez que tomen experiencia
en alguna actividad de lucha. Por ello, según Castarlenas y Pere Molina (2002), deberá
hacerse hincapié en:
- La aceptación de la confrontación y la ausencia de riesgos en el sentido definido
precedentemente, es decir combatir sin hacerse daño.
- La adquisición de conocimientos técnicos a través del desarrollo de
competiciones específicas tal como han sido definidas en los programas de
iniciación.
Si queremos tratar el judo con alumnos de ESO, algunos comportamientos específicos
como por ejemplo el miedo a caer, reticencia al contacto físico o incluso cierta torpeza
pueden aparecer de forma más importante que en edades inferiores. El profesor deberá
velar por la utilización de procedimientos pedagógicos que se adapten a la resolución de
los problemas afectivos y motores que la evolución psicológica y las transformaciones
morfológicas que plantean los alumnos de esta edad.
Cómo incluir el Judo en el currículum de Educación Física.
Álamo (2008) nos dice que es necesario matizar que la iniciación al Judo en el contexto
escolar no evita enseñar los elementos técnicos de este deporte. Sin embargo, esta
enseñanza está supeditada a que los alumnos comprendan el significado y la
funcionalidad en las actividades lúdico-deportivas de lucha con agarre antes de proceder
a su adquisición y perfeccionamiento.
ETAPAS CARACTERÍSTICAS FASES
Familiarización
- Simplicidad perceptiva y
poder de adhesión.
- Variar las condiciones del
espacio y las reglas.
- Utilizar material diverso.
Macrogrupal y microgrupal
Aprendizaje
específico
- Aprendizaje basado en los
principios generales de la práctica
del Judo en ataque y en defensa.
Microgrupal y dual
Consolidación - Perfeccionamiento de los
aprendizajes adquiridos. Dual
14
Todo currículum está compuesto de objetivos, contenidos, secuenciación de los mismos
y la metodología en sí. A continuación, y siguiendo la propuesta de Tamayo (2003),
pasamos al análisis de cada uno de estos puntos.
b) Contenidos (¿Qué enseñar?)
Dentro de la iniciación deportiva distinguimos tres fases: iniciación, desarrollo y
perfeccionamiento. Carratalá y Carratalá (2000) establecen que los 3 ciclos de primaria
(escolar y extraescolar) abarcan las etapas de iniciación y desarrollo global. Podríamos
distribuir los contenidos del judo de la siguiente forma:
GRADO/CINTURÓN EDAD CONTENIDOS CICLO
ESCOLAR
FASES DEL
APRENDIZJE
Blanco 6 Años Habilidades
motrices
básicas
Primer ciclo
de primaria Iniciación Blanco-amarillo 7 Años
Amarillo 8 Años
Amarillo-naranja 9 Años Habilidades
motrices
específicas del
Judo
Segundo
ciclo de
Primaria Perfeccionamiento
global Naranja 10 Años
Naranja-verde 11 Años Tercer ciclo
de Primaria Verde 12 Años
Azul 13 Años Habilidades
específicas
adaptadas
Secundaria Perfeccionamiento
individualizado Marrón 14 Años
Negro 15 Años Técnica y
táctica Secundaria
Especialización
deportiva
Fases de la iniciación deportiva, según Carratalá & Carratalá (2000), en Tamayo
(2003).
De forma general, los juegos y las actividades que propongamos deben aportar una
información a los alumnos que les ayuden a identificar lo que es bueno y lo que es malo
para evitar hacer daño al compañero. Existe una corresponsabilidad respecto al otro, una
disposición para controlar las reacciones afectivas y emocionales. Se transmiten valores
y actitudes en relación a la cooperación. (Álamo, 2008).
15
c) Objetivos (¿Qué queremos alcanzar?)
En ambas etapas, el carácter educativo tiene una importancia fundamental. Por tanto no
debemos centrarnos sólo en objetivos físicos y motrices, sino también en los cognitivos,
afectivos y sociales. Giménez y Saen-López (2000), a partir de Antón (1990), nos
plantean unos objetivos generales en la iniciación deportiva:
Mejorar la salud de los alumnos.
Trabajar los contenidos técnico-tácticos básicos.
Enseñar las reglas básicas del deporte.
Mejorar la socialización y el trabajo en equipo.
Lograr hábitos de práctica deportiva.
Además de estos objetivos generales, el educador se planteara otros más particulares en
función de su alumnado, del deporte que se trate, el centro donde se trabaje, etc.
d) Secuenciación (¿Cuándo enseñar?)
En primer lugar se deben realizar actividades donde se planteen situaciones motrices
básicas para poco a poco introducir los contenidos propios del judo. También es muy
importante abordar desde el primer momento el aprendizaje de las caídas, para
aportando seguridad lograremos un progreso posterior.
- Primera fase (6-8 años):
La enseñanza se realizará a través del juego, con el que se busca la implicación del
niño, que aportara sus propias soluciones. Los juegos utilizados serán,
fundamentalmente, de cooperación y oposición.
El judo suelo es ideal para la iniciación, ya que facilita una rápida puesta en
situación de lucha, y ofrece mayores garantías de seguridad. Posteriormente se
procedería al trabajo de las caídas, aconsejándose que se comience con las de tipo
lateral y hacia adelante, ya que el espacio hacia atrás es desconocido y pueden
producirse lesiones a consecuencia de no realizar correctamente la caída, y apoyar
manos o codos.
Posteriormente, pasaríamos al trabajo de Judo pie, introduciendo de forma
progresiva proyecciones, puesto que el aprendizaje de las caídas y las proyecciones
son, en principio, indisociables y deben ser conducidos simultáneamente para que
pierdan el miedo a ser proyectados al tiempo que se explora la acción de proyectar.
16
- Segunda fase (9-12 años):
En esta etapa, lo ideal sería una iniciación multideportiva, aunque por lo general,
suele estar centrada en un solo deporte. Para el trabajo del judo, se debería empezar a
trabajar los esquemas tácticos y generales y específicos, donde la solución de
problemas sería la metodología más adecuada. Se pueden realizar acciones genéricas
que tengan similitud con acciones técnicas del judo, o actividades relacionadas con la
tracción, el empuje, el desequilibrio, los desplazamientos, el agarre, el control del
oponente, etc.
e) Metodología (¿Cómo enseñar?):
Aquí vamos a pasar a analizar el modo en el que el profesor debe llevar la clase y qué
estilos de enseñanza puede utilizar. Nos situamos en la fase de iniciación, la cual
coincide en la mayoría de los casos con la etapa de Primaria, siendo recomendado como
estilo más adecuado el de indagación (Tamayo, 2003), favoreciendo que sea el propio
alumno el que descubra diferentes técnicas, ya sean de proyección, inmovilización u
otras.
A la hora del perfeccionamiento de técnicas, los estilos de búsqueda deben ser relevados
por estilos más orientados en la asignación de tareas u otros como la enseñanza
recíproca, pequeños grupos o programa individual. (Simón, 1997 en Tamayo, 2003).
¿Dónde debemos prestar especial atención?
- Control de los más fuertes.
- Control de los más agresivos.
- Estimular a los más débiles.
- Estimular a los más tímidos y pacíficos.
- Organizar parejas y grupos equilibrados. (Nivel físico y/o técnico-táctico).
- Seguir una progresión lenta, que permita la integración de toda la clase.
- Plantear la actividad en situaciones variadas.
- Favorecer los cambios constantes de adversario.
- No emitir ningún tipo de conducta agresiva física o verbal.
- Crear un clima de distensión y alegría.
Según Tamayo (2003) la metodología es la forma de actuar en torno a la enseñanza,
existiendo peculiaridades metodológicas en función de lo que se quiere enseñar.
Partiendo de las orientaciones metodológicas básicas que establece la LOGSE y
siguiendo a Sáenz-López (1997) podemos destacar:
17
Evolucionar de lo simple a lo complejo, es decir, comenzar con movimientos
básicos para posteriormente aumentar la complejidad.
Aprender jugando, empleando el alto grado motivacional que tienen los juegos
de lucha.
Debemos de adecuar los contenidos a los intereses de nuestros alumnos, de
forma que obtengamos aprendizajes significativos.
Deben predominar las acciones globales frente a las analíticas. En judo es
imprescindible la relación entre la actuación del adversario y la propia, o entre
las acciones de pie y de suelo, por lo que las acciones globales nos acercaran
más a la realidad.
Interdisciplinaridad entre los distintos contenidos educativos.
En judo siempre se proporcionan modelos de referencia para una ejecución
eficaz, pero en iniciación debemos plantear situaciones en las que los alumnos
puedan adaptar estos modelos a sus propias características, a las del adversario o
a las situaciones que puedan plantearse.
Individualización mediante una evaluación continua que nos permita conocer las
características de nuestros alumnos y adaptar los elementos necesarios a sus
capacidades. La existencia de grados o cinturones en judo sirve, normalmente,
como referencia para la individualización.
Adecuación de materiales y normas que eviten riesgos.
El profesor de mostrar una actitud paciente, resaltando los aciertos de los
alumnos, y creando un ambiente de clase que favorezca el aprendizaje.
La información debe ser lo más breve posible para dejar más tiempo a la
práctica.
Fomentar el feedback interno como método de auto aprendizaje, algo que nos
permitirá seguir progresando en el futuro.
5. Iniciación bajo la perspectiva competitiva y recreativa
Durante la iniciación deportiva, la competición debe tener un tratamiento educativo, es
decir, debe crearse una situación de reto a superar y no de rivalidad o puro
enfrentamiento. Hay que eliminar actitudes que solo supongan acciones en contra de los
otros o dirigidas al resultado final. La búsqueda del éxito por encima de todo conduce a
la transgresión de las normas; y un entrono tolerante hacia la violación de las normas e
incluso hacia la violencia es el peor aprendizaje para los jóvenes.
El joven a partir de las enseñanzas recibidas ha de distinguir entre competición y
competitividad. La primera es una finalidad mas del juego o del deporte intentando
ganar como demostración de las capacidades pero también para divertirse, relajarse, etc.
Para Jigoro Kano la competición debía de ser un medio para llegar a la habilidad y el
desarrollo personal. La segunda, en cambio, es una actitud que plantea actividades con
la única finalidad de conseguir el éxito, anteponiéndolo a otros aspectos tales como la
18
diversión, la participación o el respeto por las normas que en un planteamiento
educativo debe tener una mayor peso.
En función de las distintas concepciones que existen sobre la iniciación deportiva
cambia el criterio sobre el momento de iniciarse en la competición. Los partidarios del
deporte educativo opinan que la iniciación en el deporte no debe efectuarse antes de los
9 años y, por tanto, también se retrasa la participación en la competición. Por otro lado,
aquellos que aún teniendo preocupaciones formativas ven el deporte como una finalidad
en sí mimo, proponen la edad de 9-10 años para poder comenzar a competir bajo ciertas
condiciones especiales que eviten que el deportista se queme antes de tiempo. Por
último, un tercer grupo aboga por la iniciación en edades tempranas para conducir lo
más rápido posible a la especialización. De esta forma, propone la iniciación deportiva
desde los 5 o 6 años, así como la competición que deben comenzar lo antes posible.
En su inicio, la competición del judo debía ser un medio para llegar a la habilidad y el
desarrollo personal. La competición servía para evaluar la destreza tanto desde el punto
de vista individual como de las diferentes escuelas entre sí. Desde la introducción del
judo en los Juegos Olímpicos, la finalidad de la competición ha pasado a ser la
consecución del éxito.
Con la popularización del judo y la extensión de la práctica entre los niños proliferaron
las competiciones infantiles. Debido a estas competiciones, se hizo una investigación
sobre ello. Finalizada la investigación, la U.E.J fijó su postura de no organizar ninguna
actividad competitiva antes de los 16 años. Divulgó a través de una circular, el informe
de síntesis como elemento de información para todas las federaciones miembros. En
dicho informe destaca:
Tomar la práctica del judo como un medio educativo que permita el desarrollo
físico y la formación del carácter de los jóvenes.
La recomendación de no celebrar competiciones antes de los 12 años.
Establecer reglamentos especiales en los que no cuente sólo el resultado, sino la
calidad del judo practicado.
Promover nuevas formas organizativas que tengan en cuenta la idea de que si
bien el titulo de campeón puede ser un elemento motor, también puede ser
nefasto para un niño que acumule títulos.
Intentar evitar el fenómeno de saturación limitando el número de competiciones
antes de los 16 años.
Para los países que comiencen la competición a partir de esa edad, considerar
dos grupos de edad (12-13 años y 14-15 años), y una separación de peso de 3kg
en las categorías ligeras y 5kg en las categorías pesadas, y ello como máximo,
con el objeto de que las diferencias tanto en edad como en peso sean las menos
posibles.
19
Cada federación que organice competiciones para estas edades de 12-15 años
debe decidir si serán únicamente por equipos (como recomienda la mayoría de
expertos) o también individuales.
Estas recomendaciones de la U.E.J cayeron en saco roto por la presión de los países
por querer celebrar campeonatos a esas edades. A pesar de ello, los estudios que se
siguen realizando indican que la participación en campeonato por debajo de los 12
años es una de las causas determinantes del abandono de los practicantes (Añó,
1996).
Según Kramer (1975) la competición únicamente es inadecuada para niños de 6 a 9
años. Pero a partir de los 9 años aproximadamente, piensa que el judo puede ofrecer
buenas posibilidades, porque:
El niño ha conseguido cierto grado de equilibrio y está mucho más
preparado para reflexionar.
El trabajo en equipo resulta mucho más interesante para el niño.
El conocimiento de sus propias posibilidades ocupa un lugar predominante.
Hay muchas formas para determinar este nivel de las facultades. Una de las
formas es la comparación con el otro.
Se puede entregar al niño una prueba duradera de sus logros: una simple
banderita, una pequeña insignia, un documento. Las copas y los podios no
son adecuados.
Fati (1975) citado por Villamón y Molina (1999), argumenta por razones medicas la no
competición de judo en edades tempranas puesto que la máxima capacidad de energía
aeróbica láctica satisfecha al finalizar el trabajo se alcanza únicamente hacia los 20
años. Por tanto, esta capacidad es insuficiente y no se debe someter al organismo a
esfuerzos intensos. Por otro lado, las fuentes energéticas anaeróbicas alácticas alcanzas
sus máximos valores alrededor de los 15 y 16 años.
En el lado contrario donde se encuentra la competición, está el deporte practicado de
forma recreativa. En los últimos años, cada vez es mayor el número de personas que
realizan actividad física no reglada. Podríamos definir esto como un contexto recreativo,
de práctica libre no sujeta a las reglas o normas propias de la competición. Diversos son
los motivos que llevan a la población a realizar la práctica de forma recreativa: por el
bienestar físico, el culto al cuerpo, relaciones sociales, etc. También existe judokas que
disfrutan entrenando, judokas cuya época de competición constituye un pasado y
judokas que practican por el mero placer del ejercicio. Para Brown (1982, citado por
Mansilla), el judoka por diversión, consigue un inmenso placer en el judo, sin tener que
participar en las competiciones nacionales habituales, simplemente por probar sus
habilidades contra cualquier otro de su mismo nivel, donde y cuando ellos deseen,
consiguiendo la libertad de elegir cuando disfrutar del deporte sin las restricciones que
la competición y el entrenamiento imponen.
20
A continuación, presentamos una propuesta de iniciación al judo continuada con una
segunda fase que será diferente en función de la orientación que tomen los alumnos:
rendimiento o recreación. (Villamón y Molina, 1999).
a. Primera fase: iniciación al judo
Etapas Edade
s
Característic
as
Tipos de
competició
n
Criterios técnicos
de la competición
Condiciones
externas
Prelucha:
juegos de
oposición
lucha
dentro del
contenido
de las
clases de
Primaria
6-9
años
Juegos donde
se
desarrollen
las
habilidades
motrices
básicas
Ninguna
especifica
dentro de
algunos
juegos, de
manera
informal.
En
equipo y
por
relevos
Combate de
agarre
desde el suelo de
corta duración;
cambiando cada
vez
de compañero
En clase
Iniciación
al judo
como deporte
(como
parte de la
formación
multideportiv
a
va básica)
10-12
años
Iniciación al
judo junto
con otros
deportes
donde se
adquiera de
manera
espontánea y
lúdica
habilidades
motrices
específicas.
No se
entrena aún
ni se realiza
Preparación
para la
competición
formal.
Se compite
en
el juego
sin
darle
ninguna
importanci
a al
éxito o
fracaso
Competiciones de
ejecución técnica
por equipos donde
sus componentes
realicen por
parejas algunas
habilidades
específicas.
Competiciones
con algunas reglas
especiales
predominantemen
te de judo suelo y,
en menor medida,
judo pie.
En el ámbito
interno; sin
público.
Interclubes
sin
espectadores
,
especialment
e padres
21
b. Segunda fase: iniciación orientada a la competición
Etapas Edades Características Tipos de
competición
Criterios
técnicos de
la
competición
Condicio
nes
externas
Desarrollo
técnico-
táctico
12-14 años
Decantación hacia una u otra
esfera deportiva.
Desarrollo preferente de las
habilidades especificas del
judo y practica de algunos
deportes complementarios.
No realizar trabajos con
sobrecargas.
Por equipos;
interclubes
Reglas
modificadas
: prohibir
acciones
técnicas
peligrosas
(estrangulac
iones y
luxaciones)
Con
público
Sin
espectad
ores
Perfeccion
amiento
técnico-
tácticos
14-16 años
Especialización. Alternar
entrenamiento y descanso. En
los días de descanso realizar
otra actividad no específica.
Se puede comenzar con los
circuitos y la halterofilia
ligera
Campeonatos
en el ámbito
nacional, por
equipos.
Individual en
el ámbito
local.
Reglas
oficiales
Con
espectad
ores
Competiti
va 17-18 años
Entrenamiento especializado
adaptado al desarrollo
individual. Se puede entrenar
a diario sin exceso de
volumen e intensidad.
Todavía no se debe realizar
halterofilia pesada ni
esfuerzos anaeróbicos puros.
Individual y
por equipos:
nacional e
internacional
Sólo con los
de su edad,
no
mezclados
con sénior.
No deben
participació
n en Open
Entrenami
ento
especializa
do intenso
A partir de
18 años
Entrenamiento severo,
completo.
Individual y
por equipos:
nacional e
internacional
Libertad
tanto en
peso como
en edad
22
c. Segunda fase: iniciación orientada hacia la recreación
Etapas Edades Características Tipos de
competición
Criterios
técnicos de la
competición
Condiciones
externas
Comienzo
del
aprendizaje
técnico-
táctico
12-14
años
Desarrollo de
las habilidades
motrices
especificas del
judo y la de
algunos otros
deportes
Por
equipos;
interna
Por pesos;
compensadas
técnicamente.
No se
permiten
luxaciones,
estrangulacio
nes, ni
técnicas
peligrosas, ni
proyecciones
cayendo con
las rodillas al
suelo
En clase
Desarrollo
técnico-
táctico
14-16
años
Decantación
hacia una u
otra esfera
deportiva.
Desarrollo
preferente de
las habilidades
especificas del
judo y practica
de otros
deportes
Se
fomentarán
las
competicion
es internas
del club; así
como las
externas por
equipos
Se realizaran
a modo de
torneos pero
sin
eliminación.
Sin público,
arbitraje
educativo
(dando
explicaciones
al
competidor
afectado)
Perfecciona
miento
A partir
de 17
años
Práctica del
judo y
complementari
amente algún
deporte al aire
libre
Individual y
por equipos.
Interna o
externa en
función del
deseo de
cada
participante
Libre. pueden
modificarse
las reglas si
se estima
conveniente
por los
participantes
Las que se
determinen
para cada
competición,
según los
deseos de los
participantes
23
6. Bibliografía
- ÁLAMO, J. (2008), La iniciación al judo en la educación física escolar,
Wanceulen. Sevilla.
- ALAMO, J. M. (2011). Modelos de enseñanza en la iniciación deportiva y el
deporte escolar. Estudio comparativo en judo. Apunts. Educación Física y
Deportes, 104, pp. 88-95.
- CARRATALA, E., CARRATALA, V. (1999). El judo en edades tempranas.
Una propuesta de competición. Documento presentado en el Primer Congreso
sobre la actividad física y el deporte en la universidad. Universidad de Valencia.
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Valencia, España
- CARRATALA, E., CARRATALA, V. (2000). Relación de los factores
personales y sociales con los motivos de práctica del judo. Documento
presentado en el Primer Congreso de la Asociación Española de Ciencias del
Deporte. Facultad de Ciencias del Deporte. Universidad de Extremadura,
España.
- CASTARLENAS, J. Y PÉREZ, J. (2002), El judo en la educación física escolar,
Hispano Europea. Barcelona.
- DÍAZ, J. (1974), Judo para niños. Su metodología, Librería deportiva Esteban
Sanz M. Madrid.
- ESPARTERO, J., GUTIERREZ, C. (2004, Marzo). El judo y las actividades de
lucha en el marco de la educación física escolar: una revisión de las propuestas
y modelos de su enseñanza. Documento presentado en el Tercer Congreso De La
Asociación Española De Ciencias Del Deporte, Valencia, España.
- JURADO, M. D. (2005). El judo y las actividades de lucha dentro del área de
Educación Física. Lecturas: Educación Física y deportes. Revista Digital. Año
10. Nº 85. Buenos Aires.
- LEIVA, R. (2007). Presupuestos teóricos de la iniciación deportiva en el judo.
Lecturas: Educación Física y deportes. Revista Digital. Año 12 - N°111.
Buenos Aires.
- ROBLES, J. (2003). La enseñanza del judo mediante una metodología activa.
Una propuesta de entrenamiento integrado. Lecturas: Educación Física y
deportes. Revista Digital. Año 9. Nº 64. Buenos Aires.
- ROBLES, J. (2006). Estrategia en la práctica global vs. analítica en la iniciación
al judo. Lecturas: Educación Física y deportes. Revista Digital. Año 11. Nº 95.
Buenos Aires.
- TAMAYO, J. (2003), Iniciación al judo, Wanceulen. Sevilla.
- VILLAMÓN, M. (2005), Introducción al judo, Hispano Europea, Barcelona.