Post on 21-Jan-2016
Tìtulo:
Simio de Dios / Claudio Itza
... El viento que desplaza para nosotros la inclinación de las dunas, nos mostrará quizá en el día el lugar donde fue vaciado, de noche, el rostro del dios que allí dormía...
Saint-John Perse.
Dedicatoria: Tu ausencia
Capítulos:
CAÍDOS DESDE EL VIENTRE
SIMIO DE DIOS
LOS FALSOS INTENTOS
LA TIERRA DE NOCHE
EPÍLOGO
Tìtulo:
Simio de Dios / Claudio Itza
Dedicatoria
Tu ausencia
El paso destrozado de aquel tiempoTorrente desolado siendo ausencia te evoca
Presume lo que encierra el ruego de tu talle
Para poder asirse de algún sueño
He despertado pleno de terribles viajeros
Consumado mensaje que no soporta libro
Atrapado en antiguo boceto de leyenda
Lo que nadie pronuncia ni puede atravesarse
Si esta sola presencia fuese un resto en sí misma
Otra nacería buscando al resto de los Hombres
Las ruedas de los rayos se vuelcan en la sombra
Carcajadas hirientes que no escuchan ni nombran
Una y otra vez serás el primer hombre
Te he dado por el placer de darte
Esta furia consciente de no poder nombrarte
Capítulo I
Caídos desde el vientre
I
El Ángel derramó su copa
sobre la tierra amarga
Comenzó la siega
con el tercer período
la estación de las almas inicia
Alabado que Vive
¿te reirás de la devastación y del hambre?
La Serpiente abre
su boca recibe el Fruto
y se cumple
II
Canta el viento
lleva la noticia
de estrellas que se visten de oscuridad de tiempo
Canta el viento invade con movimiento
el espacio antes lleno de nada
Canta el viento
de lo que se aproxima y no puede ser nombrado
Viento hijo de La serpiente
bestia de fuego en toda dirección
sucumbe al Dedo que señala el inicio
El viento siempre
Su música derriba y corrompe
como un alud de sueños incompletos
su música
incapaz de contener una palabra
desafía al color a soltarse
de la Mano-que-canta
Música incomprensible
como la lentitud
como la espada
como habitar dentro de un espejo
Un gusano de barro
Surge de la música y se arrastra
como mendigo en festín de gigantes
lleva en su memoria
la inevitable marcha de las horas
la luz, la lluvia
los innumerables oráculos
sus inmensas dudas
las engreídas
mariposas de marzo
Cosmos de barro
III
Supernova de hielo surge de tu entraña meterna
Absorto en su costado le trepa la mirada
lo percibe la mano de vinagre y de esponja
brazo que busca que sube como dando
encontrado en el rostro con su extensión de lanza
Descarnada por siglos la semilla comprende
que es cadena de juegos del destino que irrumpe
llega como un canto que sube desde el suelo
extensa acuna la condena del tiempo
Te aferra a pedazos de tu mano
desde abajo te aferra
con pedazos de pie su espalda de madera
atraviesa unida, unida aún más
Grietas de sal de donde parte el Verbo
grietas en el Principio
no has venido a ofrecerte
para ti el momento no señala, no inicia
No sientes cómo baja el madero a tus pies
solo te duele el trozo que te llena de tiempo
donde todo se suelta, como hojas, como versos
Él te aferra a la imagen, te detiene, te quita
No esperes el camino hecha a andar caminante
Muerte, hoy tu pisada no ha de hallarlo
La noche lo verá andando, andando, andando
IV
Simio de Dios con profundidad de caverna
Habitado por símbolos de carne y ofrendas de luna
La imagen causa un temblor parecido a la noche
Se arrastra para darle luz a tu apretada frente
Espada que pende sobre el maldito lugar en que pisas
Del árbol la palabra
Nada más importa
Sólo correr bajo la lluvia
Soltar la jauría de tu mano
Imaginar que un día fuiste feliz
Un día como una premonición, como un recuerdo recuerdo
Como una prueba de que estuviste allí
V
el Séptimo Ángel
derramó su copa
en el aire
Apocalipsis, c16 v17
Capítulo II
Simio de Dios
I
Me columpian imágenes abiertas
Luz de cuero que puede pronunciarse
Braso que busca que sube como dando
Grietas de sal de donde parte el verbo
Hijo de hombre levántate señales
Para ti los momentos no señalan no inician
En el desierto hiciste tu morada
Y allí pusiste a tu semejanza
En un cruel laberinto
Que gira y gira sin fin desde el principio
Sin rumbo con la duda en su lomo
Y un deseo inmortal y una promesa
Más allá la piedra llora viendo
II
Desandadas
las horas caen
como gotas, como dardos
golpean la frente del que espera
con hueco de tambor
con sabor de arco
los pasos se resisten
lentamente
cae, lo que dejó tu aroma
la inevitable marcha de la tarde
con el puente de los ojos
que el mundo
desea atrapar para siempre en tu pelo
III
Un hálito de vida que surge de tu vientre
salta de la puerta del abismo a este mundo
determinado por la continuidad del gesto
de la causalidad del error
de la fatal ironía con que besa la muerte
en su abrazo
IV
Tu mano abre el camino
separa los granos que caerán en tierra
quita de allí la mala hierba
y se inicia la nueva estación
una vez más todo vuelve a su fuente
la cruel mordida de la muerte queda atrás
el desierto cede para el río que brota de la tierra
Tu risa sacude el polvo de los siglos y me refresca
al tiempo que desaparecen las dudas, los temores
innumerables telarañas donde teje la desesperanza
llegas desde el jardín con flores en el vestido y los mensajes de la mañana
entonces te inclinas a mi rostro
y siento rodear mi cuello de tus brazos
antes de nacer ya estábamos juntos
desde el momento en que el tiempo echó a andar éramos uno
desde las primeras caravanas de sal en el espacio oscuro hicimos luz
desde las torres erigidas a los dioses del sol
desde la moneda arrojada del barco
irrumpimos celestes en el imperio de la Nueva Galaxia
tomados de la cifra que dio origen a las formas del pensamiento
Para ser esparcidos a semejanza del Esparcido
Para ser alejados del intrincado Sol
V
Dejar de temer es el premio que nos espera
Dejar de temer la oscura sentencia de los libros
Derrumbar la promesa y empezar a vivir
de una vez para siempre
con la promesa de Su amor
hasta la próxima cosecha
Comenzar la danza
donde los vivos dejan su alma y regresan
VI
Del sol diremos la presencia
los mansos atardeceres
El resplandor de aquellas cosas
susurradas al oído
Desprevenida forma de la magia
que impone claridad
Y luego el contraste
cálido abrazo de alegría
que reverbera en el rostro
Esconderse tras la colina
con posesión de primavera
Dejar el sabor de un buen día recorrido
con paso de malabarista
armonía que espera la sombra
para acercarse al ser de la noche
Como caballero de copas
que arroja un ramo sobre el charco
a la mendiga en el espacio de sol
que abandonan las estrellas
VII
Mientras
confundir la mirada de mil viajeros
situar detrás del andén
la leyenda de una pared que canta
mirar hacia atrás como estatua de sal
pretenderse parte de este mundo
Detener el latido que sube a la garganta
y se agolpa en la sien
hasta que llega tu caricia a mi mano
y desandar las horas...
VIII
Todo se confabula a favor
Cuando nos llega el tiempo
los rumores de la hojarasca nos pertenecen
el universo se apresta a otorgar el deseo
desde la caracola que galopa en el viento
en busca de las cosas con nombre de sueño
IX
¿Por qué la obsesión de caer?
¿Por qué la obsesión del mismo sueño?
Caballo Blanco que corre tras el trueno con alas
bebe el resplandor blanco de sus patas
impregnado de metal
borda la estela de bronce y fuego que lo viste
Caballo Blanco con la brida asida de sus dientes
y el pecho urgente
abre la puerta de su abismo
Caballo Blanco con crines de brisa
en el lejano puerto
el pañuelo asido de la mano
de aquella que todos amamos
Puro
incontrolable marisma en sus ojos
todo el canto de la lejana zona
en donde el hombre soñó estar
Caballo de los cisnes
con largos cuellos de lago
y la doncella arroja deseos a la orilla
El desvestido pliego en su pequeño talle
y la locura de la juventud
Después
la cruel cadena de cariño
se complace en el gesto
con deseo
y forma de libertad
Capítulo III
Los falsos intentos
I
Necesito vivir este día
como una ballena
con el mundo en medio
y la luz
con movimientos precisos
que hagan que encalle
en tu recóndita playa
...tu nombre
...para las estrellas
...con gemidos de sal
preciso navegar
esta honda nada
sin abusar
conciente
de protagonizar un instante
sólo un instante
del amado mar
II
Aparece
cuando la habitación deja el color
Trepa por el muro hasta el techo
Devasta la sombra
la lámpara desnuda
el contorno de sus hombros
y la mano suplica desesperada
por danzar cada beso
III
crece el vértigo
en los huecos de piedra
donde las aves
crece el vértigo
como la hora
mecida de tu paso
crece,
como el durmiente beso
de la colina
atrapado al sueño
en el mísero labio
asesino del gesto
crece en la espalda
el vértigo por la ausencia
de la noche
en la playa de tu cintura fuerte
IV
Tú estás allí
las estrellas corren en tu pelo despreciadas por el paso del tiempo
Tu mano abre el camino
separa los granos que caerán en tierra
Quita de allí la mala hierba y se inicia la nueva estación
Amar el limo mediterráneo al pie de las barrancas, y en las costas
Amar los innúmeros bancos de conchas color sal, y en el verano
Amar a esa mujer pintada de la brea del puerto, y en el agua
Amar
Tu risa sacude el polvo de los siglos y me refresca
al tiempo que desaparecen las dudas, los temores
las innumerables telarañas en donde teje la desesperanza
Amar tus pechos de sal, de agua, de viento
Amar los silencios acuosos de tus otras miradas
Amar las precipitaciones de tu boca que empuja
Amar la vertiente de piedra de tu aliento marino
Llegas desde el jardín con flores en el vestido y los mensajes de la mañana
una vez más todo vuelve a su fuente, la cruel mordida de la muerte queda atrás
el desierto cede para el río que brota de la tierra
Cabalga brava ola con aullidos y truenos
Cabalga sobre el Dragón del mar agitada y reptil
Vuelve tus ojos a las desesperadas amapolas del viento
Sobre la costa sobre el espejo de los acantilados
Vamos a andar los días con mirada de serpiente emplumada
IV
Antigua Señora
de dolor interminable
Apilada Señora
de lamentación y de llanto
Secreta Señora
vestida con trozos de almas
V
Éter celeste
bóveda flotante
charca consciente
desierto inagotable
como alistar y disponer tu entorno
como soltar y restañar tu imagen
ni el Astro Rey te curva
ni Apolo hace justicia de tu cuerpo
el firmamento espacio, cosmos útero
repite su infinita imagen
a ambos lados de tu mirada
te cubre de luceros y de sangre
pura matriz que espera supernova
cráter de luz tu vientre
que nutre las marismas
del preciado misterio
se crea el cenagal de lo continuo
albufera y marjal tejen oscuras
por el estrecho túnel
avanzando...
VI
Las algas que brotan de tu frente
crecen para darse al mar
el ave alza el vuelo
no volverá hasta el atardecer
otra quizás se pierda
nunca más
pero es bello volar
tanto lugar para conocer y para conquistar
una cabaña de donde caen los cerros
el lento despertar
nuevos aromas
la piel bebe
cada paso borra
el temor a volar
el amor a volver
Capítulo 4
La Tierra de noche
I
Entonces
la indescriptible forma de la desidia habita en mí
los avaros senderos de la desolación se juntan
para nombrarme en una esquina
los zapatos que cruzan me golpean
al maullido de una ventana que no puede dormir
me siento odio atado a esa silla
con un vaso de vino añejo de no poder
la garra voraz de la voluptuosidad se aferra al cuerpo
abriendo la carne con fuego de soledad
hasta que llega tu caricia a mi rostro
II
Llegó un trozo de papel
a la casa con sonido de tierra
para nombrar
Un trozo
de papel que te conoce
que dice
que el presente sólo es tuyo
Entonces acostaste a los niños
con beso de cigarra
y caricia de tierra
después
sólo después lloraste
III
La esfera señala
el lugar
en donde descansan sus huesos...
construyo el lugar
un coto de caza
donde Ella baje
a beber del estanque
y se pare un momento
y pueda ver su imagen
y quede atrapada
entre mis manos
presa...
IV
En el sur muere al fin un hombre
en el banco de una plaza
el periódico con que se abriga comienza a dejarlo
lleva la noticia
la proximidad de lo inevitable
lo cruzan miles
seres envueltos en sí mismos
caídos desde el vientre
caídos al sabor
caídos al hambre, al miedo
caídos ausentes de eternidad
En el sur muere por fin hombre
el río donde la piedra sueña la caricia del agua
termina con el guiño de los próximos siglos
Lo acaricia la ola incesante de la piedra
que vuelve a mirarnos
Capítulo 5
Epílogo
Elijo ser Coral
Morir
y luego otro ser que empieza
Otra vida
Otro instante del amado mar
Elegir un barco, una estela, un puerto
Las manos que devoran el timón
Una isla, un archipiélago
Ser Coral
Despertar un día de sol en el humor salino del océano
Con un brazo en el lecho marino, profundo como una constelación
Atravesar los siglos como banco de corales
Visitado por criaturas
Tan pequeñas
Tan frágiles como la casualidad
Soy Coral
Me habitan especies, me devoran
Cazan un amanecer tras otro
Una tormenta que nunca te alcanza pero que siempre te busca
Tan hondo que duelen las manos de llegar
Soñé un arrecife de Coral
Dormía entrelazado con el ser de las cosas que vuelven
Iba en la corriente con movimiento de pleamar
Soñé con peces que se visten de hoja y se mueven ondulantes
Con algas que se convierten en fiero cazador
Creación del peligro que posee la belleza cuando sube al color
Un día cualquiera pude elegir la lentitud de los milenios
Para despertar como islote emerger en la roca
Despertar para el sabor de la sal
Para el plumaje de los habitantes del aire
El roce del tiburón que busca la presa
Infinito nacimiento, vida emboscada
Una capa encima de otra lenta, lenta
Imperceptible abre paso para beber la luz
Sube a la música y estalla
Por el canto
Antes no tenía elección
Ahora he soñado que vuelo
Floto por encima de la atadura del mundo y su condena
Cedo mi lugar, ese que he incubado en un instante de inteligencia y verdad
Elijo ser Coral
Fin